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Anaxímenes

Anaxímenes de Mileto fue un filósofo griego del siglo VI a.C. que fue discípulo de Anaximandro. Consideró que el aire era el principio fundamental subyacente a todos los cambios en el mundo. Propuso que los diferentes elementos como el fuego, agua, tierra y piedras se formaban a través de la condensación y rarefacción del aire. También creía que la Tierra era plana y que los cuerpos celestes se formaron a partir de la Tierra debido a la rarefacción del aire.
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Anaxímenes

Anaxímenes de Mileto fue un filósofo griego del siglo VI a.C. que fue discípulo de Anaximandro. Consideró que el aire era el principio fundamental subyacente a todos los cambios en el mundo. Propuso que los diferentes elementos como el fuego, agua, tierra y piedras se formaban a través de la condensación y rarefacción del aire. También creía que la Tierra era plana y que los cuerpos celestes se formaron a partir de la Tierra debido a la rarefacción del aire.
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Anaxímenes de Mileto

(- 585 a - 524)
Vida y pensamiento Referencias y anécdotas Ejercicios

Vida y pensamiento de Anaxímenes


Sección publicada en webdianoia.com por primera vez el 3 de diciembre de 2001

Biografía
Anaxímenes de Mileto nació en Mileto en el 585 a.C.,
aproximadamente, y murió en el 524 a.C. Teofrasto nos describe a
Anaxímenes como discípulo y compañero de Anaximandro siendo, al
parecer, unos veintidós años más joven que él. Se le atribuye la
composición de un libro, "Sobre la naturaleza", escrito, según
Diógenes Laercio, en dialecto jónico, y en un estilo sencillo y sin
superfluidades.

Pensamiento

Se opone a Anaximandro y a Tales en cuanto a la determinación del


primer principio o "arjé" que Anaxímenes considera ser el aire.
Probablemente haya tomado esta elección a partir de la experiencia,
influyendo la observación de los seres vivos y la importancia del
fenómeno de la respiración; en cuanto toma como "arjé" un elemento
particular, su pensamiento supone un retroceso con respecto a
Anaximandro; pero Anaxímenes nos ofrece un mecanismo de
explicación de la generación de las cosas a partir de otro elemento
distinto de ellas: ese mecanismo de generación se apoya en las
nociones de "condensación" y "rarefacción". Por condensación del
aire, dice Anaxímenes, se forman las nubes; si las nubes se condensan
se forma el agua; la condensación del agua de lugar a la constitución
del hielo, de la tierra; y la condensación de la tierra da lugar a la
constitución de las piedras y los minerales; el proceso inverso lo
representa la rarefacción: si la piedra pierde condensación dará lugar
a la formación de tierra; a su vez, si la tierra pierde condensación se
transforma en agua; y siguiendo el proceso de pérdida de condensación
o rarificación, del agua sugirían las nubes, de éstas el aire y, por
último, la rarefacción del aire produciría el fuego.
En terminología moderna podemos decir que Anaxímenes está
intentando basar la explicación de lo cualitativo en lo cuantitativo ;
encontramos en él, por lo tanto, un intento de explicar el mecanismo
de transformación de unos elementos en otros, del que no disponían
Tales ni Anaximandro. Al igual que ellos insiste, sin embargo, en
afirmar una causa material como principio del mundo y, por lo tanto,
en tratar de llevar a la unidad la diversidad de la realidad observable.

Anaxímenes
No debe confundirse con Anaxímenes de Lámpsaco.

Para el cráter lunar homónimo, véase Anaxímenes (cráter).

Anaxímenes
Información personal

Nombre nativo Ἀναξιμένης

Nacimiento c. 585 a. C.
Mileto, Jonia

Fallecimiento c. 525 a. C.
Mileto, Jonia

Educación

Alumno de Anaximandro

Información profesional

Ocupación filósofo, matemático y astrónomo

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Anaxímenes de Mileto (en griego: Ἀναξιμένης) (c. 590 a. C.–524 a. C.)12 fue un filósofo


griego. Nació en Mileto. Fue discípulo de Tales y de Anaximandro, con quien coincidió en que
el principio de todas las cosas (y también el substrato que permanece invariable ante todos los
cambios y el fin, o "telos" al que todo vuelve) es infinito; aunque, a diferencia del ápeiron de su
mentor, habla de un elemento concreto: el aire. Esta sustancia, afirmaba, se transforma en las
demás cosas a través de la rarefacción y la condensación. La rarefacción genera el fuego,
mientras que la condensación, el viento, las nubes, el agua, la tierra y las piedras; a partir de
estas sustancias, se crean el resto de las cosas.
Podría explicarse el cambio de estado del aire mediante el flujo entre dos polos, lo frío y lo
caliente; pero varios fragmentos muestran que Anaxímenes pensaba de forma inversa, y creía
que lo caliente y lo frío eran consecuencia y no causa de la rarefacción y la condensación
respectivamente.

Índice
  [ocultar] 

 1Datos biográficos
 2Pensamiento
o 2.1Sobre los elementos y principios
o 2.2Consideraciones terminológicas modernas: unidad y diversidad; causa material
como principio del mundo
 3Cosmología
 4Meteorología
 5Aportes a la física
 6Obras
 7Referencias
 8Enlaces externos

Datos biográficos[editar]
Anaxímenes nació en Mileto en el 590 a. C., aproximadamente, y murió en el 524 a. C.
También Teofrasto nos describe a Anaxímenes como discípulo y compañero de Anaximandro
siendo, al parecer, unos veintidós años más joven que él. Se le atribuye la composición de un
libro, Sobre la naturaleza, escrito, según Diógenes Laercio, «en dialecto jónico, y en un estilo
sencillo y sin superfluidades».

Pensamiento[editar]
Sobre los elementos y principios[editar]

 Se opone a Anaximandro y a Tales de Mileto en cuanto a la determinación del primer


principio o arjé, que Anaxímenes considera es el aire. Probablemente haya tomado esta
elección a partir de la experiencia, e influiría la observación de los seres vivos y la
importancia del fenómeno de la respiración; en cuanto toma como "arjé" un elemento
particular, su pensamiento supone un retroceso con respecto a Anaximandro; pero
Anaxímenes ofrece un mecanismo de explicación de la generación de las cosas a partir
de otro elemento distinto de ellas: ese mecanismo de generación se apoya en las
nociones de "condensación" y "rarefacción". Por condensación del aire, dice Anaxímenes,
se forman las nubes; si las nubes se condensan, se forma el agua; la condensación del
agua da lugar a la constitución del hielo de la tierra, y la condensación de la tierra da lugar
a la constitución de las piedras y los minerales; el proceso inverso lo representa la
rarefacción: piedra, tierra, agua, nubes, aire y, por último la rarefacción del aire produciría
el fuego.
Consideraciones terminológicas modernas: unidad y diversidad; causa
material como principio del mundo[editar]
En terminología moderna, puede decirse que Anaxímenes estaba intentando basar la
explicación de lo cualitativo en lo cuantitativo; en él se observa, por lo tanto, un intento de
explicar el mecanismo de transformación de unos elementos en otros, del que no disponían
Tales ni Anaximandro. Al igual que ellos, insiste, sin embargo, en afirmar una causa material
como principio del mundo y, por lo tanto, tratar de llevar a la unidad la diversidad de la realidad
observable.

Cosmología[editar]
Anaxímenes creía que la Tierra era plana «como una hoja», y que se formó por la
condensación del aire; los cuerpos celestes, también planos, nacieron a partir de la Tierra,
debido a una rarefacción de su pneuma o exhalación. Estos astros son de fuego ("aire
rarificado") y cabalgan sobre el aire, girando alrededor de la Tierra «como gira un gorro de
fieltro en nuestra cabeza». Además, existen otros cuerpos, sólidos e invisibles, que servirían
para explicar los meteoritos y los eclipses.
Anaxímenes vuelve a concebir el aire como un elemento determinado: el aire (pneuma). Del
aire cabe decir, como se ha dicho líneas arriba del agua en el caso de Tales, que es un
elemento indispensable para la vida. La diversidad de los seres se debe a dos procesos del
aire: rarefacción y condensación. El aire mismo es lo más dilatado, una piedra es aire muy
condensado.

Meteorología[editar]
En asuntos meteorológicos, consideró que los terremotos ocurren en períodos de sequía o de
muchas lluvias, puesto que cuando la tierra está seca se resquebraja y, con el exceso de
humedad, se deshace. El rayo, el trueno y el relámpago se forman por el viento que corta las
nubes; la lluvia, cuando las nubes se condensan; el granizo, cuando la lluvia se solidifica, y la
nieve, cuando se le agrega una porción de viento.
Un fragmento muy discutido de Anaxímenes dice que «así como nuestra alma, que es aire,
nos mantiene unidos, de la misma manera el pneuma o aire envuelve al cosmos». Podría
indicar una cierta correlación entre el ser humano y el mundo, ya que ambos tienen una
exhalación (pneuma) y están cubiertos por el aire protector. Esta idea sería la base de la
popular homología posterior entre el hombre y el mundo, muy usada por la primera medicina.

Aportes a la física[editar]
Anaxímenes consideraba que el arché, el principio de todas las cosas, es el aire. De él ha
salido todo por condensación y rarefacción. El aire domina y mantiene unido al Cosmos, de la
misma manera que el alma lo hace con el cuerpo. Este primer principio tiene la capacidad de
pensar, indispensable para gobernar. Observó que el cielo parecía girar alrededor de
la Estrella Polar.

Obras[editar]
Escribió Peri Physeos (Sobre la Naturaleza), obra que hoy día se ha perdido pero de la que se
tiene constancia gracias a Diógenes Laercio, quien dijo de Anaxímenes que «escribió
en dialecto jónico, en un estilo sencillo y conciso.»
Según menciona Plinio el Viejo en su Historia natural (Libro II, Capítulo LXXVI), Anaxímenes
fue el primero en analizar el cómputo geométrico de las sombras para medir las partes y
divisiones del día, y diseñó para ello un reloj de sol, que denomina Sciothericon. Literalmente:
«Umbrarum hanc rationem et quam vocant gnomonicen invenit Anaximenes Milesius,
Anaximandri, de quo diximius, discipulus, primusque horologium, quod appellant,
Lacedaemone ostendit.»

Anaxímenes
(Mileto, h. 588 a.C. - ?, h. 534 a.C.) Filósofo griego, último representante,
después de Tales y Anaximandro, de la escuela milesia. En Occidente, el
surgimiento de la filosofía tuvo lugar en la ciudad griega de Mileto, situada
en la costa de la actual Turquía; de ahí la denominación de filósofos
milesios o de la escuela de Mileto que reciben los pensadores que, a lo
largo del siglo VI a.C., abandonaron los tradicionales enfoques religiosos y
mitológicos e intentaron dar respuestas racionales a las cuestiones,
adoptando así por primera vez la actitud que reconocemos como propia de
la filosofía.

Representación imaginaria de Anaxímenes


Discípulo de Anaximandro, se desconocen la mayor parte de los detalles de
la biografía de Anaxímenes de Mileto y de sus actividades. El
historiador Apolodoro de Atenas afirma que vivió hacia la época de la toma
de Sardes y murió antes de que la ciudad de Mileto fuera destruida. Al
parecer, Anaxímenes llevó a cabo diversas investigaciones astronómicas y
meteorológicas y, según Diógenes Laercio, escribió una obra hoy perdida
que se tituló Sobre la naturaleza.
La cuestión filosófica que más interesó a los filósofos milesios (quienes, por
otra parte, emprendieron también variadas investigaciones y
especulaciones científicas) fue la determinación de un principio constitutivo
y originario (el arjé o arché) común a todas las cosas; los milesios
supusieron que, tras la aparente variedad de seres que forman
la fisis (naturaleza o mundo físico), existía un substrato único que permitía
dar cuenta de la constitución y origen de todos los seres. Para Tales de
Mileto, tal principio era el agua. Anaximandro, discípulo de Tales, dio un
paso hacia una mayor abstracción al postular como arjé no una sustancia
física, sino el ápeiron (lo indefinido o lo indeterminado).
Anaxímenes afirmó que el principio material y primero, el origen de todas
las cosas (arjé o arché) era el aire, sustancia sensible, pero que raya en lo
incorpóreo. Es posible que Anaxímenes pensara, con esta aportación, reunir
las ventajas de cada una de las soluciones anteriores, evitando sus
inconvenientes. En efecto, el aire es tan necesario para la vida como el
agua, pero no tiene el inconveniente de necesitar un soporte físico, puesto
que, según Anaxímenes, flota en sí mismo. Por otra parte, tiene una
extensión ilimitada como el ápeiron, puesto que parece llenar los espacios
inmensos, pero en cambio es una realidad observable por todos y que
permite explicar de modo sencillo la formación de los seres, mientras que
el ápeiron es solamente una entidad hipotética.

Anaxímenes explicó el origen de todas las cosas a partir de un doble


proceso por el que el aire se modifica: rarefacción, que da origen al fuego,
y condensación, del que se derivan las nubes, el agua, la tierra y las rocas.
Con estas dos nociones, Anaxímenes describió los cambios de la naturaleza,
o lo que es lo mismo, dos modalidades de movimiento: la cuantitativa y la
cualitativa. Las cosas no son más que aire en distinto grado de
condensación o de dilatación. El fuego es aire en su punto máximo de
dilatación o de calor; el viento no es más que aire condensado que, al
condensarse más, se convierte en nube, después en agua, y luego en tierra
y rocas.
De un fragmento conservado de su obra se desprende que Anaxímenes
concibió el mundo como un ser vivo, análogamente a como concebía el
alma de los hombres: «De la misma manera que nuestra alma, que es aire,
nos sostiene, igualmente un soplo y el aire envuelven el mundo entero.» El
aire es también la fuerza vivificadora: el universo es una especie de ser
vivo que respira y se mantiene en ordenada unión, envuelto por el aire
infinito; la misma alma humana, fundida en el alma del mundo, es también
aire. En su concepción cosmogónica, la Tierra es plana y flota, pero no ya
sobre el agua, como afirmaba Tales de Mileto, sino en el aire; Anaxímenes
sostuvo también que los astros no se mueven bajo la Tierra sino en torno a
ella.

Después de la escuela milesia, la cuestión del primer principio seguiría


ocupando a la mayor parte de los pensadores del periodo cosmológico de la
filosofía griega (es decir, del periodo anterior al antropológico, que se inició
con Sócrates) y dio como resultado diversas respuestas y doctrinas en las
sucesivas escuelas filosóficas. La escuela de Pitágoras, la escuela de Elea
(Jenófanes, Parménides y Zenón de Elea), los pluralistas
como Empédocles y Anaxágoras, los atomistas Leucipo y Demócritoy otros
destacados pensadores como Heráclito retomaron el problema del arjécomo
motivo más o menos central de sus reflexiones y de su concepción de la
realidad.

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