Manejo de La Antracnosis (Colletotrichum Gloesporioides) en El Cultivo de Papaya

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Manejo de la Antracnosis (Colletotrichum

gloeosporioides) en el Cultivo de Papaya

La antracnosis es causada por el hongo Colletotrichum


gloeosporioides (Penz) Sacc. de la familia de los
Ascomycetes. Esta enfermedad se encuentra
prácticamente en todas las áreas donde se cultiva
papaya y llega a ser la causa principal de las pérdidas de
fruta en postcosecha. Algunos estudios estiman
perdidas en postcosecha de hasta el 17 % por esta
enfermedad, pero si el ataque es severo aunado a un
mal manejo este porcentaje puede incrementarse.

Es una enfermedad que puede afectar hojas, ramas y


frutos, ocasionando el mayor daño en este último o al
menos el más perceptible, ya que repercute
directamente en la calidad de los mismos.
Colletotrichum gloeosporioides también es común
Figura 1. Síntomas de antracnosis en papaya. encontrarlo ocasionando daños a otros cultivos como
Foto: Maeda y Nelson, 2014.
aguacate, plátano, cítricos, mango, entre otras frutas
tropicales.

Sintomatología
Las lesiones que causa esta enfermedad inicialmente son superficiales, de color rojizo o café claro con
una apariencia acuosa y de forma circular, creciendo hasta 2.5 cm o más en diámetro. Al progresar la
enfermedad, en la superficie del fruto se pueden formar masas de esporas de color salmón o rosado-
naranja, llegando a formar patrones de anillos concéntricos en las lesiones hundidas. Las lesiones
pueden ser de color café claro o salmón, pero al final se vuelven de color café oscuro o negro. Varias de
estas lesiones pueden crecer juntas y producir una lesión mayor, irregular y compuesta, a pesar de ello
algunas veces cada una mantiene un borde bien definido. Las lesiones se hunden pero generalmente no
profundizan en la pulpa de la fruta. La pulpa que es afectada por la enfermedad adquiere un sabor
amargo.

Otro síntoma común de la enfermedad son las lesiones conocidas como “mancha chocolate”, las cuales
son de color rojizo-marrón con forma irregular o circular y de diámetros que van de 1 a 10 mm. Al
continuar madurando la fruta, las manchas crecen rápidamente formando lesiones circulares y hundidas
de hasta 20 mm de diámetro.
Condiciones favorables
La infección ocurre desde que el fruto esta en campo, permaneciendo generalmente latente hasta la
cosecha. El hongo puede permanecer en frutos caídos, hojas senescentes, hospederos alternos o en
otro tipo de material orgánico. Cuando la estructura reproductiva (conidio) cae sobre la superficie del
fruto, germina y lo penetra, aunque cuando este está “verde” generalmente el hongo no se desarrolla y
espera a que el fruto madure para hacerlo.

Condiciones de estrés de cualquier tipo favorecen la susceptibilidad a la enfermedad. La temperatura


más adecuada para su desarrollo en frutos de papaya es entre los 18 y 29 °C, y la temperatura mínima
para su crecimiento es de 9 °C. La germinación del hongo requiere de 97 % de humedad relativa, por
debajo de este valor es mínima la germinación.

Manejo
El manejo de esta enfermedad debe comprender desde que se planea el cultivo hasta su
comercialización, considerando los siguientes puntos:

Selección del sitio de cultivo. Es necesario que al momento de planear una plantación de este cultivo se
considere de preferencia un lugar con una precipitación que limite la proliferación de esta enfermedad.

Selección del cultivar. Es necesario conocer toda la gama de cultivares de papaya para poder
seleccionar aquella que posee mayor resistencia o tolerancia a la enfermedad, pero que también se
adapte a nuestras necesidades.

Limpieza del terreno. Antes de establecer la


plantación se debe retirar todo residuo orgánico
(malezas, frutos del cultivo anterior, hojas, restos de
ramas, entre otros) donde pueda sobrevivir el hongo.

Mejora del drenaje. Esta práctica se realiza previo a


la plantación mediante una nivelación, dejando una
ligera pendiente para evitar encharcamientos que
favorezcan el desarrollo del hongo.

Densidad de plantación. Una separación adecuada


de plantas evita incrementar los niveles de humedad
relativa en el follaje, además de que se favorece el
rápido secado en la superficie de los frutos cuando Figura 2. Cultivo de papaya sin hojas senescentes.
hay eventos de lluvia. Foto: TIERRA FERTIL.
Poda sanitaria. Es la eliminación de hojas senescentes o cloróticas en la planta, las cuales generalmente
son las inferiores. Con lo anterior no solo se previene una posible fuente de inoculo del hongo, también
se facilita la aplicación de fungicidas. Todos los residuos deben retirarse de la plantación para evadir
cualquier riesgo de infección por el hongo.

Fertilización balanceada. Es importante no tener excesos de nitrógeno que ocasionen desbalances en


los nutrientes, además de aplicar dosis adecuadas de potasio, calcio, manganeso, cobre, zinc, hierro y
boro que ayuden a la fruta a tener mayor rigidez y resistencia al ataque del hongo.

Cosecha. Al momento de cosechar se deben emplear herramientas, equipo y empaque previamente


desinfestados con productos como cloro o sales cuaternarias. Es necesario que las personas encargadas
de esta labor previamente desinfecten sus manos. El empaque empleado debe reducir daños por
golpes.

Uso de empaques. El uso de cajas, periódico o


papel encerado para envolver la fruta y/o
empaques especializados (redes de poliestireno)
evitan cualquier golpe o rozamiento entre las
frutas o contra el suelo al momento de cosechar
y/o empacar, lo que pudiese provocar algún
estrés o herida por donde pueda entrar el
hongo. Además se debe procurar exponer lo
menos posible el fruto al sol cuando este se
coseche, usando para ello mallas que reduzcan
Figura 3. Frutos de papaya envueltos en papel la radiación en los remolques de carga.
encerado y empacados en cajas.
Foto: Calixto, 2010. Lavado de la fruta. Cuando la fruta llega al
empaque debe lavarse con una solución clorada a una concentración de 100 ppm.

Aplicación de fungicidas. La fruta después de ser lavada es sumergida en una solución con fungicidas.
Algunos fungicidas empleados son los Tiabendazoles (No más de 2000 ppm de ingrediente activo), o
Procloraz (250 a 750 ppm de ingrediente activo), aunque de igual forma se han empleado otros
fungicidas como Clorotalonil, Azoxystrobin, Trifloxystrobin, entre otros, donde las dosis dependerán de
las concentraciones a las que se formulen dichos productos. Se debe tener una rotación de estos
fungicidas para no generar resistencia del hongo a los fungicidas. Es importante mencionar que la
aplicación de estos productos en precosecha ayuda a una menor incidencia del patógeno en
postcosecha (aplicaciones cada 2 o 4 semanas).
Tratamiento térmico. Consiste en un precalentamiento por 30 minutos a 42 °C, seguido por 20
minutos a 49 °C. El tiempo entre una y otra inmersión no debe sobrepasar los tres minutos. El fruto
tolera este tratamiento térmico que inactiva de manera efectiva las infecciones latentes.

Enfriado de la fruta. Si los frutos son enfriados inmediatamente después de ser cosechados a 13 °C, el
crecimiento del patógeno y los cambios en la maduración son lentos. Se debe evitar madurar a la fruta a
temperaturas de 15 a 17 °C, debido a que el hongo puede desarrollarse de manera considerable durante
el periodo que le tome a la fruta madurar a esas temperaturas.

Atmósferas controladas. La concentración más adecuada de gases es de 3 a 5 % de oxígeno y de 5 a 8 %


de dióxido de carbono a una temperatura de 10 a 13 °C y una humedad relativa de 90 a 95 %, esto
permite conservar a la fruta en buen estado de 3 a 5
semanas dependiendo del cultivar y del estado de
madurez al momento de cosechar.

Cadena de frio. Es importante que una vez se almacenen


las frutas a temperaturas de entre 12 a 14 °C no se den
saltos en las temperaturas, ya que se ocasionaría la
condensación del agua y el desarrollo del hongo.

Tratamiento orgánico. En lugar de los productos químicos


se han empleado productos orgánicos que contienen
extractos de cítricos, ácidos grasos de palma africana,
entre otros. También se pueden emplear ceras que Figura 3. Daños causados al fruto de
impidan el desarrollo del patógeno, las cuales además dan papaya por antracnosis.
a la fruta una mejor presentación visual. Foto: Maeda y Nelson, 2014.

Fuentes consultadas

Kader, A. A (Ed). 2011. Tecnología Postcosecha de Cultivos Hortofrutícolas. 3 ed. Universidad de California.
California, EE. UU. 535 p.
Arias V., C. J.; Toledo H., J. 2000. Manual de Manejo Postcosecha de Frutas Tropicales. FAO. 128 p.
Basulto S., F.; Díaz P., R.; Gutiérrez A., O; Santamaría F., J.; y Larqué S., Alfonso. 2011. Control de dos Especies de
Colletotrichum causantes de Antracnosis en Frutos de Papaya Maradol. Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas.
2(5): 631-643 p.
Vázquez G., E.; Mata V., H.; Ariza F., R.; Santamaría B., F. 2010. Producción y Manejo Postcosecha de Papaya
Maradol en la Planicie Huasteca. INIFAP. Tamaulipas, México. 155 p.
Jiménez D., J. A. 2002. Manual Práctico para el Cultivo de la Papaya Hawaiana. EARTH. Costa Rica. 108 p.
Maeda, C.; Nelson, S. 2014. Anthracnose of Papaya in Hawai‘i. University of Hawai’i. EE. UU. 6 p.

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