La Lectura Eficaz de La Biblia Capitulo 8
La Lectura Eficaz de La Biblia Capitulo 8
La Lectura Eficaz de La Biblia Capitulo 8
le despojaron: de su inmortalidad.
dejándole medio muerto: como hombre vive, pero murió espiritualmente, por eso está
medio muerto.
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El samaritano: se dice que significa "guardián"; por lo tanto, se implica que se refiere a
Cristo mismo
vendó sus heridas: significa que vendó las limitaciones impuestas por el pecado.
mesón: la Iglesia
mesonero: Pablo.
Por novedoso y atractivo que pueda ser todo esto, uno puede estar seguro de que no es lo
que Jesús quiso decir. Al fin y al cabo, el contexto se refiere claramente a la comprensión de las
relaciones humanas (¿quién es mi prójimo?), no las de Dios con el hombre. No hay razón para
pensar que Jesús fuera a predicar a la Iglesia y a Pablo de este modo tan difícil de comprender.
En verdad es dudoso en extremo que la mayoría de las parábolas fueran para un círculo
reducido de personas. En tres casos por lo menos, Lucas dice específicamente que Jesús
enseñaba en parábolas a la gente (15:3; 18:9; 19:11), con lo que indica claramente
que entendían las parábolas. Además, el intérprete de la ley a quien Jesús le dijo la parábola del
Buen Samaritano (Lucas 10:25-37) entendió la parábola, y también los jefes de los sacerdotes y
los fariseos entendieron la parábola de los mayordomos en Mateo 21:45.
Si a veces tenemos problemas para entender las parábolas, no es porque sean alegorías para
las cuales necesitemos claves de interpretación especiales, sino por algunas cosas que ya
sugerimos en el capítulo previo sobre los evangelios. Una de las claves para entenderlas está en
el descubrimiento de los oyentes originales a los cuales fueron dichas; como anotamos, muchas
veces llegaron a los evangelistas sin un contexto.
Si las parábolas, entonces, no son misterios alegóricos para la Iglesia, ¿qué quiso decir Jesús
en Marcos 4:10-12 al hablar del misterio del reino y su relación con las parábolas? Es posible
que la Las parábolas: ¿entiende usted su sentido? 121 clave para este dicho esté en un juego de
palabras en arameo, el idioma materno de Jesús. La palabra mezal, que se tradujo parabalé en
griego, se usaba para todo un conjunto de figuras de dicción en la categoría de las adivinanzas,
los rompecabezas, los enigmas y las parábolas, y no solamente para la variedad de historias
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todas las parábolas no son del mismo tipo, no se pueden trazar reglas que las cubran todas. Lo
que decimos aquí se aplica a las parábolas propiamente dichas, pero mucho de lo que se dice,
también abarca a los otros tipos.
El caso del hijo pródigo es similar. El contexto es la murmuración de los fariseos contra Jesús,
porque acepta a los despreciados y pecadores y come con ellos. Las tres parábolas de las cosas
perdidas en Lucas 15 son una justificación que hace Jesús de sus acciones. En la parábola del
hijo perdido hay solamente tres puntos de referencia: el padre y los dos hijos. El sentido es el
mismo: Dios no se limita a perdonar al perdido con generosidad. sino que lo acepta con
gran gozo. Los que se consideran justos. se manifiestan como injustos si no comparten el gozo
del padre y del hijo recuperado.
Los que comían con Jesús, por supuesto. se identificaban con el hijo perdido. como lo
haríamos también todos nosotros. Sin embargo, esa no es la verdadera fuerza de la parábola, la
cual encontramos en la actitud del segundo hijo. El estaba "siempre con el padre". pero se
había puesto a sí mismo afuera. Había dejado de compartir los 126 La lectura eficaz de la
Biblia sentimientos de su padre por el hijo perdido. Alguien dijo: "¿Puede imaginarse algo peor
que volver a casa y caer en las manos del hermano mayor?" .
En cada uno de estos casos, y en otros, las dificultades exegéticas que se encuentran, surgen
principalmente del vacío cultural que existe entre usted y los oyentes originales de Jesús, que
puede hacerle perder algunos de los sentidos más sutiles que componen toda la historia. Es
precisamente aquí donde tal vez se necesite la ayuda externa. No desprecie estos asuntos, pues
las costumbres culturales son las que ayudan a dar a las historias originales su vitalidad.
usted que Jesús. lo que interpretó fueron los puntos de referencia: Los cuatro tipos de suelos
son semejantes a los cuatro tipos de reacciones ante la proclamación del Reino. No obstante. el
mensaje de la parábola es la urgencia de la hora: "Pongan atención a lo que oyen. Se está
sembrando la palabra. el mensaje de las buenas nuevas del Reino, el gozo del perdón. la
exigencia y el regalo del discipulado. Está delante de todos, de modo que escuchen y pongan
atención; sean un suelo fructífero." Se debe notar también que la mayoría de estas parábolas se
dirigen a los que se hallan en multitud como posibles discípulos.
Como estas parábolas son en realidad parábolas del Reino, vemos que proclaman el Reino
como "ya/todavía no". pero su énfasis principal es el "ya". El Reino ya ha llegado; la hora de
Dios está cerca. Por tanto. el momento presente es de gran urgencia. Tal urgencia en la
proclamación de Jesús tiene un énfasis doble: (1) El juicio es inminente; el desastre y la
catástrofe están cerca. (2) Por otra parte. hay buenas nuevas: la salvación es ofrecida a todos
con liberalidad. Consideremos un par de parábolas que.ilustran estos dos aspectos del mensaje.
1. En Lucas 12:16-20 la parábola del rico insensato ha sido puesta en un contexto de
actitudes hacia las posesiones. a la luz de la presencia del Reino. La parábola es de comprensión
bastante fácil. Un hombre rico. por su duro trabajo. piensa que tiene la vida asegurada y
descansa complacido. Sin embargo. dice Jesús en otra parte: "Todo el que quiera salvar su vida,
la perderá" (Marcos 8:35 y paralelos). Así que el hombre es un insensato en el sentido
bíblico: trata de vivir sin tener en cuenta a Dios. pero el desastre repentino está a punto de
sobrevenirle.
El mensaje de la parábola no es lo inesperado de la muerte. Es la urgencia de la hora. El Reino
está cerca. Es necio todo aquel que vive para las posesiones. para su propia seguridad. cuando
el fin está a la puerta. Observe que el contexto apoya esto. Un hombre quiere que su hermano
divida la herencia con él, pero Jesús rehúsa tomar parte en el arbitraje. Su mensaje está en que
el deseo de posesiones carece de importancia a la luz del momento actual.
Así es también como debemos entender la parábola más difícil de todas: la del mayordomo
infiel (Lucas 16:1-8). La historia es sencilla: Un mayordomo estaba desfalcando, o malgastando
el dinero de su amo. Fue llamado a rendir cuentas y supo lo que le esperaba; entonces hizo un
engaño aun mayor. Dejó que los deudores redujeran sus cuentas. probablemente con la
esperanza de conseguir amigos. La impresión que causa esta parábola. y la parte que es
más difícil de interpretar. es que los oyentes originales esperaban la desaprobación. pero en su
lugar rindió alabanza a esta mala acción.
¿Cuál podría ser el propósito de Jesús al contar una historia así? Es muy posible que trata de
impresionar a sus oyentes con la urgencia del momento. Si se indignan justamente con tal
historia. cuánto más deberían aplicarse la lección. Ellos estaban en la misma posición
del mayordomo que vio el desastre inminente, pero la crisis que los amenazaba a ellos era
mucho más terrible. Ese hombre actuó (observe que Jesús no excusa su acto); hizo algo para
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remediar su situación. Ahora, Jesús parece decimos que la urgencia del momento demanda
acción. pues todo está en peligro de perderse.
2. La hora urgente que demanda acción, arrepentimiento, es también el tiempo de salvación.
Así que el Reino en la actualidad es también buenas nuevas. En las parábolas gemelas de Mateo
13:44·46 (el tesoro escondido y la perla de gran precio), el énfasis se pone en el gozo del
descubrimiento. Los hombres de estas parábolas, en su entusiasmo, venden todo lo que tienen
para obtener el tesoro y la perla. El Reino no es el tesoro; tampoco es la perla. El Reino es
un don de Dios. Su descubrimiento produce un gozo indescriptible. Este mismo motivo aparece
también en las tres parábolas de las cosas perdidas, en Lucas 15.
Así es como debemos aprender a leer y estudiar las parábolas. No se deben alegorizar. Hay
que oírlas como llamadas para que respondamos ante Jesús y su misión.
LA CUESTIÓN HERMENÉUTICA
La tarea hermenéutica propuesta por las parábolas es muy singular. Tiene que ver con el
hecho de que cuando fueron expresadas en su origen, rara vez necesitaban interpretación.
Representaban una necesidad inmediata para los oyentes, y parte del efecto de muchas de las
parábolas era su poder de "cautivar" al que las escuchaba. En cambio, llegan hasta nosotros en
forma escrita y con necesidad de interpretación. precisamente porque nos falta la comprensión
inmediata de los puntos de referencia, que tenían los oyentes originales.
¿Qué hacemos, entonces? Sugerimos dos cosas:
1. Como siempre. nuestro interés fundamental está en las parábolas, en su contexto bíblico
actual. Las parábolas están en un contexto escrito, y mediante el proceso exegético que se
acaba de describir, podemos descubrir su significado y su mensaje. con un alto grado
de precisión. Lo que necesitamos hacer entonces es lo que hizo Mateo (18:10-14; 20:1-16j:
Traducir ese mismo mensaje a nuestro propio contexto.
Aun se las puede tratar de relatar de nuevo, de modo que con nuevos puntos de referencia.
nuestros oyentes puedan sentir el enojo o el gozo que experimentaron los oyentes originales.
La versión siguiente del buen samaritano no es inspirada, pero esperamos que ilustre una
posibilidad hermenéutica. Se supone que los oyentes forman una congregación evangélica
hispana.
Una señora se encontraba en una esquina de una calle muy concurrida, en una gran ciudad.
La rodeaban cuatro niños harapientos y sucios. Quería pedir limosna, pero se moría de la
vergüenza, pues nunca antes se había visto en tal necesidad. Pero ahora, con su esposo muerto
después de una larga enfermedad, y el terrenito familiar perdido a manos de los acreedores,
habían tenido que huir a la ciudad, donde quizá encontrarían la seguridad que habían perdido.
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Un sacerdote que pasaba se detuvo para darle ánimo: "No se preocupe, señora. La pobreza
es una virtud. Rece tres Padrenuestros, y Dios proveerá." Y siguió adelante. Poco después pasó
un misionero protestante que le entregó unos trataditos con mensajes evangélicos, oró con ella
y la invitó a ir al culto en una iglesia cristiana.
Por último, se detuvo allí una señora que jamás iba a iglesia alguna y era mal vista por los
cristianos. Después de saludar amablemente a la pobre señora y de acariciar a los niños, le
insistió en que la acompañara a su casa, y allí les sirvió una sopa caliente, bañó a los niños y les
consiguió ropa limpia. Al día siguiente, llevó a la señora a trabajar con una familia de buenos
recursos que ella conocía. En poco tiempo, la señora y los niños pudieron reorganizarse y vivir
independientes.
Como se ve en la historia anterior, la semejanza con la parábola del buen samaritano salta a
la vista. Dejamos la reacción al lector, aunque debemos anotar que no fueron los que
suponíamos que la debían ayudar quienes resolvieron la gran necesidad de la señora y sus
niños, sino aquella persona a quien nos sentimos más inclinados a criticar.
Esta adaptación de la parábola a nuestro contexto social puede parecer muy dura, pero
insistimos en que hay que estar seguro de haber hecho la exégesis con mucho cuidado antes de
buscar una nueva forma de llevar el mismo mensaje de la parábola a una audiencia
contemporánea. Sin embargo, nuestra experiencia nos ha enseñado que la mayoría tenemos un
concepto demasiado elevado de nosotros mismos, y nos aprovechamos de la adaptación
de algunas parábolas de Jesús para manifestar nuestra propia carencia de perdón en el corazón
(Mateo 18:23-35), o nuestro enojo por las "injusticias" de Dios (Mateo 20:1-16), o nuestro
orgullo por nuestra propia posición en Cristo, en comparación con los "malos" (Lucas 18:9-14).
No sabíamos si reír o llorar cuando nos hablaron de un maestro de escuela dominical que,
después de una hora de instrucción sobre la parábola del fariseo y el publicano, en la que
explicó los abusos del fariseísmo, concluyó en oración y con absoluta seriedad "¡Gracias. Señor,
porque no somos como el fariseo de esta historia!" No nos reímos porque tampoco queríamos
que nuestra risa dijera: "¡Gracias, Señor, porque no somos como ese maestro de escuela
dominical!"
2. La otra sugerencia hermenéutica es que todas las parábolas de Jesús son, en cierto modo,
vehículos para la proclamación del Reino. Por lo tanto, es necesario entender bien el significado
del Reino dentro del ministerio de Jesús.
El mensaje urgente del Reino, como presente y a consumarse pronto a la vez, todavía es
necesario en nuestro tiempo. Los que tratan de asegurar su vida con posesiones, necesitan
urgentemente oír el mensaje del juicio inminente, y los perdidos necesitan oír las Buenas
Nuevas. Esto dijo con elocuencia [Joachím Jeremías (Rediscovering the Parables. Nueva York:
Scribner's, 1966, p. 181):
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