Mora Del Deudor

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Mora del deudor

Conocida también por sus versiones latinas, mora debitoris o mora solvendi (retraso
en pagar) es la falta de cumplimiento de la prestación en el momento debido, pero
siendo posible todavía cumplirla por no haberse previsto plazo esencial. El deudor
es moroso cuando incurre en mora, sea porque se ha convenido de forma
determinada, sea porque, como es lo habitual, el acreedor ponga en mora al deudor
mediante la denominada intimación al deudor o interpelación al deudor. Esta
reclamación o requerimiento puede hacerse por vía judicial o extrajudicial; es una
declaración unilateral de voluntad recepticia que pone de manifiesto que la
tolerancia del acreedor, ante el incumplimiento del deudor, ha terminado.

Efectos de la mora
El deudor moroso queda obligado a:
a. Cumplir la obligación y, además, indemnizar los daños y perjuicios causados
al acreedor por su retraso. Caso de que la obligación consistiere en el pago
de una cantidad de dinero y el deudor incurriere en mora, la indemnización de
daños y perjuicios, no habiendo pacto en contrario, consistirá en el pago de
los intereses convenidos, y a falta de convenio, en el interés legal.
b. Responder por la falta de cumplimiento de la obligación incluso en los
supuestos en que el cumplimiento resulte imposible, con posterioridad al
momento de constitución en mora, a consecuencia de caso fortuito o de
fuerza mayor (Perpetuatio obligationis).
Por el contrario, el deudor que se ha retrasado en el cumplimiento, pero no ha sido
constituido en mora:
c. No habrá de indemnizar daños y perjuicios por el mero retraso.
d. No responde por incumplimiento en los supuestos de caso fortuito o fuerza
mayor que provoque la imposibilidad del cumplimiento.
Interpelación
Para que el retraso se convierta en mora es necesario que el acreedor exija al
deudor, judicial o extrajudicialmente, el cumplimiento de la obligación. Esto es, pese
a que la obligación sea exigible y esté vencida, el acreedor ha de llevar a cabo la
interpelación al deudor para constituirlo en mora.
La carga de la prueba de la intimación recae sobre el acreedor. Por tanto, en los
casos de interpelación extrajudicial deberá prepararse la prueba de la misma: por
ejemplo, mediante carta con acuse de recibo o requerimiento notarial.
En relación con la interpelación judicial, es importante determinar si la mora del
deudor y, por tanto, los intereses moratorios, comienzan con la interposición de la
demanda o, en cambio, a partir del emplazamiento del demandado.
Condiciones de la mora del deudor son los siguientes:
a) ha de tratarse de una obligación dirigida a una prestación positiva.
b) la obligación ha de ser exigible, es decir, mientras no llegue el plazo para cumplir
la obligación no se habrá incurrido en mora.
c) ha de existir un retraso en el cumplimiento.
d) el retraso ha de ser culpable.
e) que se haya producido de manera fehaciente la interpelación o intimación a nivel
judicial o extrajudicial por parte del acreedor.
f) no será necesaria la intimación del acreedor en aquellos supuestos que
específicamente señale el Código Civil.
g) que el retraso no impida el posterior cumplimiento.
Persona que puede ejecutarla y a quienes va dirigida
El acreedor puede ejecutarla cuando la obligación sea exigible y esté vencida.
Y va dirigida al deudor.

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