52 Perfectos en Cristo - Ilustrado - Final
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52 Perfectos en Cristo - Ilustrado - Final
P E R F E C T O S EN C R I S T O
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Previously published by
the Review and Herald
Publishing Association,
Hagerstown, MD 21740
Copyright 1987.
ISBN IJ-8280-039L-3
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Contenidos
Perfecto Introducción
I. Cristo es Mediador para el creyente para
En presentarle - como una persona individual -
perfectamente justo al Padre
Helmut
Ott
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Las citas bíblicas marcadas NVI son de La Biblia de las Américas © The
Lockman Fundación 1960, 1962, 1963, 1968, 1971, 1972, 1973, 1975, 1977.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Perfecto en Cristo
Helmut Ott
Sobre el Autor
El Dr. Helmut Ott ha dividido su vida entre los continentes de América del Norte
y del Sur, y su ministerio entre los campos de la teología y Lenguas
Modernas. Nacido en Alemania, cuando sólo tenía tres años de edad se trasladó
con su familia a América del Sur. Recibió su licenciatura en teología en la
Universidad Adventista en Argentina e hizo su trabajo pastoral en Uruguay y
enseñó la Biblia en el nivel universitario en Brasil antes de trasladarse a Estados
Unidos para continuar su educación.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Perfecto en Cristo
Helmut Ott
El libro del Dr. Ott se dirige directamente a las preguntas que han surgido dentro de la
iglesia Adventista del Séptimo día en las áreas de la salvación y la perfección, ya que
especialmente estas preguntas pertenecen a la última generación de aquellos que
todavía estarán vivos en el planeta tierra cuando Jesús regrese. La posición oficial de
la iglesia adventista del séptimo día ha sido siempre que lo que se refleja en su actual
listado de las creencias, que la salvación es un don de Dios recibido por la fe sola. Sin
embargo, a lo largo de los años de nuestra historia no han sido pocos los que han
mirado a los mandatos bíblicos como el ideal para ser perfecto y han deducido que
esto tiene una especial – y diferente – aplicación a los individuos de la "última
generación" que la aplicación que ha tenido a todos aquellos que nos han precedido.
Así surgen las preguntas: ¿Qué es la perfección? ¿Cómo podemos lograrla? ¿Cómo
podemos tener la seguridad de ser salvado si la salvación depende de nuestro
desempeño? ¿Será que Jesús debe seguir esperando hasta que alguna “última
generación” logre la perfección del carácter antes de que él regrese en las nubes del
cielo?
El Dr. Ott cree que las respuestas a preguntas como éstas se encuentran en una mayor
comprensión de la obra mediadora de Cristo en el santuario celestial.
Así que bajo este panorama, se dan tres grandes objetivos para alcanzar al escribir este
libro:
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
2. En segundo lugar, para mejorar nuestra relación con Cristo como nuestro mediador
y que nosotros recordemos que su muerte expiatoria, la victoria redentora, y la justicia
salvadora son la única base de nuestra aceptación con Dios, nuestra única esperanza
de salvación.
Te invitamos a seguirlo como Helmut Ott retrata a Jesús como el poderoso mediador
que silencia a nuestros acusadores, quita nuestras vestiduras viles, y nos cubre con el
manto de gloria de su justicia. Al hacerlo, nos presenta al Padre como completamente
justos – por la fe – Perfectos en Cristo.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Perfecto en Cristo
Helmut Ott
Él dice: "Debido a que hemos caído, nada que nosotros rendimos a Dios es
aceptable por sus propios méritos. El Padre sólo reconoce lo que traemos a Él
por los méritos de su Hijo. Nuestro divino Sumo Sacerdote da su justicia
personal a nosotros con el fin de compensar nuestros errores y hacer nuestro
servicio, nuestra obediencia y nuestra adoración del todo agradable al Padre."
Ott llega a decir que "la herencia del Padre no está restringida a aquellos que
alcanzan la perfección sin pecado. Dios hace a cada hijo responsable solamente
de lo que Él sabe que es razonable esperar de él en cada paso de avance de su
experiencia cristiana. Los méritos de Cristo constituyen para él pecador creyente
un manto que lo cubre en cada paso de avance de su experiencia. Los méritos de
Cristo compensan sus deficiencias. Por lo tanto, la criatura espiritual recién
nacida en Cristo y el cristiano experimentado y maduro, por igual, cada cristiano
puede tener plena seguridad de su aceptación continua con el Padre por medio
de Jesucristo".
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
PERFECTOS EN CRISTO
por Helmut Ott
Nos sentimos muy gozosos y agradecidos al Señor por poder contar con este
excelente texto de Helmut Ott dedicado enteramente al gran tema del ministerio
Sumo Sacerdotal de Cristo en el Santuario Celestial en los escritos de Elena de
White y la Biblia. Este libro nos muestra la gran responsabilidad que tenemos
de poner a la vanguardia de nuestro mensaje esta doctrina, que presenta en
forma más destacada ante el mundo al sublime Salvador, el sacrificio por los
pecados del mundo entero. Creemos que esta obra puede tener un muy positivo
efecto para aclarar en profundidad a todo el que la lea, acerca de esta verdad
esencial – la justificación por la fe en el marco del juicio investigador - que debe
ser el fundamento de nuestra fe adventista, que es la doctrina que aclara el
desengaño de 1844 y fundamenta y hace solida nuestra relación con Dios.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
La palabra de Dios expresa por medio del apóstol Pedro que el apóstol Pablo
escribió alguna cosas "difíciles de entender" y nos alienta a no desviarnos de lo
que éste nos transmitió (2 Pedro 3:16). Probablemente la doctrina de la
justificación sea la enseñanza central de Pablo y de toda la Sagrada Escritura y
a la vez la más malinterpretada por mayor cantidad de gente aún en la iglesia
Remanente, aunque es verdaderamente el corazón del evangelio de Jesucristo,
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
“Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús
el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo
sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno
que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. (Hebreros 4:14-16)
El traductor
Traducido del inglés en forma artesanal por Ricardo Ruz Jofré
Introducción
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Perfecto en Cristo
Helmut Ott
Introducción
Una de las enseñanzas más importantes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día
es lo que se conoce generalmente como el santuario celestial. La doctrina se
divide generalmente en dos partes distintas pero interrelacionadas, a saber: el
llamado juicio investigador y el ministerio mediador de Cristo. La primera se
refiere a lo que Cristo, en su papel como juez, hace para establecer el destino
eterno de los muertos – como Él formaliza la posición justa de aquellos que
durante toda su vida estaban dispuestos a cooperar con la actividad redentora de
Dios en su nombre. La última propiamente tal, se ocupa de lo que Cristo, como
representante y defensor del hombre, hace para establecer el destino eterno de
los vivos – como Él asegura la salvación de aquellos que viven en función de la
muerte expiatoria del Salvador, su victoria redentora, y la justicia suficiente para
una posición correcta con Dios.
Los cristianos apostólicos sabían que ya eran "hijos de Dios por la fe en Cristo
Jesús" (Gal 3:26). Debido a que eran hijos, también eran "herederos según la
promesa" (versículo 29). Pero también reconocieron que la mayor parte de lo
que promete el Evangelio no se convierte en una realidad concreta para el
creyente durante su existencia actual. Esto se comprenderá plenamente sólo en
el futuro, en la vida eterna. Mientras tanto esto es real sólo en la persona de
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Jesucristo. Por lo tanto, la única forma en que el creyente puede tener acceso a
las promesas del evangelio es a través de Cristo.
“Una vez estaban alejados de Dios y eran sus enemigos en sus mentes debido a
su mal comportamiento. Pero ahora se han reconciliado en el cuerpo físico de
Cristo a través de su muerte, para presentaros santos en su presencia, sin
mancha y libres de acusación – si continúan en la fe, establecidos y firmes, y sin
moverse de la esperanza del evangelio” (Colosenses 1: 21-23). “Hermanos,
quiero recordarles el evangelio que les prediqué... Mediante este evangelio son
salvos, si se aferran a la palabra que les prediqué. De lo contrario, habrán creído
en vano” (1 Corintios 15: 1, 2).
“Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo, el que tiene al Hijo,
tiene la vida; El que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Juan 5:11,
12). Porque somos hechos participantes de Cristo, sí retenemos firme hasta el
fin la confianza que tuvimos al principio” (Hebreos 3:14). “Y ahora, queridos
hijos, continúen en él, para que cuando él se manifieste, tengamos confianza y
estemos sin vergüenza delante de él en su venida” (1 Juan 2:28). “Por tanto, de
la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, sigan viviendo en
él, arraigados y sobreedificados en él, confirmados en la fe, así como se les
enseñó, abundando en acciones de gracias” (Col. 2: 6, 7).
Los primeros cristianos entendieron que todo lo que eran y todo lo que tenían
como hijos e hijas de Dios, lo eran y lo tenían sólo en la medida – y por tanto
tiempo como – permanecieron en Cristo por la fe. Ellos sabían que si alguna vez
perdían su permanencia en Él – y por lo tanto dejaban de participar de su obra
redentora en su nombre – regresarían a su estado anterior de perdición y estarían
sujetos a la antigua orden de pecado, condenación y muerte. Por consiguiente,
era imperativo que continuaran viviendo por la fe en Cristo durante toda su
vida. Esa era la única manera en la que lo que ellos tenían el ahora por la fe,
como una promesa, se convertiría en una realidad histórica concreta para ellos
en la segunda venida de Jesús.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Como era de esperarse, un énfasis tan unilateral ha tenido algunos efectos más
bien negativos. Por un lado, nos ha distraído de proclamar a Jesús como el único
mediador legítimo y eficaz entre Dios y el hombre. Para decirle al mundo que
no podemos basar nuestra seguridad de la salvación, ya sea en la iglesia terrenal
(su papel, las instituciones, y el ministerio) o en el propio creyente (su bondad
personal, logros y méritos), sino en Jesús y lo que Él está haciendo por nosotros
en el cielo luego, no ha sido una de nuestras principales preocupaciones. Por lo
tanto, en la medida en que hemos fallado en hacer de esta verdad lo central de
nuestro mensaje y de nuestra misión, ya hemos dejado de " ocupar el puesto al
que Dios nos llama".
Por otro lado, nuestro énfasis unilateral nos ha impedido adquirir una
comprensión más clara de lo que exactamente está haciendo Jesús actualmente
en nuestro nombre, y cómo su ministerio debe determinar la naturaleza y la
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
calidad de nuestra relación de fe personal con Él. Como resultado, algunas ideas
han encontrado su lugar en el Adventismo que, en lugar de hacer hincapié en
Jesús como la única fuente de salvación y de la justicia para el hombre caído,
hacen realmente del propio desarrollo del carácter y del comportamiento y de la
transformación del creyente el criterio último de su relación con Dios. Así, el
centro de atención, como la esperanza de la salvación se desplazan de Jesús y lo
que Él hace para el creyente en el cielo a lo que experimenta en su vida personal
aquí en la tierra – un cambio sutil pero tremendamente significativo que
contradice la esencia, así como propósito de la doctrina del santuario.
En el proceso vamos a tratar de encontrar las respuestas que sus escritos proveen
a por lo menos las siguientes dos preguntas básicas: 1. ¿Por qué es la mediación
de Cristo considerada tan importante para el plan de salvación? Es decir, lo que
está haciendo Jesús como nuestro "sustituto y garantía" personal – dos de sus
términos favoritos – que es tan vital para nuestra salvación final. 2. ¿Y qué
respuesta debería la función mediadora de Cristo obtener de nosotros como
creyentes? ¿Qué debemos hacer con el fin de permitir que el Salvador deba llevar
adelante su obra redentora en nuestro nombre para su realización total y final en
la segunda venida de Cristo?
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
7. Dos grupos de personas dentro de la iglesia: los justos en Cristo, y los injustos.
8. Resumen y conclusiones.
9. Apéndice.
Capítulo I
Cristo Mediador del creyente para presentarlo
– Como una persona individual –
Perfectamente Justo ante el Padre
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Perfecto en Cristo
Helmut Ott
Capítulo I
Cristo Mediador del creyente para presentarlo
– Como una persona individual –
Perfectamente Justo ante el Padre
En este capítulo se examina la primera razón básica por la cual Elena de White
considera el ministerio mediador de Cristo tan esencial para el plan de
salvación. Empezamos por establecer por qué el creyente debe depender de
Cristo como su representante y mediador personal para con el Padre. Entonces
veremos exactamente lo que Jesús, según nuestra fuente, está haciendo para
presentar al creyente perfectamente aceptable a Dios. En la tercera sección se
discute la relación entre el proceso de santificación de toda la vida del creyente
y su dependencia de la mediación de Cristo para una buena relación con
Dios. Finalmente examinaremos algunos pasajes bíblicos pertinentes.
“La justicia sin defecto sólo se puede obtener a través de la justicia imputada de
Cristo.” (Elena G. de White, en la Review and Herald, 03 de septiembre
1901). “Los invitados a la fiesta de bodas fueron inspeccionados por el rey, y se
aceptó solamente a aquellos que habían obedecido sus requerimientos y se
habían puesto el vestido de bodas. Lo mismo sucede con los invitados a la fiesta
del Evangelio. Todos deben pasar el escrutinio del gran Rey, y son recibidos
solamente aquellos que se han puesto el manto de la justicia de Cristo.”(Palabras
de vida del Gran Maestro, Pág. 312).
“La única forma en que [el pecador] puede obtener la justicia es mediante la
fe. Por fe puede presentar a Dios los méritos de Cristo, y el Señor coloca la
obediencia de su Hijo en la cuenta del pecador. La justicia de Cristo es aceptada
en lugar del fracaso del hombre, y Dios recibe, perdona, justifica, al alma
creyente y arrepentida, la trata como si fuera justa, y la ama como ama a su
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
1. Dios requiere justicia perfecta de los que serán herederos de la vida eterna,
nada más ni nada menos que eso pedirá.
4. Podemos obtener justicia sin defecto – la única justicia que Dios puede
aprobar – sólo a través de la justicia imputada de Cristo.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
2. Sólo el vestido que Cristo mismo ha provisto nos puede calificar para aparecer
en la presencia de Dios. Esta prenda, una túnica tejida en el telar del cielo, Cristo
la coloca sobre toda persona arrepentida y creyente. Y el creyente permanece de
pie ante Dios – con su derecho a participar en la fiesta del Evangelio – descansa,
no sobre la base de su propio carácter defectuoso, sino en el hecho de que él viste
la perfección de Cristo.
4. El último pasaje citado más arriba NO dice que Jesús ofrece el poder que la
iglesia necesita para hacerse aceptable ante Dios. En cambio, dice que Él la
revestirá para que pueda presentarla como un cuerpo glorioso y sin defecto. La
ropa nunca es una parte integral de las personas que la llevan. Es algo que se
pone a alguien, una cubierta externa destinada a hacer que una persona se vea
apropiada. Por lo cual el pasaje no describe la realidad de la verdadera condición
espiritual de la iglesia, no habla de un logro real de la iglesia. En cambio,
el pasaje describe lo que Jesús hace por la iglesia con el fin de presentarla
al Padre. Jesús viste a su pueblo con el manto que el mismo proporciona – el
manto espiritual de su propia justicia personal – y así la presenta al Padre como
una iglesia gloriosa y perfecta.
Tenga en cuenta que Elena de White establece una relación directa y necesaria
entre lo que Cristo hizo por nosotros ayer [en el pasado] como nuestro sustituto
en la cruz y lo que está haciendo hoy [en el presente] para nosotros como nuestro
representante ante el trono. Así, mientras que completó su obra redentora en
nuestro nombre cuando dio su vida como un sacrificio expiatorio en la cruz, su
aplicación a cada uno de los creyentes es una realidad presente y actual, que
continuara hasta que la libertad condicional humana cesa. (El fin del tiempo de
gracia).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
“Hay quienes han conocido el amor perdonador de Cristo y desean realmente ser
hijos de Dios, sin embargo, reconocen que su carácter es imperfecto y su vida
defectuosa, y están propensos a dudar de que sus corazones hayan sido
regenerados por el Espíritu Santo. A los tales quiero decirles que no se
abandonen a la desesperación. Tenemos a menudo que postrarnos y llorar a los
pies de Jesús por causa de nuestras culpas y errores; pero no debemos
desanimarnos. Aún si somos vencidos por el enemigo, no somos desechados, ni
abandonados, ni rechazados por Dios. No; Cristo está a la diestra de Dios e
intercede por nosotros. . . . Y si tan solo quieres entregarte a Él, el que comenzó
en ti la buena obra la perfeccionará, hasta el día de Jesucristo. Ora con más
fervor; cree más plenamente.” (El camino a Cristo, p. 64).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
3. Sólo en “el día de Jesucristo” – en ese punto del tiempo cuando lo eterno
sustituya lo terrenal, la eternidad a lo histórico, cuando el reino de la gloria
sustituya al reino de la gracia, y el creyente experimente la transformación de la
naturaleza que tiene lugar en el evento de la resurrección / glorificación – la obra
que comenzó en la conversión llega a su permanente y total “terminación”
(Filipenses 1:6).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Por tanto, es lógico – incluso imprescindible – concluir que la primera razón por
la cual los escritos de Ellen White consideran que el ministerio mediador de
Cristo es tan esencial para el plan de la salvación, es que este ministerio
constituye la única forma de asegurar de que un pecador tenga una buena
relación con Dios. Jesús media a favor del creyente para presentarle – como una
persona individual – Perfectamente justo delante del Padre. El Salvador imputa
su justicia salvadora, su muerte expiatoria, y su victoria redentora para que
los creyentes puedan por la fe en Cristo presentarse sin mancha ante Dios, a
pesar del hecho de que, por naturaleza, ellos todavía son pecaminosos,
imperfectos, e indignos en sí mismo
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
"Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a
Dios, viviendo siempre para interceder por ellos." Este versículo contiene al
menos tres conceptos importantes:
2. Por la mediación en su nombre, Jesús salva “a los que vienen a Dios por medio
de él.” Es evidente que Él no salva a todos, sino sólo a un grupo específico. Su
mediación no incluye aquellos que quieren encontrar una forma diferente de
llegar al Padre, que tratan de lograr una posición apropiada con él sobre la base
de sus propios logros, su rectitud personal y la obediencia "perfecta".
El siguiente pasaje habla de aquellos que quieren ganar la salvación por las
buenas obras como parte de la base de su salvación:
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
“Piensan que Jesús obrará parte de la salvación, pero que ellos deben hacer el
resto. Los tales necesitan ver por fe la justicia de Cristo como su única esperanza
para el tiempo y para la eternidad.” (Fe y Obras. P 26).
Pablo dice que Jesús “los presentará santos y sin mancha e irreprensibles delante
de él, siempre que permanezcan estables y firmes en la fe, y sin moverse de la
esperanza del evangelio.”(Colosenses 1:22-23, RV). Observe que el texto no
dice que Jesús va a permitir a los creyentes desarrollar una justicia perfecta o
alcanzar la plenitud espiritual, sino dice que él los presentará como seres
santos, sin manchas e irreprensibles delante de Dios. Al igual que en Hebreos
7:25, Judas 24, Efesios 5:27, etc., esto es una referencia, no sobre algo que los
creyentes realmente logran en sus vidas históricas personales, sino es una
referencia sobre lo que Cristo hace por ellos.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
5. Llevando su propia ropa en vez del vestido de boda del rey, insultó a su
señor. Como resultado, no sólo quedó excluido de la boda – al igual que los que
rechazaron la invitación y no vinieron – sino que también fue castigado por
negarse a cumplir con las condiciones específicas establecidas por el rey. Él
ignoro o trató de violar la orden del rey, una orden según la cual “y son recibidos
solamente aquellos que se han puesto el manto de la justicia de
Cristo.” (Ibíd., Pág. 312).
El tercer y último pasaje que queremos discutir es Gálatas 3:26 al 4:7. Dos
conceptos particularmente nos interesan en este momento. En primer lugar:
"Todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús" (Gálatas 3:26.). La
adopción, por definición, es la concesión de la filiación a alguien que no es un
hijo natural, es uno de los primeros beneficios que recibe un creyente por la fe
en Jesucristo. El Salvador confiere el “derecho o potestad de ser hechos hijos de
Dios... para todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre” (Juan
1:12). Los creyentes son así" adoptados como hijos [de Dios] por medio de
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Jesucristo "(Ef. 1: 5.) Filiación, entonces, no es algo que los creyentes ganan,
sino un don de la gracia de Dios para los que aceptan a Jesucristo como su
Salvador personal.
Como resultado de su larga vida con Dios, Matusalén vivió un relativamente alto
grado de maduración. Pero de ninguna manera le hace más y mejor calificado
para recibir la herencia eterna que el ladrón en la cruz que, debido a su adopción
en la undécima hora, murió como un bebé en Cristo. Ambos casos ilustran el
hecho de que la herencia eterna pertenece a los hijos e hijas de Dios en Cristo,
independientemente de su grado de crecimiento espiritual. Los niños en Cristo
que debe enfrentar el juicio final – ya sea en la muerte o en el final del tiempo
de gracia – poco después de su nacimiento en la familia espiritual de Dios tienen
exactamente el mismo derecho, otorgado por la gracia, para ser herederos al
igual que aquellos que son "adultos", viejos y experimentados.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Capítulo II
La mediación de Cristo a favor del creyente para presentar su
desempeño - Su obediencia, su servicio y adoración -
Aceptable ante el Padre.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Perfecto en Cristo
Helmut Ott
Capítulo II
La mediación de Cristo a favor del creyente para presentar su
desempeño - Su obediencia, su servicio y adoración -
Aceptable ante el Padre.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
obras buenas y nobles que Dios requiere, pero que ellos descuidan de hacer.” (El
Conflicto de los Siglos, pág. 601). “La ley exige perfecta obediencia… La
mínima desviación de sus requerimientos, por descuido o transgresión
voluntaria, es pecado, y cada pecado expone al pecador a la ira de Dios.”
(Mensajes Selectos, tomo 1, p. 218). “El ideal que Dios tiene para sus hijos está
por encima del alcance del más elevado pensamiento humano. La meta a
alcanzar es la piedad, la semejanza a Dios.” (Educación, Pág. 18).
“Era posible para Adán, antes de la caída, desarrollar un carácter justo por la
obediencia a la ley de Dios. Más no lo hizo, y por causa de su caída tenemos una
naturaleza pecaminosa y no podemos hacernos justos a nosotros mismos. Puesto
que somos pecadores y malos, no podemos obedecer perfectamente una ley
santa. No tenemos por nosotros mismos justicia con que cumplir lo que la ley de
Dios demanda. Más Cristo nos ha preparado una vía de escape.” (El camino a
Cristo, Pág. 62).
“La justicia es obediencia a la ley. La ley demanda justicia, y ante la ley, el
pecador debe ser justo; pero es incapaz de serlo.” (Mensajes Selectos, tomo 1, p.
367). “Es así que [la ley] no podía justificar al hombre, porque éste en su
naturaleza pecaminosa no podía guardar la ley.” (Patriarcas y Profetas, pág. 373).
“Dios no va a rebajar su ley para ponerla al nivel de las normas imperfectas del
hombre; y el hombre no puede satisfacer los requerimientos de esa santa ley sin
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Hemos visto que, de acuerdo con Ellen White, Dios requiere no sólo la
obediencia, sino una perfecta obediencia. Y hemos sugerido que ella también
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
indica que tal obediencia es posible sólo a través del arrepentimiento del creyente
para con Dios y su fe en Jesús. Ahora vamos a tratar de establecer exactamente
cómo la mediación de Cristo hace posible que el creyente pueda cumplir con la
norma que Dios ha establecido.
“Con la victoria obtenida en la cruz del Calvario, Cristo abre claramente el
camino para el hombre y así le hace posible que guarde la ley de Dios mediante
el Camino, la Verdad y la Vida. No hay otro camino.” (Mensajes Selectos, tomo
1, p. 342). “Jesús se constituyo en el Mediador entre Dios y el hombre, a fin de
restaurar para el alma penitente el favor de Dios al proporcionarle la gracia de
guardar la ley del Altísimo.” (Fe y Obras, pág. 119, cursivas suministrados). “A
través de la gracia de Cristo viviremos en obediencia a la ley de Dios escrita en
nuestros corazones.” (Patriarcas y Profetas, pág. 372). “Ningún pecado puede
tolerarse en aquellos que andarán con Cristo en ropas blancas. Las vestiduras
sucias han de ser sacadas, y ha de ponerse sobre nosotros el manto de la justicia
de Cristo. Por el arrepentimiento y la fe, somos habilitados para prestar
obediencia a todos los Mandamientos de Dios, y somos hallados sin culpa
delante de él.” (Testimonios, vol. 5, p. 472). “Pero por la perfecta obediencia a
los requerimientos de la ley, el hombre es justificado. Solamente mediante la
fe en Cristo es posible una obediencia tal” a través de la fe en Cristo es [posible]
una perfecta obediencia [a los requisitos de la ley] (En Lugares Celestiales, pág.
146).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
complementación. Lo que sigue, agrupados bajo estos tres títulos, no es más que
una muestra de sus declaraciones.
a. La obediencia perfecta a través de la sustitución. El Padre acepta la toda
suficiente justicia de Cristo – Su carácter santo, sus méritos perfectos, y su
obediencia perfecta – en lugar de las imperfecciones, defectos y pecados del
creyente.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Cristo toma del creyente los esfuerzos honestos aunque imperfectos por vivir en
armonía con la voluntad de Dios, Él los perfecciona y completa con sus propios
méritos de manera que cumplan con los requisitos divinos.
“La fe y las obras van de la mano; actúan armoniosamente en la empresa de
alcanzar la victoria. Las obras sin fe son muertas y la fe sin obras es muerta. Las
obras jamás van a salvarnos; son los méritos de Cristo que contarán en nuestro
favor. Mediante la fe en Él, Cristo hará que todos nuestros imperfectos esfuerzos
sean aceptables para Dios.” (Fe y Obras, pág. 48). “Aunque las buenas obras del
hombre, sin fe en Jesús, no tienen más valor que la ofrenda de Caín, sin embargo,
cubiertas con los méritos de Cristo, testifican de la idoneidad del que las hace
para heredar la vida eterna.” (Mensajes Selectos, tomo 1 p 382).
“La vida de Cristo es un perfecto cumplimiento de todo precepto de [la] ley. Él
dice: "yo he guardado los mandamientos de mi padre." El conocimiento de la ley
podría condenar al pecador, y aplastar la esperanza de su corazón, si no ve a
Jesús como su sustituto y garantía, listo para perdonar su transgresión y perdonar
su pecado. Cuando, a través de la fe en Jesucristo, el hombre hace lo mejor de
acuerdo a su capacidad, y trata de seguir el camino del Señor mediante la
obediencia a los Diez Mandamientos, la perfección de Cristo le es imputada para
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
“Cada oración sincera es oída en el cielo. Tal vez no sea expresada con fluidez;
pero si procede del corazón ascenderá al santuario donde Jesús ministra, y él la
presentará al Padre sin balbuceos, hermosa y fragante con el incienso de su
propia perfección” (El Deseado de todas las gentes, pág . 667).
Es evidente que la mediación de Cristo tiene un doble efecto sobre la "oración
sincera": 1. Elimina las imperfecciones que la oración tenía según lo expresado
por el peticionario. 2. Hace que sea "bella" con el incienso de la propia
perfección de Cristo.
Estas consideraciones nos llevan a la conclusión de que, de acuerdo con Ellen
White, el ministerio mediador de Cristo es tan esencial como su muerte en la
cruz, porque a través de él trae el plan de salvación a su plena realización efectiva
para aquellos que lo aceptan como su Salvador personal, compartiendo con ellos
los beneficios de la obra redentora completada en la cruz. Este intercambio
ocurre de una manera doble: 1. Cristo imputa su muerte expiatoria, Su victoria
redentora, y su justicia salvadora al creyente y lo presenta así – como una persona
individual – perfectamente justa delante del Padre. 2. Cristo imputa sus méritos
personales a la vida deficiente del creyente como hijo de Dios, y por lo tanto
hace que su obediencia, su servicio y su culto sea agradable al Padre.
“Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los
hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la
justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los
muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los
muchos serán constituidos justos.” (Romanos 5:18, 19).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
La Escritura enseña que Jesús "se convirtió en causa de eterna salvación para
todos los que le obedecen" (Heb. 5: 9). Esto significa que Jesús es el Salvador,
no de aquellos que lo rechazan conscientemente y deliberadamente contradicen
la voluntad de Dios para sus vidas, sino sólo de los que le obedecen. También
indica que los que le obedecen necesitan a Jesús como su Salvador. No es su
propia obediencia, sino que Cristo es la fuente – la causa, la base – de su
salvación.
El "obediente" necesita un Salvador, no porque haga lo incorrecto en obedecer,
sino porque Dios nunca planeó que la obediencia fuera otro método para lograr
la justicia salvadora – no es el camino para que los seres caídos trasciendan su
condición perdida, que superen su pecaminosidad personal, o logren un estado
de plenitud espiritual. Pablo afirma que "si la ley dada pudiera vivificar, la
justicia fuera verdaderamente por la ley" (Gálatas 3:21). Es por ello que ninguna
cantidad de obediencia nos puede dar acceso a la salvación. Debido a que existe
la vida eterna sólo en Cristo, podemos tener acceso a ella sólo poseyéndolo a Él.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
(1 Pedro 2: 5). Evidentemente, la base sobre la cual Dios acepta las ofrendas de
amor del creyente, el testimonio, la alabanza y la obediencia, la adoración y el
servicio, no es el valor de la donación o el merito del donante. En cambio, Dios
responde favorablemente a ellos sólo cuando – y por el hecho de que – el
creyente los trae a través de Jesucristo, el mediador, que limpia del pecado,
elimina su imperfección, y los perfecciona mediante la imputación de sus
méritos personales. Sólo por acercarse al Padre por medio de Cristo el creyente
demuestra que reconoce su verdadera condición.
4. La obediencia de la fe
Obviamente los tres puntos de vista tienen algún mérito – son piezas originales
y necesarias de la respuesta. Pero no proporcionan la explicación completa de lo
que constituye la perfecta obediencia. Consideremos cada opinión:
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
En primer lugar, es inadecuado porque los preceptos de la ley, ya sea que nos
mandan o nos prohíben hacer algo no nos especifican el método que debemos
seguir o el poder que debemos emplear para obedecer. Por ejemplo, el
mandamiento no dice "No robarás a través del poder del Espíritu." En cambio,
dice "No robarás", en tiempo presente. Por lo tanto, si es que nos hemos
abstenido de robar, entonces nosotros hemos obedecido todo lo que este
mandamiento especifico requiere. La forma como logramos obedecer es
totalmente irrelevante en cuanto a las exigencias que la ley requiere.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
cómo hemos de ser salvados de nuestros pecados. Nos recuerda que necesitamos
un Salvador, pero no nos dice cómo o dónde podemos encontrarlo.
Las instrucciones de Dios – Sus decretos, estatutos, y mandamientos – no nos
dicen a nosotros qué hacer para remediar el problema del pecado, no aparecen
en el Decálogo. Las encontramos solamente en el evangelio tal como se expresan
en ambos testamentos de la Santas Escrituras. En pocas palabras, En el Antiguo
Testamento el pecador tenía que llevar al tabernáculo, por ejemplo, un cordero
como ofrenda por el pecado, confesar su pecado sobre la cabeza y matar la
víctima, después de esto, el sacerdote podía utilizar la sangre del cordero para
hacer expiación y asegurar el perdón de Dios para él (Levítico 4-6). Cualquier
incumplimiento de las leyes que regulan esta ceremonia tuvo consecuencias
mucho más graves que no obedecer perfectamente el Decálogo. Dios había
hecho provisión para aquellos cuya obediencia no estaba a la altura de las
exigencias de la ley, pero ninguna provisión para aquellos que no pudieron
asegurar su perdón a través de los medios que Él proporciono.
Esta es una clara indicación de que la decisión sobre si un israelita en particular
fue obediente en última instancia, depende, no de su relación con la ley, sino de
su relación con Dios con el cordero que él proveyó como símbolo de Cristo. Por
consiguiente, concluimos que, según el Antiguo Testamento, los
verdaderamente obedientes fueron aquellos que, habiendo hecho todo lo posible
para vivir en plena armonía con las leyes de Dios, reconociendo su transgresión
y su deficiencia vinieron a Dios confiando en la sangre de un sacrificio para
asegurar su perdón, y así conservar su lugar como miembros del pueblo del pacto
de Dios. La verdadera obediencia, obviamente, incluye tanto la sumisión a los
mandatos de la ley moral y la conformidad con las exigencias del Evangelio
como se representa en los servicios del tabernáculo.
Lo mismo ocurre en el Nuevo Testamento. Jesús dijo claramente que Él no había
"venido para abrogar la ley o los profetas .., sino para cumplir." (Mateo 05:17).
Él no vino para liberarnos de la responsabilidad de vivir moralmente correcto o
para abolir los principios que rigen la creación de Dios para que podamos agradar
a nuestra naturaleza pecaminosa a voluntad. Pero decimos que lo mismo ocurre
en la mayoría de las veces que Jesús exhortó a sus oyentes para mantener tanto
sus mandamientos como los mandamientos del Padre, no significa
definitivamente, que se refirió específicamente a los Diez Mandamientos.
Tampoco significa que el llamado del Salvador acerca del discipulado no impone
ninguna otra obligación que lo que la ley requiere – que sus demandas sobre
nosotros comienzan y terminan con lo que explica el Decálogo.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
llamado para que podamos ser reconciliados con el Padre y recibir la adopción
de hijos e hijas de Dios.
Las directivas del evangelio se originan en su naturaleza única y contribuyen a
la realización de sus objetivos particulares. Por lo tanto son esencialmente
diferentes de los mandatos de la ley. Esta demás decir que las exigencias del
evangelio son tan vinculantes y normativas como las de la ley. La salvación que
Dios ofrece en Cristo exige ciertas respuestas específicas del pecador. Por
ejemplo, cuando durante su ministerio terrenal, Jesús proclamó la buena nueva
de Dios, diciendo: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios está cerca (se
ha acercado); convertíos (arrepentíos) y creed en el evangelio” (Marcos 1:15,
RV), Él hizo más que apelar a la conciencia de sus oyentes. Él, de hecho, hizo
obligatorio para cualquier pecador el arrepentimiento y la fe que busca la
reconciliación con Dios. En el proceso, se reveló que son una prueba de la
obediencia de un pecador tan ciertamente como cualquiera de los mandamientos
de la ley.
Lucas informa que "la palabra del Señor crecía" y se extendía, y "un gran número
de sacerdotes obedecían a la fe" (Hechos 6: 7). Podemos estar seguros de que
muchos de estos sacerdotes eran tan fieles a la ley como es razonable esperar de
cualquier ser caído. Como Pablo eran "irreprensibles" de acuerdo a la ley
(Filipenses 3:6). Sin embargo, si no hubieran sido obedientes al evangelio, no
habrían tenido acceso a la gracia y, por tanto, no hubieran tenido ninguna
esperanza de vida eterna.
Pablo recibió “el apostolado, para llamar a la gente de entre todas las naciones a
la obediencia a la fe” (Romanos 1: 5). “La obediencia de la fe” (RSV) proviene
sólo de los que han aceptado a Jesucristo como su Salvador personal. Sin esta fe
– la participación en la obra redentora de Cristo – ninguna cantidad de guardar
la ley será capaz de reconciliarnos con Dios, ni concedernos el derecho de
adopción, y no nos dará acceso a la herencia eterna del Padre.
Jesús reveló que las exigencias del Evangelio son obligatorias cuando dijo que
“para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” y “el
que en él cree no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado,
porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (Juan 3: 16,18).
Es evidente que el destino eterno de una persona no depende de si él obedece la
ley, nadie se salvaría si esa fuera la norma, sino si él responde a lo exigido por
el Evangelio. Pablo expresó el mismo punto cuando declaró que “los que no
conocen a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo” “los
cuales sufrirán castigo de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor”
(2 Tesalonicenses 1: 8, 9). Como fue el caso en los tiempos del Antiguo
Testamento, Dios ha hecho provisión para nuestro fracaso e incapacidad en
rendir perfecta obediencia a la ley, pero ninguna provisión se ha hecho para
aquellos que no responden como lo exige el Evangelio.
Por tanto, es lógico concluir que, de acuerdo con el Nuevo Testamento, la
verdadera obediencia no está determinada en última instancia por el éxito de una
persona en la obediencia a los mandatos de la ley, sino por su fiel cumplimiento
de las exigencias del Evangelio. En consecuencia, los verdaderamente
obedientes son aquellos que, habiendo hecho todo lo posible para vivir como es
digno de los hijos e hijas de Dios en Cristo, reconocen su pecaminosidad, su
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Capítulo III
La mediación de Cristo: el único camino para todos, para alcanzar la
justicia salvadora.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Perfecto en Cristo
Helmut Ott
Capítulo III
La mediación de Cristo: el único camino para todos, para
alcanzar la justicia salvadora.
“La pluma inspirada, fiel a su tarea, nos habla de los pecados que vencieron a
Noé, Lot, Moisés, Abraham, David y Salomón, y hasta nos cuenta que aun el
enérgico espíritu de Elías se abatió bajo la tentación durante su terrible prueba.
Están fielmente registradas la desobediencia de Jonás y la idolatría de Israel. La
negación de Pedro, la aguda contienda que hubo entre Pablo y Bernabé, las
flaquezas de los profetas y los apóstoles, todo queda revelado por el Espíritu
Santo, que descorre el velo del corazón humano. Ante nosotros se expone la vida
de los creyentes, con todos sus defectos e insensateces, que están destinados a
ser una lección para todas las generaciones que los habían de seguir. Si hubiesen
sido perfectos, habrían sido sobrehumanos, y nuestra naturaleza pecaminosa nos
haría desesperar de llegar jamás a tal punto de excelencia” (Testimonios, vol. 4,
p. 12).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
“El profeta Daniel fue ejemplo de verdadera santificación. Llenó su larga vida
del noble servicio que rindió a su Maestro. Era un hombre “muy amado” (Daniel
10:11, VM) en el cielo. Sin embargo, en lugar de prevalerse de su pureza y
santidad, este profeta tan honrado de Dios se identificó con los mayores
pecadores de Israel cuando intercedió cerca de Dios en favor de su pueblo: “¡No
derramamos nuestros ruegos ante tu rostro a causa de nuestras justicias, sino a
causa de tus grandes compasiones!” “Hemos pecado, hemos obrado
impíamente”. Él declara: “Yo estaba [...] hablando, y orando, y confesando mi
pecado, y el pecado de mi pueblo”. Y cuando más tarde el Hijo de Dios apareció
para instruirle, Daniel dijo: “Mi lozanía se me demudó en palidez de muerte, y
no retuve fuerza alguna.” (Daniel 9:18, 15, 20; 10: 8) (El Conflicto de los Siglos,
págs. 470, 471).
“Miren en el espejo de la ley de Dios los que se sienten inclinados a hacer una
elevada profesión de santidad. Cuando vean la amplitud de sus exigencias y
comprendan cómo ella discierne los pensamientos e intentos del corazón, no se
jactarán de su impecabilidad. “Si dijéremos – dice Juan, sin separarse de sus
hermanos – que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y no
hay verdad en nosotros.” (1 Juan 1: 8) (Los Hechos de los Apóstoles, pagina
562). “Enoc poseía una mente poderosa, bien cultivada, y profundos
conocimientos. Dios le había honrado con revelaciones especiales; sin embargo,
por el hecho de que estaba en continua comunión con el cielo, y reconocía
constantemente la grandeza y perfección divinas, fue uno de los hombres más
humildes. Cuanto más íntima era su unión con Dios, tanto más profundo era el
sentido de su propia debilidad e imperfección.” (Patriarcas y Profetas, pág. 85).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
esperanza de perdón, paz y justicia está en él.” (Mensajes Selectos, tomo 1, págs.
332, 333).
“Así cuando al siervo de Dios se le permite ver la gloria del Dios de los cielos,
como Él se dio a conocer a la humanidad, y se da cuenta en un grado leve de la
pureza del Santo de Israel, él hará confesiones sorprendentes de la
contaminación de su alma, en lugar de jactarse orgullosamente de su
santidad. . . . Un rayo de la gloria de Dios, un destello de la pureza de Cristo, que
penetra el alma, hace que cada mancha de pecado sea dolorosamente clara, y
pone al descubierto la deformidad y los defectos del carácter humano.” (Elena
G. de White, en la Review and Herald, 16 de octubre 1888; la cursiva).
“Ningún apóstol o profeta pretendió haber vivido sin pecado. Hombres que han
vivido lo más cerca de Dios, hombres que sacrificaron sus vidas antes de cometer
a sabiendas un acto pecaminoso, hombres a quienes Dios honró con luz divina y
poder, confesaron su naturaleza pecaminosa. No pusieron su confianza en la
carne, no pretendieron poseer una justicia propia, sino que confiaron
completamente en la justicia de Cristo.” (Los Hechos de los Apóstoles, p 561;
cursivas suministradas).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Ellen White da gran énfasis e importancia al hecho de que el alma del creyente
está contaminada y su naturaleza humana es pecaminosa. Incluso se podría decir
que ella consideraba que esta es la razón más importante por la cual un ser caído
sea capaz de rendir bien perfecta obediencia a la ley o desarrollar una justicia
que Dios puede aceptar. También aclara por qué todos los seres caídos son
igualmente dependientes de la mediación de Cristo como su representante y
sustituto. El siguiente pasaje explica esto con bastante fuerza:
Cuando nos damos cuenta de las implicaciones de largo alcance de los conceptos
expresados aquí, empezamos a ver que este pasaje es la clave para una correcta
comprensión de por lo menos dos ideas esenciales que de otro modo permanecen
vagas y ambiguas. Es decir, 1. Que seres pecaminosos no pueden ofrecer la
perfecta obediencia a la voluntad de Dios y por lo tanto son incapaces de
desarrollar un carácter justo por su cuenta. 2. Y que la obediencia perfecta sólo
es posible al participar de los méritos redentores de Cristo, por la fe.
“Era posible para Adán, antes de la caída, conservar un carácter justo por la
obediencia a la ley de Dios. Más no lo hizo, y por causa de su caída tenemos una
naturaleza pecaminosa y no podemos hacernos justos a nosotros mismos. Puesto
que somos pecadores y malos, no podemos obedecer perfectamente una ley
santa. No tenemos por nosotros mismos justicia con que cumplir lo que la ley de
Dios demanda.” (El camino a Cristo, p 62; Cursivas suministrados). “La ley
demanda justicia, y ante la ley, el pecador debe ser justo. Pero es incapaz de
serlo.” (Mensajes Selectos, tomo 1, p. 367). “Es por eso que [la ley] no podía
justificar al hombre, porque éste en su naturaleza pecaminosa no podía guardar
la ley.” (Patriarcas y Profetas, pág. 373; Cursivas suministrados).
“Si la ley abarcara sólo la conducta externa, los hombres no serían culpables de
sus pensamientos, deseos y designios erróneos. Pero la ley requiere que el alma
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
misma sea pura y la mente santa, que los pensamientos y sentimientos estén de
acuerdo con la norma de amor y justicia.” (Mensajes Selectos, tomo 1, p 211;
Cursivas suministrados). “El hombre no puede satisfacer los requerimientos de
esa santa ley sin experimentar arrepentimiento delante de Dios y fe en nuestro
Señor Jesucristo.” (Fe y Obras, pág. 29).
“Era posible para Adán, antes de la caída, conservar un carácter justo por la
obediencia a la ley de Dios. Pero. . . tenemos una naturaleza pecaminosa y no
podemos hacernos justos a nosotros mismos. . . No podemos obedecer
perfectamente una la ley santa.”
Sin embargo, nuestra situación es muy diferente, “Por causa del pecado de Adán
nuestra naturaleza esta caída, y es pecaminosa.... Puesto que somos pecadores e
impíos, nosotros no podemos obedecer perfectamente la Santa ley." Y debido a
que un carácter justo puede formarse sólo a través de la obediencia perfecta,
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Estas consideraciones nos ayudan a sacar por lo menos dos conclusiones lógicas
y significativas: 1. sólo los seres sin pecado – aquellos que no tienen una
naturaleza pecaminosa para contaminarse y contaminar todo lo que son y hacen
– pueden vivir el tipo de vida y formar los caracteres que recibirán el veredicto
favorable de Dios enteramente sobre la base de sus propios méritos. 2. la única
manera en que cualquier ser caído puede cumplir las demandas o el estándar de
Dios de perfección sin pecado es a través del "arrepentimiento hacia Dios" y “de
la fe hacia nuestro Señor Jesucristo.” Sólo así su condena es revocada y su
pecado quitado. Y sólo así se hace partícipe de la justicia toda suficiente de
Cristo – la única justicia en el universo (que está disponible para los seres
caídos), que cumple con las demandas o el estándar de Dios de impecable
perfección en todos los aspectos.
Esta comprensión refuerza la importancia de otros pasajes que indican que sólo
la justicia imputada de Cristo – Su carácter intachable aceptado en lugar de
nuestra imperfección – es la que nos califica para mantenemos puros y sin
mancha en presencia de Dios. Tome nota:
“Sois impotentes para hacer el bien y no podéis mejorar vuestra condición. Fuera
de Cristo no tenéis ningún mérito, ninguna justicia. Nuestra pecaminosidad,
nuestra debilidad, nuestra imperfección humana hacen imposible que
aparezcamos delante de Dios a menos que seamos revestidos con la justicia
inmaculada de Cristo. Hemos de ser hallados en él sin tener nuestra propia
justicia, sino la justicia que es en Cristo.” (Mensajes Selectos, tomo 1, p.
333). “Cristo perfeccionó un carácter justo aquí en la tierra, no en su propio
favor, porque su carácter era puro y sin mancha, sino en favor del hombre caído.
Él ofrece su carácter al hombre si éste lo acepta.” (Testimonios, vol. 3, p. 371).
Jesús dice:
“Mas Cristo nos ha preparado una vía de escape. Vivió sobre la tierra en medio
de pruebas y tentaciones tales como las que nosotros tenemos que arrostrar. Sin
embargo, su vida fue impecable. Murió por nosotros y ahora ofrece quitarnos
nuestros pecados y vestirnos de su justicia. Si os entregáis a él y lo aceptáis como
vuestro Salvador, por pecaminosa que haya sido vuestra vida, seréis contados
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
entre los justos por consideración a él. El carácter de Cristo toma el lugar del
vuestro, y vosotros sois aceptados por Dios como si no hubierais pecado.” (El
camino a Cristo, p. 62). “Cristo nos imputa su carácter sin pecado, y nos presenta
al Padre en su propia pureza.” (Elena G. de White, Review and Herald, 12 de
Julio, 1892).
Algunos creen que un pecador puede vivir una vida libre de pecado usando
correctamente el poder del Espíritu Santo. Al parecer no ven que la idea de un
pecador viviendo una vida sin pecado es en sí mismo una contradicción de
términos. El pasaje del libro Mensajes Selectos, tomo 1, página 344, citado
anteriormente, claramente indica que aun si un ser caído fuera capaz de realizar
obras en armonía con lo que Dios ha estipulado – en su adoración y obediencia
a la ley – los "canales corruptos" de su humanidad pecaminosa contaminarían
todo lo que hace y lo tornarían inaceptable sin la mediación de Cristo.
“Aunque las buenas obras del hombre, sin fe en Jesús, no tienen más valor que
la ofrenda de Caín, sin embargo, cubiertas con los méritos de Cristo, testifican
de la idoneidad del que las hace para heredar la vida eterna.” (Mensajes
Selectos, tomo 1 pag. 382).
“Para poder hacer frente a los requerimientos de la ley, nuestra fe debe aferrarse
de la justicia de Cristo, aceptándola como su justicia. Mediante la unión con
Cristo, mediante la aceptación de su justicia por la fe, podemos ser hechos
idóneos para realizar las obras de Dios, para ser colaboradores con Cristo.”
(ibid, p 374; cursivas suministrados). “Cristo no vino para destruir la ley, sino
para cumplirla. No podían ser cambiadas ni una jota ni una tilde de la norma
moral de Dios para colocarse a la altura del hombre en su condición caída. Jesús
murió para que pudiera imputar al pecador arrepentido su propia justicia y hacer
posible que el hombre guardara la ley.” (ibíd., P. 312).
“Todo lo que el hombre pueda hacer sin Cristo está contaminado con egoísmo y
pecado, pero lo que se efectúa mediante la fe es aceptable ante Dios. El alma
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
hace progresos cuando procuramos ganar el cielo mediante los méritos de Cristo.
"Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe", podemos
proseguir de fortaleza en fortaleza, de victoria en victoria, pues mediante Cristo
la gracia de Dios ha obrado nuestra completa salvación.” (Fe y Obras. p 94).
“Satanás había aseverado que era imposible para el hombre obedecer los
mandamientos de Dios; y es cierto que con nuestra propia fuerza no podemos
obedecerlos. Pero Cristo vino en la forma humana, y por su perfecta obediencia
probó que la humanidad y la divinidad combinadas pueden obedecer cada uno
de los preceptos de Dios.”(Palabras de Vida del Gran Maestro, página 314;
Cursivas suministrados).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
"La unión con Cristo" tiene lugar cuando nuestra fe se aferra de "la justicia
de Cristo, aceptándola como nuestra justicia." La "Divinidad y la
humanidad se combinan" cuando "la fe genuina se apropia de la justicia de
Cristo." El creyente "se convierte en un participante de la naturaleza
divina" cuando – y en razón del hecho de que – el ejerce "la fe en Cristo,
su sacrificio expiatorio." Claramente, la justicia de Cristo no es una
sustancia espiritual o un elemento moral que de alguna manera consigue
infundirse en el creyente. En cambio, es una cualidad intrínseca del propio
carácter del santo Cristo – un mérito, un valor, una virtud – que Él (Cristo),
como sustituto y representante del hombre, puede compartir solamente al
imputar a aquellos que por la fe lo aceptan como Salvador personal.
Hemos visto que, de acuerdo con Ellen White, ninguno de los gigantes
espirituales de los tiempos bíblicos – que en la realidad eso significa
absolutamente nadie – alcanzaron nunca un estado de perfección sin pecado por
su propia cuenta. Todos ellos eran pecadores, imperfectos, indignos, y por lo
tanto totalmente dependiente de la justicia imputada de Cristo. Además, hemos
visto que ninguno de ellos por sí mismos rindió una obediencia impecable o
perfecta. Además de ser pecaminosos e imperfectos, su desempeño en la vida
fue contaminado y hecho inaceptable por el efecto contaminante de su naturaleza
pecaminosa inherente. Todo lo que ellos eran, todo lo que tenían, y todo lo que
hicieron, llevaban las marcas incriminatorias de su estado caído y pecado
personal. Por lo tanto, nos enfrentamos a dos preguntas:
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
“Mientras Jesús intercede por los súbditos de su gracia, Satanás los acusa ante
Dios como transgresores. . . . Ahora él señala el registro de sus vidas, los
defectos de carácter, la falta de semejanza con Cristo, lo que deshonró a su
Redentor, todos los pecados que les indujo a cometer, y a causa de esto él los
reclama como sus súbditos. Jesús no disculpa sus pecados, pero muestra su
arrepentimiento y su fe, y reclamando el perdón para ellos, levanta sus manos
heridas ante el Padre y de los santos ángeles, diciendo: Los conozco por sus
nombres. Los he grabado en las palmas de mis manos. "Los sacrificios de Dios
son el espíritu Quebrantado: Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú
oh Dios" (Salmo 51:17.). Y al acusador de su pueblo le dice: "Jehová te reprenda,
oh Satán; Jehová, que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón
arrebatado del incendio?" (. Zacarías 3: 2). Cristo revestirá a sus fieles con su
propia justicia, para presentarlos a su Padre como una "Iglesia gloriosa, no
teniendo mancha ni arruga, ni cosa semejante" (Efesios 5:27 V.M.). Sus nombres
están inscritos en el libro de la vida, y de estos escogidos está escrito: "Ellos
andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignos." (Apocalipsis 3:4).
1. El pasaje describe una escena de juicio que establece para siempre el destino
eterno de los súbditos de la gracia de Cristo - los que vivieron y murieron en
función de la gracia de Dios para la salvación.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
6. Sus nombres permanecen en el libro de la vida, y Dios declara que son dignos,
no por lo que realmente eran, o lo que hicieron durante su vida, sino porque los
méritos de Cristo los cubren y compensan su deficiencia. Dios los pronuncia
justos en Cristo, por la fe, a pesar del hecho de que todavía aún eran pecadores
en sí mismos, por naturaleza, y por consiguiente no cumplen con el estándar de
perfección sin pecado que Él requiere.
Este pasaje del libro El conflicto de los siglos también nos ayuda a ver que
Satanás tiene su propia concepción de la justicia, su propio estándar por el cual
un ser caído puede llegar a ser digno de la salvación, su propia versión del
evangelio. De acuerdo con este pasaje, Satanás reclama a estas personas como
sus súbditos por tres razones básicas: sus caracteres defectuosos, su falta de
semejanza con Cristo, y su comportamiento pecaminoso. Por lo tanto, es
razonable concluir que si el registro de sus vidas demostró que habían
desarrollado caracteres perfectos, que habían alcanzado la semejanza a Cristo, y
que habían aprendido a vivir sin pecar, Satanás cedería — él reconocería que
son dignos de la salvación.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
El pasaje del libro el conflicto de los Siglos demuestra que el plan de redención
de Dios es diferente de la teología de Satanás en las tres áreas principales que
acabamos de mencionar:
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
determinado en última instancia, no por lo bueno que es, ni por cuanta justicia
ha desarrollado, o cuántas tentaciones ha superado con éxito, sino por su fe, su
participación en la obra redentora de Cristo.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
La obediencia a la ley de Dios fue una bendición en sí misma. Les permitió a los
hijos de Israel vivir en paz y de manera productiva y les hizo un pueblo santo,
feliz y saludable. Pero la ley de Dios era más que una forma eficaz para
enriquecer sus vidas: era también una prueba de lealtad a su Redentor. Para el
pueblo de Dios, sus mandamientos y preceptos no eran opcionales, sino
obligatorios. De hecho, constituían la norma que determinaba el derecho de un
israelita para continuar como miembro de pacto del pueblo de Dios. Las
violaciones de la ley de Dios podrían resultar en ser cortado de la congregación
de Israel (Números 15:30, 31), o incluso en la muerte del transgresor (Exodo
21:14).
Cuando Dios les dio su ley, los israelitas prometieron solemnemente ser
“cuidadosos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová
nuestro Dios.”(Deuteronomio 6:25; cf. Ex 19:8; 24:3,7). Y lo decían en serio. No
tenemos ninguna razón para creer que no eran honestos en su
determinación. Después de todo, habían aceptado la redención de Dios y estaban
disfrutando de un estatus / relación privilegiada con Dios como Su pueblo. Pero
Dios dio cuenta de que no podía hacer depender la perpetuación de su pacto
basado en sus buenas intenciones.
Dios sabía del "marco" de su pueblo y se acordó de que eran "polvo", como
David dice (Salmos103:14, RV). Él vio que "el espíritu" de sus hijos "está
dispuesto, pero la carne es débil", como dijo Jesús (. Mateo 26:41, RV). Dios
hizo conocer su voluntad, pero proporciona un pacto adaptado a la gran
necesidad y al potencial limitado de su pueblo. Y así también les dio el
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
santuario. "Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos", dijo a
Moisés (Éxodo 25:8).
El santuario fue para los tiempos del Antiguo Testamento lo que el evangelio es
para el Nuevo. Los servicios que tuvieron lugar allí simbolizaban a Cristo y Su
ministerio expiatorio - mediador - el ministerio a través de la cual Él ofrece tanto
el perdón y la justicia para aquellos que lo aceptan por fe. El santuario concedió
expiación a aquellos que, a pesar de su voluntad de ser fiel a Dios y el pacto de
gracia que había hecho con ellos, se encontraron culpables de
deslealtad; aquellos que, a pesar de que habían intentado seriamente el obedecer
la ley de Dios, sin embargo la habían violado; y los que, habiendo reconocido su
infidelidad, se arrepintieron de su pecado y por medio de la fe trajeron a Dios el
sacrificio que había estipulado.
Ser perdonado significaba que el castigo que Dios había pronunciado sobre el
transgresor de la ley no caía sobre el pecador. Él no fue cortado de la nación,
sino seguía siendo un miembro del pueblo de Dios en una posición buena y
regular – como si él no hubiese violado la ley en absoluto. Es cierto que había
pecado y era culpable de romper su pacto con Dios, y sin embargo, Dios lo trató
como si él hubiera sido fiel – como si se hubiera obedecido y respetado la ley
con absoluta perfección – gracias a la provisión de perdón que Dios había puesto
a la disposición del pecador a través del santuario.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
La provisión del perdón a través del santuario era esencial para la existencia
continua de Israel como pueblo de Dios. Si Dios no hubiese puesto el santuario
en medio del campamento, los israelitas habrían perdido su especial relación de
pacto con Dios mucho antes de llegar a las fronteras de la Tierra Prometida. Y a
lo largo de su historia posterior, en ningún momento su estatus de relación como
el pueblo de Dios no dependió en última instancia, sino de la provisión que Dios
había puesto a su disposición a través de los servicios que prefiguraban el papel
redentor de Cristo.
Lo que era cierto para Israel como pueblo también era cierto para cada uno de
sus miembros individuales. En ninguna parte, en la larga y variada historia de la
nación, habla la Escritura de una persona que alguna vez ocupó su lugar entre el
pueblo de Dios sobre la base de su perfecta obediencia a la ley. Como fue el caso
de Pablo, "el mandamiento que prometió vida resultó ser para muerte" a ellos
(Romanos 7:10, RSV), precisamente porque su obediencia era en el mejor de los
casos parcial e imperfecta. Es por eso que todos ellos – los reyes y jueces,
profetas y sacerdotes, y los ricos y pobres por igual – conservaron su pertenencia
en la comunidad de Israel, sólo debido a la GRACIA de Dios expresada a través
del santuario.
La provisión era tan completa que los israelitas no tenían ninguna posibilidad,
alguna vez, de perder su especial relación de pacto con Dios. Y sin embargo, eso
es precisamente lo que les sucedió a ellos como nación. Poco a poco cambiaron
la base de su seguridad fundada sobre la Gracia de Dios, mediada a ellos por el
santuario, por algunas de las tradiciones y por algunas personalidades destacadas
de su herencia religiosa (La circuncisión, Abraham). Ellos llegaron a creer que
porque en un momento Dios los había elegido, ellos permanecerían como su
pueblo especial para siempre.
Su dependencia de la obediencia a la ley para tener una buena relación con Dios,
finalmente llegó a ser tan inclusivo, que cuando Jesús vino predicando el
arrepentimiento del pecado y la fe en su muerte vicaria o sustitutoria (ver Marcos
1:14, 15; Hebreos 9: 26-28; 1 Pedro 1:18, 19;. Juan 6:35), cuando él vino a
"salvar a su pueblo de sus pecados" (Mateo 1:21) – para llevar, para expiar, para
eliminar a través de Su muerte vicaria "el pecado del mundo"(Juan 1:29) – ellos
lo ignoraron y lo pasaron por alto en favor de sus propias tradiciones.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Jesús dijo a los Judíos: "No son los sanos los que necesitan médico, sino los
enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores" (Marcos
02:17). Según las Escrituras, "no hay justo, ni aun uno" (Romanos 3:10; Salmo
14: 1-3). Por lo tanto no debemos interpretar la declaración de Cristo en el
sentido de que sólo algunas personas están "enfermas" y requieren de sanación
espiritual, o peor aún, que algunos son realmente "justos" y por lo tanto no lo
necesitan como su Salvador personal.
En cambio, Jesús está revelando el hecho de que sólo aquellos que se reconocen
a sí mismos como pecadores, los que son conscientes de su imperfección
espiritual – los "pobres de espíritu", los que "lloran" a causa de su pecado y
buscan la "justicia" de Dios (Mateo 5: 3-4; 6:33) – y sienten su necesidad de un
Salvador, pueden hacer uso de la obra redentora de Cristo. "Es sólo el que se
reconoce a sí mismo como un pecador al cual Cristo puede salvar.... Debemos
reconocer nuestra condición real, o no vamos a sentir nuestra necesidad de la
ayuda de Cristo" (Palabras de Vida del Gran Maestro, página 158).
“De cierto os digo la verdad, que los publicanos y las prostitutas van delante de
vosotros al reino de Dios. Porque vino a vosotros Juan para mostrarles el camino
de la justicia, y no le creísteis, pero los recaudadores de impuestos y las
prostitutas le creyeron, y vosotros viendo esto, no os arrepentisteis después para
creerle” (Mateo 21: 31-32).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
pecado abierto. Esta concepción errónea de los Judíos finalmente los llevó a
rechazar personalmente a Jesús como la "Roca" (versículo 42) de su salvación
personal. "Por lo tanto," Jesús les dijo: "el reino de Dios será quitado de
vosotros" (versículo 43).
Nótese en particular dos detalles aquí: 1. Todos los gigantes espirituales del
Antiguo Testamento de los cuales estos pasajes hablan, lograron grandes
hazañas para Dios – todos ellos obtuvieron un buen informe – pero ninguno de
ellos alcanzaron la perfección sin pecado durante su vida. Eso es algo que
todavía les espera en el futuro. 2. "Ninguno de ellos recibió lo que se había
prometido," sino porque ellos "siguieron viviendo por fe, y murieron", ellos
"obtuvieron la aprobación a través de su fe" (NVI) y por lo tanto "se
perfeccionan" junto con todos los redimidos de todos los tiempos en la segunda
venida de Jesús.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Según las Escrituras, "no hay justo, ni aun uno… todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios...." (Romanos 3:10-23). Por lo tanto, ya sea que
deben aceptar el perdón inmerecido de Dios, basado en la muerte expiatoria de
Cristo en su favor, o van a soportar el veredicto de culpables ante el tribunal de
Dios. Y ya sea que acepten la justicia imputada de Cristo, centrada en la vida
vicaria del Salvador, o van a permanecer en su estado de perdición, de miseria
espiritual, y finalmente la muerte. El hombre caído, simplemente no tiene otras
opciones disponibles.
Capítulo IV
La mediación de Cristo, la única forma de tener la Justicia
Salvadora hasta el Fin
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Perfecto en Cristo
Helmut Ott
Capítulo IV
La mediación de Cristo, la única forma de tener la Justicia
Salvadora hasta el Fin
Los escritos de Elena de White también expresan la idea de que todos los
creyentes deben tener la justicia de Cristo para una buena relación con Dios hasta
el fin. La expresión "hasta el fin" tiene una doble aplicación: Significa, en primer
lugar, que los que mueren antes del cierre de la gracia siguen dependiendo de la
mediación de Cristo para la salvación hasta el fin de sus vidas. Y en segundo
lugar, que la última generación de creyentes – aquellos que viven en el momento
que la libertad condicional del mundo se cierra, y en consecuencia debe enfrentar
el juicio previo al advenimiento durante su vida – necesitan la mediación de
Cristo, para asegurar el veredicto final de Dios de aceptación, tanto como todas
las generaciones que les precedieron.
El sentido común parece indicar que cuanto más tiempo un creyente continúa en
el proceso de crecimiento cristiano, más cerca debería encontrarse a sí mismo
para lograr el objetivo de la perfección sin pecado, y por lo tanto menos debe
necesitar de la mediación de Cristo para él. La conciencia de su pecado, la
imperfección, e indignidad debe disminuir en directa proporción a su madurez
espiritual, el desarrollo del carácter, y la modificación del comportamiento. Sin
embargo, por extraño que pueda parecer, Elena G. de White rechaza esa
idea. Observa sobre todo que la percepción de un individuo de su propia
condición espiritual – si él se ve como justo y bueno o imperfecto y
pecador – [ella dice que] está determinado por su cercanía espiritual en relación
con Jesús y por la adecuación de su visión de la perfección de Cristo.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
“Cuanto más cerca estés de Jesús, más imperfectos que reconocerás, porque tu
visión será más clara, y tus imperfecciones se verán en abierto y claro contraste
con su perfecta naturaleza. Esto es evidencia de que los engaños de Satanás han
perdido su poder y que la influencia vivificante del Espíritu de Dios que está
despertando. No puede existir amor profundo por Jesús en el corazón que no
comprende su propia pecaminosidad y perversidad. El alma que es transformada
por la gracia de Cristo, admirará su divino carácter. Pero si no vemos nuestra
propia deformidad moral, es una evidencia inequívoca de que no hemos tenido
una visión de la belleza y la excelencia de Cristo.” (El Camino a Cristo,
págs. 64, 65).
“Hay una sola forma en que podemos obtener un verdadero conocimiento del
yo. Debemos contemplar a Cristo. La ignorancia de su vida y su carácter induce
a los hombres a exaltarse en su propia justicia. Cuando contemplamos su pureza
y excelencia, veremos nuestra propia debilidad, nuestra pobreza y nuestros
defectos tales cuales son. Nos veremos perdidos y sin esperanza, vestidos con
la ropa de la justicia propia, como cualquier otro pecador. Veremos que si alguna
vez nos salvamos, no será por nuestra propia bondad, sino por la gracia infinita
de Dios.”(Palabras de Vida del Gran Maestro, Pág. 159).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
1. Ellos viven a gran distancia espiritual de Cristo – al parecer sin darse cuenta.
3. Al no tener una visión clara de la pureza y la belleza de Jesús, ellos creen que
pueden llegar a coincidir en sus propias vidas personales con la justicia de
Cristo.
4. Sin una verdadera concepción de los requerimientos divinos, ellos piensan que
los pueden satisfacer plenamente.
El segundo grupo está formado por "los verdaderos seguidores de Cristo", que
viven en una relación de fe iluminada y estrecha con Él y por lo tanto son
espiritualmente sensibles. Después de haber tenido una visión de la pureza y
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Los que pertenecen al segundo grupo, exhiben a lo menos, los siguientes rasgos:
Por tanto, podemos decir que el bloque de pasajes de Ellen White citados
anteriormente en este capítulo, nos lleva por lo menos a cuatro conclusiones: En
primer lugar, el creyente que mantiene una relación de fe sana y creciente con
Jesucristo viene cada vez más cerca del Salvador. En segundo lugar, cuanto más
se acerca a Jesús, más claramente ve su propia imperfección, el pecado y su
indignidad. En tercer lugar, su realización no se deriva desde un falso sentido de
la modestia o un pobre discernimiento espiritual. En su lugar, se basa (1) en su
creciente capacidad espiritual para verse a sí mismo como realmente son – como
lo ve Dios con independencia de la justicia imputada de Cristo – y (2) en su
creciente percepción de la absoluta perfección de Cristo. En cuarto lugar, la
realización progresiva del creyente de su verdadera inadecuación espiritual le
lleva a depender cada vez más de Cristo hasta el final de su vida.
“El hecho de que los hijos reconocidos de Dios están representados como de pie
delante del Señor con ropas inmundas, debe inducir a todos los que profesan su
nombre a sentir humildad y a escudriñar profundamente su corazón. Los que
están de veras purificando su alma y obedeciendo la verdad, tendrán una muy
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
humilde opinión de sí mismos. Cuanto más de cerca vean el carácter sin mancha
de Cristo, mayor será su deseo de ser transformados a su imagen, y menos pureza
y santidad verán en sí mismos. Pero aunque debemos comprender nuestra
condición pecaminosa, debemos fiar en Cristo como nuestra justicia, nuestra
santificación y redención. No podemos contestar las acusaciones de Satanás
contra nosotros. Cristo solo puede presentar una intercesión eficaz en nuestro
favor. El puede hacer callar al acusador con argumentos que no están basados
en nuestros méritos, sino en los suyos”
“La visión de Zacarías con referencia a Josué y el ángel se aplica con fuerza
particular a la experiencia del pueblo de Dios durante la terminación del gran día
de expiación. La iglesia remanente será puesta en grave prueba y angustia. Los
que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús sentirán la ira del dragón
y de su hueste.”
“Como Josué intercedía delante del ángel, la iglesia remanente, con corazón
quebrantado y fe ferviente, suplicará perdón y liberación por medio de Jesús su
Abogado. Sus miembros serán completamente conscientes del carácter
pecaminoso de sus vidas, verán su debilidad e indignidad, y mientras se miren a
sí mismos, estarán por desesperar. El tentador estará listo para acusarlos, como
estaba listo para resistir a Josué. Señalará sus, vestiduras sucias, su carácter
deficiente. Presentará su debilidad e insensatez, su pecado de ingratitud, cuán
poco semejantes a Cristo son, lo cual ha deshonrado a su Redentor.”
“Los hijos de Dios están suspirando y clamando por las abominaciones hechas
en la tierra. … y con indecible tristeza se humillan delante del Señor a causa de
sus propias transgresiones. … Porque se están acercando más a Cristo y sus ojos
están fijos en su perfecta pureza, disciernen tan claramente el carácter
excesivamente pecaminoso del pecado. Su contrición y humillación propias son
infinitamente más aceptables a la vista de Dios que el espíritu de suficiencia
propia y altanero de aquellos que no ven causa para lamentarse, que desprecian
la humildad de Cristo y se creen perfectos mientras pisotean la santa ley de Dios.
La mansedumbre y humildad de corazón son las condiciones para tener fuerza y
alcanzar la victoria. La corona de gloria aguarda a aquellos que se postran al pie
de la cruz. Bienaventurados son los que lloran; porque serán consolados.”
“Mientras los hijos de Dios afligen sus almas delante de él, suplicando pureza
de corazón, se da la orden: "Quitadle esas vestimentas viles," y se pronuncian
las alentadoras palabras: "Mira que he hecho pasar tu pecado de ti, y te he hecho
vestir de ropas de gala. “Se pone sobre los tentados, probados, pero fieles hijos
de Dios, el manto sin mancha de la justicia de Cristo. El remanente despreciado
queda vestido de gloriosos atavíos, que nunca han de ser ya contaminados por
las corrupciones del mundo. Sus nombres permanecen en el libro de la vida del
Cordero, registrados entre los fieles de todos los siglos.” (Testimonios, vol. 5,
pp. 471 hasta 475).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
3.- En tercer lugar, si los creyentes que están vivos cuando el juicio previo al
advenimiento concluye, habían de hecho trascendido su condición caída, habían
desarrollado la justicia perfecta del ser, habían aprendido a vivir sin pecar,
entonces serían capaces de responder las acusaciones de Satanás en contra de
ellos. Pero ese no es definitivamente el caso. El acusado no puede responder a
su acusación, porque los cargos en su contra son verdaderos. De hecho, son
culpables, imperfectos y pecaminosos. Es precisamente por eso, “como se ven a
sí mismos, es que están listos a desesperar.” Ellos no tienen ninguna base para
la autodefensa.
4.1.- Él ordena que sus ropas sucias sean removidas o quitadas de ellos – Él hace
que la maldad de ellos sea pasada por alto y perdona su pecado.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
borrados. Su juicio ha terminado, sus casos han sido cerrados para siempre, su
destino eterno está permanentemente sellado.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Los escritores del Nuevo Testamento creían que vivían cerca del fin de la historia
humana. En lo que a ellos respecta, eran la última generación de creyentes. Un
sentido de urgencia impregnaba sus escritos precisamente porque sentían que el
día del Señor estaba cerca. Por lo tanto, podemos considerar la mayor parte de
lo que escribieron con sus contemporáneos en mente, con ligeras adaptaciones,
como directamente aplicables a las personas que viven en el tiempo del fin.
Al examinar los escritos apostólicos, en busca de algo que podría aplicarse a los
vivos cuando Jesús regrese, nos encontramos con que tienen tres preocupaciones
principales:
2.- Alientan a los creyentes a “vivir vidas santas y piadosas”, ya que esperan la
segunda venida de Jesús. (2 Pedro 3:11, 12).
3.- Se les insta a continuar en su fe “hasta el fin” (Hebreos 3:14), de modo que
“la esperanza del evangelio” (Colosenses 1:23) de hecho, pueda convertirse en
una realidad para ellos.
En primer lugar, notemos que Pablo basó su garantía de una corona de justicia
“en el hecho de que” “había peleado la buena batalla”, “terminado la carrera” y
“guardado la fe.”
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta,
entraré, y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, le daré que se siente
conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en
su trono” (versículos 20, 21).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Juan el Revelador vio en una visión la “gran multitud” de los redimidos “de pie
delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas”
(Apocalipsis 7: 9, RSV). Cuando el apóstol preguntó acerca de su identidad, se
enteró de que habían “lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre
del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en
su templo” (versículos 14 y 15 RV). Claramente, la iglesia victoriosa, los
redimidos de todas las edades y de todos los pueblos, son los que – para usar la
metáfora bíblica – han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la
sangre de Cristo.
La expresión “Por esto están delante del trono de Dios...” indica que lo que ha
hecho posible para ellos vivir en la presencia santa de Dios, lo que les ha
capacitado para servirle en su templo, es el hecho de que han sido totalmente
perdonados, que están vestidos con el manto de la justicia perfecta de Cristo. La
última bendición de las Escrituras refuerza la importancia de ser lavados en la
sangre de Cristo. Se lee: “Bienaventurados los que lavan sus ropas [los que
guardan sus mandamientos], para tener derecho al árbol de la vida y para entrar
por las puertas en la ciudad” (Apocalipsis 22:14).
En una de sus visiones del cielo, Juan oyó un grito de una gran multitud:
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Capítulo V
El ministerio mediador de Cristo completado
al final del tiempo de gracia
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Perfecto en Cristo
Helmut Ott
Capítulo V
El ministerio mediador de Cristo completado
al final del tiempo de gracia
Tener que estar "en la presencia del Dios santo sin mediador" puede ser una
perspectiva aterradora, especialmente para aquellos que tienen una concepción
de la salvación centrada en el hombre – los que sostienen que el propio creyente
debe lograr una justicia del ser y una impecabilidad de conducta para cumplir la
norma de la perfección de Dios – , sin embargo, cuando entendemos lo que Dios
hace para asegurar nuestra salvación antes de que Jesús cambie sus vestiduras
sacerdotales, el miedo se convierte en gozo agradecido por el maravilloso plan
que Dios ideó para asegurarse de que ninguno de los que confían en su gracia
para la salvación sea decepcionado. Todos los que por la fe se acojan [aferren] a
la obra redentora de Cristo en su nombre serán realmente herederos de la vida
eterna.
Discutiremos brevemente tres razones básicas sobre las cuales los creyentes
puedan descansar sus casos con Dios, en plena certidumbre de que Él ha ideado
un plan perfecto para traer a su pueblo de manera segura al reino eterno. En vista
de eso, ellos no tienen que temer, ya sea el cierre de la gracia o el tiempo de
angustia que le sigue.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
“[Satanás] ve que los santos ángeles protegen a los que guardan los
mandamientos [el pueblo de Dios], e infiere que sus pecados les han sido
perdonados; pero no sabe que la suerte de cada uno de ellos ha sido resuelta en
el santuario celestial.” (ibíd., página 618; cursivas suministradas). “Cuando
Jesús deje de interceder por el hombre, los casos de todos estarán decididos para
siempre.”(Testimonios, vol. 2, p. 191).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
La tercera razón, el creyente no necesita ser aprensivos acerca del final, ya sea
el final del tiempo de gracia o el tiempo de angustia, pues Dios proveerá
protección especial para su pueblo durante este período. Observe cómo las
siguientes afirmaciones llevan esto a cabo:
“La historia de Jacob nos da además la seguridad de que Dios no rechazará a los
que han sido engañados, tentados y arrastrados al pecado, pero que hayan vuelto
a él con verdadero arrepentimiento. [Mientras Satanás trata de acabar con esta
clase de personas], Dios enviará a sus ángeles para consolarlas y protegerlas en
el tiempo de peligro. Los asaltos de Satanás son feroces y resueltos, sus engaños
terribles, pero el ojo de Dios descansa sobre su pueblo y su oído escucha su
súplica... el amor de Dios para con sus hijos durante el período de su prueba más
dura es tan grande y tan tierno como en los días de su mayor prosperidad.”(El
conflicto de los siglos, página 621).
“Aunque los enemigos los arrojen a la cárcel, las paredes de los calabozos no
pueden interceptar la comunicación entre sus almas y Cristo. Aquel que conoce
todas sus debilidades, que ve todas sus pruebas, está por encima de todos los
poderes de la tierra; y acudirán ángeles a sus celdas solitarias, trayéndoles luz y
paz del cielo. La prisión se volverá palacio, pues allí moran los que tienen mucha
fe, y los lóbregos muros serán alumbrados con luz celestial...” (ibíd., página
627).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
“Los centinelas celestiales, fieles a su cometido, siguen vigilando. Por más que
un decreto general haya fijado el tiempo en que los observadores de los
mandamientos puedan ser muertos, sus enemigos, en algunos casos, se
anticiparán al decreto, y tratarán de quitarles la vida antes del tiempo fijado. Pero
nadie puede atravesar el cordón de los poderosos guardianes colocados en torno
de cada fiel. Algunos son atacados al huir de las ciudades y villas. Pero las
espadas levantadas contra ellos se quiebran y caen como si fueran de paja. Otros
son defendidos por ángeles en forma de hombres de guerra.” (ibíd., Pp. 629 a
631).
Al menos tres factores principales se combinan para dar a los creyentes la paz,
la esperanza, y la [seguridad] garantía: 1. Jesús mediará en su nombre hasta que
el veredicto final de Dios de aceptación haga segura su salvación eterna. 2. No
tendrán que enfrentarse a un examen post-juicio [después del juicio] para
determinar si ellos han alcanzado la justicia perfecta del ser y la impecabilidad
de conducta y por lo tanto merecen personalmente ser dignos de la vida eterna. 3.
Dios protegerá y proveerá para ellos durante el corto período de tiempo, entre el
final del período de prueba y la segunda venida de Cristo, para que nada ponga
en peligro su salvación.
El cierre de la gracia marca el final del presente orden de cosas y presenta una
situación totalmente diferente. En lo que se refiere a su destino eterno, los
habitantes del mundo de forma permanente se han dividido en dos grupos: los
que se perdieron irremediablemente y aquellos cuyos nombres están registrados
de forma permanente en el libro de la vida del Cordero. Y cada grupo tendrá una
experiencia única durante el breve periodo de tiempo antes del regreso de Jesús.
Debido a que los malvados han rechazado el último intento de Dios para llevarlos
al arrepentimiento, ahora se enfrentan a las condiciones más indeseables.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
“El ojo de Dios, mirando a través de las edades, se fijó en la crisis a la cual tendrá
que hacer frente su pueblo cuando los poderes tierra se unan en contra de
él. Como los desterrados cautivos, temerán morir de hambre o por la
violencia. Pero el Dios santo que dividió las aguas del Mar Rojo delante de los
israelitas manifestará su gran poder libertándolos de su cautiverio. "Ellos me
serán un tesoro especial, dice Jehová de los ejércitos, en aquel día que yo
preparo; y me compadeceré de ellos, como un hombre se compadece de su
mismo hijo que le sirve.” (Malaquías 3:17.). Si la sangre de los fieles siervos de
Cristo fuese entonces derramada, no sería ya, como la sangre de los mártires,
semilla destinada a dar una cosecha para Dios. Su fidelidad no sería ya un
testimonio para convencer a otros de la verdad, pues los corazones endurecidos
han rechazado los llamamientos de la misericordia hasta que éstos ya no se dejan
oír. Si los justos cayesen entonces presa de sus enemigos, sería un triunfo para
el príncipe de las tinieblas. El salmista dice: "Porque él me esconderá en su
tabernáculo en el día del mal; me ocultará en lo reservado de su morada" (Salmos
27: 5). Cristo ha dicho: "Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti
tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la
indignación. Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar a los
habitantes de la tierra por su maldad contra él." (Isaías 26:20, 21). Gloriosa será
la liberación de los que han esperado pacientemente su venida y cuyos nombres
están escritos en el libro de la vida” (ibíd., P. 634).
Esto refuerza algo que hemos visto antes, a saber, que el destino del pueblo de
Dios está establecido para siempre en ese momento cuando el tiempo de gracia
para el mundo se cierra y se termina el juicio pre-advenimiento. En ese momento
Dios quita para siempre, de su pueblo, sus "ropas sucias."
“Se pone sobre los probados, tentados, pero fieles hijos de Dios El manto sin
mancha de la justicia de Cristo. El remanente despreciado queda vestido de
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
gloriosos atavíos que nunca han de ser ya contaminados por las corrupciones
del mundo. Sus nombres permanecen en el libro de la vida del Cordero,
registrados entre los fieles de todas las edades.”(Testimonios, volumen 5,
p 475. Cursiva suministrado).
“La noche de la angustia de Jacob, cuando luchó en oración para ser librado de
manos de Esaú (Génesis 32: 24-30), representa la prueba [experiencia] por la
que pasará el pueblo de Dios en el tiempo de angustia.” (ibíd, p 616).
Jacob conoció personalmente al Dios de sus padres, y sabía que el Señor lo había
elegido para ser el heredero directo de las promesas del pacto que había hecho a
su abuelo Abraham. A lo largo de la vida de Jacob Dios lo había protegido,
guiado, y bendecido en formas bastantes inusuales. Sin embargo, cuando Jacob
se enfrentó a esa noche de agonía, él era un "mortal pecador errante" que confesó
"su debilidad e indignidad" (ibíd., P. 617), que experimento "el peso abrumador
de los reproches que se hacía a sí mismo, pues era su propio pecado el que le
había puesto a él y a los suyos en semejante peligro", y que, por lo tanto, sabía
que “su única esperanza se cifraba en la misericordia de Dios.”(ibíd., p. 616).
En este sentido la situación del pueblo de Dios después del fin del período de
prueba no es diferente a la de Jacob. Ellos viven en un momento tan decisivo en
la historia del mundo, cuando se puede percibir claramente la mano del Señor en
los asuntos humanos, esto les da una experiencia única con Dios. Pero están lejos
de ser perfectos sin pecado. El registro de su vida es tal que "a medida que
revisan su vida “el recuerdo de su pasado hará decaer sus esperanzas; pues es
poco el bien que pueden ver en toda su vida. Reconocen plenamente su debilidad
e indignidad.”(Ibíd., pp 618, 619). “Aun cuando los hijos de Dios se ven
rodeados de enemigos que tratan de destruirlos, la angustia que sufren no
procede del temor de ser perseguidos por causa de la verdad; lo que temen es no
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
haberse arrepentido de cada pecado y que debido a alguna falta por ellos
cometida no puedan ver realizada en ellos la promesa del Salvador y recibido el
perdón de Dios por todos sus pecados. Tienen "un agudo sentido del auto-
reproche" de no haber hecho más por Cristo en el pasado, así como el no tener
"mayor poder para resistir y contrarrestar la potente invasión del
mal" (ibíd., página 619).
De acuerdo con Elena de White, el pueblo de Dios “necesita pasar por el horno
de fuego [durante el tiempo de angustia, porque] debe consumirse su
mundanalidad, para que la imagen de Cristo se refleje perfectamente en
ellos.” (ibíd., pagina 621). Dado que esto sucede después de que el juicio previo
al advenimiento está terminado, vemos claramente que el pueblo de Dios no
alcanza un estado de perfección sin pecado cuando termina el tiempo de gracia
y cuando el tiempo de angustia comienza. Muestra, además, que Dios sella su
destino eterno, a pesar del hecho de que "su mundanalidad" aún persiste en sus
vidas y por lo tanto la imagen de Cristo no está aún "perfectamente reflejada" en
ellos.
Obviamente, entonces, los creyentes que viven a través del tiempo de angustia
no son una generación de supersantos que han alcanzado plenamente un estado
de santificación total del ser. Como Jacob, son imperfectos e indignos y, salvo
por la gracia de Dios que se manifiesta en la mediación redentora de Cristo en
su nombre, no tienen ninguna justicia propia sobre la cual reclamar la vida
eterna.
Aquí tenemos uno de esos casos en los que uno puede entender mejor lo que algo
es, en primer lugar estableciendo lo que no lo es. Así que comencemos por
describir brevemente dos tipos de pruebas que, aunque similar en forma, tienen
un propósito y resultado diferente. La primera prueba determina si alguien
califica para una finalidad prevista. Se crea una situación de pasar o fallar [pass-
or-fail]. Si el candidato realiza la prueba como se esperaba, el aprueba o
pasa; pero si su rendimiento está por debajo del estándar establecido, está
descalificado.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
“Satanás había acusado a Jacob ante los ángeles de Dios, y pretendía tener el
derecho a destruirle por causa de su pecado; él. . . procuro embargarle con el
sentimiento de su culpabilidad para desanimarlo y apartarlo de Dios.” (ibíd.,
pp. 616-618).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
La experiencia del pueblo de Dios a medida que avanzan a través del tiempo de
angustia es similar a la de Jacob en este sentido. Hemos visto anteriormente que
el veredicto definitivo e irreversible de Dios en el juicio previo al advenimiento
ya ha fijado su destino eterno. Dios en Cristo ya los ha designado como
herederos del reino. Sus nombres están registrados de forma permanente en el
libro de la vida del Cordero, no porque sean justos y dignos, sino porque ellos
aceptaron la salvación que Dios ofrece en Cristo. Y, sin embargo, pasan por un
momento de prueba intenso. Pongan atención:
Otra comparación que Ellen White establece entre la noche de angustia de Jacob
y de la experiencia del pueblo de Dios durante el tiempo de angustia es la victoria
que ganan – cómo obtienen la liberación del peligro inmediato y continúan
disfrutando de su relación de pacto con Dios.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
En el triunfo de Jacob, obviamente, tuvieron poco que ver sus los logros
espirituales, con su desarrollo moral, o su carácter justo, o de un comportamiento
sin pecado. Su gran logro de aquella noche era que él "prevaleció con la Majestad
del cielo," y no que trascendió su condición caída y alcanzó un estado de
perfección impecable. Su victoria fue, en esencia, la seguridad de que Dios lo
librará del peligro inmediato y lo retendrá como heredero de su pacto de gracia,
a pesar de su falta de mérito para un privilegio especial.
“La historia de Jacob nos da además la seguridad de que Dios no rechazará a los
que han sido engañados, tentados y arrastrados al pecado, pero que hayan vuelto
a él con verdadero arrepentimiento. . . .” “Jacob prevaleció porque fue
perseverante y resuelto. Su victoria es prueba del poder de la oración
importuna. Todos los que se aferren a las promesas de Dios, como lo hizo él, y
que sean tan sinceros como él lo fue, tendrán tan buen éxito como él.” (ibíd., P.
621). “Mientras procuran esperar con confianza que el Señor obre, son inducidos
a ejercitar su fe, esperanza y paciencia, como no lo hicieron durante su
experiencia religiosa anterior. . . .” “El tiempo de angustia es una prueba terrible
para el pueblo de Dios; pero es el momento de que todo verdadero creyente debe
mirar hacia arriba a fin de que por la fe pueda ver el arco de la promesa que le
envuelve.” (ibíd., pp.631-633).
Los creyentes de la última generación reconocerán que "Antes creemos que por
la gracia de nuestro Señor Jesús, seremos salvos al igual que ellos" (Hechos
15:11). Y estarán encantados de admitir:
“Él nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino
por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
El texto clásico para una idea del fin del tiempo de gracia se lee así:
“El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo
todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, sea
santificado todavía.” (Apocalipsis 22: 11, RV).
El concepto del fin del tiempo de gracia y la fijación de los destinos también
aparece en algunas de las parábolas de Cristo, sobre todo la de las diez
vírgenes. Esta parábola contiene al menos tres detalles relevantes para nuestra
discusión presente. En primer lugar, las vírgenes se dividen en aquellos que van
con el novio "al banquete de bodas" (Mateo 25:10) y los que no están dispuestos
a hacerlo. En segundo lugar, los que no entran con el novio no puede unirse a la
fiesta de bodas después – pierden para siempre su oportunidad de participar en
la boda.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Según la parábola, las 10 señoritas tenían lámparas, lo que representa "la palabra
de Dios", pero las necias no tenían reservas de aceite", un símbolo del Espíritu
Santo" (Palabras de Vida del Gran Maestro, págs. 406, 407). En un sentido
teológico no debemos interpretar que esto significa que Dios arbitrariamente
haya retenido el Espíritu Santo de ellas o que de alguna manera ellas no pudieron
retenerlo. Anteriormente vimos que nuestra relación de fe con Cristo nos da
acceso a las bendiciones del pacto de gracia – Él es "el medio a través del cual
las bendiciones del Cielo" vienen a su pueblo (El Deseado de todas las gentes, p
357.). Y puesto que el sello del Espíritu es una de esas bendiciones, se deduce
que sólo los que viven en una relación de fe con Cristo pueden tener el Espíritu
en este sentido particular. En consecuencia, vemos que mientras que su falta de
aceite era una perceptible evidencia de su falta de preparación, la
verdadera causa de su problema era la ausencia de una conexión de la fe
personal con el Salvador.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
El hecho de que Jesús tomó el castigo por nuestro pecado sobre sí, nos asegura
que Él se enfrentará al juicio de Dios como nuestro representante. El juicio es
real, y tiene consecuencias eternas. Pero gracias a Jesús, no es un tiempo de ira
para el creyente. Para él la copa del juicio absoluto de Dios sobre el pecado ya
ha sido derramada – está vacía. El Salvador bebió hasta la última gota de la copa
de la ira de Dios, para que los que aceptan su actividad redentora en su nombre
nunca tengan que probar las consecuencias eternas del pecado. "Sus pecados han
ido de antemano al juicio y han sido borrados" (El Conflicto de los Siglos, pág.
620). Como resultado, están sin culpa en Cristo ante Dios.
Si bien es cierto que Jesús no actuará como nuestro mediador durante el tiempo
de angustia, podemos estar seguros de que Él no nos dejará solos. Jesús prometió
que nunca nos desamparará, sino que estará con nosotros "todos los días hasta el
fin del mundo." (Mateo 28:20; ver Hebreos 13: 5.). Por lo tanto, podemos
descansar seguros en la fidelidad de Dios, que a la vez esta dispuesto y es capaz
de mantener a los suyos. Después de todo, Jesús dijo:
“Mis ovejas escuchan mi voz; Yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida
eterna y no perecerán jamás. . . . Mi Padre que me las ha dado, es mayor que
todos; y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre.” (Juan 10: 27-29).
Capítulo VI
Ellen G. White y un engaño dirigido especialmente a los adventistas
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Perfecto en Cristo
Helmut Ott
Capítulo VI
Ellen G. White y un engaño dirigido especialmente a los
adventistas
De acuerdo con Elena de White, uno de los mayores engaños con el cual la
iglesia ha sostenido una lucha en el pasado va a hacer sus incursiones en el
adventismo de nuevo en el futuro (véase Mensajes Selectos, tomo 2, pág. 36). Es
un error que pone un énfasis indebido en – y tiene expectativas poco realistas de
– lo que el creyente supuestamente puede lograr en su vida actual con la ayuda
del Espíritu. Debido a su énfasis unilateral, tal "fanatismo" no puede atribuir el
justo valor tanto a la obra redentora terminada de Cristo, como al sacrificio
expiatorio en la cruz y a la obra mediadora que actualmente está llevando a cabo
como representante / abogado del hombre para con el Padre ante el trono.
Podemos dividir los escritos de Ellen White sobre este tema en tres partes
generales: (1) lo que sucedió poco después del chasco de 1844, (2) lo que sucedió
en el cambio de siglo (a principio del siglo XX), y (3) lo que ella cree que va a
suceder de nuevo poco antes de la regreso de Cristo.
Elena G. de White informa que "en el período del chasco, después del
cumplimiento del tiempo en 1844, surgieron diversas formas de
fanatismo.”(ibíd., P. 34). El peor de ellos tenía tres elementos básicos: En primer
lugar, algunos adventistas creían en la santificación total de ser. "Ellos
declararon que fueron perfeccionados, que en cuerpo, alma y espíritu eran
santos"(ibíd.). En segundo lugar, llegaron a la conclusión de que podían vivir sin
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
pecar. Ellos "afirmaron que fueron santificados, que no podían pecar" (ibíd., P.
27).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
A juzgar por los artículos que escribió, la comprensión del Pastor E.R. Jones de
la verdadera conversión al menos incluye los siguientes dos aspectos
importantes: En primer lugar, "la completa transformación del hombre vil en la
imagen de Jesucristo" (Review and Herald, 09 de julio 1889). Es decir, creía que
la persona verdaderamente convertida trascenderá o totalmente neutralizará su
naturaleza pecaminosa y logrará un estado de completa santificación, de modo
que en lugar de ser "vil" como antes, ahora refleja plenamente la imagen de
Cristo en su propia persona.
En segundo lugar, la "limpieza completa del poder que nos obligó a transgredir"
la ley de Dios (ibíd., 12 de marzo 1889). La idea es que el hombre está limpio
del poder que lo obliga al pecado, el creyente verdaderamente convertido ya no
tiene inclinaciones pecaminosas o malos deseos. Como resultado, ahora puede
vivir sin pecar. Tenga en cuenta que Jones usó la palabra “completo” con
referencia tanto a la transformación interior del ser y el cambio hacia el exterior
en la conducta.
Después de citar 2 Corintios 5:21, Jones declaró: "Para ser hechos justicia de
Dios en él, [él creyente] debe ser hecho justo como Cristo es justo; 'y en él no
hay pecado" (1 Juan 3: 5, RV) "( ibíd., 09 de julio 1889). Observe el cambio
todavía significativo y sutil que ha tenido lugar aquí. Pablo dice que Dios nos
hace justos por medio de Cristo – que somos justos en Cristo. Es decir,
participamos en la justicia de Cristo por la fe, y somos considerados justos en
virtud del hecho de que sus méritos son imputados a nosotros. El siguiente pasaje
expresa el concepto de Pablo claramente:
“La única forma en que [el pecador] puede obtener la justicia es mediante la
fe. Por fe puede presentar a Dios los méritos de Cristo, y el Señor coloca la
obediencia de su Hijo en la cuenta del pecador. La justicia de Cristo es
aceptada en lugar del fracaso del hombre, y Dios recibe, perdona y justifica
al alma creyente y arrepentida, la trata como si fuera justa, y la ama como
ama a su Hijo. De esta manera la fe es imputada a justicia.” (Mensajes
Selectos, tomo 1, p 367; cursivas suministrados).
Los artículos del pastor Jones no contienen casi ninguna referencia a Cristo como
nuestro representante en la cruz para quitar nuestra culpa y cancelar nuestra
sentencia de muerte. Tampoco dicen mucho acerca de su obra mediadora en el
cielo, donde actualmente él aplica su muerte expiatoria, Su victoria redentora y
su justicia salvadora a los que lo aceptan como su Salvador personal. Jones se
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Su punto de vista representa una ruptura radical con el evangelio bíblico en por
lo menos tres aspectos importantes: En primer lugar, se introduce un cambio en
el papel de Cristo como el Salvador del mundo. Mientras que, en teoría,
reconoció a Jesús como Salvador, especialmente en el sentido de que en un
principio nos reconcilia con Dios – en la práctica se le reduce a ser un estándar
objetivo de la santidad que debemos lograr, un modelo cuya perfección debemos
duplicar en nuestra vida personal, siguiendo exactamente el mismo método que
hizo posible la victoria para él. Como resultado, el papel de Cristo cambia de
uno que salva a los pecadores perdidos a través de su obra redentora en su
nombre, al de uno que simplemente muestra a los perdidos pecadores cómo
salvarse a sí mismos haciéndose tan justo, santo y sin pecado como Él es.
Debido a que Jesús era totalmente sin pecado, justo y santo, Él no necesitaba a
nadie para mediar entre Él y el Padre. Vivía en unión espiritual directa y sin
trabas con las otras dos personas de la Deidad. Por lo tanto, si el creyente es de
hecho capaz de convertirse en perfecto, sin pecado como Cristo – así como Jones
afirmo – entonces se deduce lógicamente que cada vez que se alcanza ese
objetivo, también disminuye su necesidad de Jesús como su abogado personal
para con el Padre. Debido a que ahora es tan justo como Cristo, ya no necesita
un mediador para que interceda en su nombre y lo mantenga en una relación
correcta con Dios.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Escrituras y de sus escritos, y señaló sus ideas extremas. Entre otras cosas, ella
declaró:
“No es esencial que usted sepa y diga a otros todos los porqués y motivos de lo
que constituye el nuevo corazón, o de la posición que pueden y deben alcanzar
para nunca pecar más. Esta obra no le corresponde hacer… Usted toma pasajes
de los testimonios que hablan de la terminación del tiempo de gracia, del
zarandeo entre el pueblo de Dios, y Usted habla del surgimiento de entre este
pueblo de un pueblo más puro y más santo que se levantará. Todo esto agrada al
enemigo.” (Mensajes Selectos, tomo 1, páginas 177-179).
Cuando combinamos las afirmaciones del Pastor Jones y esta declaración de los
escritos de Ellen White, un escenario claro comienza a emerger. Jones estaba
enseñando que antes del cierre del tiempo de gracia el pueblo de Dios puede y
debe desarrollar una justicia personal, que sea tan radical y completa, y en
consecuencia tan meritoria – como la de Cristo. En otras palabras, deben ser lo
más puro, lo más sin pecado, y santo como Cristo fue y aprender a vivir sin pecar,
como Jesús vivió.
Ellen White no aprueba sus enseñanzas. Por el contrario, las llamó "ideas
extremas", y le aconsejó no tomar un "rumbo que haga diferencias o cree
disensiones" (ibíd., P. 179). Note la siguiente advertencia que dio a Jones:
“Si muchos aceptaran las opiniones que Usted presenta y hablaran y procedieran
conforme a ellas, veríamos la más grande conmoción fanática que jamás se haya
visto entre los adventistas del séptimo día. Esto es lo que desea Satanás.” (ibíd.).
Diez años después que Ellen White escribió esta advertencia – ¿o era una
predicción? – se convirtió en realidad. La doctrina de la llamada carne santa llegó
a ser frecuente en Indiana. Y, según su propio relato, tenía todos los ingredientes
del fanatismo que habían conocido y condenado antes. (ibíd., tomo 2 paginas 33-
34), a saber el deseo de (1) lograr la santificación total de ser y superar o
neutralizar completamente la propia naturaleza pecaminosa y desarrollar una
justicia impecable o la rectitud impecable en su propia persona; (2) tener la
capacidad de vivir en armonía perfecta con todos los requisitos de la ley: para
ganar o [alcanzar] la victoria de vivir sin pecar; y (3) para hacer del logro de
este nivel superior de desarrollo espiritual y la conducta moral un requisito para
los que van a estar vivos cuando Jesús venga.
De acuerdo con este punto de vista, los que no logren alcanzar tal estado sin
pecado aún pueden salvarse, pero morirán primero. (ver RW Schwarz,
“Portadores de la luz para el remanente” [Mountain View, Calif.: Pacific Press
bar. Assn, 1979], página 447). El concepto enseña que Dios requiere un mayor
grado de justicia de los que van a estar vivos en la segunda venida de Cristo que
de todas las generaciones anteriores de creyentes. Los que van a morir antes de
final del tiempo de gracia pueden ser justos por la fe en Cristo, a pesar del hecho
de que todavía son pecadores, imperfectos, e indignos en sí mismos. Ellos
pueden hacer uso [o disfrutar] del perdón de Dios para compensar su
comportamiento defectuoso, y de la justicia imputada de Cristo para compensar
su imperfección del ser. En contraste con estos, los creyentes que estén vivos
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
De esto podemos ver que, de acuerdo con este punto de vista, la humanidad tiene
sólo dos maneras o formas para estar seguro de la vida eterna: (1) morir mientras
Jesús todavía está mediando o intercediendo ante el Padre, o (2) alcanzar la
plenitud espiritual completa y aprender a vivir en obediencia absoluta a la
voluntad total de Dios para el hombre, antes de que el tiempo de gracia para el
mundo llegue a su fin.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
“Se les hizo creer a ellos [a ciertas personas] que a menos que lo hicieran
[alcanzar un estado de santificación total del ser y llegar a la impecabilidad de la
conducta] ellos se perderían; y como resultado de todo esto, su mente se
desequilibró, y algunos llegaron a ser dementes.” (ibíd., pp. 34, 35).
“Esto constituye una invención de Satanás para ocultar sus ingeniosos métodos
destinados a tornar ineficaz la pura, sincera, elevadora, ennoblecedora y
santificadora verdad para este tiempo.” (ibíd., P. 36).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
estado considerando. Schwarz afirma con razón que "las creencias de Brinsmead
eran una contraparte intelectual para el movimiento de la carne santa de 60 años
atrás" (Portadores de la Luz para el Remanente, p. 458). Y, al igual que sus
predecesores, Brinsmead y su hermano John "se sintieron obligados a hacer [de
sus puntos de vista extremos] normativo para toda la iglesia" (ibíd.). Con una
dedicación y un celo digno de mejor causa, no escatimaron esfuerzos en su
agresiva campaña para convencer a toda la comunidad adventista que la suya era
la única posición correcta y que todos los otros puntos de vista eran una salida
del adventismo tradicional.
En resumen, las enseñanzas a las cuales Ellen White se opuso tan decididamente
y las califica como “un mensaje de error”, tienen tres partes principales:
La tercera parte establece el plazo [una fecha límite] – marca el final del tiempo
durante el cual el creyente debe traer estos dos objetivos a su plena
realización. Es decir, él debe desarrollar una justicia personal impecable y
aprender a vivir sin pecar antes de que el tiempo de gracia termine, si es quiere
estar entre los redimidos que estarán vivos cuando Jesús venga. Si él deja de
lograr su doble objetivo, entonces tiene que morir antes que el tiempo de gracia
termine, de lo contrario se perderá para siempre.
1. Debemos reconocer una diferencia radical entre (a) ser capaz de producir
unos pasajes aislados de los Testimonios en apoyo de una visión particular y (b)
el desarrollo de una posición que es de hecho una representación fiable de las
enseñanzas de Elena de White sobre un tema determinado.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
3. La mayor parte de los escritos de Ellen White son piezas cortas – tales como
cartas, artículos y manuscritos escritos para audiencias particulares, dentro de
contextos históricos concretos y con objetivos específicos en mente. Por lo tanto,
no debe ser ninguna sorpresa que cuando los comparamos con otros escritos a
veces nos encontramos con ciertas tensiones ideológicas no siempre fáciles de
resolver. Es particularmente un problema cuando ya sea se ignoran los contextos
conceptuales e históricos o no se asume la intención específica de pasajes
particulares en consideración.
Aquí, sin embargo, se trata de algunas de las enseñanzas específicas con las que
Ellen White estaba familiarizada, y que condeno en términos inequívocos.
Argumentar que los escritos de Ellen White avalan los mismos puntos de vista
que tan enérgicamente rechazaba como error, tales como las pruebas hechas por
el hombre, y fanatismo, y así sucesivamente, sería una proposición absurda por
cierto. Por lo tanto, podemos estar seguros de que cada vez que alguien utiliza
sus escritos para apoyar opiniones como las sostenidas por el pastor ER Jones y
sus seguidores, están falsamente interpretando, haciendo mal uso y aplicando
incorrectamente los Testimonios.
4. Toda persona tiene derecho a decidir por sí mismo si desea aceptar o rechazar
las enseñanzas presentadas por el pastor Jones y sus seguidores. Sin embargo,
en vista de lo que hemos visto, nadie tiene el derecho de reclamar que tales
enseñanzas representan bien la visión de Elena G. de White o la posición de la
Iglesia Adventista.
“Se me ha mostrado que se repetirían los engaños que tuvimos que enfrentar en
las primeras experiencias del mensaje, y que tendremos que volver a
encontrarlos en los días finales de la obra.” (Mensajes Selectos, tomo 2, página
28). “Estas mismas cosas que habéis explicado que ocurrían en Indiana [el centro
geográfico del movimiento de la carne santa], el Señor me ha mostrado que
volverían a ocurrir justamente antes de la terminación del tiempo de
gracia.” (ibíd., P. 36).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Aunque el nuevo engaño difiere en el enfoque del anterior que estaba tan
extendido en toda la cristiandad durante siglos, el nuevo engaño lleva a
básicamente los mismos resultados negativos. Ambos son los intentos de
desplazar a Cristo, el sumo sacerdote divino, proporcionando formas alternativas
para asegurar una buena relación con Dios. A través de su sistema humano de
sacerdocio, el viejo engaño creaba un acceso distinto al perdón y la gracia
salvadora de Dios. Como resultado, no Jesús, sino la iglesia se convirtió en el
enlace de salvación entre el pecador y Dios. A través de su teología del desarrollo
del carácter y la modificación del comportamiento, el nuevo engaño, a su vez,
introduce otra forma – un nuevo método – por el cual cumplir con la norma de
perfecta justicia que Dios requiere para la salvación.
Hemos visto que la única manera para que un ser caído pueda ser justo delante
de Dios, de este lado de la glorificación, es por su participación en las ventajas
de salvación (que ofrece) el Salvador. Debido a que en sí mismo es un ser
pecaminoso, imperfecto, e indigno, el creyente puede ser justo solamente por la
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Sobra decir que en la vida de los hombres Satanás ha tenido un gran éxito en
empujar a Cristo a un lado como el único canal de Dios. Y ha tenido más éxito
con las personas religiosas convenciéndolas de que continúen tratando de
eliminar el pecado, la causa de su alejamiento de Dios, en lugar de que hagan
uso de la obra redentora de Cristo. Realmente significa que se acercan a su
situación como pecadores perdidos, como si no hubiera un Salvador. Se
esfuerzan por resolver su problema del pecado por su cuenta en lugar de aceptar
la solución que Dios ya ha provisto en Cristo.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Cuando el engañador tentó a Adán y Eva con la idea de llegar a ser "como Dios"
(Génesis 3: 5), se despertó en ellos el deseo de llegar a un estado que era diferente
del propósito que el Creador había establecido para el hombre – para disfrutar de
un nivel de existencia más alto a lo que Dios pretendía que ellos alcanzaran. El
primer engaño tentó a la humanidad a tratar de eliminar la diferencia cualitativa
radical que existe entre lo divino y lo humano y separa al Creador de la
criatura. El primer pecado del hombre fue la negativa a aceptar su condición de
criatura, un intento presuntuoso de trascender las limitaciones de su condición
finita y alcanzar la libre determinación y la autosuficiencia que le pertenece sólo
a Dios.
Como el sarmiento no puede existir por sí mismo, sino que depende de la vid
para vivir, crecer y producir frutos, así también el hombre original, depende de
Dios para ser y hacer lo que el Creador quiere ordenar lo que debe ser y hacer.
El primer pecado del hombre fue un intento por superar su condición de
"sarmiento" y convertirse en su lugar en una "vid". Trató de ser y tener en sí
mismo lo que, de acuerdo con el plan del Creador, podía ser y tener sólo cuando
él continuamente participa de lo que se origina y procede de Dios y que por lo
tanto es su posesión exclusiva.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Esforzarse por ser la mejor persona que uno posiblemente puede llegar a ser en
cada etapa de su crecimiento espiritual, y para seguir después en su vida un
patrón de todo lo que es verdadero y justo y amoroso, es un esfuerzo encomiable
y bíblicamente acertado y sano. Sin embargo, mi tesis es, que hay una diferencia
radical entre tratar de vivir como es digno de los hijos e hijas de Dios en Cristo
y de intentar igualar, emparejar y duplicar en la propia vida la absoluta justicia
de Cristo, el divino-humano Hijo de Dios. Pero esforzarse por ser más como
Jesús en carácter y en conducta es una cosa, mientras que tratar de ser tan justo
y santo como él lo fue durante su vida en la tierra es otra muy distinta. El primero
es un objetivo basado en la palabra de Dios según consta en la escritura. Este
último es una salida arrogante de ella, y por lo tanto constituye pecado.
Es importante señalar que tanto en sus antiguas y nuevas formas, el atractivo del
nuevo engaño – y también su pecado – radica en el hecho de que presenta un
objetivo que, al menos en la superficie, parece ser digno de elogio. Dado que por
definición, Dios es el bien supremo del universo, se sigue o deduce lógicamente
que no podía existir ningún ideal superior u objetivo más noble para Adán y Eva
que tratar de ser como Él. Sin embargo – y aquí está la ironía – porque el nuevo
engaño presenta un intento por romper la distancia entre la criatura y el Creador,
para unir o combinar lo humano con lo divino, y para borrar la diferencia
cualitativa entre el eterno y autosuficiente YO SOY, y el hombre mortal y
dependiente, esto constituye un pecado del más alto orden.
“El Señor Jesús asumió la forma de hombre pecador, y revistió su divinidad con
humanidad. Pero era santo, como Dios es santo. Si no hubiera sido sin mancha
de pecado, no podría haber sido el Salvador de la humanidad. Era el portador del
Pecado; no necesitaba expiación. Puesto que era uno con Dios en pureza y
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Así que cuando alguien se esfuerza por desarrollar en su propia vida personal
una justicia que es tan perfecta – y por consiguiente tan meritoria – como la de
Cristo, no hace más que tratar de igualar los sobresalientes logros espirituales
del único hombre perfecto que jamás haya existido en la tierra desde la Caída. Se
esfuerza por eliminar toda distinción entre el Salvador y los pecadores que Él
vino a salvar. Él está tratando de borrar la diferencia y salvar la distancia entre
él y el Hijo de Dios, que, siendo tan puro, justo, y santo como Dios el Padre, no
necesita ningún mediador, pero viviendo en unidad espiritual directa y sin trabas
con las otras dos personas de la Deidad.
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Capítulo VII
Dos grupos de personas en la Iglesia:
Los justos en Cristo por la fe y los injustos
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Perfecto en Cristo
Helmut Ott
Capítulo VII
Dos grupos de personas en la Iglesia:
Los justos en Cristo por la fe y los injustos
Por último, vamos a considerar algunas declaraciones en los escritos de Elena de White
que indican que la iglesia contiene sólo dos tipos de personas: (1) aquellos que son justos
porque están cubiertos con los méritos del Salvador y (2) aquellos que son injustos porque
tratan de cumplir con la norma de Dios de justicia perfecta "independiente de la
expiación" y "sin la virtud de la mediación divina."
De acuerdo con Elena de White, estas dos clases de personas tienen sus primeros
representantes en Caín y Abel, y convivirán en la Iglesia de Dios al final de los tiempos:
“El fariseo y el publicano representan las dos grandes clases en que se dividen los que
adoran a Dios. Sus dos primeros representantes son los dos primeros niños que nacieron
en el mundo. Caín se creía justo, y sólo presentó a Dios una ofrenda de agradecimiento.
No hizo ninguna confesión de pecado, y no reconoció ninguna necesidad de misericordia.
Abel, en cambio, se presentó con la sangre que simbolizaba al Cordero de Dios. Lo hizo
en calidad de pecador, confesando que estaba perdido; su única esperanza era el amor
inmerecido de Dios.” (Palabras de Vida del Gran Maestro, página 152).
"Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín" (Hebreos 11: 4). Abel
comprendía los grandes principios de la redención. Veía que era pecador… En la sangre
derramada [la de un cordero] contemplo el futuro sacrificio, a Cristo muriendo en la cruz
del calvario; y al confiar en la expiación que iba a realizarse allí, obtuvo testimonio de
que era justo, y de que su ofrenda había sido aceptada… Caín y Abel representan dos
clases de personas que existirán en el mundo hasta el fin del tiempo. Una clase se acoge
al sacrificio indicado; La otra se aventura a depender de sus propios méritos; el sacrificio
de éstos no posee la virtud de la divina intervención y, por lo tanto, no puede llevar al
hombre al favor de Dios…”
“Los que creen que no necesitan la sangre de Cristo, y que pueden obtener el favor de
Dios por sus propias obras sin que medie la divina gracia, están cometiendo el mismo
error que Caín. Si no aceptan la sangre purificadora, están bajo condenación. No hay otro
medio por el cual pueden ser librados del dominio del pecado… Como Caín pensó lograr
el favor divino mediante una ofrenda que carecía de la sangre del sacrificio, así obran los
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
que esperan elevar a la humanidad a la altura del ideal divino sin valerse del sacrificio
expiatorio.” (Patriarcas y Profetas, páginas 72, 73).
2. Abel se dio cuenta de su verdadera condición como un ser caído y había comprendido
los grandes principios de la redención. Se dirigió a Dios como un pecador, confesándose
asimismo como perdido, y puso su fe en y basó su esperanza en el amor inmerecido de
Dios y en la expiación que Cristo haría en la cruz en su nombre. Por la fe, trajo el sacrificio
que Dios había estipulado – la sangre que apuntaba hacia el Cordero de Dios. Esa es la
base – la única base – para decir como testimonio, de que él era justo, y el único motivo
por el cual su ofrenda fue aceptada.
3. La iglesia: –"los que vienen a adorar a Dios" – contiene dos categorías diferentes de
personas. Un grupo – representado por Caín y el fariseo de la parábola de Cristo – consiste
en moralistas religiosos que son espiritualmente autosuficientes. Ellos no reconocen la
verdadera profundidad de su propia pecaminosidad, y por lo tanto vienen a Dios con una
ofrenda de agradecimiento solamente – ofreciendo sólo – una ofrenda que carece de la
sangre purificadora del sacrificio de Cristo y es independiente de la expiación. Su ofrenda
no tiene la virtud de la mediación divina y, en consecuencia, esta ofrenda no puede darle
acceso a Dios. En su ceguera de Laodicea no perciben su insuficiencia moral y miseria
espiritual. Como resultado, no tienen ningún deseo de arrepentirse, y no sienten la
necesidad de abrir la puerta a Cristo como su única fuente de justicia salvadora.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
“La justificación propia es el peligro de esta era; separa al alma de Cristo. Los que confían
en su propia justicia no pueden entender cómo la salvación viene por medio de Cristo”
(Fe y Obras, página 96; Cursiva añadida). “No hay nada que ofenda tanto a Dios, o que
sea tan peligroso para el alma humana, como el orgullo y la suficiencia propia. De todos
los pecados es el más desesperado, el más incurable.” (Palabras de vida del gran maestro,
Página 154).
“Miren en el espejo de la ley de Dios los que se sienten inclinados a hacer una elevada
profesión de santidad. Cuando vean la amplitud de sus exigencias y comprendan cómo
ella discierne los pensamientos y las intenciones del corazón, no se jactarán de su
impecabilidad.” (Los Hechos de los Apóstoles, página 562).
¿Cómo puede alguien que se presente ante la santa norma de la ley de Dios – que hace
evidentes los malos pensamientos, los deseos no santificados, la infidelidad del corazón,
la impureza de los labios, y que deja al descubierto la vida – hacer alarde de santidad?
Sus actos de deslealtad en invalidar la ley de Dios están expuestos a la vista, y su espíritu
se aflige y se oprime bajo la influencia escrutadora del Espíritu de Dios. Él se aborrece a
sí mismo, mientras que ve la grandeza, la majestad, el carácter puro y sin mancha de
Jesucristo.” (Ellen G. White, en la Review and Herald 16 de Oct., 1888).
“No hay nada en nosotros a partir de lo cual podamos vestir al alma para que no se
descubra su desnudez. Hemos de recibir el manto de justicia tejido en el telar del cielo, el
manto inmaculado de la justicia de Cristo.” (ibíd. 19 de julio de 1892). “No hay nada al
parecer tan débil, y no obstante tan invencible, como el alma que siente su insignificancia
y confía por completo en los méritos del Salvador.” (El Ministerio de Curación, página
182).
“Nadie puede mirarse así mismo y encontrar algo en su carácter que lo recomiende a Dios
o haga segura su aceptación. Sólo mediante Jesús, a quien el Padre dio por la vida del
mundo, puede el pecador encontrar acceso a Dios. Sólo Jesús es nuestro Redentor, nuestro
Abogado y Mediador; Nuestra única esperanza de perdón, paz y justicia está en Él.”
(Mensajes selectos, tomo 1, páginas. 332, 333).
Dado que las consideraciones expuestas en este capítulo surgen de las historias de Caín y
Abel, y el fariseo y el publicano en la parábola de Cristo, vamos a examinar y discutir
brevemente la narración de los dos casos.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Las Escrituras dicen poco sobre las circunstancias que rodearon el incidente cuando Caín
y Abel trajeron sus respectivos sacrificios a Dios. Sin embargo, cuando examinamos las
implicaciones del acto de Caín al traer "de algunos de los frutos de la tierra una ofrenda
al Señor" (Génesis 4: 3), podemos sacar varias conclusiones con un grado razonable de
certeza:
En primer lugar, al menos en cierta medida, Caín reconoció su condición caída y quería
la reconciliación con Dios – de lo contrario, es difícil ver por qué debería haber traído a
Dios en absoluto un sacrificio. En segundo lugar, obedeció a Dios en la construcción de
un altar y en traer una ofrenda. Su problema era que se había equivocado de sacrificio –
uno que, en vez de representar la fe en el Sustituto, simbolizó la dependencia en sus
propios esfuerzos para su posición con Dios.
En tercer lugar, al parecer Caín ignoró el hecho de que la sólo la justicia de Cristo puede
lograr la reconciliación del hombre con Dios. El no pudo entender que cuando se trata de
nuestra posición personal con Dios, nada menos que sólo los méritos perfectos del
Salvador son suficientes, no hay nada igual de meritorio que sea posible, y ninguna otra
cosa es aceptable para Dios. Ya que "sin derramamiento de sangre no se hace remisión"
(Hebreos 9:22), nada de lo pueda crecer en el jardín de un pecador puede tomar el lugar
de lo que Cordero de Dios ofrece como un medio para devolver al hombre al favor de
Dios. El fruto que Caín trajo fue probablemente lo mejor que tenía para ofrecer, y todo
estos frutos crecieron a través del poder de Dios. Pero simboliza los logros del hombre,
logros que, al no tener valor redentor, no pertenecen al altar.
En quinto lugar, Dios no rechazó a Caín, porque él era un pecador. Dios sabía la condición
perdida del hombre, y esa es precisamente la razón por la cual Él proporcionó una
solución a su problema de pecado. El Señor no podía aceptar a Caín y su ofrenda, porque
él no puso su fe en el Sustituto que Dios ofrece como el único medio de salvación.
“Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín. Por la fe, fue elogiado
como un hombre justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas. Y por la fe todavía habla,
a pesar de que está muerto.” (Hebreos 11: 4).
La ofrenda de Abel era "mejor" porque (1) era lo que Dios había establecido como un
símbolo de Cristo, y porque (2) él la trajo "por la fe." Él fue "elogiado como un hombre
justo," no porque fuera moralmente intachable y espiritualmente perfecto, sino porque a
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Puesto que Jesús no contradijo la autoevaluación del fariseo, se puede concluir que decía
la verdad cuando dijo que no robaba o adulteraba al igual que los otros hombres.
Probablemente también tenía registros largos y detallados para demostrar que ayunaba
dos veces a la semana y que pagaba fielmente el diezmo. De modo que su problema no
era que él era un pecador crónico que vivía en violación deliberada y abierta [rebelión] a
la voluntad de Dios. En cambio, fue que debido a que se creía justo no sentía la necesidad
de un Salvador.
En segundo lugar, el fariseo tenía una concepción de la salvación por medio de la justicia
por las obras. Es decir, el basó su posición con Dios y, por extensión, su seguridad de la
vida eterna – en su bondad moral personal y la impecabilidad del comportamiento. Tal
punto de vista descartó dos cosas: (1) la gracia de Dios al proveer el Sustituto para pagar
la pena por su culpa, cancelar su sentencia de muerte, y obtener el derecho de ser un hijo
de Dios, y (2) la respuesta del creyente en arrepentimiento y fe por la cual se convertiría
en un participante en la actividad redentora – una actividad del Salvador que le conceda
el perdón de Dios y lo haga digno de la vida eterna a través de la justicia imputada de
Cristo.
De acuerdo con la parábola, la visita del fariseo al templo no le trajo ninguna bendición,
y él volvió a su casa sin cambios. Él era un hombre moralmente justo con un compromiso
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
religioso profundo, un gran respeto por la ley, y un alto nivel de comportamiento ético.
Pero también era alguien que en su orgullo espiritual y autosuficiencia religiosa no se dio
cuenta de su desesperada necesidad de un Salvador. Es decir, no sentía la necesidad, ya
sea del perdón de Dios o de la justicia imputada de Cristo. A pesar de que había obedecido
la ley en un sentido – ignoró el Evangelio. Como resultado, no tenía acceso al pacto de
gracia de Dios, no tenía ninguna parte en Cristo y la salvación que sólo Él ofrece. Así que
se fue a casa convencido de que según la ley era justo, pero sin saber que de acuerdo con
el Evangelio estaba perdido.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Capítulo VIII
Resumen y conclusiones
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Perfecto en Cristo
Helmut Ott
Capítulo VIII
Resumen y conclusiones
A. Un resumen
Con el fin de permitir a Cristo para que actúe como su sustituto, el creyente debe
responder al evangelio en arrepentimiento y fe. Por medio del arrepentimiento el creyente
indica que reconoce tanto su culpabilidad y la insuficiencia de lo que es, de lo que tiene,
y lo que hace para asegurar la aprobación de Dios. Por la fe reconoce su incapacidad para
alcanzar por sí mismo el favor de Dios, y por lo tanto se vale de la obra redentora de
Cristo en su nombre. Así, el creyente obtiene acceso al perdón de Dios por su pecado ya
la justicia perfecta de Cristo para su aceptación con el Padre.
Dado que la santificación es un proceso que nunca queda totalmente terminado en la vida
presente, el creyente nunca llega a ser justo por sí mismo, pero puede ser justo tan sólo
en Cristo durante el tiempo que él vive. Todo lo que es y todo lo que tiene, como un hijo
de Dios, lo es y lo tiene sólo por y durante el tiempo que participa de Cristo por la fe. En
caso de que alguna vez deje de aferrarse de Cristo [o deje de estar en Cristo] – y al
hacerlo, dejará de participar en su obra redentora – el creyente volverá al estado de
perdición, de condenación y muerte en el que se encontraba antes que su reconciliación
tuvo lugar en la conversión.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
El hecho de que somos pecadores contamina nuestra obediencia. Nada de lo que seres
pecaminosos pueden dar a Dios es aceptable por sus propios méritos. Es satisfactorio sólo
cuando – y en virtud del hecho de que – lo traemos al Padre a través de los méritos del
Hijo. Por lo tanto la obediencia perfecta, es posible sólo a través de la mediación de Cristo
en nuestro favor. Cuando dependemos de la obra redentora de Cristo para nuestra posición
con Dios, nuestro divino Sumo Sacerdote atribuye su justicia salvadora para nosotros,
con el fin de compensar nuestras deficiencias y hacer que nuestra obediencia, nuestro
servicio y nuestro culto perfectamente agradable al Padre.
En el tercer capítulo nos dimos cuenta de que ningún ser caído ha llegado jamás a la meta
de la perfección espiritual sin mancha fuera de Cristo. Los patriarcas, profetas y apóstoles,
hombres que vivieron lo más cercano a Dios – admitieron su pecaminosidad. Su
inusualmente estrecha relación con Dios les permitió adquirir tanto el punto de referencia
[la visión] y la percepción espiritual necesaria para verse a sí mismos como realmente
eran. Por lo tanto, todos sabían que nada de lo que eran, nada de lo que tenían, y nada de
lo que hicieran podría asegurarles el favor de Dios.
Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, todos los seres humanos
por igual – desde Abel, el primer creyente en morir, hasta el último pecador en aceptar la
gracia salvadora de Dios en Cristo justo antes de la terminación del tiempo de gracia –
dependerá igualmente de la obra redentora de Cristo para la salvación. Debido a que Dios
ideó un plan de redención según el cual Jesucristo – su muerte expiatoria, su victoria
redentora y la justicia salvadora imputada al creyente por la fe – es el único camino al
Padre, todos los seres humanos serán o salvados por la gracia inmerecida de Dios, o se
perderán.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Los que viven más cerca de Jesús tienen al menos las siguientes características:
1. Ellos han llegado a apreciar la belleza del carácter santo de Cristo, y por lo tanto ven
su propia pecaminosidad.
También hemos visto que, de acuerdo con Ellen White, la iglesia remanente no alcanza
la perfección sin pecado del ser o de la conducta en el momento que termina el tiempo de
gracia. Sus miembros no son supersantos que han alcanzado plenamente, y por lo tanto,
se presenten en justicia impecable ante el tribunal de Dios. Por el contrario, ellos son
pecadores que, con excepción de la justicia de Cristo, no tienen nada, sino "ropas sucias"
que llevar. Dolorosamente conscientes de "la maldad de sus vidas…, su debilidad y falta
de mérito e indignidad", "sus personas defectuosas", "cuán poco semejantes a Cristo,"
que "afligen sus almas" en arrepentimiento ante Dios "a causa de sus propias
transgresiones," y "suplican por una pureza de corazón" que obviamente no poseen
todavía.
Si Dios debe decidir el destino eterno de la iglesia remanente sobre la base de su verdadera
condición espiritual y su comportamiento moral real, su caso sería irremediable.
Afortunadamente Jesús, el mediador poderoso, silencia el acusador con argumentos
fundados, no sobre los propios méritos de los creyentes – pues no tienen ninguno – sino
de su dependencia de su actividad redentora en su nombre. Les quita sus ropas sucias y
los cubre con el manto glorioso de su justicia impecable y así los presenta al Padre justos
en Cristo.
El quinto capítulo analizó algunos de los eventos más importantes relacionados con el
final del período de prueba y el tiempo de angustia. Algunos de los principales conceptos
discutidos fueron los siguientes:
En primer lugar, Jesús continuará su ministerio mediador hasta que se alcancen los
objetivos previstos total y completamente. Es decir, Él dejará de actuar como abogado
del hombre para con el Padre, sólo después de haber obtenido el veredicto final e
irreversible de la aprobación de Dios para su pueblo cuando el juicio previo al
advenimiento concluye. Como resultado, ellos reciben "el sello del Dios vivo", que
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
concede a sus hijos adoptivos en Cristo un estatus permanente, y les otorga el derecho a
ser herederos del reino.
En tercer lugar, al menos tres factores principales dan a los creyentes la paz, la seguridad
y la esperanza para enfrentar el final del período de prueba y el tiempo de angustia: 1.
Jesús mediará en su nombre hasta que el veredicto final de Dios de aceptación haya hecho
su salvación permanentemente segura. 2. No tendrán que hacer frente a una prueba post-
juicio para determinar si son justos o no han alcanzado la justicia impecable del ser y la
conducta libre de pecado y por lo tanto son personalmente dignos de la vida eterna. 3.
Dios los va a proteger y proveerá para ellos durante el corto período de tiempo entre el
final del período de prueba y la segunda venida de Cristo, para que nada ponga en peligro
su salvación.
El sexto capítulo exploró un engaño peculiar que entró en el adventismo poco después
del chasco de 1844, apareció de nuevo en el cambio de siglo [a la entrada del siglo XX],
revivió en una forma más sofisticada a finales de 1950, y, de acuerdo con Elena de White,
se enfrentará a la iglesia una vez más antes del final del período de prueba. A juzgar por
su influencia pasada, este "mensaje de error" tiene el potencial para corromper el último
mensaje de misericordia de Dios al mundo, frustrar la misión del Adventismo, y perturbar
la experiencia religiosa de muchos de sus miembros.
Tal "fanatismo" representa una desviación radical de las enseñanzas de las Escrituras y
obviamente contradice la mayor parte de los conceptos importantes que hemos derivado
de los escritos de Elena de White. 1. Cambia la norma que la última generación debe
cumplir para la salvación y también el método por el cual los creyentes pueden lograrlo.
2. Se modifica el papel de Cristo como Salvador, así como la manera en que Él salva. 3.
Se altera el ministerio sumo sacerdotal de Cristo en el cielo y se reduce en gran medida
la importancia de su mediación continua con el Padre. 4. Se borra la distinción esencial
que las Escrituras establecen entre el Santo y justo Hijo de Dios y los pecadores culpables
que Él vino a salvar.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
El otro grupo incluye sólo aquellos que entienden tanto su verdadera situación como seres
caídos y la dinámica del plan de redención. Ellos saben que, como Dios examina sus casos
para determinar su destino eterno, nada menos que la justicia imputada de Cristo es
suficiente, nada igualmente adecuado es posible, y nada más es aceptable. Así que
dependen completamente de la muerte expiatoria del Salvador, de su victoria redentora y
de sus meritos que salvan para su posición con Dios. Como resultado, están de pie delante
de Dios justos en Cristo por la fe, y continúan disfrutando de su estado, como hijos e hijas
adoptivos de Dios en Cristo, que les da el derecho a heredar la vida eterna.
B. Conclusiones
Una de las características más atractivas de los conceptos vertidos anteriormente en los
escritos de Elena de White es que retratan un escenario en el que todo aquello que tiene
una incidencia en la relación del pecador con Dios ocupa el lugar y lleva a cabo la función
tan claramente que se le atribuye en las Escrituras. Vamos a describir brevemente este
escenario esbozando algunos de los aspectos más significativos del papel desempeñado
por el Espíritu Santo, la ley de Dios, el creyente, y Jesucristo.
1. El Espíritu Santo
Tres de las funciones del Espíritu Santo son particularmente relevantes aquí: La primera
de ellas se refiere a la conducta del creyente – su vida como un hijo adoptivo de Dios. El
Espíritu le ayuda a obtener una comprensión cada vez mayor de la voluntad de Dios para
el hombre, por un lado, y de la naturaleza polifacética y engañosa del pecado, por el otro.
Poco a poco el Espíritu Santo aumenta la capacidad espiritual del creyente para
diferenciar entre lo que es verdadero, bueno y amoroso y lo que no lo es. Él mueve al
creyente a aceptar la voluntad de Dios como normativa y procurar modelar su vida en
armonía con ella. Él capacita al creyente a hacer lo que sólo Dios sabe que es razonable
esperar de él en cada paso de avance de su crecimiento y madurez.
La segunda función importante del Espíritu Santo se relaciona con el ser y el bienestar
del creyente – su naturaleza y su carácter. El Espíritu Santo mantiene la naturaleza
pecaminosa del creyente bajo control sobrenatural, de modo que no pueda hacer valer sus
malos deseos y hacer que él rompa su unión espiritual con Cristo y se rebele contra Dios.
El Espíritu Santo lo hace dispuesto a continuar su lucha por superar sus rasgos de carácter
pecaminoso, tendencias y actitudes. Y Él capacita al creyente para desarrollar un carácter
personal que refleje cada vez más los rasgos sagrados y las virtudes de justicia del carácter
perfecto de Cristo.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
La última de las funciones principales del Espíritu Santo que mencionaremos, tiene que
ver con la relación de fe del creyente con Jesucristo como su Salvador personal y su única
fuente de justicia salvadora. El Espíritu protege al creyente de caer de la gracia
ayudándole a desarrollar la visión espiritual que necesita para reconocer constantemente
sus defectos e imperfecciones, y su consecuente necesidad de Cristo. El Espíritu Santo
fortalece la unión espiritual del creyente con el Salvador y le motiva a vivir en un estado
de arrepentimiento y fe, para que por medio de Cristo el creyente pueda seguir teniendo
acceso a la gracia de Dios y conservar el derecho a ser un hijo de Dios y heredero de la
vida eterna.
2. La Ley de Dios
3. El Creyente
El escenario que hemos descrito en este libro considera al creyente como un pecador
reconciliado con Dios por la fe en Cristo y adoptado en la familia espiritual de Dios, la
de los creyentes. Su relación de fe con Jesús le da derecho a la adopción, y su adopción
le da el derecho de ser un heredero del reino. A lo largo de toda su vida el creyente
participa de dos realidades radicalmente diferentes en sí mismo y al mismo tiempo.
Aparte de Cristo – en sí mismo, por naturaleza – es pecador, culpable e indigno. Sin
embargo, en Cristo – al participar de él y de su obra redentora por la fe – él es justo, sin
mancha, y digno de la vida eterna. En otras palabras, el creyente sigue siendo culpable,
pero ya no está condenado, es aún pecador, pero no está perdido.
A lo largo de su vida como hijo de Dios, el creyente experimenta el desarrollo del carácter,
la modificación del comportamiento, y el crecimiento espiritual y la madurez que son
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
reales y significativos. Pero debido a que el proceso de redención no fue diseñado para
llegar a su completa realización durante la vida presente, el creyente nunca sobrepasa su
pecaminosidad personal y nunca trasciende su necesidad de Cristo de este lado de la
glorificación. Sólo cuando lo eterno reemplace a lo temporal, cuando el reino de la gloria
de Dios se convierta en una realidad histórica concreta, y cuando Dios finalmente haga
que sus hijos sean como Jesús "cuando él se manifieste" (1 Juan 3:2; cf. Hebreos 11:39-
40; Filipenses 1:6) – sólo entonces podrá el creyente recuperar la perfección original con
la cual Dios creó al hombre en el principio. Entonces él, por primera vez en la historia,
será perfecto en sí mismo por naturaleza, al igual que nuestros primeros padres antes de
la caída. Mientras tanto, el creyente puede ser justo, santo y digno sólo en Cristo.
4. Jesucristo
El Salvador se encuentra muy en alto, incontestable, y sin igual en el centro mismo del
plan de Dios para la redención humana. Las Escrituras lo describen como "el autor y el
consumador de la fe" (Hebreos 12:2). Él es el único camino de regreso al Padre, y la única
base de nuestra buena relación con Dios. Ayer Jesús murió en la cruz como nuestro
sustituto para expiar nuestro pecado, liberarnos de nuestra culpa, y cancelar nuestra
sentencia de muerte. Hoy en día ministra para nosotros en su trono celestial en el cual nos
concede la vida eterna, mediante la imputación a nosotros de su muerte expiatoria, de su
victoria redentora, y de justicia salvadora, y por lo tanto nos presenta perfectamente
aceptable al Padre. Mañana vendrá otra vez para completar nuestra redención mediante
la eliminación de nuestra pecaminosidad y la restitución a la plenitud espiritual perfecta
que el hombre tenía en la creación. Como resultado de esta transformación, vamos a
reflejar la imagen de Dios en nuestro ser tan completamente como lo hicieron Adán y Eva
antes de la caída. Restaurados a la completa unidad espiritual con Dios, viviremos vidas
perfectas en la presencia personal de nuestro Redentor justo, santo y misericordioso.
Entonces, el plan inicial del creador de un mundo de justicia, habitado por seres
saludables, felices y santos finalmente llegará a su realización completa y permanente,
gracias a la redención que Dios proveyó en Cristo. Las marcas en las manos de Jesús y
las ropas blancas de los redimidos por toda la eternidad, para siempre les recordara que
fue su sacrificio expiatorio en la cruz en su nombre que los salvó de la muerte eterna, y
su perfecta justicia imputada a ellos por la fe les dio el derecho a tener acceso a la vida
eterna. Esa es la razón de porque la gratitud dominará alegremente el cielo – gratitud
gozosa expresada en alabanzas sin fin a Dios, porque su gracia demostró ser infinitamente
mayor que el pecado humano. Al darse cuenta de que, todos los redimidos de todas las
edades estarán igualmente listos para echar sus coronas de oro a los pies de Jesús, el
Salvador, y ansiosamente unirse al canto del coro universal:
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Capítulo IX
Apéndice
Un examen de las declaraciones claves de Elena de White
que se han utilizado para apoyar el Perfeccionismo
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Perfecto en Cristo
Helmut Ott
Capítulo IX
Apéndice
Hicimos al menos tres afirmaciones de este libro que requieren más elaboración:
1. En la introducción dijimos que, aunque Ellen White escribió mucho sobre el tema de la
mediación de Cristo, no siempre lo hizo de manera sistemática o tan claramente como uno
podría desear. En consecuencia algunas declaraciones son susceptibles de ser mal
interpretadas. Por lo tanto, no debería ser una sorpresa si las personas los utilizan para
apoyar puntos de vista que, en lugar de centrarse en Cristo y su ministerio redentor en el
cielo, se centran principalmente en el hombre y sus escasos logros aquí en la tierra.
2. En el sexto capítulo se indicó que Elena de White reprendió al pastor ER Jones por
hacer mal uso de sus escritos para reforzar la idea de que antes del final del tiempo de
gracia los miembros del pueblo de Dios pueden y deben llegar a la condición en la que
deben ser perfectamente justos en sí mismos y aprender a vivir sin pecar. Algún tiempo
más tarde ella hizo lo mismo con otros, tales como S. S. Davis y R. S. Donnell, que
defendían ideas similares. 3. Y dijimos que si algunas declaraciones, no son bien
comprendidas y bien aplicadas, de hecho pueden conducir al tipo de puntos de vista
erróneos presentado por Jones y otros.
Es importante tener en cuenta desde el principio que, por lo general tres factores se
combinan para dar lugar a una mala interpretación de un pasaje dado. El primero se refiere
a lo que dice en realidad el pasaje. Por alguna razón, la redacción no es lo suficientemente
precisa, y por lo tanto el lector puede interpretarlo en más de una forma. El segundo factor
tiene que ver con lo que el investigador lleva a los textos: sus presuposiciones y
conocimiento previo del tema. Su punto de vista influirá invariablemente en su
"audiencia", a pesar de su sinceridad y sus intentos honestos de ser objetivo y de mente
abierta. El tercer elemento se refiere a la metodología que el investigador utiliza en el
proceso de comprender y aplicar los conceptos presentados en el pasaje que investiga.
El propósito de este apéndice es triple: En primer lugar, averiguar si los escritos de Ellen
White contienen realmente pasajes que defienden ideas extremas, tales como los
presentadas por los pastores ER Jones y sus seguidores. En segundo lugar, para explorar
algunas razones por las que sus puntos de vista no reflejan realmente lo que dicen los
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
pasajes que ellos usaron como apoyo, además de examinar algunas de las deficiencias
metodológicas que les llevaron a sus conclusiones erróneas. Y en tercer lugar, para
establecer en la medida de lo posible el verdadero significado y la intención real de
algunos de las declaraciones involucradas. En otras palabras, queremos mostrar cómo
tales pasajes, están totalmente de acuerdo con los conceptos que hemos establecido en
este libro a partir de los escritos de Elena de White.
Por desgracia, las consideraciones de espacio no nos permiten tratar este tema tan a fondo
como se desee. En la segunda sección vamos a examinar a fondo el pasaje en los escritos
de Elena de White que parece proporcionar el mayor apoyo a la teoría de que los creyentes
que estén vivos en la Segunda venida de Cristo deben ser perfectamente impecables como
Jesús.
Los conceptos presentados por ER Jones, por las personas de la carne santa, y sus
seguidores (de ahora en adelante se hace referencia simplemente como la doctrina de la
carne santa) pueden resumirse de la siguiente manera: 1. Los creyentes que estén vivos
cuando Jesús regrese pueden y deben llegar a una estado de justicia perfecta del ser. Los
aspectos físicos, morales y espirituales de su ser: – su cuerpo, así como su carácter – deben
ser perfectamente impecables, así como lo es Jesús. 2. Tienen que aprender a vivir sin
pecar y deben prestar una obediencia perfecta a la voluntad de Dios. 3. Por último, deben
alcanzar plenamente este doble objetivo antes que el tiempo de gracia del mundo llegue a
su fin. De lo contrario, se descalifican a sí mismos para la salvación.
A-1 el cuerpo del creyente deben estar totalmente santificado antes que
el tiempo de gracia del mundo llegue a su fin
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
1. “Dios creó al hombre a su propia imagen, una imagen que incluye la personalidad total
del hombre – las dimensiones espirituales, morales y físicas de su ser.” (Educación,
páginas 15,20; Patriarcas y profetas, página 45; El Gran Conflicto, página 645).
3. “Cristo vino con el fin de restaurar la imagen de Dios en el hombre.” (El Deseado de
todas las gentes, páginas 37,38, 478, 671; Fundamentos de la Educación Cristiana, página
436; El conflicto de los siglos, p 645).
Uno puede construir un argumento aparentemente sólido a favor de la idea de que todo el
ser del hombre – su espíritu, alma y cuerpo – tiene que ser restaurado a la santidad antes
del fin del tiempo de gracia, citando un grupo cuidadosamente seleccionado de pasajes de
Ellen White como los siguientes:
“La santificación que se establece en las Sagradas Escrituras tiene que ver con todo el ser:
espíritu, alma y cuerpo.”(La Vida Santificada, página 7; Cursiva añadida). “El verdadero
cristiano obtiene una experiencia que trae la santidad. Él es, sin una mancha de culpa en
la conciencia o una mancha de corrupción en el alma… Su cuerpo es un templo apto para
el Espíritu Santo.” (En los lugares celestiales, página 200; Cursiva añadida).
“Cuando el Señor venga, los que son santos seguirán siendo santos. Los que han
conservado su cuerpo y espíritu en pureza, en santidad y honor, recibirán el toque final de
la inmortalidad… A medida que echan mano de la verdad de Dios, su influencia nos
afecta. Nos eleva y nos quita toda imperfección y el pecado, cualquiera que sea su
naturaleza. Por lo tanto estamos preparados para ver al Rey en su belleza y, finalmente, a
unirnos con los ángeles puros y celestiales en el reino de gloria. Es aquí que este es el
trabajo que debe ser realizado para nosotros, aquí que nuestros cuerpos y espíritus deben
ser colocados para la inmortalidad… Y ¿Cuál es el trabajo que debemos llevar a cabo
mientras estamos aquí, justamente antes de recibir la inmortalidad? Es preservar nuestros
cuerpos santos, nuestros espíritus puros, para que se mantengan sin mancha en medio de
las corrupciones que hay alrededor de nosotros en estos últimos días.” (Testimonies, tomo
2, páginas 355, 356; Cursiva añadida).
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Al poner el énfasis sobre ciertos aspectos de estos pasajes y empujando su redacción literal
al límite, es posible llegar a una conclusión similar a ésta: Cristo vino para que la imagen
de Dios puede ser reproducida en el hombre. A través de la obediencia viene la
santificación de cuerpo, alma y espíritu, y todo el mundo que obedece alcanzará la
condición de impecabilidad en la que vivió Adán. Ya que es aquí, en este mundo, que
nuestros cuerpos y espíritus de ser preparados para la inmortalidad, se deduce que tenemos
que llegar a un estado de santificación total durante nuestras vidas presentes antes del final
del período de prueba.
De acuerdo con este punto de vista, la obra del Espíritu Santo y las experiencias de los
creyentes en la vida presente son suficientes por sí mismas para completar el proceso de
restauración. Es por ello que sus defensores dicen que la última generación de creyentes
será capaz de llegar a la condición en la que van a ser digno de ganar el veredicto final de
aprobación de Dios en el juicio previo al advenimiento sobre la base de sus logros
personales. Dios no los condenará a ellos, porque ya no tienen nada malo en ellos. Él los
aceptará porque la plenitud espiritual que lograron en su vida personal los hace dignos de
su aceptación. La imagen de Dios – que abarca tanto su carácter personal y su naturaleza
básica como seres humanos – ya ha sido completamente restaurada. Como resultado de
ello, son perfectamente rectos, como Jesús, y por lo tanto dignos de la vida eterna.
Parece bastante obvio que uno puede construir como "bueno" un caso y encontrar la mayor
cantidad de "apoyo" en Elena de White para la idea de que el cuerpo del hombre tiene que
ser restaurado a la perfección sin pecado como para cualquier otro aspecto de la doctrina
de la carne santa. Por lo tanto, si este concepto de hecho representa exactamente lo que
enseñó Elena de White, entonces la iglesia no debería haber tenido dificultades para
aceptar esto como una posición verdaderamente adventista.
Eso definitivamente no ha sido el caso, sin embargo. En su lugar, nos encontramos con lo
siguiente: 1. La Iglesia Adventista nunca ha respaldado la idea de que la imagen de Dios
– que abarca las dimensiones morales, espirituales y físicas del ser del hombre – será
completamente restaurado en el creyente antes del final del período de prueba. 2. A pesar
de que la lectura literal de muchos pasajes de los escritos de Ellen White parecen expresar
ideas similares a las que ER Jones, las personas de la carne santa, y sus seguidores
defendían, Elena de White rechazó sus puntos de vista, los reprendió por el mal uso de
sus escritos en apoyo de sus creencias, y advirtió a la comunidad adventista acerca de los
peligros que representan sus enseñanzas para la iglesia en general.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Estos dos factores, por sí solos, deberían habernos mantenido desde siempre en guardia
de nuevo contra tales ideas extremas. Por desgracia, la historia de nuestra iglesia indica
que, si bien el movimiento de la carne santa fue de corta duración, la particular mentalidad
que sus adherentes exhibían, los puntos de vista extremos que proponían, y la metodología
inadecuada que utilizaron en su interpretación de los escritos tanto de las escrituras como
los de Ellen White han permanecido con nosotros. Parece que siempre existe un segmento
de la Iglesia Adventista que inequívocamente se asemeja al antiguo movimiento, que tiene
una fuerte atracción por la idea de la perfección moral completa y la santidad total de la
vida, y que tiene una fascinación exagerada con la perspectiva de llegar a un estado
impecabilidad – de ser como Jesús – antes del fin del tiempo de Gracia.
“Es posible hacer mucho para restaurar la imagen moral de Dios en el hombre, y para
mejorar las capacidades físicas, mentales y morales… Y si bien es cierto que no podemos
reclamar la perfección de la carne, podemos tener la perfección cristiana del alma.
Mediante el sacrificio que se hizo por nosotros, los pecados pueden ser perfectamente
perdonados. No dependemos de lo que el hombre pueda hacer, sino de lo que Dios puede
hacer por el hombre mediante Cristo. Cuando nos entregamos enteramente a Dios, y
creemos con plenitud, la sangre de Cristo nos limpia de todo pecado” (Mensajes selectos,
tomo 2, Pág. 32).
1."Es posible hacer mucho" para restaurar la imagen de Dios en el hombre, para mejorar
las capacidades morales, mentales y físicas. Está claro que es un comienzo, una mejora,
pero no una restauración completa a la perfección moral y la integridad espiritual que Dios
creó inicialmente.
2."No podemos reclamar la perfección de la carne." Dado que la expresión “de la carne”
se refiere realmente a nuestra naturaleza pecaminosa básica como seres humanos
pecadores y no a nuestra sangre, los tejidos y los huesos, este pasaje realmente establece
el hecho de que no podemos reclamar la perfección de lo que somos como seres, y no
simplemente que no podemos perfeccionar nuestro cuerpo físico en esta vida.
3. Podemos tener la perfección del alma. "Mediante el sacrificio que se hizo por nosotros,
los pecados pueden ser perfectamente perdonados." Tenga en cuenta que Elena de White
no vincula la perfección del alma a algo que sucede en el creyente – tal como su
transformación moral, el desarrollo del carácter, y la maduración espiritual. Tampoco se
lo atribuyen a algo que el creyente hace – como su obediencia perfecta y una vida sin
pecado. En cambio, ella asocia la perfección del alma con lo que Dios hace por el creyente
por medio de Cristo, a saber, el perdón perfecto y la total limpieza que sólo la sangre
expiatoria del Salvador puede producir.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
El siguiente pasaje es aún más claro en su rechazo de la idea de que podemos alcanzar la
perfección, mientras que estamos en la carne;
“Si los que hablan con tanta facilidad acerca de la perfección en la carne, pudiesen ver las
cosas en su verdadera luz, rechazarían horrorizados sus ideas presuntuosas… Permitid
que esta doctrina avance un poco más, y llevará a la pretensión que de sus defensores no
pueden pecar; puesto que tienen carne santificada, todas sus acciones son santas” (ibíd.).
1. Aquellos que creen que para nosotros es posible ser perfectos en la carne – es decir, en
nuestra actual condición de pecado como seres caídos – no ven las cosas en su verdadera
luz. 2. Si pudieran ver las cosas como realmente son, ellos rechazarían horrorizados "sus
ideas presuntuosas." 3. La creencia de la perfección en la carne conduce a otro error, a
saber, la idea errónea de que como ya se han convertido en santos, ahora pueden vivir sin
pecar.
Note lo siguiente:
“Era posible para Adán, antes de la caída, desarrollar un carácter justo por la obediencia
a la ley de Dios. Más no lo hizo, y por causa de su caída tenemos una naturaleza
pecaminosa y no podemos hacernos justos a nosotros mismos. Puesto que somos
pecadores y malos, no podemos obedecer perfectamente una ley santa. No tenemos por
nosotros mismos justicia con que cumplir lo que la ley de Dios demanda.” (El camino a
Cristo, p. 62). “La ley demanda justicia, y ante la ley, el pecador debe ser justo; pero es
incapaz de serlo.” (Mensajes selectos, tomo 1, p. 367). “[La ley] no podía justificar al
hombre, porque en su naturaleza pecaminosa no podía guardar la ley.” (Patriarcas y
Profetas, página 373).
La teología de la perfección que estamos debatiendo, tiene por lo menos tres grandes
efectos secundarios negativos:
En primer lugar, después de haber tratado durante un tiempo para llegar a ser perfecto en
carácter y comportamiento, muchos se desaniman y, a menudo renuncian a la cristiandad
por completo. Esto es particularmente cierto en los jóvenes que, por regla general son
demasiado honesto para engañarse a sí mismos en la creencia de que son de hecho cada
vez más perfectamente impecables como Jesús.
En segundo lugar, la creencia en la perfección sin pecado parece tener poco – o casi ningún
– efecto positivo en las vidas de los que lo abrazan. No se observa ninguna evidencia
perceptible de que son mejores padres, vecinos o trabajadores, o que el fruto del Espíritu
– tales como el amor, la bondad, la tolerancia y la fe – ha llegado a un nivel de mayor
madurez en ellos que en el resto de imperfectos discípulos de Cristo pero que están
creciendo.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
1. Aquellos atraídos por tales ideas desarrollan una obsesión con la santidad que es
estrictamente teológica o intelectual. Parecen pensar que lo que realmente importa no es
una prueba tangible de que están cambiando al progresar, crecer y madurar como
cristianos, sino la prueba de que han respaldado la idea de que la perfección sin pecado es
posible en esta vida. Ellos asumen que si sólo se aferran a su creencia, de alguna manera
serán parte del remanente. En consecuencia, por lo general están más preocupados por
convencer a otros acerca de la exactitud de sus teorías que con esforzarse en desarrollar
el fruto del Espíritu en su vida personal.
3. El tercer efecto secundario negativo de la creencia de que podemos estar perfectos sin
pecado en esta vida es su enorme capacidad para engañar a aquellos que lo abrazan,
haciendo extremadamente difícil, ya sea el disuadirlos de sus ideas erróneas o para
llevarlos a una comprensión más equilibrada de el evangelio de Cristo. Ellen White sabía
de este problema por experiencia personal:
“Nos parece triste ver a los que profesan ser cristianos, desviados por las falsas y
cautivadoras teorías falsas de que son perfectos, porque es muy difícil de desengañarlos
y guiarlos en el camino correcto” (la vida santificada, p. 12). “La justicia propia es el
peligro de esta era, por que separa al alma de Cristo. Los que confían en su justicia propia
no pueden entender cómo la salvación viene por medio de Cristo” (Fe y Obras, página
96).
Observe los siguientes puntos: 1. Los que creen que son perfectos – que confían en sus
propios méritos para tener una buena relación con Dios – han sido mal guiados por una
idea errónea y seductora. 2. Por lo tanto, es difícil romper su control sobre ellos y
ayudarles a entender cómo la salvación viene por medio de Cristo. 3. Elena de White
expresó su tristeza y dolor en encontrarlos tan arraigados en su teoría engañosa, que ya no
eran capaces de entender, y están poco dispuesto a aceptar, el Evangelio.
Es importante recordar que una persona no tiene que decir, "yo soy perfecto", para ser
culpable de una actitud tan arrogante que Elena de White encontró tan ofensiva. Si tal
fuera el caso, entonces sus declaraciones se aplican a algunas personas, ya que nadie en
su sano juicio se atreve a hacer tal afirmación. En cambio, ella contradice un tipo particular
de teología, un punto de vista específico, a saber, la teoría falsa y fascinante que la
perfección sin pecado debe ser una realidad para nosotros durante nuestra vida actual.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Para concluir nuestra discusión en esta sección, vamos a declarar lo que consideramos una
comprensión más equilibrada de este concepto – una comprensión que armoniza
plenamente con el escenario teológico basado en los escritos de Ellen White – que hemos
descrito en este libro: la imagen de Dios empieza a ser restaurada en el creyente en el
momento en que se une espiritualmente a Cristo en la conversión, continúa siendo más
completamente reproducida en él durante toda su vida como cristiano, y alcanza su
restauración completa, definitiva y permanente en la segunda venida de Cristo. En ese
momento – cuando el reino de la gloria sustituye al reino de la gracia – Dios devolverá a
todos los redimidos a la condición de perfecta plenitud espiritual con la que creó al hombre
en el principio. Como resultado de su acto recreativo, todos los redimidos podrán entonces
– por primera vez en la historia – reflejar la imagen de Dios en su propia persona tan
completamente como lo hicieron Adán y Eva antes de la caída.
De acuerdo con este punto de vista, la obra del Espíritu Santo y las experiencias de los
creyentes en la vida presente – su cambio, crecimiento y madurez – empiezan el trabajo
de transformación, pero sólo el acto recreativo de Dios en el momento de la glorificación
completara la imagen de Cristo en los redimidos. Puesto que la restauración completa sólo
es posible en la segunda venida, la última generación de creyentes será tan dependiente
de la mediación de Cristo para estar en la presencia del Padre al igual que todos los
creyentes anteriores. A pesar de sus progresos en el crecimiento espiritual y el desarrollo
moral, la última generación NO va a encontrar la aceptación de Dios sobre la base de lo
que son o lo que hicieron, sino por el hecho de que vienen al Padre por medio del Hijo, y
por lo tanto son justos en Cristo.
Desde la idea de que el creyente tiene toda la imagen de Dios – espíritu, alma y cuerpo –
reconstituido en él antes del final del período de prueba no es defendible, algunos han
argumentado que es solo el carácter del creyente el que debe alcanzar un estado de
perfección sin pecado en ese momento. Los siguientes son algunos de los pasajes que
utilizan como argumento:
“A través del plan de redención, Dios ha provisto medios para subyugar todo rasgo
pecaminoso y resistir toda tentación, por fuerte que sea” (Mensajes selectos, tomo 1, p
82;. Cursiva añadida). “Podemos superar, Sí, totalmente, por completo. Jesús murió para
hacer una vía de escape para nosotros, para que podamos superar cualquier mal genio,
todo pecado, toda tentación, y sentarnos al fin con él” (Testimonies, tomo 1, p 144;
Cursiva añadida). “Los que, a través de una comprensión inteligente de las Escrituras, ven
la cruz correctamente, aquellos que verdaderamente creen en Jesús, tienen un fundamento
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
seguro para su fe. Tienen la fe que obra por el amor y purifica el alma de todas sus
imperfecciones heredadas y cultivadas” (ibíd., vol. 6, p 238;... La cursiva).
“Dios espera construir caracteres de acuerdo con el modelo puesto delante de nosotros.
Debemos poner ladrillo a ladrillo, avanzar de gracia en gracia, la búsqueda de nuestros
puntos débiles y corregirlos de acuerdo con las instrucciones dadas” (Conducción del
Niño, página 165). “Por medio de la aflicción, Dios nos revela los puntos infectados en
nuestros caracteres, que por su gracia podamos vencer nuestros defectos” (DTG, página
301). "Juicio es parte de la educación impartida en la escuela de Cristo, para purificar a
los hijos de Dios de la escoria de lo terreno. . . A menudo, él permite que los fuegos de la
aflicción para quemar, para que puedan ser purificados” (Los Hechos de los Apóstoles,
página 524).
Sobre la base de una lectura literal de tales declaraciones, algunos argumentan por la
santificación completa y perfección perfecta algo como esto: 1. podemos superar todas
nuestras tendencias heredadas y cultivadas hacia el mal a través de los medios que Dios
ha provisto. 2. Las pruebas y aflicciones son instrumentos de Dios que nos revelan
nuestros defectos de carácter para que podamos corregirlos. 3. Una correcta comprensión
de la Escritura y la verdadera fe en Jesús purifica el alma de todas sus imperfecciones. 4.
Dios ha proporcionado los medios para resistir toda tentación, por fuerte que sea, para que
la podamos superar totalmente, por completo. 5. Por lo tanto, posiblemente nada podría
obstaculizar a la última generación de creyentes para que lleguen a un estado de total
justicia del ser y de toda impecabilidad de conducta.
Antes de sacar alguna conclusión, ya sea sobre el significado preciso de los pasajes que
acabamos de citar o sobre la verdadera posición de Elena de White sobre el tema, debemos
considerar algunos factores y conceptos esenciales para una correcta comprensión de todo
el problema:
2. El problema se crea cuando empujamos tales pasajes más allá de sus propios límites,
cuando respetamos su redacción, pero no su intención, o cuando hacemos que su
significado sea literal neutralizando los conceptos más profundos y significativos que
contienen. Hay una diferencia radical entre decir, por ejemplo, que Dios usa a menudo las
pruebas y la aflicción para revelar algunos defectos específicos en nuestros caracteres y
afirmar que las pruebas y la aflicción son los medios por los que vamos a superar todas y
cada una de nuestras imperfecciones, para que nosotros podamos alcanzar la perfección
impecable. No tenemos más derecho a reclamar que podemos estar perfectos, sin pecado,
porque Elena de White dice que podemos superar cualquier pecado, que afirmar que
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
podemos tener una teología infalible porque Jesús prometió que el Espíritu Santo "os
guiará a toda la verdad" (Juan 16: 13), o que podemos predecir el futuro, porque Pablo
dijo que "podemos hacer todas las cosas a través de Cristo" (Filipenses 4:13, RV).
Para ilustrar cómo un lector con la ayuda de una metodología defectuosa puede ser
conducido a dificultades teológicas, supongamos que el hermano A y el hermano B leen
los pasajes que hemos citado en la sección B-i. El hermano A está experimentando algunos
problemas espirituales difíciles. Él lucha con algunas tendencias profundamente
arraigadas hacia el mal, lucha con su temperamento tormentoso, y se enfrenta a algunas
tentaciones persistentes en su vida personal. El hermano B, por el contrario, busca el
apoyo de Elena de White para la idea de que la última generación de creyentes debe
superar todas las formas de pecado en sus vidas y desarrollar la perfección impecable del
ser antes de que termine el tiempo de gracia.
Obviamente, cada uno va a interpretar y aplicar los conceptos expresados en los pasajes
de una manera radicalmente diferente de la otra. Lo que cada uno "ve" en ellos, lo que
significan para cada uno personalmente, puede ser polos opuestos. El hermano A
probablemente se dará cuenta de que ninguno de nosotros tiene un problema de pecado
tan único, grave o complicado que Dios no puede ayudarlo a resolverlo. Verá que su caso
no es tan desesperado después de todo, como él se sentía tentado a creer. Y el tomará valor
en la certeza de que, a pesar de lo grave que su problema podría ser, Dios ha provisto los
medios por los cuales el llegará finalmente a encontrar una solución.
Por el contrario, el hermano B utilizara probablemente más citas como evidencia de que
los escritos de Elena de White apoyan sus ideas extremas. Después de todo, si no hay nada
que no pueda ser superado a través de los medios que Dios ha provisto, ¿qué podría
impedir a la última generación de creyentes se conviertan en personas sin pecado
[sinlessnessly] perfecto y como moralmente justo como Jesús mismo?
Es en este punto preciso que una metodología defectuosa nos mete en problemas. Con el
fin de ser fiel al texto, el hermano B debe permitir que Elena de White hable por sí misma.
Él debe comenzar su estudio estableciendo con la mayor precisión posible qué era
exactamente lo que quería decir ella cuando primero escribió estos pasajes. Por lo tanto,
tiene que determinar si ella estaba tratando de demostrar – como es – que el creyente
puede y debe alcanzar un estado de perfección sin pecado antes de que termine de libertad
condicional. Si eso no era lo que pretendía demostrar, a continuación, el hermano B no
tiene derecho a utilizar sus declaraciones en apoyo de sus ideas. Hacerlo sería distorsionar
sus enseñanzas, y por lo tanto sería a la vez éticamente incorrecto y teológicamente
engañoso.
A menos que el hermano B interpreta estos pasajes dentro del contexto temático al que
pertenecen, él va a hacer una construcción diferente de lo que realmente dicen y por lo
tanto hacer que signifiquen algo radicalmente diferente de lo que Elena de White tuvo en
mente escribir. Como resultado, los conceptos que ella trató de expresar y las ideas que
defiende el hermano B no tendrán relación, a pesar de la similitud en el lenguaje utilizado.
Un pasaje es válido y correcto cuando se interpreta y aplica como el autor quería que
fuera, pero puede conducir a graves dificultades teológicas cuando hacemos caso omiso
de cualquiera de sus límites, su intención, o su significado más profundo.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
Por lo tanto, la garantía de la victoria dada en pasajes como los que estamos considerando
aquí, no es algo nuevo y diferente y que no era real antes, pero se convirtió en una
posibilidad en el momento que Elena de White escribió sobre él. Mucho menos se trata
de una promesa especial que se aplica sólo a la última generación de creyentes que se
preparan para el juicio previo al advenimiento, el fin del tiempo de gracia, y el tiempo de
angustia. Por el contrario, sus declaraciones se extienden a todos los creyentes de todas
las generaciones, y por lo tanto no deben ser tratados como si fueran ya sea una obligación
particular o un privilegio exclusivo de la última generación.
Esto nos lleva a algunas preguntas cruciales: Si la obtención de la victoria sobre todo lo
que hay que superar para alcanzar la perfección sin pecado fuera tan simple como los
pasajes citados en la sección B-1 parecen indicar, ¿por qué es que nadie nunca ha
trascendido o superado su pecaminosidad personal, la imperfección y la indignidad? ¿Por
qué nadie ha superado su condición caída y logrado con éxito la prestación de la
obediencia perfecta? ¿Por qué ni siquiera los profetas y apóstoles, esos gigantes
espirituales que vivían más cerca de Dios, muchos de los cuales murieron por su fe:
llegaron a alcanzar un estado de santificación total y completa rectitud personal? Note lo
siguiente:
“Ningún apóstol y profeta pretendió haber vivido sin pecado. Hombres que han vivido lo
más cerca de Dios, hombres que sacrificaron sus vidas antes de cometer a sabiendas un
acto pecaminoso, hombres a quienes Dios honró con luz divina y poder, confesaron su
naturaleza pecaminosa. No pusieron su confianza en la carne, no pretendieron poseer una
justicia propia, sino que confiaron completamente en la justicia de Cristo” (Los Hechos
de los Apóstoles, página 561).
Dado que ya discutimos este tema antes, vamos a ofrecer sólo cinco razones básicas que
deberían ayudarnos a responder a nuestras preguntas de forma suficientemente adecuada
para nuestro propósito aquí:
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
La formación del carácter es la obra, no de un día, ni de un año, sino de toda una vida. La
batalla para vencerse a sí mismo, para lograr la santidad y el cielo, es una lucha de toda la
vida. Sin esfuerzo continuo y constante actividad, no puede haber avance en la vida divina,
ni puede obtenerse la corona de victoria” (El ministerio de curación, p 452; Cursiva
añadida).
“La formación de un carácter noble es la obra de toda una vida y debe ser el resultado de
un esfuerzo diligente y perseverante. Dios da las oportunidades; el éxito depende del uso
que se haga de ellas” (Patriarcas y Profetas, página 223). “Las preciosas gracias del
Espíritu Santo no se desarrollan en un momento. El valor, la fortaleza, la mansedumbre,
la fe, la confianza inquebrantable en el poder de Dios para salvar, se adquieren por la
experiencia de años” (Testimonies, volumen 8, página 314; Cursiva añadida).
Sobre la base de estos pasajes, concluimos: 1. Sólo aquellos que empiezan a formar
caracteres nobles desde su nacimiento y siguen haciéndolo con éxito durante toda su vida,
tienen una posibilidad de desarrollar un carácter impecable. 2. Dado que lleva toda la vida
entera formar un carácter recto, se deduce que una persona no lo completa antes de que él
llegue al final de sus días. 3. Debido a que cuando finaliza el tiempo de la gracia, no se
realiza nada, pero todo se interrumpe, también se detiene el proceso del desarrollo del
carácter, frustrando así las posibilidades de su finalización.
Dado que los caracteres rectos pueden desarrollarse sólo a través de la obediencia perfecta,
y nuestra obediencia es, en el mejor de los casos parcial e imperfecta, es lógico concluir
que no podemos formar caracteres de tal calidad que Dios pueda aceptar en sus propios
méritos.
Cuando combinamos los puntos uno y dos, descubrimos que sólo aquellos que rindieron
a Dios una obediencia perfecta durante toda su vida – desde el nacimiento hasta la muerte
– podrían posiblemente alcanzar caracteres justos. Esto deja a Jesús en una categoría única
de por sí mismo, y con razón, ya que Él es el único que ha vivido en completa armonía
con la voluntad de Dios en todos los aspectos a lo largo de su vida. Pero aquellos que
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
pertenecen a uno de los siguientes grupos carecen de las calificaciones o requisitos que
les permitan desarrollar caracteres justos:
2. Aquellos cuyas vidas se ven interrumpidas por la muerte – prematura por medio de un
accidente, la enfermedad, la guerra, etc. – y por lo tanto tienen un período reducido de
tiempo durante el cual a superar su imperfección y así lograr la justicia sin pecado.
3. Aquellos que aceptan el Evangelio tarde en la vida y por lo tanto no tienen un tiempo
de vida completo durante el cual superar sus actitudes pecaminosas, tendencias y malos
hábitos, y reemplazarlos con los hábitos justos. Esto es particularmente cierto con aquellos
que experimentan la conversión por primera vez poco antes del fin del tiempo de gracia.
Ya que "las preciosas gracias del Espíritu Santo son adquiridas por la experiencia de años"
y no tienen más que un corto período de tiempo durante el cual adquirir tales virtudes, hay
que asumir que están automáticamente descalificados.
Evidentemente tenemos un doble problema aquí. Por un lado, es difícil entender cómo
alguien podría promover la idea de que millones de creyentes que viven en la tierra durante
el tiempo del fin, todos completaran la formación de caracteres cristianos maduros justo
antes de que termine el tiempo de prueba. Al igual que cualquier otra generación, ésta
estará formada por personas e individuos de diferentes antecedentes, en características
personales, y experiencia espiritual. Habrá niños pequeños, adolescentes inexpertos,
personas mayores de edad, enfermas y debilitadas. Algunos creyentes serán
experimentados cristianos, mientras que otros serán bebés recién nacidos en Cristo. Dado
que cada uno de ellos tendrá una experiencia única con Dios y se encontraran a sí mismo
en una etapa de cambio, en crecimiento y maduración que es diferente a la de los demás,
es totalmente poco realista esperar que el grupo entero lograra la perfección del carácter,
todos al mismo tiempo.
Por otro lado, es difícil entender cómo uno podría confundir estas teorías con el Evangelio
de las Escrituras. Vimos anteriormente que, según las Escrituras, todos los que aceptan la
obra redentora de Cristo en su nombre tendrán vida eterna. Jesús "es capaz de salvar
perpetuamente a los que vienen a Dios por medio de él" (Hebreos 7:25),
independientemente de su raza, color, ubicación geográfica, el tiempo en particular
cuando vivían, o el punto específico cuando durante su ciclo de vida respondieron al
evangelio en arrepentimiento y fe. Además, hemos visto que todos los hijos e hijas de
Dios en Cristo son herederos del Reino, no sólo los adoptados suficientemente temprano
en la vida, para tener tiempo suficiente en completar supuestamente el proceso de
superación de sus defectos, el desarrollo de caracteres justos, y aprender a vivir sin pecar.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
han vuelto a Dios por primera vez en su lecho de muerte. Del mismo modo, sólo Él sabe
cuántos millones más lo harán, por primera vez en la historia, cuando acepten el Evangelio
en respuesta al derramamiento de la lluvia tardía del Espíritu Santo poco antes del final
de los tiempos.
Ahora bien, si sólo los que superaron todas sus imperfecciones, desarrollaron la rectitud
impecable del ser, y han aprendido a vivir sin pecar estarán seguros para ser salvos,
entonces ninguno de los millones de creyentes de la última hora tendrán ninguna
esperanza de la vida eterna. En ese caso, todos los que han aceptado la gracia salvadora
de Dios poco antes de morir, y todos aquellos que se convertirán en creyentes en respuesta
a la apelación final de Dios justo antes del término del tiempo de gracia, se perderán
eternamente porque no tienen el tiempo necesario para desarrollar la perfección del
carácter. Tal resultado significaría que las promesas bíblicas de perdón y reconciliación a
los que vienen al Padre por medio del Hijo no se aplicarían a ellos; entonces su obediencia
al movimiento del Espíritu, su aceptación del último mensaje de la misericordia de Dios
y su confianza puesta plenamente en la obra redentora de Cristo en su nombre seria en
vano. Una teoría que crea complicaciones como estas está claramente fuera de armonía
con el Evangelio de las Escrituras.
Tres: En pasajes como los que hemos citado en la sección B-i, en el que Elena de White
anima a los creyentes a continuar su lucha cristiana y les insta a alcanzar una meta más
alta y esforzarse por alcanzar la perfección, ella es positiva acerca de sus posibilidades de
éxito. Sin embargo, en los pasajes en los que se describe la experiencia de los que murieron
en Cristo y los que enfrentarán el juicio previo al advenimiento durante su vida, se
presenta un cuadro radicalmente diferente. Como hemos visto antes (en los capítulos
tercero y cuarto), que indica claramente que ni aquellos que vivieron por la fe, y murieron
ni los que viven por la fe, al terminar la libertad condicional alcanzan la meta de la
perfección sin pecado. En ambos casos se menciona específicamente sus "defectos de
carácter" o "caracteres defectuosos" y su "desemejanza con Cristo", y se señala el hecho
de que hayan sido declarados justos delante de Dios estrictamente sobre la base de los
méritos del Salvador imputados a ellos por la fe.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
“El hombre puede crecer en Cristo, su cabeza viviente. No es la obra de un momento, sino
la de toda la vida. Por crecer día a día en la vida divina, no alcanzará la plena estatura de
un hombre perfecto en Cristo hasta que cesa su libertad condicional. El crecimiento es un
trabajo continuo” (Testimonies, tomo 4, página 367; Cursiva añadida). “Mientras reine
Satanás, tendremos que dominarnos a nosotros mismos y vencer los pecados que nos
rodean; mientras dure la vida, no habrá un momento de descanso, un lugar al cual podamos
llegar y decir: Alcance plenamente el blanco. La santificación es el resultado de la
obediencia prestada durante toda la vida” (Los Hechos de los Apóstoles, páginas 560, 561;
cursiva añadida). “En nosotros mismos somos pecadores; pero en Cristo somos justos”
(Mensajes selectos, tomo 1, p 394; cursiva añadida).
En vista de estos factores, llegamos a la conclusión de que cuando Ellen White habla de
la perfección el carácter del creyente, significa algo radicalmente diferente de las ideas
propuestas por E. R. Jones, las personas de la carne santa, y otros. Jones y su grupo hablan
de un producto final – un estado de perfección o meseta o plataforma de impecabilidad
absoluta y justicia total – que el creyente realmente alcanza [en esta vida]. Ellos escriben
de caracteres sin ningún tipo de fallas, defectos o deficiencias, caracteres que tienen la
misma calidad moral y perfección espiritual como el Salvador. Si los que supuestamente
poseen tales caracteres, miran de cerca el carácter de Cristo, y [al contemplar a Cristo] no
logran darse cuenta de sus propios defectos – como Ellen White dice que es el caso de
todos los verdaderos creyentes – Por el contrario, concluyen que efectivamente han
igualado el patrón o modelo absoluto que establece el carácter de Cristo, y por lo tanto
ellos se consideran dignos de la vida eterna.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
“Por los méritos de Cristo, a través de su justicia, que por la fe es imputada a nosotros,
hemos de alcanzar la perfección del carácter cristiano” (Testimonies, tomo 5, página 744;
Cursiva añadida). “Aunque la imagen moral de Dios fue casi borrada por el pecado de
Adán, por los méritos y el poder de Jesús puede renovarse. El hombre puede permanecer
con la imagen moral de Dios en su carácter; la cual Jesús le dará a él” (Ellen G. White, en
la Review and Herald, 10 de Junio, 1890 cursiva añadida).
“Los que rechazan el don de la justicia de Cristo están rechazando los atributos de carácter
que harían de ellos hijos e hijas de Dios. Están rechazando lo único que podría capacitarlos
para ocupar un lugar en la fiesta de bodas” (Palabras de vida del gran Maestro, páginas
316,317; Cursiva añadida).
2. Él hará nuestro carácter hermoso "con su propia gloria" – claramente algo que Él ofrece
y no es algo que desarrollamos.
3. Hemos de alcanzar la perfección del carácter cristiano por los méritos y la justicia de
Cristo imputada a nosotros por la fe. Esto significa que el método o camino para alcanzar
la perfección el carácter no se centra en nuestro crecimiento personal, sino en la mediación
de Cristo en nuestro favor.
4. El creyente tendrá otra vez la imagen de Dios en su carácter porque "Jesús se lo dará a
él."
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
5. La justicia de Cristo, que puede ser nuestra solo como un don o regalo, constituye “los
atributos del carácter” que es lo único que puede hacernos aptos para el Reino.
“Al comprender mejor la infinita pureza de Cristo, nos sentiremos como Daniel cuando
contempló la gloria del Señor y dijo: "Mi fuerza se cambió en desfallecimiento" (Daniel
10: 8). No podemos decir, "Yo no tengo pecado o estoy libre de pecado", hasta que este
cuerpo vil sea cambiado y transformado a la semejanza de su cuerpo divino. Pero si
procuramos constantemente seguir a Jesús, tenemos la bendita esperanza de estar de pie
ante el trono de Dios sin mancha, ni arruga, ni cosa semejante, completos en Cristo,
vestidos con su justicia y perfección” (A fin de conocerle, página 361).
1. No podemos afirmar estar sin pecado hasta la segunda venida de Cristo, momento en
el cual Dios nos restaurará al estado original de perfección de la humanidad sin pecado.
Como hemos señalado antes, la razón por la que no podemos afirmar impecabilidad no es
que haya algo mal con la expresión real de las palabras, sino porque no es cierto.
2. Si buscamos constantemente seguir a Jesús, vamos a estar de pie ante el trono de Dios
completos en Cristo, vestido con su justicia y perfección. Claramente, lo que nos permite
aparecer impecable ante Dios no es la perfección del carácter, que de hecho no hemos
desarrollado, sino la justicia de Cristo que Él nos imputa por la fe.
“Todos los que están verdaderamente santificados tendrán una experiencia similar.
Cuanto más claros sus puntos de vista acerca de la grandeza, la gloria y la perfección de
Cristo, más vívidamente verán su propia debilidad e imperfección. No tendrán ninguna
disposición a alardear de un carácter impecable; lo que parecía correcto y amable en ellos,
en contraste con la pureza y la gloria de Cristo, aparecerá solamente como indigno y
corruptible. Cuando los hombres se hallan separados de Dios, y tienen conceptos muy
vagos de Cristo, entonces dicen:” Estoy sin pecado, estoy santificado” (la vida santificada
- La edificación del carácter, páginas 50, 51; cursivas suministrado).
Note lo siguiente:
1. Este pasaje no describe la condición de los nuevos creyentes o de los que tienen una
precaria vida espiritual. En su lugar, describe a aquellos que, como Daniel, "están
verdaderamente santificados".
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“Cristo presenta delante nosotros la más alta perfección del carácter cristiano, que
deberíamos procurar alcanzar durante toda la vida… Pablo escribe en cuanto a esta
perfección: "No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto:… Sino que prosigo a la
meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús" (Filipenses 3: 12-14.)
(A Fin de Conocerle, página 130; la cursiva).
“El ideal del carácter cristiano es la semejanza de Cristo. Tenemos abierto ante nosotros
un camino para el constante progreso. Tenemos un objetivo que lograr, una norma que
alcanzar, que abarca todo lo que es bueno, puro, noble y sublime. Que haya siempre un
esfuerzo continuo y progreso constante hacia adelante y hacia arriba, en dirección de la
perfección del carácter” (Testimonies, volumen 8, página 64; Cursiva añadida). “Cuando
el corazón anhela obedecer a Dios, cuando se hacen esfuerzos en este sentido, Jesús acepta
esta disposición y esfuerzo como el mejor servicio del hombre, y suple la deficiencia con
sus propios méritos divinos” (My Life Today, p. 250 ; la cursiva).
Estos pasajes reúnen los tres elementos más importantes en relación con la cuestión del
desarrollo del carácter: 1. El estándar que se ha establecido – el ideal hacia el cual debemos
esforzamos – es la semejanza a Cristo. Incluye todo lo bueno, puro, noble y sublime. 2.
El deber del creyente es esforzarse para seguir adelante, debe aspirar a la consecución del
objetivo de la perfección de carácter, para experimentar un avance constante hacia arriba
y adelante a lo largo de su vida. 3. Cuando eso es el objetivo, cuando deliberadamente el
creyente hace lo que Dios sabe que es razonable esperar de él, entonces Jesús acepta su
disposición y esfuerzos y compensa sus deficiencias. Como resultado, el creyente es
aceptado como justo en Cristo, por la fe, a pesar del hecho de que todavía es imperfecto y
sin valor en sí mismo, por su naturaleza [pecaminosa].
En términos generales podemos decir que Dios quiere lograr un doble propósito a través
del plan de redención: (1) Restaurar al hombre a la condición de perfecta integridad
espiritual con la cual al principio lo creó, y (2) Restaurar la relación entre él y el hombre
que el pecado rompió. Esta doble restauración permitirá a los redimidos ser traído de
nuevo en la presencia inmediata de Dios para renovar la unidad espiritual y la comunión
personal con Dios que Adán y Eva disfrutaron antes de la caída.
En la mayoría de los casos, el plan de Dios para llevar al hombre a su estado original llega
a su plena realización en tres etapas básicas:
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
2. Durante su vida.
“Ahora, mientras que nuestro gran Sumo Sacerdote está haciendo propiciación por
nosotros, debemos tratar de llegar a la perfección en Cristo. Nuestro Salvador no pudo
ser inducido a ceder a la tentación ni siquiera en un pensamiento. Satanás encuentra en los
corazones humanos algún asidero en el que pueda hacerse firme; es tal vez algún deseo
pecaminoso que se acaricia, por medio del cual la tentación se fortalece. Pero Cristo
declaró al hablar de sí mismo: "Viene el príncipe de este mundo; mas no tiene nada en
mí" (Juan 14:30). Satanás no pudo encontrar nada en el Hijo de Dios que le permitiese
ganar la victoria. Cristo guardó los mandamientos de su Padre, y no hubo en él ningún
pecado del que Satanás pudiese sacar ventaja. Esta es la condición en que deben
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
encontrarse los que han de poder subsistir en el tiempo de angustia” (El conflicto de los
siglos, p 623;. Cursiva añadida).
Una lectura superficial podría llevar fácilmente a la impresión de que Elena de White
estuvo de acuerdo con la idea de que antes de que termine la libertad condicional, el pueblo
de Dios ha de desarrollar una justicia personal que este a la altura a la de Cristo y aprendan
a vivir sin pecar – incluso ni por un pensamiento – tal como lo hizo Jesús. Después de
todo, el pasaje afirma que el pueblo de Dios tiene que ser perfecto, que Jesús no cedió a
la tentación ni siquiera en un pensamiento, que Satanás no podía encontrar en él ningún
pecado del cual utilizar a su favor, y que esta es la condición que deben encontrarse
aquellos que pasarán por el tiempo de angustia.
Sin embargo, tras una investigación más profunda, llegamos a la conclusión de que tal
interpretación es inaceptable. En primer lugar, porque crea algunos problemas serios.
Consideremos sólo tres de ellos:
1. Si Ellen White realmente creía que el pueblo de Dios puede y debe alcanzar un estado
de perfección sin pecado – al igual que Jesús – antes de que termine de libertad
condicional, entonces es muy difícil de entender por qué ella se opuso al pastor ER Jones
tan decisivamente cuando promovió tal idea. También es difícil ver cómo podría haber
defendido las mismas enseñanzas que ella llamó un engaño, pruebas artificiales hechas
por el hombre, un mensaje de error que impide que el verdadero mensaje de Dios sea
aceptado, etc. Tal curso de acción habría sido totalmente incompatible – una evidente e
inaceptable contradicción que habría dañado gravemente su credibilidad con los que
querían tomarla en serio.
2. Hacer que el pasaje apruebe las ideas de ER Jones lo pone en tensión con su contexto
conceptual. Como hemos visto anteriormente, el capítulo es una parte que establece que
el pueblo de Dios que vive a través del tiempo de angustia no es más impecable, justo, o
dignos de la salvación que cualquier generación anterior de creyentes. Ella afirma que
ellos no pueden ver nada bueno en toda su vida y son plenamente conscientes de su
imperfección, debilidad y falta de mérito, y, en consecuencia, dependen de Cristo para
una buena relación con Dios. Tienen la certeza de la vida eterna, no porque ellos
trascienden su condición perdida y alcanzan la plenitud espiritual total como Jesús, sino
porque se han arrepentido de su pecado y aceptan totalmente la obra redentora de Cristo
en su nombre.
3. Si el pasaje citado realmente establece que los que van a pasar por el tiempo de angustia
deben estar tan libre de pecado y ser tan justo como Jesús, entonces esto se contradice con
un número considerable de conceptos significativos claramente establecidos en otros
lugares en los escritos de Elena de White. En ese caso, sus escritos, no aportarían ninguna
ayuda para la aclaración de la dinámica del plan de Dios para la salvación del hombre
pecador. Por el contrario, abogan por dos puntos de vista simultáneamente opuestos, ellos
confundirían y engañarían al lector ya que el conjunto particular de los escritos y pasajes
que el consultará primero determinaría sus conclusiones. Una interpretación que conduce
a este tipo de problemas significativos tiene que ser descartada como inadecuada.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
que lo examinamos de cerca, encontramos que contiene cuatro conceptos principales que
debemos tener en cuenta a fin de comprenderlo correctamente:
1… "debemos tratar de llegar a la perfección en Cristo." Hay una diferencia sutil, pero
muy significativa entre el deseo de "llegar a ser perfectos EN Cristo" y tratando de ser
perfecto COMO Cristo. Para ser perfecto como Cristo debemos ser tan justos, santos y
dignos en nosotros mismos como lo fue Jesús en sí mismo. Se trata de lograr en nuestras
vidas una plenitud espiritual igual a la perfección del Salvador en todos los aspectos. Pero
ese no es el objetivo que este pasaje presenta ante el creyente. En su lugar, se desafía al
creyente a ser perfectos en Cristo, que, como hemos visto anteriormente, particularmente
en el primer capítulo, esto significa ser justo por los méritos de Cristo imputados a
nosotros por la fe.
2. "Ahora, mientras que nuestro gran Sumo Sacerdote está haciendo propiciación
por nosotros, debemos tratar de llegar a la perfección en Cristo." Dos razones nos
obligan a ser perfectos en Cristo ahora, mientras que Jesús sigue haciendo expiación por
nosotros –, ¿por qué? "Los que tardan en prepararse para el día del Señor no podrán
hacerlo en el tiempo de la angustia ni en ningún momento subsiguiente. El caso de los
tales es desesperado"(ibíd., p. 620).
En primer lugar, porque el perdón de Dios por nuestro pecado y la justicia salvadora de
Cristo por medio de los cuales somos aceptables a Dios, están mediadas sólo a través de
Cristo mientras ministra activamente en nuestro nombre en la presencia del Padre. Por lo
tanto, se deduce que si queremos que nuestros pecados puedan ir de antemano al juicio y
sean borrados, si queremos estar cubiertos por la justicia imputada de Cristo, y así estar
de pie perfectos ante el tribunal de Dios, entonces debemos asegurar el perdón de Dios y
valernos de los méritos del Salvador antes de que Jesús deje de mediar en nuestro nombre.
En segundo lugar, porque nuestro destino eterno será sellado para siempre en ese punto
del tiempo cuando Jesús complete su ministerio mediador asegurando el veredicto de
aceptación final e irreversible de Dios. Una vez que el juicio cesa y nuestros casos están
cerrados de forma permanente, ya será demasiado tarde para hacer algo para cambiar la
decisión de Dios. Ahora estamos en periodo de prueba, ahora es el día de salvación. Por
lo tanto, todo lo que nos proponemos hacer para afectar nuestro destino eterno de un modo
u otro tenemos que hacerlo ahora. El caso de aquellos que no pueden llegar a ser perfectos
en Cristo – ahora mientras El mediador ministra en nuestro nombre – "es desesperado",
precisamente porque una vez que Jesús complete su ministerio mediador en el cielo, los
beneficios de su obra redentora ya no estarán disponibles para ellos. Como resultado, han
perdido el único medio por el cual pueden ser reconciliados con Dios y ser adoptado en
su familia de creyentes.
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
dice que ellos tienen que llegar a un punto en su vida donde ya no pueden o no quieren
ceder a la tentación, un punto en donde se reconoce que ellos se niegan a pecar
deliberadamente.
“Satanás no pudo encontrar nada en el Hijo de Dios que le permitiese ganar la victoria.
Cristo guardó los mandamientos de su Padre, y no hubo en él ningún pecado del que
Satanás pudiese sacar ventaja.”
Podemos ver de este modo que el pasaje citado está diciendo en realidad es que los que
permanecerán firmes en el tiempo de angustia deben llegar a la "condición" de no tener
pecados acariciados, deseos que Satanás podría utilizar a su favor en su empeño de
provocar su ruina eterna. El siguiente pasaje nos ayuda a comprender su experiencia:
“Cuando estemos revestidos por la justicia de Cristo, no tendremos ningún gusto por el
pecado; pues Cristo obrará dentro de nosotros. Quizás cometamos errores, pero
aborreceremos el pecado que causó los sufrimientos del Hijo de Dios.” (Ellen G. White,
en la Review and Herald, marzo 18 de 1890).
Sobre la base de estas consideraciones llegamos a la conclusión de que este pasaje de los
escritos de Ellen White indica que los que han de pasar a través del tiempo de angustia
debe tener las siguientes tres características: En primer lugar, son perfectos en Cristo.
Están totalmente perdonados – limpiados en la sangre expiatoria de Cristo – y cubierto
por los méritos imputados del Salvador, en virtud de las cuales se presentan ante el Padre
justos en Cristo, por la fe. En segundo lugar, no pecan intencionalmente, deliberadamente
e intencionalmente. Y en tercer lugar, no acarician ningún deseo pecaminoso por medio
del cual Satanás pudo obtener la victoria sobre ellos.
Es importante señalar que los requisitos aquí descritos no representan ni un estándar más
alto que lo que Dios ha exigido en el pasado ni un nuevo método para asegurar la
aprobación de Dios y ser considerados dignos de la vida eterna. Al menos cuatro
conceptos básicos discutidos anteriormente confirmar esto:
2. La única manera para que cualquier ser caído pueda lograr la perfecta justicia del ser y
la completa impecabilidad de la conducta, siempre ha sido a través de la justicia imputada
de Cristo. La última generación encontrará la aceptación por parte de Dios exactamente
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PERFECTO EN CRISTO – HELMUT OTT
3. Hemos visto anteriormente que en el pasado algunos han vivido tan cerca de Dios que
ellos habrían elegido morir antes que cometer a sabiendas un acto pecaminoso. Habían
llegado a la condición descrita en el pasaje que estamos considerando. Sin embargo, se
dieron cuenta de que a pesar de su compromiso radical y de su fidelidad extraordinaria a
Dios, eran tan dependientes de los méritos de Cristo como cualquier otro ser caído. Es por
eso que confesaron su pecado y maldad, reconocieron su falta de mérito, y confiaban
plenamente en su obra redentora, imputada a ellos por la fe, para tener una buena relación
con Dios.
4. La experiencia de la Iglesia remanente – los creyentes que están vivos durante el tiempo
de angustia – será similar a la de los fieles hijos de Dios en el pasado. Ellos se esfuerzan
por vivir en armonía con la voluntad de Dios, sinceramente se arrepienten de su pecado,
y se abstienen deliberadamente de manera consciente de tener cualquier deseo pecaminoso
acariciado. Y, aún ellos confesarán su pecaminosidad, reconocer su indignidad y llorarán
por sus defectos. Es por eso que dependerán de la obra redentora de Cristo en su nombre
tan completamente como lo hicieron todos los creyentes anteriores.
Esta comprensión del pasaje que estamos considerando tiene muchas ventajas
significativas sobre la interpretación que hemos mencionado antes:
En primer lugar, permite que el pasaje hable por sí mismo sin leer en el lo que realmente
no está allí o empujándolo más allá de sus propios límites. En segundo lugar, conserva
una consistencia natural entre el pasaje y su contexto – discutido previamente en el quinto
capítulo temático. En tercer lugar, armoniza con los muchos comentarios de Ellen White
hace sobre este tema en otras partes de sus escritos – algunos de las cuales hemos discutido
en este libro. En cuarto lugar, evita los graves problemas creados por la interpretación que
intenta armonizarlos con los puntos de vista expuestos por perfeccionistas tales como E.
R. Jones y otros. Y en quinto lugar, lo podemos fundamentar adecuadamente desde las
Escrituras.
Existirán muchas diferencias entre los redimidos al entrar en la ciudad de oro. En sus vidas
en la tierra algunos de ellos habían sido altamente educados y estaban bastante
familiarizados con lo que Dios ha revelado sobre su plan de redención. Otros no tenían
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ninguna educación en absoluto – ni siquiera habían oído una cosa tal como una Biblia.
Algunos habían sido honestos, personas moralmente irreprochables incluso antes de que
se convirtieran en hijos e hijas adoptados de Dios en Cristo. Otros habían sido criminales
que tuvieron que luchar con sus malas tendencias y hábitos viciosos toda su vida. Algunos
respondieron al evangelio en arrepentimiento y fe mucho antes de que sus casos llegaran
para su revisión en el juicio previo al advenimiento, y en consecuencia hicieron progresos
considerables en su desarrollo del carácter y en la modificación del comportamiento. Sin
embargo, otros aceptan la gracia reconciliadora de Dios en "la undécima hora" y, por
tanto, apenas experimentaron cambios en su totalidad.
Todas estas son diferencias reales y significativas. Sin embargo, todas ellas son
circunstanciales, y por lo tanto no tienen ninguna influencia en el destino eterno de las
personas involucradas. En lo que se refiere a la base o fundamento para su salvación, todos
los redimidos tendrán el mismo terreno y la misma base. Si Dios los hubiera juzgado y
recompensado sobre la base de lo que realmente eran y lo que en realidad habían hecho,
entonces, todos sin excepción se habrían encontrado culpables delante de él. Ninguno de
ellos habría sido digno de la vida eterna. Pero debido a que los trató sobre la base de su
respuesta a la salvación que él [Dios] siempre proporciono en Jesucristo, es que todos
ellos fueron hechos participantes con Él [Jesús] de la herencia del Padre.
“Que esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, para todos los que creen.
Porque No hay diferencia, por cuanto todos pecaron y están privados de la gloria de Dios,
siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo
Jesús… [Dios] lo hizo para demostrar su justicia en el tiempo presente, de manera de que
Él sea el justo, y el que justifica al que tiene fe en Jesús.” (Romanos 3:22-26).
Por eso es que Jesucristo será el Primero y estará en primer lugar sobre todos los redimidos
en la tierra nueva.
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