Las diferencias principales entre las obligaciones civiles y mercantiles son:
1) Las obligaciones mercantiles surgen de actos masificados y de empresas, mientras que las civiles surgen entre particulares.
2) Los contratos mercantiles son siempre onerosos, mientras que los civiles pueden ser onerosos o gratuitos.
3) En materia mercantil, el deudor tiene derecho a fijar el plazo cuando este haya quedado a voluntad del acreedor, mientras que en lo civil es al revés.
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Las diferencias principales entre las obligaciones civiles y mercantiles son:
1) Las obligaciones mercantiles surgen de actos masificados y de empresas, mientras que las civiles surgen entre particulares.
2) Los contratos mercantiles son siempre onerosos, mientras que los civiles pueden ser onerosos o gratuitos.
3) En materia mercantil, el deudor tiene derecho a fijar el plazo cuando este haya quedado a voluntad del acreedor, mientras que en lo civil es al revés.
Las diferencias principales entre las obligaciones civiles y mercantiles son:
1) Las obligaciones mercantiles surgen de actos masificados y de empresas, mientras que las civiles surgen entre particulares.
2) Los contratos mercantiles son siempre onerosos, mientras que los civiles pueden ser onerosos o gratuitos.
3) En materia mercantil, el deudor tiene derecho a fijar el plazo cuando este haya quedado a voluntad del acreedor, mientras que en lo civil es al revés.
Las diferencias principales entre las obligaciones civiles y mercantiles son:
1) Las obligaciones mercantiles surgen de actos masificados y de empresas, mientras que las civiles surgen entre particulares.
2) Los contratos mercantiles son siempre onerosos, mientras que los civiles pueden ser onerosos o gratuitos.
3) En materia mercantil, el deudor tiene derecho a fijar el plazo cuando este haya quedado a voluntad del acreedor, mientras que en lo civil es al revés.
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Obligaciones Y Contratos ll
Catedrático: Oscar José Guillen Domínguez
Alumna: Cristy Colindres
Actividad: Ensayo de obligaciones y
contratos civiles y mercantiles
Fecha de Entrega: 13 de mar. de 2020
De acuerdo a lo investigado en dicho ensayo se darán a conocer las diferencias entre los contratos de obligación civil y mercantil tomando como referencia nuestro código civil de Honduras. Que nos dice que las Obligación Civil es la que se genera por una obligación entre personas, que deben regir su conducta conforme a lo dispuesto en el Código Civil. Así, será civil la obligación derivada de un contrato de los que tipifica el código; la derivada de una declaración unilateral de voluntad, la surgida de una gestión de negocios. Obligación Mercantil o Comercial. Es la que se genera por una relación entre personas que deben regir su conducta conforme a lo dispuesto en las leyes mercantiles, o aquella conducta que intrínsecamente la considera la ley como mercantil o comercial sin importar la persona que la realiza. Ya que este es sin duda es un criterio un tanto arbitrario, pues resulta en ocasiones difícil distinguir una obligación civil de una mercantil. Tanto las obligaciones civiles como las mercantiles, participan de los mismos elementos estructurales como ser: 1) sujetos (acreedor y deudor); 2) relación jurídica; y 3) objeto. Ya que es posible distinguir la obligación civil de la mercantil si se parte de la caracterización del acto de comercio, se puede afirmar que es obligación mercantil la que se derive de un acto de comercio, y civil la que se deriva de un acto civil, para eso, resulta necesario saber que es el acto de comercio. Y estos Son actos de comercio, salvo que sean de naturaleza esencialmente civil, los que tengan como fin explotar, traspasar o liquidar una empresa, y los que sean análogos. Según nuestra normativa en el Art. 3 del Código de Comercio. Toda obligación mercantil ha de tener como objeto una prestación económicamente favorable, que corresponderá a un interés del acreedor. Las obligaciones mercantiles siempre serán onerosas. Art. 691 del Código de Comercio. Como ser el derecho de Retención: El acreedor podrá retener los bienes muebles o inmuebles de su deudor que, por razón de créditos vencidos que deriven de actos mercantiles, se hallaren lícitamente en su poder, o los que tuviere a la disposición por medio de títulos valores representativos. El derecho de retención no cesará porque el deudor transmita la propiedad de los bienes retenidos. Art. 703 Código de Comercio. Todas las obligaciones Mercantiles son onerosas de conformidad a lo establecido en el Código de Comercio; contrario Sensu, las obligaciones civiles, pueden ser gratuitas u onerosas. Ejemplo es que no existe donación mercantil ni comodatos mercantiles, el crédito mercantil siempre produce intereses, el mandato mercantil siempre da derecho al mandatario a cobrar el pago correspondiente. Esta característica nace de la naturaleza misma del comercio que es una actividad económica que tiene por objeto rendir utilidades a quien la preste. Obligaciones mercantiles deben de cumplirse con la diligencia de un buen comerciante en negocio propio, de conformidad a lo establecido en el Código de Comercio; las obligaciones civiles, deben de cumplirse como un buen padre de familia, de acuerdo a lo establecido en el Código Civil. El Interés legal en materia civil es del 6%, y en materia mercantil es del 7% anualmente. Según nuestra normativa mercantil en el Art. 1367 CC, 707 Código de Comercio, reformado el 01 de mayo de 1952. Ya que es importante determinar cuándo un contrato es mercantil y cuando es civil, por la prerrogativa legal o competencia que determina la ley para resolver los conflictos entre los particulares ante cede judicial y así para hacernos del conocimiento de donde demandar. Para poder diferenciar los contratos civiles y los mercantiles, debe realizarse una diferencia sobre las obligaciones a que dan nacimiento, así tenemos:
Las obligaciones mercantiles son generadas por actos masificados y por
empresa mientras que las obligaciones civiles son realizadas entre particulares. En materia de comercio los contratos son siempre onerosos, y en materia civil el contrato puede ser gratuito. En cambio, las obligaciones civiles pueden ser onerosas o gratuitas; y son gratuitas las obligaciones en donde una de las partes no realiza ningún esfuerzo económico Por lo tanto, la regla general es que todo contrato mercantil no necesita solemnidad y es de tener en cuenta que cuando hablamos de solemnidad no necesariamente se habla de que haya de constar el contrato en escritura pública, sino que haceos referencia a que el legislador ha establecido alguna formalidad, solemnidad o que conste de alguna manera. Algunos ejemplos de contratos mercantiles que necesitan escritura pública son: La compraventa de empresa. La compraventa de establecimiento. La constitución del Fideicomiso. La emisión de cedulas hipotecarias y bonos hipotecarios En materia de comercio el deudor tendrá derecho a que se fije judicialmente el plazo para el cumplimiento de una obligación cuando éste haya quedado a voluntad del acreedor, en materia civil es el acreedor quien tiene esa facultad cuando el plazo haya quedado a voluntad del deudor. El deudor tendrá derecho a que se fije judicialmente el plazo para el cumplimiento de una obligación cuando éste haya quedado a voluntad del acreedor” por lo que se diferencia del Código Civil ya que en materia mercantil dice que el deudor tendrá derecho cuando haya quedado a voluntad del acreedor y en materia civil dice que tendrán derecho a que se fije judicialmente el plazo cuando haya quedado a voluntad del deudor, esto se encuentra regulado en el Ejemplo de ello, es los contratos que se hacen constar a través de pólizas, como lo son los contratos de seguro y las fianzas mercantiles. Es decir, en materia civil se tiene derecho a que se fije el plazo judicialmente cuando la voluntad de fijar plazo ha quedado a criterio del deudor, y en materia mercantil cuando ha quedado a criterio del acreedor. En materia de comercio, existen plazos de cortesía y gracia que solamente si la ley misma lo ha determinado, en materia civil pueden concederse a criterio de las partes. El plazo es la época que se fija para el cumplimiento de la obligación, y puede ser expreso o tácito. Es tácito el indispensable para cumplirlo. Las obligaciones que no tienen término o plazo fijado por las partes, son exigibles a los diez días después de contraídas o de cumplida la condición de que dependan, si sólo producen acción ordinaria y al día inmediato, si llevan aparejada ejecución; pero si de la naturaleza o circunstancias de aquéllas se dedujere que ha querido concederse alguno al deudor, los tribunales fijarán prudencialmente la duración de aquél. También fijarán los tribunales la duración del plazo, cuando éste haya quedado a voluntad del deudor y cuando estuviere concebido en términos vagos u oscuros”. En materia mercantil existe prohibición de fijar o establecer términos de gracia o cortesía adicionales, excepto cuando expresamente sean concedidos por la ley. En conclusión, en materia de contratos mercantiles solo la ley puede conceder términos de gracia o plazos adicionales y no por decisión judicial como en materia civil. La existencia de obligaciones mercantiles entre comerciantes, da derecho al acreedor para librar letras de cambio a cargo de su deudor, hasta el importe total del crédito, salvo pacto expreso en contrario. El librado que acepta tiene derecho a imputar el importe de la letra aceptada, como pago a cuenta de lo que deba al librador. Cláusulas abusivas: son todas las condiciones, requisitos o consecuencias que el proveedor establece en un contrato que colocan al consumidor en una situación de desventaja, desigualdad o anulen sus derechos. CADUCIDAD. El instituto doctrinario de la caducidad no produce la extinción de la acción en el tipo legal que figura en el artículo cuatrocientos sesenta y nueve del Código de Procedimientos Civiles si se acaba y termina la acción, es pues seguro concluir que la hipótesis normativa de dicha disposición no contiene la descripción que da origen a la caducidad de la instancia. Por otra parte, el plazo que se señala para la extinción de la acción, es el que se ordena supeditar la extinción de la acción al plazo; es contrario a la naturaleza jurídica de la caducidad de la instancia, pues semejante espacio de tiempo vuelve nugatorio el objeto de la llamada también perención de la instancia, pues esta tiene lugar en términos más cortos, no como señala el artículo cuatrocientos sesenta y nueve del Código de Procedimientos Civiles.