Capítulo I - La Adoración
Capítulo I - La Adoración
Capítulo I - La Adoración
La cultura actual es competitiva, nos enseña a que nunca podemos darnos por vencidos y que
nunca debemos rendirnos; no se oye mucho hablar de rendirse. Si todo se trata de ganar,
rendirse es inconcebible. Preferimos hablar de ganar, triunfar, superar las dificultades y
conquistar; nada de ceder, someternos, obedecer o entregarnos. Pero la entrega a Dios es el
corazón de la adoración. Es la respuesta natural al asombroso amor y misericordia de Dios.
Nos entregamos a Él, no por temor u obligación, sino por amor, “porque Él nos amó primero”.
Después de escribir once capítulos de la carta a los romanos, explicando la increíble gracia
de Dios con nosotros, Pablo nos exhorta a entregar nuestra vida a Dios en adoración: “por lo
tanto, mis amigos, mediante la inmensa misericordia de Dios hacia nosotros…ofrézcanse a
Dios como sacrificios vivos, dedicados a su servicio y agradables a Él. Esta es la verdadera
adoración que deben ofrecer.”
Por el contrario, nuestro estilo de vida debe ser una que refleje a Jesús en todo tiempo, porque:
“mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo” 1 Juan 4:4.
Una “receta” que he aplicado a mi vida y ministerio que podrá revolucionar tu camin ar con
el Señor:
1er ingrediente “Buenos días, Jesús _ tú a Él”
Salúdalo como el amigo que es. Jesús es tu amigo eterno. ¡¡¡Trátalo como tal se cortes y dale
los “buenos días!!!”.
Haz del domingo un tiempo de dar libertad y fluir el amor que sientes en tu corazón, por el
único que merece todo JESUCRISTO.
Permíteme recordarte:
¿Quién es el creador de todas las cosas? Jesús
¿Quién es que pervierte todas las cosas? Satanás
¿A quién prefieres escuchar al hombre o a Dios?
Libérate de tradiciones de hombres que restringen, atan y apagan el Espíritu. Sal de la mentira
y cree cada palabra que Dios te dice a través del Espíritu Santo hoy.
¡Se libre!
¡Adora al Señor!
¡Danza delante de Él!
Llegamos a ser ministros de Dios entregándonos en espíritu y en verdad . Solo tú y Dios saben
cómo lograr esa receta, no lo hagas por hacerlo más bien, ten un encuentro con Dios y verás
que te mostrará no solo eso, sino infinidad de cosas hermosas que puedes llegar a
experimentar cuando en verdad quieres ser un adorador.
Pero se requiere que el creyente este adherido a la vid que es Cristo. De aquí la importancia
que el Danzor procure tener su corazón en el tesoro de Dios. Debemos cada día esforzarnos
para aprender a ser como Jesús: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy
manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.”
Bienaventurado los de limpio corazón porque ellos verán a Dios. Mateo 5:8.
El Corazón del danzor debe:
• Tener Amor: Si no hay amor en nuestros corazones, de nada nos vale lo que hacemos.
• Ser humilde.
• Sencillo.
• Integro y recto.
• Sensible al Espíritu: Esto viene por una comunión con el Espíritu Santo y por conocer
su presencia.
• No Vanidoso: No es coqueto con las cosas del mundo, no se exhibe.