Francisco Maldonado de Silvav PDF
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El judaismo peninsular como creencia religiosa histórica ha estado sujeto a múltiples procesos de
transformación en su estructura ideológica Uno de estos procesos fueron los acontecimientos acaecidos
en 1391 con las conversiones forzadas de muchas de las comunidades judías en los reinos cristianos de
España y la consecuente aparición de la figura del converso como nuevo sujeto religioso Con el paso
del tiempo, la vocación de fe del converso comenzó a alternar entre una adherencia al mosaísmo de sus
antepasados y la adopción del cristianismo como nuevo dogma de fe El advenimiento de la Inquisición
española en 1478, implicó que la dicotomía religiosa del converso debía ser intervenida, siendo
calificada como delito de fe a la vez que práctica herética Para la segunda mitad del siglo XVI el
judaizar determinó un nuevo modo de ser religioso que se hizo manifiesto ante los tribunales del Santo
Oficio en la América hispánica. Fue para la primera mitad del siglo XVII que el Tribunal de la
Inquisición en Lima alcanzaría uno de sus mayores números en lo relacionado a procesos en contra de
judaizantes. El presente trabajo intenta realizar una aproximación a la constitución de la religiosidad
judaizante a partir del estudio de aigunos procesos ¡levados a cabo por el tribunal limense, haciendo
énfasis en el análisis del proceso de Francisco Maldonado de Silva (1627-1639) como modelo de
estudio representativo del fenómeno religioso judaizante
SUMMARY
The peninsular Judaism as historical religious belief has been subject to multiple processes of
transformation in its ideological structure One of these processes were the events happened in 1391
with the forced conversions o f many o f the Jewish communities in the Christian kingdoms o f Spain and
the consequent emergence of the figure o f converted as new religious subject. With the passage of time,
the vocation o f faith o f the converted began to alternate between adherence to Mosaism of their
ancestors and the adoption of Christianity as the new dogma o f faith The coming of the Spanish
Inquisition in 1478, implies that the religious dichotomy converted should be intervened, being named
as a crime of faith at the same time as heretical practice For the second half o f the sixteen century the
Judaizing decided a new way o f being religious that became known in the courts o f the Holy Office in
the Hispanic America. It was for the first half o f the seventeenth century the Court of the Inquisition in
Lima achieved one of its largest numbers in relation to trials against Judaizing. This thesis tries to make
an approximation to the constitution o f the Judaizing religiosity from the study o f some trials carried out
by the court limense. doing emphasize on analysis of the trial Francisco Maldonado de Silva (1627-
1639) as model o f representative studies of the religious phenomenon Judaizing
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
DEPARTAMENTO DE HISTORIA
Pontificia Universidad
JAVERIANA
------------ - Bogotá r------------
PRESENTADA POR
AGRADECIMIENTOS...........................................................................................................4
INTRODUCCIÓN................................................................................................................... 5
LA CRISIS DEL JUDAÍSMO HISPÁNICO ENTRE LOS SIGLOS XIV Y XV. ENTRE LA
ASIMILACIÓN Y EL RECHAZO....................................................................................34
CONCLUSIONES 132
BIBLIOGRAFÍA.. 137
AGRADECIMIENTOS
Ésta investigación no hubiese sido posible sin el apoyo y la ayuda de la profesora Juana
Marín Leoz, a ella mi sincero agradecimiento. Las continuas apreciaciones y correcciones
realizadas por Daniel Guillermo López Jiménez dieron forma y coherencia al lenguaje
utilizado en el presente trabajo, gracias por su tiempo y paciencia.
INTRODUCCIÓN
5
experiencia histórica del sujeto judaizante dentro de un marco de referencias religiosas y de
espiritualidad disímiles. Éste estudio plantea el desarrollo de una conciencia religiosa
judaizante como producto del desfase dialectico en la trayectoria histórica del judaismo
peninsular. Dicha experiencia religiosa se originó a partir del establecimiento de la
Inquisición, como mecanismo coercitivo del catolicismo peninsular, y su posterior
identificación de la práctica de fe heterodoxa de quien judaizaba.
1 Marcelino Menéndez y Pelayo, Historia de los heterodoxos españoles (Madrid: Homo Legens, 2007).
2 Américo Castro, España en su historia cristianos, moros y judíos (Madrid: Crítica, 2001).
3 Ronald E. Surtz, Jaime Ferrán y Daniel P. Testa, eds. Americo Castro: The Impact o f His Thought. Essays to
Mark the Centenary o f His Birth (Madison: The Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1988).
6
En la década de los 90 del siglo XX, podemos hablar de un aumento en los estudios sobre
los conversos. Desde 1991 Mirsky, Grossman y Kaplan4 rendirían un homenaje a los
estudios del historiador Haim Beinart.5 Más adelante, contamos con las valoraciones
globales y síntesis de Lewis,6 Leroy,7 Meyuhas Ginio,8 Valdeón Baruque9 y Benito Ruano,
en ellas se comenzaría a profundizar en los orígenes y el desarrollo de la comunidad judía
en la Edad Media.10123Sobre los conversos y la Inquisición tenemos el estudio realizado por
Kaplan, y más tarde las aportaciones realizadas por Benzion Netanyahu. La influencia
de la obra de Netanyahu en el estudio de la Inquisición española es reconocida y también
cuestionada. A todas estas obras, se sumarían los aportes del octavo volumen de la
4 Mirsky, Aharon, Avraham Grossman y Yosef Kaplan, eds. Exile and Diaspora. Studies in the History o f the
Jewish People Presented to Professor Haim Beinart (Jerusalem-Madrid: Ben-Zvi Institute-CSIC, 1991).
5 El historiador israelí Haim Beinart trabajó en la historia de los judíos españoles, siguiendo los pasos de su
maestro, Yitzhak Baer, pionero en los estudios sobre la España judía. Beinart llegó al Archivo Histórico
Nacional de España en 1951 con una beca de la Universidad Hebrea de Jerusalem Allí se centró en sus
investigaciones sobre los procesos inquisitoriales contra judaizantes entre 1483 y 1485 en el Tribunal del
Santo Oficio de Toledo y Ciudad Real, Los conversos ante el tribunal de la Inquisición (Barcelona:
Riopiedras, 1983). Los judíos en España (Madrid: Mapfre, 1992). Los conversos ante el tribunal de la
Inquisición. Ciudad Real, 1483-1485 (Barcelona: Riopiedras, 1993). «Order of the Expulsion from Spain:
Antecedents, Causes, and Textual Analysis». Ed. Benjamin R. Gampel. Crisis and Creativity in the Sephardic
World, 1391- 1648 (New York: Columbia University Press, 1997) 79-94. The Expulsion o f the Jews from
Spain (Oxford-Portland: The Littman Library of Jewish Civilization, 2002).
6 Bernard Lewis, Cultures in Conflict. Christians, Muslims and Jews in the Age o f Discovery (Oxford:
University Press, 1995).
7 Béatrice Leroy, L ’Espagne des Torquemada. Catholiques, juifs et convertis au XVe siècle (Paris:
Maisonneauve et Larose, 1995).
8 Alisa Meyuhas Ginio, Jews, Converts, and ‘New Christians ’in Spain (Tel Aviv: Misrad ha-bitahon, 1999).
9 Julio Valdeón Baruque, El chivo expiatorio: judíos, revueltas y vida cotidiana en la Edad Media
(Valladolid: Ámbito, 2000).
10 Eloy Benito Ruano, Los orígenes del problema converso (Madrid: Real Academia de la Historia, 2001).
11 Yosef Kaplan, «Haim Beinart and the Historiography of the Conversos in Spain.» Eds. Aharon Mirsky et
al. Exile and Diaspora. Studies in the History o f the Jewish People Presented to Professor Haim Beinart.
(Jerusalem-Madrid: Ben- Zvi Institute-CSIC, 1991) 11-16.
12 Benzion Netanyahu, The Origins o f the Inquisition in Fifteenth Century Spain (New York: Random House,
1995).
13 José Antonio Escudero López, «Netanyahu y los orígenes de la Inquisición española», Revista de la
Inquisición N° 7 (1998) 9-46 y Ángel Alcala Galve, «Principales innovaciones metodológicas y temáticas
sobre “Los orígenes de la Inquisición” en la obra de Benzion Netanyahu: algunos reparos.» Revista de la
Inquisición N° 7 (1998): 47-80. La principal diferencia de opinión entre Netanyahu y sus contrarios radica en
la insistencia del primero en que las razones sociales, económicas, políticas y racistas, eran mucho más
significativas que las preocupaciones religiosas de los Reyes Católicos, mientras que sus adversarios creen
que a éstos les movió efectivamente lo que percibían como amenazas heterodoxas y heréticas contra la
ortodoxia católica.
7
Revista de la Inquisición,14 cuya segunda parte estaba concentrada en el debate sobre las
nociones que se tenían del fenómeno converso entre el propio Netanyahu y algunos otros
estudiosos del Santo Oficio. Los estudios de Beinart y Benito Ruano sobre los conversos en
España me permitieron un acercamiento más coherente al surgimiento y evolución religiosa
de esta comunidad. Las valoraciones de Netanyahu sobre los orígenes de la Inquisición
española me dieron una visión de conjunto con relación al surgimiento del Santo Oficio y la
vinculación de éste hecho con el fenómeno judaizante.
Existen diversas obras de divulgación realmente útiles para una aproximación inicial al
problema judeoconverso, como las de Pulido Serrano,15 Martínez Gómez y Martínez
Sánchez, éstas hablan sobre los orígenes y desarrollo del problema converso aunando a su
estudio los diferentes campos de acción en los cuales se figuraron los cristianos nuevos.16
En un inicio, el concepto de converso sería utilizado por los anteriores autores para
designar, de forma general, todos los fenómenos históricos, literarios y artísticos que habían
estado relacionados con los judíos convertidos al cristianismo, tanto de forma obligatoria, o
más o menos forzada, como voluntaria.1718 En muchos casos, la ausencia de una
diferenciación clara entre el convertido sincero y el converso por conveniencia, en el
contexto hispánico de los siglos XIV y XV, lo convertiría en un sujeto prácticamente
idéntico. Otros estudios, como el de Francisco Márquez Villanueva, intentarían establecer
las distinciones teóricas entre converso y criptojudío, o converso y judaizante, hallando una
diferenciación entre el converso sincero y aquel que aún sostenía un vínculo con su pasado
judío. Posteriormente, en la historiografía española se haría uso del término marrano,
8
cuya trayectoria en la historia analizan Díaz-Mas, 19 Netanyahu, 20 Wachtel 21 y Salomón. 22
En este ámbito también surgieron algunas investigaciones que apuntaban a determinar la
viabilidad de uso, en términos étnicos, del concepto de converso. Resultan interesantes los
sugerentes trabajos de Faur en la indagación de lo que se podría denominar como la
tipología, o las tipologías, del ser converso. En este estudio, y a la luz de diferentes
procesos en contra de conversos a finales del siglo XIV en Castilla, el profesor Faur logra
evidenciar la existencia de distintas clases de conversos según el desarrollo individual de su
religiosidad. El uso de los estudios como los de Márquez Villanueva y Faur se hizo
imprescindible para la delimitación de conceptos como converso y judaizante. El análisis
de Wachtel sobre Maldonado representó una visión inicial de su figura religiosa al igual
que una introducción para conocer sus postulados teológicos.
19 Paloma Díaz Mas, «Judíos, conversos, marranos: la historia de una verdad a medias» Occidente y el otro:
Una historia de miedo y rechazo (Vitoria: Ayuntamiento, 1996) 71-80.
20 Benzión Netanyahu, «The Old-New controversy about Spanish Marranism» Eds. Carlos Carrete Parrondo,
Marcelo Dascal, Francisco Márquez Villanueva y Ángel Sáenz- Badillos. Coord. Aviva Doron. Encuentros &
Desencuentros. Spanish-Jewish Cultural Interaction Throughout History (Tel Aviv: University Publishing
Projects, 2000), 545-578.
21 Nathan Wachtel, La fe del recuerdo. Laberintos marranos (Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica,
2006).
22 Herman P. Salomon, «Spanish Marranism re-examined» Sefarad Vol. 67, N° 1 (2007): 111-154.
23 Thomas F. Glick «On Converso and Marrano Ethnicity» Ed. Benjamin R. Gampel. Crisis and Creativity in
the Sephardic World, 1391-1648 (New York: Columbia University Press, 1997) 59-76.
24 José, Faur, «Four Classes of Conversos: A Typological Study». Revue des etudes juives 149 (1990): 113
124. In the Shadow o f History: Jews and Conversos at the Dawn o f Modernity (Albany: State of New York
University Press, 1992).
25 Asunción Blasco Martínez, «Identidad de los judíos hispanos». Año mil, Año dos mil. Dos milenios en la
historia de España (Madrid: Sociedad Estatal España Nuevo Milenio, 2001), 205-225.
26 Eloy Benito Ruano. De la alteridad en la historia (Madrid: Real Academia de la Historia, 1988).
27 Moshe Orfali, «El judeoconverso hispano: historia de una mentalidad». Ed. Carlos Barros. Xudeus e
Conversos na Historia. I.-Mentalidades e Cultura (Santiago de Compostela: Editorial de la Historia, 1994),
117-34.
9
ambivalencia religiosa en distintos procesos inquisitoriales por el delito de judaizar. 28 La
investigación de Meyuhas Ginio29 pondría de manifiesto la apreciación de las imágenes
conversas desde la óptica de sus propios protagonistas, mientras que Parelló situaría el
ejemplo de algunas familias manchegas, analizando la compleja red sociológica de las
expresiones conversas. La visión de Orfali y Meyuhas sobre la mentalidad e identidad
conversas resultó significativamente útil. Sus ideas sobre la multiplicidad del ideario
converso, determinaron la concepción religiosa del judaizar como proceso de razonamiento
esencial y figuración representativa del judaizante.
Para los estudios sobre criptojudaísmo tenemos la investigación que Márquez Villanueva,
que entiende por criptojudío aquel sujeto que ocultaba su religiosidad, quién era
perseguido, muchas veces imaginado y objeto de intervención por parte del sistema
inquisitorial. Otros trabajos abarcan el criptojudaísmo como un elemento constitutivo del
discurso de represión perteneciente a la autoridad religiosa de la Inquisición, como lo
destaca la parte inicial del estudio de Homza. Otras valoraciones respecto del
criptojudaísmo, son las de Alpert, Gitlitz, y Jacobs. Los estudios de Simms afirman
que el criptojudaísmo del siglo XV sería primordial para el desarrollo de un eventual
marranismo como expresión religiosa singular entre los conversos. Los aportes de Gitlitz289301456
28 Miriam Bodian, «”Men of the Nation”: The Shaping of Converso Identity in Early Modem Europe». Past
and Present, N° 143 (1994): 48-76.
29Alisa Meyuhas Ginio, «Self-Perception and Images of the Judeoconversos in Fifteenth-Century Spain and
Portugal» Tel Aviver Jahrbuch für Deutsche Geschichte, N° 22 (1993): 127-152.
30 Parelló, Vincent, «Sociología conversa en los siglos XV y XVI: la dinámica de las familias manchegas»
Sefarad, Vol. 59, N° 2 (1999), 391-418.
31 Francisco Márquez Villanueva, «’’Nasser e morir como bestias” (Criptojudaísmo y averroísmo)». Ed.
Fernando Díaz Esteban. Los judaizantes en Europa y la literatura castellana del Siglo de Oro (Madrid:
Letrúmero, 1994) 273-293.
32 Lu Ann Homza, Religious Authority in the Spanish Renaissance (Baltimore: Johns Hopkins University
Press, 2000).
33 Michael Alpert Crypto-Judaism and the Spanish Inquisition. (Basingtoke-Hampshire New York: Palgrave,
2001).
34 David M. Gitlitz, Secrecy and Deceit: The Religion o f the Crypto-Jews (Philadelphia: Jewish Publication
Society of America, 1996).
35 Jacobs, Janet Liedman, Hidden Heritage: the Legacy o f the Crypto-Jews (Berkeley: University of
California Press, 2002).
36 Norman Toby Simms, Masks in the Mirror: Marranism in Jewish Experience (New York: Peter Lang,
2006).
10
sobre el ocultamiento como dinámica religiosa fueron muy ejemplarizantes al momento de
dilucidar el autodidactismo de Maldonado como práctica religiosa individual.
Desde las primeras valoraciones realizadas por Américo Castro se llegaría a observar que
uno de los aspectos más ambiguos a la hora del análisis de lo converso se encontraría en
una definición de su religiosidad, la cual, y en muchos casos, implicaba un debate sobre el
parecer religioso de los cristianos nuevos, o de los repudiados anusim, término con el cual
eran identificados por sus antiguos hermanos de fe. La religiosidad de los conversos se
convertiría en un tema de gran interés, como lo demuestran los estudios de García Casar, 38
Portnoy37839 y Rosenstock.40 Los estudios de Revah expondrían la transición histórica del
imaginario religioso converso a una “religión marrana”.41 Otros estudios discurrirían sobre
la instrucción religiosa que, desde el cristianismo, se pretendió ofrecer a los conversos
gracias a las investigaciones de García-Jalón de la Lama,42 Baloup43 y Rábade Obradó.44
Son significativas las apreciaciones de Contreras Contreras45 sobre la incidencia de la
institución familiar como elemento de cohesión en la espiritualidad conversa. Los aportes
37 En general, la denominación de origen hebreo anusim se aplica a los judíos que adoptaron otra religión bajo
coacción. En particular, este término se aplica a todos aquellos judíos que fueron forzados a convertirse entre
1391 y 1492. Su estatus a la luz de la normativa judía de la época los situaba como judíos en toda su
expresión, no teniendo validez el acto de coacción religiosa. Elijah Mizrahi (1455-1525) un reconocido
talmudista de la época, declaraba en su Responsa Mayim Amukim que: «Todos aquellos que son considerados
como anusim (...) incluso tras muchas generaciones (...) serán considerados como judíos.»
38 María Fuencisla García Casar, «Judeoconversos castellanos o el “desvivirse” de una espiritualidad.» La
Ciudad de Dios, N° 206 (1993): 873-887.
39 Susana Mabel Likerman de Portnoy, «Cambios de conductas de las personas en los grupos familiares
hispano-judíos ante la conversión y la instalación de la Inquisición». Sefárdica, N° 12 (2001): 65- 74.
40 Bruce Rosenstock, New Men: Conversos, Christian Theology, and Society in Fifteenth-Century (Castile.
London: Department of Hispanic Studies Queen Mary and Westfield College, 2002).
41 Israel Salvatore Revah, «Les marranes» y «L’hérésie marrane dans l’Europe catholique du 15e au 18e
siècle», en Des marranes à Spinoza (Paris: Libraire Philosophique, 1995) 13-61, 63-75. Spinoza et le docteur
Juan de Prado (París-La Haya, Mouton & Co., 1959).
42 Santiago García-Jalón de la Lama, «Un apunte sobre la religiosidad en Castilla a finales del siglo XV»
Helmantica: Revista de filología clásica y hebrea, N° 43 (1992): 221-234.
43 Baloup, Daniel. «Juifs et convertis dans les sources de la pastorale chrétienne.» Eds. Flocel Sabaté Curull y
Claude Denjean. Chrétiens et Juifs au Moyen Age: sources pour la recherche d ’une relation permanente,
(Lleida: Editorial Milenio, 2006), 61-72.
44 María Pilar Rábade Obradó, «Religiosidad y práctica religiosa entre los conversos castellanos (1483-1507)
» Boletín de la Real Academia de la Historia CXCIV.1 (1997): 83-141. «Práctica religiosa y conflicto en la
Castilla del siglo XV: los judeoconversos.» Ed. Daniel Balopu. L ’ensignement religieux dans la Couronne de
Castille: incidences spirituelles et sociales (XIIe-XVe siècles). (Madrid: Casa de Velâzquez, 2003) 73-85.
45 Jaime Contreras Contreras, «Family and Patronage: The Judeo-Converso Minority in Spain.» Eds. Mary
Elizabeth Perry y Anne J. Cruz. Cultural Encounters. The Impact o f the Inquisition in Spain and the New
World. (Berkeley: University of California Press, 1991) 127-42.
11
de Revah y Rosenstock sobre la “religión de los marranos” o la “religión de los conversos”
me permitieron contemplar un nuevo ámbito de estudio sobre la práctica religiosa
judaizante en Lima como una noción que no se relacionaba unilateralmente con un dogma
de fe establecido (judaísmo normativo), sino con un dominio de acción individual,
constituido por diversas funciones religiosas.
Por tanto, si bien gran parte de los anteriores estudios han tratado la temática judaizante y
su relación con la práctica religiosa judía, desde el surgimiento del llamado problema
converso en la Península hasta los procesos inquisitoriales por el delito de judaizar en la
América hispánica, sus apreciaciones han considerado al judaísmo como una creencia
perdurable, sin variaciones significativas en sus estructuras religiosas. En consecuencia,
muchas de las valoraciones históricas mencionadas han estudiado al judaísmo, y su
existencia en Hispanoamérica, como un concepto religioso dependiente de una estructura
significativa estable y unívoca, un conocimiento histórico sin cambios significativos en su
sentido religioso. De este modo, se requiere precisar la discontinuidad del judaísmo
peninsular a partir de la mirada de la religiosidad judaizante como quiebre significativo del
sistema de creencias del judaismo como religión histórica.
46 Archivo Histórico Domingo Angulo, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Sección Inquisición,
Edicto de Fe publicado en la Ciudad de los Reyes, (1625).
12
García de Proodian. 47 Para precisar la vida y religiosidad judaizante de Maldonado me
remitiré al apéndice documental recopilado por el historiador chileno Gunther Bohm
incluido en su estudio sobre los judíos y judeoconversos en Chile colonial durante los
siglos XVI y XVII. Con estos documentos se busca dilucidar el contenido religioso en el
lenguaje de los juadaizantes limenses, poniendo el acento en la dinámica dialéctica de
Maldonado y su relación con el proceso inquisitorial, al igual que su correspondencia
intertextual e interdiscursiva con otras fuentes accesorias. Esta investigación sigue la línea
de aquellos estudios que, lejos de concentrar su atención en la organización estructural del
judaismo hispánico, atienden a las distintas dinámicas socio-religiosas presentes en lo
cambiante y lo contingente de la religiosidad judaizante. Se aleja por lo tanto de la visión
estática de la sociedad judía, en relación con la historiografía tradicional sobre los
judaizantes en el Perú, de la apreciación generalizada de que éstos conformaron una visión
religiosa concordante con un judaismo normativo y lineal.
47 Lucia García Proodian, Los judíos en América. Sus actividades en los virreinatos de Nueva Castilla Y
Nueva Granada. S. XVII (Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1966).
48 Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile, Volumen 1, Periodo Colonial, Judíos y Judeoconversos en
Chile Colonial durante los siglos XVI y XVII, El Bachiller Francisco Maldonado de Silva 1592-1639,
Apéndice documental (Chile: Andrés Bello, 1984).
13
El análisis discursivo como modelo metodológico para el estudio de las dinámicas socio-
religiosas se enfatizó en la formación, contenido e implicaciones que tienen para el sujeto
religioso las distintas formas discursivas que cultivó a lo largo de su vida. El análisis de los
vínculos significativos entre el discurso inquisitorial y el discurso judaizante, permitió
reconstruir, de modo aproximado, y gracias a la información suministrada por los
documentos del Santo Oficio, la lógica significativa de los individuos analizados. Como
consecuencia, se lograría objetivar las relaciones discursivas que se sucedieron entre las
expresiones religiosas del judaizante y la intermediación retórica operada por los
funcionarios del Tribunal limense. La naturaleza, el contenido y el valor de esas
expresiones variaron en función de la posición del individuo respecto de las tradiciones
heredadas y su interpretación de la ley de Moisés, logrando alcanzar un nivel dialéctico
mayor como lo fue el caso de Maldonado. A partir de este análisis se logró conocer no sólo
las expresiones básicas de la fe judaizante, sino también aquellas singularidades religiosas,
posiblemente menos frecuentes, pero que nunca se perdieron, como se evidenciará en la
exposición de la constitución judaizante de Maldonado.
14
religiosas pertenecientes a un dogma de fe común.50 Emitir una definición clara y concisa
sobre el concepto de judaísmo es una labor compleja. El judaísmo no puede ser entendido
como una religión pura y simple que se soporta en un contexto confesional uniforme. La
trayectoria histórica del judaísmo posee una existencia de treinta y cinco siglos, esta ha
estado inmersa en las sociedades que se han desarrollado a lo largo del tiempo,
transformando su forma y carácter.
15
tradición religiosa de las comunidades judías hispanas entre los siglos XII y XIV, el quiebre
religioso propiciado por la aparición del converso como nuevo paradigma de fe a finales
del siglo XIV y la expulsión de los judíos de España a finales del siglo XV; con la
consolidación del fenómeno judaizante en los tribunales peninsulares y del Nuevo Mundo
en el siglo XVI.
Así, en la mentalidad de los reinos españoles, el ser judío fue identificado en un comienzo
como aquel que profesaba la ley de Moisés y no la de Mahoma o la de Cristo, no teniendo
en ningún sentido una connotación étnica o racial. En esta época se consolida el judaísmo
normativo a través de la afirmación del texto talmúdico y del compendio del mismo en
obras como el Misneh Torá (1180) de Maimonides o el Shuljan Aruj (1557) de Yosef Caro.
Ambos textos establecían lineamientos normativos que determinaban la cotidianidad
religiosa del judío observante, transformado el ámbito doméstico en un espacio donde
convergía de manera sistemática el conocimiento de los preceptos emanados por la Torá y
su práctica a través de la liturgia y el acto de devoción diarios. En este sentido, cada judío
constituía su religiosidad en términos de la dedicación a las normas religiosas, siendo la
santificación de cada acto el ejercicio de objetivación del dogma de fe judaico, a la vez que
la práctica religiosa del mismo como modo de ser que propiciaba una relación con la
divinidad.
En la España posterior a las revueltas del año 1391, muchos de los recién convertidos
públicamente retornarían a su fe ancestral, en la mayoría de los casos sus descendientes
serían acusados por la Inquisición de ser judaizantes. A finales del siglo XV se consolida la
figura del judaizante como aquel que ocultamente seguía la fe de sus ancestros, intentando
evadir el ojo vigilante de los tribunales inquisitoriales, convirtiendo su práctica religiosa en
una disidencia respecto de su parecer cristiano. A partir de la expulsión de los judíos de
España, la figura del judaizante experimentaría una paulatina desconexión de las fuentes
del judaísmo normativo. Como consecuencia de ello, el judaizante asumiría una nueva
identidad religiosa, mezcla de saberes y prácticas religiosas indeterminadas que lo situarían53
16
en el umbral de la pervivencia de una tradición heredada a través de perpetuación de su
memoria religiosa.54
Así pues, identificamos la experiencia judaizante en la América colonial como una mirada
autónoma respecto del judaísmo peninsular. Esta religiosidad fue entendida como una
perspectiva singular, integrada por un conjunto de mediaciones religiosas que se definieron
en espacios tanto prácticos como rituales, pertenecientes a un grupo de creyentes o, en
nuestro caso particular, a un individuo. Entendemos entonces que la religiosidad judaizante
fue un ejercicio confesional que integró las acciones ideológicas y prácticas que se
inscribieron en una modalidad de judaísmo particular fundamentado en idearios,
experiencias, manifestaciones, y representaciones religiosas presentes en el discurso del
texto inquisitorial.
54 Joseph Pérez, Historia de una tragedia: la expulsión de los judíos de España (Barcelona: Crítica, 1993).
55 Nathan Wachtel, La fe del recuerdo. Laberintos marranos.
56 Seymour B. Liebman, Réquiem por los olvidados: Los judíos españoles en América 1493-1825 (Madrid:
Altalena, 1984) 103-105.
17
religiosa judaizante, memoria e identidad; como antesala para la exposición del fenómeno
religioso judaizante.
La religión, entendida como una ideología, viene a representar una visión del mundo de la
cual se deriva un conocimiento y un discurso particular. El ejercicio religioso viene a
evidenciarse a través de la práctica de una ideología, entendida como su modo de
experiencia ya sea individual o colectiva.57859 La ideología religiosa no es un conjunto inerte
de ideas sobre lo sagrado sin un sentido ni un orden, la ideología religiosa provee de una
identidad particular al individuo en tanto que sujeto social, al igual que lo reviste de una
forma de comportamiento; ambos elementos vienen a definir y diferenciar al sujeto de los
57 Gerhard Lenski, El factor religioso. Una encuesta sociológica (Barcelona: Labor , 1967), 316.
58 Lluis Duch, Antropología de la religión (Barcelona: Herder, 2001), 105.
59 Louis Althusser, Ideología y aparatos ideológicos de estado (México: Progreso, 1990), 61.
18
demás miembros de la sociedad.60 De esta manera, todo sujeto social que asimila una
determinada ideología religiosa, en nuestro caso particular, la ideología religiosa
judaizante, se encuentra conformado como un ser religioso cuya identidad partirá de una
pertenencia a ciertas creencias ligadas a la observancia y la práctica de un judaísmo
indeterminado.
60 Marta Harnecker, Los conceptos elementales del materialismo histórico (México: Siglo Veintiuno, 2005),
102-110.
61 Maurice Halbwachs, La memoria colectiva, (España: Prensas Universitarias de Zaragoza, 2004), 17-22.
62 Maurice Halbwachs, La memoria c o le c tiv a .53-84.
63 Maurice Halbwachs, La memoria colectiva... ,131-162.
64 Maurice Halbwachs, La memoria colectiva...,25-26
19
son producidas por el medio social en el cual reside. De esta manera, el ejercicio de
rememoración del individuo transcurre entre una memoria interna como apropiación y
transformación personal de los recuerdos y una memoria social como expresión de
cohesión con los recuerdos que lo vinculan a una comunidad particular.65
Ahora bien, todo ser humano posee la facultad de la memoria y esta hace que el individuo
construya su propia identidad. El antropólogo francés Joel Candau, en su libro Memoria e
identidad, expresa que “la memoria es el operador de la construcción de la identidad del
sujeto”.66 En este sentido, comprendemos que existe una correspondencia mutua entre
memoria e identidad como factores que constituyen la singularidad social de un individuo y
de una colectividad.
En su investigación sobre la memoria, Joel Candau habla sobre lo que denomina como la
metamemoria; la cual entiende como una representación que el individuo hace de su propia
memoria y la integración de lo que él dice sobre la misma.67 En cuanto a la memoria
colectiva, Candau afirma que esta no puede ser concebida como una facultad, ya que la
única facultad de memoria que puede llegar a ser conceptuada es la individual. Al respecto
continúa: “La memoria colectiva es una forma de metamemoria, es decir, un enunciado que
los miembros de una colectividad producen acerca de una memoria aparentemente común a
todos los miembros de ese grupo”.68 De esta manera Candau precisa que la memoria
colectiva es:
Al ser conceptuada la memoria, esta adquiere una singularidad que requiere ser transmitida
para que conciba un significado y una identidad particulares. La transmisión de la memoria
20
ha llegado a ser una de las inquietudes centrales del ser humano “desde el origen, ella
determinará la voluntad de ‘dejar huellas’ que corroboren una apropiación colectiva de los
signos transmitidos”. La transmisión no es únicamente la manifestación de un recuerdo de
un individuo a otro, es la recepción del mensaje de ese recuerdo. La recepción es uno de los
segmentos más importantes dentro del conjunto de la transmisión, ya que “el contenido y
los modos de recepción determinarán el efecto de la transmisión, que podrá desplazarse de
la continuidad pura y simple (...) hasta la ruptura, pasando (...) por la invención”. La
actividad transmisora hace validar la eficacia o no del recuerdo. La recepción está sujeta a
quienes emiten el recuerdo, si son individuos autorizados para transmitirlo. La religiosidad
judaizante se valió de la memoria y la transmisión de la misma como elemento de
perpetuación a la vez que sustento para la conformación de una identidad religiosa. La
existencia del judaizante poseía un vínculo formal con sus antepasados a través de la
continuación de su legado religioso y lo que éste representaba como símbolo de identidad.
En muchos casos la conformación de una ideología y una memoria religiosa entre los
judaizantes, representó una disyuntiva identitaria entre lo judío y lo cristiano. Esta
separación, insuficiente para definir muchas de las experiencias religiosas del judaísmo en
la América colonial, realza la encrucijada significativa sobre qué integra en definitiva al
sujeto religioso judaizante y si existe una uniformidad en sus prácticas religiosas. Es por
ello que no me atreveré a determinar un concepto definitivo respecto de la ideología
religiosa judaizante y su transmisión a través de la memoria, cosa por demás improcedente
si se pretende realizar una aproximación a dicho fenómeno religioso. A cambio de ello,
propongo la descripción general de la trayectoria histórica del judaísmo peninsular como
antecedente histórico necesario para comprender el desarrollo de la práctica religiosa
judaizante y su inserción en el contexto colonial de Lima en la primera mitad del siglo
XVII.
21
figura religiosa de Maldonado y de su dialéctica como modelo de fe que difirió de la
práctica tradicional del judaísmo peninsular. Para el análisis de dicha religiosidad tomaré
dos vías: La primera, se orientará a determinar la significación y la forma históricas en las
cuales se conformó el problema converso y la posterior aparición del fenómeno judaizante.
En ella intentaré precisar las características esenciales y las formas comunes de la religión
judía, soportando mi análisis en un recorrido descriptivo y analítico del judaísmo en los
reinos cristianos de España desde el siglo IV hasta el siglo XV. La segunda hará énfasis en
la experiencia judaizante en la América hispánica, a partir de la conceptualización de sus
prácticas religiosas ante el Tribunal limense. Bajo esta perspectiva, intentaré desentrañar la
particular mezcla de elementos judíos y cristianos que argumentaron y articularon la
religiosidad judaizante de Maldonado como vivencia religiosa singular.
22
sobre las prácticas religiosas más representativas entre los judaizantes limenses a la luz de
causas inquisitoriales.
23
CAPÍTULO 1. LOS JUDÍOS EN LA PENÍNSULA IBÉRICA SIGLOS V - XV
Comenzaremos por decir que la antigüedad de la presencia judía en España ha sido un tema
tratado desde un comienzo por aquellos que han creído hallar una referencia de ella en el
texto bíblico. Encontramos las crónicas de los monarcas hebreos del siglo X a.e.c al
72 Entendemos que la perspectiva de la Antropología Cultural respecto del «Otro» cultural no responde al
estudio de un hecho empírico real, entendiendo que éste es un objeto que se construye a partir de las distintas
significaciones discursivas que lo han dominado en cada uno de los momentos históricos que ha atravesado.
En éste sentido, la «otredad judía», viene a ser las expresión de las distintas imágenes o modelos de lo «Otro»
religioso, y cómo éste ha sido condicionado por el contexto histórico y social en el cual se ha desarrollado. De
esta manera, el modo como se concibió el judaísmo hispano entre los siglos IV y XIV representa una ruptura
significativa respecto de otros momentos históricos del judaísmo y sus posteriores expresiones dentro del
ámbito de la religiosidad judaizante en la América colonial. Un estudio general sobre cómo se ha historiado a
los judíos en España lo encontramos en Jaime Contreras Contreras, «Historiar a los judíos de España: un
asunto de pueblo, nación y etnia» en Disidencias y Exilios en la España Moderna, Antonio Mestre Sanchís y
Enrique Giménez López (coord.), (Alicante: Universidad de Alicante, 1997), 117-144. La primera parte del
estudio de Andrés Claro titulado La Inquisición y la Cábala. Un capítulo de la diferencia entre ontología y
exilio, (Santiago de Chile: Universidad ARCIS, 1996), sugiere un acercamiento al desarrollo de la otredad
judía a partir de un estudio de la Cábala y su desarrollo en la Edad Media y comienzos de la Edad Moderna.
73 Se ha relacionado las naves de Tarsis [¿Sur de España?] mencionadas en el texto bíblico de 1 Reyes 20:22
con los llamados Tartessos. El texto dice: «El monarca [Salomón] tenía en el mar la flota de Tarsis con la
24
75
igual que las referencias del profeta Abdías en el siglo IX a.e.c . Así mismo, en el siglo I
d.e.c, y con la llegada del cristianismo, se nos plantea una posible visita a Hispania por
parte del apóstol San Pablo.74576789En éste sentido, los textos nos hablan que para la época ya
existían comunidades israelitas instituidas en la Península, dotadas de sinagogas a través de
las cuales el proselitismo cristiano se extendería a los círculos judíos existentes. 77
Para el siglo IV d.e.c, y con la consolidación del cristianismo como religión oficial del
Imperio romano, nos encontramos con el primer testimonio documental de la presencia
judía en España, los textos relativos al Concilio de Elvira (300-306). Para esta época la
creencia en el cristianismo se encontraba arraigada y extendida a lo largo del territorio
imperial. La reunión de eclesiásticos de la Iglesia católica en Elvira logró evidenciar la
preocupación que sentían muchos prelados respecto a la fortaleza y la capacidad ideológica
del judaísmo hispánico como una creencia que podría socavar los cimientos de la
recientemente elaborada ortodoxia cristiana. Los textos del Concilio de Elvira
condenarían el ejercicio de un cristianismo alejado de la normativa establecida por parte de
la autoridad religiosa católica, condenando consigo a un judaísmo que comenzaba a
flota de Jiram (rey de Tiro); una vez cada tres años llegaba la flota de Tarsis cargada de oro, plata, marfil,
monos y pavos reales».
74 En adelante a.e.c se entiende como antes de la era común.
75 El texto de Abdías 1:20 dice: «Los desterrados de Jerusalén que están en Sefarad ocuparán las ciudades del
sur», de aquí que los hebreos identifican con el nombre de Sefarad a la Península Ibérica.
76 Textos como la Primera Carta de Clemente, una de las fuentes más antiguas del cristianismo primitivo,
hablan sobre un viaje de Pablo al límite de occidente, es decir, a Hispania. Otras fuentes de los siglos I y II
d.e.c., como la segunda carta de Timoteo, las Actas de Pedro y el Canon de Muratorio, sugieren una visita del
apóstol a la Península Ibérica indicándonos una posible presencia de una comunidad judía ya establecida.
Ortega i Calaf, Pau y Pere Pinyol i Casado, Catharland. La Biblia en la fundación de los países catalanes
(Cataluña: ONG PROVALORES, 2015), 13.
77 Para un estudio sobre las tradiciones de la comunidad judía en la España Antigua véase Haim Beinart, Los
judíos en España, (Madrid: MAPFRE, 1992), 11-14.
78 El documento del Concilio es el más antiguo testimonio de una reunión de obispos del cual se hallan
conservado sus actas a la vez que constituye el primer referente documental de la presencia judía en España.
Carlos del Valle Rodríguez, «El Concilio de Elvira» en La Controversia judeocristiana en España(desde los
orígenes hasta el siglo XIII) : homenaje a Domingo Muñoz León, ed. Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, CSIC, Instituto de Lenguas y Culturas del Mediterráneo y Oriente Próximo -ILC (España: CSIC
- ILC, 1998), 13-20.
79 Ramón Teja, «“Exterae gentes”: relaciones con paganos, judíos y herejes en los cánones de Elvira», en El
Concilio de Elvira y su tiempo, Manuel Sotomayor Muro (aut.), José Fernández Ubiña (aut.), (España:
Universidad de Granada, 2005), 197-228.
25
permear los cimientos doctrinales de la Iglesia. Lo anterior llevó a las autoridades religiosas
a prohibir el contacto entre cristianos y judíos en diversos ámbitos de la vida cotidiana. 80
Tras la caída del Imperio romano de Occidente en el año 476, la sociedad peninsular se vio
afectada por el vacío de poder que atrajo consigo las luchas por el control del territorio y la
supremacía del cristianismo como religión dominante. Se comenzaría a perseguir la
expresiones de fe heterodoxas como las de Arrio, que fueron sancionadas en el Concilio
de Nicea (325) poco tiempo después de la conversión del emperador Constantino. A pesar
de ello, el arrianismo imperaría como la religión de la Hispania visigoda hasta finales del
siglo VI.
En éste reino, la normatividad antijudía llegó a ser menos estricta que en las otras regiones
donde el cristianismo se había impuesto ya que el judío aún ostentaba su condición civil
como romano lo cual le permitió seguir ejerciendo su religión. Con la conversión de
Recaredo al catolicismo en el III Concilio de Toledo (589), el nivel de vida de la80123
80 Diferentes cánones del concilio hacen alusión a restricciones en las relaciones de cristianos con judíos y sus
prácticas religiosas. Como ejemplos de ello tenemos el canon 16: «Que las doncellas fieles no se casen con
infieles. A los herejes que no quisieren volver a la Iglesia católica no se les dará por mujeres vírgenes
cristianas. El motivo para negar el consorcio con judíos y con herejes es porque no puede haber sociedad entre
un infiel y un fiel. Si los padres violasen esta prohibición, se abstendrán de la comunión por cinco años». El
canon 40 «Acerca de los cristianos que comen con los judíos. Si algún clérigo o cristiano tomase sus manjares
con judíos, decidimos se abstengan de la comunión a fin de que se enmiende». El canon 49 «Que los judíos
no bendigan los frutos de los cristianos: Amonéstese a aquellos que cultivan las tierras, no permitan que sus
frutos, recibidos de Dios como acción de gracias, sean bendecidos por los judíos, para que no aparezca vana y
burlada nuestra bendición. Si alguno después de esta prohibición continuare haciéndolo, sea totalmente
excluido de la Iglesia». Estas fueron algunas de las primeras disposiciones antijudías escritas en la Península
Ibérica las cuales harán parte de legislaciones posteriores. José Vives, Concilios visigóticos e
hispanorromanos, (Barcelona: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1963) 44.
81 Arrio afirmaba que Jesucristo no era Divino, sino alguien que había sido creado por Dios en su designio
divino. Al ser creado por Dios, existió un tiempo en el que no existía, concluyéndose de ello que el Verbo no
era eterno, o sea no era Divino. Al poco tiempo de la difusión de estas ideas, Arrio consiguió formar un grupo
de seguidores en Alejandría. Agustín López Kindler, «Constantino y el arrianismo», Anuario de historia de la
Iglesia, N°. 22, (2013) 37-64
82 En el siglo V los visigodos se establecieron en la Península Ibérica. Fue a partir de éste momento donde se
dio inicio a un período aproximado de dos siglos en donde la sociedad visigoda (de origen germánico) se
integró con la población hispano-romana. En éste periodo se sucedió la adaptación de los locales, entre ellos
los judíos, a las leyes y costumbres de los visigodos al igual que a su religión, el arrianismo, creencia que
perduraría hasta el siglo VI. Los visigodos llegaron a establecer su gobierno en Toledo, ciudad desde donde
ejercieron su dominio y la administración del territorio hispánico. Pablo C. Díaz Martínez, Clelia Martínez
Maza y Francisco Javier Sanz Huesma, Hispania tardo antigua y visigoda, (Madrid: ISTMO, 2007), 104-158.
83 Jorge Sánchez Lafuente Pérez y José Luis Avello Álvarez, El mundo judío en la Península Ibérica.
Sociedad y economía (Madrid; Aldebarán, 2012) 5-17.
26
comunidad judía en la Península daría un giro inesperado. Recaredo dio inicio a un
gobierno con una postura civil y religiosa hostil hacia los judíos. Éste reinado buscó la
unidad confesional a expensas del rechazo a otros credos. Para ello se valió de una
legislación conciliar que hizo acopio de una serie de disposiciones antijudías que
radicalizaron la postura de la Iglesia cristiana en contra de los hebreos hispanos. 84
Las conversiones forzosas bajo el reinado de Sisebuto, en el año 616, fueron el punto de
partida definitivo de una política de intolerancia religiosa que dispuso el bautismo general
de la población judía o la salida de la misma del territorio con la retención de sus bienes. 85
Es aquí donde la idea de la conversión forzada encontró simpatía en los sectores más
sectarios de la Iglesia. Los líderes religiosos del catolicismo visigótico eran seguidores de la
conversión de los judíos, algunos con matices diferentes como es el caso de Isidoro de
Sevilla, quien adoptó una postura más moderada; planteando que se hacía necesario un
proceso de conversión de los judíos mediante el convencimiento.8458687
84 Luis García Iglesias, Los judíos en la España Antigua, (Madrid: Cristiandad, 1978), 103-106.
85 Luis García Iglesias, «Motivaciones de la política antijudía del reino visigodo en el s. VII», Memorias de
historia antigua, N° 1, (España: Universidad de Oviedo,1977), 257-264
86 Será Isidoro quien lidere el IV Concilio de Toledo (633) en cuyos cánones leemos: «Acerca de los judíos
(...) que en adelante nadie les fuerce a creer», el canon aconseja: «Por lo tanto se les debe persuadir a que se
conviertan, no con violencia». A pesar de lo anterior, la doctrina católica sería severa con los conversos
inseguros, determinando que aquellos que judaizaban perderían la autoridad sobre sus hijos, siendo forzados a
permanecer en la fe cristiana aún por la fuerza. José Vives, Concilios visigóticos e hispanorromanos..., 187,
190-196.
87 Con la expresión: “legislaciones judiegas”, me refiero a los distintos conjuntos de leyes que desde el siglo
IV, con el Concilio de Elvira, y hasta finales del siglo XV, con el Decreto de expulsión, establecieron distintas
regulaciones de vida referentes a la comunidad judía y su contacto con la sociedad cristiana.
88 José Vives, Concilios visigóticos e hispanorromanos..., 395-396.
27
conversión en una vía de coerción frente al ejercicio de la religión judía, convirtiendo así a
la religión judía en una condición social perseguida y proscrita por la sociedad visigoda.
Con la llegada de los musulmanes a la Península a comienzos del siglo VIII, comenzaría
una contemplación religiosa del cristianismo y el judaísmo bajo el sentido de la autoridad
islámica. Para mediados del siglo IX, y como un hecho singular, la crítica doctrinal del
judaísmo frente al dogma cristiano contaría con el amparo del gobierno del Emirato de
Córdoba, al igual que con su anuencia en lo concerniente a controversias doctrinales.8990 En
éste sentido, las condiciones de libertad religiosa dispensadas por los musulmanes a la
comunidad cristiana fueron precarias, no contando sus religiosos con el respaldo de la
jurisdicción civil islámica.
89 El gobierno del Califato Omeya aprovechó las luchas dinásticas entre los seguidores de Don Rodrigo y los
hijos de Witiza, ingresando a la Península en el año 711 tras la victoria de Táriq ibn Ziyad sobre las huestes
de Don Rodrigo en la batalla de Guadalete. La población visigoda, dentro de ella la judía, no opuso resistencia
a los nuevos gobernantes quienes se harían con el dominio del territorio hispánico en un periodo de cuatro
años. Los dirigentes locales del sureste peninsular estipularon su rendición con los musulmanes a cambio de
conservar las propiedades y la religión cristiana, lo mismo sucedería con muchas comunidades judías. La
Península Ibérica, que sería denominada por los árabes como al-Ándalus, se convertiría en una provincia
(emirato), bajo el gobierno de un emir nombrado por el califa Omeya, máxima autoridad política y religiosa
del Islam, residente en Damasco. Juan Abellán Pérez, «La pérdida de Hispania y la formación de al-Ándalus»
en Historia de España de la Edad Media, Vicente Álvarez Palenzuela (Coord.), (España: Ariel, 2002), 59-78.
90 María Jesús Viguera Molins, «Cristianos, judíos y musulmanes en al-Ándalus», en Cristianos, musulmanes
y judíos en la España medieval: de la aceptación al rechazo, dir. congr. Julio Valdeón Baruque (España:
Ámbito Ediciones, 2004) 43-70. Rafael Sánchez Saus, «Al-Ándalus y la cruz. Cristianos bajo un régimen
islámico», Clío: Revista de historia, N°. 173 (2016): 34-43.
91 Raúl Pozas Garza y Abdón Moreno García, «Una controversia judeo-cristiana del siglo IX: Paulo
Álvaro de Córdoba», Helmantica: Revista de filología clásica y hebrea, Tomo 52, N2 157 (2001): 75-100.
92 Lucas Mateo- Seco, «Paulo Álvaro de Córdoba. Un personaje símbolo de la cultura mozárabe», Dos mil
años de evangelización : Los grandes ciclos evangelizadores : XXI Simposio Internacional de Teología de la
28
Éste corto episodio de la vida religiosa en al-Ándalus, evidencia el grado de favoritismo
que las autoridades musulmanas tenían sobre el judaismo. Si hemos de encontrar una razón
para ello la hallaremos en las afinidades y diferencias entre las concepciones teológicas de
los tres colectivos religiosos en cuestión. La historia de las relaciones entre cristianos y
musulmanes en al-Ándalus se sucedió en condiciones muy diversas de acuerdo a las
diferentes épocas. En el siglo VIII, los musulmanes ya habían desarrollado una
idiosincrasia religiosa que tenía mayores afinidades con el judaismo que con el
cristianismo, hallando puntos de encuentro entre sus sistemas religiosos a través del
reconocimiento de un pasado común (Abraham) y la concepción de un Dios único
(Alá/Elohim).93
Algo distinto sucedía con el cristianismo, ya que el islam sostenía una diferencia teologal
con ésta creencia en lo referente a la insuficiencia argumental del misterio de la trinidad y
su incongruencia con la idea de la unicidad de Dios. Desde la perspectiva musulmana, esta
diferencia teológica, convertía a los cristianos en creyentes de una divinidad politeísta, a lo
cual el cristianismo ibérico respondió con una exaltación de la doctrina cristiana sobre la
Trinidad del Dios Único, lo cual haría que la legislación musulmana concediera una mayor
prerrogativa a las creencias religiosas de la comunidad hebrea.94
Para el siglo X los musulmanes habían cedido terreno a los reinos cristianos.95 A finales del
siglo XI, la presencia judía en los núcleos urbanos de los reinos cristianos aumentó de
forma notoria. En el 1086 se iniciaron nuevas invasiones en la Península llevadas a cabo
Universidad de Navarra, edición dirigida por Enrique de la Loma, Marcelo Merino, Miguel Lluch-Baixauli y
José Enériz, (España: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra, 2001), 209-234.
93 Sebastián Gartzia Trujillo, «Judíos, cristianos y musulmanes ¿en qué semejantes? ¿en qué distintos?»,
Scriptorium victoriense, Vol. 62, N°. 1-4, (España: ESET, 2015), 411-453.
94 Emilio Cabrera Muñoz, «Notas sobre las relaciones entre musulmanes y cristianos, en el sur de al-Ándalus,
durante la época omeya», Cuadernos de historia de España, N° 85-86, (Argentina: Universidad de Buenos
Aires, 2011-2012), 135-152.
95 Fue en este escenario temporal donde se inscribió el proceso histórico denominado como la Reconquista
española. Desde el año 722 y hasta 1492 se sucedieron una serie de iniciativas por parte de los nobles y de los
reyes cristianos del norte de la Península para a recuperar el dominio de los territorios del sur de manos de los
musulmanes. Dicho proceso comenzaría con las revueltas de Pelayo acaecidas en el año, finalizando con la
caída del reino Nazari de Granada en el año. Joseph Pérez, Historia de España, (Barcelona: Crítica, 2006),
37-69.
29
por dos dinastías musulmanas: la de los almorávides (1086-1145) y la de los almohades
(1146-1232). Hasta 1086, la comunidad judía logró vivir en al-Ándalus sin mayores
problemas, con los privilegios relativos que les otorgaba el pacto de la dimma.96978Posterior a
1086, el gobierno de los almorávides consideró el mandato de los reyes de taifas como
traidor a la causa del Islam, calificándolos de irreligiosos, corruptos e impíos; procurando
establecer la defensa de la religión islámica y la integridad de las costumbres musulmanas.
Fueron los almohades los que expresaron la mayor severidad dogmática y moral al igual
que el más escrupuloso control sobre los no-musulmanes, fueran cristianos o judíos. Gran
parte de los judíos andalusíes huirían hacia sus tradicionales lugares de asentamiento en el
norte de la Península. 97
El siglo XI fue testigo del antijudaísmo que trajo consigo el inicio de las Cruzadas. 98 Las
cruzadas generaron entre los europeos una mentalidad que constituyo uno de los
precedentes del antisemitismo moderno. Los cruzados veían a los hebreos como una
sociedad similar a los musulmanes en relación a sus tradiciones y creencias. La unicidad de
Dios, los santuarios carentes de símbolos e imágenes, la circuncisión, la abstinencia ante la
carne de cerdo, las prescripciones religiosas sobre la higiene, eran elementos distintivos de
la fe mosaica. Las cruzadas incrementarían el anatema en contra del pueblo “deicida”,
96 Con la llegada de los primeros gobernantes musulmanes a España, a las comunidades hebreas se les
otorgaría amplia independencia en aspectos como la religión, el gobierno y la legislación. Los nuevos
gobernantes de la Península otorgaron condiciones de vida más favorables a los hebreos. Una de estas
prerrogativas fue la renuencia por parte de los musulmanes en convertir al islam a la población judía. En este
sentido, los musulmanes reconocían que los judíos eran semejantes a ellos, esto quiere decir «gentes del
Libro», seguidores de la Biblia; monoteístas e hijos de Abraham. Esta situación los hacía merecedores de un
trato especial, el cual era determinado por la dimma. La dimma viene a ser la palabra árabe que traduce
protección. El Corán establecía la prohibición de que cristianos o judíos fuesen convertidos al islam a la
fuerza, exhortando a que se les permitiese vivir entre musulmanes e incluso seguir practicando su religión. La
protección dispensada por los gobernantes musulmanes garantiza la libertad religiosa y la posesión de sus
propios bienes; asimismo, se les otorgaba también una independencia considerable ya que tenían sus líderes y
cortes de justicia propias que aplicaban la ley de acuerdo a sus tradiciones. Felipe Maíllo Salgado,
Vocabulario de historia árabe e islámica, (Madrid: Akal, 1999), 63-64.
97 Joseph Pérez, Los judíos en España..., 36-37.
98 Las Cruzadas transformaron durante dos siglos la vida política, religiosa, cultural y socioeconómica de
Europa. Dichas transformaciones habrían de incidir en la sociedad judía hasta el punto de originar diferencias
irreconciliables entre estos y la civilización occidental, originando una forma de antisemitismo a través de la
sistematización de la hostilidad hacia ésta comunidad a partir de una exclusión moral y social. Fernando
Suárez Bilbao, «Los judíos y las Cruzadas. Las consecuencias y su situación jurídica», Medievalismo: Boletín
de la Sociedad Española de Estudios Medievales, N° 6, 1996): 125.
30
sumando a ello el tema de la conspiración entre moros y judíos como uno de los elementos
que fijaron el odio en contra de estas comunidades en la Europa medieval y moderna.99
Para el siglo XII, la voluntad de los monarcas cristianos de Europa y de la Península hacia
los hebreos comenzaría a transformarse. El servicio al reino por parte de los judíos los dotó
de un estatus legal a través de una figura de dependencia real denominada como servi regis.
Éste vocablo designaba la incondicional sumisión de los judíos hacia los gobernantes
cristianos. Dicha condición social implicaba la protección real hacia los judíos por parte de
los monarcas españoles, al igual que asignaba un nivel social en el cual los judíos se
encontraban por encima de los siervos; estando sujetos únicamente a la autoridad real. Los
monarcas tenían el derecho de gravarlos en beneficio de su tesoro (cámara regis), pero al
mismo tiempo tenían el deber de protegerlos. Todos los judíos, no importando el ámbito
social donde se encontraran, debían estar bajo la protección del señorío del rey y su tutela.
No podía suceder que alguno de ellos fuera puesto bajo la protección de otra dignidad sin la
licencia del rey, esto debido a que los propios judíos y todos sus bienes eran concebidos
como propiedad privada del soberano.100
31
órdenes mendicantes como los dominicos. 103 Las actividades encaminadas al control
religioso abarcaron también la realización de sermones y disputas públicas de obligatoria
asistencia para los judíos,103104 a esto se sumó una importante actividad coercitiva ejercida por
los pontífices y la acción persecutora del clero diocesano.105
Hasta gran parte de la segunda mitad del siglo XIV, la comunidad hebrea en el reino de
Castilla sostuvo cierto grado de cordialidad con la sociedad cristiana, gran parte de las
musulmanes y luteranos. José Sánchez Herrero, «Los orígenes de la Inquisición medieval», Clío & Crimen:
Revista del Centro de Historia del Crimen de Durango, N°. 2, (2005): 17-52
103 Para un acercamiento sobre los comienzos de la Inquisición y su relación con la Orden de predicadores
puede leer a Antonio Larios Ramos, «Los Dominicos y la Inquisición», Clío & Crimen: Revista del Centro de
Historia del Crimen de Durango, N° 2, (2005): 81-126.
104 Las disputas públicas fueron un espacio de confrontación y deslegitimación del judaísmo. Una de las
disputas más famosas es estudiada por Ángel Alcalá Galve, «Cristianos y judíos en Aragón: la disputa de
Tortosa», en Inquisición y sociedad, Ángel de Prado Moura coord. (España: Universidad de Valladolid,
Secretariado de Publicaciones e Intercambio Editorial, 1999) 27-64.
105 Solomon Graizel, The church and the Jews in the XIIIth century, (Philadelphia, The Dropsie college for
Hebrew and cognate learning, 1933), 36-75.
106 Para un estudio más profundo sobre los cánones antijudíos emitidos por el IV Concilio Lateranense, puede
consultar a Antonio García y García, Historia del Concilio IV Lateranense de 1215, (Salamanca: Centro de
Estudios Orientales y Ecuménicos “Juan XXIII”, 2005).
32
disposiciones ejecutadas en el Concilio Lateranense no fueron acatadas en los territorios
peninsulares. En esta época, Las señales características de la religión judía pudieron
desarrollarse con libertad gracias a la labor de colectividades de estudiosos del Pentateuco.
Las actividades comerciales y profesionales ejercidas por judíos, fueron hechos
relativamente admitidos y tolerados por la colectividad cristiana. Esto permitió el
fortalecimiento de la comunidad judía, facilitando su expansión en las ciudades castellanas
y otras áreas peninsulares, permitiéndoles conservar su autonomía y el desarrollo de su vida
religiosa.107108
A comienzos del siglo XIV, se radicaliza el discurso antijudío por parte de los prelados
católicos que arreciaron sus ataques en contra de la comunidad judía de los reinos cristianos
de España. La celebración del Concilio de Zamora (1313) bajo la presidencia de Rodrigo de
Luna, arzobispo de Compostela, elevaría su condena: “contra los porfiosos judíos, en
otorgamiento de la Fe Cristiana, y católica y del derecho”. En esta junta de obispos, los
padres sinodales llevarían a cumplimiento lo dispuesto en contra de los judíos en el
Concilio de Vienne (1311-1312): “constreñir y vedar sus malicias y sus presunciones con
que se vuelven contra los cristianos y contra la guarda del nombre de Dios”.109
107 Para un conocimiento más profundo sobre la comunidad judía en el reino de Castilla para el siglo XIV
puede consultar a José Hinojosa Montalvo, «La sociedad y la economía de los judíos en Castilla y la Corona
de Aragón durante la Baja Edad Media» en II Semana de Estudios Medievales, (Logroño: Instituto de
Estudios Riojanos, 1992), 79-109.
108 José Amador de los Ríos, Historia social, política y religiosa de los judíos de España y Portugal, (Madrid:
Turner, 1984), 935-938.
109 Fernando Suárez Bilbao, El fuero judiego en la España cristiana las fuentes jurídicas: siglos V-XV,
(España: Dykinson, 2000) 32-51.
33
religiosa del judaísmo hispánico comenzaría a deteriorarse como producto de la oposición
cristiana.110
A mediados del siglo XIV comenzaba a sucederse una de las mayores desgracias para la
judería europea, la peste negra. Esta epidemia aportó de manera determinante al cese de la
convivencia pacífica entre cristianos y judíos. La propagación de esta enfermedad se
constituyó en la excusa perfecta para acusar a los hebreos de su difusión, para lo cual
muchos se valieron de acusaciones como la contaminación de las fuentes agua, al igual que
la infección del aire.111123 Juderías como la de Cataluña, así como muchas otras en la
Península, se vieron azotadas por la violencia del populacho en contra de los hebreos, a
quienes consideraban culpables de la aparición de la muerte negra. 112
110 Un estudio ilustrador sobre la trayectoria histórica del antisemitismo en la Península lo encontramos en
Gonzalo Álvarez Chillida y Ricardo Izquierdo Benito (Coords.), El antisemitismo en España, (Cuenca:
Ediciones de la Universidad de Castilla, 2007).
111 El cronista francés Jean Venette en uno de sus escritos titulado “La marcha de la Peste Negra” afirmaba
que: «Algunos dijeron que esta peste fue causada por la infección del aire y las aguas (...) Como resultado de
esta teoría del agua y aire infectados, los Judíos fueron repentina y violentamente acusados de infectar los
pozos, el agua y de corromper el aire». Richard A. Newhall, ed., Jean Birdsall, trans., The Chronicle o f Jean
de Venette, (New York: Columbia University Press, 1953), 48-51.
112 Amada López de Meneses, «Una consecuencia de la peste negra en Cataluña. El pogrom de 1348»,
Sefarad: Revista de Estudios Hebraicos y Sefardíes, Año 19, N° 1 (1959), 92-131.
113 Pau Gerez Alum, Higiene e imagen de higiene en la Baja Edad Media : el caso de la ciudad de Gerona,
(España: UNED, 2007), 342.
34
rey de Castilla Pedro I. Enrique culpó a Pedro I de ser un defensor de los judíos, basándose
en la idea de que los favorecimientos a ciertos sectores de la sociedad violentaban la
política castellana, rebasando el alcance del poder monárquico.114 Medidas antijudías como
las disposiciones emanadas por las Cortes de Castilla entre los años de 1369 y 1385,
evidencian cómo los representantes de las villas y ciudades del Reino solicitaron a Enrique
II la adopción de medidas más rigurosas en contra de la comunidad hebrea. En estas Cortes
se determinó que los judíos debían vivir separados de los cristianos, se les prohibió la
práctica de cualquier profesión como ser administradores regios, portar paños finos,
cabalgar en mulas o poseer nombres de cristianos, también se les impuso el porte de una
señal o vestidura que los diferenciara de la población cristiana.115
Fue en este contexto de animadversión contra la población judía que se sucedieron los
cruentos y funestos acontecimientos de 1391. Las incendiarias prédicas del clérigo Ferrán
Martínez, arcediano de Ecija, hicieron que el arzobispo de Sevilla, Pedro Gómez
Barroso, le censurara, impidiendo que continuara con sus mensajes. 118 Dicha problemática
114 Julio Valdeón Baruque, «La propaganda ideológica arma de combate de Enrique de Trastámara (1366
1369)», Historia. Instituciones. Documentos, N° 19, (1992), 459-467.
115 Enrique Cantera Montenegro, «La legislación general acerca de los judíos en el reinado de Juan II de
Castilla», Espacio, tiempo y forma. Serie III, Historia medieval, N° 25, (2012), 119-146.
116 Astrid de Sas van Damme, «El amarillo en la Baja Edad Media. Color de traidores, herejes y repudiados»,
Estudios Medievales Hispánicos, N° 2, (Madrid: Universidad Autónoma de Madrid, 2013), 241 -276.
117 En una de sus predicas Ferrán Martínez solicitaba a las autoridades civiles: « destruyeran las veynte e tres
sinagogas que están en la judería de esta Cibdat (Sevilla) adeificadas contra Dios e contra derecho” . José
Amador de los Ríos, Historia social, política y religiosa de los judíos de España y Portugal...,345.
118 En el año de 1376, el arcediano Ferrán Martínez había estado instigando a sus feligreses para que se
volviesen en contra de los judíos, animando a éstos a expulsarlos de los reinos cristianos de la Península.
Martínez afirmaba que las veintitrés sinagogas que existían en la jurisdicción de la diócesis de Sevilla se
35
llegó a oídos del rey Juan I de Castilla, quien solicitó a Martínez la cesación de sus
sermones antijudíos. El arcediano de Écija obvió la orden de Juan I, continuando con el
pronunciamiento de sus mensajes y alimentando el antijudaísmo en su diócesis. A la muerte
del rey Juan I y del arzobispo Gómez Barroso, ambas acaecidas en 1390, Ferrán Martínez
fue ascendido al cargo de vicario general de Sevilla, tras lo cual ordenó a los párrocos y
feligreses de la diócesis, destruir todas y cada una de las sinagogas ubicadas en esta
localidad y sus alrededores. En consecuencia, en el mes de junio de 1391 se produjo el
mayor levantamiento antijudío en la historia de los reinos cristianos de España a manos de
quienes fueron llamados “matadores de judíos”, éstos asolaron la judería sevillana
ofreciéndoles a sus residentes las opciones de conversión o muerte.119120
habían construido haciendo caso omiso de las leyes, debiendo ser derribadas. Cecil Roth, A History o f the
Marranos, (New York: Meridian Books, 1959), 12.
119 José Amador de los Ríos, Historia de los judíos de España y Portugal..., 349-380.
120 Julio Valdeón Baruque. El chivo expiatorio: judíos, revueltas y vida cotidiana en la Edad Media,
(Valladolid: Ámbito, 2000), 75-82.
121 Joseph Pérez, Los judíos en España..., 126-127.
122 Pereda Espeso, Felipe, «El debate sobre la imagen en la España del siglo XV: judíos, cristianos y
conversos», Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte, número 14, (2002): 59-79.
36
GÉNESIS Y CONSTITUCIÓN DEL PROBLEMA CONVERSO
123 El llamado problema converso, fue formulado inicialmente por el profesor Benito Ruano (1976 ) en su
obra Los orígenes del problema converso. Esta temática histórica ha dado a conocer múltiples investigaciones
sobre la misma, insertándose de manera obligatoria en cualquier estudio sobre la Edad Media en España.
Desde su planteamiento inicial, el problema converso se ha constituido en una de las encrucijadas históricas
del judaismo peninsular a la vez que elemento representativo de la historiografía española. La elucidación de
dicha temática ha sido tratada tanto por historiadores españoles como por hispanistas extranjeros, gran parte
de ellos judíos con estudios medievalistas o modernistas. Abundante es la historiografía respecto al problema
converso, a continuación algunos trabajos generales que incluyen dicha temática: Marcelino Menéndez
Pelayo, Historia de los heterodoxos españoles (Madrid: Homo Legens, 2007), Américo Castro, España en su
historia cristianos, moros y judíos (Madrid: Crítica, 2001), Catlos, Brian. «¿"Conflicto entre civilizaciones” o
“Conveniencia”? Identidad religiosa y realidad política en la Península Ibérica». Ed. Rafael Narbona
Vizcaíno. La Mediterránia de la Corona d ’Aragó, segles XIII-XVI. XVIII Congrés d’História de la Corona
d’Aragó (Valencia: Universitat de Valencia, 2005) 1717-1729, Rica Amran Cohen, De judíos a judeo-
conversos. Reflexiones sobre el ser converso, (París: Indigo-Université de Picardie, 2003), Haim Beinart, Los
conversos ante el tribunal de la Inquisición, (Barcelona: Riopiedras, 1983), Ángel Alcalá Galve (coord.),
Judíos. Sefarditas. Conversos: la expulsión de 1492 y sus consecuencias. Ponencias del Congreso
internacional celebrado en Nueva York en noviembre de 1992, (España: Ámbito Ediciones, 1995).
37
y los conversos. Tenemos entonces a seguidores fieles al judaismo a pesar de las
persecuciones, los que abrazaron con convencimiento pleno el cristianismo y aquellos que
adoptaron ésta creencia como una apariencia que escondía tras de si una conciencia
judia.124125
124 Eleazar Gutwirth, «Hacia la expulsión: 1391-1492» en Los judíos de España: la diáspora sefardí desde
1492, Elie Kedourie (coord.), (España: Crítica, 1992) 47-72.
125 Se sabe que en muchos casos las iniciativas antijudías de las Cortes castellano-leonesas tuvieron una clara
postura segregacionista frente a la comunidad judía. Las Cortes apoyaron las iniciativas para establecer una
inferioridad judicial respecto del judío al igual que su exclusión del aparato administrativo relacionada con
disputas sobre las deudas judiegas y la legalidad del préstamo a interés. Miguel Ángel Núñez Beltrán,
«Apuntes sobre oficios de los judíos en la Baja Edad Media. Legislación en las Cortes castellano-leonesas y
su virtualidad práctica», Hespérides: Anuario de investigaciones, N° 3, (1995): 63-74.
126 Para un estudio más profundo respecto del ascenso social de la comunidad conversa en la Península
tenemos el trabajo dirigido por Enrique Soria Mesa titulado: «Conversos, Inquisición y Nobleza en Castilla
(siglos XV-XVII). Un punto de partida colectivo» en Historia y Genealogía, N°. 5, (2015).
127 Es de resaltar que el panorama social de los conversos en relación a aquellos que se asimilaron
completamente, atrae ejemplos sobre su escalamiento social y el alcance de su influencia en la sociedad
cristiana. Uno de estos ejemplos lo fue el de Pablo de Santa María, el cual y tras su ingreso en el cristianismo,
logro el reconocimiento y distinción en puestos de eminencia en las instituciones eclesiásticas. A lo anterior
se aunaron sus ya reconocidas cualidades intelectuales las cuales incluían su vocación religiosa, esta aportaría
una nueva faceta de la fundamentación teológica católica a través de la creación de obras apologéticas.
Hablaremos con más detalle sobre Pablo de Santa María y la repercusión de su obra en el ideario religioso en
Francisco Maldonado de Silva en el tercer capítulo de la presente monografía. Para un estudio sobre la
influencia del pensamiento converso en la sociedad cristiana puede consultar a Luis Fernández Gallardo, «La
38
A pesar del nuevo estatus social y religioso de los conversos, éstos debieron enfrentarse a la
animadversión con que sus nuevos correligionarios observaban su reciente ascenso en la
jerarquía social cristiana, ya que vieron con desconfianza la sinceridad de su nueva fe. Lo
anterior implicaría la creación de un nuevo espacio de persecución y temor. La condición
religiosa del converso sería entendida, en muchos casos, como la alternancia entre el
arraigo a un pasado judío y una forma improbable de cristianismo.
obra historiográfica de los conversos ilustres, don Pablo de Santa María y don Alonso de Cartagena»,
Espacio, tiempo y forma. Serie III, Historia medieval, N° 6, (1993): 249-286.
128 El obispo judeoconverso de Burgos, Alonso de Cartagena (1384-1456), llegó a afirmar que: «habría que
rectificar muy drásticamente a los que purificados por el agua del bautismo se vuelven al vómito del
judaismo, porque la pureza de la religión cristiana y la novedad purísima de la ley evangélica no tolera malas
costumbres del antiguo judaísmo o del paganismo; todo lo contrario, detesta toda judaización y
paganización.» Guillermo Verdín Díaz, Alonso de Cartagena y el Defensorium Unitatis Christianae
(Introducción histórica, traducción y notas), (Oviedo: Universidad de Oviedo, 1992), 373.
129 Joseph Pérez, Los judíos en España..., 153.
130 Eloy Benito Ruano, Los orígenes del problema converso, (Madrid: Real Academia de la Historia, 2001),
28.
39
La persecución de Sarmiento en contra de los conversos castellanos fue el catalizador para
la promulgación del primer estatuto de limpieza de sangre publicado el 5 de junio de 1449,
éste excluía a los conversos de los cargos públicos de la ciudad de Toledo por su origen
hebreo. La creación del estatuto de limpieza de sangre en el Reino de Castilla se
constituyó en una expresión singular de antijudaísmo en la Europa de la primera mitad del
siglo XV. Dicho paradigma se basó en la unión de un prejuicio genealógico con un
antijudaísmo religioso, lo que originó un tipo de exclusión legal que difirió de otros
procesos de segregación posteriores. De la mano del estatuto de limpieza de sangre, se
sucedió un fenómeno de ambivalencia confesional al cual tuvo que enfrentarse el converso
y que devino en una interiorización de su verdadera vocación de fe. El profesor Max Hering
ha denominado a esta manifestación como un proceso de mimetización sociocultural donde
explica que: «La invisibilidad significó llevar las prácticas culturales a la ilegalidad, a lo
subalterno y a lo críptico (...)»,1312134 realidad totalmente imbricada en el problema converso y
en la noción de linaje en la sociedad hispana del siglo XV.
Para aquel entonces, la limpieza de sangre era definida como un factor social hereditario y
de carácter vinculante. La estirpe y la virtud heredada fueron conceptos utilizados por los
131 Sobre la difusión del estatuto de Toledo en 1449 el historiador Jaime Salazar Acha explica: «(...) Más
tarde se establecieron limitaciones en las iglesias de Badajoz en 1511, Sevilla 1515, Granada 1526 y Córdoba
1530, pero es a partir de su imposición en la catedral de Toledo, por el cardenal Silíceo, cuando el estatuto de
limpieza comenzó a tener importancia y empezó a generalizarse. Nacido en un pueblo de Badajoz, y de muy
modesto origen de cristianos viejos, Juan Martínez Guijarro, que latinizó su apellido a Silíceo, estudió en
Salamanca y París, recibiendo el encargo de educar al príncipe de Asturias, que luego sería Felipe II. Esta
tarea le valió en 1544 la mitra primada de Toledo. Allí donde la abundancia de conversos ostentando
canonjías y prebendas era proverbial, Martínez Silíceo promulgó en 1547 un estatuto de limpieza por el que
se prohibía obtener ningún cargo en el cabildo a todo aquel que no demostrara que todos sus ascendientes
eran cristianos viejos. Se respetaban los puestos de los que ya habían obtenido los cargos, pero se prohibía su
ascenso a otros más altos, así como la entrada a los nuevos pretendientes que no cumplieran aquel requisito
(...)». Jaime Salazar Acha, «La limpieza de sangre», Revista de la Inquisición, N° 1, (1991): 289-308.
132 Vale la pena aclarar que los estatutos de limpieza de sangre fueron una singularidad histórica que sólo
podemos cifrar dentro del contexto de los reinos cristianos de la Península entre los siglos XV y XVII. Max
Sebastián Hering Torres, «"Limpieza de sangre" ¿Racismo en la edad moderna?», Tiempos modernos: Revista
Electrónica de Historia Moderna, Vol. 4, N° 9 , (2003): 5.
133 Para el caso morisco es ilustrativo el artículo de Eugenio Císcar Pallares, «El régimen señorial valenciano
en la época de la expulsión de los moriscos», Estudis: Revista de historia moderna, N° 7, (1978): 219-238.
134 Max Hering Torres, «La limpieza de sangre. Problemas de interpretación: acercamientos históricos y
metodológicos», Historia Critica, N° 45, (2011): 32-55.
40
tratadistas castellanos de la Baja Edad Media al igual que de la Edad Moderna. Por medio
de ellos se llegó a señalar la relación entre la procedencia de un individuo (principio de
legitimación originaria) y el orden establecido al que pertenecía (condición de pertenencia a
una sociedad estamental). Los estatutos de limpieza de sangre determinaron cuales
debían ser las condiciones genealógicas de quienes aspiraban a escalar la restrictiva
sociedad cristiana y su incorporación en las distintas instituciones que pertenecían a la
misma.
En éste sentido, los estatutos de limpieza de sangre fueron un límite para el ascenso social
de los judeoconversos. Para la segunda mitad del siglo XV, muchas familias
judeoconversas habían logrado mezclarse en la sociedad cristiana, posicionando a sus
herederos en diferentes instituciones como la Iglesia y el ejército. Frente al escalamiento
social de los conversos, la pequeña y mediana nobleza cristiana utilizaron los estatutos de
limpieza de sangre como un argumento para poner freno a la presencia de conversos en las
entidades regias.135136137
Con éste objetivo se definió, como elemento fundamental del universo de la limpieza, la
categoría social de cristiano nuevo, en contraposición con la de cristiano viejo, definidor y
garante del concepto de casta que debía imperar. Con el transcurrir de los años, el concepto
de cristiano nuevo se convirtió en una forma de vida religiosa estipulada a partir del
reconocimiento de un antepasado judío y la contemplación de una dignidad superior
relacionada con la tradición heredada. La limpieza de sangre fue algo tan determinante
dentro de la sociedad estamental hispánica, que la ausencia de la misma implicaba para el
cristiano nuevo la creación de estrategias de movilidad social que incluyeron uniones
135 Juan Hernández Franco, Cultura y limpieza de sangre en la España moderna: puritate sanguinis, (Murcia:
Servicio de Publicaciones - Universidad de Murcia, 1996), 23-56.
136 Francisco Quevedo Sánchez, «Engaño genealógico y ascenso social. Los judeoconversos cordobeses», en
De la tierra al cielo. Líneas recientes de investigación en historia moderna, ed. (Zaragoza: Institución
Fernando el Católico, 2013), 809- 827.
137 Teófilo F. Ruiz; Jesús Ángel Solórzano Telechea (pr.), Discurso de sangre y parentesco en Castilla
durante la Baja Edad Media y la Época Moderna, (España: Universidad de Cantabria, 2015), 15-26.
41
maritales mixtas e invenciones genealógicas, todas ellas interpretadas como tácticas de
posicionamiento al momento de ascender en la escala social cristiana. 138
138 Francisco Quevedo Sánchez, «Engaño genealógico y ascenso social. Los judeoconversos cordobeses» en
De la tierra al cielo. Líneas recientes de investigación en historia moderna. Serrano, Eliseo (coord.), (España:
Institución Fernando el Católico, 2013), 809-827.
139 Ángel Alcalá Galve, «Tres cuestiones en busca de respuesta invalidez del bautismo forzado, conversión de
judíos, trato cristiano al converso» en Judíos. Sefarditas. Conversos: la expulsión de 1492 y sus
consecuencias. Ponencias del Congreso internacional celebrado en Nueva York en noviembre de 1992, Ángel
Alcalá Galve (coord.), (España: Ámbito, 1995), 523-544.
140 Se señala la expectación en la llegada de un Mesías, la abstención de comer carne de cerdo, el no consumo
de ningún alimento en el cual haya sangre, bendición por los ciclos lunares, inmersión ritual de las mujeres
tras su periodo, etc. David M. Gitlitz, Secreto y engaño: la religión de los criptojudíos, (España: Junta de
Castilla y León, 2003), 121.
141 José Belmonte Díaz y Pilar Leseduarte Gil, La Expulsión de los judíos. Auge y ocaso del judaísmo en
Sefarad, (España, Ediciones Beta, 2007), 218.
42
La práctica religiosa del converso varió significativamente en términos cualitativos
dependiendo de las circunstancias en las que se encontrara. Las situaciones cambiantes de
la sociedad cristiana en la cual vivió al igual que los modos de vida religiosa que le eran
impuestos fueron factores que determinaron la naturaleza de su fe. En éste sentido, el
judaismo practicado por el converso no tuvo consonancia con la ortodoxia mosaica de la
época, no siendo esto una razón que pudiera invalidar el asentimiento de una modalidad
religiosa particular dentro de un sistema de creencias personal. Las vias de contacto del
converso con el judaismo normativo se vieron reducidas en muchos casos a una lectura
autónoma del Antiguo Testamento, texto que estaba incluido dentro del canon bíblico de la
Iglesia católica, al igual que una relación indirecta con la práctica religiosa judia plasmada
en los Edictos de fe 14243 publicados por la Inquisición. A través de estos textos el converso
llegó a conocer las tradiciones religiosas de sus antepasados, quienes también habían
seguido la ley de Moisés.144
142 María del Pilar Rábade Obrado, «Práctica religiosa y conflicto en la Castilla del siglo XV los
judeoconversos» en L ’enseignement religieux dans la Couronne de Castille: incidences spirituelles et sociales
(XIIIe-XVe siècle), Daniel Baloup (aut.), (España: Casa de Velâzquez, 2003), 73-86.
143 En el capítulo dos, realizaré un estudio particular del Edicto de Fe como elemento discursivo que definió
en gran medida la religiosidad judaizante en Lima.
144 Rica Amran Cohen, De judíos a judeo-conversos. Reflexiones sobre el ser converso.. .41-42.
145 El profesor Chamorro realiza un estudio sobre éstas expresiones de fe elemental. Una de ellas se relaciona
con un testimonio perteneciente a un proceso inquisitorial en contra de una conversa castellana. En él se relata
que la acusada leía la Tora (Ley de Moisés), el inquisidor: «le preguntaua sy venía de ver çéfer Torá, que
quiere decir de ver el libro de la Ley de Muysén, e que ella le respondía: ‘Sí, por vuestra postrimería’».
«Otrosi dixo esta testigo que algunas veces, jurando algunos judíos a este testigo para Torad Mossé sobre
cosas de diferencias de quentas y pagas (...)»; «y biénelo cantando paso a paso, como el capellán faze quando
saca la Torá», José María Chamorro, «El léxico de los judeoconversos según los procesos inquisitoriales»,
Miscelánea de Estudios Arabes y Hebraicos, Sección de Hebreo, N° 55, (2006): 119-140.
43
de la Divinidad; quien finalmente los haría retornar a tierra santa de la mano de un mesías
• 146
por venir.
146 La profesora Rabade nos indica cómo se expresaba la esperanza mesiánica de los conversos, indicando
cuáles eran los requisitos que debían cumplirse para la venida del Mesías: éste sólo vendría cuando el pueblo
de Israel hubiera sufrido a causa de sus muchos pecados; precediendo al Mesías vendría Elías, que ungiría al
Mesías como Rey. Sus primeras actuaciones públicas serían: «el retorno a Palestina de todos los judíos
dispersos, y la guerra contra Gog y Magog, la derrota de todas las potencias militares y políticas enemigas del
pueblo de Israel. Una vez devastados los últimos adversarios y opresores de Israel, empezarían los tiempos
mesiánicos» Como ejemplo de ello, la profesora Rábade cita los testimonios inquisitoriales de procesados a
finales del siglo XV por la Inquisición del Reino de Castilla: «Mencía Álvarez, mujer de Diego Álvarez, veía
señales en el cielo, que le decían por dónde vendría el Mesías. Beatriz Alfonso contemplaba prodigios en el
cielo, pero también en su casa, donde se le aparecía Moisés entre resplandores. Juan de Segovia lloraba
porque pensaba que sus pecados le impedían ver los prodigios que se obraban en el cielo. La llegada de Elías
precedería a la del Mesías: según Elvira González, llegaría montado en una nube, y predicaría a los judíos
para que se volvieran a la ley de Moisés y pudieran ir a la tierra de promisión». María del Pilar Rábade
Obradó, «Herejía y utopía en la Castilla de los Reyes Católicos: los conversos y la esperanza mesiánica» en
Política y cultura en la época moderna: (cambios dinásticos, milenarismos, mesianismos y utopías), Jaime
Contreras Contreras (coord.), Alfredo Alvar Ezquerra (coord.), José Ignacio Ruiz Rodríguez (coord.),
(España: Universidad de Alcalá, Servicio de Publicaciones, 2004), 535-544.
147 En el proceso llevado en contra del judaizante Cristóbal Sánchez, éste declaro a los inquisidores de Toledo
que: «era noble y venía de buena gente, que era de la tribu de Judá, observando la ley de Moisés por ser la
buena y cierta y la de los cristianos falsa, y que también sus padres y parientes lo fueron, como lo eran su
mujer e hijos». Ante el mismo tribunal, los inquisidores afirmaban que Manuel Juárez: « no solo está entre los
profesores de la ley de Moisés, reputado por observante de ella, sino también como tal declarado mutuamente
en diversas ocasiones con varias personas (...); no obstante, [tras haber sido] amonestado para que dijese la
verdad y descargara su conciencia, lo ha despreciado procurando con las diminutas confesiones (...) mejor
perseverar en sus errores, persuadido de que solo puede en la observancia de la ley de Moisés conseguir la
salvación de su alma (...)». José Luís Buitrago González, Serranía críptica. El último reducto judaizante tras
la gran persecución. Siglo XVIII, Tesis Doctoral, (Madrid: UAM, 2012), 144-145, 150.
44
LA EXPULSIÓN DE LOS JUDÍOS DE ESPAÑA EN EL SIGLO XV
El fenómeno social de la expulsión de los judíos de España no fue un hecho singular dentro
del contexto europeo, otras expulsiones se sucedieron con anterioridad. En Francia se
expulsó a los judíos en 1182, una medida que permaneció en vigor hasta el año de 1315 y
que fue reiterada en 1323. A mediados del siglo XV, los judíos tuvieron que dejar los
Principados alemanes, saliendo de los territorios de Parma en 1488, y de Milán en 1491. En
Inglaterra el Rey Eduardo I expulsó a los judíos en 1290, éste acto tuvo vigencia hasta el
año de 1656.148
148 Luis Suarez, La expulsión de los judíos: un problema europeo, (Madrid: Ariel, 2012) 134-147.
149 Entiendo por inicio de un Estado Moderno en España, la época en la cual comenzó el reinado de los Reyes
Católicos (1478-1504) y donde se produjeron significativos cambios sociales, políticos y religiosos. Dentro de
estos cambios encontramos el establecimiento de Consejos que asesoraban a los reyes, la creación de
Audiencias y su función como tribunal de justicia, la unión dinástica entre las coronas de Catilla y Aragón, la
unificación territorial con la incorporación a la corona de Castilla del reino de Granada (1492) y la fundación
del Tribunal de la Inquisición (1478) como organismo para la salvaguarda de la religión católica y la
vigilancia de las manifestaciones de fe heterodoxas en los reinos de España. Enrique Martínez Ruiz, Enrique
Jiménez, José Antonio Armillas y Consuelo Maqueda, La España Moderna, (Madrid: Istmo, 1995), 21-29.
150 Los “Reyes Católicos” fue el título dado a la unión monárquica entre Fernando II de Aragón (Sos,
Zaragoza, 1452 - Madrigalejo, Cáceres, 1516) e Isabel I de Castilla (Madrigal, Ávila, 1451 - Medina del
Campo, Valladolid, 1504). El título Católicos fue otorgado a los Reyes gracias a una bula otorgada por el
Papa Alejandro VI (1494) y que se transfirió a sus sucesores como titulares de la Monarquía Católica. La
bula expresa: «Entre todas las obras agradables a la Divina Magestad y deseables a nuestro corazón, esto es
ciertamente lo principal; que la Fe Católica y la Religión Cristiana sea exaltada sobre todo en nuestros
tiempos, y por donde quiera se amplíe y dilate, y se procure la salvación de las almas, y las naciones bárbaras
45
reconoció que el poder real debía ser ejercido bajo la aspiración de un territorio unificado,
de ahí inferimos que la promulgación del Edicto se realizó para un cumplimiento general.
La época en la que la autoridad real se hallaba acompañada de los señores feudales había
finalizado.1511523
Por tanto, éste periodo de transformación, bajo la dirección de los Reyes Católicos,
demandó de una unidad no sólo política, sino, también, religiosa; lo que cristalizó en la
concepción del reino español unificado de la mano de la idea de una cristiandad universal
como eje fundamental para el desarrollo unánime del reino. El ejercicio de autoridad de los
monarcas católicos hubo de ser concebido a través de la instauración de una sola religión
como precedente insoslayable que afirmaría el poder real a través de la imposición del
cristianismo como fe única e indisoluble. Los Reyes católicos habrían de asumir una
decisión que había sido postergada por mucho tiempo. 153
sean sometidas y reducidas a la fe cristiana (...)». E. Rey, «La Bula de Alejandro VI otorgando el título de
“católicos” a Femando e Isabel », Revista Razón y Fe, N° 146, (1952), 59-75.
151 Enrique Martínez Ruiz, La España Moderna... 11-21.
152Luis Suárez Fernández, Los Reyes Católicos. La expansión de la fe, (Madrid, RIALP, 1990), 26-30.
153 Como ya lo hemos expresado, a lo largo de los siglos XIII y XV se venía produciendo una hostilidad en
contra de muchas de las comunidades residentes en los reinos cristianos de la Península. Con el transcurrir del
tiempo la figura del judío tenía menos cabida en las aspiraciones de constitución de una sociedad cristiana y
su impulso por parte de la iglesia (IV Concilio de Letrán). Las iniciativas de conversión a la fe cristiana por
medio de la fuerza, la persuasión y la palabra resultaron inútiles frente al grado de cohesión que sostuvo la
comunidad judía residente en los reinos de la Península. Ángel Alcalá Galve (Coord.), Judíos. Sefarditas.
Conversos: la expulsión de 1492 y sus consecuencias. Ponencias del Congreso internacional celebrado en
Nueva York en noviembre de 1992, (España: Ámbito, 1995), 69-88.
154 El texto del Edicto expresaba que: «Sepades e saber debedes que porque Nos fuimos informados que hay
en nuestros reinos algunos malos cristianos que judaizaban de nuestra Sancta Fe Católica, de lo cual era
mucha culpa la comunicación de los judíos con los cristianos». Provisión real para la expulsión de los judíos
de los Reinos de España, Archivo General de Simancas, Patronato Real, leg. 28, fol. 6.
46
expulsión previa de los judíos de Andalucía en 1483.155 Todo lo anterior configuraría el
escenario para la separación de la comunidad judía de la sociedad cristiana en los reinos
cristianos de España, salvaguardando la fe de los cristianos nuevos.
Se sabe que el documento del Edicto de expulsión se había preparado en secreto y que se
firmó sin dar aviso a los cortesanos judíos,1561578 quienes con anterioridad a 1492 habían
entrado en conocimiento de otras medidas previas a la expulsión. No se hicieron esperar
las iniciativas de prominentes judíos solicitando audiencias al rey para la reconvención del
Edicto. En las gestiones que se iniciaron para revertir la expulsión, conocemos
principalmente las realizadas por Isaac Abravanel, agente comercial de los Reyes
Católicos. Abravanel solicitó, desde un comienzo, el apoyo de influyentes amigos que
también pertenecían a la Corte como: Rodrigo Ponce de León y Núñez, marqués de Cádiz,
Luis de la Cerda y de la Vega, duque de Medinaceli y Pedro González de Mendoza,
arzobispo de Toledo. La intervención de los nobles no daría el resultado esperado. Ante
esto, Abravanel y otros prominentes judíos como Abraham Seneor y Alfonso de la
155 Provisión real para la expulsión de los judíos de los Reinos de España..., fol. 6.
156 La figura del judío cortesano en las cortes de los reinos cristianos de España es entendida como la de un
servidor real con una amplia educación en distintas áreas del saber, tanto en la cultura propia como en la
secular, que actúa como intermediario y representante del rey a la vez que como mecenas y protector de
literatos y eruditos de toda clase. Uno de los cortesanos judíos más renombrados fue Abraham Bar Hiyya
(1065-1145), matemático, astrónomo y filósofo judío de origen catalán que se desempeñó como servidor en
las cortes Islámicas de la dinastía Banu Hud en Zaragoza bajo las órdenes del rey hundíe Abu Yafar Ahmed
ibn Sulayman al-Muqtadir Billáh. Aurora Salavarrieta, «La sociedad cortesana en la poesía de al-Ándalus» en
La sociedad medieval a través de la literatura hispanojudía, Ricardo Izquierdo Benito y Ángel Sáenz-
Badillos , (España: Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 1998), 139-164.
157 A su llegada al trono los Reyes Católicos habían tomado medidas como la: obligación para los judíos de
vivir en barrios separados (Cortes de Toledo de 1480), la creación, también en 1480, del tribunal de la
Inquisición cuyas primeras actuaciones permitieron medir la extensión y las formas de la apostasía judaizante
y la expulsión de los judíos de Andalucía en 1483. Joseph Pérez, Los judíos en España..., 187-218.
158 Don Isaac Abravanel (1437-1508) fue reconocido por sus actividades comerciales con las que logró
acumular una gran fortuna y servir a los Reyes Católicos. Como agente comercial de los Reyes, Abravanel se
encargaría de recaudar los recursos financieros necesarios para dar término a la reconquista del Reino de
Granada de manos de los musulmanes. Su experiencia como financiero lo haría ganarse el favoritismo de los
Reyes, prueba de la dicotomía existente entre la visión que se tenía del judío como propiedad privada de los
Reyes a la vez que componente religioso disímil a finales del siglo XV. Moshe Shaul, «Don Isaac Abravanel:
hombre de finansas, filozofo i lider del djudaizmo de Espanya en el siglo 15», Aki Yerushalayim: Revista
Kulturala Djudeo-espanyola, N°. 88, (2010): 5-6.
47
Caballería, realizaron una cuantiosa “ofrenda” de oro a los Reyes, la cual sólo causó un
leve retraso en la publicación del Edicto.159
A pesar de que en el texto del Edicto no figuran posibles casos de conversión que se
pudieran dar antes de finalizar el plazo fijado, esta fue una opción que tomaron muchos
judíos. El ejemplo más representativo de ello lo fue Abraham Seneor, gran rabino de
Castilla y uno de los servidores más allegados a los Reyes Católicos. Tanto él, como todos
sus familiares fueron bautizados el 15 de junio de 1492 en el monasterio de Guadalupe en
una liturgia a la cual asistieron los monarcas Católicos. Al lograr la reina Isabel el bautismo
de Seneor, ésta era consciente de que la religión, dentro de la nueva orientación política de
los reinos cristianos, no debía pertenecer al ámbito íntimo sino al público. El hecho de que
los Reyes Católicos fuesen los padrinos de bautismo de Seneor, implica la realización de un
acto simbólico que llegó a representar las aspiraciones de los monarcas y de la Iglesia
católica hispana de visibilizar la naciente “unidad religiosa” de los reinos cristianos.160 Por
lo tanto y en relación a la cuestión conversa, el escenario de la Expulsión determina la
extirpación de una posible influencia judía sobre la comunidad conversa, a la vez que
dispone de la oportunidad de conversión como último acto de reconvención religiosa frente
a la posible continuidad de la perfidia judaica en los reinos cristianos de la Península.
Pasando al análisis general del texto del Edicto comprendemos que su idea central debe ser
situada en la decisión de los Reyes Católicos de expulsar a los judíos de sus reinos. A partir
de esta, se derivan dos temáticas principales: las razones de la expulsión y la forma prevista
para hacerlo. Uno de los argumentos que soportó la adopción de una decisión tan radical
fue el religioso, leemos en el texto del Edicto: “(...) hay en nuestros reinos algunos malos
cristianos que judaizaban de nuestra Santa Fe Católica, de lo cual era mucha culpa la
comunicación de los judíos con los cristianos, (...) los cuales se jactan de subvertir la fe
católica (...)”.161 El edicto rememora las medidas de discriminación tomadas anteriormente
159 Benzion Netanyahu, Don Isaac Abravanel: Estadista y filósofo, (España: Junta de Castilla y León, 2004),
76-78.
160 Joseph Pérez, Los judíos en España, (Madrid, Marcial Pons, 2005), 190.
161 Provisión real para la expulsión de losjudíos de los Reinos de España... fol. 6.
48
para evitar la influencia religiosa que, al parecer, los judíos ejercían sobre los cristianos.
Esta medidas de discriminación se resumen en la decisión adoptada por las Cortes de
Toledo de 1480, que obligaba a los judíos a vivir en barrios apartados, llamados juderías o
aljamas: “(...) en las Cortes de Toledo de 1480 mandamos apartar los judíos en todas las
ciudades, villas y lugares de nuestros reinos, dándoles juderías y lugares apartados donde
vivieran juntos en su pecado (...)”.162
Otras causas esgrimidas por los Reyes Católicos para expulsar a los judíos fueron de
naturaleza política. Uno de las razones de la animadversión popular que recayó sobre la
población judía a lo largo de los siglos se cimentaba en el imaginario desfavorable que se
había enfocado en la práctica de la usura, la supuesta acumulación de riquezas y la
proximidad al poder real.163 Con base en lo anterior, los monarcas católicos legitimaron la
supresión de un sector de la sociedad española al cual consideraban como un eventual foco
de conflictos sociales, favoreciendo los intereses de la pequeña y mediana nobleza.164
Al ser tomada la decisión de expulsar a los judíos, el texto del Edicto fijaba las condiciones
para tal proceso. Se ordenaba salir con carácter terminante y sin excepción a todos los
judíos que no sólo eran expulsados de los reinos peninsulares, sino de todos los dominios
de los monarcas Católicos. El término para su salida era de cuatro meses, es decir, hasta el
31 de julio de 1492. A pesar de ello, un edicto posterior redactado por el inquisidor general
49
Fray Tomás de Torquemada amplió el plazo a diez días para ajustar el tiempo pasado entre
la promulgación y el conocimiento del decreto.165 Se daba la orden de salida en ese plazo
bajo pena de muerte y confiscación de sus bienes. No obstante, y en el término estipulado,
los Reyes Católicos garantizaron las condiciones necesarias para que los hebreos pudieran
vender toda su fortuna, que pudieron llevar en forma de letras de cambio, ya que estaba
prohibido sacar de los reinos de Castilla y Aragón oro, plata, monedas, armas y caballos.166
165 Federico Urdina Martorrel, Guía del Archivo de la Corona de Aragón, (Madrid: 1986), 268-269.
166Provisión realpara la expulsión de losjudíos de los Reinos de España... fol. 7.
167 Julio Caro Baroja, Los judíos en la España moderna y contemporánea, Volumen 1, (España: Istmo, 2000),
73-90. En este libro el profesor Baroja dedica un capítulo al estudio de los judíos y su incidencia en la
economía de la España Medieval y Moderna.
50
ORÍGENES Y FUNDACIÓN DE LA INQUISICIÓN ESPAÑOLA
168 La expresión brazo seglar o brazo secular en los textos inquisitoriales, designaba: «La jurisdicción y
potestad Real o temporal, que reside en los Tribunales seculares. Entregar al brazo seglar. Es poner al Juez
Eclesiástico el reo digno de muerte en poder de la Justicia Seculár, para que le castigue, y haga ejecutar la
pena que huviere merecido por sus delitos: lo que sucéde quando la Justicia Eclesiástica degráda a algun
Clérigo, o quando el Tribunál de la Inquisición relaxa a algun reo convencido y obstinado en errores contra la
Fé, que antes havía professado publicamente». Diccionario de Autoridades - Tomo I (1726). Los
inquisidores, como jueces supremos del tribunal inquisitorial, señalaban a las autoridades laicas (brazo
secular) los procesados que habían demostrado ser pertinaces en su herejía. La herejía era un delito
meramente eclesiástico, su ejecución era asignada únicamente a jueces seculares, bajo el derecho civil, de ahí
la expresión: «relajado al brazo seglar». Miguel Jiménez Monteserín, «Modalidades y sentido histórico del
Auto de Fe», en Historia de la Inquisición en España y América / Bartolomé Escandell Bonet (dir.), Joaquín
Pérez Villanueva (dir.), Vol. 2 (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1993), 585.
169 Los Albigenses o Cátaros fueron una agrupación de sectas heréticas que se difundieron por Europa
alrededor de los siglos XI-XIII. Negaban la divinidad de Cristo arguyendo que en la carne, como elemento
constitutivo del ser, no existía maldad. La Iglesia intentaría rectificar la conducta religiosa de los Albigenses a
través de la actividad misionera, tras cuyo fracaso, optarían por la erradicación de la secta a través de la
autoridad inquisitorial. Ricardo García Cárcel, Doris Moreno Martínez, Inquisición. Historia crítica, (Madrid:
Temas de Hoy, 2000), 25.
170 Francisco Martín Hernández, «La Inquisición en España antes de los Reyes Católicos» en La Inquisición
española. Nueva visión, nuevos horizontes, J. Pérez Villanueva (coord.), (España: Siglo XXI, 1980), 11-28.
171 El Fuero Real como Derecho secular reproducido en las Partidas, establecía que aquellos cristianos que se
tornaran judíos, debía imponérseles la pena de muerte y la confiscación de sus bienes. De aquí se infiere que
el Fuero real estableció un precedente de relación entre las nociones de delito y de pecado, donde el Derecho
secular castigaba como delitos verdaderos las acciones que, inicialmente, contravenían el fuero de la
conciencia. José María García Marín, «Proceso inquisitorial-proceso regio. Las garantías del procesado» en
51
A finales de la primera mitad del siglo XV el Papa Nicolás V nombró como inquisidores
pontificios al obispo de Osma, Roberto de Moya, y al vicario del obispado de Salamanca,
Gonzalo Pérez de Vivero, para que actuaran en contra de la comunidad conversa; como
resultado de la confrontación entre éstos y los cristianos viejos. En 1441 el Papa Eugenio
IV, establecía en su Bula que si los conversos retornaban al judaismo debían ser
sancionados por un tribunal inquisitorial. En 1451, el Papa Nicolás V dictaba una Bula en
la que autorizaba al obispo de Osma y al vicario de la Diócesis de Salamanca a actuar en
los procesos de la Inquisición contra aquellos conversos que judaizaban. En 1455, Alonso
de Oropesa, general de los jerónimos, enviaba una misiva a Enrique IV en la que solicitaba
la creación de una Inquisición en los territorios de Castilla para acabar con los “malos
cristianos” o sospechosos en la fe. 172
Intolleranza religiosa e ragion di Stato nell’Europa mediterranea: Inquisizione e santo uffizio / coord. por
Andrea Romano, (Italia: Dott A. Giuffre Editore, 2002), 39-60.
172 Carlos Carrete Parrando, El Judaismo español y la Inquisición, (España, Fundación MAPFRE, 1992), 24.
173 La bula del Papa Sixto IV que establecía la Inquisición en Castilla afirmaba: «que en diversas ciudades,
tierras y lugares de los reinos de las Españas, ha aparecido muchos que, regenerados en Cristo por el sagrado
baño del bautismo sin haber sido coaccionados para ello y adoptando apariencia de cristianos, no ha temido
hasta ahora pasar o volver a los ritos y usos de los judíos, ni conservar las creencias o los mandamientos de la
superstición e infidelidad judaica, ni abandonar la verdad de la fe ortodoxa, su culto y la creencia en los
artículos de esa misma fe (...) Y más libres de temor cada día, no solo persisten en ellos mismos en su
ceguera, sino que a aquellos que nacen de ellos y a otros con los que tratan les contagian de su perfidia,
creciendo así su número no poco». Gonzalo Martínez Diez, Bulario de la Inquisición española. Hasta la
muerte de Fernando el Católico, (Madrid: Editorial Complutense, 1998), 75.
174 José Antonio Escudero, Estudios sobre la Inquisición, (Madrid: Marcial Pons, 2005) 107.
52
Los anteriores casos solo llegaron a ser el preludio para la instauración de una Inquisición
formal en los territorios cristianos de España. La fundación de la Inquisición en la
Península partiría de la creación de una institución autóctona, cuyo control por parte del
poder regio fue parcial, encontrándose reducido a la designación o proposición ante el
Papa de los inquisidores que habrían de liderarla. La Inquisición Española no surgió
como un estamento que se encargaría prioritariamente de la problemática judía y conversa,
sino específicamente de la judaizante. Éste organismo eclesiástico se conformó como una
auténtica organización religiosa cuya finalidad fundamental fue la de terminar con la
herejía judaizante a través de la represión ideológica de la heterodoxia religiosa mosaica.
Los judaizantes fueron considerados como el objetivo inicial del Santo Oficio. La herejía
implícita en la práctica religiosa judaizante, representaba un abandono a la vez que una
desviación del dogma religioso católico, razón por la cual los primeros inquisidores
determinaron su erradicación como manifestación de fe contraria al dogma cristiano.
En 1480 los Reyes Católicos nombraron a dos frailes dominicos como los primeros
inquisidores del Reino de Castilla. Ellos fueron fray San Juan de Martín, bachiller en
Teología y fray Miguel de Morillo, maestro en Teología.17517617Posterior a éste nombramiento,
el rey Fernando delegaría a Cristofor de Gualbes y Joan Arts como inquisidores en el Reino
de Aragón, simultáneamente nombraría a Joan d Pila como inquisidor del tribunal de
Zaragoza. En la ciudad de Barcelona se nombraría a Pere Compte, siendo sustituido en
1484 por los inquisidores Fray Joan Franco y Guillem Caselles; fue inicialmente en estos
territorios donde la institución inquisitorial comenzaría su accionar en contra de los
judaizantes.
Poco antes de morir el papa Sixto IV, los Reyes Católicos le solicitaron la designación de
fray Tomas de Torquemada como inquisidor general de los reinos de Castilla y Aragón,
175 Ernesto García Fernández, «Los conversos y la Inquisición», Clío & Crimen: Revista del Centro de
Historia del Crimen de Durango, N° 2, (2005): 207-236.
176 Para un estudio sobre el nombramiento de los primeros inquisidores se puede consultar a José Antonio
Escudero, «Netanyahu y los orígenes de la Inquisición española», en Revista de la Inquisición, N° 7, (1998):
9-46.
177 Luis Suárez Fernández, Los Reyes Católicos. La expansión de la fe,..., (Madrid, RIALP, 1990) 33-58.
53
nombramiento que se realizó en el año 1483. En un comienzo, el trabajo de Torquemada
frente a la Inquisición se centró en solicitar a los Reyes el apoyo necesario para el solvente
funcionamiento del aparato inquisitorial, para ello Torquemada requirió el apoyo de las
autoridades eclesiásticas en cada uno de los municipios de los reinos peninsulares.
Torquemada expidió una serie de disposiciones denominadas como Series de Instrucciones,
las cuales delimitaban el número y la calidad de quienes integraban el tribunal, los
ordenamientos a seguir en los actos importantes como la redacción de Edictos de fe, los
modos para la confiscación de bienes y su guarda al igual que la organización de los
archivos secretos de los tribunales. 178
Hallamos en el periodo comprendido entre 1478 y 1484 una institución inquisitorial aún en
formación y por tanto arraigada en el modelo medieval, a la vez que en la búsqueda de su
propia identidad. Es un Tribunal que intenta precisar las características de su objeto de
persecución, lo que le llevara a grandes desplazamientos en la búsqueda de judaizantes,
intentando hallar indicios fiables y delaciones verosímiles. Inicialmente, sus
procedimientos estuvieron sujetos a las Instrucciones, cuyo contenido general no satisfacía
las necesidades referentes a la correcta identificación de muchos judaizantes y sus prácticas
heréticas. Pese a ello el incipiente dispositivo inquisitorial desarrolló ciertos rasgos
distinguibles como su sujeción al poder real y la imposición de una nueva jurisdicción al
interior de los reinos de Castilla y Aragón.1789
178 J. C. Galende Diez, S. Cabezas fontanilla, «Historia y documentación del Santo Oficio español: el período
fundacional», en III Jornada Científica sobre documentación en la Época de los Reyes Católicos, J. C.
Galende Diez (dir.), (Madrid, Universidad Complutense, 2004), 138-139.
179 A causa del reconocimiento por parte del Santo Oficio de la extensión de la herejía judaizante, y al no
existir precedentes comprensivos sobre dicha problemática religiosa, fueron finalmente el inquisidor general y
el Consejo de la Suprema quienes se responsabilizaron de regular de modo uniforme la actuación judicial de
los diferentes tribunales de distrito, a través de la redacción y divulgación de Instrucciones inquisitoriales. El
objetivo de éstas era que los inquisidores de distrito tuvieran normas seguras para la diligencia de las causas y
la organización de los tribunales, originándose una unidad de criterio y jurisprudencia para el arraigo
administrativo de una incipiente estructura inquisitorial. Juan Carlos Domínguez Nafría, «La "copilación" de
las instrucciones inquisitoriales de Gaspar Isidro de Argüello», Revista de la Inquisición: (intolerancia y
derechos humanos), N° 12, (2006): 137-276. José Luis González Novalín, «Las instrucciones de la
Inquisición española. De Torquemada a Valdés (1484-1561)» en Perfiles jurídicos de la Inquisición española,
José Antonio Escudero López (coord.), (Madrid: Instituto de Historia de la Inquisición, 1986) 91-110.
54
LA TRAYECTORIA HISTÓRICA DE LA INQUISICIÓN EN EL SIGLO XVI
Para el siglo XVI la Inquisición se consolidó como un tribunal con jurisdicción especial
para perseguir la herejía y como una institución caracterizada por una estructura
administrativa más sólida. Para esta época el aparato inquisitorial se convirtió en un
instrumento de aculturación y de instrucción de la ortodoxia católica, que además
contemplaría la amplitud de su rango jurisdiccional. En éste periodo se intentó bloquear las
apelaciones de procesados judaizantes que eran elevadas al Papa en Roma, situación que
causaba una serie de conflictos desde la fundación de la Inquisición ya que se producía un
choque de poderes entre el monarca, los inquisidores y el Papa. Los pontífices dispensaron
cartas de absolución e inhibición pontificia como requerimientos especiales ya fuese de los
procesados o por solicitud expresa del rey, esto no era bien visto por muchos inquisidores,
quienes preferían actuar de manera independiente.18018
Para el año de 1523 el papa Adriano VI delegaba a la figura del inquisidor general la
jurisdicción exclusiva respecto a las apelaciones, siendo confirmada esta decisión por el
Papa Clemente VII en 1524 y 1525. La supresión de la competencia jurisdiccional
pontificia fue esencial para que la Inquisición pudiese actuar con libertad respecto de la
extensión de su jurisdicción, dirigiendo su accionar en contra de otros delitos como la
sodomía, la herejía, la blasfemia y la bigamia. Fue en esta época donde se recopilaron las
Instrucciones de los inquisidores generales, Torquemada, Deza y Cisneros. Lo anterior
permitiría un control más estricto de las visitas de los comisarios de la Inquisición al igual
que de las relaciones de causa, rehaciendo el alcance del poder inquisitorial en los
territorios donde funcionaban los distintos tribunales. 181
55
principal la mediación suscitada entre Madrid y Roma por parte del general de la Compañía
de Jesús Francisco de Borja. Las mejoras económicas también fueron significativas, ya que
en 1559 el papa Paulo IV otorgaba la concesión a la Inquisición de las rentas de la primera
canonjía de todas las iglesias municipales, catedrales y colegiales; esto engrosaría de
manera sustancial las arcas del tribunal. En esta época también se finalizaría la formación
de la geografía inquisitorial con la fundación de los tribunales americanos en los territorios
de Lima (1570) y de Nueva España (1579). Con la llegada de la herejía judaizante al
Nuevo Mundo, se incorporaría una nueva expresión de fe en el contexto colonial, una
manifestación religiosa caracterizada por una falta de contacto con elementos religiosos
distintivos de un judaísmo peninsular, al igual que un desarrollo particular de un sujeto
religioso identificado con los descendientes de conversos provenientes de la Península.
Como ya lo he expresado, la fundación del tribunal inquisitorial español buscó acabar con
los falsos conversos, aquellos que en lo oculto se mantuvieron fieles a la ley mosaica y
continuaban con su práctica religiosa judía. La bula expedida por el Papa Sixto IV no sólo
contenía los términos generales para la erradicación de la herejía en los reinos cristianos de
España, sino también, un énfasis exclusivo en la erradicación de la herejía judaizante. 183
56
2.156 judaizantes, en Mallorca de 1488 a 1535 se procesaron 769 de los cuales 534 fueron
condenados a muerte, en 1530 el aumento de delaciones en localidades como Cuenca,
Llerena y Murcia, hizo que el actuar inquisitorial se focalizara en la búsqueda y
reconocimiento de judaizantes en dichas ciudades hasta 1570, en La Mancha y Andalucía
las persecuciones se extendieron hasta la última década del siglo XVI. 184
184 Jaime Contreras Contreras, «El período fundacional: el sentido de la coyuntura, la fase conversa y
morisca» y Bartolomé Escandell Bonet, «La consolidación del Santo Oficio (1517-1569): la coyuntura
ideológica, procesos y caracteres de la etapa», en Historia de la Inquisición en España y América / Bartolomé
Escandell Bonet (dir.), Joaquín Pérez Villanueva (dir.), Vol. 1 (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos,
1993), 427-442.
185 Rolf Eberenz y Mariel de la Torre, Conversaciones estrechamente vigiladas. Interacción coloquial y
español oral en las actas inquisitoriales de los siglos X V a XVII, (Zaragoza: Libros Pórtico, 2003), 18.
57
LA ESTRUCTURA Y EL PROCEDIMIENTO INQUISITORIAL
Todos los Tribunales estaban integrados por dos inquisidores, un calificador, un alguacil y
un fiscal. A lo largo del tiempo, y con el desarrollo organizacional de la Inquisición, se
fueron creando nuevos cargos. El tribunal inquisitorial estaba compuesto principalmente
por: los inquisidores, los cuales tenían mayor conocimiento del derecho que de la teología,
el procurador fiscal, que era el encargado de elaborar la acusación, investigando las
denuncias e interrogando a los testigos, los calificadores, eran generalmente teólogos y
tenían la responsabilidad de determinar si en la conducta del acusado existía delito contra la
fe, y los consultores, los cuales eran juristas que aconsejaban al tribunal en los procesos. 187
Existían también dentro del tribunal tres secretarios: el notario del secuestro, que se
encargaba del registro de las posesiones del procesado en el momento de su detención, el
notario del secreto, quien hacía registro de las afirmaciones de los testigos y del acusado, y
el escribano general, que se desempeñaba como secretario general del tribunal. Otros
empleados del tribunal eran: el alguacil, funcionario ejecutivo del tribunal, a éste le
186 José Ramón Rodríguez Besné, El consejo de la Suprema Inquisición, Perfil jurídico de una institución,
(Madrid: Editorial Complutense, 2000) 49-115.
187 Ricardo García Cárcel, Doris Moreno Martínez, Inquisición. Historia critica..., 115-126.
58
correspondía detener y encerrar a los acusados, el nuncio, que se encargaba de publicar las
declaraciones del tribunal, el alcalde o carcelero, responsable de alimentar a los presos y el
comisario, que eran sacerdotes locales que servían como informantes para la Inquisición. 188
Después de la lectura del Edicto de fe, y tras haber identificado a los sospechosos, se daba
comienzo al proceso de averiguación. La recopilación de los indicios recabados durante la
etapa informativa no era suficiente para dar inicio a un proceso en contra de una persona en
particular. Sólo era suficiente la confirmación de la herejía la cual era necesario verificar
con la aseveración de los testigos que auxiliaban el testimonio del delator. Una vez
establecidas y consideradas las proposiciones, y si se consideraban comprobatorias, el texto
de registro de las mismas era enviado a La Suprema, que determinaba la viabilidad para dar
inicio al proceso.
188 Ricardo García Cárcel, Doris Moreno Martínez, Inquisición. Historia crítica..., 132-135.
189 Alicia Gojman goldberg y Luis Manuel Martínez Escutia, «La función del edicto de fe en el proceso
inquisitorial», en Memorias del III Congreso de Historial del Derecho Mexicano, (México: UNAM, 1984),
261-279.
190 Ricardo García Cárcel, Doris Moreno Martínez, Inquisición. Historia crítica..., 165.
59
Posteriormente, y tras la autorización de la Suprema de dar inicio al proceso, el tribunal de
distrito, citaba al sospechoso de herejía, formalizando su detención y encarcelamiento. Se
solía suceder que muchas de las detenciones del tribunal eran de carácter preventivo,
existiendo situaciones en las que los acusados esperaban hasta dos años en el calabozo
antes de que los calificadores estudiaran su caso. A la par de este proceso, el notario del
secuestro y el alguacil del tribunal, hacían el registro del inventario de la totalidad de los
bienes de propiedad del acusado, siendo estos puestos a disposición del tribunal.191
Los bienes del procesado eran utilizados para sufragar los gastos de su propio
mantenimiento y las expensas procesales. Todo el procedimiento era realizado con el
mayor secreto, tanto para el público como para el propio inculpado, el cual no era puesto en
conocimiento de las acusaciones que pesaban sobre él; pudiendo transcurrir años sin
conocer la razón de su encierro.
El proceso inquisitorial ordinario comenzaba con el llamamiento del reo a la cámara del
secreto, donde se encontraban reunidos los inquisidores junto al fiscal, en otro lugar del
recinto, se ubicaban el notario del secreto, haciendo registro fiel de todo lo que sucedía en
la audiencia. La mayoría de interpelaciones al procesado solían comenzar con la pregunta
sobre su identidad, a lo cual, éste respondía con una relación genealógica. Posterior a ello,
lo inquirían respecto de si conocía las razones por las cuales se encontraba allí. En un inicio
el reo reconocía el haber cometido delitos menores, motivo por el cual era encerrado hasta
la fijación de una nueva audiencia. Si el procesado sostenía sus afirmaciones iniciales en la
segunda audiencia, no declarando delitos más graves, el procedimiento continuaba su
desarrollo normal hasta la fase acusatoria.192
191 Ricardo García Cárcel, Doris Moreno Martínez, Inquisición. Historia crítica..., 166-167.
192 Ricardo García Cárcel, Doris Moreno Martínez, Inquisición. Historia crítica..., 168.
60
formas de comprobación: la propia confesión y la prueba testifical. La primera, podía
pertenecer al ámbito de lectura del Edicto de fe con lo cual era reconciliado, la segunda
llego a constituir el medio primordial del procedimiento inquisitorial hispano. La prueba
testifical de la acusación la formalizaba el fiscal, siendo argumentada con la declaración de
los testigos sin que estos entraran en contacto con el acusado. 193
Una vez terminada la fase probatoria, tanto el fiscal como la defensa daban por cerrado el
proceso dictando la sentencia. Esta podía ser leída en privado si era absolutoria o también
en acto público, siendo esta de un carácter más formal al narrar con detalle los trámites
procesales seguidos. Si el acusado era declarado culpable los inquisidores procedían a
determinar la pena en correspondencia con la gravedad de la infracción, estas eran la
abjuración, de levi (cuando el delito era leve, como la blasfemia) o de vehementi (cuando el
delito era grave, como judaizar), pena de muerte o relajación, pena privativa de la libertad,
el hogar por cárcel, azotes, galeras y penitencias.193194
193 Ricardo García Cárcel, Doris Moreno Martínez, Inquisición. Historia crítica..., 169.
194 Ricardo García Cárcel, Doris Moreno Martínez, Inquisición. Historia crítica..., 171-174.
61
CAPÍTULO 2. INQUISICIÓN Y RELIGIOSIDAD JUDAIZANTE EN LIMA S. XVI
- XVII
A pesar del mandato inicial, en el año de 1501, los Reyes católicos reiteraban la orden al
gobernador de la isla La Española, Nicolás de Ovando, de no permitir el paso de “moros ni
judíos, ni herejes ni reconciliados ni personas nuevamente convertidas a nuestra fe, salvo si
fuesen esclavos negros u otros esclavos negros que hayan nacido en poder de cristianos
nuestros súbditos y naturales”. En 1508, los representantes de la Corona en la isla La
Española solicitaban a su Majestad que ordenara la salida de la isla a todos los
descendientes de judíos y moros procesados por el Santo Oficio. Por tanto, a pesar de las
restricciones, y gracias a los sobornos y el tráfico de licencias entre los oficiales reales
195 Esteban Mira Caballos, «Los prohibidos en la emigración a América (1492-1550)», Estudios de Historia
Social y Económica de América, N° 12, (1995): 37-53.
196 Jerónimo de Mendieta, Historia eclesiástica indiana (Barcelona: Linkgua digital, 2012), 38-39.
197 Diego de Encinas, Cedulario indiano (Madrid: Cultura Hispánica, 1946), 455.
198 Yolanda Quesada Morillas, «La expulsión de los judíos andaluces a finales del siglo XV y su prohibición
de pase a Indias», Actas del I Congreso Internacional sobre Migraciones en Andalucía, F. J. García Castaño y
N. Kressova. Coords. (Granada: Instituto de Migraciones, 2011) 2099-2106.
62
radicados en Sevilla, muchos conversos lograrían llegar a América, trayendo consigo las
viejas problemáticas y realidades provenientes de la Península.199
En 1517 asumía el cargo de inquisidor general Francisco Jiménez de Cisneros, siendo una
de sus primeras disposiciones que los superiores de las comunidades cristianas del Nuevo
Mundo fungieran como inquisidores, delegando sobre ellos suficiente autonomía para
castigar delitos en contra de la fe católica. Esta facultad sería asumida inicialmente por el
prelado Alonso Manso, obispo de Puerto Rico (1520), quien organizó lo que podemos
considerar como el primer auto de fe en la América hispánica. En este auto fue condenado
por herejía judaizante el escribano Alonso de Escalante, el primer relajado a manos de la
Inquisición americana.200 Entre los años de 1536 a 1543 el prelado de Nueva España, Juan
de Zumárraga, juzgaría 150 causas de fe, dentro de las cuales se incluía el delito de
judaizar.201
Ante este escenario, entre 1550 y 1570 comenzaron a llegar a la Península peticiones de
varios obispos a favor del establecimiento en Indias de tribunales permanentes del Santo
Oficio que dependiesen del Consejo de la Suprema en España. Las solicitudes apuntaban a
la impericia de una Inquisición ordinaria que se había recluido en las iglesias, imponiendo
castigos leves a manera de penitencias canónicas, como asistir en ocasiones determinadas a
la congregación, rezar determinadas oraciones o hacer ayunos. A lo anterior se sumó que
los asuntos inquisitoriales fueron intervenidos por las autoridades civiles, haciéndose
necesaria la incorporación de personas idóneas para el juzgamiento de la ortodoxia religiosa
católica.202
199 Claudio Guillen, «Un padrón de conversos sevillanos (1510)», Bulletin Hispanique, Vol. 65, Número 1
(1963): 49-98.
200 José Toribio Medina, La primitiva inquisición americana (1493-1569): estudio histórico, Vol. 1,
(Santiago de Chile: Imprenta Elzeviriana, 1914), 82-84.
201 Bartolomé Bennassar, La América española y la América portuguesa siglos XVI-XVIII (Madrid: Akal,
2001)185
202 Bartolomé Escandell Bonet, Bartolomé, «El apogeo del Santo Oficio (1569-1621): las adecuaciones
estructurales, establecimiento de la Inquisición en Indias» en Historia de la Inquisición en España y América
- Vol. 1: El conocimiento científico y el proceso histórico de la Institución (1478-1834), Escandell Bonet y
Joaquín Pérez Villanueva (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1993), 713-723.
63
Como ejemplo de estas inconformidades, hacia 1568, Fray Juan de Vivero expresaba al rey
Felipe II la situación religiosa en Cuzco declarándole que: “lo espiritual ha estado y está
muy caído en estos reinos, y así hecho poco provecho en la doctrina de los naturales:
cáusalo los muchos malos ejemplos que en esta tierra se han dado y dan y el descuido de
los prelados» . Por el mismo año Fray Pedro de la Peña, obispo de Quito, le decía al
inquisidor general Diego de Espinosa que: « (...) había clamado al rey y a su Real Consejo
muchas veces para que proveyesen estos reinos de Inquisición más que ordinaria (...)». 203204205
Como consecuencia de las distintas quejas y problemáticas planteadas por los eclesiásticos
católicos americanos en torno al control que debería existir en materia de fe, el 25 de enero
de 1569 se expidió una cedula real a través de la cual se ordenaba la fundación de un
tribunal del Santo Oficio en la ciudad de Lima, posteriormente, el 4 de noviembre de 1571,
se fundaría el Tribunal de la Inquisición de Nueva España. 205
203 José Toribio Medina, Historia del Tribunal de la Inquisición de Lima 1569-1820, (Santiago, Gutenberg,
1887) 19.
204 José Toribio Medina, Historia del Tribunal de la Inquisición de Lima 1569-1820..., 24.
205 Bartolomé Escandell Bonet, Bartolomé, «El apogeo del Santo Oficio (1569-1621): las adecuaciones
estructurales, establecimiento de la Inquisición en Indias» en Historia de la Inquisición en España y
Am érica., 718.
206 El Consejo de la Suprema Inquisición fue creado en 1483, siendo institucionalizado plenamente hasta
1488. El Consejo ejerció su autoridad para la Corona de Castilla y Aragón desde la ciudad de Madrid. El
inquisidor general otorgaba facultades al Consejo las cuales consistían en: «conocer todos y cualesquiera
negocios, causas y pleitos civiles y criminales mixtos y de cualquier otra calidad, que tocantes al Santo Oficio
vinieren a cualquier instancia al Consejo por deuda y por costumbre». El Consejo juzgaba las apelaciones de
causas, intervenía en situaciones de votos disconformes en los procesos más importantes, ocupándose también
64
espacial de los territorios de la jurisdicción americana, para el caso de Lima, su extensión
era tan grande que abarcaba desde la actual Panamá hasta Argentina. La extensión de los
distritos inquisitoriales en la América hispánica respondió a una política colonizadora que
aspiraba a ejercer una regulación de la población en materia de fe a través de las actividades
de control y coerción que realizaba el Santo Oficio. Debido a la amplitud del territorio, al
igual que la número de habitantes que residía en el mismo, la Inquisición limense careció
en muchos casos de comisarios suficientes para cubrir las necesidades procesales de
muchas de las localidades donde se presentaban delitos contra la fe.207
de los delitos incoados en contra de funcionarios del Santo Oficio. Ricardo García Cárcel, Doris Moreno
Martínez, Inquisición. Historia crítica (Madrid: Temas de hoy, Madrid), 104-105.
207 Bartolomé Escandell Bonet y Joaquín Pérez Villanueva, Historia de la Inquisición en España y América -
Vol. 2. Las estructuras del Santo Oficio (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1993), 643.
208 En el Tribunal de Lima, como en cualquier otro distrito metropolitano de la Inquisición, existían dos
inquisidores. Uno era canonista y otro era teólogo. Debido a los imprevistos que surgían como resultado de la
amplitud del territorio que debía ser administrado por estos religiosos, y por las circunstancias de itinerancia
que caracterizaban su oficio, se requirió en muchos casos de la actuación de tres inquisidores para cubrir las
demandas de jurisdicción del distrito inquisitorial peruano. Dicha situación se observó en el Tribunal de Lima
en el año de 1636, cuando se contaría con la presencia de tres inquisidores: Juan Gaitán, Juan Mañozca y
Antonio Castro Castillo. Bartolomé Escandell Bonet, «Sociología inquisitorial americana» en Historia de la
Inquisición en España y América / Bartolomé Escandell Bonet (Dir.), Joaquín Pérez Villanueva (Dir.), Vol. 2
(Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1993), 844-845.
209 El Diccionario de Autoridades define el término de Familiar como: «El Ministro del Santo Oficio, que
aunque no es oficial, acude quando se le llama para assistir a las prisiones y otros encargos que se le hacen.
Latín. Censorum sacrae fidei minister familiaris. RECOP. lib. 4. tit. 1. l. 18. Que en las Inquisiciones de la
Ciudad de Sevilla y Toledo y Granada haya en cada Ciudad de ellas cincuenta familiares, y no más, y en la
65
el respectivo control de los habitantes que residían en el territorio jurisdiccional. La nómina
de funcionarios y el número de los mismos fue variando según las circunstancias procesales
y económicas.
Se debe aclarar que en muchos casos resulta difícil precisar la organización del tribunal
limeño debido a los conflictos que existieron entre su implantación y la consecuente
consolidación de sus estructuras administrativas. A esto se añadieron las aspiraciones del
Tribunal eclesiástico de la Suprema, respecto del alcance efectivo de la actuación de la
Inquisición en el Virreinato peruano y la realidad que acarreó su aplicación en el vasto
contexto territorial que abarcaba. Determinar una estructura organizacional en el Tribunal
de Lima para la primera mitad del siglo XVII, como concepto permanente, es un trabajo
infructuoso del cual no nos ocuparemos en la presente monografía.
Villa de Valladolid quarenta familiares, y en la Ciudad de Cuenca Córdoba y otros quarenta familiares». Real
Academia Española, Diccionario de Autoridades, Tomo III (1732).
210 Bartolomé Escandell Bonet, «La peculiar estructura administrativa y funcional de la Inquisición española
en Indias» en Historia de la Inquisición en España y América / Bartolomé Escandell Bonet (Dir.), Joaquín
Pérez Villanueva (Dir.), Vol. 2 (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1993) 638.
211 Bartolomé Escandell Bonet, «La peculiar estructura administrativa y funcional de la Inquisición española
en Indias» en Historia de la Inquisición en España y América ... ,639-640.
66
concisa las particularidades del procedimiento seguido en el Tribunal de la Inquisición de
Lima y su relación con el modo de proceder de la Inquisición peninsular como variación
jurisdiccional de un distrito inquisitorial en la América hispánica.
212 René Millar Carvacho, «Notas sobre el procedimiento inquisitorial desde la perspectiva del Tribunal de
Lima», Revista Chilena de Historia del Derecho, N° 9 (1983): 131-154.
213 René Millar Carvacho, «Notas sobre el procedimiento inquisitorial desde la perspectiva del Tribunal de
Lima»..., 142, 154.
214 René Millar Carvacho, «Notas sobre el procedimiento inquisitorial desde la perspectiva del Tribunal de
L im a » ., 154.
215 René Millar Carvacho, «Notas sobre el procedimiento inquisitorial desde la perspectiva del Tribunal de
Lima»...,148.
67
del proceso inquisitorial, a saber, la salvación espiritual del hereje y su necesaria
reincorporación al interior de la Iglesia.
Las particularidades procesales del Santo Oficio limense incluyeron, también, algunas
puntualizaciones respecto del ritmo procesal del tribunal. Como lo he mencionado, una de
las mayores dificultades con las cuales se enfrentó la Inquisición en América fue el alcance
territorial de los distritos y la lentitud de la comunicación entre estos y el Consejo de la
Suprema. Lo anterior habría de determinar las variables en la intensidad procesal del
Tribunal, al igual que el énfasis en el juzgamiento de ciertos delitos.
En el siglo XVI, el tribunal peruano solo poseía un promedio del 16,2 % de la totalidad de
los procesos incoados en los principales distritos de la Inquisición española (Toledo,
Valencia, Galicia y Nueva España). Esta cifra se redujo aún más en el siglo XVII,
representando sólo el 6,25 %. Si analizamos específicamente la actividad procesal limeña
en la primera mitad del siglo XVII, encontraremos que entre los años de 1600 y 1621 se
adelantaron 255 procesos, entre 1622 y 1641 se realizaron 199 procesos.216217 En lo que
refiere a una diferencia delictiva y su proporción numérica en el siglo XVII en el Tribunal
de Lima, en el periodo de 1621 a 1700, encontramos un significativo número de 137
procesos en contra de judaizantes, 90 por bigamia, 77 por supersticiones y 31 por
proposiciones blasfemas. 217
216 Bartolomé Escandell Bonet, «La peculiar estructura administrativa y funcional de la Inquisición española
en Indias» en Historia de la Inquisición en España y América..., 653.
217 Bartolomé Escandell Bonet, «La peculiar estructura administrativa y funcional de la Inquisición española
en Indias» en Historia de la Inquisición en España y América..., 656.
68
realizaré un breve análisis sobre las generalidades del Virreinato de Lima y cómo éste
distrito colonial llego a constituirse en un destino predilecto para muchos judaizantes.
El espacio de estudio del presente trabajo se circunscribe a la ciudad de Lima, capital del
Virreinato del Perú. Lima fue fundada en 1535, siendo una de las primeras urbes españolas
en Hispanoamérica. Predestinada a configurarse como centro principal del Virreinato
Colonial en América del Sur, Lima fue establecida desde el inicio como un eje de conquista
y dominación política de vastos territorios coloniales. Desde esta ciudad, los conquistadores
establecieron las campañas militares contra los centros de poder indígena del
Tahuantinsuyo. De igual forma, en la ciudad se establecieron las principales instituciones
de la administración colonial, así como sus más altos funcionarios y órdenes religiosas.218
La ciudad de Lima se convirtió en la capital del Virreinato del Perú. Ésta se fundó en 1542
mediante Real Cédula expedida por el rey Carlos I de España, quien buscaba ejercer una
autoridad y dominio absoluto en las nuevas tierras americanas. Lima era el centro político y
económico del Virreinato peruano. Este se relacionó con la metrópoli a través de Panamá; a
través de uno de los principales circuitos comerciales hacia Cartagena y Quito, por el norte,
y hacia Chile y Potosí, por el sur, atravesando igualmente por otras ciudades intermedias en
el Caribe; llegando a los reinos de España.219
La función política y administrativa de Lima en la segunda mitad del siglo XVI, estableció
una forma de dominación patrimonial y burocrática con el resto del territorio colonial. Esta
se basaba en el hecho de que los conquistadores y sus descendientes, ya fueran
funcionarios, comerciantes o militares, establecieron diferentes mecanismos políticos para
la adjudicación de los excedentes económicos producidos por la población indígena y
218 Franklin Pease, Perú. Hombre e Historia. Volumen 2, Entre el siglo XVI y XVIII (Lima: EDUBANCO,
1992), 113-348.
219 Ana María Lorandí, Ni ley, ni rey, ni hombre virtuoso-Guerra y sociedad en el Virreinato del Perú. Siglos
XVI y XVII (Madrid: GEDISA, 2009), 149-178.
69
esclava en el resto del territorio del Virreinato. Gran parte de estos beneficios económicos
fueron enviados a España con el objetivo de pagar deudas de guerra y sostenimiento del
ostentoso estilo de vida de la corte española.
La importancia de la Ciudad de los Reyes a lo largo del siglo XVII puede ser considerada
de acuerdo a la atracción que ejercía como eje central del área meridional de las Indias
españolas. Es de resaltar que durante el siglo en mención, Lima ostentó la capitalidad de un
Virreinato que se extendía a lo largo del territorio que hoy ocupan ocho naciones -Panamá,
Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Argentina y Chile-. Lima fue sede de
audiencia y asiento (hasta 1648) de la única universidad en el hemisferio austral
(Universidad de San Marcos), así como cabecera de distrito de un tribunal de la Santa
Inquisición. En el ámbito económico, Lima constituyó un núcleo financiero como depósito
central de las rentas reales del Virreinato y como plataforma comercial, llegando a rivalizar201
220 Peter Bradley, «El Perú y el mundo exterior. extranjeros, enemigos y herejes (Siglos XVI-XVII)», Revista
de Indias, 2001, Vol. 61, N° 223 (2001): 651-671.
221 Para el siglo XVII, la ciudad de Lima se extendía sobre una planicie levemente inclinada hacia el Mar del
Sur (del que distaba unos diez kilómetros). La ciudad virreinal de Lima contaba con aproximadamente dos
mil quinientos inmuebles distribuidos en el área ocupada por unas catorce manzanas de norte a sur, y
alrededor de veinticinco de este a oeste. En el centro de la ciudad colonial de Lima se encontraba la Plaza
Mayor que concentraba los edificios que simbolizaban el poder administrativo y religioso: el Palacio de
Gobierno, el Ayuntamiento y la Iglesia. La Plaza, ubicada adyacente al río Rímac, desempeñaba diferentes
funciones: mercado principal, área para las celebraciones cívicas y religiosas, y punto de reunión militar en
tiempos de guerra. En su perímetro se ubicaban las calles principales donde, a manera de privilegio, residían
los habitantes más ricos y poderosos de la ciudad (descendientes de conquistadores, escala eclesiástica y altos
funcionarios coloniales). En estas calles se construían las casas privadas y los edificios públicos más grandes
y de mejor calidad. María Antonia Duran Montero, Lima en el siglo XVII, Arquitectura, urbanismo y vida
cotidiana (Sevilla, Diputación Provincial de Sevilla, 1994), 53-65.
70
su Tribunal del Consulado con su par sevillano. 222 Además de lo anterior, Lima fue el foco
de atención para la emigración de muchos portugueses entre quienes se contaban los
judaizantes, quienes huían del alcance de la inquisición portuguesa con el ánimo de residir
en tierras lejanas donde pudieran practicar su fe. 223
222 Carlos Contreras, ed.; Héctor Noejovich, Carmen Salazar-Soler, Margarita Suárez, Luis Miguel Glave y
Miriam Salas, Compendio de historia económica del Perú II: Economía del período colonial temprano
(Lima: BCRP; IEP, 2009), 229-291.
223 Si bien la profesora Sullón aclara que no toda la población en Lima en el siglo XVI y XVII era
judeoportugues, ésta reconoce que un porcentaje significativo de la misma era de procedencia judía. Gleydi
Sullón Barreto, «Portugueses en el Perú virreinal (1570- 1680), Una aproximación al estado de la cuestión»,
Mercurio Peruano, N°. 523 (2010): 116-129.
224 Constanza López Lamerain, «El III Concilio de Lima y la conformación de una normativa evangelizadora
para la provincia eclesiástica del Perú», Intus - legere: historia, Año 5, N°. 2 (2011): 51-68.
225 Para un estudio sobre la población extranjera en Lima entre los siglos XVI y XVII, entre ella la judaizante,
pueden consultar los estudios de Cristóbal Bermúdez Plata (Dir.), Catálogo de pasajeros a Indias durante los
siglos XVI, X V IIy XVIII, (Sevilla: Espasa, 1946). Tamar Herzog, Vecinos y extranjeros. Hacerse español en
la Edad Moderna (Madrid: Alianza Editorial, 2006). Auke P. Jacobs, Los movimientos migratorios entre
Castilla e Hispanoamérica durante el reinado de Felipe III, 1598-1621 (Atlanta, Rodopi, 1995). Rene Millar,
Inquisición y Sociedad en el Virreinato Peruano. Estudios sobre el Tribunal de la Inquisición de Lima
(Santiago de Chile: Ediciones Universidad Católica de Chile, 1998). Julio Caro Baroja, Los judíos en la
España Moderna y Contemporánea (Madrid: Arión, 1962). Antonio Domínguez Ortiz, Los judeoconversos en
71
inquisitoriales en Lima. Estas pusieron en funcionamiento sus facultades de juzgamiento,
persiguiendo las desviaciones de la Santa Fe como lo era el judaizar.
La Inquisición de Lima comenzó a funcionar en el año de 1570, siendo Virrey del Perú
Francisco Álvarez de Toledo. Los primeros inquisidores designados para el tribunal fueron
el licenciado en cánones y leyes Serván de Cerezuela y el doctor Andrés de Bustamante;
éste último fallecería en el transcurso del viaje desde la Península hacia Lima.226 En un
comienzo, el tribunal limeño enfatizó su accionar en el control de la población blanca. Esto
incluiría a los llamados “cristianos viejos” al igual que los descendientes de conversos que
habían logrado sortear las prohibiciones reales para llegar a territorio americano. Gran parte
de la población que existía al interior del distrito inquisitorial de Lima eran indígenas, éstos
se encontraban excluidos de la jurisdicción del Santo Oficio por orden de los monarcas
españoles.227
En el periodo comprendido entre 1570 y 1600, los asuntos juzgados por el tribunal limeño
transcurrieron entre expresiones malsonantes (blasfemos), delitos sexuales (bígamos y
solicitantes), delitos contra la fe (secta de Lutero, judaizantes) y prácticas supersticiosas
(invocaciones al demonio, hechicería y quiromancia). Desde un comienzo, el tribunal
limeño se encargó de la salvaguarda de las nociones básicas de fe, como lo eran el respeto a
España y América, (Madrid: ITSMO, 1971). José Monin, Los judíos en la América española. 1492-1810,
(Buenos Aires: Biblioteca Yavne, 1976).
226 José Toribio Medina, Historia del Tribunal de la Inquisición de Lima 1569-1820..., 1-12.
227 En este sentido, y en un comienzo, se prohibió el conocimiento por parte de la Inquisición de los delitos
cometidos por los indios en materia de fe. Los indígenas estaban sujetos al “descargo de la real conciencia”.
Esta noción equivalía a que era la misma potestad del rey y la jurisdicción ordinaria de los obispos la que
regulaba el ámbito religioso de la población india. A pesar de ello, la relación entre los naturales y la
Inquisición disto mucho de quedar suspendida lo que obligó a una estrecha colaboración entre el Santo Oficio
y los tribunales eclesiásticos ordinarios, también llamados audiencias y provisoratos. Solange Behocaray
Alberro, «El Santo Oficio de la Inquisición en la América colonial» en Para una historia de América. Los
Nudos (1), coord. por Alicia Hernández Chávez, Ruggiero Romano, Marcello Carmagnani (México: El
Colegio de México, 1999), 266-285.
72
la Trinidad, a la Iglesia, a la inmaculada Virgen, al sacramento del matrimonio, al estado
eclesiástico, al voto de castidad, etc. 228
Entre los años de 1609 y 1610 fueron redefinidas las áreas de jurisdicción del Tribunal
limeño en relación con la fundación de un nuevo distrito en la ciudad de Cartagena de
Indias, delimitación que estaría vigente hasta la abolición del tribunal en 1820. La
fundación del tribunal de Cartagena de Indias trajo consigo la redistribución de áreas
jurisdiccionales del Santo Oficio americano y la aparición de una estructura geográfica
dividida en tres partes: Nueva España, Cartagena de Indias y Lima. Tras los cambios
acaecidos en 1610 la jurisdicción del tribunal Limeño quedaría reducida a los territorios de
Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay.289230
228 Bartolomé Escandell Bonet, «El apogeo del Santo Oficio (1569-1621). Los hechos y las actividades
inquisitoriales en Indias: el Tribunal peruano en la época de Felipe II» en Historia de la Inquisición en
España y América / Bartolomé Escandell Bonet (Dir.), Joaquín Pérez Villanueva (Dir.), Vol. 1 (Madrid:
Biblioteca de Autores Cristianos, 1993), 919-936.
229 José Toribio Medina, Historia del tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de Cartagena de Indias
(Chile, Elzeviriana, 1899), 24.
230 Bartolomé Escandell Bonet, «Estructura geográfica del dispositivo inquisitorial americano. La definitiva
estructura tripartita», en Historia de la Inquisición en España y América - Vol. 2. Las estructuras del Santo
Oficio, Bartolomé Escandell Bonet y Joaquín Pérez Villanueva (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos,
1993), 55-58.
73
resultado del aumento de delaciones al igual que del ritmo de procesamientos por parte del
tribunal inquisitorial peruano. 231
El periodo que abarca los años de 1622 a 1641 contemplaría la realización de 199 procesos
inquisitoriales, la mayoría de ellos en contra de judaizantes, en total 127 casos, muchos de
estos de origen portugués. Vale la pena resaltar que uno de los mayores porcentajes de
portugueses avecindados en la ciudad de Lima se situó entre los años de 1621 a 1640. La
mayoría de ellos provenían de la ciudad de Lisboa. Estos portugueses tenían entre sí ciertos
elementos comunes como ser jurídicamente extranjeros en la América española, siendo un
grupo heterogéneo que se diferenció por su condición social, económica y cultural. 232
Sabemos por el texto del proceso llevado en contra de Diego Núñez de Silva, padre de
Francisco Maldonado de Silva, que éste era: portugués (...) de casta y generación de judíos,
natural de Lisboa”.233
231María Pilar Pérez Cantó, «El apogeo del Santo Oficio (1569-1621). Los hechos y las actividades
inquisitoriales en Indias: el Tribunal de Lima en tiempos de Felipe III» en Historia de la Inquisición en
España y América / Bartolomé Escandell Bonet (Dir.), Joaquín Pérez Villanueva (Dir.), Vol. 1 (Madrid:
Biblioteca de Autores Cristianos, 1993) 979-983.
232 Sabemos por los estudios doctorales de la profesora Sullón que uno de los mayores porcentajes de
portugueses avecindados en la ciudad de Lima se situó entre los años de 1621 a 1640. En este sentido, y como
ya lo hemos indicado, no todos los portugueses radicados en Lima fueron judaizantes. Prueba de ello es que
de los 63 judaizantes penitenciados en el auto de fe de 1639, 46 eran portugueses, 12 habían nacido en los
reinos de España o en las Indias y únicamente cinco tenían origen portugués. Gleydi Sullón Barreto, Vasallos
y extranjeros. Portugueses en la Lima virreinal, 1570-1680, (Madrid: Universidad Complutense, 2015), 65
73.
233 Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile, Volumen 1, Periodo Colonial, Judíos y Judeoconversos en
Chile Colonial durante los siglos XVI y XVII, El Bachiller Francisco Maldonado de Silva 1592-1639,
Apéndice documental, Proceso contra Diego Núñez de Silva (Chile: Andrés Bello, ), 219.
234 Seymour B. Liebman, «The Great Conspiracy in Peru» en The Americas, Volume 28, N° 2 (1971): 176
190.
74
auto, y tras un proceso de doce largos años, que Maldonado de Silva fue entregado al brazo
seglar y posteriormente quemado en la hoguera. 235
Por tanto, las razones por las cuales se dio un incremento en los procesos inquisitoriales en
contra de judaizantes en la primera mitad del siglo XVII obedecen a razones encontradas.
De un lado, y en la Península, a pesar de la posición oficial, existía una relativa tolerancia
hacia los judíos, cuando el poder económico de los conversos portugueses había alcanzado
un grado de influencia en la Corte española.235236 A lo anterior se sumó que, en 1627, se
otorgaría una gracia temporal a los judeoconversos, facilitándoseles en 1628 la libre
circulación al interior del Imperio español. Las dificultades económicas que la Corona
española padecía para la época, hicieron que la administración regia apelara a la ayuda de
comerciantes portugueses; solicitando una moderación en las actuaciones del Santo
Oficio.237
De otro lado, y según los informes enviados al Consejo de la Suprema en el año de 1610, el
tribunal limeño se encontraba cerca de la bancarrota. En dicho informe los inquisidores
declaraban que la hacienda del tribunal peruano se encontraba en su peor momento,
producto del descenso en confiscaciones que, como recordamos, eran los recursos con los
235 En el texto del proceso en contra de Francisco Maldonado leemos: «En 23 de Henero, domingo, dia de San
Ilefonso de 1639 años que se celebró el auto de la fee, salio a el reo Bachiller Francisco Maldonado de Silva
por otro nombre Heli Judio Nazareo, indigno del Dios de Hisrrael con los libros que manifesto en la audiencia
de 12 de Noviembre de 1638 al cuello, y oida su sentencia fue relajado a la justicia y brazo seglar que le
quemo vivo con los dichos libros y murio pertinaz.» Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile, Volumen
1, Periodo Colonial, Judíos y Judeoconversos en Chile Colonial durante los siglos XVI y XVII, El Bachiller
Francisco Maldonado de Silva 1592-1639, Apéndice documental, Expediente seguido en contra de Francisco
Maldonado de Silva (Chile: Andrés Bello, 1984), 292.
236 Los profesores Díaz Esteban y Joaquín Vallve nos refieren que: «(...) desde los tiempos de Felipe II la
hacienda española estaba en ruina, hasta el punto que Felipe III llego a afirmar en julio de 1600: “sin aver yo
hallado quando succedí en estos R eynos.para el sustento de mi estado.solo heredé el nombre de Rey”. La
situación de Felipe IV no era mejor; ahora no había dinero ni para pagar las tropas acantonadas en la frontera
portuguesa (...). La posibilidad de que volvieran los “hombres de negocios” [conversos] con su gran capital y
con organización comercial, podría significar un alivio para la maltrecha economía. Los conversos y
judaizantes portugueses redactan un memorial en cuyo inicio planteaban las condiciones previas para su
retorno (...), como la venida de conversos y judaizantes [a los Reinos cristianos de España] sin temor a la
Inquisición ni a nuevas pruebas de su vuelta a la práctica del cristianismo (...)». Fernando Díaz Esteban y
Joaquín Vallvé Bermejo, El frustrado retorno de los judíos en el siglo XVII: nuevos documentos (Madrid,
Real Academia de la Historia, 2004), 25-45.
237 Julio Caro Baroja, Los judíos en la España Moderna y Contemporánea, Volumen 1 (Madrid, Ediciones
Istmo, 2000), 367.
75
cuales contaban los tribunales de distrito para su sostenimiento. Pasados los años, entre
1623 y 1625, se recrudecería aún más la situación financiera del tribunal peruano. Las
autoridades inquisitoriales radicadas en Madrid suspendieron el pago de salarios a los
inquisidores limeños, supeditando dicha decisión hasta que la retribución pudiera realizarse
como producto de las confiscaciones hechas a los procesados.
Dicha restricción económica, impulsaría las actividades de represión del Tribunal limense
tras lo cual, y gracias a las confiscaciones obtenidas entre 1635 y 1639, el Tribunal
alcanzaría una solvencia económica tal que para el año de 1645 el tribunal peruano arrojó
un excedente de ingresos cuya renta anual equivalía a 13 440 pesos por un capital de 268
818 pesos.238239 De esta manera, el relativo grado de tolerancia propiciado a los
judeoconversos portugueses por parte de la Corona española en la primera mitad del siglo
XVII, se conjugaría con las actuaciones del tribunal limeño para lograr una solvencia
económica valiéndose de los bienes confiscados a comerciantes judeoportugueses acusados
de judaizar, delito de fe que estudiaremos a continuación.
Habiendo evidenciado que una de las principales herejías juzgadas por el Tribunal de la
Inquisición en Lima en la primera mitad del siglo XVII fue la de judaizar, se hace necesario
situar conceptualmente dicho delito a la luz del discurso inquisitorial como elemento
textual definitorio de la práctica judaizante. El delito de judaizar y la forma como era
tratado por la Inquisición española vinieron a representar un diálogo subjetivo entre quien
calificaba la apostasía y quien la ejercía. Para una elucidación del delito de judaizar se
debe partir de una lectura analítica del discurso contenido en el Edicto de fe, el cual nos
238 Roberto Escobar Quevedo, Inquisición y judaizantes en la América española (siglos XVI - XVII) (Bogotá:
Editorial Universidad del Rosario, 2008), 156.
239 El Diccionario de Autoridades define apostasía como: «La negación de la Fe Cristiana, por los que
habiéndola recibido en el Bautismo la niegan después, y se apartan al Judaismo, Gentilidad, u otra secta». Lat.
Defectio ab Christiana Fide. Desertio Christianae Fidei. MARQ. Gobern. Christ. Lib. 1. Cap. 8. Diccionario
de Autoridades - Tomo I (1726).
76
permitirá dilucidar qué era el judaizar y cómo se constituía a través de la práctica religiosa
judaizante.
Desde un comienzo la Inquisición española se sirvió de teólogos conversos para que estos
pudiesen establecer una serie de características respecto de los elementos identificatorios de
la herejía judaizante. Muchos de los escritos antijudíos redactados entre los siglos XIV y
XV provenían de éstos teólogos conversos, quienes proporcionaron los referentes de las
prácticas religiosas que podían llegar a delatar a un falso converso y su continuación de las
tradiciones religiosas judaicas.240
240 Nicolás López Martínez, «Teología de controversia sobre judíos y judaizantes españoles del siglo XV
ambientación y principales escritos», Anuario de historia de la Iglesia, N° 1, (1992): 39-70.
241 Podemos datar los antecedentes históricos del Edicto de fe en las primeras iniciativas de la Iglesia cristiana
por realizar una compilación de normas penitenciales. Este fue el caso de Consecuencia y orden que se han de
observar con los que confiesan sus pecados escrito en el siglo VI por el patriarca de Constantinopla, Juan el
Ayunador. En el siglo XII, el Papa Alejandro III inició un tipo de procedimiento penal en contra de aquellos
que se apartaban de la fe católica, mediante la aplicación de disposiciones pontificias que dieron como
resultado la aparición de denuncias en contra de los llamados detractores de la fe con cuyo conocimiento se
crearía un inventario de delitos religiosos. En el año de 1184 el Papa Lucio III publicaría la bula Ad
Abolendam. En este escrito el Papa comenzaba a detallar las formas a través de las cuales podía llegar a ser
identificada la herejía. Con el comienzo del pontificado del Papa Gregorio IX en el siglo XIII se escribieron
una serie de compilaciones llamadas Corpus Iuris Canonici (1234). El texto de las compilaciones contenía las
Decretales de Gregorio IX, el primer código oficial de la Iglesia que normativizó el funcionamiento de la
Inquisición medieval. Estas disposiciones pontificias habrían de ser el antecedente jurídico para la redacción
de cánones conciliares como el de Tarragona (1242), donde se estableció un Tiempo de Gracia para quienes
admitieran haber sostenido alguna doctrina herética. En el siglo XIV sale a la luz el Directorium
inquisitorium, escrito por el teólogo católico Nicolás Eymerich. Este texto contenía un apartado donde se
describía cómo debía ser el sermón previo a la publicación de un Edicto de Gracia. Para el año de 1480 es
publicado el primer Edicto de fe en la ciudad de Sevilla. El Edicto de Fe, de la mano con la visita
inquisitorial, reflejó la actitud del comportamiento del catolicismo medieval caracterizado por la conciliación
de la severidad del dogma religioso y el deber de extender la misericordia al hereje. Estos principios estaban
reflejados en la dinámica propuesta por la Inquisición española de determinar un procedimiento inquisitorial
que operara bajo el doble propósito de castigo y perdón, ambos plasmados en el Edicto de Fe. Ignacio Villa
Calleja, «La estructura del procedimiento inquisitorial. La oportunidad previa al procedimiento: Los "Edictos
de Fe” (siglos XV-XIX)» en Historia de la Inquisición en España y América / Bartolomé Escandell Bonet
(Dir.), Joaquín Pérez Villanueva (Dir.), Vol. 2 (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1993), 301-305.
77
mayores para que la población tuviera conocimiento de los faltas perseguidas por la
Inquisición. Con la publicación del Edicto de Fe, los comisarios de la Inquisición
comenzaban a realizar la recepción de acusaciones y confesiones que constituían la primera
parte del proceso inquisitorial. Es precisamente en el Edicto de Fe donde hallamos qué era
judaizar y cuál era el perfil de la práctica religiosa judaizante. Un análisis general del
Edicto de Fe nos permite conocer su constitución, haciendo énfasis en lo concerniente al
delito de judaizar.
242 El Protocolo inicial del Edicto de Fe corresponde al sujeto del documento, en él hallamos cuatro partes: 1.
la invocación: esta no iba incluida en el texto, pero podemos asumir que es parte de ella ya que hacía parte del
ritual de publicación del Edicto. La invocación se daba a conocer en la santa misa, otorgando a la misma un
sentimiento religioso que buscaba el arrepentimiento y rectificación moral por parte del hereje o pecador . 2.
La intitulación: es análoga en todos los edictos, solamente variaba en la reseña de la diócesis de publicación.
Por ejemplo: «Nos los inquisidores contra la herética pravedad y apostasía en la Ciudad y Reino de Toledo,
Obispados de Avila y Segovia, de los puertos de acá, por autoridad Apostólica...». En el texto de la
intitulación hallamos el pronombre y los títulos con que se revisten los inquisidores para combatir la herejía.
3. El destinatario: Son las personas a las que alude el Edicto: «A todos los vecinos, y moradores estantes y
residentes en todas las ciudades y villas y lugares de este nuestro distrito de cualquier estado, condición,
preeminencia, o dignidad que sean, exentos o no exentos, y cada uno, y cualquiera de vos, a cuya noticia
viniere lo contenido en esta nuestra carta en cualquier manera». 4. La salutación: es una palabra de paz a
través de la cual se visibilizaba la fe: «Salud en nuestro señor Iesu Christo, que es verdadera salud, y a los
nuestros mandamientos, que más verdaderamente son dichos Apostólicos, firmemente obedecer, guardar y
cumplir». El Protocolo final expresa las circunstancias de lugar y tiempo de emisión del documento al igual
que su legitimación. Consta de tres partes: 1. la apreciación: expresión de advertencia en la cual se decía: «Y
para que lo susodicho venga a noticia de todos, y de ello ninguno pueda pretender ignorancia». 2. La fecha:
«Se puede predicar hoy dado en Toledo en veinte y seis días del mes de Enero de mil seiscientos. ». 3. La
suscripción: Es la testificación firmada por el presidente del tribunal y dos participantes del Santo Oficio en el
cual consta su observancia del proceso de publicación del Edicto. Ignacio Villa Calleja, «La estructura del
procedimiento inquisitorial. La oportunidad previa al procedimiento Los "Edictos de Fe” (siglos XV-XIX)»
en Historia de la Inquisición en España y América..., 306-310.
78
En este sentido, si en las primeras etapas de desarrollo del Texto la tipología de los delitos
se centraba en el regreso a los ritos, creencias y ceremonias judías por parte de los
conversos (oraciones, fiestas, ayunos, funeral, luto, venida del Mesías, preparación de
alimentos, circuncisión, matrimonio, etc.), más adelante la tipología delictiva aumentaría en
relación al incremento de competencias juzgamiento por parte de la Inquisición:
(hechicería, luteranismo, libros prohibidos, astrología, bigamia, blasfemia, solicitación,
etc.).243
En la composición del Texto del Edicto hallamos la voluntad del autor de otorgar una
gradación a las herejías: en un comienzo encontramos las herejías identificadas como
corrientes de pensamiento con la suficiente influencia para movilizar a la masa social, luego
las faltas catalogadas como de tendencia personal humana que implicaban un daño
espiritual y público, y por último, todo lo que era estimado como accesorio a la herejía. Es
por esta razón que el orden de los apartados que se seguía en el Edicto de Fe era el
siguiente: “ley de Moisés”, “secta de Mahoma”, “secta de Lutero”, “secta de los
alumbrados”, “diversas herejías” (blasfemia, brujería, proposiciones, usura, fornicación,
sacrilegio, superstición, etc.) y “libros”, donde hallamos otras trasgresiones como: desvelar
el secreto, sodomía, portar el Santísimo Sacramento, no llevar el sambenito,
incumplimiento de las penas impuestas, etc.244
243 Pedro Guivobich Pérez, Censura, libros e Inquisición en el Perú Colonial, 1570-1754, (Sevilla, CESIC,
2003), 167-177.
244 Ignacio Villa Calleja, «La estructura del procedimiento inquisitorial. La oportunidad previa al
procedimiento Los "Edictos de Fe” (siglos XV-XIX)» en Historia de la Inquisición en España y América...
309.
79
de símbolos o signos que muestran el inicio del apartado y uso de grafías en negrita para las
palabras iniciales del párrafo. 245
245 Juan Carlos Galende Díaz, «Documentación inquisitorial: el Edicto de Fe. Revisión diplomática», Acta
histórica et archaeologica mediaevalia, N° 25 (2003-2004): 777-795.
246Ignacio Villa Calleja, «La estructura del procedimiento inquisitorial. La oportunidad previa al
procedimiento: los "Edictos de Fe”. » 332.
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Cautiverio en que estaban y los llevase a tierra de Promisión; o si alguna mujer
guardase cuarenta días después de parida sin entrar al Templo por ceremonia de la
Ley de Moysen; o si cuando nacen las criaturas las circuncidasen o pusiesen
nombres de judíos llamándolos así, (...) o si cuando esta alguna persona en el
artículo de la muerte le volviesen a la pared a morir y muerto le lavasen con agua
caliente rapándole la barba y debajo de los brazos y otras partes del cuerpo
amortajándolos con lienzo nuevo calzones y camisas y capa plegada por cima
poniéndoles a la cabeza una almohada con tierra virgen o en la boca moneda o
aljófar u otra cosa o los endechasen o derramasen el agua de los cantaros o tinajas
en las casas del difunto o en las otras del barrio por ceremonia judaica comiendo en
el suelo tras las puertas pescado o aceitunas y no carne por duelo del difunto no
saliendo de casa por un año por observancia de la dicha Ley o si los enterrasen en
tierra virgen o en osario de judíos o si algunos se han ido a tornar judíos ó si alguno
ha dicho que tan buena es la Ley de Moysen como la de Nuestro Señor
Jesucristo247
En éste Edicto de fe, el apartado de la Ley de Moisés indica la esencia del judaizar a partir
de la mención de prácticas religiosas de origen judío como la guarda del sábado, el ayuno
de Yom Kippur (ayuno mayor), el ayuno de la reina Ester (anterior a la fiesta de Purim), la
recitación de Salmos a manera de rezo, la expectativa en el Mesías por venir (descreimiento
sobre el carácter mesiánico de Cristo) y la excelencia de la ley mosaica. Cada uno de los
elementos mencionados pertenecía a la ritualidad y creencias judaizantes, resultaban
imprescindibles al momento de ofrecer un catálogo sobre los ejercicios religiosos de quien
judaizaba; representaban aquellos identificadores con los que se podía reconocer e
intervenir la herejía.
247 Archivo Histórico Domingo Angulo, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Sección Inquisición,
Edicto de Fe publicado en la Ciudad de los Reyes, (1625).
81
Nos encontramos entonces frente a una práctica religiosa inconexa y fragmentaria basada
en la enunciación de señas religiosas plasmadas en el Edicto de Fe. La religiosidad
judaizante en relación al Edicto de Fe, no encontraba un orden conceptual distinguible
dentro de los parámetros de un sistema religioso identificable. Esto evidencia, por un lado,
los aspectos visibles de una creencia que era objetivada por los inquisidores como herejía a
la vez que como ejercicio de apostasía y, por otro lado, contemplación religiosa autónoma,
dependiente de una serie de prácticas y ritos judaicos dispersos.
A la luz del Edicto de Fe, el delito de judaizar implicó una desviación de la Santa Fe
Católica. Este delito se sustentaba en la apropiación de creencias y elementos rituales
derivados de la ley mosaica que aunaban a su desarrollo conceptual la contravención de la
doctrina cristiana.
82
LAS PRÁCTICAS RELIGIOSAS JUDAIZANTES ANTE EL TRIBUNAL DE LIMA
Uno de los factores a tener en cuenta a la hora de comprender la práctica religiosa del
judaizante es que ésta era elaborada de manera individual. En este sentido, el conocimiento
de la religión mosaica por parte del judaizante era un ejercicio derivado de una transmisión
oral o, como lo acabamos de estudiar, una asimilación de la práctica religiosa judía basada
en el contenido discursivo del Edicto de Fe. Lo anterior propiciaba una aprehensión
independiente de un mosaísmo que estaba alejado de una normativa religiosa en muchos
casos desconocida. Lo anterior conllevaba una reinterpretación y un compendio de la
tradición religiosa heredada al igual que una revaloración del judaísmo tradicional.249 A
248 Para un estudio sobre la interpretación de la Ley de Moisés entre los judaizantes novohispanos tenemos la
investigación de Silvia Hamui Sutton, «Identificadores de los judaizantes y la resignificación de sus rituales
en el contexto novohispano», Revista Fronteras de la Historia, N° 12 (2007): 79-117.
249 El historiador David Gitlitz afirma que en muchos casos los judaizantes exponían su fe católica ante el
público, sosteniendo su identidad judía en privado. Gitlitz sostiene que dicha identidad se basó en un ejercicio
83
continuación, realizaremos una descripción general de las mismas y su correspondencia con
un judaismo normativo.
La festividad del sábado era una de las más comunes entre los judaizantes limenses. Esta
celebración comenzaba con los preparativos del dia viernes que incluían la limpieza de las
habitaciones, el encendido de las velas al caer la tarde y la colocación de vestiduras limpias.
Según los procesos del Tribunal de la Inquisición en Lima, se sabe que el judaizante de
nombre Antonio Cordero encendía velas de aceite según la prescripción de su maestro; que
Juan Vicente y su esposa Isabel Váez se alimentaban mejor los sábados que cualquier otro
dia de la semana; que Antonio de Palma cocinaba los viernes para no tener que hacerlos los
sábados y, por último, que Diego López de Vergas se colocaba sus mejores vestidos el dia
sábado. En las testificaciones en contra de Francisco Maldonado de Silva, una de sus
hermanas, Isabel Maldonado, dijo que su hermano le había expresado que: “(...) los
sabados se habian de guardar por fiestas”, su otra hermana, Felipa Maldonado, afirmó que
sospechaba que era judaizante por qué: “su dicho hermano, se ponia algunos sabados
camisa limpia”.25021252 Todas y cada una de estas prácticas en torno a la observancia del sábado
por parte de los judaizantes limenses, exhiben uno de los principales elementos
constitutivos de la religiosidad judaizante como lo era la práctica religiosa basada en la
sacralidad de ciertos dias del calendario y su contemplación desde la privacidad conferida
por el ambiente doméstico.
dialectico donde se revaluó de manera indirecta la tradición escrita del judaismo, retomando algunos
elementos teológicos y rituales de la misma, convirtiéndolos en prácticas religiosas esenciales asociadas con
una vida de devoción. David Martin Gitlitz, Secreto y engaño: la religión de los criptojudíos, (España, Junta
de Castilla y León, 2003), 107-136.
250 La celebración del Sábado, en hebreo Shabbat, viene dada en el decálogo judio «(...) Recuerda el dia
sábado para santificarlo. Seis dias habrás de trabajar y realizarás todas tus tareas, pero el séptimo, el sábado,
lo consagraras a tu Dios. No harás ningún trabajo, tu, tu hijo, tu hija, tu esclavo y tu esclava, ni tus bestias...
porque en seis dias creó Dios el cielo y la tierra, el mar y todo lo que contiene y descansó el séptimo dia, por
lo tanto bendijo Dios el Shabat y lo santificó». Éxodo 20, 8-11.
251 Lucia Garcia Proodian, Los judíos en América. Sus actividades en los virreinatos de Nueva Castilla Y
Nueva Granada. S. XVII, (Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Cientificas, 1966), 163.
252 Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile, Volumen 1, Periodo Colonial, Judios y Judeoconversos en
Chile Colonial durante los siglos XVI y XVII, El Bachiller Francisco Maldonado de Silva 1592-1639., 281
282.
84
Del mismo modo, la festividad del Kippur o Día solemne 253 era muy común entre los
judaizantes limenses. Muchos de sus practicantes observaban un ayuno riguroso en este día,
leyendo el Pentateuco y manteniendo una quietud rigurosa en el hogar. Felipa López,
acusada de judaizante, confesó haber observado el “día grande” en compañía de Manuel
Lucena “no comiendo en todo el día hasta la noche, y habían cenado unas gallinas guisadas
y las guisó con manteca de tuétanos de vaca y avían comido frutos, y vestido ropas
mejoradas y de fiesta, el dicho Lucena había dicho que así avia ayunado Moisés cuando
saco al pueblo de Israel de Egipto”.253254 Maldonado de Silva afirmó que: “abia hecho el
ayuno de la expiacion que es a los 10 de septiembre por 4 dias, sin comer ni beber en todos
ellos; y que aunque el precepto de su lei no era mas que de un dia, el reo por devocion y
para que Dios le perdonase sus pecados le habia hecho de quatro”.255
Se hace evidente el cumplimiento del día de Kippur por parte de los judaizantes a través de
la observancia del precepto bíblico de “afligir el alma”, este se relaciona con la realización
de un ayuno completo. Tanto el testimonio de Felipa López como el de Francisco
Maldonado denotan la inserción de actos religiosos autónomos como el finalizar el día de
Kippur con una comida festiva o la extensión de los días que duraba la celebración. En este
sentido, el día de Kippur era observado como una contemplación religiosa individual, una
incorporación del carácter propio del judaizante en una festividad religiosa como modelo de
sacralidad de acuerdo a la conformidad ritual de quien judaizaba.
253 El Pentateuco describe el día de Yom Kippur de la siguiente forma: «Y habló el Señor a Moisés diciendo:
"El décimo día de este mes séptimo es Día de Expiación. Tendréis santa convocación y afligiréis vuestras
almas (...) ningún trabajo servil haréis en ese día, porque es Día de Expiación (...) Porque toda persona que no
se afligiere en este mismo día, será separada de su pueblo. Y cualquier persona que hiciere trabajo alguno en
este día, Yo destruiré a tal persona de entre su pueblo. Ningún trabajo haréis, es ley perpetua por vuestras
generaciones donde quiera que estéis. Será un Shabat de completo reposo para vosotros y afligiréis vuestras
almas, comenzando a los nueve días del mes en el anochecer, de anochecer a anochecer guardaréis vuestro
descanso"». Levítico 23:26-32.
254 Lucia García Proodian, Los judíos en América. Sus actividades en los Virreinatos de Nueva Castilla Y
Nueva Granada. S. XVII... ,165.
255 Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile, Volumen 1, Periodo Colonial, Judíos y Judeoconversos en
Chile Colonial durante los siglos XVI y XVII, El Bachiller Francisco Maldonado de Silva 1592-1639...,288.
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Otra práctica religiosa muy difundida entre quienes eran procesados por judaizar en la era
el cumplimiento del Ayuno de la Reina Ester.25625789En el proceso llevado en contra de Antonio
de la Palma este confesó haber guardado dicho ayuno explicando que predominantemente
se realizaba en el mes de febrero, ayunándose durante tres días, sin comer nada hasta la
caída del sol del último día expresando que el tercer día: « (...) le tienen los judíos por gran
fiesta y alegría, haciendo en el muchas comidas y regocijos». El ayuno, como forma de
abstinencia que testimonia la devoción del sujeto religioso, era visto por parte del
judaizante como un acto que declaraba su adherencia religiosa a una práctica de fe que
demanda de un sacrificio propio, a la vez que un medio para acceder al tiempo sagrado de
la Divinidad.
Otra celebración religiosa realizada por los judaizantes de Lima era la celebración de la
Pascua del cordero o del pan cenceño. Como ejemplo de ello, Matías Rodríguez Delgado
fue delatado por un cómplice ante el Tribunal de Lima, quien confesó haberlo visto:
«guardar la pascua de las cenceñas en la que se come carne, comiéndola a pesar de estar en
Semana Santa; que la carne que comieron fue de gallina y pollos al mediodía, y la noche
por cumplir la ley de Moisés; y que por tener comodidad no habían hecho el pan cenceño
que habían de comer sin levadura». 259
256Taanit Ester, el Ayuno de Ester, es observado el día antes de Purim (13 del mes de Adar) en
conmemoración de los días de ayuno y plegaria cumplidos por Ester para prepararse para su misión en favor
de su pueblo. Purim es un día de celebración observado el catorce de Adar (generalmente en Marzo), un mes
antes de Pesaj, por la salvación de las comunidades judías que vivían bajo el dominio persa, del intento de
exterminio fraguado por Aman. Aunque que no se sabe con certeza la fecha de dicho acontecimiento, se cree
que los hechos relatados en el Libro de Ester tuvieron lugar alrededor del año 450 antes de la Era Común.
Rabí Hayim Halevy Donin, El ser judío, (Jerusalén, Organización Sionista Mundial, 1983), 277, 284.
257 Lucia García Proodian, Los judíos en América. Sus actividades en los Virreinatos de Nueva Castilla Y
Nueva Granada. S. XVII... ,167.
258 Pascua o Pésaj, como se llama esta festividad en hebreo, conmemora la liberación de los hijos de Israel de
más de dos siglos de esclavitud en Egipto y recuerda el éxodo en masa de los judíos de ese territorio hace
unos 3.300 años. Es la historia de la servidumbre que se hizo cada vez más opresiva y de los sufrimientos de
Israel, la misión encomendada por Dios a Moisés y a su hermano Aarón, sus esfuerzos incansables para
asegurar la liberación de su pueblo, la obstinada oposición del Faraón egipcio, la serie de catástrofes
ordenadas por la Divinidad que provocaron finalmente un cambio de opinión temporario en el Faraón y la
huida de los israelitas; todo esto relatado en el libro de Éxodo, Capítulos del 1 al 15. Hayim Halevy Donin, El
ser judío.,.234.
259 Lucia García Proodian, Los judíos en América. Sus actividades en los Virreinatos de Nueva Castilla Y
Nueva Granada. S. XVII... ,169.
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El cumplimiento de la ley de Moisés en relación a la Pascua fue exhibido por parte del
judaizante como una práctica religiosa que se fundamentaba en la rememoración de la
liberación de los hijos de Israel de la opresión de Egipto. En muchos casos y por temor a la
delación, se omitían las prescripciones alimenticias, como el consumo del pan sin levadura
y del cordero. Es en estos aspectos donde observamos otro ejemplo de la conformación
religiosa del judaizante, esta es, omitir el consumo de alimentos de una celebración como
salvaguardaba de su fe frente a la mirada atenta del cristiano. Para quien judaizaba, el
cumplimiento parcial de una obligación religiosa, como consumir cierto alimento, no
constituía una afrenta a la observancia de una celebración como la Pascua judía.
260 El Gloria Patri es un rezo que se practicó desde los inicios del cristianismo. Se desarrolló a partir de la
afirmación del concepto de Trinidad en la fe cristiana. Este rezo se basa en el texto neo-testamentario que
contiene la fórmula bautismal que encontramos en el Evangelio de Mateo capítulo 28 versículo 19 donde
dice: “Vayan y hagan discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo”. Nicolas Ayois, Gloria Patri: The History and Theology o f the Lesser Doxology, (Paris:
University of Notre Dame Press, 2007), 5-6. El Gloria Patri era omitido por los judaizantes en la recitación
de los Salmos ya que este afirmaba la naturaleza trino de Dios. Esta confesión que iba en contra de uno de los
principios teológicos del judaísmo y de la religiosidad judaizante: la unicidad de la Divinidad.
261 Lucia García Proodian, Los judíos en América. Sus actividades en los Virreinatos de Nueva Castilla Y
Nueva Granada. S. XVII..., 281.
262 Lucia García Proodian, Los judíos en América. Sus actividades en los Virreinatos de Nueva Castilla Y
Nueva Granada. S. XVII..., 170.
87
latino compuestas por mi pero la mayor parte de estas las aprendí encerrado en este lago
[cárceles de la Inquisición] (...).
Entendemos que cada rezo u oración realizada por los judaizantes, se encontraba
caracterizada por aspectos como la omisión de la concepción trinitaria de Dios, el nexo
subjetivo con la declaración de los patriarcas como símbolos de la fe en la unicidad de Dios
y la recopilación de Salmos y escritos como textos para la elaboración de un devocionario
propio. Estos modos de acercamiento a la Divinidad, configuraron una dinámica cultual
donde observamos la inserción de elementos retóricos propios del habla judaizante, como
variante significativa de la recitación religiosa, y su valoración como signo de pertenencia
para con el Dios de Israel.
Para finalizar, expondremos en el tercer capítulo uno de los ejemplos más ilustrativos de la
práctica judaizante ante la Inquisición de lima en la primera mitad del siglo XVII, éste es el
de la vida y la práctica religiosas de Francisco Maldonado de Silva. En el próximo
apartado, hallaremos muchas de las creencias judaizantes expuestas y su intermediación
teórica a partir de diferentes ámbitos de estudio que nos permitirán el abordaje de su
realidad religiosa, a través de la suma de aspectos constitutivos de su religiosidad como el
desarrollo de la identidad judaizante y su relación con la memoria, la lectura de textos de fe
como precedente para un autodidactismo religioso y la elaboración de un sincretismo
teológico como argumento y defensa del ideario judaizante.
88
89
CAPÍTULO 3. FRANCISCO MALDONADO DE SILVA. UN MODELO DE
ESTUDIO DE LA RELIGIOSIDAD JUDAIZANTE ANTE EL TRIBUNAL DE LA
INQUISICIÓN EN LIMA (1627-1639)
Hemos realizado un breve recorrido por la historia del aparato inquisitorial en el Tribunal
de Lima, explorando qué era el judaizar y cómo se ejercía dentro del ámbito de la práctica
religiosa. En este capítulo me dispongo a realizar un análisis de la vida y religiosidad
judaizante de Francisco Maldonado de Silva. Intentaré dilucidar cómo se constituyó dicha
religiosidad, partiendo del estudio de lo que considero son los ejes fundamentales para
comprender el desarrollo y la composición del carácter religioso de Maldonado.
Francisco Maldonado de Silva fue hijo de Diego Núñez de Silva, otro judaizante que nació
alrededor del año 1548 en la ciudad portuguesa de Lisboa. Cirujano de profesión, Núñez de
Silva debió llegar a Brasil, como tantos otros portugueses judaizantes, alrededor de 1580.263
Entre 1583 y 1584 Núñez de Silva continuó su viaje por las minas de plata de Potosí, donde
tomó contacto con otros portugueses, quienes más adelante testificaron en su contra; ellos
fueron, Gaspar de Lucena y Pedro Gómez Piñero, ambos “naturales este de Lisboa”.264 Por
aquellos años, Diego Núñez de Silva deseaba ejercer su profesión en la ciudad de La Plata,
donde residía otro amigo suyo, el bachiller Álvaro Núñez. Éste era “medico, de casta y
generación de judíos, natural de Braganza, en Portugal”, quien no sólo iba a instruirlo “en
la dicha ley de Moisés, sino también a frecuentaba su hogar como su huésped”.265
263 Las migraciones europeas crearon un proceso social que se fue desarrollando desde la baja Edad Media en
sus desplazamientos internos y a partir del siglo XVI en las exploraciones transatlánticas. El principal
incentivo del viajero a las Indias fue el deseo de alcanzar mejor fortuna, el espíritu de aventura y, en el caso
de los judaizantes, abandonar las miserias de la persecución inquisitorial. El historiador Vitorino Magalháes
Godinho, resalta en su investigación sobre la migración portuguesa que en el siglo XVI existieron entre 2.000
y 3.000 salidas anuales desde Portugal a Brasil, Oriente, Marruecos e Hispanoamérica. Vitorino Magalháes
Godinho, «L'Emigration portugaise (XV-XX siècles), Une constante structurale et les réponses aux
changementes du monde», Revista de Historia Económica e Social, N° 1 (Lisboa: Sá da Costa, 1978), 52.
264 Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile, Volumen 1, Periodo Colonial, Judíos y Judeoconversos en
Chile Colonial durante los siglos XVI y XVII, El Bachiller Francisco Maldonado de Silva 1592-1639,
Apéndice documental, Proceso contra Diego Núñez de Silva (Chile: Andrés Bello, ), 219.
265 Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile..., 219.
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Se desconoce la fecha exacta en que el cirujano Diego Núñez de Silva se trasladó a San
Miguel de Tucumán, villorrio habitado sólo por unos pocos encomenderos y sus familias
hacia fines del siglo XVI.266 Allí contrajo matrimonio con doña Aldonza Maldonado el 12
de noviembre de 1578. Aldonza era hija de Elena Maldonado de Ocampo y del
encomendero Don Luis Juárez de Toledo, naturales de Garavilla de Alcantar en
Extremadura, España.2672689El primer hijo de ésta unión se llamó Diego, nacido en Guamanga,
de donde posteriormente fue llevado por sus padres a la ciudad de Córdoba. Su fecha de
nacimiento es incierta, pero por sus declaraciones ante el Santo Oficio, debió corresponder
al año de 1584. En 1592 nace Francisco Maldonado de Silva. De una declaración suya
ante el Tribunal del Santo Oficio en Lima, se sabe que al joven Maldonado “le cristianaron
y bautizaron en San Miguel de Tucumán y le confirmó en Córdoba de Tucumán don fray
Fernando de Trejo, obispo de aquel obispado, y fue su padrino de confirmación Baltasar
Gallegos”.270
266 Margarita e. Gentile Lafaille, «Geografía y política. La gobernación de Tucumán en 1582, según la
Relación de Pedro Sotelo Narváez», Anuario Jurídico y Económico Escurialense, N° 45 (2012): 581-608.
267 Pedro Alberto Pernigotti Olmedo, El legado de un símbolo (Santiago del Estero: Lucrecia, 2010), 63.
268 La razón por la cual fue procesado Diego de Silva, obedeció a la declaración de su padre ante el Santo
Oficio limense, de la cual leemos: «(...) dos veces le había persuadido a [Diego de Silva] que fuese judío y
que guardase el sábado, cuando no pudiese con la obra, con el corazón, y que para mejor persuadirle le había
dicho que había muchos judíos que guardaban la dicha ley que andaban encubiertos por miedo de la
Inquisición en estas provincias, y fuera de ellas, que guardaban la dicha ley de Moisés y que todo lo que
enseñaba la Iglesia de Jesucristo nuestro señor era fingido y compuesto. Y que a todo esto el reo [Diego de
Silva] le oía y callaba y respondía que así lo hacía, como su padre lo decía. Item le testifica que le dio una
oración para que rezase como judío escrita de su mano para que la trasladase y aprendiese de memoria y el
reo [Diego de Silva] la había trasladado y aprendido la oración era hecha a la santísima Trinidad y comenzaba
Oh Señor Dios trino y uno Padre y Hijo y Espíritu Santo y un solo Dios verdadero, etc. Le había dicho que no
dijese más de Oh Dios todopoderoso y que no acabase con Gloria Patri y el reo había dicho que así lo haría,
pero que no sabía si la rezaba como judío más de que estaba cierto la había aprendido de memoria y dijo
[Diego Núñez de Silva] que había comenzado a enseñar al dicho su hijo siendo de muy poca edad, y que era
un mozo algo incapaz y corto de entendimiento ( . ) . » Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile. , 222
223.
269 Sabemos por el texto del proceso en contra de Maldonado que éste tuvo otros cuatro hermanos: El mayor
Diego, nacido en la ciudad de Huamanga (intendencia del Virreinato del Perú) posiblemente en el año 1584,
su hermana Isabel nacida en 1586, Felipa en 1590 y otro hermano del cual desconocemos su nombre. Gunther
Bohm, Historia de los judíos en Chile..., 219-224.
270 Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile, Volumen 1, Periodo Colonial, Judíos y Judeoconversos en
Chile Colonial durante los siglos XVI y XVII, El Bachiller Francisco Maldonado de Silva 1592-1639,
Apéndice documental, Relacion para el Consejo Supremo de la Santa y General Inquisición de la causa del
bachiller Francisco Maldonado de Silva, 285.
91
El padre de Maldonado ejerció su profesión como cirujano en la ciudad de Córdoba hasta el
año 1600, fecha en la que fue apresado por la Inquisición peruana tras la delación de
Lucena y Gómez Piñero. 271 El texto de la causa de Núñez de Silva expresa:
(...) estando en Potosí por el año pasado de 83 [1583] o ochenta y cuatro se habían
tratado como judíos [Diego Núñez de Silva, Gaspar de Lucena y Pedro Gómez
Piñero] y descubierto los unos a los otros y que el reo a ellos y a otros cómplices
les leía en la biblia y declaraba algunas profecías encaminadas a que no era venido
el mesías, no le era nuestro señor Jesucristo y que habían hecho un ayuno por
guarda y observancia de la ley de Moisés (...) y habiéndole preso, en la ciudad de
San Miguel de Tucumán, a más de 500 leguas de esta ciudad [Lima], y secuestrado
sus bienes, que fueron tan pocos que ha comido de pobre a costa del fisco, fue
traído ante nos en la primera audiencia que con el tuvimos que fue el cuatro de
Mayo de 1601.271272
En este escenario, Núñez de Silva confiesa todos sus “delitos” tras el temor de ser llevado a
las cámaras de tortura y posteriormente ser relajado, esto quiere decir, enviado a la hoguera;
llegando incluso a inventar algunas historias inverosímiles que los inquisidores rechazaron
como “cuentos que parecieron embustes”, dando finalmente “muestras de dolor y
arrepentimiento” y pidiendo, además, “ser admitido a reconciliación y protestando de
abjurar los dichos errores, y de vivir y morir en la santa fe católica”.273274En el año de 1605,
en un Auto de Fe público, recibió el cirujano Núñez de Silva su condena, consistente en:
“confiscación de bienes, habito y cárcel por seis años (...)”, donde se le impusieron
“algunas penitencias espirituales”. La condena de Diego Núñez de Silva dejaría una
honda impresión en su hijo Francisco Maldonado. El relato de la estancia de su padre en las
cárceles de la Inquisición, y las penas que le fueron impuestas, harían que Maldonado
comprendiera el riesgo que implicaba seguir la Ley de Moisés. Poco tiempo después, y
271 La captura de estos judaizantes portugueses se sucede entre las primeras redadas hechas por los tribunales
americanos en 1590 y la publicación del breve papal de 1605 el cual ordenaba la libre circulación de
conversos dentro de los territorios de la monarquía hispánica. En ésta época, había huido de la ciudad
portuguesa de Castelo Branco la familia de los Lucena y se habían instalado en Nueva España y Lima. Dentro
de quienes se instalaron en la ciudad de Lima estaba Gaspar de Lucena. Este fue arrestado en Cuzco en 1599,
fue reconciliado con la obligación de portar el sambenito y condenado a cadena perpetua. En el Auto de Fe de
la ciudad de Lima realizado el 10 de diciembre de 1600 sería quemado por judaizante Pedro Gómez Piñero.
Ricardo Escobar Quevedo, Inquisición y Judaizantes en América Española (Siglos XVI - XVII) . , 87-88
272 Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile..., 219-220.
273 Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile..., 222.
274 Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile..., 222.
92
como veremos a continuación, Maldonado saldría al encuentro de su padre, buscando hallar
las razones de su reconciliación, sin imaginar que en aquel viaje descubriría su verdadera
vocación religiosa.
Maldonado explicó a los inquisidores en su primera testificación cuál fue el camino que
siguió en su conversión a la ley de Moisés, en ella expresaba que:
( . ) [estuve] con él [su padre] en el dicho puerto más de un año y medio guardando
la ley de Jesucristo, confesando y comulgando y haciendo los demás actos de
cristiano, teniendo por buena la dicha ley de Jesucristo y pensando salvarse en ella,
porque no tenía luz de la ley de Moisés, dada por Dios (...).276
93
(...) había oído misa, y confesado y comulgado, y lo hacía por encubrirse y no por
entender que fuese necesario para la salvación de su alma, y cuando confesaba al
sacerdote sus pecados, en su mente los estaba confesando a Dios y no al sacerdote,
y solo decía los que había cometido contra la ley de Moisés y no contra la ley de
Jesucristo, porque no tenía por necesaria la confesión, ni a la hostia consagrada en
la misa por verdadero Dios, como los cristianos la tienen, ni por necesaria la misa
Al fallecer Núñez de Silva en 1616, Maldonado estaba por finalizar sus estudios en
Medicina. Posteriormente, en 1617, éste se traslada a la ciudad de Santiago donde el
gobernador de la Audiencia de Chile, Alonso de Ribera, entregaba uno de los hospitales
llamados “del Socorro” a los padres hospitalarios de San Juan de Dios.27278 El 12 de abril de
1619 es mencionado por primera vez en las Actas del Cabildo de la ciudad de Santiago:
En este cabildo se vieron los títulos que han presentado los cirujanos de esta ciudad
como se les mando. Y habiéndose tratado del mal, abuso y costumbre que hay de
que se entremetan a curar los que curan en esta ciudad sin tener la facultad de curar
de medicina y por la necesidad que hay de medico por no haber ninguno que lo sea
graduado... mandaren que Juan Flamenco que ha servido y curado en el hospital de
esta ciudad y en ella con aprobación de todos y asimismo Francisco Maldonado de
Silva, cirujano examinado, los dos solos curan el presente de medicina y cirugía.279
94
Sotomayor, natural de Sevilla y con la cual tuvo dos hijos. 281 Las relaciones sociales de
Maldonado en la ciudad de Santiago denotan el grado de ascenso social que logró alcanzar
en medio de la colectividad peninsular residente en aquella audiencia. Maldonado observó
en su matrimonio con Isabel Otáñez una estrategia de posicionamiento social, la familia con
la cual se emparentaba fue el medio a través del cual pudo entrar en contacto con la élite de
la sociedad santiaguina.2
81282283
Se tiene poca información de la vida de Maldonado de Silva entre los años 1620 y 1627.
Entre los pocos datos con los que contamos sobresale el testimonio de la consolidación de
sus creencias en el judaismo a través de su perspectiva como judaizante. Así, en 1625 y a la
edad de 33 años, Maldonado decide ejecutar, por si mismo, la circuncisión, acto con el cual
declaraba su pertenencia a la ley de Moisés y su carácter religioso como judaizante. La
circuncisión implicaba la realización de uno de los ritos fundamentales de la religión judia.
Maldonado no sólo incorporaba a su ser un conocimiento religioso derivado de los
postulados que había aprendido del Pentateuco, sino, también, una práctica ritual que
devino en una auto-inserción en el pueblo de Israel cifrada a través de la alianza física que
implicaba el acto de circuncisión.284
Tras su circuncisión, Maldonado aprovecha una estadía en unos baños a “seis leguas de la
dicha ciudad de Santiago”, para conversar con su hermana Isabel y revelarle su nueva
condición religiosa. Allí le hizo saber que “desde hacía un año que no se confesaba en la
Compañía de Jesús, porque no había de decir sus pecados a un hombre como el sino a
95
Dios”.285 Maldonado era consciente del peligro que corría al dar a semejante noticia,
expresándole a su hermana que “en ella estaba su vida o su muerte” haciéndole saber que
“era judío y guardaba la ley de Moisés”. A pesar de ello, Maldonado estaba convencido
sobre su nueva fe, anhelando atraer con dicho convencimiento a su círculo familiar,
esperando convencer con sus postulados religiosos a quienes consideraba eran sus
confidentes más confiables. En ellos Maldonado aseveraba:
(...)que los que decían que eran cristianos se iban al infierno y que no había más
que un solo Dios a quien debían el ser que tenían y a quien debían adorar porque
adorar imágenes era idolatrar y que Dios había mandado antiguamente que no
adorasen imágenes de palo, porque era idolatría (...).2852687
(...) cómo siendo su hermano decía una cosa tan mala como aquella pues sabía que
a 1os judíos 1os quemaba el santo oficio, y les quitaba sus haciendas, y que le
engañaba en lo que decía el demonio, porque la ley que guardaban 1os cristianos
era la ley justa buena y de gracia (...).288
A pesar de las advertencias de Maldonado a su hermana Isabel, ésta contó los pormenores
de sus conversaciones a su hermana Felipa, “la cual lo sintió y lo llor ó mucho, por oír cosa
semejante de su hermano” y tras lo cual “lo comunicó a su confesor, el cual la mandó que
lo viniese a declarar al Comisario del Santo Oficio”.289 Es de resaltar en la actitud de Felipa
Maldonado el grado de resolución frente a la denuncia de las prácticas religiosas de su
hermano. La delación era un acto que en muchos casos reflejaba antipatías y enemistades.
En el caso particular de Maldonado, éste se enfrentó con la fidelidad y devoción religiosa
de su hermana Felipa, la cual terminó acusándolo como uno de los testigos dentro del
96
proceso llevado a cabo en su contra, a pesar del vínculo familiar que poseía con el
acusado.2902913
97
autónoma como por los servicios espirituales que ofrecían, como aconsejar y profetizar.
Dentro de las crisis religiosas de la época, las beatas se relacionaron arriesgadamente con
algunas herejías, llegando incluso a ser acusadas por alumbradas. Estas herejías también
hallaron eco en la sociedad chilena del siglo XVII, donde la jerarquía eclesiástica observó
con temor el aumento de ésta comunidad de fe, entregando su control al Santo Oficio.2
95296
Entendemos entonces que la actitud de Felipa Maldonado frente a la delación de su
hermano obedecía a la salvaguarda de su propia condición religiosa frente al control
ejercido por la Inquisición limense. Felipa sabía que si ponía en entredicho su propia
profesión de fe por el ocultamiento de Maldonado, ésta sería detenida y procesada por
encubrir a un judaizante.
Tal y como le pidió su confesor, el 8 de julio de 1626 comparece Felipa Maldonado ante el
comisario del Santo Oficio en Santiago de Chile, expresándole que:
(...) había visto ayunar al dicho reo, su hermano, dos meses en días de carne, y que
no comía carne y decía que estaba enfermo, y sospecho la testigo por lo que su
hermana le había dicho que el dicho ayuno debía de ser de judíos, y lo sospecho
también porque su dicho hermano, se ponía algunos sábados camisa limpia (...).297298
Tras confirmar las declaraciones de Felipa, el comisario del Santo Oficio dio aviso a sus
superiores en Lima, solicitando le autorizaran para prender con secuestro de bienes al
bachiller Maldonado. La orden para apresar a Maldonado se expidió el 12 de diciembre
295 Los alumbrados eran seguidores de doctrinas surgidas en España en el siglo XVI según las cuales,
mediante la oración, una persona podía llegar a estado tan perfecto que, entregada a Dios, no necesitaba
practicar los sacramentos ni las buenas obras y se sentía libre de pecado cualesquiera que fueran sus actos.
Diccionario de la Lengua Española, (junio-2016).
296 Alejandra Araya Espinoza, «Las beatas en Chile colonial: En el corazón de lo social y en el margen de la
historiografía», Dimensión Histórica de Chile, N° 19, (2005): 13-46.
297 Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile... ,282
298 El comisario, como agente eclesiástico del Santo Oficio, poseía la autoridad para prender a un sospechoso
si lo consideraba necesario. En el caso de Francisco Maldonado, el comisario de la ciudad de Santiago de
Chile ordenó la captura de Maldonado cuando ratifico el testimonio de Isabel con el de su hermana Felipa. Lo
anterior justificaba la apertura de un sumario y la captura de Maldonado tras la ratificación de uno de los
testigos. El expediente de la causa expresa que tras el proceso de ratificación, Maldonado: « (...) fue mandado
prender con secuestro de bienes en 12 de diciembre de 1626 años. Y en virtud del mandamiento que para ello
se despachó, fue preso en la ciudad de la Concepcion del reino de Chile, en 29 de Abril de 1627 años y puesto
en una celda del convento de Santo Domingo». Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile... ,282.
98
de 1626. Dicha orden fue cumplida sólo cuatro meses más tarde, ya que el acusado residía
desde hace algún tiempo en la ciudad de Concepción en Chile.299
En junio de 1627, Maldonado es transportado en uno de los navios que parten desde
Valparaíso hacia el puerto del Callao, ciudad desde donde sería transportado hacia el
Tribunal del Santo Oficio en la ciudad de Lima. Para dicha labor, el comisario del Santo
Oficio de Santiago comisionó al capitán Martín de Zamudio para que lo acompañara a
99
Maldonado durante la travesía y lo entregara al Santo Oficio en Lima, junto con doscientos
pesos, dinero obtenido de los bienes incautados al cirujano en Concepción.304
El 23 de julio de 1627, en la sala de audiencias del Tribunal del Santo oficio en la Ciudad
de los Reyes se da comienzo al primer interrogatorio en contra del bachiller Maldonado,
bajo el título de: Relación para el Consejo Supremo de la Santa y General Inquisición de la
causa del bachiller Francisco Maldonado de Silva, por otro nombre Heli Nazareno,
indigno del Dios de Israel.305 Este documento consta de tres partes: la primera, contiene
una relación de los acontecimientos pertenecientes al proceso llevado en contra de
Maldonado que incluye la citación de testigos al igual que las conferencias y disputas
sostenidas con sus calificadores. La segunda parte contiene un texto escrito por Maldonado,
el cual redacto en prisión y en el que expuso algunas cuestiones teológicas a los
calificadores del tribunal limense. La tercera parte consta de dos cartas que Maldonado
pretendió enviar a una sinagoga en la ciudad de Roma.306
El proceso inquisitorial de Maldonado transcurrió a lo largo de doce años, en los que los
calificadores del Tribunal de la Inquisición en Lima requirieron, escucharon y confrontaron
los argumentos teológicos de Maldonado. La dilación de dicho proceso obedeció a dos
razones en particular: la primera se relaciona tanto con la pertinacia como con la
originalidad de los postulados religiosos de Maldonado, esto originó la falta de
unanimidad entre los calificadores peruanos a la hora de valorar la herejía judaizante de
Maldonado. La segunda razón obedeció al surgimiento de la llamada “Complicidad
Grande” y sus implicaciones en el funcionamiento del aparato burocrático del Tribunal
peruano; a continuación me permito hacer un breve análisis de cada una de ellas.304567
100
Los calificadores tenían la responsabilidad de estudiar y juzgar las afirmaciones de los reos
y los escritos dudosos que estos poseían. A lo anterior se sumaba que debían analizar si el
preso había incidido o no en la sospecha que se tenía de herejía o si en sus contestaciones
había nuevas herejías.308 En cualquier caso, los calificadores debían expresar si era
sospechoso o hereje formal. Si bien los calificadores respecto del dictamen de una
sentencia, sólo representaban la parte consultiva, era su criterio en materia de ortodoxia
religiosa lo que determinaba si el reo era reconciliado o relajado.309 En el proceso contra
Maldonado, tal parece ser que por casi siete años no existió un consenso entre inquisidores
y calificadores para determinar el carácter real de su desviación de fe, sólo hasta el año de
1633 se llegaría a un acuerdo decretando su adhesión a la Ley de Moisés, siendo calificado
como hereje judaizante.
Desde un comienzo, los calificadores del tribunal limense cumplieron con la función de
valorar la herejía judaizante de Maldonado. En la primera conferencia, es de resaltar la
variada asistencia de calificadores y las facilidades que le otorgaron a Maldonado para
sustentar su postura religiosa:
Por auto del 12 de Octubre del dicho año de 627 se mandaron llamar a los
calificadores deste Santo Officio; y en 26 del dicho, vinieron el padre mercedario
Frai Luis de Bilbao del orden de Santo Domingo, catedratico de prima de teología
de esta universidad; el padre Andres Hernandez de la Compaiiia de Jesús, m° de
todos los hombres doctos deste reino en la dicha facultad; y Frai Alonso Briceño,
lector juvilado en teologia de la orden de San Francisco; y el doctor Pedro de
Ortega canonigo magistral de la catedral de Lima, y catedratico de visperas de
Teulujia. Con los cuales en presencia de los inquisidores trato y comunico el reo,
abiendosele dado una Biblia y todo lo que quiso. Y propuso las dudas y
dificultades que se le ofrecieron por espacio de dos dias, y satisfaciendole a todo
los dichos calificadores y procurandole enderezar en el camino de nuestra santa fe
estuvo endurecido y pertinaz el reo, diciendo que queria morir en la crehencia de la
lei de Moisses.310
Un año después de la primera conferencia, Maldonado sostendría otros tres encuentros con
los calificadores peruanos:
308 Bartolomé Escandell Bonet y Joaquín Pérez Villanueva, Historia de la Inquisición en España y América -
Vol. 2. La estructura del procedimiento inquisitorial, (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1993), 480
481.
309 Pedro Guibovich Pérez, «Custodios de la ortodoxia: los calificadores de la Inquisición de Lima, 1570
1754», Revista de la Inquisición, N° 10, (2001): 213-229.
310 Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile... ,288.
101
En febrero de 1628 años, y en 9, y en 16 de noviembre del dicho año se tuvieron
con el reo otras tres conferencias con los padres Andres Hernandez y Diego de
Santistevan de la Compañía de Jesús en las quales trajeron al reo singulares lugares
de la Sagrada Escritura en satisfacción de sus dudas, y aunque no supo ni pudo
responder a ellas se quedo en su pertinacia, diciendo que abia de morir por la ley de
Moisses.311
El veintiuno de enero de 1633, Maldonado mantendría una nueva disputa con los teólogos
del tribunal limense tras lo cual se concluía que:
(...) al cavo de las dichas conferencias se quedo e 1 reo en la misma pertinacia que
antes, habiendo pedido las dichas disputas [según el parecer de 1os calificadores],
mas para hacer vana ostentacion de su ingenio y sofisterias que con deseo de
convertirse a nuestra santa fe catholica (...).312
(...) tres inquisidores, que tuvieron poder del ordinario del ovispado de la
Concepción de Chile, y de cuatro consultores que se hallaron presentes, fue
condenado el reo Bachiller Francisco Maldonado de Silva a relajar a la justicia y
brazo seglar con confiscation de bienes ( . ).313
El siguiente registro en el proceso data del 4 de mayo de 1634, fecha en la cual se describe
que:
311 Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile, Volumen 1, Periodo Colonial, Judíos y Judeoconversos en
Chile Colonial durante los siglos XVI y XVII, El Bachiller Francisco Maldonado de Silva 1592-1639,
Apéndice documental, Relación para el Consejo Supremo de la Santa y General Inquisición de la causa del
Bachiller Francisco Maldonado de Silva.,.,289.
312 Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile . , 290.
313 Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile 291.
102
calificadores en 26 de junio del dicho año y tenido con el reo la duodecima disputa
que duro tres oras se quedo en su misma pertinacia (...).314315
Tras ésta declaración, transcurren cuatro años en los cuales no tenemos noticia alguna de
Maldonado. Sólo hasta el doce de noviembre de 1638, sabemos que Maldonado solicitó una
nueva audiencia con los calificadores, la cual sería seguida de otras dos audiencias
realizadas el nueve de diciembre del mismo año, en las cuales se concluye que el reo
afirmaba: “(...) que si le convencían el entendimiento con razón, se sujetaría y seguiría la fe
católica. (...), se tuvieron con el reo disputas mui largas en las cuales [Maldonado] quedo
más pertinaz que antes (...)”. Maldonado insistía en que no eran suficientes los
argumentos exhibidos por los calificadores, éstos referían a los escritos de los Profetas y del
Nuevo Testamento. A pesar de ello, Maldonado mantuvo su posición, declarando como
insuficientes los argumentos expuestos por los calificadores.
Tras las diferentes disputas sostenidas por Maldonado nos preguntamos: ¿por qué tanto los
inquisidores como los calificadores tras haber dictaminado sentencia de que fuese relajado
Maldonado, continuaron otorgándole la oportunidad de hacer defensa de sus tesis
religiosas? Considero que lo anterior vino a representar un signo de la falta de consenso que
existió por parte de los calificadores a la hora de juzgar la religiosidad judaizante de
Maldonado. Éstos aguardaron a escuchar los argumentos y las distintas proposiciones
religiosas hechas por Maldonado,316 intentando hallar una muestra de “razón cristiana” en
medio de sus afirmaciones, leemos en la segunda disputa de Maldonado con los
Inquisidores que:
103
quería vivir y morir en la lei de Moisses por que nada de lo que se le abia dicho le
satisfacía (...).3173189
Por ahora, pasemos a nuestro segundo argumento en torno a la dilación del proceso de
Maldonado. Este, como se ha dicho, se relaciona con la concurrencia de un evento que se
sucedería en el año de 1635, me refiero con ello a la Complicidad Grande. Para la primera
mitad del siglo XVII, se sabe que los comerciantes portugueses acudían a los centros
mercantiles más atractivos del continente americano, empezando a acaparar varios sectores
de la actividad comercial del Virreinato del Perú. Frente a ello no se haría esperar el
descontento del tradicional comercio andaluz y de sus representantes en Indias, al igual que
de la naciente burguesía criolla, sumándose el temor infundado de una agresión
extranjera. Desde 1578, la costa del virreinato peruano era asediada por las incursiones
de bucaneros. En 1615, los recios ataques del corsario Joris van Spilbergen sembraron el
miedo entre las poblaciones costeras del virreinato peruano, reforzando el imaginario de
una de traición por parte de individuos foráneos. El gobierno del virreinato peruano
comenzaba a especular sobre posibles confabulaciones entre piratas, indígenas y negros,
muchas de estas especulaciones recayeron también sobre la comunidad lusa radicada en el
Virreinato.320
104
arrestos y confiscaciones masivas que incluyeron, en su mayoría, a mercaderes de origen
lusitano. 321
105
forma, retrasó muchos de los procesos en curso, posponiendo su seguimiento y posterior
ejecución.
Valga la pena aclarar que la captura de Maldonado y su proceso, llevado a cabo nueve años
antes, no tuvieron relación alguna con la Complicidad Grande. Como ya lo he expuesto, el
evento de la Complicidad Grande apuntó, en su mayoría, a la delación y arresto de grandes
comerciantes portugueses, en un escenario de déficit de la hacienda del Tribunal peruano,
el cual buscaba hallar una solvencia económica que no fue suministrada por el Consejo de
la Suprema.326 La única mención de la Complicidad Grande en el proceso de Maldonado
refiere al temor que tuvieron los inquisidores de que éste entrase en contacto con muchos
de los judaizantes procesados con ocasión de la supuesta confabulación portuguesa. En el
texto del proceso leemos que:
326 Véase el capítulo II el final del apartado titulado El tribunal de la inquisición en lima (1569-1639).
327 Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile 291.
106
de su iniciación religiosa y, por otro, cuáles fueron los avatares sucedidos en el proceso
llevado a cabo en el Tribunal de Lima. A continuación, realizaré un estudio sobre la
constitución de la religiosidad judaizante de Maldonado, basado en distintas categorías de
estudio que promoverán un análisis integral de un modo de ser religioso particular. La
aplicación de dichas categorías hallará su confirmación en un ejercicio de intermediación
teórica basado en los distintos enfoques de conocimiento a utilizar y su inserción en los
diferentes episodios del texto del proceso inquisitorial en cuestión.
Tras relatar de manera breve los episodios más relevantes de la vida de Francisco
Maldonado de Silva a la luz del texto inquisitorial, daré inicio a la elucidación de cada uno
de los elementos que de manera progresiva dieron forma y contenido a su religiosidad
como judaizante. Al disponernos a analizar dicha religiosidad, debemos aclarar que ésta
debe ser comprendida como una percepción individual del hecho religioso perteneciente al
judaismo peninsular. La percepción individual del hecho religioso subyacente en la
práctica religiosa de Maldonado estableció una separación entre lo que es el judaismo en un
sentido dogmático (conjunto organizado de doctrinas, ritos, creencias, instituciones,
funciones, etc.) y lo que significaba la religiosidad judaizante como una visión particular e
individual del judaismo. A continuación, expondré los procesos de conformación de dicha
religiosidad, integrados por la interiorización del discurso de la memoria y la identidad
judia, la literatura y el autodidactismo religioso y el sincretismo teológico.328
328 Al hablar de hecho religioso me refiero a los sistemas sociales que conforman lo que denominamos como
religiones (en nuestro caso, el judaismo). Estos se fundamentan en la experiencia religiosa del ser humano
desde una gran variedad de significados y definiciones a partir del tipo de religiosidad que este elabora y
cómo ésta configura realidades muy distintas al igual que su surgimiento a lo largo de la historia. Esperanza
Bautista, Aproximación al estudio del hecho religioso, (España: Editorial Verbo Divino, 2002), 8.
107
MEMORIA, INVENCIÓN E IDENTIDAD. GÉNESIS DE LA RELIGIOSIDAD
JUDAIZANTE EN FRANCISCO MALDONADO DE SILVA A LA LUZ DE LA
TEORÍA SOCIOLÓGICA Y ANTROPOLÓGICA
A lo largo de la historia, los seres humanos han vivido en comunidad. Estos han ido
acumulando los recuerdos y testimonios de sus actos los cuales han conformado su
memoria colectiva al igual que su identidad individual. En el caso de los judaizantes de la
América colonial, la memoria fue más efectiva en el receptor, cuando ésta era impartida por
un ancestro quien transmitía mediante la oralidad las tradiciones religiosas de sus
antepasados, realizando un ejercicio de recordación recíproca entre la memoria colectiva y
la memoria individual. El padre de Maldonado, Diego Núñez de Silva, es un ejemplo de
ello. En el proceso llevado a cabo en su contra se dice que:
(...) el reo [Núñez de Silva] a ellos [Gaspar de Lucena y Pedro Gómez Piñero] y a
otros complices les leia en la Biblia y declaraba algunas profecías encaminadas a
que no era venido el mesias, no le era nuestro Jesucristo y que habían hecho un
ayuno por guarda y observancia de la ley de Moisses (...).329
108
El ideario de la invención de la memoria parte de una transmisión de olvidos. El
Antropólogo Joel Candau expresa que el olvido “puede ser el resultado de una regulación
memorística que es indispensable para la permanencia de la representación que un
individuo o que los miembros de un grupo se hacen de sí mismos”. El sociólogo Maurice
Halbwachs observa que el olvido: “tiende a borrar de la memoria todo lo que podría separar
a los individuos o alejar a los grupos unos de otros, y que en cada época reorganiza sus
recuerdos de modo tal que los figura de acuerdo con las condiciones variables de su
equilibrio”.330331 Si nos proponemos aplicar éstas nociones teóricas a nuestro estudio de caso,
encontraremos que el olvido del judaizante, constituye un efecto involuntario en el cual se
inventa una concepción religiosa particular y su transmisión a lo largo del tiempo.
(...) el Señor Dios nuestro, por mis insistentes y asiduas suplicas se digno
concederme juntamente con el entendimiento de todas las Escrituras, es decir, de
los santos profetas en quienes siempre me recree, pues conozco y de memoria todas
las predicciones de las promesas de nuestro Dios por medio de ellos y sus
deprecaciones [suplicas] a favor del pueblo de Israel, y todos los salmos de David
sin excepción ninguna, muchos proverbios de Salomon y de su hijo Sirach y
muchas oraciones lo mismo en lengua española que en verso latino compuestas por
mi; pero la mayor parte de estas las aprendi encerrado en este lago [cárceles del
Tribunal de la Inquisición en Lima].333
Para Maldonado el acto de memoria religiosa implicó una dinámica de aprendizaje que iba
de la retención de lo aprendido hasta la invención de un pasado ritual como forma de
330 Joel Candau, Memoria e identidad (Buenos Aires: Ediciones Sol, 2001), 123.
331 Maurice Halbwachs, Los marcos sociales de la memoria, (Barcelona: Anthropos, 2004), 342-344.
332 La Carta a la sinagoga de Roma fue escrita en los últimos años de presidio de Maldonado en las cárceles
de la Inquisición en Lima. El propósito de ésta carta era llevar un mensaje de fortaleza y exhortación a una
comunidad judía en la ciudad de Roma de la cual sabemos se encontraba recluida en un gueto para la primera
mitad del siglo XVII. El contenido de la carta hace un recorrido de los distintos acontecimientos del proceso
de Maldonado al igual que una exaltación de su religiosidad como judaizante. Maldonado intento enviar ésta
carta con unos presos: “(,..)y dixo, que a los dos de los dichos presos les abia reducido a que siguiesen su lei
y les habia dado cartas para que quando saliesen de la Inquisición las llevasen a la sinagoga de Roma: que en
ella, por ellas, les haran mucho bien (...)”.Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile..., 291.
333 Gunther Bohm, Historia de los judíos en C h i l e 311.
109
creación religiosa por medio de la enunciación de distintos rezos u oraciones, heredadas o
compuestas por él mismo. Éstas representaron un distanciamiento entre lo recordado (lo
que se retiene en la memoria) y la invención (lo que se ha perdido y debe ser restablecido
bajo otra forma). Maldonado apoyó su religiosidad judaizante sobre la alternancia de la
memoria como noción de permanencia de una tradición religiosa y la invención como
forma de creación de un nuevo ideario religioso.
110
vivido: “viene a conformarse a partir de recuerdos indeterminados y muchas veces
imprecisos”. Este fue, en muchos casos, el principio moldeador de la invención en la
religiosidad judaizante. Maldonado rememoró el recuerdo de sus antepasados a partir de la
creación de una práctica religiosa que pudo llegar a poseer un grado de afinidad con un
judaismo normativo; fue la memoria imprecisa e indeterminada de dicha práctica religiosa
la que produjo una religiosidad singular al igual que su transmisión memorialista. 338
(...) bien sabia que avia un solo Dios, y que era misericordioso, el cual abia dado
su ley a Moyses en el monte Sinay, la cual guardava el reo en su alma y abia de
morir por ella, y que era la ley de sus padres y que Ego sum Deus e non mutor [Mi
ser Divino no cambiará], y que supuesto que no se mudava Dios no abia tampoco
su ley de mudarse. Y habiendole satisfecho el testigo, volvio a decir el reo que abia
de guardar la ley de sus padres y que por ella abia de morir (...).337839
Maldonado expresó su adhesión religiosa a la ley de Moisés a través de la argumentación
en contra de la mutación de la naturaleza divina, significada en el cristianismo como la
Doctrina de la trinidad de Dios. Maldonado entendió la naturaleza de Dios como un
concepto inamovible y sin cambio, un ser en esencia y no compuesto. Lo interesante de ésta
expresión, más allá de ser una declaración de fe en la unicidad de Dios, radica en la
reiterativa expresión “la ley de sus padres”. Maldonado consideró que su concepción sobre
la unicidad de la divinidad partía de la ley que a través del ejercicio memorialista que le
111
habían heredado sus padres y sus ancestros. Este conocimiento llegó a ser impreciso en
Maldonado ya que no tuvo proximidad conceptual con un antecedente perteneciente a un
judaismo normativo, de por si inaccesible para él, lo que le obligó a apelar a un
conocimiento que le era asequible y que pertenecía al dominio cristiano.340
340 Considero que el autodidactismo religioso de Maldonado lo llevo a explorar otras filosofías religiosas
plasmadas en la cultura escolástica y en su mayor representante: Tomas de Aquino. En relación a la
afirmación de la unicidad de Dios la Suma Teológica expresa: « (...) Como quiera que el uno es el ser
indiviso, para que algo sea uno en grado sumo es necesario que sea ser e indiviso en grado sumo. Ser ambas
cosas le corresponde a Dios. Él es ser en grado sumo, pues su ser no está determinado por una naturaleza que
lo reciba, sino que es el mismo ser subsistente y por nada determinado. También es el más indiviso en cuanto
que no se divide en el acto y en potencia, ya que no admite ningún tipo de división puesto que es
absolutamente simple. Por todo lo cual resulta evidente que Dios es uno en grado sumo (,..)».Tomas de
Aquino, Suma Teológica, Parte 1, Cuestión 11 Sobre la unidad de Dios, Art. 4. Dios ¿es o no es uno en grado
sumo?, (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 2001), 164.
112
reflejada en la lectura de literatura religiosa y la interpretación de la misma en lo que he
denominado como autodidactismo religioso.
Por un lado, la Inquisición quiso intervenir el problema que implicó la interpretación que el
judaizante hacía de los textos sagrados al margen de la ortodoxia eclesiástica,343 lo que, por
otro lado, llegó a demostrar el peligro existente en la lectura de textos prohibidos y la
341 Para un estudio más profundo sobre la cultura libresca entre judeoconversos, Fernando Serrano Mangas, El
secreto de los Peñaranda. El universo judeoconverso de la Biblioteca de Bancarrota. Siglos XVI y XVII
(España: Alborayque, 2010).
342 Respecto al estudio del viraje histórico que implica el ejercicio de lectura-interpretación en un determinado
contexto social el historiador Roger Chartier afirma: “Lo que podemos hacer en la historia de la lectura no es
restituir las lecturas de cada lector del pasado o del presente (...) pero si organizar modelos de lectura que
corresponden a una configuración histórica dada en una comunidad particular de interpretación. De ésta
manera no se logra reconstruir la lectura, sino describir las condiciones compartidas que la definen, y a partir
de las cuales el lector puede producir ésta invención de sentido que está siempre presente en cada lectura”
Roger Chartier, Cultura escrita, literatura e historia coacciones transgredidas y libertades restringidas,
(México: Fondo de Cultura Económica, 1999), 40.
343 Un ejemplo del control ideológico que ejerció la Inquisición respecto de la cultura libresca de un
judaizante lo encontramos en la figura de Manuel Baptista Pérez. Baptista fue procesado por la Inquisición
limeña en el año de 1635. De él los inquisidores peruanos afirmaban que: «Teníanse en su casa las juntas en
que se trataba de la dicha ley [de Moisés], a que presidía. Tenía muchos libros espirituales, tratava con
teólogos descendientes de portugueses de varias materias teológicas, dava su parecer; tenía en su persona, la
de su mujer, hijos y casa gran ostentación. (...) Fue estimado de eclesiásticos, religiosos y seglares,
dedicávanle actos literarios, aun de la misma Universidad Real, con dedicatorias llenas de adulación y
encomio, dándole los primeros asientos». Los primeros testimonios en contra de Baptista afirmaban que era
un hombre rico, culto e influyente, convirtiéndose en líder espiritual de los judaizantes portugueses, siendo
definido por los inquisidores como “el oráculo de la nación hebrea”. En el i nventario de Baptista se hallaron
135 títulos, de los cuales 33 versaban sobre materias de religión como Hagiografía, Cristología, Mariología,
Ascética, Apologética, Doctrina, Comentarios de la Escritura y Patrística. Pedro Guivobich Pérez, «La cultura
libresca de un converso procesado por la Inquisición de Lima», Historia y Cultura, N° 20 (1999): 105-116.
113
necesidad de establecer un control social respecto de su lectura.344 La lectura del judaizante
en el ámbito doméstico evidenció la función de sociabilidad que comportaba la difusión
del texto prohibido, a partir de la intermediación interpretativa que el judaizante hacía de
éste al igual que de su transmisión. La conciliación realizada entre el ejercicio de lectura de
un texto y su interpretación por parte del judaizante comportó el reconocimiento de una
forma de heterodoxia religiosa que, en muchos casos, no pudo llegar a ser precisada por
parte del dispositivo inquisitorial.345
Más allá de ser un ejercicio aleatorio, reconocemos que Maldonado asumió su condición
religiosa judía como consecuencia de un acercamiento autodidacta a un conocimiento
religioso cristiano-hebraico. Al haberse situado identitariamente como judío y seguidor de
la ley de moisés, Maldonado partió de la capacidad de inventar muchos de sus principios
religiosos fundamentales, conformándose a sí mismo como sujeto judaizante. El
autodidactismo religioso fue un modo de aprendizaje en el que Maldonado se convirtió en
su propio maestro. Maldonado adquirió las nociones propias de su saber a través de la3456
344 Pedro Guivobich Pérez, Censura, libros e inquisición en el Perú colonial, 1570-1754 (Sevilla:CESIC,
Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 2003), 27-56.
345 Pedro Guivobich Pérez, Censura, libros e inquisición en el Perú colonial..., 248-250.
346 Gunther Bohm, Historia de los judíos en Chile .,2 3 1 -232.
114
comprensión particular de un hebraísmo derivado de fuentes cristianas y su inferencia
judía. Maldonado realizó una inversión de la lógica teologal cristiana a través del uso de
una hermenéutica judía como instrumento de interpretación y formación religiosas.
347 Florentino García Martínez, «La autoridad de 4 Esdras y el origen judío de los indios americanos»,
Fortunatae: Revista canaria de filología, cultura y humanidades clásicas, N° 22, (2011): 41-54.
115
primero como herramienta para el cálculo del calendario y de los horarios de las
festividades judías, de lo cual leemos:
El segundo sentido para el cual Maldonado uso los Salmi Davidis lo encontramos en la
argumentación que planteó en uno de los apartados del cuadernillo escrito por éste en
prisión.349 En él expone algunas de las materias teológicas debatidas con los calificadores
del Tribunal peruano, rechazando la supuesta relación genealógica de Cristo con el rey
David a lo cual opone que:
(...) Maiormente diciendo el rey David mismo por su boca en su misma persona
que lo ha de ser el, que dado caso que no lo dixeren los demás prophetas, es
suficiente autoridad para hazer fee dello. En el Psalmo 2 dize después de haber
dicho el juicio que ha de hacer a las gentes que se han de congregar contra Dios y
su pueblo: “Ego autem constitus sum Rex ab eo super ion [Pero yo mismo he
consagrado a mi Rey sobre Sion, mi santo monte]...etc”. Y en el psalmo 15: “Tu es
qui restitues hereditatem meam mihi... [Tu eres quien la tiene reservada la corona
para volverla al fin a este tu siervo]”. Y en el 17: “Eripies me de contradictionibus
populi et constitutes me in caput Gentium: Populus quem non cognovi servivit
mifi...[Tú me librarás de las opresiones de la gente: me haces cabeza de los
gentiles. Un pueblo, que yo no conocía, me ha servido: me han escuchado y me han
116
obedecido. etc”. Y en psalmo 141: “Me expectant iusti donec retribuas mihi [el
sólo tiene que esperar por mí, hasta que le dé su recompensa]” (... )3503512
Todos y cada uno de los fragmentos de los versículos enunciados por Maldonado
pertenecen a una selección de los Salmi Davidis relacionada con la genealogía davídica del
futuro mesías a la luz de la doctrina judía. Como lo hemos mencionado anteriormente, uno
de los postulados de la religiosidad judaizante obedece a la negación del carácter
mesiánico de Jesucristo. Una de las razones alegadas por el judaísmo para no creer en
Jesús como mesías radica en la invención de la ascendencia genealógica de éste y su
conexión con el rey David, representada en la tan conocida expresión “Jesús hijo de
David”. En este sentido, Maldonado utilizó los Salmi Davidis para aclarar que el rey
David habló de sí mismo y de su reinado, no haciendo ninguna alusión mesiánica referente
a otro individuo.
Pasemos ahora a Los nombres de Cristo en tres libros. Este texto fue escrito entre 1572 y
1585 por Fray Luis de León, religioso agustino de origen judío. Este tratado religioso es
una exegesis bíblica que articuló el Antiguo Testamento y los textos de los profetas,
tratando de hallar en ellos las múltiples denominaciones de Cristo. Uno de los aspectos
más sobresalientes de este tratado es el tratamiento que el autor hace del texto del
Pentateuco a partir de una interpretación del idioma hebreo. Vale la pena agregar que el
lenguaje utilizado por el religioso agustino en esta obra posee una significación mística, las
expresiones contenidas en cada una de las denominaciones de Cristo representan, para el
sacerdote agustino, un modelo de intermediación entre el hombre y Dios.354
117
Uno de los paralelos que se hayan entre la disertación de León en Los nombres de Cristo y
lo expuesto por Maldonado ante los calificadores, lo hallamos en el inicio del texto del
cuadernillo anteriormente mencionado, en él Maldonado expone:
(...) El primer argumento es en materia del Mesias y dize assi: Nombres propios se
usurpan en las Escrituras por patronímicos, luego el nombre de David se puede
entender por tal y aplicar a Cristo que fue hijo suyo. Respondo a esto, y digo, que
quando en la Sagrada Escritura se toman los nombres sustantivos propios de los
padres por los hijos, es en comun por los pueblos o tribus que se derivan dellos, y
esto se entiende en special de los antiguos antes que sseparase Dios (...) como de
los hijos y nietos de Noe y de Lot y Ysmael, etc., cuyos nombres se hallan a cada
passo en la forma dicha.’ Mas cuando se tractan de familias y casas de particulares,
personas o principes del pueblo, se specifican adiectivados sus nombres: Ut
Pharesci a Phares, etc., o se significan con estos nombres domus famillius e
Huiusmodi y en esta conformidad dijo Isai c. 7 a Achab: “Audite domus David [los
de la dinastía de David] etc”, y en otras muchas partes se halla el nombre de David
siempre en genitivo con las dictiones dichas. Por que de otra suerte no hay en toda
la Sagrada Escritura lugar en que se halle; y que algunos de los hijos de David se
alla llamado con tal nombre propriamente o por modo patronímico (...).355
En este apartado, Maldonado expuso el “error” que cometía la he rmenéutica cristiana al
hallar en la Biblia patronímicos que dieran cuenta de la expresión “Cristo hijo de David”.
Como ya lo hemos expuesto, uno de los argumentos del judaismo en contra de la
naturaleza mesiánica de Cristo recae en la negación del grado de consanguinidad entre éste
y el rey David. En el caso del apartado en mención, Maldonado afirmaba no era procedente
asumir dicha filiación familiar en el sentido de que lo que intenta expresar la Escritura en
muchos casos no es la pertenencia a un linaje en particular, en este caso la dinastia del rey
David, sino su afinidad con grupo o colectivo particular (tribu, clan).
Ahora bien, es de particular atención en relación a lo anteriormente expuesto que Fray Luis
de León en el primer libro De los nombres de Cristo exponga el propósito y el alcance de lo
que implica el acto nombrar como verdadero conocimiento de Jesucristo. En el apartado
titulado la naturaleza del nombre, qué oficio tiene, por qué fin se introdujo y en qué
manera se suele poner de León expone:
Los nombres que en la Escritura se dan de Cristo son muchos (...). El nombre, si
hemos de decirlo en pocas palabras, es una palabra breve que se sustituye por
118
aquello de quien se dice, y se toma por ello mismo (...).por la misma manera hay
unas palabras o nombres que se aplican a muchos, y se llaman nombres comunes, y
otros que son propios de sólo uno, y éstos son aquellos de quien hablamos ahora.
En los cuales, cuando de intento se ponen, la razón y naturaleza de ellos pide que
se guarde esta regla; que, pues han de ser propios, tengan significación de alguna
particular propiedad, y de algo de lo que es propio a aquello de quien se dicen; y
que se tomen y como nazcan y manen de algún minero [origen] suyo y particular
(...). Atiéndase, pues, esta semejanza en el origen y significación de aquello de
donde nace; que es decir que, cuando el nombre que se pone a alguna cosa se
deduce y deriva de alguna otra palabra y nombre, aquello de donde se deduce ha de
tener significación de alguna cosa que se avecine a algo de aquello que es propio al
nombrado; para que el nombre, saliendo de allí, luego que sonare, ponga en el
sentido del que le oyere la imagen de aquella particular pro piedad; esto es, para
que el nombre contenga en su significación algo de lo mismo que la cosa nombrada
contiene en su esencia (...) Lo cual en la Sagrada Escritura se guarda siempre en
todos aquellos nombres que, o Dios puso a alguno, o por su inspiración se pusieron
a otros. Y esto en tanta manera, que no solamente ajusta Dios los nombres que
pone con la propio que las cosas nombradas tienen en sí; mas también todas las
veces que dio a alguno y le añadió alguna cualidad señalada, demás de las que de
suyo tenía, le ha puesto también algún nuevo nombre que se conformase con ella,
como se ve en el nombre que de nuevo puso a Abraham; y en el de Sara, su mujer;
se ve también; y en el de Jacob, su nieto, a quien llamó Israel (...).356
En este fragmento Fray Luis de León define lo que entiende por nombre, sus aplicaciones y
su función. También resalta la importancia del origen de un nombre y cómo esto lo dota de
un sentido particular. Al centrarse en la Sagrada Escritura, de León precisa cómo la
denominación de ciertos personajes bíblicos coincide con un patronímico asignado por
Dios, sabiendo que esto es un principio genealógico heredado por aquellos que pertenecen
a una familia en particular (Yacob hijo de Isaac, Isaac hijo de Abraham, etc).
Los Nombres de Cristo, son aquellos solos que convienen a Cristo en cuanto
hombre (,..)Y son como vecinos y deudos suyos otros algunos nombres que
también se ponen a Cristo en la Santa Escritura; los cuales. aunque en el sonido son
diferentes, pero bien mirados, todos se reducen a un intento mismo y convienen en
una misma razón, porque si en el capítulo de Ezequiel es llamado planta nombrada,
y si Esaías en el capítulo 11 le llama unas veces rama, y otra flor, y en el capítulo
53 tallo y raíz, todo es decirnos lo que el nombre de Pimpollo [Vástago] o de Fruto
nos dice. Lo cual será bien que declaremos ya, pues lo primero, que pertenece a
que Cristo se llama así, está suficientemente probado (...).357
356 Fray Luis de León, De los nombres de Cristo (Madrid: Editorial Católica, 1951), 5-9.
357 Fray Luis de León, De los nombres de Cristo..., 12.
119
En este párrafo de León indica múltiples denominaciones de Cristo en relación al concepto
de Pimpollo, entendido como el vástago que crece en un árbol y por extensión hace parte
del mismo. Para ello de León alude el texto del libro del profeta Isaías capítulo 11 versículo
1 que dice: “Y saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces”.
Retomando el texto del cuadernillo de Maldonado, éste menciona el anterior pasaje del
profeta Isaías para justificar que la mención hecha pertenecía al rey David y no a su
descendencia:
(...) Un de inserto que llamaran los prophetas al Mesías David Segundo si ubiera de
ser hijo de David, pues como dicho es, no a avido otro de su nombre hijo suyo que
aya sido rey en Isrrael. Item, aquel lugar que allegaron de Isaias capítulo 11.,
tampoco es importante para el dicho proposito; por que del se infiere con evidencia
que es el mismo David el prometido de Dios y no hijo suyo. (,..)Y es este el sentido
verdadero y muy fundado en razon: “Saldra la vara de la raiz de Iesse idest [esto es]
de la progenie de Iesse subira la flor [vástago], id la hara florecer la misma raiz de
su virtud vivifica” (...) Y assi no sirve en este lugar para otro effecto que significar
la hermosura de la vara o planta de David con la gracia y virtudes de Dios infusas,
que dice el profeta mayormente constando del mismo capitulo mas abajo que el
Mesias es raiz de Iesse, y no flor ni fructo suyo, y que esta reservada para milagro o
señal de los pueblos, y le reverenciaran las gentes, y sera su sepulcro glorioso, de
donde se collige claramente, que es el mismo David que agora es muerto y
resusictara de su sepulchro.358
Maldonado explicó cómo el sentido metafórico de la palabra flor escrito por el profeta
Isaías en el versículo “Saldra la vara de la raiz de Iesse idest de la progenie de Iesse subira
la flor [vástago], id la hara florecer la misma raiz de su virtud vivifica”, no alude a C risto
como mesías sino al propio David como modelo mesiánico de un redentor aún por venir.
De la selección de los anteriores fragmentos, inferimos existió una afinidad entre los
postulados realizados por Maldonado ante los calificadores peruanos y el análisis
lingüístico realizado por Fray Luis de León. Si bien de León intenta reforzar en su obra la
verosimilitud de las afirmaciones de los profetas respecto de la anunciación de un mesías
davídico y su relación con Cristo, es a través de la inversión del sentido discursivo de los
nombres de Cristo que Maldonado hizo un ejercicio de reinterpretación y reconfiguración
de los significados subyacentes en la carácter mesiánico de Jesucristo. A partir de un nuevo
120
análisis de los contenidos de la obra de León, Maldonado invirtió el propósito de la
exaltación de Cristo a partir de la enunciación de una variedad de denominaciones. Para
ello, Maldonado utilizaría el cambio de sentido como herramienta retórica la cual le
permitió construir un saber religioso propio como validación de sus creencias esenciales
como judaizante.
Para finalizar el Scrutinium Scripturarum. Sabemos que este libro fue escrito por un
converso de nombre Pablo de Santa María, anteriormente conocido entre sus
correligionarios judíos como Shlomo Ha Levi. Pablo de Santa María escribió éste texto a
la edad de ochenta años, entre los años de 1432 y 1434. Esta obra se constituyó en uno de
los mayores textos de apologética judía de la primera mitad del siglo XV.359360 El Scrutinium
se encuentra escrito en forma de diálogo y está compuesto por dos grandes volúmenes, los
cuales están divididos en distinciones y estas, a su vez, en capítulos.
En el primer volumen Pablo plantea una conversación imaginaria entre un judío llamado
Saulo y un cristiano llamado Pablo, en la que tratan temáticas como la falta de
reconocimiento por parte del pueblo hebreo del carácter mesiánico de Cristo, la salvación
prometida a los judíos y la dispersión de Israel después de la muerte de Cristo. Posterior a
esto, el volumen continúa con el tema de la llamada ley nueva, de la cual Pablo afirma ya
había sido prometida en el Pentateuco. Pablo prosigue con una distinción compuesta por
359 Pablo de Santa María (1350-1435) perteneció a una reconocida familia de conversos en España. Su
nombre judío era Shlomo Ha Levi. Gran conocedor del Pentateuco y del Talmud, Santa María fue rabino de la
comunidad judía de Burgos, aceptando el bautismo tras las cruentas matanzas de judíos sucedidas en 1391;
llegando a ocupar la dignidad eclesiástica de obispo de Burgos. Tras su empoderamiento, Santa María se
transformó en un implacable opositor de sus antiguos correligionarios judíos, a través de obras antijudías
como el Scrutinium Scripturarum (El escrutinio de las escrituras).
360 La literatura de controversia antijudía tiene en España una larga trayectoria. Desde la Iglesia visigótica
hasta más de un siglo después de la expulsión de los judíos en 1492, ésta poseía un doble propósito: la
aceptación por parte de los judíos de la fe católica y la sinceridad de los judeoconversos frente a los
compromisos contraídos tras bautizarse. Existieron distintas manifestaciones escritas en las cuales se reflejó el
espíritu antijudío de la época dentro de las cuales encontramos: actas de instituciones eclesiásticas y civiles,
actos documentados elaborados en las cortes, las altas decisiones de los reyes y de la nobleza, las crónicas
oficiales y las memorias particulares, en sermonarios, coplas y refraneros. Nicolás López Martínez, «Teología
de controversia sobre judíos y judaizantes españoles del siglo XV ambientación y principales escritos»,
Anuario de historia de la Iglesia, N°. 1 (1992): 39-70.
121
diecisiete capítulos sobre el misterio de la Trinidad. Finalmente, Pablo argumenta la
divinidad de Jesucristo basándose en textos del Antiguo Testamento.361
Sabemos por el texto de la causa de Maldonado que éste inició su vocación religiosa como
judaizante a partir de la lectura del Scrutinium Scripturarum:
(...) Y que hasta edad de 18 años [Maldonado] se tuvo por cristiano, y confesaba y
comulgaba en los tiempos que manda la iglesia y otras veces entre año y oia misa,
y acudia a los demas actos de cristianos, y guardaba la ley de Jesucristo. Y que de
la dicha edad vino al Callao en busca de su padre, y después que le reconciliaron en
esta Inquisicion y estuvo con el en el dicho puerto mas de año y medio guardando
la ley de Jesucristo confesando y comulgando, y haciendo los demas actos de
cristiano teniendo por buena la dicha ley de Jesucristo y pensando salvarse en ella,
por que no tenia luz de la lei de Moisses dada por Dios, hasta que habiendo leido al
Burgense en el libro que escribio de Scrutinio Escripturas, algunas cuestiones que
Saulo proponia por la lei de Moisses, y Pablo respondia por la lei de Xristo, no le
satisfaciendo las soluciones de Pablo, pregunto el reo a su padre, como diciendo el
mandamiento del Decalogo que no adorasen semejanzas sino sólo a Dios, los
cristianos adoraban las imágenes, y que su padre había dicho al reo, que en aquello
veria que la ley de Jesucristo era diferente a la de Moises dada por Dios y
pronunciada por su misma boca en el Monte Sinay (...).363
El Scrutinium Scripturarum, al igual que la revelación de que sus ancestros eran judíos,
hicieron que Maldonado empezara a cuestionarse sobre su orientación religiosa. Fue allí
donde Maldonado comenzó a revaluar su condición de cristiano como producto de una
361 Nicolás Visiers Lecanda, El Scritinium Scripturarum de Pablo de Santa María (Roma: Pontificia
Universitas Sanctae Crucis, 1998), 86-87.
362 Nicolás Visiers Lecanda, El Scritinium Scripturarum de Pablo de Santa María... 88-89.
363 Günther Bohm, Historia de los judíos en Chile ... ,285-286.
122
reconvención de sus creencias religiosas. La lógica teológica propuesta por Pablo de Santa
María no lograría afirmar la fe de Maldonado en la ley de Jesucristo. Frente a ello
Maldonado apeló al criterio de su padre, realizando un acto de contrastación en el cual no
encontró una validez clara entre los postulados de Santa María y lo establecido en el
Pentateuco referente a la no adoración de imágenes. Tras esto, el padre de Maldonado le
indicó que dicha contradicción obedecía a que la ley de Moisés poseía una naturaleza
divina y por tanto era “superior a la de Cristo”.
Es de resaltar cómo Maldonado se tenía por cristiano hasta que leyó el Scrutinium
Scripturarum y cómo tras su lectura comenzó a cuestionarse sobre la validez de la ley de
Jesucristo frente a la legitimidad de la ley de Moises, este episodio representó el acto
inicial de la transición religiosa de Maldonado:
(...) Con lo cual [la lectura del Scrutinium Scripturarum], el reo pidio a su padre le
enseiñara la lei de Moises: y su padre le dijo que tomase la Biblia y leyese en ella,
y le fue enseñado la dicha lei de Moisés, y le dijo que el [el padre de Maldonado] la
guardava y que de miedo de la muerte avia dicho que queria ser cristiano, y le
habian reconciliado. Y que desde aquel tiempo se aparto el reo [Maldonado] de la
lei de Jesucristo, y le tuvo por mala, y se paso a la lei de Moisses a la cual tuvo por
buena para salvarse en ella, sabiendo y entendiendo que era contraria a la de
Jesucristo (...).364
Maldonado asumió como su nueva condición religiosa el ser judaizante. La inversión de
Maldonado de los valores discursivos propuestos por el Scrutinium Scripturarum nos hace
reflexionar en su ejercicio de lectura como judaizante. Si bien antes de la lectura del
Scrutinium Scripturarum, Maldonado se tenía por cristiano devoto, fue tras su propia
valoración de dicho texto que éste comenzó a observar una lógica distinta respecto de los
argumentos religiosos propuestos por la ley de Jesucristo frente a la ley de Moisés. La
lectura tanto de Maldonado como de su padre vino a significar una revaluación del
discurso antijudío y su estructuración a partir de la legitimación de lo que era condenado
en el mismo. Maldonado se sirvió de los contenidos teológicos propuestos por el
Scrutinium Scripturarum para realizar una reconvención de su postura religiosa, afirmada
ésta por la asistencia de su padre y su interpretación de la Sagrada Escritura.
123
Hemos mencionado breves ejemplos de la funcionalidad de la literatura religiosa de
Maldonado como elemento precedente para la construcción discursiva de su orientación
religiosa como judaizante. Dentro del análisis perteneciente al ejercicio de constitución de
la religiosidad judaizante en Maldonado, nos resta exponer cómo el sincretismo teológico
subyacente en sus postulados religiosos logró establecer una serie de modos de
entendimiento de la naturaleza y esencia divinas. Dichas materias hicieron parte del
conjunto de elucidaciones religiosas hasta ahora expuesto, siendo entendidas por
Maldonado como argumento y defensa de su religiosidad.
La religión, entendida como una forma social, hace referencia a un ámbito divino. Éste se
presenta en las culturas de distintas maneras, muchas de ellas como discurso religioso.
Dicho discurso, en tanto lenguaje sobre lo divino, puede ser entendido como una expresión
de la teología; sabiendo que a ella concierne, en su sentido amplio, todas aquellas
manifestaciones religiosas propias del individuo las cuales determinan su conocimiento
sobre la divinidad.365 Podríamos afirmar que el discurso religioso como componente
esencial de la teología posee dos sentidos: el primero, es aquel por el que los hombres
nombran a lo divino y, el segundo, por el que el hombre considera haber recibido una
comunicación de la divinidad; a una se le denomina inspiración y a otra revelación. Es a
partir de éstas experiencias con lo sagrado que el hombre construye formas específicas de
teología, derivadas de su capacidad reflexiva de lenguaje frente al decir de lo divino.366
365 Nuevo diccionario de teología, ed. Juan José Tamayo, (Madrid: Editorial Trotta, 2005), 726.
366 José Pablo Martín, «Religión y teología» en El estudio de la religión, ed. Francisco Diez Velasco y
Francisco García Bazán (Madrid: Editorial Trotta, 2002), 227-228.
124
discutidas entre él y los padres calificadores del Santo Oficio y en la Carta de Francisco
Maldonado de Silva “A la Sinagoga de los hermanosjudíos que están en Roma’’. En estos
escritos hallaremos muchos de los elementos que formaron la argumentación teológica de
Maldonado, como epítome de su vocación confesional a la vez que como modelo de
singularidad religiosa judía en la América Colonial.
(...) Más dado caso que hubiese de ser el Mesías de la progenie de David no se
puede verificar de Cristo, aún con las mismas escrituras de sus evangelistas y
discípulos, que fuesen de ellos como lo tengo probado en los dos libros que ofrecí
a V.S.Illma, y aunque hubiese sido de su estirpe por no haber sido rey ni
introducido paz sempiterna en la tierra, ni haber tenido otras muchas cualidades y
prerrogativas que debe tener el Mesías no se puede tener por tal [a Cristo] (...).368
125
Maldonado implicaba una aseveración de extrema gravedad. Su razonamiento sobre la
esperanza mesiánica conllevaba un ataque frontal a la esencia del cristianismo.
La esperanza mesiánica en Maldonado, llegó a señalar cuáles eran los requisitos que
consideraba debían cumplirse para la llegada del Mesías:
Éste sólo vendrá cuando los hijos de Israel hubieran pagado, con sus sufrimientos,
sus muchas faltas; junto a él, también vendría Eli [el profeta Elías], que ungirá al
Mesías como Rey. El retorno a Palestina de todos los judíos, y la guerra contra Gog
y Magog, todos aquellos hombres enemigos del pueblo elegido. Una vez
devastados los últimos adversarios y opresores de Israel, vendrá el Mesías.370
(...) Elegid para vosotros la vida, amadísimos hermanos; guardad la Ley del Señor
para que os haga volver a la tierra de vuestros padres, para que os multiplque y
bendiga (,..)Y después de esto sera exaltada y glorificada Sión en el nombre del
Señor Dios nuestro, a quien confesaran a una voz todos los que de entre las gentes
hayan sido dejados salvos, y le serviran como un solo cuerpo. Y el rey David será
excelso sobre todos los reyes y sera llamado hijo de Dios, pero no engendrado de
sustancia divina, sino primogenito adoptivo; pero le llama Dios asi
metaforicamente, como en muchos lugares llama a Israel hijo suyo y a Efrain
primogenito de El. Estara pues, David a la diestra de Dios hasta que sujete y ponga
a las gentes enemigas de Él por escabel de sus pies, es decir: bajo la proteción de la
diestra de Dios se sentará seguro, pues estar a la diestra, hablando en metáfora, no
se entiende de otra manera. (...) Ciertamente en aquel dia sera el principio de
David, y comenzará el dia de su poder entre los esplendores de los santos cuando
126
resuciten todos a la vida eterna para que gocen de la gloria del Señor en la visión
de la venganza que hará Dios de los enemigos, y en su santo templo (... )”.371
Todas las virtudes, propiedades y acciones de Dios, según doctrina de los doctores
cristianos, no se distinguen en él y son su misma esencia divina. Thom 1.aparte q.
14 ar. 4.[373] Dice que la acción de Dios es su misma potencia y esencia: donde
también demuestra que la acción de entender de Dios es su esencia.374
127
esencia, es decir, Dios era definido por Maldonado como pura existencia. Éste aclaraba que
la sustancia está compuesta de ser y de esencia, esto quiere decir, los entes creados reciben
en parte el Ser Divino, pero, sin embargo, no se identifican con Él, su esencia es otra. En
resumen, Maldonado justificó la unicidad de Dios a partir del uso de las nociones tomistas
de ser y esencia, en las cuales incluye el esquema aristotélico (sustancia y accidente) y el
neoplatónico (Uno y participación):
(...) no hace fuerza el argumento para dar a creer que haya engendrado de su
misma esencia un hijo coeterno a él e igual en potencia. Porque fuera de que no
hay lugar de la sagrada escritura que tal diga, implica imposibilidad y muy grande
absurdo la tal generación según razón natural. Porque el hijo no puede ser igual con
el padre ni igual en tiempo, antes es postrero en cuanto tiene su ser origen de él
O-.)376
En otro apartado de la segunda temática Maldonado afirmaba:
“(...) dize Lira [?] y tambien lo he oido dezir a otros theologos, que ninguno puede
engendrarse asi mismo y que ni Dios pudo engendrarse asi propio, mas segun he
oydo y visto en libros de doctores cristianos, la produccion del hijo pertenece
necessariamente a la perfeccion divina, y si esto fuera assi, necessariamente se
infiere que Dios se engendro o produjo asi mesmo, pues en la tal generacion
produxo su perfeccion, por que sin ella no pudo Dios ser Dios en quanto no puede
ser imperfecto ( . )”.377
(...) llanamente hubiera Moisés y los demás profetas mentido, si sabiendo que era
Dios trino en personas y que la del Hijo era Dios y el Espíritu Santo, no [hubieran]
enseñado al pueblo diciendo que era uno solo y sin semejante (...).378
Por tanto, Maldonado sostuvo la existencia de un solo Dios, aquel que se reveló a Moisés y
cuya naturaleza no podía cambiarse al igual que su ley. Maldonado entendió la unicidad de
Dios como un principio fundamental que no posee variabilidad alguna y el cual fue
establecido como una noción religiosa inmanente. La distinción realizada por los
calificadores entre una ley de Moisés (Antiguo Testamento) y la ley de Jesucristo (Nuevo
Testamento) no tuvo validez dentro del sistema de creencias de Maldonado. Para éste sólo
128
había de creerse en un Dios Todopoderoso, uno en persona y en esencia según lo enseñado
por Moisés al pueblo de Israel. Maldonado sostuvo que no existía un lugar en el Pentateuco
y en los escritos de los profetas para hallar una referencia en la cual declarase la existencia
de una Trinidad, de lo cual se infiere un rechazo de la condición divina de Cristo:
“(...) Llanamente uviera Moyses y los demas profetas mentido, si sabiendo que
era Dios trino en personas y que la del Hijo era Dios y el Espiritu Santo Dios,
enseñaran al pueblo diciendo que era uno sólo y sin semejante (...)• De todo lo
dicho en este argumento, se concluye sumariamente que es Dios uno solo y unica y
sola su persona supuesto de su simple essencia, pues consta por razones tan
evidentes y authoridades de la Santa Escritura (...)”.379
Así pues, entendemos que los postulados teológicos esgrimidos por Maldonado ante los
calificadores del Santo Oficio de Lima pueden ser definidos como un planteamiento
teológico sincrético. Maldonado defendió la ideología religiosa que soportó su condición
judaizante con base en la unión de presupuestos teológicos tanto judíos como cristianos.
Dicha unión fue realizada por Maldonado a través de un cambio en la estructura de la
creencia religiosa de la unicidad de Dios como noción judía, y su posterior agregación de
elementos teológicos pertenecientes al Tomismo escolástico.
129
primitivo (nociones judías y helenistas) y la Iglesia de los primeros concilios (desarrollo de
los primeros dogmas de fe cristianos).380381
380 Sobre el sentido de la historia en la religión judía, está la obra del rabino Mordecai Kaplan titulada
Judaism As a Civilization: toward a reconstruction of American-Jewish life, (New York: T. Yoseloff, 1957).
381 Severino Croatto, «Las formas del lenguaje de la religión», en El estudio de la religión, ed. Francisco Diez
Velasco y Francisco García Bazán (Madrid: Editorial Trotta, 2002), 78-79.
130
Entendemos entonces que la existencia de la religiosidad judaizante en Maldonado se
fundamentó a través de la progresión de distintos elementos definitorios, los cuales
articularon y dieron cohesión a una práctica religiosa. Su constitución se inscribió en un
modelo de fe que partió de la memoria, como noción de invención e identidad religiosas, el
autodidactismo, a través de la lectura e interpretación de textos sobre religión como fuente
para la construcción de un sistema de creencias judaizante y el sincretismo teológico, como
dinámica de argumentación y defensa de una religiosidad judaizante. Todos y cada uno de
estos elementos configuraron un cambio en el sentido y la historia de la religión judía en el
continente americano. El análisis teórico de los contenidos al igual que del accionar de la
religiosidad de Maldonado nos permitió dilucidar un fragmento de la totalidad judaizante
en la América colonial, habrá que analizar otras manifestaciones religiosas de dicha
totalidad y su relación con el caso de Maldonado, pero eso será parte de otra investigación,
por lo pronto concluiremos este estudio.
131
CONCLUSIONES
382 Menasseh Ben Israel, El Origen de los americanos. Esperanza de Israel, obra con suma curiosidad
compuesta por Menasseh ben Israel, teólogo y filósofo hebreo. Trata del admirable esparcimiento de los diez
tribus y su infalible reduccion con los demas a la patria, con muchos puntos y historias curiosas y
declaracion de varias profecías (Madrid: 1881), 97, 100.
383 La ciudad de Ámsterdam en la primera mitad del siglo XVII contó con una comunidad judía en su mayoría
de origen portugués que trajeron gran riqueza a la ciudad, producto de su liderazgo en empresas transmarinas
y el fomento del comercio. Para esta época la comunidad hebrea de Ámsterdam creció rápidamente a través
de la constante llegada de refugiados procedentes de Portugal y el sur de Francia. Yosef Kaplan, Judíos
nuevos en Ámsterdam: estudios sobre la historia social e intelectual del judaísmo sefardí en el siglo XVII
(Barcelona: Editorial Gedisa, 1996), 17.
132
Maldonado era la de un hombre perseguido por la inquisición, un mártir que había
santificado el nombre de Dios a través de su observancia de la ley de Moisés.
Vale la pena esbozar cuál era la visión que se tenía de los judaizantes y de su retorno al
judaísmo normativo. Ámsterdam constituyó un punto de retorno a la fe judía para quienes
habían abdicado de la misma tras un bautismo forzoso. A partir de 1619, a aquellos
conversos que retornaban se les exigió una conversión completa, bajo el compromiso de
obedecer la totalidad de los preceptos del Pentateuco. El precio de la seguridad para los
judaizantes que retornaban en plenitud a la fe de sus ancestros en Ámsterdam, era una
unión total e incondicional con el dogma judío imperante. El volver a la ortodoxia judía
representaba para el judaizante una inversión de los valores religiosos sostenidos que se
soportaban en un reconocimiento básico de los mandamientos bíblicos. A pesar del
sostenimiento de un sistema de creencias propio por parte del judaizante, éste debía
someterse a los cambios que demandaba el volver al judaísmo bajo la figura religiosa
ortodoxa. Ésta requirió la aplicación de prácticas como la circuncisión, el cambio de
nombres, el aprendizaje de las oraciones, a veces del hebreo y la observancia de los
principales ritos del judaísmo que en la mayoría de los casos se desconocía.
384 Yosef Kaplan, Judíos nuevos en Ámsterdam: estudios sobre la historia social e intelectual del judaísmo
sefardí en el sigloXVII..., 26.
133
autónomo, y más específicamente de una dialéctica religiosa judaizante, que validó su
accionar en la rememoración de un legado y la asimilación del mismo por medio de la
adopción de una condición de identidad judía particular.
134
Él judaizar, el hacerse asimismo como sujeto religioso, haría que Maldonado infundiera a
su vivencia religiosa un grado de legitimidad y autoridad frente a la coacción del dogma
cristiano imperante. Al haber hecho explicita la injerencia de la Inquisición en la dinámica
religiosa de quien judaizaba, comprendimos que la vocación de Maldonado justificó su
condición confesional a partir del uso de la disputa teológica y su reconvención de los
postulados de fe católicos. La argumentación de Maldonado intentó rebatir la
interpretación que los calificadores hacían de los textos bíblicos, basado en la formulación
de proposiciones religiosas de la lógica cristiana las cuales sostuvieron una afinidad con un
ideario judío sobre las Sagradas Escrituras.
135
En el primer caso se logró identificar la existencia de una permanencia en el concepto de
judaismo como noción histórica inserta en un sistema de creencias religiosas que se ha
considerado como un dogma religioso inmodificable. Diversos estudios sobre el judaismo
en la América colonial han determinado su investigación a partir de la existencia de un
sistema de creencias definido que no admite un desarrollo religioso diferente del
Peninsular. Lo anterior implica el desconocimiento del desarrollo de una religiosidad
judaizante, que como hemos observado, representa una forma religiosa singular, que si
bien halla un grado de afinidad con muchos de los contenidos del judaismo ibérico, ésta
constituyó una experiencia religiosa especifica que dio forma al hecho religioso judaizante.
385 La temática de los judeoconversos en América fue estudiada en sus inicios por el historiador Boleslao
Lewin , Los judíos bajo la Inquisición en Hispanoamérica (Judíos, protestantes y patriotas) del año 1962.
Posterior a los estudios de Lewin, encontramos a Seymour Liebman con el texto Los judíos en México y
América Central publicada en 1971. Para el territorio del Virreinato del Perú encontramos la obra de Lucia
García Proodian sobre los judeoconversos en Nueva Castilla y Nueva Granada, en el presente trabajo hemos
dado uso a su apéndice documental. Se incluye la obra de Antonio Domínguez Ortiz sobre los judeoconversos
en España y América, Los judeoconversos en España y América. Dentro de estudios más recientes tenemos
Requiem por los olvidados: los judíos españoles en América (1984) de Seymour B. Liebman El judaísmo en
Iberoamérica (1992) de Haim Avni, y El judaísmo en Iberoamérica (2007) de Reyes Mate y Ricardo Forster.
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