Anabella Dennet - ¡Porque Lo Digo Yo!

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This story was first published on June 25th, 2009, and was last updated on
September 27th, 2011.

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feature requests etc. to [email protected].
Table of Contents

Summary
1. Bienvenidos a la rutina
2. Primeras Impresiones
3. Por Dios, ¡Bañate!
4. Come Pastel Y Dime Tu Verdad
5. ¡OoOPsii!
6. Pruebas
7. ¡Lento Coctel!
8. Aceptación
9. ¡Esto esta mal!
10. Confundido
11. ¡Hey! ¡Eso es trampa!
12. Recuerdos de un fenomeno
13. Esta es la verdad
14. ¡Odio los Lunes!
15. Inoportuno
16. ¡No quiero traumas!
17. Terriblemente jodido
18. Deberías saberlo
19. Juntos
20. interesante ¿Ha?
21. No se quedara así
22. ¡Preparate! Inicio del final
23. ¿Qué? Todos menos tu
24. Cerca del final
25. Epilogo: Por siempre

-3-
Summary

Bella es la nieta de un rico empresario, quien nunca esta en casa, y la deja bajo el
cuidado de "tutores", pero ninguno puede durar mas de 6 meses, hasta que llega
Edward Cullen a ponerle los pies en la Tierra a Bella. La batalla por el poder
comienza!

-4-
Bienvenidos a la rutina

Los personajes principales no me pertenecen, solo inventare uno que otro,


la trama si es mia.

Bella POV.

Estaba recostada sobre mi cama con una almohada sobre mi cabeza.

No quería pensar en nada.

Otro tutor mas que se iba.

Otro regaño de mi abuelo.

Otro tutor nuevo.

Otros nuevos problemas.

Bufé. Siempre la misma historia, ya estaba harta de tutores que intentaban


llevarme por un buen camino, ya estaba harta de tener que ser la nieta de un gran
empresario, ya estaba harta que toda la gente fuera amable conmigo por lástima o
por interés.

Suspiré.

Escuché los gritos del Sr. Jones, mi tutor, perdón mi ex – tutor, hablaba con mi
abuelo, palabras como Niña sin modales o No conoce límites resonaban por toda la
casa, o debería decir mansión.

Mi abuelo trataba de convencerlo de quedarse, por lo menos hasta encontrar a


alguien más que se ocupara de mí.

Eso era algo que nunca entendí de él, ¿Por qué demonios me adopto si no iba a
tener tiempo para cuidarme?

-5-
Muchas imágenes acudieron a mi mente de golpe, mi mamá tirada en el suelo del
baño llena de sangre, mi padre gritando como loco, policías entrando y saliendo de
mi casa, interrogando a todos sobre todo, a mi abuelo gritándole a mi padre, y a una
pequeña niña arrinconada con lagrimas corriendo por sus mejillas por la pérdida de
su madre.

Esa niña era yo, hace 10 años, la noche en la que mi madre se suicido.

Me quité la almohada con un movimiento brusco y la aventé; las lágrimas


comenzaban a acumularse en mis ojos, me paré y salí de mi habitación. Necesitaba
aire, necesitaba olvidar todo eso, aquello que me había convertido en lo que soy, un
chica con un escudo a su alrededor, que nadie podría jamás quitar.

Mi madre se había suicidado, y dos semanas después, mi padre me había vendido,


¡Mi propio padre!

Llegué al jardín trasero y me metí en mi escondite, atrás de un montón de árboles


enormes y de gran follaje, y deje que las lágrimas fluyeran.

Mi padre no me vendió a alguien al azar, no, mi propio abuelo me había


"comprado", asegurando que estaría mil veces mejor con el que con un viejo
vagabundo sin trabajo y alcohólico.

Un sollozo desgarrador abandonó mi garganta.

¿Por qué seguía pensando en lo mismo?

¿Por qué no entendía que sólo me hacía más daño a mi misma?

¿Por qué mi padre me regaló como si fuera una muñeca?

"Es lo mejor para los dos Bella"- había dicho mi padre el día que nos
despedimos-"Yo no puedo atender a una hija, no puedo"-dijo mientras se ponía de
pie y me daba la espalda, sin remordimientos, sin lágrimas, sin dolor-"Tu abuelo te
puede dar la vida que te mereces, y que tu madre siempre quiso para ti"- al
mencionar a mi madre su voz estaba llena de rabia contenida y de resentimiento.

Nunca entendí porque mi padre odiaba a mi mamá, y nunca pude ver la infeliz que
ella era, y que fingía ser feliz solo por mí, pero no pudo más, el infierno que mi
padre había creado en nuestra casa acabo con ella, antes de que yo pudiera notarlo
y hacer algo al respecto.

-6-
Las lágrimas contenidas todos estos años salían sin que yo pudiera hacer algo para
detenerlas, se derramaban por mis mejillas, dejando un rastro húmedo por toda mi
cara.

Sentía que el abismo en mi pecho se abría, ese abismo con el cual había estado
luchando por tantos años, ese abismo en el cual no quería volver a caer.

Mi vida ahora estaba bien, ¿no? Tenía todo lo que cualquier chica desearía, dinero
y una gran casa, claro, que la riqueza viene acompañada de un sentimiento peor, la
soledad.

Mi abuelo era dueño de una empresa de software, todo el tiempo estaba de viaje,
lo veía cada 6 meses, así que la vida que él le había prometido se fue por el caño, y
cada vez que mi abuelo se iba, tenía que dejar a alguien a cargo de mi, mis "tutores"
como yo los llamaba, no eran precisamente eso, porque ellos no me educaban, yo iba
a una escuela normal, ellos solo se encargaban de mis asuntos, de ser como, un…
pues… un padre, solo que a ellos les pagaban muy bien. Claro, ninguno duraba más
de 6 meses, ninguno era capaz de, seguirme el ritmo, por así decirlo.

Suspiré mientras me limpiaba las lágrimas con la magna de mi suéter, ya no había


más lágrimas, ya no más.

Solo quedaba esperar a que mi abuelo me buscara gritándome y pidiéndome


explicaciones de porque no puedo conservar un tutor por más de un año, y
amenazándome con mandarme a un convento en Rusia, etc. etc.

"Espero que Alice no tardé en llegar"-pensé mientras me recostaba en el pasto


verde y miraba el cielo azul, con las nubes que parecían algodón, como me
tranquilizaba el cielo.

Poco a poco los sollozos se calmaron y mi cuerpo dejo de tener temblores, bien, lo
malo había pasado.

"Sabía que aquí estarías"-escuché la suave voz de Alice. Alice Brandon, ha sido mi
mejor amiga desde que me mudé aquí, ella me apoyo en todo, juntar crecimos,
juntas reímos, juntas lloramos, juntas hicimos todo, ella era la única que en verdad
conocía a la verdadera Bella, a la versión verdadera de mí, no a aquella imagen que
con el tiempo había creado para que nadie me hiriera, porque no podía seguir
siendo vulnerable-"Así que, ¿Qué fue esta vez?"-mi miró con una ceja alzada,
mientras se recostaba sobre mi abdomen.

Suspiré y me aclaré la garganta.


-7-
"Le hice un cambio de look, al Sr. Jones"- Alice se incorporó y me miró con los ojos
desorbitados, -"Se que quizá fui demasiado lejos, pero ya casi se cumplían 7 meses,
y eso rompería con la cadena de no más de 6 meses"

"¿Qué clase de cambio de look?"-preguntó Alice después de que se tranquilizó.

"Le quité el bigote y le decolore el cabello"-me detuve un momento a pensar en


cómo fue que no se despertó cuando le arranqué el cabello del bigote,
definitivamente ese señor tenía el sueño muy pesado-"Y puede que le haya dejado
unos mechones azul eléctrico".

Alice me miró seria por un segundo y luego estalló en carcajadas.

Todo era rutina, cada 6 meses, después de hacerles el trabajo imposible a mis
tutores, les hacía una broma final, para ser la gota que derrama el vaso, y hacer que
salgan corriendo de mi casa, maldiciéndome por ser una adolescente demoníaca.

"Bella, algún día le vas a provocar a tu abuelo canas verdes"-dijo mientras se


limpiaba las lágrimas que salieron por causa de la risa.

"Bueno, me sobró mucho decolorante, el día que le salgan, se las pintamos y


problema solucionado"

Estallamos en risas por mi respuesta, Alice tenía ese don de hacerme reír, a pesar
de haber estado llorando minutos atrás, con ella al lado, parecería que mi vida había
sido una maravilla.

"¡ISABELLA MARIE SWAN!"-se escuchó los gritos de mi abuelo por la puerta


principal.

Las risas cesaron inmediatamente y nos miramos mutuamente.

"Creo… que… te…llama…"-dijo Alice entrecortadamente.

Dije que si con la cabeza, y le indiqué que fuéramos a donde se encontraba mi


abuelo, antes de que llamara a todos los sirvientes a buscarme.

Al entrar a la casa, estaba Anita, mi nana en el recibidor, al lado del piano, con
cara de miedo y frustración.

"¿En el estudio?"-pregunté con un suspiró, todo esto era tan repetido.

-8-
Anita asintió y me miró con ojos suplicantes.

"Tranquila nana, esta vez seré cuidadosa con mis palabras"

"Por favor, mi niña, selo"-dijo Anita, con su acento francés marcado.-"No quiero
verte en un avión hacia un convento en Rusia"

"Tranquila nana, no lo harás. Me ataré primero a esta casa antes de irme."

Me sonrió nerviosamente ante mi afirmación

"Alice, espérame aquí"- le indiqué a mi amiga, ella solo asintió y se sentó en la


sala.

Tomé aire y me encaminé al estudio de mi abuelo.

La sensación de Deja-Vu estaba Tan presente, que sentía que esto era un cuento
que se repetía una y otra vez, solo con unos pequeños cambios en los detalles.

"Abuelo"-dije entrando-"¿Me llamabas?"-dije con tono inocente, pero en mi cara


bailaba un sonrisa de satisfacción que no podía ocultarla.

Mi abuelo se giró para quedar de frente a mí, su ceja blanca estaba fruncida, su
cabello del mismo color estaba desordenado, se notaba que se paso la mano por él,
signo de nerviosismo.

"Isabella"-me estremecí al escuchar mi nombre completó, odiaba que me llamaran


así-"¿Cuántas veces vamos a pasar por esta situación?"-estaba hablando calmado,
todo lo contrario a como yo creí-"¿Por qué no puedes aceptar a algún tutor? Todos
se preocupan por ti, y quieren lo mejor para ti.

"No abuelo"-suspiré mientras cerraba los ojos-"Se interesan porque les pagues. Su
interés por mí no es real, solo quieren el maldito dinero"

"Isabella"

"Bella"-corregí

"Bella, sabes que no quiero enviarte a un convento, pero mi trabajo me exige


viajar, y no puedo estar aquí para cuidarte, y tú haces que corran todos los que
pueden cuidarte, no me dejas muchas opciones"

-9-
"Abuelo"-dije mientras me ponía de pie y caminaba hacia el-"Yo sé cuidarme sola,
¿Cuántas veces debo explicártelo"

El abuelo rodó los ojos.

"Si, eso me queda claro Bella. Pero, verás, sigues siendo menos de edad, necesitas
a alguien que firme todos los documentos por ti, alguien que maneje todo lo legal y
que te pueda poner los limites necesarios, y lamentablemente, esa persona no puedo
ser yo, ni tú misma."

"¿Qué hay de mi nana?"

"Bella, tu nana te quiere demasiado como para regañarte o exigirte algo."-Tomó


aire y me miró con esos ojos chocolate que había heredado de él-"He llegado a la
conclusión de que, quizás alguien joven te pueda entender mejor, y tú puedas
soportar estar a cargo de él. Así que hablé con mi viejo amigo Carlisle Cullen, y su
hijo, Edward de 22 años va a ser tu tutor."

"¿Un adulto que acaba de dejar de ser adolescente va a estar a cargo de


mi?"-pregunté atónita, no podía llegar tan bajo.

"Así es, pensé que sería lo mejor y lo más fácil. Edward llegará esta noche, así que
por favor arréglate, y cámbiate para la cena de esta noche".

Bufé pero asentí, como era de esperar, un nuevo tutor.

"Bella, una cosa más"-dijo mi abuelo acercándose a mí, y tomándome por los
hombros-"Por favor, Bella, mi niña, no lo arruines esta vez, si esta vez no funciona,
te enviare a ese convento"-pensé que quizás estaría jugando, pero al ver en sus ojos
esa nota de dolor, un balde de agua fría cayo por todo mi cuerpo, era verdad, en
realidad me enviaría a un convento en Rusia.

Asentí lentamente mientras salía del estudio y me dirigía a mi cuarto.

Esto sería más difícil de lo que pensé, estaba en una encrucijada, Soportar a un
nuevo tutor o Un boleto directo a Rusia.

No sé cuál de los dos sonaba peor.

Me dejé caer sobre mi cama y volví a cubrirla con una almohada.

Sentí a Alice acomodarse en unos de los pufs de mi habitación.


- 10 -
"Alice, esto es mi sentencia de muerte"

Ho0la Ho0la..!

Aquí otra vez yo, esta vez con mi nueva creación..!

=D

Si, se que al principio fue un poco duro y triste, pero es parte fundamental
de la historia, jeje, pero les prometo que este es el único capítulo a si de
deprimente… Bueno, solo en el pasado de Bella, el resto de la historia va ser
cómica con drama, y va a ser solo al principio, una relación de odio-amor,
después… todo será miel sobre abejas.. y después… jajaj ya no les diré, si no
les cuento toda la historia aquí.

Bueno, por favor.

Sean sinceros con sus opiniones sobre la historia.

Dejen reviews.. Por favor…

Ahh… y para las lectoras de Destino Empeñoso mañana mismo subiré


capitulo, y tambien aquí.

Mañana se conocerán.

Las primeras impresiones son las que cuentan..

Diganme.. ¿Quieren que el próximo capitulo sea un Edward POV.. o le sigo con
Bella?

Ustedes deciden

Bueno

Me voii

Las quiere..

Annie-Cullen-Massen..!

XOXO
- 11 -
Primeras Impresiones

Ho0la..!

Otra vez yo..!

Debo decir.. wow..!

Nunca pensé en tener tantos reviews en el primer capi.:!

Eso debe ser buena señal

Me encanta que les encante la historia..! n_n

Pues muchas me pidieron que también hiciera Edward Povs.. y si los haré,
pero por este capi también será Bella POV.

En serio.!

Mil gracias por sus comentarios y por hacerme saber sus opiniones..!

Cualquier duda déjenme review n_n

Aquí les dejo el capitulo de hoy.

Bella POV

Alice estaba poniendo algo de sombra en mis ojos, después de haberme peinado
insistió tanto en maquillarme que no pude decirle que no; además de que Alice
utilizaba el chantaje típico de los ojitos de cachorro abandonado que nadie puede
resistirse.

"Alice"-dije mientras leía una revista de hace más de 5 años.-"Explícame otra vez
la razón por la cual estoy siendo vestida y maquillada como si fuera a un desfile de
modas en París"

- 12 -
Alice rodó los ojos y suspiró.

"Simple, porque es parte de la apariencia"

"¿Apariencia?"-pregunté

"Si, Bella"-contestó con un tono impaciente-"Es para que el nuevo tutor crea que
su trabajo va a ser sencillo y que tendrá que cuidar a un ángel, en lugar de un
demonio"

"¡Oye!"-le reclamé mientras reíamos.-"¿Qué piensas? Yo soy linda por naturaleza.


El problema es que ninguno tiene la paciencia para soportarme"

"Si, bueno, creo que la paciencia de cualquier ser humano se agotaría teniendo
que cuidar a alguien como tu, haciéndole pasar rabietas, unas cuantas bromas que
le harán perder cabello o alguna que otra neurona, sin contar que te alucinarán
hasta en sus sueños"

Rodé los ojos, aunque sabía que tenía razón, me daba lastima quien quiera que
tuviera que pasar por ser mi tutor, no era nada en contra de ellos, la mayoría eran
geniales, pero mi carácter no era nada fácil de controlar y ellos eran lo primero que
trataban de hacer, controlarme.

"Así que tengo que soportar esta tortura, ¿por qué es el plan para engañar al
nuevo tutor? No es justo"- crucé mis brazos sobre mi pecho como una niña pequeña.

"Vamos Bella, coopera, además"-dijo sentándose delante de mí, al parecer ya había


terminado, ¡Gracias a Dios!-"Casi nunca tengo la oportunidad de maquillarte y
vestirte a mi gusto, sigo sin entender porque a pesar de todo el dinero que tienes,
sigues odiando ir de compras, maquillarte, peinarte, y todo lo que incluya
embellecerse."-dijo mientras me miraba ceñuda, como si fuera un delito que no me
gustara todo eso.-"Pero bueno, eso no importa, ve y cámbiate"-dijo señalando mi
closet-" El vestido que elegí es el que esta colgando, y los zapatos de tacón a juego."

"¿Tacón?"-pregunté mientras pasaba saliva notoriamente, no era un secreto que


mi equilibrio ponía en peligro cada segundo mi integridad física, y ¿esperaba que
usara tacones?

"Bella, estas en tu casa, nadie te va a ver, no te caerás"

"¿Has visto las escaleras?"

- 13 -
Alice rodó los ojos mientras me empujaba hacia el closet, vaya, para ser tan
pequeña tiene demasiada fuerza.

Alice y yo estábamos sentadas en la mesa, en una larga mesa, tomando un poco de


agua, esperando a que llegaran nuestros, ¿cómo llamarlos?, invitados.

"¿Por qué seguimos aquí?"-preguntó Alice por tercera vez.

"Porque los, invitados, están en el estudio con el abuelo, arreglando los últimos
detalles del "acuerdo", mientras eso pasa, nosotras esperamos como moscas a que
ellos salgan".

"¿Por qué como moscas"-preguntó Alice, agggg, ¿Tenía que fijarse en cada uno de
los mas mínimos detalles?.

"No lo sé, Alice, fue la primera palabra que se me vino a la mente"

"Porque, digo, estamos demasiado lindas como parecer moscas, ¿no crees?"

Era verdad, ambas estábamos muy lindas y más con los vestidos que estábamos
usando, Alice usaba uno color verde claro hasta las rodillas con tirantes por atrás
del cuello, en cambio el mío era azul claro, strapless, también hasta las rodillas, y en
la parte del pecho tenía unos bordes blancos que formaban flores muy lindas.

"Olvídalo Alice, esperamos, normalmente, como dos humanas, nada mas"

Alice iba a replicar pero en ese momento entró Jacob Black, era el jardinero, pero
era muy amable conmigo, y además que era demasiado guapo.

"¡Hola Jake!"-saludé mientras me paraba hacia donde el estaba.

"Hola señorita Swan"

"Jake, te he pedido millones de veces que no me llamas así, me haces sentir como
si tuviera 40 años en lugar de 17"

"Lo siento, seño..."-se detuvo ante mi mirada de advertencia-"Bella"-Le sonreí


abiertamente, este chico me caí realmente bien.

"Y ¿Cómo va el cultivo de esas rosas?"-pregunté para sacar plática.

"Excelente, ya se están abriendo algunas, la mayoría, deberías venir a verlas


- 14 -
mañana, el jardín se ve hermoso con ellas, además de que huele delicioso"-sonreí,
como se notaba que amaba su trabajo, solo en la forma de hablar de ello.

"Claro Jake, mañana me daré un vuelta por el jardín"

"Muy bien"-dijo con entusiasmo-"OH, y también podrá ver como están brotando los
nuevos girasoles, se ven tan..."

No terminó de hablar porque se escuchó un aclaración de garganta.

Me giré y me encontré con la cara de mi abuelo mirándonos ceñudos a los dos,


claro, nunca le gusto que su nieta de mezclara con la "servidumbre", como el la
llamaba.

Jacob a mi lado se puso tenso, saludó con la mano a mi abuelo y salió por la
entrada trasera.

Volví a mirar a mi abuelo, pero las personas que estaban detrás de el llamaron
mas mi atención.

La primera era de un señor rubio, que con tan solo verlo me cayó bien, su mirada
era de infinita amabilidad, era pálido, alto, espalda ancha, ojos color miel, muy
apuesto.

Pero no era de el de quien no podía despegar mi vista, era del chico que estaba
detrás de el.

Su mirada también estaba fija en mi, era alto, espalda ancha y se veía que debajo
de esa estorbosa camiseta había algo mejor, sus ojos eran grandes y de color verde
esmeralda, su mirada tan fija en mi provocó que me sonrojara; su cabello era de
color bronce y estaba totalmente desordenado, pero se veía demasiado bien.

"Bella"-dijo mi abuelo sacándome de mi ensoñación con aquél dios griego.-"Toma


asiento por favor."

Estaba totalmente aturdida por la belleza de ese chico, digo, no todos los días
conoces a alguien como el, así que lo único que pude hacer bien fue asentir y
sentarme al lado de Alice.

"Caballeros, por favor"-dijo mi abuelo señalando la mesa.

Sentía que mi cara iba a explotar de lo roja que estaba cuando el chico se sentó
- 15 -
junto enfrente de mi.

Escuché una carcajada proveniente de Alice, ganándose las miradas de todos los
presentes.

"Lo siento"-murmuró, y dirigiéndose a mi murmuró aún más bajo-"Pero deberías


ver tu cara"

Fruncí el ceño con el comentario de Alice, era verdad, debía lucir como una
completa idiota.

"Alice"-dijo mi abuelo llamando la atención de todos en el comedor.-"Ella es la


mejor amiga de mi nieta, Bella"-ahora me señalaba a mí.

"Así que ella es la pequeña a la que mi hijo debe cuidar"-dijo el señor rubio,
¡¿Pequeña?, esperen, ¿su hijo? ¿cuidarme? No podía ser que, el...chico de ensueño
sería mi nuevo tutor.

Mi cara fue de completo horror al armar el rompecabezas, el señor rubio debía ser
Carlisle Cullen, y el chico, Edward Cullen, mi nuevo tutor.

Sentí como empezaba a hiperventilar, esto no era bueno, esto, era, una desventaja
contra mis planes.

Edward POV.

Esto en verdad era incomodo, me encontraba sentado enfrente de una las chicas
mas hermosas que he visto en mi vida, corrección, la mas hermosa, no había ningún
defecto en ella, en el momento en que la vi quedé totalmente hechizado, y sin saber
porque quería partirle la cara a aquel muchacho que estaba al lado de ella.

Pero eso no era lo peor, ¡Yo sería su tutor!, tendría que cuidarla como si fuera mi
hija, definitivamente no podría verla como una hija, pero, para evitar que el
sentimiento creciera sería mejor que me comportara de manera fría y distante con
ella, aunque cada vez que la miraba me perdía en esos ojos chocolate, y sentía el
impulso de tocar su cabello café, se veía tan sedoso.

La miré por un segundo más y casi se me escapa una carcajada al ver su


expresión, era de completo horror, le costaba trabajo respirar y estaba golpeando a
su amiga ligeramente el hombro, mientras ella reía.

Al parecer ya había atado cabos y se había dado cuenta de que yo, sería su tutor, y
- 16 -
no le gustaba nada la idea.

"Bella, ¿te encuentras bien?"-preguntó el -"Parece que no puedes respirar"

Ella lo miró con los ojos desorbitados y asintió.

"Si, solo necesito algo, de aire"

"Si, sal, pero regresa antes de que sirvan la cena"

Ella le dijo que si con la cabeza y salió corriendo del comedor hacia donde se
suponía que debía ser el jardín.

La chica que estaba al otro lado de Bella, se debatía internamente entre seguirla o
quedarse en su lugar.

Antes de dejarla decidirse me levanté de mi asiento.

"Si me permiten, voy a ver si Bella se encuentra bien"

Los cuatros me vieron confundidos por mi reacción, pero no me quede para


contemplaros, salí directamente por donde ella se había ido.

La casa de los Swan realmente era grande, me tomaría un gran tiempo aprender a
pasear sin perderme.

Salí al jardín, y la vi.

Caminado como un ángel perdido, con sus brazos alrededor de su cuerpo, tratando
de darse calor a sí misma.

Sin saber muy bien que era lo que estaba haciendo me acerque a ella.

"¿Sabes?"-se sobresaltó al oír mi voz-"Quizá se te quitaría el frío si entraras a la


casa, es cálida"-le sonreí de lado.

Suspiró.

Deseé ser el aire que escapaba de sus labios.

"Lo sé"-cerró los ojos tomo aire, y aproveche ese segundo para observarla mejor;
su piel era muy pálida, pero aún así se veía extremadamente suave, su nariz era
- 17 -
pequeña y rectilínea, sus labios, eran simplemente perfectos. Era más hermosa de
cualquier otra chica con la que hubiera salido.-"Es solo que no quiero entrar, no
aún."

Abrió los ojos y me miró fijamente, le devolví la mirada al mismo tiempo en el que
me perdía en esos orbes chocolate.

"Así que"-dije intentando romper el silencio-"Voy a ser yo tu nuevo tutor"

Ella sonrió.

"Si"-comenzó a caminar dirección hacia la casa.-"Buena suerte… la necesitaras"

Me giré a verla para pedirle una explicación, pero ya estaba entrando a la casa,
¿Qué habría querido decir con esas palabras?

Su abuelo nos había explicado que el carácter de Bella era un poco complicado y
que era muy difícil tenerle paciencia, yo creí que estaba exagerando, ahora, solo
espero que en verdad haya estando exagerando.

La cena había estado deliciosa, la comida había sido muy rica y las conversaciones
muy divertidas.

Aunque Bella casi no hablaba, solo contestaba cuando le hacían una pregunta
directamente y contestaba con monosílabos o de manera muy cortante, en cambio
su amiga, Alice, hablaba hasta por los codos, llego un momento en la cena en el cual
pensé que se quemaría la lengua de una sobrecarga, a pesar de eso, me agradó
mucho y me dio mucho risa la forma en la que me llamaba Sr. Edward, me hacía
sentir como un señor de 40 años, en lugar de 22. Pero, para ellas así lo era, y más
porque yo cuidaría de Bella.

"Entonces, Bella"-dijo el Sr. Swan, intentando otra vez que Bella


participara.-"¿Qué te parece tu nuevo tutor?"

Antes de contestar, Bella lo miró a él, luego a mí y por último se encogió de


hombros.

"Igual que los demás, un poco joven, pero no durara más de 6 meses"-Me dolió que
dijera eso de mi, además que lo decía con tanto desinterés, mientras comía una papa
a la francesa.-"¿Qué más puedo decir? Tiene todo el perfil de los otros, solo que
joven, pero no creo que me sopor…"

- 18 -
"¡Suficiente!"-le grité, ¿Quién se creía que era?-"Quizá solo sea 5 años mayor que
tu, pero lo soy, así que debes de respetarme y más porque soy tu nuevo tutor.

Al principio Bella estaba atónita, al igual que los demás, peo después encarno una
ceja, de manera retadora. "Quizás"-contestó-"Pero no lo he hecho con ninguno,
aunque me lleven casi 50 años. ¿Qué haría que actuara diferente contigo?"

"Si no los respetaste a ellos, me da saber dos cosas, que eres una niña rica
caprichosa y que los otros tutores no tenían el carácter para ponerte en tu lugar; y
conmigo aquí las cosas van a cambiar bastante Isabella, me están pagando por
educarte y convertirte en una señorita decente y lo haré"-me giré para encarar al Sr.
Swan-" Lamento hablarle así a su única nieta señor, pero alguien tiene que ponerle
un alto antes de que sea caso sin remedio"

"Claro Edward, te contrate para eso, para que lleves a mi Bella por el buen
camino, a pesar de que a ella no le guste"

La cara de Bella en ese momento no tenía precio, era de rabia pura, al parecer
nadie le decía sus verdades muy seguido.

Se levantó de la mesa y se encaminó hacia la salida del comedor.

"No te hemos dado permiso de retirarte"-le dije para detenerla, aunque me dolía
hablarle así, era la única manera de tenerla cerca de mí.

"Y yo no pedí permiso"- y subió las escaleras.

Wow, esta chica sí que es complicada, y este trabajo será aún más complicado,
pero como que me llamo Edward Cullen, durare más de 6 meses.

Hasta aquí llegó el capi de hoy.

¿Les gusto?

Por favor díganmelo, me muero por saberlo.

Sé que dije que hoy subiría capitulo de Destino Empeñoso pero ya e muy tarde
aquí en México, y todo el día me ha dolido la cabeza que he estado a punto de
arrancármela y arrojarla a un lago, u_u.

Pero la buena noticia es que, mañana mi mamá no trabaja y se va


temprano al gimnasio, dejándome su lap, muajajaja, así que mañana
- 19 -
temprano subiré el cap, y en la noche subiré aquí.

En serio, no tengo palabras para agradecerles sus reviews y alertas

Cualquier duda, comentario o sugerencia díganmela.!

Las quiere

Annie-Cullen-Massen ..!

XOXO!

- 20 -
Por Dios, ¡Bañate!

Hola Hola..!

Otra vez yo por aquí..!

No… en serio, casi me caigo de la silla por ver los reviews de esta historia..
45!

Con solo 2 capítulos..!

Estaba con una sonrisa de idiota en mi cara durante toda la cena de ayer…
Toda mi familia me veía con cara de WTF?

Pero… bah, ellos no entienden la felicidad que me causa ver que les guste mis
creaciones!

Bueno, sin nada más que decirles les dejo el cap.

Bella POV

Solté otro gruñido, por quinta vez.

Mi abuelo había decidió tener que irse, bueno, sé que no era precisamente su
decisión que lo necesitaran urgentemente en Japón, dejándome totalmente sola con
el sexy y arrogante tutor nuevo.

¡Pero vamos! El podía notar perfectamente la tensión entre nosotros dos, y aún así
se iba, dejando a su única e inocente nieta en manos de un desconocido perfecto.

Creo que estoy siendo un poco dramática, mi abuelo se iba, y lo veía solo por unas
cuantas horas cada unos seis meses, mientras tanto, hablaba por teléfono con el dos
veces a la semana, como por 5 minutos.

Y durante todo ese tiempo, quedaba a cargo de mis tutores, pero ahora, eso, era
tan diferente, por primera vez en10 años dude sobre mi capacidad de alejar también

- 21 -
a este tutor, lo que era aún peor, no sabía si quería alejarlo.

Sacudí mi cabeza, tratando de borrar esos pensamientos.

¡Por supuesto que quería! Pero, algo me detenía, no sabía con que exactitud qué
era lo que me mantenía a raya de hacer enojar al Sr. Edward, como Alice lo llamaba.

Después del pequeño incidente de hace dos días, no había dirigido palabra con él,
ni siquiera para contestarle sus saludos de cortesía; si, sé que estoy siendo
demasiado orgullosa, pero se lo merece, después de la escenita que habíamos
protagonizado los dos, subí a mi cuarto encolerizada como nunca la había estado.

Cuando llegue azote la puerta lo más fuerte que pude, me mire el espejo mientras
las lágrimas de rabia se acumulaban en mis ojos.

"No llores Isabella"-me había dicho a mi misma.-"Ya no más lágrimas, ¿recuerdas?


Y menos por un idiota con complejos de grandeza."

Suspiré cuando regresé a la realidad; ahora que mi abuelo se fuera las cosas
serían más complicadas, lo único que nos detenía de no atacarnos como gatos y
perros en las comidas, era él, con sus miradas severas y sus chascos de lengua, nos
ponía un límite.

No quería ni imaginar cómo serían las cosas estando solos, él y yo, completamente
solos en esta casa enorme.

Un pesar enorme cayó sobre mi cuerpo, ya estaba cansada de guerras, guerras


que se desarrollaban en esta casa y en las cuales, hasta ahora, yo había sido la
ganadora.

Pero algo me decía que con él era diferente, con el me costaría más trabajo poder
ganar esta guerra, además, tenía que hacer que él se fuera por cuenta propia, sin
culparme a mí, si no terminaría en un convento en Rusia.

Me sobresaltó un ruido estruendoso justo a mi lado, cuando miré hacia los lados
buscando la fuente de ese horroso ruido, me encontré con un par de ojos verdes
mirándome divertidos.

"Lo siento"-dijo con su voz aterciopelada.-"¿Te asusté?"-preguntó mientras una


sonrisa cínica se formaba en sus perfectos labios.-"No era mi intención, solo que se
me resbalo la maleta de tu abuelo."

- 22 -
Maldito cínico y súper apuesto cretino de mier…. Mejor no lo digo, no quiero sonar
vulgar, pero aggg, el sacaba lo peor de mí.

"No me asustaste"-dije volviendo a mirar a la nada mientras me encogía de


hombros.-"Solo que me tomaste desprevenida, no noté tu presencia, supongo que
eres uno de esos hombres que no se notan, que pasan desapercibido toda su vida sin
que nadie nota siquiera que existen".

Me miró contrariado, por la visto no esperaba esa respuesta.

"Si, Bella di lo que quieras, te asusté."-bien, no me contestó mi ataque, le dio la


vuelta al asunto, eso indica que lo deje sin palabras.

"Si, Sr. Edward, me asustó."-dije con un suspiro, ignorándolo por completo,


mientras miraba mis uñas con desinterés.-"Pero vamos, quién no se asustaría de ver
tu presentación, parece como si hubieras salido toda la noche y apenas llegas,
deberías considerar tomar un ducha."

Rodó los ojos, pero como de soslayo miraba su ropa y sus zapatos, y como de un
acto reflejo pasaba su mano por el cabello intentando acomodarlo.

Reí abiertamente ante su reacción, mi miró molesto y caminó hacia mí y se sentó a


mi lado.

Me giré sobresaltada por la cercanía, además de Alice y mi abuelo, no tenía


contacto físico con nadie, y en ese momento su pierna rozaba a la mía, mandándome
miles de descargas eléctricas.

Al parecer, el también las sintió, porque miró confundido hacia mis piernas,
intentando, inútilmente encontrar la raíz de estas descargas.

"Si no te molesta"-dije alejándome hasta llegar al otro extremo del sillón.-"Mantén


tu distancia, no estoy acostumbrada al contacto físico con humanos que no sean mi
abuelo o Alice".

"Vaya"-dijo mientras alzaba las cejas.-"Eres como un reptil, de sangre fría, no le


gusta la gente".

Lo miré con los ojos como platos, el, ¿¡Me acababa de comparar con un animal!

"¿Insinúas que soy como un animal?"-Esperaba escuchar un No, no, no, me


malentendiste, con una voz de arrepentimiento pero no lo oí.
- 23 -
"Si"-dijo sin remordimientos mientras me veía directamente con una chispa de
diversión en sus ojos y una sonrisa de oreja a oreja.-"Pero tranquila, Isabella,
cualquier animal se puede domesticar, ese es mi trabajo. Domesticarte".

Lo miré con la boca y los ojos desmesuradamente abiertos.

No, el no había dicho eso, más le valía no haber dicho eso, debería comenzar a
preocuparse por su integridad, física y mental.

Mi cara se crispó de ira pura, y más aún cuando vi que su risa no desaparecía.

"Eres un completo..."-no pude terminar poco vi bajar a mi abuelo por las escaleras
seguido de Anita.-"Esto no terminará así."-le advertí.

"¿Es una amenaza o una advertencia?"-dijo con su voz aterciopelada, ¡Se notaba
que la estaba pasando en grande! Era el idiota más grande del mundo.

"Tómalo como quieras"-le dije sintiendo la rabia en cada una de mis


palabras.-"Solo no digas que no te advertí"

Nos miramos, desafiándonos el uno al otro con la mirada, solo por unos segundos,
después nos paramos y nos dirigimos hacia donde se encontraba mi abuelo.

"Bella, Bella, Mi Isabella"-dijo mi abuelo cuando me acerqué a él.-"Como lamento


no tener unos días más para estar contigo, te estás convirtiendo en todo una
señorita, y una muy hermosa, y yo me lo pierdo".-Suspiró mientras unos de sus
manos se posaba en mi mejilla derecha.-"Te prometo que en cuanto tengo
oportunidad, pediré vacaciones y te llevaré a ese circo que tanto querías ir."

"Abuelo, ese fue cuando tenía 10 años"-dije recordando que hace 7 años le había
pedido que me llevara el circo que estaba de visita en la ciudad.

"Oh, bueno"-dijo contrariado, mientras se rascaba la coronilla.-"Entonces, te


llevare por un helado al parque, y caminaremos, como cuando recién te mudaste
conmigo, ¿recuerdas?

Una punzada de dolor cruzó por mi cuerpo, claro que lo recordaba, como olvidar
que tu padre te vende.

Pero el sentimiento de dolor fue remplazado por uno de ternura y agradecimiento;


desde en el momento en que pisé esta casa, mi abuelo hizo todo lo imposible por
mantenerme contenta y feliz, intentado que no pensará en mis padres.
- 24 -
"Claro abuelo"-dije sonriéndole tiernamente, mientras ponía mi mano sobre la
suya.-"Te esperaré aquí."

"Eso espero"-dijo tomando una de sus maletas.-"Me disgustaría mucho si cuando


regresara no te encontraras aquí"

"Lo sé, pero siempre estaré aquí para ti abuelo, siempre."-dije sonriéndole. A
pesar de ya estar acostumbrada a verlo partir, el corazón me dolía al saber cuánto lo
echaría de menos.-"Que tengas buen vuelo, háblame en cuanto llegues al hotel."

El abuelo soltó una sonora carcajada mientras subía al auto que lo llevaría al
aeropuerto.

"Cálmate, Bella. Pareces su Madge"-dijo mi nana mientras ponía su mano en el


hombro,-oh si, también soportaba el contacto de mi nana.

Me giré y sonreí a Anita.

"Si, lo sé. Supongo que me pongo un poco paranoica cada vez que se va. Anita, el
ya es grande, no sé cuánto tiempo va a estar aquí conmigo, y quisiera poder
aprovecharlo al máximo.""Entonces, ¿Pog qué no aceptas supropuesta de igte a
estudiag en Londges? Estagías más cegca de él.

"También se que sería una perfecta solución, pero nana, mi vida es aquí, no puedo
irme, no aún."

Mi nana me sonrió y luego se retiró a la cocina.

Me quedé un momento pensando en cómo sería irme vivir a Londres, más sencillo
por supuesto, a mi abuelo lo vería por lo menos una vez a la semana, y no tendría
que soportar a los dolores de cabeza llamados también tutores.

Pero no podía, no. Tenía a Alice, ella me necesitaba, estaba sola.

Nadie conocíamos su paradero, por eso es que prácticamente vivía conmigo, claro,
tenía su apartamento propio, pero todas las tardes después del colegio, venía a casa
a comer y luego hacíamos la tarea juntas.

Era mi hermana, no podía dejarla.

Sabía que Alice últimamente estaba viendo a un chico, un tal Jasper, que la tenía
muy emocionada, solo esperaba que no saliera herida, y que ese muchacho supiera
- 25 -
apreciar cuanto valía alguien como ella.

Sentí la mirada de alguien sobre mí y vi que Edward me miraba con el ceño


fruncido, como intentando leer mis pensamientos.

"Si quieres te doy una foto, así no me desgasto".-Le dije mientras caminaba hacia
el jardín, planeaba ir a ver a Jake y a sus flores que presumió hace dos días.

Caminé hacia el jardín donde se suponía que tendría que estar Jacob, y si, ahí
estaba, pero ¡De que manera!

Jacob esta en cuclillas escarbando alrededor de unas rosas, sin camiseta y en


bermudas, su pecho era perfecto, tenía cuadros en los cuadros, además ligeras
gotas de sudor caían sobre este, haciéndolo ver increíblemente sexy.

"Ho…hola Jake"-el aludido se levantó sobresaltado.

"Este, hola Bella"-se miró a sí mismo y luego a mí.- ¿Qué haces aquí?"

Levanté las cejas.

"¿Qué no se supone que este es mi jardín?"-dije en broma acercándome a él.-"Vine


a ver a las rosas que tanto presumías con orgullo hace dos días".

"Oh, cierto. Pensé que no vendrías"-dijo algo avergonzado.

"Claro que vendría Jake, es solo que con el nuevo tutor las cosas no están del todo
bien, y he intentado mantenerme en mi cuarto para no ocasionar problemas."

"Oh"-fue lo único que contestó.

"¿Están son las que tanto presumes?"-dije señalando a un montón de rosas


blancas. Jacob asintió.-"Wow, Jake, son hermosas"-me hinque cerca de las rosas y
con suma delicadeza tome una de ellas entre mis manos, la olí, y la roce contra mi
mejilla, se sentía tan bien.

"¿En serio te gustan?"

"Claro que si Jake"-dije poniéndome de pie.-"Se nota que las flores te quieren, no
cualquiera cultiva flores tan hermosas. Dicen que le hermosura de las flores
depende de quién las cultive, se nota que eres muy bueno en lo que haces,
Jake."-dije sonriéndole, era fácil hablar con él.
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"Gracias Bella"

"No tienes nada de que agradecerme Jacob, solo dije la verdad".

"Si, pero de cualquier modo". Cuando dijo eso sentí que perdí el equilibrio y caía
sobre algo húmedo y viscoso-¡Bella cuidado!"-gritó Jacob, al principio no entendí lo
que pasaba, me sentí húmeda y más pesada.

Cuando Jacob me levantó, me di cuenta que había caído en un gran pozo de lodo,
quedando cubierta totalmente.

"¿Te encuentras bien?"-preguntó Jake con el ceño fruncido.

Me reí.

"Claro que sí, solo que no entendía lo que estaba pasando. Pero bueno, será mejor
que me bañe y que me cambié. Nos vemos luego Jake, sigue cuidando a esas
rosas"-le dije mientras me despedía de él con la mano.

Me dirigí hacia la entrada trasera de la casa, si entraba por la principal, lo más


probable es que estuviera Edward, y lo último que necesitaba era un regaño por un
accidente.

Entré y me fije que no hubiera nadie, cuando comprobé que así era, corrí con
cuidado hacia las escaleras, dejando un rastro de lodo por donde pasaba.

"Detente ahí"-me dijo una voz severa y aterciopelada.

¡Mierda!- pensé.

"Me puedes explicar, ¿Por qué demonios estas cubierta de lodo?"-dijo con la voz
irritada.

"Me tropecé"-lo encaré.-"Sr. Edward relájate, fue un accidente, me bañare y le


daré la ropa a Anita, y asunto resulto."

"No, es tu problema, no el de Anita, tu lo solucionas, así que ve al cuarto de lavado


y tu lavarás tu ropa, y hasta que no esté completamente limpia, no te bañaras"

"¡¿Queeeeeeeeeeeeee?"-pregunté histérica.- ¡¿QUIEN TE CREES QUE ERES PARA


MANDARME A HACER ESAS TONTERIAS?

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"Simple"-contestó con calma.-"Tu tutor"

Estaba en el cuarto de lavado investigando como coños se prendía una lavadora,


con el Sr. Edward a mi lado, después de arrastrarme hasta aquí, decidió que no se
iría, desconfiaba que yo lo obedecería.

Después de 15 intentos, logré prender la lavadora.

¡Bien! Me comencé a quita la ropa, llena de lodo semi-seco.

"¿Qué estás haciendo?"-preguntó Edward con los ojos totalmente abiertos.

"Me estoy quitando la ropa que voy a lavar"-me quite la blusa y el pantalón,
quedando simplemente en mi ropa interior, agradecí al cielo que me había puesto un
traje de encaje color azul, que Alice había insistido en comprar, porque según ella,
nunca sabes a lo que te vas a afrontar.

Así que semi-desnuda comencé a lavar; me senté arriba de lavadora mientras esta
hacia su trabajo, sentía la mirada de Edward sobre mí, y podía sentir su tensión.
Gracias a que siempre había sido acosada por hombres, esta situación no provoco
que me sonrojara ni que mi intimidara.

Pasaron veinte minutos y la lavadora aún no terminaba, Edward seguía paralizado


en el otro extremo mío, y yo, moría de aburrimiento.

De repente una idea cruzó por mi cabeza, y sin saber muy bien lo que hacía, tomé
un balde con agua fría y la arroje sobre mí.

Edward mi miró con los ojos de par en par, sin captar muy bien lo que hacía.

"Lo siento, pero el olor a tierra me estaba matando"-dije inocentemente. Sabía que
estaba jugando con fuego, y que con un hombre no se juega así, al menos si esperas
salir ilesa, pero solo quería ver que tan resistente era este tutorcito.

Tomé otro balde y ahora lo mojé a él.

"¡ISABELLA!"-exclamó furioso.-"¿Qué hiciste?".

"No sé"-dije encogiéndome de hombros.-"Parecía que necesitabas un buen


chapuzón".

El mi miró con furia, tomó otro balde y lo arrojó hacia mí.


- 28 -
Ahora la atónita era yo, no pensé que me contestaría.

Eso desató una guerra de baldazos, no es necesario mencionar que el suelo estaba
totalmente inundado, los dos estábamos empapados y en un intento de no tropezar
por lo resbaloso del piso, agarre a Edward y los dos caímos al piso, el quedando
encima de mí.

"Te dije que necesitabas bañarte"-le dije recordando nuestra pelea de hace unas
horas.

Hola Hola.!

Bueno,, este capi me gusto mucho, XD, estaba enojada cuando Edward le
dice animal a Bella, en verdad, creo que entre demasiado en el papel
hahaha..

Bueno, ¿Qué les pareció? ¿Les gustó? Digamenloo porfavoorr

Hahah

Mil gracias por sus reviews..!

Otra vez..

Mañana actualizo Destino Empeñoso y el martes aquí.

Será un día cada una, como ya saben la única hora en la que puedo
escribir es en la noche, ya que mi mama no ocupa su lap, así que mañana
como a eso de las 2:30 estara el capi de Destino Empeñoso .

Ahh.. casi lo olvido, actualize mi perfil, ahora si ya esta bien hecho y mas
elaborado, por si quieren darse un vuelta.

Bueno, ahora si ya me voy

Tengo sueñin.!

Las quiere..!

Annie-Cullen Massen

XOXO
- 29 -
"Momento De Inspiración, Escribiendo Palabras Que Harán Historia"

- 30 -
Come Pastel Y Dime Tu Verdad

Edward POV

¡Esta chica me iba a sacar canas verdes!

Primero me decía que no tenía presencia, luego llegaba a la casa llena de lodo,
después de semi-desnudaba enfrente de mí, y para terminar, me empapaba.

Debo decir que casi me da un paro cardiaco cuando de comenzó a quitar la ropa,
para tener 17 años, tenía un cuerpo casi perfecto, cuando la vi así, mi pantalón se
hizo pequeño, y sentí la necesidad de abalanzarme sobre ella; pero me contuve y me
aleje de ella, quería conserva mi empleo, y la verdad me daba miedo su reacción y
temía por mi integridad física.

Luego para hacer mis pantalones aún más pequeños, Bella decidió arrogarse agua
sobre su cuerpo, argumentando que ya no soportaba el olor a lodo.

¡Además de canas verdes me iba a provocar un paro cardiaco!

Aunque al principio, me enfade con ella por haberme lanzado agua, después se lo
agradecí eternamente, eso ayudo a que mis pantalones regresaran a la normalidad,
y cuanto eso paso pude acercarme a ella y aventarle más agua.

De un segundo a otro yo me encontraba encima de Bella, y ella decía algo sobre


que debí bañarme, pero no era consciente de lo que decía porque por unos
segundos me perdí en sus ojos chocolate, que tenían un brillo de diversión y
picardía.

Lamentablemente, Anita, la nana de Bella, nos había descubierto a los dos, y entre
risas y regaños nos mando a los dos a bañar, con shampoo y jabón de verdad.

Era muy irónico cuando Anita nos estaba regañando, me sentí como un niño
pequeño al que descubrieron haciendo una travesura, debería ser yo el que este
regañando y no el regañado, pero yo le había seguido el jueguito a Bella, un
movimiento astuto de parte de Bella, me embarro con ella para que no la regañaran

- 31 -
solo a ella.

Claro, debí de haberlo sabido, después de haberla llamado animal, debería esperar
cualquier otra cosa, y creo que aún debo esperarla, pero no me arrepiento, la cara
de Bella en ese momento era para fotografía, al parecer, nadie la hacía enfadar tan
seguido, ni nadie la insultaba.

Pero fue ella la que dijo que no le gustaba el contacto humano, y lo primero que
me vino a la mente fueron los reptiles, ¿A qué clase de humano no le gustaba el
contacto con los humanos?

Solo a los ermitaños, pero Bella no tenía la apariencia de ser uno, era demasiado
bella como para ser uno de ellos.

En este momento me encontraba bañándome tal como me había ordenado Anita.

Patético.

Se supone que era yo a quien debían obedecer, y no yo a ellos; debo admitirlo,


Bella supo muy bien como dar en el clavo.

Cerré el grifo y me puse una toalla alrededor de mi cintura, y salí del baño de mi
habitación.

¿Con quién me encuentro sentada en mi cama, más bien recostada, de espaldas?

Si a Bella.

Intentaba poner algo debajo de mi almohada, por eso estaba en esa posición.

"¿Te puedo ayudar en algo?"-pregunté.

Bella se asustó tanto que pegó un brinco y se cayó de la cama, iba a correr a ver si
estaba bien pero ya se había puesto de pie, tratando de acomodarse el cabello.

"Estoy bi…"-comenzó a decir, pero al verme, como estaba, semi-desnudo, su boca


de abrió y sus ojos me devoraban. Digo, no es por presumir, pero de algo había
funcionado esas horas en el gimnasio, además estaba todo mojado con tan solo una
toalla que cubría lo necesario. Creo que cualquiera hubiera tenido la reacción de
Bella.

"Si quieres te doy una fotografía, así no me desgasto"-le dije repitiendo las
- 32 -
palabras que ella me había dicho por la mañana.

"¿Qué haces mojado y solo con una toalla?"-dijo después de rodar los ojos.

"Me acabo de bañar"-le expliqué.-"Y la pregunta sería, ¿Qué haces en MI


habitación?"

Bella se quedó en blanco por unos segundos.

"Esta es mi casa"-dijo encogiéndose de hombros.-"Así que puedo entrar cuando me


de la gana, en donde yo quiera"

"Si, en donde quieras, pero menos en MI cuarto"-le corté.

"¿Por qué?"-contestó alzando las cejas.

"Porque lo digo yo"-contesté con una sonrisa de burla mientras me acercaba a ella.

"Esa no es una buena razón".

"Lo es cuando alguien tiene poder sobre ti"-le dije quedando a pocos centímetros
de ella.-"Y lamentablemente para ti, yo tengo ese poder sobre ti. Así que, queda
prohibido entrar a mi cuarto sin autorización"

Bella solo me miró ceñuda pero asintió.

Cuando salió del cuarto azotó la puerta, tan fuerte que las ventanas temblaron.

La noche cayó más rápido de lo que esperaba, y con la noche todos los sirvientes
se iban, y me quedaría completamente solo con Bella.

Estoy seguro que Emmet diría que porque quiero estar con una chica tan
complicada con ella, con un carácter así, y que tiene complejo de ser princesa; pero
había algo en ella, que a pesar de ser mimada y caprichosa me atraía, además de su
físico, sabía, porque su abuelo nos platico a mi padre y a mí, que Bella tiene un
pasado muy complicado y difícil, y que eso había provocado que Bella creara un
clase de caparazón para protegerse de que la gente la pudiera lastimar, desde que
oí eso, decidí a ayudarla, a que pudiera confiar en mí, en ser un amigo para ella,
pero me estaba dando cuenta que iba a resultar más complicado de lo que pensé.

Además no estaba muy seguro si quería ser solo su amigo, Bella me atraía mucho,
toda su personalidad se acoplaba a la mía, sentía que yo era el único que podría
- 33 -
controlar a Bella, y el único que podría tranquilizarla.

Reí cuando recordé que era un orden solo porque lo decía yo, me sentí como si
fuera mi madre, que siempre que te ordenan algo y le pides una explicación salen
con esa frase ¡Porque lo digo yo!, y lamentablemente, tenía que obedecerla.

Bajé al comedor para verificar que todos se hubieran ido, y escuché unos ruidos
que provenían del refrigerador, por un momento pensé que sería un ladrón, pero,
¿Qué haría un ladrón en el refrigerador?

Tal vez era un gordo y tenía hambre, pero descarte la idea al ver la silueta que
estaba asaltando el refrigerador a la medianoche.

Era Bella.

"¿Bella?"-pregunté mientras prendía la luz de la cocina.

Por cuarta vez en el día la asusta, provocando que diera un brinco y se pegara en
la cabeza, suprimí una carcajada cuando sacó su cabeza del refrigerador y la vi.
Tenía restos de chocolate alrededor de su boca y en la punta de la nariz tenía crema
chantillí, tenía la boca llena de, lo que pensé que sería pastel, haciéndola ver más
cachetona, parecía un hámster.

"¿Tienes hambre?"-pregunté. No pude evitar que mi voz sonara con burla, pero era
lógico que cualquiera se riera de ver la imagen de Bella así, parecía una niña
glotona de 5 años.

Bella no podía contestarme por lo llena que estaba su boca, que ni siquiera podía
abrirla, así que solo dijo que si con la cabeza.

Caminé hacia donde estaba ella, y le quité la crema que tenía en su nariz para
luego embarrársela en su camisa.

Me miró ceñuda por unos segundos, y pude percibir el leve rubor del cual estaban
teñidas sus mejillas; Bella siguió masticando hasta que fue capaz de pasarse todo lo
que tenía en su boca, y pudo ser capaz de hablar.

"¿Por qué no estás dormido?"-dijo mientras tomaba otro pedazo de pastel.

"Permíteme"-le dije mientras le quitaba el pastel de la mano y lo servía en un


plato.-"Toma"-le dije y se lo di.

- 34 -
"Gracias"-musitó. Mira, podía ser amable cuando se lo proponía.-"No has
respondido a mi pregunta"-dijo mientras comenzaba a comer su pedazo de pastel.

"Quería ver que a no hubiera nadie"-le contesté al mismo tiempo que yo me servía
un pedazo de pastel.-"¿Quieres café o leche?"-le pregunté.

"Leche"-respondió ella, tomé dos vasos y serví leche en ellos.-"¿Por qué? ¿Por qué
bajaste a ver que no hubiera nadie?".-Me senté enfrente de ella, y le di su
vaso.-"Gracias"-musitó.

"No sé, mi padre solía hacerlo antes de dormirse, revisar que todo estuviera bien.
Tu sabes, ventanas cerradas, llave del gas cerrada, no aparatos eléctricos
conectados, que todos estuviéramos dormidos."-me encogí de hombros.-"Supongo
que es costumbre".

"Así que, después de verificar que todo estuviera bien, ¿Irías a ver si no me había
escapado a algo así?"-preguntó mirándome fijamente.

"Es una manera de decirlo, pero yo hubiera dicho, que iría a verificar que
estuvieras bien y no necesitaras nada."

"¿Por qué?"-esa pregunta sonó como si fuera un examen, como si me estuviera


poniendo a prueba.

"Porque es mi trabajo, Bella"-contesté como si fuera lo más obvio.- ¿Por qué la


pregunta?"-dije mientras le daba una segunda mordida al pastel, en verdad estaba
muy rico con razón Bella se atrabancó con él.

"Era un prueba"-hizo una pausa mientras le daba un sorbo a su vaso con leche.-"La
pasaste, demostraste ser diferente a los demás tutores. Respondiste con la verdad,
Edward. Cualquier otro hubiera dicho que porque se preocupaba por mí, cuando en
realidad, era su trabajo. Justo como tú lo has dicho."-Pensé que habría un tono de
reproche en su voz, quizá tristeza porque no me preocupaba por ella, pero no,
estaba feliz, simplemente por haber sido honesto con ella, pero ella no sabía que en
verdad si me preocupaba, aunque quizás, ni siquiera yo lo sabía.

"Vaya"-musité.-"Tu sí que aprecias la sinceridad"

"Si"-dijo sonriendo.-"Es lo que más me gusta en una persona, odio las mentiras y
los engaños"-dijo mientras la daba una última mordida a su pastel.

"Entonces, ¿Por qué te engañas a ti misma?"


- 35 -
Bella me miró de par en par, con los ojos completamente abiertos.

"¿A qué te refieres?"-dijo mientras levantaba su plato y lo llevaba al lavatrastos.


Siempre huyendo de mí mirada.

"Tú sabes a que me refiero Bella".-Dije tomándola de los hombros y girándola para
que quedara frente mío.- ¿Por qué finges ser fuerte cuando no lo eres?"

Bella se soltó de mi agarre, pero alcancé a ver las lágrimas en sus ojos.

"Tú no sabes nada"-dijo con tristeza en su voz.-"Tú no me conoces"-dijo mientras


se limpiaba las lágrimas.

Así que esta era la verdadera Bella, ella era tan frágil, tan delicada, haciendo creer
a todo el mundo que era fuerte y que no necesitaba a nadie, cuando de todos los
seres, ella era la más vulnerable y la que más necesitaba sentirse querida.

Me acerqué a ella y la abrasé. Pensé que me rechazaría y que me patearía en mis


partes delicadas, pero para mi sorpresa, se aferro más a mí y comenzó a llorar.

No le dije nada, solo le acaricié el cabello y le correspondí el abrazo.

"Edward"-dijo ella viéndome fijamente a los ojos.-"Yo no quiero que me


lastimen"-confesó.-"No creo que sea capaz de soportarlo"

"Tranquila Bella"-la dije atrayéndola hacia mi pecho.-"Nadie te lastimará, te lo


prometo".

Bella se enderezó viendo fijamente a mis ojos, buscando mentiras, pero lo único
que encontró fue sinceridad.

Sonrió.

"Nadie te lastimará"-repetí.-"Soy el único con derecho a pelearte"-dije en broma.

Ella rió con mi comentario.

Bien, al parecer la relación iba a ser buena de ahora en adelante.

Pobre e iluso Edward!

Si es que piensa que la relación va a cambiar


- 36 -
Pfff, si claro, aunque puede que sean más unidos, ya que Bella se abrió con el,
pero tambien Bella es muy desconfiada, asi que lo pondrá a prueba, y esas pruebas
serán muuuy graciosas

Hahaha

Bueno, mil gracias por sus reviews..!

Wow..

No puedo creer qe sean tantos con tan solo 3 capitulos.!

Llegaremos a los 100 con este capi?

Ayúdenme a lograr mi meta!

Porfiis

Bueno ya me voy

Nos leemos el jueves

Y Mañana con Destino Empeñoso

Las quiere

Annie-Cullen-Masenn

"Momentos de Inspiración, Escribiendo palabras que harán historia"

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¡OoOPsii!

Bella POV

Sentí la luz del sol sobre mi cara. Gemí y me giré para que me dejara de dar
directamente, ¡Que molesto era despertar con el sol en tu cara!

Un segundo.

¿El sol en tu cara?

Normalmente, cuando me despertaba para ir a la escuela el sol aún no se aparecía


por el cielo, así que…

¡Oh, por Dios!

Me quedé dormida.

Con los ojos aún cerrados brinque de la cama y me dirigí al baño, me moje la cara
para despejarme y tratar de abrir los ojos. Cuando por fin pude, me cambié con mi
uniforme de la escuela, agarré mi cabello en una coleta, dejando algunos mechones
cayendo en mi cara. Bajé corriendo las escaleras, con mi mochila en mis hombros.

Mi estomago rugió.

¡Diablos moría de hambre!

A pesar de que anoche me había atragantado de tanto pastel, probablemente si


Edward no me hubiera interrumpido, quizá lo hubiera terminado todo.

Miré el reloj, 10:35. Hace 5 minutos que salieron al receso, tenia otros 35 minutos
para comer algo e irme a la escuela.

Corrí hacia la cocina, tomaría un poco mas de ese delicioso pastel y me iría en mi
coche, no quería irme con el chofer.

- 38 -
Nesecitaba estar con mi bebé, osease, mi hermoso y precioso coche, un Peugout
207 CC, color azul, ¡Dios! ¡Como la amaba!

Era el mejor regalo que me abuelo me pudo haber hecho.

Entre a la cocina, y ahí estaba mi querida nana, el chef, Rigoberto y para mi


tormento, Edward.

"Hola"-saludé a todos. Dejé mi mochila en una silla y me dirigí al


refrigerador.-"Quiero desayunar y me iré corriendo a la escuela, ya perdí dos horas
de clase, pero muero de hambre."

"Eh, mi niña"-comenzó a decir Anita.-"Hoy es domingo.".

Saqué mi cara del refrigerador y miré a todos con cara de duda.

Edward soltó una carcajada.

El muy idiota se estaba burlando de mí.

"¿Hoy es domingo?"-pregunté con el ceño fruncido.-"Bien, eso explica por que mi


despertador no sonó."-Edward se rió aún más fuerte. Me daban unas ganas
tremendas de darle un gran zape en la cabeza.-"Hay, cállate, ni que tu nunca te
equivocaras".-Le dije mientras tomaba de nuevo mi mochila, y me encaminaba hacia
mi cuarto.

"Si, me equivoco".-Admitió.-"Pero no esta clase de errores"-aclaró.

Solté un gruñido.

Cuando estaba en mi cuarto, me quité el uniforme, tomé unos pantalones de


mezclilla y una camiseta un poco holgada de color blanca, con un bordado de
muchos colores en la parte de arriba.

Mientras me peinaba decentemente, pensé el lo que había ocurrido ayer con el Sr.
Tutor.

Había llorado enfrente de él.

Bueno, quizá al principio fue puro teatro, para hacerlo sentir mal, pero después de
ver la manera tan tierna y preocupada en la que me consolaba, fue cuando vinieron
las lágrimas de verdad.
- 39 -
No entendía muy bien porque me sentía segura entre sus brazos, y mucho menos
porque le creí cuando dijo que nadie me lastimaría.

En ese segundo me sentí feliz, segura. Pero en cuanto subí a mi cuarto, comencé a
reprocharme el haberme abierto con él, no podía saber que era vulnerable, pero por
el otro lado, extrañaba la sensación de sentirme segura, de no tener que protegerme
por mi misma.

Moví la cabeza de un lado a otro tratando de olvidar esos pensamientos.

Si Edward quería en verdad ser mi amigo, tenía que probarlo, y nadie mejor que
Alice para ayudarme a crear un plan para ponerlo a prueba.

Mi estomago rugió de nuevo.

Bajé las escaleras lo más rápido que mis pies me permitían sin terminar en el
suelo.

Pero, por ser parte de mi torpe naturaleza, tropecé en el último escalón. Pero
antes de que mi cara tocara el suelo, unos fuertes brazos me tomaron por la cintura
impidiendo que me cayera.

Levanté la vista para encontrarme con unos ojos verdes esmeraldas.

"Gra…"-Comencé a decir, pero sentí como el calor que de sus manos se iba de mi
cintura, y de la nada ya estaba en el suelo.

Miré hacia arriba, sin entender que era lo que pasaba.

El idiota de Edward me había soltado, y se destornillaba de risa. Pudo haber


evitado que tocara el suelo, lo hizo, y solo porque si, decidió dejarme caer.

Era un pedazo de idiota.

No, que digo pedazo, era un completo idiota. Insultaba a los idiotas si los
comparaba con ellos.

Fruncí el ceño, mientras soltaba pequeños gruñidos.

Me dirigí a la cocina, escuchaba la risa de Edward aún en las escaleras.

Me dejé caer sobre la silla, mientras enfurruñaba palabras sin sentido.


- 40 -
"Bella".-Escuché la voz de mi nana.-"¿Te encguentas bien?"

"Si, es solo que el tutor saca lo peor de mí."-comenté-

"Si eso es cuando llevan 4 días viviendo juntos".-Dijo el chef principal,


Rigoberto.-"No me quiero imaginar el resto de los días."

A pesar de sabía que serían días muy difíciles reí ante su comentario, en verdad.
Edward y yo somos polos opuestos, ¿Cómo se supone que conviva todos los días con
alguien que es totalmente distinto a mí?

"O quizás".-Agregó la vocecita en mi cabeza.-"Ustedes dos son iguales, y ambos


quieren tener el poder."

Tal vez tuviera razón, pero eso no justifica que me haya dejado caer de esa
manera, era tan descortés de su parte, de él, el eterno caballero.

Bla, bla, bla.

Puras patrañas.

Edward tenía de caballero lo que yo tengo de princesa refinada.

Y los dos estábamos en ceros.

Rigoberto me hizo unos ricos Wafles de desayuno, y un jugo de naranja. Durante el


desayuno recibí un mensaje de Alice diciéndome que venía en camino para mi casa.

Perfecto.

Podríamos diseñar el plan para poner a prueba al Sr. Tutor.

El susodicho entró a la cocina con los ojos llorosos aún por las lágrimas que le
causaron la risa.

En cuanto sentí que se sentó a mi lado, me levanté y me fui hacia la entrada


principal, ahí iba a llegar Alice, y quería esperarla ahí mismo.

"Bella".-Dijo una voz aterciopelada a mi espalda, esa voz no era de Alice.-"Lo


lamento, ¿sí? Fue muy descortés de mi parte haberte dejado caer."-La última
palabra tembló a causa de la risa contenida.

- 41 -
"No hay problema, Eddie."-Le dije con una sonrisa falsa y a la vez malévola.

Si por esta vez lo perdonaba, sólo porque no sabía lo que le pasaría en un futuro
no lejano.

Pobre y descortés caballero.

Hola Hola.!

Quien quiere matarme?

No pueden…! Primero me suicido yo..!

Mil disculpas..

En serio..

Ayer iba a subir capi aquí y en Destino Empeñoso, pero primero mi mama, a
quien le pedí que llegara temprano para poder tener tiempo suficiente para escribir,
llegó a las 12:00 am..!

Dije bueno, que importa si me desvelo, total estoy de vacaciones.

Me retrasé aún as por que mi mama venía de un genio de los mil demonios, y me
regañaba de todo.

Así que cuando porfin pude sentarme en mi camita a comenzar a escribir,


¡No había intenet!

Y el problema era que, ya tenía parte de este capitulo en mi correo, y no podía


abrilo.!

Así que dije, bueno mañana subo.

Y Hoy mi mamá llegó a las 9:00 pm, le pedí su lap y me dijo que tenía que
trabajar, y yo así de WTF? Si trabajas todo el día..!

Pero en fin.. me la dio hace una hora exactamente.

Y para variar no se que le pasa que se cambia de renglón sola, asi que no me doy
cuenta y yo sigo escribiendo y esta en otro renglón..!

- 42 -
AHHHHH!

Entre todo eso, mi imaginación se bloqueo y este capi fue todo lo qe pude escribir.

Prometo mañana subir mejor capi aquí y en la otra y historia.

Las deja una estresada y molesta

Annie Cullen Masenn

- 43 -
Pruebas

Edward POV

Esto era demasiado sospechoso.

Tan sospechoso, que me estaba poniendo paranoico.

¿Por qué Bella no me gritó cuando la deje caer?

¿Por qué Bella acepto mis disculpas como si nada?

¿Por qué Bella llevaba todo el día encerrada con Alice en su cuarto?

¿Por qué no había bajado ni siquiera para comer?

¿Por qué la casa estaba en demasiado silencio?

Ese silencio era el que me provocaba esta demencia, el no escuchar nada, el no


sentir a Bella peleando conmigo.

Que Bella llevará todo el día calmada, sin hacer nada para provocar que
renunciara, provocaba que tuviera los nervios de punta y que hasta por el vuelo de
una mosca me alterara.

Me estresaba la simple situación de no poder controlar la situación, de no saber


cuál sería el siguiente movimiento.

¿Se daría por vencida?

No lo creo.

Más bien estaba reforzando sus posiciones, para un ataque.

Algo como una bomba nuclear.

- 44 -
Tenía que estar con los ojos abiertos.

Suspiré mientras me tallaba las sienes.

Estaba paranoico, eso era todo. Bella no podía hacerme nada.

Escuché un grito desde la habitación de Bella, sin pensarlo dos veces corrí hasta
ahí y abrí la puerta.

Casi me da un infarto al ver a Bella colgando de un pie desde su balcón, volví a


correr hacia ella, empuje a Alice, para poder sostener a Bella del pie.

"Bella".-Le dije mientras jalaba de su pie.-"Intente subir, como si hicieras


abdominales."-Vi como Bella lo hacía, si se caía no pasaba de unos cuantos
rasguños, no estaba tan alto, pero no podía permitir que le pasara algo.

Cuando vi que Bella estaba un poco más elevada, me incliné para poderle tomar
de los brazos, la tomé de las muñecas, pero cuál fue mi sorpresa, Bella jalo de mi,
provocando que cayera junto con ella, mientras estábamos en el aire, la coloqué
encima de mí, en cuestión de segundos ya estábamos en el césped del jardín.

Bella estaba encima de mí, así que todos los golpes me los lleve yo.

¿Por qué Bella había tirado de mí?

"Bella".-La llamé mientras la sacudía de los hombros.-"¿Estás bien?"-Pregunté


preocupado. ¿Qué pasaría si a pesar de que la puse encima de mí se hubiera
golpeado o algo?

Me miró como si estuviera loco.

"Sí, estoy bien"-contestó confundida.

"¿Segura? ¿No te pegaste en la cabeza o algo?"

Me volvió a ver como si estuviera loco, o como si tuviera monos en la cara.

"No, estoy bien Edward. ¿Tu estas bien?"-Me preguntó.

"Si, solo son un par de rasguños".

Escuchamos pasos hacia nosotros y aparecieron Anita y Alice, cuando nos vieron,
- 45 -
Anita rodó los ojos y Alice se echó a reír.

¿Qué diablos pasaba aquí?

El alcohol sobre mi piel herida ardía horrible, habían sido más de un par de
raspones, los tenía por

Todo mi cuerpo; Bella miraba como su nana me curaba, preocupada.

"Bella"-Le habló Anita.-"Ya te había dicho que esa prueba del balcón es muy
arrgiesgada como para practicarla."

"¿Prueba? ¿Qué prueba?"-pregunté al mismo tiempo que hacía una mueca de dolor
causada por el alcohol en mi piel.

"Si, Bella siempge que tiene un tutog nuevo, les hace una pgueba paga veg que
tan dispuestos están a rescatagla".

"Si, eres el primero que en verdad hizo algo para ayudarme".-Dijo Bella.

Así que eso era todo, ¿Una maldita prueba?

Miré a Bella ceñudo.

"¿Estos raspones son sol porque querías probar?"

"Eso no es nada, compagado con lo que le espega"-Me dijo Anita.

Temí que sus palabras fueran ciertas. Si esta era la prueba primera, ¿Qué era lo
que me esperaba?

Sólo esperaba que valiera la pena y que al final, Bella pudiera confiar en mí.

Bella POV

Muy bien. Esto era algo fuera de lo planeado. Edward no debió haberme tratado
de ayudar. Debió haberse quedado estático sin saber qué hacer, yo debería tener los
raspones que él tiene, me sentía como una basura, ¡Pero nunca había pasado!

Como iba a saber yo que el muy valiente caballero eterno se tiraría al rescate de la
princesa refinada, aunque ninguno de los dos éramos exactamente así.

- 46 -
"Wow, en verdad que este Sr. Tutor es diferente".-Dijo Alice después de haber
estado un rato en mi cuarto en completo silencio.

Pero no había marcha atrás, Edward tenía que probarme que era digno de mi
confianza, aunque terminaría con algunos moretes y uno que otro raspón.

¡Por fin era viernes! Toda la semana había rogado porque fuera viernes, estuve tan
ocupada con la escuela, que no tuve tiempo de más pruebas para le tutorcito, pero
para eso estaba el fin de semana.

Hoy en la noche, la pesada de Jessica Stanley haría una fiesta, por supuesto que
quería que estuviera ahí, era buena reputación para ella.

Había decidió que iría, más no sola. No, llevaría a mi tutor conmigo, ya era tiempo
de un segunda prueba.

Después de mandarle un mensaje a Jessica confirmándole mi asistencia, me puse a


hacer los deberes de la escuela, podía tener miles de defectos, pero en cuanto
respecta a la escuela, mis calificaciones eran perfectas.

Bajé a comer cuando Rigoberto me llamó.

Edward ya estaba sentado, lo raro de él, es que no ocupaba el asiento de mi


abuelo, como todos los otros tutores lo hacían.

"¿Qué tal la escuela?"-Me preguntó al mismo tiempo que nos servían.

"Normal"-contesté encogiéndome de hombros.-¿Qué tal el trabajo?".-El abuelo, el


día de ayer había hablado con Edward, dándole otro trabajo, mientras yo me
encontraba en la escuela, Edward tendría que organizar unas cosas de la empresa
del abuelo, desde la casa.

"Largo, los papeles que tu abuelo que me encargo son miles".-Dijo

"Que mal".-Durante el resto de la comida no hablamos, solo comimos. De vez en


cuando nos lanzábamos miradas incomodad.

"Escucha Edward."-Le dije cuando retiraban nuestros platos.-"Verás hoy hay una
fiesta, y te quería pedir…".

"Permiso, si lo se."

- 47 -
"Entonces, ¿Si puedo ir?"

"No"-contestó fríamente

"¿Por qué no?"

"Dejarte ir a una fiesta donde ustedes van a tomar alcohol y a tener sexo, sería
algo muy irresponsable de mi parte"

Lo miré con los ojos muy abiertos.

"¿Qué clase de mujer crees que soy?"-Le dije

"O, que, ¿Me vas a negar que no vas a esas fiestas y te revuelcas con cualquier
tipo que se te ponga en frete?"-¿Cómo se atrevía? No me conocía. Sin pensarlo dos
veces, me levanté de mi asiento y le di una cachetada.

"No sé qué clase de mujeres conozcas, pero yo no soy así. Para tu información soy
virgen. Y si no me crees, ven conmigo a la fiesta, para que veas y te quedes con tu
estúpida boca cerrada."

Sé que había sido demasiado ruda, pero él era quién me provocó, prácticamente
me había llamado puta. Era normal que reaccionara así.

"Muy bien"-dijo Edward sacándome de mis pensamientos.

"¿Muy bien qué?"

"Iré contigo a la fiesta".

A pesar de que estaba hecha una furia, sonreí, logré lo que quería.

El Sr. Tutor iría a la fiesta.

Después de una larga discusión sobre que coche llevaríamos, íbamos en el Volvo
de Edward, maldito sea el día en el que olvide renovar mi permiso.

Debía admitirlo, quería saltarle encima a Edward, se veía tan sexy, traía un
pantalón caqui con una camisa azul cielo, cuando lo vi, mi corazón se paró y me
sonroje bastante, ganándome una broma por parte de él

Yo en cambio, traía puesto un vestido color negro, cortesía Alice, bueno mi dinero,
- 48 -
escogido por Alice, el vestido era demasiado corto para mi gusto, me llegaba a
medio muslo, tenía unas ondas muy suaves, y en la parte de arriba era muy
apretado, y con dos tirantes se amarraba por atrás de mi cuello. Los zapatos, escogí
unos zapatos de tacón bajo, con ellos podría bailar sin matarme.

Llegamos al lugar, la música sonaba a lo máximo y las luces cambiaban de tono


rápidamente.

"Edward"-le dije mirándolo a los ojos.-"No podemos decir que eres mi tutor. ¿Qué
diremos?"

"Diremos que soy tu primo".-Vaya, no pensé que me siguiera el juego, pero mejor
para mí.

"Bien".-

En cuanto entramos al lugar toda la gente nos miraba, cosa a la que ya estaba
acostumbrada; busqué a Alice con la vista, pero no la vi, así que con señas le indiqué
a Edward que fuéramos a sentarnos a unos de los sillones.

Edward tomó mi mano para guiarme entre la multitud, y cuando lo hizo las chispas
eléctricas volvieron a aparecer, pero esta vez no quite mi mano, se sentía bien.

Cuando nos sentamos, Edward se ofreció a ir por bebidas se lo agradecí y le pedí


una piña colada, si quería llevar mi plan al pie de la letra, necesitaba estar en mis
cinco sentidos.

"Hola Bella"-Me saludó una voz a mis espaldas.

"Hola Mike"-lo saludé mientras me giraba para verlo de frente.

"Te ves hermosa Bella"-

"Gracias Mike, tu también te ves bien"

"Lo sé."-Contestó. Vaya que modesto.-"Bella, ¿Bailamos?"

"Quizá mas al rato Mike, estoy esperando a alguien"

"Muy bien Bella, pero no te escaparas"-Dijo guiñándome un ojo, me dieron


nauseas.

- 49 -
"Bella".-Me dijo una voz aterciopelada, haciendo que me calmara.-"Aquí
tienes".-Me tendió mi bebida.

Duramos casi 15 minuto sin hablar, solo tomábamos y movíamos la cabeza


siguiendo el ritmo de las diferentes canciones.

"¡Bella!"-Chilló la voz de Jessica Stanley.-"Que bueno que viniste. Oh, ¿Y quién es


el guapo?"-Dijo ella "seductoramente", bien, lo fiesta no llevaba más de una hora y
Jessica ya estaba borracha.

"Es mi primo".-Le contesté.-"Esta de vacaciones"

"Oh, ¿Y cuanto tiempo estará en la ciudad?"-Le preguntó Jessica.

"6 meses"-Me apresuré a contestar, eso es lo que duraría.

"No, prima".-Dijo Edward hablando por primera vez.-"Durare más de 6


meses."-Dijo con un tono fingido de dulzura.

"No, tontito".-Le contesté con el mismo tono.-"Nadie se puede quedar más de 6


meses. Regla de la casa".

"Bueno".-El tono seductor que ahora usaba me confundió.-"Las reglas están


hechas para romperse, ¿No primita?".

Jessica solo se rió como la tarada que era y después se fue.

Otra vez el silencio incomodo.

"¿Por qué sigue diciendo que no durare más de 6 meses?"-Preguntó Edward.

"Porque es la realidad"

"No, no la es"

La fiesta llevaba casi 2 horas y ya casi todos estaban borrachos, creo que hasta
Edward, llevaba más de 7 copas de lo que sea que estuviera tomando.

Era hora del plan.

"Voy a bailar"-Me levanté, vi como Edward me veía sin entender lo que estaba
haciendo, llegué donde estaba Mike y le pregunté si quería bailar.
- 50 -
Nos dirigimos a la pista, justamente donde yo podía ver a Edward y ver todas su
reacciones.

En ese momento comenzó la canción de Don't Cha de las Pussycat Dolls

Perfecto.

Comencé a bailar sensualmente con Mike, aunque Mike con trabajo se movía, vi
como Edward se tensaba.

Mi plan era sencillo, provocar que Mike intente besarme, que intente algo más
conmigo, y ver si Edward me defendería o se quedaría sentado.

Si de plan no funciona, un golpe en los bajos de Mike lo alejaría y me dejaría en


paz, pero primero tenía que provocar lo suficiente a Mike.

Lo cual estaba logrando porque sentí su mano subiendo por toda mi pierna,
cuando giré mi vista para ver a Edward vi que ya no estaba.

Después, todo fue muy rápido.

Mike estaba en el suelo.

Edward lo había golpeado y ahora me jalaba hacia el auto.

"¡Dijiste que tú no te comportabas así!"-me reclamó

"¡Estábamos bailando Edward! ¡Solamente por un baile golpeaste a un menor de


edad!"

"¡El te estaba tocando!"

"¡Era un baile!"

"Bella"-gritó Jessica.-"Váyanse de mi casa, no es nada en tu contra Bella, pero tu


primo causó un gran problema, ahora Mike quiere romperle su cara, pero está
demasiado tomado. Váyanse"

Me subí en el asiento del piloto.

"¿Qué haces?"-Preguntó Edward.

- 51 -
"Estas tomado, no pienso dejar que manejes así".

"Pero tu permiso esta vencido"

"¿Qué importa mas Edward?".

Lo pensó un segundo y por fin me dio las llaves.

Cuando entramos en la casa, todo estaba oscuro, ni un solo ruido.

Prendí la luz y me dirigí a mi cuarto.

Pero antes de que pudiera poner un pie en las escaleras, Edward tomó de mi brazo
y me giró.

"¿Esta era otra de tus pruebitas?"

"¡Claro que no!".-Mentí.-"No entiendo porque actuaste así"

"¿Por qué quieres saber porque?

"Si, si me haces el grandísimo favor".

"Por celos".-Me quedé congelada.

"¿Por celos?"

Eso no tenía sentido.

Hola!

Otra vez yo

Son las 3:56 Am acá en Guadalajara, y mis ojitos se están cerrando,

Espero que les guste este capi

Que va dedicado a Ta-Cullen

Por esperarse conmigo a que lo escribiera y a mantenerme despierta!

Mil gracias
- 52 -
Y Porque el martes es su cumple

Hapii Bdaiii tooo uuu!"!

Hapii Bdaiii tooo uuu!"!

Hapii Bdaiii tooo uuu!"!

Hapii Bdaiii Dear Thanya..!

Hapii Bdaiii tooo uuu!"!

Bueno.. mil garcias por sus reviews."

Llegaremos a los 200? Diganme qe sii"!

Si llegamos mañana mismo suboo!

Biie bieee

Las quiere

Annie Cullen Maseenn

- 53 -
¡Lento Coctel!

Edward POV

¿En qué situación me había metido?

Le dije a Bella que estaba celoso, ¿Celoso de qué? Ni siquiera yo sabía o no lo


quería aceptar. La realidad era demasiado abrumadora como para aceptarla. Al
menos, no por ahora, no aún.

"¿Celos?"-Volvió a preguntar Bella.

Maldita sea la hora en la que decidí ir a la fiesta con Bella.

Maldita sea la hora en la que tomé más de diez copas de whisky.

Maldita sea la hora en la que Bella bailó con ese mocoso.

Maldita sea la hora en la que lo golpee.

Pero solo recordar cómo estaba tocando a Bella me hervía la sangre y me daba
ganas de ir a partirle de nuevo la cara a ese niño estúpido, me sentí
maravillosamente después de haber estrellado mi puño en su cara.

"Edward"-Dijo Bella llamando mi atención.-"¿Celos? ¿Por qué?".

"Porque…".-El alcohol hacía más efectos sobre mí, haciendo que mi cerebro
funcionara más lento, y la capacidad de mentir disminuía.-"Porque me gusto tu
amiga…"-¿Cómo diablos se llamaba esa chica?.-"La de la fiesta, la que… la que era la
anfitriona".-Mi voz sonaba pastosa, en verdad sonaba ebrio.

Vergüenza, era lo que no tenía.

Se supone que yo era el tutor de Bella, su ejemplo a seguir.

Y a la primera fiesta a la que vamos, y me pongo borracho. Vaya ejemplo a seguir.

- 54 -
"¿Jessica?"-Preguntó Bella. ¡Ese era su nombre!-"¿Qué tiene que ver Jessica con
que estés celoso?".-Me dio mucha ternura ver la expresión de Bella, inocencia pura.
No entendía mi excusa patética.

"Si, ella…".-Me rasqué la cabeza tratando de inventar algo.-"Ella, me


gustó."-Fruncí el ceño intentando entender que acaba de decir. La cara de Bella
detonaba tristeza que solo duró unos segundos.-"Y vi que ese niño, estaba
coqueteando con ella."

"Pero, cuando lo golpeaste estaba bailando conmigo, no con Jessica."-Dijo con el


ceño fruncido, mi excusa era tan patética que ni siquiera yo la creía.

"Sí, bueno."-Me encogí de hombros.-"Soy de reacción retardada".-Volví a mentir.

"Oh."-Dijo Bella mientras agachaba su mirada, quise decir algo, pero mi cerebro
alcoholizado no me dejaba decir nada coherente. Después de unos segundos, Bella
levantó su cabeza, tenía los ojos cristalinos, y una sonrisa en sus labios.-"Eso es algo
que yo ya sabía."

Dio media vuelta y siguió subiendo las escaleras. Escuché como cerró su puerta, y
abrió su regadera, yo, como idiota, me quedé paralizado ahí, sin mover ni un solo
musculo, aún procesaba la información, ¿Bella me había llamado lento?

Cuando por fin pude moverme me fui directo a mi cuarto, al pasar por la
habitación de Bella, escuché una guitarra y una dulce voz.

"He's the reason for the teardrops on my guitar,

The only one who's got enough from me to break

My heart, he's a song in the car, I keep singing

Don't know why I do…"

Me acerqué a la puerta de Bella, no creí que ella tuviera una voz tan dulce, era
como escuchar al coro de los mismos ángeles, pero aún mejor.

Abrí la puerta, y pude ver a Bella sentada en la orilla de su cama con una guitarra
negra en sus manos, no podía ver su cara, una cortina de cabello la cubría, con sus
dedos formaba una nota, mientras intentaba tocarla.

Traía puestos unos shorts rosas, y una blusa interior color negra, el cabello que le
- 55 -
cubría la cara estaba húmedo. ¿Cuánto tiempo me quede paralizado allá abajo?

Entré sigilosamente al cuarto de Bella, no se dio cuenta de mi presencia porque


siguió intentando tocar esa nota.

"No sabía que cantaras tan bien"-Le dije, provocando que pegara un gritito, y
soltará la guitarra, si mis reflejos hubieran estado en sus cinco sentidos,
probablemente la hubiera agarrado, pero como no lo estaban, la guitarra ya estaba
en el suelo cuando yo estiré mis manos.

Bella levantó una ceja conteniendo una carcajada.

"¿Qué haces aquí?"-Preguntó Bella.

"Iba camino a mi cuarto, cuando te escuché cantar"-Mi propia voz era


desconocida, sonaba demasiado lenta y pastosa. No más alcohol para el tutor.

"Si, ¿Y entraste por qué…?"-Preguntó mientras levantaba la guitarra y la


recargaba en su mesa de dormir.

"Quería saber si eras tú".-Le respondí como si era lo más obvio.

Bella me miró con la risa contenida, me miraba con cara de ¡Pobre Idiota!, pero
¿Por qué?

"Si, Edward, ¿Quién duerme en este cuarto? O, ¿es que acaso esperabas que
tuviera una fugitiva aquí metida y que esa fugitiva estuviera cantando?"

Me quedé callado procesando la información, lo de la fugitiva era imposible, no


creo que una fugitiva cantará tan bien.

"Tienes razón".-Tenía que dormir urgentemente, mi cerebro cada vez estaba más
lento.-"Una fugitiva no cantaría bien".

Bella me miró con los ojos abiertos antes de soltar una carcajada.

¿De qué reía?

"Edward".-Dije Bella limpiándose las lágrimas causadas por la risa.-"¿No sería más
lógico pensar que es imposible que una fugitiva entre a la casa, después a mi cuarto
y que yo aún estuviera calmada?"

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Me quedé considerándolo un segundo.

Si, era lo más lógico. Pero, ¡Mi idea también era lógica! Vamos, necesitaba dormir
y recuperaría mi vitalidad normal.

"Edward, vete a dormir".-Dijo Bella, adivinado lo que pensaba.-"Estas demasiado


incoherente"

"Si, está bien. Me saludas a la fugitiva".-Le dije a modo de broma, pero en el tono
en el que lo dije sonó como si de verdad existiera una fugitiva en cuarto de Bella.

"Si Edward como sea, vete a dormir".-Dijo mientras me empujaba hacia afuera.

"¿Por qué?"-Le pregunté. Ella no tenía poder sobre mí.

"Porque lo digo yo".-Me contestó con una sonrisa de burla.

¿Dónde había oído eso antes?

Oh sí, yo se lo había dicho.

Sonreí como idiota cuando capte el juego de palabras que había utilizado.

Me giré para ver a Bella.

¡Bella se había transformado en una puerta!

Oh, no esperen. Solo la había cerrado. Suspiré de alivio.

El Sr. Swan me hubiera matado si Bella se hubiera convertido en una puerta,


además de que deje a entrar una fugitiva que canta muy bien a la habitación de
Bella.

¿Eso es lo que había pasado?

Mi cabeza daba vueltas, quizá todo era producto de mi imaginación.

Solo esperaba que Bella no fuera un puerta.

Sentí el sol darme en mi cara, giré para evitarlo, pero al hacerlo, la cabeza, que se
sentía como piedra, me dio vueltas, provocando nauseas, y por consecuencia,
vómito.
- 57 -
Corrí hasta el baño y puse mi cabeza ahí, y dejé que todos los tóxicos de mi cuerpo
salieran, siempre que tomaba y me pasaba la cruda decía que nunca más, ¿POR
QUÉ CARAJOS LO SEGUÍA HACIENDO?

Cuando por fin se me paró el vómito, me recosté en mi cama poniendo en claro mi


mente, los recuerdos de la noche anterior comenzaron a venir.

Gemí.

Probablemente Bella estaría aún riéndose de las tonterías que hice, gracias a Dios
que no le dije nada de que creí que ella se había convertido en una puerta, pero en
eso de la fugitiva, en verdad, no más alcohol para mí.

Me duché con agua muy caliente. Toda la noche dormí en la misma posición y mis
músculos estaban agarrotados y el agua caliente los destensaba, relajándome y
haciéndome sentir como nuevo; claro, el dolor de cabeza aún estaba ahí, pero ya no
tan persistente.

Salí y me cambie con unos jeans y una camisa verde, y bajé hacia el comedor.
Bella de seguro estaría ahí, pero me equivoqué, no estaba ahí.

Entré a la cocina, estaban solo Anita y Rigoberto.

"Buenos días".-Saludé.

"Hola".-Contestaron los dos al mismo tiempo mientras seguían haciendo sus


labores.

"¿Han visto a Bella?"-Pegunté.

"Si"-Me contestó Anita sonriéndome.-"Se fue al jagdín con el joven Jacob a veg los
gigasoles"

"Oh, muy bien. Gracias".-Les dije mientras salía al jardín donde me habían dicho
que se encontraban, y si, ahí estaban, Bella estaba sentada en el pasto viendo los
girasoles, y el jardinero, no traía camisa; tendría que hablar con él, no podía estar
así por la casa.

Vi como el jardinero le ponía una rosa blanca en la oreja de Bella, ella le sonrió un
poco sonrojada, y el solo sonreía.

¿Estaban coqueteando?
- 58 -
El mismo monstro que anoche había invadido mi estomago provocando que
golpeara al niño, se apodero de mí de nuevo.

Y ahora sí no había ni una gota de alcohol en mi organismo, no entendía que me


pasaba, no era normal en mí. Nunca había sentido eso, así que no tenía idea de que
era, pero necesitaba ver a Bella alejada de él, alguien como ella se merecía algo
mejor, no un jardinero de cuarta.

"¡Bella!".-La llamé gritándole por su nombre, ella giró para ver donde me
encontraba, al verme, rodó los ojos pero luego sonrió, le dijo algo a Jacob y luego
vino hacia mí.

"Hola tutor fugitivo".-Dijo con una sonrisa enorme en sus labios. ¡Lo sabía! No
perdería una oportunidad de molestarme.

Rodé los ojos.

"¿Ya desayunaste?"-Le pregunté cambiando de tema.

"No, esperaba a que le levantaras."-Dijo sonriendo.

Esa respuesta me tomo desprevenido, así que la miré con los ojos abiertos, sin
saber que decirle.

"Pensé que el efecto del alcohol ya había pasado".-Dijo entre risas.

Fruncí el ceño.

"Si, solo que… ¿Por qué me esperaste para desayunar?"

"No sé".-Se encogió de hombros.-"No me gusta desayunar sola, además de que ya


me acostumbre a desayunar contigo".-Dijo haciendo una mueca graciosa.

Me reí ante su expresión.

Comenzamos a caminar hacia el comedor.

"¿Eso quiere decir que durare más de seis meses?"

"No".-Respondió Bella cortante mientras nos sentábamos en la mesa, y nos servían


algo de fruta.

- 59 -
"Vaya, además de todo eres bipolar".-Le dije en tono de broma para aligerar el
ambiente.

Bella sonrió.

Tomó una uva y me la aventó, cayo justamente en mi ojo izquierdo.

"¡Oye!"-Le grité entre risas. Tomé una fresa y se la aventé.

Los dos reíamos a carcajadas.

Bella se puso de pie con el Yogurt en las manos. ¡Oh No! ¿Iba a hacer lo que
pensaba que iba a hacer?

Sentí como el líquido espero recorría mi cabello, mi cara, hasta terminar en mí


regazo.

"Esa me la pagas, bipolar."-Me levanté y tomé y frasco de leche y lo arroje todo


sobre Bella, que me veía con los ojos abiertos, totalmente perpleja.

"¿Unimos a la fugitiva a la pelea?"-Dijo Bella antes de lanzar un chorro de miel de


maple, que cayó en mi cabello y en mi camisa.

"Pero solo si promete cantar".-Le dije mientras yo tomaba la crema chantillí y se la


aventaba, llenándole la cara, y parte de sus brazos.

Después de que se nos acabaron los productos líquidos, continuamos con las
frutas partidas en pedazos, algunas se quedaron pegadas a nuestros cuerpos a
causa de la miel y la crema chantillí.

Prácticamente, parecíamos dos cocteles tamaño real.

Rigoberto entró por la puerta de la cocina.

"¡Mamma mía!"-gritó mientras veía el desastre en el que se había convertido el


comedor.

"¿Qué pasa aquí?"-Preguntó Anita, cuando vio todo, nos vio a nosotros, contuvo
una carcajada, pero después su mirada fue severa.-"¿Qué ustedes dos no se cansan
de agogagse cosas?"

Bella y yo miramos hacia abajo con los hombros caídos, como un par de niños
- 60 -
regañados por su mamá después de haber sido descubiertos haciendo una
travesura; Anita nos puso a limpiar todo el comedor, y luego a bañar.

Quise protestar algo, pero no podía. Si hablaba me comenzaría a morir de la risa.

Cuando nos dejaron solos de nuevo, Bella y yo nos miramos como si fuéramos
cómplices y soltamos las carcajadas.

"¿Sabes?"-Dijo Bella cuando terminamos de limpiar.-"Eres un coctel muy lento".

¿Lento?

¿Por qué?

Hola Hola!

Otra vez yo..

Woow ya llegamos a los 200! Me qiiero morir de la emoción

Bueno.. aqi les dejo este capi… qe en lo particular me gusto mucho

Jajaa

Espero sus comentarios

Nos leemos el miércoles!

Mañana en la tarde subiré en Destino Empeñoso

Ah. Por cierto

Aprovecho para felicitar a Ta-Cullen..

Hoy es su cumple.."!

Felicidadeesssss..:!

Qe te la pases super geniaall..!

Y Gracias por desvelarte conmigo jajajaja

- 61 -
Bueno

Ahora si ya me voy

Son la 4:18 aca en Guadalajara, México

Y muero de sueño.!

Nos leemos mañana

Biieeeee

- 62 -
Aceptación

Bella POV

Las pequeñas gotas de agua caían desde mi pelo hasta aterrizar en la toalla que
rodeaba mi cuerpo recién bañado. A pesar que me había enjabonado bastante bien,
y que me tallé mí cabello dos veces, el olor a fruta y a miel seguía en mí; no es que
me molestara pero pensé que se iría y aún olía a una combinación de fresas con
crema chantillí.

Me senté sobre mi cama y acosté mi cabeza sobre las almohadas, seguramente si


Anita entrara a mi cuarto, pegaría un grito al cielo, alegando que me iba a dar un
resfriado y que acababa de lavar las almohadas.

Suspiré.

Anita siempre tan preocupada por mí. Era como la mamá que nunca tuve, bueno si
la tuve, pero solo por una pequeña parte de mi vida.

Siempre creí que la vida misma me había recompensado la falta de padres


mandándome a Anita, y así lo era. El problema era, que volvía a empeorar las cosas
con tantos tutores.

Definitivamente, la vida no es justa.

Seguía sin entender cómo fue que Edward y yo habíamos terminado llenos de
fruta, miel, y crema; Anita nos dijo que parecíamos un par de críos, a mi me pareció
de lo más gracioso, pero ha Edward se la cayó la cara de vergüenza. Lo entendía, se
supone que él era quién debía ponerme límites, no romperlos conmigo.

Edward.

Una punzada de dolor cruzó por mi pecho. La misma punzada que sentí ayer
cuando me confesó que Jessica le atraía y que por eso estaba celoso; mi parte lógica
me decía que su excusa no tenía sentido, porque Mike estaba bailando conmigo
cuando lo golpeó, y Jessica no estaba ni al 100 metros cerca.

- 63 -
Pero la patética excusa de mi tutor no era lo que me preocupaba, no, lo que me
tenía en estado de paranoia, era esa maldita punzada. ¿Por qué la había sentido? A
mí no me importaba lo que él sentía y mucho menos hacia quien tenía sentimientos.
O eso estaba intentando hacerme creer. No debía importarme. Edward no es más
que un tutor más, solo uno más.

Mientras cerraba los ojos y suspiraba, la imagen de Edward inundo mis


pensamientos; sus hermosos ojos verdes me miraban fijamente, estúpidamente me
sonroje, digo, Edward no me estaba viendo, tenía la libertad de observar su rostro
perfecto y admirar su belleza desmedida.

Su cabello color broncíneo caía sobre su frente y el resto estaba totalmente


desordenado, como si un remolino acabara de pasar, sus orbes verde esmeraldas
con ese brillo que solo en él había visto, su nariz recta, perfectamente delineada, sus
labios, no eran gruesos ni delgados, eran perfectos, con tan solo imaginarlos un
impulso creció dentro de mí.

Quería besarlo.

Necesitaba besarlo.

Quería sentir sus perfectos labios sobre los míos, su lengua moverse junto a la
mía; la imagen que estaba en mi cabeza fue remplazada por otra que se movía más.

Edward me estaba besando, vaya que mi imaginación era buena, era tan vivido esa
imagen que pareciese como si en verdad hubiera pasado; los labios de Edward
estaban presionados sobre los míos, moviéndose rápidamente, con urgencia, sus
manos estaban en mi cintura, atrayéndome más hacia él, mis manos estaban
enredadas en su rebelde cabello, no había distancia alguna entre nosotros, el aire
cada vez nos faltaba más, nos separamos solo para tomar aire, mientras tanto,
Edward me giró y me estampo en la pared, por inercia rodeé mis brazos alrededor
de su cuello, mientras él me seguía besando, enrollé mis piernas alrededor de su
cintura atrayéndolo más hacia mí, si es que eso fuera posible. Edward comenzó a
morder mi cuello, dejando un rastro húmedo por donde sus labios pasaban, sentí
algo duro pegado a mi cuerpo, al principio no entendí que era, pero cuando vi a los
ojos de Edward, vi solo una cosa, lujuria.

Abrí los ojos con rapidez.

Fui demasiado lejos. Una cosa era fantasear besar a alguien y otra muy distinta a
fantasear algo casi sexual.

- 64 -
Corrí hacia el baño y abrí el grifo de agua fría, en cuanto salió el chorro aventé la
toalla y me metí debajo del agua; estaba helada, pero necesitaba quitar el calor que
había invadido mi cuerpo con esa fantasía que se había salido de mis manos.

Cuando mi cuerpo comenzó a temblar supe que era tiempo de salir, cerré el agua
y tomé una toalla nueva, la otra ya estaba muy mojada.

En vez de volverme a sentar en mi cama, me dirigí a mi closet y tomé unos


pantalones de mezclilla y una blusa color verde, me vestí y cepillé mi cabello.

Cuando terminé de cepillar mi cabello me senté en mi cama, el tema de esa


fantasía me estaba dando vueltas en la cabeza, si seguía sacándole la vuelta
terminaría con dolor de cabeza.

Dejé caer mi cuerpo sobre la cama, mi cabeza muy lejos de la almohada, tanto que
termine con la cabeza colgando por un borde de la cama, sentí como la sangre
corría a mi cabeza, y esta vez no era por vergüenza.

Cerré mis ojos.

¿Por qué deje ir tan lejos esa fantasía?

¿Por qué no la detuve?

Abrí los ojos lentamente, lo sabía.

Sabía exactamente porque lo hice, pero eso era diferente a querer aceptarlo.

No podía ser.

Me sentía atraída por mi tutor.

Un peso cayó sobre mí.

Era algo que yo sabía desde el día en el que lo conocí, pero soy tan cabezota que
me lo estuve negando una y otra vez, intentando ocultar esta atracción natural que
hay entre los dos, bueno al menos de mi parte hacia él.

La cabeza me estaba dando vueltas, quizá era por el peso de la cruel realidad que
acababa de aceptar, pero lo más probable es que fuera que ya había demasiado
sangre en mi cabeza.

- 65 -
Lentamente me incorpore hasta volver a quedar sentada, a pesar de haberlo hecho
con lentitud, mi cabeza daba vueltas.

I Feel So Untouched

I Want You So Much

That I Just Can't Resist You.

¿Qué hacen las Veronicas en mi habitación?

Oh, es solo mi celular. Sería muy raro que las hermanas gemelas estuvieran en mi
cuarto cantando. Tomé mi celular y en la pantalla estaba la fotografía de Alice
haciendo una mueca graciosa.

"Diga".-Contesté.

"Vaya, hasta que contestas".-Sonó la voz falsamente enojada de mi hiperactiva


amiga.

"Hola, buenas tardes Alice, si amanecí muy bien, ¿Qué tal tu? Qué bueno…".-Le
contesté.

"Ahh, si como sea".- Casi pude ver como rodaba los ojos.-"Te llamaba para decirte
que no hagas planes para hoy en la tarde, y si los tienes cancélalos. Iremos de
compras, a comer y al cine."

"¿Puedo decir mi opinión?".-Pregunté. Aunque no sabía para que, si conocía la


respuesta.

"No".-Contestó firmemente. Alice a veces era tan… Alice.-"Estaré en tu casa a eso


de las 3:00 pm".

"Está bien".-Contesté con el tono que un niño usa cuando acaba de ser regañado
por alguno de sus padres.-"Pero tengo que pedirle permiso al Sr. Tutor, y no es muy
seguro que me deje."-Por primera vez, que Edward fuera tan estricto me iba a salvar
de una salida con Alice.

"Lo dudo, tengo un buen presentimiento.".-¡Diablos! Esos malditos


presentimientos, siempre se hacían realidad, como quisiera que por una vez, Alice
se equivocara.-"De cualquier modo, pídeselo de manera amable y linda."

- 66 -
Iba a contestarle algo, pero me colgó.

Sería mejor que le pidiera permiso de una vez, si lo hacía poco antes, armaría un
lio, y hoy no tenía ganas de pelear, suficiente había tenido con la guerra de fruta en
la mañana.

Bajé las escaleras con cuidado de no caerme, seguramente Edward estaría en el


despacho de mi abuelo, con eso de que cada vez tiene más trabajo en la oficina que
conmigo.

Toqué la puerta dos veces y después se oyó su aterciopelada voz desde adentro
indicando que entraran.

Entré lentamente, esto era invasión a territorio del enemigo, nunca, jamás había
entrado aquí sin que mi abuelo fuera el que estuviera sentado en esa silla, pero
vamos, al parecer, las cosas con este tutor serían muy distintas.

"Eh, hola Sr. Edward".-Me sentía estúpida hablándole en una combinación de Sr. Y
Edward en lugar de usar su apellido.

"¿Qué pasa Bella?".-Dijo él en ese tono formal que utilizan los adultos cuando
están concentrados en algo importante del trabajo. Edward se giró en la silla, y pude
notar que también estaba con el cabello húmedo, sentí un leve cosquilleo en mis
manos por querer tocarlo.

"Hum, verás, me acaba de llamar Alice, y quiere ir de compras, y al cine, o algo


así, y quería pedir permiso".-Me miró por unos segundos y después volvió su vista a
los papeles que sostenían sus manos.-"Entenderé si no me dejas ir".-Dije intentando
de que no me dejara ir.

"No, está bien. Puedes ir, de cualquier modo tengo demasiado trabajo como para
estar checando cada movimiento que haces, ya te puedes cuidar sola".-Muy bien, eso
hirió mi orgullo.

"Muy bien".-Contesté con tono frío y cortante, si él se iba a comportar así, yo


también.

"Te quiero aquí en la casa a las 10:30, ¿entendido?".-Dijo con el mismo tono
distraído mientras buscaba algo entre más papeles.

"Entendido".-Dije con voz baja mientras salía del despacho.

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No entendía que estaba pasando conmigo, primero lo único que pedía era libertad
y que no controlaran mi vida, y ahora que tengo lo que quiero, no me gusta y siento
como si Edward se hubiera desecho de mi.

Esto se me estaba saliendo de las manos.

Edward POV

En cuanto Bella cerró la puerta del despacho del Sr. Swan aventé los papeles que
tenía en mis manos al suelo.

Me sentía fuera de control, quería salir y detener a Bella y decirle que no, que no
podía salir sin que yo fuera con ella, sin que yo estuviera ahí para protegerla.

¿Es que ella no se daba cuenta de lo frágil que era?

Me masajeé las sienes con la punta de mis dedos, esta situación me iba a matar de
una sobredosis de estrés.

El solo verla así, con su cabello húmedo, unos pantalones de mezclilla y una blusa
color verde que se veía adorable con el tono de su piel, hacía crecer esta maldita
atracción aún más, es que Bella era perfecta, era… sencillamente perfecta.

Cerré los ojos y comencé a recordar lo que había pasado hace algunos momentos.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o—o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Flashback.

¡No podía estar pasando otra vez!

Regañado de nuevo por la nana de Bella, otra vez. Por estar peleando como un par
de "críos".

Mientras me colocaba mi camisa pensaba como fue que otra vez termine en una
guerra de secundaria con Bella.

Cuando terminé de vestirme y pelear con mi cabello un rato, decidí ir a ver a


Bella, seguramente tendría planes para hoy, era sábado, no creo que se fuera a
quedar en la casa.

Toqué varias veces suavemente, pero no había respuesta. Así que abrí la puerta,
- 68 -
intentando no hacer ruido; fue cuando la vi, Bella estaba recostada sobre su cama
son solo una toalla cubriendo su cuerpo, parecía estar dormida, y su rostro estaba
completamente sereno. Daría lo que fuera por saber qué es lo que estaba soñando, y
lo que no daría porque estuviera soñando conmigo, pero ¡Qué va! Para ella soy solo
el molesto tutor que su abuelo le impuso, al que ella debe odiar. Una punzada de
dolor me cruzó el pecho, no quería que me odiara.

Bella movió la cabeza hacia un lado, inquieta.

Pensé que se despertaría así que mejor salí de su habitación, antes de cerrar la
puerta me giré a verla, se veía como una muñeca pero al mismo tiempo la imagen de
pureza se veía interrumpida por las piernas bien formadas que no estaban cubiertas
por la toalla, era una imagen pura y a la vez demasiado tentadora.

Me confundía demasiado el estar cerca de ella, todo hacia ella me atraía, pero a la
vez me alejaba, había algo en ella, como diría mi hermano Emmet "un no sé qué, que
que se yo".

Fui a directo a mi habitación tratando de sacarme de la cabeza a Bella, a la dulce y


picante Bella.

Fin del Flashback

o-o-o-o-o-o—o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

La atracción que sentía por Bella era demasiado fuerte como para negarla, pero si
quería estar cerca de ella la mejor manera era hacerlo como su tutor, pero a la vez
sería su amiga, me ganaría la confianza de Bella, me convertiría en su confidente. Al
fin y al cabo lo que ella necesita es un amigo, no a un novio.

El problema sería que Bella era muy terca y obstinada, a eso agreguémosle que es
orgullosa como ella sola, sería demasiado difícil llegar a ser querido por Bella, no sin
antes pasar por un par de momentos embarazosos y uno que otro rasguño.

Pero valdría la pena, ahora solo necesitaba ser su amigo.

Solo el destino sabe que pasará después.

¡Hola Hola!

Antes que nada, mil disculpas. En serio, se que llevo diciendo que subiré capitulo
desde hace más de una semana, pero he tenido un par de inconvenientes, fue el
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cumpleaños de mi primo y se quedo toda una semana en mi casa, y el absorbía todo
mi tiempo e inspiración; y el fin de semana que por fin iba a subir capitulo, amanecí
muy triste a causa de un sueño que tuve, y como no podía poner nada deprimente en
esta historia, subí un One-Shot narrando lo que sentí en mi sueño, obviamente
adaptado, si lo leen podrán comprender mejor como es que me sentía y porque me
bloqueé, ese sentimiento de tristeza me duró hasta el domingo en la noche. Ósea
ayer, y en la noche comencé a escribir, cuando ¡Poof!, tronó mi computadora, otra
vez. Pero lo bueno es, ¡Ya tengo lap-top nueva! Bueno, está condicionada, me la
dieron porque estoy trabajando con mi mamá, y me dijo que en la casa solo podré
usarla hasta las 8 de la noche, y salgo del trabajo a las 6, ¬¬, ósea, nada de tiempo,
pero bueno, podré escribir entre mis ratitos libres y esas dos horas, n_n.

Como ya mencioné, comencé a trabajar, lo que reduce mi horario, así que subiré
en esta historia, Lunes y Jueves, y en la de Destino Empeñoso Martes y Viernes.

Este capítulo está dedicado a mi mejor amiga, Gaby!

Que nadie hizo más presión para que subiera el capitulo como ella, en
serio, casi me vuelve más loca.

Ja, ja, ja. Bueno, espero que les guste este capítulo, en el que sigue es la ida al
centro comercial, ¿Qué pasará? Jaja, con estos personajes nunca se sabe.

Ahora si ya me voy, porque tengo sueño y mañana temprano a trabajar.. ¬¬

Bonitas vacaciones.. Carajo!

XD

Un favor, las quiero invitar a que se pasen a mi One-Shot, no explica nada de la


historia, que fue lo que pasó, como murió ni nada, solo es una narración de
sentimientos de Bella, es muy deprimente, pero me gusta mucho.

Se llama Vivir Sin Mi Vida

Gracias!

Nos leemos mañana en Destino Empeñoso.

Las quiere

Annie Cullenn Maseenn!


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¡Esto esta mal!

Bella POV

¡Alice estaba completamente loca de remate!

No iba a entrar a esa tienda.

"Vamos Bella".-Insistía apuntando a la sex-shop (').

"No Alice, además somos menores de edad."

"Lo sé, pero por inauguración dejarán entrar a todo el público. Además de que hay
muchas ofertas en diferentes juguetes, pócimas y manuales."-Dijo al mismo tiempo
que leía el cartel donde decía todo lo que Alice acababa de repetir.

Así es, en el centro comercial acababan de abrir una sex-shop y era la novedad,
Alice con sólo ver la palabra "oferta" decidió que era una ganga y que tenía que
entrar, claro, llevándome a mí con ella.

"Alice".-Dije tratando de zafar mis muñecas del agarre del diabólico


duendecillo.-"¿Para qué quieres entrar a esa tienda? Ni siquiera tienes con quién
usar todas esas cosas".-Dije con asco, los juguetes con los que las personas salían
eran demasiado extraños, y algunas veces no les encontraba forma y un uso
adecuado.

"Quizá no".-Dije ofendida.-"Pero tengo curiosidad, no quiero esperar otro año para
poder entrar".-Me miró con esos ojos. ¡Ay no! Eran los ojos del gato con botas de
Sherck, era tan difícil decir no, eran demasiado convincentes, tanto que hasta podía
oír la música que suena en esa escena, haciéndola aún más adorable.

"Oh, que mas da".-Dije sin poder resistir a esa cara de gato a medio morir.-"Solo
espero no encontrarme a nadie."

Alice comenzó a dar pequeños saltitos.

- 71 -
Suspiré.

Lo que hacía por solo una amiga.

Patético.

Entramos al local, mis pupilas tuvieron que acostumbrarse a la oscuridad del


lugar; las paredes del lugar eran rojas pasión con algunos detalles negros.

Las personas que atendían el lugar eran mujeres, de unos 25 y 30 años, vestidas
con algo que parecían ser corsés, pero un poco más… sensual.

Casi todas usaban mayas negras rayadas, y unos tacones que si se caían sería lo
último que harían, su cabello era chino con bucles, o completamente lacio.

Su maquillaje era exagerado, las sombras de los ojos eran del mismo de su corsé,
sus labios de carmesí intenso, y las chapas casi del mismo tono que las mías.

"Hola".-Dijo una de ellas con lo que se supone que sería una voz sensual.-"Novatas,
¿Verdad?".-Alice y yo la miramos con los ojos abiertos, ella río.-"Se nota. Díganme,
¿buscan algo en particular?"

"No, solo pasamos a mirar".-Contestó Alice, yo miraba fijamente el suelo de la


vergüenza, seguramente todos pensarían que soy una degenerada sexual.

"Oh, muy bien. ¿Quieren que les muestre nuestra variedad de vibradores?".- Al oír
eso, salí corriendo hacia otro de los estantes, dejando a Alice sola con la tipa de los
consoladores.

Pensé que Alice saldría corriendo conmigo, pero casi me da un paro cardíaco al
ver que se iba con la vendedora para ver a los dildos.

Rodé los ojos, para Alice cualquier cosa que dijera oferta, o descuento, era una
oportunidad que no debía desaprovecharse, pero eso era demasiado, ir a ver esas
cosas, eran, perturbador.

Me giré para observar los libros que estaban en los estantes, ya estaba aquí ¿Qué
más podía hacer?

No pensaba irme sin Alice, y si la dejaba sola, era capaz de comprar esas cosas, si
le daban un buen precio, Alice era capaz de comprar hasta un elefante disfrazado de
cerdo.
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Comencé a leer los títulos de los libros que estaban en los estantes, por cierto
motivo no dejaban entrar a menores de edad a esta tienda, ¡Perturbaba la mente de
los menores!

Mil y una posiciones para mayor placer.

Mil y una formas de llegar al punto G.

Posiciones para lesbianas.

Posiciones para homosexuales.

¡Vaya!, al parecer todos los libros eran sobre posiciones y que movimientos hacer
para lograr un mayor placer al momento del acto sexual.

"¡Bella!".-Chilló Alice al lado mío, haciendo que me sobresaltara.-"Mira esto".-Dijo


poniendo enfrente de mis ojos, algo largo y grueso de color negro.-"¡Solo 3
dólares!".-Al entender que es lo que Alice sostenía en sus manos, solté un grito y lo
aventé.

"¡Alice! ¡Suelta eso!".-Le grité. Alice levantó la cosa esa y rodó los ojos.

"No hay porque hacer un gran alboroto de esto Bella".-Dijo paseando el consolador
enfrente de mis ojos.-"Como dice la vendedora, Sisi, es un objeto natural, para dar
placer a la mujer, también eso es natural.".-Dijo Alice.

Definitivamente estaba loca, pero en exceso.

Alice se volvió a ir con Sisi, hasta nombre se prostituta tenía esa vendedora.

Cuando el ritmo de mi corazón volvió a la normalidad volví a poner la atención a


los libros, prefería eso a tener que tocar esos objetos raros, me provocaba nauseas.

Kamasutra.

El título del libro sexual más famoso de todo el mundo llamó mi atención; estiré un
poco para tomarlo.

Cuando por fin lo tomé, miré sobre mis hombros para verificar que nadie me viera,
me sentía como una delincuente o algo así.

Abrí el libro y comencé a hojear el libro, desde hace mucho tiempo había tenido la
- 73 -
curiosidad de ver este libro; las caras de los "protagonistas" eran de rasgos indios.

¡Bravo Bella!

Acabas de descifrar la procedencia de este libro, que es más que famoso que es
proveniente de la India.

Rodé los ojos ante el comentario tan estúpido que yo misma hice; cambié de
página a causa que las otras imágenes eran demasiado bruscas para mis ojos, la
siguiente era interesante, de hecho, no le encontraba forma, así que acerqué el libro
más a mis ojos para poder contemplarla mejor.

"No sabía que te interesaran tantas posturas sexuales".-Dijo una voz aterciopelada
que deseaba no conocerla, pero para mi desgracia. La conocía y muy bien.

Edward.

El libro se me resbaló de las manos y cayó al suelo.

Giré rápidamente para encararlo, y comprobar que era real y no era mera
alucinación.

"¿Qué…haces…aquí?".-Pregunté mientras pasaba saliva notoriamente, estaba


realmente nerviosa.

"Yo te podía preguntar exactamente lo mismo".-Dijo acercándose a mi mientras


sonreía torcidamente dejándome la mente en blanco por unos segundos.

"Hola guapo".-Dijo una de las prosti… perdón, de las vendedoras dirigiéndose a


Edward.-"¿Quieres que te muestre algo?".-Dijo repagándose a él.-"Tu di y yo te
muestro".-Dijo mientras veía su cuerpo.

Esa zorra se le estaba insinuando a mi tutor, y el solo sonreía.

Al principio iba a golpearlos a los dos, pero después puse atención a la sonrisa de
Edward, no era de coqueteo, si no de burla, se estaba burlando de ella.

"No gracias.".-Le contestó Edward dando un paso lejos de ella, y me tomó de la


mano. Al principio no entendí nada, ¿Por qué estaba sosteniendo mi mano?

Pero una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo ante su tacto, dejándome
helada sin poder hacer nada más que mirarlo a los ojos, y perderme en esos ojos
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verde esmeralda que tanto me gustaban; Edward me miró por un segundo, pero
luego volvió su vista a la vendedora.

"Mi novia y yo ya nos íbamos, solo acompañábamos a una amiga".-Dijo mientras


besaba mi mano, automáticamente me sonrojé y mi corazón comenzó a salir
rápidamente.

"Oh, muy bien. Si quieren podemos mostrarles algunos de los disfraces que
tenemos, también hay para hombres, les aseguramos que tendrán una de las
mejores noches de su vida".-Nos dijo mientras nos guiñaba un ojo.

"No gracias, nosotros yo nos íbamos".-Contesté con apuro.

La vendedora se encogió de hombros y nos dejo solos.

Edward y yo nos miramos, era obvio que ninguno de los dos sabía cómo actuar;
por lo menos yo aún no terminaba de asimilar el hecho de que acababa de aparentar
se novia de Edward, y aún no quería separar nuestras manos.

La moldura de las manos de Edward se acomodaban perfectamente a las mías,


haciéndolas parecer dos piezas de puzzles que por fin estaban juntas.

"¡Bella!".-Chilló Alice. En cuanto oímos su voz nuestras manos rompieron el


contacto, era extraño. Mis manos, extrañaban a las de Edward querían volver a
tomarlas.-"¿Sr. Tutor?".-Preguntó Alice blanca como un fantasma mientras las bolsas
que traía en las manos se caían al suelo.-"¿Qué está haciendo aquí?"

"Yo tendía que preguntarle eso a ustedes, ¿No creen?".

Miré a Alice con la mirada de "Te lo dije"

"Salgamos de aquí".-Dije tomando el libro y poniéndolo en su lugar otra vez.-"He


tenido suficiente como para 3 años".

Escuché la risa musical de Edward y la risa nerviosa de Alice atrás de mí.

Al salir de la tienda, mis pupilas volvieron a sufrir a causa del cambio drástico de
luz, parpadeé varias veces para que se acostumbraran a la iluminación.

"Ahora sí, ¿Me pueden explicar que hacían adentro de esa tienda?".-Nos preguntó
Edward.

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"Este… nosotras… este…".-Comencé a balbucear cosas sin sentido.

"Tenía ofertas".-Dijo Alice mientras se encogía de hombros.-"La pregunta de los


seis millones aquí es, ¿Qué hacía tú aquí? ¿No se supone que tenía mucho trabajo".

Edward se tensó ante la pregunta de Alice; y ahora que lo pensaba, tenía razón, él
me había dado permiso de ir porque tenía muchas cosas que hacer y no tenía tiempo
para estarme cuidando.

"Es cierto".-Corroboré con Alice.-"Tu dijiste que no tendrías tiempo para


salir".-Confirmé mientras alzaba una ceja y ponía una mano en mi cintura.

"Esto… si…pero…".-Comenzó a decir, pero fue interrumpido por Alice que pegó un
grito.

"¡Oh, por Dios!".-Soltó todas las bolsas y cayeron al suelo.-"50% y 60% de


descuento en maquillaje profesional".-Esto era el colmo, Alice ni siquiera se
maquillaba profesionalmente.

"Alice, por favor, esto es ridi…".-No pude terminar porque Alice ya se había ido
corriendo hacia la tienda que acaba de anunciar esa oferta.-"Y me quedo hablando
sola".

"¿Qué yo no cuento?".-Preguntó Edward con tono de indignación.

"No".-Contesté tratando de contener una sonrisa que bailaba por mis labios; me
agaché para levantar las bolsas que Alice había dejado caer; las llevaría al coche,
junto con las otras que ya había abarcado todo el espacio posible en mi auto, y
regresaría a buscar a Alice.

No sé cómo le haríamos para irnos a mi casa, era Alice o sus bolsas.


Probablemente Alice escogería que sus bolsas se fueran en mi auto y ella se iría en
taxi o algo así.

"¿Sabes? Eso podría afectar seriamente mi autoestima".-Dijo Edward con un tono


de falsa preocupación.

"Qué bueno. Ya te hacía falta bajarle a tu ego".-Le contesté poniéndome de pie con
las bolsas de Alice.

Me encaminé hacia el estacionamiento, tratando de equilibrarme con tantas


bolsas, estas bolsas eran solo de la sex-shop que Alice me obligó a entrar, no quería
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saber qué es lo que había terminando comprando.

"¿Necesitas ayuda?".-Preguntó una voz aterciopelada a mis espaldas. ¿Qué no


tenía nada mejor que hacer que venir a atormentarme con su presencia?

"No gracias". Prácticamente ya habíamos llegado al coche, ¿Para qué me ofrecía


su ayuda cuando ya no la necesitaba.

Coloqué las bolsas en el asiento de copiloto, ya que la cajuela iba llena, y si la


abría cerrarla sería muy complicado.

Me giré para volver a la plaza, pero cuando iba a dar un paso, Edward dio otro
hacia mí, quedando a pocos centímetros de mí.

Podía sentir su aliento sobre mi cara, sus ojos me tenían completamente


hipnotizada, sus labios me llamaban a que los besara; y al parecer él no estaba
mejor.

Colocó sus manos en mi cintura, haciendo que nuestros cuerpos se pegaran más,
automáticamente mis brazos se colocaron en su cuello, y mis manos comenzaron a
jugar con su cabello.

No tenía idea de lo que estaba haciendo, ¡Es mi tutor! ¡5 años mayor que yo! ¡Iba
a besarlo en medio de un estacionamiento! ¡Donde cualquiera podría vernos!

Pero no hice caso a mi parte racional, quería besarlo, lo necesitaba, y él no hacía


nada por romper esta burbuja tan personal, lo que indicaba que si lo deseaba él
también.

Cerré mis ojos suavemente mientras veía que él también los había cerrado.

Sentí sus labios sobre los míos, solo por un segundo y sentí que estaba en el cielo,
eran tan suaves, pero firmes a la vez.

Al igual que nuestras manos encajaban perfectamente, nuestros labios lo hacían.

Edward comenzó a mover sus labios contra los míos…

"¡Piii…Piii…Piii…Piii!".-Comenzó a sonar la alarma de mi coche, haciendo que los


dos nos separamos rápidamente.

Yo por supuesto, estaba más que sonrojada.


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¡Había besado a mi tutor!

Aunque prácticamente no había sido un beso, solo un roce pequeño de labios.

Mi corazón estaba latiendo desbocadamente, mientras miles de mariposas


revoloteaban en mi estómago, sentía que mi cara iba a explotar de lo roja que
estaba.

Miré a Edward a los ojos, y podía jurar que sus ojos, usualmente verdes se habían
oscurecido, y me veía intensamente, haciendo que me sonrojara aún más.

Tomé las llaves de mi auto y apagué la alarma. Me estaba estresando ese ruido,
además que interrumpió un momento que pudo haber sido crucial en mi vida.

O quizá interrumpió lo que no debía pasar.

Necesitaba aclarar mi mente, y estar cerca de él no me ayudaba, mis labios


extrañaban su contacto, mis manos picaban por querer sentir de nuevo su cabello,
todo mi cuerpo extrañaba su presencia.

Esto se me estaba saliendo de mis manos.

Esto era algo totalmente inesperado, no podía estar pasando.

Esto, estaba… mal.

Sex-Shop: Tienda para adultos donde venden todo lo relacionado con la


sexualidad.

Hola Hola!

En verdad lamento no haber subido capitulo ayer, pero aquí estoy.

Al rato subo en Destino Empeñoso.

Lamento si alguna se sintió agredida con el contenido de este capítulo créanme, yo


también quedé marcada dos años atrás cuando mi mamá, ¡Mi propia Madre!, me
llevó a una de esas, casi salgo corriendo de ahí Jaja.

¿Qué les pareció el semi-beso?

¿Quieren que en próximo capítulo narre el semi-beso desde el punto de


- 78 -
vista de Edward?

Bueno.. Quiero dedicar este capítulo a Gaby, si otra vez..

¡Pero porque hoy es su cumple!

Mija… ya sabes cuanto te quiero!

Bueno ahora si ya me voy

Nos leemos al rato

Las quiere

Anniie Cullen Massen

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Confundido

Edward POV

Esto… se había salido de mis manos, no había pensado en verdad no, mi cerebro
decidió en ese momento tomar unas vacaciones e irse a la Antártida a jugar con los
pingüinos. Y ahora que regresó, ¡Sigue congelado! Porque no me deja reaccionar de
ninguna manera; lo único que soy capaz de hacer es mirar a Bella con cara de
estúpido por lo que acababa de hacer.

La cara de Bella estaba completamente roja, su mirada evitaba a la mía y sus


dedos jugaban con los otros nerviosamente, tenía la cabeza agachada dejando que
su suave ondulado cabello formara una cortina en su cara que bloqueaba parte de su
hermosa y frágil cara. Eso me molesto, yo quería ver su cara, no importaba que tan
roja estuviera.

Yo solo quería verla.

Bella levantó su cabeza lentamente e hizo contacto visual con mis ojos, y a
diferencia de la otra vez, mantuvo su mirada fija en la mía.

¡En verdad esta chica era un dilema! En los días que llevo trabajando con ella,
podría asegurar que me atacaría, y de algún modo, terminaríamos embarrados de
alguna sustancia pegajosa y la nana de Bella nos regañaría. –Sí, así es, ya me estoy
acostumbrando a terminar así-

Pero en sus ojos sus había rabia, ni esa chispa que cada vez que la veía se me
helaba la sangre e intentaba adivinar que es lo que pasaba por su revoltosa y
diabólica mente; y lo que era aun más extraño era que en sus ojos no demostraba
ningún indicio de coraje o que fuera a saltar sobre mi y golpearme con algún
producto de los que Alice acababa de comprar en esa tienda.

Pero lo que paso, fue en verdad sorprendente.

Bella comenzó a caminar hacia donde me encontraba, con pasos lentos pero
decididos. Sus ojos chocolate miraban fijamente a los míos y por algunos segundos

- 80 -
bajaba su mirada a mis labios; cuando estuvo a pocos centímetros de mí se detuvo.

Mi cerebro que ya estaba regresando a la normalidad, volvió a colapsar por la


cercanía de Bella; uno de sus pequeños y delgados brazos se poso en mis hombros,
su suave blanca y pequeña mano, la enterró entre mis cabellos y sus dedos
comenzaron a jugar con mis cabellos.

Miré a la cara a Bella, quien a su vez veía entretenida a su mano jugando con mi
cabello, aprovechando la distracción de Bella, la observé más detalladamente, ya
que cada vez que lo hacía, me veía haciéndolo y me decía algo como te sale más
barato una fotografía o algo por el estilo.

Su piel blanca se veía tan tersa y suave, una fuerte picazón comenzó a recorrer mi
mano derecha, sin pensarlo, mi mano estaba acariciando la mejilla derecha de Bella,
tal y como lo imaginaba la piel de Bella era tan suave como la de un bebé recién
nacido, tenía la textura que cualquier actriz o modelo daría su vida por tener.

Bella volvió a posar sus ojos en los míos, temeroso de que no le haya gustado la
caricia, retire mi mano, pero ella la atrapó y la volvió a colocar donde estaba hace
unos segundos. Volví a repetir el movimiento que estaba haciendo, Bella recargó su
cara en mi mano, cerró sus ojos y suspiró.

Si decían que las mujeres eran complicadas, en verdad lo eran. En especial Bella.

Un día me declara la guerra a muerte, al otro me avienta frutas y ahora era


extremadamente tierna, ¿Qué acaso era bipolar?

Como sea, Bella abrió sus ojos y sonrió levemente.

"¡Hey, Bella, Sr. Tutor!".-Se escuchó la voz de Alice a lo lejos.-"¿Dónde están?"

Bella suspiró y retiró su mano de mi cabello, dio unos pasos hacia atrás hasta
quedar recargada en la puerta de su auto.

"Aquí Alice, sigue la voz".-Contestó Bella alzando la voz.

Después de unos segundos, escuchamos los pasos de Alice acercándose hacia


donde nos encontrábamos nosotros.

Y aunque suene imposible, traía otras tres bolsas. ¡De maquillaje! Los embases de
los maquillajes eran compactos, era casi imposible llenar una bolsa. ¡Pero ella lleno
tres!
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¿Cómo lo hizo?

"Alice".-Dijo Bella mientras miraba las bolsas de Alice.-"Son tres bolsas de


maquillaje, ¡Tres!".-Bueno, tan siquiera no era el único que estaba sorprendido.

"Si, Bella, ¡No iba a ver rebaja en esa tienda hasta dentro de tres semanas! Tenía
que aprovechar."

"Estas dañada".-Le contestó Bella.

"Como sea, Isabellita".-Noté que al oír ese sobrenombre, Bella le mandaba una
mirada asesina a Alice.-"Tu coche va lleno con todas las bolsas, y dudo que me dejes
manejar tu coche. Así que, me tengo que ir con el Sr. Edward".- Vaya, si que habla
rápido.

"Pero Alice".-Comenzó a replicar Bella.

"Por mí no hay problema".-La interrumpí.-"Alice puede venir conmigo en el Volvo,


y te seguimos"

"Como sea".-Dijo Bella encogiéndose de hombros algo, ¿molesta? Y ahora, ¿Qué


diablos le sucedía? Hacía unos siete segundos estaba de lo mejor, y ahora estaba
enfadada.

"El único problema es que deje el coche un poco lejos de donde estamos en este
momento".-Me giré para ver los zapatos altos de Alice.-"Y dudó que quieras seguir
caminando con esos zapatos".

"Si, tienes razón".-Dijo Alice.

"Espérame aquí con Bella, iré por el coche y enseguida regreso.".- Vi a Alice
asentir mientras sonreía, ¡Wow! Ella sí que tenía energía.

Me encaminé hacia donde había dejado a mi bebé, regalo de Carlisle cuando


cumplí años. Cuando estaba a unos cinco autos del mío, mi celular en mi bolsillo
comenzó a vibrar y a sonar.

Lo saqué y vi que en la pequeña pantalla decía Jasper y aparecía una foto de mi


mejor amigo con un gorro en forma de barco y una mirada asesina en sus ojos.

"Que hay, Jazz"-Contesté.

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"Eddieeee".- Sonó la voz de mi hermano Emmet,-"¿Cómo esta mi hermano
favorito?"

"Emmet, soy tu único hermano, y ¿Qué haces con el celular de Jasper?"

"Lo que te hace más afortunado, ¡No tienes que compartirme! Y respecto al celular
de Jaspi, estoy en su apartamento esperando a Rose, y como vi que te estaba
llamando le arrebate el celular".-Explicó con naturalidad.

"Oh, como sea. ¿Vas a salir con Rosalie hoy?"-Pregunté

"Hum, si y no"

"¿Cómo que si y no?".-Emmet siempre tan especifico.

"Voy a salir con ella, pero nos quedaremos aquí en su casa".-Se escuchó un
movimiento por el teléfono. Mientras escuchaba que Emmet y Jasper discutían, abrí
la puerta de mi auto y me subí.-"Es por eso que te estaba llamando cuando un
troglodita me quito el celular quería ver si podía ir a tu casa/trabajo a pasar la tarde,
no quiero quedarme a ver como un oso que dice ser tu hermano le come la
cara-entre otras cosas- a mi hermana."

No pude evitar reírme al imaginarme la situación y la cara de Jasper.

"Si, está bien. Las chicas van a estar en la casa también, si no te molesta."

"¿Chicas? Pensé que solo eras el niñero de una".

"¡Tutor! Soy el tutor, y si solo es una, pero su efusiva amiga se quedará"

"Oh, está bien. Te veo en una hora. ¡Rosalie! Por Dios, ¡CUBRETE! Déjale algo a la
imaginación"-Jasper siempre tan sobre protector con su hermana.-"¡Pero qué
sexy!".-Se escuchó la voz de Emmet seguido por unos chiflidos y por último un golpe
sordo y un quejido de Emmet.

Rodé los ojos de lo absurdo de la situación. Emmet algunas veces podría ser un
niño, y juntándolo con Jasper que era Mr. Maduro, siempre hacían una escena, sobre
todo en lugares públicos, y siempre Rosalie y yo éramos los que terminábamos
avergonzados.

Encendí el auto y me dirigí hacia donde estaban Bella y Alice.

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Bella ya estaba sentada con las manos aferradas al volante mirando hacia la nada,
mientras Alice hablaba y hablaba sobre algo recargada en la puerta del conductor,
moviendo las manitas por el aire.

Paré el auto justo al lado del coche de Bella y baje la ventanilla del copiloto.

"Te digo y nos vemos en la casa. Alice sube".-Les dije a ambas. En menos de un
segundo, Alice ya estaba sentada a mi lado y prendiendo el radio.

"Como sea".-Contestó Bella y después encendió su coche y arrancó.

"Vamos, Sr. Tutor, que ya quiero llegar a probarle a Bells todo lo que
compre".-Dijo Alice con un voz aún más chillona de lo normal.

Con sus pequeños dedos cambiaba de estación cada cinco segundos, buscando
alguna canción que le gustara.

"Let's have some fun..."-Cantaba Alice al mismo tiempo que la voz salía del
estéreo.-"En serio, AMO, esta canción, Lady Gaga es lo mejor".

La canción iba a la mitad del segundo coro y Alice le cambio, y de nuevo, sus
pequeños dedos se movían rápidamente buscando otra canción.

"All the single ladies, all the single ladies…"-Ahora Alice levantaba sus manos y las
movía al ritmo de la música.-"No, en verdad AMO esta canción, Beyoncé es lo mejor
de lo mejor."-Volvió a asegurar Alice.

Pero, la canción todavía no empezaba la segunda estrofa y Alice ya estaba


cambiándole de música, tan rápido que yo no alcanzaba a distinguir que canción era
la que estaba sonando.

"I'm the one who understands you… You belong with mee".- Déjenme adivinar,
Alice AMA esta canción, y Taylor Swift es la mejor de las mejores.-"En verdad, AMO
esta canción, Taylor Swift es la mejor de las mejores".

"Alice, ¿Hay algo que tu no ames y que pienses que no es lo mejor?".-La pregunta
salió de mis labios sin avisar, y cuando quise recuperarme ya lo había dicho y ahora
Alice me miraba ceñudo.

"Si, hay muchas cosas que no amo".-Hizo una pausa y suspiró.-"Bella tenía razón
sobre ti, en verdad eres muy cerrado de mente. Para ser tan joven suenas como un
señor de setenta años, que le molesta todo lo que sucede a su alrededor."-Dicho eso,
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apagó el radio y se cruzó de brazos mirando hacia la ventana.

Minutos después ya estábamos llegando a la casa, y mi mente seguía procesando


lo que Alice acababa de decirme.

No era la primera persona en decirme que aparentaba ser más viejo de lo que era,
pero tenía que ser maduro, y responsable si tenía que cuidar a una niña de 16 años.

En cuanto el auto quedó bien estacionado, Alice abrió la puerta y salió corriendo
del choche hacia dentro de la casa.

Rodé los ojos y salí del auto para encontrarme con una Bella que me veía ceñuda
pero al mismo tiempo con una leve sonrisa en sus labios.

"Debí suponerlo, eres la única persona capaz de hacer enojar a Alice".-Bella soltó
una carcajada y se fue dentro a la casa.

Suspiré y activé la alarma de mi volvo, y entré a la boca del león.

Después de casi 50 minutos de haber llegado a la casa, Anita había preparado la


comida, y entre el resto de la servidumbre y yo, terminamos de bajar las compras
del auto de Bella y las llevamos a su recamara.

Jasper había llegado un poco antes de lo que había dicho, por lo que mientras las
chicas se preparaban para comer, nosotros estábamos en el despacho platicando y
jugando ajedrez.

"Así que, ¿Una sex-shop?".-Dijo Jasper burlándose de la historia recién


contada.-"Edward, debo decir que no lo esperaba de ti. Quizá de Emmet, pero de ti
no".-La nota de burla se hacía cada vez más presente en su voz.

Yo solo lo fulminé con la mirada.

"Ya enserio Edward, necesitas ser más inteligente que ella, si en verdad quieres
durar más de 6 meses, tienes que aprender a jugar su juego, a ganarte su confianza
y a no caer en sus trampas de adolescente. Vamos, tienes que actuar de la misma
manera que ella, solo que de una manera más astuta. ¿Me explico?".-Preguntó
mientras movía uno de sus caballos y me quitaba una torre.

"No, la verdad es que no. Jasper, esa chica es muy complicada, no como cualquier
otra, me tiene confundido, es tan hermosa que utiliza eso en mi contra y me
deslumbra muy seguido."
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"Eso, Edward, es exactamente a lo que me refiero, no es noticia nueva que las
chicas te encuentran atractivo, y por lo que me cuentas que paso hace rato, Bella no
es la excepción, así que, juega su juego, deslúmbrala tu también, confúndela, hazla
sentir del modo en que ella te hace sentir. Y Jaque-Mate".-Explicó Jasper al mismo
tiempo que me ganaba.

"Ya estamos listas".-Gritaron desde afuera las chicas.

Muy bien, tiempo de aplicar lo aprendido con Mr. Maduro.

Hola!

Si he vuelto, en verdad mil disculpas. ¡Casi dos meses sin actualizar! En verdad lo
siento, pero mi lap me la entregaron hace unos días, ¡Apenas!

Y si, intente subir desde otros equipos, pero nunca terminaba los capis a tiempo,
de hecho de este capi, hay como 3 inicios diferentes XD.

Anyway, ayer por la tarde me detectaron influenza, si, lo sé, es terrible. Y


más porque estoy encerrada en mi cuarto y no podré salir hasta dentro de 7
días.

Lo primero que pensé, bueno, podré subir muchos capis nuevos, pero ¿Qué creen?
El medicamento que me están dando me seda! Mis momentos de lucidez son muy
pocos, y en esos son cuando terminé este capi, les prometo que intentare subir lo
más rápido posible, y espero tener también pronto en Destino Empeñoso.

Porque todos mis archivos, TODOS, fueron borrados. Fue horrible.

Les comento que en uno de los diferente inicios, había un beso ya como Dios
manda, pero después dije, nooo, es muy pronto hay que hacerlos sufrir más, así que
les informó que para el primer beso, todavía falta bastante, porque en verdad quiero
que sea especial.

Bueno, chicas hermosas y pacientes me despido desde mi cuarto, sin


mucha lucidez.

Dejen sus reviews, amenazas, tomatazos, porras, canciones.. lo que se les ocurra

Byee

XOXO
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Annie Cullen Massen

- 87 -
¡Hey! ¡Eso es trampa!

Bella POV

Alice casi me aventaba por la ventana cuando le conté lo sucedido con Edward en
el estacionamiento mientras ella compraba su maquillaje.

No pensé que era tan grave, hasta que mi sabia amiga me hizo ver lo que estaba
pasando en realidad; aunque aceptarlo sería atravesar mi orgullo y tener que
tragármelo.

Me gustaba Edward, eso era obvio. Pero el problema era que, si mis sentimientos
salían a flote, me ponía en desventaja.

Porque esto era una guerra.

Una guerra en la cual no estaba dispuesta a perder.

Aunque el contrincante fuera un dios griego por el cual, cualquier chica haría lo
imposible.

"Ya estamos listas".-Gritamos Alice y yo. Después de colocar todo lo nuevo que la
compradora compulsiva acababa de obligarme a comprar, decidimos utilizar unos de
los pantalones color negro, mi blusa era color azul, y la de Alice un rosa pálido.

Edward abrió la puerta del despacho de mi abuelo, y detrás de él, había un chico
un poco más alto que el, rubio de grandes azules ojos; el, sin duda era la
tranquilidad andando, sus manos estaban en sus bolsillos de sus pantalones y
sonreía a la nada.

O en verdad era feliz, o estaba completamente drogado.

"¿Qué hay de comer?".-Preguntó Edward.

"¿Y yo que voy a saber, cabezota? Llegue al mismo tiempo que tu


¿recuerdas?".-Edward frunció el ceño mientras que su amigo cubría su boca para

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contener una carcajada.

"Ni dos horas Bella, ¿Me pregunto cuánto será tu record sin pelear a
alguien?".-Preguntó Edward.-"Yo apuesto que ni un día".

¿Quién se creía? ¡Pero claro que podía durar sin pelear a nadie!

"¿Quieres apostar?".-Lo reté.

"Claro".-Contestó muy confiado de si mismo.-"Te reto a que no puedes durar 12


horas sin burlarte, pelear o cualquier semejanza".-Dijo cubriendo todos los términos.

"Eso no es justo.".-Dije.-"Solo a ti te peleo, eres… peleable".-Le dije provocando


que rodara los ojos.

"Muy bien".-Dijo dándome su mano a modo de cerrar el trato.-"Solo no puedes


molestarme a mí. Si pierdes, serás mi esclava por una semana".-Una mueca d
espanto cruzo mi cara.

¿Una semana como esclava de Edward? Eso sería una tortura. Pero estoy más que
segura ganare, así que, ¿Qué más daba?

"Muy bien".-Dije tomando su mano, en cuanto sus dedos se entrelazaron con los
míos sentí como miles de descargas eléctricas recorrían cada una de mis
terminaciones nerviosas.-"Pero si yo gano, tú serás el mío por un mes".-Dije
alargando el plazo

"¡Eh! Eso no es justo".-Alegó soltando mi mano.

"Si, si lo es. Porque soy yo la que va a dejar de molestarte, y créeme que será todo
un reto".-Dije volviendo a tomar su mano.-"Así que, ¿Vas o no vas?".-Pregunté
repitiendo la típica pregunta de un programa televisivo.

Edward pareció considerarlo por unos segundos. Estúpido no era, sabía que si
perdía, tendría que someterse a un mes de tortura estilo Bella Swan.

"Muy bien".-Aceptó tomando mi mano y estrechándola.-"El que pierda será el


esclavo del otro".

"Bien".-Corroboré mientras lo veía a los ojos y una chispa de diversión brillaba en


sus ojos, estaban tan iluminados que podría ver mi reflejo y ver mis ojos que tenían
la misma chispa que él.
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Estas serán unas 12 horas muy interesantes.

Alice miraba con insistencia a Mr. Drogado, era obvio que había captado su
interés, más porque el también le sonreía, o más bien, no dejaba de sonreía. ¡Se le
entumirían las mejillas!

"Hola, soy Alice".-Se adelantó mi amiga a presentarse.

"Jasper".-Dijo el tomando su mano.

"Me has hecho esperar bastante".-Dijo Alice coquetamente haciendo que Jasper la
mirara con cara de, está en verdad loca y una sonrisa bastante incómoda.

"¿Lo siento?".-Contestó más en modo de pregunta que de disculpa.

"No hay problema, ya tendremos tiempo de sobra".-Dijo Alice segura y enrollando


su brazo alrededor del suyo.

"Seguro".-Contestó Jasper aún mirándola sin entender su actitud.

"Bueno, ya.".-Les comencé a cortar.-"Muero de hambre, así que, ¿Se pueden dejar
de cursilerías y podemos ir a la cocina?"

Jasper se sonrojó y asintió mientras Alice asentía frenéticamente y sonreía como


una maniaca que se podría confundir con una fugitiva de un manicomio.

Comenzaron a caminar Jasper y Alice primero, seguidos por mí. Esperaba ver a
Edward atrás de mí, pero cuando me giré aún seguía parado fuera del despacho,
mirándome fijamente con una sonrisa picarona.

"¡Apúrate, cabe…".-Me detuve al ver su expresión de júbilo, ¡Era un maldito


tramposo! ¡Me estaba tentando!-"¡Eso no es justo Edward! ¡Me estas tentando!"

"No eres la única que sabe hacer trampa Bella, si tu pones que yo seré tu esclavo
un mes, no te haré tan sencilla esta apuesta. ¡Las veras negras, Swan!".-Agregó
pasando por mi lado y entrando a la cocina.

Me quedé plantada en el vestíbulo, ¡Era un maldito sexy tramposo! ¿Cómo se


supone que iba a soportar doce horas sin molestarlo?, si cada cinco minutos, el iba a
estar provocándome y dándome motivos para pelearlo.

Suspiré y caminé hacia la cocina.


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En lugar de sentarnos en el comedor-donde cabían 20 personas- sugerí sentarnos
mejor en la barra que estaba pegada a la cocineta, donde cabríamos perfectamente
sin necesidad de utilizar el comedor que solo usábamos cuando estaba el abuelo en
casa.

Serví la comida a cada uno, y cuando le di el plato a Edward le sonreí falsamente,


entrecerrando un poco mis ojos recibiendo la misma respuesta por parte de él,
aunque él se veía en realidad divertido, mientras yo estaba echando fuego en mi
interior. Gracias a que Alice seguía sin querer separarse del Mr. Feliz, que ahora
sería Mr. Acosado, tuve que sentarme al lado de Edward que no intentaba disimular
sus miradas divertidas esperando cualquier segundo para recordarme que no podía
molestarlo, a excepción que quisiera terminar siendo su esclava por una semana;
pensé que quizá no sería tan mala idea, en una de sus comida, podría ponerle algún
laxante, en señal de venganza; pero eso lo planearía mejor, sería el PLAN B, por si
llegaba a perder la apuesta.

A pesar de que había pensado que la comida sería tediosa e incómoda, resultó ser
bastante divertida en los momentos en que Edward no me provocaba, Alice y Jasper
tenían buena química, pero aún así, Jasper estaba algo asustado por tanta energía
de Alice, supongo que pensaba lo mismo que yo pensé cuando la conocí ¡Es
demasiado pequeña para tener tanta energía! Y aunque intentaba seguirle el ritmo
en varias de las conversaciones, terminaba pedido, tanto que Alice tenía que
explicarle de nuevo sobre que estaban hablando, después de hacer una clara mueca
de disgusto. Pero ya debería estar acostumbrada a que nadie le pudiera seguir el
ritmo, la más cercana a seguirle la batería, era yo, y aún así me sacaba mucha
ventaja, y vaya que decían que yo era hiperactiva.

Pero Alice era algo como una mezcla de una Santa Claus hiperactiva en navidad, y
en disneyworld comiendo puros dulces y chocolates y en disneyworld.

"Bella".-Me llamó Edward con voz calmada y pasiva, una que era la que utilizaba
cuando estaba en su papel de tutor.-"¿Mañana tienes clases?"

"Si".-Contesté secamente. Porque si decía algo más probablemente terminaría


agrediéndolo, cosa que era lo que menos quería.

"Bueno, ¿Ya hiciste tu tarea?".-Rodeé los ojos. ¿Qué me creía? ¿Una niña de
primaria? ¡Pero claro que la había hecho! ¡No estaba retrasada como para no saber
cuáles eran mis obligaciones!

"Si, Edward, ya la hice".-Conteste con tono de aburrimiento mientras entrecerraba


mis ojos, recargaba mis codos en la mesa y recargaba mis mejillas en mis manos en
- 91 -
señal de aburrimiento. Creía que la forma más fácil de evitar pelearlo sería
ignorarlo, pero sería completamente difícil.

"Ah".-Contestó simplemente con un timbre de decepción, me giré para verlo y


¡Gran error! Sus hermosos orbes verdes me miraban con una nota de tristeza y con
un ligero puchero, haciéndolo ver adorable.

¡Era un chantajista! ¡Sabía a la perfección lo que su cara estaba provocando! Mi


corazón se sentía apachurrado y mi estomago más estrecho a causa de la culpa.

Suspiré pesadamente.

"Solo tenía que hacer unos cuantos resúmenes y unos cuestionarios".- Agregué con
un tono más alegre.-"Los maestros estuvieron de muy buen humor, ya que les
aumentaron el sueldo la semana anterior".-Complementé mi historia con una sonrisa
un poco más sincera.

"Y, yo quería sabes todo eso, ¿Por qué razón exactamente?".-Me contestó ahora
con una cara de burla.

La rabia invadió todo mi cuerpo. ¡Caí en su maldita trampa! Me hizo sentir


culpable por ser cortante y fría con él; y ahora, el me la devolvía.

¡Agggg! Era en verdad frustrante.

Respiré diez veces antes de contestar, y para cuando lo hice ya estaba más
tranquila.

"No lo sé, pensé que quizá lo quisieras saber".-Le respondí encogiéndome de


hombros mientras levantaba mi plato y lo depositaba en el lavatrastos.-"Me voy a mi
recamara, ¿Vienes Alice?"

Me miró con un puchero más pronunciado. Dejándome saber que quería seguir
acosando a Jasper, le respondí poniendo los ojos en blanco y volviendo a encogerme
de hombros.

Estando ya en mi recamara, tome mi guitarra y comencé a tocar algunos acordes


sin tocar alguna canción en especifico mientras mi mente volaba a otra dimensión
muy lejos de aquí.

Sin saber cómo termine pensando en él, en sus hermosos ojos verdes, en la forma
en la que reía, en su cabello que siempre estaba desordenado, en la manera como
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me sentía cuando estaba cerca de él, a pesar de que era desesperante no podía
alejarme, y aunque eso me asustaba quería seguir cerca de él.

Poco a poco mis manos comenzaron a tocar una melodía improvisada muy lenta y
muy romántica, en automático las palabras comenzaron a fluir in mi mente, y
después de acomodarlas conforme a la música, comencé a cantar.

"Cuando te veo todo mi cuerpo, vuelve a sentir

Cuando te escucho, mi corazón vuelve a latir

Cuando tus ojos ven a los míos, puedo sentir

Que tu mirada llena el vacío dentro de mí

Y todo lo que muerto creía, hoy descubrí

Que por ti vivía, esperándote…"

Era exactamente la manera como me sentía sobre Edward, quizá era rápido, pero
era inevitable, sentía que lo conocía desde antes, desde otra vida, como si nos
perteneciéramos…

El escuchar esos pensamientos, mire como a mi guitarra y dije que me estaba


afectando tocar acordes tan románticos, la hice a un lado; me levanté del suelo, y
me senté al borde de mi cama, agache mi cabeza y un ligero Edward en forma de
suspiro se me escapo de mis labios.

Me quedé por unos segundos más en la misma posición y después me levanté para
ir al baño, y cuando lo hice, sentí que la sangre desaparecía de mi cuerpo, al ver a
Edward asomado por mi puerta, completamente petrificado y mirándome fijamente.

Le devolví la mirada de la misma manera.

Aterrorizada.

o-o-o-oo-o—oo-o-o-o-o-o-o-o—o-o-o-o-o—o-o-o-o-o-o—o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Lo siento, lo siento, lo siento!

Chicas, lo se, he tardado añales!


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Pero mi Word no sirve, tuve que raptar la lap de mi mama, y son las 12:00 de la
noche y mañana tengo escuela.

Espero que les haya gustado el capi

La canción que escucha Bella se llama ESPERANDOME de Adrianna Foster,


escúchenla esta hermosa.

¿Quién quiere que pierda la apuesta?

XOXO

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Recuerdos de un fenomeno

Los personajes no me pertenecen, son de Meyer.

Este capítulo va dedicado a mi amiga, Ta- Cullen.

Ehhh! Niña eres la onda, mil gracias por todos esos momentos, de risas y de..
Risas XD.

Te quiero.

Disfruten

Edward POV

¡Tenía que existir un modo de hacer perder a Bella!

No iba a permitir que ganara esa estúpida apuesta, ¡No iba a ser su esclavo por un
mes! Esa pequeña tramposa. No entendía como pude aceptar un trato así,
simplemente ¿Quién en su sano juicio aceptaría un mes por una semana?

O sí, yo.

Solo porque mi mano picaba por querer sentir el contacto con su suave y tersa piel
al momento de cerrar el trato, ni siquiera considere en que si Bella ganaba, sería un
mes de esclavitud, y en ese mes, podría hacer que renunciara.

Me estremecí de solo pensar estar lejos de Bella, y más por su estúpida regla de
los "seis meses". Tenía que elaborar un plan en el que Bella no pudiera evitar
molestarme, y la tendría como esclava por una semana. Como esclava, podría
obligarla a hacer cualquier cosa que a mí se me viniera a mente, o a mi imaginación.

Automáticamente, mi mente reprodujo una imagen de Bella, disfrazada con un


atuendo de sirvienta, pero no uno cualquiera si no uno que dejaba casi nada a la
imaginación. Por reacción a ese pensamiento, mi pantalón se empezó a hacer más
pequeño, hasta llegar a hacerlo doloroso.

- 95 -
Mire hacia enfrente y la imagen de Alice y Jasper tranquilizo un poco mis
"urgencias"; Alice miraba fijamente a Jasper con una sonrisa demasiado abierta y
una nota de demencia brillaba en sus ojos, y su plato de comida estaba intacto.
Mientras que Jasper comía pausadamente, notablemente incomodo, y miraba de
reojo a Alice, y cuando lo hacía, Alice parpadeaba rápidamente, tanto que parecía
que sus pestañas se iban a quemar.

Jasper mi miraba con ojos de suplica, estaba asustado con su nueva acosadora.

Sonreí arrogantemente y me levante de la mesa.

"Con permiso".-Anuncié parándome de la mesa y levantando mi plato.

"¿A dónde vas?".-Preguntó Jasper nerviosamente. Matándome, con los ojos.

"A buscar a Bella".-Dije colocando mi plato en el lavatrastos.-"Necesito hablar con


ella…".-Contesté cortante.

Salí del comedor, dejando solos al acosado-acosadora atrás de mí, para darles algo
de, privacidad por así decirlo.

Me sentía frustrado respecto a Bella, no me gustaba ser tan cortante con ella, ni
estarla tentando, pero me encantaba verla enojada y encaprichada, parecía un gatito
enojado, tratando de ser intimidante cuando lo único que lograba era parecer
adorable.

Comencé a subir las escaleras camino al cuarto de Bella, aun no tenía ningún plan
exacto sobre cómo lograr que me moleste, pero estaba seguro que al estar ahí,
saldría natural, Bella me inspiraba.

Ya estaba a la mitad de las escaleras, y escuche los acordes de la guitarra de Bella


acompañadas de su dulce voz, las palabras de la canción no se escuchaban con
claridad, pero decía algo sobre su corazón y volver a sentir, no entendía con
exactitud, pero podría decir que era una canción romántica. Corrí los últimos
peldaños que me quedaban por subir, y me apresure a llegar a la recamara de Bella,
pero al encontrarme ahí la música había cesado.

¡Rayos!- murmuré para mí mismo, asome mi cabeza por el hueco de la puerta de


Bella, que estaba entreabierta. Divisé la silueta de Bella sentada en la orilla de su
cama, con sus manos en su cabeza, era la típica posición para representar la
frustración.

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"Edward".- suspiró Bella.

Me petrifique al oír mi nombre en los labios de Bella, ¿Yo la frustraba? Por eso se
sentía… ¿frustrada? ¿Por mi?

Mi cuerpo no reacciono a tiempo, Bella se levantaba de su cama, y yo me quede


ahí, paralizado mirándola con terror; y al verme ella, me regreso la mirada de la
misma manera.

Nos quedamos estáticos por unos cuantos minutos, ninguno de los dos sabía qué
hacer, esta situación era de lo más incómoda, tenía que pensar algo, ¡Pero mis
neuronas se habían tomado vacaciones de nuevo! ¡Esta vez al polo sur!

Eh, quizá están con Santa Claus, digo, ya casi es Navidad, espero… que esta vez si
me traiga el cochecito militar que le pedí desde que era niño, y no me trago nada,
bueno, si, ¡Carbón!

¡Edward, concéntrate! Oh sí, lo olvidaba.

"Si tomas una foto te durara mas".-Dije son pensarlo dos veces.

"¿Qué?".-Preguntó Bella, parpadeando varias veces.-"Idiota".-Dijo bajito.-"¡Eres tú,


el que está en mi cuarto!".-Exclamó levantando las manos.

"Bella, Bella, Bella, quizá debas suavizar tu voz".-Le recordé adentrándome en su


cuarto.

La cara de Bella, era un poema. Se notaba la rabia contenida en su rostro, y una


sonrisa falsa dibujada en sus labios, tratando de calmar su coraje.

Le sonreí arrogantemente, retándola a que me dijera algo.

Bella cerró sus ojos, y sus manos se convirtieron en puños y temblaba ligeramente,
y imaginé que en cualquier momento se lanzaría encima de mí y me mordería o algo
así.

"¡IDIOTA!".-Gritó Bella abriendo los ojos que estaban cristalinos de la rabia


acumulada.-"Eres el idiota más grande de todo el universo".-Dijo mirándome
fijamente a los ojos.

"Eso es imposible".-Dije acercándome a ella.-"No conoces a todo el


universo".-Agregué rodando los ojos.
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Bella bufó.

"¿Ves?".-Preguntó.-"Esas son las cosas que me sacan de juicio. Bueno, de todos los
tutores que he tenido, y vaya que han sido bastantes, TU eres el peor de
todos.".-Dijo con tono de odio en su voz.

"Oh, vamos".-Dije con una nota de histeria en la voz.-"No, puedo ser el peor de
todos".

"Pero, por supuesto que lo eres".-Contestó Bella con lagrimas en los


ojos.-"¡Además! ¡Odio tener que llorar por rabia! ¡Y Tú ocasionas esa rabia!".-Dijo
limpiándose las lágrimas que empezaban a ser derramadas.

"Bella, no me culpes de tus rarezas".-Oh, vamos Edward. ¡Cállate!- "Digo, ¿Qué


clase de persona llora cuando se enoja? Eres un fenómeno de la naturaleza.".-Muy
bien, definitivamente, ¡Tengo que cerrar mi bocota! ¿Por qué carajos estoy
diciéndole todo esto?

Bella me miró con los ojos como platos, se me encogió el corazón de ver la
profunda tristeza que sus enormes orbes chocolates reflejaban.

"¡Bestia apocalíptica! ¡Zángano del mal! ¡Escoria humana!".-Chilló la voz de Alice


detrás de mí, me giré sobre mis talones para verla entrar en la habitación, con paso
apresurado miraba a Bella extremadamente preocupada, y los momentos que me
miraba, lo hacía con profundo odio.-"¡Fuera de aquí!".-Me ordenó al momento de
que sus pequeños brazos rodeaban a Bella y esta se soltaba llorando en brazos de su
amiga.

¿Pero qué diablos?

"Tú no eres nadie para decirme que hacer".-Dije firmemente.

La mirada de Alice, juraba que me estaba matando mentalmente, y me recordó


una frase que la novia de Emmet decía:

Si las miradas fueran puñales…

Probablemente estaría más que atravesado; no podía imaginarme que fue lo que le
había afectado tanto a Bella, digo eso de fenómeno no fue muy lindo de mi parte,
pero no era para tanto drama.

"¡Fuera!".-Rugió una vez más Alice.


- 98 -
Y esta vez, preferí no protestar.

Caminé lentamente hacia la salida, donde me esperaba Jasper con una gran
interrogante reflejada en su cara; antes de salir por el marco de la puerta, me giré
para ver a Bella.

La escena que vi, me partió el corazón.

Bella estaba acurrucada en el regazo de Alice, llorando amargamente y esta le


pasaba sus manos por los castaños cabellos.

Definitivamente, soy un idiota.

Llevaba más de dos horas dando vueltas por el despacho del Sr. Swan; tres veces
había ido al cuarto de Bella, para intentar investigar qué era lo que estaba pasando,
pero, tanto a Jasper como a mí nos daban la misma respuesta, ¡Largo de aquí!

La angustia se apoderaba de mí, y la culpa…

La culpa cada vez me carcomía por dentro, me sentí como… como todos los
insultos que me había dicho Alice, nunca pensé que mis palabras fueran a herir
tanto a Bella, tenía que disculparme con ella, hacerle saber que no era mi intención,
que solo quería hacerla perder la apuesta, y que era un completo idiota.

Pero, ¿Cómo?

Si cada vez que intentaba acercarme a la habitación de Bella, me expulsaban como


a un perro pulgoso.

"Edward".-Dije Jasper con su usual voz calmada.-"¿Qué le dijiste a Bella para que
se pusiera así?".-Preguntó mientras me detenía de los hombros.

"Yo…".-Estaba completamente avergonzado, si mi madre Esme me viera, seguro se


tiraría llorando diciendo que no crió a un caballero para que se comportara de esa
manera.-"Le dije fenómeno de la naturaleza".

Jasper me miró sorprendido, pero muy levemente. Ya que su rostro casi no


demostraba ninguna emoción que no fuera la tranquilidad.

"Y hiciste eso, para ganar la apuesta".-No era una pregunta, lo estaba afirmando.

Asentí.
- 99 -
"Me siento como una mierda Jasper, no pensé antes de
hablar".-Confesé.-"Sinceramente, cuando estoy cerca de ella no pienso con claridad,
corrección, no pienso".-Dije mientras miraba hacia abajo con los hombros caídos.

"Bueno, si ese es el caso".-Dijo sonriendo.-"¿Qué harás para pedir perdón?"

Levanté mi vista para verlo a la cara, y gritarle que no tenía idea. Pero la manera
en la que Jasper sonreía, me dejaba saber que tenía un plan perfecto para
disculparme.

Jasper, era una bendición.

Bella POV

Hace apenas quince minutos que el llanto había cesado, pero mis ojos aún
permanecían rojos e hinchados, y Alice y yo seguíamos en la misma posición en la
que ella me acunaba en sus piernas y acariciaba mis cabellos en forma maternal.

¡Odiaba sentirme de esa manera!

Pero al oír esas palabras, fenómeno de la naturaleza no pude evitar que millones
de recuerdos, imágenes, sonidos, gritos, lamentos, lágrimas vinieran a mi mente,
dejándome en el estado en el que me encuentro en este momento.

Flashback:

"¡Por Dios! Reneé".-Gritó mi padre que entraba y salía de la cocina totalmente


quemada.-"¿Por qué intestaste cocinar si sabes que no puedes hacerlo".-Aumentaba
el tono de su voz, y los colores cambiaban en su cara.

Mi madre estaba arrinconada en un rincón de la cocina tatemada abrazando sus


rodillas con sus brazos y gruesas lágrimas rodaban por sus chamuscadas mejillas.

"Yo… yo…".-hipo mi mamá de manera incoherente.-"Intenté hacerte la cena, por tu


ascenso en la empresa, Charlie.".-Sonrío fugazmente.

"¡Era por eso!".-Volvió a gritar mi papá.-"Pues, felicítame. ¡No obtuve el ascenso!


¿Sabes por qué Reneé? "

Mi mamá negó rotundamente con la cabeza, mientras sus rulos castaños giraban
al mismo tiempo que su cabeza.

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"¿No lo sabes? Querida".-Eso ultimo lo dijo como si fuera una palabrota.-"¡Por
ustedes! ¡Mi, "familia" tu, y la mocosa que dice ser mi hija!".

Mi madre lo miró con los ojos abiertos como platos, mientras más lágrimas caían
por su delicada y perfecta cara.

"¿Cómo... como puedes decir eso?".-Preguntó mi madre entre sollozos.-"Somos tu


familia, te apoyamos en todo. ¿Cómo nos puedes culpas por qué no te dieran ese
ascenso?"

"¡PORQUE PARA TENERLO TENDRÍA QUE PASAR 24 HORAS EN ESA OFICINA!


Y EN LUGAR DE ESO, TENGO QUE PASARLO CON USTEDES… USTEDES… ¡PAR
DE FENOMENOS DE LA NATURALEZA!"

Mi madre que durante toda la pelea se había mantenido sentada en aquel rincón,
se levantó y abofeteo a mi padre.

"¿¡Que te sucede! ¿Nos llamas fenómenos de la naturaleza?".-Hizo una pausa y


miró al infinito antes de decir.- "¿Quién eres y que hiciste con aquel hombre que me
case enamorada, y por el cual renuncie a mi familia, y a la herencia de mi padre?
Puedes llamarnos fenómenos, si quieres, pero tú eres un monstro."

Mi madre se giró para retirarse, pero se frenó en seco al notar mi presencia afuera
de la cocina, observando toda la pelea.

"Bella".-Dijo mi madre con voz tenue.-"Mi vida, ¿Cuánto tiempo tienes


aquí?".-Preguntó con aflicción.

Mi padre salió de la cocina en ese momento, me observó y levantó una ceja


esperando mi respuesta.

"Lo suficiente".-Contesté con la voz temblorosa a causa del llanto.

Fin del flashback

Suspiré al recordar una de las miles peleas de mis… padres.

Esa vez solo tenía cinco años, y por más pequeña que fuera, todas y cada una de
las peleas las recordaba a la perfección, cada palabra, cada gesto, cada golpe…
TODO.

"¿Te sientes mejor?".-Preguntó dulcemente Alice.


- 101 -
"Si, muchas gracias".-Contesté con voz pastosa mientras me levantaba.

Alice entrecerró sus ojos y frunció los labios.

"En verdad ese tutor tuyo es un tarado".

Me encogí de hombros.

"Supongo".-Afirmé mientras me estiraba.

A lo lejos, se escucho los acordes de una guitarra mal afinada.

"¿Qué es eso?".-Preguntó Alice.

Volví a encogerme de hombros.

"No lo sé… supongo que algún vecino…".-No pude terminar de hablar porque las
notas de la guitarra aumentaban su sonido y se escuchaban afuera de mi ventana.

¿Qué rayos?

"Perdooooonameeeeee

Perdooooonameeeeee

Perdooooonameeeeee

Si hay algo que quiero eres tuuuuuu!

Perdooooonameeeeee

Perdooooonameeeeee

Perdooooonameeeeee"

¡Por Dios! Un gato, ¡Lo están matando! ¿Con una guitarra?

Fruncí el ceño y corrí a la ventana para encontrarme a Jasper tocando la guitarra


de la misma manera que un niño de tres años, y a Edward cantando.

"Perdooooonameeeeee

- 102 -
Perdooooonameeeeee

Perdooooonameeeeee

Si hay algo que quiero eres tuuuuuu!

Perdooooonameeeeee

Perdooooonameeeeee

Perdooooonameeeeee"

¡Dios! Sí había algo que no era perfecto en Edward, ¡no sabía cantar! Suprimí una
carcajada al reconocer la canción de Luis Fonsi con David Bustamante.

A pesar, de que las cuerdas vocales de Edward se asemejaban a un gato siendo


asesinado, el detalle era que se quería disculpar por algo que no había hecho, eso
era, tierno.

Tengo que hablar con él, explicarle que esto no es su culpa.

Y por piedad, ¡Hacer que se calle!

Hola, hola!

Sigo viva, si!

Después de millones de exámenes, pude encontrarme un momento para escribir


este capítulo.

Sé que no es tan gracioso como muchos de los anteriores, pero es importante


recordar cosas del pasado de Bella, para que Edward se gane su confianza.

Y aunque no lo mencione en este cap, ¡Bella perdió! Por mayoría de votos,


y porque era demasiado un mes.

Niñas, ¡En verdad mil gracias por todos sus reviews! Me hacen tan feliz.

Y por eso, les tengo una gran noticia.

¡Mañana mismo subiré capi nuevo! Que será una muy tierno, y como siempre
gracioso, y para aquel momento que todas esperamos, faltan solo dos capis.
- 103 -
Bueno, me tengo que ir.

¿Llegaremos a los 600?

Las quiere…

Annie Cullen Massen

XOXO

- 104 -
Esta es la verdad

Edward POV

Debía callarme, ¡Ya!

Mi voz era semejante a cuando los perros cantaban, o lloraban. Podía tocar el
piano como un dios, pero no podía cantar ni una nota bien. Y si agregamos a Jasper
tocando la guitarra como el experto que NO era, no ayudaba mucho a nuestra
interpretación.

Bella y Alice nos miraban desde su terraza con cara de confusión y de risa, amabas
se mordían el labio inferior tratando de reprimir la carcajada.

Mi imaginé como es que ellas nos observaban desde la parte de arriba; la solo
imagen de Jasper y yo haciendo ese ridículo, me provoco que no pudiera terminar de
cantar el último verso, porque solté una carcajada a causa de la imagen mental.

Volteé a ver a Jasper quien seguía tocando la guitarra, al mismo tiempo que se
mordía el labio y fruncía el ceño dando una apariencia de "profesional", aunque el
sonido que provenía de la guitarra me lastimaba los oídos.

Cuando Jasper terminó volví a dirigir mi vista a las chicas, y estaban tiradas en el
suelo del balcón, tomándose el estomago con la mano, y suaves lágrimas recorrían
sus mejillas.

Nos miramos Jasper y yo, y nos unimos a las chicas para reír, pero nosotros si
permanecimos con los pies en el suelo, pero también terminamos con un par de
lagrimas en nuestras caras.

"Bueno".-Comenzó a hablar Alice ayudando a Bella a incorporarse.-"Eso, no lo vi


venir".-Dijo Alice soltando una risita.

"Esto…".-Trató de hablar Jasper, pero lo interrumpí.

"Bella".-La llamé.-"En verdad, fui un idiota por haberte llamado así. No tenía

- 105 -
motivo. Y lo dije sin pensar, yo…".-Iba a continuar hablando, pero note las
insistentes miradas de Jasper y Alice, así que me detuve.-"¿Podemos hablar en
privado?".-Pregunté.

Bella me miró con los ojos rojos e hinchados, y dudó unos instantes antes de
asentir suavemente.

"Bien".-Dije.-"¿Podrías bajar? Vamos al jardín trasero".-

Bella bufó.

"¿Por qué tiene que ser donde tú quieres?".-Cuestionó.

"¿Quieres ir a otro lugar?".-Pregunte un poco sonrojado. No había pensado en que


quizá ella quería ir a otro lugar.

"Hum, si".-Contestó sonriendo.-"Al jardín trasero".-Anunció riendo y metiéndose a


su cuarto nuevamente.

Rodeé los ojos, pero sonreí, Bella amaba discutir sin ningún motivo.

"¡Alice!".-Gritó Jasper obteniendo la atención de la duende.-"Esto… ¿Quisieras…


hum… ir… a tomar un café?".-Preguntó tímidamente.

¡Mira nada más! El acoso no lo había asustado, solo lo había acercado más.

Alice lo miró ceñudo, y luego bufó.

"No, gracias. Tengo… otros planes".-Contestó antes de meterse al cuarto de Bella.

Jasper se quedó pasmado ante el directo rechazo de Alice.

"¿Qué diablos pasa por la cabeza de esa chica?".-Me cuestionó.

"No lo sé".-Contesté.-"Pero mejor aléjate de ella antes de que te vuelva loco o te


meta en problemas".

"Demasiado tarde".-Se encogió de hombros y camino hacia la entrada de la


casa.-"Esa pequeña ha dado una voltereta a mi mundo".

Reí por lo bajo, mientras rodeaba la casa para llegar al jardín trasero; un viejo
roble llamó mi atención, ya que estaba rodeado de pequeñas flores de diferentes
- 106 -
colores.

Me senté recargado sobre el viejo árbol, mientras esperaba a Bella.

Bella POV

Me miré por enésima vez en el espejo, pasaba mis manos nerviosamente por mi
cabello tratando de aplacarlo un poco; aplique un poco de maquillaje para disimular
la palidez y el resto de las lágrimas. Finalmente, después de ponerme un poco de
crema para peinar, mi cabello caía en suaves ondas hasta mis hombros.

"Alice".-La llamé antes de salir de mi cuarto.-"¿Tendrías el honor de explicarme


por qué rechazaste la invitación de Jasper? Por lo que vi hace rato, el en verdad te
gustaba".

"Y me gusta".-Explicó naturalmente.-"Pero era más divertido acosarlo, y que se


asustara. No debería actuar normal tan rápido".-Me dijo encogiéndose de hombros.

"Eres tan… Alice.-Contesté.

"Como sea, ¿De qué hablaras con Edward?".-Preguntó comenzando a juntar sus
cosas en su bolsa.

Suspiré.

"No tengo idea".-Confesé mientras me recargaba en el marco de la


puerta.-"Supongo que aclararle él porque me solté llorando como una chiquilla,
claro, sin entrar en detalles. No quiero que conozca toda mi vida".-Sonreí con
melancolía.-"Sería darle demasiada ventaja".

"Supongo, Bella me tengo que ir. Ya es de noche, este ha sido uno de los días más
interesantes y uno de los más largos".-Dijo mientras besaba mi mejilla en señal de
despedida.-"Deberías salir con un suéter, está haciendo frío afuera"

Asentí, pero en lugar de tomar una sudadera, tome una cobija delgada pero
calientita y me envolví en ella.

Ambas bajamos, pero ella salió por la puerta principal, y yo por la trasera; al salir
al jardín vi a Edward recargado en mi viejo roble; aquel que siempre había sido mi
escondite, el lugar donde siempre me desahogaba.

Suspiré pesadamente y camine hacia el árbol.


- 107 -
"Hola".-Lo saludé sentándome a su lado.

"Hola".-Contestó de vuelta.-"Vaya día, ¿No? Empezamos en una sex-shop y


terminamos en un viejo roble. ¿Quién lo diría?"

"Bueno, mis días suelen ser así".-Confesé.-"Escucha Sr. Tutor, no tienes porque
sentirte mal sobre cómo me llamaste".-Expliqué mirándolo a los ojos.-"Aunque sí
estuvo mal que me llamaras así, merezco algo de respeto".-Dije en tono de broma.

"Lo sé".-Replicó él.-"Pero, en verdad me siento mal. No debí llamarte así, creo que
esto me serviría de experiencia para no volver a decirle insultos a nadie
más".-Sonrío fugazmente.-"Pero Bella, si no fueron mis palabras las que te pusieron
mal, entonces, ¿Qué fue?".

Me tensé en cuanto oí esa pregunta.

"Técnicamente, si fueron tus palabras. Pero no tu intención, fue, algo que me hizo
recordar".-Expliqué apresuradamente.-"Tu sabes, cosas de mi infancia"

"Si, tu abuelo nos explico algo sobre eso".-Comentó incomodo.

"Si, no te voy a aburrir con mis historias dramáticas".-Sonreí triste.-"No son


divertidas, y no me gusta que la gente me tenga lastima. Y creo, que ya tengo
suficientes sentimientos negativos de tu parte, así que me ahorraré la parte de la
lástima"

"Bella".-Dijo mi nombre en un susurro.-"No te voy a obligar a contarme algo que


no quieres, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti; si alguna vez necesitas
desahogarte, un hombro donde llorar".-Tomó mi cara en sus manos.-"¿Te revelo
algo?".-Asentí lentamente tratando de contener las lágrimas.-"Yo tengo dos hombros
en los que puedes llorar todo lo que quieras".-Reí suavemente por su ocurrencia.

"Gracias".-La voz me tembló al agradecer.

"Ya sabes…".-Se encogió de hombros.-"Para eso me pagan".-Lo miré sorprendida,


pero vi en sus ojos que estaba jugando.

Sus brazos me envolvieron lentamente, cubriéndome. Nos quedamos así unos


minutos, hasta que note que Edward temblaba levemente a causa del frío.

Rompí el abrazo bruscamente, ganándome una mirada de confusión de Edward, le


saque la lengua como una niña de cinco años, y lo envolví con la cobija haciendo que
- 108 -
yo quedara prácticamente sobre su pecho. Y sus brazos me rodeaban, me sentí
segura.

Suspiré.

"Cuando tenía 7 años".-Comencé mi relato.-"Mi… mamá".-Dios, tenía tanto sin


decir esa palabra.-"Se suicido".-Solté. Los brazos de Edward se tensaron, pero
después se relajaron, esa era mi señal.-"La vida con mi papá era un completo
infierno, el estaba amargado. Nunca supe porque, ni que es lo que le habíamos
hecho para que nos odiara de esa manera.".-Hice una pausa para recobrar fuerzas,
no había hablado nunca de esto con nadie, excepto por Alice, ¿Qué me impulsaba a
contárselo a Edward? Supongo que en sus brazos me sentía completamente segura,
y podía estar tranquila, bajar mi defensa por unos momentos, y dejar que el me
cuidara, sin preocupaciones de que él me hiriera.-"A pesar del comportamiento de
mi padre, mi mamá actuaba como si nada pasara, lo amaba, en verdad lo hacía; pero
nunca fue suficiente para él, todas las noches peleaban, aún recuerdo los gritos
todas las noches, ¡Diablos! Aún siento mis lagrimas recorres mis mejillas de la
misma manera que lo hacía cuando era un niña."

Miré a Edward y vi reflejada la preocupación en sus hermosos ojos, preocupación,


no lastima.

"Bella".-Habló Edward al notar que empezaba a llorar.-"No tienes porque…"

"No, pero quiero hacerlo".-Lo interrumpí.-"Hasta una noche en la que mi papá


estaba trabajando, mi madre entró a mi cuarto, me beso en la frente y me dijo que
me amaba más que a nada en el mundo, que nunca lo olvidara, y que esperaba que
algún día la pudiera perdonar por lo que iba a hacer. En realidad nunca entendí esas
palabras, que eran acompañadas por sus ojos chocolates rojos e hinchados. Me dijo
que se iba a dar una ducha en la tina, que no entrara hasta que llegara mi papi.
Como estaba jugando con mis muñecas, no le presté mucha atención…".-Sin previo
aviso un sollozo abandono mi garganta.-"Mi papá no llegaba, y pasaba de
medianoche, así que decidí ir a ver a mi mamá, y decirle que la vecina estaba
esperándola en el vestíbulo.".-Enterré mi cara en el pecho de Edward, y él me
acariciaba mi espalda.-"Recuerdo, que cuando vi la sangre saliendo de la puerta del
baño, pensé que mi mamá estaba comiendo Kétchup".-Reí amargamente.-"Toqué la
puerta del baño tres veces y mi mamá no me contestó, después la llame cinco veces,
me asusté. Así que abrí la puerta, y la imagen que vi quedo marcada en mi memoria
para siempre. La bañera estaba llena de agua mezclada con sangre, mi madre con
los ojos girados de modo que solo podía ver lo blanco, con las muñecas cortadas y la
sangre por todos lados en su vestido blanco preferido. Pegue un grito, que desgarro
mi garganta, provocando que la vecina corriera a ver qué había pasado".-Las
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lágrimas salían sin que pudiera controlarlas, y la camisa de Edward estaba
húmeda.-"A partir de ahí no recuerdo con claridad, solo que me senté en un rincón
afuera del baño, viendo pasar todo delante de mí, y casi nadie se percataba de mi
presencia. Después de unas cuantas horas, llegó mi papá. Estaba borracho, y cuando
se entero de lo sucedido, no dejo de gritar que mi mamá era una puta por haberlo
dejado solo, y que ojala se pudriera en el infierno, y cosas así".-Me acurruque aun
mas en el pecho de Edward.-"Después de un mes, de la muerte de mi mamá, pensé
que las cosas irían bien con mi padre, en verdad lo pensé. Hasta que un domingo, mi
abuelo fue a visitarnos, lo que era muy extraño, porque él solo nos visitaba en
navidad; y lo más extraño es que mi padre subía mis cosas al coche de mi abuelo.
Después de eso, mi abuelo me empezó a preguntar si quería vivir con él, en una
gran mansión, con gente cuidando de mí, teniendo todos los juguetes que yo
quisiera, y prácticamente vivir como una princesa."

"¿Tu que le respondiste?".-Preguntó.

"Tenía 7 años, era una niña tierna e inocente. Pensé que sería como un cuento de
hadas. Pero todo se vino abajo cuando pregunte si papá venía también, y me
respondieron que no. Y yo les dije que entonces no quería ir, yo me quería quedar
con mi padre".-Solté un bufido.-"Luego de un buen rato de discusiones entendí que
había sido vendida por mi propio padre, y comprada por mi abuelo"

"Y después llegaste a Forks".-Completó el.

"Si, llegué con mi corazoncito de 7 años roto. Las personas que mas amaba en el
mundo me habían abandonado y dejado sola en el mundo; creí que mi abuelo estaría
conmigo para siempre, pero cada 3 días se iba, y me dejaba a cargo de tutores.
¿Sabes? Los primero si huyeron por su propia cuenta, yo no tuve nada que ver, en
ese entonces era aún linda y tierna.".-Rodeé los ojos.-"Pero cada vez que uno se iba,
volvía a mi estado de soledad, y fue entonces cuando decidí que no dejaría a nadie
acercarse demasiado a mí. Digo, si no quieres alguien, cuando te dejen, no dolerá. Y
eso lo que intento alejar de mi vida, el dolor".-Terminé mi monologo viéndolo a los
ojos esperando por su reacción.

"Vaya".-Dijo limpiando con su dedo pulgar una lágrima de mi mejilla


izquierda.-"No creo que tu historia sea aburrida, ¿Cómo crees que alguien se pueda
aburrir?".-Reí ante su comentario.

"No lo sé, eres la segunda persona a quien le cuento esto, así que no estoy segura
de cómo debas reaccionar".-Confesé.

"Muy bien".-Comentó.-"¿Eso significa que confías en mi?".-Preguntó.


- 110 -
Asentí con el ceño fruncido.

"Entonces, ¿Durare más de 6 meses?".-Vaya que era terco.

"No".-Contesté fríamente.-"Edward, toda la gente que quiero en la vida, me dejan,


me abandonan".-Explique.-"No creo que pueda soportar perderte a ti".-Agaché mi
mirada.

"Bella".-Me llamó mientras tomaba mi cara con sus manos.-"Yo no te voy a dejar,
no estoy tan loco como para hacerlo".

"Ese es el problema Edward".-Le dije frustrada.-"¿Cómo se que dices la verdad?


¿Cómo se que no me mientes? ¿Cómo puedo confiar en ti? ¿Cómo puedo saber que
no te irás?"

"No hay una manera de saberlo".-Contestó.-"Simplemente lo sabes, Bella, no


tenemos mucho de conocernos. Pero por algo lo hicimos, tu necesitabas a alguien en
quien confiar, y aquí estoy. Sé que no puedes confiar ciegamente en mí de un día a
otro; pero no te pido nada más que tiempo, con el tiempo te probaré que no me
iré.".-Sonrió y su idea del tiempo me agradaba bastante.-"Solo no me pongas un
límite de 6 meses".-Me pidió.

"Muy bien, no lo hare".-Accedí.-"Pero tú tienes que ganarte mi confianza, porque


no te la daré gratis".-Yo sonreí junto con él; y por mucho tiempo, sentí que esta
sonrisa era sincera, no pesaba, esa MI sonrisa.

Quizá este tutor, duraría más.

Solo quizá.

"Ah, por cierto Bella".-Dijo Edward mientras nos levantábamos.-"Perdiste"

¡Maldita sea! Lo había olvidado. Tendría que ser su esclava un semana.

¿Qué podría pasar?

Hola!

Son las 12:43 de la mañana y estoy terminando este capítulo, lo sé, este no
es gracioso, es triste, y traumático, pero la relación de Edward y Bella
avanza cada vez más, el se está ganando su confianza.

- 111 -
¿Sera bueno o malo?

¿Ideas para la semana de esclavitud de Bella?

Me voy chicas, si hay errores. Lo lamento, mis ojos me arden.

Las quiere…

Annie Cullen Massen

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¡Odio los Lunes!

Bella POV

Lunes. ¡Odio los lunes!

¿Por qué los inventaron? Daría todo por saber quien fue el genio al que se le
ocurrieron…lo revivo, porque lo más probable es que ya esté muerto… ¡Y lo mato de
nuevo!

A regañadientes avente mi calientito edredón con los pies hasta que cayó al pie de
la cama; pataleé un par de veces, y me resigne a levantarme para tomar una ducha
que me levantaría, aunque apostaba lo que sea, a que mi humor estaría como perros
esta semana, todo por la bendita apuesta.

Me levanté y caminé arrastrando los pies hasta meter mi trasero en el baño; me vi


en el espejo y me sorprendí al ver a la persona reflejada en frente de mí; puede que
mi cabellos estaban hechos la maraña que era todas las mañanas, mis ojos estaban
entrecerrados, pero a pesar de esas típicas características, me veía diferente, en
lugar de la clásica mirada fría, estaba una más cálida y algo más segura; mis
mejillas, tenían diferentes marcas de la almohada, que simulaban cicatrices poco
profundas, bueno eso no era algo nuevo.

Abrí el grifo de agua caliente y espere unos minutos mientras se calentaba lo


suficiente, me senté en el inodoro, y pues… hice las necesidades que cualquier
humano tiene; después de unas cuantas maldiciones por haber comido tanto chile,
me metí a la regadera.

Normalmente, tocaba el agua antes de meterme de cuerpo completo, pero estaba


tan adormilada que me metí sin tocarla; ¡Y gran error!

¡Estaba helada! Muy, muy helada.

Intenté abrir la caliente, ¡Pero ya estaba abierta! ¿Qué rayos?

Ya estaba empapada y temblando así que con la velocidad que mi cuerpo me

- 113 -
permitía, me bañe y coloqué shampoo y jabón en donde mis manos alcanzaban, y
donde no, también.

Después de diez largos minutos, terminé de limpiarme y salí disparada a mi cama,


con tan solo una toalla cubriéndome, me acurruqué bajo las sabanas y el edredón,
temblando a causa del frío.

Dejé pasar unos minutos antes de salir y cambiarme con mi uniforme, que
consistía en una falda a cuadros color azul marino y blanco, un chaleco del mismo
tono azul y un suéter muy parecido, las típicas calcetas blancas hasta las rodillas y
unos zapatos negros, que en mi caso, eran unas zapatillas estilo bailarina de ballet.

Gracias a Alice, y su olfato hacia la moda, mi falda era más alta que lo permitido,
pero debido a que el director es un viejo rabo verde (N/A: Llámese a un viejo que le
gustan las menores, no a alguien quien tiene al trasero verde) nunca nos llamaba la
atención, en realidad, solo me miraba las piernas y me saludaba alegremente.

Peiné mi cabello húmedo con suaves rizos, los cuales acomode con una crema para
peinar que les daba una apariencia suave y sedosa, además de que así se sentían.
Me maquille ligeramente, solo resaltando mis ojos, con un poco de sombra azul
sobre mis parpados y estaba lista.

Tomé mi mochila y mi guitarra, ya que hoy era clase de música, que era mi clase
favorita, y no podía dejar mi amada guitarra en mi casa; además de que amo la
música, el profesor George hacia la clase más amena con su sola presencia, es que
el, ¡Era un dios esculpido a mano! Su cara era perfecta de cualquier ángulo que la
miraras, tenía simetría; su piel era morena clara, casi blanca; sus ojos eran grandes
y azul celeste, su sonrisa era tan contagiosa que con tan solo sonreírte, te soltabas
riendo como una maniaca, y su cuerpo, ¡Dios! Debería estar prohibido, tenía unos
brazos que solo son comparados con el actor Taylor Laurent.

Claro, cualquiera pensaría que después de esa descripción física el tipo debería
ser un modelo arrogante, pero no era ninguna de las dos, era un maestro de música,
y era el muchacho más sencillo que había conocido, digo muchacho, porque lo era,
solo tenía 23 años y ya era todo un maestro, a quien todas las alumnas querían
comérselo.

No voy a negar que cuando lo conocí, también me lo quería comer vivo, ¡Y mas
porque él me correspondía! Salimos un par de veces, pero tuve que terminar lo
nuestro ya que él empezó a ponerse más serio, y además de que en la escuela lo
amenazaron con correrlo por pedófilo, y por acoso a menores.

- 114 -
En fin, terminamos como grandes amigos. Aunque no puedo evitar cada vez que
me habla, comérmelo con la mirada, y derretirme por su hermoso acento británico.

Bajé las escaleras, y salí de mi ensoñación del dios que tenía como maestro para
encontrarme con Edward el final sonriendo torcidamente, y toda la imagen de mi
profesor perfecto… se fue al carajo.

Quiero decir, quizá George podría ser irresistible, pero Edward era… ¡Edward!
Era simplemente… perfecto, el solo verlo, me alegro mi mañana fatídica.

"Hola".-Saludé en un susurro al llegar junto a él.

"Buenos días".-Su voz aterciopelada me causo un estremecimiento por toda mi


espalada.-"¿Cómo dormiste?".-Preguntó dando un paso para acercarse a mí.

"Muy bien. Gracias, ¿Y tú?".-Dije mirando lentamente sus labios entreabiertos.

"Plácidamente.".-Me tomo por la cintura y me atrajo a él.-"Tuve un sueño


bastante… interesante".-Añadió mirando también mis labios.

"¿A si?".-Dije incoherentemente dejando caer mi mochila y guitarra, y colocando


mis brazos alrededor de su cuello, enterré mi cara en su pecho, llenando mis fosas
nasales de su exquisito aroma, el rodeo mi cintura con sus brazos.-"¿Qué soñaste?"

"Pues".-Dijo en forma de suspiro, su cálido aliento recorrió mi cuello


provocándome miles de sensaciones desconocidas para mi.-"Tú estabas en el
sueño".-Confesó mientras depositaba un corto beso en mi cuello.-"Estabas…
esto…rogando para que hiciera algo".-Dijo entrecortadamente.

Enrojecí furiosamente imaginando perfectamente el sueño, y más por querer saber


que había rogado que hiciera… o que mi hiciera.

"¿Y qué te estaba rogando?".-Pregunté con un hilo de voz.

Edward se separo de mí solo lo suficiente como para verme la cara, pero nuestro
abrazo continuo; la mirada de Edward tenía un brillo especial, como de seducción,
pero a la vez de diversión…este chico sí que tiene problemas.

"Pues, veras".-Comenzó a explicar.-"Tu, querías…no, rogabas… por".-Se acercó


peligrosamente a mí, pensé que me besaría pero me lleve una sorpresa al ver que
desviaba sus labios a mi oreja.-"Que te liberara del castigo de la apuesta".-Dijo
conteniendo una carcajada.
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Me petrifique en sus brazos, lentamente sentí como despejaba su mejilla de la mía
y me miraba triunfante, pero hubo un pequeño detalle que el olvido; mis dedos aun
estaban enredados en sus sedosos cabello, empecé a aumentar la fuerza poco a poco
mirándolo fijamente a los ojos, dejándole saber que su bromita me estaba
arruinando mi mañana, más de lo que ya estaba.

"Auch, Bella. Relaja tus dedos".-Dijo Edward. Intentó zafarse con un movimiento
brusco, lo que le provoco que doliera aún mas.-"Basta Bella, es una orden".-Dijo en
tono autoritario.

Lo miré una última vez con ojos llenos de rabia, y lo solté.

Cogí mi mochila y mi guitarra, y me dirigí a la cocina, sin siquiera mirarlo cuando


me fui.

"Aggg, es un estúpido pretencioso egoísta presumido".-Farfulle sentándome en la


barra mientras Anita rodaba los ojos y me dejaba mi desayuno en la
mesa.-"Gracias".-Murmuré antes de empezar a engullir mi delicioso desayuno.

"Buenos días a todos".-Saludó el hermoso hombre que un día era el ser más
comprensivo y consolador del planeta, y al día siguiente, el idiota más grande que
alguna vez habito el universo; aunque muy en el fondo, sentía un alivio tremendo al
tenerlo a mi lado, me sentía segura, y sin necesidad de proteger mis sentimientos,
podía ser yo misma, y aunque se la pasara molestándome, no me enojaba en verdad,
solo me hacía quererlo mas y mas… Esperen… ¿Quererlo? ¿Eso no sería muy
apresurado? Quiero decir, llevaba menos de un mes como mi tutor, y ya había caído
ante sus encantos, y ahora, ¿Lo quería?

Me giré bruscamente a verlo, y él me vio de vuelta, me miro tanteando terreno,


pero al ver que lo miraba con cara de preocupación, frunció el ceño y se empezó a
acercar a mí.

"Bella, ¿Estás bien? Pareciera que estas tratando de resolver la división de 745
entre 15".-Explico sentándose a mi lado.

"No es nada".-Contesté dando el ultimo bocado. Me levanté y coloqué mi plato en


el lavatrastos.-"Se me hace tarde para la escuela, los veo en la tarde".

"Este, Bella".-Me llamó Edward.-"Veras, como parte de tu penitencia, es no


conducir esta semana".

"¡¿Qué?".-Pregunté escandalizada.-"Ni loca, no me pienso ir con el chofer en la


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limosina de mi abuelo, ¡Voy a la escuela, no a un desfile no modas!"

"Nadie dijo nada de ir con el chofer".-Aclaro sonriendo.-"Te llevare yo".

"¿¡Que! ¡Eso es peor!".-Espete.-"¿Qué tengo? ¿6 años?".-Grité moviendo mis manos


exageradamente.-"Me harás quedar en ridículo enfrente de mis amigas"

Edward me tomo por la muñeca y me empezó a arrastrar hasta su estúpido


flamante volvo.

"Ese es el punto".-Murmuró antes de meterme en el asiento de copiloto y cerrar la


puerta.

Durante el recorrido fui hecha bola en el asiento diciendo cosas sin sentido, con
mis brazos cruzados en mi pecho y con el ceño fruncido.

"Buen inicio de semana ¿Ah?".-Dijo Edward intentando establecer conversación.

"Oh, cállate".-Conteste groseramente. Lo que provoco que solo se riera mas y que
mi enojo aumentara.-"¿Te parece gracioso?".-Me gire para quedar dando la cara a él
y ver su perfecto perfil.-"¿Te parece gracioso que me levante y me tuve que duchar
con agua helada? Y, que además tu me haces tus bromitas. No le veo lo chistoso.
¡Me parece patético! ¡Yo soy patética!".-Grite volviendo a mi posición inicial.

"Bella, no eres patética".- Aclaro.-"Bueno, tal vez sí. Pero no tienes porque decirlo
de esa manera tan denigrante para ti".-Explico soltando una risita tonta.

"Bah".-Bufe dándole la espalda completamente.-"Tu eres más patético que yo".-


Contraataqué

"¿Ah sí?"ó con la risa contenida.-"¿De qué manera?".-Cuestiono.

"Es simple, Sr. Edward".-Conteste poniendo mi mochila en mi hombro izquierdo al


mismo tiempo que tomaba mi guitarra con mi mano derecha.-"Le sigues el juego a
una niña de 17 años, y se supone que deberías parar el juego… no
seguírselo.".-Conteste sonriendo mientras me bajaba del auto con una sonrisa
triunfal.

Comencé a caminar lo más rápido posible para alejarme de él, y que nadie me
viera que mi tutor me había traído a la escuela.

En la puerta de entrada se encontraba el profesor George rodeado de una grupo


- 117 -
de chicas, incluidas Jessica, Lauren y Tanya, mis "amigas", le decían algo sobre que
se veía muy bien o algo así. George me saludo con la mano cuando pase a su lado, y
fui seguida por las otras tres rubias oxigenadas.

"Hola Bella".-Saludo Lauren con su voz nasal.-"¿Qué tal tu fin de semana?".

"Buenos días, a ustedes también".-Salude intentando encontrar a la duende de


Alice.-"Mi fin de semana fue… interesante"

"Hola Bells".-Chilló Alice a mi espalda.-"¿Cómo amaneciste?".-Pregunto dando.

"Amanecí".-Me limité a contestar.

"¡Isabella!".-Se escuchó un grito desde la calle. No por favor, no esa voz. Di la


vuelta lentamente para encararme al hombre que en este momento estaba
provocando que me sonrojara furiosamente.-"Se me olvidaba decirte".-Volteé a ver a
Alice en señal de ayuda, y me encontré que todos los estudiantes que se
encontraban alrededor miraban con atención la escena.-"Hoy yo te recogeré
primita".-Había olvidado por completo nuestra mentira en la fiesta de Jessica.-"Así
que te veo a la salida, pequeña".- Añadió pellizcando la punta de mi nariz.

Lo único que escuche fue la carcajada de los estudiantes y la carcajada de él


mismo; sentía mi cara arder de la vergüenza y rabia que me había hecho pasar.

"Vámonos Bella".-Me dijo Alice mientras me tomaba del brazo y me arrastraba


adentro del salón de música.-"¿Qué no hicieron las paces ayer?".-Cuestionó.

"Si".-Confirmé mientras me sentaba en mi lugar y acomodaba mis cosas.-"Las


hicimos, pero perdí la maldita apuesta y ahora tengo que pasar una semana de
tortura estilo Cullen".-Farfulle sentándome en la silla.

"Que nefasto".-Soltó Alice mientras ella se sentaba también.

Nos quedamos en silencio los siguientes minutos viendo como se llenaba el salón
poco a poco, y cada vez que alguno me veía se reía descaradamente.

Idiotas.

"Muy buenos días, estudiantes".-Saludó el profesor de música.-"Hoy vamos a


revisar la tarea que deje la semana pasada, ¿Recuerdan? Les pedí que compusieran
un verso sencillo, con el instrumento que quisieran y con letra.".-Todos asintieron y
comenzaron a sacar todo tipo de instrumentos musicales.-"¿Quién ira primero?"
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Todas las rubias oxigenadas levantaron sus manos, y el profesor dejo pasar a
Tanya, quien canto algo sin sentido y solo repetía monosílabos u onomatopeyas para
hacer que su intento de canción rimara y tuviera ritmo.

Era simplemente ridículo. Bueno, aunque no menos que yo. Que había olvidado
por complete hacer esa tarea; pero bueno, cantaría cualquier canción que hubiera
escrito antes, aunque…

En mi mente sonaba una tonada lenta, casi por instinto, tome mi cuadernillo
pautado y comencé a escribir las notas, mientras que en mi mente las letras
empezaban a hacerle juego a la melodía. Durante la interpretación de varios
compañeros yo termine la primera estrofa y el coro de mi nueva canción.

"Bella".-La voz de mi maestro me saco de mi concentración.-"Tu eres la siguiente,


deléitanos".-Dijo sonriendo.

Lentamente tome mi guitarra y mis partituras, me levanté y me senté en el


banquillo donde los que estaban tocando se sentaban.

"Esta es una canción que escribe hace poco".-Si supieran que tan poco…-"Es solo
la primera estrofa y el coro".-Mire a George y él se limito a asentir.

"Why do I just lie awake and think of you?I need some sleep.Tomorrow I have
things to do.Every time I close my eyes I see your faceso I try to read but all I do is
lose my place.

Am I obsessed with you?I do my best not to want you.But I do all the time.I do all
the time.

¿Por qué estoy tirada en mi cama, despierta

Pensando en ti?

Tengo que dormir

Mañana tengo cosas que hacer

Cada vez que cierro los ojos

Veo tu cara.

Así que intento leer,


- 119 -
Pero todo lo que hago

Es perder la compostura.

¿Estoy obsesionada contigo?

Hago lo mejor que puedo

Para no quererte.

Pero te quiero todo el tiempo,

Todo el tiempo

Alice y el resto del salón aplaudieron efusivamente cuando termine mi


mini-canción, pero después de unos segundos su vista se enfoco en la puerta del
aula; sentí curiosidad así que dirigí mi vista, y casi me voy de espalda al ver a
Edward sonriéndome torcidamente.

Oh, por Dios. ¿Qué hacía el aquí? ¡Largo! ¡Invades mi escuela!

"Buenos días, profesor".-Dijo a modo de saludo mientras entraba de lleno a MI


salón.-"Vera, es que mi olvidadiza prima olvido su almuerzo en la casa".-Explicó
acercándose a mí, ¡Delante de mis compañeros!-"Y no quiero que compre cualquier
cosa de la calle, ¡Tiene que estar sana y fuerte!".-Añadió pellizcando mi sonrojada
mejilla.

¡Dios mío! Quítenlo de mi vista… ¡Porque yo si lo mato!

Por segunda vez en la mañana, todos estallaron en carcajadas, de mí… y no


conmigo. Ah no, esto no se quedaría así.

Esperé a que se calmaran las risas, tome la bolsa que Edward me ofrecía y me
levanté del banquillo, me senté en mi lugar; dejé mi guitarra, y me encaré a ese
endemoniado ángel.

"Vamos primo, ¿Desde cuándo te preocupas por tu flacucha prima? Acepta que
solo quieres ver a Jessica, después de tu confesión de que te enamoraste de ella en
el segundo en el que la viste, yo diría que estos son puros pretextos".-Aclaré
levantando su "almuerzo".

Jessica soltó un gritito de emoción mientras que todo el salón se giraba para verla;
- 120 -
la cara de Edward, me alegraba de nuevo todo mi día, en verdad no se veía venir
eso. Al salir de su estupefacción me miró muy enojado.

Uy, uy, uy. Más mala suerte para Bella.

"Esto… primita no digas mentiras".-Trató de justificarse.-"No quieres que te crezca


la nariz como pinocho".-Dijo nerviosamente.

"No te proyectes primito".-Contesté sentándome en mi banca.-"Tu eres el que no


admite tus sentimientos con honestidad".-Ese comentario pareció haberlo dolido
porque agacho la cabeza.

"¿Podrían tener esta disputa en su casa?".-Terció el profesor.-"Interrumpen mi


clase".-Ambos asentimos como un par de críos recién regañados. ¿Por qué todos nos
regañaban?

"Lo lamento, profesor".-Dijimos los dos al unísono, provocando las risas de nuevo.

Edward salió de mi aula dejando a todos pasmados. Esto no era que se viera todos
los días.

El resto del día no fue tan vergonzoso como mí mañana, solo algunos comentarios
sobre mi "primo", y eso incluye a Jessica pegada a mí todo el día pidiendo
información sobre mi querido y apuesto pariente.

"Jess".-Dije al final del día.-"Estoy casi 100 % segura que mi primo es gay".-Mentí
para separarla de mí.-"Dije eso para no dejarlo en evidencia".-Seguí mintiendo
mientras metía mis cosas al casillero.

"¿Qué?".-Preguntó espantada.-"Bueno, yo le puedo quitar ese defectito".

"Si, como sea".-Contesté al cerrar mi loker.-"Mira, me tengo que ir, ¿Vale? Nos
vemos mañana".-Me despedí de ella con la mano y busque con la vista al volvo, y lo
vi estacionado un poco mas delante de la acera.

Abrí la puerta del copiloto y casi salgo corriendo al ver a una deslumbrante
pelirroja en el asiento de copiloto riendo deslumbrantemente junto con MI Edward.

"Oh, Bella".-Anunció ese traidor tutor.-"Te presento a Victoria, mi nueva


asistente".-Ella sonrió falsamente, y en ese momento quise arrancarle todos sus
preciosos cabellos de su hueca cabeza.

- 121 -
"Ósea, ¿Tengo dos tutores?".Pregunté al subirme al auto.-"Eso es nuevo".-Confesé.

Ambos rieron.

"No, la contrate ya que el trabajo se me está acumulando, y tu abuelo me permitió


contratar a alguien que me ayudara con los encargos de su empresa".-Explicó a la
vez que encendía el coche.

Después de esas palabras, no fui incluida en la conversación. Ellos hablaban cosas


sin sentido para mí, así que solo me recargue en la ventana y observe el camino a
casa. Todo el coraje que sentí al conocerla fue remplazado por melancolía, me sentía
cambiada por una exuberante pelirroja; no puede evitar sentirme decepcionada, me
abría un poco a Edward y él me cambiaba, era lógico…quien querría a una
fenómeno con traumas.

En cuanto Edward aparco en la cochera junto a mi auto, baje corriendo hacia mi


cuarto, dejando a los dos tortolitos solos.

"Hola, Bells…".-Saludó Anita pero no le di tiempo de contestar ya que subí a mi


habitación y al llegar, avente mis cosas y me tire en mi cama; luchando con todas
mis fuerzas por no llorar, ¿Por qué era tan débil? Esto no debería afectarme.

Sin pensarlo, saque mi equipo de música y lo conecte a mi computadora; puse


música a todo volumen, canciones movidas, que me levantaran el ánimo, que me
hicieran sentir que nada importaba, que solo era yo con el mundo.

Comencé a bailar en mi cama, y sin poder evitarlo largas gotas de lagrimas


comenzaron a correr por mis mejillas; pero las ignore y seguí bailando al ritmo de la
música, nada me detendría.

"Bella".-La voz de mi nana sonó a través de la puerta.-"Mi niña, déjame


entrar".-Pidió.

Suspiré y apagué la música.

"¿Qué pasa Anita?".-Cuestione abriendo la puerta.

"¿Qué te pasa, mi niña?".-Dijo acunando mi cara con sus manos.

"La historia de mi vida".-Contesté con lagrimas en los ojos. Anita asintió y me


abrazo maternalmente, nos sentamos en la orilla de mi cama.

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Y lloré. Lloré como tanto lo había hecho estos días.

Y odiaba hacerlo, más de lo que odiaba a los lunes.

Pero ya era suficiente, ya había llorado demasiado, y más por él. Y no merecía mis
lágrimas, si él me ignoraba, yo también podía hacerlo; me erguí y limpie mis
lágrimas con mis magnas.

"¿Ya está la comida?".-Pregunte mientras me terminaba de incorporar.

"Si, el Sr. Cullen y la Srita. Smith la esperan en el comedor".-Explicó.

"¿En el comedor? ¿Tenemos visita?".-Me comencé a desvestir y me puse unos


jeans ajustados y una blusa color aqua que era algo suelta pero apretada en la parte
de mi busto, haciéndolo ver más grande. Mi cabello que antes estaba suelto lo cogí
en una coleta alta, y algunos mechones rebeldes caían por mi cara. Me desmaquille
los ojos, y solo me deje el rímel.

"No".-Contestó Anita.-"Solo quiere darle la bienvenida a la señorita


Victoria".-Aclaró.

"Muy bien".-Dije cerrando la puerta.-"Si quiere una bienvenida… la


tendrá".-Anuncié sonriendo maléficamente.

"Ah, Bella. Solo no te metas en problemas. Mas".- Pidió Anita mientras reía y me
tomaba de la cintura.

"Lo intentare".-Le di un beso en la mejilla en forma de despedida y di un largo


suspiro antes de entrar al comedor de donde se oían risas.

Abrí ambas puertas estruendosamente, dando fin a las carcajadas. Entre


decididamente como solo yo sabía hacerlo, atrayendo todas las miradas de las
personas del lugar. Aunque esta vez solo fueran dos, funcionó.

Llegué a la silla de mi abuelo, que estaba vacía y me senté en ella. Así era la cosa,
mientras mi abuelo no estuviera aquí, yo soy la que manda.

"Buenas tardes".-Salude con tono frío y monótono. Volvía a ser la Bella que él
conoció. Los otros dos respondieron con el mismo saludo.

Mientras comíamos decidí cual sería la mejor manera de recibirla.

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"Dime, Victoria, ¿Qué tuviste que hacer para conseguir este trabajo?".-Le guiñe un
ojo para que entendiera mi doble sentido.

"¿Qué?".-Contestó altaneramente. Pero al ver mi ceja levantada, cambio su


tono.-"Solo presente mi curriculum y una entrevista".-Contestó viendo a su plato.

"Bella".-Me llamó mi tutor.-"Vamos a la cocina".-Ordenó.

"No he terminado de comer, ".-Repliqué.-"Quizá cuando termine".-Muy bien,


estaba jugando con fuego, pero ver la cara de Edward por haberlo llamado así lo
valía.

"Es una orden".

Giré los ojos y me levanté aventando mi servilleta.

"¿Me puedes explicar que coños te está pasando?".-Me grito cuando entramos a la
cocina.

"Nada".-Contesté mirando mis uñas.

"Con un carajo Bella".- Volvió a gritar.-"Pensé que habíamos hecho las paces, ¿Por
qué este cambio de actitud?"

"Ya sabes, adolescente".-Contesté señalándome a mí misma.

"Muy bien, si este es juego que vas a jugar. No pienso caer, así que vas a entrar a
ese comedor y tratar a Victoria como se merece".-La punzada de dolor recorrió mi
cuerpo de la cabeza a la punta de los dedos.

"Es lo que estaba haciendo".-Espeté mirándolo a los ojos, le intente dejar saber
por mi mirada cuanto me dolía su indiferencia, y más porque le había prometido que
nunca me haría daño, ¡Y lo estaba haciendo!

"Haz lo que quieras Bella".-Dijo dándose la vuelta. Y ahí estaba de vuelta, ¡La
maldita punzada!

"Siempre lo hago".-Contesté caminando hacia el lado contrario que el.

"¿No terminaras de comer?".-Pregunto Rigoberto, el chef.

"No, gracias. He perdido todo el apetito, pero todo estaba delicioso. Como todo lo
- 124 -
que tú haces".-Dije con una sonrisa sincera.-"Oye, Rigito,".-Le dije con su apodo de
cariño.-"¿Jake está en el jardín? Me serviría mucho verlo".-Eso era cierto, la sola
presencia de él me tranquilizaba.

"Si, ahí mismo se encuentra".-En cuanto escuche la palabra si salí disparada al


jardín, en busca de mi amigo jardinero.

Cuando lo vi, estaba al lado de los girasoles, lo saludé alegremente y me quedé


hablando con él, ayudándolo a hacer muchas cosas, desde escarbar tierra hasta
regar plantas; terminé con varias marcas de tierra por mi cara, y muchos mechones
estaban en mi cara.

"Isabella".- Temblé al oír mi nombre completo pronunciado por el.-"Deberías estar


haciendo tus deberes. No platicando con la servidumbre".-Me recordó tanto a mi
abuelo al hablar despectivamente de nuestros sirvientes, y eso me enfurecía.

"Yo sabré cuando hacerlos, además Jake es mi amigo".-Aclaré.

"Pues bueno, eres mi esclava, así que vete a hacer tu tarea. Y como otro castigo,
no puedes venir a ver a este muchacho durante esta semana."

Jake a mi lado se tenso, pero le puse la mano en el hombro, calmándolo.

"Tranquilo Jake, en cuanto termine esta estúpida apuesta vendré a verte, y


podríamos ir a algún lado."

"Si, de hecho. Quería invitarte a un juego de beisbol que abra el próximo sábado.
¿Quieres ir?".-Me invito.

"Claro que si".-Contesté con una sonrisa.-"Nos vemos luego Jake, no quiero que a
mi tutor le dé un ataque. Aunque sería bueno".-Me despedí de él con un beso en la
mejilla y camine hasta mi cuarto, pasando de largo a mi tutor hermoso.

Me tire de nuevo en mi cama mientras sacaba mis libros de tarea; que diferente
era la situación de ayer a ahora; ayer Edward y yo éramos muy unidos, y ahora,
volvimos a los perros y gatos.

Suspire y comencé a hacer mis deberes, odiaba los lunes.

Eran los días más fatídicos de la semana.

Los odiaba con todo mi corazón.


- 125 -
¡Hola!

Esta vez no demore tanto, y aquí está este capítulo largo, que ha sido el más largo
que he escrito. Sé que es un capitulo de relleno, pero es necesario para lo que se
viene, aquí se introduce a Victoria. Originalmente sería Tanya, pero ya dejémosla en
paz, aunque sea por un rato.

¿Quién no odia los lunes? ¡Yo sí! ¡Los odio con todo mi corazón!

La canción que canta Bella se llama Obssessed y es de Miley Cyrus.

¡Quiero gritar y hacer un baile ridículo! ¡Casi 700 reviews! Niñas, en verdad me
elevaban mi ego, y mis ganas de escribir mucho más.

Bueno, ya me voy. Tratare de subir pronto; y mañana en Destino Empeñoso.

Las quiere

Annie Cullen Massen

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Inoportuno

Los personajes no me pertenecen, siguen siendo de Meyer… dedicado


especialmente a Ta-Cullen… me gemi perdida en el tiempo!

Importante… lean abajo porfa!

Edward POV

¡Las hormonas! Sí, eso era.

Ellas tenían que ser las causantes del cambio de actitud de Bella. No encontraba
otra solución más lógica al nuevo comportamiento de ella; había sido grosera con
Victoria, y volvía a ser fría y distante conmigo; llevaba toda la noche intentando
dormir, sin lograrlo. El asunto de Bella seguía dándome vueltas en mi cabeza.
Quería gritar al sentirme tan frustrado y desesperado, pero si lo hacía levantaría a
Bella, y eso no era una buena idea.

¿Qué le sucedía? Pensé que después de la intensa plática del domingo, habíamos
hecho una extraña clase de tregua; pero al día siguiente, ¡Bam! Como si nada
hubiera pasado, y peor que cuando nos habíamos conocido.

"Quizá la forma en la que la tratas.".-Dijo lo que esperaba que fuera mi conciencia,


ya que si no lo era, tenía que dejar de preocuparme por Bella, y comenzar a tratar
seriamente mi salud mental.

Regresando a lo que fue el comentario de mi conciencia, no quería creer que Bella


estaba actuando de esa manera por mis pequeñas bromas inocentes, además solo le
estaba regresando todo lo que ella me había hecho pasar cuando llegué aquí; así que
eso no le podía estar afectando tanto.

¡Yo culpo a las hormonas!

"¡Piensa genio! Esas bromas no le afectan, ¿Qué puedes estar haciendo para que
ella se comporte así?".-Preguntó mi conciencia.

- 127 -
"No lo sé, ¿Por qué tengo que ser yo el culpable? ¡No me culpes a mí!".-Exclamé
algo irritado, ¡Yo no podía ser la causa de los cambios hormonales de una
adolescente!

"¡Dije que pienses! Si serás idiota… ¿Qué hiciste durante todo el día?, ¡revívelo!".-
¡Como si fuera tan sencillo! No podía recordar que fue lo que comí hoy en la tarde, y ¿Mi

Bufé mentalmente.

Internamente, me estaba dando flojera llamarle conciencia a mi conciencia, así


que tendía que ponerle un nombre… ¿Qué tal Archie?

"¿Archie? Suena como a una caricatura de los 80's. Pero, eso no importa. ¡Intenta
recordar! Grandísimo idiota".- ¡Vaya! Hasta mi otro yo me agrede. Vale, vale. Lo
intentaré.

¿Cómo comencé mi día? Me levanté con mucho sueño, ya que me había desvelado
con todo el trabajo que se está acumulando de las empresas del Sr. Swan; me
encaminé hacia el baño y tome una ducha con agua prácticamente hirviendo, para
que mis músculos se relajaran y poder iniciar mi día como nuevo.

"¡Primer error: La dejaste sin agua caliente, y se baño con agua helada!".-Recordé
las veces que me tuve que levantar y bañarme con agua helada, y siempre era
horrible y me ponía de muy mal humor, así que acepté que ese fue mi primer error.

Después salí hacia la cocina, y en las escaleras encontré a Bella, quien se veía
hermosa como siempre, con su pequeño uniforme y con su guitarra colgada en uno
de sus hombros; parecía distraída pensando en la inmortalidad del pingüino; así que
decidí hacerle una ligera broma sobre la apuesta que había perdido.

"¡Segundo error: Acababa de tener una mañana muy mala, y tu llegas y le


empeoras su humor! En verdad no tienes tacto con ella".-Esta bien. ¡Pero ella
también se había vengado! Con eso de jalarme mi cabello, ¡Si tiene fuerza!

Luego de haberme sobado mi cuero cabelludo, seguí mi trayectoria a la cocina;


cuando entré la vi comiendo su desayuno con el ceño fruncido; saludé a Anita y a
Rigoberto y me senté a su lado; cuando sentí su mirada sobre mí, la encaré un poco
temeroso de que me arrojara algo, pero su cara mostraba preocupación pura, así
que le pregunte que si le pasaba algo y contestó que no y se apresuró a salir; pero la
detuve cuando, le dije su primer castigo, que era no manejar, y que yo la llevaría a
su escuela.

- 128 -
"¡Tercer error: Edward, la tratas como una niña de 6 años! Dejándola sin su auto,
tanto que le gusta manejar, y la privas de eso. ¡Eres el colmo!".-Bueno, Archie, Bella
tiene su licencia vencida, además de que como es de impulsiva, un día tendrá un
accidente, y eso me quita el sueño.

Después de haberla dejado en la entrada de su escuela, espere unos minutos para


que hubiera más gente que presenciara la escena vergonzosa que le armaría a Bella.

"¡Cuarto error: La hiciste pasar una vergüenza enfrente de sus compañeros,


haciéndola parecer como una nena que necesita que la estén cuidando!".-Sí, pero
valió la pena con ver la cara que tenía al no poder creer de lo que estaba haciendo, y
vamos parándole a esto Archie, lo que sigue son mas bromas de mi parte, que ella
sabía que tenía que pasar si perdía la apuesta, no era para que se pusiera así.

"Bueno, ya solo te quedan dos errores más, y los que dieron los golpes finales. Ya
que no los quieres decir tú, te los recordare yo, el quinto error, fue dejarla como
olvidadiza en frente de sus compañeros de clase en su salón, y después de haber
oído la hermosa canción que acaba de terminar. Sexto error, ¡La cambiaste por
Victoria!"

Wow, ¿Qué? ¡Yo nunca la cambie por la Srta. Smith!

"¿No? La excluiste completamente en el auto, hablaste con Victoria de millones de


cosas, y no pensaste ni un segundo en ella. Como si no fuera suficiente, en la cena
no la defendiste a ella, cuando Victoria hablo pestes de ella, cuando no estaba
presente para defenderse y cuando Bella se defendió un poco, ¡La atacas!"

Yo no la ataqué, solo la regañe por el comportamiento grosero de su parte, y quizá


si me comporte algo rudo con ella, ¡Pero no la entiendo! ¿Por qué actúa de esa
manera? Tan defensiva.

"Después de te contó la historia de su vida, ¿Preguntas por qué actúa así? Edward,
ella confía un poco en ti, aunque la vida misma le ha enseñado a no confiar en nadie,
y al día siguiente la ignoras. Honestamente, los dos sabemos que las bromas le
importan lo mismo que un cacahuete quemado, pero que la cambiaras por otra, eso
es lo que la hace comportarse así."

Y dale con lo mismo, ¡No la cambie!

"Tú no lo ves desde ese punto de vista, pero para ella así lo fue.

Oh, cállate. Le espete a Archie, y por primera vez se calló, pensé que seguiría
- 129 -
aquí, pero en verdad me dejo solo; me sentía como una mierda de persona; porque
aunque no me gustaba admitir que trataba mal a Bella, lo hacía.

Pensé en disculparme en cuanto amaneciera, pero dudaba que Bella me fuera a


escuchar, tenía que ganarme su confianza, de nuevo. Pero de igual manera, esta vez
no lo echaría a perder. O al menos, lo intentaría.

No quería seguir mal con Bella, aunque también sabía que nunca habría un estado
de paz extrema; siempre estaríamos haciéndonos bromas el uno al otro y pensando
como vengarnos de la broma pasada; pero eso para mí estaba bien, ya que estando
siempre tranquilo… me aburriría.

Pensando en Bella, me quede profundamente dormido.

¡Tres días!

Tres largos y agotadores días habían pasado, y en ninguno de ellos logre que Bella
me prestara algo de atención, o que me dirigiera la palabra; y cuando la obligaba a
que me hablara, ¡Me hablaba en alemán!

Suspiré frustrado. ¡Qué chica tan más difícil!

Hable con Jasper sobre eso, y su respuesta más sencilla había sido… oblígala y
vaya que lo intenté, pero de alguna u otra forma ella lograba zafarse de mis
imposiciones, haciéndome quedar en ridículo o que me arrepintiera de haberle
pedido hacerlo.

Me dolía demasiado la cabeza de solo pensar en ella, y sin contar todo el trabajo
que tenía; eran las tres de la tarde, y Victoria teníamos todo el día encerrado
trabajando con todos los pendientes que el Sr. Swan nos enviaba, y tanto como
Victoria y yo no habíamos comido nada aún y comenzábamos a tener hambre; tanto
Anita como Rigoberto ya se habían retirado de la casa; si quería comida tendría que
ir por ella yo mismo, pero eso implicaría retrasarme más con el trabajo; así que con
el pesar de mi alma, y con algo de miedo, decidí llamar a Bella, era solo un pequeño
favor, no tendría porque enojarse, no es como si la estuviera humillando.

"¿Si, Sr. Cullen?".-Preguntó al entrar a la habitación, me estremecí al escuchar su


tono frió y distante al llamarme por mi apellido, como llevaba haciéndolo esta
semana.-"¿En qué puedo servirle?".-Preguntó falsamente.

"¿Podrías traernos la comida a Victoria y a mí?".-Traté de sonar lo más amable que


pude.
- 130 -
La reacción de Bella fue mirarme ceñuda, y literalmente pude oír sus
pensamientos diciendo cosas no muy agradables y que podría asegurar que en
algunos países era ilegal; pero en menos de un segundo, el gesto de Bella se suavizo
hasta formar una deslumbrante sonrisa que me dejo en blanco por unos segundos.

"Si, enseguida. ¿Gusta algo más?".-Su nuevo tono cordial me saco de quicio.
Llámenlo paranoia pero Bella me ha enseñado que con ella nunca se sabe que se
puede esperar, al menos no nada bueno.

Lentamente dije que no con la cabeza, sin poder encontrar las palabras correctas
para pronunciar en un momento así, y encontré más apropiado no decir nada que
pudiera ofenderla, como últimamente todo lo que salía de mi boca parecía enfadarla.

Con un giro rápido se dio media vuelta y se retiro del despacho, dejándome
anonado por su nuevo cambio, ¡Estaba loca! ¡Era bipolar! ¡Era… era… adolescente!

"Vaya".-Habló Victoria sin dejar de ver su trabajo.-"Te pego fuerte".-Comentó.

"¿Perdona?".-Pregunté sin saber a qué se refería.

"Esa niña, te tiene cautivado".-Aclaró guiñándome el ojo.

"¿De qué hablas? Estas imaginando cosas".-Mentí, aunque sabía que no debía
ocultar mis sentimientos; no era Victoria precisamente con quien debía hablarlo,
pues había dejado en claro que Bella no era de su agrado, y mucho menos su
comportamiento.

Victoria bajo sus papeles y encarno una delineada ceja.

"Oh, vamos Edward. No tengo 15 años como para no darme cuenta de lo que está
pasando aquí. Te gusta Bella y mucho".-Confirmó.

Suspiré dándome por vencido.

"Tienes razón".-La miré intentando encontrar algún rastro de asco hacia mí, por
pervertido, pedófilo y muchas otras cosas; pero ella solo sonreía y me veía con
diversión.-"¿Qué es lo divertido?".-Pregunté algo irritado.

"Que ambos actúan como un par de críos en estado de negación de sus


sentimientos".-Dijo encogiéndose de hombros mientras regresaba su concentración
al trabajo.-"Lo entiendo de ella, pero de ti Edward… me parece inmaduro".-Confesó.

- 131 -
"¿Y que se supone que haga? ¿Salir corriendo a decirle lo que siento? Lo único que
lograría es que me pusieran de patitas a la calle, y eso sería darle gusto a Bella, y
eso es algo que no voy a hacer"

"¿Cuál es el dilema de la eterna guerra de poderes? ¿Por qué pelean


tanto?".-Cuestionó volviéndome a mirarme.

"Es… complicado".-Me excuse intentando no quedar como un niño encaprichado.

"Creo que soy capaz de entenderlo".-Insistió.

"¡Ella empieza! ¡Yo solo me defiendo!".-Exclamé con tono infantil, y al diablo con
mis intentos de no parecer un adolescente encaprichado, se notaban los esfuerzos
enormes de Victoria por no soltar una carcajada.

"Bueno, lo entiendo. Defensa personal".-Hizo una pausa para detener la risa que
amenazaba con salir, y cuando al fin pudo controlarse añadió:-"Pero hay algo que no
entiendo, ¿Qué es lo que ves en ella? Me refiero, si es bonita y rica, pero eso es todo;
la niña no tiene mucha personalidad"

"Bueno, quizás, pero…".-No pude terminar mi oración porque alguien se aclaro la


garganta en la entrada al estudio.

"¿Interrumpo?".-Preguntó con voz fuerte pero podía notar cómo se estaba


esforzando porque no se le cortara. Esto no era bueno, nada bueno.

"Si".-Contestó altaneramente Victoria.

"No".-Me apresuré a contradecir.-"Puedes dejar la bandeja en el escritorio,


gracias".-Indiqué al ver que sostenía una bandeja con dos platos, dos vasos, dos
juegos de cubiertos y dos servilletas. Bella avanzó con paso decidido hasta el
escritorio y coloco con cuidado la comida.

"Aquí tiene. Si no le molesta, me retirare a mis aposentos, a esperar que el


príncipe encantador en su dorado corcel, venga a rescatarme del enorme y feroz
dragón que me tiene acorralada, junto con su dueña, la bruja malvada con una
peluca tan falsa, que parece hecha de plástico".-Aunque me doliera que me
considerara como un dragón no pude evitar sonreír, ¡Solo a ella se le puede ocurrir
decir eso!

"¿Y quién se supone que eres tú?".-Preguntó Victoria con desprecio.-"¿Blanca


nieves?"
- 132 -
"Nop… Soy la Bella durmiente".-Contestó con tono alegre.-"Y en verdad tengo
sueño, así que…"

"Son las 3: 15 de la tarde, ¿Ya tienes sueño?".-Pregunté

"Si, bastante. Creo que estar en este ambiente de extremo aburrimiento, me ha


causado sueño, ¿Cómo hacen ustedes para mantenerse despiertos? Digo, sin
ofender; si yo fuera así de aburrida, estaría dormida la mayoría del tiempo".-Nos
atacó con ese comentario sin dejar de sonreír, pero antes de que pudiera
contraatacar, Bella ya se encontraba afuera de la habitación dirigiéndose a las
escaleras.

Victoria y yo comimos en silencio, ambos sopesando la idea de que una


adolescente de 17 años nos acababa de comparar con los villanos de un cuento de
hadas, y además nos había llamado aburridos. La comida sabía algo rara, pero pensé
que sería el recalentado, así que no me preocupe demasiado.

Pero una hora después, ¡Como deseaba haberme preocupado!

Algo había hecho daño en mi delicado estomago, provocando que corriera al baño
a desechar la comida de las últimas semanas, y lo más extraño de todo, es que
Victoria había tenido el mismo efecto; y ahora, ambos teníamos más de 45 minutos
encerrados en diferentes baños, sin siquiera poder sopesar la idea de separarnos del
retrete.

¡Perfecto! ¡Simplemente perfecto!

Ahora entendía porque el cambio tan radical de Bella, esta era su venganza final;
que tenía un mensaje subliminal por donde quiera que lo mirara. Ya no más Bella
esclava por el resto de la semana.

Y vaya que me sentí decepcionado, ya que no vería cumplirse mi fantasía de ver a


Bella vestida con un disfraz sexy de sirvienta, haciendo todo lo que yo le pidiera…
todo.

Pero, prefería no ver mi fantasía haciéndose realidad, a terminar en un hospital


por las eternas revanchas por parte de Bella.

¡Las adolescentes están locas!

¡Por fin era sábado! Y hoy gracias al cielo, lo único que tenía que hacer era cuidar
a Bella; no tenía más trabajo de oficina, al menos no el fin de semana. A pesar de
- 133 -
eso, Victoria había venido a la casa, no sabía por qué motivo, ya que ayer le había
dicho claramente que hoy lo teníamos libre, pero aún así estaba aquí.

Y agradecía eternamente que estuviera aquí; porque Bella y el tal jardinero ese,
iban a ir a un partido de beis-bol; pero como condicionante para dejarla ir, le dije
que yo también tenía que ir, accedió solo cuando prometí sentarme lejos de ellos.

Lo que no sabía cuál sería su reacción al ver que Victoria vendría con nosotros; ya
que a lo largo de la semana, su relación no había mejorado mucho; varias veces
pensé que Bella se arrojaría encima de Victoria para jalarle su peluca hecha de
plástico, como ella la llamaba, pero nunca pasaban de agresiones verbales no
directas.

"Hola Sr. Cullen".-Saludó Jacob.

"Hola".-Contesté secamente.

"Me dijo Bella que usted también vendría".-Dijo intentando establecer


conversación, ¿Qué este chico tenía que ser social con todos?

"Si, Victoria será mi acompañante".-Explique fríamente.

"¡¿Qué?".-Exclamó Bella que acababa de bajar las escaleras.-"¡No! ¡No! ¡No!


Cullen, esto no era parte del trato. ¡Suficiente tengo contigo! Como para soportar a
la cabeza de bosque incendiado"

"Bella, no la llames así. Además, me iba a aburrir demasiado si iba yo solo".-Añadí.

"¡Pues no vayas!".-Exclamó enojada.

"¿Es broma? Amo a este equipo. Tengo que estar ahí".

"Como sea".-Aceptó Bella.-"Solo asegúrate de que no me encuentre a menos de


100 metros cerca de ti."

Después de una ligera discusión, -por parte de Bella y mía- sobre los autos, por fin
accedí a dejarla ir en su propio coche, y nos encaminamos al estadio; cada quien con
su respectiva pareja.

Durante el trayecto, Victoria intento establecer platica; pero iba tan concentrado
imaginado a Bella con ese… ese… ¡Chucho! Si, con ese chucho, que no le prestaba
atención, y solo contestaba con monosílabos y gruñidos.
- 134 -
Cuando nos acercamos el estadio estaba atascado de vehículos, con aficionados al
deporte intentando encontrar un lugar donde estacionarse, al igual que nosotros;
después de dar 5 vueltas, pudimos encontrar un lugar decente donde dejar el auto.

Me despedí con miedo de dejar a mi amado Volvo, en manos de cualquiera que


pasara por la calle y le hiciera daño a mi bebe.

"Vamos Edward".- Insistió Victoria por sexta vez.-"Tenemos que encontrar los
asientos, y faltan 10 minutos para que empiece el partido, y quiero comprar unos
nachos".-Me tomo de la mano y me jalo.

Y su mano se me antojo fría y dura; nada comparado con la suave y cálida mano de
Bells; además de que mi mano no envolvía la suya por completo, como lo hacía con
Bella, y me encantaba que eso pasara, me hacía sentir como si la estuviera
protegiendo. Y amo protegerla.

Como para variar, no encontrábamos nuestros asientos; como pudimos y pidiendo


indicaciones logramos encontrar los asientos que se encontraban al lado de una
pareja de jóvenes que reían alegremente.

Comenzamos a acercarnos hasta quedar enfrente de los jóvenes, que nos veían
con cara de espanto.

Oh no, por favor. Que solo me este volviendo loco, y que no sea la verdadera Bella
viéndome con ojos asesinos.

"¿Qué haces aquí?".-Preguntó agresivamente.

"Estos son nuestros asientos".-Dijo Victoria fríamente.-"Edward, tu siéntate al lado


de ella, no quiero soportar sus inmadureces durante el juego".-Yo seguía en estado
catatónico, así que técnicamente, fue Victoria quien me sentó al lado de Bella;
quería salir corriendo de ahí, nunca imagine que nuestros boletos estuvieran
contiguos.

"Bella".-La llamé.-"En verdad, esto no lo tenía…".-Me interrumpió abruptamente.

"Eres absolutamente increíble Edward".-Elevó un poco la voz.-"El único requisito


que te pedí, ¡Y no lo cumples!"

"¡No fue mi intención! ¡Es cosa del sistema del estadio!".-Acusé.

"Si, buena excusa".-Hubiera seguido discutiendo, de no haber sido que en las


- 135 -
pantallas centrales del campo, comenzó la eterna tradición de la Kiss Cam; primero
enfocaron a una pareja de viejitos, que al ver que estaban en la pantalla se dieron un
pequeño beso en los labios, a lo que el entero estadio respondió con un Aww;
después, era una mujer embarazada y su esposo, que se besaron rápidamente, y luego el

¡Éramos nosotros!

"No, no, no, no, no".-Exclamamos los dos al mismo tiempo.-"No somos
pareja".-Intentamos explicar a la audiencia, que empezaba a abuchearnos y a
lanzarnos cosas o restos de comida.

"En verdad, no estamos saliendo".-Grito Bella, provocando mas abucheos y más


cosas arrojadas.

"Creo que tendrán que hacerlo".- Sugirió Victoria mientras quitaba de su cabello
un pedazo de nacho.-"Porque no quiero regresar llena de los restos de la comida de
alguien más".

Me gire para quedar enfrente de Bella, rápidamente vi la cámara y seguía


enfocada en nosotros; ¡Diablos! Si que quería besar a Bella, pero no de esta manera,
siendo obligada por un estadio entero, y sin un poco de privacidad.

"Solo hazlo rápido".- Pidió Bella.

Mi corazón se disparo instantáneamente, iba a besar a Bella; quizá no bajo las


circunstancias que me gustaría, pero igual contaba, ¿No?

Me acerque tratando de controlar los latidos de mi corazón; cerré mis ojos


instintivamente mientras sentía como mis labios se posaban dulcemente sobre sus
suaves y carnosos labios; al principio solo fue un pequeño roce, que logro despertar
cada una de mis terminaciones nerviosas; nos separamos un poco, y nos miramos a
los ojos; sin pensarlo dos veces, me abalance sobre ella, devorando sus labios, y por
sorprendente que fuera, fue ella quien profundizo el beso, ¡Y de qué manera! Nos
tuvimos que separas cuando el aire nos hacía falta; la cámara aun seguía enfocada
en nosotros, y a diferencia de cómo habíamos empezado, ahora el estado silbaba y
aplaudía.

Esto era vergonzoso.

"Eso no fue rápido".-Reclamo Bella con una sonrisa en sus labios.

"Diría que lo siento, pero no me gustan las mentiras".-Añadí sonriendo.


- 136 -
El resto del partido, fue algo raro; entre Bella y yo, las cosas no podían estar
mejor, pero tanto como Victoria y Jacob, no parecían disfrutarlo al igual que
nosotros. Pero no me importaba, Bella estaba nuevamente dulce e tierna conmigo,
sin dejar de hacer bromas, pero eran solo eso bromas.

Cuando termino el juego, Victoria insistió en irse con unos amigos que se había
encontrado en la salida, y después Jacob se excuso diciendo que tenía que hacer
unos asuntos que le quedaban por el rumbo; dejándonos completamente solos.

"Entonces…".-Comencé yo cuando Jacob estaba bastante lejos.

"¿Entonces?".-Preguntó Bella.

"¿Te veo en la casa?"

"Sip… allá nos vemos".-En un movimiento rápido beso mi mejilla y salió disparada
hacia donde supuse que estaría su coche.

En el camino iba reviviendo cada segundo que había durado ese maravilloso beso,
se que teníamos poco de conocernos, y que quizá era apresurado, pero ¡Vamos! Hay
gente que se besa en la primera cita, y hace otras cosas más que besar. Así que no
me arrepentía de nada, jamás me podría arrepentir del mejor beso que he tenido en
mi vida.

Mi celular comenzó a sonar, y en la pantalla estaba el número del Sr. Swan, así
que me apresure a contestar.

"Hola, Sr. Swan".-Conteste con voz cordial.

"Hola Edward, ¿Cómo va todo? ¿Sigues vivo?"

"Si, aún".-Ambos reímos.

"Veras Edward, el motivo de mi llamada no es para hablar sobre mi nieta; acabo


de recibir una llamada de uno de mis mas grandes amigos, James O'Connell; el
problema es que viajo desde Chile para venir a verme, y yo en estos momentos me
encuentro en una viaje en Holanda, y me es imposible llegar. Quiero que lo recibas
esta semana en la casa, dale mi habitación, que es la que está enfrente del cuarto de
Bella; yo intentare ir para allá lo más pronto posible."

"Entendido Sr. Swan. ¿El Sr. O'Connell ya se encuentra en la casa?"

- 137 -
"Si, ya se encuentra ahí. Creo que Anita lo está ayudando a instalarse".

"Muy bien, entonces. ¿Hay algo mas en lo que pueda ayudarle?"

"No, gracias Edward. Solo llámame cuando estés en la casa y ponte en línea con el
viejo James".

"Lo hare señor"

"Excelente".

Cuando llegue al estacionamiento de la casa, Bella ya se encontraba ahí mirando


al auto que debía de ser del amigo del Sr. Swan.

"Bells".-La llamé.-"¿Vamos adentro?"

"Si, ¿De quién es ese auto?".-Pregunto mientras nos encaminábamos a la entrada


principal.

"Es de un amigo de tu abuelo, se quedara esta semana aquí".

"Oh".-Se limito a decir.

Entramos a la casa, y sentado en la sala, se encontraba un hombre de unos 50


años con el cabellos rubio, y ojos azules fríos; sentí como Bella se tensó a mi lado, y
se apegó a mi; me gire para verla y vi que estaba completamente pálida y ligeras
lagrimas se desbordaban por sus ojos.

¿Qué rayos?

"Cuanto tiempo, Bella".- Anunció el Sr. O'Connell, con voz grave, pero usaba un
tono tan sucio y vulgar cuando le hablo a MI Bella, que esta se estremeció y
escondió su cara en mi pecho.

Esto era muy, muy inesperado.

Lamento tanto la demora en verdad, pero tuve varios contratiempos.

Uno de ellos es que tuve un pequeño accidente, y me esguince mi cuello; y pues


tuve que estar en reposo, y era muy poco el tiempo que podía soportar estar en la
lap-top.

- 138 -
La otra, es de que tuve un pequeño bloqueo de autor, je je, nada grave.

Otro fue, que hubo algo así como un plagio, que resulto ser un malentendido,
alguien publico MI historia y la puso como suya, sin autorización, hasta después me
mando un PM pidiendo el permiso, cosa que debió haber sido primero.

No es que sea mala onda, me honra que quieran hacer adaptaciones de mi


historia, pero que aparezcan los créditos tal como son, pero igual por el momento
NO hay ningún tipo de adaptaciones ni nada por el estilo. En el siguiente capítulo
les explicare la razón.

¡Chicas! 100 reviews con un solo capitulo

Woa! En verdad, mil gracias.

Respecto a un review anónimo de alguien llamado Obsesiva Compulsiva, lamento


haber llegado a desesperarte por no actualizar, en verdad lo lamento, pero como vez
tuve varios contratiempos que no me lo permitieron.

Por último, escribí un llamado Goodbye… pero no ha tenido el éxito que esperaba
en cuanto a reviews, porque cheque el número de visitas y ¡rebasaba los 400! Se los
pido de corazón, muchas de ustedes también tienen sus historias, y ustedes saben lo
bien que se siente recibir un review con la opinión de sus lectores, y a las que no
publican, imagínense lo que sería escribir sus historias con dedicación, y no recibir
reviews, pero ver que tienes muchas visitas, no parece lógico.

No es obligación que dejen reviews… pero hacen feliz a esta escritora.

En fin, ya no las aburro.

Que les pareció el cap? Que tal el primer beso? Les gusto?

Nos leemos pronto

Las quiere

Annie Cullen Massen

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¡No quiero traumas!

Bella POV

¡Estaba en una nube que me llevaba muy, muy lejos de la realidad!

¡Había besado a Edward! ¡Sí! Y me importaba un reverendo cacahuate si era mi


tutor, y que es mayor que yo, tan solo pensar que sus labios habían estado juntos a
los míos.

¡Y vaya que el tutor sabía besar! De todos los besos que había recibido en mi corta
e inexperta vida, este había sido el mejor. Definitivamente.

Sé que no es el sueño que toda niña quiere, todas prefieren algo íntimo y que no
hayan sido obligados por un estadio enfurecido, pero no me importaba.

¡Había besado a Edward! Eso es lo importante, y no las pequeñas fallas técnicas.

Durante todo el trayecto de regreso en mi casa venía fantaseando con el fantástico


y asombroso beso proveniente del mejor tutor que me han asignado. Sus labios
sabían a la misma gloria, eran tan suaves pero firmes a la vez, moviéndose en contra
los míos, ¡Dios! Había sido tan perfecto, que no existen las palabras exactas para
describirlo, parecía que había tocado el cielo con la punta de mis dedos.

Cuando llegamos a la casa, estacione mi auto, y miré ceñuda al automóvil


aparcado delante de mi coche, se me hacía algo familiar el coche, pero no podría
recordar de quien era.

"¿Bells?".-Me llamo Edward.-"¿Vamos adentro?".

"Sip, ¿De quién es el auto?".-Pregunté imaginando las respuestas que obtendría.

"Es de un amigo de tu abuelo, se quedara esta semana".-Contestó.

No, no, no.

- 140 -
"Oh".-Me limité a contestar mientras miles de imágenes mentales invadían mi
mente, recuerdos, y todas esas tonterías.

Cuando entramos a la casa, pudimos divisar a un señor, a quien conocía


perfectamente, James O'Connell, uno de los mejores amigos de mi abuelo. El tan
solo verlo hizo que me tensara y que me apegara mas a Edward, en un intento de
sentirme más protegida.

"Cuanto tiempo Bella".-Dijo en modo de saludo ese malnacido. Me tensé más y


escondí mi cara en el pecho de Edward, tratando de reprimir las ganas tremendas
de llorar.

"Usted debe ser el Sr. James O'Connell".-Habló Edward con tono profesional pero
distante.

"Sí, soy yo. ¿Tú eres el novia de Bella?"

"No, soy su tutor".- Al escuchar el rumbo de la conversación levante mi cara, y


pude ver la sorpresa reflejada en los ojos del Sr. O'Connell.

"Vaya, eres muy joven. Quizá tu si dures más de seis meses"

"Lo hare".-Aseguro Edward, provocando que yo bufara y rodara los ojos.

"Creí que ya habíamos llegado a un acuerdo respecto a eso".-Me dijo sonriendo


fingidamente.

"Edward, tu nunca vas a llegar a un acuerdo conmigo".-Le aclaré y salí corriendo a


mi habitación.

Al llegar pude ver como la habitación que pertenecía a mi abuelo, estaba abierta y
dejaba ver las maletas que estaban siendo colocadas en el suelo junto a la cama.

No, no, no.

¡No enfrente de mi habitación!

"¡Ahhhhhh!".-No pude evitar que un grito de desesperación saliera de mi


garganta, haciéndome caer de rodillas enfrente de la habitación.

"¡Bella!".-Gritó Edward al llegar a mi lado.-"¿Qué pasa?".-Preguntó preocupado al


ver mis lágrimas.
- 141 -
"El… no…puede…".-Balbucee sin sentido.

"¿Ocurre algo?".-Preguntó James.

¡Maldito bastardo! ¿Cómo se atreve? Si no lo conociera, juraría que está en verdad


preocupado.

"No lo sé".-Contestó Edward sin dejar de verme.-"Bella, ¿Qué pasa?"

"Edward".- Sollocé en su hombro.

El señor O'Connell se metió a su cuarto y cerró la puerta, para darnos privacidad.


Y no sé en qué momento Edward me cargo en sus brazos, y me metió en mi
habitación. Sentí como se sentó en el borde de mi cama, sin soltarme, ni
despegarme un milímetro de su cuerpo.

No sé cuánto tiempo duramos en esa posición, ni cuantas fueron las veces que
repetía que todo estaría bien, ni las veces que pasó sus manos por mi cabello,
mandando millones de descargas a todo mi cuerpo.

Tampoco estuve muy consciente cuando Edward me coloco sobre mi cama,


poniendo mi cabeza sobre las almohadas, tapándome con el edredón, ni cuando poco
a poco fui entrando a un estado de extrema calma, y de lo último que me di cuenta
es de que Edward estaba a mi lado, y me daba suaves besos en mi frente, diciendo
que estaría todo bien.

Edward POV

Sabía que en el fondo Bella no era tan caprichosa, y tan cabeza-dura; había sufrido
demasiado en su infancia, lo que había provocado que fuera tan precavida sobre sus
sentimientos y confianza, no se la daba a cualquiera.

La estreche aun más fuerte entre mis brazos, aspirando su esencia de fresas que
llenaba por completo mis fosas nasales, despertando cada una de mis terminaciones
nerviosas, manteniéndome más alerta y consiente de cada mínimo detalle de la cara
de Bella.

Era tan hermosa, y tan frágil. Que parecía que con un solo roce de mi mano,
podría romperse en mil pedazos. Y en realidad, así lo era, con tan solo un par de
palabras, Bella se sentía agredida, y su confianza estaba tan rota y pegada de nuevo,
que con un soplo del viento de venía abajo.

- 142 -
Suspiré bajito. ¿Qué era lo que ese desgraciado le había hecho a Bella para que
ella reaccionara así? Creo que tenía una idea, pero no una clara, y aun así, preferiría
pensar que mi idea estaba lejos de ser correcta, porque si lo era, mataría a ese
sinvergüenza con mis propias manos.

Comencé a acariciar sus cabellos suavemente, sintiendo como eran tan sedosos y
suaves; Bella comenzó a moverse en sueños, frunciendo levemente el ceño y
murmurando cosas ininteligibles, por lo que detuve el movimiento de mis manos, no
quería levantarla, ya que por fin se había quedado tranquila.

"Edward".-Dijo tan claramente que por un momento pensé que se había levantado,
pero cuando me volví para verla, sus ojos seguían cerrados y sus labios formaban
una media sonrisa, que me hizo sonreír a mí y me dieron ganas de ponerme a bailar,
dando saltos de una manera ridícula.

Al parecer, al estar cerca de Bella, todo lo que hacía, o quería hacer, es ridículo.

"Edward".-Volvió a decir Bella, pero a diferencia de la vez pasada, esta vez sus
ojos estaban bien abiertos y me observaban confundida.-"¿Qué hora es?".

"Las tres".-Contesté sonriendo de lado.-"Has dormido 2 horas".

"Vaya".-Se limitó a decir.

"¿Me vas a explicar a que se debió ese comportamiento?".-Cuestione con una


sonrisa.

Suspiro antes de contestar.

"Supongo".-Hizo una ligera pausa.-"Veras, Edward, hace 3 años, el señor


O'Connell vino de visita a la casa, al principio me lleve bastante bien con él, pero
después…".-Sus ojos se volvieron a llenar de lagrimas.

"Bella, si no quieres hablar de esto, está bien. Lo entiendo".-Le explique.

"No, no. Lo quiero hacer, Edward, tengo que hacerlo".-Volvió a hacer una
pausa.-"Pero, una noche que mi abuelo salió a una cena con uno de sus clientes, nos
quedamos él y yo solos; pensé que sería divertido, ya que teníamos buena química,
hasta vimos una película de drama y después debatimos sobre el tema, era sobre a
una chica que la violaba su papá y su hermano mayor; no sé cómo, pero llegamos al
tema de la sexualidad, y su cara se había transformado a una completamente
distinta, me daba miedo, y quería irme a mi cuarto".-Esto no podía ser verdad, mis
- 143 -
sospechas estaban a ser hechas realidad, y no lo podría soportar.-"Y eso hice, me fui
a mi cuarto. Pero a la mañana siguiente, amanecí asustada y algo paranoica".

"¿Si?".-La incite a continuar, una vez que se había quedado callada.

"Creo que abuso de mi, Edward".-Se soltó llorando de nuevo en mis brazos,
mientras yo entraba en estado de shock, ya tenía esa teoría, pero otra muy diferente
a ser confirmada.

"¿Crees?".-Pregunté, provocando que a Bella le diera otro ataque de ansiedad, que


solo pude calmar al acariciar levemente su espalda.

"Esa…es…la…parte…vergonzosa…".-Dijo levantando su cabeza para verme a mis


ojos.-"No lo recuerdo".-Confesó llorando de nuevo.

"¿Cómo que no lo recuerdas?".-Pregunte mas confundido que al principio.

"Puede que haya una ligera posibilidad de que haya sido solo un sueño".-Confesó
sonrojándose furiosamente.

Volví a mi estado de shock, mientras miles de preguntas inundaban mi mente en


ese momento.

¿Sería verdad o solo producto de la imaginación de Bella? ¿Y si fue verdad, porque


Bells no recuerda nada?

"Bella, ¿Te das cuenta que es demasiado importante que recuerdes que fue
exactamente lo que paso?".-Pregunté sentándome.

"Claro que lo sé".-Contesto incorporándose.-"¡¿Por qué crees que reaccione así


cuando lo vi? Grandísimo idiota".-Y volvemos a los insultos.-"Si fue cierto, merece
estar en la cárcel, pero debido a como pasaron las cosas lo más probable es que se
solo mi imaginación".

"¡¿Y lo dices tan tranquila? Ya había imaginado diferentes maneras de matarlo, si


te hubiera puesto una mano encima; y ahora, me siento como una rata de dos patas,
por tratar mal al mejor amigo de tu abuelo".

"Bueno, una rata de dos patas es lo que eres".-Ataco Bella sonriendo mientras se
limpiaba los ojos.

"Vale, tu aunque estés en una situación de lo más preocupante, tienes que


- 144 -
agredirme, en verdad me tomas por sorpresa.".-Contesté poniendo los ojos en
blanco.

"No te estoy atacando, solo estoy corroborando un hecho".-Aclaró.

"Si es eso cierto".- Comencé a seguirle el juego.-"¿Cómo es posible que hayas


besado apasionadamente a una rata de dos patas frente miles de
espectadores?".-Cuestione sonriendo torcidamente.

El efecto fue inmediato; Bella se atraganto con su propia saliva y su cara tomo
tonalidad rojiza en segundos.

"Esto…esto… es que…".-Se notaba que no tenía idea de que decir, y diría lo


primero que se le vendría a la mente.-"Es que olía bien".-Dijo finalmente y me mordí
la lengua para no soltar una carcajada.

"¿A sí?".-Pregunté mientras me acercaba lentamente a su cara.-"¿Y qué tal huele


ahora?".-Le pregunté cuando me encontraba a unos cuantos minutos de su cara.

"Muy… bien".-Contestó tartamudeando.

"Qué raro".-Susurré contra sus labios.-"No había escuchado de una rata que oliera
tan bien, según mis conocimientos; todas son olorosas".

"Esto…".-No tuvo idea de que contestarme, por lo que enredo sus manos en mis
cabellos-como amo que haga eso- y estampo sus labios contra los míos.

A diferencia de la vez anterior, este beso no comenzó calmado, al contrario, fue


apasionado desde el primer roce, y gracias a que existe la gravedad, caí sobre ella y
comencé a tocar su espalda, provocando que ella soltara pequeños gemidos.

"¿Interrumpo?".-Preguntó una voz, que correspondía a James.

Inmediatamente nos separamos, y lo mire asustado, mientras él me miraba


divertido.

"Sr. O'Connell esto no es lo que parece".-Intenté excusarme.

"¿Ah no? Entonces, ¿Qué es?".-Cuestiono divertido, y eso comprobaba que él no


había violado a Bella.

"Bueno, vale…".-Comencé a explicar, pero fui interrumpido por Bella.


- 145 -
"Lo que hagamos o dejemos de hacer, es nuestro problema".-Agredió.

"¡Bella!".-Le grité, que hubiera tenido ese sueño, no quiere decir que sea verdad, y
por ende, no tiene derecho a tratarlo así.

"No, tiene razón".- Concordó James.-"Fue solo que me sorprendió, ¡Eh


picaros!".-Dijo en un tono algo extraño, como decirlo… algo, homosexual.

Bella y yo nos quedamos pasmados ante su tono extraño, intercambiamos miradas


de confusión, y el señor O'Connell soltó una carcajada.

"¿No lo sabían?".-Preguntó viéndonos a los ojos y riendo.

"¿Saber qué?"

"Que soy gay?".-Confesó

"¡¿Qué?".-Gritamos al mismo tiempo.

"Si, ya saben gay, homosexual, del otro bando, salí del closet, me gusta que me…"

"¡Si ya se a que se refiere!".-Lo interrumpí antes de que dijera algo que me dejaría
traumado de por vida.

Entonces, Bella grito.

"¿Qué pasa?".-Pregunte.

"¿Eso significa que mi abuelo… mi abuelo… a mi abuelo… le gusta que le…?".

"¡NO!".-Contestamos los dos antes de que Bella dijera lo mismo que iba a decir
James, y me volviera a dejar traumado. Aunque creo que a estas alturas de la
conversación, ya estaba bastante afectado.

"No, Bella que tu abuelo sea mi amigo, no quiere decir que a él también le gusten
que…".-Se detuvo al ver mi cara de horror.-"Que le guste lo mismo que a
mi".-Finalizo sonriendo.

"Vaya, por un momento vi borroso".-Comentó Bella.

"¿Bells? ¿Sabes lo que esto significa?".-Le pregunte.

- 146 -
"Si"

"¿Y qué tienes que hacer?"

"¿Dejarlo pasar?".-Contestó a modo de pregunta.

"¡No! ¡Disculparte!".

"¿Estás loco?".-Gritó.

"Si le pido disculpas, se enterara de lo que por mucho tiempo creí de él, y eso no
lo puedo permitir".-Dijo haciendo un gesto gracioso.

"¿De qué me perdí? ¡Y no me mientan! Porque sé cuando lo harán".-Pidió


respuestas el señor O'Connell.

"Bella creía que…".-No pude terminar porque Bella se tiro encima de mí,
haciéndome caer de nuevo en la cama.

"¡Cállate, animal rastrero!".-Me grito.

"Wow, ese salió del corazón".-Se burlo James del insulto que Bella me había dado.

"Y debería escuchar los demás, no, si tiene una boquita de niño, además de un
amplio repertorio para toda ocasión".-Comenté burlándome de ella, ganándome un
tirón de cabello.

"Vaya, vaya Bella, al parecer tienes boca de marinero. ¿Qué tienes que decir sobre
eso?"

"Que él lo provoca, hace que me nazca desde el fondo de mi corazón".-Contestó


quitándose de Edward.

"¿Y alguna vez me vas a decir eso que no me quieres decir?".-Preguntó.

"Tal vez".-Dijo Bella sonriendo, y pude notar como estaba mucho más confiada, y
el ambiente tenso de hace unas horas había desaparecido por completo.

Quizá, solo quizá, sería una buena semana.

¡Hola!

- 147 -
Si, lo sé. Matéenme.

Casi un mes.

Pero mi inspiración decidió tomarse vacaciones sin permiso, ¡Y se fue a Nueva


Zelanda! Sin contar de que en mi escuela, me traen en joda.

Bueno, dejando de un lado los pretextos. ¡Más de 100 reviews en un capitulo!

¡Woooa! Al igual que Edward quiero gritar y ponerme a hacer un baile


ridículo.

¿Qué les pareció? ¿Se esperaban eso de James? ¿A qué no? Porque fue
completamente improvisado, pero en el momento dije, no, pobre Bella ha sido
demasiado, y me pareció más genial así, ¿A ustedes?

Resolviendo unas dudas, el primer beso de Edward & Bella fue el partido de
beis-bol, en el estacionamiento fue solo un roce.

Varias me preguntaron que cada cuanto actualizo, pues no tengo fecha, pero trato
de no pasarme de 15 días, -cosa que no he logrado- pero prometo intentarlo más.

También les comparto que traigo varios proyectillos como y una historia
nueva, así que pronto leerán de mí, y también aquí.

Ya me voy

Las quiere

Annie Cullen Massen

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Terriblemente jodido

Los personajes no me pertenecen, la trama sí.

Dedicado a Ta-Cullen, mi geme perdida en el tiempo y viento. ¡Gracias por ese


plomero tan sexy!

Edward POV

¡Bella tenía exceso de imaginación!

Mira que imaginar que el Sr. O'Connell la había violado, necesitaba dejar de ver
tanta televisión y tenía que dejar de leer tantas novelas de misterio.

El pobre James preocupado por el trato distante y frío de Bella hacia él. ¡Y
resultaba ser gay! Y vaya que eso no la había venido venir, tenía una presencia tan
intimidante y tan solemne, que lo que menos me imaginaría es que resultara del otro
bando.

Y pensar que hace menos de 12 horas, había querido estrangularlo con mis
propias manos, y ahora lo veo con vergüenza por haber creído semejantes
atrocidades acerca de él.

"Ah, ¡Maldito cabello!".-Grité desesperado jalándome mi pelo.-"¿Por qué no te


quedas quieto y en un solo lugar?".-Llevaba por lo menos media hora intentando
peinarme de una manera decente, pero al parecer, hoy sería uno de esos días donde
el cabello decide hacer una revolución en mi cabeza.

"¿Edward?".-Preguntó la voz de James desde atrás de la puerta.-"¿Estás bien?".

"Si, si".-Conteste apresuradamente.-"Solo un pequeño problema con mi cabello".

Como si hubiera dicho que me estaba quemando vivo, James entro en mi


habitación con cara de pánico y con las manos juntas, formando la señal de la cruz.

"Tranquilo, tranquilo".-Dijo mas para el que para mi.-"Todo tiene solución".-

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Comenzó a acercarse lentamente hacia donde me encontraba, y como si de un hilo
muy fino de tratara, toco mi cabello.-"Si, ¡Tiene solución! ¿Tienes crema para
peinar?"

¿Crema para peinar? ¿Qué coños es eso?

"Yo no, pero hay crema en el refrigerador, por si quiere".-Dije recordando que
anoche había cenado un emparedado y había utilizado crema.

El señor O'Connell me miro como si hubiera dicho una palabrota, y me fuera a


pudrir en el infierno por eso.

"Aunque, no creo que esa le sirva para peinarme".-Le dije al recordar que
menciono algo sobre peinar.

Primero, me miro confundido y después perplejo, para terminar con una sonora
carcajada.

¿Qué era tan gracioso?

"¿Qué es tan gracioso?".-preguntó Bella entrando en mi habitación.-"Escuche los


gritos de Edward y después una carcajada. ¿De qué me perdí?"

"Tenemos una emergencia con el cabello".-contesto James.

La misma cara que había puesto él, ahora fue por Bella, quien se acerco
apresuraba ver mi cabello; me empecé a sentir como un objeto, en lugar de una
persona.

"¿Puedo hacer algo?".-Cuestiono preocupada Bella.

"Si, ¿Tienes crema para peinar?".-Volvió a preguntar James.

"¡Ya le dije que hay en el refrigerador!".-Grité algo exasperado.

Ambos se miraron pasmados para dar de nuevo paso a las carcajadas, ¿¡Que es tan
gracioso!

"Vaya, Edward. Pensé que tu idiotez no llegaba a tanto".-Dijo Bella entro


carcajadas.

"¡Hey! Que no sepa de productos de belleza, no significa que sea un idiota".-Las


- 150 -
risas pararon y me miraron con el ceño fruncido, de nuevo.

"Sí, claro Edward. No eres un idiota".-Me dijo James, haciéndome sentir aun mas
idiota.

"Bueno, esperen aquí, iré corriendo a mi habitación por la crema".-Comentó Bella


saliendo corriendo de la habitación.

"Muy bien, Edward, entra al baño y mójate el cabello. ¿Necesitas ayuda?".-Me


preguntó con tono pícaro.

"¡No gracias!".-Me apresure a contestar, y me metí como un cohete al baño y


comencé a mojarme el cabello.

"¡Ya llegué!".-Escuche que entro Bella a la habitación.-"¿Y Edward?".-Mi corazón


se acelero al escucharla preguntar por mi.-"¿Ya se fue a esconder al baño?".-Y al
diablo con la sonrisa que se acababa de formar en mis labios, fue sustituido por un
ceño fruncido.

"No, se está mojando el cabello".

"Oh, muy bien".

"Y dime Bella, ¿Cómo es que tienes ese cuerpo? Digo, no cualquier muchacha de
17 años puede tenerlo".-Abrí mis ojos desmesuradamente al escuchar el rumbo de la
conversación.

"Pues, antes en la escuela teníamos un grupo de baile, y yo era la líder. Era genial,
pero mi abuelo me obligo a salirme, y por ende se termino".-Explico con naturalidad.

"¿Y por qué te obligo a cerrarlo?".-Cuestionó James.

"Bueno, fue cuando el tutor… ¿Cómo se llamaba? Demetrio, creo que era, renunció
al puesto de mi tutor, hace 3 tutores atrás."

"Creo que le sacaras canas verdes a tu abuelo un día de estos".-Comentó con tono
alegre.

"Yo creo que ya las tiene, aunque no le vendrían mal; llevaba el mismo estilo desde
que tengo memoria".-Dicho ese comentario ambos volvieron a reír.

"¡Lo sé! ¿Qué le sucede? ¡Se quedo en los años 80!".-Volvieron a reír y decidí que
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era el momento adecuado para salir, sin ningún riesgo de que la conversación
tomara un rumbo en el que pudiera salir afectado.

"Y, ¿Qué te traes con Eddie?".-Preguntó James justo en el momento que salí del
baño, interrumpiendo la conversación que ahora se había vuelto incómoda.

"Nada".-Contestó Bella completamente sonrojada.

"Oh, sí claro, y lo que vi ayer fue nada. Edward ven y siéntate aquí".-Ordenó
sonriendo.-"Que tu cabello tiene que verse muy bien hoy".

"¿Vamos a salir?".-Pregunté confundido.

"Si, a un restaurante-karaoke, que acaban de inaugurar en la calle principal, las


reservaciones están hechas a las 3.".-Dijo normalmente.

"¿A las tres?".-Preguntó Bella.-"Muy bien, tengo tiempo suficiente para arreglarme
y ayudar con el desastre de Edward".

"¡Oye! Eso hiere mi orgullo".-Acuse en broma.

"No me importa".-Contestó Bella sacándome la lengua como una niña pequeña de


5 años.-"Tienes demasiado, no te haría algo de daño que se te bajara".-Dijo
comenzando a tocar las puntas de mi cabello, provocando que las típicas descargas
recorrieran mi cuerpo.

"Tienes el cabello muy suave, ¿Cuál es el problema? ¿Por qué se enreda


tanto?".-Cuestionó, pero no preste atención ya que estaba idiotizado como un
retrasado por el movimiento que sus dedos hacían en mi cuero cabelludo.

"Bella, para".-La cortó James.-"Si sigues haciendo eso, lo harás que se duerma,
mejor déjamelo a mí, y tu vete a arreglar".-Dicho esto, aventó a Bella y se colocó
atrás de mi.

Bella frunció el ceño, y miró con ojos entrecerrados a James, pero después de
reflexionarlo un poco, cedió y se fue.

"Es muy terca".-Comentó James poniendo algo de crema en mi cabello.

"Bastante". -Coincidí.-"Más que cualquier adolescente".-Añadí sonriendo.

Después de esa ligera platica, el volvió a su trabajo con mi cabello y yo me deje


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llevar por mis pensamientos, los cuales últimamente solo incluían a Bella, ella y sus
besos alucinantes.

"¿Hace cuanto se inauguró el karaoke?".-pregunté intentando establecer


comunicación.

"Hace apenas una semana".-Contestó cortante mientras seguía moviendo sus


manos en mi cabello.-"Y no intentes hacer platica, porque me distraes".

Después de esa manera tan sutil, de decirme que me callara, no volví a hablar y
me dedique a repasar mentalmente todos los pendientes de la oficina, que
aparentemente todo estaba muy calmado, solo esperaba que así se mantuviera.

"¡Listo!".-Exclamó James con las manos juntas como si estuviera rezando.-"¡He


hecho una verdadera obra de arte!".-Dijo con lágrimas en los ojos.

"Vaya que es exagerado".-Comenté poniéndome de pie y mirándome en el


espejo.-"Aunque debo de admitirlo que lo dejo bastante bien, tan siquiera ahora se
ve peinado".

"¿Bastante bien? ¿Eso es todo? ¡Hombres! ¡Son unos malagradecidos! Cámbiate y


en media hora nos vemos en la entrada principal".-Dijo en tono ofendido y salió de
mi habitación aventando la puerta.

Temiendo por lo que James podría hacerme, decidí cambiarme y estar listo unos
diez minutos antes, solo por? precaución.

"¿Puedo pasar?".-Escuche la voz de Bella en la entrada de mi cuarto.-"Ya termine


de arreglarme y estoy aburrida.".-Comentó mientras se sentaba en el borde de mi
cama.

"¿Y qué me viste cara de bufón?".-Pregunté con tono falso de enfado.

"Si".-Contestó sonriendo.

Moví la cabeza de un lado a otro, diciendo que no al mismo tiempo que me quitaba
la camisa, para ponerme la otra que estaba en el tocador.

"¡Edward!".-Gritó Bella.-"¿Qué haces?".-Preguntó alarmada.

"Me estoy cambiando". Dije simplemente

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"¿Intentas seducirme?".-Cuestionó con una ceja levantada pícaramente.

"¿Quieres que te seduzca?".-Contesté con una pregunta, siguiéndole se juego


nuevo.

"¿Quieres que quiera que me seduzcas?".-Dijo poniéndose de pie y acercándose a


mí.

"¿O tu quieres que yo quiera que tú quieras que te seduzca?".-Pregunté un poco


revuelto por lo que acaba de decir.

"¿Quieres que quiera que tú quieras que yo quiera que me seduzcas?".-Dijo cuando
finalmente llego hasta donde yo estaba.

"Ya me revolví".-Confesé en un hilo de voz. No estaba siendo coherente, pero


teniendo a Bella así de cerca, haciendo pequeños círculos en mi abdomen, no
ayudaba en nada de nada.

"Entonces, ya somos dos".-Concordó mirando fijamente a mis ojos.

Comencé a inclinarme lentamente hacia ella, necesitaba sentirla de nuevo cerca


de mí; estaba a unos cuantos milímetros de su cara, podía sentir su dulce aliento
sobre mi cara, embriagándome cada vez más.

"¡Edward! ¡Bella! ¡Vámonos!".-Gritó el señor James.-"Oh, picaros que están


haciendo".-Cuestionó al entrar en mi recamara.

"Nada".-Contestamos ambos apresuradamente mientras nos separábamos.

"Sí, claro. ¿Por eso estaban tan cerca?".-Preguntó sonriendo y con una ceja
levantada.

"Estaba viendo un grano que le está saliendo a Edward".-Se excusó Bella.

"¡Hey! A Edward Cullen no le salen granos".-Me defendí ganándome una mirada


asesina por parte de Bella.

"Ah no, ¿Y qué es eso gigante que parece un cuerno en tu frente?".-Preguntó


picándome en el centro de mi frente con su dedo índice.

"Ah, cierto".-Dije sobándome donde su dedo había estado.

- 154 -
"¿Por qué Edward esta sin camisa?".-Nos preguntó.

"Porque…porque…porque".-Intenté encontrar una excusa buena, pero me había


quedado en blanco, como siempre.

"Porque lo encontré así".-Contestó Bella.-"Tu sabes, estaba espiando".-Mintió


mientas caminaba hacia la puerta.

"¿Por qué?".

"Porque estaba esperando el momento de hacerle otra broma".-Contestó poniendo


los ojos en blanco.-"¿Qué tienes complejo de detective? ¡Vámonos ya!".-Ordenó
saliendo de la habitación.

"Tiene su carácter".-Comentó James.

"Eso es quedarse corto".-Concordé.

En este preciso momento deseé que en la tierra se abriera un enorme hoyo, me


tragara y me llevara a un lugar muy lejos de este maldito karaoke.

Los aplausos comenzaron a hacerse cada vez más fuertes, y las luces del escenario
comenzaron a bajar hasta que se convirtieron una sola y pudieron dejar ver la
silueta del Sr. O'Connell, vestido con unos pantalones de cuero, una camisa con
cuello en v, extremadamente pegada, y alrededor de su cuello tenía una clase de
bufanda de plumas rosas y negras, que le colgaba hasta la cadera.

La música comenzó a sonar, al mismo tiempo que el comenzaba a bailar.

"Come here, big boy".-se escuchó que dijo con voz ronca, intentando ser sensual.

La canción de Christina Aguilera, que parecía una canción de striptease sonaba en


todo su esplendor acompañado con la voz de James.

"¿Tenía que escoger esa canción?".-Le pregunté a Bella que estaba sentada mi
lado, riéndose a carcajadas por la interpretación que estaba presenciando.

"Vamos, Edward. Nasty Naughty Boy es un clásico, y además va con su


estilo.".-Contestó muy relajada dándole un trago a su bebida.

"¿Qué estas tomando?".-Le pregunté, después de todo, sigo siendo su tutor.

- 155 -
"Estoy tomando tequila puro en las rocas".- Contestó sarcástica.-"¿Qué crees que
voy a estar tomando? No tomaría enfrente de ti, jamás".-Dijo volviendo a mirar al
escenario, en el cual James ya se había quitado la camisa, y los espectadores más
cercanos se peleaban por ella.

"¿Por qué no?".

"Si piensas que soy insoportable, no quieres saber cómo soy tomada".-Contestó
dándome una mirada divertida.

"Yo no pienso que seas insoportable".-Confesé acercándome a su oreja.

Bella se giró y nuestras caras quedaron a pocos centímetros de distancia.

"Entonces, ¿Qué piensas de mi?"

Si supieras. Iba a contestarle con la verdad, pero una luz estaba enfocada en
nosotros y hacía que no pudiera ver con claridad; cuando me volteé para ver de
dónde venía la luz, sentí que mi corazón se iba a mis pies al ver a James caminando
hacia mí, y seguía cantando su estúpida canción.

"No, no, no, no".-Grité cuando entendí sus intenciones.

Sin que pudiera moverme, o salir corriendo, James llegó hasta donde yo estaba y
comenzó a bailarme sensualmente.

Como si no fuera suficiente la vergüenza que estaba pasando, James puso su


especie de bufanda en mi cuello, haciéndome sentir aun más homosexual de lo que
ya me sentía. Intente zafarme, pero cuando lo hice, James aplico más fuerza sobre
mí, y se sentó en mis piernas.

"¡James!".-Gruñí enfurecido, lo que la gente tomo como signo de pasión y no de


coraje.-"Bájate de mí, ¡Ya!".-Ordené.

Y sorprendentemente, funcionó; se alejo de mí con un ligero puchero, y se fue


hasta llegar a donde estaba sentada Bella, y comenzó a bailarle a ella.

No podía creer lo que estaba viendo, esto debía estar prohibido. El Sr. O'Connell
bailando con Bella como si su vida dependiera de eso, y sin poder controlarme sentí
el enorme bicho de los celos invadiéndome lentamente.

¡¿Por qué yo no podía bailar así con ella?


- 156 -
La música comenzó a subir de volumen, mientras que Bella y James se dirigían al
escenario y comenzaban a bailar los dos juntos.

Los celos inundaron mi mente y no pensé cuando me pare y comencé a caminar


directo hacia el escenario sin tener en mente que es lo que iba a hacer.

"¡Bella!".-Exclamé cuando estaba a unos pasos de ella.-"Baja de allí


inmediatamente".-Dije con un intento de que sonara como orden, pero parecía más
una súplica.

Debía admitirlo, me quemaba por dentro que todos los hombres estuvieran
viéndola como su fuera una clase de objeto sexual.

"Oh vamos".-Contestó acercándose a mi.-"No seas un aguafiestas. Ven y baila


conmigo".-Pidió estirándome la mano.

Y para ser honestos, en una situación normal, cuando mi cuerpo no estuviera


invadido de celos, me hubiera negado; pero en este momento, lo único que
necesitaba era estar cerca de ella, y por supuesto, dejarles muy en claro a todos los
estúpidos que la miraban, que ella es mía.

Le tome la mano y deje que me guiara hasta la mitad del escenario, al lado de
James, quien estaba siendo rodeado de algunos hombres que lo animaban a seguir
siendo el centro de atención.

Comencé a bailar siguiendo los movimientos de Bella, enfocándome solo a ella;


ignoré completamente los silbidos, o los abucheos de la gente, en ese momento
éramos solo Bella y yo.

Poco a poco nos acercamos hasta que nuestros cuerpos chocaron, ella puso sus
manos en mi cuello y movía sus dedos en mi cabello, mientras que yo ponía mis
manos en su cintura, y recorría cada centímetro de lo que mis manos alcanzaban a
tocar.

Mis labios estaban picando de la enorme ansiedad que sentía por besarlos, pero
me tenía prendado de sus ojos, como si fueran dos imanes de diferentes cargas, que
se atraen por su naturaleza magnética.

Como si el tiempo se hubiera detenido, esos segundos que estuvimos así, se me


antojaban como horas; mis manos abandonaron su cintura, viajaron por su espalda y
se acunaron en las mejillas de Bella, que acababan de tomar una tonalidad rojiza
que la hacía ver más hermosa de lo que ya era.
- 157 -
"No pienso que seas insoportable".-Susurré en su oído.-"Pienso que eres lo mejor
que me pudo haber pasado en mi vida".-Confesé viéndola a sus enormes ojos.

"¿A pesar de todo?".-Preguntó después de unos segundos.

"Eso es lo que me hace que sienta lo que siento por ti".-Afirmé.

"¿Y que sientes por mi?".-Cuestionó con el ceño levemente fruncido, y daría lo que
fuera por saber que pensaba en eso momento.

No sabía que contestar, no había pensado decir esto. No tenía planeado, ni


siquiera sabía con exactitud que sentía por ella; quiero decir, sé que me gusta, y
mucho, pero ¿Había algo más?

"¡Hey tortolos!".-Gritó James mirándonos divertidos.-"La canción termino hace tres


minutos, ¿O necesitan más canciones?".-Agregó divertido.

Ambos nos sonrojamos furiosamente y dijimos que no con la cabeza.

"Muy bien, entonces sentémonos, porque alguien más quiere pasar a deleitarnos
con su canción".-Nos dijo.

Ambos obedecimos y nos sentamos en nuestra mesa, con la cabeza gacha como un
par de críos regañados.

Seguimos en el karaoke por un par de horas más, y regresamos a la casa cuando el


crepúsculo estaba en todo lo que da en el cielo.

"Chicos, me retiro".-Nos comentó James.-"Me iré a bañar, muchas gracias por


acompañarme. No cualquiera puede seguirme el ritmo".-Confesó.

"Ya somos dos".-Concordó Bella.

Los dos rieron unos momentos, y después James se fue a su habitación,


dejándonos a ambos solos.

Pero no estaba listo para hablar con ella, no hasta que tuviera en claro que es lo
que sentía por ella.

"Entonces, ¿Qué es lo que sientes por mi?".-Preguntó Bella sonriendo levemente.

Y yo, estaba terriblemente jodido.


- 158 -
¡Sí! No es un milagro, sigo viva y he actualizado.

Esta vez no he tardado por falta de inspiración, si no de tiempo. El esposo se mi


mamá se ha ido a E.U.A, por lo que soy algo así como la sustituta, y todo el tiempo
estoy cuidando hermanos, además de que en el instituto, nos odian y han dejado
millones de tarea.

Este capítulo lo escribía por partes, cuando tenía unos minutos libres. La
buena noticia, es que el esposo de mi mamá regresa en una semana, y
volveré a tener tiempo.

Así que espero no tardarme tanto.

Pronto leerán de mí con nuevos proyectos. ¡Estén pendientes!

Muchísimas gracias por todos y cada uno de sus reviews.

¡Me hacen sentir extremadamente bien!

Las quiere Annie-Cullen- Massen

PD: Acabo de abrir mi sesión y me encontré que soy nominada en unos premios en
spilled coffee on a fic!

No puedo creerlo, si alguna de ustedes me nomino. ¡En verdad mil gracias! Es un


honor para mí que me consideren, no les pido que voten, solo quería agradecerles
por seguirme, porque sin ustedes, esta historia no sería nada.

En verdad, les estoy eternamente agradecida

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Deberías saberlo

Los personajes no me pertenecen, son de Meyer. La trama SI es mía.

Bella POV

"Entonces, ¿Qué es lo que sientes por mi?".-Pregunté sonriendo levemente,


tragándome los nervios que me consumían por adentro. ¿Qué pasaría si Edward no
sentía nada por mí? ¿Solo la típica responsabilidad de cuidar a la adolescente?

Internamente grité, me desmaye, me levante y me volví a desmayar. Si, en solo 5


segundos.

"Yo… esto… Bella".-Comenzó a hablar Edward, y corrí a taparle la boca con mi


mano, no quería saberlo en ese momento. No estaba preparada, yo estaba segura de
lo que sentía por él, pero necesitaba preparar mis reacciones para cualquiera de las
dos respuestas, fuera me gustas, o solo como tutor-alumna.

"¿Sabes algo?".-Le dije quitando mi mano de su boca.-"Dejémosle así, no creo estar


lista para oír lo que sientes".- Confesé sonrojada.-"Quiero ir a bañarme, y
descansar".-Pedí.

Edward me vio con los ojos desorbitados, y parecía querer matarme, si no que ya
lo estaba haciendo en su imaginación.

"Está bien".-Dijo sin despegar sus labios.-"Bella, mañana van a venir Jasper y un
amigo, ¿Está bien eso?".-Preguntó sin mirarme a los ojos.

Parecía molesto. ¡¿Ahora qué carajos le pasaba?

Él era el que parecía el adolescente, y bipolar.

"Sí, claro".-Contesté con el ceño fruncido.-"Edward, ¿Todo bien?".-Pregunté en el


pie de la escalera.

Me miró por unos segundos, con una mirada fría e indiferente que hizo que un

- 160 -
estremecimiento me recorriera desde la punta de mis pies hasta mi cuello.

"Si, por supuesto".-Contestó mirándome indiferente.-"¿Debería haber algo


mal?".-Preguntó sonriendo fingidamente.

Sentí la sangre correr por mis venas, y mi cerebro no reaccionaba a lo que


acababa de pasar.

"Estas bromeando ¿No?".-Dije mirándola incrédula.

"¿Escuchaste que me riera?".-Contestó sarcástico, provocando que mi enojo solo


aumentara.

"¡Edward!".-Chille histérica.-"¿Por qué haces esto? Todo estaba por fin en un


período de extraña paz, ¡Y terminas con estas tonterías! ¡Tus cambios de humor ya
me tienen mareada!".-Exclame frustrada.

"¿Soy yo el de los cambios de humor? Yo no soy ningún adolescente".-Aclaró


cruzándose de brazos.

"¡Entonces deja de actuar como uno!".-Grité con lágrimas en los ojos, como me
pasaba cada vez que me enojaba.

"¡Yo no actúo como uno! ¡Esa eres tú!".-Alegó.-"Oh, sí vamos Edward dime lo que
sientes por mi".-Dijo imitando mi voz, que solo salía chillona.-"Y cuando por fin te lo
voy a decir, oh no, espera soy una niñita inmadura que no está preparada para oír
eso, pues tengo algo que decirte Bella".-Hizo una pausa para mirarme a los
ojos.-"Madura".-Dijo con el ceño fruncido.

No podía creer lo que estaba pasando, ¡Hace menos de una hora todo estaba
perfecto! Y ahora me llamaba niñita inmadura, y que necesitaba madurar.

"No puedo creer que digas eso Edward".-Contesté en un susurro, ya no me


importaba que me viera llorar, no sería la primera, ni la última.

"Ya lo dije".-Dijo.

"¿Quieres saber porque no quise saber lo que sentía por mi?".-Cuestione


acercándome a él.

"¿Por qué querría saberlo?".-

- 161 -
"¡Por cultura general, imbécil!".-Conteste con sarcasmo.-"¿Cómo que para que
quieres saberlo? Para que la próxima vez, pienses antes de hablar, y para que me
aprendas algo nuevo de mi. No quería saberlo, porque tenía miedo".-Confesé.-"Y
antes de que preguntes, ¿De qué? ¡De que no sintieras nada por mi!".-Dije sorbiendo
mi nariz.

"¿Qué?".-Preguntó atónito.

"¡Lo que escuchaste idiota!".-Contesté y comencé a caminar hacia las escaleras,


pero antes de que pudiera dar un paso me detuvo por el brazo, me giró rápidamente
y estampo mis labios con los suyos.

Al principio le correspondí el beso, podía sentir la urgencia en el beso y algo de


necesidad, ¿Había mencionado que besar a Edward era como el cielo? Pero poco a
poco comencé a reaccionar, ¿Esta es su manera de solucionar las cosas? Me separe
de él y lo mire enojada.

"No puedes hacer eso, ¡Simplemente no puedes jugar con mis sentimientos!".-Le
grité y me devolvió una mirada tortuosa.-"Además".-Agregué en un susurro y con la
mirada baja.-"Has dejado muy en claro que para ti, no soy más que una niña tonta,
superficial e inmadura a la que tienes que cuidar. Gracias por aclararme
eso".-Agradecí con un toque de sarcasmo, aunque en el fondo él tenía razón.

Espere un par de segundos con la esperanza de que se excusara y que me dijera


que todo lo que me grito eras puras patrañas, y que me amaba más que a su propia
vida.

¿Y qué fue lo que obtuve en lugar de eso?

Silencio.

Levante mi vista para ver la reacción de Edward, y mi corazón dio un brinco al ver
que Edward se estaba yendo a su recamara.

Empalidecí al comprobar que lo que él sentía por mí, era exactamente lo que me
acababa de decir. Me sentí patética y avergonzada.

El sabe lo que siento por él, o debería de saberlo después de todo lo las tonterías
que he hecho para llamar su atención.

El debería saberlo.

- 162 -
Desperté sintiéndome como después de una fiesta, parecía que tenía resaca. La
cabeza me dolía, quería vomitar y todo me daba vueltas.

Pero probablemente solo se deba a que anoche no había dormido nada, y me la


había pasado llorando como una magdalena. Y cuando por fin me había calmado un
poco, comencé a recapitular mi vida desde que él había llegado; me la vivía en
llanto, peleas, enojo, mas llanto, a cierto, casi lo olvido, ¡Mas llanto!

Esa no era la Bella que yo había creado, mi Bella fuerte y resistente ya no estaba;
ahora, cualquier pequeña cosa e insignificante la derrumbaba y terminaba tirada en
su cama, llorando como una niña abandonada por sus padres.

Bueno, basta de hablar de mi misma en tercera persona; era aun más patético, si
es que eso podría ser posible.

Anoche después de que Edward me hubiera dejado, había ido a mi cuarto y me


duché. Para después mandarle un mensaje a Alice invitándola a que viniera hoy a mi
casa a desayunar, ya que si Edward también iba a tener amigos invitados, yo
también.

Planeaba quedarme todo el día en mi cuarto, jugando monopolio o algo por el


estilo; tenía demasiada vergüenza como para ver a Edward a la cara.

"Bella".-Cantó Alice entrando a mi cuarto.-"¡Buenos días!".-Dijo sentándose a mi


lado.

"¿Qué tienen de buenos?".-Pregunté. Soné algo amargada, y como con 40 años en


lugar de 17.

"Alguien está usando sus pantalones de gruñona".-Dijo Alice acariciando mi


cabello.-"¿Paso algo?".-Preguntó dulcemente

"No algo, alguien".-Conteste enterrando mi cara en la almohada.

"¡¿Qué te hizo ese tutor otra vez?".-Preguntó histéricamente.

Corrección, Edward no es el más bipolar, Alice le gana.

"No me hizo nada, es solo… que cambia de humor muy rápido".-Conteste


mirándola.

"¿Y eso que tiene de malo?".-La miré con los ojos desorbitados.
- 163 -
"¿Estas de broma? Ya me tiene mareada, en verdad".-Confesé mientras me paraba
y caminaban hacia el espejo.

"¿Y qué planeas hacer?".-Preguntó colocándose a mi lado.

"¿Por hoy? No salir de mi cuarto, y por los próximos 4 meses quedarme aquí.
Hasta que se vaya, y un nuevo tutor llegue".-Le dije mi plan.

"¿Por qué 4 meses?".-

"Porque ya lleva 2 meses trabajando aquí, tu sabes seis menos dos, cuatros meses.
Menos para verlo, y para soportarlo. Para lo único que saldré será para ir a la
escuela, y evitare toda clase de contacto con él. Mientras menos lo vea,
mejor".-Conteste.

Sabía que la última parte era mentira, no sería nada placentero mantenerme
encerrada en mi cuarto y privarme de su hermosa presencia.

"Si, claro y yo puedo mantenerme en una tienda Dolce & Gabanna sin comprarme
su nueva línea".-Replico con sarcasmo.

"Vale, vale".-Corté sus ejemplos.-"Pero tengo que intentarlo, Alice es por mi propio
bien. Ya no quiero sufrir".-Dije sonriendo tristemente.

"Lo sé, Bells".-Contestó Alice.-"Pero no puedes vivir toda tu vida escondiéndote de


lo que pueda herirte, simplemente no es vida".-Se regresó a sentar en mi
cama.-"Ahora, vístete que los amigos del tutor están abajo jugando en la alberca. Y
esta Jasper, a quien tengo que acosar.".-Ordenó.

"Alice, no pienso salir de mi habitación. ¡Me he vuelto un ermitaña!".-Anuncie


cruzándome de brazos sobre mi pecho como una niña pequeña.

"¿Vamos hacer esto por la buena? O ¿Vas a complicar todo?".-Preguntó levantando


una ceja.

Analice la situación, sabía que a las malas con Alice no era nada bueno, pero en
verdad no quería bajar, era una decisión difícil.

Enfrentarme a Edward o Alice. ¿A quién debería tener más miedo?

"Está bien, bajare".-Anuncie después de decidir que le tenía más miedo a Alice
nada mas deja que me cambie y peine mi cabello."-Pedí mientras me comenzaba a
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desenredar mi cabello con mis manos.

"Muy bien".-Chilló Alice.-"Bajaremos juntas, y ponte el bikini que compramos la


última vez que fuimos de compras, ya sabes el azul con naranja". Ordenó.

"Bien".-Accedí a regañadientes.

"¡Pero apúrate! Que tengo un rubio que acosar".-Dijo viendo por la ventana.

"Alice, ¿Qué es lo que traes con Jasper? Lo acosas, te invito a salir y dijiste que no,
y ¿Ahora quieres volverlo a acosar? ¡Lo volverás loco!".-Comenté tomando mi traje
de baño.

"Es lo que planeo".-Contestó en un susurro apenas audible.

Cuando salí de cambiarme, Alice seguía en la ventana y se mordía los labios y


miraba lujuriosa hacia fuera.

"¿Alice?".-La llamé pero no me contesto.-"¿Qué es lo que ves?".-Pregunte


acercándome a la ventana, y casi me voy de cabeza al ver la imagen que teníamos
enfrente.

Tres hombres hermosos, sin camiseta y con sus trajes de baños pegados a causa
del agua que escurría por su musculoso cuerpo.

El primero en salir de la alberca, no lo conocía, era bastante alto y parecía un oso;


pero un oso sensual. El segundo, era Jasper, y quien lo diría después de pensar que
era un flacucho sin chiste, resultaba tener su abdomen perfectamente delineado y
marcado, no tanto como el primero pero tenía lo suyo.

Pero el tercero, el más perfecto de todos, Edward. Su cabello broncíneo estaba


pegado a su cara y caían chorros de agua, su abdomen no era tan marcado como el
oso sensual, pero tampoco como Jasper, era un punto medio.

¡Y vaya punto medio!

"Alice, bajemos".-Dije temiendo que comenzaríamos a babear si seguíamos viendo


esa imagen.

Alice solo asintió, y comenzó a caminar a mi lado.

Íbamos saliendo al jardín donde se encontraba una espectacular rubia con cuerpo
- 165 -
de modelo, con ojos azules y una sonrisa que dejaría pasmado a cualquier hombre.

En otra situación, que ella estuviera aquí no me molestaría en lo absoluto, mi


autoestima es muy alta para dejar que ella me afectara, pero estando la situación
con Edward, me hacía pensar lo peor.

Esa rubia podría ser la novia de Edward, y si no lo era, ¿Qué hombre no se sentía
atraído hacia ella?

Estando parada a su lado, seguramente me vería borrosa.

Con esos pensamientos fue cuando entramos al jardín junto con los amigos de
Edward, todos nos miraron y dejaron de hacer lo que estaban haciendo.

"¿Les molesta si no les unimos a la fiesta?".-Preguntó Alice con tono alegre


rompiendo el incomodo silencio que se había formado.

"No, en absoluto".-Contestó el oso sensual con la misma alegría que ella.-"Yo soy
Emmet, ¿Tu eres Bella? Eres más bajita de cómo te había imaginado, pero aún así
me caíste bien, y no suenas tan pesada como Edward te describe".-Dijo Emmet sin
tomar aire.

¿Edward decía que yo soy una pesada?

G-e-n-i-a-l.

"Yo soy Alice, ella es Bella".-Aclaró.

Emmet dirigió su vista a mí y sonrió.

"¡Ah! ¡Que linda eres!".-Dijo como si fuera una niña de 5 años o una
muñeca.-"Pareces una muñequita".-Comentó.

"Gracias, un placer".-Dije entre dientes y con el ceño fruncido.-"¿Qué planean


hacer hoy?".-Pregunte tratando de no dejar ver mi temperamento y mi incomodidad.

"Estar todo el día en tu alberca, comer unos bocadillos y jugar algunos partidos de
futbol americano".-Contestó.-"¿Se unen?"

"¡Claro!".-Afirme entusiasmada. Amo el futbol americano.-"Esto será


divertido".-Dije en forma de un susurro.

- 166 -
¡Tres horas! Eso es todo lo que llevo conociendo a Emmet y técnicamente ya es mi
hermano de sangre; Rosalie, el nombre de la mujer rubia, es novia de Emmet y es mi
otra hermana de sangre, resulto ser un amor de persona y ¡Ni siquiera se lleva bien
con Edward!

Edward, parecía estar en otro universo, no quería nadar, no quería comer, no


quería tomar nada.

Y ahora que nos preparábamos para comenzar el juego de futbol americano, ¡No
quería jugar!

Había decidió no preocuparme por el hoy, quería divertirme. Además, ¿Desde


cuándo es tan malo que el chico que te gusta, no te corresponda sino que además, lo
sepa?

Vale, vale, si es malo. Pero, ¿Qué más me quedaba hacer más que resignarme y
seguir adelante?

"Bueno, perdedora.".-Me llamó Emmet, que era su nuevo apodo.-"Estas serán las
reglas…

Primera: No hay reglas; segunda: si rompes la primera regla… te aventare a la


alberca".-Confesó sonriendo pícaramente.

"Eh, oso baboso… eso no es justo".-Contesté.-"Tu puedes cargarme a mí con un


dedo, y yo si te intento cargar, moriré en el intento".

"Que lastima".-Dijo.-"¡Que comience el juego!"

"¿Listo para perder?".-Pregunte retándolo.

"Nunca".-Contestó colocándose en su posición.-"¡Vamos!"

"¡Ahh!".-Grité mientras comenzaba a correr, el equipo era niñas contra niños,


tanto Alice como Edward no habían jugado, entonces, éramos Rose y yo, contra
Emmet y Jasper.

Justo, ¿No?

Llevábamos quince minutos de juego, y ahora éramos solo Rose y yo contra


Emmet, ya que Jasper estaba siendo correteado por Alice. ¡Y aun así no podíamos
ganar!
- 167 -
"Oh, vamos Emmet ¡Eso es trampa!".-Le grité cuando cargo a Rose hasta el otro
extremo de nuestra improvisada cancha.-"¡No puedes cargar a los jugadores!"

"¿Ah no?".-Contestó corriendo hacia mí.

Oh-oh.

Corrí lo más fuerte que pude, pero lo único que pude hacer fue cerrar mis ojos al
sentir como me elevaba y me cargaba como un costal.

"¡Emmet bájame!".-Ordene.

"Oh no, Belli-Poo, rompiste las reglas, tienes que sufrir las consecuencias".-Dijo
mientras comenzaba a correr.

"¡Emmet no!".-Chillé al sentir como brincaba hacia la alberca, pero de esta no se


libraba; me aferre a sus pantalones y lo hice caer conmigo.

Si yo me hundía, el vendría conmigo.

Sentía el agua helada recorrerme y refrescar mi cuerpo acalorado; intenté subir


pero no pude.

Abrí mis ojos y pude ver la silueta de Emmet arriba de mí.

Y fue cuando entendí, ¡Emmet tenía sus manos en mi cabeza y no me dejaba salir a
la superficie!

¿Qué es lo que intentaba? ¡Ahogarme!

Intenté luchar contra la estúpida broma de Emmet, que resulta ser uno de mis
mayores fobias, morir ahogada.

La desesperación comenzó a apoderarse de mí, e intente moverme y zafarme de su


agarre, pero no podía; el aire comenzó a faltarme y todo se empezó a ver borroso.

"¡Emmet! ¡Idiota déjala salir!".-Escuché a lo lejos antes de sentir como la


inconsciencia llenaba mi cuerpo.

Sentía una paz tremenda, nunca en mi vida había logrado sentirme de esa manera;
bueno si, solo una vez… cuando estaba en los brazos de Edward, sentí que nada
podía hacerme daño; pero esta era una paz diferente, nada me importaba, nada me
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lastimaba ni siquiera el recuerdo de mi pasado.

"¡Bella!".-Una voz aterciopelada me llamaba a lo lejos, pero estaba muy cómoda


aquí. Además, para que regresar si él no sentía nada por mí, una preocupación
menos.-"¡Bella por favor!".-Sonaba desesperada, y comenzó a llamar mi
atención.-"¡Eres un idiota Emmet".-Gruño la voz.

"Lo siento, Edward. No pensé que llegaría a tanto".-Se disculpó Emmet, y quise
levantarme y decirle que era una niña por disculparse de esa manera, pero sería
muy infantil si lo hiciera.

"Bella".-Me llamaba.-"No me dejes".-Suplicó.

Ya estaba consciente, podía oír todo a la perfección pero mis ojos me ardían
demasiado como para abrirlos.

"Bella, ¿Me escuchas?".-Me preguntó Edward, a lo que solo asentí.

Escuche un suspiro de su parte, y sentí como su mano acariciaba mi húmedo


cabello.

"Emmet".-Llamó Edward a su amigo.-"¿Sabes lo que estuviste a punto de


lograr?".-Preguntó muy calmado.

"¿Ahogar a Bella?".-Contestó en forma de pregunta, a lo que respondí levantando


el dedo de en medio apuntándolo hacia él.

Todos rieron, excepto Edward.

"¡Emmet! Esto no es nada gracioso, estuviste a punto de causar un accidente.


¡Pusiste en riesgo la vida de Bella!".-Le gritó.

Y eso debería ser una escena que no me podía perder, así que abrí mis ojos poco a
poco y pude visualizar a Edward parado dándome la espalda y encarando a Emmet.

"Lo siento, Edward, no pensé que llegaría a tanto".-

"¡Ese es tu maldito problema, Emmet! ¡No piensas! ¿Sabes lo que sentía, al ver a
mi Bella desmayada? ¡No tienes ni la más remota idea! Si algo le hubiera pasado a
Bella, es como si me lo hubieras hecho a mí, ¿Entiendes eso? Ella es lo más
importante para mí en estas alturas de mi vida".-Gritó Edward dejándome pasmada.

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¿Yo era lo más importante en su vida?

Edward se giró para verme y se quedo petrificado al ver que lo veía con ojos como
platos; se arrodillo para quedar a mi altura, y acuno mi mejilla con su mano.

"¿Oíste eso Bella?".-Pregunto dulcemente.-"Eres lo más importante para mí".-


Confesó Edward mirándome directamente a los ojos.

Y si no fuera porque estaba pasmada, me hubiera lanzado a sus brazos y lo besaría


inmensamente.

"¿En verdad?".-Pregunte aun en estado de shock.

"Deberías saberlo".-Contestó antes de besarme dulcemente.

Y él tenía razón, debería saberlo.

¡Chicas! Sí, he vuelto después de millones de años.

Lo lamento, en verdad. Pero estas vacaciones no fueron nada fáciles para mí, me
la viví en el hospital. Me fracture un dedo, me operaron de apendicitis, me
intoxique, y por si no fuera suficiente, ayer me caí y me rodilla sangro tanto que
pensé que se me saldría el corazón.

Pero bueno, ¡Ya estoy de vuelta!

Y quiero agradecer a todas las que votaron por mí, las votaciones ya han sido
cerradas, ¡Crucemos los dedos! ¡Y que gane el mejor!

¿Qué opinan de capitulo? Bueno, regular, apestoso.

¿Quién no odio a Edward al principio y al final lo amo?

¡Porque yo sí!

Bueno, chicas me retiro y próximo capítulo hablaron bien Edward y Bella sobre
sus sentimientos. Ahora solo fue un poco de drama, y algo de diversión.

¿Merezco un review?

Nos leemos pronto, con nuevos proyectos.

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Las quiere,

Annie Cullen Massen

- 171 -
Juntos

Los personajes no me pertenecen, la trama es completamente mía.

Chicas, para ambientar mas este ambiente escuchen I'll Be- Edwin
McCain, que fue mi musa en este capítulo.

¡Disfruten!

Edward POV

¡Esto era el cielo mismo!

Era casi como si me hubieran quitado 50 kilos de encima, ahora que Bella sabía lo
que siento por ella.

Había sido bastante idiota al esperar que casi la ahogaran para decírselo, debí
haberlo dicho en el momento en el que me lo pregunto.

Pero, la parte positiva de todo lo que paso es que por fin podré estar con Bella,
juntos.

Ella es tan perfecta para mí, es tan testaruda y cabeza dura, exactamente como lo
soy yo; tenía esos hermosos grandes ojos chocolate, los cuales podría mirar durante
horas, y nunca me cansaría de hacerlo.

Sus labios son como mi droga personal, nunca podría tener suficiente de ellos, la
manera en la que se acoplaban a los míos y su boca se movía en sincronía con la
mía.

"¿No quieres tomar una ducha?".-Le pregunté cuando entramos a la casa después
del incidente.

"Si, eso estaría bien".-Contestó sonriendo.

"Emmet, imbécil ya lárgate".-Ordené. Estaba siendo muy duro con él, pero ¿Cómo

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esperaba que reaccionara si casi ahoga al amor de mi existencia?

"Está bien".-Dijo con la cabeza gacha.-"Bella, en verdad lo siento, no pensé que


fueras tan débil".-Se disculpó.

"¡Hey! Yo no soy débil, es solo que no lo vi venir, eso fue todo".-Sonreí cuando vi lo
terca que era mi Bella, jamás aceptaría que es débil.

"Si, como sea Bella-looser, nos vemos luego".-Dijo a modo de despedida.

"Lo que sea".-Contestó y dijo adiós con la mano a Rose y a los demás.-"Alice, ¡Deja
a Jasper en paz! Le vas a doblar la espalda, ¡No eres un koala!".-Le gritó a su amiga,
quien estaba prensada a Jasper como un oso australiano.

"¡Déjame!".-Le gritó Alice de respuesta.-"¡Nos vemos mañana en la escuela!".

"Claro".-Dijo.-"Edward, me iré a bañar".-Anunció mirándome fijamente.-"¿Seguirás


despierto?"

"Por supuesto, yo también me duchare".-Dije sonriendo.

"Deja de hacer eso".-Pidió.

"¿Hacer qué?".-Pregunté confundido.

"Deslumbrarme".-Confesó sonrojada.

"¿Te deslumbro?".-Cuestione con mi ego sobresaliendo.

"A menudo".-Dijo con tono casual.-"Pero eso no significa que tengas derecho a
hacerlo, no es justo".

"¿Ah no?".-Me acerqué a ella y coloqué mis manos en su cintura.-"Esto tampoco es


justo".-Dije antes de besarla.

El beso fue lento, sin prisas; sus manos jugueteaban con mi cabello, mandando
millones de descargas a todas mis terminaciones nerviosas.

"¿Por qué no es justo?".-Preguntó cuando nos separamos.

"Porque siempre me dejas deseando mas".-Confesé mientras jugaba con un


mechón de su cabello.
- 173 -
"Pues por lo pronto, eso se quedara así".-Contestó.-"Tengo que bañarme, no quiero
resfriarme".

"Cierto".-Concordé con ella.-"Vete a bañar, ladrona de mi corazón" dije


provocando que ella se sonrojara furiosamente.

"Solo tengo una pregunta más".-Dijo antes de irse.-"¿Siempre eres así de cursi?".

"Solo contigo, mi Bella".-Ella sonrió y me dio un leve beso en los labios y subió
corriendo las escaleras.

Me quedé viendo las escaleras como un idiota, ya no estaba Bella ahí y yo seguía
viendo por donde sus pies acababan de pasar, y su perfume llenaba el lugar.

"Edward".-Me llamó James.

"Sr. O'Connell, ¿Dónde estuvo todo el día?".-Pregunté cuando me di cuenta que no


lo había visto todo el día.

"Salí".-Contestó simplemente.-"¿Qué tal su día?".

"Perfecto".-Me limité a contestar.

"¿Por fin le dijiste tus sentimientos a Bella?".-Se sentó en el sillón de la sala


mientras me miraba.

Le regresé la mirada con curiosidad.

"¿Qué?".-Preguntó.-"Es bastante lógico, después de la discusión de anoche, era


para que ni siquiera se dirigieran la palabra pero en cambio, están más
acaramelados que nunca".-Explicó.

"¿Escuchas esa pelea?".-Cuestione.

"Sería sordo si no la hubiera escuchado".-Afirmo.-"Además de que estaba en las


escaleras cuando lo escuché".-Dijo.

"Oh, vaya. Si discutimos, pero ya se arreglo todo".-Contesté simplemente.-"Si me


disculpa me iré a bañar".-Anuncié.

"¿Solo? ¿O te le unirás a Bella?".-Preguntó con la ceja levantada y sonriendo


pícaramente.
- 174 -
"Solo".-Contesté con el ceño fruncido.-"¿Sabe Sr. O'Connell? Hay ocasiones que
usted parece el adolescente, y no Bella".-Le dije con media sonrisa.

"Tomare eso como un cumplido".-Contestó levantándose del sillón y dirigiéndose a


las escaleras.-"Después de todo, siempre hay que mantener al niño que llevamos
dentro, en especial un anciano como yo".-Fue lo último que dijo antes de subir hasta
su habitación.

Y él tenía razón, todos deberíamos conservar al niño que llevábamos dentro.

"No Bella, no podemos. Mañana tienes escuela".-Contesté firmemente.

"Anda vamos, solo serian un par de días, prometo ponerme al corriente en todas
las materias".-Rogó mientras se ponía de rodillas en su cama.

La miré por un segundo tan hermosa solo como ella podía ser, su cabello estaba
semi-húmedo y algo enredado, sus ojos brillaban a causa de la chispa de emoción
que la embargaba en estos momentos.

Me senté para quedar a su altura, su cama era mas cómoda de lo que pensaba, por
esa razón cuando la había ido a visitar y me senté en el borde no pude evitar
terminar acostado en ella como si fuera la mía.

"Bella".-Dije en forma de un suspiro acariciando un mechón de su sedoso


cabello.-"¿Qué hare contigo?".-Pregunte sonriendo.

"Nada más que quererme".-Contestó con una sonrisa amplia mientras se inclinaba
para rozar sus labios con los míos.-"Vamos, Edward serán solo dos días".-Me volvió a
besar después de haber dicho eso.-"Imagínalo, tu y yo, solos en una cabaña alejados
de la sociedad, sin que nadie pueda interrumpirnos".-Explicó para después volverme
a besar.

"Bella, no es justo. No puedo pensar con claridad cuando me estas besando de esa
manera".-Me defendí.

"¿De qué manera?".-Cuestiono inocentemente.-"¿De esta?".-Dijo antes de volverme


a besar dejándome mi mente en blanco.

"Bella".- Gruñí cuando sentí una de sus manos jalar mi cabello.-"Solo serán dos
días, ¿Verdad?".-Pregunté rindiéndome.

"¡Sí!".-Exclamo entusiasmada bajándose de la cama.-"Solo dos días lo prometo,


- 175 -
¡No te arrepentirás! El lugar es hermoso, y solo está a dos horas en carro".-
Comentó mientras sacaba algo de su armario.

"Que buen tutor resulte".-Dije mientras me volvía a recostar en la cama de


Bella.-"Me dejo convencer demasiado fácil".

"Ya no te estés quejando".-Me cortó Bella.-"Y vete a hacer tu maleta, que nos
vamos mañana temprano".- La vi por unos segundos antes de darme por vencido.

"Vale, vale".-Dije saliendo de su cuarto con los hombros caídos en señal de


derrota.

Cuando cerré la puerta, me encontré con James saliendo de su cuarto riendo.

"Te tienen controlado".-Comentó sonriendo.

"Mujeres".-Bufé.

"SI lo sé, somos un dilema".- Concordó con lo que acababa de decir.-"No tienes
que entendernos, solo ámanos".- Lo miré con las cejas levantadas, y hice un esfuerzo
sobrehumano por no reírme en su cara por creerse una mujer.

"Si, por supuesto, no intento entenderlas. Créamelo".-Contesté bajando las


escaleras.

"You make me wanna la la".-Cantaba Bella a todo pulmón con la ventana abajo del
auto.

"Bella, por favor mete la cabeza, siento que te vas a estrellar en un árbol".-Pedí en
forma de suplica.

"No seas tan amargado Edward, no me pasara nada, tu concéntrate en manejar


por el carril correcto".-Ordenó mientras cambiaba la canción.

"There's something about the sunshine, baby".-Canto mientras que peinaba su


cabello con sus mano.

No hice más que reír al ver la energía que Bella tenía, parecía que con ella todo
era felicidad.

La imagen era digna de fotografiar, íbamos en el automóvil a toda velocidad por


una carretera en donde el sol brillaba en todo su esplendor, y el viento agitaba
- 176 -
nuestros cabellos dejándolos completamente despeinados.

"¡Uh, lady Gaga!".-Exclamo cuando volvió a cambiar de canción.-"Amo a Lady


Gaga".-Dijo mientras bailaba al ritmo de la canción.-"Stop calling, stop calling I don't
wanna think anymore".-Sostenía su IPod como si fuera un micrófono y hacía muecas
actuando lo que la canción decía.

"Eres igual a Alice, ¿Uh?".-Pregunté recordando la vez que Alice dijo que amaba
todas las canciones.

"Algo así, pero no en ese extremo".- Contestó sonriendo.-"¿Quieres?".-Me ofreció


una de sus papas que estaba comiendo.

"Bella, si como algo mas, vomitare".-Afirme recordando toda la cantidad de comida


que habíamos ingerido durante el camino.

Había sido unos burritos (*1), una pequeña pizza, unas donas, unas papas, un
paquete completo de gomitas y dos refrescos de cola, me sentía que iba a explotar si
comía algo más.

"Edward, tienes que tomar la próxima salida".-Ordenó Bella con la boca llena de
papas.-"Si te pasas, llegaremos en otras dos horas".-Afirmo.

"Vale, vale".-Conteste mientras giraba el volante para tomar la salida que Bella
había indicado.

Después de otros quince minutos, pude divisar la entrada al terreno que Bella
había dicho.

"Aquí es".-Chilló Bella emocionada.

"Llegamos".-Concorde con ella.

Escuché los pasos de Bella en la parte superior de la cabaña, pero aún así mi
cerebro no reaccionaba.

El lugar donde nos encontrábamos era absolutamente perfecto, no había ni un solo


rincón de él que no me hubiera encantado; en la entrada un gran arco de madera
cubría todo el perímetro por donde los autos entraban, después el camino de piedra
era iluminado por antorchas, que por ser de día estaban apagadas; cada diez metros
habían arboles altos que daban sombra al lugar; el camino giraba hacia la derecha y
ahí es donde se encontraba la gran cabaña hecha de madera.
- 177 -
A la izquierda de la cabaña estaba una cabelleriza donde había siete caballos, cada
uno de diferente tonalidad y de diferentes tamaños.

"¿Te gusta?".-Había preguntado Bella cuando nos bajamos del auto.-"Tienes que
ver esto".-Comentó tomando mi mano y jalándome hacia la caballeriza.

"¿A dónde vamos?".-Le pregunté cuando dimos vuelta a la derecha, rodeando la


cabelleriza.

"Una de nuestras yeguas acaba de dar a luz unos meses atrás".-Había


explicado.-"Mira".-Señalo con su dedo hacia enfrente.

Mi corazón dio un brinco de ternura al ver semejante escena, una yegua color miel
se encontraba acostada mirando fijamente a un potrillo del mismo tono; el potrillo
estaba aprendiendo a caminar, se paraba poco a poco e intentaba mantener el
equilibrio, varias veces cuando empezaba a dar unos pasos, el caballito perdía el
equilibrio y se tambaleaba, y cuando eso pasaba, la mamá se medio paraba y lo
sostenía con su cabeza.

"¿No es genial?".-Preguntó mientras se agachaba y acariciaba la cabeza de la


yegua.-"Su nombre es Honey".-Dijo acercándose al potrillo.-"Y este pequeño aún no
tiene nombre".-Comentó poniendo su mano en la boca del caballo y este comía el
pasto que había en ella.-"Quizá mientras estemos aquí se nos ocurra algún nombre,
¿No crees?".-Cuestionó sonriendo y poniéndose de nuevo a mi lado.

"Eso espero".-Contesté sonriendo abiertamente.

Después de haber visto los caballos habíamos bajado las maletas del auto, y
también lo habíamos limpiado un poco. Y ahora Bella se encontraba arriba ordenado
sus cosas, y cambiándose ya que íbamos a ir a cabalgar un rato mientras se hacía la
hora de comer.

"Lista".-Anunció Bella bajando las escaleras, y casi me voy de boca al ver lo que
estaba usando; llevaba una camisa blanca estilo polo, unos pantalones color caqui
que se le pegaban demasiado a sus torneadas piernas, y terminaba todo con unas
botas cafés que llegaban hasta sus rodillas.-"Deberías sacarme una foto, no quiero
que me desgastes".-Comentó riendo.

"Ahora tengo todo el derecho de verte cuanto quiera".-Contesté tomándola de la


cintura.

"¿Ah sí?".-Dijo a modo de pregunta.-"Convénceme".-Pidió mirando mis labios.


- 178 -
"Tú lo dijiste".-Advertí antes de lanzarme a sus labios que ya se encontraban
entreabiertos, en el mas mínimo roce, nuestros labios ya estaban perfectamente
amoldados el uno al otro, como si se hubieran hecho juntos y al momento de nacer
se hubieran separados, como dos piezas extraviadas de un puzle.

"Bien".-Dijo Bella entrecortadamente.-"Me convenciste".-Afirmó cerrando sus ojos.

"Lo sé".-Contesté con tono engreído.

"Fanfarrón".- Dijo Bella separándose de mi.-"Vamos, hay algo que quiere


mostrarte".-Anunció emocionada.

Estuvimos por lo menos dos horas cabalgando por el lugar donde se encontraba la
cabaña, al parecer los caballos que escogimos eran pareja, porque siempre querían
estar juntos cada vez que nos separábamos un poco, los caballos como si de imanes
se tratase se unían de nuevo.

"A ver si me alcanzas".-Me retó Bella poniendo su caballo a correr.

Corrimos a través de lo que parecía una pradera hecha a mano, perfectamente


proporcionada y lo que la hacía aun más perfecta, era que Bella se encontraba en la
mitad de ella corriendo con su caballo.

"Perdedor".-Gritó Bella cuando se detuvo y se bajo de su


caballo.-"Apúrate".-Ordenó.

"Si mamá".-Contesté con sarcasmo.-"Ya llego".-Rectifique al ver su cara de pocos


amigos.

"Ya, ven".-Indicó cuando me baje del caballo, tome su mano y deje que me guiara
entre la pradera.-"Aquí es".-Anunció dejándome ver un riachuelo con agua
cristalina.-"¿Te gusta?".-Preguntó.

"Es hermoso".-Contesté.-"¿Cómo sabes de este lugar?".-Cuestione, ya que parecía


estar escondido entre tantos arboles.

"Alguna vez vine con mi abuelo, cuando era niña; me gusto tanto que memorice el
camino para poder llegar. Ahora, cada vez que vengo a estas cabañas me escapo
unas cuantas horas para poder estar aquí, y aclarar mi mente. Es algo así como mi
lugar feliz".-Me contó con una ligera sonrisa en los labios.-"Ahora te lo comparto a ti
también".-

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"¿En serio?".-Pregunte sorprendido.-"Gracias Bells".-Contesté abrazándola.

Nos recostamos en la orilla del rio y metimos nuestros pies en el agua, mientras
que los caballos tomaban agua, como siempre juntos.

El resto de la tarde la pasamos hablando sobre nuestras vidas, nuestras metas,


nuestros miedos, en fin solo conociéndonos aun más.

"Ya tengo hambre".-Comentó Bella poniéndose de pie.-"¿Regresamos?".-Pidió.

"Por supuesto".-Conteste colocándome mis zapatos.

"¿Edward?".-Me llamó Bella.

"¿Si?".-

"Gracias".-Dijo abrazándome por la cintura.

"Si que teníamos hambre".-Comenté al ver toda la cantidad de sándwiches que


habíamos ingerido.-"Eso no debería pasar después de todo lo que desayunamos en el
camino".

"Es normal, estuvimos un buen rato cabalgando. Hablando de caballos, ¿Me


ayudas a alimentarlos?".-Preguntó.

"Claro".-Contesté.

"Nada mas ten cuidado con las patas Edward, no quiero que termines con algo
roto".-Pidió.

"Bien, bien".-Accedí.

"Mira, tú alimenta a esos tres de allá".-Dijo señalando a los tres primeros.-"Y yo me


encargo de los otros seis".-

"¿Qué no son cuatro?".-

"Olvidas a Honey y a su pequeño".- Aclaró.

Cuando terminamos de alimentar a los caballos, decimos tomar una ducha, ella
subió al baño del piso superior mientras que yo me bañaba en el de piso inferior.

- 180 -
El agua caliente ayudo a mis músculos a relajarse y a descansar después de estar
todo el día en movimiento; además de que siempre despeja mi mente y me llena de
energías.

Es correcto, amo bañarme.

Cuando salí me puse mi pijama y me fui a la sala a esperar a Bella.

Me parecía tan fantástico estar así con ella, cuando la conocí jamás pensé que
terminaríamos siendo algo más que tutor y tutorada. Es decir, mi primera impresión
de ella fue que era demasiado hermosa pero eso será todo, en mi mente no se me
cruzo la idea de que algún día llegaríamos a estar juntos.

Juntos.

Suspiré. Esto no podía ser mejor, ella era tan perfecta para mí, no sé que hice para
merecer estar con ella, era como un premio, era lo mejor que tenía en el mundo.

"Si piensas un poco más, se te quemara el cerebro".-Dijo Bella sacándome de mis


pensamientos.

"Ven, Bella".-Le pedí, cuando llego a mi lado la guié hasta el jardín.-"Mira las
estrellas".-Le dije y ambos miramos hacia el cielo, donde se podían ver las millones
de estrellas que en la ciudad no se podían admirar.-"Cuéntalas todas, cuando
termines, tendrás una mínima idea de cuánto es que te quiero".

Ella soltó un jadeo y sus ojos se llenaron de lágrimas.

"No, no llores".-Pedí mortificado.

"Son lagrimas de felicidad".-Explicó con una media sonrisa.-"Es lo más lindo que
alguien jamás me haya dicho. No sé que hice pare merecerte Edward, supongo que
eres un regalo de la vida para recompensarme y ser feliz".-Y ahora era yo el de los
ojos brillantes.

"Bella".-Dije su nombre en forma de un suspiro antes de besarla, dejándole saber


cuánto es que la quería.-"Eres la maravilla de mi vida, eres la prueba viviente de que
mi amor está vivo y no muerto, todo acerca de ti es hermoso, tus ojos me detienen y
me roban el aliento, estoy cautivado, enganchado a tus labios; Bella yo seré el
hombro donde puedas llorar, seré todo lo que tu necesites". (*2)

"Edward".-Dijo Bella sollozando.


- 181 -
"Shhh, no tienes que decir nada. Solo quería que lo supieras".-Dije acariciando su
cabello.

Y todo era cierto, yo seré lo mejor que Bella pueda tener, la cuidare, la mimare y
la amare sobre todas las cosas.

Porque ella era, solo ella.

1.-Son una especie de tacos, con tortilla de harina rellenos de carne o


cualquier otra cosa, son muy típicos en México, mi país. n_n

2.- Lo que está en itálica son frases de la canción de I'll Be, que me encantaron.

¡Chicas! Esta vez no tarde mucho. ¿Qué les pareció?

Respecto a un review que me dejaron anónimo, por supuesto; me parece que es


justo que estén enojadas porque tardo tanto en subir, pero no tengo ninguna
necesidad de inventarme cosas, ni mucho menos enfermedades, cuando no puedo
subir les explico las razones, además, chica si tanto te gusta la historia no es para
que ofendas a la autora, que esto es algo que hago porque AMO escribir, no es una
obligación.

Así que chicas, si están molestas hay maneras más educadas de


demostrarlo, ¿No creen? Por mi no hay problema en el que me digan lo que
piensan, siempre y cuando no sean groseras no ofendan a la autora.

En fin, de nuevo… No sé como agradecer todos sus reviews, cada uno de ellos me
motiva y hace que quiera escribir más.

Bueno, ahora si me voy. Que ya estoy retrasada en mis labores de hoy.

Las quiere,

Annie Cullen Massen

XOXO

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interesante ¿Ha?

Bella POV

No podía creer que existiera tanta felicidad, y que me estuviera pasando a mí. Si
toda mi vida de sufrimiento, fue lo que tuve que pasar para poder estar así con
Edward, lo sufriría una y otra vez. Porque no había nada mejor en este mundo que
estar en sus brazos.

Suspiré.

"Ya van tres suspiros".-Dijo Edward con voz pastosa.-"Vas a quitarme todo mi
oxigeno".-Comentó tallándose los ojos.

Rodé los ojos.

"Pensé que estabas dormido".-Le dije ignorando su comentario.-

"Te estaba espiando".-Anunció con simplicidad.

"¿Con los ojos cerrados?".-Pregunté con una ceja levantada.

Edward pareció quedarse en blanco por un minuto, y me miraba con los ojos
desorbitados.

"Tengo mis propios métodos".-Dijo entrecerrando los ojos y mirándome


sospechosamente.-"Te ves completamente adorable cuando duermes".- Hizo una
pausa, y se incorporó hasta quedar sentando y se giró para encararme, sonrió
torcidamente y me miró pícaramente.-"Claro, ya que despiertas es otro mundo… tu
cabello esta hecho una maraña, tienes lagañas en los ojos y no me hagas empezar
con tu aliento".-Dijo dejándome con los ojos abiertos como platos, y por supuesto,
con un sonrojo tan grande que parecía un tomate con peluca.-"Pero aún así eres la
mujer más hermosa que he visto".-Completó acercándose a mí.

Lo miré con llena de rabia, no estaba para que hiciera esas estúpidas bromas, las
cuales afectaban mi autoestima y mi ego.

- 183 -
"Vete a la mierda, Sr. Perfeccionista".-Le grité poniéndome de pie y arrogándole la
cobija con la que nos habíamos cubierto toda la noche. Porque después de las
hermosas palabras que me había dicho la noche anterior, nos quedamos a dormir en
el exterior viendo las estrellas y besándonos.

Pero como siempre, tenía que ser Edward y arruinarlo con algún comentario. Iba
caminando a pasos agigantados, y refunfuñando maldiciones que no tenían sentido.
Solo Edward podía sacar lo peor de mí.

"Hey, hey, hey". - Gritó Edward corriendo hacia donde yo estaba.-"Tranquila


Bells".-Pidió tomándome de la muñeca.-"No era mi intención ofenderte, solo era una
broma".-Explicó.

Me giré para encararlo y gritarle hasta de lo que se iba morir, pero en cuanto mis
ojos vieron su cara todo el coraje que había sentido se fue al carajo.

Sus hermosos ojos verdes brillaban como nunca lo habían hecho, su cabello de ese
color tan extraño que solo lo había visto en el, estaba aun mas despeinado que
normalmente y su sonrisa típica de lado, me dejaron sin aliento…

"¿Me perdonas?".-Pidió abrazándome por la cintura.-"¿Por favor?".-Volvió a pedir


con los ojos estilo el gato con botas, de esa película del monstro verde grande.

"No lo sé".-Dije tratando de mantener la compostura, lo cual no era tarea fácil


teniendo a semejante dios griego a solo unos centímetros de tu cara y sus manos
recorriendo tu cintura.

"Por favor".-Rogó rozando sus labios con los míos.-"Bella, tu sabes que solo estaba
bromeando, después de anoche creo que ha quedado más que claro lo que significas
para mí, y eres la mujer más bella y hermosa que pueda existir en la Tierra, con todo
y tus defectos".-Explicó antes de juntar nuestros labios en un simple pero
extremadamente tierno beso.-"¿Me perdonas?".-Pidió viéndome directamente a los
ojos.

"Si".-Conteste en forma de suspiro.

"Bien".-Respondió antes de volverme a besar con tanta ternura que podría


ponerme a llorar como una niña pequeña.-"Ahora, vamos a cambiarnos para
desayunar".-Dijo dándome un pequeño beso en mi frente.

"Está bien".-Acordé con el.-"Tu báñate en la regadera de arriba y yo iré al de


arriba".-Dije separándome de él.
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"¿Nos bañaremos juntos?".-Preguntó con una ceja levantada.-"Dijiste que ambos
iríamos al baño de arriba".-Explicó al ver mi cara de duda.

Los colores subieron a mi cara inmediatamente, y comencé a balbucear cosas sin


sentido intentando explicar que no era lo que quería decir.

"Ya, ya, Bells".-Me cortó Edward.-"Ya entendí que no quieres verme


desnudo".-Sugirió sonriendo pícaramente, dándome una imagen mental que no
ayudaba en nada a mi estado catatónico.

La imagen iba algo así… Edward completamente mojado, su cabello se pegaba a


su cara y los pequeños cabellos de su pecho marcado, se adherían a este dándole un
aspecto tan sensual que me dejo la mente en blanco.

"No…no…no".-Intentaba explicar, pero esa bendita imagen no me dejaba


coordinar mi boca con mi cerebro.-"No era a lo que me refería, Edward".-Expliqué
viéndolo a la cara.

"Lo sé".-Confesó riéndose a carcajadas.-"Debiste haber visto tu cara, era todo un


poema".-Contestó volviendo a reír.

¡Imbécil! Pero esto no se queda así.

"Si, por supuesto".-Comencé a hablar con la voz sedosa, y arrastraba las palabras
al final.-"Yo sé que por más que queramos, estaría… mal".-Susurré esa palabra
dándole un enfoque especial, Edward inmediatamente paro de reír y trago en
seco.-"Quiero decir, estamos solos nadie podría decirnos nada".-Mientras hablaba
me iba acercando a él, que estaba petrificado y solo movía sus ojos siguiendo cada
uno de mis movimientos.-"Porque ambos los queremos, ¿No?".-Sabía que estaba
jugando con fuego, pero su cara era bastante divertida y debía tener mi venganza.
Lo tomé del cuello y lo besé salvajemente, mis manos automáticamente se movieron
hacia su cabello y lo comencé a jalar fuertemente.

Antes de que el beso se volviera algo que no pudiera manejar, me separe de él y


me reí en su cara.

"Debiste haber visto tu cara, era todo un poema".-Le dije las mismas palabras que
él me había dicho hace unos minutos.

"Eres mala".-Dijo mirando hacia el techo, tratándose de distraer.-"Pero recuerda


que el que ríe al último ríe mejor".-Amenazó apuntándome con su dedo índice.

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"No, Edward".-Corregí mientras subía las escaleras.-"El que ríe al último, ríe
menos".-Seguí subiendo las escaleras tratando de no soltar la carcajada enfrente de
Edward.

En cuanto cerré la puerta no pude evitar soltar una carcajada que estoy segura
que sonó por toda la cabaña, pero la cara de Edward no tenía precio.

Eso le pasaba por meterse con Bella Swan.

Me metí a la regadera aun tratando de controlar la risa causada por Edward, pero
me era imposible; cada vez que me calmaba un poco la imagen de él y su cara de
desorientación provocaba que me atragantara con el agua que salía de la regadera.

El reflejo de mi misma era la clara evidencia de que no había parado de reír, y de


que el shampoo me había entrado a los ojos. Mi cabello aún mojado se encontraba
amarrado en una trenza de lado, amarrada con un pequeño lazo azul, mis ojos se
encontraban un poco rojos e hinchados pero aún así brillaban y la misma estúpida
sonrisa seguía plantada en mis labios.

Me puse una camisa de cuadros color azul cielo, unos pantalones de mezclilla y
para dar el toque final unas botas color café que eran bastante cómodas para dar
largas caminatas, lo cual esperaba no hacer hoy.

Salí de la habitación, y en cuanto mi vista se dirigió hacia abajo, pude ver a


Edward sentando en el sillón mirando fijamente por la ventana.

No pude evitar suspirar con semejante imagen.

Edward traía puestos unos pantalones de mezclilla casi del mismo tono que los
míos, solo que un poco más oscuros, una camisa color verde lima que hacía resaltar
sus ojos de una manera que parecía imposible. Su cabello unos cuantos grados más
oscuros de lo normal por estar húmedo, y ese peinado tan despeinado que lo hacía
ver extremadamente bien.

Y para poner la cereza al postre, tenía esos labios tan perfectos entreabiertos que
me invitaban a lanzarme sobre ellos y comérmelos a besos, tenían esa combinación
tan única entre dulce y amargo, suave y firme… tan Edward.

"¿Listo?".-Pregunté con voz suave llamando su atención.

El me miró de pies a cabeza, y luego sonrió torcidamente.

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"Ahora sí".-Contestó poniéndose de pie y caminando hasta el pie de las escaleras
donde yo estaba a punto de llegar.-"Estaba pensando seriamente en como vengarme
de ti".-Comentó como quien no quiere la cosa, haciéndome pasar en seco.-"Pero
viéndote así de hermosa y adorable, dime ¿Cómo podría alguien dañar a un ángel
tan único como tú?".-Preguntó sonriendo ampliamente y viéndome directamente a
los ojos.

"Edward".-Dije en forma de suspiro.-"Tienes que dejar de hacer eso".-Señale


bajando el último escalón.-"Eso de decir cosas tan lindas, me dejas ver como una
anti-romántica por no decir cosas más lindas que tu".-Comencé a explicarle.-"Yo soy
la mujer en la relación, se supone que yo tengo que ser la romántica empedernida y
tu como el hombre, solo decirme que si a todas las cursilerías que se me
ocurran".-Terminé mirándolo con una ceja levantada.

"Es que, yo no soy normal".-Confesó acercándose a mi cara y volviendo a sonreír


de lado.-"Ni ningún miembro de mi familia lo somos, somos caballeros".-Dijo con el
pecho inflado de orgullo.-"Verás, el padre de mi padre, mi abuelo era un machista
sin respeto a las mujeres y mi padre creciendo todos los días viendo la clase de
hombre que era su padre, se prometió a si mismo que jamás trataría a una mujer
como si fuera un objeto, y se propuso ser un caballero de los antiguos, de los que
trataban a las damas como flores, delicadas y hermosas".-A esta altura de los
historia, mi imaginación ya había volado e imaginaba a Edward y a mí en tiempos
medievales, con los vestidos hermosos y a él montado en un caballo, con su traje
típico de príncipe encantador.-"Y Carlisle y Esme, mi mamá, se han encargado de
hacerme un caballero de los buenos y eso incluye todas las cursilerías".-Terminó su
historia.-"Así que tendrás que acostumbrarse, lady Bella".-Dijo besando mi mano.

"Creo que puedo hacer eso".-Contesté con un hilo de voz.-"Ed…Edward".-Lo llamé


no sin antes tartamudear un poco.-"Tenemos que alimentar a los caballos y después
podremos desayunar nosotros.".-Agregué.-"¿Vamos?".-Pedí tomándolo de la mano.

"Contigo… hasta el infinito y mas allá".-Contestó.

Solo rodeé los ojos ante el comentario tan infantil de Edward, pero igual sonreí
porque viniendo de él, no me importa que sea tan infantil.

Esta vez Edward ayudó un poco más, y me pidió si lo dejaba alimentar al pequeño
potrillo, a lo cual accedí sin chistar. Sería una linda escena, por lo que antes de salir
tome mi cámara.

"¡Edward!".-Grité corriendo atrás de él.-"Regrésame mi cámara".-Chillé tratando


de alcanzarlo.
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"Ven por ella".-Me retó poniendo la cámara en lo más alto que el alcanzaba y la
agitaba como si se tratase de una bandera.

"Idiota".-Refunfuñe pasándolo de largo.

Comencé a hacerlo sin él, mientras oía sus carcajadas a mis espaldas.

"¡Caballero mi trasero!".-Le grité con tanta fuerza que el caballo al que estaba
alimentando, se asustara y comenzó a tratar de escapar.-"Shhh, Shhh".-Lo intenté
calmar mientras acariciaba su cabeza suavemente.

"¡Bella! Sonríe".-Pidió Edward con la cámara lista para tomarme una fotografía.

"¡No Edward!".-Volví a gritar sabiendo que el flash alteraría más al caballo, y


probablemente se saldría de control, pero fue demasiado tarde.

Como si fuera en cámara lenta, Edward presiono el botón haciendo que el flash
saliera disparado directamente hacia los ojos del caballo provocando que comenzara
a relinchar y a tratar de salirse del establo.

"¡Edward!".-Chillé asustada al ver al enorme caballo pararse en sus dos patas, listo
para soltar una patada.-"Voy a abrir la puerta para que corra y se
tranquilice".-Comencé a explicar.-"Si no lo suelto, comenzara a alterar al resto de los
caballos".-Agregué.-"Hazte a un lado".-Pedí antes de abrir la puerta.

En cuanto hubo un ligero espacio, el caballo salió disparado en dirección a Edward


como si supiera que él era el culpable de su alteración.

Lo que no podía creer aunque lo estuviera viendo, fue la reacción que tuvo.

En cuanto había visto que el caballo se dirigía hacia él, soltó un grito tan agudo,
que de haber estado volteada pensaría que fue una pequeña niña la que había
gritado, después se había echado a correr como un loco que está siendo perseguido
por zombies; agitaba sus brazos en el aire y gritaba agudamente mientras que de
vez en cuando giraba su cabeza para ver si el caballo iba aún tras él.

Sin poder contenerme más, me tire sobre el piso y la risa se apodero de todo mi
cuerpo haciendo que ligeros espasmos recorrieran mi espalda, mientras que ligeros
jalones tiraban de mi abdomen y mis ojos se llenaron de lágrimas.

"¿Te pareció gracioso?".-Preguntó una voz aterciopelada.-"Porque a mí no".-


Respondió en tono serio.
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"Vamos Edward".-Le dije mientras intentaba recuperar la compostura.-"Tienes que
aceptarlo tu corriendo como una pequeña niña asustada por todas las caballerizas;
es algo bastante divertido".-Le expliqué como si no viera lo obvio.

"Si, como sea".-Contestó fingiendo indiferencia.

"Y pasas de ser una pequeña niña indefensa, a una adolescente


hormonal".-Comenté divertida.

"¡Eso! Búrlate de tu novio".-Al oír la palabra novio mi cuerpo en automático se


tensó y deje de reír.

Porque oficialmente Edward no me había pedido que fuera su novia, pero


habíamos estado actuando como si lo fuéramos por todo este tiempo.

"Lo siento".-Se disculpo acercándose a mi.-"Se que no habíamos hablado de eso


antes, no debí adjudicarme el titulo".-Comentó como quien no quiere la cosa.-"Lo
lamento".-Repitió.

Me había quedado en blanco, en verdad no sabía que decirle; por un lado, era
demasiado obvio que esto ya no podía ser una relación de amigos y tampoco quería
eso, pero por el otro lado esto iba demasiado rápido y él era cinco años mayor que
yo.

¿Qué pensaría mi abuelo si enterara que su nieta escapo con su tutor a las
cabañas un fin de semana para poder estar solos sin ser molestados?

Suspiré internamente.

"Vamos".-Le pedí tomándolo de la mano.-"Alimenta al resto de los caballos, yo iré


por el que soltamos".-Ordené suavemente.

Camine lentamente hasta llegar donde estaba el caballo comiendo unas ramas de
los árboles.

"Trueno".-Lo llamé con voz dulce para atraer su atención.-"Pequeño, ¿Por qué te
asustaste? Me conoces sabes que no te haré daño".-Le explicaba mientras que daba
pequeños pasos acercándome más a él; el caballo parecía un poco reacio a dejarse
domar, pero en el momento en el que había puesto mi mano en su cabeza se calmó y
me dejo tomar su rienda.-"Eso es Trueno, eres un buen chico".-Cuando lo volví a
meter al establo vi que Edward me miraba con el ceño fruncido mientras colocaba la
comida.
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"Edward".-Lo llamé.-"Vamos que Honey y su pequeño nos están esperando".-Le
grité para que me escuchara bien.

"Bella".-Dijo Edward llegando a mi lado.-"Sabes que te quiero, ¿Verdad?".-Esa


confesión me hizo quedar sin aliento.-"Y nada va a pasar si tú no quieres,
¿Entiendes?".-Preguntó con tanta dulzura que los ojos me picaban del sentimiento
tan grande que solo él me podía hacer sentir.

Lo único decente que pude hacer fue asentir con la cabeza.

"Lo sé, Edward".-Murmuré.-"Gracias".-Dije recargando mi cabeza en su pecho.

Nos quedamos así un momento y luego nos dirigimos hacia donde se encontraban
la mamá y su pequeño pero vivaz potrillo.

"Bella, ¿Por qué se llama Trueno el caballo que me ataco?".-Preguntó tomando mi


mano.

"Yo estaba muy chica cuando él nació por lo que no lo sé bien, pero mi abuelo me
platico que la noche en que la yegua dio a luz, estaba cayendo una tormenta
bastante fuerte y justamente en el momento el nació cayo un trueno a unos cuantos
metros de ellos; imagínate el estruendo que se armo, y todos pensaban que el
potrillo correría a protegerse con su mamá, pero sorprendentemente el pequeño se
intento poner de pie y comenzó a relinchar, como retando al trueno".-Recuerdo la
primera vez que me contó esa historia mi abuelo, había quedado completamente
sorprendida y le había cogido un gran respeto a ese caballo por ser tan valiente
desde recién nacido.-"Todos los presentes estaban impactados con la reacción del
potrillo, mi abuelo al ver su valentía decidió llamarlo así".-Terminé mi historia.-"Los
nombres de todos los caballos tienen una historia detrás".-Expliqué mirándolo a los
ojos.

"¿En verdad?".-Preguntó con los ojos abiertos como platos.-"¿Cuál es la historia de


Honey?".-Preguntó agachándose para acariciar a la madre quien lo recibió gustosa.

"Es una historia triste".-Comencé a platicar mientras me sentaba al lado de


Edward y acariciaba a mi yegua favorita.-"Ella tenía solo un par de días de nacida
cuando yo llegué aquí, deberías de haberla conocido, era una ternura color miel
andando por todo el establo siguiendo a su mamá".-Sonreí al recordar que al verla
una sonrisa se me escapo, a pesar de que en ese entonces estaba destrozada por
dentro.-"Una noche estábamos mi abuelo y yo dentro de la cabaña cuando
empezamos a oír ruidos raros en las caballerizas, mi abuelo me pidió que esperara
dentro, pero no lo hice, tenía miedo que algo le pasara a la yegüita; cuando llegamos
- 190 -
al establo, vimos a su mamá parada con su bebé atrás de ella completamente
asustada, cuando apuntamos con la lámpara hacia la amenaza, nos llevamos un buen
susto al ver a una serpiente cascabel siseando viendo fijamente a Vanila, el nombre
de su mamá.".-Tomé un respiro antes de continuar.-"La serpiente estaba lista para
lanzar una mordida, y cuando lo hizo, Honey se lanzó enfrente de su mamá para que
no le pasara nada; pero la mamá sabiendo lo que iba a hacer, la aventó con una
patada y dejo que la serpiente la mordiera.".-Tragué en seco al recordar la
impotencia de no saber qué hacer.-"Mi abuelo agarro una vara de un árbol y con su
encendedor la encendió y la aventó a la víbora, quien soltó a la yegua
inmediatamente; pero ya era tarde, el veneno ya corría por la sangre de Vanila".-Mis
ojos se arrasaron al recordar la siguiente escena.-"Mi abuelo corrió y de la cabaña
sacó un anti-veneno, pero para cuando se lo había inyectado ya estaba muerta".-Me
sorbe la nariz notoriamente.-"Yo estaba en shock, no podía entender lo que había
pasado, pero lo que paso a continuación me dejo sin aliento; la pequeña se acerco al
cuerpo inerte de su mamá, y comenzó a lamer la herida, quitando todo el rastro de
sangre".-Limpié rápidamente una lagrima que abandono mis ojos.-"Yo podía sentir lo
que ella estaba sintiendo, acababa de perder a su madre, al igual que yo".-Expliqué
ganándome una mirada tortuosa de Edward.-"Recuerdo que por inercia la abracé y
me aferré a ella, dormí con ella esa noche en mi habitación y parecía que ella me
entendiera, mi dolor era su dolor pero en lugar de yo estar consolándola a ella, ella
era quien me consolaba a mi".-Volví a hacer una pausa.-"Me consoló con tanta
dulzura, que podía saborear la miel".-Rodé los ojos al sentirme estúpida por esa
comparación.-"Se que suena ridículo, pero así fue como se ganó su nombre, y desde
entonces hemos sido inseparables".-Terminé sonriendo pasando mi mano por su
cabello blanco.-"¿Sabes? Yo fui la que recibí al potrillo, por mas chistoso que suene,
mi abuelo intentaba hacerlo y lo pateaba para alejarlo; solamente quería que lo
hiciera yo".-Fue bastante divertido.-"Pero casi me desmayo de ver la
sangre".-Comenté.

"Vaya".-Dijo Edward en forma de suspiro.-"Hasta los caballos tienen más drama en


su vida que yo".-Comentó sonriendo.-"Pero suficiente tengo contigo".-Agregó
jalándome para quedar cerca de su cara.-"Y me encanta".-Dijo antes de besarme.

"Tenemos que desayunar".-Comenté separándome de él.-"Mi estomago ha


empezado a rugir".-Confesé poniéndome de pie.-"Así que alimenta al potrillo y yo
alimentare a Honey".-Di las instrucciones y puse manos a la obra. No es que tratara
mal a los demás caballos, los quería bastante; pero Honey era especial para mí, era
como si ella entendiera mi vida.

"Listo".-Anunció Edward levantándose del suelo.-"¿Qué


desayunaremos?".-Preguntó tomando mi mano y llevándome a la cabaña.

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"¿Qué se te antoja?".-Cuestione jugando con uno de los mechones que se habían
zafado de mi trenza.

"Tu".-Contestó con tono pícaro.

"No tienes remedio".-Respondí sonriendo.

"No quiero tenerlo".-Explicó encogiéndose de hombros.

********** 2 horas después*********

"Si como algo mas".-Comenzó a decir Edward.-"Vomitare".-Afirmó.

"Quiero algo dulce".-Dije poniéndome de pie para buscar algo que me sirviera.

"¿Después de todo lo que comimos?".-Preguntó viéndome con los ojos abiertos


como platos.-"Bella, comimos como si no lo hubiéramos hecho en tres
meses".-Explicó.

"Si, lo sé".-Concordé con él mientras sacaba una caja de galletas de chocolate de


la alacena.-"Pero me falta lo dulce".-Le dije metiéndome una galleta la
boca.-"¿Seguro que no quieres?".-Le pregunté ganándome una cara de asco.

"No".-Contestó firmemente.-"¿Qué vamos a hacer hoy?".-Cuestionó mientras


levantaba los platos y los llevaba al lavatrastos.

"No lo sé".-Contesté.-"Tenía pensando ir al pueblo y caminar un poco".-Dije


encogiéndome de hombros.-"Quizá después podamos ir al lago".-Me encogí de
hombros.-"¿Tú tenías alguna idea?".-Pregunté metiéndome otra galleta a la boca.

"No, no tenía nada".-Contestó.-"Me agrada eso de ir al pueblo".-Agregó.

"Bien".-Dije poniéndome de pie.-"Iré a preparar las motos".-Anuncié guardando las


galletas.

"¿Motos?".-Preguntó Edward.

"Si, el pueblo está demasiado lejos para ir en caballos, pero muy cerca para ir en
auto".-Expuse.-"Por lo que motos es la mejor opción".-Dije encaminándome a las
motos.

"Pero…pero".-Balbuceo Edward.
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"Oh, un minuto".-Lo interrumpí.-"¿Edward Cullen tiene miedo?".-Preguntó
tratando de encontrar otra explicación más obvia.

"¡No!".-Exclamó rápidamente.-"A Edward Cullen nada le da miedo".-Hizo una


pausa tragando notoriamente saliva.-"Mucho menos unas motos indefensas".-
Añadió.

"Bien".-Contesté con una sonrisa maliciosa.-"Porque hay dos motos, cada quien irá
en la suya".-Dije saliendo de la cabaña.

"Vale, vale".-Gritó corriendo a mi lado.-"La verdad es que las motocicletas me


aterran".-Confesó como si se tratara del peor de los crímenes.-"¿No podemos ir en
caballo o en carro?".-Me reí bajito ante su inmadurez.

"Edward, vamos no seas una niña".-Pedí.-"No de nuevo".-Al decir esto no pude


evitar soltar una carcajada.-"Mira, si quieres yo la manejo y tú te vas agarrado de mi
cintura".-Edward parecía que iba a discutir, pero alguna idea lo hizo cambiar de
parecer.

"Muy bien".-Concordó agarrándome la mano.-"Tu manejas, yo solo me aferro a


ti".-Solo rodé los ojos al entender su intención.

"Eres como un niño de cinco años".-Lo acusé mientras comenzábamos a caminar


hacia las motos.-"Me monto primero yo, y tu vienes después que yo".-Expliqué.

Edward me miró con una ceja levantada y una sonrisa picarona.

"¿Haz escuchado lo que acabas de decir?".-Preguntó poniéndose el casco.-"Me


monto primero yo, y tu vienes después que yo, Bella, ¿Qué clase de pervertida eres?
Claro, si ya te he encontrado en una sex-shop".-Me sonrojé furiosamente ante su
comentario.

"No fue lo que quise decir, Edward".-Corregí.-"La oración está bien dicha; el
pervertido aquí es otro".-Ataqué montándome en la moto.-"Súbete, pequeña niña
que llora (*)".-Le pedí.

"Bella, tienes que ser muy cuidadosa".-Comenzó con su sermón.-"Sigues siendo


una adolescente, y la adrenalina junto con tus hormonas no deben ser…".-No pudo
terminar de hablar porque arranqué la moto y comenzamos a correr saliendo de las
cabañas.

Por inercia Edward rodeó mi cintura con sus trabajados brazos, y para ser
- 193 -
sinceros tenía más probabilidades de tener un accidente con semejante adonis
aferrado a mi cuerpo, que por solo ir a una alta velocidad.

"Bella, baja la velocidad".-Rogó Edward con su cabeza enterrada en mi


espalda.-"Tengo vértigo".-Gritó a los cuatros vientos.

"Edward, vértigo es miedo a las alturas".-Expliqué sonriendo.

"Entonces, ¿Cómo se le llama miedo a la velocidad?".-Preguntó.

"¿Miedo a la velocidad?".-Respondí con otra pregunta, y aunque no podía verlo,


técnicamente lo vi en mi mente rodando los ojos de esa manera que solo puede
hacerlo él.

"Eres increíble".-Murmuró en mi oído haciendo que miles de descargas


recorrieran mi cuerpo, haciendo que la moto perdiera un poco el control.

"No hagas eso".-Pedí.-"O harás que nos estrellemos en el árbol más


cercano".-Explique una vez que había estabilizado la moto.

En pocos minutos ya estábamos estacionando la moto a las afueras del pueblo,


ambos nos bajamos y nos quitamos los cascos.

"Eso fue…".-Comencé a decir.

"Fantástico".-Concluyó el.-"Creo que solo depende de la compañía si me gusta algo


o no".-Confesó.-"Y como ya dije antes, contigo haría lo que fuera".-Me jaló un poco
para pegar su cuerpo con el mío.

"¿A si?".-Pregunté colocando mis manos en su cabello.-"Y, ¿Qué pasaría si me


aviento de un puente?".-Me acerqué a él y roce sus labios suavemente.

"Si te lanzas a un puente, me lanzó al segundo siguiente que


tu".-Contestó.-"Lucharía contra las furiosas aguas del río para poder rescatarte, y
una vez que estuvieras segura...".-Hizo una ligera pausa para hacer la historia más
interesante.-"Te empezaría a gritar todas las maldiciones que existen y te regañaría
como nunca nadie lo ha hecho".-Me miró severamente pero después dulcifico su
mirada.-"Y para finalizar, te comería a besos diciéndote que no vuelvas a hacer algo
así, que si algo te llega a pasar, me muero".-Explicó dándome un beso en mi nariz
helada.

"Vaya, a ti sí que te gusta ser el héroe".-Dije antes de besarlo.


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"Solo cuando tú seas la damisela en peligro".-Contestó con sus labios pegados a
los míos.

"Bien… Tal como debe de ser".- Respondí separándome de él.-"Vamos, el centro


del pueblo está a unas cuantas cuadras".-Comenté tomándolo de la mano.

Comenzamos a caminar por el centro del pueblo, era bastante pintoresco y al


estilo colonial. Era uno de mis lugares favoritos, porque la gente era muy amable y
el ambiente de lugar me llenaba de energía; el pueblo entero estaba rodeado por
grandes árboles que le daban sombra y frescura al lugar, había bastantes jardineras
llenas de flores de todos los colores, las cuales le daban olor floral al pueblo.

"Esto es hermoso".-Murmuró Edward cuando pasamos por un kiosco en donde un


par de niños jugaban a las espadas.-"Es como el pueblo de un cuento de
hadas".-Comentó viendo fijamente a los niños.-"Emmet y yo solíamos jugar a las
espadas".-Dijo sonriendo tiernamente.

"¿Emmet y tu tienen mucho de conocerse?".-Pregunté.

"Toda la vida".-Contestó girándose para quedar enfrente de mi.-"Bella, Emmet es


mi hermano".-Dijo sonriendo.

"¿El oso baboso es tu hermano?".-Cuestione con los ojos abiertos como


platos.-"¿Estas de broma?".-Al ver que se quedaba serio, solo me puse a reír.-"Pensé
que solo eran buenos amigos".-Confesé avergonzada.-"Es que no se parecen en
nada".-Expliqué.

"Lo sé".-Acordó conmigo.-"Y aunque no lo creas".-Se acercó a mí como si me fuera


decir un secreto.-"Emmet es el mayor".-Dijo con una sonrisa ladina.

"No puede ser cierto".-Murmuré.-"¡¿Emmet es mayor?".-Pregunté casi


gritando.-"Debe ser una broma".-Susurré.

"Por eso le grite tanto".-Explico mientras comenzábamos a caminar de


nuevo.-"Aunque si hubiera sido solo mi amigo, y tu hubiera intentado ahogar
probablemente también le hubiera gritado de la misma manera".-Contestó.

"Sobre-reaccionas".-Le espeté sonriendo.

"Y tú eres como un niño, que no se deja querer".-Se defendió.

"¡Hey! Yo si me dejo querer".-Respondí.-"Solo no por pequeñas niñas que


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lloran".-En cuanto dije eso me eché a correr, temiendo por mi seguridad física.

"Ven acá, pequeña cobarde".-Gritó Edward detrás de mí.

"Atrápame si puedes".-Lo reté.

Después de haber corrido unos veinte minutos, me rendí; al aire me faltaba y


necesitaba tomar agua. Nos sentamos en una de las jardineras y compramos unos
frascos de agua fresca.

Seguimos hablando por otra hora, puras trivialidades. Me sorprendía la manera en


la que las cosas con Edward podían surgir tan fácilmente, era tan fácil como
respirar sin esfuerzos ni nada por el estilo.

"Bella, mira".-Me señalo con su dedo a una pareja de abuelitos que se encontraban
enfrente de nosotros.-"¿No son adorables?".-Preguntó Edward al ver que el señor le
arrancaba una flor a la jardinera y se lo ponía en la oreja de la mujer, a la que
supuse que sería su esposa.

La abuelita sonrió y lo beso dulcemente en los labios. ¡Eran tan tiernos!

Los ojos de ambos brillaban de la ilusión de estar juntos, y se veían tan


enamorados que daban ganas de correr y felicitarlos.

Mis ojos, sin que yo supiera porque, se llenaron de lágrimas.

"¿Qué pasa?".-Preguntó Edward.-"¿Estás bien?".

"Si, por supuesto".-Me apresuré a contestar.-"Es que son tan tiernos".-Respondí.

Edward rió como si estuviera loco, después me abrazo por detrás y recargó su
cabeza en mi hombro viendo a la pareja enamorada.

"¿Y yo soy la pequeña niña que llora?".-Cuestionó besando mi barbilla.-"Creo que


son espectaculares".-Comentó.-"Muy pocas parejas hay en esa edad que se
demuestren el amor de la manera en la que ellos lo hacen".-Explicó.-"Algún día
quiero ver que mis padres lleguen a estar así".-Edward a estas alturas tenía sus
manos en mi vientre formando un candado con ellas.

"Yo espero algún día verme así".-Susurré.

Como si los abuelos me hubieras escuchado giraron su cabeza hacia donde


- 196 -
estábamos Edward y yo, y nos sonrieron; y como si ambos hubiera leído la mente del
otro, se pararon y vinieron ante nosotros.

"Hola".-Saludó el abuelo.-"Mi nombre es Peter, y ella es mi esposa Gina".-La


presentó y la mujer sonrió.

"Tú eres Bella Swan, ¿No?".-Preguntó la mujer dejándome perpleja.-"Conocemos a


tu abuelo".-Explicaron al ver mi cara de susto.-"Siempre presumió que eras una
mujer hermosa".-Continuó.-"Pero yo creo que se ha quedado corto".-Añadió
haciéndome sonrojar.

"Mucho gusto".-Saludé.-"El es Edward Cullen, mi…".-Hice una pausa para pensar


cuál era el adjetivo que quedaba mejor.

"Su novio".-Completó Peter por mí.-"Y si no lo es aún, ¿Qué están esperando?


¡Están mas que enamorados!".-Dijo haciendo que los brazos de Edward se tensaran.

"¡Peter!".-Lo riño su esposa.-"Lo lamento, mi esposo no tiene pelos en la


lengua".-Explicó.

"No se preocupe".-Contestó Edward ya que estaba más relajado.

Les hicimos un espacio para que se sentaran en nuestra jardinera, pasamos el


resto de la tarde charlando con ellos. ¡Eran fascinantes! Era como si uno
complementara al otro, y como si supieran exactamente lo que iba a decir el otro.

Y era tan romántico.

La manera en la que Peter veía a su esposa, con absoluta adoración y también ella
lo veía de esa manera, que me hacía sentir un poco de envidia, pero de la buena.

Algún día quisiera llegar a tener una relación como la de ellos.

"Edward y Bella".-Nos llamó Peter.-"Nos tenemos que ir".-Anunció tomando de la


mano a Gina.-"Me da gusto conocer a una pareja que tiene amor puro".-Dijo
haciendo que Edward y yo sonriéramos como los adolescentes que
éramos.-"Cuídenlo, porque está en peligro de extinción".-Dijo sonriendo.

"Peter".-Lo llamó Edward.-"Disculpe la indiscreción, pero ¿Cómo han hecho que su


amor dure tantos años?".-Preguntó con un leve sonrojo en sus mejillas.

"Eso es bastante simple, Edward".- Respondió Peter girándose para ver a su


- 197 -
esposa.-"Todos los días me levanto y me pregunto… ¿Qué tengo que hacer para que
se enamore de mi?".-Confesó viendo a su esposa con tanta dulzura que quería llorar
de la emoción.-"Así que pregúntate eso todos los días, y la tendrás a tu lado por toda
la vida".-

"En cuanto a ti, pequeña Bella".-Añadió Gina.-"Solo déjate querer".-Se rió y me


guiño un ojo.-"Ellos hacen la mayoría del trabajo".-Peter rodó los ojos y se puso de
pie.-"Nos vemos luego, salúdame a tu abuelo".-Pidió.

"Por supuesto".-Aseguré diciendo adiós con la mano.-"Creo que tenemos que


irnos".-Dije a Edward.

"Si, vamos".-Acordó.

Ya de vuelta en la cabaña decidimos que haríamos un picnic en el lago, y de ahí


nos iríamos de regreso a la casa, porque teníamos demasiadas cosas que hacer;
probablemente Anita y Alice estarían al borde del colapso, al igual que los papeles
de Edward.

Solo espero que no le hayan dicho nada a mi abuelo; con suerte James les invento
algo para tranquilizarlas.

"¿Puedo montar a Trueno?".-Preguntó Edward.

"Claro".-Contesté metiendo un par de emparedados a la canasta.-"Yo llevaré a


Honey, tiene bastante sin correr, no le hará mal un poco de ejercicio".-Comenté.

"Pero, ¿El potrillo?".-Preguntó preocupado.

"Edward, tranquilo".-Pedí riéndome.-"Serán solo un par de horas".-Añadí.-"No le


pasará nada".

"Está bien".-Aceptó a regañadientes.-"¿No lo podemos traer?".-Preguntó


entusiasmado.

"No lo creo Edward".-Contesté sonriendo.-"El potrillo es demasiado pequeño, se


puede perder afuera de las caballerizas, no quiero arriesgarme".-Añadí.

Salimos y tomamos nuestros caballos, Edward se veía extremadamente sensual


montado en el caballo. Se veía poderoso, fuerte y decidido; su cabello se movía con
el viento, haciéndolo ondear sus fuertes brazos se marcaban por el esfuerzo que
hacía al mover las riendas.
- 198 -
Decidí dejar de mirarlo porque si no lo hacía probablemente perdería el equilibrio.
En una mano llevaba la canasta con la comida y con la otra manejaba a Honey.

Estuvimos corriendo un buen rato antes de llegar al lago, fue bastante divertido;
porque al parecer a Trueno le daban celos de verme con Honey, entonces intentaba
acercarse a mí para que le hiciera una caricia o algo así, y cada vez que mi mano se
acercaba a la cabeza de Trueno, Honey comenzaba a correr en una dirección
diferente.

Así pasamos un buen rato, hasta que vimos el lago y decidimos que ya era hora de
comer.

"Trueno".-Lo llamé una vez que estaban los caballos bien amarrados a unos
árboles.-"No tienes por qué estar celoso".-Le expliqué mientras acariciaba su
cabeza.-"Tu sabes que te quiero".-Añadí dando un beso en su pelaje.

"Y ahora el celoso seré yo".-Comentó Edward atrás de mi.

Ambos reímos y nos sentamos a la orilla del lago mientras comíamos y hablábamos
de cualquier tontería que se nos cruzara en la mente.

"Bella".-Me llamó Edward.-"Hay algo que quiero preguntarte".-Casi me da un paro


cardiaco al escuchar esas palabras.-"Verás, hablando con Peter y Gina me di cuenta
que lo que ellos tienen, es lo que yo quiero".-Hizo una pausa para ver mi
reacción.-"Quiero que te enamores de mi, todos los días, quiero que tu estés a mi
lado en la mañana, quiero que tu cara sea lo primero que mis ojos vean, quiero
tantas cosas, pero lo más importante, quiero que tú seas para mi".-Volvió a hacer
una pausa y me miro detenidamente.-"Bella Swan, ¿Quieres ser mi novia?".-Preguntó
con una sonrisa nerviosa en los labios y sus ojos tenían una mirada que lo hacía ver
como un demente.

¿En verdad tenía miedo de mi respuesta?

"Por supuesto".-Contesté sonriendo, me lancé hacia él para atrapar sus labios.-"Ya


te habías tardado".-Lo acusé.

"Lo lamento".-Se disculpó antes de volverme a besar.-"Bella, ya tengo un nombre


para el potrillo".-Anunció separándose un poco de mi.-"Destiny, ¿Qué te
parece?".-Preguntó.

"Me parece perfecto".-Contesté.

- 199 -
*****Mas tarde ese día¨*****

"Vamos Edward, solo quiero comprar algo de tomar".-Esta era la tercera vez que
le pedía que se detuviera en una tienda.-"Prometo no comprar nada de golosinas".

"No Bella, hemos comido demasiado estos dos días".-Contestó con tono serio.

"Anda".-Volví a pedir.-"Solo quiero un café".-Dije.-"Alice va a estar esperándome


para un interrogatorio, y no quiero dormirme".-Expliqué.

"Está bien".-Aceptó derrotado.-"Pero si compras alguna golosina, te haré


tirarla".-Amenazó.

"Si, Sr. Tutor".-Contesté al notar que usaba su tono profesional.

Edward solo rodó los ojos, pero sonreía y su mano estaba entrelazada con la mía.

"Ya vengo".-Dije bajándome del auto.-"¿Seguro que no quieres nada?".-Pregunté


por cuarta vez.

"No, Bells".-Contestó.

Me metí corriendo a la tienda y fui directo a la máquina de café y presione al


botón de frapuccino de vainilla.

Ya que tenía mi café me dirigí a la caja a pagarlo, y casi me voy de espaldas al ver
a un mujer recargada en la ventana de Edward; y por mujer, me refiero a alguien
que usa minifalda, tacones extremadamente altos y blusas que no dejan nada a la
imaginación. Era una mujer de… ¿Cómo decirlo?

Una mujer de moral relajada, una mujer de la vida galante.

"¡Hey tu!".-Grité en cuanto salí de la tienda.-"Si tu".-Le volví a gritar.-"La que tiene
necesidad de mostrar su cuerpo para hacer algo de trabajo".-Inmediatamente se
levanto de la ventanilla y se giró para encararme.-"No necesitamos tus servicios, así
que puedes irte".-Le espeté llegando a su lado.

"Me llamo Thanya (*)".-Contestó viéndome de arriba hacia abajo.-"Y esta caballero
estaba solo, y yo solo le ofrecí un poco de…cariño".-El tono en el que dijo esa última
palabra hizo que me dieran ganas de lanzármele encima y quitarle uno por uno sus
cabellos.

- 200 -
"Poco me interesa cómo te llamas, y mucho menos tus intenciones con MI
novio".-Hice una énfasis especial en MI novio, para que le quedara en claro a quién
pertenecía.

"Pues el no parece pensar lo mismo".-Contestó jalándose un mechón de su cabello.

"Eres un vil zorra".-Espeté antes de lanzarle el café en su cara.

"¡Bella!".-Gritó Edward desde al carro.-"Súbete al auto, ¡Ya!".-Ordenó.

"¡Eres una estúpida!".-Gritó la mujerzuela antes de aventarme haciéndome caer en


el suelo.-"Tú no tienes idea con quien te estás metiendo".-Chilló.

"Si lo sé".-Contesté poniéndome de pie.-"¡Con una zorra!".-Grité lo más fuerte que


pude.

"¡Ya basta!".-Gritó Edward una vez que se había salido del auto.-"Bella, ¡Al auto! Y
usted, ¡Ya lárguese!".-Sonreí al ver cómo le gritaba a esa tipa.-"Tu no te rías y sube
al coche".-La sonrisa se borró de mis labios y como una niña recién castigada metí
mi trasero al auto.

"No puedo creer que te pusieras a discutir con una prostituta".-Dijo Edward ya
que se había metido al auto.

"¡Y yo no puedo creer que estuvieras hablando con una!".-Chillé cruzando mis
brazos.

"Pené que quería la hora".-Contestó encogiéndose de hombros.

"¡Ay por favor! ¿Vestida de esa manera?".-Rodé los ojos y le di la espalda.-"No eres
tan idiota".-Susurré.

"Bella".-Me llamó Edward pero no conteste.-"Bella, confía en mí.".-Pidió.-"No


imagine que fuera una prostituta".-Explicó.-"Bella, por favor no quiero estar peleado
contigo".-Volvió a pedir.-"Bella".-Tomo mi mano e hizo que me girara.-"Escúchame,
te quiero a ti, eres todo lo que siempre pedí".-Comenzó a decir.-"¿Por qué querría
hablar con una mujer como ella, si te tengo a ti?".-Cuestionó mirándome a los
ojos.-"Bella, por favor no seas terca".-Pidió.

No pude evitar sonreír, y besarlo

"Edward, lo lamento".-Me disculpé.-"Pero me da pavor que exista alguien a quien


- 201 -
tu prefieras".-Confesé sintiéndome patética.

"Bella, estas siendo completamente irracional".-Respondió tomando mi cara con


sus manos.-"¿Cómo podría haber alguien más en este mundo? Para mí, no hay nadie
más que tu.".-Solo pude sonreír como una idiota al ver que era verdad todo lo que
Edward sentía.

Estacionamos afuera de la casa, y vimos un coche desconocido para mí, decidí


ignorarlo ya que tenía que enfrentar a Anita y a Alice, y tendríamos que darles
buenas explicaciones.

"¿Lista?".-Preguntó Edward tomando mi mano.

"Nunca".-Contesté riendo nerviosamente. Abrimos la puerta y todas las luces


estaban encendidas; en la sala vimos a Anita paraba al lado del sillón principal, junto
con Alice las dos estaban serias, pero no nos veían a nosotros, había alguien más
sentando enfrente ellas.

Era la silueta de un hombro sentado cómodamente en el sillón, viendo fijamente a


Anita.

Esto estaba extraño.

"¿Nana?".-La llamé ganándome la atención de ambas y me vieron con cara de


espanto.-"¿Todo en orden?".-Por una extraña razón me entro miedo, nunca había
visto a Anita con esa cara.

"Bella, te has tardado en llegar".-No puede ser, no esa voz. Por inercia pegué mi
cuerpo al de Edward, ya que me sentía desvanecer.

"¿Papá?".-Pregunté con la voz cortada al ver que el hombre se paraba y se daba la


vuelta.

Charlie.

Tantos recuerdos, tantas lágrimas me golpearon, y me sentí desfallecer.

"Edward".-Murmuré antes de ver todo negro.

Oh, si… ¡Termine!

6,3 44 palabras... creo que es lo que más he hecho.


- 202 -
Perdóneme por tardar tanto…

Pero, bueno tuve varias broncas personales.

No las aburro

Déjenme saber que les pareció el capi

Las quiero!

- 203 -
No se quedara así

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, todos son de Meyer. La trama es


completamente mía.

¡Chicas, mil gracias por todos sus reviews del capítulo anterior!

Muchas me han preguntado si abandonare la historia, y eso es un NO rotundo,


pero si les tengo que informar que esta historia está llegando a sus capítulos finales.
(Un Buh para Annie)

Me imagino sus caras, créanme. Yo estoy deprimida, esta historia se ha significado


tanto para mí; ha sido mi compañera durante uno de los años más difíciles de mi
vida, y como sea esta historia me ayudaba a distraerme, me ha hecho crecer como
escritora y como persona. (Se que suena cursi, pero es lo que siento sobre esta
historia) Además, de que me ha conectado a muchas amigas, que si no fuera por
este fic, jamás las hubiera conocido.

Pero dejaré los agradecimientos para al final del fic, que tengo demasiados. Solo
pensé que sería importante que lo supieran. A lo máximo quedan 5 capítulos más.

ADVERTENCIA: EL CAPITULO DE HOY, TIENE ESCENAS DE VIOLENCIA.


NO MUY FUERTES, PERO SI ALGUNAS.

Sin detenerlas más, les dejo el capítulo de hoy.

¡Que disfruten!

Edward POV

Ni siquiera conocía al dichoso tipo, y yo quería reventarle a golpes toda su cara.


¡Mira que tenía que tener coraje al regresar a la vida de Bella!

Pero él se equivocaba si pensaba que Bella estaría sola, Bella me tenía a mí y yo


estaba dispuesto a ponerme en medio de una bala si fuera necesario para que no la
tocara. ¡Y este tipo no se va a acercar a Bella!

- 204 -
"Edward".-Murmuró Bella aferrándose a mi brazo, me giré para verla como
cerraba los ojos, su cuerpo perdía vitalidad y como su agarre se aflojaba.

"¡Bella!".-Grité agarrándola por la cintura.-"Bella, reacciona".-Pedí tomándola


entre mis brazos como si se tratara un bebé.-"Anita, ábreme mi cuarto".-Ordené
caminando apresurado.-"Y usted manténgase alejado".-Espeté a Charlie con odio en
todas las palabras que pronuncié.

"Pero es mi hija".-Contestó con tono burlesco mientras intentaba retirarle un


mechón que estaba esparcido en su frente.-"Soy su padre".-Anunció mientras
sonreía engreídamente.

"¡Padre mi trasero parado y redondo!".-Chilló Alice dejándose ir hacia el


señor.-"Usted tiene de padre lo que yo tengo de virgen".-Se abalanzó sobre él como
si quisiera hacerlo caer, pero si apenas logró que perdiera el equilibrio.

"¡Alice!".-Le grité para llamar su atención.-"¡Basta! No vale la pena, yo voy a


hablar con él, por favor cuida de Bella".-Pedí entrando a mi cuarto y dejando a Bella
sobre la cama.

"¡Es un imbécil! ¿Cómo se le ocurre llegar a la casa como si nunca hubiera hecho
nada malo?".-Preguntó Alice echando chispas sentándose al borde de la cama.-"¿Qué
hago?".-Cuestionó acariciando ansiosamente la frente de Bella.

"Pídele a Anita el alcohol".-Respondí quitándome la chamarra.-"Yo tengo un


imbécil a quien partirle su cara".-Dije saliendo de la habitación.-"Anita, ve con Alice
y asístela en todo lo que necesites".-Ordené en un tono bajo.

"¿Tu eres el tutor en turno?".-Preguntó acercándose a mi.-"Vaya, el viejo debe de


estar desesperado para contratar a alguien como tú".-Declaró mientras caminaba
alrededor de mí.-"¿Cuánto tiempo te falta para que mi hija te saque a patadas de su
casa?".-Cuestionó parándose enfrente de mí.

"Bella no es su hija".-Contesté ácidamente.-"¿Qué es lo que hace aquí?".-Pregunté


directamente, mientras más rápido se fuera mejor.

"Tienes un error".-Contestó sonriendo fugazmente.-"Bella, es mi hija".-

"¡Claro que no!".-Grité poniéndome un poco rojo del coraje que me daba ver el
cinismo de este tipo.

"¿Ah, no?".-Cuestionó alzando una ceja.-"¿Qué lo prueba?".-Volvió a cuestionar


- 205 -
arrogantemente.

"¡Usted la vendió!".-Espeté apuntándolo con un dedo.

"¿A sí? Pues yo nunca firme nada".-Confesó mirándose las uñas con completa
indiferencia.

Sentí que la sangre abandonaba la parte superior de mi organismo, para


localizarse toda en mis pies.

"¿Qué?".-Pregunté atónito.

"Mira, este no es asunto tuyo".-Contestó rodando los ojos.-"Comunícame con el


viejo".-Ordenó mirándome con desprecio.

"No".-Contesté firmemente mientras lo veía furioso.-"Usted no tiene derecho a


entrar a esta casa".-Dije con tono frío y afilado.-"Así que lárguese de nuestra casa,
antes de que deje irreconocible su cara de patán".-Amenace.

"Yo tengo derecho de estar aquí".-Contestó con seguridad.-"Yo soy el padre de


Bella".-Repitió sintiéndose seguro de sí mismo.

"¡TU NO ERES MI PADRE!".-Me sorprendí al escuchar la voz de Bella saliendo de


mi habitación; automáticamente me gire para verla. Estaba pálida, muy pálida.

Podía ver el dolor en sus ojos, pero también podía ver que estaba siendo la Bella
que ella había creado para defenderse de su pasado.

Y afortunadamente, Charlie era su pasado.

"Bella, ¿Te sientes mejor?".-Preguntó sonriendo de forma falsa.

"¡A ti te viene valiendo un carajo como me siento!".-Gritó Bella acercándose con


pasos decididos a nosotros.-"¡Te largas de mi casa en este maldito momento, o yo
misma te arrastro hacia afuera!".-Ordenó Bella con una mirada de odio con fuego en
los ojos.

"No, princesa".-Contestó Charlie tratando se acariciar su mejilla. Antes de que yo


pudiera quitar la mano de ella, Bella ya la había alejado de un manotazo; y lo que
siguió fue lo mejor, vi como el puño de Bella se estrellaba en la nariz de su…
Proveedor de esperma.

- 206 -
El sonido del impacto fue seguido por un chorro de sangre saliendo por la nariz, la
cual se estaba comenzando a poner morada y bastante hinchada.

Esa es mi Bella.

"¿Quieres otra prueba?".-Preguntó Bella arrastrando veneno en cada palabra.-"¿O


te largas de mi casa? Que estas ensuciando mi alfombra".-Dijo volviendo a cerrar el
puño.

Con la mangua de su chaqueta, Charlie limpio el chorro de sangre y sonrió de


lado, dándole un aspecto aterrador.

"No me voy, Bella".-Contestó con voz baja.-"Como ya le dije a tu tutor, yo nunca


firme nada a tu abuelo, por lo que tú eres mi hija".-Explicó como si fuera algo obvio;
me giré hacia Bella esperando que se volviera a desvanecer, pero lo único que
alcance a ver fue como su puño se volvía a estrellar en la cara de Charlie, esta vez
en su ojo izquierdo, haciendo que él se doblara sobre su cintura del dolor.

"¡LARGATE!".-Gritó Bella tan fuerte, que sonó como si su garganta fuera a


desgarrarse de la potencia.-"Te muestro la salida".-Dijo Bella acercándose a él y
jalando su cabello lo hizo incorporarse.-"¡Camina!".-Comenzó a caminar sin
importarle que Charlie estuviera en sentido opuesto. Cuando llegó a la puerta lo
aventó tan fuerte que provocó que se tropezara y la mirara confundido.-"¡No
regreses jamás! ¡TU ME VENDISTE! No tienes nada que hacer aquí".-Dijo en voz
baja entrecortada, y supe que Bella estaba a punto de venirse abajo.

Corrí a su lado al mismo tiempo que ella cerraba la puerta; se quedó viendo la
puerta con los ojos llenos de lágrimas y su respiración agitada.

"¿Bella?".-La llamé suavemente tomándola del brazo; ella volteó su cabeza hacia
mí, y lo que vi me rompió el corazón en millones de pedazos. Esa era la mirada de la
Bella rota, a la que sus padres abandonaron, a la que había lastimado en todas las
maneras posibles.

"Edward".-Susurró ella viéndome suplicante; inmediatamente la atraje a mis


brazos y ella escondió su cara en mi pecho.

"¡Esto no se va a quedar así!".-Amenazó Charlie a través de la puerta.-"¡Ténganlo


por seguro!".-Dio un golpe sordo a la puerta y después lo único que se escucho fue
silencio.

"Anita, comunícame con el abuelo de Bella, por favor".-Pedí mientras guiaba a


- 207 -
Bella hacia el sillón de la sala principal.

"¿Por qué?".-Preguntó Bella moqueando fuertemente.-"Ya todo estaba bien,


Edward".-Murmuraba con la voz alterada.-"¿Por qué?".-Repitió frustrada.

"No lo sé, Bella".-Contesté acariciando su cabeza.-"Pero te juro, que no se volverá


a acercar a ti".-Prometí besando su coronilla.

"Aquí tienes, Edward".-Dijo Anita tendiéndome el teléfono.

"¿Hola? ".-Comencé a hablar mientras me incorporaba del sillón.-"Tranquila,


estaré en mi despacho".-Susurré a Bella, me levanté y me dirigí a mi despacho.

"¡Edward!".-Exclamó el abuelo desde la otra línea.-"¿Qué tal todo por la casa


?".-Preguntó con tono temeroso, supuse que lo estaba por Bella y sus bromas.

"Señor, no sé cómo explicarle esto, no es algo sencillo".-Dije caminando de un lado


a otro, como un león enjaulado.-"Charlie estuvo aquí hoy".-Solté de un golpe.

Silencio.

"¿Qué?".-Preguntó en un hilo de voz.-"¡Bella! ¿Cómo esta Bella?".-Levantó la voz


bastante alterado.-"¿Qué es lo que quiere? ¿Sigue ahí? ¡Oh, Bella! ¿Cómo esta mi
nieta? ¡Responde!".-Exigió.

"Bella, se encuentra en la sala recuperándose de impacto; el dijo que solo quería


ver a su hija; no, ya no está aquí, Bella literalmente lo sacó a patadas de la casa;
Bella esta…".-No supe como continuar.

Ella se había demostrado fuerte, pero solo lo suficiente como para sacarlo de la
casa después de eso se había derrumbado en mis brazos.

"Voy a preparar todo para volar mañana temprano de regreso".-Anunció el


abuelo.-"¿Menciono algo sobre lo que se proponía?".-Preguntó.

"Solo digo algo sobre que nunca había firmado nada".-Confesé sentándome en el
borde del sillón, pase mi mano libre por mi cabello jalándolo un poco.-"¿Es cierto
esto, ?".-Pregunté temeroso de que lo fuera, porque si es así, el se podía llevar y
hacer de Bella lo que él quisiera.

"Si".-Contestó fríamente antes de colgar.

- 208 -
El aliento se quedó atorado a la mitad de mi garganta. Esto no podía ser cierto, ¡El
podría hacer lo que sea con Bella! Deje que el teléfono se me resbalara de mi mano,
y coloque ambas manos en mi cabello que ahora parecía un nido de aves.

Teníamos que movernos rápido, no sabía porque pero tenía un presentimiento de


que ese tipo era de cuidado.

¿Un presentimiento? ¡Bravo! El tipo vendió a su hija, tuvo el descaro de venir e


intentar estar cerca de ella, y tu ¿Presientes?

Vaya que eres bruto.

¡Archie!

Cállate. Ordené, no tenía tiempo para que mi subconsciente estuviera jugando


conmigo; tenía demasiado que hacer, primero era calmar a Bella y lo segundo hablar
a la policía.

Aunque si él tenía el acta de nacimiento de Bella, no había mucho que hacer.

El aire me empezó a faltar mientras sentía una gran opresión en mi pecho, ¡El se
llevaría lejos! Mi vista se nublo, y comencé a ver distorsionado.

¡Oh, por Dios! ¡Me estoy quedando ciego! Pensé al notar la falta de claridad en mi
vista, pero todo se aclaro al sentir algo húmedo recorrer mi mejilla.

Lágrimas, estaba llorando. Por un lado me sentí aliviado, pero por el otro me sentí
un completo estúpido.

Me limpié las lágrimas con las orillas de mis mangas, y me puse de pie.

Bella me necesitaba, y nada ni nadie nos iban a separar. No lo permitiría.

Salí del despacho cambiando mi cara preocupada a una normal, y trate de peinar
un poco mi cabello.

"Bella".-La llamé.-"Vamos a tu cuarto".-Pedí llegando a su lado.-"Alice, te pediré


que me dejes hablar con ella a solas".-Dije tomando a Bella por la mano para hacer
que se incorporara.

"Pero…".-Comenzó a hablar Alice, pero la silencie con una mirada.

- 209 -
Tome a Bella por la cintura y la ayude a caminar.

"Anita, llama a la policía".-Dije mientras subíamos las escaleras.-"Este tipo no se


va a ir sin dar batalla".-Murmuré solo para que Bella oyera.

Abrí la puerta del cuarto de Bella, y el olor a ella me golpeó tan fuerte que tuve
que cerrar los ojos un momento para no perder el equilibrio.

"No puedo creerlo".-Susurró Bella acostándose en su cama.-"¿Qué es lo que hice


Edward".-Preguntó con los ojos llenos de lágrimas.

"Nada, Bella".-Contesté sentándome a su lado.-"Estas son cosas que pasan en la


vida, nada de esto es tu culpa".-Expliqué acariciando su cabello.-

"Es que ya estoy harta Edward".-Dijo metiéndose debajo de las cobijas.-"Toda mi


vida ha sido así, no quiero sufrir de nuevo, no creo poder soportarlo".-Dijo
escondiendo la cara en una almohada.

"Bella".-Dije su nombre en forma de un suspiro mientras me acostaba al lado de


ella.-"Jamás permitiré que te hagan daño".-Dije tomando su barbilla para que me
viera a los ojos.-"¿Lo entiendes? Prefiero sufrir yo, antes que algo te llegué a pasar a
ti".-Dije sintiendo como las lágrimas de Bella mojaban mi mano.

"Edward".-Dijo ella mientras me abrazaba y se aferraba a mi espalda.-"No me


dejes sola, por favor".-Pidió con la voz entrecortada.

"Jamás".- Prometí besando su hombro.-"Jamás, Bella".-Repetí.

Nos quedamos no se por cuanto tiempo en silencio, supe que Bella ya se había
calmado porque había dejado de llorar y los sollozos también se habían calmado.

"¿Qué dijo mi abuelo?".- Preguntó como quien no quiere la cosa.

"El vuela en la mañana para llegar aquí lo más pronto posible".- Expliqué mientras
la giraba un poco para que mis brazos quedaran libres.-"Bella, hay algo que deberías
saber".- No sabía si decirle la verdad sería lo mejor para ella, pero tenía derecho a
saber cuáles eran las razones por las que Charlie estaba aquí.-"Bella, lo que dijo
Charlie, sobre no haber firmado nada".-Comencé a explicarle.-"Era verdad, Bella no
hay ningún documento que compruebe que…".-Iba a seguir hablando pero Bella me
callo poniendo un dedo en mis labios.

"¿Estás diciendo que Charlie aún es mi padre?".-Lo preguntó con un tono de asco,
- 210 -
que pensé que vomitaría de un momento a otro.

"Si".- Contesté encogiendo mis hombros.-"Eso no le permitirá acercarse a ti,


Bella".- Agregué.-"No lo dejare".- Asegure tomándola de la cintura y atrayéndola a
mí.

"¿Por qué mi abuelo no firmo nada? ¡Se supone que es un hombre de


negocios!".-Gimió molesta mientras pasaba sus brazos alrededor de mi cuello.

"Lo sé".-Murmuré antes de besarla suavemente.-"Ya había extrañado besarte de


esta manera".-Comenté presionando su labios aún más.

"Yo también".-Contestó enredando sus manos en mi cabello.

Duramos un buen rato besándonos, hasta que Bella se había quedado dormida en
mis brazos y al poco tiempo después, yo también.

"¿Sr. Edward?".- Oí como me llamaban, era la voz de Alice y sentía su mano en mi


hombro.-"Por favor, levántese, tenemos una emergencia".-Intenté abrir mis ojos pero
estaban muy pesados.-"¡Edward!".-Chilló Alice.-"¡Charlie regreso! Y dice que no se
irá sin Bella".- En cuanto esas palabras cruzaron mis oídos, mis ojos se abrieron de
par en par y me senté en la cama.

"¿Qué?".- Pregunté tallándome los ojos.-"¿Quién lo dejo entrar?".-Cuestione


poniéndome de pie.

"¡Nadie! El venía con la policía".-Respondió Alice en forma de un susurro.-"No hay


que despertar a Bella, te explico abajo".-Pidió mientras se encaminaba hacia la
salida.

Me recline un poco para depositar un beso en la frente de Bella, y asegurarme que


estaba profundamente dormida, y lo estaba.

"Enseguida regreso, Bella".-Susurré mientras pasaba una mano por su sedoso


cabello.

Salimos del cuarto cerrando la puerta detrás de nosotros, tratando de hacer el


menor ruido posible. Caminamos por el pasillo sin decir una sola palabra, se podía
cortar la tensión con un cuchillo; era obvio que Alice quería preguntar por la
situación actual entre Bella y yo, pero sabía que este no era el momento indicado.
Miré el reloj y vi que eran las 6 de la mañana, faltaba poco para que saliera el sol,
por lo que aún se encontraba oscuro y las luces de la sala y el comedor estaban
- 211 -
encendidas.

Me recargué en el barandal blanco de las escaleras, y vi el espectáculo que se


estaba llevando a cabo en la sala. Policías iban y venían por todo el piso inferíos; dos
policías estaban interrogando a Anita, quien se encontraba encogida de hombros y
con lágrimas en sus ojos.

Parecía una escena del crimen, como si se hubiera cometido un homicidio y


nosotros fuéramos los principales sospechosos. Recorrí mi vista y vi a Charlie
sentado en el sillón principal, con los brazos echados hacia atrás como una especie
de abrazo al sillón, su pierna derecha estaba cruzada sobre su pierna izquierda, y
sonreía engreídamente. Mis manos comenzaron a picar de las ganas que tenía de
estrellar mi mano en su morada nariz. Lo único gracioso de eso, era la cara de
Charlie, su nariz estaba torcida, hincada y morada; su ojo hinchado y morado.

Nota personal: Nunca dejes que Bella te golpee, tendría que recordar eso más
adelante si no quería terminar como ese pobre imbécil.

Bajamos de las escaleras lo más rápido posible, pero lo sentí como si lo


hubiéramos hecho en cámara lenta, se sentía eterno el momento en el que llegaría a
partirle toda su cara.

"¿Sr. Cullen?".-Preguntó uno de los oficiales acercándose a mi.-"Mi nombre es


Joseph Smith".-Se presentó dándome la mano, la tome viéndolo directamente a los
ojos.-"¿Tengo entendido que usted es el tutor de la señorita Swan?".-Cuestionó
sacando una pequeña librera blanca.

"Si".-Contesté a secas dirigiendo mi vista hacia Charlie, el muy bastardo me veía


con una ceja levantada y una sonrisa engreída.

"¿Estaba usted consciente que la señorita Swan estaba aquí, sin la autorización
previa de su padre? Si es así, Sr. Cullen, considérese advertido que puede ser
acusado de cómplice a secuestro".-Explico con completo desinterés.

"¿Qué?".-Pregunté atónito.-"¿Secuestro? ¡Ese imbécil vendió a su propia hija! Si


alguien debería estar en la cárcel es nadie más que el".-Señale con el ceño fruncido.

"Sr. Cullen, por favor mantenga la compostura; soy capaz de entenderlo sin
gritos".-Explicó sin mirarme.

En ese momento se escuchó como un coche se aparcaba afuera de la casa, como


azoto la puerta y los pasos hacia la entrada principal de la casa.
- 212 -
La puerta se abrió de par en par, dándole un toque especial y dramático a la
entrada del Sr. Swan, además de que venía hecho una furia y entro a paso
apresurado hasta encontrarse con Charlie.

"¡Tu! Largo de mi casa".-Gritó encarándolo.-"No tienes ningún derecho a estar


aquí".-Espetó señalándolo con el dedo índice.

"Vengo por mi hija".-Contestó poniéndose de pie.-"Porque si mal no recuerdo, yo


nunca firme nada y de hecho…".- Hizo una pausa y saco un papel de su bolsillo del
pantalón.-"En la acta de nacimiento de Bella, yo soy su padre".-Anunció mostrándole
el acta de nacimiento.-"Y como su padre, y siendo ella menor de edad, tengo el
derecho de hacer con ella lo que yo quiera".-Completó volviendo a guardar el acta
en su bolsillo.

"¿Qué es lo que quieres para que dejes a Bella en paz? ¿Más dinero? ¡Te di un
millón de dólares por ella!".-Gritó el Sr. Swan.

"Yo quiero a mi hija".-Respondió encogiéndose de hombros.-"Por cierto, ¿Usted


sabía que su nieta y su tutor mantienen una relación?".-Preguntó dejándonos a todos
paralizados.

¿Cómo sabe él eso? ¿Qué es lo que pretendía con decirle?

"¡¿Qué?".-Preguntó completamente exaltado; sin pestañear dos veces, tenía al


abuelo enfrente de mí jalando mi camisa pidiendo una explicación.-"Te contraté para
que cuidaras de Bella, no para que la conquistaras".-Gritó mientras jalaba el cuello
de mi camisa.

"¡Abuelo!".-Chilló Bella desde el barandal de las escaleras.-"¡Déjalo!".- Gritó


corriendo mientras bajaba las escaleras.-"Lo podemos explicar, no es lo que crees".-
Rogó Bella intentando tirar de su brazo para quitarlo de mi cuello.-"¡No es cómo
crees!".- Repitió Bella con la voz cortada y sus ojos estaban llenos de lágrimas y su
cara estaba húmeda por las gotas de lágrimas.

El aire comenzó a faltarme a la vez que el abuelo intensificaba su agarre a mi


cuello; no parecía querer soltarlo, cada vez que Bella intentaba separarlo, él
apretaba más las manos; por la cara de horror de Bella, supe que mi cara debería
estar roja o morada a estas alturas.

"¡Abuelo!".-Chilló Bella.-"Por favor, para lo estas matando".-Pidió aferrándose a su


brazo.

- 213 -
"¡Quítate, Isabella! ¡Ya hablare contigo luego!".-Espetó deshaciéndose de su
agarre de un movimiento rápido del brazo, pero fue tan fuerte que Bella tropezó y
cayó directamente en el suelo, golpeándose la cabeza.

"Bella".-Intenté decir pero no salió más que un lastimero sonido; no sé cómo pude,
pero me deshice del agarre del abuelo y corrí al lado de Bella.-"¿Estás
bien?".-Pregunté entrecortadamente mientras intentaba recuperar el aliento.

"Yo sí".-Contestó mientras se sentaba.-"¿Tu estas bien?".-Preguntó acercándose a


mí lentamente.

"¡Aléjate de ella!".-Gritó el abuelo.

"¿Ve oficial?".-Intervino Charlie.-"¿Nota a lo que está expuesta mi hija? Por eso


quiero que ella viva conmigo, para alejarla de estos ambientes".-Comentó actuando
como si él fuera la víctima.

"¿Vivir contigo?".-Preguntó Bella atónita mientras se ponía de pie.-"¡Por favor! ¿Te


volviste loco por tanto alcohol? ¡Yo jamás viviré contigo! Mi abuelo no lo permitirá,
¿Verdad abuelo?".-Dije Bella esperando el apoyo de su abuelo, el cual nunca llegó.

"Creo que por un tiempo, lo más conveniente será que vivas con él".-Sentenció el
Sr. Swan.

"¿Qué?".-Cuestionó Bella en un hilo de voz.-"¿Estás jugando abuelo? ¿Me vas a


regresar?".-Preguntó con nuevas lágrimas en los ojos.-"¿No te gusto tu compra y la
regresas? ¡Y esperas que te regresen tu dinero!, ¿No? Por supuesto, no querías un
utensilio roto".-Gritó Bella mientras se limpiaba las lágrimas de los ojos.-"Resultaste
igual que Charlie, o peor que él".-Espetó Bella con odio.-"Bien, me voy con
él".-Añadió al ver que su abuelo no decía nada mas.-"Anita, ayúdame a empacar mis
cosas".-Pidió mientras se encaminaba a las escaleras.

"Bella".-Dije acercándome a ella.-"No te puedes ir, no me puedes dejar… Bella, no


puedes…".-No sabía ni que decir, las palabras no tenían sentido cuando
abandonaban mis labios pero sentía una enorme necesidad de decir lo que había
descubierto hace rato mientras Bella dormía.-"Bella, yo te amo".-Confesé tomándola
de la cintura.-"No puedo vivir sin ti, no puedo imaginarme un solo día en el que me
levante y que tu no estés aquí para ser una espinilla en mi trasero".-Murmuré.-"No
te vayas".-Supliqué mientras lágrimas gordas abandonaban mis ojos.

"Edward, tengo que hacer esto.-Murmuró acercándose a mis labios.-"Te prometo


que escapare de ahí, y nos iremos lejos. Juntos".-Prometió antes de rozar mis labios.
- 214 -
"Yo iré por ti".-Prometí besando sus labios aún más insistente.-"Yo iré por
ti".-Repetí besándola más fuerte, era extraño besarla así cuando tenía un nudo en la
garganta que sentía que iba a reventar en cualquier momento.-"Esto no se quedara
aquí".-Murmuré mientras sentía como nuestros ojos se llenaban de lágrimas nuevas,
era un beso amargo, lleno de amor, pero a la vez lleno de miedo de estar
separados.-"No se quedara así".

¡Vualá!

Esta será una nota larga, primero. ¡Odio a Charlie! Y al abuelo también, en el
próximo capítulo habrá una confrontación entre Edward y él, y ahí verán bien el
porqué de su decisión.

¡Me gusto bastante esta capitulo! Está lleno de drama, además me desquite con
Charlie, xD… Ame como Bella lo golpea.

Segundo, el capitulo pasado puse dos * que nunca aclara, la primera era,
"la pequeña niña que llora" es un video que se llama PERRA de una serie
que se llama Vete a la versh, ¡Recomendable! Pero muy groseros. La
segunda fue lo de la prostituta llamada Thanya, muchas habrán pensado que
era Tanya la mala de siempre, pero Nooo! Es Ta-Cullen, quien me hizo una
broma muy pesada y como castigo la puse como prostituta.

Tercero, ¡Llegamos a más de 115 reviews en este capítulo! Sigo en shock, ¡No
sería posible sin ustedes! Agradezco tremendamente su apoyo.

Cuarta y última, esto es algo personal que quisiera compartir con ustedes: Se
están llevando unos premios a los fics, y debo admitir que me deprimí un poco al no
ver ninguna nominación a mis historias, y eso retraso este capítulo; pero hablando
con mi primo, (Mi cooosi 3) me repitió unas palabras que alguna vez le dije a él,
escribe para ti, no para los demás. Y creo que tengo razón, eso me hizo darme
cuenta que cuando empecé a escribir esta historia, nunca espere que tuviera
tanto éxito, ¡Lo que lo hizo aún más genial! Pero debo admitirlo, como ser
humano siempre quise más, y la avaricia llegó a mí. Pidiendo reviews, y
esperando nominaciones, hasta que recapacitando me di cuenta que eso no
está bien, el que te nominen o no, no quiere decir que tu historia sea mala,
que te dejen montones de reviews, no quiere decir que tu historia sea mejor
que las otras. Entonces, chicas, las que escriben, creo que todas caemos en
que ...: ¿Por qué solo estos reviews? ¿Por qué no más? Les doy mi consejo
escribe para ti, no para los demás, y por ende, a la gente le gustara lo que escribes,
porque es tuyo, original y único.

- 215 -
Así que solo quiero agradecer a cada una que se toma el tiempo de dejarme un
review, ya que sin ellos… esta historia no sería la misma.

Ah, cierto… ¡Casi lo olvido!

Tengo dos nuevas historias en mente, un drama y otra comedia romántica. ¡Tan
tan tan! Esperen oír pronto de mí.

Como siempre,

Las quiere Annie Cullen Massen.

- 216 -
¡Preparate! Inicio del final

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, todos son del subconsciente de


Meyer, yo solo juego con ello. La trama si es mía.

Bella POV

La sensación de que el aire me quemaba era interminable. Cada inhalación era


una tortura para mis pulmones; sentía mi garganta arder y mis ojos picar. Quería
gritar y maldecir a los cuatro vientos.

Pero no podía, no aún.

Los instintos asesinos que estaban guardados en mí, comenzaban a salir poco a
poco y tenía miedo que si no me iba de ahí rápido, terminaría ahorcando a mi
abuelo.

¿Por qué a Charlie no?

Simple, no podía esperar nada más de él. Era como una sanguijuela que
aprovechaba todo lo que podía de la gente que lo rodeaba; pero mi abuelo, eso fue lo
que me destrozo. Nunca lo hubiera esperado de él, que se hubiera rendido tan fácil.

No entendía su actitud, ¿Todo esto era porque salía con Edward? No tenía sentido,
debía haber algo más.

"Bella".-Me llamó Anita.-"Todo va a estar bien, tu abuelo solo necesita


pensar".-Intentó justificar a mi abuelo. Mi nana siempre fiel a su patrón.

"No lo sé, nana".-Contesté cerrando mi maleta.-"Mi abuelo parecía muy enojado,


además por más que lo piense, no tengo planeado regresar con él.".-Anuncié
mientras colocaba todas mis maletas juntas.-"En dos meses seré mayor de edad,
nadie tiene porque ser mi tutor y podré hacer lo que se me venga en gana".-Afirmé
mientras me encaminaba al espejo del baño.

"Pero Bella, aún no puedes mantenerte a ti misma".-Contesto acercándose a mí.-"Y

- 217 -
mientras cumples la mayoría de edad, ¿Qué harás? ¿Vivir con Charlie?".-Preguntó
con sarcasmo.

Me estremecí de pies a cabeza al reconocer que ese era mi plan, tan siquiera un
mes. Después escaparía con Edward.

"Si".- Contesté fríamente.-"Pero créeme, que las cosas no serán sencillas para
Charlie. Tengo 10 años de experiencia haciéndole la vida imposible a las personas,
creo que puedo manejarlo".-Anuncié sonriendo maléficamente.

Si Charlie creía que vivir con él, sería una tortura para mí, en verdad no sabía lo
que le esperaba al vivir conmigo. El rogaría por regresarme con mi abuelo.

A pesar que tenía el plan de hacerle la vida imposible a Charlie, no podía dejar de
sentirme como un maldito objeto al que pueden vender y negociar con él. No sé
como hubiera pasado esto, si Edward no estuviera a mi lado, dándome fuerzas y
estando ahí para sostenerme. Creo que probablemente estaría llorando
desconsoladamente, rogándole a mi abuelo que reconsiderara las cosas.

"Es hora de irnos".-Anuncié mientras veía con melancolía al cuarto que había sido
mi hogar por diez años, tantas cosas que había vivido ahí, cada uno de los momentos
era inolvidable y único. Era como mi rincón privado, donde me desahogaba cada vez
que algo pasaba en mi vida, era el club secreto donde planeaba como sabotear a los
tutores.

Sonreí tristemente mientras con una mano tomaba mi guitarra, y con la otra una
maleta de llantitas que traía una bolsa de mano encima; Anita traía otras tres
maletas donde había guardado la mayoría de mis cosas, las más importantes. Las
maletas que yo traía en mano, ahí se encontraban todos mis instrumentos de tortura
que se habían ido coleccionando al paso de los años.

Sonreí maléficamente al imaginarme como sería mi venganza hacia Charlie, pero


al mismo tiempo que sonreía sentí como mi corazón se consumía al fuego vivo y no
había nada que pudiera hacer para evitarlo.

Cerré la puerta de mi cuarto y me dirigí al barandal de las escaleras, al caminar


por ese pasillo, sentí como si de la nada hubiera aumentado cincuenta kilos, y mover
mi cuerpo fuera imposible. Cada paso que daba parecía ir más lento; dicen que
cuando algo impresionante pasa por tu vida, como un accidente, la perdida de
alguien, todo transcurre en cámara lenta, tal cual como me estaba pasando a mí.

Recordé aquella vez cuando era niña en las mismas cabañas donde fui con
- 218 -
Edward; mi abuelo había decidido ir por un paseo, yo lo acompañaba con mi
bicicleta; después de haber caminado un buen tramo, visualizamos una especie de
cerro cerca de las cabañas, me sentí valiente y temeraria subí a él con la bicicleta y
me deje caer. Lo que no vi, era que el final del cerro era una zanja poco profunda, y
cuando intente frenar salí volando de la bicicleta; el recuerdo más fuerte fue el
momento en que me separé de la bicicleta, ahí todo fue en cámara lenta.

Sonreí tristemente al recordar la cara de mi abuelo de preocupación, había hecho


una mueca chistosísima, y movía las manos sin ton ni son tratando de averiguar que
me había pasado; en aquel momento me pareció un ave revoloteando, y en lugar de
llorar, me eché a reír descontroladamente. Obviamente después de eso, descubrí
que tenía un chichón que cubría casi toda la parte superior izquierda de mi cabeza,
y varios raspones en mi cuerpo. (*)

Sacudí mi cabeza para quitarme ese dulce-amargo recuerdo, ahora tenía que
enfrentar algo que no sería nada sencillo, pero tenía que hacerlo.

Deje mi guitarra en el suelo, y recargue mi mano derecha en el barandal y


contemple la escena que se desarrollaba en la planta inferior; Charlie se encontraba
recargado en la entrada principal, moviendo su pie izquierdo impacientemente; mi
abuelo, estaba sentado en uno de los sillones color crema, viendo con ojos de
asesino a Edward, y este último se encontraba en el pie de las escaleras, viéndome
con ojos suplicantes.

Suspiré pesadamente y comencé a bajar.

"Edward".-Lo llamé suavemente. Había intentado que mi voz sonara fuerte y firme,
pero parecía una patética suplica.-"Tengo que irme".-Anuncié tratando de controlar
el temblor de mi labio inferior. Edward solo me miró a los ojos y asintió.-"¿Te veré
pronto?".-Pregunté intentando sonreír, pero solo lucía más trágica. Las lágrimas ya
habían salido, y mojaban toda mi cara.

"Tenlo por seguro".-Contestó Edward acercándose a mí y tomándome por la


cintura.-"Bella, no soy bueno con las palabras, no sé cómo expresarme y tampoco sé
cómo hacerte entender que cada vez que te veo, mi corazón late a mil por hora. Que
mis brazos ya no están completos si no te están rodeando, que mis manos nos sirven
si no están entrelazadas con las tuyas, que mis labios están vacíos si no te están
besando, y lo más importante Bella, mi corazón no tiene su razón de latir, si no
escucha al tuyo latir. Así que por favor, regresa a mí, porque no soy nada sin
ti".-Pidió con voz entrecortada y los ojos llorosos.

"Edward".-Susurré su nombre tratando de controlar las inmersas ganas que tenía


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de llorar, de pedirle y rogarle que no me dejara ir, que me ayudara porque esto es
algo que yo no podía manejar.-"Te amo".-Solté sin pensarlo dos veces, ¿Y para qué
pensar algo que sientes? No tiene sentido.

Edward me miró sorprendido, obviamente no esperaba que esas palabras salieran


de mi boca tan pronto, y menos en la situación en la que nos encontrábamos.

"No tienes porque decirlo".-Dijo Edward.-"No por la situación…" interrumpí antes


de que siguiera hablando.

"Tienes razón no tengo porque".-Vi la desilusión cruzarse por sus ojos, pero la
disfrazo con una leve sonrisa.-"Pero lo siento, justo aquí".-Señale con mi mano, mi
corazón.-"Porque tú hiciste que te amara tan locamente como lo hago".-Expliqué
sonriendo abiertamente.

"¿En verdad?".-Preguntó como quien no quiere la cosa.

Asentí, ganándome una sonrisa deslumbrarte de su parte.

"Te amo".-Dijo Edward en forma de un susurro antes de acercarse lentamente a mi


cara; estaba preparada para sentir sus labios sobre los míos, el último beso por un
período; gemí internamente, no sé cómo iba a sobrevivir sin sus besos a los cuales
me había hecho adicta.

Escuché los pasos de alguien acercándose, y supe que era mi abuelo. Por lo que
me apresure a besarlo antes de que nos interrumpieran; al momento en que mis
labios entraron en contacto con los suyos, todas y cada una de mis terminaciones
nerviosas despertaron y me hicieron sentir más consciente de todo lo que estaba
pasando.

Había leído, escuchado hablar sobre esta clase de besos, esos besos que son tan
amargos pero a la vez los más dulces, siempre pensé que eran puras patrañas eso de
sentir el beso del final, pero ahora lo había experimentado en carne propia y sabía
que en verdad era algo que no le desearía ni a mi peor enemigo.

Tal vez solo a Charlie.

"Isabella".-Me llamó mi abuelo con voz ronca.-"Es hora de que te vayas".-Anunció


fríamente; me separe de Edward refunfuñando y miré a mi abuelo.

"Bien".-Contesté tajante.-"Te veré pronto".-Susurré a Edward.

- 220 -
"¡Bella!".-Chilló Alice.-"Tu dime, y te juro que lo mando matar".-Afirmó con un hilo
de voz.-"Tengo unos conocidos que me deben un favor, con solo una llamada te
puedes librar de él".-Estaba utilizando un tono de película de mafiosos.

La vi con cara sorprendida y después solté una carcajada corta, Alice podía tener
cada plan que nunca lo esperaba de ella.

"Gracia Alice".- Contesté sonriendo.-"Pero esta vez tengo algo planeado, algo
mucho peor que unos matones".-Aseguré mientras sonreía maléficamente.-"Charlie
no sabe en lo que se acaba de meter".-Afirmé antes de abrazar a mi mejor
amiga.-"Te extrañare Alice, será solo por un tiempo".-Dije con un nudo en la
garganta.

"Si no lo matas tu, lo mato yo. Así que apresúrate".-Ordenó con voz entrecortada.

"Anita".-La llamé.-"No puedo explicarte cuanto significas para mi, durante estos
diez años has sido una madre, me has criado, enseñado y lo más importante, me has
amado; como nadie nunca lo hizo, me quisiste cuando el mundo me dio la espalda,
me sonreías cuando todos me ignoraba, y estabas para mí cuando nadie lo estaba.
Me has hecho la mujer que soy hoy, te quiero Anita".-Dije llorando lentamente.

"Mi niña, ¿Qué será esta casa sin ti?".-Preguntó a modo de despedida.-"Yo también
te quiero, Bella".-Me dio un suave y prolongado beso en la frente y me dejo ir.

Camine hasta la entrada, y antes de salir me gire para ver por última vez la casa
que había sido mi hogar; mientras recorría con la vista, no pude evitar cruzar
miradas con mi abuelo, me sentí desfallecer ante su mirada fría y de desprecio.

No entendía porque estaba actuando así, ¿Tan mala nieta soy? Que ya se harto de
mí, y como si se tratara de un coche puede vender. Lo miré dejando que mis ojos
reflejaran el dolor y la confusión que sentía. El había sido todo para mí, mi refugio,
mi ejemplo a seguir; cada vez que tenía miedo era a él a quien acudía, cuando no
entendía que pasaba, el me explicaba y ahora, el me estaba desechando como un
jarrón viejo.

"Adiós abuelo, y gracias".-Dije antes de girarme y comenzar a caminar fuera de la


casa.-"¿Cómo iremos de regreso a Forks?".-Pregunté a Charlie con un tono
monótono y aburrido.

"En coche".-Contestó. Mire esperando encontrar un coche ajeno, pero solo estaba
el de mi abuelo, el de Edward y el mío.-"En tu coche, que ahora es mío".-Anunció con
una sonrisa arrogante.
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Quise gritar y decirle que no permitiría que le pusiera un solo dedo a mi bebé,
pero se me ocurrió una mejor forma de dejárselo saber.

"¿Ah sí? Pues no traigo mis llaves tendrás que ir por ellas, no pienso volver
ahí".-Contesté tajante.

"Bien, espera aquí".-Ordenó. En cuanto vi que cruzó la puerta principal, eché a


correr hacia el garaje donde guardábamos todas las herramientas.

Rápido, rápido, rápido.

Agarre un guante protector ya que lo necesitaría para salir ilesa de la broma, y la


herramienta clave para empezar a sabotear a Charlie, pegamento.

Corrí de vuelta a mi coche, y lo abrí con la llave de repuesto que siempre


guardaba en mi bolso; abrí el tubo de pegamento y lo rocíe sobre el asiento de
piloto, y con mi mano derecha que tenía puesto el guante, me encargue de
esparcirlo de cierta manera, en la que no se notaba que había pegamento
permanente.

"Vas a aprender Charlie, que con Isabella Swan no se juega".- Amenacé cerrando
de nuevo el coche.

Aventé al árbol más cercano el guante y el pegamento, y me apresure a regresar


en donde Charlie me había dejado.

"Muévete".-Ordenó Charlie al salir de la casa.

"Claro, papi".-Contesté con un tono casi diabólico.

Prepárate Charlie, no sabes en lo que te acabas de meter.

Edward POV

Esto no podía estar pasándome, no ahora.

No sabía exactamente qué tan rápido habían pasado las cosas, pero un día tenía a
Bella entre mis brazos, y en menos de un día me la habían arrancado de mi lado.

No sabía contra quién estar más furioso, si con Charlie, con el abuelo o conmigo
mismo.

- 222 -
Todo esto es mi culpa. Pensé con pesar.

"¡Tu!".-Gritó el abuelo de Bella dirigiéndose a mí.-"A mi despacho


inmediatamente".-Ordenó exaltado. La vena de su frente parecía cada vez más
grande y a punto de reventar. Lo que me recordó que era algo peligroso.

Flashback.

La noche estaba fría, pero gracias a que tenía a Bella a mi lado no sentía nada que
no fuera ella, el calor que emanaba su cuerpo era suficiente para mantenerme
caliente. Además de que estábamos cubiertos de dos cobijas térmicas.

Ese día había sido perfecto, estaba con ella, no podía pedir nada más. Las cabañas
eran hermosas, teníamos casi tres horas en la intemperie.

"Cuéntame algo que nadie sepa".-Pedí mientras acariciaba su cabello.

"¿Algo?".-Preguntó y se quedo pensando un momento.-"La verdad, las abejas me


aterran".-Confesó haciendo una mueca de terror.-"Ahora tu".

"La primera vez que te conocí, ¿Recuerdas la vez que nos conocimos?".-Asintió
levemente.-"La vez que te grite, a pesar que no te conocía, estaba muerto de
miedo".-Confesé sonrojándome.-"No tenía idea de cómo te lo ibas a tomar, pero
quería que tu abuelo pensara que yo sería el indicado.".-Sonreí ladinamente.-"Pero
tú no te quedaste atrás, me retaste de la misma manera que yo lo hice".-Termine
acariciando su mejilla.

"Casi sufro un ataque gracias al coraje que me hiciste pasar, te lo aseguro".-Dijo


sonriendo tiernamente.-"Pero supongo que después me la cobre".-Comentó
encogiéndose de hombros.

Reí suavemente y reviví esa escena.

"Bella, ¿Qué es lo que más te asusta?".-Pregunté.

"La vena de mi abuelo".-Contestó sin siquiera pensarlo dos segundos.-"Me asusta,


pero me causa risa".-Explicó sonriendo.-"Verás, cada vez que mi abuelo se enoja la
vena de su frente empieza a crecer y a palpitar cada vez más de tal manera, que
parece que va a explotar. Normalmente, lo que viene después de la vena no es nada
bueno. Lo peor de todo, es que yo provocó que la vena llegue a su punto límite, me
río cada vez que la veo.".-La miré un momento y ella se rio se su confesión.-"No
puedo evitarlo, supongo que es risa de nervios, lo que hace que mi abuelo se
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enfurezca aún más".-Explicó riéndose nerviosamente.

"Así que, ¿Debo temer a la vena de tu abuelo?".-Pregunté.

"Oh, ¡Claro!".-Contestó con tono dramático.-"Pero Edward, sobre todas las cosas,
NUNCA, JAMÁS te rías de LA VENA".-Añadió con tono aún más dramático.

Ambos reímos durante un rato, antes de quedar profundamente dormidos en los


brazos del otro, afuera de las cabañas; parecía que solo estábamos en el mundo ella,
y yo.

Fin Flashback.

"¡Largo!".-Exigió a los policías.-"Muévete, Edward".-Ordenó.

Entré al despacho con la cabeza gacha; desde que había llegado a esta casa, había
acumulado más regaños que los que obtuve que cuando era un niño pequeño.

"Espero que estés consciente de lo que causaste".-Comenzó a decir colocándose


enfrente de mí, levanté mi vista y lo primero que mis ojos vieron fueron a LA VENA.

No pude evitar que mis ojos se clavaran en su frente, y sentí la carcajada formarse
en mi pecho y por más que lo intente, la carcajada brotó de lo más profundo de mi
ser.

"¿Te parece gracioso que se hayan llevado a mi nieta?".-Preguntó, y la carcajada


cesó inmediatamente.

"¿Me está culpando a mí?".-Cuestione sintiendo como la rabia regresaba a mi


cuerpo.-"¡Fue usted quien la regresó, como si de un objeto se tratara!".-Recrimine
apuntándolo con el dedo índice.

"Tu, en cuanto tuviste la oportunidad, sedujiste a mi nieta y la llevaste por el mal


camino".-Acusó viéndome con ojos desorbitados.

"¡Yo no seduje a nadie!".-Grité.-"¿Qué no lo entiende? Me enamoré. Me enamoré


profundamente de su nieta, y por más ilógico que suene, ella me ama a mi también.
¿Qué es lo terrible de eso?".-Cuestioné intentando hacerlo entrar en razón.

"¡Que eres su tutor! Debías cuidarla, no enamorarla".- Sentenció cruzando los


brazos sobre su pecho.

- 224 -
"Eso es lo que hacía, pero el amor es así. Bella hizo que me enamorara de ella, es
tan increíble, tan única, que cualquiera que la conozca se enamoraría de
ella".-Explique.-"Pero, obviamente usted no lo sabe, ¡Porque ni siquiera conoce a su
nieta!".-Grite mientras sentía como la vista se empezaba a nublar de tanto coraje
que estaba sintiendo.

"¡¿Cómo te atreves a acusarme que no conozco a mi propia nieta? Si he vivido con


ella 10 años, y fui yo quien la salvo de su terrible padre".-Se defendió.

"Exacto, y usted fue quien la regreso.".-Terminé de hablar, y observe como caía en


cuenta de lo que había hecho; lentamente, fue perdiendo el color de su cara,
mientras se sentaba en su silla.-"Si tanto dice quererla, ¿Por qué la regreso con el
hombre que más le ha hecho daño?".-Cuestione con un tono de voz más bajo.-"Si
tanto dice quererla, ¿Por qué la trato como si de un objeto se tratara?".-Pregunte
mientras caminaba hacia la salida.-"Si tanto dice quererla, ¿Por qué se deshizo de
ella?".-Hice mi última pregunta cerrando la puerta detrás de mí.

¿Qué es lo que voy a hacer? No puedo quedarme sentado esperando a que pase un
mes para poder escapar con Bella, no, no puedo hacer eso.

Señores, ¡Me voy a Forks!

Bella POV

Juro por como que me llamo Isabella Swan, que si Charlie vuelve a poner una de
sus CD de superación personal, saltaré por la ventana.

Tú puedes lograrlo, solo recuerda esto, el poder está dentro de ti. Eres un ser
maravilloso y grande, el Universo te ama. Tú puedes lograrlo.

"Yo puedo lograrlo".- Susurró Charlie desde el asiento del conductor.-"El poder
está dentro de mi".-Se repetía a sí mismo con un tono de tranquilidad y paz, que no
lo reconocía. Dios, era tan patético.

"Charlie, es genial. ¡El poder te acompaña! O lo que sea, pero si no paramos en el


baño siguiente, te prometo que me hare en este mismo momento.". -Amenace,
rogando por mi vida un segundo de aire libre.

"Isabella, solo falta una hora de camino, mientras menos paremos más rápido
estarás de vuelta en tu adorada casa".-Contestó dejando atrás el tono amable.

"Sí, claro… adorada.".- Conteste con sarcasmo.


- 225 -
1 hora con 30 minutos después.

"Hogar, dulce hogar".-Dijo Charlie cuando dimos vuelta en nuestra cuadra y al


final se veía la pequeña casa blanca con azul. Desde que entramos al pueblo, mi
estomago se hizo pequeño, provocando nauseas y mareos. Quería salir corriendo de
ahí, tenía 10 años sin regresar y tanto verde me estaba asfixiando.-"Bien,
llegamos".-Anunció Charlie estacionando el coche enfrente de la casa.

Miré con pesar a la pequeña casa donde pase gran parte de mi infancia; como si
hubieran puesto una televisión en mis ojos, las últimas escenas vividas ahí,
empezaron a reproducirse. Aunque no eran exactamente escenas, eran miles de
imágenes que pasaban rápidamente por mi mente.

"¡Qué diablos!".-Exclamó Charlie, haciéndome regresar de mi ensoñación.-"¡No


puedo moverme!".-Lo observe un momento confundida, hasta que recordé que había
puesto pegamento en su asiento.

En un movimiento rápido, quite las llaves del contacto, me baje corriendo del auto
y saque mis maletas de la cajuela en un récord de tiempo. La sonrisa de victoria
estaba pintando claramente en mi cara.

"¡Isabella, abre el coche inmediatamente!".-Ordenó Charlie.

"Está bien".- Conteste fingiendo amabilidad. Abrí su puerta y lo mire


expectante.-"Y bien, ¿Bajaras?".-Pregunté sonriendo de oreja a oreja.

"¿Qué le pusiste en el asiento?".-¡Bravo! Si que era bruto, ¿No era más que obvio
que es pegamento?

"Nada, parece que mi coche no te quiere".-Repuse con tono de inocencia.-"Bueno,


tengo que desempacar."-Anuncié, y me acerque lentamente a su cara hasta quedar a
unos cuantos centímetros de su cara.-"Y no te preocupes, papi, nos la pasaremos
G-E-N-I-A-L aquí, ¿Y sabes que es lo mejor?".-Hice una pausa para darle rienda libre
a su imaginación.-"Que recuperaremos todo el tiempo perdido".-Termine añadiendo
un tono un tanto siniestro a esa última frase.

Corrí lejos de él, escuchando como gritaba mi nombre. Me quedé parada en la


puerta principal, de lo que antes era mi casa.

Esto no sería nada fácil.

(*) Aunque no lo crean, eso me paso recientemente. Si, lo que no me paso de niña
- 226 -
me pasa de adolescente.

Perdón, Perdón, Perdón.

No tengo vergüenza de regresar después de tanto. No sé si querrán seguir leyendo


la historia, pero no podía abandonarla.

Aquí está un nuevo capítulo, donde se ve un poco mas de avance, es como


la introducción a lo que se viene.

No planeo aburrirlas con una justificación, solo diré que tuve complicaciones.
¡Estoy de vacaciones! Espero terminar esta historia pronto, ya verán que será así (;

Promesa de Ana.

Las quiere,

Annie Cullen Massen.

PD: Perdón, Perdón, Perdón.

- 227 -
¿Qué? Todos menos tu

Edward POV

¿Qué había pensado al venir al aeropuerto?

No tenía dinero suficiente para costear un boleto de avión. Y que esperaba, ¿Qué
como en las películas apareciera dinero suficiente en mi bolsillo solo porque sí?

Le sonreí incómodamente a la señorita que me acababa de decir que el boleto a


Washington costaba 300 dólares.

"Lo lamento".-Dije con tono bajo, volví a sonreír incomodo.-"Tengo que ir a sacar
dinero para pagar".-Me excuse rápidamente, sintiéndome muy inteligente por
inventar una mentira tan buena en tan poco tiempo. Sonreí con suficiencia.

"Puede pagar con tarjeta".- Respondió con un tono burlón.

Adiós sonrisa.

"Este… si, lo sé… pero…".-Tenía mi mente en blanco, me dio tanta vergüenza


decirle que no tenía una tarjeta con crédito, le tendí una tarjeta de la
biblioteca.-"Aquí tiene".-Dije con autosuficiencia. Comencé a silbar y volteé hacia
derecha-izquierda-derecha-izquierda detenidamente, como si estuviera buscando
algo más interesante que hacer.

"Señor Cullen, esto es una tarjeta de membrecía a una biblioteca".-Dijo con tono
aburrido.

"¿Lo es?".-Cuestione con fingida inocencia.-"¡Oh, que torpe! Tengo tantas tarjetas,
que la confundí y probablemente deje la tarjeta en mi mansión".-Agregué con tono
pretencioso.-"Así, que por esta vez…".-Me recargue seductoramente en el
mostrador.-"¿Me darías un boleto de avión y lo cargarías a mi cuenta en
Suiza?".-Pregunte con una sonrisa ladina.

Miré la cara de la trabajadora, y jure que en sus ojos se imaginaba golpeándome.

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"Señor Cullen, por favor retírese de mi mostrador, o hablare a
seguridad".-Amenazó con una mirada seria.

"Usted es encantadora".-Añadí con sarcasmo.

"¡Largo!".-Exigió con una mueca de enojo puro.-"¡Seguridad!


¡Seguridad!".-Comenzó a gritar buscando a los policías.

"Bien, bien".-Dije apresurado.-"Me voy, pero no sin antes pedir tu número".-Un


último intento no estaba de más.

"Señor, por favor acompáñeme".-Pidió un hombre grande y musculoso, que con


solo un dedo me pondría en el hospital por unos meses.

"Seguro".-Contesté con un tono de voz despreocupado, pero solo diré que en


realidad necesitaba un cambio de calzoncillos urgente.

Me subí al subterráneo a regañadientes, mientras sentía la mirada insistente de un


hombre de mediana edad con cabello canoso y ojos color gris.

"Bella, me debes una grande".- Murmuré para mí mismo.

"Hola".-Saludó el señor de mediana edad.-"No pude evitar ver que parecías


molesto al entrar el tren".-Comentó como quien no quiere la cosa.

"Si, me sacaron del aeropuerto y tengo que llegar a Washington lo más rápido
posible".-Expliqué mientras veía por la ventana con el ceño fruncido.

"¿Es eso verdad?".-Preguntó acercándose a mi.-"¡Que coincidencia! Yo voy para


Washington, mi camioneta está en mi casa, esperándome para partir.".-Exclamó con
alegría.

"¿En serio?"-Pregunte con fingida calma, ya que por dentro estaba muriendo de
alegría.-"Y, ¿cree que si lo doy algo de dinero, me podría llevar a
Washington?".-Cuestione como quien no quiere la cosa.

"¡Claro! Pero no hay necesidad de que me pagues, quizá solo un poco de


cooperación para la gasolina y las cuotas".-Contestó con entusiasmo.-"En dos calles
más bajamos del tren y vamos directamente a mi casa".-Explicó.-"Por cierto, me
llamo Ben Dover".-Dijo amablemente y yo no pude suprimir una sonrisa al oír su
nombre, en ingles decía Dóblate.-"Si, está bien. Ríase, todas las personas lo hacen.

- 229 -
"No, lo lamento. No fue mi intención".- Me disculpé rápidamente, el señor me
estaba haciendo un favor y yo me reía de él. Estar tanto con Bella me estaba
afectando, ¿Dónde habían quedando mis modales?

"Bien, esta es la estación".- Dijo después de un silencio incomodo. –"Solo


caminamos dos calles y ahí es mi casa".

"Perfecto".-Contesté entre dientes.

Bella POV

Dios.

¿No se había siquiera molestado en cambiar mi cuarto? La cama seguía siendo


exactamente la misma, el mismo tono rosa chillón, al igual que el resto del cuarto.

Aventé mis maletas en la cama y salí del cuarto. Al pasar por el pasillo no puede
evitar sentir como mi corazón se estrujaba con el solo recuerdo. Inmediatamente me
volví a sentir de ocho años, indefensa y asustada.

"Mami".-Dije cuando llegué a la puerta del baño.-"Te extraño tanto".- Murmuré con
la voz en un hilo, estaba a punto de perderlo.-"Te juro que no dejare que Charlie, me
vuelva a hacer sufrir, esto se acabará pronto."

Abrí la puerta lentamente, y sentí un alivio al encontrar el baño vacío, no sé


porque imaginaba que ahí estaría mi mamá, tal y como le había encontrado hace
casi 10 años. Entré al baño, y fueron los cuatro pasos más pesados que alguna vez
caminé. Recorrí el baño con la vista, hasta terminar mirándome en el espejo;
automáticamente, la mirada de inmensa tristeza que estaba se borró, y me miraba
una Bella fría e indiferente.

Bien, así es como necesitaba que fuera.

Dos horas después escuche que Charlie había entrado a la casa, y gritaba mi
nombre con furia. Si esto hubiera pasado cuando era una niña pequeña, hubiera
cerrado la puerta con llave, y me hubiera ocultado en el closet. Pero no era una niña
pequeña, y Charlie ya no tenía poder sobre mí.

"Isabella".-Grito Charlie por última vez al llegar a la puerta.-"Estas en graves


problemas".- Amenazó mientras respiraba entrecortadamente.

"¿Por qué no respiras primero y luego me amenazas?".-Repliqué tranquila mirando


- 230 -
por la ventana, dándole la espalda.-"Los años no te han sentado muy bien, Charlie.
Tú eres viejo, yo soy joven. No compitas conmigo que no vas a ganar, ríndete y
déjame ir."- Yo tampoco tenía ganas de pelear, no cuando mi pasado me estaba
atacando así. Quizá Charlie entendería y cambiaría de parecer.

"Igual de loca que tu madre".-Contestó con su tono amenazante.

"A ella no la metas".-Dije con tono calmado.

"¿Quieres voltear y verme a la cara?".-Preguntó, o más bien exigió.

"Lo haría, pero si quisiera reírme me pondría a ver Bob Esponja".-Dije con tono de
indiferencia.

"¿Te crees muy graciosa? Dejándome pegado a la camioneta, pues te equivocas si


no crees que no lo vas a pagar caro. Te conozco mejor de lo que crees, tengo todo lo
necesario para hacerte sufrir.".-Volvió a amenazar.

Me giré rápidamente y camine hasta donde estaba el.

"No, eres tu quien se equivoca".- No me conoces, en cambio yo sé todo sobre lo


que eres. Yo si tengo todo para destruirte. Tus malditos chantajes no funcionan
como funcionaban con mamá. Soy más fuerte.".

"¿Fuerte tu? No eres más que una adolescente caprichosa".-Contestó quitándome


importancia.

"Bien, me agrada que pienses eso".-Replique volviéndome a girar hacia la ventana.

"Estás loca".-Grito antes de azotar la puerta al irse.

"Tú eres quién terminara más loco".-Murmuré mientras veía hacia la


luna.-"Edward, por favor llega pronto".-Dije en forma de un suspiro.

Edward POV

¿Qué fue lo que tus padres te repitieron toda tu infancia?

¡No hables con extraños!

No lo hice, no. Solo me subí a un auto con un loco desquiciado que no dejaba de
verme, e intentar agarrarme la pierna. Iba casi pegado a la ventana, con un el
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corazón desbocado.

"¿Falta mucho?".- Pregunté intentando parecer calmado.

"7 horas".- Contestó mientras me veía de reojo.-"Aunque manejar de noche no es


muy seguro, tal vez debamos detenernos en un hotel".- Propuso con un tono lento y
arrastraba las palabras, de tal manera que me provocaba ganas de brincar por la
ventana y salir corriendo.

"¡No! Me queda muy poco dinero, y lo que me queda lo quiero conservar para
cuando llegue a Washington".- Me apresuré a contestar.

"Eso corre por mi cuenta".-Contestó mientras su mano buscaba mi rodilla, pero yo


la moví más rápido.

"NOVIA".- Grité como un reverendo estúpido. El me miró sin comprender la


palabra sin sentido que acababa de gritar.- "Tengo novia, me está esperando en
Washington, por eso es que debo de llegar".-Expliqué mirando hacia al volante.

"Oh, ya veo".- Contestó con voz desilusionada.

Silencio.

Esperé unos minutos y al ver que la conversación se había detenido, me recargué


en la puerta y me dediqué a mirar por la ventana.

Luna llena, tan hermosa como siempre.

Bella, ¿qué infierno estará pasando?

Saqué mi celular y le mandé un mensaje, diciéndole que estaba cada vez más
cerca, que tuviera paciencia y que la quería.

Era increíble lo rápido que habían sucedido las cosas, como habían cambiado de
un día para el otro. Todo por la ambición de un maldito hombre, quién no había
tenido suficiente amargándole la vida como niña, sino ahora también se empeñaba
con arruinársela de joven.

"Aunque".- Comenzó a hablar de nuevo el señor.-"Siempre dicen que hay que estar
abiertos a nuevas experiencias".- Me miró levantando la ceja izquierda, insinuando
algo más que solo una noche de borrachera.

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"Mire amigo…No, señor".- Corregí antes de que las cosas se mal
interpretaran.-"Acepte el favor, porque en verdad necesito llegar a Forks, y no estoy
interesado en lo mismo que usted. Así que le pido con todo el respeto, que deje de
intentarlo porque no va a suceder".- Hablé lo más rápido que me permitía mi boca;
no quería sonar molesto, porque me bajaría del auto a mitad de la nada, pero tenía
que dejarle en claro que sus intenciones conmigo no funcionarían.

"Pero, ¿Qué es lo que está pensando usted de mi?".- Preguntó con tono
sorprendido.-"¿Es que acaso usted pensó que yo quería tener sexo con usted?".-
Cuestionó con un tono fingido de sorpresa e indignación.

"¿No es así?".- Pregunté esperanzado de que todo hubiera sido imaginaciones


mías.

"No, si lo es".- Contestó sinceramente, provocando que se me fuera la sangre a los


pies.-"Pero tranquilo, ya que dejo en claro sus intenciones no pienso volver a
insinuar nada. Lo prometo".- Dijo sonriendo.

"Bien".- Contesté simplemente.- "Aunque conozco a alguien que quizá pueda tener
las mismas intenciones que usted".- Añadí recordando a James, quizá ya sería hora
de que sentara cabeza.-"Su nombre es James…"

El resto del camino permanecimos hablando de él señor O'Connell, y al parecer


serían una pareja perfecta ya que tenían muchas cosas en común. Una vez que su
atención pasó a alguien más, el recorrido fue más tranquilo y un poco más rápido.

Solo un poco, ya que en mi mente siempre estaba Bella, Bella, Bella.

Por la mañana estaré con ella, solo unas cuantas horas más.

Bella POV

En la mañana antes de que saliera el sol, me puse mis tenis y salí de la casa. Si
quería que mi plan funcionara tenía que ser antes de que Charlie despertara.

Anoche me había desvelado editando unas cuantas imágenes de Charlie, las había
impreso en la copiadora vieja que había en el sótano, y ahora tenía 679 copias con
imágenes muy gráficas de Charlie haciendo cosas que no debería hacer.

Recorrí todo el pueblo y en cada poste de luz que me encontraba pegaba una
imagen, el pueblo era bastante pequeño por lo que en menos de dos horas cada
poste, tenía una imagen de Charlie. A esa hora, casi nadie estaba en el pueblo por lo
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que decidí caminar un poco antes de regresar a la casa, y pretender que estaba
dormida.

Fui al centro y me di cuenta que nada había cambiado, todo estaba tal y como lo
recordaba de mi infancia; la misma tienda de ropa y zapatos, al lado de la cafetería
que estaba enfrente del mini-súper mercado.

Todo igual.

"¿Bella?".- Escuché que alguien me hablaba, esa voz... Esa voz. Me giré
lentamente hasta encontrarme con Tanya Denalí, la señora encargada del único bar
de Forks. Al verla, no pude evitar que el coraje se apoderara de mí; ella había sido la
causante del sufrimiento de mi mamá.

Era la amante de Charlie, en aquel entonces.

"Tanya".- Dije con tono frío y me dispuse a seguir caminando.

"Hey, Bella".-Se puso en mi camino y no me dejo seguir caminando.-"¿Estas de


vacaciones? O, ¿vienes para quedarte? ¡Ve nada mas lo que has crecido!".-Todo esto
le decía con falsa alegría, ella sabía a la perfección que yo sabía de su aventura con
mi papá.

"Tanya, no tienes porque fingir simpatía".- La interrumpí".-"Que intentes ser


amable conmigo, no deshará que tú fuiste la causante del suicido de mi mamá".-
Escupí las últimas palabras. Yo sabía que no era del todo cierto, pero ella no tenía
que saberlo.

"Bella".- Contestó mientras se reía nerviosa.-"Eso fue hace más de diez años, fue
algo trágico, pero somos humanos somos capaces de equivocarnos".- Argumentó en
su favor.

"Explícaselo a mi mamá, no a mí".- Contesté fríamente mientras la esquivaba


seguía mi camino. Giré a la calle principal, y volantes de color azul la adornaban.

"Bella, por favor…".- Seguía hablando pero al ver los volantes se detuvo y tomo
uno para verlo de cerca.-"¡Oh por Dios! ¿Es Charlie?".-Preguntó acercando la foto a
mí.

Aquí es donde aplicaban mis clases de actuación que tome durante tres años.

"¡No!".-Grité mientras la miraba más de cerca.-"El no puede ser Charlie, jamás


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haría algo así".-Exclamé mientras jalaba unos cuantos volantes de los postes.

"¿Qué haces?"

"¿Qué no es obvio? ¡Quitándolos!".-Dije mientras intentaba remover otro.-"¿Sabes?


Tú quita estos, y yo voy a avisarle a Charlie.

"Si".-Contestó antes de ponerse a quitarlos. No serviría de mucho que los quitará,


la gente ya comenzaba a salir de sus casas. Y siendo un pueblo tan pequeño,
cualquier cambio era notado inmediatamente.

Me eché a correr y llegué a mi casa antes de que Charlie se levantara. Me metí


rápidamente debajo de las cobijas, y pretendí que estaba dormida.

Veinte minutos después escuché que tocaban la puerta con rapidez, y parecían
que tenían prisa.

"Isabella, ¡Abre!".- Ordenó Charlie desde su habitación.

Me levanté y bajé las escaleras corriendo, ya que no dejaban de tocar


insistentemente.

"¿Si?".-Pregunte mientras abría la puerta. Y casi me voy de boca al ver a Alice,


plantada en la entrada con gesto de enojo.-"¿Alice?".-Murmuré.-"¿Qué haces aquí?"

"¿Qué te parece? ¡Rescatando tu inútil pero duro trasero!".-Dijo mientras se metía


en la casa.-"¿Dónde está el imbécil?".-Pregunto mientras subía las escaleras.

"En su habitación".-Contesté mientras cerraba la puerta.-"¿Edward no viene


contigo?".-Cuestione esperanzada de verlo lo antes posible.

"Ni me hagas hablar de él. Vamos a tu cuarto".-Pidió mientras seguía subiendo.

Ambas subimos intentando hacer le mas mínimo ruido, para que Charlie no se
diera cuenta de que ella estaba aquí.

"¿Qué pasa con Edward?".-Pregunté una vez que estábamos dentro.

"Es un imbécil. Me lo encontré en el aeropuerto, bueno, lo vi ya que el no me vio.


El muy tarado no tenía dinero para pagar el bendito boleto, por lo que yo le estaba
hablando para decirle que tenía suficiente dinero para ambos…"

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"Espera, espera… ¿De dónde sacaste dinero?".-Pregunte.

"Jasper me prestó, ¿Te vas a fijar en cada detalle o puedo seguir con la
historia?".-Cuestionó molesta.

"Lo siento".

"En fin, tu novio no pudo pagar el boleto… Por lo que seguridad lo saco,
literalmente a patadas del aeropuerto".-Explico mientras movía la cabeza de un lado
a otro.-"Le marqué a su celular y lo tenía apagado"

"¿Edward? El nunca tiene apagado su celular".-Contesté mientras checaba el mío.

"Deja de interrumpir, ¿quieres?".-Exigió de nuevo.

"Lo siento, continua".-Pedí agachando la cabeza mientras metía mi celular de


nuevo en mi bolsillo.

Se quedó callada un momento.

"Eso era todo".-Anunció sonriendo de oreja a oreja.-"Entonces, ¿Qué has hecho


para arruinarle la vida a tu querido proveedor de esperma?".-Preguntó con un tono
extremadamente dulce, al mismo tiempo que cruzaba la pierna.

Le explique la pequeña broma del pegamento, y después sobre los volantes


regados por toda la ciudad y como no se me ocurría ninguna otra cosa.

"Estuvo bien para empezar".-Contestó mientras ponía su mano en su barbilla al


mismo tiempo que fruncía el ceño.-"Pero necesitaremos algo más fuerte para lograr
que te deje en libertad".-Añadió.

"Lo sé, pero no puedo pensar que".-Confesé frustrada.

Nos quedamos calladas unos minutos, intentando pensar en una broma que
lograría sacarme de este pueblucho.

Después de un rato, mi frustración fue tanta que termine dejándome caer en la


cama con una almohada tapándome la cara.

"No puedo con esto Alice".-Anuncié mientras soltaba un gran suspiro.

"No te rindas, lo único que necesitamos es…".-Quedó callada un momento.


- 236 -
"¿Qué?".-Pregunte con curiosidad una vez que me había sentado de nuevo.

"No puedo creer que no la haya visto antes, es tan obvio". Parecía que estaba
hablando a si misma.-"Bella, lo que tenemos que hacer es…"

"¡Isabella!".-Se escuchó el grito de Charlie desde la parte baja de la casa.-

"Rápido, escóndete".-Pedí mientras le abría la puerta del closet para que se


metiera ahí.

En cuanto cerré la puerta del armario, se abrió la puerta de mi habitación.

"Explícame, ¿Qué es esto?".-Gritó levantando uno de los letreros en su mano


izquierda.-"¿Por qué esta esto pegado en cada poste de Forks?".-Preguntó al mismo
tiempo que daba pasos acercándose a mí.

"Cielos Charlie, ¿de qué hablas?".-Pregunte con demasiada fingida inocencia.

"¡De esto por el amor de DIOS!".-Contestó a la vez que aventaba el volante en mi


cara.

"Wow, Charlie no sabía que te gustaba disfrutar de estos… placeres".-Dije al ver la


foto.

"¡No te hagas la santa! Probablemente tú te encargaste de tomar la foto y


repartirla por toda la ciudad".-Esperen, ¿tomar la foto?-"Además, ¿Cómo pudiste
conseguir tomarme esa foto si fue una semana antes de que llegaras?".-Preguntó
mientras caminaba de un lado a otro en mi habitación.

Oh mi Dios.

Amaba las ironías como estas en la vida.

"Pero, ¿Cuándo empezó esto?".-Pregunte mientras sigilosamente sacaba mi celular


y empezaba a grabar la conversación que estábamos a punto de tener.

"No lo sé, unos años después de que tu madre muriera".-Uy, error.-"Todo se salió
de control, no se supone que nadie se enterara de que me gusta ese tipo de cosas".

"Lo siento Charlie, yo no tuve nada que ver con tomarte una foto y
ponerla".-Contesté intentando controlar con todas mis fuerzas la carcajada por salir.

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"¡No te creo! Chiquilla del demonio, te lo advierto, será mejor que confieses…"

"Muy bien, ¿Quieres la verdad? Esta es, si, yo puse los volantes por toda la ciudad,
pero yo no tome ninguna foto".-Dije mientras lo miraba seriamente.-"Yo hice el
fotomontaje, pensé que sería una buena broma pero resulto ser mucho mejor, ya que
me acabas de decir que es cierto lo que pensé que sería algo muy gracioso, y sin
querer el pueblo entero sabe la verdad, no una mentira".-Esta vez no fui tan fuerte y
solté la carcajada al ver su cara de perplejidad.

Duré en silencio unos minutos esperando a que se recuperara, al ver que no lo


hacía decidí aplicar el chantaje perfecto.

"Ahora, dado que soy mucho más inteligente que tu".-Comencé a hablar mientras
sacaba y el celular y reproducía lo recién grabado.-"Así que Charlie, tu escoges. Yo
puedo lograr que el pueblo entero escuche tu confesión".- Vi su cara de horror al
imaginarse cómo sería esa situación.-"Imagina lo incomodo que sería esa situación
con todos los habitantes de este pueblo, tendrías que mudarte y dejar tu vida
normal, y empezar desde cero, Charlie. ¿Tú quieres eso? Estoy segura que no".-Volví
a hacer una pausa, para dejar que siguiera asimilando como es que esta situación se
había salido de sus manos.-"Ahora, que si cambias tu nombre por el de mi abuelo en
mi acta de nacimiento, yo me iría con mi grabación, y nadie jamás se tendría que
enterar de tus… gustos particulares".-Concluí sentándome al borde de mi cama
cruzando la pierna.-"En cuanto a los volantes, diré que fue solo una broma de mi
parte".-Añadí mientras sonreía levemente.

Sus ojos se movían de un lado a otro intentando salirse por la tangente, o


encontrar una solución.

"Te dejaré que lo pienses, tienes hasta las cinco de la tarde para decidirte. Si esa
hora aun no tengo una respuesta, ten por seguro que el pueblo entero empezara a
oír esta grabación".-Dije parándome de nuevo y empujándolo suavemente hasta el
corredor afuera de mi cuarto.

Una vez afuera cerré la puerta y sonreí como idiota.

¡Eso fue rápido!

"¡No puedo creerte!".-Exclamó Alice al salir del closet.-"Lo tienes comiendo de tu


mano en menos de diez minutos".-Me abrazó rápidamente y después se puso a dar
brinquitos en su lugar.

"Ni yo puedo creerlo, pensé que necesitaría mucho mas bromas pesadas para
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librarme de él, pero él me dio la información".-Contesté mientras respiraba
profundamente.

"Es fantástico, Bells".-Afirmó antes de volverme a abrazar.

El resto de la tarde Alice y yo hablamos de muchas cosas distintas, como de lo que


haríamos cuando cumpliera 18 años.

Lo primero que haría sería irme a vivir lejos, con Edward.

Solo un par de meses y eso sería realidad.

Alrededor de las cuatro de la tarde, bajamos a comer algo ya que teníamos mucha
hambre.

"¿Estás segura de que no volverá?".-Preguntó Alice antes de comenzar a bajar las


escaleras.-"¿Qué pasa si me ve?".-Preguntó.

"Él puede ver a Voldemort si quiere y no podrá hacer nada, el control lo tengo
yo".-Contesté jalándola de la muñeca para hacerla bajar.

Hicimos unos sándwiches de jamón, y los devoramos en minutos.

"¿Crees que si Voldemort estuviera aquí nos atacaría?".-Preguntó Alice después de


haber estado callada por un buen rato.

Solté la carcajada ante la pregunta de Alice, y a penas iba a contestar cuando sonó
el timbre.

"Ya vengo".-

"¡Espera! Deja me voy a tu cuarto".-Pidió Alice.

"No, tu quédate aquí".-Exigí.

Abrí la puerta y por segunda vez en el día casi me voy de espaldas.

"¿Abuelo?".-Cuestioné al no estar segura de que mis ojos vieran lo correcto.

"Bella".-Dijo con tono de suplica, y en menos de un segundo me tenía entre sus


brazos.-"Lo siento tanto, pequeña. Estaba molesto, enojado, jamás debí dejarte
ir".-Decía mientras sus enormes manos acariciaban mi pequeña cabeza.
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Estaba en shock. ¿Qué hacía mi abuelo aquí?

Todos llegaban antes que Edward.

"Abuelo, hay que entrar a la casa".-Dije separándome de él.-

Dudo un poco antes de entrar, pero al final con decisión entro y se sentó en un
sillón.

"¿Dónde está Charlie?".-Pregunto mientras miraba todo a su alrededor.

"Salió".-Conteste simplemente. No sabía cómo hablarle, si seguía enojado o ya


estaba calmado. Supuse que estaba más calmado por su intensa disculpa cuando
abrí la puerta.-"Pero no debe tardar".-Añadí como quien no quiere la cosa.

"Bien".-Contestó frunciendo el ceño.-"Vengo a negociar con él. ¿Cuánto crees que


quiera por ti?".-Cuestionó seriamente.

¿Estaba bromeando? Seguía tratándome como una maldita mercancía que podía
comprar.

"Llegaste muy tarde abuelo".-Contesté intentando controlarme, estaba cansada de


discutir.-"Dado a que decidiste en no ayudar, lo solucione yo sola".-Expliqué al
mismo tiempo que respiraba profundamente, intentando calmar el enojo.-"Así que,
te puedes ir y meterte tu dinero por donde más te quepa".-Muy bien, respirar no
ayuda para calmarte.-"¿Piensas que soy un objeto que puedes negociar, comprar,
vender? Pues no lo soy, así que te puedes ir".-Solté de un sopetón.

"Bella, no digas eso. Tu sabes que te quiero".-Replicó en un tono suplicante.

"No abuelo, no importa lo que digas….".- No pude terminar de hablar ya que el


timbre sonó de nuevo.

"¡Ahora si es Charlie!".-Chilló Alice desde la cocina.

"¿Alice esta aquí?".- Preguntó mi abuelo al verla salir de la cocina.

"No, Alice. Charlie tiene llaves. Si, abuelo. Alice esta aquí".-Les conteste a ambos
antes de abrir la puerta.

"Hola".-Dijo Alice al ver a mi abuelo.

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"¡Bella!".-Chilló la voz de Anita antes de colgarse a mi cuello.-"¿Estás bien
pequeña? ¿Qué te ha hecho el imbécil de tu proveedor de esperma?".-Muchas
preguntas, mi mente apenas estaba asimilando que Anita estaba aquí.

"¡Hey, nana! Muévase nosotros también queremos ver a la secuestrada".-


¿Emmet? ¿Qué hacía Emmet aquí?

"¿Emmet?".-Pregunte al ver su enorme figura.

"¿Quién más? Pequeña pececita".-Dijo antes de darme uno de sus abrazos de oso
que te dejaban sin aliento.

"Apúrate, pedazo de mequetrefe".-Amenazó una voz femenina. Solo Rosalie se


atrevería a hablarle así a alguien como Emmet.

Era como una fila, cada uno daba su abrazo e iba entrando a la casa. Después del
abrazo corto con Rosalie, estaba Jasper quien solo sonrió levemente.

"¿Esta Alice aquí?".-Susurró antes de entrar.-

"Si, en la cocina".-Contesté en el mismo tono de voz.

"¡Perfecto!".-Exclamó al oír mi respuesta.

Al igual que los otros entro a la casa, pero él fue directo a la cocina. Después de
Jasper estaba el Sr. O' Connell, quien solo digo que estaba interesado en como
terminaría esta situación.

Me reí ante su sinceridad, pero después mi corazón se acelero, eran todos mis
conocidos, solo faltaba Edward. El debía estar en la fila.

Sentí mi corazón dar un brinco cuando el Sr. O' Connell entro a la casa, dejando
solo el aire atrás de él.

Suspire y entre de nuevo a la casa, que era un caos.

Emmet intentaba descubrir porque Rosalie estaba molesta con él y solo se oía,
Dime, dime dime, después un grito de Rosalie, ¡Déjame! Y Emmet se callaba unos
segundos, y después continuaba.

Jasper estaba siguiendo a Alice por toda la planta baja. Esperen. ¿Jasper siguiendo
a Alice? Eso era nuevo.
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El Sr. O' Connell se había puesto a levantar toda la ropa que se encontraba en el
camino, y la ponía sobre el sillón individual, formando una pila enorme de ropa.

Anita se encontraba gritándole a mi abuelo, quien solo agachaba la cabeza como


un niño regañado. Eso también era nuevo.

"¿Qué están haciendo aquí?".-Pregunte en lo que era casi un grito para que todos
mi oyeran.

"Yo vine a sacarte aquí, pequeña".-Contestó Anita en un cambio radical de voz.

"Yo la acompañe".-Contestó Rosalie.-"Y Emmet, no quería quedarse


solo".-Añadió.-"Es un bebe".-Volvió a añadir rodando los ojos.

"Yo estaba buscando a Alice".-Contestó Jasper.-"¡Me engaño! Me dijo que quería


que saliéramos, en cuanto la deja sola un momento. Tomo mi cartera y me quito
dinero".-Explicó sonriendo como idiota.-"Solo ella es así de ocurrente".-Igual de loco
que Alice, le roban dinero y se pone feliz.-"Después cuando supe que iban a venir
por ti, supuse que ella estaría aquí, así que me uní al viaje para poder terminar
nuestra cita".-Explicó mientras sonreía como reverendo idiota.

"Aww, eso es muy dulce Jasper".-Dijo Alice antes de tomarle la cara, y jalarlo para
plantarle un beso en los labios.

"Esto es demasiado".-Dije antes de sentarme en el borde de uno de los sillones.


Pero en cuando me había sentando, volvió a sonar el timbre.-"¿Ahora quién es? ¿La
vecina con la que nunca quise jugar de niña?".-Cuestione exasperada.

"¿Si?".-Abrí la puerta y en automática entro Charlie a la casa.

"Lo siento, olvide mis llaves…".-Dijo al cruzar el porche.- ¡Isabella! ¿Qué hace toda
esta gente en mi casa?".-Cuestiono al encontrarse con la manada de personas que
acababa de llegar.

"Me pregunto lo mismo yo".-Conteste cerrando la puerta.

"¡Los quiero a todos fuera, ya!".-Ordenó a gritos.

"A mí no me vas a gritar".-Contestó mi abuelo.-"Y vengo por mi nieta".

"¡YO NO ME VOY SIN BELLA!".-Gritó Anita, como una especie de grito de


guerra.-"Lo siento, tengo mucha adrenalina.".-Explicó mientras se sonrojaba por su
- 242 -
comportamiento.

"YO NO ME VOY SIN ALICE".-Gritó Jasper, con el mismo tono que Anita.

Me di un pequeño golpe en la frente con la palma abierta, esto se estaba


convirtiendo en un circo.

Y la única persona que necesitaba que estuviera aquí, no estaba.

De la nada, todos comenzaron a gritarse. Alice le gritaba a Jasper, Rosalie a


Emmet, Anita al abuelo, el abuelo a Charlie.

"Esto vale la pena haberme subido a un avión".-Dijo el Sr. O'Connell acercándose a


mi.-"Linda, están tocando la puerta".-Comentó.

Gruñí fuertemente. ¿Otra vez?

La abrí y era un perfecto desconocido.

"¿Le puedo ayudar en algo?".-Pregunte con tono de enfado.

"Si, ¿Conoces a Bella?".-Cuestionó con una voz bastante amanerada.

"Soy yo".-Conteste muerta de duda. ¿Quién era? Y, ¿Cómo sabía mi nombre?

"¡Perfecto!".-Chilló como una niña de cinco años.-"¿Qué me puedes decir del Sr.
O'Connell?".-Pregunto con cara de extrema curiosidad.

"¿Disculpa?".-Pregunte al no entender nada de lo que estaba diciendo.

"Oí mi nombre".-Terció el Sr. O'Connell al salir de la puerta.

"Oh mi Dios, ¡Eres tú!".-Gritó el desconocido al verlo.-"Tan guapo como me


dijeron".-

"Gracias".-Contestó.-"Y, ¿tú eres?".-Pregunto coqueteando de vuelta.-"Cuéntame


adentro".-Lo invitó a pasar a mi casa.

¡Genial más gente en la casa donde 2 personas ya eran suficientes!

Cerré la puerta y me recargué en ella, estaba estresada y alterada. Ya tenía todo


bajo control y llegó tanta gente.
- 243 -
Suspiré de nuevo.

"Mi vida es una broma de Dios".-Murmuré antes de abrir los ojos y levantarme.

Una vez que me levante ya abrí los ojos, lo vi.

Justo enfrente de mí, sonriendo ladinamente, con su pelo alborotado y sus ojos
verdes brillando de la emoción.

Mi reacción fue solo aventarme contra él, y abrazarlo. Inmediatamente sus brazos
me rodearon, y me sentí bien. De nuevo me sentí yo.

"Edward".-Murmuré su nombre mientras inhalaba su aroma, e intentaba fundirme


en su cuerpo.-"Por fin llegaste". Añadí.

"Por fin llegué".-Corroboró a la vez que sus dedos acariciaban mi cabello.

Me separe de él, para verlo. Lo extrañaba tanto.

Se acercó lentamente, sus manos tomaron mi cara con extremada delicadeza, y


puso sus labios sobre los míos.

Al mismo tiempo que sus labios se movían suavemente sobre los míos, sus manos
comenzaban a recorrer mi cuello, y a bajar por toda mi espalda, provocando que un
calor naciera en mi vientre. Mientras él hacía eso, mis dedos enredaban aun más su
sedoso cabello.

No sé cuánto tiempo duramos besándose, pero no podía separarme, nunca más me


separaría de él.

"Tenemos que entrar".-Dijo una vez que nos separamos para respirar.

"¿Estás seguro?".-Pregunté al recordar que íbamos a entrar a la casa de los locos.

"¡Seguro! Vamos a decirle a Charlie que se vaya a buscar a Nemo".-Contestó


sonriendo.

"Tus chistes no son bueno".-Le dije al escuchar su chiste malo de Nemo.

"Bien".-Se resignó como un niño pequeño.

A unos cuantos pasos de entrar a la casa, nos miramos a los ojos intensamente.
- 244 -
"Tranquila".-Dijo al ver el miedo reflejado en mis ojos.-"Vamos a solucionar esto,
juntos".-Esas palabras me tranquilizaron.

"Juntos".

Perdón, perdón, perdón.

Tarde años. Lo sé. Fue una etapa difícil, por lo que me tome un tiempo
libre de escribir, y después comprendí que a pesar que la vida puede ser
difícil, escribir puede ser un medio de deshago, y de escapar un poco de la
realidad.

Por lo que he regresado.

No estoy segura si seguirán leyendo la historia, y mucho menos si merezco un


review. Pero al historia está a dos capítulos de terminar, y no quería dejarla así.

Así que aquí esta, después de 7 meses.

Las quiere,

Annie Cullen Massen

- 245 -
Cerca del final

Cerca se siente el final.

Los personajes no me pertenecen, la trama es completamente mía.

Edward POV

Con el estomago hecho un nudo, tome de la mano de Bella y empuje la puerta para
abrirla, pero no cedió por lo que miré a Bella confundido.

"No abre".-Reafirme tomando la manija e intentando girarla, pero solo estaba dura
y ni siquiera giraba un poco.

Bella rodó los ojos.

"Tienes que decir ábrete sésamo, genio".-Replicó con sarcasmo y buscando algo en
su bolsillo, debido al ruido que estaba haciendo pude saber que estaba sacando sus
llaves.

"Podías haberlo dicho, yo tenía planeado hacer una entrada de película".-Confesé


un poco desilusionado.-"Tu sabes, abrir la puerta justo al mismo tiempo que todos
harían silencio, se quedarían pasmados por vernos juntos y nosotros entraríamos
tomados de la mano, sabiendo que siempre seríamos tu y yo contra el
mundo".-Expliqué con tono de melancolía al saber que no sería así. Miré a Bella y
me sentí como un verdadero retrasado, ya que ella no sabía si reírse o solo verme
como si estuviera loco de remate.

"Edward, tienes que dejar de ver las películas de Jennifer Anniston".-Contestó una
vez que la risa se había pasado.-"Las películas dejan ver una realidad lejana y
momentánea, además ese tipo de cosas las debería decir yo Edward, no tu".-Añadió
mientras metía la llave para poder ingresar a la casa.

Fruncí el ceño.

¿Dónde había quedado aquel muchacho que en la universidad volvía locas a las

- 246 -
chicas con frases como esas? Que lograba que se enamoraran de él con tan solo
plantearles el escenario más romántico que pudiera.

Ahora cuando hacía eso, lo hacían sentir humillado y gay. Pero con Bella nunca
serían las cosas normales; todo lo que alguna vez conocí como normal y ordinario,
todo lo que había aprendido de chicas, como tratarlas, como lograr que te besen,
como lograr que se acuesten contigo, como lograr que se enamoren de ti, todos esos
conocimientos que obtuve en mi etapa experimental y algunos de ellos transmitidos
por su padre o amigos, tendrían que ser tirados por el caño ya que con Bella jamás
aplicaría ese tipo de tácticas.

La primera razón sería porque Bella lo mandaría a buscar ardillas en los árboles, y
la segunda y más importante es porque, Bella es mucho mejor que eso, con ella las
cosas nunca habían sido ordinarias, su relación no era ordinaria, ella no era
ordinaria.

Oh, sí. Lo olvidaba, tampoco podía utilizar ese tipo de cosas con ella, porque ya lo
había intentado y lo único que había logrado es que me terminara aventándose por
una ventana, y con varios dolores de cabeza. Pero al fin y al cabo, cuando los dos
empezamos a ser nosotros mismos y dejamos de jugar el estúpido juego que
habíamos iniciado, fue cuando todo comenzó a cambiar; ella era justo lo que yo
necesitaba, y lo quiera reconocer o no, yo era justo lo que ella necesitaba.

La miré de reojo y pude ver su mirada un poco más confiada ahora que me tenía a
su lado sosteniendo su mano, aunque aún en su cara había una mueca de miedo y de
desconfianza, estaba insegura que esto fuera a salir mal, y que se tuviera que
quedar sola de nuevo. Para contrarrestar su mueca, le di un pequeño apretón a su
mano, para que supiera que aquí estaba con ella.

Automáticamente subió la mirada, y me miró con reproche.

"No me presiones, pedazo de alcornoque".-Me dijo molesta.-"Estoy nerviosa por


eso no giro la manija, tú no sabes lo que se siente tener que enfrentar a todas las
personas que conoces y que quieres, o alguna vez quisiste. No tienes ni la más
remota idea del nudo enorme que tengo en mi estomago, tanto que no creo volver a
comer nada que no sea fideos".-Continuó diciendo sin dejarme decirle lo que en
verdad había significado aquel apretón.

"Pero Bella…"

"Nada, deja de ser como eres y se un poco más comprensivo, esto que está a punto
de pasar, puede definir cómo es que será el resto de mi vida".-Finalizó con lágrimas
- 247 -
en sus ojos.-"Esto no puede salir mal Edward, no quiero pasar otro año con mi
abuelo, quiero ser libre y poder irme contigo, a donde sea que vayas".-A este punto
de su sermón, su voz había disminuido que parecía que se había roto en la última
palabra.

"Bella".-Susurré su nombre y la atraje hacia mi.-"No intentaba presionarte, jamás


haría eso, al menos no de nuevo.".-Expliqué tranquilamente a la vez que la enrollaba
en mis brazos y dándole suaves besos en su cabeza.-"Intentaba decirte que aquí
estoy contigo, y no pienso dejarte que enfrentes esto tú sola.".-Levantó su cabeza
para verme a los ojos, y se soltó llorando como una niña pequeña.-"No tienes que
tener miedo Bella, no dejaré que ninguno de los locos maniáticos que están en la
sala te haga daño".-Le dije para intentar calmarla.-"Sería capaz de darle un
puñetazo a Emmet solo para que te sientas segura, aunque aun se lo debo".-Añadí
haciéndola reír un poco.-"¿Lista?".-Cuestione secando sus lágrimas que bañaban sus
pálidas mejillas.

Se separó lentamente de mí, tomo aire y giro la llave hasta que abrió la puerta.

Si yo estaba esperando silencio, estaba muy equivocado. La casa era un verdadero


caos, todos discutían con todos, el único que estaba solo era Charlie, quien estaba
sentando en el segundo escalón de la escalera con la cabeza tapada por sus manos,
mientras se balanceaba, parecía un loco tratando de calmarse. O lo más probable, es
que solo necesitaba dejar de escuchar tanto ruido en su casa, la cual por más de
diez años, siempre había permanecido en silencio.

"¡Edward! Eres un completo idiota".-Chilló Alice desde el otro lado de la


habitación trepada a un mueble individual, con Jasper aferrado a su pie. ¿Jasper
estaba llorando?-"Te vi en el aeropuerto, genio. Te hable, grite, hice señas con
fuego, marque tu celular, y nada".-Explico mientras intentaba acercase a mí, su voz
se escuchaba ronca y desgastada, quizá sería de tanto gritar.-"¡Jasper! No me dejas
caminar, ¡Quítate"!-Exigió mientras movía su pierna izquierda a duras penas.

"¡Alice! Me subí a un avión solo por venir a verte, y tu, ¡Me recibes con el látigo de
tu desprecio!".-Gritó de manera dramática poniendo una mano en su frente. Y en
cuanto Alice sintió que su agarre había disminuido, dando un pequeño salto se zafó
y llegó a nuestro lado.

"Ese tipo tiene problemas de salud mental".-En cuanto dijo eso, Bella y yo la
miramos con la ceja levantada, era increíble que ella estuviera diciendo eso.-"Al
igual que todos en esta habitación, excluyendo a Bella y a mi".-Añadió ignorando
nuestras caras de duda.-"En fin, lo bueno es que ya estás aquí".-Finalizo soltando un
suspiro y poniendo sus manos en su cintura.
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"¿Cómo dices que me viste en el aeropuerto?".-Pregunte acercándome a su oído ya
que el ruido que los demás hacían era en verdad excesivo.

"¿¡Vas a tomar un barco en el puerto?".-Preguntó asustada, mal entendiendo lo


que acababa de preguntar.

"¡No!".-Terció Bella irritada.-"Te pregunta que como fue que lo viste en el


aeropuerto".-Aclaró elevando un poco su voz para que Alice la entendiera mejor.

"¡Tu también te irás al puerto!".-Exclamó Alice con lágrimas en sus ojos.-"¿Cómo


se irán sin mi? ¡Malditos!".-Chilló antes de darme una bofetada tan fuerte que hizo
que girara mi cabeza.

"¡Alice! ¡YA BASTA TODOS!".-Gritó Bella con una potencia de voz que no tenía
idea que podía alcanzar.-"Quiero que se callen, o se larguen".-Sentenció logrando
que todos la miraran con ojos suplicantes y se sentaran donde pudieran.-"Bien,
agradezco que hayan venido a salvarme o lo que sea a lo que hayan
venido".-Comenzó a hablar.-"Emmet, deja de molestar a Rosalie, Jasper, supéralo, si
Alice no te quiere ahora no te querrá nunca".-

"¡Cállate!".-Pidió Alice atrás de nosotros saliendo disparada hasta donde estaba


Jasper, lo tomo en sus brazos y le dio un suave beso en sus labios.-"Estaba
estresada, no quería gritarte".-Explicó mientras le acariciaba.

"Me has hecho esperar bastante".-Contestó Jasper volviendo a su tranquilidad


habitual.

"Tendré que recompensarte por eso".-Dijo Alice tomándolo de la mano y haciendo


que se parara, caminaron hacia la salida pero antes de salir por la puerta, Alice le
dio un beso en la mejilla a Bella y susurró algo que no pude entender a lo que Bella
solo sonrió y murmuró un gracias.

"Bien, si ella se va también lo haré yo".-Anunció Rose poniéndose de pie, camino a


la salida pero se detuvo al ver que no la seguía Emmet.-"Osito, vámonos".-Lo llamó
en un tono tan dulce que pude ver como su rubio cabello salían chorros de miel.

Como un niño pequeño, Emmet se incorporó de un brinco que casi choca con la
lámpara, y siguió a Rosalie como un pequeño cachorro.

"Suerte, Bella".-Dijo Rose antes de salir.

"Me dan pena nuestras amistades".-Confesé a Bella después de que Emmet y


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Rosalie abandonaran la casa.

"Lamento informarte que la mayoría son tus amistades, la única amiga que tengo
es Alice, y ella es normal comparada con el resto de tus amigos".-Contestó con una
leve sonrisa bailando en sus labios. Me miró un momento, respiró y comenzó a
hablar.-"Nana, agradezco tanto que estés aquí, tal cual como lo estuviste en la peor
noche de mi vida, nunca me abandonas".-Su nana se había acercado a ella y ahora
pasaba su mano por el cabello de Bella.-"Has sido la mamá que se marcho cuando
empezaba a vivir, me has defendido, criado y amado".-A estas alturas Anita estaba
hecha un mar de llanto.-"Pero esto es algo que tengo que hacer sola, ya no soy una
niña de diez años indefensa, ahora, gracias a ti, se cómo defenderme y luchar por mi
y lo que quiero".-Terminó su platica abrazándola fuertemente y dándole un beso en
la mejilla.

Una vez que Anita salió de la casa se hizo un silencio sepulcral, solo quedábamos
el Sr. Swan, Charlie, Bella y yo.

Nadie se atrevía a decir la primer palabra, todos nos miramos por centésimas de
segundo, luego desviábamos la vista. Sentí como Bella tomaba aire y se giraba hasta
darle la espalda a su abuelo y dándolo la cara a Charlie.

"Entonces, ya casi serán los cinco de la tarde. ¿Has decidió algo?".-Preguntó


dejándonos completamente atónitos.

¿De qué estaba hablando?

Bella POV

"Tienes a Edward, eres fuerte. No me necesitas aquí, suerte Bella".-Susurró Alice


a mi oído antes de salir por la puerta principal.

Alice tenía razón, yo era fuerte podía hacer esto aunque me estuviera hecha un
manojo de nervios por no tener la más remota idea sobre cómo manejar esta
situación; tenía a Charlie en mis manos, podría lograr que pusiera como mi tutor a
mi abuelo con tan solo decirlo, pero ¿era eso lo que quería?

Estaba cansada de que la gente me tratara como un objeto al cual podían comprar,
vender, regatear, y ahora yo estaba haciendo lo mismo conmigo, solo que de una
manera más inteligente y sin utilizar dinero.

Toda mi vida soñé con el día con el que iba a ser independiente, y no tendría que
esperar a nuevos tutores; solía pasar horas imaginando cuando volviera a Forks,
- 250 -
para restregarle a Charlie mi libertad y venir a ver su miseria en lo que se había
convertido su vida.

Todas las noches antes de dormir, imágenes del suicidio de mi mamá me


golpeaban y siempre me quedaba dormida con la ilusión de este día, donde
regresaría más fuerte que nunca, sería independiente y segura. Le haría justicia a la
muerte de mi mamá.

Pero la vida es irónica.

Lo que se supone que son los golpes de la vida, que te deben hacer alguien fuerte,
conmigo solo sirvieron para hacerme alguien insegura, llena de miedos, y soledad.
Es gracioso como la gente espera que seas alguien así, siempre aplauden a la gente
con más carácter y que son seguros de sí mismos.

Pero yo creo, que todos lo somos muy adentro, solo se necesita que la situación lo
demande, y todos podemos ser fuertes y después de que nos hayamos caído tanta
veces, aprenderemos a levantarnos cada vez, con la frente en alto y la barbilla
alzada; aprendiendo de cada caída como poder esquivar el siguiente obstáculo, o
como hacer la caída menos dolorosa.

La vida nunca será sencilla, pero es justamente eso lo que la hace interesante y
que hace que valga la pena vivirla. Sin dolor, no sabríamos que es el placer. Sin
llanto, no sabríamos que se siente reír. Sin rechazos, no sabríamos lo que se siente
ser aceptado. Sin odio, no podríamos saber lo que se siente ser amado.

Así que, a pesar de que me habían lastimado de miles de maneras, me habían


hecho caer, y reído al verme en el suelo; les agradezco que lo hayan hecho, ya que
gracias a ellos, son quien soy ahora, mucha más fuerte, más segura, mas astuta, más
inteligente, más resistente, una verdadera sobreviviente. Porque al hacerme caer,
me hicieron levantarme.

Aunque cada día extrañaba a mi mamá, a pesar de que nunca tuve un consejo
cuando no sabía qué hacer en una situación complicada, nunca tuve un regaño que
no fuera por mera preocupación, jamás volví a sentir sus brazos abrazándome
cuando pasaba por la pubertad y no tenía la más remota idea quien era, a pesar que
envidiaba a mis compañeras de escuela que me envidiaban por todo lo que tenía,
ellas tenían algo que yo jamás podría recuperar, una mamá que las esperaba con los
brazos abiertos al regresar de la escuela; a pesar de todo esto, no tener mamá, un
padre que me abandonó y un abuelo ausente, me habían hecho lo que soy hoy, y
estaba decidida a que el sufrimiento causados por ellos, desaparecería cuando yo
decidiera dejarlo en el pasado, donde pertenecía.
- 251 -
Escuché levemente el adiós de mi nana después de pedirle que me dejara hacer
esto sola, estaba lista para demostrarles que no era una muñeca de porcelana, que
podía defenderme.

El silencio se me antojo eterno y a la vez en un pestañear, yo estaba viendo de


cara a Charlie, le había preguntado qué es lo que decidía y me miraba suplicante.

"Bella, ¿Por qué no me dejas arreglar esto a mi?".-Preguntó mi abuelo mientras se


acercaba un poco a mí.

"No".-Contesté tajante.-"Ya hablaré contigo después".-Aclaré sin siquiera dirigirle


una mirada, escuché como regresaba al sillón y se sentaba.

"Oh, lo sentimos tanto".-Se escuchó una voz proveniente del piso de arriba.-"¿Ya
todos se fueron? Supongo que también nos iremos nosotros".-Dijo el Sr. O'Connell
tomando de la mano de Ben, los dos sonriendo y chupeteados.-"Estábamos tan en
nuestro mundo que no escuchamos el silencio".-Explicó coquetamente.

"¿James?".-Preguntó mi abuelo, logrando que el aludido se pusiera como piedra al


oír su voz.-"¿Qué significa esto?".-Cuestionó mi abuelo.

"¡LA VENA!".-Chillamos Edward y yo al momento de notar su vena a punto de


reventar, de lo hinchada que estaba.

"Tranquilízate, William".-Dijo James.-"Tu ya lo sabías, no tiene nada de


sorprendente, aunque nunca te lo dije, lo sospechabas. Ya hablaremos de eso
regreso así".-Pidió siguiendo bajando las escaleras como si nada había pasado,
después salió de la casa dejándola de nuevo en un silencio completamente anormal.

"Isabella".-Comenzó a hablar Charlie al ver que mi abuelo se mantendría al


margen de esto, y que ya no tendríamos más interrupciones.-"Siempre supe, desde
el primer instante que tu muerta madre me dijo que estaba embarazada que serías
un dolor de cabeza para mí; nunca me equivoque, los escasos momentos que pase
contigo, deseaba que tu madre te hubiera llevado con ella".-Sus palabras dolían,
ningún hijo debería escuchar esas palabras de sus padres, no importaba cuanto se
odiasen, un padre es un padre.-" Lo único bueno que pudo haber salido de ti, fue el
dinero que tu abuelo pago para poder tenerte".-A estas alturas ya no lo estaba
escuchando, no me importaba que tuviéramos un trato, ni me importaba actuar
infantilmente, quería venganza, no importaba de que tipo, pero al parecer Edward
pensaba lo mismo, porque apenas había pestañeado y ya se había abalanzado en su
contra dándole un buen derechazo en su mandíbula.

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Normalmente, iría a separarlos, pero era la exacta distracción que necesitaba, así
que subí corriendo a mi habitación y tome mi celular, mi laptop los metí en una
mochila y baje corriendo de nuevo.

"Edward, nos vamos".-Anuncié tomándolo del cuello de su camiseta, logrando que


se incorporara.-"Tenemos una cita con los habitantes de Forks".- Añadí con una
sonrisa maliciosa antes de comenzar a correr por la calle.

"¿Me puedes explicar qué demonios está pasando?".-Preguntó Edward corriendo


atrás de mí.

"Tengo un plan, tu solo no te alejes de mi".-Pedí entrecortadamente ya que a mis


pulmones les costaba respirar debido a la velocidad que llevaba. Escuché los gritos
de Charlie llamándome, y los de mi abuelo también, pero no me detuve, ni mire
atrás. Nunca jamás lo haría.

Dimos varias vueltas para alejar el auto de Charlie que nos venía siguiendo desde
dos cuadras atrás, y cuando por fin pensamos haberlo perdido nos dirigimos al
kiosco que estaba en el centro de la pequeña plaza del centro de Forks.

Le di instrucciones a Edward sobre como conectar los cables a los altavoces que
se encontraban en el techo del kiosco, mientras él lo hacía yo me encargaba de
conectar la laptop y tener lista la grabación que haría la vida de Charlie miserable e
inimaginable.

"Listo".-Anunció Edward una vez que llegó a mi lado.-"Sigo sin entender nada,
pero hice lo que me pediste".-Confesó poniendo sus manos en mis hombros.

"Lo entenderás".-Contesté esperando divisar el coche de Charlie cuando diera


vuelta en la esquina y tener todo listo.-"Solo es cuestión de segundos".-Añadí con
tono de mafiosa, dándole el toque de una película de acción.

"Y era yo el que quería hacer todo una película".-Dijo rodando los ojos.

"La diferencia, es que mi película es de acción, y la tuya una comedia


romántica.".-Conteste sin prestarle demasiada atención.

"Bella".-Intentó decir algo Edward, pero lo calle al instante que vi el coche de


Charlie dando vuelta.-

"Aquí viene".-Susurré mientras entrecerraba los ojos para darle un mejor enfoque.

- 253 -
Al mismo tiempo que Charlie aparcaba, otro auto negro llegó atrás de él, y cuando
se bajo pude ver que era mi abuelo que lo seguía.

"Así que Charlie".-Grité para traer su atención.-"¿Tienes lo que


acordamos?".-Pregunté bajando las escaleras del kiosco.

Charlie se detuvo y comenzó a buscar lo que supuse que sería mi acta en su


chaqueta, después de unos minutos, saco un papel hecho bolas y lo arrojo al suelo.

"Solo falta el viejo que la firme".-Dijo arrastrando cada una de sus palabras con
odio y rabia.-"Así que ahora, me entregas la cinta".-Exigió con nerviosismo al ver mi
laptop conectada a los altavoces del kiosco.

No dije nada y me acerque a levantar el acta que estaba en el suelo. La abrí y


verifique que todo estaba en orden. Charlie era tan estúpido, en verdad creía que no
me iba a dar cuenta que era una copia.

"Edward, pulsa play".-Pedí volviéndole a arrogar el acta.-"Quiero la original,


papi".-Dije con un tono fingido de dulzura.

"No lo sé, unos años después de que tu madre muriera, todo se salió de control, no
se supone que nadie se enterara de que me gusta ese tipo de cosas".-Ahora la voz de
Charlie inundaba las tranquilas calles del centro de Forks.

"¡Basta!".-Rogó Charlie al notar como todos en la calle lo miraban


curiosamente.-"Mira, tengo la original en el auto, solo para y te la daré
enseguida".-Le hice una señal a Edward para que la pausara.

Después de unos momentos regreso Charlie con la acta en una carpeta tamaño
oficial, y me la dio en la mano.

"Aquí tienes".-Dijo antes de verme a los ojos.-"Tienes la mirada de tu madre,


¿sabías?".-Añadió con un nudo en la garganta que hacía que su voz se escuchara
rota.

"Entonces, recuérdalos bien porque será la última vez que los veas".-Contesté
fríamente. Me di la vuelta, y comencé a desconectar todo; tenía planeado ponerlo
todo, aunque ya tuviera el acta original en mis manos, quería que tuviera que dejar
Forks y empezar una vida desde cero, tal y como yo lo tuve que hacer, pero me di
cuenta que soy mejor que eso. Tengo lo que siempre quise, mi libertad y eso era
suficiente por ahora.

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Lo que Charlie me hizo pasar no se lo desearía a nadie ni a mi peor enemigo, en
este caso el mismo, entonces no le haría lo que él me hizo. Ni siquiera se merece
eso.

En casa de Charlie

"¡Basta abuelo! No te voy a explicar nada, ni te voy a dar mi acta".-Repliqué


exasperada en la sala de la casa de Charlie, ya tenía mis maletas en la planta baja
lista para largarme de aquí. Aun no sabíamos a donde iríamos Edward y yo, por lo
pronto regresaríamos a casa, por sus pertenencias y para que pudiéramos tener un
plan más seguro.

"Aun eres menor de edad".-Argumentó mi abuelo, de nuevo.

"Si, y que lo hayas dicho siete veces va a lograr que te lo entregue".-Hice una
pausa después de haber cerrado la última maleta para dársela a Edward para que la
metiera al taxi que esperaba en la calle.-"Abuelo, entiéndelo. En un mes cumplo la
mayoría de edad, quiero vivir mi vida como siempre lo soñé, sin depender de algún
tutor que me este cuidando y diciendo que es lo que tengo que hacer".-Explique
pacientemente mientras esperaba sentada en la sala a que Edward me dijera que
estábamos listos para ir al aeropuerto.

"Ese no es el punto… Necesitas que alguien te cuide".-Comenzó a decir


nuevamente y aquí volvía con el sermón sobre que no se cuidarme sola y ese tipo de
tonterías.

"Abuelo".-Lo interrumpí.-"Me haces sentir como una pequeña niña hecha de papel,
o de cristal que puedo romperme con el mas mínimo soplo de viento, pero no lo soy.
Si hubieras estado conmigo por más de tres días, te podrías dar cuenta de eso. Si
hubieras estado cerca, podrías haberme conocido en verdad. Te agradezco que me
hayas alejado de Charlie, pero no que me hayas puesto en manos de desconocidos,
aunque gracias a eso conocí a Edward".-Al escuchar su nombre, mi abuelo hizo una
mueca notoria.-"Ah, quien por cierto, ha demostrado que en verdad se preocupa por
mí, y me ha apoyado incondicionalmente".- Puntualicé enojada.-"Y te guste o no,
Edward va a seguir conmigo".- Finalice mirándolo a los ojos, para que viera que no
había ninguna nota de duda en cuanto a mi relación extraña con Edward.

"Bella, el taxi espera".-Terció Edward apareciendo en la puerta principal.

"Adiós abuelo, me pondré en contacto contigo en cuanto llegué a donde sea que
vaya".-Dije antes de darle un beso en su mejilla.-"No te guardo rencor, siempre
fuiste bueno conmigo, pero es tiempo que yo abra mis alas y vaya a donde sea que
- 255 -
tengo que ir, como tú siempre dijiste. Voy a cumplir todos mis sueños, y te haré
orgulloso.".-Añadí al darme cuenta de la melancolía de mi abuelo.

"Serás grande Bella".-Contestó al fin de unos segundos.-"Te quiero".-Murmuró


antes de darme un suave beso en la mejilla.-"Cuídala".-Exigió a Edward, quien solo
asintió con nerviosismo.

Me levante del sillón y me dirigí a las escaleras.-"Espera un momento más,


Edward".-Pedí antes de correr a la puerta de mi cuarto, lo mire por última vez y
sonreí por mi infancia perdida y perdonada.

Me pare enfrente de la puerta del baño, y la abrí lentamente.

"Siempre te extrañare, mamá".-Murmuré al espacio vacío.-"Pero siempre te tendré


en mi corazón".- Continúe diciendo sintiéndome mucho más segura.-"Hasta pronto,
mami".- Concluí antes de cerrar la puerta.

Sentía como se me hubieran quitado 100 kilos de encima, quizá era todo lo que
alguna vez necesite, perdonar y perdonarme.

"Te quiero abuelo".- Dije antes de subirme al taxi junto con Edward.

Sonrió.

"Entonces, ¿A dónde vamos a irnos?".-Preguntó Edward como no queriendo la


cosa.

Lo mire confundida.

"Pensé que íbamos a casa por tus cosas".-Dije sin entender su pregunta.

"¿Quién necesita cosas?".-Cuestiono encogiéndose de hombros.-"Podre comprarlas


a donde sea que vayamos".- Contestó sonriéndome ladinamente.-"Escapémonos
Bella, dejemos todo esto lejos de nosotros y empecemos nuestra vida juntos".-
Propuso con una chispa de entusiasmo que nunca había visto.

Lo miré por unos segundos llena de dudas, y miedo. ¿Empezar desde cero? Lejos.

Estuve a punto de mandarlo por un tubo, cuando recordé que eso era justo lo que
quería. Una vida nueva, y que mejor que con Edward.

Tome aire lentamente, y pude ver que Edward había entendido cada una de mis
- 256 -
miradas, porque ahora sonreía ampliamente.

"Alice me va a matar".- Dije sonriendo nerviosamente.

Edward se abalanzo sobre mí antes de besarme lentamente, con una sonrisa que
no podía borrar de sus labios, al igual que yo.

"Tendrá que encontrarnos primero".

¡Colorín, colorado! Este cuento, casi ha acabado.

Les he dejado aquí el último capítulo de esta historia. Aún falta el epílogo, donde
verán a donde se fugaron los protagonistas y donde será su nueva vida.

Ahora, tengo varias cosas que decirles. Importantes, así que les pido que
sigan leyendo.

1.- Lo que pensaron que era lo que Charlie había hecho, se los dejo a su
imaginación. No lo puse, precisamente para que usted imaginaran lo que quisieran
(:

2.-Quise aprovechar este capítulo para trasmitirles algo que aprendí el tiempo que
estuve ausente; todo lo que dice Bella es cierto, no importa cuántas veces nos
caigamos, levántense de nuevo. Es lo único que les pido, nunca dejen que alguien
opaque esa luz con la que han nacido. Espero que a alguien le sirva todo esto.

3.-Para este capítulo me ayudo bastante la canción de Skyscrapper de Demi


Lovato, es algo parecido con el mensaje que intente trasmitir.

4.-¡Gracias! A todas, y cada uno de sus reviews que me han dejado a lo


largo de estos capítulos; si alguna de ustedes escribe, creo que entiende la
satisfacción tremenda que se siente que alguien te deje un comentario
positivo sobre lo que hacer, o incluso que te digan que es lo que hiciste mal
para que lo mejores. No he podido tener mejores lectoras que ustedes, y no
puedo creer que esto este terminando; esta historia me ha acompañado, en
los años más difíciles, he crecido junto con ella. Es real, si leen el primer
capítulo, y el último, podrán notar la diferencia en mi manera de
expresarme, he madurado y también lo hizo mi personaje. A todas ustedes,
gracias por no abandonarme aun cuando no daba señales de vida.

5.-¡No se libraran de mi así de fácil! He subido nueva historia, que muy pronto
tendrá continuación, es una comedia, ¡al igual que ésta! Para que no me extrañen.
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6.-Cambie de nombre, si, ahora será Anabella Dennet, es un nombre más personal
con el que me identificaran mucho más fácil. Nuevo nombre, mismo yo.

7.- Esto es lo último, les pido, que me dejen un review diciéndome que han
pensado del capítulo y de la historia completa, incluyendo a ellos que solo leen,
quiero saber su opinión. Quiero saber quienes la han leído.

Gracias,

Sin más, me despido.

Las quiere,

Anabella Dennet

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Epilogo: Por siempre

Epílogo- ¡Porque lo digo yo!

Por siempre

Los personajes no me pertenecen, pero la historia es producto de mi imaginación.

1 AÑO DESPUÉS

Edward POV

Bella estaba perdiendo la cabeza, después de haberle puesto sal al café en lugar
de azúcar había cocinado para desayunar unos panqueques con aceite de oliva.
Temía seriamente que si Bella continuaba con ese estado de nerviosísimo que había
tenido desde la semana pasada, comenzaba a pensar seriamente que tendría una
visitar pronta al hospital más cercano.

"Bella, Bella".- La llamé por tercera vez.-"Tienes que tranquilizarte".- Pedí


mientras caminaba atrás de ella por todo el apartamento. Y como las otras veces
solo me gane una mirada de reproche y silencio.

Me detuve solo cuando Bella entró al baño principal y me azotó la puerta en las
narices. Rodé los ojos ante su reacción, después de cinco minutos esperando a que
saliera me dio a entender que no pensaba hacerlo por un buen rato, por lo que
decidí arreglar un poco el desastre que Bella había causado en la cocina.

Después de un año, Bella había decidido que quería aprender a cocinar cuando era
algo que odiaba y siempre estaba más que dispuesta a pedir algo o ir al restaurante
en la esquina de la calle donde vivíamos. Tenía una semana intentando cocinar
diferentes recetas, desde unos simples huevos hasta un ceremonioso pato a la
naranja. Ambos sin éxito alguno. A los huevos los había dejado sin cocer y con
exceso de sal, y el pato... Terminó con un par de naranjas enteras en sus intestinos.

Y lo más raro de todo, era que Bella no me había dicho el motivo por el cual estaba
así, no estaba en su período, (llevo la cuenta de este para saber cuando no debo

- 259 -
hacer broma alguna) y tampoco era el calor que hacía en la ciudad ya que había un
frente frío y no hacía nada más que llover.

Seguí con mi tarea de arreglar la cocina mientras me partía la cabeza imaginado


que podría ser lo que molestaba a Bella. Una vez que había terminado me dirigí a la
habitación para cambiar mi pijama por unos pantalones de mezclilla y una camisa
sencilla. Desde hace unos meses que había renunciado a cualquier victoria o con mi
cabello, por lo que ya no me molestaba siquiera en peinarlo.

Me giré para volver a la sala cuando me tope con los ojos firmes de Bella. Estaba
decidida a decirme que es lo que estaba pasando. Con la mirada me indicó que me
sentara, así lo hice y me preparé para lo peor.

Bella suspiró y se paro enfrente de mí mirándome con una mirada que anunciaba
lo peor, ¿iba a terminar conmigo? Pase saliva notoriamente y observe como una
sonrisa fugaz cruzaba sus labios.

"Estoy embarazada".- Anunció dejándome en blanco. ¡No podía ser eso cierto! La
miré esperando ver que se partiera de risa, pero sus ojos se mostraban tortuosos
esperando una reacción de mi parte.

Duré sin moverme un rato hasta que sentí que Bella comenzaba a alejarse de la
habitación fue cuando me levanté y corrí para abrazarla por la espalda.-"Todo va a
estar bien".- Dije con voz áspera debido al largo rato que dure en silencio.-"Vamos a
salir adelante, yo trabajaré doble turno para que tú puedas terminar de estudiar...".-
Continúe diciendo para después callarme cuando sentí como el cuerpo de Bella se
movía como si estuviera llorando.

La giré para poder abrazarla mejor y me llevé tremendo chasco al ver que no eran
lágrimas lo que corrían por sus mejillas, sino que una enorme sonrisa iluminaba su
rostro. Al ver mi expresión de confusión Bella estalló en carcajadas, dejándome aún
más atónito.

"¿Colapso nervioso?".- Pregunté intentando adivinar que es lo que le pasaba a


Bella y porque estaba partiéndose de risa en mi cara.

"Tu cara".- Logró decir entre una de las carcajadas.-"Eres tan lindo".- Añadió una
vez que las carcajadas habían cesado y ahora solo limpiaba las pequeñas lagrimas
que adornaban sus hermosos ojos.

"¿Gracias? Pero, ¿a qué se debe que sea lindo?".- Cuestione comenzándome a dar
cuenta de las intenciones de Bella.
- 260 -
"No estoy embarazada".- Dijo un poco más seria.-"Pero es peor".- Anunció soltando
un suspiro.-"Lamento haberte hecho pasar por tantas cosas esta semana, créeme la
mayoría fueron sin intención".- Comentó sonriendo fugazmente.-"Tendremos visita
este viernes".- Finalizó mirándome con terror en los ojos.

Pero nadie sabía donde vivimos. Literalmente pude entender porque el


comportamiento de Bella esa semana y en cierto modo la juzgue por no haber hecho
mil cosas peores; esto significaba que su abuelo y el resto de nuestra vida antigua
nos había encontrado. Ambos sabíamos que este momento, eventualmente llegaría
pero siempre que alguno de los dos tocaba el tema, el otro lo desviaba cambiado el
punto de conversación a algo completamente distinto. Por lo cual ahora, habíamos
durado 45 minutos sin hablar una sola silaba y mi garganta estaba cerca.

"¿Cómo...?".- Comencé a preguntar pero no pude continuar debido a que mi voz


sonaba mas como un graznido que mi usualmente sexy voz. Rodé los ojos ante mi
comentario ego centrista, Bella tenía razón y necesitaba una seria cantidad de
humildad, algo que era proporcionado por Bella y sus comentarios sarcásticos.

"Alice".- Se limitó a contestar Bella, y con eso era suficiente para una explicación.
La pequeña Alice juró encontrarnos el día que se dieron cuenta de nuestra fuga; lo
recuerdo tan bien, su chillona voz con la palabras altisonantes a través del auricular
del celular de Bella.

"Ella nos encontró".- Dije finalmente con un suspiro largo y pesado. Tendríamos
que dar tantas explicaciones a tanta gente.

"No es como si nunca fueran a encontrarnos; tarde o temprano lo harían, además


de que yo también extraño mi vida, no la parte de los tutores molestos".- La miré
fulminante en la última parte.-"Pero si a mis amigos, como me divertía".- Confesó
con voz baja.-"Tal vez sea tiempo de volver".- Comentó en voz aun más baja, como si
fuera un pecado decirlo en voz alta.

"¿Y abandonar lo que hemos construido aquí?".- Cuestione ofendido; yo había


renunciado a todo por estar aquí con ella, y ayudarla a superar su pasado y ahora
ella, ¿quería tirar todo a la borda?- Renuncié a mi familia, mi trabajo, mis amigos, mi
seguridad, todo. Renuncie a todo por empezar desde cero contigo, dos vidas nuevas
donde estaríamos solos los dos".- Espeté con los dientes apretados.

"Y ha sido maravilloso, Edward".- Contestó Bella acercándose a mí.-"Hemos


crecido como personas los dos, juntos que era lo principal en este plan; no quiero
seguir ocultándome de mi pasado, Edward. Mi pasado es quien me forma en el
presente, y quizá no haya sido perfecto, y tal vez tuvo muchos defectos, pero es mío
- 261 -
y me ha traído hasta aquí, me ha hecho lo que soy, por lo que no cambiaría ni un
solo segundo de lo que he vivido".- Finalizó intentando acercándose a mi
lentamente, sus palabras eran ciertas pero aún así me dolía que quisiera abandonar
nuestra vida que habíamos creado juntos, por lo que me aleje de ella.

Pude ver el dolor en sus ojos al ver que me aleje de ella cuando intento
tocarme.-"No puedes pedirme esto".- Contesté extremadamente molesto tomando mi
chamarra junto con las llaves del auto y salí disparado del apartamento dejando a
Bella con lagrimas en mis ojos. Los dos estábamos siendo egoístas, ella por pedirme
que dejara la vida que amaba, y yo por no entender que Bella no podría ser solo mía
por siempre. Azoté la puerta del auto y me dirigí a un restaurant que quedaba
bastante retirado del vecindario donde vivíamos; una vez que había llegado me
senté y ordene un agua fresca.

Y así pasó una semana, en las cuales después de salir del trabajo me iba a sentar
en la misma mesa, y no regresaba hasta entrada la noche cuando Bella ya estaba
dormida, y lo único que podía hacer era llorar en silencio al ver sus ojos rojos e
hinchados con la almohada húmeda por el rastro de sus lagrimas derramadas.

Me sentía como la peor mierda del mundo, pero me era demasiado difícil
contemplar la idea de volver a nuestras vidas que eran bastante aburridas para ser
honestos. Me hinqué a su lado y contemplé su cara como si fuera la primera vez que
lo hacía.

"Alice, ella es la mejor amiga de mi nieta Bella".- Había dicho el Sr. Swan para
iniciar con las presentaciones de costumbre. Recordé como me había caído el balde
de agua fría sobre mí al darme cuenta que a la que debía cuidar era esa creatura de
ojos cafés, pensé que tendría que ser su amigo y termine siendo su novio. Desde
aquél día cada una de las caras, gestos que Bella hacía habían aparecido en mis
sueños y se habían marcado en fuego en mi memoria por la eternidad.

Mis manos comenzaron a picar justo como aquella vez que fui atrás de ella y
hablamos por unos segundos en el jardín trasero; esa insistente necesidad por estar
tocando su piel, solo para sentir que ella es real.

¿Aburridas? ¿Nuestras vidas aburridas? ¿Cómo osaba si quiera pensar eso? Si


durante las primeras semanas no hice nada más que terminar embarrado con algo y
regañado por su paciente nana. Ella lograba sacar lo infantil de mí, lo cual tenía
bastante olvidado; había olvidado lo que era hacer algo solo por querer hacerlo y
divertirse.

El humor de Bella solo mejoraba cuando yo dejaba de molestarla, pero eso se fue
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al caño cuando su abuelo decidió que era tiempo de dejarnos solos y que él tendría
que regresar a sus viajes; fue ahí cuando, al no tener supervisión alguna, la
verdadera guerra se desato.

Cada minuto con Bella, era un golpe bajo a mi ego y a mi autoestima. Siempre
tenía alguna crítica sobre mi aspecto, ¿Cómo poderle regresar esos golpes cuando
ella no tenía ni un solo defecto? Alguna vez llego a bañarme a baldazos solo porque
insistía en que olía mal, la segunda vez terminó lazándome líquidos pegajosos y
frutas en pedazos.

Sus pruebas a mi salud mental dejaron bastante afectadas, sin mencionar unos
cuantos kilos demás debido a las múltiples noches comiendo pastel de chocolate,
que parecía ser la única obsesión de Bella; después, dejo más que uno que otro
moretón en mi cuerpo al intentar hacer el papel de la damisela en peligro
lanzándose del balcón.

Aún podía sentir el escalofrío que recorría mi cuerpo cada vez que Bella estaba
demasiado callada, o su mirada tenía ese brillo especial de que traía algo entre
manos, y lo peor de todo, después de un año, sus bromas no cesaron, ni cesarán.

Me hizo sentir como un chiquillo en más de una ocasión, como un adolescente


lleno de hormonas las cuales no podía controlar; llegué a pegarle a un verdadero
adolescente solo porque ella bailaba con él, llegué a dejarle saber que no podía
tomar dos cervezas sin que todo mi mundo comenzara a girar.

Me hizo entrar a un sex-shop, aunque en realidad esa no fue del todo su culpa, y
termine divirtiéndome bastante; como cada momento que pasaba a su lado. Me
había dado un verdadero motivo para creer que la vida era divertida y que valía la
pena vivirla al máximo. Ella ere un dilema, un dilema sin el cual no podría vivir.

Recordé nuestro primer beso tan inusual en un estadio de beisbol forzados por la
enfurecida multitud, ambos con diferentes parejas; sonreí el recordar como en mi
mente lo único que pude pensar fue nunca le dejes ir. Y no lo hice, aunque de ahí
faltaba mucho camino para que estuviésemos juntos.

Hicimos apuestas tontas y ella perdió, solo porque yo hice trampa. Hice una
mueca al recordar la semana pesada que le hice pasar con tantas bromas, y el
tortuoso recuerdo de su venganza poniéndole laxantes en nuestra comida a Victoria
y a mí.

¿Victoria? ¿Qué habrá sido de ella? No importa.

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La miré nuevamente, observando cada rasgo de su delicada cara que tenía tan
bien memorizada. Volví a hacer una mueca al recordar la vez que la llame fenómeno
provocando que Bella se derrumbara y que Alice me insultara con su repleto
repertorio de palabrotas.

Después de aquella vez, juré que jamás seria el culpable por la cual Bella lloraría.

Y véanme ahora, recordando mi vida de un año y aun la hice llorar; eso no estaba
bien. El día cuando tomamos la decisión de huir, en el avión me hice la promesa a
mismo que haría cualquier cosa por la felicidad de Bella, y ahora se la estoy negado.
Si Bella quiere regresar, regresaremos.

Deposite un beso en su frente y me acosté en mi lado de la cama. Mañana hablaría


por ella en cuanto despertara, era hora de volver.

Bella POV

Abrí mis ojos lentamente al sentir la molesta luz del sol entrando por la ventana y
pegándome de lleno en la cara. Sentí mis ojos tan pesados que me costaba trabajo
mantenerlos abiertos, me quite con los dedos las lagañas que se formaron debido al
llanto de la noche anterior.

Me giré y visualice a un Edward durmiendo plácidamente a mi lado, con su


armoniosa cara en completa paz, sin algún motivo que lo molestara; recordé cuantas
veces sentí seguridad al solo contemplarlo, o oír su voz solo con saber que él estaba
cerca de mí.

Sonreí volviéndome a acostar a su lado, esta vez quedando frente a frente.


Recordé el día que comencé a confiar en él, después de haberme llamado fenómeno
me abrí por completo a él, le conté mis traumas y miedos debido a una terrible
infancia. Por supuesto, al día siguiente lo había arruinado haciéndome un montón de
bromas e ignorándome por la muñeca con un incendio en la cabeza.

Nuestro primer beso tan original, tal y como era nuestra relación. Hubiera
deseado que Edward me hubiese besado cuando él quisiera y no porque una
multitud aventando restos de comida lo exigía. De cualquier manera, sería una
anécdota divertida de narrar a mis futuros hijos y nietos.

Rodé los ojos ante la peor locura que alguna vez invente, creer que el Sr.
O'Connell había abusado de mí, fue una alucinación creado por mi subconsciente
traumatizado por la película que habíamos visto; ese era un motivo para que
cualquiera saliera corriendo juzgándome de una loca demente, pero no Edward, el
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solo rodó los ojos ante mi exceso de imaginación.

Solté una pequeña carcajada al recordar la escena que habíamos protagonizado en


aquel karaoke junto con James bailando al ritmo de la pegajosa canción. Esa había
sido la vez que más había estado cerca de él, y como de costumbre Edward lo volvía
a arruinar llamándome chiquilla inmadura.

Sonreí con añoranza al recordar a mi hermano y a su espectacular Rose. A ambos


los conocí por un par de horas y los quería como si hubiera crecido a su lado, ese
había sido el mejor día, porque después de toda la diversión que habíamos logrado,
Edward había confesado sus sentimientos de la mejor manera, cuando estuve a
punto de morir.

Si es que alguna vez regresábamos a nuestra vida anterior, tendríamos que


regresar a esas cabañas donde pasamos los dos días más espectaculares, los dos
acostumbrándonos a la compañía del otro sin hacer bromas pesadas y sin una lucha
por tener el poder. Ambos habíamos cedido. Pasé mi mano por su enredado cabello
y mi sonrisa de ensancho.

Pero fue borrada inmediatamente ante el recuerdo de lo que sucedió cuando


habíamos regresado y el drama que continuo una vez que Charlie me había alejado
de su lado. Había escuchado que Charlie tuvo que dejar Forks a pesar de que no fui
yo la causante, al parecer alguien más sabía de su sucio secreto y lo hizo público.

Karma.

Me salí de bañar para después cambiarme con unos jeans sencillos y una camisa
blanca; le deje una pequeña nota a Edward indicándole que había ido al
supermercado a comprar un par de cosas para la cena de la noche.

El sol había regresado a alumbrar la ciudad después de un par de días de intensa


lluvia y nubles; el aire fresco me ayudo a aclarar mi mente, yo era de las que creía
que si tenías un lío en la cabeza, nada como una caminata en la tarde con el aire
fresco para encontrar la solución.

Había pasado tantas cosas en dos años; la primera parte fue cuando aprendí a
conocerme y a crecer al lado de Edward; el resto sucedió en el año que teníamos
viviendo aquí. Habíamos formado una especie de tregua, aunque eso no excusaba
que jugáramos una que otro broma pesada al otro, eso solo hacía las cosas más
interesantes; hace un par de semanas que traía una idea en la cabeza, en un par de
meses cumpliría 20 años y quería empezar como una nueva etapa, le tercera etapa
de mi vida. Donde tendría a mis amigos y a Edward, a los dos juntos.
- 265 -
Pero a Edward no le parecía la idea del todo, y me lo había dejado muy claro al no
haberme dirigido la palabra en la última semana; suspiré pesadamente mientras
hacía fila para pagar los productos que iba a adquirir. Tenía que encontrar una
manera de convencer a Edward de regresar.

Regresé al departamento con un par de bolsas lo suficientemente grandes para


hacerme tener que caminar con extremo cuidado y no perder el equilibrio. Abrí la
puerta y las bolsas se cayeron debido a la sorpresa. ¡Edward estaba desnudo! Lo
único que tapaba cosas que no puedo describir aquí, era un ramo de flores blancas.

"¿Qué estás haciendo?".-Pregunté con voz baja mientras levantaba mis cosas.

"¿Necesitas ayuda?".- Cuestionó Edward acercándose a mí.

"¡No!".- Chillé al ver que amenazaba con bajar las flores.-"Ya lo tengo gracias".-
Agregue para después dejar las cosas en el sillón de la sala. –"¿Qué estás
haciendo?".- Repetí mi pregunta cruzando mis brazos.

"¿Tregua?".- Anunció en forma de pregunta.-"He sido un estúpido la última


semana, tengo tanto miedo de perderte".- Explicó mientras se acercaba a mi.-"Pensé
que si regresábamos nuestra vida aquí juntos se iría al demonio, y tú me
cambiarías".- Confesó sentándose en el sillón aún con las flores entre sus piernas.

"Eso no puede pasar".- Contesté sentándome a su lado.-"No hay ninguna manera


en la que tú me puedas perder; eres lo mejor que me ha pasado, pero no podemos
dejar de vivir nuestras vidas y vivir en esta fantasía que hemos creado tu y
yo".-Aclaré acariciando su cabello.-"Esta vida, es la perfección".- Concluí besando su
mejilla.

"Lo sé".- Contestó girándose para verme a los ojos.-"¿Pero…?".- Agregó.

"Pero es tiempo de agregar este perfección a nuestras vidas; este año nos ha
fortalecido a ti y a mí; no hay una sola manera que algo nos pueda separar".-
Aseguré besando sus labios lentamente.-"A excepción que no quites tu desnudo
trasero del sillón".- Dije entre risas.

Edward sonrió y me beso nuevamente.

"Lo digo en serio".- Dije rompiendo el beso y poniéndome de pie.-"Como no te has


dignado a llegar a la casa esta semana, te aviso que hoy llegarán todos en un par de
horas".- Anuncie dejándolo con la boca abierta; tomé las bolsas y me dirigí a la
cocina.
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"¡Espera, espera!".- Exclamó Edward corriendo a la cocina.-"¿Quiénes son
todos?".- Preguntó.

"¡Edward! ¡Dejaste las flores en la sala!".-Chillé al verlo tal y como Dios lo había
traído al mundo.

Después de hacer una mueca graciosa combinada con horror subió a la habitación
a cambiarse para luego regresar vestido propiamente.-"¿Quiénes son todos?".-
Volvió a preguntar.

"Jasper, Emmet, Alice, Rose, Anita, mi abuelo, James y su nueva pareja".- Contesté
distraídamente mientras acomodaba diferentes cosas en las repisas de la
cocina.-"Como dije, todos".- Repetí una vez que había terminado de arreglar.

"¿Planeas meter ocho personas en un departamento donde con trabajos dos


personas pueden convivir?".- Cuestiono mientras se frotaba la frente con sus
dedos.-"¿Cómo va a ser eso posible?".

"No lo sé".- Contesté encogiéndome de hombros.-"Será divertido".- Añadí mientras


me comía una uva y lo dejaba hablando solo en la cocina.

3 horas después.

"Mueve tu trasero Cullen".- Espetó Alice quien se encontraba entre Emmet y


Jasper.-"No puedo respirar".- Agregó.

"Si muevo mi redondo y suave trasero no me podré sentar en este ridículamente


pequeño sillón".- Contestó apretando los dientes.-"¿Por qué no te sientas en las
piernas de tu psicótico novio?".- Cuestionó con extrema molestia.

"¡No es mi novia!".- Terció Jasper que no había hablado desde que habían
llegado.-"No desde hace una hora".- Completó.

"¡Su relación es un chiste!".- Exclamó Rose que estaba sentada en las piernas de
su novio y se le veía extremadamente enojada.-"Terminan una hora y a la siguiente
se aman con locura y pasión. ¡USTEDES SON EL CHISTE!".- Gritó Rose.

Jasper y Alice la miraron ofendidos.

"Rosalie, deja de moverte tanto ¡Me estás haciendo que se me duerman las
piernas! ¿Has aumentado de peso?".- Preguntó Emmet sonriendo con malicia
ganándose una bofetada de Rose.
- 267 -
"¡Dejen de moverse!".- Exigió Jasper en un tono muy femenino.

"¡Basta!".- Interrumpió mi abuelo que estaba sentado en uno de los sillones


individuales.-"Me están provocando dolor de cabeza".- Explicó con un tono de voz
más bajo y poniendo su dedo índice sobre su frente.

"¡Y a mí me saldrán hemorroides!".- Contestó una Alice muy enfadada.-"Usted muy


cómodo sin tener que sentir la respiración de otros tres seres humanos en tu cara".-
Añadió con rencor.

"Si, tres humanos y ¡un maldito duende!".- Chilló Rosalie.

Lo que siguió de la conversación es imposible de describir ya que no tenía idea de


que era lo que estaban articulando las cinco personas que estaban involucradas en
la acalorada discusión.

"¿No extrañabas esto?".- Preguntó James que se encontraba sentando en la barra


de la cocina junto con un completo extraño que no hablaba español.-"El sonido de
sus peleas sin sentido alguno".- Agregó para darle otro sorbo a su bebida.

Sonreí tiernamente mientras terminaba de poner las galletas en una bandeja que
no sabía que teníamos.-"Era lo que más extraño".- Contesté.-"Y ser parte de ellas".

"¿Y Edward?".- Preguntó.

"Fue a comprar la cena".- Respondí encogiéndome de hombros.-"Nunca podré


cocinar, ya me resigne".- Me reí abiertamente.

"¡BASTA! Rosalie, toma mi asiento".- Gritó Anita con tono de enojo.-"Emmet ponte
de pie, y se un caballero".- Pidió mi nana.

James, su novio y yo corrimos a ver la escena que estaba transcurriendo en mi


sala.-"Esto es épico".- Comenté sonriendo aun mas.

Emmet ahora se encontraba en sus rodillas rogándole a mi nana que lo dejara


sentarse, alegando algo que su dulce trasero estaría agradecido por siempre; mi
nana solo se limitaba a rodar los ojos. Mientras eso pasaba, Rosalie se sentó en el
lugar donde antes estaba su novio, acto seguido por Anita volviéndose a sentar
dejando a Emmet confundido y sin asiento.

"¿Qué fue lo que paso?".- Cuestiono rascándose el cabeza, confundido.-"¡Quiero


sentarme!".- Exclamó Emmet haciendo un pequeño berrinche. Rodé los ojos y reí,
- 268 -
había olvidado lo infantil que mi cuñado podía ser.

"¿Emmet?".- Lo llamé mientras colocaba la bandeja en la pequeña mesa de


centro.-"¿Quieres mi puff para sentarte?".- Pregunté sonriendo como si le hablaba a
un niño de cinco años; quien asintió vigorosamente y me abrazó.

"¡Eres mejor que toda esta bola de flojos!".- Gritó Emmet obteniendo que todos los
presentes rodaran los ojos.

El resto de la cena trascurrió entre codazos y maldiciones de los invitados, pero no


se había vuelto a soltar una discusión como la que Edward se había perdido, y ahora
todo comíamos en un silencio extremadamente incomodo.

"¡Te amo Alice Brandon!".- Gritó Jasper logrando que todos nos lleváramos un
chasco.-"¡No puedo estar un solo minuto más sin ti! ¿Se me novia de nuevo?".- Pidió
Jasper poniéndose en sus rodillas.

Alice no se esperó y se lanzo a los brazos de su novio besándolo como si no se


hubiesen visto en tres años.-"¿Una hora exacta?".- Preguntó Anita.

"Una hora exacta".- Contestó Rose distraídamente mientras daba otro bocado sin
darle mucha importancia.

"¿Cómo es la vida aquí?".- Preguntó mi abuelo.

Miré a Edward antes de contestar.-"Perfecta".- Dije sonriendo ganándome una


sonrisa ladina de mi novio.-"Nunca me había sentido mejor en mi vida abuelo; por
primera vez en mi vida tengo a alguien permanente a mi lado, no porque le pagan, si
no porque él quiere estarlo".- Comenté sonrojándome un poco mas.-"Abuelo, soy
feliz".- Terminé sonriendo aún más haciendo que los ojos de mi abuelo se llenaran de
lágrimas.

"Sin embargo".- Terció Edward.-"Creemos que es tiempo de regresar".- Anunció


haciendo que todos los presentes soltaran una exclamación de sorpresa.-"Este año
estando Bella ha sido perfecto, como ella dijo. Pero no podemos pretender que nada
mas existe, y ahora que somos más fuerte, estamos listos para regresar".- Explicó
Edward.

Alice abandonó los brazos de su bipolar novio y saltó sobre los míos.-"No tienes
idea lo espantoso que es ir de compras sin ti".- Dijo con lagrimas en los ojos.-"Nunca
me vuelvas a abandonar de esa manera".- Exigió limpiándose las lagrimas.

- 269 -
"Nunca".- Contesté sonriendo.

1 mes después (si, el tiempo pasa rápido en este capítulo)

"¡Edward Cullen!".- Grité saliendo de mi habitación solo con una toalla envuelta en
mi húmedo cuerpo, baje las escaleras rápidamente y me abalance sobre su
cuarto.-"Te dije que me ducharía yo primero, ¡Me has quitado el agua tibia!".-
Reclamé mientras golpeaba su puerta insistentemente.

"¿Qué pasa?".- Preguntó mi nana que había salido de la cocina.

"El estúpido de Edward me dejo sin agua para bañarme".- Espeté con odio entre
dientes.-"¡Esto no se quedará así!".- Amenacé contra la puerta.-"Nana, ¿Dónde están
las copias de las llaves del cuarto de Edward?".- Cuestione mientras me dirigía al
patio de lavado y comenzaba a llenar un balde con agua.

"En el garaje".- Contestó.-"¿Te la traigo?".- Se ofreció mi nana sonriendo en


complicidad.

"Tu si me entiendes".- Para cuando regrese al cuarto de Edward el balde además


de estar con agua helada, le había puesto todos los hielos que estaban en el
refrigerador.-"Gracias nana, ¿puedes abrir por mi?".- Le pedí ya que con trabajos
podía sostener el balde.

Entré sigilosamente al baño de Edward y sentí la nube de calor al entrar, ¡Maldito!


Y yo congelándome con agua fría, ya mismo el sabría lo que se siente. Sin pensarlo
dos veces abrí la puerta de la regadera, y le arroje el balde de agua.

"¡BELLA!".- Gritó Edward furioso después de recuperarse del impacto del agua
helada.-"¡Estás loca! Cogeré un resfriado".- Espetó metiéndose de nuevo bajo el
chorro caliente.

"¡Al igual que yo imbécil!".- Repliqué bastante molesta.-"Hicimos una tregua,


¿recuerdas? Me baño primero y luego tu".- Le recordé. Un mes, solo un mes
habíamos desde que habíamos regresado y las bromas pesadas se hacían presentes
cada día; mi abuelo nos había permitido vivir en mi casa, siempre y cuando cada uno
en su cuarto. Habíamos accedido para no tener que pagar renta y poder ponernos a
ahorrar para más adelante poder comprar nuestra propia casa.

Porque aunque no lo parezca, seguimos juntos y tengo la pequeña sospecha de


que seguiremos porque a pesar de que Edward sacaba lo peor de mí, lo amaba como
nunca pensé que podría amar.
- 270 -
Edward me sacó de mis cavilaciones cuando me tomo de la muñeca y me metió a
su regadera.-"¿Qué tal si mejor compartimos la ducha?".- Preguntó sin dejarme
tiempo de contestar porque me besó y nos quedamos así un buen rato.-"¿Sabes?
Este mes me he sentido tal cual cuando empezamos a vivir juntos, cuando yo era tu
tutor y tú me hacías la vida de cuadritos".- Comentó mientras besaba mis mejillas.

"Ahora que lo dices, tienes razón. Y me has hecho recordar algo".- Dije antes de
pegarlo contra la pared y aprisionarlo con mis brazos.-"No duraste más de seis
meses".- Confesé para después besarlo salvajemente.

"¿De qué hablas? Tenemos casi dos años juntos".- Respondió rompiendo el beso.

"Juntos, si".- Accedí.-"Mas como mi tutor solo duraste 3 meses".- Expliqué


sonriendo triunfal.

"Vaya, y en tres meses me enamoré de ti".- Agregó tomando mi cintura y


pegándome a él.-"¡Que poco original de nosotros!".- Añadió con dramatismo.-

"Somos un cliché".- Dije riendo abiertamente.-"Pero eres mi cliché favorito".-


Añadí mientras lo besaba tiernamente.

No pude terminar de besarlo porque Edward abrió la puerta de la regadera y salió


corriendo dejando un rastro de agua por donde pasaba; y en un parpadeo de ojos
estaba de vuelta en el baño, pero aun afuera de la regadera. Mi miró a los ojos y se
arrodilló.

¡No! ¿Edward se iba a proponer en un baño, desnudo y mojado? Eso sería original.

"Bella Swan, ¿te casarías conmigo? Para vivir el resto de nuestras vidas como el
más grande cliché que ha existido"- Preguntó dejándome sin aliento, y en parte se
debía a que había abierto la boca y algo de agua se había metido.-"Y si me permites,
intentar romper cada uno que se presente".- Añadió sonriendo.-"Oh, Bella ¿estás
llorando?".- Preguntó.

"No, son gotas de agua de la regadera".- Expliqué riendo tontamente. Me puse


seria inmediatamente al darme cuenta que no había contestado su pregunta.

"Bella, ¿te casarías conmigo?".- Repitió Edward abriendo la pequeña caja donde
estaba el anillo.-"Lo siento, la primera vez que lo pregunté olvide sacar el anillo".-
Explicó haciéndome estallar en carcajadas.

Me hinqué para quedar a su altura y tome su cara en mis manos.-"Eres la única


- 271 -
persona que me hace odiarlo un segundo, y al siguiente reírme a carcajadas. Eres la
única persona que me da ganas de pegarlo un puñetazo, y querer comerte a besos.
Eres la única persona, a la que le diría. ¡Carajo, si! ¡Si quiero!- Dije siendo invadida
por una emoción que nunca había sentido, lloré de felicidad, lloré en sus brazos.

Porque este no era un final, era el perfecto inicio para mí.

FIN

Se les informa que Anabella no quiere escribir esta última nota de autor en esta
historia, por lo que lleva media hora debajo de su escritorio.

(Suspiro) No sé por dónde empezar, esta historia ha sido todo para mí. Fue la
historia a la que recurría cada vez que necesitaba escapar unos momentos de la
realidad, sin embargo también fue la que me ayudo a comprender la realidad y que
me enseño a vivir en la delgada línea entre la realidad y fantasía.

Esta historia, fue yo. Porque crecí con ella. La empecé a los 16 años y la termino
casi a los 19. Y quizá no son tantos años de diferencia, no son los 912 días en los que
esta historia estuvo, si no lo que contiene cada uno de esos días, tantas enseñanzas
que no podría nombrarlas.

Esta historia me hizo creer en un mundo mejor, y me enseño mi verdadera


vocación. Y por último, y lo más importante; me dio a ustedes, cada una de
las lectoras que esta leyendo esto y que lo hizo por los 25 capítulos; por cada
una de sus palabras en los Review.

Bueno, basta ya con el sentimentalismo. Espero que hayan entendido la pequeña


metáfora del final.

Las quiere, por siempre.

Anabella Dennet.

Gracias, en verdad.

PD: ¡No se librarán de mi tan fácil! Aún tengo 2 historias pendientes, así que ahí
nos leemos. :D

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