Magioncalda, Jose Lucas C Educación

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Voces:
ACCION DE AMPARO ~ DERECHO DE ACCESO A LA INFORMACION PUBLICA ~ EDUCACION
Tribunal: Juzgado Nacional de 1a Instancia en lo Contenciosoadministrativo Federal Nro.
6(JNFedContenciosoadministrativo)(Nro6)
Fecha: 28/10/2019
Partes: Magioncalda, Jose Lucas c. EN - M° Educación Cultura Ciencia y Tecnología de la Nación s/ Amparo
Ley 16.986
Publicado en: La Ley Online;
Cita Online: AR/JUR/36604/2019

Sumarios:
1 . La acción de amparo destinada a acceder a los resultados de una evaluación educativa —última prueba
“Aprender”— desagregada por establecimiento debe rechazarse, pues la Ley de Educación Nacional, en lo que
respecta a los resultados de las evaluaciones educativas, prohíbe de manera expresa la difusión de la
información que permita la individualización de los sujetos, con el objeto de evitar cualquier tipo de
estigmatización, configurando al supuesto contemplado como una de las excepciones previstas en el art. 8, inc.
d, de la Ley 27.275.
Texto Completo:
Causa N° 34.126/2019
1ª Instancia.- Buenos Aires, octubre 28 de 2019.
Resulta: I. A fs. 1/7 vta., se presenta el Dr. José LucasMagioncalda y promueve la presente acción de
amparo en los términos del art. 14 de la ley 27.275 contra el Estado Nacional - Ministerio de Educación,
Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación, ante el incumplimiento de la resolución 80/2019 de la Agencia de
Acceso a la Información Pública (en adelante, AAIP), y a fin de solicitar su acatamiento respecto de la
información requerida, relativa al acceso a los resultados de la última prueba “aprender” del distrito Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, desagregada por establecimiento, de manera tal que se pueda conocer la evaluación
de cada una de las instituciones educativas de esa ciudad.
Tras hacer referencia a la procedencia formal de la presente demanda, manifiesta que el 7° de marzo de
“2018” (cfr. fs. 1 vta.; en rigor, “2019”, v. fs. 10) requirió al ministerio demandado la información aludida en el
párrafo anterior, solicitud que fue denegada vía email el 28 de marzo siguiente.
Agrega que, por ese motivo, presentó un reclamo ante la Agencia de Acceso a la Información Pública, la
cual —luego de analizar los antecedentes del caso— dictó la resolución 80/2019, del 24/05/2019, ordenando
que se le proporcionara la información solicitada oportunamente.
Señala que, no obstante lo anterior, el 7° de junio de ese mismo año, la accionada presentó un informe del
que se desprendía su negativa a cumplir con lo allí dispuesto, motivo por el cual la aludida agencia la incluyó en
el registro de incumplidores de su página web.
Después de citar el art. 17, último párrafo, de la ley 27.275, sostiene que la demandada carece de facultades
para incumplir la resolución de la Agencia de Acceso a la Información Pública que la obliga a entregar la
información en cuestión, lo que resulta suficiente para que se ordene el inmediato cumplimiento de dicha
manda.
Asimismo, sostiene que tanto en el reclamo interpuesto en sede administrativa como en la resolución
80/2019 se esgrimieron razones jurídicas de peso que la accionada no logró conmover con las argumentaciones
de su incumplimiento. Transcribe aquellos fundamentos que considera de especial relevancia para el caso, en
especial, los esgrimidos por la AAIP relativos a que la información peticionada no se encontraba alcanzada por
las disposiciones vinculadas al secreto estadístico.
Sobre esa base, considera que la omisión de la parte demandada vulnera el derecho humano de acceso a la
información consagrado en el art. 13 del Pacto de San José de Costa Rica y en la ley 27.275, por lo que solicita
que se ordene al ministerio accionado a que cumpla con la resolución 80/2019, y entregue la información
requerida oportunamente.
Finalmente, ofrece prueba y hace reserva del caso federal.
II. A fs. 84/111 se presenta el Estado Nacional - Ministerio de Educación, mediante apoderada, y produce el
informe previsto en el art. 8° de la ley 16.986, solicitando el rechazo de la presente acción.
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En primer lugar, y teniendo en cuenta a la educación como un derecho de incidencia colectiva y que el
requerimiento formulado por el actor afectaría a la totalidad de los establecimientos educativos de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, considera necesaria la intervención en autos del Defensor del Pueblo y del
Ministerio de Educación de esa jurisdicción.
Sentado ello, señala que la competencia para determinar los contenidos de la política de difusión de la
información relevada en los procesos de evaluación educativa corresponde, en primer término, al Ministerio de
Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación (cfr. arts. 94 y 97 de la ley 26.206 y art. 23 quater,
apartado 3°, de la Ley de Ministerios, según modificación del decreto 746/2017) y a la Secretaría de Evaluación
Educativa de la Nación (cfr. decreto 552/2016). Asimismo, agrega que cada una de las provincias y la CABA
tienen análoga autoridad para sus territorios, en función de las normas citadas y de las resoluciones del Consejo
Federal de Educación 116/10, 280/16 y 324/17.
Considera que, en lo relativo al tratamiento de la información de las evaluaciones y sus resultados, el
legislador procuró el resguardo de la identidad de las personas humanadas, en especial, de quienes conforman la
comunidad educativa de cada institución, en observancia armónica con las leyes 17.622, 26.206 y 27.275 y las
resoluciones del Consejo Federal de Educación.
Teniendo en cuenta que la información requerida es la relativa a los establecimientos educativos de la
CABA, sostiene que el actor debió haber dirigido su acción contra al Ministerio de Educación de esa
jurisdicción.
Por otro lado, sostiene que la resolución 80/2019 de la AAIP se inmiscuyó en facultades atribuidas a su
mandante, relativas a determinar el desarrollo e implementación de una política de información y evaluación, y
en las facultades inherentes a la Secretaría de Evaluación Educativa, como unidad de coordinación política de
información evaluativa.
Efectúa un análisis individual y rebate aquellos argumentos contrarios a su posición que fueran sostenidos
en diversos considerandos de la citada resolución. En particular, y teniendo en cuenta que, a su entender, el
contenido de la información solicitada por el actor se corresponde con resultados educativos, destaca la
potencialidad discriminatoria de tal pedido y la esfera de privacidad de los datos volcados en cada una de las
pruebas aprender, habida cuenta de que la divulgación de la información solicitada conllevaría a un “ranking de
escuelas” que produciría un menoscabo para la dignidad de estudiantes y docentes. Por esos motivos, requiere el
rechazo de la acción de amparo promovida.
Finalmente, tras citar jurisprudencia en respaldo de su postura, hace reserva del caso federal.
III. Corrido el pertinente traslado, la accionante lo contesta solicitando el rechazo de la postura de su
contraria en los términos que surgen de fs. 116/121 vta., los que por razones de economía procesal se dan aquí
por reproducidos.
IV. A fs. 123/136 dictamina el Sr. Fiscal Federal, en los términos del artículo 39, segundo párrafo, de la ley
24.946.
V. A fs. 139 se llama los autos para sentencia.
Considerando: I. En principio, debe recordarse que no existe obligación de tratar todos los argumentos de las
partes, sino tan sólo aquéllos que resulten pertinentes para decidir la cuestión planteada, ni tampoco ponderar
todos los elementos y pruebas aportados al juicio, bastando los que sean conducentes para fundar las
conclusiones (Fallos: 278:271; 291:390; 300:584; entre muchos otros).
II. Como cuestión liminar, debe recordarse que el art. 43 de la Constitución Nacional establece que toda
persona puede interponer acción expedita y rápida de amparo, siempre que no exista otro medio judicial más
idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades públicas o de particulares que en forma actual o inminente,
lesione, restrinja, altere o amenace con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos
por esta Constitución, un tratado o una ley.
La procedencia de la acción requiere que el acto de autoridad pública impugnado o la omisión
supuestamente incurrida configure una decisión manifiestamente arbitraria o ilegítima, debiendo
individualizarse la restricción invocada e indicarse con precisión la existencia de la lesión o la amenaza,
evidenciándose con nitidez en el curso de un breve debate.
La utilización de la vía del amparo se encuentra reservada a delicadas y extremas situaciones en las que, por
la carencia de otros remedios aptos, peligra la salvaguarda de derechos fundamentales, requiriendo para su

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apertura circunstancias de muy definida excepción, tipificadas por la presencia de arbitrariedad, irrazonabilidad
o ilegalidad manifiestas que configuren, ante la ineficacia de los procesos ordinarios, la existencia de un daño
concreto y grave, sólo eventualmente reparable por esta acción urgente y expeditiva (Fallos: 297:93; 298:328;
299:185; 302:299, 306:1453; 308:2632; 310:576, 2740; 311:612, 1974, 2319; 312:262, 357; 314:996; 316:3209;
317:164, 1128; 320:1617, 323:1825, 2097; 325:396; 328:1708, entre otros).
III. Sentado lo anterior, resulta importante destacar que la ley 27.275 prevé en su art. 4° que “[t]oda persona
humana, jurídica, pública o privada, tiene derecho a solicitar y recibir información pública, no pudiendo exigirse
al solicitante que motive la solicitud, que acredite derecho subjetivo o interés legítimo o que cuente con
patrocinio letrado”.
Por su parte, el art. 8° establece que “[l]os sujetos obligados sólo podrán exceptuarse de proveer la
información cuando se configure alguno de los siguientes supuestos: “...d) Información que comprometa los
derechos o intereses legítimos de un tercero obtenida en carácter confidencial”.
Por último, el art. 13 de la citada ley determina que “El sujeto requerido sólo podrá negarse a brindar la
información objeto de la solicitud, por acto fundado, si se verificara que la misma no existe y que no está
obligado legalmente a producirla o que está incluida dentro de alguna de las excepciones previstas en el artículo
8° de la presente ley...”.
En este sentido, es necesario recordar que el derecho de acceso a la información, en tanto elemento
constitutivo de la libertad de expresión protegido por normas constitucionales y convencionales, no es un
derecho absoluto sino que puede estar sujeto a limitaciones.
Por lo tanto, resulta admisible que el ordenamiento jurídico establezca ciertas restricciones al acceso a la
información, las que deben ser verdaderamente excepcionales, perseguir objetivos legítimos y ser necesarias
para alcanzar la finalidad perseguida. En efecto, el secreto solo puede justificarse para proteger un interés
igualmente público, por lo tanto, la reserva solo resulta admisible para asegurar el respeto a los derechos o la
reputación de los demás o la protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas.
IV. Sentado ello, cabe recordar que en las actuaciones que dieron origen a la presente causa, la parte actora
solicitó “acceso a los resultados de la última prueba ‘Aprender’, únicamente respecto del distrito Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, desagregada por establecimiento, de manera tal que se pueda conocer la evaluación
de cada una de las instituciones educativas de la Ciudad” (cfr. fs. 1 y fs. 10).
V. Ahora bien, ante tal requerimiento, el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología remitió
copia de la información producida por la Secretaría de Evaluación Educativa en la que afirmó que se encontraba
“impedida de otorgar la información solicitada amparada en la excepción establecida en la Ley 27.275 sobre el
derecho al acceso a la información pública; en su capítulo II, artículo 8°, inciso D”.
Asimismo, informó que “[e]l carácter confidencial de la información generada por Aprender se establece en
las leyes N° 26.206 y N° 17.622 y se encuentran claramente explicitadas en el material de sensibilización
dirigido a la comunidad educativa, así como en los instrumentos de recolección de información dirigidos a
estudiantes, docentes y directivos participantes de la evaluación”.
Destacó que, sin perjuicio de lo anteriormente mencionado, la información correspondiente a la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, así como los datos nacionales y de las demás jurisdicciones se encontraba
disponible en el link web allí detallado (v. email de respuesta de fs. 11 e informe IF-2019-53208276-APN—
SECE#MECCYT de fs. 12/13).
Disconforme con esa decisión, el 8° de abril de 2019 el accionante interpuso reclamo ante la Agencia de
Acceso a la Información Pública por supuesto incumplimiento a lo establecido en el art. 15 de la ley 27.275, el
que fue resuelto favorablemente por el Director de la Agencia de Acceso a la Información Pública mediante
RESOL-2019-80-APN-AAIP, del 24 de mayo próximo pasado (cfr. fs. 14/15 y fs. 17/22 vta., respectivamente).
VI. Resulta determinante para el análisis y solución de la cuestión aquí planteada efectuar una interpretación
armónica de la normativa involucrada en la especie.
Así, cabe comenzar por señalar que “Aprender es el dispositivo nacional de evaluación de los aprendizajes
de los estudiantes y de sistematización de información acerca de algunas condiciones en las que ellos se
desarrollan” cuyo objetivo es “obtener y generar información oportuna y de calidad que permita conocer mejor
los logros y los desafíos pendientes del sistema educativo y, de esta manera, brindar orientaciones que
contribuyan a la mejora continua de los aprendizajes y a una mayor equidad” (cfr. Manual de Aplicación -
Cómo nos preparamos - Material para Directivos y Docentes, pag. 7, disponible en la página web
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www.argentina.gob.ar/educacion/aprender2018).
Por su parte, del Informe Nacional de Resultados de la prueba Aprender 2018 —vinculada con la solicitud
del aquí actor—, se desprende que “La evaluación Aprender produce información sobre el alcance de ciertos
conocimientos y competencias fundamentales en los estudiantes; también brinda información de contexto y
visibiliza las voces de directivos, docentes y estudiantes ... se constituye en una herramienta potente para la
gestión ya que brinda nuevas evidencias para la mejora continua”, entre cuyos objetivos se destaca “Contribuir
al diagnóstico del sistema de educación obligatoria a partir de la generación de información en torno a los
saberes básicos y características sociodemográficas de los estudiantes; opiniones y percepciones de directivos,
docentes y estudiantes”, “Impulsar el uso de información en los distintos niveles y actores del sistema educativo
que coadyuven a mejorar los aprendizajes” y “Enriquecer el debate público” (cfr. p. 9, disponible en la página
web aludida en el párrafo anterior).
Sentado ello, corresponde puntualizar que dicho dispositivo nacional de evaluación se encuentra a cargo y
resulta una responsabilidad primaria del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación.
Ello, en tanto que el art. 94 de la Ley de Educación Nacional —N° 26.206— establece que “[e]l Ministerio
de Educación, Ciencia y Tecnología tendrá la responsabilidad principal en el desarrollo e implementación de
una política de información y evaluación continua y periódica del sistema educativo para la toma de decisiones
tendiente al mejoramiento de la calidad de la educación, la justicia social en la asignación de recursos, la
transparencia y la participación social”.
El art. 96 prevé que “[l]a política de información y evaluación se concertará en el ámbito del Consejo
Federal de Educación”.
Asimismo, el art. 97 determina que “[e]l Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología y las jurisdicciones
educativas harán públicos los datos e indicadores que contribuyan a facilitar la transparencia, la buena gestión
de la educación y la investigación educativa. La política de difusión de la información sobre los resultados de
las evaluaciones resguardará la identidad de los/ as alumnos/ as, docentes e instituciones educativas, a fin de
evitar cualquier forma de estigmatización, en el marco de la legislación vigente en la materia” (énfasis añadido).
Por otro lado, merece destacarse que la Resolución 280/2016, del Consejo Federal de Educación, al aprobar
la implementación del “Sistema de Evaluación Nacional de la Calidad y Equidad Educativa” tuvo en
consideración lo establecido en el art. 97 de la Ley de Educación Nacional, en el sentido que las jurisdicciones y
el Ministerio de Educación de la Nación, en la difusión de los resultados de evaluación, debían resguardar la
identidad de los alumnos, docentes e instituciones educativas (cfr. copia agregada a fs. 67/68).
Asimismo, la Resolución CFE N° 324/17, del 2° de agosto de 2017, dispuso aprobar una serie de
modificaciones al aludido sistema de evaluación.
En sus considerandos, destacó que “...la aplicación combinada del artículo 97 de la Ley de Educación
Nacional N° 26.206, la Ley N° 17.622 y el Decreto 3110/1970 se imponen reglas de secreto estadístico sobre la
información de las evaluaciones educativas a los efectos de evitar cualquier forma de estigmatización a
establecimientos, docentes o alumnos...” (cfr. fs. 72).
El Anexo de dicha resolución estableció la propuesta de modificaciones al “Sistema de Evaluación Nacional
de la Calidad y Equidad Educativa” mediante distintos puntos de acuerdo.
El punto 11, “Distribución de resultados a los ministerios. Observancia de los deberes de confidencialidad”
determina que “El ministro de educación de cada jurisdicción, una vez elaborados los resultados de las
evaluaciones de los dispositivos Aprender y Enseñar, recibirá la base de datos correspondiente a su jurisdicción,
o el acceso a bases de datos donde éstos se encuentren, con desagregación máxima. Deberá observar la ley
17.622, como así también el artículo 97 de la ley 26.206, de modo que todas las publicaciones deberán ser
efectuadas en compilaciones de conjunto, evitando la difusión de cualquier dato desagregado que pudiera dar
lugar a la identificación o a la estigmatización de un docente, un alumno, o un establecimiento educativo.
Decidirá acerca de la gurda, custodia y tratamiento de la información y el soporte que la contiene, de manera de
procurar el mayor grado de confidencialidad y preservación”.
Por su parte, cabe señalar que, en lo que aquí interesa, el art. 10 de la ley 17.622 de Estadística y Censos
dispone que “Las informaciones que se suministren a los organismos que integran el Sistema Estadístico
Nacional, en cumplimiento de la presente ley, serán estrictamente secretos y sólo se utilizarán con fines
estadísticos.
Los datos deberán ser suministrados y publicados, exclusivamente, en compilaciones de conjunto, de modo
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que no pueda ser violado el secreto comercial o patrimonial, ni individualizarse las personas o entidades a
quienes se refieran...”.
VII. De la reseña normativa y regulatoria efectuada supra, resulta claro que la Ley de Educación Nacional,
en lo que respecta a los resultados de las evaluaciones educativas, prohíbe de manera expresa la difusión de la
información que permita la individualización de los sujetos (estudiantes, docentes o instituciones educativas)
que hayan participado de ellas, admitiendo únicamente su publicación en compilaciones de conjunto y evitando
la difusión de cualquier dato desagregado que pudiera dar lugar a la identificación —en el caso que aquí
interesa— de un establecimiento educativo; ello, con el objeto de evitar cualquier tipo de estigmatización.
Sobre tal base, debe entenderse al supuesto aquí contemplado como una de las excepciones previstas en el
art. 8°, inc. d, de la ley 27.275, en el que se busca preservar la prohibición de difundir o divulgar ciertos datos
que permitan la identificación de los establecimientos aludidos, limitando su difusión al seno de las
comunidades educativas “para la reflexión pedagógica y la implementación de estrategias de mejora continua”
(cfr. punto 12, Acceso a los reportes por establecimiento, Resolución CFE 324/17), por lo que mal puede
afirmase que la conducta desplegada por la demandada pueda ser tachada de arbitraria o ilegítima.
Máxime, si se tiene en consideración que la parte actora se limitó a solicitar el cumplimiento de la
resolución dictada por la Agencia de Acceso a la Información Pública pero omitió impugnar —como es
debido— la validez constitucional del marco normativo aplicable al caso y que fuera empleado como
fundamento para el rechazo de la requisitoria formulada, en cuanto disponen el secreto estadístico, el resguardo
de la información requerida y su difusión en un formato de mayor desagregación posible, a fin de, como se dijo,
evitar cualquier tipo de estigmatización posible, no sólo en relación a la identidad de los alumnos y docentes
intervinientes en las evaluaciones, sino también respecto de las instituciones educativas involucradas.
VIII. Por último, cabe destacar que la solución que aquí se propicia en modo alguno implica la
imposibilidad de la parte actora de acceder a la información y a los resultados de las pruebas Aprender 2018 en
los términos y condiciones establecidas por la normativa aplicable al sub lite.
Así, corresponde remitirse a lo expuesto por el Sr. Fiscal Federal en su dictamen fs. 123/136, en el sentido
que el impedimento al acceso indiscriminado de la información recabada mediante la prueba Aprender tiene
como objetivo preservar y evitar la difusión de datos que permitan identificar a los sujetos e instituciones allí
comprendidos, pero “[e]llo no implica que se retacee la información, toda vez que los interesados pueden
acceder a la misma, y la reciben en el formato de mayor desagregación posible, dado que son sus destinatarios y
tiene como objetivo la promoción de procesos de mejora educativa continua [congeniando] el secreto necesario
para evitar la estigmatización, pero cumpliendo con el deber de información pública a la que se encuentran
obligados los funcionarios” (v. fs. 136).
En tal sentido, y aunque sea sólo a mayor abundamiento, cabe destacar lo expuesto por la Secretaría de
Evaluación Educativa en el informe IF-2019-18324299-APN-SECEE#MECCYT al responder la requisitoria de
la actora en cuanto afirmó que la información correspondiente a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, así
como los datos nacionales y de las demás jurisdicciones, se encontraba disponible en el link web allí consignado
(v. fs. 13).
Por las consideraciones expuestas, y en virtud de la documentación arrimada a estos autos, lo que se
desprende de la misma, y teniendo en cuenta lo dictaminado por el Sr. Fiscal Federal, considero que
corresponde rechazar la acción de amparo promovida.
Por todo lo antes expuesto, y de conformidad con lo dictaminado por el Sr. Fiscal Federal a fs. 123/136,
fallo: Rechazando la acción de amparo intentada. Las costas se distribuyen por su orden, en atención a las
particularidades de la causa (art. 68, segundo párrafo, del Cód. Proc. Civ. y Com. de la Nación y art. 14 de la ley
16.986). Regístrese, notifíquese y, oportunamente, archívese. — Enrique V. Lavie Pico.

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