Trabajo Final - Salvoni Nicolas
Trabajo Final - Salvoni Nicolas
Trabajo Final - Salvoni Nicolas
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La incidencia de la geopolítica en los procesos de desarrollo: los casos de Argentina
y Corea
Nicolas Ezequiel Salvoni
Resumen
Durante el transcurso de este trabajo se argumentará que la importancia geopolítica de
las regiones de pertenencia de los países de estudio tuvo y tiene una estrecha vinculación
con los resultados sus procesos de desarrollo.
Este trabajo intentará complementar a las investigaciones actuales sobre geopolítica y
desarrollo aportando un estudio comparado de casos en el que se evaluará como las
relaciones entre los Estados Unidos y nuestros casos de estudio, Argentina y Corea,
afectaron la evolución sus procesos de desarrollo. Como hipótesis se sostendrá que
existe una correlación entre la importancia estratégica de las regiones en que los países
de estudio se encuentran y sus senderos de desarrollo. En particular, se defenderá la
idea de que para el caso argentino, no se dio una situación de “invitación al desarrollo”
debido a la no pertenencia a una región geopolíticamente estratégica para los Estados
Unidos. Por el contrario, Corea sí revistió una importancia geopolítica crucial para el gran
hegemón mundial en el marco de la Guerra Fría, lo cual pudo haber impactado
positivamente en su potencial de desarrollo de largo plazo. Se analizará, para ello, la
evolución y el tratamiento que cada país dio a cuestiones como la apertura financiera, el
grado de intervención del estado en la economía, la cuestión agraria, los flujos de
cooperación internacional, y se estudiará cómo los Estados Unidos y sus políticas
influyeron sobre las decisiones tomadas por los países de estudio y sobre el éxito que
las acciones realizadas tuvieron.
Conforme se desarrolle este trabajo, daremos siempre por entendido que la geopolítica,
si bien incidió en los procesos de desarrollo emprendidos por cada país, no fue la única
explicación a dichos resultados. En otros términos, no se pretenderá imputar causalidad
a la incidencia de la geopolítica en factores económicos sino evidenciar la correlación
entre la importancia geopolítica y el éxito o fracaso en los procesos de desarrollo,
entendiendo que para imputar incidencia directa se requerirá incluir factores que escapan
a los abordados durante este estudio.
Palabras Clave: Desarrollo, Corea del Sur, Argentina, Guerra Fría, Geopolítica.
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Contenido
1-PRESENTACIÓN DEL TRABAJO ......................................................................................... 5
Introducción ............................................................................................................................. 5
1.1 Problema de investigación ............................................................................................... 5
1.2 Objetivo General ............................................................................................................... 5
1.3 Objetivos específicos ........................................................................................................ 6
1.4 Estado de la cuestión ....................................................................................................... 6
1.5 Estrategia metodológica ................................................................................................... 7
1.6 Justificación ....................................................................................................................... 8
2. MARCO TEÓRICO ................................................................................................................. 9
Introducción ............................................................................................................................. 9
2.1 El Realismo en las relaciones internacionales. .............................................................. 9
2.2. El concepto de geopolítica ............................................................................................ 10
2.3 El concepto de invitación al desarrollo .......................................................................... 10
2.4. El concepto de desarrollo.............................................................................................. 10
3. LA GUERRA FRIA ................................................................................................................ 12
Introducción ........................................................................................................................... 12
3.1. Características generales ............................................................................................. 12
3.2. La Guerra Fría en América Latina ................................................................................ 14
3.2.1 Dos puntos de inflexión durante la Guerra Fría en América Latina: La revolución
cubana y la Alianza para el Progreso. ............................................................................. 16
Algunas últimas consideraciones. ....................................................................................... 18
3.3. La Guerra Fría en Asia .................................................................................................. 19
3.4 Importancia estratégica de la región euroasiática. Diferencias con América Latina 22
4-TRAYECTORIAS COMPARADAS DE DESARROLLO: LOS CASOS DE ARGENTINA Y
COREA ...................................................................................................................................... 25
Introducción ........................................................................................................................... 25
4.1. Características del sendero de desarrollo argentino .................................................. 25
Introducción........................................................................................................................ 25
Argentina durante el Plan Marshall. Un ejemplo de discriminación y exclusión .......... 26
Argentina durante el período de industrialización desarrollista. .................................... 27
Proceso de reorganización nacional y década de 1980 ................................................ 28
Algunas reflexiones finales. .............................................................................................. 29
4.2 Características del sendero de desarrollo coreano ..................................................... 29
Introducción. ...................................................................................................................... 29
Características generales del proceso de desarrollo ..................................................... 30
3
Trayectorias comparadas de desarrollo .............................................................................. 30
Introducción........................................................................................................................ 30
Evidencias de tratamiento diferenciado........................................................................... 31
Resultados de los procesos de desarrollo .......................................................................... 35
CONCLUSIONES ..................................................................................................................... 41
Referencias................................................................................................................................ 42
4
1-PRESENTACIÓN DEL TRABAJO
Introducción
A lo largo de este capítulo se presentarán los aspectos formales del trabajo. Se definirá el
problema de investigación y se plantearán los objetivos generales y específicos.
En la sección 1.1 se definirá el problema de investigación y se brindará la pregunta central
que posteriormente será respondida a lo largo del trabajo. Las secciones 1.2 y 1.3 aportarán
los objetivos generales y específicos respectivamente. En la sección 1.4 se desarrollará el
“Estado de la cuestión”, donde se repasarán una serie de trabajos relacionados con la
temática que abordaremos durante el curso de la investigación y se planteará el punto de
partida para el análisis.
Por último, las secciones 1.5 y 1.6 corresponden a la estrategia metodológica y a la
justificación del trabajo respectivamente. En la primera se brindarán las estrategias y
métodos que utilizaremos para responder a los objetivos del generales y específicos,
mientras que en la última sección se brindarán las razones por las que consideramos que
este trabajo es un aporte necesario a la literatura existente.
¿Es posible identificar una correlación entre la performance de desarrollo de largo plazo y
el interés estratégico de los Estados Unidos en los dos países a analizar?
En particular, como preguntas más específicas nos interesarán las siguientes ¿Cuál fue la
importancia geopolítica observada en cada región de estudio durante la Guerra Fría?
¿Cuáles fueron las características que tuvo la Guerra Fría en cada una de las regiones y
cuáles las consecuencias? ¿Qué características generales se observan en los senderos de
desarrollo transitados por Corea y Argentina durante la Guerra Fría? ¿Cuál fue la evolución
de las variables económicas que consideraremos como representativas del éxito o fracaso
del proceso de desarrollo (PBI per cápita, inserción internacional, brecha económica entre
cada nuestros casos de estudio y el mundo desarrollado) de cada uno de los países? ¿De
qué manera su evolución se relacionó con la cuestión geopolítica?
1
Si bien la periodización comúnmente aceptara de la Guerra Fría abarca a los años transcurridos entre 1945
y 1991, consideramos irrelevantes para los alcances de nuestra investigación a los sucesos ocurridos entre
los años 1986 y 1991 por encontrarse la Guerra Fría atravesando su etapa de distención final, en la que se
5
1.3 Objetivos específicos
1) Identificar el interés estratégico mostrado por los Estados Unidos durante los periodos
de análisis en cada una de nuestras zonas de estudio.
2) Identificar las formas y características tomadas por la Guerra Fría específicas a cada una
de las regiones de estudio.
¿Es posible identificar una correlación entre la performance de desarrollo de largo plazo y
el interés estratégico de los Estados Unidos en los dos países a analizar?
Para responder a esta pregunta, partiremos del aporte de Da Cunha y Appel (2004), quienes
plantean que la implementación de proyectos de política pública muestra una estrecha
relación con las necesidades geopolíticas que enfrentan los estados, sosteniendo que
cuanto mayor sea la competencia entre estos, mayores serán los incentivos para alcanzar
el desarrollo. Por el contrario, los autores afirman que los espacios políticos dotados de
menor tensión política poseen un menor incentivo al desarrollo. En línea con esta
afirmación, Arrigh et al (1997) sostienen que durante la Guerra Fría las políticas económicas
de los países del este asiático fueron profundamente influenciadas por el conflicto entre las
superpotencias: Estados Unidos y la Unión Soviética. Además, estos autores agregan que
tal conflicto se vio materializado en el surgimiento de las dos Coreas y su ocupación por
parte de tropas estadounidenses y rusas (Arrigh, 1997).
Por su parte, Fiori (2012) afirma que, como parte de una estrategia de fortalecimientodel
capitalismo en el sudeste asiático, los Estados Unidos transformaron a países como Corea
y Japón en protectorados militares en la región. La razón de ello habría sido facilitar el
desarrollo de los mismos debido a su importancia estratégica dentro del contexto de la
Guerra Fría. Esta estrategia incluía estímulo al crecimiento económico, la implementación
de gobiernos locales fuertes y el fortalecimiento de los propios agentes económicos e
instituciones privadas existentes antes de la Segunda Guerra Mundial. El autor concluye
que la lógica de la Guerra Fría pesó decisivamente en el origen de los “milagros
económicos”, inicialmente con el fin de mantener los equilibrios regionales de poder, pero
propone el abandono de la lucha armamentística, y por consiguiente, el enfriamiento de las tensiones bélicas
(Ribera, 2006).
6
dando posteriormente lugar a la transformación de aquellos países en piezas centrales del
engranaje económico del poder global de los Estados Unidos. Fuller y Arquilla (1996)
denominan a esta estrategia del hegemón como de “equilibrio de poder”, por medio de la
cual éste crea una potencia regional que sea percibida como amenaza por la potencia
regional reinante (en este caso, la URSS), con el fin de mantener limitada su expansión.
Producto de la competencia entre los bloques capitalista y socialista, tuvo lugar lo que
Cunha y Appel (2004) llaman “Desarrollo por invitación”, por medio del cual el interés
geopolítico de Estados Unidos en un país determina la decisión de “invitarlo” o “excluirlo”
del club de los países desarrollados (Guaita, 2015). Guaita (2015) afirma además que,
desde 1945, el dominio estadounidense en términos geopolíticos se centró en la
dominación de la región Euro-Asiática, evitando así el surgimiento de competidores que
pudieran amenazar su influencia en la región. Es por ello que no existió un “Plan Marshall
Latinoamericano” ni tratos comerciales preferenciales entre los países latinoamericanos
como sí ocurrió en el sudeste asiático. Respecto a esto último, Wallerstein (1997) agrega
que la gran diferencia que existe entre el este asiático y los países de América Latina, fue
la geografía del este de Asia, que se vio beneficiada en términos de oportunidades de
desarrollo por haber sido el frente de batalla de la guerra fría.
Por su lado, Medeiros y Serrano (1999), agregan que a partir de la década de 1960 Corea
penetró el mercado estadounidense a partir de una política industrial agresiva con
productos de bajo valor agregado. Los autores afirman que esto fue posible debido a que
Corea, perteneciente a la órbita de influencia estadounidense, se vio beneficiado por el gran
hegemón, quien le otorgó tratamientos especiales, los cuales implicaron el sacrificio de
sus intereses materiales más inmediatos en pos de un fortalecimiento general del
capitalismo.
22
La Teoría del Realismo Ofensivo otorga a la estructura del sistema internacional un papel determinante en
el comportamiento de los estados. Este es el punto en común con otras variantes del Realismo, como por
ejemplo, el Realismo Defensivo. Las diferencias radican en que de acuerdo con el Realismo Ofensivo, el
sistema internacional incentiva a los estados a obtener beneficios a expensas de estados rivales, no habiendo
límites en cuanto a la maximización del poder (Petrollini, n/d).
7
Asumiremos que cuanto mayor sea la presencia militar estadounidense en la región, mayor
será la importancia estratégica de la misma.
Con el fin de dar claridad respecto a la forma en que se abordarán los objetivos específicos,
se mencionará a continuación el modo en que serán operacionalizados cada uno de ellos
y con qué criterios se evaluarán las variables a considerar.
1) Identificar el interés estratégico mostrado por los Estados Unidos durante los
períodos de análisis en las zonas de estudio.
Para ello se realizará una revisión bibliográfica histórica en la que se abordarán, desde una
perspectiva geopolítica, las características generales y específicas que el conflicto adoptó
en cada región y país de estudio.
1.6 Justificación
Una parte muy importante de la literatura sobre procesos de desarrollo desdeña la
importancia geopolítica, cayendo en lo que Medeiros (1999) llama “nacionalismo
metodológico”. El “nacionalismo metodológico” implica que los estados nacionales poseen
suficiente poder y autonomía para encarar sus procesos de desarrollo, dejando en un
segundo plano que el éxito o no de tales procesos está también influenciado por las
relaciones interestatales. De tal modo, el aporte de este trabajo procura recuperar parte de
un debate que se encuentra en muchos casos subestimado.
La comprensión cabal de la geopolítica en los procesos de desarrollo puede ser muy útil
para el diseño de estrategias nacionales de desarrollo. Toda estrategia nacional de
desarrollo es idiosincrática per se. En la mayoría de la literatura o no se da cuenta de tal
idiosincrasia o se da cuenta parcialmente, condicionando así los resultados obtenidos en la
implementación de políticas de desarrollo.
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2. MARCO TEÓRICO
Introducción
A lo largo de este capítulo se mencionarán los conceptos teóricos específicos que deben
ser tenidos en consideración para el abordaje del trabajo.
En la sección 2.1 se brindará una descripción de las teorías dominantes en el campo de las
relaciones internacionales, teniendo siempre presente que será la “teoría realista” la
adoptada para llevar adelante nuestro análisis. Las secciones 2.2 y 2.3 consistirán en
breves descripciones de los conceptos de geopolítica e invitación al desarrollo
respectivamente y por último, la sección 2.4 aportará la definición por la que entenderemos
el concepto de desarrollo.
“…Las acciones de los Estados deben recibir los mismos juicios morales que reciben las
relaciones a nivel personal. La conciencia del hombre va a guiar las políticas exteriores de
las naciones, por consiguiente, las naciones actuarán de acuerdo a la razón y al bienestar
en común; ninguna nación deberá actuar en detrimento de otra, ya que los medios son tan
importantes como el fin que persiguen.
Para el idealista, las guerras en la comunidad internacional, en gran medida, son provocadas
por los actos individuales y egoístas de ciertos líderes, a costa del beneficio de las
poblaciones. Y estos, pueden ser controlados mediante leyes y organismos internacionales
estructurados bajo los estándares de la ética (Endicot, 1953)” (p: 9).
9
Como se mencionó anteriormente, consideraremos que la teoría realista de las relaciones
internacionales es la que describe con mayor precisión las características reales del sistema
internacional.
Definiremos geopolítica como la rama de la política que estudia y analiza las características
y factores geográficos, económicos, sociales, culturales, tecnológicos, ideológicos, poder
militar y político en la vida interna de los estados y demás actores internacionales y en sus
relaciones exteriores, a fin de extraer conclusiones para cada uno de ellos (P: 107).
10
11
3. LA GUERRA FRIA
Introducción
A lo largo de este capítulo se abordará históricamente el fenómeno conocido como “Guerra
Fría”. El capítulo estará dividido en cuatro secciones en las que se abarcarán las
características generales del conflicto, las especificidades que tuvo para las regiones de
Asia y América Latina, y por último, se realizará un análisis en el que intentaremos
determinar la importancia geopolítica que esas dos regiones tuvieron para los Estados
Unidos a lo largo del conflicto.
3
Hasta la Segunda Guerra Mundial, el papel de los Estados Unidos estuvo relegado a asistir a los países
europeos alineados a sus intereses con el fin de evitar el nacimiento de nuevas potencias, que modifiquen
radicalmente la balanza de poder continental. El surgimiento de la Guerra Fría encontraría a los Estados
Unidos ahora como principal responsable de la contención socialista, en un primer momento en Europa, pero
posteriormente a nivel Global (Calle & Merke, 2004).
12
fin de frenar el avance soviético, particularmente sobre Eurasia evitando el avance del
comunismo en la región (Calle & Merke, 2004).
La “Doctrina Truman” reconocía abiertamente la existencia de un conflicto Ruso-
Estadounidense, basado en diferencias ideológicas y de modos de vida frontalmente
opuestos. Como resultado de estas diferencias, serían los Estados Unidos quienes
deberían evitar la expansión del comunismo hacia la comunidad internacional.
Basándose en la teoría del dominio, que sostiene que la caída de un país en manos del
comunismo inevitablemente arrastraría a los países de su región y desestabilizaría a toda
el área, Estados Unidos planteó como problema de seguridad nacional cualquier tipo de
intento revolucionario o levantamiento de tipo nacionalista o comunista, considerándolo
como una amenaza para el “mundo libre” o para los intereses de empresas
norteamericanas en el extranjero (Carbone, 2006).
Como afirma Mearsheimer, es esperable que las potencias intenten impedir que otras
grandes potencias consiguieran ser hegemónicas en sus propias regiones. Las potencias
de mayor envergadura intentarán que en otras regiones existan potencias de similar tamaño
compitiendo entre sí por el liderazgo regional, evitando así la proliferación de desbalances
de poder. Un ejemplo de esto, menciona el autor, es la ayuda brindada por los Estados
Unidos a Japón y Europa Occidental (más específicamente Gran Bretaña, Francia y la
República Federal de Alemania) con el fin de contener el avance soviético en la región
euroasiática a través del desarrollo de potencias regionales fuertes que mantuvieran el
equilibrio de poder (Mearsheimer, 2005).
La estrategia de equilibrio de poder se basó en la creación de potencias regionales que
fueran percibidas como amenaza por la potencia reinante con el fin de mantener así limitado
su dominio sobre la región (Fuller y Arquilla, 1996). Al no verse amenazado en su propio
hemisferio, los Estados Unidos no se encontraron en la necesidad de enfrentar el
surgimiento de potencias regionales. Es por ello que se vieron posibilitados de influir en
otras regiones con el fin de evitar que cualquier potencia regional emergente no alineada a
los intereses estadounidenses conformase una amenaza para dichos intereses
(Mearsheimer, 2005).
La Guerra Fría no implicó choques armados directos entre las dos potencias hegemónicas,
sino que se basó en enfrentamientos aislados en conflictos de baja intensidad ocurridos en
el tercer mundo, en los que las dos superpotencias tuvieron participación indirecta, sea a
través del aprovisionamiento de material bélico y ayuda económica, o en los casos más
extremos, el envío de tropas (Carbone, 2006).
En términos generales, según Ribera (2006) se pueden distinguir cuatro etapas
consecutivas de la Guerra Fría: a) Contención (1945-1953), b) Coexistencia Pacífica (1954-
1975), c) Rebrote de las Tensiones (1976-1985) d) Distensión Final (1986-1991).
La etapa de contención comienza concluida la Segunda Guerra Mundial, cuando a pedido
de George Kennan, embajador estadounidense en Moscú, se propone la adopción de una
política de contención hacia la Unión Soviética. Esta política fue oficializada un año más
tarde por el presidente Truman. Durante la etapa de contención, surgen instituciones como
la Organización del tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el Pacto de Varsovia, Alemania se
divide en dos bloques, se llevan adelante los conflictos árabe-israelí, y se dan la Guerra de
Corea y la Revolución China. Con la crisis política de la Unión Soviética producto de la
muerte de Stalin en 1953 comienza la denominada etapa de coexistencia pacífica. Sería
ahora Nikita Kruschev la máxima autoridad de la URSS, y quien estaría a cargo de llevar
adelante el proceso de “desestalinización” de la Unión Soviética. Kruschev llevó a cabo una
política de reducción de tensiones, primando el respeto por las áreas de influencia de cada
superpotencia, reconociéndose por parte de las dos grandes potencias que un choque
13
militar implicaría la destrucción mutua (Ribera, 2006). En la tercera etapa, denominada
como “Rebrote” tiene lugar la invasión soviética a Afganistán4 y el recrudecimiento de las
tensiones tras el surgimiento de la denominada “doctrina Reagan” 5 (Graebner et al, 2008).
Por último, la cuarta etapa, denominada “etapa de Distensión Final” llega de la mano de la
ambiciosa reforma impulsada en la URSS, primero por Andropov 6 y luego por Gorbachov7.
Tales reformas implicaron el diagnóstico de que era necesario el abandono de la lucha
armamentista debido a la imposibilidad soviética para seguir el ritmo de las inversiones
estadounidenses en materia de defensa y, consiguientemente la reducción del armamento
nuclear. Con Gorbachov, se planteó además la necesidad de democratizar el sistema de
gobierno (Ribera, 2006).
La Guerra Fría transformó las relaciones internacionales, y con ello a la política exterior de
los Estados Unidos hacia cada una de sus zonas de influencia, observándose marcadas
diferencias entre la política exterior llevada adelante en la zona eurasiática y las impulsadas
para América Latina. De acuerdo con Wallerstein (1997), y como fuera dicho anteriormente,
la gran diferencia que existió entre el este asiático y los países de América Latina, fue que
el primero se vio beneficiado en términos de oportunidades de desarrollo por haber sido el
frente de batalla de la Guerra Fría.
Como se mencionó a comienzos del trabajo, siempre que nos refiramos al período de la
Guerra Fría, estaremos aludiendo a los hechos transcurridos entre 1947-1986, dejando de
lado lo ocurrido durante los últimos años del comunismo soviético que no son considerados
relevantes para esta investigación
4
La Guerra de Afganistán tuvo lugar entre diciembre de 1979 y enero de 1989. Consistió en el enfrentamiento
armado entre las fuerzas de la República Democrática Afgana (asistidas por la URSS) y grupos guerrilleros
apoyados por países del bloque occidental (Forigua-Rojas, 2010).
5
La “Doctrina Reagan” fue la doctrina de política exterior estadounidense llevada adelante durante la
presidencia de Ronald Reagan (1981-1989). La “Doctrina Reagan” buscaba atacar el pensamiento comunista
promovido por la Unión Soviética en el marco de la Guerra Fría (Carpenter, 1986).
6
Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética entre noviembre de 1982
y febrero de 1984.
7
Secretario General del Comité Central del Partido Comunista entre marzo de 1985 y agosto de 1991.
8
La doctrina Monroe, instituida en el año 1823, sostenía que cualquier intervención de estados no americanos
en América sería vista como un acto de agresión que requeriría la intervención de Estados Unidos (Pereira ,
2003).
9
Los gobiernos de Juan Domingo Perón en Argentina entre 1946 y 1955, los de ideología batllista en Uruguay,
Vargas en Brasil entre 1951 y 1954, son algunos ejemplos de gobiernos nacionalistas populares en la región
(Trias, 1978).
10
La doctrina Truman, instituida en 1947, buscaba brindar apoyo a los países alineados a los intereses
estadounidenses que se encontraran amenazados por grupos armados revolucionarios (Servín, 2004).
14
viera materializada tanto en términos económicos como también militares (Morgenfeld,
2010).
Tras la estabilización europea, a principios de la década de 1950 las tensiones políticas se
enfocaron en países periféricos, y fue hacia estos a donde se trasladó la Guerra Fría. La
nueva configuración global obligaba a Estados Unidos a poner foco en regiones como
América Latina, que había sido relegada de la agenda del Departamento de Estado durante
los primeros años de la posguerra. Con la finalización de la Guerra de Corea, Estados
Unidos impulsó una etapa continental en la que pretendió apoyar más específicamente a
las naciones latinoamericanas para su desarrollo y su industrialización, con el objetivo de
evitar que tales naciones se vieran tentadas de acercarse al bloque soviético (Morgenfeld,
2010).
En el marco de la “Doctrina Truman”, y su búsqueda por contener el avance socialista en la
región, los Estados Unidos hallaron en la “Doctrina Monroe” la legitimidad para intervenir
de forma indirecta en los asuntos internos de los países de la región, situación que fue
posible gracias a las resoluciones adoptadas a partir de la denominada “Conferencia de
Caracas”, acontecimiento que tomaremos como punto de partida para analizar los efectos
de la Guerra Fría en América Latina. La Décima Conferencia Interamericana de Caracas se
llevó a cabo el día 1 de Marzo de 1954 en la capital de Venezuela y entre sus objetivos, se
plantearon cuestiones referidas a la política común regional, el colonialismo y la
reivindicación de los principios democráticos como respuesta al “totalitarismo” de la Unión
Soviética. Los estados y organismos que se oponían a la realización de la conferencia
(ambas Cámaras Legislativas de Chile, parlamentarios de Costa Rica y Paraguay y
movimientos obreros de Estados Unidos y América Latina entre otros) planteaban la
contradicción entre los valores a reivindicar durante la conferencia y la realidad del país
anfitrión, que por entonces se encontraba bajo estado de sitio (EcuRed, 2015).
El hecho más destacable de la Conferencia de Caracas fue que Estados Unidos logró
establecer una declaración anticomunista reafirmada por los países participantes, que
violaba el principio de no intervención11 que regía para los estados americanos desde 1933
y que había sido ratificada en 1948. Aceptando esta alternativa de intervención, se creaba
un mecanismo multilateral que permitía que en caso de que un estado americano fuera
amenazado por actividad política de tintes comunistas, se pudiera proceder a la toma de
acciones por parte de los Estados Unidos y del resto de los países de la región.
Los países latinoamericanos mostraron escasa resistencia frente a este avance
estadounidense, debido a la necesidad de aumentar las cuotas de ayuda económica. Esto
se debió a que a medida que Estados Unidos llevó adelante su doctrina de contención del
comunismo, los flujos de dinero en forma de préstamos fluyeron a través del Plan Marshall
hacia Europa, y no hacia América Latina. La región en su conjunto entre 1945 y 1952 recibió
en conjunto menos asistencia por parte de los Estados Unidos que Bélgica y Luxemburgo
(Morgenfeld, 2010). Vale agregar, además, que el Plan Marshall supuso acuerdos de
asistencia técnica para con los países europeos: Estados Unidos financió a 24.000
11
En 1948 se celebra en Bogotá la IX Conferencia Internacional Americana, en la que se aprobó la Carta de la
Organización de los Estados Americanos, donde se consagra en forma definitiva la no intervención como
principio fundamental que rige las relaciones interamericanas. La OEA, reúne a los 35 Estados
independientes de las Américas y constituye el principal foro gubernamental político, jurídico y social del
Hemisferio. La Organización fue fundada con el objetivo de lograr en sus Estados Miembros, como lo estipula
el Artículo 1 de la Carta, "un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y
defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia". Para más información ver
http://www.oas.org/es/acerca/quienes_somos.asp
15
ingenieros, técnicos y líderes europeos para que visitaran fábricas norteamericanas, con el
objetivo de contribuir a una mejorar la productividad manufacturera europea (Johnson,
2002).
Los escasos flujos que llegaron a la región lo hicieron a través de créditos del Eximbank 12
con el fin de subvencionar las exportaciones y las importaciones privadas de Estados
Unidos desde y hacia la región. Vale aclarar que no se otorgaron créditos para empresas
estatales, considerando que podría favorecer el nacionalismo económico y el estatismo en
la región (Morgenfeld, 2010).
Como resultado de las resoluciones tomadas en la X Conferencia Interamericana de
Caracas, Consalvi (2011) afirma:
Las dictaduras de América Latina, especialmente las de América Central y del Caribe, los
Somoza en Nicaragua, Trujillo en Santo Domingo, Batista en Cuba, Pérez Jiménez en
Venezuela, descubrieron en el anticomunismo la mejor excusa para combatir y aniquilar los
sistemas o gobiernos democráticos en la región. Fue invadida Guatemala por fuerzas
extranjeras entrenadas y financiadas especialmente por Somoza, y derrocado el gobierno
democrático de Jacobo Arbenz (p. s/n).
3.2.1 Dos puntos de inflexión durante la Guerra Fría en América Latina: La revolución
cubana y la Alianza para el Progreso.
La Revolución cubana
La revolución cubana, llevada adelante el primero de enero de 1959 por parte del ejército
guerrillero al mando de Fidel Castro y cuya consecuencia fue la destitución del dictador
Fulgencio Batista, constituyó un punto de inflexión en la situación política de la región
(Gamboa Rocabado, 2009). Esto significó, en palabras de Paredes (2004), una humillación
para el gobierno estadounidense y planteó la necesidad de profundizar las políticas de
contención en la región. Con ella comienza una era de florecimiento de movimientos
revolucionarios en América Latina13, los cuales se vieron particularmente impulsados por
12
Eximbank es el nombre abreviado por el que se conoce a “The Export-Import Bank of the United States”.
Organismo de crédito creado en 1934 cuya función es financiar la exportación de productos estadounidenses
(Export-Import Bank of the United States, 2016).
13
Movimientos de Liberación Nacional Tupamaros (MLNT) en Uruguay, Movimiento de Izquierda
Revolucionaria (MIR) en Chile, Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Bolivia, Partido Revolucionario de los
Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP) en Argentina, por nombrar solo algunos, forman
16
una mayor “ideologización” de las clases medias, que veían a la experiencia guerrillera
cubana como un modelo de inspiración (Buitrago, 2003).
Las políticas norteamericanas hacia la región percibían al comunismo como el principal
responsable de la inestabilidad política y amenaza a la seguridad hemisférica, y la
Revolución Cubana le dio a los Estados Unidos la justificación para aplicar la estrategia de
contención en América Latina. La disuasión de los movimientos revolucionarios
latinoamericanos se llevó adelante por medio del desarrollo de capacidades militares
locales llevado adelante por medio de políticas de cooperación militar entre los ejércitos
regionales y fuerzas estadounidenses (Buitrago, 2003).
parte de la red de organizaciones revolucionarias gestadas en el cono sur durante el período descripto
(Marchesi, 2009).
14
La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) fue establecida por la resolución 106 (VI) del Consejo
Económico y Social, del 25 de febrero de 1948, y comenzó a funcionar ese mismo año. En su resolución
1984/67, del 27 de julio de 1984, el Consejo decidió que la Comisión pasara a llamarse Comisión Económica
para América Latina y el Caribe. Es una de las cinco comisiones regionales de las Naciones Unidas y su sede
está en Santiago de Chile. Se fundó para contribuir al desarrollo económico de América Latina, coordinar las
acciones encaminadas a su promoción y reforzar las relaciones económicas de los países entre sí y con las
demás naciones del mundo. Posteriormente, su labor se amplió a los países del Caribe y se incorporó el
objetivo de promover el desarrollo social (Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 2016).
15
Se denomina Carta o Conferencia de Punta del este a la reunión celebrada en 1961 en Punta del Este en el
marco de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la OEA. En ella se afirman las intenciones de
fortalecer los objetivos de la Alianza para el Progreso y se firman tratados de libre comercio entre las naciones
participantes (Cumbre de las Américas, 1967).
17
particulares de cada país, como por ejemplo el grado relativo de desarrollo que no podía
ser tratado de forma genérica para cada uno de los casos.
Sumado a los mencionados problemas de implementación, otro obstáculo fue el proceso
de desconfianza por parte de los países latinoamericanos hacia los Estados Unidos, más
allá de que la filosofía original de la Carta partía de la base, como se dijo, de que las
amenazas no podían ser atacadas únicamente por la vía militar, sino a través de profundas
reformas económicas y sociales. Tras el asesinato de Kennedy en 1963, la administración
de Johnson dio un giro a la postura estadounidense al afirmarse que cualquier amenaza a
la seguridad colectiva sería abordada unilateralmente por los Estados Unidos (Luque de
Salazar, 1985), lo que se encontró con la oposición de los gobiernos desarrollistas del Cono
Sur, quienes no tenían intenciones de aceptar la injerencia de los Estados Unidos. Estos
gobiernos, que en su mayoría no eran socialistas, conformaban un eje de países
nacionalistas de orientación popular.
16
Se denomina Plan u Operación Cóndor al plan que buscó instaurar gobiernos dictatoriales en sudamérica a
partir de la de década de 1970. El objetivo de la operación consistió en disciplinar políticamente a la región
por medio del terrorismo de estado y la proscripción de todo tipo de movimientos populares.
17
La primera crisis del petróleo surge a partir de la decisión de la Organización de Países Árabes Exportadores
de Petróleo (OPEP) de suspender la venta de petróleo hacia los países aliados a Israel durante la Guerra entre
Israel contra Egipto y Siria. El embargo propuesto por los países miembros de la OPEP provocó un aumento
del precio mundial del petróleo con consecuencias inflacionarias en el mundo desarrollado (Central
Intelligence Agency, 1973). La denominada “segunda crisis del petróleo” tiene lugar en 1979 a partir de las
consecuencias de la revolución iraní y la guerra entre Irak e Irán, que dio por resultado una fuerte suba en los
precios del petróleo. El alza de precios del sector petrolero se tradujo en un déficit comercial en países
18
sus recurrentes déficits de cuenta corriente. En este contexto, entre 1970 y 1980, la deuda
latinoamericana creció al vertiginoso ritmo del 24% anual. Para 1981, las consecuencias de
la crisis del petróleo (inflación en los países centrales) implicaron que Estados Unidos
subiera su tasa de interés, apreciando de ese modo el dólar. La suba en las tasas afectaba
particularmente a América Latina, quien durante la década de 1970 se había endeudado en
dólares a tasas variables. Producto del alto endeudamiento, los países latinoamericanos se
vieron imposibilitados de hacer frente a los compromisos asumidos en el exterior, lo que
desencadenó una serie de incumplimientos de deuda y una crisis económica a nivel
regional (Fernandez Kranz, 2012).
La crisis de la deuda acentuó las debilidades estructurales mostradas en los procesos de
desarrollo de la región y desencadenó un período de casi una década de inestabilidad y
recesión.
La década de 1980 significó, por un lado el fin de los intentos estatales de desarrollo en
América Latina basados en crédito barato, y por el otro expuso la fragilidad de sus
estructuras industriales y la ausencia de campeones nacionales fuertes (Lopes da Cunha,
Apel, 2004).
El fin de las dictaduras en América Latina coincide con el período histórico que hemos
considerado como final de la Guerra Fría y posterior caída del régimen soviético que daría
fin a la bipolaridad y abriría la puerta a una nueva distribución de poder mundial.
Para concluir, y de acuerdo con lo que afirman Lopes da Cunha y Apel (2004), nos
encontramos en condiciones de sostener que por encontrarse en una zona de influencia
estadounidense y con la amenaza socialista contenida, en función de no hallarse en el
continente una potencia socialista que pudiera amenazar al poder estadounidense en la
región, la Guerra Fría en América Latina significó, en términos de política internacional, una
domesticación doctrinaria sin incentivos al desarrollo, tanto económicos como geopolíticos.
importadores mientras que en los países exportadores se evidenció un fuerte superávit. Ante esta situación,
los países no productores de petróleo tomaron dos caminos. Por el lado de las economías desarrolladas, se
redujo el gasto corriente, mientras que por el de los países en desarrollo, esperando que el alza de los precios
sea transitorio, se hizo lo opuesto, generando así un doble déficit de cuenta corriente: uno producto de las
mayores cuentas provocadas por los precios del petróleo y el otro, por las mayores exportaciones netas
logradas por los países industriales. Para 1980, se observa una fuerte tendencia contractiva en la política
monetaria de los países industriales que tiene como consecuencia la suba de la tasa de interés de corto y largo
plazo en todos los mercados, incluido al de capitales (Valdés, 1988)
18
La intervención estadounidense en la Guerra de Vietnam pueden ser divididas en dos etapas. Por un lado la
etapa denominada “Guerra Especial” o “Guerra de aldeas estratégicas” que comienza en el año 1960 y
consiste en un proceso de pacificación territorial a partir de la instalación de bases norteamericanas con el fin
de guiar a la tropa vietnamita en el terreno local. La segunda etapa es la que se conoce como “Guerra Local”.
Esta comienza en 1964 y es lo que comúnmente se conoce como “Guerra de Vietnam”. Durante este proceso
se lleva adelante el despliegue de fuerzas norteamericanas en terreno vietnamita cumpliendo las funciones
que en la etapa anterior cumplían las fuerzas armadas locales (Iglesias, 2015).
19
los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas 19
intervinieron directa e indirectamente en la región (Urgel, 2007).
La Guerra Fría pesó significativamente en el origen de los denominados “Milagros
Económicos” de países como Japón y de los denominados “tigres asiáticos” 20 y en la
posterior transformación de esos países en piezas estratégicas de la maquinaria que
conforma el poder global de los Estados Unidos, al menos hasta la década del ‘70 (Fiori,
2012). Los países protagonistas de los “milagros económicos” habían sido destruidos
durante la Segunda Guerra Mundial y posteriormente ocupados y convertidos en
protectorados militares estadounidenses. Originalmente, la intención de los Estados Unidos
fue desmantelar las estructuras productivas tradicionales de estos países (chaebols en
Corea y zaibatsus en Japon), pero con el comienzo de la Guerra Fría y más
específicamente, luego de la Guerra de Corea21, el proyecto inicial fue abandonado,
llevándose a cabo una propuesta completamente opuesta, en la que se estimuló el
crecimiento económico y se apoyó la conformación de gobiernos fuertes que fortalecieran
a los agentes económicos preexistentes a la Segunda Guerra Mundial (Fiori, 2012).
De acuerdo con Guaita (2015), la proyección de los Estados Unidos sobre la costa oriental
eurasiática comienza con la incorporación de Japón al sistema mundial, a través de una
serie de cambios estructurales impulsados por las fuerzas de ocupación aliadas luego de
la Segunda Guerra Mundial que incluían reformas laborales y constitucionales, y la firma
del llamado “Tratado de San Francisco” en 1951, que concedía a los Estados Unidos
múltiples bases militares dotadas de todo tipo de armamento. Las reformas, agrega Guaita,
contribuyeron a la promoción del capitalismo en la región y a la expansión del poder militar
estadounidense en Eurasia.
A diferencia de los países europeos, Japón recibió ayuda externa de forma colateral a través
del gasto generado por los Estados Unidos para aprovisionar a sus tropas durante la Guerra
de Corea, lo que por un lado relajó la restricción externa producto de las exportaciones
hacia los Estados Unidos, y por el otro produjo una expansión de la demanda agregada,
que combinada con un similar efecto en la demanda doméstica, contribuyeron a aumentar
el nivel de productividad del trabajo y del producto bruto. (Guaita, 2015)
La expansión japonesa dio como resultado una gran oferta de crédito en la región, que fue
aprovechada por los conglomerados industriales coreanos (chaebols), lo que permitió que
los procesos de desarrollo pudieran continuar durante los años ’80.
Contrario a lo ocurrido en el sudeste asiático, los países latinoamericanos se encontraron
con serios problemas de restricción externa 22 que afectaron de manera decisiva el éxito de
los procesos de desarrollo en la región (Lopes da Cunha, Apel, 2004).
19
El consejo de seguridad e las Naciones Unidas cuenta con 15 miembros, entre los cuales 5 son de carácter
permanente y poseen facultades excepcionales con respecto al resto de los miembros. Los miembros
permanentes del consejo de seguridad son China, Francia, Federación de Rusia, el Reino Unido de Gran
Bretaña e Irlanda del Norte y los Estados Unidos de América (Naciones Unidas, 2016)
20
Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán.
21
La Guerra de Corea se inició a partir del ataque llevado adelante por el gobierno de Corea del Norte el 25
de junio de 1950. Tras la negativa de Corea del Norte de replegarse, las Naciones Unidas conformaron una
unidad de fuerzas conjuntas junto a los Estados Unidos y otras 15 naciones para contener la avanzada
comunista. Tras la muerte de Stalin en 1953 se firma finalmente el armisticio (Celaya Figueroa & Villareal
González, 2007).
22
Según Lopes da Cunha y Apel (2004), Corea no sufrió problemas de restricción externa producto de la oferta
de crédito que en la región. En línea con lo afirmado por Lopes da Cunha y Apel, Stubbs (1989) sostiene que
la oferta de crédito nace producto de la progresiva eliminación de las barreras a la exportación de capitales
20
Para mediados de la década de 1970, Japón ya era la segunda economía del mundo
capitalista. Japón basó su estrategia económica en la internacionalización de sus bancos y
empresas y en la construcción de complejas redes de comercio e inversión entre el este y
el sudeste asiático, encabezando así el proceso de desarrollo regional (Torres Filho, 1997).
Para comprender cómo este contexto incidió en el proceso de nuestro caso de interés,
Corea del Sur, debemos remarcar que las dos Coreas, desde la apertura de Oriente a
Occidente durante la dinastía Li en el siglo XIX, fueron escenarios de conflicto, en un primer
momento entre los poderes regionales (China, Japón y Rusia), y con el fin de la Segunda
Guerra Mundial, entre las dos superpotencias (Celaya Figueroa & Villareal González, 2007).
De este modo, la inclusión al proceso de desarrollo regional constituía no solo una
necesidad para los fines de expansión económica japonesa, sino también para las
necesidades geoestratégicas estadounidenses, producto de la conflictividad propia de la
región. La década de 1970 estuvo marcada, en el plano internacional, por la retirada de los
Estados Unidos como principal inversor del sudeste asiático, posición que pasaría a ser
ocupada por Japón.
La irrupción japonesa como principal inversor de la región fue posible gracias a los lazos
comerciales fomentados por los Estados Unidos, entre Japón y el resto de las economías
del sudeste asiático durante los años 50 y 60 (Stubbs, 1989). Con el fin de asegurar el éxito
de la penetración japonesa en la región, el gobierno japonés desarrolló una serie de
políticas de cooperación que incluían desde ayuda técnica hasta reparaciones económicas
directas.
De acuerdo con Stubbs (1989), la crisis del petróleo de 1973, generó preocupación en el
gobierno japonés respecto al futuro del suministro de materias primas y energía. Para ese
año, el 70% del petróleo y una gran parte de otros recursos naturales consumidos por Japón
provenían del sudeste asiático. Sumado a la cuestión de las materias primas, la reducción
de la presencia militar estadounidense luego de la finalización de la Guerra de Vietnam,
evidenció la necesidad del surgimiento de un líder que pudiera mantener la el equilibrio
político regional. La ayuda japonesa, conforme pasaron los años, se caracterizó por un
particular énfasis en asistir mediante la provisión de infraestructura y mercados de
exportación a los países de la región.
Como se mencionó a lo largo de esta sección, las políticas económicas de los países del
este asiático fueron profundamente influenciadas por el conflicto entre las superpotencias
(Arrigh, 1997), siendo el proceso de desarrollo japonés una de las primeras consecuencias
económicas del conflicto en la región, cuyos resultados se replicaron posteriormente en el
proceso de desarrollo coreano y taiwanés (Stubbs, 1989). Si bien no podemos imputar
causalidad directa entre la importancia geopolítica y el éxito de los procesos de desarrollo,
hay claras evidencias de que los países ubicados geográficamente en regiones de alta
importancia estratégica para los países centrales, contaron con condiciones preferenciales
a la hora de llevar adelante sus procesos de transformación productiva, situación que allanó
el camino hacia el desarrollo. Esta afirmación también es compartida por Medeiros y
Serrano (1999), quienes sostienen que a partir de la década de 1960, Corea penetró
rápidamente en el mercado estadounidense a partir de una política industrial agresiva con
productos de bajo valor agregado (anteriormente algo similar había ocurrido con los
productos japoneses), como ya fuera mencionado más arriba. Esto fue posible debido a
que Corea se vio beneficiado por los Estados Unidos al otorgársele tratamientos especiales,
japoneses que tuvo lugar entre los años 1969 y 1972, lo que por un lado incrementó la inversión extranjera
directa proveniente desde Japón, y por el otro, amplió la oferta de crédito.
21
y sacrificando así sus intereses materiales más inmediatos en pos de un fortalecimiento
general del capitalismo (Medeiros, Serrano, 1999).
“quienes dominen a a la región asiática dominará al mundo. Los países asiáticos constituyen
un desafío para las economías del mundo por su idiosincrasia, su laboriosidad y su filosofía de la
vida” (p: 1).
Para 1960 seis de las diez mayores economías mundiales se encontraban entre los países
euroasiáticos. Para la década de 1970, 8 de las 10 economías de mayor tamaño
pertenecían al continente euroasiático.
Por otro lado, Eurasia representa el 41,84% de la superficie de tierra mundial (Guaita, 2015),
siendo esto un factor clave desde el punto de vista de los recursos naturales. Esta
combinación de factores (participación en el producto mundial, cantidad de habitantes,
acceso a recursos naturales, etc.) determinó que la región euroasiática fuera de especial
interés para los Estados Unidos ya que, además de su cercanía con la Unión Soviética,
contaba con las condiciones necesarias para dar lugar al surgimiento de nuevas grandes
potencias.
Un buen indicador de la importancia geoestratégica regional, puede ser determinado a
partir del análisis del despliegue militar llevado adelante por los Estados Unidos en la región,
agregando -como dato no menor para entender las razones de tal despliegue- que todas
las potencias nucleares del mundo surgieron de la región euroasiática, con excepción de
los Estados Unidos (Guaita, 2015).
Para analizar el despliegue militar estadounidense, analizaremos una serie de variables
como la cantidad de tropas desplegadas, la creación de estructuras de control militar por
regiones y el armamento dispuesto, con el fin de determinar si se observan diferencias
manifiestas entre nuestras zonas de estudio.
22
Tabla 1: Tropas desplegadas por los Estados Unidos en el extranjero por región.
23
Los comandos de combate unificados son comandos militares que operaron originalmente fuera de las
fronteras de los Estados con la finalidad de controlar diversas áreas del mundo consideradas estratégicas.
Actualmente los Estados Unidos disponen de nueve comandos de combate unificados, ocho de ellos
desplegados en el extranjero y uno dedicado a la defensa de los Estados Unidos en el continente americano
(Departamento de defensa de los Estados Unidos, 2016).
23
Ilustración1: Disposición geográfica de los comandos unificados
Vale mencionar, destaca el autor, que si bien existe un comando unificado para la región
sudamericana (creado como respuesta a la crisis de los misiles24 en Cuba), este es el único
que no posee un portaviones asignado. Vale tener en cuenta que los portaviones son la
herramienta que otorga a los Estados Unidos la posibilidad de disponer de fronteras con
todos los estados del mundo, y una capacidad única de invasión (Guaita, 2015).
Podemos sostener que la creación de los comandos USPACOM y USEUCOM en el año
1947 representa una clara señal de interés estadounidense en la región euroasiática.
En resumen, si se tienen en cuenta las características económicas, geográficas y
poblacionales propias del continente euroasiático, y se analizan las especificidades políticas
de la región en el contexto de la Guerra Fría, podemos concluir que la región euroasiática,
y más específicamente el sudeste asiático constituyeron un área de alta importancia
geopolítica para los Estados Unidos, en el marco de la estrategia de contención del
comunismo. Esta lógica encuentra su correlato en el despliegue de tropas y armamento
realizados por el gran hegemón mundial durante el período de análisis, confirmando la
hipótesis de que la región euroasiática poseyó una mayor relevancia estratégica que la que
se puede observar para América Latina durante igual período.
24
La crisis de los misiles es el nombre que se le dio al conflicto que tuvo lugar en octubre de 1962 entre Cuba,
la Unión Soviética y los Estados Unidos producto del descubrimiento, por parte de los Estados Unidos, de
bases militares soviéticas dotadas con arsenal nuclear en territorio Cubano (The national security archive of
the George Washington University, 2016).
24
4-TRAYECTORIAS COMPARADAS DE DESARROLLO: LOS CASOS DE ARGENTINA
Y COREA
Introducción
En el cuarto y último capítulo de esta investigación se brindará, en primer lugar, una
descripción general de las características principales de los senderos de desarrollo
argentino y coreano. Se pondrá especial foco en el sendero de desarrollo Argentino y se
hará énfasis, por un lado en los procesos políticos y económicos más relevantes del
período, y por el otro en los tratamientos diferenciados recibidos por estos dos países por
parte de Estados Unidos. Posteriormente se realizara una comparación cualitativa y
cuantitativa de una serie de variables económicas con el fin de determinar el éxito del
sendero de desarrollo de cada país.
25
La industrialización espontánea es la etapa comprendida entre 1930 y 1945. La crisis de 1929 trajo aparejada
una fuerte depresión económica a nivel mundial que impacto profundamente en la economía argentina, que
se vio en la necesidad de sustituir productos que hasta comienzos de la crisis se importaban. Este proceso
proyectó al sector industrial, el cual a partir de los años 30 se convertiría en uno de los impulsores del
crecimiento de la economía en Argentina (Rapoport, 2013). En base a la caracterización realizada por Rapoport
(2013), identificaremos otras dos etapas de industrialización. La denominada “industrialización guiada” que
tiene lugar entre 1946 y 1958, y por último, la denominada “industrialización desarrollista” que tendrá lugar
entre 1959 y 1973.
25
se llevó adelante una reorientación de la estructura productiva 26, en la que no solo se dieron
las condiciones para el crecimiento de la especulación, con grandes ganancias para el
sector financiero, sino que además se destruyeron muchas de las capacidades industriales
adquiridas durante períodos anteriores.
26
El mencionado proceso de reconversión productiva tendrá lugar hasta el año 2002. Para los alcances de
nuestra investigación solo consideramos relevantes los hechos transcurridos hasta el año 1985. Para mayor
información ver Rapoport, Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2003), (2013).
27
“La Segunda Guerra Mundial había colocado a Gran Bretaña en una difícil situación económica debido a la
prioridad que recibió la producción bélica en detrimento de sus exportaciones. Con los Estados Unidos, casi
todos los países de la Commonwealth y otras naciones con las que mantenía importantes relaciones
comerciales, el Reino Unido tuvo saldos deudores durante la guerra. Pero mientras que algunos países
demandaron su pago en dólares u oro, al menos hasta que Londres agotara sus exhaustas reservas, otros se
conformaron, en lugar del pago en efectivo, con ir acumulando créditos en la forma de libras esterlinas con
garantía en oro en el Banco de Inglaterra, no disponibles en lo inmediato e inconvertibles en otras divisas
desde 1939: las llamadas ‘libras bloqueadas’. Tal fue el caso de Argentina, que entre 1940 y 1945 tuvo un
balance comercial bilateral favorable en m$n 1560 millones, haciéndose cargo del pago a los frigoríficos y
exportadores del valor de los productos vendidos a Gran Bretaña y acumulando, en contraprestación, esas
libras bloqueadas” (Rapoport, 2013 p. 337).
28
EL esquema triangular de comercio entre Argentina, Estados Unidos y Gran Bretaña consistía en un sistema
de intercambio por el cual Argentina vendía sus productos a Gran Bretaña, quien luego de la Segunda Guerra
Mundial se había convertido en uno de los mayores importadores de mercancías provenientes de la Argentina.
Ante la imposibilidad de Gran Bretaña de hacer frente al pago de dichas mercancías, Argentina obtenía un
saldo favorable que podía ser utilizado para importar productos de origen estadounidense. De esta manera
se rompe el tradicional nexo bilateral entre Argentina y Gran Bretaña, para ser reemplazado por el triángulo
comercial Argentina-Gran Bretaña-Estados Unidos (Fodor , O'Connell, & dos Santos, 1973)
29
IAPI es la sigla de “Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio”. Fue creado en 1946 con el fin de
centralizar el comercio exterior y tener un control sobre la distribución de los ingresos.
26
regulaciones económicas del gobierno peronista limitaban las ganancias de las grandes
empresas internacionales exportadoras de cereales (Rapoport & Spiguel, 2009).
La presión de Washington sobre la Argentina se ve evidenciada en un informe de
Inteligencia del Departamento de Estado que afirma que si el gobierno argentino no era
capaz de pagar por su industrialización con dólares obtenidos por su cuenta como había
previsto hacerlo, debería pagarlos con concesiones y garantías para las compañías
norteamericanas. Las discriminaciones documentadas por el Departamento de Estado más
tarde serían acompañadas por declaraciones de funcionarios que afirmaban, a modo de
oposición a la política económica del peronismo, que debían “poner a la Argentina de
rodillas” (Rapoport & Spiguel, 2009).
En resumen, Washington y sus diplomáticos utilizaron el Plan Marshall como herramienta
de presión hacia el gobierno peronista e impusieron una discriminación deliberada contra
las exportaciones argentinas, al mismo tiempo que se intentaba lograr que Argentina
continúe importando de países europeos con el fin de apoyar la recuperación industrial del
viejo continente (Rapoport & Spiguel, 2009).
27
su vez, se observaron, aunque moderados durante los primeros años del período, avances
en lo relativo a la participación de las manufacturas en el nivel de exportaciones,
composición de valor agregado y participación de las manufacturas en el PBI total, lo que
de acuerdo con Schteingart (2016), constituye un hecho inédito en la historia argentina.
Durante el decenio 1964-1974 las exportaciones industriales crecieron cuatro veces más
rápido que las importaciones de igual rubro, observándose además altas tasas de
crecimiento del PBI. De este modo, estamos en condiciones de afirmar que el proceso de
Industrialización por sustitución de importaciones, y más específicamente, su versión
desarrollista, lejos se estaba de encontrarse agotado al momento de su abrupto final.
30
Para profundizar sobre las consecuencias de mediano y largo plazo de las políticas impulsadas por el Proceso
de Reorganización Nacional, y por los sucesos de la década de 1980, recomendamos consultar “Historia
económica, política y social de la Argentina (1880-2003)” de Mario Rapoport.
28
la ya mencionada “crisis de la deuda externa”, y a la denominada “década perdida”, en la
que las economías latinoamericanas prácticamente no mostraron crecimiento (Rapoport,
2013).
Introducción.
Ya desde antes de la finalización de la guerra, la economía coreana se encontraba casi
exclusivamente sostenida por la agricultura. Los primeros intentos industrializadores de la
historia coreana fueron realizados por Japón. Este proceso, por un lado, concentró casi la
totalidad de las estructuras productivas en la parte norte del país. Por el otro lado, su
profundización fue moderada, por lo que para el año 1938, el 70.4% del empleo era agrícola
(Lim, 2010). La Guerra de Corea implicaría la destrucción total de las capacidades
productivas instaladas y una contracción de la economía coreana que encontraría a su
población luchando por la supervivencia. Desde la finalización de la Segunda Guerra
Mundial, y con el posterior inicio de la Guerra Fría, la República de Corea transitó un rápido
proceso de crecimiento e industrialización. Este proceso se caracterizó por una fuerte
presencia estatal y por una gran importancia del papel del comercio exterior (Lee et al,
2012), particularmente durante las décadas de 1960 y 1970 que dieron por resultado una
transformación profunda de la estructura industrial del país (Kim & Koh, 2012).
31
Entenderemos por “despegue” a la definición brindada por Rostow(1960). En esta etapa del desarrollo,
grupos específicos considerados como “sectores guía” en los que se aplican técnicas modernas de producción
crecen rápidamente ganando participación en la producción total de la economía. Es la etapa previa, según el
autor, a las etapas de madurez de la sociedad capitalista y al posterior consumo masivo en la que se alcanza
el desarrollo.
29
Características generales del proceso de desarrollo
La finalización de la guerra encontró a Corea con la totalidad de sus establecimientos
industriales destruidos. El producto bruto interno percápita era de apenas 67 dólares, y la
esperanza de vida apenas alcanzaba los 50 años. No fue hasta el año 1957 que Corea
alcanzó un producto similar al previo a la guerra, aunque el nivel de vida general aún era
de supervivencia (Lim, 2010). Frente a la situación de subsistencia en la que se encontraba
la economía coreana, fue la ayuda de los Estados Unidos y Naciones Unidas la que permitió
abastecer a la República de Corea con artículos de primera necesidad. Para la segunda
mitad de la década de 1950 los déficits comerciales alcanzaban cifras negativas de 350
millones de dólares financiados principalmente mediante ayuda extranjera proveniente de
los Estados Unidos (Lee, 2012).
La década de 1950 transcurrió en el marco de la supervivencia y la reconstrucción, por lo
que no sería hasta la de 1960 que tendría lugar el comienzo del proceso de modernización
coreana, de la mano del gobierno del general Park, quien asumió la presidencia de facto de
la república en 1961 tras un golpe de Estado (Lim, 2010). Durante el comienzo del proceso
industrializador coreano la política comercial fue altamente proteccionista. Para 1960 el
gobierno se concentró en promover las exportaciones pasando a ser esa la máxima
prioridad en la política económica del país (Lee, 2012). El impulso inicial al crecimiento fue
encabezado por la industria manufacturera, cuyo producto se elevó un 17% al año durante
la década de 1960 y un 16% en la siguiente logrando que la participación de las
manufacturas en el valor agregado bruto pasara del 12% durante el período 1953-1960 al
23% para 1971-1980 (Kim & Koh, 2012).
Existen diversas visiones sobre las causas que desencadenaron el éxito del proceso de
desarrollo coreano. Desde el punto de vista político, cobra relevancia la hipótesis de que
fueron las políticas industrializadoras del presidente Park, mientras que desde el punto de
vista social, se le suelen atribuir a cuestiones de raza, cultura y herencia confuciana (Lim,
2010).
El gobierno de Park implementó, a partir de la década de 1960 los denominados “planes
quinquenales para el desarrollo económico”. Estos tenían por objetivo desarrollar la
economía nacional mediante, en primer lugar la industrialización, y en segundo el aumento
de las exportaciones. La primera etapa se concentró fundamentalmente en el
establecimiento de industrias claves y en infraestructura básica, para ya a partir del segundo
plan quinquenal, orientar todos los recursos hacia la industria y la exportación, obteniendo
como resultado que para el año 1966 las sean 7,6 veces mayores que las de 1960 (Lim,
2010).
El éxito del proceso de desarrollo coreano, tiene como característica principal su acelerado
crecimiento, superando a otros casos de “milagros económicos” como los de Alemania y
Japón. El proceso industrializador coreano alcanzó hitos que llamaron la atención del
mundo. Entre los años 1960 y 1990 Corea aumento en 500 veces el nivel de sus
exportaciones, mientras que durante la década de 1980, superó en términos de PBI per
cápita a países latinoamericanos como México, Argentina o Brasil, quienes a comienzos de
la década de 1960, casi triplicaban los niveles coreanos.
Introducción
A lo largo de la última sección de este trabajo realizaremos una descripción de los
tratamientos recibidos por cada uno de nuestros casos de estudio por parte de los Estados
30
Unidos, argumentando sobre factores que, creemos, incidieron en el éxito o fracaso de los
procesos de desarrollo. Por último, brindaremos una comparación de las condiciones en
las que se encontraba cada uno de nuestros casos de estudio a comienzos del período
analizado, y observaremos su evolución con el fin de determinar el nivel de éxito de ambos
procesos.
32
Las interpretaciones comúnmente aceptadas por parte de la ortodoxia económica atribuyen a la
participación estatal excesiva en América Latina una de las principales causas del fracaso. La calidad de la
intervención en cada región y a sus estructuras de clases e idiosincrasias de los países (Kim K.-H. , n/d).
31
que a diferencia de lo ocurrido en América Latina (incluyendo Argentina), donde el vínculo
entre los sectores agrarios y el capital extranjero mermaron la autonomía estatal
condicionando así, el éxito del proceso de ISI, en Asia los gobiernos gozaron de un mayor
poder que, combinado con la ayuda extranjera masiva y la consiguiente hipermilitarización,
permitieron al estado establecer políticas que favorecieran la transición hacia la
industrialización exportadora sin mayores dificultades a la hora de enfrentar conflictos entre
los diferentes sectores productivos. En palabras de Mámora y Dirk (1990), fueron los
actores estadounidenses que actuaban dentro de las estructuras económicas de los países
latinoamericanos quienes bloquearon los procesos de industrialización.
Respecto al tratamiento del comercio internacional, Bustelo (1992) sostiene que el grado
de liberalización que se le imputa a las economías del sudeste asiático, y particulamente a
la coreana, fue exagerada por los análisis neoclásicos. En línea con lo expuesto por Bustelo
(1992), Gray (2014) agrega que a pesar de las presiones liberalizadoras impuestas por
Estados Unidos en la región asiática, Corea fue capaz de proteger su economía doméstica
llevando adelante un rol activo e intervencionista por parte del gobierno, incluso a finales
de la década de 1980. Bustelo (1992) agrega a esto último que el sistema arancelario
coreano se mantuvo prácticamente intacto entre las décadas de 1960 y 1980, mientras que
lo que sí se modificó, pero ligeramente, fueron las medidas paraarancelarias.
Frente a las medidas “no favorables al mercado” llevadas adelante Corea (a partir de 1959
y que se extenderían hasta mediados de la década de 1980) resulta interesante destacar
que no se observa el mismo tratamiento frente a iguales políticas por parte de los Estados
Unidos hacia los países latinoamericanos, donde las presiones liberalizadoras impulsadas
por el gran hegemón fueron mucho mayores a las observadas en el sudeste asiático
(Bustelo 1992), las que además de gozar de beneficios en cuanto a la posibilidad de colocar
su producción industrial en mercados donde aún no eran competitivas a partir de la década
de 1960 y profundizándose en la de 197033 (Medeiros, Serrano, 1999), no vieron mermado
su acceso al crédito internacional, como sí lo hicieron los países latinoamericanos luego de
la ya mencionada crisis del petróleo (Bustelo , 1992).
En cuanto a la integración financiera, Singh y Wolfson (1995) sostienen que, contrario a lo
que afirma la explicación neoclásica, las economías latinoamericanas se encontraban
mucho mas abiertas que las economías asiáticas. Las primeras ostentaban grados de
convertibilidad de las monedas y apertura financiera altos en relación a lo que ocurría en el
sudeste asiático, donde existían controles de cambio estrictos y, como desarrollaremos más
adelante, a diferencia del caso latinoamericano, las empresas coreanas solo podían tomar
crédito a través del estado.
El nivel de apertura y la debilidad de los estados latinoamericanos frente al poder
económico, afirman Singh y Wolfson (1995), dio lugar a que las consecuencias de las crisis
externas fueran mucho más impredecibles y libradas a la dinámica de los mercados que en
el caso asiático, donde la intervención del estado ayudó a contrarrestar los efectos de estas
crisis, e incluso, según Mamora y Messner (1990), sacar provecho de ellas.
Sobre esto, Huges y Singh (1991) sostienen que fue la integración financiera lo que terminó
por desplazar de sus senderos de desarrollo a los países latinoamericanos quienes, de
acuerdo con Singh y Wolfson (1995), se encontraban abiertos a dimensiones como la
inversión extranjera directa y mercados financieros internacionales. A diferencia del caso
latinoamericano, economías como la coreana se encontraron durante gran parte del
33
En línea con la afirmación de Mereiros y Serrano (1999), Toussaint (2009) agrega que para comienzos de la
década de 1970, el 20% de las exportaciones coreanas se encontraban destinadas a cubrir las necesidades del
cuerpo expedicionario estadounidense.
32
proceso de desarrollo cerrados a los mercados de capitales internacionales, siendo solo el
estado y sus organismos quienes podían tomar prestamos o concederlos. Los mercados
financieros coreanos se encontraban cerrados a la competencia internacional y la inversión
extranjera directa se encontraba limitada y controlada por el estado.
A pesar de las politicas contrarias a los postulados del libre comercio y la no intervención
de la economía, según Toussaint (2009) Corea recibió, en forma de donaciónes
provinientes de los Estados Unidos, un tercio más de la ayuda recibida por Francia durante
el Plan Marshall, un 10% más de la recibida por Inglaterra, y más de doble de lo recibido
por Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos. Fue recién para el año 1967, que Corea
comenzó a tomar capitales bajo el formato de préstamo, y lo hizo principalmente con
instituciones financieras japonesas. Hasta entonces, la ayuda recibida en forma de
donación fue superior a la totalidad de préstamos otorgados por el Banco Mundial a los
países en desarrollo en su conjunto.
Contrario a lo ocurrido en Corea, de acuerdo con Maestro Yarza y Martínez Peinado (2012),
bajo la excusa de la cooperación al desarrollo, se observaron, en América Latina casos de
financiación indiscriminada durante la década de 1970 cuya contrapartida, no solo fue
financiera sino que impuso a los países receptores políticas de desregulación y privatización
de activos públicos rentables y la imposición de socios comerciales, precios, tecnologías,
pautas de consumo, etc.
Mientras que las economías latinoamericanas, como expusimos anteriormente, tomaron
políticas similares a las tomadas por las economías exitosas del sudeste asiático en materia
de restricciones al comercio internacional, las primeras se encontraban mucho más
integradas al sistema de capitales internacional que las del segundo grupo. No obstante,
como expusimos, fueron las economías del sudeste asiático las que, bajo la premisa de
mantener la seguridad regional en el marco de la Guerra Fría, contaron con condiciones
financieras muy favorables en comparación con las observadas en América Latina, y
principalmente en nuestros casos de estudio, Corea y Argentina. Sobre esto, Singh y
Wolfson (1995) afirman que mientras que los países del sudeste asiático no vieron
mermado su acceso al crédito durante la década de 1980, las economías latinoamericanas
sufrieron un grave racionamiento del credito que dio lugar a un masivo éxodo de capitales.
La continuidad del acceso al crédito en el sudeste asiático, a diferencia de América Latina
responde al papel tomado por Japón en la región (Bustelo, 1992) quien, como
mencionamos anteriormente, necesitaba de los mercados del sudeste asiático no solo para
colocar sus mercancías sino también, para abastecerse de materias primas. La estabilidad
económica y política en la región continuó siendo un factor determinante incluso entrada la
década de 1980, aunque ahora, siendo Japón en mayor medida el garante de la misma
(Williamson , 1985).
Para finalizar esta sección, creemos pertinente agregar que el tratamiento diferencial
recibido por parte de los países del sudeste asiático, y más específicamente, por Corea del
Sur, no solo se limitó a los tratamientos ya mencionados, sino que existieron factores en
materia de cooperación militar y técnica que sentaron las bases para el éxito del proceso
de desarrollo34 (Stubbs, 1989). Contrariamente, para el caso argentino, se evidencian
obstáculos impuestos deliberadamente por los Estados Unidos en lo que a avances
técnicos respecta (Sheinin , 2005). Un ejemplo destacable de la intervención
34
De acuerdo con Toussaint (2009), la cooperación en materia militar se destinó, entre otros, a la construcción
de carreteras, puentes y obras de infraestructura en general que contribuyeron a aumentar la productividad
industrial.
33
estadounidense obstaculizando el proceso de desarrollo tecnológico argentino es, de
acuerdo con Sheinin (2005) el evidenciado en las trabas al desarrollo nuclear del país.
Sheinin (2005) y Hurtado (2014) sostienen que los Estados Unidos veían a la Argentina
como un riesgo nuclear, no tanto por la capacidad de producción de armas, sino por la
potencial transferencia tecnológica que ésta podía llegar a hacer hacia la Unión Soviética.
Por otro lado, el desarrollo nuclear estaba ideado como una de las partes traccionadoras
de un ambicioso plan de desarrollo industrial bajo la búsqueda de la independencia
económica.
Consecuencia de la reticencia estadounidense frente al desarrollo nuclear argentino, los
autores sostienen que los Estados Unidos tomaron medidas para evitar que países como
Argentina lograran desarrollar sus programas tecnológicos, aun no siendo la construcción
de armas nucleares una de las metas de estos programas.
Algunas de las presiones llevadas adelante por los Estados Unidos, afirman Hurtado (2014)
y Sheinin (2005), fueron la imposición de tratados contra la proliferación nuclear, trabas a
la transferencia tecnológica, no solo entre países desarrollados y del tercer mundo, sino
también entre estos últimos, impidiendo por ejemplo, la cooperación entre Argentina y
Brasil, llegándose incluso hasta el pedido de Washington del desmantelado total del
programa nuclear en reiteradas ocasiones.
Por último, Sheinin (2005) afirma que las trabas y restricciones al programa nuclear
argentino, pero también aplicable a otros programas de desarrollo tecnológico en países
del tercer mundo, responde más a cuestiones asociadas a las necesidades
estadounidenses durante la Guerra Fría, que a una amenaza real de proliferación de las
tensiones en la región.
En resumen
De acuerdo con Rodríguez Asien (2015), las ayudas económicas especialmente
provenientes de Estados Unidos en un primer momento, y posteriormente también de Japón
fueron factores importantes del éxito proceso de desarrollo de Corea del Sur, y
contribuyeron en buena medida a la capacidad del país asiático para superar los shocks
externos que alejaron del sendero de desarrollo a los países latinoamericanos.
La ayuda económica y tecnológica brindada por los Estados Unidos, y la posibilidad de
acceder a mercados (en un primer momento como un eslabón de la cadena de suministros,
pero posteriormente integrándose plenamente a la estructura del comercio internacional)
permitieron que Corea del Sur llevara adelante un “catch-up” tecnológico que no hubiera
sido posible sin el tratamiento preferencial recibido (Gray, 2014). En contraste, para el caso
argentino, Sheinin (2005) sostiene que, bajo el argumento de evitar la proliferación de
conflictos en la región35, se aplicaron trabas deliberadas para evitar el desarrollo
tecnológico.
En línea con las afirmaciones de Rodríguez Asien (2015) y de Gray (2014), Williamson
(1985) sostiene que como consecuencia de los shocks del año 1979, si Corea del Sur
hubiera pertenecido a América Latina, seguramente hubiera sucumbido ante la crisis de la
deuda, y que esto no sucedió por la ayuda brindada por Japón, e indirectamente por los
Estados Unidos. Contrariamente, América Latina vio su crédito restringido y sus economías
35
Sheinin (2005) argumenta que contrariamente a la afirmación estadounidense de que el desarrollo nuclear
podría desencadenar una carrera armamentística en la región liderada por Argentina y Brasil, lo que en
realidad se observó fue un contexto de cooperación y desarrollo tecnológico con fines no bélicos.
34
debilitadas, dando lugar a la finalización del proceso de desarrollo que se encontraba en
curso.
De acuerdo con Medeiros (1997), las políticas tomadas tanto por Corea como por los
gobiernos desarrollistas de los países de América Latina entre los años 1950 y 1980 no
difieren sustancialmente unas de otras. La principal diferencia de acuerdo con Medeiros, y
como se expuso a lo largo de esta investigación, residen en el tratamiento diferenciado en
cuanto al acceso a los mercados y la financiación.
Corea parte de una posición rezagada en relación a los valores de producto bruto interno
per cápita observables en Argentina para 1945, brecha que se mantiene a lo largo de la
primera etapa de análisis, en la que la economía argentina transitó la etapa de
industrialización por sustitución de importaciones. 1974 es el año en que se observa la
mayor diferencia absoluta entre los productos de ambas economías en favor de la
Argentina, situación que se revertirá partir de 1976, cuando la brecha comienza a reducirse
de manera sostenida, para ya en el año 1987 volverse positiva en favor de Corea.
20,000
15,000
10,000
5,000
36
Datos extraídos de la base de datos del Banco Mundial.
37
Lo países incluidos dentro de esta categoría son: Alemania, Francia, Reino Unido, Suecia, Austria, Italia,
Bélgica, Grecia, Portugal, Irlanda, Luxemburgo, Dinamarca, Islandia, Noruega y Suiza.
35
Corea sobrepasa a la Argentina, la brecha entre ambos países no hizo más que ampliarse,
manteniéndose esa tendencia hasta la actualidad. Pero aún más importante, mientras que
Argentina parte mejor posicionada incluso que los países beneficiarios del Plan Marshall
(en promedio), es superada por estos en el año 1951, ampliándose la brecha conforme se
desarrolla la Guerra Fría. Para 1988, la brecha de PBI per cápita de Corea respecto de los
países beneficiaros del Plan Marshall pasa a ser menor que la observada para la Argentina,
manteniéndose esa tendencia hasta la actualidad.
En el siguiente gráfico se observa de manera clara cómo la tasa de crecimiento del PBI per
cápita, para el caso de Corea, creció muy por encima de su contraparte argentina. El
comportamiento observado en cada país permite entender las causas por las que Corea
logro acortar su brecha, en un primer lugar frente a la Argentina, pero también, con el resto
del mundo desarrollado, mostrando un crecimiento mucho mayor al observado, tanto por
los países beneficiarios del Plan Marshall, así como por los Estados Unidos.
10%
8%
6%
4%
2%
0%
1947-1951 1952-1956 1957-1961 1962-1966 1967-1971 1972-1976 1977-1981 1982-1986 1987-1991
-2%
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Banco Mundial y de Maddison Historical GDP data.
Consideramos que una variable que puede dar una buena descripción de la evolución de
la estructura productiva y la generación de conocimiento y capacidades, responde a la
cantidad de patentes solicitadas durante el periodo de estudio.
Argentina Corea
400
300
200
100
0
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
Fuente: Elaboracion propia en base a datos de la Oficina de Marcas y Patentes de los Estados Unidos (USPTO)
36
Como se observa en el gráfico 3, para el año 1963 Argentina superaba a razón de 9 a 1 a
la cantidad de patentes que las solicitadas por corea en igual año. El estancamiento en la
tendencia a solicitar patentes por parte de la Argentina, combinada con la tendencia
creciente mostrada por Corea, dieron por resultado que 20 años más tarde, el último pasara
al frente. Para el año 1991, Corea superaba a la argentina a razón de 25 a 1 la cantidad de
patentes solicitadas al año. La tendencia observada se mantiene hasta la actualidad.
Argentina Corea
60
50
40
30
20
10
0
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Banco Mundial
Al igual que en los anteriores, el grafico 3 muestra como Corea parte de una posición
rezagada respecto a la Argentina, situación que se revertirá en los últimos años del período
estudiado. Creemos pertinente destacar que si bien una evolución creciente del valor
agregado industrial expresado como porcentaje del PBI no implica desarrollo per sé, sirve
para retratar en buena medida el resultado de los procesos industrializadores de nuestros
casos de estudio.
8,000
6,000
4,000
2,000
0
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
Argentina Corea
En el gráfico 4 se observa cómo, al igual que en todos los casos anteriores, Argentina parte
de una mejor posición en relación a Corea. Conforme avanza el período de estudio, se
observa como la brecha absoluta entre ambos países se incrementa, observándose la
máxima diferencia en el año 1974. A partir de 1974, mientras que el comportamiento del
37
PBI industrial per cápita argentino muestra fluctuaciones, y posteriormente una tendencia
decreciente, su contraparte coreana muestra un crecimiento sostenido, para ya en 1988,
superar a la Argentina.
Creemos que la evolución observada en el gráfico número cuatro puede ser tomada como
una clara señal de la transformación productiva llevada adelante por ambos países, y que
da cuenta del éxito relativo del proceso de industrialización coreano frente al argentino.
Argentina Corea
40.0
30.0
20.0
10.0
-
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
Fuente: Elaboracion propia en base a datos del Banco Mundial
Creemos que la participación de las exportaciones como porcentaje del PBI, si bien no
implica desarrollo per se (en caso de aumentar conforme pasa el tiempo), constituyen un
buen indicador del éxito que cada país tuvo en cuanto a sus objetivos. Desde inicios de su
industrialización, para el caso coreano, y en mayor medida a partir del período desarrollista,
para el caso argentino, la exportación de bienes, y en menor medida, la de servicios,
consistieron en objetivos fundamentales dentro del plan industrializador de ambos países.
Como podemos observar, a partir del año 1965 se observa una clara tendencia creciente
en la brecha entre ambos países, situación que se mantiene hasta la actualidad.
Desde el punto de vista del bienestar de las sociedades argentinas y coreanas, observamos
que para comienzos de la década de 1960 la esperanza de vida de en Argentina superaba
en 12 años a la observable en Corea, lo que logró revertirse 30 años más tarde, tiempo en
el que Corea supero a la esperanza de vida argentina.
Argentina Corea
75
65
55
45
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
38
Para finalizar, y antes de abordar nuestras conclusiones, creemos apropiado analizar la
evolución de los flujos de fondos para el desarrollo recibidos por nuestros casos de estudio,
con la finalidad de brindar un panorama más amplio sobre los esfuerzos llevados adelante
por parte del primer mundo para acompañar a los procesos de desarrollo de los países
evaluados.
200000000
0
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
-2E+08
Como se observa en el gráfico número 7, entre los años 1961 y 1968, Corea recibió como
ayuda oficial neta para el desarrollo, en promedio, un 61% de lo recibido en conjunto por
los países del cono sur. A partir del año 1969, y hasta 1981, Corea recibió en promedio un
119% de lo recibido por el mencionado conjunto de países.
La evolución de esta variable nos permite afirmar que existió un claro patrón en el destino
de la ayuda oficial para el desarrollo en favor de Corea. Especialmente si se la compara
con la ayuda recibida individualmente por la República Argentina, pero también si se realiza
este análisis a nivel del Cono Sur.
Aún más claro se puede observar el tratamiento diferenciado al evaluar la ayuda ofician
neta en dólares por habitante, como se puede visualizar en el Gráfico número 8
38
La Ayuda Oficial para el Desarrollo consiste en préstamos y concesiones por parte de agencias oficiales
miembros del Comité de Asistencia para el Desarrollo (DAC por sus siglas en inglés) e instituciones
multilaterales con el fin de promover el desarrollo económico de los países receptores. Para mayor
información ver Http://datos.bancomundial.org
39
Gráfico 8: Ayuda oficial neta para el desarrollo per cápita (expresada en dólares Geary-
Khamis de 1990
Corea Argentina
15.00
10.00
5.00
-
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
(5.00)
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Banco Mundial y de Maddison Historical GDP data.
40
CONCLUSIONES
39
Si bien Brasil es considerada una potencia media dentro de la región, consideramos que este no se
encontraba en condiciones de adoptar un papel similar al tomado por Japón en el sudeste asiático durante las
décadas de 1970 y 1980 debido a que, como señala Toussaint (2003), se encontraba altamente endeudado, y
con su estructura productiva aun rezagada, en términos relativos, respecto de los países desarrollados.
41
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