Garantismo Penal
Garantismo Penal
Son principios constitucionales y conquistas liberales históricas, contra la práctica estatal autoritaria
por una gama de serias violaciones a aquellos axiomas.
Principios básicos que señalan un camino razonable y a la vez humano. Reducirán la violencia estatal
y evitará la violencia privada. Se requiere una Constitución y sistema de gobierno democrático para
lograrlo.
El derecho penal tiene la función de proteger al más débil y el Estado debe tener a su alcance los
medios suficientes para controlar los conflictos que se originen dentro de la sociedad como actos
desviados.
El derecho penal se legitima como instrumento de tutela de los derechos fundamentales. El delito no
es un mal en sí porque esté prohibido, ni la pena es un bien en sí porque se aplique en consecuencia, la
prohibición existe para procurar el máximo bienestar posible de los no desviados y la pena busca el
mínimo malestar necesario de los desviados.
El término “garantía” se designa a cualquier técnica normativa de tutela de un derecho subjetivo; el
Garantismo penal es la tutela de aquellos valores o derechos fundamentales, es el fin justificado del
derecho penal:
La no arbitrariedad de las prohibiciones y castigos.
La defensa de los débiles.
La dignidad de la persona del imputado, el respeto también a su verdad.
Es precisamente la garantía de estos derechos fundamentales la que hace aceptable para todos al
derecho penal.
El origen del delito debe buscarse en la organización concreta de “espacios sociales” que no permiten
el ejercicio de la libertad. La proporcionalidad entre el delito y el castigo, la norma abstracta y general
relacionada con el acto u no con el actor y la revisión y cambio de la gama de bienes jurídicos protegidos
por el derecho.
Para Ferrajoli:
1. Garantías del delincuente ante la arbitrariedad del Estado.
2. Las víctimas ante el daño causado por el delincuente.
3. Las garantías del delincuente frente a la venganza privada de la sociedad en general y de la
víctima en particular.
El delito sólo puede ser una acción que produzca daño. Pues el derecho penal permite la libertad
intelectual.
En lo que se refiere al delito, el Garantismo proclama ante todo los siguientes axiomas del sistema
garantista.
Relativos a las garantías penales substanciales:
1. De legalidad.
a) Legalidad en estricto sentido. Descripción de supuesto y su consecuencia. Previo al
hecho.
b) Reserva de Ley. Creada por el legislador ordinario.
c) Taxatividad. Estar definida plenamente, en forma clara, indudable y unívoca.
d) Procedimiento. Previamente establecido.
2. De necesidad o de intervención mínima.
a) Imposición de penas mínimas necesarias.
b) Máxima economía, el hecho es punible sólo cuando en realidad es grave.
c) Mecanismos alternativos al juicio y a la prisicón.
3. De lesividad u ofensa. Qué sólo sea delictiva aquella conducta que en realidad cause un daño a
un bien jurídico.
4. De materialidad o exterioridad. Imposible sancionar las simples ideas, deseos o finalidad. Se
requiere la traslación del pensamiento al mundo perceptible, sensorial.
5. De culpabilidad o responsabilidad personal.
a) Relación del comportamiento objetivo con el aspecto interno del hombre. Culpabilidad
de hecho superando la culpabilidad de actor.
b) Responsabilidad penal individual; donde la pena solamente aplica al autor del hecho.
6. De la jurisdiccionalidad.
I. En el sentido amplio. Se refiere a tres garantías fundamentales tuteladas en cualquier tipo
de proceso, sea inquisitivo o acusatorio.
a) Habeas corpus o protección de los derechos del individuo frente a la arbitrariedad
del Estado.
b) Juicio legal. Lo dirige una persona autónoma, imparcial, independiente y
previamente establecida.
c) Presunción de inocencia. El juez no declara inocencias, sino culpabilidades, pues
la inocencia está declarada hasta que no sea destruida por el acusador.
II. En sentido estricto. Modelo acusatorio.
7. Principio acusatorio. Separación de juez y acusación.
Proceso penal en que exista clara separación entre acusación y juzgamiento; exisa igualdad entre
acusación y defensa, y el juicio sea público y oral.
8. De la carga de la prueba o de verificación. Demostrar la conducta desviada es responsabilidad
del Estado.
9. Derecho del contradictorio, de defensa o refutación. Necesidad de enfrentar la acusación en
igualdad de condiciones y con posibilidad de conocer y contradecir toda prueba de imputación.
10. De retributividad o de sucesividad de la pena respecto del delito.
El delito es sólo una calificación jurídica y no moral. Forman parte de la legitimización externa del
derecho, pero una vez creada la norma de su aplicación sólo debe responder a la razón jurídica.
El primer principio implica que toda persona debe ser tratada como ser humano sujeto de derechos y
no como objeto, respetando su dignidad, seguridad e integridad física, psíquica y moral.
El principio Pro Homine en caso de que disposiciones normativas aplicables sean contradictorias, se
interpretará aquel que beneficie más a la protección y garantía de los derechos fundamentales. Cuando
se ven enfrentados derechos de diversas personas, se observará además las reglas de adecuación,
necesidad y proporcionalidad.
Ya no son operables las reglas de jerarquía o temporalidad.
IV.2. Control social y sistema de justicia penal.
A. Control social.
EL control social deriva del concepto de Estado como ente organizador para lograr el beneficio
social, por lo que es necesario imponer ciertos límites al ejercitar nuestra libertad para evitar
conflictos.
Los mecanismos de control social no tienen por objeto eliminar las conductas desviadas, sino
limitar sus consecuencias e impedir que se propaguen; buscan el ajustamiento a las tensiones, que
pueden dar origen a una motivación desviada.
Siguiendo a Luigi Ferrajoli, cualesquiera de los tipos de control social deben de respetarlos
derechos fundamentales del hombre, pero también existen algunos que no cumplen con este
supuesto; en los primeros encontramos:
1. Control conciliatorio. Que se sustenta en un diálogo entre los sujeros en conflicto con el
fin de llegar a acuerdos que acaben con el problema.
2. Control reparatorio. Consiste en reparar los daños causados por el ejercicio de la libertad
del individuo.
3. Control terapéutico. Se refiere a tratamientos curativos aplicados al individuo para
sacarlo de actividad conflictiva.
4. Control punitivo. Deben de agotarse los anteriores sistemas antes de llegar al poder
punitivo del Estado.
Hay cuatro sistemas posibles de control social, carentes de garantías contra abuso y la
arbitrariedad.
1. Control social salvaje, fundado en la venganza individual o parental, la represalia, el
duelo y otras reacciones tendientes a la ley del más fuerte.
2. Control estatal salvaje, con castigos impuestos mediante procedimientos potestativos
arbitrarios o sujetos a intereses contingentes, sin garantías para el condenado.
3. Control social disciplinario, autorregulado con sujeción a rígidos conformismos que
operan por medio como la autocensura.
4. Control estatal disciplinario, donde las funciones preventivas de seguridad pública se
desarrollan mediante técnicas de vigilancia total.
Conclusión.
El Garantismo constituye el reconocimiento de la supremacía de los derechos humanos de su
población y del derecho en todos los ámbitos de su actuación; sus acciones e instituciones se sujetarán
invariablemente a a ley; el Garantismo Penal implica el reconocimiento y respeto de la dignidad humana
de todo involucrado en un delito.
El Garantismo opera tanto en el plano sustantivo como adjetivo, y asimismo preventivo del derecho
penal, ya que busca la prevención general del delito y de las penas arbitrarias o desproporcionadas; sólo
serán criminalizables y objeto de pena las graves violaciones de derechos humanos; la pena impuesta no
sólo debe ser proporcional al daño objetivamente causado a la víctima, sino también al daño social
originado con la violación.