1-Propiedades de Los Fluidos PDF

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1.

PROPIEDADES DE LOS FLUIDOS

Definición de fluido

Podemos decir que fluido es toda sustancia fácilmente deformable. Esta afirmación debe interpretarse
en el sentido de que aplicándole un esfuerzo cortante, y por pequeño que éste sea, siempre aparecerá
una deformación continua más o menos grande en forma de gradiente de velocidades. El coeficiente de
proporcionalidad entre la causa y el efecto es lo que conocemos por coeficiente de viscosidad y a él nos
referiremos de modo específico más adelante.

En la Figura 1 se presenta el caso de una placa plana de superficie S que se encuentra sobre una capa de
fluido de altura h.
S
F V0
b
h

Figura 1

Para mover la placa es necesario realizar un esfuerzo F, debido al rozamiento viscoso de ésta con el
fluido, aunque bien es cierto que sea cual sea el valor de la fuerza aplicada en la placa, existirá
desplazamiento de la misma y del fluido. Cuanto mayor sea la fuerza aplicada, más grande será la
velocidad adquirida por la placa.

Dos partículas de fluido en contacto tienen, por continuidad del medio, la misma velocidad.
Análogamente, la velocidad de una partícula de fluido en contacto con cualquier contorno sólido será la
misma que la propia del contorno: es lo que se conoce con el nombre de condición de adherencia.

En referencia a la Figura 1, la partícula de fluido en contacto con la base fija (a), poseerá una velocidad
nula ( Va = 0 ), mientras que la partícula de fluido en contacto con la placa móvil (b), tomará la
velocidad de esta última ( Vb = V0 ).

En la capa de fluido encontraremos una distribución de velocidades V = V ( y) , provocada en este


caso por el movimiento de la placa, y el “arrastre” que provoca en el fluido.

Hipótesis del medio continuo

Los fluidos, de una parte cubren el 70% de la superficie terrestre (agua) y de otra la envuelven en su
totalidad (atmósfera). Es por tanto el medio con el que más en contacto se encuentra el ser humano.
1
Aún siendo conscientes de que la materia, estrictamente hablando, es discontinua y por tanto los fluidos
no son una excepción, las distancias intermoleculares son de un orden de magnitud tan insignificante
desde el punto de vista ingenieril que cuando nosotros nos preguntemos lo que ocurre en un punto
perteneciente a un espacio lleno de un fluido, que denominamos espacio fluido, mediante la
consideración de un elemento de volumen paralelepípedo tomado en su entorno y con un tamaño tan
pequeño como se quiera, habrá en su interior un número tan grande de moléculas que podremos
considerar la materia como continua. A título de ejemplo diremos que en un cubo de lado igual a 10 −2
mm ( 10 −6 mm3) caben 3 ×1010 moléculas entre nitrógeno y oxígeno (aire). Y así, hablando con rigor, la
densidad en un punto del espacio fluido sería:
r lim ∑ mi
ρ = ρ ( r, t ) =
∀→0 ∀
en donde mi representa la masa de cada una de las moléculas contenidas en el interior del elemento de
r
volumen que rodea el punto definido por el vector de posición r en el instante t. No existe pues,
r
estrictamente hablando, la densidad ρ ( r, t ) de un punto que puede estar “vacío”. Pero al equiparar lo
que ocurre en un punto con lo que acontece en el entorno inmediato al mismo ya pasamos
implícitamente a lo que conocemos como mecánica de los medios continuos.

Es indudable que la hipótesis del continuo que acabamos de formular será válida en la inmensa mayoría
de casos. El estudio de un gas muy enrarecido constituye, por ejemplo, una excepción. De hecho, y en
igualdad de condiciones, los impactos contra un contorno de las moléculas del gas podrían ser variables
en el tiempo y en consecuencia no podríamos definir correctamente el campo de presiones escalar
r
p ( r, t ) . Ello es además fácilmente comprensible cuando extrapolamos hasta las últimas consecuencias
el concepto de gas enrarecido en el interior de un recipiente admitiendo la presencia de muy pocas
moléculas confinadas. Por tanto para nosotros partícula de fluido es un elemento de volumen relleno de
materia continua que evoluciona en el espacio. Volveremos a este concepto en las lecciones de
cinemática. Y en el mismo sentido entendemos, asimismo, definidas en un determinado punto las
r r r
variables características V ( r, t ) , ρ ( r, t ) , p ( r, t ) , etc., correspondientes a un flujo fluido.

Algunas propiedades fundamentales: densidad, volumen específico, peso específico y viscosidad

Densidad

Se trata de la “masa específica” de un fluido y ya hemos definido esta propiedad intensiva en el


apartado anterior. Cabe decir que sus dimensiones son M L−3 y las unidades utilizadas para su medida
son:
Sistema Unidad
Internacional kg/m3
MKS kg.s2/m4
Técnico utm/m3
Inglés slug/ft3; lbm/ft3

Algunas equivalencias interesantes son:

1 utm (unidad técnica de masa) = 9,81 kg


1 slug = 14,594 kg
2
1 lbm (libra masa) = 0,4536 kg
1 ft = 0,3048 m

También es muy empleado el concepto de densidad relativa, definido como:


ρ
S = δ =
ρa
el cociente entre la densidad del fluido en cuestión y la densidad del agua en condiciones normales (
ρagua = ρa = 1 000 kg/m3). La densidad relativa es, naturalmente, una magnitud adimensional.

Volumen específico

Se define como el inverso de la densidad del fluido:


1
Ve =
ρ
y se mide en las unidades inversas:

Sistema Unidad
Internacional m3/kg
MKS m4/kg.s2
Técnico m3/utm
Inglés ft3/slug; ft3/lbm

Peso específico

Se define como el peso del fluido por unidad de volumen:

γ = ρg

siendo sus dimensiones M L−3 T −2 y las unidades utilizadas para su medida:

Sistema Unidad
Internacional N/m3
MKS kg/m3
Técnico kp*/m3
Inglés lbf/ft3
*1 kp = 1 kilopondio = 1 kilogramo fuerza

Algunas equivalencias interesantes son:

1 kg = 9,81 N
1 kp = 9,81 N
1 lbf (libra fuerza) = 4,44822 N = 0,4534 kp

3
Se define el peso específico relativo como:
γ ρg ρ
S = δ = = =
γa ρa g ρa
el cociente entre el peso específico del fluido en cuestión y el peso específico del agua en condiciones
normales ( γ agua = γ a = 9 810 N/m3). Lógicamente, coincide con el valor de la densidad relativa.

Viscosidad

Podemos definir la viscosidad como una propiedad característica de cada fluido, que implica o
cuantifica la dificultad que ofrece dicho fluido al movimiento (deformación continua). Se define, pues,
la viscosidad como el coeficiente de proporcionalidad entre el esfuerzo cortante τ = F / A y el
gradiente de velocidades que se establece cuando una placa plana se desplaza en el seno de un fluido.

Según la ley de Newton de la viscosidad, y tal y como se ve en la Figura 2, es:


∂V
τ=µ
∂y

Placa móvil
Sección A
F

V0
h

x
Superficie fija

Figura 2

Definimos, así, la viscosidad como ese coeficiente de proporcionalidad entre la tensión de arrastre y el
gradiente de velocidad.
∂V
µ = τ/
∂y

En el caso específico de que la variación de la velocidad con el alejamiento de la pared fuese constante
(campo de velocidades lineal), la viscosidad absoluta adoptaría, asimismo un valor constante:

∂V V V0
Si = 0 = constante ⇒ τ = µ
∂y h h

La ley de Newton expresa, asimismo el esfuerzo cortante que se transmite entre las capas de fluido. La

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existencia de esfuerzos cortantes es inherente al movimiento de los fluidos viscosos y ello implica
necesariamente una disipación de energía.

A un fluido que carezca de viscosidad se le denomina ideal, no disponiendo en este supuesto de


capacidad para transmitir el movimiento de una capa a la contigua. Como veremos más adelante
tampoco disipan energía en sus desplazamientos. Hablando estrictamente, no existen fluidos ideales,
podría asimilarse esta situación los fluidos cuya viscosidad es muy baja (por ejemplo, los gases), o bien
aquellos que en los cuales las condiciones cinemáticas no dan lugar a que se manifieste la viscosidad,
esto es, la aparición de esfuerzos cortantes.

El inverso de la viscosidad se le denomina por razones obvias, fluidez.

La viscosidad de un fluido varía con la presión y la temperatura, siendo mucho más sensible a esta
segunda variable. Aunque a un aumento de presión le corresponde un aumento de viscosidad éste, por
lo general, no es significativo y la mejor prueba de ello es que no se han propuesto leyes de variación,
( )
µ = µ T0 , p .

Sin embargo, la viscosidad experimenta importantes cambios con la temperatura comportándose en


líquidos y gases de modo muy diferente. En los primeros la viscosidad disminuye con la temperatura
mostrando en los segundos la tendencia inversa.

En los líquidos la ley, de carácter empírico, que relaciona µ − T resulta ser:


µ0
µ =
A + BT + C T2

En el caso de un fluido gas lo más frecuente es recurrir a una ley potencial del tipo:
n
µ ⎛T ⎞
= ⎜ ⎟
µ0 ⎝ T0 ⎠
dependiendo el valor del exponente del gas en cuestión.

Dimensionalmente la viscosidad, según se deriva de la relación esfuerzo cortante–gradiente de


velocidades, es:
[µ ] = ⎡⎣FL−2 T⎤⎦
y la unidad en los dos sistemas básicos resulta ser:

Internacional: 1 Pa.s = 1 kg/m.s


MKS: 1 kg.s/m2
Inglés: lbf.s/ft; slug/ft.s

Los gases presentan valores de µ inferiores y los aceites bastante superiores.

Existen otras medidas poco físicas de la viscosidad como son los grados SAE (Society of Automotive
Engineers), los segundos Redwood o Saybolt o los grados Engler. En general se utilizan bastante en la
práctica industrial y en realidad son medidas directas del tiempo de vaciado de una cantidad de líquido
que llena un determinado volumen de un recipiente de geometría dada o bien el cociente de los tiempos
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de vaciado entre el líquido en cuestión y el fluido patrón.

Finalmente diremos que el cociente ν = µ / ρ se conoce como viscosidad cinemática por sus
dimensiones ⎡⎣ L2 T −1 ⎤⎦ . Sin significado físico alguno resulta en ocasiones útil para simplificar
expresiones. Debido a la altísima densidad másica del mercurio la viscosidad cinemática resulta, en este
caso, tener el valor mínimo.

Las unidades en los sistemas de medida son:

Internacional: m2/s
MKS: m2/s
Inglés: ft2/s

La viscosidad es la propiedad más característica de los fluidos por lo que estos acostumbran a
clasificarse atendiendo a su comportamiento en relación con este parámetro.

En la Figura 3 están contemplados los diferentes casos que se nos pueden presentar en la relación
( )
τ − ∂V / ∂y y seguidamente los comentaremos con brevedad, apoyándonos en los números que
definen las gráficas de la figura mencionada.

1. Cuando existe proporcionalidad entre esfuerzos cortantes y gradiente de velocidades, la


viscosidad es invariante (supuesto que p y T son constantes), denominándose al fluido
newtoniano ya que como vimos fue Newton quien introdujo por vez primera este concepto. Son
los medios continuos que estudiaremos a lo largo del presente curso.

τ
5 T0 , p0
4
4’

2
dV
dy
Figura 3

2. Si la viscosidad es prácticamente nula el fluido es ideal y puede considerarse un caso particular


de los newtonianos.

3. La viscosidad depende del grado de deformación previa. Son los fluidos no newtonianos que
pese a tener su importancia (pulpas de fruta, sangre, etc.) quedan fuera del alcance del presente

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curso.

4. Es un cuerpo plástico que precisa de un esfuerzo inicial τ 0 para iniciar su deformación. Si la


gráfica es lineal se trata de un plástico lineal y si es curva se denomina fluido Bingham en cuyo
( ) ( )
ν
caso la relación entre τ y ∂V / ∂y resulta ser: τ = A + B ∂w / ∂Ψ .

5. Medio elástico, por ejemplo, un acero con proporcionalidad entre tensión y deformación, pero
no entre aquella y el gradiente de velocidades.

Propiedades termodinámicas

En este bloque analizamos un conjunto de propiedades que tradicionalmente, han estado ligadas a
variables termodinámicas como la presión y la temperatura.

Módulo de elasticidad volumétrico

Nos indica lo sensible que es un fluido a los cambios de presión a través de su variación de volumen.
Lógicamente se trata de compresiones por cuanto un fluido no tiene resistencia alguna a la tracción.

El módulo de elasticidad se define como:


dp
K =−
⎛ d∀ ⎞
⎜ ⎟
⎝ ∀ ⎠
y representa la variación unitaria de volumen ante un cambio de presión. El signo negativo representa el
decremento de volumen que se produce en el fluido ante una compresión dp > 0 y hace que el ( )
módulo de elasticidad sea positivo ya que ambas variaciones son contrarias.

Es frecuente expresar el módulo de elasticidad en función de la densidad, resultando:


dp
K =−
dρ / ρ
las unidades del módulo de elasticidad son las mismas que las de la magnitud presión.

El módulo de elasticidad es prácticamente un invariante en líquidos (aumenta de modo casi


inapreciable con la presión) y presenta valores ciertamente elevados (agua: K = 20 000 kp/cm2, aceite:
K = 15 000 kp/cm2) en tanto que en los gases es extremadamente sensible a la presión. Se justifica de
modo casi inmediato que, en gases perfectos:

K T = cte
= p; K S = cte
= γ p

haciéndose uso de la ecuación de estado p = ρ pT y la de la correspondiente evolución T = cte o


entropía constante p / ρ γ = cte .

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Esta magnitud juega un papel importante siempre que exista un cambio significativo de presión. Como
quiera que el movimiento de fluidos se debe en la inmensa mayoría de los casos a gradientes de
presión, la presencia del módulo K es, prácticamente permanente. En contadas ocasiones se utiliza su
inverso, denominado coeficiente de compresibilidad, mostrado en la ecuación siguiente:
1 −d∀ / ∀
α= =
K dp

A modo de ejemplo, y para fijar un orden de magnitud, veremos que si adoptamos K agua = 20 000
kp/cm2, sobre un volumen de 10 litros (l) al aumentar la presión en 100 kp/cm2, la variación de dicho
volumen:
100 kp/cm 2 1 000
20 000 kp/cm 2 = − ⇒ ΔV = − = −0,05 l
ΔV (l) 20 000
10(l)
Esto es, una variación de presión muy grande produce una variación relativa de volumen pequeña
(0,5%). La mayoría de las veces, el agua se considerará un fluido incompresible.

Otras propiedades

Incluiremos en este apartado aquellas características de los fluidos que tienen una cierta relevancia en
determinados fenómenos y sin posibilidad de agruparlas en los dos precedentes bloques.

Presión de vapor

Un líquido como el agua, encerrado en un recipiente estanco, contiene en fase gaseosa una determinada
masa que ejerce una presión sobre el agua denominada presión de vapor, a una determinada
temperatura. Si tratamos de aumentar la presión del sistema, ésta no se alterará en tanto en cuanto
queden moléculas en fase vapor, y sólo cuando se encuentre toda el agua en fase líquida la presión
crecerá.

Cuanto acabamos de exponer puede representarse en un diagrama p − V correspondiente a una masa


total inicial de agua M. En él se distinguen con claridad cuatro zonas: a) Fase gaseosa, b) Fase vapor, c)
Fase líquida y d) Fase líquido–vapor, Figura 4.

Para una determinada temperatura T0 la presión de vapor es la ordenada correspondiente a la horizontal


p0 donde coexisten las fases líquido y vapor. Entre los puntos A y B resulta imposible aumentar la
presión no consiguiéndose hasta que el fluido se encuentra totalmente en fase líquida.

El punto c denominado crítico indica la temperatura Tc a partir de la cual por mucho que aumentemos
la presión no se puede licuar el vapor. Ello se da a 374 ºC, correspondiéndole una elevadísima presión
crítica de 225 kp/cm2 en el caso del agua, punto de inflexión de esta particular isoterma crítica.

La isoterma Te a la cual la presión de vapor alcanza la presión atmosférica se corresponde con el


denominado punto de ebullición.

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En el agua, a 20 ºC, la presión de vapor es de 0,02 kp/cm2 en tanto que el punto de ebullición se
corresponde con los 100 ºC.

Figura 4

El conocimiento de la evolución pv = pv (T ) es fundamental para predecir la cavitación, que consiste


en una vaporización prematura del fluido cuando la presión exterior sobre el mismo es muy pequeña e
inferior a la atmosférica. Ello ocurre en multitud de casos prácticos como aspiración de las bombas,
puntos altos de tuberías como sifones, descarga a través de válvulas, etc. El fenómeno es siempre
indeseable habida cuenta del enorme desgaste que con la cavitación experimentan los materiales. En
consecuencia la prevención de la cavitación presenta en la hidráulica práctica un enorme interés.

Así, pues, también podemos considerar la evolución que sufre el fluido en un diagrama T − p , Figura
5.

PUNTO CRÍTICO

LÍQUIDO
+ VAPOR
GAS

VAPOR
T
Figura 5

La presión de vapor es una característica propia de cada líquido. En los casos en que es relativamente
alta tenemos líquidos volátiles como la gasolina cuyas alturas de aspiración en bombeos deben ser,
lógicamente, muy inferiores a las del agua.

El aumento de presión exterior retrasa la ebullición representando el efecto contrario a la cavitación.


Con un valor de 225 kp/cm2 un aumento de temperatura por encima de los 374 ºC daría lugar al paso
líquido–gas sin pasar por la etapa vapor intermedia.

En los sistemas hidráulicos con que nos encontraremos en temas posteriores puede ocurrir el fenómeno
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de la cavitación en aspiración de bombas, puntos altos de instalaciones, válvulas, etc., en general ahí
donde la presión sea baja debido a que es un punto alto (poca carga) o que el fluido lleva mucha
velocidad. Estas cavidades que aparecen por efecto de la cavitación, aun en el caso de que no sean
arrastradas y se condensen, su efecto también resulta perjudicial puesto que disminuye la sección útil de
paso en una conducción. Esto suele ocurrir en los puntos altos de las redes, donde las presiones son
bajas y se acumula el vapor, Figura 6. En la operación de las mismas habrá que prever este fenómeno.

vapor o
aire liberado

Figura 6

Tensión superficial

Las gotas de líquido tienden a adquirir una geometría esférica debido que sobre la superficie de la
interfase líquido–gas aparecen unas fuerzas por unidad de longitud no compensadas, cuya energía
asociada tiende a alcanzar un valor mínimo lo que se consigue para geometrías esféricas. Tal fuerza se
conoce como tensión superficial tal vez por su similitud con una tensa membrana imaginaria que
sustituyera a la película de líquido donde estos efectos tienen lugar, Figura 7.

φ φ

Agua Mercurio

Figura 7

La tensión superficial da lugar a conocidísimos efectos, estudiados en física general, como son los
fenómenos capilares en tubos. Sin embargo su existencia no tendrá incidencia alguna en los problemas
que se estudian en este curso. Tal vez el problema de la atomización de chorros, por su importancia en
combustión, sea el más significativo desde el punto de vista ingenieril en que interviene activamente
esta propiedad. Errores de lecturas en manómetros, problemas de estanqueidad son otras cuestiones de
menor relieve en las que la tensión superficial σ tiene su influencia.

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