Samuel Deleon Logica Policial

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Para Relaciones Interiores, Justicia y Paz

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria

Universidad Nacional Experimental de la Seguridad

CEFO UNES FALCÓN

Lógica policial

Profesor: Realizado por:

Detective: Samuel Deleon Joseglys Coronel V-30.237.574

Santa Ana de Coro; mayo de 2020


LA LÓGICA POLICIAL

Los investigadores policiales logran esclarecer los hechos delictivos aplicando


un amplio abanico de ciencias y técnicas. Trabajan a contrarreloj para descubrir al
autor del crimen, lo cual deben hacer mediante una investigación sustentada a
través de pruebas. Sus cerebros y sus capacidades deductivas siguen siendo sus
principales herramientas, más allá de que algunas series de televisión hayan
forjado la idea de que el examen científico de los rastros encontrados (huellas,
sangre, pelos, semen, entre otros), sea lo que proporciona a los policías las claves
para resolver el caso; por supuesto, sin descartar que dichos elementos son de
interés probatorio exclusivo.

Cuando hay un crimen y encontramos huellas, colillas de cigarro con rastros de


adn, etc.; Eso en sí mismo no significa nada, sino que la persona que dejó ese
rastro aparentemente estuvo ahí, pero no necesariamente fue la homicida. Lo que
el investigador policial debe descubrir, y no solo descubrir, sino también probar, es
quien fue el autor del crimen y eso no lo dice una huella ni una colilla de cigarro.

En este caso puede plantearse el caso casi como un problema matemático donde
“A” mató a “B” y normalmente no se sabe quién es A, pero tampoco se conoce a
B. el policía tiene que descubrir quién es A además de determinar y demostrar que
estuvo con B en el espacio-tiempo que lo mataron.

EL CEREBRO DE LOS POLICÍAS

A pesar de los muchos avances científicos de la policía de investigación, el


instrumento que sigue permitiendo la resolución o esclarecimiento de la inmensa
mayoría de los crímenes es el cerebro de los policías, quienes aplican los
procedimientos adecuados basándose en la lógica policial.

Son justo su capacidad de análisis y de observación los que le permiten detectar


elementos discordantes que le hacen primero sospechar y luego determinar lo
realmente ocurrido. La investigación de un crimen es, sobre todo, un ejercicio de
precisión intelectual donde convergen un sinnúmero de ciencias y técnicas. Los
policías usan la lógica deductiva y la lógica inductiva para la formulación primero
de silogismos y luego de varias hipótesis que, mediante la recopilación de
información intentan comprobar hasta que por eliminación queda una línea de
investigación. En esa obra los policías tiran de conocimientos matemáticos,
sociológicos, psicológicos entre otras ciencias, además de su experiencia en la
calle.

En tal sentido, se puede decir que a pesar del extraordinario desarrollo de la


policía científica en los últimos años, el método de investigación criminal es el
mismo de principios del siglo XX. La criminalística es la base, pero la labor crítica
está en el trabajo policial, que consiste en la deducción y formulación de hipótesis
y en la obtención de información mediante el trabajo policial de calle, basado en
interrogar a los testigos, seguir pistas, etc. Es así como el factor humano, es decir,
la capacidad de análisis de los investigadores, así como su eficacia a la hora de
recopilar información son el elemento decisivo.

PREGUNTAS BÁSICAS

Aunque no existen dos asesinatos iguales ni dos investigadores iguales, la


mayoría de los casos se resuelven aplicando una misma metodología. El método
de investigación de homicidios se basa en dar respuesta a estas preguntas:
¿Quién?, ¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Por qué? ¿Donde?

Una de las muchas diferencias entre un policía de homicidios y cualquiera otra


persona es que para el común de los mortales la pregunta que primero intentaría
resolver es quien cometió el crimen, sin embargo, los policías piensan de una
manera distinta: ¿Por qué? Y el por qué dice quién fue. A nadie lo matan porque
sí, el móvil, es decir, la motivación por la que una persona ha sido asesinada te
señala quien ha podido ser el victimario.

Esa premisa se cumple con todos los crímenes, menos con unos: los cometidos
por asesinos en serie, ahí el móvil está solo en la mente del asesino

Si imaginamos un asesinato cualquiera. ¿Cómo actúan los investigadores desde


principio? Lo primero es la escena del crimen, el lugar donde ha aparecido el
cadáver. Y allí se produce otra diferencia entre el investigador y las personas
comunes. Mientras unos se lanzan a examinar el cadáver los policías se fijan en
otras cosas. Primero examinan las vías de entrada y salida, pues el asesino ha
tenido que utilizar esos lugares y probablemente haya dejado algunas pruebas de
interés criminalístico. Luego se mira el techo, a los lados y finalmente al lugar
donde está el cuerpo. Se hace así para asegurarse de examinar toda la escena
del crimen.

Desde el mismo momento en que se comienza a examinar la escena del crimen,


el cerebro de los investigadores ha puesto en marcha toda una maquinaria de
deducción e inducción lógica. Con lo que van viendo, aplican razonamientos
lógicos que se nutren muchas veces de patrones de comportamiento que han ido
recopilando con su experiencia. La escena del crimen habla; es necesario saber
interpretarla. Es decir, que cada crimen deja rastros y señales. Por eso en
pertinente observar absolutamente todo. Si hubo forcejeo, si el cadáver murió allí o
fue trasladado, en qué posición está el cuerpo, si hay indicios de lucha, si no los
hay, si pudieron participar más de una persona, si las puertas están forzadas, si el
techo está roto, si hay recipientes cercanos, si hace más frio o más calor de lo
habitual. También es importante interrogar a la persona que descubrió el cadáver
y buscar posibles testigos.

Cada escena del crimen tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Es así como un
asesinato en la vía pública, por ejemplo, resulta muy complicado mantener intacta
la escena, aunque tiene la ventaja de que es más posible contar con testigos o
cámaras de seguridad de establecimientos que hayan grabado los hechos;
mientras que en un lugar cerrado, la escena puede mantenerse intacta, pero
resulta difícil conseguir testigos.

En todo caso, los agentes empiezan a hacerse una película interior de cómo pudo
producirse esa muerte. Es así como los crímenes pasionales suelen tener escenas
muy desordenadas y el asesino generalmente se ensaña contra su víctima.
En el método de razonamiento, los investigadores van de los más lógico a lo más
ilógico. Se trata de ir descartando y así avanzar en lo que se conoce como técnica
de embudo de deducción.

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