Tierra de Prosperidad

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Tierra de prosperidad

No vamos a hablar del evangelio de la prosperidad porque no


lo comparto de ninguna manera, pero sí debemos creer en la
prosperidad del evangelio, pues dice el Señor:

“Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará,


y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar
y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para
que la tengan en abundancia” Juan 10:9-10

Y eso también incluye el área material, siempre sin olvidar


que las riquezas y la gloria vienen de Dios, y Él es quien tiene
el poder para hacer que crezcas, te desarrolles, y prosperes
en tu vida.

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Necesitamos volver a la verdadera fuente de provisión, y


buscar en ella la verdadera bendición, sabiendo que es el
lugar correcto en donde buscarla, y esto hará que puedas
experimentar la grandeza del Señor en tu forma de vivir,
logrando grandes cosas para Su Gloria y tu crecimiento,
reconociendo que las riquezas y la gloria vienen, y son de
Dios, por lo que debemos dejar de buscarlas en otro lado.

¿Cómo buscamos las bendiciones del evangelio?

Deuteronomio 6:1-12 “Estos, pues, son los mandamientos,


estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os
enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual
pasáis vosotros para tomarla; para que temas a Jehová tu
Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que
yo te mando……….

Para hablar de una tierra donde fluye leche y miel, es decir,


para hablar de las bendiciones del evangelio, lo primero que
se necesita es crecer con la alimentación espiritual que
simboliza la leche. Se necesita alimentarse bien con lo básico
del evangelio para combatir las enfermedades espirituales.

Se necesita crecer con la leche espiritual para vencer al


pecado, se necesita leche para estar sólidos en los
fundamentos y no caer en los engaños del mundo. Se
necesita aprender a adorar a Dios, a como acercarse a Él, y
las demandas que Dios tiene para sus hijos cosa que sin una
buena alimentación es difícil cumplir.

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Al llegar a Cristo fuimos librados de la esclavitud del mundo


que nos tenía en sus manos, caminábamos bajo los principios
dictados desde la caída de adán, esclavizados en lo físico y
espiritual.

Nada hacíamos bien y nos alejamos de Dios formando nuestro


propio gobierno, al dejar al mundo por el poder de Dios, nos
alejamos de todo esto pero necesitamos ser limpiados y
enseñados para no mezclar lo santo con lo profano, es decir
necesitamos beber la leche espiritual no adulterada y en el
mundo no se encuentra.

La tierra de la bendición que el Señor te entrega es buena y


deseable

Deuteronomio 8:7-10 “Porque Jehová tu Dios te introduce


en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y
de manantiales, que brotan en vegas y montes; tierra de trigo
y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de
aceite y de miel; tierra en la cual no comerás el pan con
escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son
hierro, y de cuyos montes sacarás cobre. Y comerás y te
saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra
que te habrá dado” 

Podemos ver que los cananeos ya tenían esta bendición,


vivían en esa tierra, pero se olvidaron de Dios, no lo buscaron
sino que se entregaron a sus abominaciones, y nadie está
libre del castigo de Dios si se olvidan de Él.

Deuteronomio 8:19-20. “si llegares a olvidarte de Jehová tu


Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a
ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de
cierto pereceréis. Como las naciones que Jehová destruirá
delante de vosotros, así pereceréis, por cuanto no habréis
atendido a la voz de Jehová vuestro Dios” 

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Los cananeos vivían bien, tenían todo, sus tierras producían
buenos frutos, y también se gozaban en el pecado, pero todo
esto no les aseguraba la eternidad, en nuestro caso, de que
nos sirve disfrutar del mundo y perder el alma.

Las bendiciones que tenían y podían disfrutar los hizo


olvidarse de Dios, no habían crecido en conocerle y por eso no
podían defenderse. Por eso es necesario que tomemos
buenos alimentos espirituales, crezcamos en el Señor para
que las bendiciones no nos alejen de Dios, por eso:

Deuteronomio 8:11-14. “cuídate de no olvidarte de Jehová


tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus
estatutos que yo te ordeno hoy; no suceda que comas y te
sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y
tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen,
y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu
corazón, y te olvides de Jehová tu Dios” 

El hecho de que en la tierra que Dios te ha dado fluyan


bendiciones no significa que sí o sí te vaya a ir bien, pues es
el obedecer al Señor en todo lo que Él manda, lo que hará que
seas bendecido en todo tiempo; un gran problema de muchos
cristianos es que en tiempos prósperos muchas veces
empiezan a ser sabios en su propia opinión, y descuidan lo
que Dios manda obedecer, y es por eso la Palabra dice:
Cuando entres a la tierra que fluye leche y miel, cuida de
ponerlos por obra, es decir, no te creas que la prosperidad
viene por tu habilidad, y mantente fiel a mí.

Por eso es que hay personas que, a pesar de haber estado en


la tierra que fluyen bendiciones, no les ha ido bien, es porque
han descuidado la obediencia en todo a Dios durante ese
tiempo, ya que lo que hace que nos vaya bien en tiempos
prósperos es la aplicación de los principios de la Palabra de
Dios también en esos tiempos, es decir que cuando las cosas
nos van bien es cuando más fieles y obedientes debemos ser.

La tierra de la bendición primero nos va a alimentar, pues


debemos crecer en el conocimiento de Dios para no
desviarnos ya que el mundo tratará de desviarnos de los
planes de Dios, y en la medida que crecemos necesitamos un
alimento diferente, ya no debe haber distracciones ni quien te
distraiga cuando asumes un servicio para Dios, cuando tomas
un ministerio, o comienzas a desarrollar un don o talento, solo
debes crecer; te comienzas a alimentar con lo básico pero
después sigues con el alimento fuerte, deberíamos
prepararnos para digerir el alimento que nos va a fortalecer,
“hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de
este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce
como miel” Ezequiel 3:3, y la miel es la palabra de Dios.

También necesitamos comprender que el hecho de que nos


vaya bien no significa que la bendición vaya a multiplicarse,
porque debemos recordar que cuando Dios nos bendice no es
solo para que nos vaya bien, sino que es también para que la
multipliques, o sea, vivir bien pero también crecer
económicamente, y eso tiene que ver con las decisiones que
tomas cada día para administrar la economía como el Señor
manda, alejando la soberbia y la autosuficiencia.

Todo lo que hemos visto es lo que podemos llamar: La


prosperidad del evangelio, y es lo que te hace prosperar en
todo tiempo, como Daniel, quien “prosperó durante el reinado
de Darío y durante el reinado de Ciro el persa” Daniel 6:28,
pues cuando aplicas las enseñanzas que hemos visto a tu
vida, cuando creces espiritualmente a consecuencia de haber
bebido la leche espiritual no adulterada, vas a lograr
prosperar y progresar a pesar de las circunstancias que te
rodeen.

Cuando obedeces la palabra de Dios prosperarás en todo,


porque la prosperidad del evangelio no es solo para lo
material sino que sirve para progresar en todo tiempo, en
toda circunstancia y en toda tarea.

Pero debemos notar que Daniel no solo fue escogido por Dios,
sino que también él escogió obedecer y poner por obra lo que
el Señor manda, ya que no es suficiente con conocer o hablar
de la Palabra, sino que hay que ponerla por obra para poder
desarrollarnos y lograr las mejoras que traerán la prosperidad
a nuestra vida.