Revista Cristo
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se le llama «milagro», cuando se experimenta en ella la acción de Dios y es evidente que en este
caso no se modifica ninguna ley natural.
la experiencia de que Dios favorece al hombre, considera accidental el que lo sucedido sea extraño
al acontecer cotidiano.
Diferencia entre lo que el hombre actual llama “milagro” y lo que se entiende por tal en la biblia
es: el hombre actual da todo el valor a lo primero (extraordinario) y el narrador bíblico a lo
segundo (lo divino).
Jesús no es un curandero cuyo fin sea simplemente sanar o hacer cosas sorprendentes, sino que la
finalidad última de sus acciones es proclamar que donde Dios ejerce su reinado el hombre se salva
Son sólo indicios o signos que deben ser correctamente entendidos para que cumplan su función.
Sólo creyendo en la persona que los hace y explica su sentido se puede entender su auténtico
significado
En la narración no podemos concretar hasta dónde llega la interpretación popular, cuáles son los
datos de los testigos presenciales y, sobre todo, qué es lo que pertenece a la forma narrativa o a
los posibles simbolismos.
Una narración es, como sabemos, parte del proceso de comunicación humana (emisor-mensaje-
receptor).
Jesús realizó curaciones sorprendentes, lo encontramos metido en el esquema literario usado para
narrar milagros de curación
Estos milagros no gozan de la misma probabilidad histórica que las curaciones o exorcismos. Su
carácter simbólico es mucho más acentuado.
Milagros concomitantes: Aquellos sucesos inexplicables que tuvieron lugar en Jesús o con
ocasión de él en distintas ocasiones de su vida . Ej: la concepción virginal, voces divinas en su
bautismo, transfiguración, fenómenos en el momento de su muerte, ascensión, etc
El milagro es un signo cuya significación capta el creyente, mientras que el no-creyente se
pregunta qué querrá decir
El milagro no es una prueba. Uno no se convierte a causa de un milagro, sino por lo que cree que
significa ese milagro.
Tal vez en la actualidad los signos de Dios salvador haya que buscarlos en realidades distintas a las
del tiempo de Jesús.
Milagros hoy: ¿qué signos, qué realidades pueden servirnos de signos, para manifestar la
presencia salvadora del reino? Para ser adecuados a nuestra época, deberán ser percibidos desde
la fe como señales de Dios salvador y desde la no-fe como interrogantes comprometedores
La creatividad evangélica como apertura a otra lógica: los desafíos del mundo global y
la respuesta del Reino
Creerle a Jesús, es creerle a la humanidad, pero es sobre todo vivir amparados en la convicción
que el modo como Dios procede es cautivador
Byung-Chul Han sostiene que nuestra sociedad es una sociedad del cansancio, pues está basada en
el modelo de rendimiento, enfermedades como la depresión, el trastorno por déficit de atención
con hiperactividad (TDAH), el trastorno límite de la personalidad (TLP) o el síndrome de desgaste
profesional (SDO o “síndrome de burnout”) “definen el panorama patológico de comienzos de
este siglo
La sociedad del siglo XXI ya no es disciplinaria, sino una sociedad del rendimiento. Nuestro mundo
es un mundo cansado, desbocado sobre sí mismo y preso de sus propios límites.
“Los logros culturales de la humanidad, a los que pertenece la filosofía, se deben a una atención
profunda y contemplativa” 7. Este estado de contemplación es imposible de alcanzar en el mundo
del multitasking y la hiperatención.
Sociedad es transparente: “El mundo no es hoy ningún teatro en el que se representen y lean
acciones y sentimientos, sino un mercado en el que se exponen, venden y consumen intimidades.
El teatro es un lugar de representación, mientras que el mercado es un lugar de exposición”
El meollo del asunto radica en cómo situarnos como creyentes y discípulos de Jesús bajo las
nuevas coordenadas de este mundo.
La conversión cristiana tiene que ver más bien con ese proceso que dura toda la vida en el que es
necesario crecer y madurar, entrando en una nueva lógica, porque lo auténticamente humano es
lo más divino en nosotros. Convertirse es dejar que vaya cuajando la mejor versión de nosotros
mismos. Es poder mirar hacia adelante y confiar en que aún se puede ganar en libertad, amar más
y ser mejores personas. Es dar siempre más
Por eso para afrontar estos desafíos es necesario volver con frescura inusitada a la lógica del
evangelio, especialmente a aquella que se nos revela en las parábolas de Jesús, en ellas la palabra
está íntimamente unida a la realidad y al pozo íntimo y misterioso de la persona y de la sociedad
humana. Jesús nos revela en las parábolas del Reino la verdadera lógica de Dios en la que es
preciso entrar constantemente, sin resistencias y con una apertura alegre y confiada.
Leyendo las parábolas de Jesús podemos conocer el mundo en el que él se movía y ser capaces de
desentrañar la lógica del revés que él mismo desenmascara con la lógica del derecho que es la
lógica del Reino
Jesús elabora las parábolas que muestran un Reino apareciendo en medio de la realidad, y cómo
hay que responder adecuadamente a esa gracia del Padre que es el centro de la historia humana.
Con la llegada del Reino todo cambia de sentido. Hay un sorprendente vuelco de valores, del
sentido de la vida provocado por el Reino.
El Reino nos abre el horizonte de un universo nuevo. Cada elemento de la realidad y de la persona
se integran de modo nuevo, en una síntesis atractiva, en un dinamismo que alcanza incluso la
realidad más insignificante.
es inevitable abrirse a una fuerza que llega de Dios. Nuestra imposibilidad es la posibilidad de Dios
cuando le permitimos llegar hasta nosotros
Dios no está inactivo, como un espectador distante, sino implicado, sacando vida nueva del ‘caos’
y del ‘abismo’ como el primer día de la creación. A Dios no se le ha acabado el amor por nuestro
mundo, ni está agotada su fantasía creadora.
El reino de Dios solo puede ser anunciado desde el contacto directo y estrecho con las gentes más
necesitadas de respiro y liberación
la causa a la que Jesús dedica en adelante su tiempo, sus fuerzas y su vida entera es lo que él llama
el reino de Dios. Es, sin duda, el núcleo central de su predicación, su convicción más profunda, la
pasión que anima toda su actividad. Todo lo que dice y hace está al servicio del reino de Dios.
ayudarles a intuir cómo es y cómo actúa Dios, y cómo va a ser el mundo y la vida si todos actúan
como él. Eso es lo que les quiere comunicar con su palabra y con su vida entera.
Fue torturado, juzgado y condenado por la jurisdicción religiosa a cargar su cruz y después ser
crucificado.
Pedro dijo: “señor, si eres tú, ordéname que vaya hacia ti”. Jesús le ordenó: “¡Ven!”. Así que Pedro
se bajó de la barca y fue caminando sobre el agua hacia Jesús en medio de la tormenta. Pero
cuando Pedro se estaba acercando a Jesús, miró la tormenta, y le dio miedo. Sintió que empezaba
a hundirse y gritó: “¡Señor, sálvame!”. Jesús lo agarró de la mano y le dijo: “¿Por qué empezaste a
dudar? ¿Es que no tienes fe?”. Jesús y Pedro se subieron a la barca, y la tormenta se detuvo
enseguida.
Un día, Jesús caminaba con Sus discípulos cuando vieron a un hombre que había nacido
ciego. El Salvador dijo que ni los padres ni el hombre habían pecado, sino que era ciego
para que Jesús pudiera sanarlo y demostrarle al pueblo el poder de Dios. Jesús hizo lodo
con la tierra y lo puso en los ojos del hombre ciego. Jesús le dijo al hombre que fuera a
lavarse los ojos. En cuanto se lavó el lodo de los ojos, ¡ya podía ver!
“Y vino hacia Él un leproso que, rogándole de rodillas, le decía: si quieres, puedes
limpiarme. Y compadecido, extendió la mano, le tocó y le dijo: Quiero, queda limpio. Y al
momento, desapareció, diciéndole: Mira, no digas nada a nadie; pero anda, preséntate al
sacerdote y ofrece por tu purificación lo que ordenó Moisés, para que les sirva de
testimonio. Sin embargo, una vez que se fue, comenzó a proclamar y a divulgar la noticia,
hasta el punto de que ya no podía entrar abiertamente en ciudad alguna, sino que se
quedaba fuera, en lugares apartados. Pero acudían a Él de todas partes”.
Acompañan a Jesús muchas personas hacia la casa de Jairo, una de ellas una mujer que solo piensa
en curarse de su grave enfermedad, lleva doce años sufriendo de hemorragias. Esta enfermedad
seguramente la deja muy débil. Por otro lado, la Ley de Moisés dice que cualquier mujer con
pérdidas de sangre es impura y no puede adorar a Dios con otras personas. Esta mujer ha oído lo
que cuentan de Jesús y por eso ha salido a buscarlo. Pero, como se encuentra en estado de
impureza, se mete entre la multitud tratando de pasar lo más desapercibida posible. Va pensando:
“Con solo tocarle la ropa me pondré bien”. Cuando por fin toca el borde del manto de Jesús, siente
de inmediato que ha dejado de sangrar. ¡Se ha curado de esa “angustiosa enfermedad!”.
Jesús vio una gran multitud y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tienen
pastor. Él dijo: “Dadles vosotros de comer”. Y le dijeron: “¿Es que vamos a comprar doscientos
denarios de pan para darles de comer?”. “Él les contestó: “¿Cuántos panes tenéis? Id a verlo”. Y
habiéndolo visto, dicen: “Cinco, y dos peces”. Entonces les mandó que se acomodaran todos por
grupos de comensales sobre la hierba verde. Se sentaron en grupos y tomando los cinco panes y
los dos peces y levantando los ojos del cielo, bendijo, partió los panes y los dio a sus discípulos
para que los distribuyesen; también partió los dos peces para todos. Los que comieron eran cinco
mil hombres.
Jesús le dijo a sus discípulos: “Vamos a Betania. Lázaro está dormido, y voy a ir a despertarlo”. Los
apóstoles le dijeron: “Si Lázaro está durmiendo, se pondrá bien”. Así que Jesús lo dijo más claro:
“Lázaro ha muerto”. Al llegar Él le dijo a Marta “Tu hermano volverá a vivir. ¿Me crees, Marta?.
Ella le contestó: “Yo creo que se levantará en la resurrección”. Entonces Jesús le dijo: “Yo soy la
resurrección y la vida”. Al llegar a la tumba empezó a orar: “Padre, te doy las gracias por
escucharme. Yo sé que siempre me escuchas, pero hablo en voz alta para que la gente crea que tú
me enviaste”. Entonces gritó con fuerza: “¡Lázaro, sal!”. De repente, ocurrió algo increíble: Lázaro
salió de la tumba, todavía envuelto con vendas. Jesús dijo: “Quítenle las vendas y dejen que se
vaya”.
Aquel día, llegada la tarde, les dice: Crucemos al otro lado. Y, despidiendo a la muchedumbre, le
llevaron en la barca tal como se encontraba, y le acompañaban otras barcas. Se levantó una gran
tempestad de viento, y las olas se echaban encima de la barca, de manera que se inundaba la
barca. Él estaba en la popa durmiendo sobre un cabezal; entonces lo despiertan y le dicen:
“Maestro, ¿no te importa que perezcamos?” y levantándose, increpó al viento y dijo al mar:
“¡Calla, enmudece!”. Se calmó el viento, y se produjo una gran bonanza. Entonces le dijo: “¿Por
qué tenéis miedo? ¿Todavía no tenéís fe?”. Se llenaron de gran temor y se decían unos a otros:
“¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?”.
Como Jesús es un sujeto real de la historia, en el que Dios actúa y se hace presente, así la palabra
de Dios es un anuncio de la persona y del destino de Jesús de Nazaret con todo su significado
histónco-salvífico.
Minorías de cristianos en esa parte de la tierra y por es migraron a otros lugares para crecer la
religión
Levadura: es un ingrediente que se pone al pan para que crezca. Crecimiento espiritual, no
quedarse estancado
CORTES CALVO, Ángel. Para leer una Cristología elemental. Capítulo 13: Los milagros
en los evangelios. Estella: Verbo Divino, 1994.
PAGOLA, José Antonio. Jesús. Aproximación histórica. Capítulo 4: Profeta del reino de
Dios. Madrid: PPC, 2007.