El Lugar Del Rito
El Lugar Del Rito
espectáculo
Göran Sonesson
Teatro Rito Deportes
Expresión/contenido (función + + —
semiótica)
Escena/público (función + — +
espectacular)
Fig. 1. Comparación entre teatro, rito y deportes (según Hildebrand)
Más allá de estas paradojas surge sin embargo una pregunta más
fundamental: ¿cuál es el dominio que el teatro, el rito y el evento deportivo
dividen en tres partes? En otras palabras, ¿existe algo que es común a
estos tres tipos de acciones portadoras de significado que no sea
compartido por otros tipos de acciones? Uno se podría preguntar por qué
comparar el teatro justamente con el rito y no, por ejemplo, con el circo, el
ballet (si éstos no son casos especiales del teatro), los conciertos, las
conferencias públicas, o hasta con el juego infantil (el ´juego simbólico" de
Piaget), las reuniones sociales, los mercados, ´live action role play", etc.
Tal vez, algunas de éstas podrían rápidamente descartarse del concepto
´espectáculo" en un sentido más amplio, ya que el canal dominante de
percepción no es la vista sino el sonido y hasta más específicamente, el
idioma. Pero si le vamos a creer a Hildebrand y Kleberg, el rito es todavía
en menor grado un espectáculo, ni siquiera está abierto a la percepción.
Sin pactar con ninguna de estas imágenes del mundo hay que admitir sin
embargo, que grandes partes de la vida cotidiana existen para ser
percibidas por otros: esto es válido en la ropa y las decoraciones
corporales, no sólo en el ´piercing" y los tatuajes, que últimamente se han
vuelto populares de nuevo, sino también en los aretes comunes y otros
adornos de este tipo. En un grado mayor, resalta el mercado medieval
como un espectáculo, aún cuando Bakhtin se interesaba más por lo que en
él se dice que por lo que allí se ve; algo parecido se puede decir del
bulevar, los cafés y el pasaje en la capital del siglo XIX, como Baudelaire y
más tarde Benjamin, los han descrito, igual que todas las capitales
mundiales de la época moderna, y esto es válido ya para la pequeña plaza
en la aldea tradicional, y de la fiestas populares, tanto en sentido
tradicional como así como resurgen en los últimos decenios,
recientemente en forma de festivales turísticos auspiciados por la
dirección municipal (Sonesson 1995).
En lo que respecta al rito, pareciera erróneo decir que no hay una función
espectacular; en realidad, con frecuencia hay una división, igual que en el
teatro, entre los que realizan el rito y los que solamente participan, como
por ejemplo, el sacerdote en la misa cristiana y la congregación, es decir
hay una diferencia entre los que sólo observan, y los que también son
observados. Tal vez no hay nadie en el rito que no es sujeto sino sólo
objeto de observación, porque también el oficiante está presente y
experimenta el rito como tal; él lo realiza para sí mismo en el mismo
sentido que lo hace para los demás (a diferencia del actor). Aún cuando
pensamos en los ritos del tipo que parece imaginarse Hildebrand y
Kleberg, donde la diferencia entre el oficiante y los participantes se borra
en un trance colectivo (un rito más dionisíaco que apolínico), queda en
cualquier caso una función espectacular del participante sin el cual el rito
no tendría sentido.
Fue de un modo parecido que uno de los miembros del círculo de Praga,
Jindrich Honzl (1982) describió la diferencia entre teatro y rito. Ambos, dijo,
son acciones semióticas y por eso son a menudo confundidas, como por
ejemplo en Wagner y sus sucesores. No obstante, mientras la acción del
teatro representa un acto real, el acto ritual es una forma de cambiar el
mundo imponiendole una interpretación religiosa . Pero Honzl también
piensa que el rito, para el que cree en él, no es como el teatro que
representa otra acción, sino que es la acción. En la comunión cristiana, por
ejemplo, el recibimiento de la hostia y el vino no es la representación del
sacrificio de Cristo sino el mismo sacrificio una vez más. Si esto es verdad,
el rito no sería una expresión que apunta a otra acción como contenido;
más bien, cada oportunidad de ritual estaría relacionada a su acto original
como un ejemplar a un tipo, o mejor dicho al ejemplar que ha creado el
tipo; porque evidentemente, sería aquí una cuestión de un tipo del género
que se experimenta como creado a partir de un ejemplar particular
localizado en el tiempo y el espacio, como también es el original de una
obra de arte a la que remiten las reproducciones (Sonesson 1997b;
1998b). Empero, en este sentido el rito no es nada especial: todas las
acciones son de este tipo, en un nivel mayor o menor de organización
(regresaremos a este punto más adelante). Por lo demás, antropólogos
contemporáneos opinan que explicaciones de esta naturaleza hacen a ´los
primitivos" más que ingenuos: esperan para realizar el ritual de la lluvia
hasta que advierten que el tiempo de lluvias se aproxima, dice Douglas
(1996).
Pero Kirby toca tal vez algo más fundamental cuando dice que el
happening no tiene ´matriz de tiempo/espacio". Podemos entender esto
como que la ´escena" no reemplaza otro espacio en otro tiempo con otra
persona. En el teatro es tradicionalmente así, que cuando vemos al actor
hacer una cosa determinada, entendemos que aquello fue hecho por Ofelia
en el renacimiento o por Nora en el tiempo de Ibsen. En el happening, por
el contrario, el yo/aquí/ahora de la expresión es idéntico a su contenido. El
actor se parece verdaderamente al tramoyista en que lo que él hace lo
hace en nombre propio. Lo que él representa es un tipo de acción. De
acuerdo a lo que se dijo anteriormente sobre el rito esto es nuevamente
diferente: por un lado parece representar cierta acción original en un
determinado tiempo y espacio y realizada por una determinada persona,
pero se preocupa también de ubicarla en el tiempo de la escena, en vez de
solamente representarla.
De ´activity" a ´performance"
Además del happening Kirby habla también de algo que llama ´activity":
en este caso personas reciben la tarea de ir a distintos lugares y realizar
distintas cosas, pero no se pueden ver unas a otras y nadie puede verlas.
Sólo ellas mismas son posibles espectadores. Esto va más allá del ritual,
en el que no hay una única posición exterior y fija del espectador; sólo hay
una posición interior del espectador, dirigido al propio sujeto (o varias
posiciones de ese tipo, si entendemos una ´activity" como la suma de
todas las cosas que realizan las distintas personas).
Esto se parece a lo que hoy a menudo es llamado LARP, Live Action Role
Play, un tipo de desarrollo de ´Dragons and Dungeons", que actualmente
en determinadas oportunidades es realizado por grupos de entusiastas de
"fantasy" durante uno o varios días. En este caso se escribe un manuscrito
para una actuación y a cada persona se le otorga un rol, pero el fenómeno
se parece a la ´activity" de Kirby en que las distintas personas realizan su
tarea en distintas partes, al menos parcialmente, sin más espectadores
que ellos mismos. LARP tiene naturalmente más aspecto de matriz
narrativa que una ´activity", que en este sentido se parece al happening,
sin embargo la gran cantidad de participantes y la larga duración tiene
como consecuencia que exista menos contexto que en una pieza de teatro.
Al igual que la vida misma, LARP no tiene una escena central en la que se
enfoque la función de espectador y todos los sucesos coincidan. Se podría
pensar que tanto LARP como ´activity" son un género de ´juegos
simbólicos" para adultos, pero este último se parece, a pesar de todo, más
al teatro en exigir la co-presencia mutua de los que juegan al menos
durante la mayor parte del tiempo de juego. En este sentido otro desarrollo
de ´Dragon and Dungeons", que ha tenido lugar en la red de Internet, es
decir MUD-MOO, es más comparable con el juego simbólico: ciertamente,
los jugadores no se pueden ver unos a otros, pero el juego existe sólo
mientras ellos están conectados, si no necesariamente al mismo tiempo,
en todo caso en el mismo espacio digital (Véase Sonesson 1995)..
Otra cosa es aquí sorprendente: también el que realiza una ´activity" sigue
un algúna forma de manuscrito, es decir lo que hace es un ejemplar de un
tipo que un texto prescribe. Es esto lo que lo diferencia de la conducta
cotidiana y que se parece al teatro, al rito y al evento deportivo; todos son
realizaciones en el tiempo y espacio de una especie de tipo pre-dado: el
teatro porque sigue un texto dramático en sentido estricto (con
excepciones), el rito porque sigue una costumbre, el evento deportivo
porque está limitado a un tipo de situación (en su calidad, no en su
cantidad). El sentido del teatro cultista debe ser el paso de la
estandarización por medio del texto a la estandarización mediante la
costumbre (aparentemente). El happening se presenta como
estandarizado de dos maneras: de un lado está compuesto de acciones
elementales estandarizadas (realiza ´scripts" o esquemas en el sentido de
la psicología cognitiva, es decir el esquema para ir al restaurante, etc.); y
por otro lado tiene un manuscrito específico que combina estos actos de
base de un modo determinado. Esto es válido también si el manuscrito
jamás ha sido escrito y si el happening sólo se realiza una vez.
Teatr Ritual Deporte(a Juego Happe- Activity/LA Perfor-
o gôn) simbóli ning RP mance
co
(mimic
ry)
Expresión/conte
nido (función
semiótica)
+ + — + + + +
Medio/meta
(función
instrumental)
—+ + — — — +
Escena/público
(función
+ + + — + — +
espectacular
asimétrica)
— —
Escena parte
del
(función
público
—+ — + + + +
espectacular
reflexiva)
Escena común
(función
espectacular
+ + + + + — +
única)
Matriz narrativa
+ (+) + + — + +
—
Yo/aquí/ahora
ficticio
+ — — + — + —
Cambio
físico/psíquico
del mundo
o — o o o o +
Fig. 2: Resumen de diferencias entre distintas secuencias estandarizadas
de actos (no como matriz estructural, ya que sin dudas hay otros ejemplos;
´performance" se interpreta aquí siguiendo el modelo de Abramovich).
Estamos de vuelta a la idea de que el rito, para que funcione como tal,
debe referirse a un sistema de normas que interpreta la realidad en su
espíritu particular. A continuación quisiera considerar, con ayuda de la
semiótica de cultura, algunos tipos de cambios de significados que realiza
el rito.
El lugar del rito en la semiótica del
espectáculo (3)
Göran Sonesson
Es posible entender un límite entre dos áreas, tanto como algo que
pertenece a las dos áreas al mismo tiempo o como algo que no pertenece
a ninguna. Si igualamos las áreas con conceptos, entonces tenemos un
equivalente a lo que Greimas llamaba términos complejos y neutros. Si
seguimos la famosa descripción de van Gennep de los ritos de pasaje,
resulta que uno es llevado de un área definida de la cultura pasando por
un área neutra a otra área definida de la cultura. Los límites aparecen aquí
como un termino neutro. El paso lo facilita un término intermedio que no
pertenece a una ni a otra área. En los ritos de transgresión por el contrario
se entienden el límite como un término lleno de contradicciones. El
traspaso es una directa confrontación entre esferas definidas de la cultura.
El límite aparece como un término complejo.
Quisiera ilustrar esto con ejemplos, no tomados de un grupo ´primitivo",
sino de una tribu dentro de la sociedad moderna: los artistas, los críticos y
los distintos actores del ´mundo del arte". Como he mostrado en otras
oportunidades, la epopeya heroica del modernismo se trata justamente de
cómo ´textos-tipos" que primero fueron definidos como ´no-textos" se
hicieron ´legibles" dentro de la cultura del mundo del arte, en otras
palabras, cómo las normas se establecieron para su ´lectura" (Sonesson
1992c; 1998a). Con la aceptación de cada nuevo movimiento modernista
se establecieron nuevos límites para la ´no-textualidad". En este sentido,
el happening, la activity y la performance son también al mismo tiempo
ritos: pero ritos para el grupo que es el mundo del arte modernista. Desde
este punto de vista éstos se realizan en realidad en un escenario ante
espectadores, cuya función espectacular es asimétricamente dirigida hacia
ellos.
Lo que Duchamp realizó, sin duda fue un rito de transgresión: del arte pasó
a lo no-artístico y regreso al mundo del arte con su presa. Cuando cosas
parecidas se hacen hoy por enésima vez queda, por el contrario, sólo el
rito del pasaje, una forma de atribuir a nuevas personas y objetos la
categoría de artistas y de obras de arte.
(Traducción: Ximena Narea. Revisión de Göran Sonesson y Ana Tejera
Sonesson)
Bibliografía