8 - Cuadernos de Etnomusicología
8 - Cuadernos de Etnomusicología
8 - Cuadernos de Etnomusicología
El año 2016 se cierra con un grand finale de competencia, que existen entre los
eventos musicológicos. Durante el último distintos barrios en los que habitamos los
trimestre del año, y con escasas semanas etnomusicólogos, musicólogos y los
de separación, se han celebrado en Madrid investigadores de músicas populares.
el congreso cuatrienal de la SEdeM y la
reunión bianual de la SIBE. Este último
congreso tuvo una marcada ambición
temática pero también una aspiración
extracurricular. Tal vez la de descentralizar
la etnomusicología, sacarla de los campus
universitarios donde tenemos tendencia a
juntarnos, y llevar este encuentro
precisamente al centro de Madrid, donde
Mesa redonda sobre los 25 años de la SIBE. De
nuestras actividades académicas pueden izquierda a derecha: Teresa Fraile, Francisco Cruces,
encontrarse con la cultura urbana que el Sílvia Martínez, Enrique Cámara, Josep Martí,
propio congreso (o parte de él) pretendía Miguel Ángel Berlanga y Victoria Eli
abordar: “Itinerarios, Espacios y
Este impulso por la hibridación también se
Contextos”. El evento se repartió entre dos
reflejó en el proyecto de grafismo que
sedes, cada una en un barrio madrileño de
sirvió para plasmar la identidad visual del
marcado carácter contrastante. Por un
congreso. El programa y libro de
lado las Escuelas Pías de la UNED, en
resúmenes se presentó emulando el
Lavapiés, y por el otro el Real
formato de un disco de vinilo, con un
Conservatorio Superior de Música de
diseño sofisticado e innovador. Sirva este
Madrid, en Atocha. Dos espacios que de
detalle para agradecer al comité
modo simbólico reflejan bien el equilibrio
organizador el mimo puesto en un aspecto
entre las disciplinas de todos aquellos que
que, a menudo, queda relegado a un
intercambiamos nuestros conocimientos
segundo plano. El congreso también se vio
durante los días del encuentro. Las
enriquecido por la celebración de un
diferencias culturales entre estos
concierto en el Auditorio Manuel de Falla,
contextos sirve para explicar las dinámicas
bajo el título de “Granados canta a Madrid.
de en ocasiones coalición, en otras
V JORNADAS DE INSTRUMENTA
Instrumentos musicales históricos, sonidos actuales
postura. El instrumento lo afina por quintas una caja con mástil, una varilla cordal y la
dando acceso al intérprete a abarcar tres piel. Seguramente se pudo conseguir la
octavas pero, ya que la investigación de la forma curvada del mástil mediante tratos
viola de arco continúa activa, no descartan con vapor. Así mismo cuenta con cuatro
poder unir una cuerda más al mismo. Joan clavijas no pensadas para afinar, ya que ese
comentó que la construcción del concepto llegaría posteriormente (S. I o II),
instrumento surgió para poder interpretar sino simplemente como sujeción de las
música del siglo XVI. Seguidamente cuerdas. Además, la varilla cordal sería
comenzó el momento musical con un colocada seguramente después del parche,
arreglo para vihuela de arco de la Fantasía sirviendo para tensar las cuerdas al fijar la
XIV (1546) de Alfonso Mudarra, Canción del misma al instrumento. Realizando una
Emperador de Luís de Narváez, la Fantasía introducción sobre el instrumento y su
X de Luis de Milán de 1536 y una pieza presencia en Egipto, González explicó que,
breve de Miguel de Fuenllana, “Si amores según los distintos ejemplares de
me han de matar”. diferentes tamaños encontrados, parece
tratarse de un instrumento musical muy
Como último evento de la mañana, tuvo popular en el Antiguo Egipto, que pudo ser
lugar la asamblea general de socios/as de tocado por intérpretes de todas las edades
Instrumenta. aunque su uso podría estar relacionado
con acontecimientos religiosos. Durante la
ponencia Carlos mostró los distintos planos
del arpa con las partes y deformidades del
mismo, con los que trabajó para el estudio
y reconstrucción del instrumento. Con
respecto a los dibujos de la caja, en la
reconstrucción mostrada ha procurado
mantener y reflejar los trazos, si bien se
había encontrado con dificultades para
saber si la pintura fue anterior o posterior a
la colocación del parche. Para poder llevar
Tras la pausa para la comida, Carlos a cabo el estudio y reconstrucción del
González habló sobre “Las arpas instrumento explicó que había acudido al
nabiformes del Antiguo Egipto. Estudio British Museum y al Museo del Louvre ya
detallado del ejemplar recientemente que cuentan con instrumentos musicales
descubierto en Dra Abuel-Nagga”. El arpa foráneos pero de similares características.
protagonista de esta conferencia es un
arpa nabiforme pertenece a la XVII Dinastía Jesús Alonso continuó las Jornadas con la
(1800-1550 a.C.) hecha con madera de conferencia “Arqueología subacuática: el
acacia, como numerosos instrumentos hallazgo de varios fragmentos de guitarras
egipcios de la época, según afirma Carlos renacentistas. Análisis y reconstrucción”,
González. El instrumento está formado por donde habló de los equipos que utilizan
para este tipo de trabajos y los problemas instrumentos, ya que se quedaron en una
que existen en las investigaciones burbuja que les permitió llegar intactos al
subacuáticas cuando se trabaja en un lugar día del estudio, y destacó la importancia de
que ha sido visitado anteriormente por que no hubieran sido manipulados desde el
“buscadores de tesoros”, donde hay momento del hundimiento del barco. El
personas que cogen y desordenan piezas estudio del instrumento sin haber sufrido
que una vez sacadas de su contexto y al no ninguna modificación ha permitido un
ser tratadas terminan destruyéndose. análisis más detallado de ciertas partes del
Comentó que fue en 1960 cuando se instrumento, como es el caso de la
empezaron a aplicar metodologías de empuñadura de una trompeta natural. Su
investigación arqueológica terrestres a conferencia se centró, posteriormente, en
búsquedas y estudios subacuáticos. una guitarra con un clavijero de cuatro
Posteriormente, presentó un estudio órdenes encontrada en una excavación
realizado en un barco, detallando el tipo de subacuática en los Cayos de Florida datada
objetos que se pueden encontrar y toda la por estudios previos en 1733, sin llegar a
información que se puede sacar de un confirmarse la veracidad de esta datación,
estudio así, donde se observan incluso los y en varios mástiles de otros instrumentos
tipos de ensamblaje o diseños del propio de similares características. Seguidamente
barco. Jesús Alonso ha intentado catalogar realizó una reconstrucción del instrumento
todos los instrumentos musicales, los especificando que se trataba de una
fragmentos e iconografía de los mismos versión posible según las conclusiones que
encontrados en este tipo de lugares. En obtuvo durante el estudio del instrumento.
concreto, expuso el caso de un barco de Para concluir esta ponencia, ofreció un
guerra del siglo XVII del que se recuperaron momento musical interpretando con la
diversos instrumentos: violines, restos de guitarra protagonista distintas piezas
violas de gamba, dos trompetas, etc. Contó breves acompañadas por imágenes que se
además una peculiaridad de estos iban proyectando simultáneamente.
Como colofón final del día, Pablo Zamarrón para poder ir avisando de su presencia en
presentó brevemente su nueva ese lugar. También relacionó el rito de
publicación, Iconografía musical en la iniciación con los palos de entrechoque con
Catedral de Segovia, donde explicó el forma fálica para la misma finalidad. Así
contenido de la misma y la metodología mismo, presentó un tipo de mirlitón que
utilizada en esta investigación. se usa para transformar la voz,
permitiéndoles transmitir mensajes de
En el último día de Jornadas fue Isabela de difuntos a sus familias.
Aranzadi la que comenzó las sesiones con
la ponencia “Colección de instrumentos A esta conferencia le siguió la realizada por
africanos”, donde habló sobre la colección Mario Gros, titulada “Colección de
de instrumentos musicales de la etnia Fang instrumentos populares”, donde habló
que comenzó su padre y que ella ha ido sobre cómo fue realizando esta colección
ampliando e investigando. Hizo una breve haciendo una presentación de algunos de
presentación de su libro Instrumentos los instrumentos que la integran y
musicales de las etnias de Guinea Ecuatorial justificando que se formó de forma
y mostró imágenes de parte de su paralela al estudio que llevaba a cabo sobre
colección de instrumentos musicales tradición oral. Al mismo tiempo, reseñó los
cuando fue expuesta en el Museu de la instrumentos hechos de caña y aquellos
Música de Barcelona. A continuación, instrumentos pastoriles usados tanto para
después de una contextualización de la acompañar momentos de soledad, como
zona, habló sobre distintas danzas. Una de en momentos de ocio y como sustento
ellas es la interpretada durante la noche económico, complementando los ingresos
por mujeres, en la que expuso que existe como pastores.
una jerarquía entre las integrantes y
diversidad de objetos rituales donde los Como fin de las jornadas, Ismael Peña
instrumentos musicales forman parte de Poza, mediante su conferencia “Sonido de
esa ritualidad. Explicó que este rito barro son”, puso el broche final
relaciona a toda la comunidad, a los vivos presentando distintos instrumentos
con los ancestros. La danza comienza en el musicales de barro que ha ido adquiriendo
bosque donde se usan antorchas y las a lo largo de su vida, explicando cómo han
bailarinas usan fajas con cascabeles que llegado a él y las características de los
mueven incesantemente toda la noche mismos. Para terminar su ponencia mostró
formando una máscara acústica que les un instrumento musical del Estado de
acerca en este encuentro a los espíritus Chihuahua, un vaso silbador o llorona, que
creando una “puerta de paso”. hizo sonar al final de la misma creando una
Posteriormente habló del caso de otros total expectación entre los asistentes.
instrumentos musicales utilizados
igualmente en danzas rituales y en los
periodos de iniciación que se realizan en el
bosque, con los que cuentan los iniciados
Reseña:
Fuencisla Álvarez Collado. 2015. Las danzas de palos en la
provincia de Segovia: estudio etnomusicológico y repertorio
para dulzaina. Diputación Provincial de Segovia. 350 pp.
ISBN: 978-84-86789-83-1
Fuencisla Álvarez
1
Más información en:
www.lasdanzasdepaloteoenlaprovinciadesegovia.
wordpress.com
ISSN: 2014-4660
Cita recomendada:
Juan de Dios Cuartas, Marco Antonio. 2016. “La producción musical como
objeto de estudio musicológico: un acercamiento metodológico a su análisis”.
Cuadernos de Etnomusicología. Nº8. <URL> (Fecha de consulta dd/mm/aa)
Resumen
Abstract
The aim of this article is to establish the theoretical foundations that allow
an academic approach to musical production as an object of musicological
study. The musical discourse developed through certain actions related to
recording technology needs a solid conceptual framework in order to identify the
codes that are generated, as a step prior to the development of an adequate
methodology of analysis -and adapted to each case of study- that will allow us
to carry out an academic study. The aim is to be aware of the need to face the
study of "recording arts" as a line of research within Spanish musicology.
Introducción
Tal y como señala Frith (2012: 207), la historia del rock está escrita
como una historia de las grabaciones. La grabación discográfica, a pesar de
constituir el eje central de la crítica musical y de algunos estudios académicos,
se ha abordado tradicionalmente desde el punto de vista del artista como
“agente visible” del proyecto de grabación, obviando el papel determinante del
1 En el año 2008 Patrick Feaster y David Giovannoni, dos investigadores del Lawrence
Berkeley National Laboratory, consiguen reproducir diez segundos de la canción “Au Clair de la
Lune” [disponible Online en: http://www.firstsounds.org/sounds/1860-Scott-Au-Clair-de-la-Lune-
05-09.mp3]. Se trata de una grabación realizada en 1860, 17 años antes de que Edison
recibiera la patente por su fonógrafo y 28 años antes de que se capturase un fragmento de un
oratorio de Haendel en un cilindro de cera, una grabación que hasta hace escasas fechas
estaba considerada como la más antigua que podía ser reproducida.
2Software de grabación de audio en disco duro. La versión 1.0 aparece en 1991 aunque no
será hasta la versión 5, en 1999, cuando se comience a utilizar regularmente en la industria
mainstream con la grabación de “Livin’ la Vida Loca” del cantante Ricky Martin. En la actualidad
su uso se ha estandarizado dentro de la industria de la grabación.
3 Las citas de las obras en inglés han sido traducidas al castellano por el autor de este artículo.
4 http://elartederecordar.es/el-estudio-de-grabacion [Consultado: 16/09/2016]. Eduardo
Löwenberg es propietario-fundador de los estudios de grabación Red Led (Madrid) desde 1984.
5 Un plugin es un pequeño programa que permite anexarse a otro mayor para ampliar su
funcionalidad. Existen diferentes formatos de plugins en función del software DAW (Digital
Audio Workstation) que se utilice: VST (Virtual Studio Technology), AU (AudioUnits), DX (Direct
X), RTAS (Real-Time AudioSuite), AAX (Avid Audio eXtension), MAS (MOTU Audio System),
etc.
6 Véase: http://www.charm.rhul.ac.uk/index.html
superficie en la que estén trabajando 7. Además del estudio del fonograma tal y
como lo percibe el oyente, el estudio de los tracks (en aquellos casos en los
que se tuviera acceso a los proyectos multipista o las demos previas a la
grabación definitiva dentro del estudio profesional) puede constituir una fuente
de información imprescindible para entender la evolución del proceso de
producción y el papel más o menos determinante de todos y cada uno de los
agentes que en él intervienen.
7Mixdown en el caso de que el master se realice en una consola analógica y bounce en el caso
de que se realice en un software DAW.
Esta reflexión nos permite afrontar el análisis desde una doble vertiente:
por un lado desde la observación directa del proceso en el estudio recabando
datos in situ de la práctica artística que se pretende estudiar 8 y, por otro, desde
la necesidad de documentarnos para facilitar el análisis y la reflexión sobre
aquellos acontecimientos o prácticas dentro del estudio de grabación que
forman parte del pasado.
Del mismo modo que “una obra musical puede ser concebida como algo
autónomo, como “artefacto” o “texto”, habitualmente fijado en la partitura (por el
compositor o por un transcriptor, en el caso de la música de tradición oral)”
Este perfil más artístico del ingeniero de grabación puede llegar a valorar
las decisiones técnicas desde un punto de vista más intuitivo, aunque por
supuesto no carente de una base científica:
10 Existen manuales de obligado estudio para el ingeniero de audio tales como The Art of
Mixing: A Visual Guide to Recording, Engineering, and Production de David Gibson (2005) o
Mastering Audio: The Art and the Science de Bob Katz (2003) que constituyen, sin lugar a
dudas, referencias de necesaria consulta para todo musicólogo que pretenda enfrentarse a
este campo de investigación.
Bing Crosby, […] decidió explotar en gran medida la intimidad que ofrecía el uso del
micrófono; su voz de barítono, más “ronca” y “masculina”, no solo se desmarcaba del
estilo de canto que adoptaron muchos de los primeros cantantes melódicos, sino que el
micrófono además realzaba su registro grave, merced al fenómeno físico conocido con
el nombre de ‘efecto proximidad’” (Theberge 2001: 27).
11 El concepto de “determinismo tecnológico” fue introducido por Thorstein Veblen a finales del
siglo XIX para indicar las doctrinas sociales y económicas que ven en la tecnología el motor del
desarrollo histórico.
Timbre (compuesto por Timbre (percibido como Fuentes sonoras y calidad de las
componentes físicos: calidad general). mismas (balance tímbrico, intensidad
envolvente dinámica, de la interpretación, técnicas de
espectro y envolvente interpretación, etc.).
espectral).
previo) para poder disponer de una señal amplificada que pueda competir con
cualquier otro elemento de la mezcla. La amplificación de la señal hace
desaparecer las diferencias sonoras existentes entre las diferentes familias de
instrumentos, haciendo innecesaria la duplicidad de instrumentos para
conseguir una mayor masa orquestal o una ubicación espacial determinada
para conseguir una homogeneidad en sus niveles: un único violín puede sonar
en una mezcla con mayor intensidad que una trompeta o unos timbales si el
productor así lo decide.
con otras producciones y/o llevar a cabo análisis comparativos que permitan
establecer la “marca de agua” de uno u otro productor musical.
Conclusiones
Bibliografía
Barthes, Roland. 1977. “The Grain of the Voice,” en Image, Music, Text (New
York: Hill and Wang), pp. 179–89.
Corbett, Ian. 2015. Mic It!: Microphones, Microphone Techniques, and Their
Impact on the Final Mix. New York and London: Focal Press.
Frith, Simon. 1988. “El arte frente a la tecnología: el extraño caso de la música
popular”. Papers: revista de sociología Vol. 29; pp. 178-196. Disponible online:
http://papers.uab.cat/article/view/v29-frith/pdf-es [Consultado: 15/09/2016].
Gibson, David. 2005. The art of mixing. Boston, MA: Thomson Course
Technology.
Katz, Bob. 2003. Mastering Audio: The Art and the Science. Amsterdam:
Elsevier/Focal Press.
Parker, Steven; Davis, Robert. 2013. “More than microphoning: capturing the
role of the recording engineer from the 1980s to the 1990s”. Vol 8, No 1 -
Popular Music History.
Zak, Albin. 2001. The Poetics of Rock: Cutting Records, Making Tracks.
London: University of California Press.
ISSN: 2014-4660
Cita recomendada:
López Castilla, Teresa. 2016. “‘Remezclas’ de las políticas de género en la
música electrónica: cultura de club lesboqueer”. Cuadernos de
Etnomusicología. Nº8. <URL> (Fecha de consulta dd/mm/aa)
Resumen
Abstract
Therefore the aim of this article will be unravel the gender politics
enveloped in this scene, in which is created identity meanings related to the
body, sex and gender either commodified or resistance to dominant culture. I
will analize the way that this politics have developed within EDM and club
culture with the musical literature based on queer/feminist musicology, cultural
studies and musical sociology. Likewise, I explain how in a few time an amount
of all-women collectives, festivals, partys, and so on, are emerging. These
iniciatives related to electronic music are created by DJs, managers, producers,
and so on who are fighting against the exclusion by masculinist musical industry
and it mean a contracultural resistance based on networks with a common
feminist point of view.
Keywords: Electronic Dance Music (EDM), Club culture, Gender Politics,
Women DJs.
Introducción
Dada la vinculación que la música de baile (Disco, House) ha tenido
históricamente con los grupos y colectivos sociales periféricos o marginales, es
decir las minorías sexuales y étnicas, la cultura de club ha sido y es escenario
de pluralidad y diversidad sexual, de género, clase, raza, etc. Y es que
ineludiblemente, el entorno de club ofrece un espacio “de confort” muy
favorable a la dispersión, a la expresión de imaginarios camp, al encuentro
terrenal más fantasioso y, como veremos, a la producción de las identidades,
1 El hecho de que queer no sea fácilmente definible, le otorga una posición activa inestable,
que comprende acciones de resistencia a las categorías normativas y permite identificaciones
múltiples (raza, clase, sexo) a los sujetos que habitan en los márgenes. Precisamente este es
el carácter performativo del término queer, permitiéndole a la identidad una posibilidad de
subversión, reapropiación y resignificación políticas. En este artículo sirve tanto como una
herramienta crítica identitaria capaz de nombrar y desestabilizar concepciones culturales
hegemónicas de género y sexo; como una teoría multidisciplinar capaz de reformular y
deconstruir los discursos de la cultura heteropatriarcal dominante en relación al cuerpo, la
sexualidad y el género dentro de la música popular. No obstante, para ampliar recomiendo la
lectura de Beatriz Preciado, “Queer”: Historia De Una Palabra”, Parole de queer
[http://paroledequeer.blogspot.com.es/2012/04/queer-historia-de-una-palabra-por.html].
2 Véase la entrada ‘Popular Music’ de Richard Middlenton en el Oxford Music Online: “In these
cases, however, lyric content is relatively unimportant to the political effects; and arguably the
politics of most popular music have generally had more to do with its sounds, contexts and uses
than with its words”.
3 Tanto los casos de estudio como parte de la discusión teórica usada en este artículo forman
parte de mi tesis – Música electrónica y Cultura de club: Un estudio postfeminista de la escena
española- defendida el 14 de septiembre de 2015 en la UNIRIOJA y que cito en la bibliografía.
4 La palabra “lesboqueer” me sirve para nombrar una tendencia específica de producción
Así, en una primera parte del texto estableceremos una génesis sobre la
incidencia de las políticas de género en la cultura de club en escenarios
anteriormente estudiados (colectivo gay y música disco) para poder entender
así las particularidades que presenta la emergente subcultura lesboqueer en la
escena electrónica. En una segunda parte, nos acercaremos al activismo
emergente entre múltiples colectivos de mujeres Djs, productoras, managers,
etc. relacionadas con la música electrónica en todo el mundo, fruto de la crítica
y la necesidad de alternativas a la exclusión masculinista 5 de la escena musical
electrónica. Finalmente, esto explicará el empoderamiento creciente que existe
en la actualidad en el ámbito de la producción musical, promoción,
organización y visibilidad de la cultura de baile/club en la escena lesboqueer
nacional e internacional.
5 Utilizo esta expresión para subrayar cómo el uso de la tecnología en la música ha sido
históricamente dirigida al dominio masculino por razones de género, mientras se han ido
construyendo múltiples estereotipos negativos y excluyentes para la participación de las
mujeres en éste ámbito tecnomusical (Amico 2001; Rodgers 2010).
6 Podemos considerar estudios referentes de la musicología feminista nacional los textos de
Pilar Ramos (2003) y Laura Viñuela (2003) ambos trascendiendo la perspectiva contributiva y
cercanos a la visión crítica de la actividad musical de las mujeres. Y en relación a la
musicología queer cabe anotar las contribuciones recientes de Maria Palacios “Feminismos
expandidos, queer y poscoloniales en la musicología histórica” (2013) y de Llorián García
“Musicología queer: (in)visibilización, performatividad, apropiación y diferencia. Nuevas
epistemologías para una musicología post-identitaria” (2012).
(…) La música electrónica siempre ha sido utilizada como un vehículo para expresar la
transgresión sexual, como un medio para transformar lo social. Como el aspecto más
visible de esta historia mayormente invisible, la música disco usó los sonidos fantásticos
de la nueva maquinaria para imaginar el mundo feliz de la sexualidad.
Peter Shapiro (2012: 163)
7 Estas siglas no definen ningún estilo musical concreto, la EDM supone un compendio de
estilos que emergen del House y el Techno. Algunos autores (Blánquez 2012; Rietveld 2013)
coinciden en que la popularización a escala masiva de la EDM en la actualidad responde a
criterios de comercio y perjudica el entorno de calidad en la música electrónica de baile en
general. En este artículo estas siglas se acercan definitivamente a la consideración primera del
término, anterior a esta absorción del mainstream globalizador. De esta forma es como la
entienden los colectivos de mujeres Djs nacionales e internacionales que aparecen en este
texto y que promueven escenas subculturales de música electrónica en ambientes lesboqueer.
8 El debate sobre la influencia de los medios y la industria musical en la producción cultural se
ha visto enriquecido por diferentes autores culturales, entre otros Keith Negus argumenta que
‘la industria produce cultura al igual que la cultura produce industria’ ya que aunque existan
estructuras organizadas con intención de negocio sobre algún tipo de música, si no existe una
recepción o no se crea conocimiento alrededor de esa estructura no funciona en el mercado y
en la producción cultural (1998). Esta forma de construir ‘realidad’ formaría parte de la
estrategia corporativa de la industria musical a traves de la llamada ‘técnica de la gestión del
portafolio’ gracias a lo cual “staff, artists and investment directly intersect with the deployment of
a particular type of knowledge which is used to understand the world” (Negus1998: 376).
Este tema es más complejo de lo que se pueda plantear en este artículo, para lo cual remito a
The Cultural Industries (David Hesmondhalgh 2012, 3ª Ed.) así como The Ashgate Research
Companion to Popular musicology (Derek B. Scott, Ed., 2009), en Part 7: The Music Industry
and Globalization.
la música dance, “for many urban gay men, disco music became a determining
factor in their experience of community and communal identity –an identity that,
through disco music, became more evident in mass culture in general” (Peraino
2006: 176).
Bajo el lema “si no puedes con tu enemigo, únete a él”, podríamos decir
que el mainstream ha absorbido las subculturas más radicales o subversivas
en la historia de la música popular neutralizando así su poder disruptivo y
disidente 10. Es lo que aconteció por ejemplo con la música Disco a finales de
los años 70 cuando pasó de ser un género underground enraizado en la
música “negra” y unido a la liberación del colectivo gay 11, a formar parte de la
cultura de masas gracias a las caderas de John Travolta al ritmo de “Stayin’
Alive” (Bee Gees) en la película Fiebre del sábado noche (1977). Sin duda la
“amenaza” homoerótica de una música puramente corporal y proveniente de
estratos minoritarios raciales y sexuales pudo ser motivo suficiente para que la
música Disco comenzara su proceso de “heterosexualización normativa” por
parte del mainstream, detonando así su poder subversivo primigenio. Cuando
el Disco empezó a ser percibido como un mercado de masas, muchos
empresarios de locales lo asumieron para promover la masculinidad
heterosexual patriarcal. Sin duda el personaje de John Travolta, supuso una
reapropiación de la pista de baile por la cultura hetero masculina,
considerándola como un espacio donde los hombres se exhibían “como pavos
emplumados” en el cortejo de su pareja (Lawrence 2011: 241). De esta forma,
la música disco considerada por los fans del rock 12 como una enfermedad y
los 70 desde las subculturas de negros y gays llegando a ser un ‘fenómeno de culto’, aunque
rápidamente quedara absorbido y ‘alienado’ por el mainstream del rock blanco.
11 Peter Shapiro explica que la música Disco ha sido la banda sonora de la liberación gay
americana por la simbiosis ideológica con los movimientos por los derechos civiles y el Black
Power de principios de los años 60 que “no sólo infundieron inspiración e ímpetu al movimiento
por la liberación gay, sino que además lo dotaron de los principios para una estructura básica y
de las consignas y modelos para la lucha comunitaria” (2012: 221).
12 Recordemos la campaña ‘disco sucks’, iniciada con el ‘Disco Demolition Night’ que tuvo lugar
de Ankara probaron que escuchar música Disco volvía sordos a los cerdos y homosexuales a
los ratones” (Brewster y Broughton 2006: 312-313).
13 Este momento de reapropiación marcó la línea de otros subgéneros musicales del Disco
como éstos, considerados en palaras de Richard Dyer como una forma musical con un ritmo
percusivo acelerado que evocaba el ‘falocentrismo’ del rock y que se desprendía
definitivamente del espíritu queer del Disco primigenio underground (1979).
14 Scott Dereck (2009) en la Introducción a The Ashgate Research Companion to Popular
Musicology hace un repaso a través de varios autores sobre este discurso en la música
popular. Así, por ejemplo Stan Hawkins señala que la música Disco no se ha entendido nunca
para ser interpretada en directo, lo cual cuestiona si el argumento sobre la autenticidad y el
directo se han diseñado para excluir a géneros como el Disco (Scott 2009: 17). Por otro lado
Sarah Thornton (1995: 4) sugiere que las llamadas ‘culturas disc’ se pronuncian dentro de la
cultura de club para diferenciar que la grabación ‘es el original’ intercambiado su status en
relación a la interpretación en directo.
Para resumir esta cuestión podríamos decir que la música “no hace” al
sujeto de una forma homóloga, sino que, parafraseando a Althusser, lo
interpela permitiéndole la experiencia individual y colectiva, para negociar y
asignar así múltiples significados alrededor de esa experiencia musical (citado
en Pelinski 1998). De esta forma, como “agente estético” nuestra subjetividad
es “mutable” y su consecución es crearnos a nosotros mismos como “una obra
de arte” (Taylor 2012a: 44). Con esta misma idea Fiona Buckland señala que
“identity is not fixed, but tied to movement and its context. Actors made
interventions in their self-fashioning through social improvised dancing: identity
is continuous, creative act of world-making (2002: 5). De acuerdo con Buckland,
el rol que juega la cultura de baile en la construcción y expresión de la
identidad queer es ineludible dada la “performatividad” corporal que conlleva
dicha escena.
15 Aunque se ha admitido que cada género musical se asocia a un consumo concreto de droga
(Rief 2009; Perrone, “Drugs” en New Grove), la electrónica ha sido por antonomasia
estigmatizada por el consumo de drogas de diseño alucinógeno. Sin embargo, otros autores
han considerado que “el concepto de consumo ‘drogas’ es arbitrario y culturalmente específico”
(citado en Gilbert y Pearson 1999: 137).
La autora Alice Echols (2010) piensa que cuando la música Disco pasó
del underground a introducirse en el pop 18 comercial se convirtió, no sólo en
“soul sin alma”, sino también en música de chicas. De esta forma, el Disco
quedó demonizado y relegado a música femenina, gay y negra, centrada más
en el beat (pulso) irracional del sonido 19 que en el orden lógico que canonizaba
el rock (Shapiro 2012: 138). Sin embargo, Echols también sugiere que la
música Disco no fue tan favorable para la liberación de las mujeres, pues las
redujo a “juguetes sexuales”, tal y como quedaban representadas a través de
las Disco Divas negras (Echols 2010: 74).
Por otro lado, al reflexionar sobre esta visión androcéntrica del espacio
de ocio público en la cultura dance podemos entender que las pocas mujeres
DJs de la escena norteamericana de los años 80 que se conocen prefirieran
pinchar en locales de alterne gay antes que en el de lesbianas. Es el caso de la
DJ Susan Morabito 20, que admitía encontrar más interesante y apetecible
acudir a clubs gays por su “calidad” musical, algo que iba acompañado de un
ambiente más sofisticado y liberal para aguantar toda la noche bailando
(Rodgers 2010, capítulo 4). En opinión de estas DJs, las lesbianas consumían
un tipo de música más cercana al pop o incluso el rock, menos arriesgada o
apropiada para la pista, y no tenían la energía, el dinero, o las ganas de
quedarse toda la noche de fiesta, como sí pasaba en los locales gays. Sin
duda, este dato sugiere cómo las políticas de género en la escena de la música
18 Simon Frith y Angela McRobbie ya plantearon (“Rock and Sexuality”, 1978) esta
diferenciación de género en relación al rock y al pop. Mientras el rock abanderaba valores de
mejor consideración musical (seriedad, autenticidad) y se asociaba a la identidad masculina, el
pop se devaluaba bajo la “ideología del romance” con el que quedaban identificadas las chicas
(Viñuela 2003: 77)
19 Tras la música Disco, el Acid House fue probablemente la forma musical occidental más
cultura de club de los años 80 y 90 norteamericana para tantas otras DJs posteriores, pues
consiguieron cierto éxito y reconocimiento en una escena mayoritariamente masculinizada en
locales tan prestigiosos como el Paradise Garage, Palladium o el Saint de Nueva York, mecas
del ambiente gay en aquel momento por la recepción y afición musical pistera más chispeante
que se vivía allí (Rodgers 2010).
23En dicho sello, donde ella misma participa con otras artistas bajo el nombre de Decon/Recon,
aparece la declaración política: “This project wants to put identity into a crisis by giving a
collective authoriality and by letting all hierarchies collapse into a collective resonance who
dares to become” http://noisemanifesto.com (Consultado el 14/04/16)
24 Esta es una de las premisas que he argumentado en mi tesis aún sin publicar –Cultura de
club y música electrónica. Un estudio postfeminista de la escena española- al documentar los
proyectos autogestionados por mujeres en la música electrónica, entre otros: LesFatales y Miss
Moustache.
electronic music festival de Detroit en 2006 y que ofrecía una noche solamente
a las mujeres DJs. Actualmente este proyecto da nombre a un documental que
recogerá el testimonio y trabajo de 40 mujeres DJs de todo el mundo. También
es interesante el trabajo de la artista e investigadora americana Tara Rodgers,
quien estableció el sitio virtual Pink Noises.com en el año 2000 “to promote the
work of women making electronic music, to make resources on production
methods more accesible para producir recursos sobre métodos de producción
para hacerlos más accessibles to women and girls, and to provide an online
space where issues of music and gender could be discussed” (Rodgers 2010:
Introducción). Tras la creación de esta red de apoyo virtual, Rodgers publicó un
libro en 2010 (Pink noises: Women on electronic music and sound) a partir de
sus experiencias, reflexiones y entrevistas a mujeres en la música electrónica,
donde además de hacer un repaso histórico feminista sobre esta escena ofrece
información imprescindible desde el punto de vista técnico y profesional. Esta
publicación recibió en 2011 el premio Pauline Alderman, otorgado por la IAWM
(International Alliance for Women in Music). Otros proyectos relevantes son Her
Noise, desde 2001 en Londres, más enfocado a la actividad electrónica
experimental y que se mantiene activo gracias a un blog colaborativo; y The
Mahoyo Project, un colectivo multicultural y multiracial que promueve acciones
feministas/queer en la escena de la cultura dance electrónica desde 2010 en
Suecia. El artículo “9 All-Female Dj Collectives You Need To Know Right Now”
de Aurora Mitchell (2016) para la revista digital Fader detalla otros colectivos
más recientes existentes en la actualidad.
Estos dos ejemplos, aunque son los que perduran con más fuerza y
representación, no son los únicos que dan cuenta de un interés por producir
tendencia y visibilidad de ‘otra’ escena de música electrónica amparada en la
calidad y vanguardia sonora dentro de la cultura de club lesboqueer.
Anteriormente estuvieron las Clit Power en Madrid y SoyTomboi en Bilbao de
2006 a 2009, ambos colectivos en contacto profesional e ideológico con
LesFatales, con las que hicieron varias colaboraciones, intercambios y fiestas
conjuntas en esa época.
Continuación
Referencias bibliográficas
Allan, Jennifer Lucy. 2016. “Mothers of invention: the women who pioneered
electronic music”, (17/06/2016). Theguardian.com.
https://www.theguardian.com/music/2016/jun/17/daphne-oram-synthesizer-
deep-minimalism (Consultado: 18/06/2016)
Buckland, Fiona. 2002. Impossible Dance: Club Culture and Queer World-
Making. Middletown, CT, USA: Wesleyan University Press.
Currid, Brian. 1995. ‘We are Family’: house music and queer performativity En
S.E.Case, P. Brett y S.L. Foster (Eds.) Cruising the Performative: Interventions
into the Representation of Ethnicity, Nationality, and Sexuality, pp. 165-196.
Bloomington: Indiana University Press.
Dyer, Richard. 1979. “In Defense of Disco”. Magazine Gay Left, 8: 20-23.
Driver, Susan. 2007. Queer girls and popular culture: Reading, Resisting, and
Creating Media. New York: Peter Lang.
Echols, Alice. 2010. Hot Stuff: Disco and the remaking of American Culture.
New York: W.W. Norton & Company, Inc.
Ettorre, Elisabeth. 2004. “Revisioning women and drug use: gender sensitivity,
embodiment and reducing harm”. International Journal of Drug Policy, 15(5-6):
327-335.
Farrugia, Rebekah. 2012. Beyond the Dance Floor. Female Djs, Technology
and Electronic Dance Music Culture. Bristol [England]: Intellect.
Gavanas, Anna y Reitsamer, Rosa. 2013. “Dj technolgies, Social Networks and
Gendered Trajectories in European Dj Cultures”. En Bernardo Attias, Anna
Gavanas y Hillegonda Rietveld (Eds.) DJ Culture in the Mix: Power,
Technology, and Social Change in Electronic Dance Music, pp. 51-77. New
York: Bloomsbury Academic
Hawkins, Stan. 2003. “Feel the beat come down: house music as rhetoric”. En
Alan Moore (Ed.). Analyzing Popular Music, pp. 80-102. Cambridge; New York:
Cambridge University Press.
Hunt, Geoffrey, et al. 2010. “Drugs, gender, sexuality and accountability in the
world of raves. En Youth, Drugs, and Nightlife, pp. 173- 233. London:
Routledge.
Hutton, Fiona. 2006. Risky Pleasures? Club Cultures and Femenine Identities.
Burlington, VT and Aldershot : Ashgate.
Katz, Mark. 2006. “Men, Woman and Turntables: Gender and the Dj Battle”.
The Musical Quarterly, 89 (4): 580 – 599.
Lawrence, Tim. 2006. “I Want to See All My Friends At Once’: Arthur Russell
and the Queering of Gay Disco”. Journal of Popular Music Studies, 18 (2): 144-
166.
http://www.oxfordmusiconline.com/subscriber/article/grove/music/43179pg1.
(Consultado: 9/3/2015)
Negus, Keith. 1998. “Cultural production and the corporation: musical genres
and the strategic management of creativity in the US recording industry”. Media,
Culture & Society (SAGE Publications, London, Thousand Oaks and New
Delhi), Vol. 20: 359–379.
Pini, Maria. 2001. Club Cultures and Female Subjectivity: The Move from Home
to House. Basingstoke: Palgrave Macmillan.
Reynolds, Simon. 1998. Energy Flash: A Journey through Rave music and
Dance Culture, London: Picador.
Rief, Silvia. 2009. Club Cultures: Boundaries, Identities and Otherness. New
York and Abingdon: Routledge.
Rodgers, Tara. 2010. Pink Noises: Women on Electronic Music and Sound.
Durham and London: Duke University Press. [Versión ebook Kindle]
Taylor, Judie. 2012 a. Playing it Popular Music, Queer Identity and Queer
World-making. New York: Peter Lang.
Zas, Mónica. 2016. “Las mujeres a los platos: las djs se unen contra la brecha
de género”. Eldiario.es. 10/4//2016
http://www.eldiario.es/cultura/feminismo/mujeres-platos-djs-brecha-
genero_0_502549937.html (Consultado: 28/5/2016)
ISSN: 2014-4660
Cita recomendada:
Villa Hernández, Héctor R. 2016. “El Baile de Mexicapan: paradigma de una tradición”.
Cuadernos de Etnomusicología. Nº8. <URL> (Fecha de consulta dd/mm/aa)
Resumen
Abstract
This work is the result of the study of a cultural event in the mining
districts of the city of Zacatecas (Mexico) of the mid-nineteenth century and
early Twentieth century: The Dance Mexicapan, deeply rooted in Zacatecas has
kept a bit variable expressive and emotional pattern distinctive and compelling
tradition. This dance reflects the behavior of the Zacatecas miner within a
society framed in a certain cultural environment. Paraphrasing Lomax (1962:
225-457), it can be said that as common sense dance expresses some emotion
mode and in the case of Dancing Mexicapan can see a characteristic set of
emotional needs or impulses that are in some way satisfied or evoked by this
dance demonstration.
This paper describes how the Zacatecas mining company at the time, their
customs and their relation to dance. By studying this demonstration, I will be
showing a human behavior that has left a strong imprint on contemporary
society of Zacatecas. In addition to showing this group from an anthropological
framework, I expound how was the recovery of this dance in the decade of the
40s of the last century and how it was handled this tradition a decade later. In
addition to this, I perform a musical analysis of the Mexicapan Dance Suite.
Introducción
Estos barrios están situados al norte de la capital del Estado y antiguamente fueron
peligrosos rivales; pero en tanto que La Pinta se distinguía por lo pendenciero y aguerrido
de sus pobladores, Mexicapan sobresalía por su famoso baile anual que tenía lugar la
noche del 2 de febrero, al culminar las festividades de nuestra Señora de la Candelaria.
Unos cuantos eran los invitados “fuereños”, quienes procedían de otros barrios como
Cinco Señores, Chepinque, y Tlacuitapán, o bien, de Vetagrande (Esparza 1976: 39).
En estos barrios se bailaba desde mediados del siglo XIX las polcas, los
valses y las varsovianas,
hacia los ochentas, pero entonces un aire local: “Barrio nativo de Mexicapan” destronó de
inmediato a todos los demás debido principalmente a que tiene una estrecha relación con
la mina, pues refleja el movimiento corto y a la vez largo y violento del minero, obligado a
moverse en pequeños espacios, de ahí que, justamente con las polcas norteñas y
corridos mineros bailados paso más corto que en la llanura zacatecana, denoten de
inmediato la rigidez de la tierra y la rudeza de movimientos del trabajador nativo, quien
por otra parte obligaba a la compañera a seguir su paso (Esparza 1976: 39).
El uso de la tradición
Ya no estaba bien visto decir “fui a la fonda” a comer, pues decir “la fonda” era muy
vulgar. Había que decir “fui al restaurant”. Y tampoco se consideraba elegante pedir un
vulgar “caldo” de pollo, sino un “rico consommé de pollo”, ni un platillo de “hongos” sino
de “champignons”; tampoco se acostumbraba pedir un “pastelillo hojaldrado” sino “vol-au-
vent” (Flores 1979: 51).
“Buletín de la refolúfia”
El Gobierno federal va a echar la ley sobre suspensión de galantías y hasta puede que a
estas horas haiga echao.
El Presidente D. Porfirio, carculando que ya es mucho lo que lastán haciendo pesada los
refolúfios, lechó un proyecto de ley sobre suspensión de galantías a ver si quere dar el sí,
a la Comisión permanente del Congreso de lunión, questá compuesta de los congreseros
y senadores que se quedan allí a ver qué sofrece, mientra los otros salen a descansar,
porque disque ese quiacer es pero rete pesado.
La ley está juerte como un dianchi, pos a todos los que descarrilen ú nomás detengan sin
derecho los trenes de carga ú de pasajeros, a los que quiten ú malmodién los rieles, los
clavos, los tornillos ú los durmientes del camino del ferro, a los que destruigan los
puentes ú los telégrafos; a los que pongan sobre la vía anchetas con que puedan
descarrilarse las máquinas; a los que disparen balazos contra los trenes, a los que roben
en despoblao mediante ataque a las poblazones ú rancheros, serán castigaos con
afusile…
…de golpe sobrevenía la discusión por el efecto de las bebidas alcohólicas y el deseo de
disputarse el derecho de bailar con una linda mujer. Un barretero caía asesinado con el
cuerpo atravesado por el puñal traicionero de un amigo ocasional. Muchas tragedias se
suscitaron en estos barrios mineros; se decía: ¡si no hay muertito, el baile no sirve! (Villa
1994: 46).
Huarache de pata de gallo -con tres agujeros-, es decir, con correa entre el dedo gordo y
el siguiente o bien, huarache de petatillo. El de más categoría, era aquél que tenía varías
suelas.
Calzón largo de manta blanca, en una de cuyas bolsas llevaban pesos de balanza que al
sonar le daban ritmo al baile, demostrando así sus habilidades al efectuar los
contratiempos de zapateado.
Camisa de cuello cerrado y manga larga y sobre ella el chaleco de gamuza, semejante a
la chaqueta de charro, pero exenta de adornos, aunque con botonaduras de plata.
Fajado a la cintura llevaba el típico cotense o tapío, pequeño mandil de manta trigueña
como de un metro de largo, que se doblaba esquinado en forma de triángulo, con una de
las puntas colgando por delante hasta cerca de la rodilla para protegerla, la otra bajaba
por atrás reforzando el calzón al sentarse.
El sombrero era de palo colorado o de palma que variaba, según el trabajo que
desempeñaba. El del barretero era un camalote de tejido grueso y trenzado, alas de
treinta centímetros y copa baja, para que no estorbara al cargar el metal en la espalda. El
del minero era de ala corta y lata copa, igual a éste era el de los paleros y tireros, pero
Los pobladores usaban camalotes de lana y jarcia, de copa baja y ala galoneada y con
toquilla, con excepción de los empleados superiores que usaban vestimenta diferente.
Estos trajes eran comunes en todas las regiones del Estado; pero al finalizar el siglo XIX,
los mineros empezaron a usar prendas semejantes a las de los “curros”. Cambiaron los
huaraches por zapatos de una pieza y el calzón de manta blanca por el calzón de
casimir; aunque esto jamás aconteció en la Pinta y Mexicapan, sobre todo en este último,
donde se dice que era común usar el sombrero arrequintao o achivatao, es decir, el ala
ancha hacia arriba por delante y echada hacia atrás “a lo maldito”, como se estilaba en la
región (Esparza 1976: 39).
Bota alta o botines de charol de color brillante repiqueteado y con botonadura corrida,
medias blancas de popotillo, ancha falda de color fuerte “bajada hasta el huesito” que
cubría el zagalejo.
Blusa blanca ricamente bordada en colores chillantes y corrida hasta la oreja. La blusa de
las casadas llevaba un cierre de jareta para facilitar las tareas maternales; se fajaba la
cintura generalmente con cinto de rebocillo, entretejía sus trenzas con listones de colores
chillantes y cordones de lana; se cubría con reboza de bolita de muy vivos tonos y el cual
lucía con garbo y elegancia; usaban alhajas de vistosos colores, de cuentas de vidrio,
aretes y pulseras huicholas de chaquira y de lana tejida, con su nombre como adorno, o
bien, pulseras de plata para darle también ritmo al bailable. Se pintaba la cara en forma
discreta y también muy discretamente se perfumaba con agua florida.
Daban a su indumentaria un aire local: los tres vivos negros que usaban en el vestido y
que simbolizaban el luto eterno que guardaban por los difuntos de las minas de San
Rafael y Quebradilla en Zacatecas y tocayos en Sombrerete.
Si alguna vez el hombre o la mujer dejaban de usar su vestimenta típica, influidos por
otras costumbres, sobre todo en Mexicapan, no se les permitía entrar al baile, ni mucho
menos formar parte de la peregrinación anual al santuario del barrio; además eran mal
vistos, todo ello debido a un sentimiento profundo de apego al origen, a un celo
exagerado hacía las costumbres del suelo zacatecano (Esparza 1976: 40).
Hombre:
La camisa es de tela de algodón de color blanco, corte europeo, con cuello ancho,
pechera adornada con tira bordada, mangas largas con puños con el mismo adorno; la
camisa se abotona al frente.
Patío o cotens: paño de algodón blanco cortado en cuadro, que doblado a las esquinas
se coloca sobre la cadera amarrada al lado derecho.
Calzado: botines negros de piel. Sombrero tipo zacatecano de fieltro, con copa alta.
Mujer:
Blusa: de tela blanca, de mangas cortas y escote redondo, con un holán de tela de
cuadrillé al que se borda flores predominando rojos, verdes y amarillos.
Falda: tela de paño rojo con una franja de cuadrillé de color blanco, con los mismos
bordados que lleva blusa; a la orilla de la falda lleva un holán de tela de algodón de color
rojo.
Enagua y calzonera: tela de algodón blanco adornado con encaje a la orilla (Zamarripa y
Medina 2001: 108).
Metamorfosis.
3 El tamborazo está compuesto por dos trompetas, un saxo o un trombón, una caja y una
tambora o bombo. Es originario de Zacatecas.
Una de las condiciones que definen a la cultura tradicional viva es precisamente la idea
de continuidad, es decir, siguiendo la línea ininterrumpida de una tradición, lo cual
contrasta con la discontinuidad que implica el folklorismo, ya que este último nos ofrece la
realidad de otra época o de otras latitudes (Martí 1996: 24).
a = suspendida
a´= conclusiva.
b= suspendida.
b´= conclusiva.
a= suspensiva.
a´= conclusiva.
b+b´= suspendida.
c+c´= conclusiva.
A).
B)
C)
El diablo verde.
Conclusiones
Bibliografía
Amador, Severo. 1931. Las baladas del terruño. México. Edición en homenaje a
la memoria del artista, México.
Lomax, Alan. 1962 “Song Structure and Social Structure”, Ethnology I, Ed. En
castellano: “Estructura de la canción y estructura social”, en Francisco Cruces
(ed.) (2001, 2008) Las Culturas Musicales (Lecturas de etnomusicología)
Madrid: Totta, (trad. de Irma Ruíz). Revisión de Enrique Cámara de Landa.
Vega, Carlos. 1956. El origen de las danzas folklóricas. Buenos Aires: Ricordi.
Villa, Elio. 1994. Anécdotas de la Escuela Normal de los años 40´s. Acervo
familiar.
Referencias de internet
ISSN: 2014-4660
Cita recomendada:
González Varga, Marina. 2016. “Música ritual y trance. El ritual maro como estudio de
caso.”. Cuadernos de Etnomusicología. Nº8. <URL> (Fecha de consulta
dd/mm/aa)
Resumen
Abstract
Among the Toraja society in the mountains of the Southern region of Sulawesi,
we can find a society which their music is full of meaning and tightly related with
social structure and hierarchy, and also play a key role in the acculturation since
childhood.
For this reason, it’s especially interesting the research in this field with a specific
symbolic space and context which the ritual brings. In this way, the fact that
music has a direct relacion with ritual life and culture, led us to think whether
other aspects of ritual life could be related with music too, like trance. This
music is fully understood as a way of collective identity.
Therefore, we can ask ourselves, could we assume that trance through music is
induced or produced? are there some specific musical characteristics in trance
music in whatever community?
Introducción
Algunos de los trabajos pioneros sobre esta región, como los de Jaap
Kunst, no serán empleados ya que son estudios que se limitan a características
puramente musicales y que actualmente han sido complementados por
estudios como los de Dana Rappaport con una perspectiva más social. Como
introducción a la cultura Toraja, cabe señalar las publicaciones de los
antropólogos Nooy-Palm (1975) y Dimitri Tsintjilonis (2000). En cuanto a la
música Toraja, las fuentes principales que podemos encontrar son las
numerosas publicaciones de Dana Rappaport, las cuales nos ofrecen un
estudio actual y contextualizado; publicaciones que podemos complementar
con los interesantes enfoques planteados por Judith Becker (2004,1994) sobre
la relación entre la música y el trance y que tienen como punto de partida
planteamientos procedentes de la psicología. También se ha tenido en
consideración el trabajo de otros autores, como por ejemplo Clifford Geertz
(1992), Laurent Aubert (2006), Ruth Finnegan (2002), Gilbert Rouget (1980) y
John Pilch (2004).
Propuestas teóricas
alcanzar estos estados se pasa por diferentes fases de conciencia por medio
de los sistemas COEX, primero se pasa por el nivel biográfico o recordatorio, a
recuerdos de la infancia y adolescencia, emociones vitales, a la experiencia del
nacimiento, más profundamente, vamos accediendo a la experiencia perinatal,
a la vida prenatal, y por último se puede llegar a acceder a las regiones
transpersonales. Las regiones transpersonales son el inconsciente individual, el
inconsciente colectivo planteado por Jung, que viene dado por la sociedad y el
nivel universal, los arquetipos pertenecientes a cualquier época y cultura que
dan forma a los mitos. Precisamente en este aspecto es en el que podemos ver
la relación entre la música y el trance. Mediante la cultura se construyen
identidades grupales que son expresadas y reforzadas por la música. Cualquier
tipo de arte resulta una expresión, un lenguaje y una comunicación entre
diferentes elementos de una cultura, así se crea un patrón simbólico en el arte
mediante el que el intérprete puede comunicarse con la sociedad. Esta
expresión de un sistema colectivo, tiene especial eficacia en una práctica
inevitablemente social como es la música (Brailoui 1973). Como menciona
Blacking “La función de la música es reforzar ciertas experiencias que han
resultado significativas para la vida social, vinculando más estrechamente a la
gente con ellas.” (Blacking 1973: 5). Si relacionamos estas ideas con las
planteadas por Stanislav Grof resulta evidente que la música juega el papel de
despertar nuestra consciencia colectiva y nuestra emotividad a través de
nuestra memoria asociativa durante el ritual para que se produzca el trance.
Casi todas las artes de origen ritual que se dan durante una sesión de
posesión son desarrolladas como ofrendas a los dioses, ponen en escena
mitos y construyen personajes imaginarios y simbólicos. Pero es necesario
diferenciar entre un ritual de posesión y una representación teatral, ya que en el
ritual tenemos la presencia de un ente divino que es considerado real y efectivo
(esta presencia es sugerida por los códigos artísticos y culturales establecidos).
Por eso este tipo de ritual se puede comprender solo formando parte del
conjunto simbólico de esa sociedad. Por otra parte, también podemos
mencionar lo que Victor Turner denomina la teatralización dentro del ritual
como una representación de un “drama social”, de esta forma podríamos hablar
de dramatización en cuanto a la acción ritual si la entendemos fuera de su
contexto (Turner 1980, 151). Rouget nos plantea una idea interesante sobre el
rol de la música en su relación con el trance; manifiesta la importancia de las
connotaciones culturales para que la música ritual sea eficaz y resulta operativa
en el contexto social en el que está integrada. Argumenta esta hipótesis
basándose en que el trance no puede ocurrir sin música, pero no se han
encontrado unas cualidades formales en la música que se planteen como
necesarias para el trance, por eso cualquier relación establecida entre música y
trance está culturalmente condicionada, depende de su función social y de sus
códigos sonoros (Rouget 1980: 21).
fertilidad (rituales del este) o rituales funerarios (rituales del oeste), según las
funciones que satisfacen. La vida ritual se basa en la idea de inversión y de
paso de un lado a otro dentro del ciclo ritual, por este motivo es necesario el
equilibrio entre los rituales funerarios y de fertilidad, cada ritual funerario tiene
su equivalente dentro de los rituales de fertilidad.
La siguiente tabla resume las etapas del ritual maro junto con el
repertorio que se interpreta en ellas:
2º Día Ma´Pasa´
Durante el día las mujeres estériles se dirigen Recitación gelong Boné en las casas
hacia la piedra de Landorundun para favorecer (noche)
la fertilidad
1
Gelong, canto o recitación ejecutada durante el ritual maro, es una forma de inducir al trance. Dentro
de las casas es recitado por un oficiante y en el exterior es cantado por un grupo de hombres que bailan
frenéticamente. Esta palabra también aparece en las lenguas de las comunidades vecinas como los
Bugis, Makassar y Mandar.
6º Día Ma´pasa
2
Yuxtaposición de músicas que no pueden ser ordenadas desde un punto de vista musical, no
comparten el ritmo, la afinación ni ningún elemento musical, solo suenan al mismo tiempo. Entre los
Toraja aparece solo en contextos religiosos.
estímulo para marcar unas pautas dentro del trance. En este caso la música
funciona como señal sonora que sirve como estímulo-guía en las sesiones de
trance, ya que en ese momento el sonido es el único elemento externo que
guía al sujeto hasta volver al estado de consciencia.
Figura 3. Diferencias entre las sesiones de trance del ritual maro. (Rappoport 1996: 364)
Figura 4. Al comienzo del canto gelong se invita a las divinidades a bajar al mundo de los vivos,
cuando los participantes alcanzan el estado de trance es porque los dioses han bajado.
También se hace referencia al cuchillo con el que se realizarán las laceraciones 3.
(Rappoport 2006: 15)
3
Bajad con los cuernos de hierro, armado con el filo decorado del cuchillo cortante. Venid de allá, cruzad
a la otra orilla.
Figura 5. Ejemplo de gelong masculino y las pequeñas variaciones que se pueden dar.
(Rappoport 1996: 349)
4
Su sangre servirá de remedio, el fruto rojo le curará. La punta de la hoja Tabang es nuestro remedio, el
crecimiento de “lassege´” es nuestro tratamiento, la planta “pi´tok” nos cuida. El cuerpo vuelve al
principio. Con una forma intacta, el reencuentra la forma del principio, con una fuerza radiante.
5
Vuelvo de mi baño de hierro, enjuagado por la cosa cortante, lavado por todo tipo de filos.
Conclusiones
Bibliografía y fuentes
Becker, Judith. 1994. “Music and Trance”. Leonardo Music Journal, 4(1994),
41–51.
Pilch, J. J. 2004. “Music and Trance”. Music Therapy Today, 5(2), 51.
http://www.jstor.org/stable/1513180
Torres, Juan Luis. 2004. “El sonido numinoso: música ritual y biología”.
Convergencia, 36, 81–97.
http://www.uaemex.mx/webvirtual/wwwconver/htdocs/rev36/36pdf/4_JUAN_LUI
S_RAMIREZ.pdf
Tsintjilonis, Dimitri. 2000. “A Head for the Dead : Sacred Violence in Tana
Toraja”. Archipel, 59, 27–50. http://doi.org/10.3406/arch.2000.3553
Turner, Victor. 1980. The Forest of Symbols: Aspects of Ndembu Ritual. Ithaca:
Cornell University Press.
ISSN: 2014-4660
Cita recomendada:
Sanjuán Mínguez, Ramón. 2016. “La perfomance musical en la representación fílmica
del género en los años del Código Hays”. Cuadernos de Etnomusicología. Nº8.
<URL> (Fecha de consulta dd/mm/aa)
Resumen
Los estudios de género han incidido en la consideración del lenguaje fílmico como un
medio de representación sexista que reproduce el lenguaje patriarcal dominante. Las
investigaciones de Laura Mulvey, entre otros, han evidenciado las predisposiciones
ideológicas presentes en la puesta en escena cinematográfica. Sin embargo, los
contenidos musicales fílmicos se han considerado en estos estudios como un
elemento más de ese lenguaje y no han sido abordados desde el punto de vista de su
performatividad. En este sentido, un análisis detallado de la puesta en escena de la
representación musical, en lo referente a los gestos realizados por los intérpretes y a
los procesos de filmación y edición, puede revelar la existencia de un metalenguaje
que subvierte la narración fílmica sexista.
Abstract
Thus, this paper aims to establish the possibilities offered by the cinematic
representation of music in order to provide an alternative vision to the hegemonic sexist
language. To do so, we will focus on the films shot in the early 30s, before and after the
consolidation of the Hays Code.
1"Feminism and Film. Critical Approaches". Camera Obscura, 1, otoño de 1976. Existe una
nueva edición: 2003. "Camera Obscura Collective. Feminism and Film: Critical Approaches". En
The Feminism Cultural and Visual Culture Reader, ed. Amelia Jones 2003. 234-238. Londres:
Routledge.
establecida, de la diferencia sexual que domina las imágenes, las formas eróticas de
mirar y el espectáculo (Mulvey 2001: 365). Así, "el estilo de Hollywood en su punto
álgido […] surge […] de su hábil manipulación del placer visual con el fin de producir
satisfacción", codificando lo erótico "en el lenguaje del orden patriarcal dominante"
(Mulvey 2001: 366). Una opinión que también es compartida por Molly Haskell, quien
afirma que el "concepto de la mujer como ídolo, objeto artístico, icono y entidad visual
es, después de todo, el principio primordial de la estética fílmica como medio visual
[…]" (Haskell 1987: 7).
Por otra parte, Laura Mulvey utiliza conceptos psicoanalíticos freudianos para
denunciar el rol pasivo que asume la mujer en la representación fílmica, desarrollando
la llamada "paradoja del falocentrismo".
La mujer, pues, habita la cultura patriarcal en tanto que significante para el otro
masculino, aprisionada por un orden simbólico en el que el hombre puede dar rienda
suelta a sus fantasías y obsesiones a través de órdenes lingüísticas que impone sobre
la silenciosa imagen de la mujer, que permanece encadenada a su lugar como
portadora de sentido, no como productora del mismo (Mulvey 2001: 366).
Tras una irregular carrera en los circuitos del vaudeville norteamericano, los
hermanos Marx consiguieron el reconocimiento artístico gracias a The Cocoanuts
(1925) y Animal Crackers (1928), dos musicales presentados en Broadway cuyas
adaptaciones cinematográficas, filmadas en Nueva York, supondrían su debut en el
cine, antes de trasladarse a California.
Los hermanos Marx debutaron en el cine sonoro en 1929 con The Cocoanuts,
un musical cinematográfico que adaptaba la comedia musical homónima que los Marx
habían estrenado el 8 de diciembre de 1925 en el Lyric Theatre de Nueva York 2. El
guión de la obra, escrito por George S. Kaufman y Morrie Ryskind, presenta
situaciones típicas de las comedias musicales de la época, unificadas bajo el
argumento de una historia de amor contrariada. Sin embargo, lo más significativo es
su peculiar carácter satírico, un elemento propio de estos autores, decisivos en la
trayectoria artística de los hermanos Marx.
Shaw), un vulgar empleado de hotel, con quien realiza planes de futuro, en contra de
los deseos de su madre. En cualquier caso, la relación de Polly con Bob contradice, en
la tradición de Gilbert & Sullivan, la norma victoriana según la cual ningún hombre
puede aspirar a una mujer de una posición social más alta (Jones 2003: 8).
Una buena parte del argumento del film se desarrolla, pues, a partir de la tensa
relación existente entre Mrs. Potter y su hija, quien se niega a aceptar la proposición
matrimonial planteada por su madre. De esta forma, Polly acepta renunciar, por amor,
al bienestar económico y a la consideración social. Por otra parte, Yates (Cyril Ring),
en realidad, sólo es un vulgar embaucador que aprovecha su supuesta condición
social para obtener beneficios económicos robando a viudas adineradas. Yates cuenta
con la complicidad de Penélope (Kay Francis), una mujer que destaca por su
personalidad, viste de una forma moderna y elegante, y que es quien toma, en última
instancia, las decisiones sobre los planes para obtener dinero. En este sentido,
aunque no podemos considerar a la película como igualitaria en cuestiones de género,
no es menos cierto que los personajes femeninos no son completamente pasivos, sino
que muestran una iniciativa propia aunque no siempre sean capaces de tomar
decisiones vinculantes para su futuro.
Figura 1. Polly Potter canta “The Monkey Figura 2. Polly comienza su número
Doodle Doo” 3. coreográfico.
Además, los planos de conjunto nos van a mostrar con detalle las evoluciones
coreográficas del personaje interpretado por Mary Eaton. Si en la parte vocal la
atención visual se centraba en su rostro inocente y en la parte superior de su vestido,
la llegada del baile nos va a permitir contemplar su cuerpo al completo, un cuerpo que
se va a liberar de todas las ataduras morales y sociales conforme su falda emprenda
el vuelo. De hecho, hacia la parte final del número Polly realiza unos giros que
levantan su falda por encima de su cintura, dejándonos ver con detalle su ropa interior,
mientras unas elegantes damas la contemplan desde la parte posterior del escenario
(Figura 3).
Figura 3. Polly nos muestra su ropa interior. Figura 4. El anónimo cuerpo de baile.
De alguna forma, Polly utiliza su coreografía sobre “The Monkey Doodle Doo”
para rebelarse sobre las imposiciones de su madre, reivindicando su feminidad, así
como sus deseos sexuales. Algo que se muestra incapaz de conseguir mediante los
diálogos de la película. Así, a través de la música y de sus ritmos sincopados Polly
deja de ser por unos instantes la mujer castrada, callada, frustrada y sumisa del
lenguaje fílmico patriarcal.
Así, la representación que realiza Polly Potter de “The Monkey Doodle Doo”
despliega una narratividad performativa bidimensional que nos permite conocer la
subjetividad del personaje interpretado por Mary Eaton, una subjetividad en gran
medida ausente en los diálogos de la película y que interactúa con el discurso fílmico
patriarcal, subvirtiéndolo.
La balada norteamericana
con “The Monkey Doodle Doo”, la canción de amor “When My Dreams Come True”
está escrita siguiendo el esquema de la balada norteamericana.
4 Fotograma perteneciente a El sueño eterno. 2013. Dir. Howard Hawks. DVD. Barcelona:
Cinema International Media.
estrofa. En este caso, hacia la mitad del segundo periodo se produce un corte de
edición para mostrarnos a la actriz en un primer plano, dirigiendo su mirada hacia Bob,
quien mantiene su posición inferior, fuera del campo visual (figura 8). De esta forma,
Polly asume la iniciativa en el cortejo amoroso y Bob pasa a un lugar secundario.
Figura 7. Bob canta pero es Polly quien ocupa Figura 8. Polly canta en un primer plano
la parte central de la pantalla.
Figura 9. Polly canta y ambos se cogen las Figura 10. Polly canta, fijando su mirada en el
manos. horizonte.
Figura 11. Polly y Bob cantan a dúo. Figura 12. Polly oculta con la sombrilla el
beso final.
la canción interpretada. En cualquier caso, Polly sólo consigue mostrar sus verdaderos
sentimientos, una vez más, a través de la música, unos sentimientos que tiene que
ocultar o reprimir en las escenas dialogadas de la película.
Con el Código Hays en vigor, Polly Potter nunca habría podido mostrar
abiertamente su sexualidad en “The Monkey Doodle Doo”. Así, en el apartado del
código que hace referencia a los bailes, dentro de la sección dedicada al tratamiento
del argumento del film, se prohíben de forma expresa los bailes o danzas que
"representan acciones sexuales", así como las coreografías diseñadas para "excitar a
los espectadores, suscitar pasiones o provocar una excitación física" (Doherty 1999:
358). Además, se incide en que en aquellos bailes en los que exista un "movimiento
de los senos" son "inmorales y obscenos" (1999: 358). De esta forma, el Código Hays
supone la castración musical de los personajes femeninos y de sus deseos, la pérdida
de la única voz que les quedaba a las mujeres tras haber sido relegadas en los
diálogos y en la trama argumental.
Tras el éxito cosechado con A Night at the Opera en 1935, los Marx intentaron
repetir esta fórmula dos años después con A Day at the Races (1937). Sin embargo, la
inesperada muerte de Irving Thalberg dificultó la producción y la calidad artística de un
film que nunca llegó a tener el éxito esperado. El argumento de la película gira en
torno a Judy Standish (Maureen O' Sullivan), la joven propietaria de un sanatorio,
situado junto a un hipódromo en Sparkling Springs, que está a punto de cerrar debido
a sus acuciantes problemas económicos. Para solventar la situación, Gil Stewart (Allan
Jones), el novio de Judy, decide abandonar su carrera musical y comprar un caballo
con el que pretende ganar un importante premio en el hipódromo y así solventar las
deudas de su amada con el banco.
Figura 13. Programa de mano de la velada Figura 14. Protagonistas de los números
musical 5 musicales (Wood 2003)
Figura 15. Gil Stewart interpreta Blue Figura 16. Suntuoso número coreográfico.
Venetian Waters sobre una góndola (Wood 2003)
5Fotogramas pertenecientes al film Un día en las carreras. 2003. DVD. Dir. Sam Wood. Madrid.
Warner Home Video.
“Water Carnival”
Tras unas evoluciones coreográficas del cuerpo de baile, Vivien Fay aparece
sobre el escenario para asumir la parte solista con la que concluye el número, seguida
en todo momento por unas cámaras que realizan unos movimientos tan virtuosos
como la bailarina.
Por otra parte, los estilizados movimientos coreográficos realizados por Fay
mantienen un trasfondo neoclásico, muy alejado de los bailes de moda en los años 20
en los que se inspiraba Polly Potter en The Cocoanuts. De hecho, Vivien Fey concluye
su interpretación con una realización muy precisa de un fouetté (figura 17). Es decir,
ya no podemos encontrar una significación subversiva en el número coreográfico, sino
que éste sólo aspira a una condición artística, a un mero entretenimiento estético
visual. Por último, aunque en un determinado momento de la coreografía las bailarinas
giran hasta levantar sus faldas, este gesto adquiere un significado muy diferente al que
hemos descrito en The Cocoantus. Tanto Vivien Fay como las bailarinas que
protagonizan este número son artistas invitadas que no participan en ningún momento
en el resto del film. Son personas anónimas de las cuales desconocemos sus
motivaciones personales y sus inquietudes. De esta forma, el número coreográfico no
permite mostrar la subjetividad o los deseos de estos personajes femeninos. Sus
elegantes gestos están vacíos de significación y su performatividad visual ya no
contradice la narración fílmica, sino que potencia el lenguaje cinematográfico sexista y
patriarcal, un lenguaje en el que la mujer es sumisa, reprimida, se siente frustrada y
sólo es tratada como un objeto de placer visual escopofílico, sin ninguna iniciativa ni
relevancia narrativa en la película.
Figura 17. Vivien Fey realiza un fouetté. Figura 18. Las bailarinas levantan sus faldas.
Por último, para finalizar nuestro trabajo sobre los cambios en la representación
fílmica de la música queremos retomar la puesta en escena de la balada
norteamericana, haciendo referencia a “Blue Venetian Waters”, la canción escrita por
Karper, Jurmann y Kahn con la que comienza el gran número musical central de A Day
at the Races.
planos y sólo encontramos dos insertos puntuales de unos primeros planos de Judy,
quien se encuentra cenando en una de las mesas del restaurante junto al personaje
que interpreta Groucho Marx, quien pretende ponerla celosa (figura 20). La joven
pareja había discutido en una escena anterior y Gil utiliza la canción para intentar
conmover a Judy, convenciéndola de que vuelva a su lado. Una información que los
espectadores sólo interiorizan a partir de los planos insertados de la joven porque la
representación musical está desconectada por completo de la narración. De hecho, la
letra de “Blue Venetian Waters” sólo contiene imágenes románticas estereotipadas y
resulta completamente asexuada 6, según las directrices del Código Hays. Así, Gil
utiliza la música sólo para mostrar sus cualidades vocales, para realizar una
ostentación de su poder como hombre. No pretende seducir a su amada sino que
muestra una conducta falocéntrica para hacer entender a Judy que su opinión es
irrelevante y que no tiene más alternativa que volver con él porque, en cierta forma, le
pertenece.
6 "Tú y yo dejándonos llevar sobre una laguna azul de las melancólicas aguas venecianas"
("You and I will drift upon a blue lagoon on blue Venetian waters").
Figura 19. Inserto de un primer plano de Judy Figura 20. Groucho intenta poner celosa a
durante Blue Venetian Waters (Wood 2003). Judy, mientras Gil sigue cantando (Wood
2003)
Al estar castrada, tanto a nivel lingüístico como a nivel musical, Judy encarna a
la perfección la definición ofrecida por Laura Mulvey sobre el papel de la mujer en
lenguaje cinematográfico patriarcal. Una definición que, por otra parte, no podríamos
aplicar a las interpretaciones musicales de Polly Potter en The Cocoanuts.
La mujer habita la cultura patriarcal en tanto que significante para el otro masculino,
aprisionada por un orden simbólico en el que el hombre puede dar rienda suelta a sus
fantasías y obsesiones a través de órdenes lingüísticas que impone sobre la silenciosa
imagen de la mujer, que permanece encadenada a su lugar como portadora de sentido,
no como productora del mismo (Mulvey 2001: 366)
Conclusiones
A pesar de que nuestro trabajo sólo ha pretendido mostrar unos ejemplos muy
concretos que no podemos hacer extensibles a todo cine de la época, estos casos
permiten constatar la existencia de una representación musical en la que es la mujer
quien adquiere un protagonismo, una voz, que se le niega en la narración fílmica,
subvirtiendo incluso el lenguaje narrativo sexista y patriarcal del film.
Referencias
Doherty, Thomas. 1999. "The Motion Picture Production Code of 1930". En Pre-Code
Hollywood. Sex, Immorality, and Insurrection in American Cinema 1930-1934. Nueva
York: Columbia University Press.
Forte, Allen. 1995. The American Popular Ballad of the Golden Era. 1924-1950.
Princenton: Princenton University Press.
Grochowski, Thomas. 2007. "Horse Feathers, Monkey Business, and Lion Taming:
THe Marx Brothers in Transition". En A Century of the Marx Brothers, ed. Joseph Mills.
Newcastle: Cambridge Scholars Publising.
Haskell, Molly. 1987. From Reverence to Rape: The Treatment of Women in the
Movies. Chicago: University of Chicago Press.
Jones, John Bush. 2003. Our Musicals, Ourselves. A Social History of the American
Musical Theatre. New England: Brandeis University Press.
Kramer, Lawrence. 2002. "Glottis Envy: The Marx Brothers' A Night at the Opera". En
Musical Meaning. Toward a Critical History. Los Ángeles: University of California
Press, pp. 133-144.
Magee, Jeffrey. 2012. Irving Berlin's American Musical Theater. Nueva York: Oxford
University Press.
ISSN: 2014-4660
Cita recomendada:
Jiménez Arévalo, Alberto. 2016. “La música de Alberto Iglesias en el cine de
Pedro Almodóvar: pliegues de la historia en Amante menguante de Hable con
ella (2002)”. Cuadernos de Etnomusicología. Nº8. <URL> (Fecha de consulta
dd/mm/aa)
Resumen
Abstract
In this article we will show how the composer Alberto Iglesias, in his
compositions for Pedro Almodóvar’s films, could adopt an eclectic language of
music that fits the “almodovarian” melodrama model in a perfect way. A model
in which textual transcendence is shown. To do so, we have chosen and
analysed the sequence Amante menguante ―metaphoric short film about the
sex act― included in the film entitled Talk to Her (2002) employing a
methodology according to Anahid Kassabian’s postulates (Kassabian 2001);
with the purpose of locating and identifying the recalled musical texts and
establishing the dialogues that those texts have as a result of their
contemporary cinematographic re-contextualisation within the postmodernity
framework. As a support, we have used music analysis models based on topics
(Agawu 2009) and expectations (Meyer 1956) that made possible the
establishment of contact points among music from different moments and
places for its re-reading. Lastly, we have identified the auto references and
features that Alberto Iglesias reveals in his compositions for Almodóvar’s films
through the analysis of the chosen sequence.
la obra postmoderna como una encrucijada semiótica que refleja toda una serie
de viajes en el tiempo y el espacio.
pondrán en juego toda una serie de gestos y alusiones que manifiestan este
cambio de estatus.
Son muchos los textos visuales que aluden en el corto a una narrativa
del inconsciente a la luz de las teorías freudianas, el surrealismo y el
expresionismo. Destacaremos tres: el ojo, la madre castradora y el bolso.
Respecto al primero de ellos, el ojo, es bien conocida la importancia que le
otorga el psicoanálisis a la fase REM (Rapid Eye Movement) del sueño. Este
momento se recoge explícitamente en el punto climático del cortometraje en el
que Alfredo penetra en el sexo de Amparo (Paz Vega) provocando que alcance
un orgasmo. Según el psicoanálisis, en los sueños se descargan los deseos y
temores de carácter inconsciente que habitualmente están reprimidos,
aprovechando esa ocasión, donde la conciencia está dormida, para hacerse
ver y expresarse. En la narración del sueño sexual de Amparo dentro del sueño
de Alicia, la “geometría del dolor”, en la imagen y la música, es retórica de la
asociación místico-sexual, discurso que prepara la narración para que la
tensión del gesto arrebatador del ballet Cautiva (1992) nos conduzca a la
culminación del acto sexual en forma de orgasmo.
Las citas de obras pictóricas, con toda su carga simbólica, son una
constante en la filmografía almodovariana. En ocasiones, la cita es textual: la
aparición de obras de Tiziano en Carne Trémula (1997) y en La piel que habito
(2011), en las que Almodóvar frecuenta la imagen del creador como voyeur,
Ejemplo 1. Alberto Iglesias: Hable con ella, Amante menguante, cc. 1-7 [00:57:54-00:58:17]
Ejemplo 2. Alberto Iglesias: Hable con ella, Amante menguante, cc.13-17 [00:58:34-00:58-55]
Ejemplo 3 Alberto Iglesias: Hable con ella, Amante menguante, cc. 72-76 [01:00:16-01:00:20]
Ejemplo 4. Alberto Iglesias: Hable con ella, Amante menguante, cc. 77-81 [01:00:21-01:00:30]
inclinar la cabeza sobre sus dos manos unidas, y Alicia, obediente y sumisa,
repite ese mismo gesto quedándose profundamente dormida. Alfredo se ve
sobresaltado y excitado por la circunstancia. Entonces, la imagen cenital de
Amparo postrada alude a la misma posición que presenta Alicia en el film y
conecta de nuevo con toda la extensa iconografía religiosa de la Virgen.
Alfredo, como había hecho ya Benigno en la habitación del hospital, retira con
ambas manos la sábana que cubre el cuerpo de Amparo, en una imagen
iconográfica en la que Alfredo se esfuerza por retirar la sábana, dejando al
descubierto uno de los pechos de Amparo. Entonces, el primer plano del ojo de
la amante cerrándose y realizando los movimientos propios del sueño nos
adentra en la ambientación onírica esperada, en un sueño dentro de otro
sueño.
“La sábana santa” presenta una melodía sinuosa y sutil que plasma una
explícita evocación del célebre Adagio for Strings, Op. 11 (1936) de Samuel
Baber (1910-1981). La intertextualidad se hace evidente como gesto musical
desde que comenzamos a escuchar la música [ejemplo 5].
1 Su tono melancólico ha convertido al Adagio for Strings en un canto patrio que a menudo se
interpreta en los funerales de personajes relevantes. Por ejemplo, acompañó los actos
fúnebres de la muerte de Franklin Delano Roosevelt y presidió la ceremonia celebrada en el
World Trade Center para conmemorar a las víctimas del terrorismo en los ataques del 11 de
septiembre de 2001. Para profundizar en la asociación de esta obra con manifestaciones
sociales de duelo véase Heyman, Barbara. 1992. Samuel Barber: The Composer and his
Music, Oxford: Oxford University Press.
2El estreno radiofónico de Adagio for Strings, en Nueva York en noviembre de 1938 se sitúa en
un contexto en el que Estados Unidos todavía se recuperaba de la gran depresión. Mientras, la
Alemania de Hitler conducía inexorablemente al mundo hacia la guerra. El mismo Toscanini se
había instalado recientemente en los Estados Unidos después de huir de la Italia fascista. En
este sentido, los conciertos de Toscanini en Nueva York se habían identificado con la oposición
a Mussolini, y en consecuencia, con la oposición a Hitler, convirtiéndose en manifestaciones de
exaltación patriótica estadounidense.
3 ¿Qué hace de una música tan aparentemente sencilla como el Adagio for Strings tan eficaz
para mover las emociones del oyente? Su sencillez, naturalidad y el lirismo que manifiesta, así
como su armonía funcional, debieron haber sido un alivio para unas audiencias abrumadas por
las obras de Schoenberg, Webern y sus discípulos que se estaban rebelando contra la
tonalidad de los románticos. Barber por el contrario, se aferró a ella. Al no estar de acuerdo con
las últimas tendencias, Barber, sin ser consciente de ello, aseguró el posicionamiento de su
música en el discurso histórico, lo que hoy en día sigue siendo efectivo en la representación del
lamento (Heyman 1992).
Ejemplo 6. Samuel Barber: Adagio for Strings, Op. 11, cc. 1-4.
4
El tema es un arco melódico, primero ascendente y luego descendente; las dos partes
aparecen separadas por los arpegios de Cautiva.
Conclusiones
Toda obra evoca, en mayor o menor medida, alguna otra obra. Sin duda,
una de las obras cinematográficas españolas que más explícitamente declara
esa vinculación intertextual es la del cineasta Pedro Almodóvar, corpus en el
que se manifiestan presencias muy localizadas de otras obras o de fragmentos
de ellas, tanto literarias como teatrales, pictóricas, escultóricas, coreográficas,
televisivas, cinematográficas y musicales, de las que se alimenta y enriquece.
Bibliografía
Gregori, Eduardo. 2005. “El tratamiento del género en Hable con ella, de Pedro
Almodóvar. El caso de Amante menguante”. Espéculo. Revista de estudios
literarios.http://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero29/hablecon
.html [Consulta: 27 de agosto de 2016].
Heyman, Barbara. 1992. Samuel Barber: The Composer and his Music, Oxford:
Oxford University Press.