Ana Zavala. La Evaluación.
Ana Zavala. La Evaluación.
Ana Zavala. La Evaluación.
Ana Zavala es una profesora de historia que obtuvo su título en el año 1975.
Posteriormente obtuvo su grado en licenciatura en ciencias históricas con opción en
investigación en el año 1980 y su maestría en didáctica en el año 2002; desde aquel
momento dicha docente ha continuado tanto en investigaciones, como en la docencia.
A lo largo de los tiempos, las modalidades de la evaluación han ido variando, las
calificaciones tal como se las conoce en la actualidad son un aporte de la cultura
meritocrática, que hace notar las desigualdades. En algún momento, la evaluación de los
aprendizajes pasó a ser una cuestión de Estado y de políticas sociales; posiblemente la
mayor conceptualización en materia de evaluación provenga precisamente del campo
empresarial.
Detrás de los empresarios vinieron los científicos a decir que, como, cuando y
porqué evaluar los aprendizajes de los estudiantes. La evaluación paso a ser diagnóstica,
sumativa o formativa, cuantitativa o cualitativa, mientras se instalaba como un axioma:
un mal resultado en la evaluación es el testimonio de una mala enseñanza.
Según la autora, afortunadamente los profesores saben que del dicho al hecho
hay un largo trecho, y, por lo tanto, lo que hacen cuando evalúan dista de la teoría que
en realidad no es tal. Menciona, además, que la evaluación de los desempeños de los
estudiantes es una práctica y en ella se mezclan los saberes formales del docente
(teorías) con su ética, sus valores, su autobiografía, etc.
Por lo tanto, una teoría de la evaluación (al igual que una teoría de la enseñanza)
es en definitiva una teoría de la acción. Está claro que la pretensión de medir algo para
lo cual no se tiene un instrumento de medida, ni unidad, no es sensato.
Según Zavala, los audaces caminantes son aquellos cuya línea de trabajo los ha
llevado por la comprensión de las acciones educativas como prácticas, y, por tanto,
sustentadas en teorías de la práctica (o acción) cuya relación con las producciones
académicas es bien distinta de la mera y mecánica aplicación.
En sentido gramatical, la calificación dice algo sobre otro algo; por un lado, se
encuentra la semántica, que incluye el reconocimiento y la atribución de sentido global
respecto del objeto (por ejemplo: el escrito de un alumno) y por otro, lo sintáctico, que
es lo que entendimos que ese trabajo era o decía.
La búsqueda de una teoría de evaluación nos lleva por los caminos de la teoría
de la acción, en tanto la evaluación es una acción, y en tanto lo que se evalúa también es
una acción.
La relación entre el sujeto que produce el texto que será evaluado, y el texto que
dice algo de él no es horizontal, igualitaria o simétrica. El profesor está investido de
atributos de poder; por tanto, las decisiones que los alumnos adoptan sobre sus dichos,
están determinados por la evaluación.
Claro está que un concepto erróneo no dejará de ser incorrecto por más que
hayan influido situaciones y factores interno o externos, pero si deberé tener presente
que esas situaciones pueden haber influido en el desempeño del alumno al sacarse una
calificación que no es buena (por ejemplo: puede haber respondido mal porque no
entendió la consigna o porque estaba nervioso o desconcentrado por una situación
personal) o puede haber respondido exactamente lo que yo esperaba ( por ejemplo:
memorizó un concepto tal cual yo lo presente en clase y por tanto cumplió mis
expectativas al responder) y esto no significará que haya habido una buena o mala
enseñanza según cuál sea el caso, que no hubiese aprendizajes o que el alumno que saco
buena nota sea porque es inteligente y aprende y el que saco mala nota es todo lo
contrario.