Trichomonas Vaginalis

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UNIVERSIDAD

NACIONAL
AUTÓNOMA DE
MÉXICO

Facultad de Estudios Superiores Iztacala

Carrera Médico Cirujano

Módulo: Enfermedades infecciosas,


Microbiología y parasitología médica.

Profesor: Tomás Nepomuceno Mejía

Alumna: Lozano Cortez María Shareny

Grupo: 2319

TRABAJO ESCRITO
Trichomonas Vaginalis

Morfología
Trichomonas vaginalis . Es un protozoo patógeno flagelado
perteneciente al orden Trichomonadida.

Tiene un hospedador (monoxeno), es cosmopolita y tiene una única


forma de vida en su ciclo vital, el trofozoito, ya que no forma quistes.

Trofozoíto: presenta un tamaño 10-20 μm de longitud y


una morfología piriforme. Posee 5 flagelos: cuatro son anteriores y
libres, y el quinto se dirige hacia la parte posterior del cuerpo celular
asociado a la superficie celular formando una membrana ondulante
que no tiene porción libre del flagelo. Paralelo a dicha membrana se
dispone, en el interior de la célula, un haz de microtúbulos
denominados costa.

Posee un aparato de Golgi asociado a microfilamentos (los


filamentos parabasales) que, en conjunto, forman el denominado
cuerpo parabasal.
El trofozoito es la forma vegetativa que se alimenta, se reproduce e
infecta.
Atravesando el citoplasma como un eje y sobresaliendo por el
extremo posterior, presenta una estructura formada también
por microtúbulos denominada axostilo.

Este axostilo, en su parte anterior, se ensancha y recubre


parcialmente el núcleo. Como continuación del axostilo hacia la
parte anterior hay otra estructura de microtúbulos, la pelta, que
recubre parcialmente las estructuras basales de los flagelos.

El núcleo, que posee un endosoma, está dispuesto en la zona


anterior, cerca del punto de inserción de los flagelos. En las
tinciones, el conjunto núcleo-cuerpo parabasal-axostilo (parte
anterior)-pelta se suele teñir como una masa única.

Carece de mitocondrias y posee en su lugar unos orgánulos


denominados cuerpos paracostales (por estar cerca de la costa) y
paraxostilares (por estar cerca del axostilo) que son
hidrogenosomas, cuya función es producir energía (ATP) en
condiciones anaeróbicas.

Alimentación:
por fagocitosis y pinocitosis de bacterias, descamaciones celulares
y leucocitos, pudiendo producir leucopenia.

Reproducción:
por división binaria longitudinal, pudiendo alcanzar millones de
individuos en poco tiempo. No presentan reproducción sexual.

Epidemiología

T. vaginalis solo afecta a humanos, lo que implica la inexistencia de


reservorios. Se considera que el varón es en la mayoría de los
casos un portador asintomático causante de la propagación de la
infección.
Se estima que unos 250 millones de individuos son infectados cada
año.
La prevalencia de la tricomoniasis varía mucho de unas regiones a
otras dependiendo de factores como la edad, el estado de salud, la
promiscuidad sexual, la higiene y las condiciones socioeconómicas.

En cualquier caso, la mayor prevalencia la presentan las mujeres de


edades comprendidas entre los 16 y los 35 años y especialmente
aquellas dedicadas a la prostitución (prevalencia ≈ 50-70%). 

Ciclo de vida

Este protozoo se reproduce en la mucosa de las vías urinarias y


genitales en la forma de trofozoíto. Esta misma forma es la
infectante por contacto directo, pues no existe quiste.

El trofozoito se pega a las membranas mucosas por medio de


cuatro proteínas de superficie que regulan esta citoadherencia.
El mecanismo para que actúen estas adhesinas es complejo y está
regulado principalmente por la presencia de lactoferrina, que esta
elevada después de la fase post-menstrual y disminuye
progresivamente hasta la próxima menstruación.

La presencia de esta sustancia guarda relación con los cambios


hormonales y con la maduración de las células vaginales.
El hierro liberado de la lactoferrina es el mecanismo para que las
trichomonas produzcan adhesinas.

Los factores predisponentes para el desarrollo y reproducción de las


trichomonas en la mujer son: pH de la vagina menos ácido de lo
normal, entre 5 y 6, ausencia de estrógeno que disminuyen el
glicógeno de células vaginales.
Forma de contagio y vías de transmisión

El único hospedador es el ser humano. Trichomona Vaginalis reside


en el tracto genital inferior de las mujeres y en la uretra y próstata
de los hombres.
Su periodo de incubación es de 5 a 28 días. El hombre es el vector
y la mujer el reservorio.

 En el 95 % de los casos se transmite por contacto sexual.


 5% de los casos se transmite a través de fomites, como:
-Ropa interior infectada/ trajes de baño
-Toallas contaminadas
-Secreciones depositadas en baños
-Artículos de higiene personal

Es importante resaltar que transmiten como trofozoitos durante el


contacto sexual (forma infectante). Es muy difícil su transmisión por
fomites debido a la labilidad del parásito (no sobrevive en contacto
con el agua más allá de 30 minutos, ni expuesto a la luz del sol
directa, ni en temperaturas > 40º).

Factores de virulencia

 Adhesinas y Cisteín- proteasas las cuales están relacionadas


con citoadherencia, citotoxicidad y evasión a la respuesta
inmune.

 T. Vaginalis tiene la capacidad de destruir monocapas de


células epiteliales aisladas de mucosa vaginal por fagocitosis.

 Factor lítico que puede destruir las células nucleadas y


eritrocitos y que degrada a la fosfatidilcolina.

Formas clínicas

Tricomoniasis

La tricomoniasis es la infección de la vagina o el aparato genital


masculino por Trichomonas vaginalis. La enfermedad puede ser
asintomática o causar uretritis, vaginitis o, en ocasiones, cistitis,
epididimitis o prostatitis. 

La T. vaginalis infecta con mayor frecuencia a las mujeres


(alrededor del 20% de éstas en edad reproductiva) que a los
hombres. La infección puede ser asintomática en ambos sexos,
pero en los hombres siempre lo es. En este sexo, los
microorganismos pueden permanecer durante períodos
prolongados en el aparato urogenital sin causar síntomas y pueden
transmitirse a las parejas sexuales sin que lo adviertan. 
Manifestaciones clínicas

 T. Vaginalis produce erosiones en la superficie de las


mucosas de vagina y uretra, con intensa reacción inflamatoria
hasta el corion.

 En la mujer se asocia a la producción de flujo vaginal y


disuria. El flujo es abundante, espumoso , de color verdoso/
amarillento y con mal olor, en espacial durante la
menstruación.

 Puede presentar prurito, y sensación de quemadura o ardor


en genitales externos y vagina.

 La mucosa vaginal y el cérvix generalmente están enrojecidos


y edematosos con un punteado rojizo característico de
tricomoniasis; (cérvix en fresa).

 Generalmente las pacientes presentan disuria y dispareunia.

Diagnóstico y diagnóstico diferencial

Examen microscópico de las secreciones vaginales, pruebas de


tiras reactivas, o pruebas de amplificación de ácidos nucleicos. En
el hombre, urocultivo o cultivo de material obtenido con hisopado
uretral.

La tricomoniasis se sospecha en mujeres con vaginitis, en hombres


con uretritis y en sus parejas sexuales. La sospecha aumenta si los
síntomas persisten después de la evaluación y el tratamiento de
otras entidades como gonorrea e infecciones por clamidia,
micoplasma y ureaplasma.
En las mujeres, el diagnóstico se basa en los criterios clínicos y en
la evaluación ambulatoria. Puede realizarse alguna de las
siguientes pruebas ambulatorias:
 Examen microscópico directo de las secreciones vaginales
 Pruebas de tiras reactivas de flujo inmunocromatográfico
El examen microscópico es el método más simple y permite a los
médicos detectar tricomoniasis y vaginosis bacteriana al mismo
tiempo. Deben realizarse pruebas para ambas infecciones, porque
causan síntomas similares y pueden coexistir. Deben obtenerse
muestras de secreciones del fondo de saco posterior de la vagina
para medir el pH Y luego deben prepararse sobre dos portaobjetos,
uno diluido con hidróxico de potasio al 10% (preparado húmedo con
KOH) y el otro con cloruro de sodio al 0,9% (preparado húmedo con
solución fisiológica).

En el examen del preparado húmedo con KOH, se intenta detectar


el olor a pescado generado por las aminas sintetizadas en la
vaginitis por tricomonas o en la vaginosis bacteriana. El preparado
fresco en solución fisiológica se examina al microscopio tan pronto
como sea posible para identificar las tricomonas, que pueden
volverse inmóviles y ser más difíciles de reconocer pocos minutos
después de la preparación del portaobjetos. (Las tricomonas son
microorganismos flagelados en forma de pera, a menudo móviles,
que miden en promedio entre 7 y 10 μm, es decir, el tamaño
aproximado de los leucocitos, aunque pueden alcanzar hasta
25 μm). Las tricomonas suelen asociarse con numerosos
neutrófilos. La tricomoniasis también es suele diagnosticarse por
observación del microorganismo al realizar una prueba de
Papanicolaou.

Por otra parte, se pueden realizar pruebas de tiras reactivas de


flujo immunocromatográficoo pruebas por amplificación de los
ácidos nucleicos, que están disponibles en algunos laboratorios.
En las mujeres, estas pruebas son más sensibles que el examen
microscópico o el cultivo. Además, las pruebas por amplificación de
ácidos nucleicos pueden configurarse para detectar en forma
simultánea otros microorganismos u otras ETS, como la infección
por clamidia o la gonorrea.

El cultivo de orina o de hisopados uretrales es la única prueba


validada para la detección de T. vaginalis en los hombres. En los
hombres, la microscopia de la orina es insensible, y las pruebas por
amplificación de los ácidos nucleicos y las pruebas de tiras
reactivas no han sido rigurosamente validadas; sin embargo, los
estudios epidemiológicos sugieren que para las pruebas por
amplificación de ácidos nucleicos, los hisopados uretrales son
mejores que la orina.
Al igual que en todas las ETS, los pacientes con tricomonas
requieren otros exámenes para excluir otras ETS frecuentes como
gonorrea e infección por clamidia.

Tratamiento

 Metronidazol o tinidazol por vía oral


 Tratamiento de las parejas sexuales

La administración de 1 sola dosis de 2 g de metronidazol o tinidazol


por vía oral cura hasta el 95% de las mujeres si las parejas
sexuales se tratan en forma simultánea.

La eficacia de estos regímenes de monodosis no se definió con


precisión en los hombres, de manera que en este sexo, el
tratamiento típico consiste en 500 mg de metronidazol o tinidazol
por vía oral, 2 veces al día durante 5 a 7 días.

Si la infección persiste en las mujeres y se ha excluido la reinfección


por sus parejas sexuales, se vuelve a tratar primero con
metronidazol o tinidazol, en dosis de 2 g por vía oral una vez, o
metronidazol, 500 mg dos veces al día por 7 días. Si el régimen
inicial de retratamiento falla, puede ser eficaz administrar
metronidazol o tinidazol, 2 g una vez al día durante 5 días.

El metronidazol puede ocasionar leucopenia, reacciones


semejantes a las provocadas por el disulfiram tras el consumo de
alcohol o sobreinfecciones candidiásicas. El medicamento está
relativamente contraindicado al comienzo del embarazo, aunque
puede no ser peligroso para el feto después del primer trimestre. No
se confirmó la seguridad del tinidazol durante el embarazo, por lo
que no se indica.

Las parejas sexuales deben ser evaluadas y tratadas para la


tricomoniasis, con 2 g de tinidazol en una sola dosis o 500 mg de
metronidazol dos veces al día por 5 días, y deben someterse a
rastreo para otras enfermedades de transmisión sexual.

Si se sospecha que las parejas sexuales del paciente no van a


volver para el seguimiento, puede administrarse la terapia a las
parejas de los pacientes con tricomoniasis documentada sin
confirmar la infección en sus parejas.

Prevención

 Usar preservativos en relaciones sexuales


 Educación sexual
 Monogamia
 Abstinencia
 Medidas de higiene personal
 Diagnóstico precoz (papanicolau 1 vez al año por lo menos)
 Terapias de asesoría

Caso clínico

Paciente femenino, sexoservidora, edad 33 años, unión libre. Inició


su enfermedad con leucorrea, color amarillento y olor fuerte,
acompañada de prurito vulvar, ardor al orinar, irritación y
enrojecimiento genital, coito doloroso y dispauremia interna; los
síntomas se exacerbaban después de la menstruación. A la
especuloscopia, se observó eritema vulvovaginal «en empedrado» y
el exocervix con hemorragias subepiteliales puntiformes, dando un
aspecto de fresa. La secreción vaginal era líquida, espumosa, color
verdeamarillenta, muy abundante, principalmente en el fondo de
saco vaginal posterior. Recuerda haber tenido cinco parejas
sexuales nuevas y diferentes en los últimos meses.

Se solicitó frotis directo simple del exudado vaginal,


recomendándose asistir al laboratorio clínico al día siguiente sin
aplicarse la ducha vaginal previa. El pH vaginal fue 5.3.

Se realizó la toma de muestra con un espejo no lubricado y estéril,


se recolectó el flujo de las paredes vaginales y del fondo de saco
uterino con el hisopo desengrasado.

El flujo se agitó en 1 ml de solución salina estéril, una gota fue


transferida al portaobjeto limpio, se colocó el cubreobjeto y la
preparación fue observada con el microscopio óptico (contraste de
fases).
Se hicieron frotis delgados del exocervix, teñidos por los métodos
de Gram, Giemsa y de Papaniccolau. El cultivo de la muestra en
medio selectivo Thayer–Martin modificado resultó negativo para
Neisseria gonorrhoeae. Se sembró en medios líquidos de Diamond
y de Feinberg–Whittington, ambos resultaron positivos para
Trichomonas vaginalis.

Las laminillas teñidas con el método de Gram fueron revisadas por


dos bacteriólogos expertos en infecciones cervicovaginales, quienes
coincidieron en informar no haber encontrado «células guías» ni
diplococos intracelulares Gram negativos; la inmunofluorescencia
para Chlamydia trachomatis fue negativa.

Las laminillas teñidas con Papanicolaou fueron enviadas para


consulta a dos citopatólogos con más de 20 años de experiencia,
solicitándoles tomasen microfotografías de los hallazgos más
relevantes.

Los expertos indicaron haber observado un exudado purulento con


más de 20 neutrófilos polimorfonucleares por campo con objetivo de
inmersión y abundantes trofozoitos piriformes de T vaginalis
adheridos al epitelio escamoso acidófilo de la vagina; los parásitos
se tiñeron color azul cielo. Se estableció el diagnóstico de
tricomonoiasis vaginal sintomática.
De las cinco parejas sexuales relatadas, sólo fue posible localizar a
tres: uno de ellos tenía uretritis no gonocócica y los otros dos T
vaginalis y C trachomatis asociadas.

Referencias

 Ospina Diaz JM, Ariza Riaño NE. Tema de revision: Trichomonas Vaginalis.
Rev. Salud. Hist. Sanid. 2008;3(3):1–33.

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 Hernández Alvarez Hilda María, Sariego Ramos Idalia, Sarracent Pérez Jorge.
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23] ;  35( 4 ): 108-117. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S0138-600X2009000400012&lng=es.

 Neira O. Patricia, Correa LL. Alejandra, Muñoz S. Nelson, Tardío O. María


Teresa, Carabelli F. Mario. FRECUENCIA DE INFECCIÓN POR
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Disponible en: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-
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75262005000300003.

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