Introduccion

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ntroducción

El siguiente ensayo tiene como objetivo determinar el comportamiento del sector salud y
su oportunidad de negocio, para que el sistema de salud en México pueda brindar
servicios y productos efectivos de calidad se requiere la convergencia, entre otros factores
como; reguladores, prestadores de servicios, intermediarios, proveedores y la población
en general. Por lo tanto, conocer cómo se conforma el sector en México, y los retos y
acciones posibles es fundamental para avanzar hacia mejores instituciones y una mejor
calidad de vida. Las instituciones deben considerar ésta convergencia como un elemento
clave para mejorar o reinventar sus modelos de negocios que propicien servicios de
calidad, con acceso oportuno, para el máximo número de pacientes al menor costo
posible. La salud es una necesidad humana y aunque en muchas ocasiones dejemos de
prestarle atención, siempre nos causa preocupación, los avances teóricos y tecnológicos
para realizar el diagnóstico y recibir un tratamiento adecuado.

PwC plantea tres planes de cobertura de salud, estos son plan universal obligatorio, plan
obligatorio de servicios complementarios para trabajadores formales y planes voluntarios.
Esta visión incluye como componente fundamental la gestión de fondos por agencias
articuladoras especializadas (públicas o privadas) encargadas de la contratación de redes
de servicios, adquisición de insumos y garante de la calidad. Estas recibirían una cuota
por cada persona afiliada ajustada según su riesgo y tendrían acceso a un reaseguro
público para cubrir gastos catastróficos. Bajo este modelo, la secretaría de salud se
enfocaría totalmente a la gobernanza del sistema mediante organismos reguladores
especializados. El liderazgo será clave para resaltar las fortalezas en el arranque y las
oportunidades en el futuro.
Desarrollo

Dentro del contexto de la salud, PwC, con su experiencia, puede identificar las tendencias
y modelos para implementar formas de trabajo y facilitar nuevas formas de realizar
negocios, (Doing Business). En México la protección a la salud es considerada un
derecho y el Estado está obligado a velar por ésta, esta responsabilidad se lleva a cabo
por medio de instituciones que facilitan brindar los servicios de salud accesibles,
apropiados, eficientes y de calidad a toda la población.

El sistema de salud mexicano surgió hace más de 60 años, en 1943, con el Instituto
Mexicano del Seguro Social, (IMSS), bajo la necesidad de atención médica para los
trabajadores y sus familias. Los ciudadanos que no cuentan con un trabajo que les brinde
éste tipo de prestaciones se atienden en la Secretaría de Salud, (SS), DIF o servicios
estatales. Gracias a estos servicios y a los avances tecnológicos del país, la esperanza
de vida ha aumentado 18 años y la mortalidad ha disminuido significativamente, Sin
embargo, aunado a esto la frecuencia de aparición de las enfermedades crónicas
degenerativas han ido en aumento, siendo así un gasto mayor para su atención.

Desde 1989, la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) ha brindado su concurso a


la formulación, seguimiento y valoración de políticas y programas de salud, manteniendo
siempre una visión crítica, propositiva e independiente de las autoridades del sector salud.
Esas reflexiones han sido, en buena parte, consideradas por el Ejecutivo Federal en turno
en la formulación de planes de desarrollo y en los programas nacionales de salud.

México ha perfilado políticas de salud que muestran avance y continuidad en su


formulación y ejecución y que tienen su reflejo más reciente en el establecimiento del
Sistema de Protección Social en Salud.

Con el fin de adaptar el Sistema Nacional de Salud mexicano (SNS) a la nueva realidad
demográfica, epidemiológica y política del país, Funsalud estima de gran importancia
avanzar hacia el objetivo de diseñar e implantar una política pública de Estado que
permita: i) consolidar, en una visión de largo plazo, el trabajo de varias generaciones de
profesionales e instituciones de la salud; ii) tener como ejes centrales la conformación de
un sistema de salud universal y unificado, así como el fortalecimiento de la rectoría del
Sistema Nacional de Salud, y iii) adoptar un enfoque de las acciones de salud con base
en los derechos humanos.
El Artículo 4° constitucional reconoce el derecho de todos los mexicanos a la protección
de la salud, y más recientemente la Constitución obliga a cumplimentar el ejercicio
progresivo de los derechos humanos, entre los cuales la salud es uno de los
fundamentales. Sin embargo, la fragmentación del sistema de salud no ha permitido el
ejercicio universal e igualitario de este derecho. El éxito de algunos programas de salud
pública, persisten brechas en las condiciones de salud de la población.

México es un mosaico de enormes contrastes y desigualdades sociales. En el campo de


la salud, las transiciones demográfica, epidemiológica, económica y social han
profundizado las diferencias entre los grupos que compone el entramado social:
rural/urbano, pobres y no pobres, géneros, indígenas, grupos de edad, entre otros. De
esta forma, es fácil encontrar casos de avances impresionantes y simultáneamente
situaciones de rezago inaceptable.

Las nuevas propuestas para consolidar el avance del sistema de salud deben centrarse
en continuar con el desarrollo efectivo del derecho constitucional a la protección de la
salud para todos los habitantes del país, de manera uniforme y universal, pero, para
alcanzar el más alto nivel de bienestar como lo promueve la Organización Mundial de la
Salud, se requiere de importantes ajustes conceptuales. El derecho a la salud obliga a los
Estados a generar condiciones en las cuales todos puedan vivir lo más saludablemente
posible y esas condiciones comprenden la disponibilidad garantizada de servicios de
salud, condiciones de trabajo saludables y seguras, vivienda adecuada y alimentos
nutritivos.

La construcción de un sistema que se enfoque en los derechos humanos exige una mayor
precisión jurídica del concepto de protección de la salud y sus alcances en términos de las
obligaciones y responsabilidades, bajo un contexto unificado y sin segmentación en los
prestadores, para los tres órdenes de gobierno y la sociedad en su conjunto.

Las condiciones de salud actual y en el mediano plazo, derivadas de la transición


demográfica y epidemiológica, así como del comportamiento de los determinantes
sociales, obligan a replantear la necesidad de llevar a cabo una nueva reforma del
Sistema Nacional de Salud. Esta reforma estaría encaminada a establecer mejores
condiciones de las instituciones de salud para responder a la demanda y avanzar en la
universalidad de los servicios de salud, en el marco de una estrategia nacional de
desarrollo para el sexenio, que reafirme el carácter estratégico de la salud como un
componente esencial del desarrollo, tome como referencia las necesidades de salud de la
población, fortalezca el financiamiento de la salud, centre la reforma en la separación de
funciones del sistema, fortalezca las acciones de salud pública y la atención de la salud
de la persona, y ponga énfasis en la incidencia de los determinantes sociales de la salud.

La propuesta de reforma del Sistema Nacional de Salud que presenta Funsalud converge
con el planteamiento de un Sistema de Seguridad Social Universal, y se inscribe en uno
de sus cuatro elementos fundamentales: acceso efectivo a los servicios de salud, pensión
para la vejez, seguro de desempleo y seguro de riesgos de trabajo. 1 Esta propuesta para
la universalidad de los servicios de salud no es una sugerencia diferente ni alternativa de
este planteamiento, sino que se inserta en él como uno de sus componentes, con la
recomendación de iniciar esta reforma integral con las modificaciones al SNS para
garantizar el derecho a la protección de la salud.

Funsalud considera que la reforma al SNS para la universalidad de los servicios de salud
puede llevarse a cabo como el componente inicial de la seguridad social universal, por
varias razones: en primer lugar, por los mandatos constitucionales del derecho
fundamental de protección a la salud y para la atención de las enfermedades y accidentes
de trabajo por parte de los patrones, que es necesario hacer efectivo bajo el principio de
equidad y en el horizonte de los derechos humanos.

En segundo lugar, por la imperiosa necesidad de hacer más eficiente el financiamiento y


las condiciones de operación de las instituciones de salud para otorgar una prestación de
los servicios de salud de manera integrada y uniforme, y construir un sistema de atención
primaria a la salud que sea anticipatorio y resolutivo. Con ello, el sistema podrá responder
a la demanda urgente de servicios especializados y de mayor tecnología que ya presenta
el panorama epidemiológico actual y que se verá mayormente presionado por el
incremento de las enfermedades crónico degenerativas.

En tercer lugar, las condiciones de los servicios públicos de salud tras el avance de la
protección social en salud son propicias para su integración y consolidación, ya que existe
un avance considerable de homologación de muchas de sus acciones, lo que aumenta su
factibilidad. En cuarto lugar, la salud es un bien público que está convalidado por la
población en general, las instituciones y los actores políticos, por lo que su universalidad
cuenta de antemano con un mayor potencial de aceptación y viabilidad.
Finalmente, una de las razones más importantes por las que se propone iniciar con la
reforma de salud para la universalidad es el papel que la salud tiene como un elemento de
impulso al desarrollo, a través de elevar la productividad y calidad del capital humano.

Conclusión

Las actividades económicas productoras de bienes y servicios relacionados directamente


con la prevención, rehabilitación y mantenimiento de la salud son: Servicios y Bienes para
el cuidado de la salud. La estrategia de integración y fortalecimiento por funciones del
sistema es el camino correcto. Sin embrago, enfatizar acciones de portabilidad y
convergencia podría acotar indebidamente la agenda a los temas de estandarización en la
prestación de servicios y atención médica que, aunque necesarios, no abordan el
panorama completo. El actual modelo fragmentado entre seguridad social y Seguro
Popular corresponde a un traslape de modelos originados por coyunturas históricas
distintas que hoy en día no dan respuesta a las nuevas aspiraciones de universalidad. Se
debe repensar de fondo cómo estructurar el modelo por funciones para lograr el derecho
universal a la protección de la salud.

Considerando que existe una estrategia que pudiera ser la más eficaz para mejorar la
calidad de los servicios de salud, en especial de los servicios públicos, yo diría que la
estrategia más trascendente a nivel estructural sería la posibilidad de libre elección por
parte del usuario, lo que impulsaría la calidad mediante la competencia entre los
proveedores. Adicionalmente, la difusión de información sobre el desempeño de los
servicios, no sólo para establecer referentes, sino para permitir a los usuarios y pacientes
tomar decisiones informadas sobre los servicios que requieren. Los organismos
internacionales han recomendado privilegiar la atención primaria de la salud y la atención
preventiva como estrategia de eficiencia del sistema.

Referencias
Doing Business in Mexico. (Junio de 2012). Convergencia y Oportunidades en el Sector Salud .
Obtenido de www.pwc.com/mx/doing-business-salud

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