CUADERNO DE INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA SOCIAL YOGUI DEL PIRINEO Temas 1 y 2 PDF

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Investigación en Psicología Social Pilar Parrón 2017/18

Resumen libro: “cuaderno de investigación en psicología social 2ª edición” de M.López, E.Gaviria A. Bustillos, S.
Fernández, Ed. Sanz y torres, 2ª edición 2013, ISBN 978-84-15550-39-6
*ARTÍCULOS DE PSICOLOGÍA SOCIAL : Tipos de artículos: informes de estudios
empíricos (= informes de investigaciones originales realizadas, son los más abundantes), artículos de revisión,
artículos teóricos (sólo recurren a resultados empíricos cuando éstos resultan necesarios para ilustrar algún
problema teórico).

* ESTRUCTURA DE LOS INFORMES DE INVESTIGACIÓN


1) Introducción: el autor presenta el problema que pretende estudiar.
2) Método:
2.1) Diseño: estrategia de investigación, procedimiento empleado para recoger los datos, tipo y
número de variables que ha medido y manipulado el investigador, los valores de las variables y el papel que
desempeña cada una.
2.2) Participantes: distribución realizada de los sujetos. En los diseños experimentales estos grupos
se crean, normalmente, por asignación aleatoria, suponiéndose que se da una equivalencia en las dimensiones en
las que pueden interferir con la manipulación experimental. En Psicología Social es común analizar la influencia
de otras variables independientes, no sólo experimentales, para diferenciar entre grupos de sujetos. La creación de
esos grupos suele hacerse a posteriori, usando como criterio las puntuaciones obtenidas por los sujetos en algunas
variables.
2.3) Operacionalización de las variables: paso de la definición conceptual de un fenómeno, a una
definición concreta que permite su medición.
2.4) Hipótesis: establece relaciones provisionales entre las variables del estudio, y permiten pasar del
plano de la abstracción al de la contrastación empírica. Las hipótesis no siempre están formuladas explícitamente,
y a veces corresponde al lector descubrir la conexión entre las hipótesis y las variables.
2.5) Procedimiento: establecimiento de una secuencia de fases por las que pasan los participantes y
de actividades que deben realizar.
3) Resultado: determinan si las hipótesis enunciadas se ajustan o no a la realidad; criterio para averiguar en qué
medida la propuesta del autor en la introducción, plasmada luego en las hipótesis enunciadas, ha superado la
contrastación empírica; en la mayoría de los casos los resultados son cuantitativos y se presentan en forma de
tablas y figuras.
4) Discusión y Conclusiones: recoge los planteamientos de la introducción y se examinan las implicaciones de
carácter más amplio de los resultados; debe quedar claro si la investigación realizada ha hecho avanzar en la
comprensión del problema; se señalan las limitaciones de los estudios, que suelen ser los resultados no
confirmativos y los factores que no se han controlado; es importante ver en qué medida las interpretaciones que
realizar el autor son congruentes con los datos, responden a la conceptualización teórica que ha utilizado,
permiten avanzar en la solución del problema y abren nuevas líneas de investigación.

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*Elaboracion de un Informe en Psicología Social


1) Título del estudio
2) Autor
3) Introducción: se presenta el tema que se va a estudiar, haciendo hincapié en la importancia de éste,
relacionándolo con estudios anteriores y presentando las hipótesis que se pretende poner a prueba o los
objetivos del estudio.
4) Método: 4.1) Muestra (muestra de participantes, número, sexo, rango de edad, etc)
4.2) Material (descripción de las escalas y cuestionarios empleados, etc)
4.3) Procedimiento (instrucciones que se dieron a los participantes, describir las
variables dependientes e independientes y cómo se manipularon, es decir,
las diferentes condiciones experimentales).
5) Resultados: exposición de los resultados mediante tablas o gráficos, que se deben relacionar con las
hipótesis u objetivos que se hayan especificado en la introducción (no sólo hay que incluir los resultados
numéricos, sino también alguna explicación).
6) Discusión: se interpretan y evalúan los resultados de forma global, relacionándolos con el marco teórico y
las hipótesis planteadas en la introducción, analizando los aspectos que coinciden y los que no, y sugiriendo
explicaciones y nuevas vías de estudio.
7) Referencias: deben aparecer, por orden alfabético, todos los estudios que se citen en el trabajo, pero sólo
esos, no todos los que le alumno haya leído para realizarlo.

TEMA 1 – CULTURA, EVOLUCIÓN Y DIFERENCIAS ENTRE HOMBRES Y


MUJERES

LA POLÉMICA ENTRE BIOLOGÍA Y CULTURA EN EL ORIGEN DE LAS


DIFERENCIAS SEXUALES : modelos evolucionista y transcultural
- Según el enfoque evolucionista las diferencias de sexo en la conducta son adaptaciones que hemos heredado
de nuestros ancestros y se deben a las diferentes fuerzas selectivas que los miembros de cada sexo han tenido que
afrontar a lo largo de nuestra historia como especie, es decir, a la selección natural. No habrá diferencias entre
hombres y mujeres en aquellos ámbitos en que ambos sexos han tenido que hacer frente a problemas adaptativos
similares.
- Teoría de la inversión parental de Trivers (1972): “inversión”=conducta que el progenitor realiza para
asegurar la supervivencia de sus descendientes. La mayor parte de las diferencias de sexo presentes en la conducta
de los seres humanos se relacionan con la reproducción. Esta teoría completa la concepción que Darwin tenía de
la selección sexual como explicación de las diferencias físicas, mentales y conductuales entre sexos. Darwin
comprobó que había rasgos que habían evolucionado que aparentemente dificultaban la supervivencia del
individuo, y determinó que habían evolucionado porque contribuyen al éxito en el apareamiento, por dos vías: 1-
Selección intersexual (mayor probabilidad de reproducirse de aquellos miembros que posean determinados rasgos

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que los hagan más elegibles por parte de miembros del otro sexo) y 2- Selección o competición intrasexual
(cualquier rasgo que favorezca el éxito en la competición entre individuos del mismo sexo y, por lo tanto, a la
reproducción, será favorecido por la selección natural. Ambas estrategias pueden coexistir en una misma especie.
Trivers añadió el factor que determina cuál de los sexos va a elegir y cuál va a competir y, según su teoría, el sexo
que más invierte en su descendencia, por ser el que más tiene que perder, será el que elija para asegurar de que no
malgasta su inversión, (la hembra, en el caso de los mamíferos, por tener menor número de óvulos que
espermatozoides los machos, y menor tiempo de fertilidad, de manera que se seleccionarán los rasgos que resulten
más atractivos para las hembras) mientras que el otro sexo será el que compita para tener acceso al mayor número
posible de apareamientos (los machos en el caso de los mamíferos, de manera que se seleccionarán los rasgos que
favorezcan el éxito en la competición entre machos). En especies en las que los machos no pueden estar seguros
de su paternidad, la inversión de tiempo y esfuerzo para sacar adelante a las crías supone un riesgo para su propia
eficacia biológica. En la especie humana el macho también invierte en el cuidado de las crías.
- Teorías de corte más socio-cultural: atribuyen las diferencias de sexo a factores como la socialización o la
distribución de roles y de poder dentro de la sociedad. La teoría de los roles sociales de Eagly y Wood
propone que son las expectativas y las habilidades asociadas a los distintos roles desempeñados por hombres y
mujeres las que explican sus diferencias en la conducta social. Esta teoría predice que, a medida que la asignación
de roles se haga más igualitaria, las diferencias psicológicas entre hombres y mujeres irán desapareciendo
gradualmente.
Socialización Expectativas de rol de género
División Diferencias
del trabajo entre sexos de género en la conducta
Otros factores Habilidades
(influencias biológicas) y creencias relativas al género

DIFERENCIAS SEXUALES EN LA ELECCIÓN DE PAREJA


Estudio de las diferencias sexuales en la elección de pareja, de Buss (1989)
- Este psicólogo evolucionista puso a prueba las predicciones de la teoría de la inversión parental de Trivers
analizando las respuestas de hombres y mujeres ante situaciones que en tiempos de nuestros ancestros tuvieron
una importancia crucial para la reproducción.
- A partir de una teoría general (teoría de la evolución por selección natural, posteriormente revisada y
conocida como la teoría de la eficacia biológica inclusiva), y de una teoría de nivel medio derivada de ella (teoría
de la selección sexual- inversión parental), se genera una hipótesis. A partir de dicha hipótesis se formulan
predicciones concretas.
Evolución por selección natural (eficacia biológica inclusiva)
- La eficacia biológica inclusiva es un concepto de la teoría evolucionista que se refiere a la capacidad de cada
individuo para propagar sus genes, bien a través de sus propios descendientes, o mediante la reproducción de sus
parientes, suponiendo que los rasgos más eficaces en este sentido son los que sobreviven a la selección natural,
extinguiéndose los menos eficaces.

Selección sexual ( teoría de la inversión parental de Trivers)


- El sexo que más invierte en la descendencia es el que elige la pareja. En la especie humana ambos sexos
invierten, aunque de distinta forma (mujeres menos tiempo fértiles y mayor inversión en cada hijo, hombres toda

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la vida y la inversión es sobre todo en dotar de recursos a los hijos).


- Debido a estas diferencias biológicas en la capacidad reproductiva, los criterios de elección de pareja serán
diferentes en cada sexo.

HIPÓTESIS:
- Las mujeres elegirán una pareja que les garantice una serie de recursos para la crianza de sus hijos.
- Los hombres elegirán una pareja que les garantice que podrán reproducirse y que los hijos en los que invierten
no son de otros.

PREDICCIONES:
- En las mujeres, más que en los hombres, habrá evolucionado una preferencia por parejas que muestren indicios
de poseer recursos.
- En los hombres, más que en las mujeres, habrá evolucionado una preferencia por parejas que den muestras de
capacidad reproductiva y de castidad.
- Buss tenía especial interés en comprobar la universalidad de las diferencias sexuales, como evidencia de un
proceso evolucionista que afecta a toda la especie humana.
- Muestras: utilizó 37 muestras (10.047 personas de 33 países); los tamaños de las muestras eran superiores a
100 personas, siendo el tamaño medio de 272 participantes; media de edad entre 16 y 29 años; el propio Buss
reconoció que las personas de procedencia rural y de bajo nivel educativo y socioeconómico están
infrarrepresentadas.
- Medidas: a los participantes se les pedía la siguiente información: 1-datos sociodemográficos, 2-preferencias
sobre edad para casarse, diferencia de edad con el cónyuge, número de hijos deseado, 3-evaluación de una lista de
18 características en cuanto a lo importantes o deseables que serían al elegir pareja, intercalando entre ellas las
variables de interés para la investigación (“buenas perspectivas económicas”, “buen aspecto”, “castidad” y
“ambición y laboriosidad”), en una escala de 0(irrelevante) a 3(indispensable). 4-ordenación de una lista de 13
características de mayor a menor deseabilidad en una pareja potencial, intercalando dos variables de interés que
eran las que realmente interesaban al investigador (“capacidad para ganar dinero” y “atractivo físico”). Esta cuarta
medida se incluyó como prueba parcial de la validez de los resultados de la medida anterior.
- Conclusiones: diferencias sexuales significativas: 1) los hombres valoraban como más deseable en una pareja
el atractivo físico, 2) las mujeres daban más importancia a la capacidad de la pareja para ganar dinero y conseguir
recursos. 3)no se confirma la predicción relativa a la castidad, lo cual lo atribuye a que no posee indicios
directamente observables, por lo que es posible que la selección natural haya actuado sobre mecanismos más
generales, como los celos sexuales. 4) diferencia escasa en el resto de características incluidas en el estudio.
Ninguna de las variables de interés (atractivo físico y capacidad para ganar dinero) fue valorada como la más
deseable por ninguno de los dos sexos, interpretándolo Buss como indicadores de que existen preferencias en la
elección de la pareja típicas de la especie, que son más potentes que las preferencias ligadas al sexo.
En ambos casos (atractivo físico y capacidad para ganar dinero) la variabilidad entre culturas es baja. La
hipótesis de Buss se vería confirmada si aparece una alta diferenciación en las variables de interés entre hombres y
mujeres y, al mismo tiempo, si la variabilidad entre culturas es baja, lo cual demostraría que las diferencias sexuales
son universales y características de la especie humana como resultado de la evolución.
Alta variabilidad entre culturas en muchos atributos (digno de confianza,carácter agradable, buena salud, deseo
de hijos, pulcritud, ambición, educación similar, castidad, creencias religiosas similares), que se midieron utilizando
técnicas estadísticas de escalamiento multidimensional para averiguar qué culturas mostraban patrones de
preferencias similares, obteniendo diferencias entre la dimensión “culturas tradicionales” y “culturas modernas”,
lo cual se solapa considerablemente con la dimensión “individualismo-colectivismo” de Hofsede.

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Teoría de los roles sociales de Eagly o teoría biosocial de Wood y Eagly


- Es una teoría considerada como un modelo socioestructural. Postura crítica al estudio de Buss que defiende
que las diferencias psicológicas entre los sexos no se deben , como las diferencias físicas, a adaptaciones heredadas
producto de la selección natural y sexual, sino a la necesidad de repartir el trabajo entre los miembros del grupo
como estrategia básica de supervivencia desde tiempos ancestrales. Las diferencias físicas, en interacción con las
condiciones sociales y ecológicas, influyen en los roles que desempeñan hombres y mujeres, y es la acomodación a
esos roles y a las expectativas que el grupo tiene sobre la conducta de los que los desempeñan, lo que produce las
diferencias de género. Los roles masculinos han supuesto tradicionalmente mayor estatus, poder y riqueza que las
de las mujeres, de ahí que para acomodarse a esos roles la conducta de los hombres sea en general más dominante
y la de las mujeres más sumisa. Según esta teoría la existencia de diferencias psicológicas entre hombres y mujeres
no está en adaptaciones evolucionistas sino en la estructura social. La mayor igualdad de roles disminuye las
diferencias entre los sexos.
-Predicción de la teoría de Eagly y Wood: en aquellas culturas en las que existe mayor igualdad de roles entre
hombres y mujeres sus diferencias psicológicas deberían ser menores; para poner a prueba esta predicción
utilizaron los datos de la muestra transcultural de Buss sobre preferencias en la elección de pareja y los sometieron
a un nuevo análisis, partiendo de la premisa de que la elección de pareja es un reflejo más del esfuerzo de las
personas, no por aumentar al máximo su eficacia biológica inclusiva (enfoque evolucionista), sino por aumentar al
máximo sus beneficios personales y reducir sus costes, y esto se consigue sacando el máximo partido de las
posibilidades de uno, las cuales están limitadas por los roles de género dentro del matrimonio impuestos por la
sociedad.
- Se centraron en dos características: la tendencia de los hombres a buscar parejas más jóvenes y con
habilidades domésticas y la tendencia de las mujeres a escoger parejas más mayores con capacidad para ganar
dinero. Los resultados coinciden con los obtenidos por Buss, al tratarse de la misma muestra. Las culturas en las
que existen mayores diferencias sexuales en valoración de habilidades domésticas son también las que presentan
mayores diferencias en valoración de la capacidad para ganar dinero, siendo esta relación estadísticamente
significativa. La diferencia en cuanto a la edad preferida del cónyuge correlacionaba positivamente con la
diferencia en la preferencia por una pareja que gane dinero, y también con la diferencia en la preferencia por una
pareja con habilidades domésticas, interpretando Eagly y Wood estos resultados como prueba de la importancia
de la división del trabajo y el reparto de roles entre sexos (las mujeres que desempeñan el rol doméstico son el

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complemento de los hombres que sirven como proveedores de recursos, y la combinación de maridos mayores y
esposas más jóvenes facilita esta forma de matrimonio).
- Para poner a prueba la hipótesis de que la mayor igualdad de roles disminuye las diferencias entre los sexos se
basaron en índices de igualdad de género de las Naciones Unidas (indicador G.E.M-grado en que las mujeres de
una sociedad participan igual que los hombres en roles económicos, políticos y de toma de decisiones, e indicador
G.D.I.-igualdad de los sexos en nivel de ingresos y acceso a servicios de salud y educación). Se basaron en las
correlaciones de estos índices GEM y GDI con las variables de interés del estudio (ganar dinero y ser ama/o de
casa), tanto en la versión de valoración (de 0 a 3, como el estudio de Buss), como en la de ordenación jerárquica
(de mayor a menor deseabilidad), generando una tabla de correlaciones.
- Tabla de Correlaciones: no de valores absolutos, sino una asociación entre dos variables, de manera que
cuando el valor de una aumenta y el de la otra también aumenta, la correlación es positiva, o cuando el valor de
una aumenta, la otra disminuye, siendo correlación negativa. Cuanto más cercano a 0 es el valor de una
correlación, menor es la relación entre las variables. Los valores referentes a “diferencias entre sexos” se
relacionan con diferencias y los valores referentes a “mujeres” y a “hombres” se relacionan lo deseable que es el
criterio, o mejor dicho, la correlación de esa deseabilidad con los índices de igualdad. Valores más altos en los
índices de igualdad de género GEM y GDI corresponden a mayor igualdad. Una correlación positiva indica un
aumento de la deseabilidad del criterio de elección a medida que aumenta la igualdad entre hombres y mujeres,
mientras que una correlación negativa indica un descenso de la deseabilidad de ese criterio a medida que aumenta
la igualdad de género en la sociedad.
El valor -.43= correlación negativa de 0,43 entre las dos variables.
p=probabilidad de error (cuanto menor es el valor p, mayor es el nivel de significación, es decir, más seguros
podemos estar de lo que reflejan los resultados).
En la tabla de correlaciones de la diferencia media de edad preferida entre uno mismo y el cónyuge con los
índices de igualdad de género de Naciones Unidas, en el caso de las preferencias de las mujeres, una correlación
negativa indica un descenso en la tendencia a preferir un cónyuge de más edad, a medida que aumenta la igualdad
entre sexos en la sociedad, y lo mismo indicaría una correlación positiva en el caso de las preferencias de los
hombres.
- Conclusión de Eagly y Wood: a medida que aumenta la igualdad de género en una sociedad, disminuyen las
diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a sus preferencias en la elección de pareja, al menos en los tres
criterios seleccionados (ganar dinero, habilidades domésticas, diferencia de edad).

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Inclusión de variables de tipo ecológico, de Buss y colaboradores


- Buss vuelve a analizar los datos de su estudio de 1989 incluyendo los índices de igualdad de género
empleados por Eagly y Wood, y controlando la influencia de variables no contempladas entonces, encontrando
una escasa relación entre dichos índices y las diferencias entre hombres y mujeres en la importancia que dan a los
diversos criterios de elección de pareja. Incluyen variables de tipo ecológico que podrían explicar la variabilidad
cultural observada, basándose en el concepto de “cultura evocada” introducido por los psicólogos evolucionistas
como explicación complementaria a la mantenida por las ciencias sociales de la existencia de semejanzas entre los
miembros de una misma cultura y de diferencias entre culturas.
Cultura evocada y cultura transmitida
- Cultura transmitida: conjunto de normas, valores, símbolos, rituales, etc. que se aprenden de otros
(transmitidos culturalmente).
- Cultura evocada: cultura innata o ancestral que se activa ante determinadas claves presentes en el medio
(serán evocados unos mecanismos psicológicos u otros); mecanismos no transmitidos culturalmente, innatos y
comunes a toda la especie y evocados por un medio semejante.
- Ejemplo: Similares pautas de reparto de comida en el grupo ante las misma circunstancias,en tribus de
cazadores separadas geográficamente en distintos continentes.
- Tooby y Cosmides afirman que las semejanzas intraculturales y las diferencias interculturales no pueden
explicarse sólo como resultado del aprendizaje y la transmisión de elementos culturales de una generación a la
siguiente. Todos los seres humanos compartimos una arquitectura cerebral universal dotada de múltiples
mecanismos diseñados por la selección natural para responder a miles de variables del ambiente, variables que
activan diferentes mecanismos adaptativos heredados. Ambos tipos de cultura coexisten. El funcionamiento de
una psicología rica y con gran capacidad de respuesta mas la capacidad para aprender socialmente, pueden
conjuntamente dar una explicación mucho más completa de la cultura y el cambio cultural que cualquiera de ellas
por separado.
- Gangestad y colaboradores (2006) afirman que las semejanzas en los criterios preferidos en la pareja entre
culturas con índices de igualdad de género similares, se pueden explicar como un efecto de cultura evocada
(condiciones sociales semejantes evocan respuestas semejantes).
- Según Eagly, Lameiras y Rodríguez, aunque el concepto de cultura evocada podría explicar las diferencias
entre culturas o sociedades, difícilmente podría dar cuenta de las diferencias entre los miembros de una misma
sociedad, algo que sí es posible con la medida de ideología de género individual. En un nuevo estudio transcultural
de Eagly, encuentra una relación entre la ideología de género tradicional y la preferencia por determinados
atributos en la pareja.
Actividades recomendadas
1) Según los modelos evolucionista y socioestructural, cómo se explicaría que en el estudio de Buss sobre
diferencias de sexo en la elección de pareja, la muestra española fue la única muestra que no presentó diferencias
de sexo significativas en la característica “buenas perspectivas económicas” y en la importancia concedida al
atributo “capacidad para ganar dinero” en la tarea de ordenación jerárquica.

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A) Modelo Evolucionista (teoría de la selección sexual de Darwin, teoría de la inversión parental de Trivers,
estudios de Buss basados en la teoría de Trivers)
B) Modelo socioestructural (Eagly y Wood)
2) Evaluación de las preferencias en la elección de pareja mediante la “escala de 18 características referidas a
una pareja potencial”, evaluando una muestra de 5 a 10 personas de cada sexo y distintas culturas. La lista de
características se evalúa de 0 a 3 (0-irrelevante 3-indispensable). Calcular las medias entre hombres y mujeres, las
medias de personas de distintas culturas; comprobar si son mayores las diferencias entre sexos o entre culturas
para cada atributo, discutiendo los resultados con los modelos expuestos en el capítulo; elaborar un informe de
investigación.
Caracte Varón Varón 2 Varón 3 Varón 4 Varón 5 Varón 6 Mujer 1 Mujer 2 Mujer 3 Mujer 4 Mujer 5 Mujer 6 Media Media Media Media Grado Grado
rísticas 1 Japón Latinoa Africa Inglater Australi EEUU Japón Latinoa Africa Inglater Australi de de culturas culturas de de
EEUU mérica ra a mérica ra a hombre mujeres individu colectivi diferenc variación
s alistas stas ia entre transcultur
sexos al
1-Amor
2-
formali
dad
3-
madure
z
emocio
nal
4-Buen
carácter
5-
Buena
salud
6-
educaci
ón
7-
sociable
8-
Deseo
de tener
hijos
9-
pulcritu
d
10-
Buen
aspecto
11-
ambició
n
12-
Habilid
ad
tareas
domésti
cas
13-
Buenas
perspec
tivas
económ
icas
14-
Educaci
ón
similar
15-
Buenap
osición
social

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16-
castidad
17-
Creenci
as
religiosa
s
similare
s
18-
Tenden
cia
política
similar

TEMA 2 – DIFERENCIAS SEXUALES EN LOS CELOS:


El papel de la evolución y de la identidad de género

SEXO y GÉNERO
- El sentimiento de celos está presente en prácticamente todas las culturas conocidas, y es una de las principales
causas de agresión y de homicidio dentro del matrimonio. Para abordar el tema, hay partidarios de un enfoque
evolucionista, y partidarios de un enfoque sociocultural.
- El estudio de la identidad de género es un tema central en Psicología Social, en el género se articula tanto lo
psicológico como lo social. La socialización es distinta en función del género y, a menudo, esas diferencias se
deben más a aspectos asociados a las normas de comportamiento (perspectiva sociocultural), que a aspectos
asociados a la biología.
- Hay cierta confusión en las ciencias sociales a la hora de utilizar los términos sexo y género:
*SEXO: categorización basada en la biología, en diferencias en los cromosomas X e Y que permite clasificar a
los seres humanos en hombres o mujeres.
*GÉNERO: se aplica a aspectos culturales de esas diferencias, es un término más complejo que hace
referencia a aspectos psicológicos y sociales, no es una cualidad natural de las personas sino un complejo conjunto
de creencias culturales relacionadas entre sí, que estipulan el significado social de lo femenino y de lo masculino.
Es una creación simbólica de la cultura y, como tal, la construcción del género varía entre culturas.
LA IDENTIDAD DE GÉNERO
- Nacemos hombre o mujer (clasificación basada en una categoría biológica), pero aprendemos a ser femeninos
o masculinos a través del proceso de socialización. Las personas que se oponen a aceptar las prescripciones
convencionales de género, provocan cambios en las expectativas relativas al género y en las prácticas sociales
relacionadas con sus roles.
- En los trabajos de psicología científica no se controlaba la influencia del género, es decir, de lo relacionado
con la cultura, ni las diferencias en socialización. El sexo se consideró únicamente como variable
sociodemográfica, lo cual generaba resultados muchas veces contradictorios. En los años 70 surge una nueva
perspectiva que enfatiza los aspectos sociales y critica la propensión a generalizar, señalando que las
generalizaciones impiden que nos demos cuenta de que hay más diferencias entre personas del mismo sexo
debidas a diferencias étnicas, de educación o de clase social, que entre los hombres o las mujeres, cuando en esa
comparación se controlan estas otras variables sociológicas, es decir, cuando se mantienen iguales para ambos.
- El BSRI de Bem: instrumento de medida de identidad de género más utilizado en investigación;
cuestionario de autoevaluación que consta de 3 escalas independientes y sirve para comprobar hasta qué punto las

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personas, independientemente de su sexo biológico, se identifican con características de personalidad típicamente


femeninas o masculinas. Tres escalas: 1)feminidad, 2)masculinidad, 3)deseabilidad social, cada una con 20 rasgos o
ítems, en donde cada ítem va seguido de una escala del 1 (nunca) al 7 (siempre). Tanto hombres como mujeres
pueden puntuar alto en las escalas de feminidad y masculinidad puesto que se trata de medidas que reflejan la
identificación con unos rasgos de personalidad.
A partir de las puntuaciones obtenidas en las escalas de BSRI, independientemente del sexo biológico, se
pueden clasificar a las personas en la siguiente tipología de identidad de género:
A)Femeninos/as: puntuación alta en la escala de feminidad.
B)Masculinos/as: puntuación alta en la escala de masculinidad.
C)Andróginos/as: puntuación alta en ambas escalas.
D)Indiferenciados/as: puntuación baja en ambas escalas.
- Teoría del auto-esquema de género de Bem (1981): las personas con un esquema del yo tradicional, o
“sexo-típicas” (=mujeres clasificadas como femeninas y hombres clasificados como masculinos) se comportan de
acuerdo con los patrones de género convencionales de su cultura, mientras que los clasificados como andróginas o
indiferenciadas son más flexibles.
- Críticas al BSRI como medida de identidad de género: se basa exclusivamente en identificación con rasgos de
personalidad, cuando la identidad de género es multifacética, afecta a muchos aspectos (rasgos físicos, actitudes,
intereses, roles, orientación sexual, etc), existe una construcción individual y variada de la identidad de género, es
un proceso activo y creativo. Aunque la identidad de género tenga cierta estabilidad cuando se refiere a una faceta
concreta, en conjunto tiene un carácter flexible y puede cambiar dependiendo del contexto.
- El uso de una medida de identidad de género puede ser útil para contrastar la influencia del género (como
variable sociocultural) frente al sexo biológico, en una situación concreta como es el contexto de una
investigación.
LA EXPERIENCIA DE LOS CELOS
- Las relaciones de pareja suponen una gran inversión tanto cognitiva como emocional y conductual. Los celos
son un fenómeno complejo que son activados por la amenaza a una relación que mantenemos con otra persona y
que consideramos valiosa que nos hace actuar para eliminar la amenaza y retener la relación que valoramos.
El planteamiento de los celos según la psicología evolucionista
- Los celos son un mecanismo típico de nuestra especie (no demostrado que sea exclusivo de ella), presente
tanto en hombres como en mujeres, y es un mecanismo seleccionado a lo largo de la historia evolutiva como
solución a los problemas adaptativos que suponía la pérdida de relaciones importantes por abandono, de manera
que aquellos individuos en los que se activara el mecanismo de los celos conseguirían retener a su pareja y tener
mayor número de descendientes.
- Según la perspectiva evolucionista, lo que activa los celos en los hombres es la percepción o sospecha de
infidelidad sexual de su pareja, mientras que en las mujeres los celos se referirían más bien a la infidelidad
emocional. En los celos entra en juego la selección natural y el hombre se enfrenta al problema de la certeza de la
paternidad (transmisión de sus propios genes), problema que no tiene la mujer, la cual se enfoca más en que la
infidelidad prive a su descendencia de los recursos necesarios para la supervivencia. Una de las sugerencias que
hacen Buss y sus colaboradores en la discusión de sus resultados sobre diferencias sexuales en los celos es que,
siguiendo la lógica evolucionista, los celos sexuales en los hombres deberían disminuir a medida que aumenta la
edad de su pareja, dado que, con la edad, el valor reproductivo de las mujeres desciende.
Investigación de Buss, Larsen, Westen y Semmelroth (1992)
- Primer estudio-Análisis de las respuestas de hombres y mujeres ante situaciones imaginarias referentes a

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distintos tipos de infidelidad: realizando el acto sexual con otra persona y formando un fuerte vínculo emocional
con otra persona. Resultado: porcentaje significativamente mayor de hombres señala que la infidelidad sexual les
es más desagradable (se duplica si han tenido experiencias en relaciones de pareja con sexo), mientras que las
mujeres indican mayor malestar en la infidelidad emocional, sin influir si han tenido experiencias previas en
relaciones de pareja.
- Segundo estudio- Medición a través de registros psicofisiológicos (actividad electrodérmica, tasa cardiaca y
actividad electromiográfica de los músculos faciales): repitiendo la misma situación estimular que el primer
estudio, confirmando los resultados del primero.
-La evidencia transcultural muestra que los resultados no son exclusivos de una población concreta, Betzig
estudió 89 culturas distintas, encontrando que la causa más frecuente de divorcio mencionada por los hombres es
la infidelidad sexual. En el estudio de Buss y colaboradores ambos sexos consideran estresante la infidelidad
emocional, lo que indica que ambos tipos de infidelidad están relacionados y uno puede proporcionar indicios de
la existencia del otro, de forma que tanto hombres como mujeres se sentirían inquietos por ambos.
El planteamiento de los celos según la perspectiva sociocultural
- Críticas al enfoque evolucionista de Buss en el estudio de los celos: científicos sociales indican que las
diferencias entre hombres y mujeres se deben al proceso de socialización y a la influencia social y cultural que
favorece determinadas creencias, actitudes, valores y sentimientos en unos y en otras según los roles que ocupan.
Las diferencias no se deben a la biología, ni a mecanismos cognitivos heredados sino a la identidad de género.
Creencias sobre la interdependencia de la infidelidad sexual y la infidelidad
emocional
- “Hipótesis de la interdependencia de las dos infidelidades”: autores como DeSteno y Salovey, Harris y
Christenfeld consideran que la infidelidad sexual y la infidelidad emocional son interdependientes para el que las
percibe, y la gente piensa que una implica la otra.
- La perspectiva cultural sostiene que las personas considerarán más estresante el tipo de infidelidad que crean
que implica mayor probabilidad de presencia del otro tipo de infidelidad. Las diferencias entres sexos se deben a
que hombres y mujeres creencias distintas al respecto durante el proceso de socialización y por influencia de la
cultura (a los hombres les resulta más estresante la infidelidad sexual, porque consideran que las relaciones
sexuales le generan también a la mujer un vínculo emocional, pero a las mujeres les origina más estrés la
infidelidad emocional porque piensan que si un hombre es infiel emocionalmente también lo será sexualmente,
pero no al revés).
Investigación de Gómez Jacinto, Canto y García Leiva:
Variables moduladoras de las diferencias de sexo en los celos
- Réplica de los estudios de Buss y colaboradores sobre diferencias sexuales en los celos, que explora algunas
variables sociales y culturales que, según los críticos, puedan estar influyendo en las diferencias encontradas por
los psicólogos evolucionistas (primer estudio), centrándose el segundo estudio en los efectos que el artefacto
experimental de elección forzada tiene en los resultados.
- Conclusión: sus resultados no apoyan una visión dicotómica (evolución frente a socialización), sino una
perspectiva interaccionista en la que tanto el sexo biológico como algunos factores culturales desempeñan un
papel fundamental enl as diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a la experiencia de los celos.
La diferencia sexual no es tan clara como la presentan Buss y sus colaboradores (1992). Sólo las mujeres eligen
de forma rotunda la infidelidad emocional. En los diversos estudios realizados la elección masculina se reparte
casi equitativamente entre ambas infidelidades, aunque, en general, la respuesta específica de los hombres es que la
infidelidad sexual les produce más estrés. Existe una asimetría sexual que es necesario explicar. Por ello en los dos

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estudios de este trabajo se pretenden analizar algunos de los factores sociales y culturales que modulan esta
asimetría sexual; desde una perspectiva interaccionista que minimice la dicotomía causal evolución versus
socialización.
· Estudio 1 : Variables moduladoras de las diferencias de sexo en los celos
1- Introducción: exposición de los antecedentes teóricos y empíricos de la investigación (explicación
evolucionista del mecanismo de los celos y las diferencias entre hombres y mujeres, la explicación socio-cultural y
la hipótesis de la interdependencia de infidelidades, la distinción conceptual entre “sexo” y “género”).
2- Objetivos: explorar algunas variables sociales y culturales que, según los críticos, puedan estar influyendo
en las diferencias encontradas por los psicólogos evolucionistas; analizar las respuestas de las personas con
distintas tipificaciones de identidad de género ante situaciones de infidelidad, para separar la influencia del “sexo”
(biológico) de la de “género” (cultural); poner a prueba la hipótesis de la interdependencia de las infidelidades;
analizar el contexto que activa el mecanismo de los celos; estudiar la influencia de la presión cultural en la
respuesta de las personas ante una situación de infidelidad.
3-Hipótesis: las respuestas dependerán de su identidad de género más que del sexo biológico; la aparición de
diferencias significativas entre hombres y mujeres dependerá de si las situaciones planteadas presentan un solo
tipo de infidelidad o las dos, dependerá también de si las situaciones planteadas representan infidelidad poco
explícita o muy explícita; las respuestas dependerán de si han tenido experiencias previas en relaciones de pareja o
de si ellos mismos han cometido infidelidad, y dependerá también de su grado de deseabilidad social (=grado en
que intentan ajustarse a lo que socialmente se admite y valora).
4- Diseño: se combina la manipulación experimental y el método correlacional.
- Variables Independientes (factores manipulados experimentalmente): ocurrencia de la infidelidad (simple/
doble) y descripción de la situación (poco explícita/muy explícita)
- Variables Independientes de control (no son variables experimentales): sexo y tipificación de identidad de
género, experiencia previa en relaciones de pareja y en infidelidades, grado de deseabilidad social e intensidad de
los celos de los participantes.
- Variables Dependientes: elección de una de las dos infidelidades como más estresante, creencias de los
participantes sobre la interdependencia de las dos infidelidades
5- Método: -Participantes:Los sujetos fueron 317 estudiantes del primer curso de la Facultad de Ciencias de
la Información de la Universidad de Málaga .Participaron en el estudio voluntariamente.

-Materiales: cómo se manipulan las variables experimentales, cómo se mide cada uno de los
factores de control y cómo se miden las variables dependientes. En primer lugar los participantes cumplimentaron
una adaptación española del cuestionario BSRI con el que construyó la variable género. Este cuestionario mide la
feminidad y la masculinidad. En segundo lugar se presentó el dilema habitual. Siguiendo el formato del estudio de
Buss y cols. (1992), los participantes respondían cuál de las dos infidelidades, emocional o sexual, les resultaría
más estresante: (a) que su pareja tuviese una relación sexual apasionada con otra persona o (b) que su pareja
tuviese un fuerte vínculo emocional con otra persona. Inmediatamente se les presentó un cuestionario de seis
adjetivos (traicionado/a, celoso/a, agresivo/a, desconfiado/a, hostil, encolerizado/a contra la otra persona,
engañado/a) que miden en una escala de uno a nueve la intensidad de los celos que ellos sentirían en una situación
como la descrita. En cuarto lugar respondieron a una réplica en español de las dos cuestiones planteadas por
Harris y Chistenfeld para evaluar en qué medida los hombres y las mujeres creen que una infidelidad implica la
otra. Finalmente los participantes cumplimentaron diversas cuestiones sociodemográficas y sobre su vida
amorosa, que permitían analizar los efectos del contexto que activa el mecanismo de celos.
6- Resultados: los resultados reflejan, entre otras cosas, qué patrón de elecciones muestran hombres y

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mujeres para cada escenario, cuál de las dos perspectivas (evolucionista o cultural) apoyan estos resultados, cómo
influyeron el sexo y la identidad de género en los resultados sobre las creencias relativas a la interdependencia de
las dos infidelidades, cómo se analiza el efecto de la variable “deseabilidad social”, de la variable “intensidad de los
celos” y cual es la relación entre esas dos variables.
7- Discusión: los autores comentan los resultados en relación con los planteamientos expuestos en la
introducción, con los resultados de otros autores y con los objetivos e hipótesis del estudio, así como algunas de
las limitaciones de su propia investigación (una de las limitaciones se intenta resolver en el estudio 2).
Tanto hombres como mujeres se sienten más desolados por una infidelidad emocional de su pareja que por
una infidelidad sexual. Ahora bien, hay más hombres que mujeres que se preocuparían más por una infidelidad
sexual y hay más mujeres que hombres preocupadas por una infidelidad emocional. Se da por tanto una asimetría
de respuestas entre hombres y mujeres en los cuatro escenarios presentados en las distintas condiciones
experimentales. Cuando el escenario simple se hace más explícito aumenta el porcentaje de hombres más
preocupados por la infidelidad sexual y el porcentaje de mujeres preocupadas por la infidelidad emocional. Estos
resultados apoyarían, en parte, las tesis evolucionistas al mantenerse la asimetría entre hombres y mujeres, aun
cuando se han eliminado el problema de las probabilidades condicionadas. Dándose los dos tipos de infidelidades
de forma explícita, hay más hombres que mujeres que se sienten más desolados por la infidelidad sexual. Pero hay
que destacar el hecho de que las diferencias entre sexos se acortan. Por lo tanto, hay que considerar la incidencia
de una serie de factores que intervienen en el patrón de respuestas que emiten los participantes en el estudio,
modificando la asimetría entre hombres y mujeres igualando el porcentaje de respuestas entre sexos. Los
resultados no confirman los postulados de DeSteno y Salovey (1996a, 1996b) y Harris y Christenfeld (1996a,
1996b) al no verificarse la hipótesis de la doble implicación de la infidelidad. Si bien las creencias de los sujetos
están ligadas al sexo, el responsable de las respuestas dadas al dilema lo es el sexo y no las creencias. Las mujeres
creen en mayor medida que si un hombre ha sido infiel emocionalmente es muy probable que también lo sea
sexualmente; por su parte los hombres piensan en mayor medida que la infidelidad sexual de las mujeres
implicaría también la infidelidad emocional. Las diferencias de creencias, pues, están en función del sexo y en
ningún momento en función del género. No se ha dado ninguna asociación significativa entre la elección del tipo
de infidelidad más estresante y las expectativas que tienen los hombres y las mujeres a la independencia de los dos
tipos de infidelidad.
· Estudio 2
En este segundo estudio se evita el formato de elección forzada. Aquí se presentan por separado las dos
hipotéticas infidelidades y los participantes han de expresar en un cuestionario los celos que sentirían en una
situación como la descrita. De esta forma no se obliga a elegir una opción y puede valorarse la reacción del
individuo ante cada una de las dos situaciones propuestas. El procedimiento es similar al utilizado por DeSteno y
Salovey en un estudio que resumen a pie de página, y en el que no se encuentran diferencias entre hombres y
mujeres en la intensidad de los celos en respuesta a los dos tipos de infidelidad. Este formato de respuesta está
más libre de los sesgos que explican algunos de los resultados del primer estudio. Del primer estudio se retiene
también la variable género como explicativa de la intensidad de celos sexuales y emocionales que sienten los
participantes. Para verificar de nuevo el efecto de la deseabilidad social se incluye una nueva medida de este
constructo. El dilema también se vuelve a incluir para servir de contraste al formato de medidas continuas.
- Objetivo principal: se centra en estudiar los efectos que el artefacto experimental de elección forzada tiene
en los resultados, en la comparación entre los dos tipos de metodologías (medidas continuas no simultáneas y
dilema o elección forzada); otro objetivo es evitar que se activen al mismo tiempo los dos tipos de infidelidades,
para poder analizar por separado el efecto de cada una en las respuestas de los participantes.
- Método: - Participantes : Los sujetos fueron 72 mujeres y 22 hombres, estudiantes de 1° de Psicología de
la Universidad de Málaga, con una edad media de 19 años y medio. Participaron en el estudio voluntariamente.
- Materiales : Al igual que en el primer estudio los participantes cumplimentaron una adaptación

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española del BSRI. En segundo lugar rellenaron la adaptación española de la Escala de deseabilidad social de
Crowne y Marlow. A continuación se presentaba a la mitad de los participantes un supuesto de infidelidad
sexual y a la otra mitad un supuesto de infidelidad emocional; con las correspondientes descripciones del
escenario muy explícito. Mediante el cuestionario de siete adjetivos utilizado en el primer estudio se valoró en una
escala de uno a cinco la intensidad de los celos que ellos sentirían en una situación como la descrita. Finalmente se
les presentaba el formato de dilema clásico para que escogiesen cuál de los dos tipos de infidelidad les perturbaría
más. Se repitió el formato de elección forzada para comprobar si había correspondencia entre éste y el formato de
medidas continuas.
- Diseño: combinación de manipulación experimental y estudio correlacional, reduciendo en número de
variables. Dos tipos de metodologías (medidas continuas no simultáneas y dilema o elección forzada).
- Variable Independiente manipulada experimentalmente: el orden de presentación de los escenarios de
infidelidad (a la mitad de los participantes se les presenta primero el escenario de infidelidad emocional y se mide
la intensidad de los celos (variable Dependiente), y a continuación se les presenta el escenario de infidelidad sexual
y se vuelve a medir la intensidad de los celos. A la otra mitad se les muestra en el orden inverso. Como medida de
contraste con esta presentación no simultánea de los dos escenarios, posteriormente se presenta a todos los
participantes el mismo dilema del Estudio 1 (cuál de las dos infidelidades les resulta más estresante- segunda
Variable Dependiente).
- Variables Independientes de control: medición de la tipificación de identidad de género de cada participante y
su grado de deseabilidad social.
- Variables Dependientes: 1-intensidad de los celos, 2-cuál de las dos infidelidades les resulta más estresante.
- Resultados: el orden de presentación de los escenarios no influye en la intensidad de los celos sexuales ni
emocionales; tampoco se encontró un efecto significativo de la identidad de género, y sólo el sexo mostró cierta
influencia. La intensidad de los celos ante la infidelidad sexual fue mayor en toda la muestra, incluso en las
mujeres, que ante la infidelidad emocional, aunque las mujeres mostraron más celos emocionales que los hombres.
En cuanto a la comparación entre las dos metodologías (objetivo principal del estudio 2), en el caso de los
hombres los dos formatos arrojan resultados similares: la infidelidad sexual les parece siempre más estresante que
la emocional, incluso aunque puntúen alto en deseabilidad social. En cambio, las mujeres eligen la infidelidad
emocional como más estresante en el dilema incluso aunque hayan mostrado mayor intensidad de celos ante la
infidelidad sexual en la fase experimental. El formato de elección forzada puede ser un artefacto experimental que
afecta a los resultados, aunque en este estudio solo lo ha hecho en el caso de las mujeres.
La intensidad de los celos ante la infidelidad sexual es mayor que ante la infidelidad emocional. Puede
observarse también que las mujeres sienten más celos sexuales que los hombres, aunque las diferencias no son
estadísticamente significativas. Sólo en los celos emocionales las diferencias son estadísticamente relevantes, En
definitiva los resultados indican un escaso efecto de la variable sexo y de la variable género a la hora de explicar los
celos emocionales y sexuales.
- Discusión: Al igual que en el estudio de medidas continuas de DeSteno y Salovey (1996a) no hay
dependencia entre el sexo y el experimentar más o menos celos ante cada tipo de infidelidad planteada. Es más, las
mujeres sienten más celos de los dos tipos. Este resultado poco tiene que ver con las predicciones de la hipótesis
evolucionista. Lo único que podría interpretarse en esta clave teórica es el hecho de que en el caso de los celos
emocionales hay diferencias entre hombres y mujeres, a favor de éstas. Pero no se cumple la otra parte de la
predicción: no hay diferencias entre hombres y mujeres en lo que a celos sexuales se refiere, y además las mujeres
tienen una media más alta que los hombres. El género incide mínimamente en la intensidad de los celos sexuales y
emocionales experimentados. Este estudio revela, una vez más, que la asimetría sexual en los celos, tal y como son
estudiados por los teóricos evolucionistas, es más el producto del artificio experimental creado por el formato de
elección forzada, que de verdaderas diferencias de sexo. Esto se corrobora con el análisis de regresión múltiple.
En él se puede comprobar que los hombres que se han sentido más celosos por la infidelidad sexual eligen ésta
como más perturbadora en el dilema. Por el contrario, las mujeres, aún cuando se sientan más celosas por la

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infidelidad sexual, tienden a elegir la opción emocional. Y sólo en el caso de las mujeres sucede lo mismo a
medida que aumenta la deseabilidad social. Este resultado confirma el encontrado en el primer estudio. No es así
en el caso de los hombres: aquí, contrariamente a aquel resultado, el aumento de la deseabilidad social favorece la
elección de la infidelidad sexual como más perturbadora. A pesar de este último resultado contradictorio, este
estudio pone de manifiesto las debilidades metodológicas que el formato de elección forzada tiene. Sólo en el caso
de los hombres puede hablarse de una correspondencia entre el formato de medidas continuas y el formato del
dilema clásico. Que no suceda lo mismo en el caso de las mujeres indica la facilidad con la que el procedimiento
sesga las respuestas a favor, no de la verdadera reacción ante una infidelidad, sino a favor de lo que un
determinado contexto social considera adecuado en ese momento: que es más perturbadora una infidelidad sexual
o una infidelidad emocional.
- Conclusiones: resume los resultados más destacados de ambos estudios. Los autores hacen hincapié en la
necesidad de tener en cuenta tanto factores biológicos como intrapsíquicos, interpersonales, grupales y culturales,
y subrayan la importancia de analizar no sólo las creencias de las personas, sino también su conducta.
Los celos son una realidad compleja. Conlleva pensamientos, emociones y acciones, producidos por la presencia
real o imaginaria de un rival que amenaza la existencia de una relación romántica. Los celos son susceptibles de ser
sentidos por cualquier persona, interviniendo en su expresión y manifestación variables intrapsíquicas,
interpersonales y culturales. Cada cultura determina de forma diferente los contextos y las circunstancias que
propician los celos. A su vez, diversas personas podrían responder de forma diferente ante semejantes situaciones
de celos, así como una misma persona podría sentir distintos tipos de celos a lo largo de una relación o en
relaciones diferentes. El hecho es que existe una alta variabilidad a la hora de sentir celos, sin que ello conlleve no
poder determinar un patrón relativamente estable de la realidad que denominamos celos. En este trabajo el interés
se ha centrado en indagar las causas por las que aparecen diferencias sexuales ante los celos. Las teorías sostienen
posturas opuestas en la explicación de tales diferencias. Las tesis evolucionistas (Buss, 1994; Buss y cols., 1992;
Buunky cols., 1996) conciben los celos como un mecanismo psicológico derivado de la evolución. El que los
hombres y mujeres sientan celos provocados por distintas infidelidades resulta de los diferentes problemas
adaptativos que han tenido lugar durante la evolución para los hombres y las mujeres. Los celosos, por tanto,
cuidaban su relación de pareja y poseían una ventaja evolutiva sobre los que no lo eran. Según esta teoría, somos
descendientes de personas celosas, que han cultivado un mecanismo psicológico, los celos, que se ha transmitido
de generación en generación. Por contra, las tesis culturalistas (DeSteno y Salovey, 1996a, 1996b; Harris y
Christenfeld, 1996a, 1996b; Hupka, 1981; Hupka y Bank, 1996) ofrecen explicaciones que sitúan el origen de
tales diferencias en el proceso de socialización y en la influencia social y cultural. Serían los patrones culturales los
responsables de la diferenciación encontrada entre los sexos. Las tesis evolucionistas no niegan la influencia del
contexto y de la cultura (v.g. Archer, 1996). En última instancia las pautas culturales no serían más que derivados
de esos mecanismos psicológicos resultantes de la evolución. Tales mecanismos serían flexibles y podrían
adaptarse al medio. También podría ocurrir que el cambio ambiental fuese tan rápido que el mecanismo
psicológico se quedara atrás y se podría observar cierto desfase no adaptativo. Sea como sea, el hecho es que
podría suceder que existiera una plena concordancia entre los mecanismos psicológicos derivados de la evolución
y las pautas culturales, como también la falta de concordancia entre ambos. En ocasiones, ciertos postulados
ideológicos y culturales podrían contravenir lo que ha sido la norma desde el punto de vista de la adaptación
evolutiva. Por lo que la incidencia de la cultura no puede ser soslayada. Los resultados del primer estudio muestran
que tanto hombres como mujeres se estresarían más por una infidelidad de tipo emocional. Estos resultados no
apoyarían la versión fuerte de las tesis evolucionistas. El hecho es que hay un buen porcentaje de hombres que se
preocupan más por la infidelidad emocional, de igual modo que hay muchas mujeres que se preocuparían más por
la infidelidad sexual. Y ello debe ser explicado, conjuntamente con el resto de los resultados. Las normas sociales
(ya sea la que emana del grupo de referencia, el Zeitgeist, etc.) pueden empujar las respuestas en ambas
direcciones: según el contexto sería más fácil reconocer un mayor estrés por uno u otro tipo de infidelidad. Habría
ocasiones en las que el hombre y la mujer se ven presionados para reconocer un mayor estrés por la infidelidad
emocional, pero habría otras en las que sucedería lo contrario. Además, el rol de género rompe la asimetría de
respuestas entre sexos y da cabida a la influencia cultural al comprobarse cómo los sujetos andróginos responden

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independientemente de su sexo. De igual modo que las normas sociales y el rol genérico pueden tener sus efectos,
las posturas ideológicas ante las relaciones de pareja intervendrían en el tipo de respuesta elegida (Hupkay Bank,
1996). Por lo tanto, factores intrapsíquicos, interpersonales, grupales e ideológicos deben ser tenidos en
consideración para dar cuenta de la variabilidad de respuestas que nos encontramos ante el estrés provocado por
las distintas infidelidades. En buena medida, tal como se comprobó en el segundo estudio, las respuestas emitidas
por los sujetos son debidas al artefacto experimental. No se encontró dependencia entre el sexo y el tipo de celos
experimentado. Entre el sexo y los celos hay toda una serie de variables que deben ser incorporadas en la
explicación de los mismos. Es más, las investigaciones que se realicen no sólo deben tratar de las creencias ante los
dos tipos de infidelidades, sino que deben dar cabida al análisis de la conducta de los celos.

Actividades recomendadas
1- Realice un estudio para poner a prueba la siguiente hipótesis de Buss, siguiendo el procedimiento de Gómez
Jacinto y colaboradores, y elabore un informe: “una de las sugerencias que hacen Buss y sus colaboradores en la
discusión de sus resultados sobre diferencias sexuales en los celos es que, siguiendo la lógica evolucionista, los
celos sexuales en los hombres deberían disminuir a medida que aumenta la edad de su pareja, dado que, con la
edad, el valor reproductivo de las mujeres desciende”.
2- Haga una reflexión sobre las siguientes cuestiones: ¿son incompatibles la perspectiva evolucionista y la
perspectiva socio-cultural?, ¿en qué aspectos se distancian más?, ¿cuáles son sus puntos en común, si los ya?, ¿cree
que existe alguna conexión entre biología y cultura en relación con el comportamiento humano y de qué tipo sería
esa conexión?, ¿cuál sería, a su juicio, la forma más adecuada de enfocar el estudio de las diferencias psicológicas
entre hombres y mujeres?.

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