Tesis Doctoral Representaciones Sociales
Tesis Doctoral Representaciones Sociales
Tesis Doctoral Representaciones Sociales
PRIVACIÓN DE LIBERTAD
2.1. Evolución histórica de la noción de representaciones sociales
Cabe aclarar que el objetivo de esta tesis no es ahondar en los estudios de los
autores citados, sino desarrollar la conceptualización de las representaciones sociales
educativas en los contextos de encierro desde la visión de uno de los padres fundadores
de la Sociología: Émile Durkheim, con su invalorable aporte de las representaciones
individuales y colectivas para posteriormente abordar el concepto de representación
social con las contribuciones de Serge Moscovici y Jodelet Denise.
En la teoría social que formula este autor, la sociedad es un orden moral que se
manifiesta en las instituciones. Los componentes que la sociedad posee en forma
inmaterial son las representaciones colectivas que significarían hechos con carácter
propio. Rodrigo, M., Rodríguez, J. y Marrero, J. (1993), sostienen que, con este término,
se incluye la ciencia, mitos, ideas, religión y emociones que ocurren en una comunidad
y constituyen conceptos explicativos irreductibles “[…] en tanto conocimiento, no son el
resultado de las percepciones inmediatas del individuo, sino de la mediación de las
categorías implantadas en la mente” (p. 43).
La polifasia cognitiva pareció ser uno de los hallazgos más impulsor para
Moscovici y sus colaboradores, por lo que señalaba que convenía ocuparse del tema en
algunas investigaciones, hecho que ha sido explorado por Mugny, G. y Doise, W.
Duveen, G. & Lloyd, B. (2003), explican que Moscovici, S. en 1973, define a las
representaciones sociales como:
Sistema de valores, ideas y prácticas que tienen una doble función:
en primer lugar, establecer un orden que permita a los individuos
orientarse en su mundo social y material y dominarlo y, en segundo
término, permitir la comunicación entre los miembros de una comunidad,
aportándoles un código para el intercambio social y un código para
denominar y clasificar de manera inequívoca los distintos aspectos de su
mundo y de su historia individual y grupal (pp. 29-30).
Martínez García, M.; García Ramírez, M., (1992) dicen que la información está
constituida por el conjunto de nociones y conocimientos que poseemos sobre un objeto
social. El campo de la representación hace referencia a la organización interna y
jerarquizada que adoptan los elementos informativos sobre el objeto y la dimensión
afectiva, que expresa la orientación evaluativa y actitudinal, positiva o negativa, hacia el
objeto representado imprime a las representaciones sociales un carácter dinamizador y
orientativo de conductas (p. 391).
Mora, M. (2002), señala que la información es la organización o suma de
conocimientos con que cuenta un grupo acerca de un acontecimiento, hecho o
fenómeno de naturaleza social. Conocimientos que muestran particularidades en cuanto
a cantidad y a calidad de los mismos; carácter estereotipado o difundido sin soporte
explícito; trivialidad u originalidad en su caso. Por lo tanto, esta dimensión conduce
necesariamente a la riqueza de datos o explicaciones que sobre la realidad se forman
los individuos en sus relaciones cotidianas.
La autora señala que hay que considerar que las pertenencias grupales y las
ubicaciones sociales mediatizan la cantidad y la precisión de la información disponible.
El origen de la información es, asimismo, un elemento a considerar pues la información
que surge de un contacto directo con el objeto, y de las prácticas que una persona
desarrolla en relación con él, tiene unas propiedades bastante diferentes de las que
presenta la información recogida por medio de la comunicación social.
Según Moscovici, S. (1979), “se deduce que la actitud es la más frecuente de las
tres dimensiones y, quizá, primera desde el punto de vista genético. En consecuencia,
es razonable concluir que nos informamos y nos representamos una cosa únicamente
después de haber tomado posición y en función de la posición tomada” (p. 49).
También Araya Umaña, S. (2002), explica que la actitud expresa el aspecto más
afectivo de la representación, por ser la reacción emocional acerca del objeto o del
hecho. Es el elemento más primitivo y resistente de las representaciones y se halla
siempre presente, aunque los otros elementos no estén. La concepción bidimensional
añade al anterior, el elemento cognoscitivo. Finalmente, un punto de vista tridimensional
la complementa con una tendencia comportamental.
El estudio investigativo de Mazzitelli, C., Aguilar, S., Guirao, A., & Olivera, A.
(2009), constituye un aporte al ámbito escolar sobre la construcción del conocimiento
práctico sobre el quehacer del docente. Las autoras señalan que las representaciones
sociales que poseen los docentes de Ciencias Naturales sobre su profesión y la
formación disciplinar inciden en sus prácticas en el aula y en la institución escolar.
Castorina, J. A. y Kaplan, C. V. (2003), desarrollaron una línea de investigación
de las representaciones sociales en el ámbito educativo. Dicen los autores: