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INTERBOLSA

El documento resume el descalabro financiero de InterBolsa S.A., la comisionista más importante de Colombia, el cual puso en evidencia la falta de protección de los ahorros del público y control por parte de los organismos reguladores. Se destaca que la manipulación de las acciones de Fabricato por parte de InterBolsa y sus ejecutivos, como Alessandro Corridori y Rodrigo Jaramillo, llevó a la quiebra de la comisionista y pérdidas por cerca de $600.000 millones para más de 800 inversionistas.

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INTERBOLSA

El documento resume el descalabro financiero de InterBolsa S.A., la comisionista más importante de Colombia, el cual puso en evidencia la falta de protección de los ahorros del público y control por parte de los organismos reguladores. Se destaca que la manipulación de las acciones de Fabricato por parte de InterBolsa y sus ejecutivos, como Alessandro Corridori y Rodrigo Jaramillo, llevó a la quiebra de la comisionista y pérdidas por cerca de $600.000 millones para más de 800 inversionistas.

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INTERBOLSA

El mensaje que deja el descalabro financiero de la comisionista InterBolsa S.A.,


considerada una de las más importantes del país dentro del mercado de valores, es que
“los ahorros y recursos del público colombiano no están totalmente protegidos”. 

Así lo afirmó el exsuperintendente de sociedades Francisco Reyes, quien además señaló


que los colombianos no se han percatado de la magnitud del escándalo debido a que la
cultura colombiana no es altamente financiera, lo que deja ver que los “delincuentes de
cuello blanco pueden, libremente, hacer lo que les parezca sin que exista realmente una
capacidad operativa del Estado”. 

Y es que el descalabro más grande del país, en términos financieros, también descubre el
gran error del Gobierno al fusionar la Superintendencia de Valores, con la
Superintendencia Bancaria, creando lo que se conoce como la SuperFinanciera. 

Para Reyes, este escándalo pone de manifiesto la necesidad de una especialidad bursátil,
“seguramente si hubiera existido un supervisor de valores especializado como existió
antes de producirse la fusión, hace unos 5 años, estas cosas hubieran podido ser
detectadas” 

Por lo cual califica al mercado actual como una “cenicienta” de la SuperFinanciera.


“Estaba más interesada en revisar la situación de los bancos y la situación de las
instituciones financieras que en revisar que estuviera funcionando el mercado en una
forma ordenada y no se produjeran fraudes de esa naturaleza”, dijo. 

“Era una comisionista (Interbolsa) que manejaba una tercera parte del sistema, que venía
siendo afectado por unos fraudes de gran magnitud sin que las autoridades se hubieran
percatado de la gravedad de esta situación”, expresó Reyes. 

En resumidas cuentas, dentro del sistema podría existir una falta de control por parte de
los mismos organismos, que son los realmente encargados de vigilar el mercado bursátil.
Lo que produce una desconfianza en los inversionistas, quienes a la hora de participar lo
harían con intranquilidad y desconfianza. 

“El mercado bursátil colombiano sigue siendo diminuto y mientras no haya una autoridad
de supervisión suficientemente calificada técnica e idónea, no va a ver un mercado
bursátil desarrollado en Colombia”, aseguro el ex superintendente de Sociedades. 

Precisamente la falta de control cobró la cabeza al superintendente financiero Gerardo


Alfredo Hernández, quien este jueves fue destituido por un periodo de 12 años por el
procurador general de la Nación, Alejandro Ordóñez Maldonado. 

LA SANCIÓN 

Según Ordóñez, la determinación se generó por considerar que cayó en una omisión de
sus funciones al permitir que se desatara el descalabro. 
En ese sentido, el jefe del Ministerio Público calificó dicha actuación como grave a título
de dolo por no tomar las medidas necesarias para evitar el problema o la pérdida de
confianza del público en la compra de acciones. 

"Su función preventiva le permitía actuar oportunamente y no lo hizo. Todo el caudal


probatorio imponía la obligación de denunciar con inmediatez la posible materialización
del punible de manipulación de precios de Fabricato y hacer lo propio sobre la
manipulación de liquidez de la BMC, como Bolsa Mercantil del Colombia", señaló
Ordóñez. 

LA INTERVENCIÓN DE LA CORREDORA 

InterBolsa S.A. era la comisionista de Bolsa más importante del país pues su participación
en el mercado bursátil era cercana al 30 por ciento, por lo cual se conoce que llegó a
administrar activos por unos 9 billones de pesos. 

Sin embargo, este fraude no salió a la luz pública hasta que la Superfinanciera se percató
de la posible estafa. Entonces, tomó la decisión de intervenir la comisionista a mediados
de noviembre del 2012 alegando garantizar los recursos de los inversores. 

A medida que pasó la investigación, las autoridades se percataron de que la situación


tenía sustento en el vencimiento de los repos en acciones (es decir el préstamo de una
acción) especialmente en las compañías textileras Fabricato y Coltejer. Fue en ese
momento cuando la Fiscalía General, en cabeza de Eduardo Montealegre, decide ‘meter
la mano’ para investigar posibles conductas en contra del mercado financiero del país. 

Para la Fiscalía, los representantes de la comisionista y de Fabricato habrían logrado


inflar las acciones de la firma con el fin de obtener beneficios económicos, “la hipótesis
indica que mediante diferentes acciones se habría afectado el precio de la acción, hecho
por el cual se iniciaron las investigaciones pertinentes para establecer las conductas
punibles”. 

Así las cosas, se pudo determinar que durante el 2011 la empresa Fabricato S.A.,
representó uno de los mayores aumentos en el mercado accionista del país, pues de
acuerdo a lo explicado por el ente acusador, su acción pasó de 26.20 pesos en enero
(2011) a 84.99 pesos en diciembre del mismo año. Una cifra aún mayor comparada con
las operaciones de empresas como Ecopetrol y Éxito. 

“Fabricato era la acción más valorada, obtuvo cambios de precios del mercado
representados en la cotización de la acción en la bolsa de valores frente a la oferta y la
demanda (…) los órganos de control evidenciaron que existía un alza significativa de las
acciones de Fabricato”, precisó la fiscal del caso quien además, expresó: “debe existir
concordancia en el precio de una acción y el costo general la Bolsa de Valores de
Colombia. En este caso fue al contrario”. 

LOS POSIBLES RESPONSABLES 

Para la Fiscalía, el empresario italiano Alessandro Corridori principal accionista de la


comisionista, no es un simple inversionista, pues habría logrado manipular la cotización
de la acción de Fabricato y mantener el fraude. 
“Desde sus oficinas manejaba las operaciones ilegales de compra y venta (...) todos los
hechos eran conocidos por los altos directivos de InterBolsa”, expresó la Fiscal, quien
además resaltó los conocimientos del Corridori en el mercado de valores. 

A Corridori le fueron indilgados cargos por los delitos de "concierto para delinquir
agravado, por organizar y fomentar la organización llamada 'grupo Corridori' en calidad de
autor; manipulación de especies agravado y administración desleal agravada en calidad
de interviniente, todas a título de dolo y agravadas. Sin embargo, él no aceptó su
responsabilidad. 

Otra de las personas vinculadas quien no se salvó de las acusaciones del ente acusador
fue el propio presidente de la corredora, Rodrigo Jaramillo. A él se le responsabilizó de
autorizar beneficios a Corridori sin tener en cuenta el manual de crédito de la financiera. 

“En otras palabras, el señor Jaramillo puso a disposición de Corridori y su grupo a toda
InterBolsa para que cometiera diferentes infracciones a la ley penal (…) Puede inferirse
razonablemente que el señor Rodrigo Jaramillo Correa conocía de las conductas punibles
endilgadas y pese a ese conocimiento decidió, de manera voluntaria, participar de ellas”,
dijo la Fiscal. 

El representante del ente investigador mencionó que el compromiso de Jaramillo en el


caso no solo recae por ser el presidente de la comisionista, sino por ser parte del comité
de riesgo, a pesar de lo cual accedió a facilitar el manejo irregular de la acción o especie
de Fabricato. 

“Jaramillo Correa en su condición del miembro de comité de riesgos como presidente de


InterBolsa S.A Holding durante el año 2011 y hasta noviembre de 2012 aprobó cupos
para la realización de operaciones de repos pasivas sobre las acciones de la especie
Fabricato”. 

Esto llevó a un incremento en los cupos del misionado grupo (Corridiri) de 34.000 millones
de pesos a mediados de 2011, a 283.774 millones en el mes de septiembre de 2012, lo
que – según la investigación- ocasionó 734,6 por ciento y que generó un cupo de
endeudamiento para el mercado del grupo Corridori lo que ocasionó una sobre exposición
de la firma comisionista InterBolsa. 

Por dichas conductas Jaramillo aceptó ser el responsable de la conducta punible de


manipulación fraudulenta de especies y el delito de administración desleal y dijo ser
inocente del delito de concierto para delinquir en calidad de coautor, y del de operaciones
no autorizadas con accionistas. 

El hecho de aceptar su responsabilidad, aunque de manera parcial, podría favorecerlo


con una sustancial rebaja en la eventual pena que le sea impuesta. 

EL DATO

Lo que se ha podido establecer, es que el dinero en riesgo se acerca a los 600 mil
millones de pesos, perjudicando a unas 812 personas, quienes presentaron unas 1.112
reclamaciones ante el agente liquidador de la comisionista. 
RECUADRO

OPERACIONES REPOS CON ACCIONES 

COLPRENSA consultó expertos en el mercado de valores quienes explicaron que las


operaciones ‘repo’ tienen que ver con la realización entre quien tiene títulos de valores y
que está buscando recursos, y quien tiene el dinero para prestarlo temporalmente y a
corto plazo. 

En este tipo de préstamos las garantías son las acciones que se quedan con quien realizó
el préstamo y que se manejan a títulos que deben estar catalogados como de alta
bursatilidad; es decir, los que son de fácil venta en la bolsa o los que son ‘apetecidos’ por
los compradores, caso contrario a lo que pasa con Fabricato, Coltejer y la BMC. 

Cuando los títulos son de baja bursatilidad, es decir, difíciles de vender, y empiezan a
tener grandes desvalorizaciones la parte que se quedó con los repos es la que pierde los
recursos. 

De acuerdo con la entidad, Juan Carlos Ortiz y Tomás Jaramillo habían ocultado los
bienes, que se encuentran ubicados en Bogotá; Medellín (Antioquia) y los municipios de
Tenjo (Cundinamarca) y Cumaral (Meta), utilizando sociedades y terceras personas.
La vicefiscal General de la Nación, María Paulina Riveros, explicó que la identificación de
los bienes, entre los que sobresale una casa lujosa en el norte de Bogotá y apartamentos,
se dio mediante el rastreo financiero que realizaron tanto a Tomás Jaramillo como a Juan
Carlos Ortiz.
De acuerdo con la vicefiscal General, la Sociedad de Activos Especiales tendrá a su
disposición los siguientes bienes:
Una casa lujosa en el sector de El Chicó, Bogotá, y en esa misma ciudad dos
apartamentos en el exclusivo conjunto residencial Torres de Llorente, y otro apartamento
ubicado en la calle 92 con carrera 4.
Oficinas y parqueaderos en el sector de El Poblado.
La mitad de una finca en el municipio de Tenjo, Cundinamarca.
El 27% de una finca de 103 hectáreas en el municipio de Cumaral, Meta.
Una lancha llamada “Gaia”, propiedad de Tomás Jaramillo y sobre la cuál ya tiene
conocimiento la Dirección General Marítima (Dimar) y las capitanías de puerto de
Colombia.
Recomendado: Fiscal general advierte que el tiempo para condenas por Interbolsa se
está acabando
La Fiscalía recordó que Jaramillo y Ortiz todavía tienen en curso un proceso por captación
masiva y habitual de dineros, pero ya habían aceptado su responsabilidad por los delitos
de manipulación fraudulenta, estafa agravada y concierto para delinquir, y fueron
condenados a cinco años y nueve meses de prisión por dichos delitos.

Sin embargo, el proceso inició su investigación en el 2012 y durante los cinco años
transcurridos, los aplazamientos en las audiencias por este reconocido caso llevaron a
que Natalia Zúñiga, Claudia Patricia Aristizábal, Ricardo Martínez, Juan Andrés Tirado,
María Eugenia Jaramillo, Carlos Arturo Neira, Rachid Maluf, Alessandro Corridori y Richad
Maluf quedaran en libertad pese a su participación en el escándalo de Interbolsa, que se
estima dejó cerca de 1.028 inversionistas afectados y un detrimento patrimonial de
alrededor de US$64 millones, quienes quedaron libres por vencimiento de términos en el
2016 pese a que se demostró su relación con el caso.
Víctor Maldonado, una de las cabezas del Fondo Premium, también quedó libre y sin
restricción a su movilidad por vencimiento de términos, tal como ya había ocurrido con los
otros nueve involucrados en el caso.
Maldonado había salido de la cárcel La Picota a finales del 2016 pero con brazalete
electrónico y restricción a su movilidad. Sin embargo, el jueves una juez de segunda
instancia también lo liberó del brazalete electrónico y le levantó la restricción por lo que
Maldonado podrá salir del país sin problemas.
El décimo integrante del escándalo en quedar libre fue Rodrigo Jaramillo, quien ya había
sido condenado por el caso Interbolsa y Fondo Premium, pero en abril del 2017 un juez le
otorgó la libertad por vencimiento de términos, una vez cumpla las tres quintas partes de
los siete años de condena que le fueron asignados y que cumple en Medellín bajo arresto
domiciliario.
Víctor Maldonado se jugó su última carta para tratar de evadir la Justicia colombiana, que
lo busca como uno de los responsables por lo sucedido en el Fondo Premium, de donde
se perdieron 340.000 millones de pesos.

Aprovechando su condición de ciudadano español –la que obtuvo hace unos diez años–
Maldonado se refugió en Madrid, convencido de que podría librarse de la Fiscalía
colombiana, que lo vinculó al proceso de la caída del Fondo Premium.

Estaba tan tranquilo con su pasaporte español que comenzó a llevar una vida normal. No
sintió la necesidad de ocultarse y por el contrario, en más de una ocasión, se le vio en
elegantes restaurantes madrileños como cualquier ciudadano, sin líos con la Justicia.

Pero resulta que este no era precisamente su caso. El 25 de febrero no atendió la citación
de la Fiscalía que le iba a imputar graves cargos, por las pérdidas en el Fondo Premium,
que representaba y promocionaba en Colombia la comisionista InterBolsa.
Esta negativa a acudir al llamado de la Justicia fue su mayor error. La Interpol emitió una
circular roja en su contra y el pasado jueves ocurrió lo que Víctor seguramente no
esperaba. Cuando se desplazaba por la Plaza Colón, uno de los lugares más
representativos de Madrid, fue capturado por los agentes de la Interpol.

Tras esta detención, Maldonado y sus abogados esperaban que después de dar algunas
explicaciones, el empresario quedara en libertad, pero no ocurrió así. El viernes, tras su
declaración ante el juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, se le negó la petición de
libertad condicional.

Según dice el auto en el que se ordenó su prisión provisional, existe el riesgo de que se
pueda fugar. El juez alegó además su falta de arraigo en España, tras tener en cuenta la
movilidad que presenta su pasaporte en fechas recientes, con viajes a otros países como
Estados Unidos y Francia. La medida de prisión también se toma ante “la gravedad de la
responsabilidad reclamada y con el fin de asegurar la futura entrega a las autoridades
judiciales de Colombia”.

Víctor Maldonado fue trasladado por la unidad de crimen organizado de España a la


cárcel de Soto del Real y estará en prisión provisional mientras se hace el proceso de
extradición que ya el fiscal Eduardo Montealegre anunció que pedirá.

La ciudadanía española parece que no tendrá el efecto que buscan Maldonado y sus
abogados. Colombia y España tienen un tratado de extradición vigente desde 1892,
refrendado en 2004, que permite la extradición de ciudadanos españoles o nacionalizados
españoles, dijo la Fiscalía. El artículo 12 del convenio suscrito entre los dos países señala
que “la extradición procede por cargos de defraudación o malversación criminal de
caudales privados llevada a cabo por un banquero, comisionista, administrador, síndico,
director, miembro, cajero o empleado de una sociedad, compañía o empresa”.

Abogados consultados afirman que aunque se tome su tiempo, por las acciones que
puedan interponer los defensores de Maldonado, lo más probable es que España termine
por aprobar la extradición. Desde 2008, los delitos financieros se han vuelto un asunto
alrededor del cual los países han cerrado filas para colaborarse.

Lo que nadie entiende es cómo Víctor Maldonado se metió en semejante lío. A raíz de su
captura en España, los medios nacionales e internacionales no lo bajan de ser uno de los
‘cerebros’ del escándalo de InterBolsa y la estafa financiera montada a través del Fondo
Premium.

Pero quienes conocen a este otrora próspero empresario saben que no tenía la habilidad
financiera para armar este entramado que defraudó a más de 1.300 personas. Él
básicamente era un inversionista y no un diseñador de estrategias. Los que han sido sus
socios, muchos de los cuales están hoy peleados con él, coinciden en que nunca ha
tenido ni la disciplina, ni la capacidad de manejar los negocios que lo volvieron rico. Tuvo
siempre la suerte de asociarse con personas que sí llenaban estos requisitos y hasta el
descalabro del Fondo Premium, que acabó con su carrera, su papel se limitaba a invertir,
retirar dividendos y vivir bien.
Su éxito empresarial obedeció a una combinación de suerte y sentido común. Claro que
este sentido común definitivamente no se vio en estos últimos meses. Su fama de mala
paga ha quedado al descubierto. Maldonado fue el mayor beneficiado del Fondo
Premium, a través de préstamos que recibieron varias de sus sociedades, pero se resiste
a pagar la totalidad del dinero. Según la liquidación del fondo, a cargo de Alejandro
Revollo, con intereses de mora incluidos (van más de tres años de vencimiento de los
pagarés), debe unos 45 millones de dólares. Víctor no reconoce ese monto y, sin reparo
alguno, ha dicho que él nunca en su vida ha pagado intereses de mora y que no lo piensa
hacer ahora.

Esta no es la única cuenta pendiente que tiene. Dado que la Superintendencia de


Sociedades lo ha hecho responsable por la captación a través de Premium, Maldonado es
solidario, con el resto de los vinculados, por el monto total de las reclamaciones, es decir
los 340.000 millones de pesos. Una obligación solidaria es aquella en la cual los socios
con plata tienen que responder por las deudas de los socios que no tienen. Por lo tanto,
Maldonado no solo tiene que dar los 45 millones de dólares que le corresponden, sino
pagar por todos los implicados que no han cumplido, incluyendo principalmente a Juan
Carlos Ortiz y Tomás Jaramillo.

Para tratar de cubrir ese hueco, el liquidador ha embargado todos los bienes que se le
han encontrado al empresario en Colombia. Según el cálculo preliminar, el monto de esos
activos, una vez que se vendan, alcanzaría a cubrir los préstamos, pero quedaría
pendiente la parte solidaria, sobre la cual Maldonado no está dispuesto a responder,
aunque legalmente está obligado.

Ahora bien, frente a su responsabilidad en la toma de decisiones del Grupo InterBolsa o


en el Fondo Premium, hay que decir que si bien nunca hizo parte de la administración, sí
fue miembro de la junta directiva entre 2008 y 2010. Luego, su representación pasó a su
hijo Ignacio.

Maldonado, como dueño principal del Grupo InterBolsa (llegó a tener el 30 por ciento del
capital) a través de sus sociedades, se convirtió en el mayor jugador en la especulación
de ‘repos’ con las acciones de InterBolsa que terminaron incumpliéndose. Por cuenta de
esto, se le creó una deuda adicional de 36.000 millones de pesos.

En el libro InterBolsa: la historia de una elite que se creía demasiado grande para caer, se
dice que Víctor no entendió nunca cómo funcionaba esta empresa y que estaba
descrestado por la liquidez que le proporcionaba en cualquier momento, a través de
créditos sin garantías, para financiar todos sus negocios, sobre todo por medio de la
Compañía Colombiana de Capitales y de Premium.

Y aunque no tuviera mayor conocimiento de los detalles –o se tapara los ojos– visitaba
continuamente las oficinas de Premium donde sostenía reuniones con Juan Carlos Ortiz y
Tomás Jaramillo. Hay quienes piensan que a él le gustaba estar cerca de estas personas
a quienes consideraba unos genios en los negocios, mientras que a sus dos socios, Ortiz
y Jaramillo, les gustaba mostrarlo como soporte financiero.
Lo que a muchos les parece absurdo es que Maldonado haya agravado su propia
situación al no pagar por lo menos los 45 millones de dólares que debía y al fugarse del
país. Si hubiera actuado distinto habría podido defenderse con el argumento de que la
responsabilidad de un socio de una empresa o un cliente es diferente de las de los
administradores, cosa que él no era.

Ahora, por cuenta de la espectacularidad mediática que tuvo su fuga ha quedado como el
cerebro de todo el tinglado y todo indica que habría perdido la posibilidad de una
negociación favorable con las víctimas y la Fiscalía.

Por ahora, la estrategia que ha seguido para defenderse lo tiene en la cárcel en Madrid a
la espera de que se defina su extradición. En Colombia ha interpuesto 25 recursos y 12
tutelas contra los autos de la Superintendencia de Sociedades. Los ha perdido todos.
También acudió a la Procuraduría, pero esta le dio la razón a la Superintendencia.

Lo cierto es que para Maldonado, un gran jugador y ganador muchas veces en la vida,
esta es sin duda su peor movida. El penalista Jaime Granados, contraparte de Maldonado
en este pleito, afirma que este se cree inocente pero se comporta como un delincuente. Y
peor aún, ha quedado como el gran cerebro de una de las mayores estafas financieras del
país.

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