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EDUBP | PUB | Te r c e r c u a t r i m e s t r e
í ndice
g presentación 3
g programa 5
contenido módulos
g mapa conceptual 6
g macroobjetivos 6
g agenda 7
g material 8
material básico
material complementario
g glosario 8
g módulos *
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m2 | 37
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¡Hola, bienvenido a Filosofía! Voy a presentarme: soy una asignatura del primer
cuatrimestre de tu carrera. Quizá te preguntes sobre el sentido que tiene esta
asignatura como parte del contenido de la carrera de un futuro comunicador.
Te explico: La filosofía aquí está propuesta como una reflexión sobre dos temas
fundamentales para tu formación como comunicador: el valor de la palabra
como razón, o sea la relación entre el lenguaje y la razón, y el valor de la
comunicación como práctica política-social.
Todos poseemos, en tanto somos seres humanos, la capacidad de pensar. Los
filósofos la han ejercitado en forma profesional a lo largo de la historia de la
humanidad. En tanto somos capaces de pensar somos capaces de filosofar, es
decir de poner en cuestionamiento ideas o conceptos que de pronto no nos
resultan convincentes. Desde esta perspectiva, filosofar es pensar, y este pensar
es distinto de la actividad de conocer. Filosofía significa buscar el saber, pero
recuerda que uno busca aquello que desea y que no tiene, mientras que el
conocer se satisface cuando encuentra el resultado. Es por esta razón que
la filosofía se opone a la ciencia o al saber en tanto es sustancialmente un
ejercicio de la razón –el pensar– y de ninguna manera la sistematización de
conceptos ya adquiridos. En todo caso estos sistemas de conceptos constituyen
una concepción o teoría filosófica que para el ejercicio filosófico es siempre
un medio, y nunca puede ser un fin en sí mismo. Lo que quiero significarte con
esta aclaración es que esta materia no pretende que aprendas cantidades de
sistemas filosóficos como el de Platón, Aristóteles, Descartes, Kant, etcétera.
No. Nuestra pretensión es que te ejercites en pensar usando para ello
algunas palabras y conceptos como herramientas; que constituyas no solo
un vocabulario técnico y un marco conceptual que va a ser de utilidad en tu
futuro profesional, sino que puedas introducirte en el mismo esfuerzo de pensar
leyendo, para ello, a los mismos filósofos.
Intentamos con este contenido iniciar una problemática que va a continuar
durante todo tu proceso formativo. La reflexión sobre el sentido de la
comunicación resume el contenido completo de esta asignatura, ya que
preguntarnos por el sentido de la comunicación nos lleva a interiorizarnos sobre
el valor atribuido a la palabra en el origen de nuestra cultura. De este modo nos
acercaremos al significado esencial de la comunicación el cual es determinante
en la aplicación actual que hacemos del lenguaje, así como de la orientación
que pretendemos darle al atribuirle un gran valor social. En la medida en que
nos acerquemos a este significado, tu tarea de comunicador va a ir adquiriendo
sentido para vos y para quienes te rodean. Te ofrecemos una orientación para
su trabajo. IC
presentación | IC
información complementaria
Este texto intenta orientarlo acerca del desarrollo de los contenidos y las
actividades propuestas en esta asignatura.
Ud. se va a encontrar en cada módulo con una situación o caso planteado
que intenta reflejar una situación cotidiana dentro de alguna institución. Todas
ellas están relacionadas íntimamente con el tema central de esta asignatura,
la filosofía, que implica la tarea de pensar. Todo ello en el marco da la
Comunicación, intentando acercarse a una filosofía de la comunicación.
p r o g rama
La Comunicación
Módulo 1: EL PENSAR
m a p a c o n c eptual
m a c r o o b j etivos
- Identificar ideas principales de los textos filosóficos, las cuales operan como
fundamento del valor de la búsqueda sincera del saber y de la verdad, para
poder sostener racionalmente el valor humano y social de la comunicación.
Nuestros materiales de estudio son los textos originales de los pensadores que
vamos a tomar como contenido fundamental de cada unidad. Estos textos se
encuentran citados y comentados en el Contenido de cada unidad a fin de
facilitar su lectura comprensiva, integrando todo el material requerido para
la elaboración de las actividades propuestas y para las evaluaciones de la
asignatura
Bibliografía básica
-H.G. Gadamer, “Hombre y lenguaje”, en Verdad y Método. Tomo II, Ed. Sígueme,
Salamanca 1994.
-Paul Ricoeur, “La ideología y la utopía: dos expresiones del imaginario social”,
en Del texto a la acción, Ed. Fondo de Cultura Económica, Argentina, 2001.
g l osario
• Hegel, G.W.F.: Filósofo alemán de fines del siglo XVIII y principios del XIX.
• Heteronomía: (heteros-nomos = otro da las leyes o normas) Dependencia.
• Heidegger, Martin: Importante filósofo alemán del siglo XX, representante
del movimiento filosófico denominado existencialismo. Esta posición retoma
la importancia del da-sein, del existente, del ser humano individual en
oposición al objetivismo del romanticismo aleman.
• Marx, Karl: Pensador alemán del siglo XIX. Su principal obra es de economía:
El Capital (1847), donde realiza una crítica a los fundamentos del capitalismo
industrial.
• Meditación: Actividad mental de concentración en el análisis de una idea.
Se la usa como sinónimo de reflexión y pensar reflexivo o pensar meditativo
dentro de este texto.
• Metafísica: Proviene de dos palabras griegas: “meta” y“ física”; significa
“más allá de la física” o “después de la física”. Esta palabra aparece
designando una obra de Aristóteles y dentro del vocabulario filosófico
significa “el tratado o estudio de aquello que no pertenece al ser físico” o sea
que no es material, que no ocupa un espacio y un tiempo determinados, que
no es móvil, entre otras cualidades designadas por vía negativa a partir de
los atributos del ser físico.
• Metáfora: Expresión simbólica que remite a una realidad más allá de lo
dado, a través de una comparación.
m ó dulos
m1
m1 microobjetivos
m1 contenidos
m1 | contenidos | IC
información complementaria 1
“El problema es que si solo unos pocos pensadores nos han revelado lo que los
ha llevado a pensar, menos aún son los que se han preocupado por describir
y examinar su experiencia de pensamiento. Dada esta dificultad, y sin estar
dispuestos a fiarnos de nuestras propias experiencias debido a su peligro
evidente de arbitrariedad, propongo buscar un modelo, un ejemplo que, a
diferencia de los pensadores profesionales, pueda ser representativa de nuestro
<<cada uno>>, por ejemplo, buscar un hombre que no estuviera al nivel de
la multitud ni al de los pocos elegidos –distinción tan antigua como Pitágoras,
que no aspiró a gobernar las ciudades ni pretendió saber cómo mejorar y
cuidar el alma de los ciudadanos; que no creyó que los hombres pudieran ser
sabios y que no les envidió los dones de su divina sabiduría en caso de que la
poseyeran y que, por lo tanto, nunca intentó formular una doctrina que pudiera
ser enseñada y aprendida–. Brevemente, propongo tomar como modelo a un
hombre que pensó sin convertirse en filósofo, un ciudadano entre ciudadanos,
que no hizo nada ni pretendió nada, salvo lo que, en su opinión, cualquier
ciudadano tiene derecho a ser y a hacer. Habrán adivinado que me refiero
“Lo que Sócrates creía realmente sobre tales asuntos puede ser ilustrado mejor
a través de los símiles que se aplicó a sí mismo. Se llamó tábano y comadrona,
y, según Platón, alguien lo califico de <<torpedo>>, un pez que paraliza
y entumece por contacto; una analogía cuya adecuación Sócrates reconoció
a condición de que se entendiera que <<el torpedo, estando entorpecido,
hace al mismo tiempo que los demás se entorpezcan. En efecto, no es que,
no teniendo yo problemas, los genere en los demás, sino que, estando yo
totalmente incluido de problemas, también hago que lo estén los demás>>4,
lo cual resume nítidamente la única forma en la que el pensamiento puede
ser enseñado; aparte del hecho de que Sócrates, como repetidamente dijo,
no enseñaba nada por la sencilla razón de que no tenía nada que enseñar:
era <<estéril>> como las comadronas griegas que habían sobrepasado ya
la edad de la fecundidad. (Puesto que no tenia nada que enseñar, ni ninguna
verdad que ofrecer, fue acusado de no revelar jamás su opinión personal
[gnômê], como sabemos por Jenofonte, que lo defendió de esta acusación)5.
Parece que, a diferencia de los pensadores profesionales, sintió el impulso de
investigar si sus iguales compartían sus perplejidades, un impulso bastante
distinto de la inclinación a descifrar enigmas para demostrárselos a los otros.
Consideremos brevemente estos tres símiles.
Primero, Sócrates es un tábano: sabe como aguijonear a los ciudadanos que,
sin él, <<continuarían durmiendo para el resto de sus vidas>>, a menos que
alguien más viniera a despertarlos de nuevo. ¿Y para qué los aguijoneaba? Para
pensar, para que examinaran sus asuntos, actividad sin la cual la vida, en su
opinión, no solo valdría poco sino que ni siquiera seria auténtica vida6.
Segundo, Sócrates es una comadrona. Y aquí nace una triple implicación: la
<<esterilidad>> de la que ya he hablado, su experiencia en saber librar a
otros de sus pensamientos, esto es, de las implicaciones de sus opiniones, y
la función propia de la comadrona griega de decidir acerca de si la criatura
estaba más o menos adaptada para vivir o, para usar el lenguaje socrático, era
un mero <<huevo estéril>> del cual era necesario liberar a la madre. En este
contexto solo interesan las dos ultimas implicaciones. Ya que, atendiendo a
los diálogos socráticos, no hay nadie entre los interlocutores de Sócrates
que haya expresado un pensamiento que no fuera un <<embrión estéril>>.
Sócrates hace aquí lo que Platón, pensando en él, dijo de los sofistas: hay que
purgar a la gente de sus <<opiniones>> –es decir, de aquellos prejuicios no
analizados que les impiden pensar, sugiriendo que conocemos, donde no sólo
Pero esta actividad del pensar tiene sus riesgos. Por una parte el nihilismo.
“Sin embargo, el no pensar, que parece un estado tan recomendable para los
asuntos políticos y morales, tiene también sus peligros. Al sustraer a la gente
de los peligros del examen critico, se les enseña a adherirse inmediatamente
a cualquiera de las reglas de conducta vigentes en una sociedad dada y en
un momento dado. Se habitúan entonces menos al contenido de las reglas
–un examen detenido de ellas los llevaría siempre a la perplejidad– que a la
posesión de reglas bajo las cuales subsumir particulares. En otras palabras, se
acostumbran a no tomar nunca decisiones. Alguien que quisiera, por cualquier
razón o propósito, abolir los viejos “valores” o virtudes, no encontraría dificultad
alguna, siempre que ofreciera un nuevo código, y no necesitaría ni fuerza ni
persuasión –tampoco ninguna prueba de la superioridad de los nuevos valores
respecto a los viejos– para imponerlos. Cuanto más firmemente los hombres se
aferren al viejo código tanto más ansiosos estarán por asimilar el nuevo; la
facilidad con la que, en determinadas circunstancias, tales inversiones pueden
tener lugar, sugiere realmente que, cuando ocurren, todo el mundo está
dormido. Nuestro siglo nos ha dado alguna experiencia en estas cuestiones: lo
fácil que a los gobernantes totalitarios les resultó invertir las normas morales
básicas de la moralidad occidental –<<No matarás>> en el caso de la Alemania
hitleriana, <<No levantarás falsos testimonios contra tus semejantes>> en el
caso de la Rusia estalinista–.
Volvamos a Sócrates. Los atenienses le dijeron que pensar era subversivo, que el
viento del pensamiento era un huracán que barre todos los signos establecidos
(Footnotes)
1
Hanna Arendt, “El pensar y las reflexiones morales”, en De la historia a la
acción, Editorial Paidós, Barcelona, 1998, pp. 118 a 120.
2
Op. cit., pp. 120-121.
3
Op.cit. p. 121.
4
Op. cit. p.122.
5
Op. cit., pp. 123-125.
6
Op. cit., p. 126.
7
Op. cit., p. 127.
8
Op. Cit. Pg 128-129
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información complementaria 2
A partir de este momento inicia la caracterización del mundo técnico –el nuestro–
y su relación con el conocer y el pensar, y cómo esto se generó a partir de la
modernidad en una nueva relación del hombre con la naturaleza:
“Si ahora meditamos en aquello que la celebración de hoy nos sugiere, entonces
reparamos en que nuestra época está amenazada por la pérdida del arraigo. Y
preguntamos: ¿Qué es, en rigor, lo que acontece en nuestro tiempo? ¿Qué es lo
que lo caracteriza?
A la época que ahora comienza se la llama época atómica. Su característica
mas llamativa es la bomba atómica. Pero este rasgo pertenece solo al primer
plano: pues en seguida se reconoció que la energía atómica puede ser utilizada
también con fines pacíficos. Por ello hoy en día la física atómica y sus técnicos se
esfuerzan de continuo por lograr la utilización pacífica de la energía en proyectos
de gran envergadura. Los grandes trusts internacionales de los países más
influyentes, Inglaterra en primer lugar, han calculado ya que la energía atómica
puede llegar a ser un negocio gigantesco. En el negocio atómico se descubre
la nueva felicidad. La ciencia atómica no se queda al margen. Proclama esta
“Así, en todos los procesos técnicos reina un sentido que reclama para sí
el haber y el dejar humanos, un sentido que el hombre, en principio, no ha
inventado ni hecho. No sabemos cuál es el sentido hacia el que apunta el
dominio de la técnica atómica, que va intensificándose hasta lo inquietante.
El sentido del mundo técnico se oculta. Pero si prestamos atención, propia y
constantemente, a que por doquier en el mundo técnico tomamos contacto con
“La serenidad ante las cosas y la apertura al misterio son inseparables. Nos
conceden la posibilidad de morar en el mundo de modo por entero diferente.
Nos prometen un nuevo suelo sobre el que, dentro del mundo técnico, pero al
resguardo de su amenaza, podamos estar y subsistir.
La serenidad ante las cosas y la apertura al misterio nos abren la perspectiva de
un nuevo arraigo. Este, incluso, podría un día ser apropiado para hacer retornar,
con figura transformada, el antiguo arraigo que hoy desaparece rápidamente.
Por lo pronto, sin embargo –no sabemos por cuánto tiempo– el hombre
se encuentra en esta tierra en peligrosa situación. ¿Por qué? ¿Solo porque
podría estallar inadvertidamente una tercera guerra mundial que trajera por
consecuencia la total aniquilación de la humanidad y la destrucción de la tierra?
No. Al despuntar la época atómica surge la amenaza de un peligro harto
mayor, y ello precisamente si se evita el peligro de una tercera guerra. Extraña
aseveración, sin duda pero solo mientras no reflexionamos.
¿Hasta qué punto tiene validez la frase que acaba de enunciarse? Hasta el
punto en que la revolución de la técnica que sobreviene en la era atómica podría
encadenarlo al hombre, hechizarlo, deslumbrarlo y ofuscarlo de tal manera que
llegase el día en que el pensar calculador quedase como el único en vigencia y
ejercicio.
¿Qué gran peligro cerniríase entonces? Entonces la máxima y más exitosa
agudeza de la planificación y la invención calculadoras iría acompañada por
la indiferencia frente a la reflexión, por la total ausencia de pensamiento. ¿Y
entonces? Entonces el hombre habría negado y rechazado lo que es más
propio, a saber, que su esencia consiste en el pensar reflexivo. Por ello hay que
mantener despierta la reflexión.
Empero..., la serenidad ante las cosas y la apertura al misterioso nunca se nos
dan (fallen) de por sí. No son nada casual (Zufalliges). Ambas se desarrollan bien
solo a partir de un pensar asiduo y resuelto”9.
Y vuelve finalmente al hecho concreto de que está participando en una fiesta
conmemorativa habiendo, con toda esta reflexión sobre la técnica y el pensar,
mostrado una vía para conservar nuestra esencia humana capaz de producir
verdaderas obras perdurables:
(Footnotes)
1
Título del original alemán
GELASSENHEIT
Publicado por Neske Verlag, Pfullingen, 1959
Traducción de Elbio Caletti y Adolfo P. Carpio
2
Op. cit., p.111.
3
Op. cit. pp.111-112.
4
Op. cit., pp. 113-115.
5
Op. cit., p. 116.
6
Op. cit., p. 116.
7
Op. cit., p.117.
8
Op. cit., p. 118.
9
Op. cit., p. 118.
10
Op. cit., p. 119.
m1 material
m1 actividades
m1 | actividad 1
1. Tal vez este caso tenga alguna relación con el de Sócrates, tal como lo
expone Hannah Arendt en su texto incluido en el contenido del módulo 1.
2. Usted piensa que tal vez este caso tenga alguna relación con el texto de
Hannah Arendt IC 1 :
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asistente académico 1
asistente académico 2
La separación entre pensar y conocer está hecha por esta autora para enfatizar
la diferencia entre el proceso de la mente cuando busca y la satisfacción
de la mente cuando encuentra. En la realidad concreta ambos estados
aparecen integrados cuando, por ejemplo, decimos que el científico sabe o
tiene conocimientos. Este saber o tener conocimientos presupone la actividad
de pensar y la adquisición de conceptos.
Pero en el texto de Hannah Arendt, ella otorga relevancia al pensar en cuanto
a las derivaciones que este proceso tiene en la praxis, en la acción humana,
es decir en las relaciones sociales. Tener conocimientos no garantiza el saber
usarlos; para ello es necesario pensar qué implica replantearnos, dentro de las
circunstancias concretas en que se presentan las ideas, el valor que ellas tienen
y si pueden ser tomadas como medida de la acción.
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información complementaria 1
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información complementaria 2
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La familia Sánchez no anda bien. El papá trabaja mucho y esto lo lleva a estar
demasiado tiempo fuera de la casa. Su trabajo le brinda excelentes ingresos.
Gracias a ellos la familia dispone de beneficios: la mamá tiene su propio auto,
un lavarropas automático con el cual soñó durante los primeros años de casada,
un freezer para guardar alimentos evitando así ocuparse seguido de hacer
compras e incluso de cocinar, y, por supuesto, en cada cuarto hay un televisor
y en el comedor el más grande, para no perderse las noticias del mediodía.
Tienen dos hijos, Daniel y Muriel, ambos adolescentes a punto de ingresar en la
Universidad.
Pero la familia no anda bien; lo decimos porque se generan situaciones como
estas:
Daniel (mientras trabaja en su computadora): Tengo hambre, tengo que terminar
esto y no se cuándo di un bocado la última vez...
Mamá (mientras mira de reojo las noticias en la tele): No sé cómo podés estar...
Ah! Mirá, pero qué bárbaro... (refiriéndose a algo que ve en la tele). Digo, cómo
podés no comer...
Daniel: Así pasa.
Mamá: ¿Qué cosa? Sí, es una barbaridad...
Daniel: Y me duele la panza... Pero no, esto no es así.. (sin dejar de teclear).
Mamá: La gente hoy hace cualquier cosa... En el freezer hay unas milanesas. ¿No
me llamó Jimena? Tengo que pensar si me conviene ir al médico mañana o si
me conviene pasar primero por la inmobiliaria donde me deben una comisión.
Yo decía... hoy en día no miran ni por dónde se va, atropellar de esa manera ...
¿No te gustan acaso? (continúa mirando de reojo la tele mientras se mueve de la
puerta del cuarto de su hijo a la mesada de la cocina).
Daniel: No sé... Lo que pasa es que estoy atrasado y si mañana no entrego esto
3. ¿Cómo relacionaría Ud. el uso de los aparatos que hacen la mamá y Daniel
con lo expuesto por Heidegger? A 2
5. ¿De qué forma puede relacionar la idea que tiene Daniel de su tiempo con
el pensamiento de Heidegger?
9. ¿Qué otras relaciones piensa Ud. que es posible establecer entre la situación
de estas personas con lo que dice Heidegger? A 5
información complementaria
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m2 microobjetivos
m2 contenidos
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información complementaria 1
asistente académico 1
LECTURA: “ ......... POLO: -Pues eso haré. Respóndeme, Sócrates. Puesto que
te parece que Gorgias nada sabes con certeza sobre la retórica, ¿qué crees tú
que ésta sea?-
SOCRATES: -¿Me preguntas qué clase de arte creo yo que es?..........” ( 462 b a
463 a)
COMENTARIO: aquí se inicia esta primera parte del diálogo con Polo en la que
entre ambos se va a buscar determinar la esencia de la retórica. Porque este
es el tema cuando Sócrates insiste en que primero hay que decir qué es algo y
luego el cómo es. Cuando nos referimos a la esencia o a lo esencial estamos
buscando este qué es, poder definir aquello de lo que hablamos. Esta búsqueda
de la definición caracteriza la tarea socrática del diálogo porque en él, o sea,
mediante el dialogar es posible encontrar la esencia de las cosas, poder decir lo
que verdaderamente son, salir del estado de confusión que nos genera poseer
una opinión sobre ellas.
Entonces aquí nos encontramos con estas categorías de conocimientos en el
pensamiento platónico: hablamos de esencia, poder definir y de poseer un
conocimiento opinativo, es decir una apariencia de conocimiento.
En relación a estas categorías es que Sócrates responde que la retórica es una
“cierta experiencia” y no es un “arte” (o techné). Decir que es una experiencia es
degradar a la retórica, que es tenida por arte por los retóricos. Es decir que no
posee conocimientos reales, verdaderos, sino opinativos.
Un conocimiento opinativo es aquel que no se impone necesariamente a nuestra
razón como verdadero, ya que puede ser así o no.
LECTURA: “ SOCRATES: -...... Yo afirmo, Polo, que no solo los oradores, sino
también los tiranos tienen muy poco poder dentro de los estados, como hace
un instante decía, porque no hacen, por así decirlo, nada de lo que quieren, aún
cuando hagan lo que mejor les parece.
POLO: ¿Y esto no es tener gran poder ?”( 467a a 468e)
COMENTARIO: Sócrates no puede admitir que los tiranos, que hacen lo que les
parece creyendo que hacen lo que quieren, tengan poder. En este fragmento se
dialoga sobre la diferencia que Sócrates establece entre ambas fórmulas: el que
hace lo que le parece obrando según su antojo es un ignorante de lo que es
bueno o útil y solamente decide según un beneficio de agrado o placer propio
del cuerpo. Pero justamente esta es la diferencia esencial ya que el cuerpo
no conoce el Bien. El Bien solamente es accesible al alma en su anhelo por
conocer. Cuando el hombre se eleva de los deseos propios del cuerpo que lo
confunden en relación a lo verdadero, es posible que el hombre razone sobre su
verdadera conveniencia. Luego, no hacen lo que quieren quienes aún dependen
del cuerpo en la elección de sus actos. El que realmente “quiere” quiere el Bien
y no obra según su antojo o parecer. De esto se deduce que no tiene gran poder
el que no sabe, el que no conoce, el que ignora el Bien, ya que no conoce las
verdaderas causas de sus actos. Conocer las causas, poseer entendimiento,
conocer la naturaleza de las cosas es lo que da poder.
COMENTARIO: en este fragmento se mezclan dos temas a discutir: por una parte
el planteado en este trozo sobre el hacer o padecer injusticia, y por otra parte el
tema que está presente desde el inicio de este diálogo sobre la diferencia entre
dialogar y exponer mediante extensos discursos. Al establecer esta diferencia en
la forma concreta en que se manifiesta el pensamiento, Sócrates-Platón están
señalando la diferencia que se da entre su pensamiento y actitud de vida y la de
los sofistas. Sócrates es el verdadero maestro que tiende a buscar la verdad a fin
de mostrarla y enseñarla sin otro interés, como el de ganar dinero o prestigio.
Para Sócrates es importante que “uno” lo escuche y que “uno” le refute o
admita cada momento del diálogo en el que se afirma o pregunta algo. En esto
precisamente consiste el dialogar, en la intervención de otro para que el “logos”
transite de uno en otro, a través (diá-) de la palabra (logos). Por el contrario,
muestra Sócrates a Polo en este fragmento que él busca en la exposición de
sus ideas impresionar a un público, a “muchos” que den testimonio de lo que
él sostiene, que una “multitud” apoye un discurso lo hace valedero desde la
perspectiva retórica.
En relación al tema de si es peor padecer o cometer una injusticia, Sócrates dice
que no sólo es más desdichado el que obra injustamente sino además, y más
aún, lo es si no se le impone un castigo, ya sea por parte de los dioses o de los
hombres.
A fin de justificar esta aseveración Sócrates compara lo bello y lo bueno como
siendo una misma cosa, y lo feo y lo malo como su contrario. Y si se define
lo bello en tanto es aquello que causa algún agrado o utilidad o ambas cosas,
y a lo feo por el contrario, lo caracterizamos por el dolor y el mal, y habiendo
admitido Polo antes que cometer injusticia es mas feo que padecerla, luego
aventaja el cometer injusticia al padecerla ya que no es más doloroso, pero sí
más feo. Luego, es peor en tanto es más mal, cometer injusticia que padecerla
ya que no es mas dolorosa, pero sí más feo, y es peor lo feo que lo doloroso
según se admitió. Este argumento se fundó en la aceptación de Polo de que es
más feo el cometer injusticia que en padecerla (475 b).
En este fragmento apela nuevamente Sócrates a la comparación de la justicia
con la medicina en tanto así al cuerpo como al alma al ser afectada por una
enfermedad o injusticia es necesario y beneficioso someterse a la curación: el
cuerpo tomando remedios que no son placenteros pero si útiles en tanto le
devuelven la salud. El alma, aceptar el castigo de la justicia como un beneficio
para “curar” su enfermedad que la hace cometer injusticia.
m2 | contenidos | IC
información complementaria 2
Aristóteles
Primer capítulo
“Retórica y Dialéctica
Puesto que es manifiesto, por una parte que el método técnico es el que
Utilidad de la Retórica
Objeto de la Retórica
“CAPÍTULO II
DEFINICIÓN DE LA RETORICA
Objeto de la Retórica
Y puesto que las pruebas se obtienen por estos medios, es evidente que
conseguir estas tres cosas es propio del que puede razonar por medio del
silogismo, y del que puede conocer las costumbres y las virtudes, y en tercer
lugar, las pasiones, a saber, cuál es cada una de ellas y de qué naturaleza, y
cuáles son las causas que las producen y en qué forma; de tal manera que
la Retórica es como una ramificación de la Dialéctica y del estudio de las
costumbres, al cual es justo denominar Política.
Por eso también la Retórica toma la forma de la Política, así como los que se
la apropian, ya sea por ignorancia, o por ostentación, o bien por otros motivos
humanos. En efecto, es una parte y una imagen de la Dialéctica, como lo dijimos
también al principio, puesto que ni la una ni la otra son ciencias que traten
acerca de un asunto determinado, a saber, indicando cuál es su naturaleza, sino
que son ciertas facultades de preparar los argumentos.
Se acaba, pues, de tratar suficientemente acerca de la naturaleza de estas artes,
y de cómo se relacionan entre sí.
El entimema y el ejemplo
Como quiera que lo que es apto para persuadir lo es para alguno, y algunas
cosas son inmediatamente persuasibles y creíbles por sí mismas, y otras,
porque se juzga que son demostradas por medio de aquellas, y como ningún
arte considera lo singular –por ejemplo la medicina, que no estudia lo que es
saludable para Sócrates o Calias, sino para tal o tales clase de hombres (ya
que esto es lo que pertenece al arte, mientras que lo singular es infinito y no
es objeto de ciencia)– , tampoco la Retórica considerará lo singular probable
–por ejemplo, respecto de Sócrates o Hipias–, sino respecto de una clase
determinada de hombres, al igual que la Dialéctica. Porque ésta concluye por
medio del silogismo, no sobre la base de premisas escogidas al azar (pues
también algunas cosas son evidentes para los que deliran), sino por medio
de aquello que adquiere discusión, y la Retórica, por lo que acostumbra a
deliberar.
El oficio de ésta es tratar aquello acerca de lo cual deliberamos y respecto de
lo cual no poseemos técnicas determinadas, y esto delante de oyentes de tal
naturaleza, que no son capaces de entender en conjunto a través de muchas
premisas, ni de raciocinar durante mucho tiempo.
Deliberamos empero acerca de aquellos asuntos que parece que pueden admitir
dos soluciones, ya que nadie consulta acerca de aquello que es imposible que
haya sucedido u ocurra en el futuro, o sea en el presente de diversa manera,
pues en este caso no hay nada más que hacer.
Puédese, empero, concluir por medio del silogismo y deducir algunas
proposiciones a base de las inferidas antes por medio de otros silogismos;
otras, en cambio, a base de premisas no concluidas ciertamente por medio del
silogismo, pero que lo requieren porque no son probables. Pero necesariamente
lo primero no es fácil de seguir, a causa de la longitud (porque se supone que el
oyentes es un hombre sencillo), y lo segundo, no es apto para persuadir, como
quiera que no proviene de premisas admitidas ni probables.
Por lo tanto, es necesario que el entimema y el ejemplo se refieran a aquello
que muchas veces pueda ocurrir de otra manera, y que el ejemplo sea una
inducción, y el entimema, un silogismo, y que consten de pocas proposiciones,
preferentemente en menos número de las que forman el primer silogismo.
Porque si una de las premisas fuere conocida, no hay ninguna necesidad de
decirla, pues el mismo oyente la suple. Así por ejemplo, para afirmar que Dorieo
obtuvo la corona como vencedor en el certamen, es suficiente decir que venció
en los juegos olímpicos, y no hay ninguna necesidad de añadir que el premio de
los juegos olímpicos consiste en una corona, pues todos lo saben.
Además, puesto que son muy pocas las premisas necesarias de las cuales se
componen los silogismos oratorios (porque ocurre que la mayor parte de las
proposiciones que se refieren a los juicios y a las deliberaciones pueden ser
también de otra manera, pues se delibera y se reflexiona acerca de aquello
que se realiza , y las acciones son todas de este género, y ninguna de ellas,
por así decirlo, es necesaria), y como es forzoso que lo que acontece y ocurre
frecuentemente se deduzca de otras premisas análogas por medio del silogismo,
y lo necesario de lo necesario (y esto también nos es evidente por los Analíticos):
está claro que las proposiciones de las cuales se componen los entimemas,
algunas serán necesarias, y la mayor parte por lo común, verdaderas. Porque se
denominan entimemas las deducciones hechas sobre la base de lo verosímil y
de los signos; de tal manera, que es necesario que cada una de estas dos cosas
sea igual a cada una de las otras dos“.3
“CAPÍTULO III
LOS GÉNEROS DE LA RETÓRICA
Los géneros de la Retórica son tres, pues los que oyen los discursos son
también de tres clases. Porque el discurso consta de tres elementos, a saber,
del que habla, de aquello acerca de lo cual habla, y de aquel a quien se dirige; y
el fin se refiere a éste mismo, es decir, al oyente. Pero es necesario que el oyente
sea o espectador o juez, y si es juez, que lo sea acerca de lo pasado o de lo
futuro. El uno es el que juzga sobre lo futuro, por ejemplo, el miembro de una
asamblea; el otro, el que juzga de lo pasado, como el juez; y el espectador es el
que juzga acerca del valor. De modo que necesariamente existirán tres géneros
de discurso oratorios, a saber, el deliberativo, el judicial y el demostrativo.
Fines específicos
Además, cada uno de estos géneros posee un fin diverso, y como son tres
géneros, existen tres fines, a saber, lo útil y lo nocivo para el que aconseja, pues
el que exhorta, aconseja algo como lo mejor, y el que disuade, trata de apartar
de ello como de lo peor; pero conjuntamente emplean también para esto otras
consideraciones, a saber, lo justo o lo injusto, lo honesto o lo inmoral; lo justo y
lo injusto para los que pleitean en juicio, pero también estos se valen de otros
motivos para este fin; por último, lo honesto y lo inmoral, para los que alaban o
vituperan, pero también estos usan otras razones con el mismo objeto.
La señal de cada uno de estos géneros tiene el fin indicado, consiste en que
algunas veces no se discutirá acerca de las otras cosas. Así, por ejemplo, el
que pleitea en juicio, no discute a veces si el hecho se ha llevado a cabo, o
si hizo el daño, pero jamás confesará que obró injustamente, pues ninguna
necesidad habría ya de juicio. De igual manera, también los que aconsejan
omiten frecuentemente los demás, pero jamás reconocerían que aconsejan algo
perjudicial o que tratan de disuadir de lo que es ventajoso; y muchas veces
no se preocupan de que no es injusto esclavizar a los pueblos vecinos, aun
a los que no han inferido ninguna injusticia. Asimismo, los que alaban y los
que vituperan no consideran si se llevó a cabo algo útil o perjudicial, sino que
muchas veces exaltan a alguno porque realizó algo honesto, descuidando su
propia utilidad; así como glorifican a Aquiles porque, sabiendo que iba a morir
y siéndole posible seguir viviendo, socorrió a su compañero Patroclo; pues
semejante muerte era para él lo más honesto, mientras que la vida era lo útil.
(Footnotes)
1
Aristóteles, El arte de la retórica, Buenos Aires, Eudeba, 1966, pp. 35-42.
2
Dice Aristóteles que esta técnica retórica se refiere a las pruebas. Las pruebas
son los recursos o medios por los cuales demostramos algo tanto verdadero
como probable o verosímil. Las demostraciones lógicas nos conducen a la
verdad y las retóricas a la probabilidad.
Por otra parte estas demostraciones se llevan a cabo por medio del silogismo
lógico y el silogismo retórico.
Silogismo se denomina a la estructura racional por la cual llevamos a cabo
nuestros razonamientos deductivos como cuando yo digo:
m2 material
m2 actividades
m2 | actividad 1
“Escuela y empresa”
La escuela es una institución privada que surgió por una iniciativa de un grupo
de padres. Su creación es reciente, y están tramitando un mayor reconocimiento
oficial para recibir un subsidio que les permita por lo menos cubrir el sueldo de
los empleados. Los padres que fundaron la institución fueron tres matrimonios:
los Funes, los Márquez, y los Ahumada. Al principio era pequeño el número
de alumnos. Gracias al esfuerzo de estas familias la institución se sostuvo
y fue creciendo, ya que en esa zona no había otra escuela secundaria. Al
principio, al haber pocos estudiantes, la educación era casi personal y su calidad
era excelente, lo cual redundó en beneficio para la institución ya que esta
característica atrajo nuevos alumnos y padres interesados en participar en el
proyecto. Pero al pasar los años la cantidad de alumnos y el poco crecimiento
edilicio y de la planta docente generó algunos cambios con relación a la calidad
educativa que allí se lleva a cabo.
Es época de inicio de actividades escolares. Ricardo Márquez es el director
docente de la institución y el contador Funes lleva adelante las tareas de
administración contable de la escuela. Están discutiendo sobre la forma de sentar
las bases para el desarrollo de las actividades del próximo año lectivo, a fin
de tener elementos para elaborar la publicidad de la escuela en los medios de
comunicación.
Funes: Es como yo te digo, de otro modo no nos cierran los números.
Márquez: De acuerdo, pero si no establecemos una diferencia real con otros
institutos secundarios perdemos nuestra identidad institucional...
Funes: Yo pensaba que quizá podríamos iniciar -junto con las clases- una
campaña de recolección de fondos entre los alumnos, sus familiares y amigos
para la construcción futura del edificio nuevo de la escuela. Con esta idea en
4- Analice las dos posiciones propuestas y explique cuál sería la diferencia entre
ambas, atendiendo al análisis de los fines que propone Márquez.
5- Teniendo en cuenta lo que dice Sócrates sobre la diferencia que hay entre
hacer lo que quiero y hacer lo que me parece, explique si los dueños de la
escuela harían lo que quieren siguiendo la propuesta de Funes.
6--¿Cómo aplicaría Ud. a este caso la diferencia entre un discurso retórico que
es una empeiría y un discurso que sea una tekné?
7- ¿Qué personaje -el Sr. Funes o el Sr. Márquez- representa una opción y la
otra? Explique las distintas posiciones.
m2 |actividad 1 | IC
información complementaria 1
m2 |actividad 1 | AA
asistente académico 1
m2 |actividad 1 | AA
asistente académico 2
m2 |actividad 1 | IC
información complementaria 2
m2 |actividad 1 | AA
asistente académico 3
La diferencia entre hacer lo que me parece y hacer lo que quiero está relacionada
con la verdad y con el Bien de acuerdo a como lo expone Platón en el diálogo
Gorgias que se encuentra en el contenido de este módulo. Recuerde que la
palabra “parecer” está relacionada con el concepto creencia, no con el saber
verdadero. Para Platón el común de la gente confunde el mundo de realidades
aparentes con la verdadera realidad que es la de las ideas. Sólo el que sabe
las ideas hace lo que quiere. Puede consultar la ampliación temática-Guia de
lectura comprensiva del dialogo Gorgias de Platón IC contenida en este
módulo.
información complementaria
m2 |actividad 1 | IC
información complementaria 3
m2 |actividad 1 | AA
asistente académico 4
La idea de que padecer una injusticia es mejor que cometerla inicia una
discusión ética-política que es aún relevante en nuestra actualidad. El sustento
de esta posición socrática está asociada a los valores. Realice una síntesis
de las conclusiones de esta parte del diálogo. Consulte la Guia de lectura
comprensiva del diálogo Gorgias de Platón IC en la ampliación temática de
este módulo.
información complementaria
m2 | actividad 2
“Dialogando se aprende”
m2 |actividad 2 | IC
información complementaria 1
m2 |actividad 2 | AA
asistente académico 1
m2 |actividad 2 | AA
asistente académico 2
m2 |actividad 2 | AA
asistente académico 3
Le sugiero que para realizar esta actividad, realice primero una síntesis del
contenido conceptual del texto El arte de la retórica de Aristóteles, incluido en el
Contenido de este módulo.
A partir de la síntesis, puede diseñar un mapa conceptual, adquiriendo así una
visión más clara de los conceptos de Aristóteles, con el fin de aplicarlos al caso
concreto planteado en la actividad.
m2 |actividad 2 | AA
asistente académico 4
m2 |actividad 2 | IC
información complementaria 2
m2 |actividad 2 | AA
asistente académico 5
m3
m3 microobjetivos
m3 contenidos
m3 | contenidos | IC
información complementaria 1
Este texto de Gadamer, “Hombre y lenguaje”, nos presenta una visión filosófica-
hermenéutica del lenguaje para llegar a algún esclarecimiento de la relación
hombre-lenguaje. A través de este pensador vamos a abordar una perspectiva
filosófica del lenguaje, es decir buscar entender su esencia indagando sobre sus
características. Esta perspectiva es hermenéutica, ya que el análisis filosófico
se presenta como una interpretación del lenguaje. Gadamer establece una
diferencia radical entre la consideración hermenéutica del lenguaje que es
filosófica y la de la lingüística, que es científica en sentido moderno. La ciencia
moderna –entre ellas, la lingüística– produce con su actitud metodológica una
transformación de las cosas o hechos a estudiar –el lenguaje en este caso– en
objetos. El lenguaje como objeto es estudiado no desde su realidad viva, como
lo dicho, sino en su conformación estructural y funcional. Esta forma de abordar
el estudio produce una transformación en la consideración del lenguaje que
pasa a ser, desde esta perspectiva científica, algo que tiene el hombre y que usa
como un medio o instrumento.
Inicia el texto Gadamer poniendo énfasis en la forma en que se tradujo la
afirmación de Aristóteles de que el hombre tiene logos. Esta palabra logos fue
traducida en el medioevo como razón, atributo del individuo. Pero para Gadamer
esta palabra significa esencialmente discurso, palabra, atributo no ya del hombre
como individuo sino de su ser comunitario. De esta manera inicia su texto :
“Hay una definición clásica propuesta por Aristóteles según la cual el hombre
es un ser vivo dotado de logos. Esta definición se ha conservado en la tradición
occidental bajo esta fórmula: el hombre es el animal rationale, el ser vivo
racional, es decir, que difiere del resto de los animales por su capacidad de
pensar. Se tradujo la palabra griega logos por razón o pensamiento. Pero esa
Pero la esencia del lenguaje se oculta en este mismo despliegue. “El pensamiento
sobre el lenguaje queda siempre involucrado en el lenguaje mismo”. El enigma
más profundo que nos propone el lenguaje al pensamiento es que sólo
pensamos dentro del lenguaje. De allí es que el lenguaje no es un medio ni un
instrumento que podamos dejar a un lado luego de haberlo usado como quien
puede dejar algo que usa , una silla, un lápiz, un auto.
Gadamer se pregunta por lo propio –esencial– del lenguaje. Distingue tres rasgos
esenciales al lenguaje y va a desarrollar una explicación sobre las principales
características de estos rasgos, sin darnos una definición de lenguaje.
“En todo nuestro pensar y conocer, estamos ya desde siempre sostenidos por
la interpretación lingüística del mundo, cuya asimilación se llama crecimiento,
crianza. En este sentido el lenguaje es la verdadera huella de nuestra finitud.
Siempre nos sobrepasa. La conciencia del individuo no es el criterio para calibrar
su ser. No hay, indudablemente, ninguna conciencia individual en la que exista
el lenguaje que ella habla. ¿Cómo existe entonces el lenguaje? Es cierto que no
existe sin la conciencia individual; pero tampoco existe en una mera síntesis de
muchas conciencias individuales.
Ningún individuo, cuando habla, posee una verdadera conciencia de su lenguaje.
Hay situaciones excepcionales en las que se hace consciente el lenguaje en que
se habla. Por ejemplo, cuando nos viene a la memoria una palabra en la que nos
apoyamos, que suena extraña o ridícula y que hace preguntar: <<¿se puede
decir así?>>. Ahí aflora por un momento el lenguaje que hablamos, porque
no hace lo suyo. ¿Qué es, pues, lo suyo? Creo que cabe distinguir aquí tres
elementos.
El primero es el auto-olvido esencial que corresponde al lenguaje. Su propia
estructura, gramática, sintaxis, etc., todo lo que tematiza la ciencia, queda
inconsciente para el lenguaje vivo. Por eso constituye una de las perversiones
típicas de lo natural el que la escuela moderna se vea obligada a apoyar la
gramática y la sintaxis no ya en una lengua muerta, como el latín, sino en la
propia lengua materna. Una enorme labor abstractiva que se exige al que ha
de hacer explícitamente consciente la gramática del idioma que domina como
lengua materna. El lenguaje real y efectivo desaparece detrás de lo que se dice
en él. Hay una experiencia muy curiosa que todos hemos vivido en el aprendizaje
de lenguas extranjeras. En los libros de texto o en los cursos de idiomas
suele haber unas frases de uso corriente. Su finalidad es hacer consciente al
alumno, en un plano abstracto, de un determinado fenómeno lingüístico. En
otros tiempos, cuando aún se creía en la tarea de abstracción que representa el
aprendizaje de la gramática y la sintaxis de una lengua, solían figurar unas frases
tan sublimes como extemporáneas que expresaban algo sobre César o sobre
el señor X. La tendencia mas reciente de intercalar en tales frases ejemplares
noticias interesantes sobre el extranjero tiene el efecto secundario negativo de
oscurecer la función ejemplar de la frase en la medida en que el contenido atrae
toda la atención. Cuanto mas vivo es un acto lingüístico es menos consciente de
sí mismo. Así, el autoolvido del lenguaje tiene como corolario que su verdadero
sentido consiste en algo dicho en él y que constituye el mundo común en el
que vivimos y al que pertenece .también toda la gran cadena de la tradición que
llega a nosotros desde la literatura de las lenguas extranjeras muertas o vivas. El
verdadero ser del lenguaje es aquello en que nos sumergimos al oírlo: lo dicho.
Un segundo rasgo esencial del ser del lenguaje es, a mi juicio, la ausencia del
yo. El que habla un idioma que ningún otro entiende, en realidad no habla.
Hablar es hablar a alguien. La palabra ha de ser palabra pertinente, pero esto no
significa sólo que yo me represente a mi mismo lo dicho, sino que se lo haga ver
al interlocutor.
En este sentido el habla no pertenece a la esfera del yo, sino a la esfera
del nosotros. Así, Ferdinand Ebner acertó añadiendo a su importante escrito
Das Wort und die geistigen Realitäten (La palabra y las realidades espirituales)
el subtítulo de Pneumatologische Fragmente (Fragmentos pneumatológicos).
(Footnotes)
1
Hans George Gadamer, “Hombre y Lenguaje” (1965) en Verdad y Método II,
Editorial Sígueme, Salamanca, 1994, pp. 145-146.
2
Op. cit., pp. 146-147.
3
Op. cit., pp. 147-148.
4
Op. cit., pg. 148-149.
5
Op. cit., pg. 149-151.
m3 | contenidos | IC
información complementaria 2
Crianza-crecimiento
Rasgos esenciales del lenguaje Juego
Autolvido del yo
Universalidad del lenguaje
m3 material
m3 actividades
m3 | actividad 1
1- Establezca las razones que están en el texto de Gadamer por las cuales no es
justa la impresión de quien está relatando la situación planteada, de que podían
invitar al perro de Ariel a jugar. A 1
m3 |actividad 1 | IC
información complementaria
m3 |actividad 1 | AA
asistente académico 1
asistente académico 2
m3 |actividad 1 | AA
asistente académico 3
Uno de los rasgos esenciales del lenguaje es que es como el juego, en cuanto
que sobrepasa el mero hecho de la expresión verbal. Elabore las características
que posee el lenguaje como juego, según lo expresa Gadamer en el texto
correspondiente al Contenido de este módulo.
A partir de allí podrá establecer la comparación con la situación planteada.
m3 |actividad 1 | AA
asistente académico 4
Le propongo que realice una síntesis que contenga los rasgos esenciales del
lenguaje, de acuerdo al texto de Gadamer citado en el Contenido de esta
unidad.
m3 glosario
m4
m4 microobjetivos
m4 contenidos
La sociedad
m4 | contenidos | IC
información complementaria 1
“¿Por qué imaginario político griego y moderno? ¿Por qué imaginario? Porque
sostengo que la historia humana, y por tanto las diversas formas de sociedad
que conocemos en esta historia, se define esencialmente por la creación
imaginaria. Imaginario, en este contexto, no significa evidentemente ficticio,
ilusorio, especular, sino posición de nuevas formas, y posición no determinada
sino determinante; posición inmotivada de la que no puede dar cuenta ni una
explicación causal, ni funcional, ni siquiera racional”1.
De esta forma define Cornelius Castoriadis el imaginario como capacidad social
de autocreación del hombre. Mediante esta capacidad crea formas que hacen,
dan ser a un mundo social e histórico particular. Estas formas que cada sociedad
crea son un sistema de normas, de valores de orientaciones de la vida individual
y social, de instituciones en sentido amplio como la educación, el derecho, la
religión, etc. En el núcleo de estas instituciones se encuentran las significaciones
sociales imaginarias como son las distintas ideas que le dan sentido a estas
instituciones, por ejemplo, la idea de Dios como un ser superior que da sentido
(Footnotes)
1
Cornelius Castoriadis, “Imaginario político griego y moderno”, en El ascenso de
la insignificancia, Valencia, Ed. Frónesis, p. 157.
2
Op. cit., p.158.
3
Op. cit., p. 163.
4
Op. cit., p. 165.
5
Op. cit., p. 168.
6
Op. cit., p. 172.
información complementaria 2
“Ahora bien, hay que admitir que toda tentativa de pensar conjuntamente,
y comprender la una por la otra, la ideología y la utopía tropieza con
dificultades considerables. En primer lugar, cada uno de estos dos polos
tornados individualmente es entendido en un sentido las más de las veces
polémico y a veces peyorativo, que impide comprender la función social del
imaginario colectivo. Pero esta primera dificultad refleja otra. Si es tan fácil
servirse de estos dos términos en un sentido polémico, es porque, aun para
sociólogos preocupados por simples descripciones, cada uno de estos términos
presenta un aspecto positivo y un aspecto negativo o, si se prefiere, una función
constructiva y una función destructiva. Vayamos más lejos. Para un estudio
superficial, es el costado casi patológico de cada una de estas dos funciones
el que primero aparece en la superficie. Así, nos contentamos de buena gana
con definir a la ideología como un proceso de distorsiones y de disimulos
mediante los cuales nos ocultamos a nosotros mismos, por ejemplo, nuestra
posición de clase y, más en general, nuestro modo de pertenencia a las diversas
comunidades de las que participamos. La ideología es entonces asimilada pura y
simplemente a un engaño social o, lo que es más grave, a una ilusión protectora
de nuestro estatuto social, con todos los privilegios y las injusticias que este
incluye. Pero en sentido inverso, acusamos de buena gana a la utopía de no
ser más que una fuga de lo real, una suerte de ciencia ficción aplicada a
la política. Denunciamos la rigidez casi geométrica de los proyectos utópicos
y la rechazamos, desde el momento en que no parece manifestar ninguna
preocupación por los primeros pasos que habría que dar en su dirección y, en
general, por todo lo que constituye la lógica de la acción. La utopía, entonces,
“Pero al mismo tiempo que comprendemos y que, por qué no, admiramos la
radicalidad de la utopía, percibimos en seguida sus debilidades. En el momento
mismo en que la utopía engendra poderes, anuncia tiranías futuras que corren el
riesgo de ser peores que las que quiera derribar. Esta paradoja desconcertante
tiene relación con una laguna fundamental en aquello que Karl Mannheim
llamaba la mentalidad utópica, a saber, la ausencia de toda reflexión de carácter
práctico y político acerca de los apoyos que la utopía pudiera encontrar en lo
real existente, en sus instituciones y en lo que llamo lo creíble disponible de una
época. La utopía nos hace dar un salto hacia otro lugar, con todos los riesgos de
un discurso loco y eventualmente sanguinario. Se construye en la imaginación
una prisión distinta de la de lo real, en torno de esquemas tan restrictivos
para el pensamiento porque toda exigencia de lo real esta allí ausente. No
es sorprendente entonces que la mentalidad utópica esté acompañada por
un desprecio por la lógica de la acción y una incapacidad fundamental para
designar el primer paso que habrá que dar en dirección a su realización a
partir de lo real existente. El segundo nivel de la utopía conduce así a un termino,
donde la patología de la utopía se revela inversa a la de la ideología. Mientras
que la patología de la ideología consistía en su afinidad con la ilusión, el
disimulo, el engaño, la patología de la utopía consiste en una locura inversa. Allí
donde la ideología fortalece lo que el joven Marx llamaba la vida real, la praxis,
la utopía hace desvanecer lo real en beneficio de esquemas perfeccionistas, y
en el limite irrealizables. Una suerte de lógica loca del todo o nada reemplaza a
la lógica de la acción, la cual siempre sabe que lo deseable y lo realizable no
coinciden y que la acción engendra contradicciones ineluctables, por ejemplo,
para nuestras sociedades modernas, entre la exigencia de justicia y la de
igualdad. La lógica de la utopía se convierte entonces en una lógica del todo
o nada que conduce a unos a huir hacia la escritura, a otros a encerrarse en
la nostalgia del paraíso perdido, y a otros a matar sin discriminación. Pero
no quisiera detenerme en esta visión negativa de la utopía, por el contrario,
quisiera destacar la función liberadora de la utopía disimulada bajo sus propias
caricaturas. Imaginar el no lugar es mantener abierto el campo de lo posible.
O, para conservar la terminología que hemos adoptado en nuestra meditación
acerca del sentido de la historia la utopía es lo que impide al horizonte de
expectativa fusionarse con el campo de la experiencia. Es lo que mantiene la
distancia entre la esperanza y la tradición”9.
Paul Ricoeur cierra este tema mostrando cómo ambas funciones del imaginario
se complementan dentro de la sociedad, estableciendo una comparación con
lo que sucede a nivel del individuo: el imaginario es nuestra capacidad de
producir nuevas realidades y de reforzar la realidad dada reproduciéndola
ideológicamente. Dice por último Ricoeur:
“La doble serie de reflexiones que acabamos de consagrar sucesivamente a la
ideología y a la utopía nos lleva a reflexionar sobre el entrecruzamiento necesario
entre ideología y utopía en el imaginario social. Parecería que este imaginario
se basara en la tensión entre una función de integración y una de subversión.
En esto, el imaginario social no difiere fundamentalmente de lo que conocemos
de la imaginación individual: unas veces la imagen suple la ausencia de una
1
Jürgen Habermas, La Technique et la Science comme “ideologie”, Paris,
Gallimard, 1973.
2
Karl Mannheim, Ideologie und utopie.
3
No hay que perder nunca de vista en el análisis que la utopía y la ideología
siguen siendo conceptos polémicos y, en consecuencia, difíciles de utilizar de
manera puramente descriptiva. Si se puede decir con Karl Mannheim que un
estado de espíritu es utópico cuando carece de congruencia con el estado
de cosas en el cual se produce, hay que agregar enseguida que el fenómeno
aparece con colores del todo opuestos según que la utopía sea reivindicada por
un grupo privado de poder o denunciada por el grupo al que amenaza. En última
instancia, es utópico todo aquello que, para los representantes de un orden
dado, aparece a la vez como peligroso para ese orden e irrealizable en cualquier
otro.
m4 material
m4 actividades
m4 | actividad 1
“Problemas de comunicación”
6- ¿Ud. cree, de acuerdo a los datos que se dan del caso, que efectivamente los
dirigentes comparten la misma ideología? ¿Por qué?
información complementaria 1
m4 |actividad 1 | AA
asistente académico 1
m4 |actividad 1 | IC
información complementaria 2
m4 |actividad 1 | AA
asistente académico 2
Le sugerimos que haga una síntesis que contenga las principales características
de la utopía como actividad productora de la imaginación. A partir de ésta, va a
poder relacionar los conceptos referentes a lo que es una utopía, cuáles son sus
formas de manifestarse y las funciones que cumplen en el imaginario individual
y social, con el caso planteado. Si lo prefiere, elabore un cuadro sinóptico o un
mapa conceptual.
m4 |actividad 1 | AA
asistente académico 3
Inés, una joven que acaba de cumplir dieciocho años, está dialogando con una
compañera de la Facultad. Ella empezó este año la carrera de Comunicación
Institucional. Este es un año difícil en todo sentido. Así le decía...
- ¿Te das una idea de lo difícil que es para mí?
- Yo creo que no sólo para vos –le contesta Ana, mientras no deja de aspirar el
tabaco del cigarrillo.
- Sí, lo sé... pero, por ejemplo, creo que para vos no lo es tanto.
- ¿Por qué lo decís?
- Por la forma en que fuiste educada... me parece...
- O en que no fui educada, ¿no?
- Yo no quise decir eso –contestó enfáticamente Inés.
- Lo que pasa es que quizá a vos te pusieron muchos miedos: miedo a perder el
tiempo, miedo a fracasar, miedo a sentir, miedo a pensar. Me parece. Yo veo a tus
viejos. Te mandaron a una escuela que prácticamente sigue un régimen militar, y
si no seguís la regla, te equivocás. No te enseñaron a pensar a vos misma qué
hacer y por qué.
- Sí, a veces lo pienso. Pero para ellos era la mejor escuela. Nada que ver con la
escuela a la que vos fuiste. Ahí me parece que Uds. hacían casi todo el tiempo lo
que les daba la gana...
- Sí, claro, y si uno lo piensa, yo, por el contrario vivo sin miedos. Eso sí. Pero
tampoco tengo claro si realmente algo me importa. Y desde lo totalmente
opuesto tampoco creo que me sirve para decidir cosas importantes en la vida.
Después de estar callada unos minutos, Inés prosigue la conversación.
- A veces, cuando hablamos así entre nosotras me doy cuenta de que pareciera
que vivimos en dos mundos totalmente distintos y cada uno situado en un
extremo del otro. La cuestión es que ya tenemos dieciocho años y este año es
un año electoral, como le dicen: hay elecciones de gobernador, hay elecciones
de intendente. Nosotras tenemos una obligación, porque yo creo que estamos
obligadas a saber y a definir nuestra futura acción.
- Sí, lo sé. A pesar de que no estoy muy acostumbrada a reflexionar, me hago
cargo de que soy yo la que tengo que decidir qué voy a hacer.
- Por mi parte –reafirma Inés– estoy convencida de que he elegido la carrera
que me gusta. Me interesa la sociedad, el ser humano social, y no puedo
ignorar o mirar para un costado cuando somos partícipes en las decisiones más
importantes para una comunidad como son sus gobernantes.
- Pero no entiendo, Inés, qué te preocupa ni qué crees que vas a ganar hablando
conmigo si ya hemos llegado a la conclusión, o casi, de que yo no tengo criterios
o no tuve parámetros tan claros como los tuyos.
- Bueno, justamente, se me ocurre que por algo nos llevamos tan bien: porque nos
complementamos. A mí me dieron muchas reglas fijas de una forma autoritaria, a
vos casi ninguna, y entre las dos me parece que podemos ejercitarnos en tratar
de darnos a nosotras mismas algunas ideas que nos ayuden a decidir cosas.
Creo que la ocasión de las elecciones es un muy buen principio.
- Sí –contesta Ana– no me parece loca tu idea, y las papas queman...
- A veces pienso –continuó Inés– que elegimos la carrera de comunicación
porque ni vos ni yo tuvimos buena comunicación dentro de la familia o la
escuela.
- Claro, y de pronto a uno le dicen “ya sos grande, tenés que estudiar en la
Universidad para después trabajar y ser independiente”...
- Para mí la cosa no sería muy importante o difícil si nuestro país fuera una
dictadura militar o económica, o fuéramos todavía un virreynato de España.
6-¿Qué relación puede establecer entre las razones que tiene Inés para desear
vivir dentro de un régimen dictatorial y el contenido del texto de Castoriadis?
8-¿Piensa Ud. que este diálogo entre Ana e Inés es favorable al hecho de
que va a haber elecciones?¿En qué sentido? Explique usando el marco teórico
contenido en el módulo.
m4 |actividad 2 | IC
información complementaria
asistente académico 1
m4 |actividad 2 | AA
asistente académico 2
Para contestar a esta actividad puedes usar como eje los contenidos del
concepto de diálogo y sus implicancias. Quizá te orienten estas preguntas:
-¿Cuál es el problema que tiene Inés?
-¿Cuál es la causa o desencadenante de su preocupación?
-¿Qué implican las elecciones?
m4 |actividad 2 | AA
asistente académico 3
m4 glosario
e v a l u ación