La Hidrosfera
La Hidrosfera
Es la capa de agua que recubre el 70% de la superficie de la Tierra. ... La forman los océanos,
mares, ríos terrestres y subterráneos, glaciares, lagos, lagunas y el vapor de agua contenido en la
atmósfera. Debido a los desplazamientos de las aguas y al ciclo del agua la hidrosfera sufre
cambios continuamente:
CICLO HIDROLÓGICO.
El ciclo hidrológico es el conjunto de transferencias de agua entre la atmósfera, tierra y mar en sus
tres estados: Sólido, líquido y gaseoso en el que el motor de este movimiento es el Sol.
En su origen, la temperatura de la Tierra era muy alta y con numerosos impactos de meteoritos y
otros cuerpos celestes, también se producían en su superficie muchas explosiones y erupciones
volcánicas que expulsaron a la atmósfera, entre otras cosas, vapor de agua.
Cuando la Tierra primitiva se fue enfriando, esto permitió que el vapor de agua presente en la
atmósfera primitiva se condensara y se produjeran las primeras lluvias, lo que dio lugar a la
formación de los océanos. Todo esto se supone que ocurrió hace aproximadamente 4.000
millones de años.
Solamente un 2,5% de agua es dulce. Gran parte se encuentra en los casquetes polares y en las
aguas subterráneas, por lo solo queda muy poca cantidad del agua de la Tierra disponible para los
humanos. A diferencia del agua salada, el agua dulce se puede encontrar en estado líquido (ríos,
lagos, aguas subterráneas,...) y en estado sólido (hielo de glaciares y casquetes polares).
EL AGUA EN LA TIERRA.
A cualquier imagen de nuestro planeta muestra que la Tierra es un planeta azul, y es que el 70%
de su superficie está cubierta por agua y sólo 30% es tierra firme. La disponibilidad de agua en el
mundo es de 1,386 millones de km3, de estos el 97.5% es agua salada, el 2.5%, es decir 35
millones de km3, es agua dulce.
AGUAS SUBTERRANEAS.
Las aguas subterráneas son aquellas formaciones de agua dulce situadas a nivel superficial en la
corteza terrestre. Suelen encontrarse en formaciones geológicas impermeables llamadas
acuíferos.
Son las aguas procedentes de las precipitaciones (lluvia, nieve, granizo, etc.) y del deshielo de las
nieve que se infiltra en el terreno a través de las rocas permeables (rocas que dejan pasar líquidos)
y que forman la superficie terrestre.
MANTOS ACUIFEROS.
Formación geológica permeable, compuesta de grava, arena o piedra porosa, que permite la
circulación y el almacenamiento del agua subterránea por sus poros o grietas. Algunos pueden ser
LIBRES, CONFINADOS y SEMICONFINADOS.
MANANTIALES Y FUENTES.
Un manantial, naciente o vertiente es una fuente natural de agua que brota de la tierra o entre las
rocas. Puede ser permanente o temporal
La zona no saturada puede constituir así una poderosa línea de defensa natural contra la
contaminación en acuíferos libres.
AGUAS CONTINENTALES.
Son cuerpos de agua permanentes que se encuentran en el interior, alejados de las zonas costeras.
Algunas aguas continentales son ríos, lagos, llanuras de inundación, reservas, humedales y
sistemas salinos de interior.
Su concentración en los mares y océanos es muy elevada entre 33 y 37 g/L y muy baja en
las aguas dulces, menor de 5 g/L. Además esta salinidad varía según la intensidad de la
evaporación o el aporte de agua dulce de los ríos aumente en relación a la cantidad de agua.
Las sales minerales disueltas en el agua de mares y océanos están formadas por algunos
elementos mayoritarios, como son: cloruro, sodio, magnesio, azufre, calcio, potasio, bicarbonato,
bromo, estroncio, boro y flúor. En conjunto estas sales constituyen más del 99% de la masa de
solutos disueltos en el agua de mar
Océanos
EL océano a una gran extensión de agua en el planeta Tierra, sobre todo aquella que
«separa dos o más continentes.
Temperaturas y composición.
Composición: El agua de mar es una disolución en agua (H2O) de muy diversas sustancias.
Hasta los 2/3 de los elementos químicos naturales están presentes en el agua de mar,
aunque la mayoría sólo como trazas. Seis componentes, todos ellos iones, dan cuenta de
más del 99 % de la composición de solutos.
Los procesos térmicos que ocurren en la tierra han encontrado un equilibrio sostenido
gracias a la interacción consolidada entre la atmósfera y los océanos. Esta dupla es la
principal protagonista de movimientos, cambios y transformaciones constantes que se
reflejan en las variaciones de los elementos meteorológicos e hidrológicos. Por ejemplo,
del total de radiación solar que entra por la capa superior de la atmósfera, llamada
ionosfera, un 44% es absorbido por los océanos, y de ese total, un 90% se transforma en la
reserva natural de calor de nuestro planeta.