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Dos enfoques, misma conclusión
Morhange Pisán

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A todes les hijes de víctimas de violencia de género, yo siempre os apoyaré

Morhange Pisán

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Prólogo

Antes de empezar a explicar la razón de ser de esta novela, me gustaría


aclarar una serie de factores que aparecen en el dibujo de la portada, el cual he
hecho yo también:

-El Sol: la religión, el capitalismo, la heterocisalonorma y el patriarcado en


general.

-El techo de cristal: las trabas que nos ponen todos esos factores para
poder ascender a puestos de importancia.

-El Arcoíris: es la parte de la sociedad que sólo es visible si se está atento


porque la sociedad hace lo imposible por ocultarla; o sea, el colectivo
LGBT/GODI.

-Fondo morado y negro: es el anarcofeminismo, que está peor visto y


afecta a mayor número de personas que el colectivo anterior por muy poco, por
eso están pegados.

-Las gemelas: representa la cooperación que debería haber entre todos


los sectores del feminismo, en lugar de darnos de hostias, se debería llegar a un
acuerdo para acabar con el patriarcado.

-Las camisetas: son los logos abortista y el de "iglesia y estado asuntos


separados.

Una vez aclarado todo esto, pasaré a profundizar sobre cada uno de los
puntos. Actualmente cada uno de los medios de comunicación hace lo imposible
por malinterpretar y malmeter contra los derechos humanos básicos y no tan
básicos de absolutamente todos los colectivos oprimidos, a saber: mujeres
cisgénero, personas sin religión, personas trans tanto binarias como no binarias,
homosexuales, bisexuales, pansexuales, polisexuales, colectivo ACE,
intersexuales, migrantes, trastornadas, pobres y personas discapacitadas.

En África, Irán, Irak, Turquía habrá muchas personas discriminadas por


ser mujeres o por ser LGBT, pero en nuestras tierras también la hay aún a día
de hoy.

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Aún a día de hoy, tenemos que aguantar que en nuestro país se
extorsione a gente migrante, sólo por ser de una etnia o una raza diferente a la
nuestra. Siempre andan tirando balones fuera para esquivar los problemas que
en España seguimos teniendo, muchos de ellos, por cuestiones religiosas que
no les permiten abrir la mente. Nunca me han gustado las religiones, pero cada
vez me doy más cuenta de que no me faltaban razones para desconfiar.

Aún a día de hoy, en nuestro país todavía existe la prostitución, la


pornografía y la trata de blancas, y de no tan blancas; suponiendo todo esto un
respiro para los penes de sus asquerosos consumidores, mientras que, para los
productos a consumir, es un grito desesperado a la compasión y la empatía
inexistentes en la humanidad.

Aún a día de hoy, mujeres y leídes mujeres tenemos que soportar que nos traten
como seres de segunda clase, por lo que los machistas nos matan, violan, toman
por el pito del sereno si ponemos una denuncia por malos tratos, acoso, mooving,
grooming, sexting y/o violaciones.

Que ha llegado un punto en el que hasta que no nos maten, no se creen


que estábamos en peligro, y aún así les tratan a los asesinos maltratadores como
“supuestos”, es que ni estando clarísima la situación quitan ese prefijo. Da la
impresión de nos quieren sumises y callades, y, a ser posible, muertes.

En España hay muertes por lgbtfobia, aporofobia, racismo, capitalismo,


capacitismo y machismo cada día, y agresiones a cada hora o incluso menos,
así que no nos hace falta irnos tan lejos para poder apreciarlas.

Las personas hijas de víctimas de violencia de género sufren lo indecible


al ver a sus madres padecer maltratos a manos de quien tendría que ser uno de
sus protectores. Sus madres morirán por miedo a lo que les pudiera hacer a sus
hijas su pareja, en el caso de no obedecerles.

En el afortunado caso de que encarcelaran a su padre, se verían forzadas


a estar dando vueltas, hasta su mayoría de edad, entre el orfanato -donde les
esquivaran las personas egoístas que van a adoptar, porque sólo quieren bebés
y gente de menos de dos años- y las pocas familias de acogida en las que las
quieran meter.

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Al cumplir la mayoría de edad las soltarán en medio de la calle sin tener
ningún tipo de apoyo ni manutención, pudiendo caer en la prostitución como
único sustento porque la mayoría de trabajos “dignos” tienen unos sueldos con
los que apenas se puede llegar a fin de mes.

De eso se trata esta obra, de machacar el egoísmo que el dinero le da


nuestra sociedad para crear incomodidad en todas las personas que se den por
aludidas, y de esa manera, forzarles a evolucionar o asquearse a tal punto que
ninguna ducha, ni paseo, ni cántico, les haga sentir bien hasta que no hagan
algo para solucionar estas situaciones.

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Derrota como modo de vida

El picaporte descendió lentamente, dejándolo pasar a él.

- ¿No irás a salir así vestida? -le preguntó él mientras se colocaba con las
piernas bien abiertas sentado sobre la cama.

-Sí, si vamos a salir con tus amigos -contestó ella mientras se probaba el
vestido que había adquirido tras semanas de concienzuda búsqueda-. Ellos ya
saben que soy tuya.

-Por eso mismo -contestó él- con ese vestido vas buscando guerra.
Recuerda lo que pasó en la última fiesta.

-Cielo, eso no va a pasar.

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Un golpe sobre la mesilla de noche bastó para que ella volteara a mirarle
sobresaltada. ¿Habría dicho algo para molestarle? Al fin y al cabo, sabía que él
era de cabreo fácil… empezó a sentirse culpable.

-Precisamente por eso. No quiero que mis amigos piensen que eres una
puta -le amonestó él.

-No te preocupes, amor. Si no te gusta, me cambiaré.

-Date prisa, no quiero llegar tarde -refunfuñó él, repantigándose aún más
en la cama.

No es un tema relevante para esta historia, pero sus nombres eran Erse,
ella, y Garyu, él. Este capítulo es sólo para crear una atmósfera incómoda con la
que poder apoyarme para el resto de la historia, ya que las verdaderas
protagonistas aparecerán tras lo que es mencionado a continuación.

Garyu había acordado con sus amigos una sorpresa dentro del local al
que se dirigían aquella noche. Erse iba sin maquillar, sin tacones y con un vestido
que le cubría todo; cualquier esfuerzo le parecía poco para que su novio
estuviera contento con ella… al contrario que con sus últimas novias “esas zorras
feminazis que lo habían denunciado falsamente” … eso se pensaba.

Cuando lo cierto era que sus anteriores novias habían sido realmente
maltratadas psicológicamente, ambientalmente y económicamente. Pero la
policía había hecho caso omiso a sus denuncias por no tener ninguna marca en
el cuerpo. Además de que Garyu era un puesto del Alto Mando de Seguridad, de
él dependían las vidas de miles de ciudadanos.

Garyu algunas veces llegaba tarde a casa, Erse se pensaba que él se


merecía un descanso del trabajo y que por ello era normal que llegara tarde…
pero la realidad era muy diferente: él se iba de putas “para conservar la virginidad
de Erse”. Él sería capaz de matar a la puta si no le daba lo que él quería.

Como iba contando, Garyu había quedado con sus colegas en darle una
sorpresa a Erse, con una oferta que sería imposible que rechazara por lo

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interiorizado que tenía el tema del romanticismo: entendiendo los celos como
algo necesario en una pareja, que le dijera lo que tenía que llevar, que la
presionara, que pensara que el hombre tenía que conseguir el dinero y la mujer
ocuparse de la casa, tener hijos, etc.

Garyu le pidió matrimonio delante de todos sus amigos, ejerciendo con


ello, presión de grupo. Eso hacía que, si ella se negaba en ese momento a
casarse con él, lo dejaría mal delante de sus amigos, y un “no” de una mujer era
una horrenda humillación. Ella tenía que ser sumisa y rendirse a la presión
ejercida por aquel gentío.

Erse no quería casarse, todavía no había terminado la carrera de


medicina, quería ser médica de familia. Pero debía ceder “si realmente lo
amaba”. Sus compañeras la habían advertido que renunciar a sus sueños por
los de él no es amor, si no posesión, pero ella estaba demasiado engañada para
ver que tenían razón.

Se pensaba que ellas eran “unas feminazis” que sólo le decían eso porque
ellas nunca conseguirían gustarle a nadie… Nada más lejos de la realidad, ellas
ya habían pasado por aquello y no querían que otra pasara por el mismo calvario.

Acabó aceptando casarse con Garyu. Antes de la boda, él logró aislarla


por completo hasta de su familia. Según él, su familia no entendía su amor y, por
lo tanto, harían lo posible por separarles. Todo era mentira, una fina tela de araña
que estaba cumpliendo su misión: atrapar a la indefensa mariposa.

Ella se pensaba que el amor consistía en su propia sumisión, de hecho,


sentía una fuerte atracción por Cristian Grey. Adoraba el BDSM MaleDom desde
que leyó esa fatídica trilogía, la pobre ingenua se pensaba que un violador y
acosador como Grey podía convertirse en un buen marido… No tenía ni idea de
hasta qué punto se equivocaba…

Cada día se sentía peor en su matrimonio, pero su mente todavía no


hallaba la razón de su angustia, se pensaba que su matrimonio era normal, y por
lo tanto bonito y bueno.

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Pero, entonces, ¿por qué? ¿Por qué sentía cada vez más miedo a que su
marido entrara y ella no lo tuviera todo preparado para desayunar, comer, dormir,
levantarse o volver del trabajo?

Aquello la estaba consumiendo gradualmente más rápido… Una noche,


la pareja se fue a una discoteca donde podías pillar cualquier tipo de venérea,
de lo cochambrosa que estaba. Garyu quería que ella le enseñara las bragas
que llegaba puestas a sus colegas, Erse, sorprendentemente, se negó.

-No es una sugerencia, -le anunció Garyu- te lo estoy ordenando.

-No quiero, Garyu – se quejó Erse-.

-En el contrato dijiste que querías hacer gangbang y humillación pública,


Erse. Ahora no te puedes echar atrás.

-Garyu, este sitio no me gusta para eso.

- ¿Qué? ¿Ya te han comido el coco las putas feminazis? Tú eres mi


esposa y mi esclava y, por lo tanto ¡DEBES OBEDECERME! -le gritó mientras la
agarraba de las dos muñecas con sólo una mano, mientras con la otra le bajaba
la falda-. Eres mía y le darás gusto a quien yo quiera que le des gusto.

-Garyu, esto ya no tiene gracia -renegó entre gimoteos.

- ¡NO! Lo pusiste en el contrato, ¡Y debes cumplir con tu palabra! -En ese


momento miró a sus amigos y ofreciéndosela les indicó- Disfrutad con ella, tíos.

Exacto, la violaron entre varios hombres. A raíz de aquello se quedó


embarazada y sin saber demasiado bien lo que hacer. Pronto esa duda se disipó,
ya que Garyu le dijo que ella no tenía derecho a matar al “fruto de su amor”. Erse
se sintió culpable, por lo que acabó pasando por nueve meses de calvario, con
el único propósito de tener contentó a Garyu.

Al nacer sus hijas ni siquiera pudo formar parte de la decisión de sus


nombres. Garyu, debido a que frecuentaba el uso de putas polacas, les puso el
nombre de las dos últimas putas con las que había estado: Jurguita y Frashova.

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Las víctimas se revelan… (acaba mal)

Las niñas iban creciendo y los malos tratos también. Lo que en un principio
era un “yo no soy un maltratador, nunca te pondría la mano encima” pasó a
transformarse en gritos e insultos, posteriormente en violación, ahora ya había
golpes de por medio.

La gente suele pensar que un maltratador sólo le hace daño a su mujer,


pero no necesariamente a las hijas, entendiendo por malos tratos sólo los golpes.
Cuando en realidad los golpes son lo de menos, porque las niñas eran
espectadoras de todo lo que le hacía ese energúmeno a su madre… Lo odiaban
y temían a la vez, para ellas él sólo era el ogro que trataba como una mierda a
su madre, no su padre… ni siquiera un ser humano.

Jurguita y Frashova trataron de convencer a su madre para largarse de


aquel lugar para poder tener una vida mejor, sin tanto dolor. Pero Erse estaba
tan ciega emocionalmente que ni con el apoyo de sus hijas se sentía con fuerzas
para darle un portazo a Garyu.

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Erse no se daba cuenta de que sus hijas habían nacido con una
característica muy peculiar que consistía en que cualquier golpe o mala palabra
de su padre a su madre, ellas lo experimentaban en sus propias carnes, como si
el golpe o el insulto se lo hubiera dado a ellas.

Jurguita y Frashova habían heredado este rasgo de su abuelo paterno, lo


sabían porque un día su padre se lo ladró a su madre en una discusión.

Jurguita era la más calmada de las dos hermanas, la que, a pesar de todo
el dolor, sabía mantener la mente fría y por eso era la que tomaba las decisiones
más a menudo. Aunque Frashova no se quedaba corta ya que era la que tenía
el corazón más grande.

Un buen día, Erse decidió hacer caso de los consejos de sus hijas y
divorciarse de Garyu porque eso ya había llegado a su culmen y nada más que
podía ir a peor si se quedaba con él. Mientras que Garyu estaba trabajando, ella
se dirigió a comisaría y puso una denuncia por violencia de género.

En medio de la noche, entre trámite y trámite, cogió a sus hijas y se


fugaron a casa de una amiga de Frashova. Cuanto antes salieran de allí mejor,
ya que el divorcio no le iba a hacer ninguna gracia a Gayu.

El caso fue tratado desde el Juzgado de Violencia sobre la Mujer, donde


las acribillaron a entrevistas de lo más incómodas para las tres. Jurguita y
Frashova se ansiaron a la cuarta vez que tuvieron que contestar a lo mismo,
mientras gente desconocida, seria y sin tacto alguno las hacían sentir como a las
ranas de los experimentos de Galvani. Ni que decir tiene, que en ningún
momento Garyu llegó a tocar la cárcel durante el proceso.

La pregunta más dolorosa y que más les desconcertó fue:

- ¿Vuestro padre está de acuerdo con que os quedéis con vuestra madre?
- Ellas no podían hacer otra cosa que bajar la cabeza, mirarse mutuamente y
susurrar que no.

Erse se encontraba presa del pánico, hasta el punto de que casi retiró la
denuncia contra su todavía marido.

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Su padre, por otro lado, dijo en una entrevista que su mujer se había
escapado con sus hijas, que no se las dejaba ver y que encima se las daba de
víctima.

A Garyu le habían educado para pensar que lo que hacía era normal en
un “cabeza” de familia, que todo aquello no eran más que “riñas típicas de una
familia” y que, por lo tanto, se tenían que quedar dentro del ámbito familiar. En
otras palabras: “los que se pelean, se desean”.

Para más inri, el día del juicio la obligaron a meterse en la misma sala en
la que estaba su agresor. Erse estuvo a punto de renunciar a todo y someterse
a la muerte a manos de su marido, porque a pesar de todos los interrogatorios a
los que se había sometido ya, si no se presentaba en el juicio, la denuncia se
anularía y la policía le quitaría la custodia de sus hijas.

El tribunal se puso de parte de Garyu, argumentando que él


“supuestamente” habría maltratado a Erse -al parecer para el juez no eran
suficientes las secuelas, los traumas y demás que ella padecía sólo por su
marido-, pero que a sus hijas no las había tocado ni un pelo, así que debería
seguir viéndolas. Añadió que eso que estaba haciendo Erse era Síndrome de
Alienación parental y que como siguiera así, se le quitaría la custodia y la patria
potestad de sus hijas.

Era su fin, ya ni siquiera la justicia la escuchaba. Como no podían


quedarse más tiempo en casa de la amiga de Frashova y teniendo en cuenta
que Erse no trabajaba fuera de casa, no les quedó otra que volver a casa de
Garyu. El mencionado se negó a dejarla entrar en casa durante un día, le ordenó
que se esperara cerca de la puerta un día entero.

Durante ese día sus hijas le llevaron pan y agua como les había ordenado
el tirano de su padre, al que había imputado “la justicia”. Eso sí, al más mínimo
intento de comunicación con Erse por parte de sus hijas, éste les gritaba que se
dieran prisa. Sin darse cuenta de que esto sólo incrementaba el odio de Jurguita
y Frashova hacia semejante proyecto de primate.

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Garyu tenía armas del año que pidieran, sus hijas lo sabían y tenía una
mezcla de miedo por si usaba alguna contra su madre la próxima vez que la
dejara entrar.

Jurguita le comentó a Frashova que ella tenía una de las ballestas de su


padre guardada debajo de su cama por si acaso. Ya les daba igual ir en contra
de sus propias emociones, sólo quería salir de allí acompañadas por su madre.

Cuando el día pasó, el rufián de Garyu despertó a Erse mediante un tirón


de pelos, con el cual la llevó a rastras hacia el interior de la casa. Jurguita y
Frashova fueron despertadas por los quejumbrosos gritos de su madre,
acompañados por los berridos insoportables de su padre.

Ellas se asomaron para presenciar la grotesca escena: él la estrellaba


contra las paredes una y otra vez sin cansarse, ella temía levantarse por si la
consecuencia era peor.

En uno de esos golpes le desencajó un brazo a Erse. Fue entonces


cuando Frashova corrió a socorrerla, pidiéndole a Garyu que parara, que la iba
a matar. Pero él, lejos de pararse, agarró una pistola y acribilló a tiros a Erse,
ensañándose hasta después de muerta.

Al terminar trató de calmar a Frashova, la cual salió corriendo hacia su


habitación en busca del consuelo de su hermana. Garyu la siguió para tratarlas
de convencer de que su madre se lo tenía merecido “por haberse negado a hacer
su voluntad en todo momento, como habría hecho una buena esposa”.

Tras entrar Frashova en la habitación, entró Garyu, y éste se sorprendió


de que Jurguita le estuviera apuntando al pulmón derecho con su propia ballesta,
aunque con la cara enjugada en lágrimas.

-Jurguita, no lo hagas -le dijo Garyu suavizando el tono mientras trataba


de despistarla-. Papi lo siente, pero ahora podréis tener una mamá mejor.

Jurguita volvía a apuntar al mismo sitio una y otra vez, sin importarle
cuanto se moviera su padre.

- ¿Para que la vuelvas a maltratar, como has hecho con ella? -preguntó
sin desviar la atención mientras gimoteaba.

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-No, verás -trató de aclararle Garyu-. Erse no me dejó otra opción.

-Ni tú a mí tampoco… -sentenció mientras disparó la ballesta con los ojos


cerrados- Lo siento… -finalizó mientras dejaba caer dicha arma al suelo, cayendo
ella detrás.

- ¡JURGUITA! -gritó preocupada su hermana, lanzándose al suelo para


atenderla.

-No te preocupes…hermanita -la tranquilizó acariciándole la mejilla.


Echando un vistazo a su alrededor dijo apenada-. ¿Por qué esto tenía que
acabar así?

-Porque la vida es una mierda -respondió Frashova-. Según la psicóloga


del juzgado… no somos las únicas que hemos tenido que ver esto.

-Oye, -pensó Jurguita- ¿y si libramos al mundo de monstruos como


nuestro padre y tratamos animar a sus víctimas para que puedan tener una vida
mejor?

- ¡SÍÍÍ! -afirmó Frashova enérgicamente- ¡Seremos como Batman!

-Entonces a ello. Salgamos de este lugar.

La ambulancia y la policía llegaron horas más tarde, habiendo sido


llamadas por quejas de exceso de ruido de las vecinas más cotillas de la zona.
Pero las niñas ya no estaban dentro del lugar del siniestro.

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Nueva familia, a ver cómo sale

Las hermanas fueron criadas en un hogar de acogida de habla distinta a


la suya, de modo que, con gusto y rapidez, aprendieron ese idioma para poder
comunicarse con todos los miembros de la familia lo antes posible. Apenas las
llevó un año para poder gastar bromas con la gente que les rodeaba, aunque no
fue igual a nivel escrito.

Fuera del hogar de acogida hablaba todo el mundo su idioma, e incluso


ellas dos llegaron a actuar como intérpretes de sus padres postizos. Ellas
recelaban mucho de su familia de acogida, ya que tenían cierto parecido a su
familia original.

La diferencia es que nunca pasaba nada malo, al contrario que en su


hogar de origen. Pero ellas sabían que lo bueno no duraba y que ese bienestar
no iba a ser diferente, ya lo tenían asumido.

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Aun así no podían evitar encariñarse de su familia de acogida, ya que a
lo bueno es fácil acostumbrarse y los Byrne tenían muchas cosas de las que sus
padres biológicos carecían: se preocupaban de su salud, las mimaban a ellas y
a sus cuatro hermanastros, les contaban historias sobre civilizaciones antiguas,
eran muy abiertos de mente para ser religiosos, les permitían utilizar los medios
de comunicación para hacer sus trabajos de clase, y las animaban a tener
sueños alejados de la cocina y la crianza.

No obstante, les mosqueaba el hecho de tener que comerse unos rollos


aburridísimos sobre salvadores a quienes nunca habían conocido: ¿Qué se
supone que estaban haciendo esos seres cuando su padre maltrataba a su
madre? ¿Y cuando la mató? ¿Por qué alguien de semejantes características no
iba a frenar aquellas situaciones?

Eran preguntas que enfadaban a sus padres adoptivos y a sus hermanos,


de modo que procuraban hacerlas lo menos posible, no fuera ser que no fueran
más que otros maltratadores en potencia. En esos momentos de duda sólo se
tenían la una a la otra.

A su familia les resultaba curioso de los que eran capaces aquellas


chiquillas. Su capacidad perceptiva la tenían cada vez más potenciada y
entrenada para poder comunicarse de forma asertiva y empática. Les
comprendían y muchas veces, incluso, se adelantaban a sus actos debido a su
altísima intuición.

Adoraban estar en entornos multitudinarios. Pero todo tiene su límite, ya


que esos eventos les robaban hasta la última gota de energía y pasado un tiempo
necesitaban pasar tiempo a solas.

Los momentos de silencio y tranquilidad eran imprescindibles para ellas,


todos los días al menos necesitaban de tres horas en las que no hacer nada,
más que centrarse en solucionar situaciones planteadas a lo largo del día.

Un buen día llegó a sus oídos la noticia de que un chico adolescente se


había suicidado tras asesinar a su ex novia una vez que ella le puso una orden
de alejamiento.

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Estaba claro que la justicia no iba de parte de la víctima, ya que no hicieron
nada por mantener alejado a su ex de su casa y encima no le permitieron la
orden de alejamiento hasta después de haberla sometido a catorce mil
interrogatorios, en los que daban a entender que ella era una buscona.

El muy cabrón se sabía todos y cada uno de los movimientos de su familia,


y aprovechó un momento en el que sus padres se habían ido a trabajar y sus
hermanos estaban de marcha con sus sendos colegas.

La mató tras darle una reprimenda por haberlo dejado, las últimas
palabras que logró escuchar la pobre chica fueron “Si no eres mía, no serás de
nadie, mi querida Stacy”.

Luego averiguaron que “Stacy” no era el nombre de esa chica, si no el


nombre que le daba a las chicas modélicas todos los integrantes de un
asqueroso grupo de misóginos que se hacían llamar: “Incels”.

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Incels: los cuñados más patriarcales y sin asertividad

Los Incels se definían como hombres vírgenes y especialmente machistas


que culpaban a los hombres que sí que tenían relaciones sexuales con mujeres
de tener más vida social que ellos, y al mismo tiempo, odiaban a las mujeres por
no querer relacionarse con ellos.

Los susodichos llamaban a los hombres, entendidos como tíos buenos,


“Chads”, a las mujeres en sus palabras buenorras, “Stacys”, a las mujeres que
no consideraran como tales o que dijeran que eran feas, “Betys” … y a los
hombres que se portan adecuadamente con las mujeres: “Manginas”. Todo
altamente misógino, pero visto muy bien a nivel social; y es por eso que este tipo
de individuos pasan desapercibidos.

Para más inri, los Incels promovían la prostitución porque la consideran


como una mera herramienta para limpiarse el semen de sus sables o, mejor
dicho, veían a esas mujeres y al resto como objetos para el uso y disfrute de los

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hombres heterosexuales, cisgénero y tránsfobos -ya que tampoco consideraban
a las mujeres trans como mujeres sólo por nacer con pene-.

Uno de los hermanos adoptivos de Jurguita y Frashova llamado Ángel


Byrne, era muy aficionado a una red social conocida por forzar a los
supermercados a tener bolsas de patatas sabor barbacoa, pero también por
crear unos videojuegos realmente misóginos y por hacer listas de mujeres y
chicas a las que, literalmente, se follarían en un callejón y luego otro para las que
deberían estar agradecidas si las violaran, porque no están tan buenas.

Todo eso disparó una serie de disputas acerca de su preocupante visita a


ese tipo de redes, y la negativa de sus padres adoptivos a hacer nada por evitar
que las frecuentara.

-Entonces deberías estar también en contra de tu padre por ser Chad y


follarse a su madre cuando un violador podría haberla tenido de criada y de
esclava sexual -argumentó Jurguita.

- ¡NO! -respondió Ángel- Papá es mi ídolo por haber logrado atrapar en


sus redes a una mujer tan guapa y sexy como mamá. Todos mis amigos la tienen
presente en sus fantasías. Además, también sabe cocinar y limpiar, es el sueño
de todo hombre.

La señora Byrne le dedicó a su hijo una mueca de asco por el comentario


sexual que iba dirigido a ella, pero calló mientras servía las infusiones con pastas
a su prole y a su marido, Paul Byrne, el cual ni se inmutó de su presencia; ni
mucho menos de su gesto de desagrado.

- ¿De verdad no te da asco que piensen eso de tu madre? -Preguntó


claramente asqueada Frashova- Cuando se metían con la nuestra, hacíamos
que se tragaran sus palabras.

-Se metían con la vuestra con razón -dijo Ángel-. ¿A quién le gusta que
su mujer vista como una puta?

-A ella la mató el cabrón de nuestro padre…

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- ¡Jurguita -la paró su padre adoptivo, sin apartar la mirada de su periódico
ni por un segundo-, no le llames esas cosas a tu padre! En esta casa nadie insulta
a nadie.

- ¡Pero si es verdad que era un cabrón! – Afirmaron ambas gemelas al


unísono.

- ¡Me da completamente igual! -Dijo Paul, alzando la voz por encima de las de
las gemelas- Era vuestro padre y como tal, merece ser respetado.

En aquel instante Jurguita perdió el freno, se puso en pie y le plantó cara


a semejante mierda de argumento con el que defendía el señor Byrne al
maltratador y violador de su padre biológico. Frashova trató de frenarla, pero no
dio resultado.

-En primer lugar, Ángel se ha metido previamente con tu esposa diciendo


que “tiene un polvazo”, a ella le ha desagradado y tú no has hecho niente para
defenderla de un comentario tan soez. Y en segundo, nuestro padre no merece
el más mínimo respeto por parte de nadie porque nos hizo pasar una infancia
que no se la deseo a nadie.

-Vuestro padre no os hizo nada a vosotras, así que no inventéis -buzó


altaneramente el padrastro- Y mi mujer hace esos gestos hasta cuando le digo
de hacer el amor, así que no significan nada. (En otras palabras: violaba a la
señora Byrne porque consideraba su apetito sexual de mayor importancia que el
bienestar de su esposa)

- ¡¿Qué?! -Se sorprendió Frashova- Bueno, por ahí no paso. Se nota que
no tienes una mierda de empatía porque si la tuvieras te darías cuenta de que
las hijas de mujeres maltratadas sufren al ver el sufrimiento de sus madres. No
nos maltrataba físicamente, pero sí lo hacía mentalmente… y eso -gimoteó-…
es mucho peor…

-Frashova tiene toda la razón -dijo Jurguita mientras la arropaba con sus
brazos en un intento de consolarla-. Da la impresión de que vosotros viváis
dentro de la burbuja de lo “políticamente correcto”, donde si vuestros gustos
masculinos están satisfechos, el sufrimiento ajeno y los derechos humanos no
importan.

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-Lo políticamente correcto es lo que vosotras estáis contándonos -usó
como pobre estratega Ángel-: decir que los hombres somos los villanos de la
película, dejándoos carta blanca para que podáis hacernos lo que queráis con
vuestra ideología de género.

-Claro -se cachondeó Jurguita-. Jejeje, como que alguien a quien no


hacen ni caso policías, jueces y gente de a pie, tiene el más mínimo poder sobre
quienes han sido tomados como “cabezas” de algo desde que se inventó la
escritura hasta hoy.

Ángel no supo que más contestarles, ya que sus argumentos eran vacíos
y se derrumbaban por sí solos. Las gemelas se rieron triunfantes al ver que era
incapaz de rebatirlas.

Paul Byrne llegó a tal nivel de indignación que no se le ocurrió otra cosa
que mandarlas a su habitación -de ellas-, lo cual hicieron con muchísimo gusto
porque no deseaban quedarse allí.

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El polvo de debajo de la moqueta

La estancia en aquella casa era cada vez más incómoda para ellas dos,
ya no se podía hablar de casi nada sin que los hombres de la casa las cortaran
o las cambiaran de tema porque se sentían incómodos de saber que unas chicas
fueran más sabias e inteligentes que ellos.

La masculinidad es como un globo, inflada y delicada, ya que no resiste


el más mínimo roce; luego dirán que la mujer es el sexo débil.

Paul Byrne y su hijo Ángel, formaban parte de un partido político llamado


Gaviota, el cual llevaba en la presidencia ocho años y que había sido
desbancado por otro partido conocido como Social.

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Valemos surgió hace seis años dándoselas de “la verdadera izquierda” y
de anticapitalista, pero que luego se compró un chalet poniendo tres mil excusas.

Luego había otro partido que rondaba alrededor de Gaviota y Social según
le convenía, pero del que todo el mundo sabía que era más de derechas que el
primero, a pesar de ser de izquierdas.

Ni que decir tiene que dicho cambio de chaqueta no se lo tragaba nadie,


ya que apoyaba los vientres de alquiler y la prostitución, en otras palabras,
neoliberal -o sea, conservador sin más-. Dicho partido se llamaba Mandarina y
su líder Aleb.

Ángel consideraba que su padre era demasiado liberal a pesar de pensar


que la mujer tiene un papel secundario y de que toda la apertura mental que
mostraban era una trampa, ser lgbtfobo, racista y llevado por la ética religiosa,
en lugar de por los derechos humanos.

Al final, se independizó del partido de su padre para crear uno aún más
en contra los derechos humanos, disfrazándolo de hospitalidad por el tema de la
sanidad pública, creando un partido al que llamó Esvástica. Aun así, seguían en
contacto él, su padre y Aleb.

A Paul le costaba horrores hacerse a la idea de que no seguirían juntos


su hijo y él, y tenía que pagarlo con alguien. En casa estaban sus otros tres hijos
biológicos, su mujer y las gemelas. Decidió pagarlo con éstas últimas a modo de
venganza por lo que habían osado a decirle, a hacerle frente “a su padre”.

Aprovechando que todo el mundo estaba ya durmiendo, entró en la cocina


en busca de algo que lo pudiera ayudar a coaccionar a las hermanas. Su mujer
se había dejado el cuchillo, que había usado para deshuesar el pollo a mediodía,
en la encimera, inmaculado. Le echó la zarpa y se dirigió hacia la habitación de
las hermanas, su plan era divertirse usando sádicamente sus cuerpos y, a ser
posible, asesinarlas.

Claro, porque por un feto que no tiene conciencia era capaz de poner en
peligro la vida de una chica de 12 años o menos, pero las chicas y mujeres ya
existentes en el planeta, no importaban nada para él; de modo que violaría todos

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sus derechos y después diría que “se le habían abalanzado ellas, como buenas
lobas o zorras”.

Jurguita y Frashova dormían en la misma habitación sin más compañía


que la mutua, de modo que el plan de Paul se le presentaba aparentemente muy
fácil; sólo había un pequeño problema con el que no contaba Paul: que esas
gemelas ya llevaban recorrido en esa clase de asuntos.

Las gemelas escucharon un sonido extraño a esas horas y, como era de


esperar, se despertaron y quisieron ir hacia el lugar de procedencia del mismo,
pero al abrir la puerta ambas fueron golpeadas; Jurguita por Paul y Frashova por
la velocidad de la puerta al ser abierta de golpe.

La primera continuó siendo atacada por aquel infame personaje, ella


rehusaba de suplicarle absolutamente nada a su agresor, ya que eso alimentaría
sus perturbadoras fantasías, lo malo era que al ver que no hacía nada por
impedirlo, Paul cada vez le atizaba más fuerte.

Su hermana gritaba por ella, le suplicaba que parara, pero era


completamente inútil. Al tratar de sostenerle el puño con el que estaba
atizándola, él se zafó causándole más daño a la menos agredida. Durante esa
maniobra, el cuchillo se calló al suelo.

Jurguita normalmente era la que salvaba la situación, la más fuerte, pero


en aquel momento estaba siendo reducida por aquel político, la corrupción ya no
sería su único delito. Así que, tras un instante de bloqueo, en el cual examinó
mentalmente toda la casa en busca de una solución, le hizo un corte en el tobillo
con el cuchillo que había dejado caer el agresor.

El dolor hizo que soltara a Jurguita bruscamente y se fuera corriendo para


alcanzarla. La liberada hizo acopio de sus últimas fuerzas y abrió el balcón de la
habitación para pedir ayuda al vecindario, pero la gente no hacía ni caso.
Desgraciadamente, la empatía y la solidaridad no abundaban en las clases
acomodadas a pesar de las veces que fueran a misa.

Lo bueno que tenía Frashova era que era realmente rápida, así que
aprovechó para hacerle una considerable cantidad de cortes a su padrastro

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mientras él trataba de cogerla. Al darse cuenta de que su plan iba a ser más
difícil de lo que pensaba, ideó un plan B.

Fue directo hacia el balcón abierto y se tiró dedicándoles una mirada plena
de malicia, la altura era más que suficiente para matarse con la caída, así que,
al aterrizar, murió al instante.

Ahora sí. La gentuza comenzó a murmurar y a berrear porque había


muerto un hombre, ¡Un hombre forrado! Estaban metidas en un buen lío siendo
ellas quienes habían sido las víctimas.

La lástima es que los jueces nunca darían crédito a su versión por ser
chicas y además menores. Estaban perdidas, la prensa no tardó en tildarlas de
asesinas.

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¿Reformatorio o presunta libertad?

La situación de las hermanas iba de mal en peor. Otra vez les tocaba
enfrentarse a la “justicia”, y otra vez las iban a tomar por el pito del sereno, siendo
violada, de esta manera, su derecho a ser oídas y escuchadas.

Se supone que para que las menores pudieran participar en un juicio, las
preguntas dirigidas a ellas serían enunciadas en un lenguaje fácilmente
comprensible para su edad, y no fue así.

En su lugar, los medios de comunicación, el juez, la fiscal y el abogado de


turno, las tildaron previo juicio de asesinas, saltándose de esa manera su
“presunción de inocencia”, cosa que no sucedió en el juicio de su padre. A él se
la respetaron, a quien no respetaron en el juicio de violencia de género fue a su
madre, a quien el mismísimo juez tildó de “puta” injustificadamente.

Su madrastra -término incorrecto judicialmente hablando, debido a


chorradas como que las madrastras de Disney eran siempre malvadas. En este
caso, tan sólo era una víctima de violencia de género que se preguntaba quién
la iba a mantener en ese momento, ya que su marido e hijos la habían anulado

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totalmente- se negó a seguir cuidándolas, de modo que las metieron en un
reformatorio donde las obligarían a “restaurar el daño causado”.

Aquella restauración consistía en ayudar a una entidad social de socorro


a víctimas de violencia de género para que “empatizaran” con ellas mientras las
auxiliaban, lo cual era un contrasentido, ya que, si hubieran sido realmente las
culpables de la muerte de Paul a sangre fría, las mujeres a tratar estarían en
peligro al estar frente a frente con un par de asesinas.

En el reformatorio también les daban clase y las formaban para que


pudieran salir de ahí como autónomas, pero de trabajos barateros o timos porque
en cuanto cumplieran los 18 años, les darían la patada y si te he visto no me
acuerdo, por lo que tendrían tiempo para estudiar un grado con su forzoso máster
-porque si no los cuatro o cinco años de sablazos de carrera universitaria no te
la toman en serio, sería como no haber hecho nada. Lo que hace las ansias de
pasta de los rectores, les importa más el dinerito que los conocimientos que
puedan ganar sus estudiantes-.

Allí vieron todo tipo de casos, a cada cual peor que el anterior. Las
víctimas de violencia de género iban con sus criaturitas por miedo a que sus
padres asaltaran sus casas y se las llevaran para infringirles aún más daño del
que ya les habían hecho, ya que milagrosamente, esos canallas estaban libres
tras pasar por el juzgado de la mujer y haber quedado patente que eran
culpables.

Aunque aquellos casos no les pillaban de nuevas porque ya sabían que


la justicia favorecía a los hombres que le hacían pasar por penurias a las
mujeres, no dejaba de ser algo realmente molesto que cada vez les resultaba
peor de tragar.

Desde que la gentuza de las violaciones en grupo no fue encarcelada, los


violadores se han animado a acosar y violar el doble porque han visto que no
hay consecuencias legales. Tarde o temprano deberían hacer algo para parale
los pies a semejante calaña de escombros andantes.

Tenían que salir de allí, ya estaban hartas de no poder hacer nada por
aquellas víctimas, salvo darles unos hombros sobre los que llorar y una

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incomodísima sala de espera donde sufrir con las miradas de los letrados que
las habían condenado a morir a manos de sus ex por haber nacido con un sexo
considerado como débil -a pesar de que un hombre cisgénero no sería capaz de
soportar los dolores de la regla ni de los embarazos-.

Cuando cumplieron la mayoría de edad, las echaron del aparcamiento


para menores, también conocido como reformatorio con el único sustento de dos
trabajos precarios tales como cajeras de supermercado y de un local de comida
rápida que ganaba millones, pero que sus empleados no veían ni la mitad de
dicho pastizal. El primero mencionado era famoso por meterle horarios
incompatibles con una vida humana y despedir a sus empleados en verano para
no tener que pagarles las vacaciones.

Como sus sueldos no les daban para comprarse su propio piso, tuvieron
que alquilar un micropiso en el que casi no podían ni moverse, tenía lavadoras
comunitarias y un solo váter por piso, que no por apartamento. Para más inri, el
vecino del apartamento de arriba siempre despedía un tufo a una hierba que no
terminaban de identificar.

Lo bueno era que ya se habían librado de las dichosas familias de


acogida, de los servicios a la comunidad y de lamerle el culo a una señora sin el
más mínimo tacto con la gente que ha tenido una vida penosa porque se les
inculcó que se lo merecían.

Un día al uso, Jurguita llegó a esa vivienda tirando violentamente el


ridículo sombrerito del local de comida rápida, y, al pensar en que ya llevaban
dos meses sin pagar el alquiler de aquel antro en el que estaban viviendo,
suspiró profundamente.

Era desesperante, si hasta se había rapado ambos lados de la cabeza


para no hacer gasto de agua, Frashova sólo se cortó el pelo a media melena
porque le parecía más “femenino”.

-A este paso acabaremos pidiendo a las puertas de los locales donde


trabajamos… seguro que ganaríamos más ahora -masculló malhumorada. Miró
un segundo el reloj y al ver que su hermana no llegaba se empezó a preocupar-

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. Frashova tendría que haber vuelto hace un par de horas, ¿le habrá pasado
algo?

Al mandarle un WhattsApp a Frashova se escuchó el sonido de su móvil


justo en el pasillo y seguido la llave abriendo la cerradura de su puerta, era ella.
Al entrar, Jurguita se puso con los brazos en jarra dispuesta a echarle la bronca
a su gemela.

- ¿Dónde se supone que estabas? Me tenías preocupada.

-Consiguiendo un extra -dijo sacando un vasto fajo de billetes de su bolso-


. Esto servirá para pagar el alquiler.

-Palpando los billetes incrédula- ¿Desde cuando tu jefe es tan generoso?


Normalmente que escaquea a la mínima.

-Desde cuando he aceptado ser su sumisa por un día.

-Soltando el fajo y en tono cabreado- ¡¿Se te ha ido la olla o qué,


Frashova?! ¡¿Has dejado que te tratase como un objeto por un asqueroso
puñado de billetes?!

- ¡Nos falta dinero siempre y esto nos ayudará a levantar cabeza! -


Respondió con indignación y un poco de tristeza.

-Tienes razón, hermana -farfulló Jurguita en un tono un poco más


calmado-. Has hecho lo que has visto mejor para nosotras.

-La verdad es que ha sido divertido -afirmó Frashova jocosa-. No me


molestaría hacerlo de vez en cuando para desestresarme de esa mierda de curro
y de la religión que nos han tratado de meter a cuchara tanto en las casas de
acogida como en el reformatorio y orfanato.

-Supongo que podría estar bien informarse del tema un poco -reflexionó
Jurguita- Eso significa que tendremos que hacerle algunas visitas al cibercafé.

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El ciber del desmadre

Dentro del poco tiempo ocioso que tenían, las hermanas comenzaron a
visitar cada vez con mayor frecuencia el cibercafé situado a la vuelta de la
esquina de su calle, en una de las calles más cochambrosas de la ciudad; era
un milagro que tuvieran wifi.

La única gente que frecuentaba aquel lugar tenía una pinta que no invitaba
para nada al dialogo, alguna de ellas incluso, ya había pasado por la cárcel en
repetidas ocasiones y las habían echado por tener contactos en las altas esferas
del mundo del narcotráfico.

En general, era gente que frecuentaba aquel cuchitril para entrar en sus
cuentas anónimas de la parte de más oscura y profunda de internet, pero que a
ellas las solían dejar en paz, y en ocasiones, hasta las protegían porque
conocían su pasado y se lo agradecían.

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También era verdad que al ser chicas de 18 años no despertaban el más
mínimo interés en los pedófilos del local, lo cual era un punto a su favor visto el
ambiente.

Nada más poner un pie en el local hubo de todo tipo de reacciones: unos
las saludaban como si se conocieran de toda la vida y fueran colegas de trabajo,
otros las mataban con la mirada por ser novatas en esos mundos tan lúgubres,
y otro tanto las perseguía con la mirada por ser mujeres jóvenes en un local
donde la mayoría eran tíos cis mazadísimos.

Al llegar al mostrador, Jurguita sacó un par de monedas y una vez encima


del mismo le soltó en tono familiar al dependiente al cargo:

-Hey, Jeff. Mi hermana y yo necesitamos un ordenador con wifi, ¿crees


que eso será posible?

-Claro que sí -respondió divertido-. Y si no se lo quito a uno de estos


mataos. -esa aclaración la dijo levantando la voz, lo que provocó unos cuantos
gruñidos de desaprobación- ¡Tú, Jamie! -Gritó a un culturista en mangas de
chaleco- ¡Largo de aquí que no quiero tener que limpiar más corridas de los
asientos y del suelo!

- ¡Venga ya, tío! -Se quejó el mencionado- ¡Que ya me han echado del
Glory Hole porque las muy zorras llamaron a gritos al del sexshop diciendo que
las estaba violando! ¡¿Y entonces para qué están ahí si no quieren follar?!

- ¡Te han echado porque eres un pesado y pareces en celo todo el puto
día! -Le berreó Jurguita- ¡Con que ahueca el ala y déjanos ver el ordenador!

-Está bien, ya me voy -rumió mientras se iba aún meneándose la


zambomba, y al pasar cerca de la que le había llamado la atención, masculló
molesto- Ojalá te parecieras más a Frashova, esa sí que es una buena chica.

Aquel comentario no hizo si no provocar a Jurguita hasta tal punto que le


arreó una patada en los bajos.

-Y tú a ver si aprendes a no dejar tus debilidades a la vista del adversario


-advirtió orgullosa.

- ¡PUTA! -Gritó Jamie ciego de ira y acto seguido se lanzó a agredirla.

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Frashova, viendo que aquella situación no iba a acabar bien, agarró el rifle
que Jeff tenía detrás de él y pegó un tiro al aire con el arma a modo de aviso.

Esto hizo que todo el mundo allí presente parara de hacer lo que estuviera
haciendo y volteara a mirarla. Jamie retrocedió al ver hacia donde estaba
apuntando en cañón tras aquel disparo de prueba.

-Jurguita ha dicho que te largues y eso es lo que vas a hacer.

Jamie salió del local sin atreverse a darle la espalda y por fin pudieron
ponerse con el ordenador que había dejado libre. Jurguita la felicitó por su rápida
y heroica actuación.

-Bien hecho. Estoy orgullosa de ti -la alentó mientras la estrechaba por el


hombro contra ella afectuosamente-. No hay que rendirse ni con el más fuerte.

-Para eso están las hermanas -respondió Frashova sonriente-. Para


apoyarse en los malos momentos y para celebrar los buenos.

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Bondage, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo (BDSM)

La actuación de Frashova le pilló por sorpresa a su gemela, aunque, por


otro lado, se lo esperaba ya que no era la primera vez que actuaba para salvarle
la vida. Ya se había dado cuenta de que para que saltara, hacía falta que ella
estuviera en peligro para que atacara, nunca atacaba ni hablaba antes de que
sucediera algo peligroso, eso era más propio de Jurguita.

Eso le daba un punto de seguridad de que su hermana iba a estar bien


eligiera el camino que eligiera, ya que por lo menos sabría defenderse por sí
misma. Así que ya no le hacía falta ningún cursillo de autodefensa ni nada
parecido, pero, de todas formas, siempre podría contar con su ayuda en el caso
de no saber salir de un bache.

Aquel sentimiento de hermandad entre chicas se llamaba sororidad,


según les contó una prostituta del mismo barrio en el que vivían, que
casualmente había presenciado esa escena.

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Al parecer conocía la palabra porque era la lideresa de una asociación
financiada por el partido político Mandarina, partido que abalaba los vientres de
alquiler y la prostitución, de hecho, se conocía que Aleb era uno de los mayores
chulos. Por todo eso y más, el partido tenía fama de “feminista liberal”.

Ella se llamaba Arrimé, y les contó que el término fue acuñado durante la
segunda ola del feminismo en la que muchos grupos de mujeres se formaron en
torno a intereses en común y a prestarse apoyo mutuo y comprensión ante
situaciones machistas.

Les pareció genial que existiera un término para describir algo tan bonito,
aunque a Jurguita le escameó un poco que Arrimé perteneciera a semejante
partido y en ese preciso instante, no sabía muy bien la razón de aquella
incómoda sensación.

Prosiguiendo con la conversación, le preguntaron a la prostituta acerca


del tema del cual fueron a buscar información: las relaciones de sado-
masoquismo. Ella les contó que el nombre técnico de aquello era BDSM que
eran las siglas de: Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y
Masoquismo.

Según Arrimé el BDSM era un término creado para abarcar un grupo de


prácticas y fantasías eróticas consensuadas, que en algunos casos son
consideradas como un estilo de vida. Por lo que les aclaró que se trataba de algo
completamente distinto a los trastornos parafílicos de fetichismo, sadismo y
masoquismo.

El Bondage implicaba establecer relaciones de subordinación e


históricamente fue utilizado para referirse al lazo de unión restrictiva que unía a
amos y esclavos. En las prácticas eróticas se trataba de una técnica en la que
se ataba a la otra persona haciendo uso de sogas, cuerdas y similares.

El fetichismo no está incluido dentro de las prácticas abarcadas por las


siglas BDSM. No obstante, es muy habitual que muchas prácticas fetichistas se
practiquen en las prácticas BDSM, como sucede con la ropa de cuero, ciertos
juegos de rol sexuales, en los que cada parte asume uno de los papeles, tales

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como los de maestro/alumna, doctor/paciente, niñero/bebé (más conocido como
“age play”), juegos de entrenamiento de mascota y demás por el estilo.

Les describió los ocho tipos de relaciones existentes en el BDSM:


dominante/sumiso, amo/esclava, sádico/masoquista, brat tamer/brat, primal
hunter/primal prey, daddy/little, propietario/mascota, y switch.

-Dominante/Sumisa: Dominante era la persona que le gusta estar al


mando y que su pareja le obedezca sin rechistar y lo es en la cama únicamente.
Sumisa era la persona a quien le gusta sentirse sometida por su pareja -lo de
“pareja” no tiene porqué ser relación de pareja amorosa- y sólo lo es en la cama.

-Amo/Esclava: Amo era lo mismo que dominante, salvo que es en modo


24/7, por lo que obtendría una serie de privilegios, derechos y obligaciones sobre
la vida de su pareja. Esclava era lo mismo que sumisa, pero 24/7, por lo que
renunciaría a todos sus derechos como persona nada más firmara el contrato de
esclavitud.

-Sádico/Masoquista: Sádica era la persona a la que le pone cachonda


causarle dolor físico o angustia a su pareja. Masoquista era la persona a la que
le pone sufrir a manos de su pareja.

-Brat tamer/Brat: Brat tamer era la persona que ve la desobediencia y la


negativa de su pareja como un juego en el que deberían convertir esa
desobediencia en sumisión y afirmación, disciplinándole. Brat era la que
desobedecer y dice “no” a modo de juego para ser forzada.

-Primal Hunter/Primal Prey: Se trataba de personas instintivas que harían


el papel de cazador y presa durante su tiempo de intimidad en la habitación, o
sea, exclusivamente sexual.

-Daddy/Little: Se trata de una relación paternofilial con la pareja todos los


días a toda hora, no sólo en la cama. Y la parte de Little hace el papel de menor
de diez años o incluso de bebé.

-Dueño/Mascota: La primera parte hace que dueño de un animal y la


segunda del animal. La relación es 24/7, por lo que no es únicamente sexual,
incluso podría no tener nada de sexual.

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-Switch: Persona que se piensa capaz de asumir ambos papeles -
dominación y sumisión- con su pareja o con otra persona.

En principio las relaciones de BDSM debían seguir tres normas:

-Ser seguras, en cuanto al conocimiento necesario sobre su desarrollo y


sobre el material usado, así como sobre la prevención de riesgos.

-Ser sensatas, en cuanto a la capacidad razonable de decisión por parte


de los actores, no alterada por drogas o bebidas y acorde con la experiencia de
cada participante, sabiendo diferenciar fantasía y realidad.

-Y ser consensuadas, en cuanto a que los participantes estén de acuerdo


sobre la forma e intensidad con la que se realicen, e igualmente que dicho
acuerdo pueda rescindirse en cualquier momento.

Pero aquellas fueron sustituidas, al ser insostenibles, por: “Riesgo


Asumido y Consensuado para Prácticas de Sexualidad Alternativa”.

Al preguntarle a Arrimé si había alguna página donde pudieran conocer a


gente de aquel mundillo, les confirmó que había bastantes, pero que la más
aconsejable por ser internacional, era una llamada Fetlife.

Entonces se pusieron a buscar esa página para registrarse en ella, ya que


les -a las gemelas- sonaba a una forma ideal para liberar estrés de una vida
reprimidas y con posibilidades de conocer a gente muy interesante. No se hacían
a la idea de lo que les venía encima, aunque Jurguita más o menos sospechaba
algo.

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Conociendo a los especímenes

Siendo guiadas por Arrimé, las dos mellizas lograron elaborarse un perfil
en el que dejaban claro que eran dos hermanas nuevas en el campo de lo kinky,
y que tuvieran paciencia con ellas. Graso error, nunca debes mostrar tus
debilidades en internet porque de seguro alguien se aprovechará de ellas, pues
la peña rara o excéntrica abundaba en aquellos lares.

Empezando por los soñadores de turno que se tomaban la molestia de


escribirles historias enteras con sus fantasías eróticas con ellas como
protagonistas de todas las guarradas imaginables y no imaginables.

Siguiendo por los dominantes que tenían como fetiche más turbio ver
como dos hermanas se follan entre ellas, para después ir él a dominar a la
gemela de rol dominante. Pero, ¡Si hasta les enviaron un mensaje en el cual
decía lo siguiente!:

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Hola, os damos la bienvenida a Fetlife. Desde el equipo de dirección os
invitamos a pasaros a echar un vistazo por nuestro telegram. Hay muchas
chicas.

Os esperamos

Dicho mensaje las descuadró. ¿Cómo sabían de sus orientaciones


sexuales si todavía ni las habían puesto?

Frashova era heterosexual, pero estaba a favor de una práctica de BDSM


conocida como “bisexualidad forzada”, de modo que, si el dominante de turno la
obligaba a liarse con una mujer para ponerse a tono, ella aceptaría a
regañadientes.

Mientras que Jurguita creía que era bisexual, aunque sentía cierta
aversión hacia los hombres con pene, por lo que representaron para ella a lo
largo de su infancia y adolescencia. Sí que era verdad que era consciente de
que #notallmen eran iguales de machistas, pero la mayoría tenían unos
comportamientos que daban a entender que sí que se sentían superiores a las
mujeres o, en su defecto, que las despreciaban.

Y justamente los que se justificaban con el “no todos somos machistas”,


eran precisamente los que cometían más actos machistas y de mayor desprecio
hacia toda persona que no tuviera pene entre las piernas desde el nacimiento,
aunque con las mujeres trans tampoco se cortaban ni un pelo.

Lo más seguro que pensaran que si ellas conseguían alcanzarlos en


derechos, reconocimientos y oportunidades, ellos perderían todos sus privilegios
al ser iguales en oportunidades, reconocimientos y derechos. Temían perder
todas sus ventajas sobre ellas y por ello trataban de subyugarlas, para que no
lograran la igualdad que tanto bien le haría a todo el mundo. Es que se les veía
el plumero y las excepciones no abundaban.

Aceptaron la invitación a pesar de tener tintes muy sospechosos.

No les resultó sorprendente que al entrar al grupo de telegram literalmente


todos los tíos de la aplicación se lanzaron babeantes a tratar de tirarles ficha.

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Que si sois muy guapas, que si estáis muy buenas, que si les ponían las
gemelas, que si su sueño era acostarse con dos jamelgas como ellas… Lo que
más les flipó fueron los que les ofrecieron dinero por ser “sus perras” durante
una semana entera.

Pero ellas no eran una excepción, no. A las demás chicas y mujeres de la
aplicación las trataban de la misma forma, como meros cachos de carne a
consumir antes de una fecha de caducidad. Lo malo era que ellas lo veían
deseable, hasta se quejaban cuando no jadeaban por ellas o les mandaban
fotopollas. Un espectáculo tras otro, muy lamentable.

Cuando Jurguita se cansó de que enviaran fotos de penes y de


comentarios por el estilo de “yo violaba a tal o cual” mujeres que aparecían
atadas, abusadas y con uniformes de colegialas, saltó.

No sirvió de nada, salvo para que la llamaran “feminazi” y “malfollada”. Por


no mencionar los comentarios de parte de hombres desnudos tratando de
explicarles en lo que consistía para ellos el feminismo, su idea de feminista era
la de una mujer sumisa que traga con todas las injusticias de la sociedad y no
hace nada para remediarlo. Su hermana no la defendió en aquella ocasión ya
que ella pensaba lo mismo que ellos, que estaba exagerando y que debía
relajarse y divertirse.

Jurguita decidió salirse del grupo porque también estaba viendo a


hombres presuntamente switch que eran ultradominantes y a mujeres
supuestamente switch, que en realidad no habían manejado una fusta en su vida
y que eran tan sumisas que nunca podrían llegar a hacerlo. Y la puñalada por
parte de su hermana tampoco ayudaba. Semejante traición iba a ser realmente
difícil de olvidar.

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Cam4 you

POV de Frashova

No tengo ni idea de porqué razón Jurguita se ha enfado tanto conmigo,


nadie le ha dicho nada que no fuera cierto. Como dijo Arrimé, el BDSM es un
mundo erótico en el que todo se lleva acabo mediante consenso, y esas chicas
deseaban ser piropeadas, así que, ¿qué tiene de malo?

Su punto de vista es demasiado exagerado. Si bien es cierto que entiendo


su recelo por todo lo que hemos pasado por culpa de la violencia de género y de
una justicia un tanto torpe con las víctimas de la misma, pero ya es que ve
machismo en todas partes.

Ella piensa que el porno, los espectáculos de streaptease y de pole dance,


la prostitución y el BDSM son machistas hasta los topes, y yo no lo veo así, pero
respeto su decisión.

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Pienso que, si una mujer hace algo por propia voluntad, si no es forzada
a hacer algo, no es machista, y en estos sitios no he visto a nadie que haya
entrado porque la hayan obligado a ello. Luego, ¿dónde está el problema?

Me dice que no importa que tanto ellas hagan cosas de forma voluntaria,
si no que esos comportamientos están hipersexualizados y, por lo tanto, son los
que hemos aprendido de una sociedad en la que las mujeres y las niñas somos
tratadas como un trozo de carne para el consumo masculino.

¿¡Que ser sumisa o esclava son el colmo del machismo?! ¡¿Qué?! ¿Por
qué? Nosotras hemos tomado la decisión de ser usadas por un hombre porque
nos gusta, porque lo disfrutamos, y si con ello ganamos dinerito tanto que mejor,
porque falta nos hace. No entiendo cómo eso podría ser machista.

Creo que confunde prostitución con trata de blancas. La primera es


consentida y entras de forma voluntaria, la segunda es forzada y no entras
voluntariamente.

De todas formas, si entras a algo pensando que es una cosa y después


resulta que no era lo que querías, sigue sin ser forzado, ya que entraste porque
querías, ya que nadie te obligó. Veo por su parte una doble moral. No habría que
abolir este tipo de cosas, si no regularlas.

En efecto, uno de los chicos con los que he llegado a chatear que dijo
llamarse Aleb, tras una amistosa charla en la que me enamoró su labia sobre los
temas de la regulación de la prostitución, el maledom y la gestación subrogada,
me dijo que tenía en su posesión un hotel y me ofreció vivir allí con él para que
no tuviera que preocuparme de nada, salvo de satisfacerlo a él como mi amo y
a la gente que él quisiera traer.

Obviamente, estuvimos unos tres días hablando de nuestras cosas y de


emociones mutuas. No soy de las que se lanza a la piscina nada más conocer a
un tío bueno.

El segundo día nos intercambiamos fotos con ropa y sin ella porque ya
había confianza. Al tercer día hicimos una sesión BDSM por CAM4 -una página
donde la gente hace shows eróticos de todo tipo-, a la gente le encantó mi
precioso cuerpo delgado y a él le puso palote.

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Me pareció una idea fantástica, ya que mi relación con mi hermana se
había fragmentado de tal manera que nos sentíamos mal estando en el mismo
piso de escasos metros cuadrados. De modo que le respondí con un efusivo ¡SÍ!
¡Sí! ¡Por supuesto que quiero!

Jurguita trató de convencerme de que era una pésima idea, de que tres
días no eran suficientes para conocer a nadie y de que Aleb le daba mala espina.
Yo por supuesto, no le hice caso.

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Jugando a ser Diosa

POV de Jurguita

Al faltarme dinero para costearme el cochambroso pisito en el que vivía


comencé a plantearme opciones que nunca me había planteado antes, como
irme a vivir a un comedor social.

Una amiga común -a mi hermana y a mí- de otra etnia me contó que


estuvo colaborando con una institución religiosa dedicada al cuidado de los
pobres, me ha contado cuáles son sus normas para con la gente sintecho.

Resulta que la gente sin hogar se puede quedar en dicha institución sólo
tres días, pasado ese tiempo, para quedarse cubierto deberán trabajar sin cobrar
para la asociación, y si se niegan, otra vez a la calle.

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Es cruel. Pensadlo un poco, ¿y si alguien con alguna discapacidad física
o mental de más del 70% quisiera quedarse, pero por sus características
estuviese incapacitada para hacer esas esclavitudes?

La echarían a la calle, dejarían que se muriera argumentando la siguiente


raquítica excusa: "porque no tienen suficientes camas para que se queden todos
les mendigos y la Iglesia no les da dinero".

Yo no tenía ningún tipo de discapacidad -al menos que yo supiera-, pero


tampoco quería ayudarle a semejante peña de impresentables seguidores de
Ángel, a conseguir dinero mientras yo no me llevaba nada.

La Iglesia costea lo que le sale de los huevos, pero el cuidado al pobre lo


maneja como si fuera un hotel al uso. ¡Qué vergüenza! Y si les faltan adeptos,
que dejen la pederastia, la lgbtfobia y el machismo, que es lo que hace a esta
institución intolerable.

Ahora en serio, si esa institución hubiera realmente perdido sirvientes que


siguieran sus mandatos cual oveja a su pastor o al perro del susodicho, Esvástica
nunca habría podido, ni tan siquiera, conseguir escaños.

Pero ahí está, descojonándose de todo el mundo con sus interminables


burradas, las cuales demuestran que es hijo legítimo del partido Gaviota y
ayudante de un juez que fue despedido no hacer otra cosa que soltar falacias a
favor del odio hacia las mujeres que luchan por que se respeten sus derechos, y
que, para colmo, estaba situado en un juzgado desde el que podía y puede
hacernos mucho daño.

La realidad es que mucha gente añora las dictaduras religiosas porque


carecen de criterio propio y necesitan que alguien les indique hasta cómo se usa
el papel higiénico, y por eso las religiones nunca dejarán de existir.

Aun así, creo que se les puede empujar a tener la mente más abierta, pero
debido a que son fácilmente manipulables, por diálogo resultará imposible.
Habrá que buscar otras maneras de solucionar el problema.

Volviendo al tema principal, me he visto tan acorralada este último mes


que he hablado con todos mis vecinos en busca de posibles soluciones.

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Uno de ellos me sugirió que consiguiera otros dos trabajos, el problema
aquí es que para conseguir uno me las vi y me las deseé, para conseguir otros
dos, ya ni te cuento. Además, tampoco es producente tener dinero si después
no tienes tiempo para disfrutarlo.

Sólo me quedaban las opciones del mundo relacionado con lo X, pero


antes de tener que recurrir a la prostitución, quería probar a trabajar en el
sexshop que poseía un Glory Hole.

La suerte que tuve de ser domina que uno de mis sumisos era el dueño
de ese establecimiento, sólo tuve que seducirlo con una sesión y la promesa de
que conmigo iban a acudir más clientes.

Como en aquel mundillo ya empezaba a tener cierta familia, no me resultó


difícil cumplir con mi promesa, sin añadir que con lo babosos que eran los
clientes, me bastó con ponerme un uniforme de cuero y enseñar el poco canalillo
que tenía.

No me enorgullezco de decir esto, pero también tuve que acostarme con


alguno de esos energúmenos. Muchos de ellos ya estaban casados con mujeres
maravillosas que los querían con locura y con descendencia, se acostaban
conmigo con la excusa de que su mujer ya no estaba tan buena y ya no se la
ponía tan dura si no era con viagra.

Otros carecían total o parcialmente de habilidades sociales, lo que


explicaba que ninguna mujer quisiera estar a su lado, pero ellos se las daban de
víctimas porque no les hicieran caso ¡Pues cómpranos una muñeca hinchable o
un coño a pilas y deja de jodernos, que para algo existen los juguetes sexuales!

Gracias a mi perfil de domina en Fetlife fui conociendo cada vez a más


gente interesante que me ofrecía cosas muy interesantes a cambio de tener
sesiones conmigo, la lástima es que la mayoría de mujeres de la web fueran
heteroxuales, y las que decían ser bi, preferían ser dominadas por un maromo
culturista de polla grande y eternamente empalmada.

Aquella situación me dio una idea, cambiaría mi estatus de domina a


dominatrix, de ese modo podría conseguir más dinero para ir subiendo mi
estatus.

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La Batalla de las Flores

POV de Frashova

Con Aleb todo es como en un cuento de hadas, ya me dijo Arrimé que era
un cielo, pero no me imaginaba que tanto. Estoy en una nube, siento que cada
día es un regalo, pero pasan demasiado rápido.

Desde que firmé el contrato de esclavitud todo son cariñitos, caricias y


palabras bonitas. Me encantaba vestirme con el traje de criada que me regaló
nada más conocernos y, por si fuera poco, hoy nos casamos por medio del rito
de la ceremonia de las rosas; que es un tipo de boda BDSM.

¡Ya la estoy viendo! La ceremonia será privada. Únicamente asistiremos


él y yo y un par de amigos cercanos. Yo llevaré un precioso capullo de rosa
blanca y Aleb una rosa roja completamente abierta, las dos rosas tendrán
espinas en sus tallos.

No se nos tienen que olvidar la cadena delgada de dos metros y medio,


seis velas rojas, y un quemador de alcohol por si acaso. Que como se nos olviden
la habremos hecho buena.

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Él y yo nos colocaremos el uno frente a la otra. Yo iré vestida con un
vestido blanco de corte sirena sencillo y mi collar de sumisa, y sujetando con la
mano derecha mi capullo.

Aleb, con su rosa en la mano, me quitará el collar para pasarlo


rápidamente por las llamas de un quemador y me lo vuelve colocar. Mientras lo
hace, declara que me protegerá y guiará por todos los siempres.

Con una espina del tallo de la rosa roja, me pinchará el dedo medio y
dejará caer dos gotas de sangre sobre los pétalos blancos de mi flor. Él, entonces
le ofreceré las espinas de la mía para pincharse su propio dedo.

Permitiremos que caigan dos gotas de sangre una sobre mi flor y otra
sobre la suya propia. A continuación, apretaremos nuestros dedos mientras
recitamos nuestros votos, los votos que nos unirán por la sangre.

Sus amigos cogerán la cadena y la pasarán rápidamente por la llama y


nos envolverán con ella posteriormente. Una vez atados, repetiremos nuestros
votos para que quede constancia de ellos.

Las rosas se tocarán, permitiendo que se besen las gotas de sangre, para
intercambiarlas una vez hecho esto. Nos desatarán para envolvernos en una tela
que conservaremos después de la ceremonia. Una vez finalizada, nos
llevaremos a casa las rosas en un jarrón. ¡Estoy deseando que empiece!

Uno de sus amigos se ofreció para leer el encabezamiento del contrato de


esclavitud a modo de introducción de la boda (esta parte no era obligatoria para
la ceremonia, pero se agradece el detalle). El otro también le ayudó, ahora que
me acuerdo.

-Se encuentran reunidos en esta mazmorra de amor para celebrar la unión


de Frashova y Aleb, ambos mayores de edad y con capacidad de compromiso.
Desean manifestar que Frashova tiene tendencias sexuales complementarias de
sumisión hacia los hombres -asentí feliz pero nerviosa-.

-Por su lado- continuó su otro amigo, Aleb tiene tendencias sexuales


complementarias de dominación hacia las mujeres -también asintió mostrando

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una media sonrisa-. Ambas partes desean desarrollar conjunta y recíprocamente
dichas tendencias, haciendo realidad sus respectivas fantasías sexuales
convergentes y compatibles, estableciendo entre ambas partes una relación de
dominación masculina y sumisión femenina.

Era la hora de decir nuestros votos. Aleb me quitó el collar con suavidad
y lo pasó por el fuego un segundo antes de volver a ponérmelo y empezar con
los suyos.

-Yo, Aleb, acepto el compromiso que conlleva estar en posesión de tu


cuerpo y posesiones. Del mismo modo, prometo protegerte, cuidarte y amarte
como mi esclava; así como disciplinarte y usarte cuando lo vea preciso -al
terminar su parte, hizo un parón para proceder a pincharme con las espinas de
su rosa.

Tras pincharnos con las rosas y dejar caer nuestra sangre sobre ellas, era
mi turno para recitarlos en voz alta, aunque tardé un poco, ya que me daba algo
de vergüenza y mi parte era mucho más larga que la suya. Me puse como un
tomate maduro. Gracias a los ánimos de Aleb pude hacerlo.

-Yo, Frashova, me comprometo a adorarte y venerarte en todo momento,


dirigiéndome a ti con respeto, y siempre en situación de obediencia absoluta. Me
esforzaré en agradarte aceptando agradecida cualquier crítica suya, ya que
serán por mi bien. Así mismo, acepto que mi cuerpo deja de ser mi propiedad en
este momento, para pasar a ser tuyo, pudiendo realizar cualquier tipo de
modificación en él, alquilarlo o usarlo como consideres conveniente. No
olvidando, además, que sólo podré mantener una relación de respeto con otros
dominantes, pero no de sumisión, a no ser que sea por orden explícita. Y llevaré
en todo momento y con orgullo, el collar y demás objetos identificativos de mi
respeto a ti.

Cuando estaba a punto de terminar la ceremonia, uno de sus amigos


pronunció las siguientes palabras:

-Aleb y Frashova, que en adelante serán denominados respectivamente


como “Amo” y “esclava”, se prometen mutua y formalmente cumplir el presente

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Convenio, sometiendo libre y espontáneamente la referida relación a los votos
que por vosotros han sido recitados previamente.

No hay palabras suficientes en todo el mundo para describir lo que sentí


en aquel momento: felicidad, euforia, se me quedan cortas. Lo único que no
entiendo es esa sensación que no logro hacer que pare, de que algo va mal…

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La superficialidad vende

POV de Jurguita

-No tienes que pagar nada para estar allí dentro -le explico a una clienta.

- ¿Estás segura? -Me pregunta confundida- El hombre de antes ha


pagado 5 pavos y salía del Glory Hole.

-Ya -le respondo con una mezcla de cachondeo y cabreo causada por su
ingenuidad-. Esto es marketing, querida. Si no entráis gratis, luego ellos no
entran o entran poco por la ausencia de tías a consumir.

- ¡Eso mola! -Dice emocionada, lo cual me desconcierta porque le acabo


de llamar “carnaza” sin ningún tipo de edulcorante- No me mires así, está bien
que sufran ellos para variar.

-Está bien -digo rodando los ojos de exasperación para evitar tener que
aclararle otra vez a esa chica que la están usando a ella y no al revés-. ¿Vas a
entrar con alguien?

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-Sí, con una amiga.

-Con que con una amiga -cuestioné con retranca, aquello podría ser
entretenido-, ¿es que aún no te has declarado o que pasáis de etiquetas?

- ¡Oh, no! Ja, ja, ja -saltó con cierto nerviosismo-. Yo no soy bollera, ni mi
amiga tampoco, aunque se ha liado con unas cuantas. No, no. Sólo es que me
da curiosidad y como ella tiene experiencia en el tema, me ayudará a
experimentar.

Que no son lesbianas, dice ¡JA! Si su amiga se ha liado con tantas tías
como dice, aunque ahora estuviera saliendo con tíos, a lo mejor no sería
lesbiana, pero sí sería bisexual. En cuanto a ella… que yo sepa, a las
heterosexuales no les da “curiosidad” de saber cómo es estar con otra mujer.
¡Cuanta desinformación! ¡Esto es lo que tiene la propaganda de Mandarina y
Esvástica!

-Sea como sea -proseguí antes de que me soltara otro comentario vacío-
. Entonces tengo una única condición para dejaros pasar.

- ¿No habías dicho que era gratis? -Preguntó asombrada.

-Y gratis será -le aclaré-. Pero sólo podéis entrar ahí en pareja si dejáis la
puerta abierta para que el resto de gente también pueda “experimentar”, no sé
si me explico.

- ¡No jodas! -dijo con la misma emoción que antes. En serio, ¿qué tiene
esta tía en la cabeza, un unicornio dando vueltas en círculos mal dibujados? -
Me pone un montón el exhibicionismo.

-Entonces tira pa dentro -le señalé el lugar- Que yo ya le indico la dirección


a tu “amiga”.

Por la tarde me negué a ir trabajar, seguro que me habrían hecho


dominarlas a las dos mientras que cuatro maromos entrados en años se la
pelaban, me suele dar mucho asco el sexo, pero esa escena era especialmente
asquerosa. Dicen que el primer coito y el primer beso son especiales e
inolvidables, yo me he tirado a tanta gente que ya ni me acuerdo.

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Me gustaría amor, pero no fraternal, o sí. Quiero salir de aquí, estudiar
una carrera y conocer a gente no esté pensando 24/7 en follar. Echo de menos
a mi hermana, espero que le esté yendo bien y que Aleb no la trate como una de
sus tantísimas putas.

Ese día conocí a una chica vestida de criada con la que tenía palique para
rato, me encantaron sus maneras y su forma de pensar. Cualquiera de los
elementos que vienen a la tienda la habría definido como “buenorra”, de no ser
porque con lo tránsfobos que eran no habrían aguantado un pequeño detalle.

Me preguntó que si había algún problema en que tuviera pene, lo negué,


pero tengo la impresión de que ahí no va a acabar la cosa. Pero yo quería hacer
la prueba porque de ir todo bien, podría salir algo bonito.

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Cupido es un idiota con pañales

POV de Frashova

Aleb me mimaba y me compraba todo lo que yo quería no me hacía falta


ni trabajar porque él se encargaba de todo, era una maravilla. Incluso era tan
abierto de mente que me presentaba a un montón de chicos y cuando ellos me
proponían que actuara como su sumisa, él incluso me animaba a que lo hiciera.

He de admitir que a veces tenía la impresión de que había algo más detrás
de aquella inmensa amabilidad. Sí, una idea que me rondaba como si de una
mosca cojonera se tratase, que me decía que Aleb no era trigo limpio. Pero
cuando surgía la ignoraba, serían imaginaciones mías.

Ahora que lo recuerdo, Jurguita siempre me decía que las personas


altamente sensibles tenemos un sexto sentido, llamémosle “intuición”,
hiperpotenciado que nos permite ver y escuchar cosas que el resto del mundo
desconoce o no profundiza en ellas.

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Tampoco creo recordar que me dijera que él estaba trabajando en nada
en particular, creo que dijo que trabajaba creando nuevos puestos de empleo en
uno de los sectores más extendidos por el mundo.

Mmm, no, no puede ser, mi amo nunca me haría nada malo, en nuestro
contrato decía que me protegería y guiaría. Sí obstante, también decía que me
disciplinaría a su voluntad y que me usaría como mejor le conviniera… no sé
muy bien con cuál de las dos quedarme, así que mejor no le doy más vueltas.

Como iba contando antes de perderme en el particular y fascinante mundo


de mis recuerdos, algunos de esos chicos que me pedían que les atendiera
durante un tiempo tenían unos gustos un tanto curiosos: unos me querían grabar
en vídeo, echarme fotos en posturas muy sugerentes, a otros les ponía mearme
y cagarme encima para marcarme, escupirme mientras estaba arrodillada
delante de ellos, clavarme agujas en zonas particularmente frágiles para oírme
gemir, quemarme con cigarrillos.

Los más raros fueron uno que quería montárselo a lo clínica ginecológica
-él el ginecólogo y yo la paciente-, que venía hasta con un maletín repleto de
cacharros médicos específicos de ese tipo de sitios; y el que me hizo pasar por
una humillación pública en la calle mientras toda la gente miraba mi cuerpo
desnudo.

Al último traté de convencerlo de que fuera en un lugar poco transitado o


incluso de no hacerlo, pero después de unas cuantas copas, acabamos
haciéndolo. Todo el mundo ve normal lo de follar chicas borrachas, incluso yo
hasta hace poco… la cosa es que ya me está empezando a mosquear por el
hecho de que me podría quedar preñada, y de eso ni hablar.

Lo malo fue que al comentarle eso a Aleb me dijo que no fuera tan
estrecha y que mi cuerpo era tan bonito que no debía ser guardado sólo para
unos pocos. Que debía mostrárselo al mundo.

¡Y tanto que lo iba a ver todo el mundo! En los días consiguientes un


montón de gente había visto mi cuerpo en todas y cada una de las posturas
posibles, pero yo no había colgado más que cuatro fotos de desnudos artísticos
y ahora había muchísimos desnudos y escenas eróticas mías.

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Por no mencionar la cantidad de comentarios nauseabundos que había
en cada una de esas grabaciones e imágenes: “Esta tía la chupa de puta madre,
ya estoy deseando volver a verla”, “La paciente con el mejor coño que he visto.
Aunque para la próxima vez, lo quiero bien depiladito”, “Que suerte su amo, tío.
Él puede follársela cada día”, “Mira cómo me tienes”.

Le enseñé a Aleb todos esos comentarios para que me ayudara, pero no


lo hizo, en su lugar me dijo que debería estar agradecida por lo que para él eran
“halagos”. Esto ya me estaba molestando.

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Recibiendo gato por liebre

POV de Jurguita

¿Os acordáis de la chica esa vestida de criada de la que os hablé? Bien


pues, no fallé ni una. Al parecer, al lado del nickname que cada cual se pone en
Fetlife hay un nombre que indica tu género, la trampa es que las siglas para
mujer trans y para travesti son realmente parecidas… y ese último fue el caso
con esta damisela.

Voy a dar un repaso rápido para que quien tenga dudas del tema, se
aclare las ideas, ya que las identidades de género y demás no es algo que se
explique demasiado bien, o peor, no se explican y ya está:

-Sexo: se refiere a los genitales de cada persona. A partir de ello, se


asignan los géneros “mujer” si se tiene vagina, y “hombre” si se tiene pene. A
eso se le llama “género asignado al nacer” y no necesariamente es el género
real de cada persona.

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El género real de la persona está en la mente de la persona, no en sus
genitales; por lo tanto, no se elige, ya que las personas trans saben cuál es su
verdadera/s identidad/es desde su infancia.

-Cisgénero (cis): Persona que se siente bien con su género asignado al


nacer de forma permanente.

-Transgénero (trans): Persona que no pertenece a su género asignado al


nacer, sino al contrario. Pero que sólo necesita que le llamen por su verdadero
pronombre, que será el que esa persona indique como suyo y no el que la
sociedad le ha impuesto en función de sus genitales. No precisa ni de
hormonación, ni de operación de reasignación de sexo.

-Transexual (trans): Persona que no pertenece a su género asignado al


nacer, sino al contrario. Necesita que le llamen por su verdadero pronombre, que
será el que esa persona indique como suyo y no el que la sociedad le ha
impuesto en función de sus genitales, además de recurrir a la hormonación y/o
una operación de reasignación de sexo (que no “cambio de sexo”).

Los términos “proceso transexualizador” y “terapia” son tránsfobos, ya que


son sinónimos de trastorno. El primero además da a entender que sólo eres trans
cuando te has operado, y eso no es así, si eres trans lo eres con y sin operación.
Son preferibles los términos “proceso de cambio” y “hormonación”.

-Travesti: Persona a gusto con su género asignado al nacer y con su sexo


que se disfraza por diversión del sexo opuesto en ocasiones especiales y en la
privacidad de ciertas tiendas. No tiene nada que ver con la transexualidad, son
personas cisgénero.

-Drag Queen/Drag King: Denomina a una persona que crea e interpreta


un personaje, cuyos rasgos externos que no corresponden con los de su propio
sexo, por entretenimiento, parodia, sátira, etc. No debe confundirse con las
identidades transgénero: ese término transgénero implica disforia o
disconformidad con el género asignado al nacer.

Recuerdo que hace un tiempo el partido de Ángel -cuyo nombre no se


corresponde con su forma de comportarse- sacó un autobús con un mensaje
ultratránsfobo, como todo el mundo esperaría de un buen Incel.

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Después de que lo pararan y le pusieran una multa por incitación al odio,
cogió una avioneta con el mismo mensaje, ni un millón de cucarachas igualarían
en una escala de asquerosidad a este tipejo.

Pues resulta que al llegar a la parada en la que habíamos acordado


quedar, ella todavía no estaba así que me puse a esperar. Al ver que no venía,
me alteré porque un tío me estaba devorando entera con la mirada y no sabía
cuanto tiempo más iba a poder seguir allí sin empezar a correr peligro.

Contestó a mi mensaje pidiéndome que fuera a su apartamento y me dio


una dirección. Todo el rato un tío me estaba siguiendo, cada vez me daba más
mala espina. En una de las vueltas me adelantó metiéndose por una callejuela y
ya no supe más de él.

Al arribar al apartamento, la voz que me responde al telefonillo era un


tanto masculina, pero tampoco le di demasiada importancia. Un hombre me abrió
la puerta de dentro, y sin que yo me lo esperara, me levantó del suelo, me
introdujo en la casa y comenzó a sobarme. En un segundo de desbloqueo propio,
logré apartarlo un poco de mí para preguntarle a qué demonios venía eso y quién
era él.

-Soy Lúa, de Fetlife -respondió sin bajarme.

- ¡Y una mierda! -niego atinándole en la barbilla, lo que provocó que me


soltara. Antes de que se recuperara, agarré un paraguas de la entrada y lo
esgrimí en posición de defensa- Tú eres el hombre que me ha estado siguiendo
calle arriba.

-Verás -comenzó la explicación-. Yo soy un hombre al que le gusta


sentirse como una puta de vez en cuando, que usen mi culo y que me digan
zorra. Pero nunca voy a dejar de ser un hombre.

- ¿Y por qué me mentiste? -Grité cabreada- Pensaba que teníamos


confianza suficiente como para que me contaras que eres un travesti. Sin
embargo, llego a tu casa y casi me violas en una forma que ni conocía. ¡¿Te
puedes hacer a la idea del miedo que da eso?!

-No había pensado en eso -dijo sin inmutarse.

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El amor no duele, las puñaladas sí

POV de Frashova

La sensación de que estoy metida hasta las cejas en un aprieto se


incrementa cada santo día que pasa. Me ahoga, me duele, lo quiero frenar, pero
no sé cómo.

Las cadenas y ataduras que antes era para mí signo inequívoco de


lealtad, libertad y profundo amor. Empiezo a darme cuenta de que Jurguita tenía
razón y la esclavitud femenina no era más que una parte del patriarcado, una
forma más de opresión hacia la mujer.

Pero aún no tengo la seguridad de que sea tan malo, de modo que quiero
darle una última oportunidad porque quiero creer que todo lo que hemos vivido
es nada más que una dulce mentira. Me niego a pensar que la gente pueda ser
tan retorcida. Quiero pensar que los cambios a mejor existen hasta en las peores
personas.

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Lo más curioso es que después de la última sesión con Aleb, a la mañana
siguiente, me entraron nauseas. Insistí en pensar que mi malestar se debía a
una mala digestión de la cena, al fin y al cabo, tomamos unos espaguetis con
chorizo y tomate frito que sobraron de la comida. Mi estómago no está
acostumbrado a esos chutes.

La otra opción me aterra y ya sé que Aleb no quiere tener hijos, mas está en
contra del aborto y está a favor de la gestación subrogada. Yo no quiero tener
descendencia, pero tampoco quiero abortar, aunque la última opción tampoco
me hace mucha gracia la idea de tirarme nueve meses con malestar para que
luego ese resultado se lo vaya a quedar otra persona.

Sí claro, y que mi hijo le quite un hogar a un huérfano como somos mi


hermana y yo, no. Odio esa maldita idea, los huérfanos merecen tener un hogar,
y los hijos de víctimas de violencia de género también, y como que me llamo
Frashova que no dejaré que se queden sin él por el egoísmo de alguien que
nunca ha tenido útero pero que quiere obligar a la gente que sí que los tiene a
hacer lo que a él le venga en gana.

Así que si esas personas quieren ser progenitoras, que adopten, que
paran o que renuncien a tener hijos, que un hijo no es un juguete al que usar
para satisfacer sus caprichos más elitistas.

Aquella noche, Aleb y yo fuimos a un club BDSM que ya conocíamos. Se


trataba de un lugar alejado del centro de la ciudad -como todo buen bar de
alterne- por lo que se tenía que ir en coche. Los interiores no estaban casi
iluminados, las luces azules hacían un agradable con las paredes rojas y la
decoración medieval.

A la vista de todo el mundo se encontraba una cruz de San Andrés


apoyada en la pared que daba paso a una serie de puertas, donde los clientes
más tímidos hacían sus sesiones.

La noche comenzó muy bien, los dos nos estábamos divirtiendo, hasta
que pasó algo que hizo cambiar de idea radicalmente. De una de las salas se
escuchó un grito muy agudo, que me puso los pelos de punta, de modo que me
acerqué para ver lo que pasaba.

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Lo que vi me horrorizó: un montón de gente estaba acosando a una chica
para que se quitara la ropa. Alguien me dijo que esa chica era una sumisa Brat,
y por lo tanto sus “noes” eran “síes” y no se debían tomar en serio, pero la
expresión de su cara me decía otra cosa, ella estaba sufriendo. Nadie parecía
percatarse de su malestar y yo sentía que debía hacer algo para sacarla de ahí,
pero, ¿el qué?

Observé con toda la calma que me permitió tener todo el barullo allí
formado, todo estaba lleno de potenciales armas. Le quité de las manos un látigo
largo de cuero a un dominante que andaba por ahí, se mosqueó porque una
esclava le hubiera desafiado de esa manera, yo lo ignoré porque tenía cumplir
con mi misión.

Chillé todo lo fuerte que pude seguido de un restallido en el aire. La


primera reacción de todos los pervertidos que había allí fue de dejar de
masturbarse con el sufrimiento de la víctima y la segunda, conforme yo iba
andando donde la supuesta brat se encontraba, comenzar a bufarme e
insultarme porque les estaba cortando el rollo.

Una vez le hube llegado donde ella, espanté al vejestorio que estaba
violándola en ese momento pegándole un fuerte golpe con el látigo en la espalda,
en cuanto se dio la vuelta para atacarme, le aticé una patada en la bolsa escrotal
y todo el mundo trató de estrangularme. Logré salir de allí con la chica a base de
defensa personal y latigazos a partes sensibles.

Al salir vimos a Aleb recibiendo dinero de una pareja dominante, ¿qué significaba
aquello?

La pareja me explicó con toda la normalidad del mundo que le estaban


pagando por usarme, eso me sacó de mis casillas. Aleb, al ver que ya se había
destapado la verdad, me la contó al completo ¡Me había estado vendiendo a
todos esos hombres que yo pensaba que eran mis ligues! Todo con la excusa
de uno de los párrafos de nuestro contrato y haciéndome pensar que yo estaba
escogiendo aquella vida libremente.

Tras pegarle un botellazo me echaron de allí los seguratas por haberle


hecho una brecha en la cabeza. La chica a la que salvé me lo agradeció, me dijo

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que había sido muy valiente y me preguntó que si tenía dónde hospedarme. Al
decirle que no, me ofreció ser su compañera de piso, a lo cual no me podía
negar, ya que a casa ya no podía volver.

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Viviendo lo indeseable

POV de Jurguita

A esas horas ya no podía volver a casa, de modo que decidí aceptar la


“invitación” de Lúa de quedarme con él sólo hasta la mañana siguiente. No me
hacía ninguna ilusión, ya que aquel energúmeno me intentó violar nada más
entrar por la puerta.

Sí que era verdad que le gustaba disfrazarse de mujer, de un tipo muy


específico de mujer, concretamente de prostituta cualquiera. Si tenía hasta
medias de rejilla de esas espantosas, pelucas a media melena, una amplia gama
de maquillaje del cutre, unos tacones que levantaban palmo y medio del suelo y
carecían de punta, y como colofón, unos vestidos ultracortos y escotados de
criada con los que dejaba al aire el culo y parte de sus genitales.

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Tan sólo ver esto me entraron ganas de salir corriendo de aquel lugar al
grito de “¡Socorro!¡Me quieren violar!”, aún sabiendo que la gente carece de
empatía y solidaridad.

Con la tontería del “alguien la ayudará” acabaría siendo violada o


asesinada igualmente, efecto del espectador dicen los psicólogos que se llama
esta mierda. La verdad es que la buena gente existe, pero lamentablemente, son
una minoría. Es un mundo difícil para quien no tiene en su poder una millonada.

Sinceramente lo digo, me daría completamente igual que le gustara


disfrazarse de mujer para estar por casa o para ir por donde le diera la inmensa
gana, pero esa ropa me estaba diciendo lo que pensaba de las mujeres en el
fondo, que las mujeres somos unas putas que sólo sirven para ser folladas,
limpiarles la casa y hacerles la comida.

Cuando nos fuimos a la cama, después de una charla totalmente


intrascendente en que oí la siguiente frase “No me voy a operar de fimosis
porque me tendría que estar una semana sin tocármela y yo más de dos días no
puedo”, “Pero si me dijo en Fet que le molaba la idea de que le pusiera el cinturón
de castidad” pensé para mis adentros; puso el ordenador sobre sus piernas y lo
encendió mientras me “preguntaba”:

- ¿Te gustaría ver un poco de porno duro?

-No sé qué decirte -contesté dubitativa al mismo tiempo que pensaba


“¡NO! ¡Claro que no! No me apetece ver tu pene, macho”.

-Tú tranquila -me espetó risueño-. Que sepas que el porno es machista,
pero si lo vemos gente que lo sabemos, no hay peligro (Nota de autor: Os juro
que esta mierda me la llegaron a soltar a mí unos tíos cis cuando yo todavía me
pensaba que era una mujer. Verídico).

-Mmm -refunfuñé llevándome las manos a la cabeza para terminar


diciéndole-. Pues mira, de ver porno no tengo ganas, pero de insultarte sí, ¿te
puedo insultar o también me vas a explicar algo que sabré sobre los insultos?

-No sabía que te fuera a molestar que te dijera eso sobre el porno -expresó
atónito- Pensé que te gustaría saber que es machista.

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- ¡Oh! ¿En serio? -ya me cabreé- ¿De verdad que eres capaz de decirle
eso a una Dominatrix que ha trabajado de puta, de dependienta en un mugroso
Glory Hole y de madame toda su miserable vida, y que está hasta los cojones de
moscones que sólo hacen patéticos intentos de ser feminista, pero que son los
primeros en apuñalarnos cuando nos damos la vuelta? Y para colmo, me
mentiste dándome a entender eras una chica trans, me acosaste por la calle, de
poco me matas del susto al meterme en tu piso y casi violarme sin tan siquiera
aclararme quién eras y ahora me quieres explicar en lo que consiste el porno
¡¿Qué va a ser lo siguiente?! ¿Explicarme en lo que consiste la regla o decirme
dónde se encuentra el clítoris?

-Creo que estás exagerando un poquitín.

-Bueno pues, a ver si también te crees esto -aclaré poniéndome la ropa


de calle y recogiendo el pijama a toda hostia- ¡VETE A TOMAR POR CULO!

Me cogió por la cintura para que no me fuera. Me deshice de su agarre


gracias a una maniobra de autodefensa en la que le acabé pegando un
cabezazo. Cuando trató de hacerlo otra vez lo hizo con tanta fuerza que me dolía,
pero como me dejó libre una mano, le arreé un golpe con un flexo que tenía en
una mesilla de noche. Cuando logré dejarlo inconsciente, me aseguré de que no
me fuera a seguir atándolo bien atado a la cama ¡Qué bueno tener experiencia
en el bondage en una situación así!

Vagabundeé un poco por las oscuras calles en busca del camino a casa
y reflexionando sobre lo que había pasado y que podría haber sido peor, no
quiero llegar a vivir nunca algo peor.

Mi mirada andaba buscando algún rayo de esperanza, algo que me


pudiera ayudar a salir de aquella vida para permitirme alzar el vuelo hasta mi
sueño. Un bajo sin nada interesante que parecía abandonada, captó mi atención.
En la puerta ponía un cartel pequeño imprimido con una imagen de un zorro y
un texto que ponía: “Asociación de apoyo a las trabajadoras del sexo”.

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Tenías razón/Te lo dije

Habían llevado vidas muy distintas, pero habían acabado llegando a la


misma conclusión: querían salir los sectores BDSM y prostituyentes.
Desgraciadamente para ello necesitarían ayuda externa, y la Asociación de
apoyo a las trabajadoras del sexo parecía que podría dársela.

Las hermanas se reconciliaron y se pidieron disculpas mutuamente


porque ambas sentían que se habían equivocado con la otra. Jurguita se
disculpó por haberla echado de casa cuando debería haberla guiado y Frashova
porque se dio cuenta de que no puedes fiarte de una persona que sólo conoces
de unos pocos días y porque ya comprendía el punto abolicionista de su querida
gemela, e incluso, lo compartía.

Frashova también le contó que acababa de tener un aborto, pero no sin


antes tener que enfrentarse a una horda de elementos provida que además de
rezar rosarios enfrente de la clínica abortista, se dedicaban a increpar a todas

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las mujeres que trataban de entrar allí. Como si no fuera lo suficientemente difícil
para ellas haber tomado la decisión de abortar que encima tenían que aguantar
que les tildaran de “asesinas” aquellos seres carentes de empatía que decían
querer salvar dos vidas, pero que después la vida de la persona gestante y de
su prole, no les importaba que vivieran debajo de un puente.

Jurguita la abrazó cariñosamente mientras la felicitaba por haber sido tan


valiente y la alentó a seguir combatiendo contra esos seres crueles que no las
dejaban avanzar.

Comprendieron que no basta con decir lo que es correcto y lo que no para


que la otra persona lo aprenda, porque si no está preparada para concienciarse,
no servirá de nada que le repitas tu punto hasta la saciedad ya que no se le
quedará. Debe aprenderlo por sí misma.

Tras la emotiva reconciliación, ambas se adentraron en la asociación


sonrientes, era el comienzo de una nueva vida, o de la misma con detalles
nuevos y puntos de vista distintos a los iniciales.

Ellas le explicaron su situación a las mujeres que se encontraban allí, les


dijeron que habían acudido al lugar indicado porque al parecer, los fines de
aquella asociación eran los siguientes:

-Luchar por el reconocimiento de los derechos de ciudadanía de quienes


se dedican al trabajo sexual.

-Atender sus demandas no cubiertas por la Administración.

-Luchar contra el estigma y la criminalización del trabajo sexual.

-Ayudar a la obtención de un trabajo alternativo a quienes deseen


abandonar la prostitución.

-Ayudar a mejorar sus condiciones laborales a quienes elijan permanecer.

-Luchar contra la explotación, la prostitución forzada y otras situaciones


de violencia en prostitución.

-Mediar en conflictos relacionados con la prostitución.

-Sensibilizar a la opinión pública.

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-Crear un espacio de reflexión política sobre la prostitución en el que se
escuche la voz de sus protagonistas.

-Investigar y dar a conocer la realidad del trabajo sexual en distintos


ámbitos sociales: universidad, medios de comunicación, vecinos…

-Conseguir que siempre se escuche la voz de las y los trabajadores


sexuales antes de tomar cualquier decisión sobre el tema.

Lo de ayudarlas a encontrar un trabajo propiamente dicho les encantó, el


problema fue que algo les mosqueó cuando escucharon el resto. Ellas habían
estado y, de hecho, todavía estaban trabajando en la industria sexual y ya sabían
que era una industria machista persé, de modo que el hecho de que lucharan
por legalizarla, no le sonó demasiado bien a ninguna de las dos.

La Asociación de apoyo a las trabajadoras del sexo estaba subvencionada


por todas las personas de la ciudad que pagaban impuestos, a pesar de que su
apertura ni se consultara con la gente que les estaban permitiendo sostenerse.

Además de que casualmente, estaban recibiendo dinero de dos partidos


políticos, entre los que se encontraba Mandarina, lo que convertía
automáticamente a la asociación en cuestionable. El otro partido era uno de color
lavanda que se pensaba en un principio que era abolicionista, pero que luego
demostró que el capital era muy importante para su modo de vida.

Hasta donde ellas entendían, coger dinero de alguien sin decirle a ese
alguien que lo vas a coger o incluso con ese alguien oponiéndose a que lo hagas,
es robar.

Encima a asociaciones LGBT o de ayuda a víctimas de violencia de


género no le dan ni la mitad de dinero destinado a esa asociación, lo cual, quieras
que no, es cuanto menos cantoso. Sería el equivalente a decir que les conviene
a los gobernantes que siga existiendo la prostitución y el porno.

Para su sorpresa, Arrimé las recibió en su caravana para charlar sobre el


tema. Como era de esperar, las trató de convencer de que siguieran ejerciendo
e incluso les llegó a ofrecer otros lugares donde seguir ejerciendo porque para
ella el problema no era la prostitución el problema si no los tipos con los que se
habían topado.
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En ese momento, Arrimé llamó a Aleb y lo puso como ejemplo putero y
chulo perfecto, junto a Lúa, del partido lavanda. Frashova y Jurguita contaron
cuan contradictorio era eso que Arrimé les estaba diciendo en base a sus
vivencias compartidas con aquellos dos energúmenos y le exigieron una
alternativa laboral, como habían prometido en sus bases.

Desoyéndolas, el trío continuó poniendo ejemplos comprados,


chantajeados o retocados acerca de “lo ventajoso” de la prostitución y del porno.
Eso sí, dándoles a entender que, si seguían queriendo marcharse del negocio,
que eran libres de hacerlo.

Ellas se hartaron y comenzaron a increparles por no estar haciéndoles


caso, que ya les habían repetido muchas veces que desean salir de semejante
atolladero y conseguir trabajos en los que sus cuerpos no fueran una mercancía
para el desfogue de hombres a los que nunca les importaron como personas si
no como genitales con patas y tetas.

Les reprocharon la falta de interés por enseñarles habilidades


comunicativas a los aprovechados a los que llamaban clientes para que dejaran
de consumir personas como si fueran patatas fritas. Y que, si esa gente supiera
sociabilizar correctamente, no existirían ni la prostitución, ni la trata, ni la
pornografía ya que llegarían a acuerdos como personas civilizadas.

De poco sirvió tratar de razonar con esa gente ya que tenían la vista fija
en la cantidad de dinero que podrían seguir ganando a costa de la desgracia
ajena, de modo que les apartaron de la puerta y se fueron a la casa donde vivía
Frashova con su nueva compañera, Mirna. Una vez allí verían cómo hacer
posible su sueño de salir de ese atolladero y poder ayudar a gente que hubiera
pasado por lo mismo que ellas.

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La fortuna e mobile

La fortuna es caprichosa, las dos hermanas habían logrado reconciliarse,


pero no librarse de continuar con una vida que sólo les traía desdichas y
desengaños. Continuaron con la prostitución, ya que era lo único que conocían
con lo que pudieran ganar suficiente dinero como para mantenerse, aunque les
pesara.

Aprendieron de muy malas maneras, que aquella vida les cerraba puertas
a otros trabajos, ya que la mayoría de hombres había estado como “cliente” de
alguna de ellas.

Fueron testigos de miradas de asco, desprecio, pena y lascivia hacia sus


personas, sólo por el hecho de haber tenido que ejercer de ese negocio.
Deseaban salir de ahí, pero no había forma de que les dieran una oportunidad
de trabajo, y si se la daban, era bajo condiciones sexuales.

La bola de nieve cada vez iba a más y ellas se empezaban a quedar sin
ideas, hasta que un día cualquiera, Mirna les propuso ir a vivir con ella a las dos.
Jurguita, en un principio, se negó, ya que no podrían pagárselo sin traerle
problemas de algún tipo.

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Hacía tiempo que guardaban armas en sus habitaciones por si algún
cliente se pasaba de rosca, cosa que ya les había pasado en más de una
ocasión; razón por la cual en la cárcel también las conocían porque los guardias
tenían la mala costumbre de encarcelar a toda mujer que se defienda de una
agresión, acoso o maltrato. Era un mundo realmente muy conflictivo.

Al entender el problema, Mirna les propuso poner en alquiler su piso al


mejor postor. Así ganarían una cantidad interesante de dinero cada mes sin tener
que mover un músculo, mientras podrían ejercer en trabajos con sueldos que no
alcanzaran el salario mínimo y eso les daría una cantidad de dinero con la que
poder abastecerse.

No fue fácil, pero Jurguita aceptó la propuesta, además, ella había


conseguido un colchón de dinero bastante grande que guardaba para casos de
emergencia. Posiblemente entre una cosa y otra su destino diera un giro de 180º
(los giros de 360º terminan en el mismo sitio donde empezaron, de modo que el
dicho no está bien, ya que se refiere a que se da un cambio total).

Mirna tenía una pasta, era la hija del propietario de una franquicia de
hoteles de cinco estrellas y la tenía a ella como asistenta de director general, el
segundo puesto más alto en la dirección de un hotel. Fuera de todo pronóstico,
Frashova logró que su amiga convenciera a su padre para que las enchufara
como camareras de piso.

Los ahorros de Jurguita y Frashova aumentaban cada mes, ya que al ser


camareras de piso ni siquiera tenían que pagar por la vivienda. Cuando
demostraron que podían servir para puestos de mayor responsabilidad y al
director se las recomendaron para dichos puestos, en cuanto la jefa de recepción
decidió dedicarse a su hijo recién nacido y el director de habitaciones logró otro
trabajo de mayor importancia, ellas ascendieron a dichos trabajos.

El esfuerzo es importante, pero si no tienes suerte, no hay nada que hacer


por mucho que te esfuerces; y ellas tuvieron suerte por una vez en la vida. Otras
personas tienen suerte o carisma, por lo que logran llegar a cimas muy altas casi
sin esforzarse, de modo que esforzarse no es lo más importante en la vida.

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Al lograr puestos más altos, también consiguieron más libertad de
movimiento ya que ahora tenían tiempo libre. Como no sabían demasiado bien
cómo gestionar el ocio porque nunca habían tenido tanto tiempo de relax, se les
ocurrió pasar las pruebas para entrar a la universidad. Consiguieron entrar sin
esfuerzos, eligiendo las carreras de Derecho -Jurguita- y Psicología -Frashova-.

Jurguita fue cogiéndole cada vez más cariño a Mirna, ya que no dudaba
en ayudarla cuando lo necesitaba y ella hacía lo mismo; al principio era por
conveniencia y con un poco de recelo, pero a medida que el tiempo iba
avanzando, lo hacía con ganas.

El padre de Mirna sabía que a ella no le gustaban los hombres desde que
iba a la guardería, de modo que no tenía ningún problema en que salieran juntas,
es más, hasta animaba a Jurguita a que fueran a eventos juntas con la condición
de que ninguna de ellas descuidara ni su trabajo ni sus estudios.

Frashova, por su parte, se dio cuenta de que no necesitaba a ningún


hombre a su lado ni sexo semanal o diario para ser feliz, lo que no quita para
que tuviera relaciones sexuales con algunos hombres de su edad, pero sin
centrarse demasiado porque le aburría. Sin duda seguía prefiriendo estudiar e ir
de fiesta a prestarle atención a temas sexuales.

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“Goals” o metas

Curiosamente, las dos hermanas hicieron muchas amistades de lo más


diverso, aunque quedaba claro de qué pie seguía cojeando cada una de ellas.
En psicología la gente estaba alucinando con meterse a la especialidad de
deporte, pero a Frashova le gustaba la opción de forense, así que tuvo que luchar
porque no la metieran en lo otro ya que su facultad la quería meter en deporte.

Jurguita no tenía demasiadas amistades ya que, debido a sus


experiencias y a la cerrazón de mente propia de la gente de derecho, era
considerada una feminazi solo por querer reclamar los derechos básicos que, la
mismísima constitución del lugar, estipulaba para todo el mundo, y a los que la
justicia y la policía no solían prestar mucha atención. Ella ya se imaginaba que
no iba a resultarle arduo, pero aquello era ya ridículo.

A ambas les costó lo suyo conseguir sus títulos de grado universitario, y


ya el máster ni hablamos. Frashova no quiso hacer el obligatorio para psicología,
si no el de Psicología Forense para así poder verificar los casos de violencia de
género. Jurguita siguió preparándose para ser jueza de violencia de género y así

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asegurarse de que, al menos por su parte, no se librara ningún maltratador de la
cárcel ni de la prisión preventiva.

Conseguir sus respectivos trabajos les costó: pagar una academia


durante dos años para prepararse las oposiciones, aprobar con nota sobrada
dichas oposiciones, que les diera la gana de contratarlas tirando de las inmensas
listas de las bolsas de trabajo, tener que enfrentarse al hecho de que había
puestos predestinados a otra gente de familias adineradas, tener que ascender
desde la posición de becarias en la que no aprendieron nada y apenas les
pagaban una miseria, que las despreciaran por no pensar que todas y cada una
de las víctimas de violencia de género fuesen unas mentirosas sólo por el hecho
de denunciar a sus maltratadores, etc.

Cada logro era motivo de fiesta y cada fracaso era aliciente para continuar
porque si conseguían sus sueños no sólo ellas serían felices, si no también un
montón de personas sufridoras a las que el sistema de justicia no les daba ni
para gastarse en pipas.

No luchaban para ellas, luchaban para conseguir un mundo mejor para


todo el mundo, y para ello debían seguir sin importar las dificultades que se
encontraran por el camino. Rendirse no es una opción cuando luchas por el
bienestar a nivel global, y el individualismo debía pasar a un segundo plano.

Finalmente, tras años de esfuerzo, algunos enchufes y mucha potra,


lograron llegar a donde querían las dos. Ya lo habían logrado, la gente se
quejaba de que fueran tan justas las dos y de que hicieran tan bien su trabajo, a
ellos no les convenía que a las víctimas se las tratara como personas. Eso tenía
fácil solución: desacato a la autoridad y pal trullo.

Estaba claro que no se lo iban a poner fácil porque los machistas


maltratadores eran una clara mayoría y no iban a renunciar a sus privilegios tan
fácilmente, pero debían aprender que las maldades no deben quedar sin castigo.

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