La Esfinge de Los Manuscritos
La Esfinge de Los Manuscritos
La Esfinge de Los Manuscritos
Esos “diversos elementos de la experiencia” habitualmente indican una predilección por las
funciones emotiva, referencial y comunicativa del lenguaje –según lo sostiene Roberto Echevarren.
Los “sonidos convencionales” son, evidentemente, las palabras (integradas por elementos que
representan las emisiones de voz, las sílabas). La articulación voluntaria se refiere también a otra
convención: la sintaxis. Mientras que la vinculación convencional de los sonidos organizados como
palabra es con el significado (es decir, aquel elemento de la experiencia referido, evocado o
comunicado), la articulación voluntaria vincula estos significados entre sí para dotarlos de sentido
mediante la operación de la sintaxis; es decir, la reunión de palabras cuya ubicación respecto a las
otras activará, acentuará, disminuirá o, en ocasiones, subvertirá, el significado para proveernos de
un elemento de mayor alcance: el sentido.
La interpretación de textos literarios suele ser vista como una tarea de exégesis, una develación de
un sentido parcialmente velado -por vía de operaciones retóricas que todo el tiempo someten a
prueba o, de plano trastocan, las relaciones entre los sonidos convencionales articulados de
manera voluntaria, su representación escrita, y los elementos de la experiencia humana.
Los poemas de “Galaxias”, de Haroldo de Campos, podrían pasar por una especie de códice escrito
por una esfinge (a la manera de los referidos en el texto de David Huerta). Parecieran
indescifrables, casi ilegibles… no obstante lo cual, fueron traducidos. Escritos originalmente en
portugués, fueron traducidos al español por el poeta Reynaldo Jiménez. Pero, ¿qué tradujo si no
se pueden entender?, ¿sólo opero una especie de permutación de palabras, en tanto que sonidos
convencionales?, ¿qué ocurre con la sintaxis? Para responder estas preguntas, se adjunta el
ensayo de Haroldo de Campos sobre la noción de “transcreación”.
La siguiente actividad es, precisamente, un ejercicio de transcreación. A partir de cualquier poema
de las “Galaxias” (o, en el caso de que el enlace al libro completo no lo muestre, del fragmento
citado en el otro enlace), escribirán una cuartilla donde presenten su versión del texto
seleccionado pero como si fuera un episodio de dibujos animados. El modelo (que pueden
consultar en youtube, si no lo tienen presente o no lo conocen), son los dibujos animados de la
serie de La Pantera Rosa, producidos en los años sesenta y setenta del siglo XX.
La razón de ello es que el argumento de esos dibujos animados suele no tener anécdota, o ser
mínima o variar sin aparente motivo lógico de uno a otro acontecimiento. Son prácticamente pura
sintaxis: lo que sucede ahí, ocurre porque ahí está pasando… nada más.
En las páginas siguientes, encontrarán el citado texto de Huerta y los vínculos para tener acceso al
resto de los materiales.
La esfinge de los manuscritos
David Huerta
La historia del manuscrito parece n cuento de Borges o una novela de Umberto Eco. Abarca varios
siglos: de la Edad Media al Renacimiento y de éste a nuestra época. Según una conjetura, podría
tratarse de una obra secreta, iniciática, de un matemático y visionario inglés del siglo XIII, Roger
Bacon (1214-1294), una de las luminarias medievales de Oxford; según otra hipótesis, fe un fraude
maquinado en el siglo XVII para estafar al emperador Rodolfo II de Bohemia. Recibió su nombre
del coleccionista bibliófilo Wilfrid Voynich, quien lo adquirió en 1912.
Una auténtica legión de criptógrafos y matemáticos se ha enfrentado en vano a esta esfinge. Entre
otros, uno de los sabios más célebres del siglo XVII europeo, Athanasius Kircher (1601-1680),
fracasó ante la impenetrabilidad del Voynich. Menciono a Kircher pues alguna relación epistolar
tuvo con estudiosos novohispanos.
Roger Bacon fue especialista en óptica y no es exagerado llamarlo “profeta del telescopio”. Era
conocido en su época como el Doctor Admirabilis. Es un buen candidato para autor de Voynich.
Quiza John Dee, seguidor renacentista de Bacon, echó a andar la hipótesis de esa autoría.
Galileo Galilei describía el universo como un libro escrito en el idioma de las matemáticas; las
letras serían las figuras geométricas fundamentales: triángulos, círculos… El Manuscrito Voynich
paree encerrar un arcano conocimiento enciclopédico. Las ilustraciones del libro, empero, son
perfectamente reconocibles, y muchas veces s trata de representaciones de la figura humana.
En nuestro tiempo, uno de los descendientes más conspicuos de la esfinge de los manuscritos es el
artista italiano Luigi Serafini, autor del vertiginoso Codex Seraphinianus. Elogiado por Italo Calvino.
Leer “Galaxias”, de Haroldo de Campos, aquí: https://es.scribd.com/doc/310520021/Haroldo-de-
Campos-Galaxias-1984
(si no es posible leerlo en el enlace anterior, trabajar con el fragmento citado aquí:
https://franciscocenamor.blogspot.com/2011/05/poema-del-dia-galaxias-dos-fragmentos.html)