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MENIGITIS

Este documento describe la meningitis, una enfermedad infecciosa que causa inflamación de las meninges. Explica que puede ser causada por virus o bacterias y describe los tipos principales de meningitis, incluida la meningitis bacteriana. También cubre la anatomía de las meninges, síntomas comunes, causas, epidemiología y formas de contagio.
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MENIGITIS

Este documento describe la meningitis, una enfermedad infecciosa que causa inflamación de las meninges. Explica que puede ser causada por virus o bacterias y describe los tipos principales de meningitis, incluida la meningitis bacteriana. También cubre la anatomía de las meninges, síntomas comunes, causas, epidemiología y formas de contagio.
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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA SALUD

UNIVERISIDAD CIENCIAS DE LA SALUD

HUGO CHAVEZ FRIAS

PNF FISIOTERAPIA

MENINGITIS

FACILITADORA:

LEIDYS BRITO

2020
MENINGITIS

La meningitis es una enfermedad


habitualmente infecciosa provocada por
virus o bacterias que provoca la infección
e inflamación de las meninges – unas
membranas que rodean el cerebro y la
medula espinal-. Cuando se infectan solo
las meninges se habla de meningitis. En
algunas ocasiones, la bacteria se
introduce en la sangre y se disemina, denominándose sepsis menigococica.
También puede ocurrir que se den ambos problemas a la vez.

RECUERDA QUE LAS MENINGES


LAS
Son membranas conjuntivo – vasculares, que rodean el Sistema Nervioso Central,
tanto en su parte encefálica como medular. Brindan protección y nutrición al Sistema
Nervioso Central. La mayor parte de autores consideran que son 3 membranas y
entre ellas existen también 3 espacios y por uno de ellos circula el Líquido
Cefalorraquídeo, que actúa como amortiguador hidráulico

ANATOMÍA
El encéfalo y la médula espinal están envueltos por 3 capas concéntricas
de membrana conocidas como meninges. Estas son duramadre,
aracnoides y piamadre, las cuales pueden clasificarse en paquimeninge
(duramadre) y leptomeninge (piamadre y aracnoides). Su función es
proporcionar protección SNC, así como participar en la formación de
la barrera hematoencefálica (BHE).

Para entender la localización y la extensión de las patologías en


relación con estas membranas de tejido conectivo, es fundamental
comprender su anatomía.
La duramadre es la capa más externa de las meninges. Se compone de
2 subcapas, la externa es el periostio del cráneo y contiene vasos y nervios. Se
adhiere a la superficie interna del cráneo, con uniones especialmente
fuertes en las suturas y la base del cráneo. La capa más profunda se
conoce como capa meníngea.

La aracnoides constituye la capa intermedia de las meninges. Se


conforma por el espacio subaracnoideo en el que circula el Líquido
Cefalorraquídeo (LCR). En la profundidad de este espacio se encuentra
una segunda capa de células más compactas conocidas como trabéculas
aracnoideas. Estas, se encargan de unir el espacio subaracnoideo y la
piamadre entre sí, y envolver los vasos sanguíneos que atraviesan las
meninges

El LCR es producido por el plexo coroideo, el intersticio cerebral y


las meninges. Circula en una dirección craneocaudal desde los
ventrículos cerebrales al espacio subaracnoideo espinal. Se renueva de
3-5 veces al día y sus constituyentes moleculares son principalmente
derivados de la sangre (80%), además de moléculas originadas
localmente en el encéfalo (20%). Recorre los ventrículos intracerebrales, los
espacios subaracnoideos de la médula espinal y el encéfalo, y el canal
central de la médula espinal. Alrededor del tronco encefálico y la base
del cráneo hay colecciones mayores de LCR llamadas cisternas.

Su función es proteger al SNC mediante el suministro de


nutrientes, la regulación de la homeostasis metabólica, el
funcionamiento del sistema linfático y la regulación de la presión
intracraneal . Por último, la piamadre es la capa meníngea más interna. Se
trata de un envoltorio de tejido conectivo delicado, altamente vascularizado.
Forma una capa continua de células estrechamente adheridas a la
superficie del encéfalo y que se introduce en los surcos y fisuras del mismo.
CAUSAS
Las causas más frecuentes de la meningitis son las infecciones, que
pueden estar provocadas por virus o por bacterias. La más común, y menos
grave, es la infección vírica, que generalmente mejora sin que se la administre
ningún medicamento al paciente. Sin embargo, las bacterianas son muy y
pueden llegar a provocar daños cerebrales e incluso la muerte.

Además de por las infecciones, la meningitis puede aparecer debido a


hongos, tumores, y otros virus como el de las paperas. El HIV, el herpes labial
y el genital.

EPIDEMIOLOGÍA
En la última década, con la introducción de nuevas vacunas
frente a los microorganismos responsables más frecuentes
(Haemophilus influenzae b, Neisseria meningiditis C y Streptococcus
pneumoniae), con el desarrollo de antibióticos más eficaces y con buena
penetración hematoencefálica, ha disminuido la incidencia y ha mejorado
el pronóstico de la infección, pero las secuelas y la mortalidad no han
sufrido grandes cambios. Los menores no vacunados son más propensos a las
enfermedades neumocócicas invasivas y tienden a tener una mayor
prevalencia los niños con inmunodeficiencias primarias o secundarias,
siendo 29 meses la edad media para padecer un episodio de meningitis.

El Streptococcus pneumoniae (S.pneumoniae) es actualmente el


causante de dos terceras partes de los casos por meningitis bacteriana en el
mundo desarrollado, es decir, es el patógeno bacteriano más común.

CONTAGIO

El contagio de esta patología se produce a través de la saliva y las


gotitas que se expulsan al hablar, estornudar o toser. El contagio a través de
objetos no es habitual y ocurre en pocas ocasiones
La meningitis suele aparecer en otoño y en primavera. En entornos
como las guarderías, las escuelas o las residencias pueden propagarse con
rapidez.

SINTOMAS
Una vez contagiada, una persona puede tener los primeros síntomas
entre los dos y los diez días posteriores al contagio. En ocasiones tiene un
comienzo brusco con sistemas similares a los de un catarro o una gripe. Los
más frecuentes y que anuncian la gravedad:

dolor de
rigidez de
fiebre alta cabeza
nuca
intenso

vomito perdida de
somnolencia
bruscos consciencia

agitacion,
delirio y/o
convulsiones

MARTA FERNANDEZ MATARRUBIA, especialista en Neurología, especifica


que en los lactantes (niños menores de dos años), las manifestaciones clínicas
pueden:
somnolencia
irritabilidade
rechazo
llano
inactividad
fiebre
a la
constante
alimentacion
alta
excesivas

a n c ia n o s

alteracion del nivel


de cosnciencia

sin fiebre

ni rigedez de nuca
TIPOS DE MENINGITIS

Las infecciones virales son la causa más frecuente


de la meningitis, seguida de las infecciones
bacterianas, y en raras ocasiones, infecciones
fúngicas. Debido a que las infecciones bacterianas
pueden ser potencialmente mortales, es
fundamental identificar la causa.

MENINGITIS BACTERIANA

La bacteria que ingresa al torrente sanguíneo y viaja hasta el cerebro y la


medula espinal provoca meningitis bacteriana aguda. Sin embargo, también
puede presentarse cuando la bacteria invade directamente las meninges. Esto
puede deberse a una infección en el oído o a una infección sinusal, a una
fractura de cráneo, o en raras ocasiones, puede presentarse luego de algunas
cirugías.

Varias cerpas de la bacteria


pueden causar meningitis
bacteriana aguda, las más
frecuentes son las siguientes:

 STRETOCOCCUS
PNEUMONIAE
(NEUMOCOCO). Esta
bacteria es la causa más frecuente de meningitis bacteriana en bebes,
niños jóvenes y adultos en los Estados Unidos. Con frecuencia provoca
neumonía, infecciones en el oído o infecciones sinusales. Una vacuna
puede ayudar a prevenir la infección.
 NEISSERIA MENINGITIDIS (MENINGOCOCO). Esta bacteria es otra de
las causas principales de la meningitis bacteriana. Esta bacteria suele
provocar una infección de las vías respiratorias superiores, pero
ocasiona meningitis meningococica cuando ingresa al torrente
sanguíneo. Es una infección muy contagiosa que afecta, en mayor
medida, a los adolescentes y adultos jóvenes. Puede provocar
epidemias locales en las residencias estudiantiles, pensionadas y bases
militares. Una vacuna puede ayudar a prevenir esta infección.

 HAEMOPHILUS INFLUENZAE (HEMOFILO). La bacteria


HAEMOPHILUS INFLUENZAE TIPO B (Hib) fue, en un momento, la
principal causa de meningitis bacteriana en niños. Sin embargo, las
nuevas vacunas contra la Hib han reducido considerablemente la
cantidad de casos de este tipo de meningitis.

 LISTERIA MONOCYTOGENES. (LISTERIA). Esta bacteria se puede


encontrar en los quesos no pasteurizados, los perros calientes y los
embutidos. las mujeres embarazadas, los recién nacidos, los adultos
mayores y las personas con sistemas inmunitarios debilitados
constituyen la población más vulnerable. La listeria puede atravesar la
barrera placententaria y la infección en una etapa avanzada del
embarazo puede ser mortal para él bebe.

MENINGITIS VIRAL.

Por lo general, la meningitis viral es leve y a menudo desaparece por si


sola. La causa de la mayoría de los casos en los Estados Unidos es un grupo
de virus conocidos como “enterovirus”, que son más frecuentes a finales del
verano y principios del otoño. Los virus como el virus del herpes simple, el VIH,
el de las paperas, el virus del Nilo occidental y otros también pueden causan
meningitis viral.
MENINGITIS CRONICA.

La meningitis crónica es producida por organismos de crecimiento lento


(como los hongos y la Mycobacterim tuberculosis) que invaden las membranas
y el líquido que rodea el cerebro. La meningitis crónica se manifiesta en el
plazo de dos semanas o más. Los signos y los síntomas de la meningitis
crónica (dolores de cabeza, fiebre, vómitos y pesadez mental) son similares a
los de la meningitis aguda.

MENINGITIS FUNGICA.

La meningitis fúngica es relativamente poco frecuentemente y causa


meningitis crónica. Puede ser similar a la meningitis bacteriana agua, la
meningitis fúngica no se contagia de una persona a otra. La meningitis
criptococica es una forma fúngica frecuente de la enfermedad que afecta a las
personas con deficiencias inmunitarias, como el sida. Es potencialmente mortal
si no se trata con un medicamento antifungico.

FACTORES DE RIESGO

Entre los factores de riesgo de la meningitis se incluyen los siguientes:

Omitir las vacunas. El riesgo aumenta para cualquier persona que no haya
completado el programa de vacunación infantil o de los adultos recomendado.

Edad. La mayoría de los casos de meningitis viral ocurren en niños menores de


5 años. La meningitis bacteriana es común en los menores de 20 años.

Vivir en una residencia comunitaria. Los estudiantes universitarios que viven en


dormitorios compartidos, el personal de las bases militares y los niños en
internados y centro de cuidado infantil corren un mayor riesgo de contraer
meningitis meningococica. Esto puede deberse a que la bacteria se propaga
por via respiratoria y se propaga rápidamente a través de grandes grupos.

Embarazo. El embarazo aumenta el riesgo de listeriosis, una infección que


casusa la bacteria de la listeria, que también puede causar meningitis. La
listeriosis aumenta el riesgo de abortos espontaneos, nacimientos de fetos
muertos y partos prematuros.

Sistema inmutario debilitado. EL SIDA, el alcoholismo, la diabetes, el uso de


medicamentos inmunosupresores y otros factores que afectan el sistema
inmunitario también te vuelven más susceptible a la meningitis. La extirpación
del bazo también aumenta el riesgo y cualquier personal que no tenga bazo
debe vacunarse para minimizar ese riesgo.

Si no se recibe tratamiento rápido se puede sufrir convulsiones y daños


permanentes, tales como:

perdida de la insuficiencia
daño cerebral
audicion renal

problema de problemas de
choque
memoria la marcha

impedimentos
para el convulsiones muerte
aprendizaje

En el DIAGNÓSTICO DE LA MENINGITIS los datos más relevantes se van


a obtener con la punción lumbar. Esta se hará lo antes posible, salvo que no
esté indicada su realización.
 Exploración física

Ante un cuadro clínico compatible con una infección meníngea, se


procede a realizar una exploración cuidadosa del enfermo buscando signos de
infección, en especial a nivel de la cabeza, el cuello, los oídos y la piel. Se lleva
a cabo una exploración neurológica que estudie el nivel de conciencia del
paciente y la existencia de hipertensión intracraneal (incremento de la presión
del interior de la cabeza). Así mismo se realizarán las maniobras oportunas
para detectar la presencia de rigidez de nuca y signos meníngeos.

 Pruebas de imagen

Como pruebas diagnósticas pueden realizarse radiografías de tórax, de


los senos paranasales, para buscar una infección a ese nivel (sinusitis) que se
haya extendido al sistema nervioso, y un TAC (tomografía axial computarizada)
que no siempre está indicado. Sin embargo, el diagnóstico definitivo requerirá
probablemente un análisis del líquido cefalorraquídeo obtenido mediante
punción lumbar.

 Punción lumbar

El examen del líquido cefalorraquídeo constituye el estudio fundamental.


En condiciones normales se trata de un líquido claro y transparente. En el caso
de la meningitis bacteriana, su aspecto es turbio y su análisis manifiesta un
aumento importante de los leucocitos (glóbulos blancos). Puede cultivarse
parte del líquido para determinar el tipo de microorganismo causante de la
enfermedad.

Cuando existe sospecha de hipertensión intracraneal no se debe realizar


una punción lumbar, porque puede conllevar complicaciones severas. En estos
casos, se realiza previamente un TAC craneal para descartar la hipertensión y,
en caso de existir, se tomarán las medidas oportunas

PREVENCION
La mejor prevención es la vacunación. Hasta hace poco solo existían
vacunas contra el Haemophilus tipo b, el meningococo tipo A y C y el
neumococo, que habían hecho prácticamente desaparecer estos tipos de
meningitis en nuestro.

En España, la vacunación para meningococo C es obligatorio, esta


vacuna estimula la formación de defensas contra el germen. La protección se
produce a las dos semanas de la vacunación. Para los niños mayores de un
año basta una dosis, pero para los niños de entre 7 y 12 meses son necesarias
dos dosis y para los entre 0 y 6 meses, tres.

La vacunación está indicada en los menores de 6 años y puede provocar


efectos secundarios leves, como inflamación y molestias en el lugar de la
inyección, fiebre baja e irritabilidad. Está contraindicada cuando existen
estados febriles en el momento de la vacunación; si el niño es hipersensible a
alguno de los componentes de la vacuna, o en persona inmunodeprimidas.

Al tratarse de eventos causados por agentes infecciosos, se recomienda


mantener medidas preventivas durante todo el año y en todo lugar:

• La mejor manera de prevenir la diseminación de cualquier infección es el


lavado de manos.

• El uso de alcohol en gel es una alternativa al lavado con agua y jabón,


en caso de que este último no sea posible.

• Dado que este tipo de infecciones puede darse por virus que son
eliminados por las heces (materia fecal), es particularmente importante el
lavado de manos luego de utilizar el baño.
• Hay varias vacunas que previenen la infección por bacterias que pueden
causar la meningitis y otras enfermedades infecciosas. Controle el carnet de
vacunación de su hijo.

• Mantener un buen estado de higiene bucal y personal. Evitar el


intercambio de saliva a través de vasos, bombillas de tereré, chupetes,
mamaderas, juguetes u otros utensilios que se lleven a la boca. No compartir
objetos de uso personal.

• Cubrirse la boca al estornudar o toser. Enseñe a los niños y a quienes


los cuidan a estornudar y toser lejos de otras personas: inclinando la cabeza
hacia el piso, cubriendo la nariz y boca con el codo, o contra su hombro.

• Prestar atención a la desinfección frecuente de superficies de “alto nivel


de contacto”, como picaportes y equipos comunes (auriculares de teléfono,
mouse de computadoras) con hipoclorito de sodio (lavandina). Limpiar y
desinfectar también los lugares donde se cambian pañales, los baños y donde
comen los niños, así como los muebles y los juguetes de uso compartido.

• Ventilar diariamente la ropa de cama y las habitaciones, mantener una


temperatura corporal adecuada, evitando enfriamientos; evitar permanecer en
lugares hacinados y mal ventilados.

• En caso de sentirse enfermo, consultar en un servicio de salud y no


automedicarse.

• El contacto casual no conlleva un riesgo particular si se toman en cuenta


las recomendaciones.
• En caso de meningitis, NO hay necesidad de tomar medidas como
fumigación, cuarentena y/o cierre de entidades educativas. El seguimiento
cuidadoso de las recomendaciones mencionadas ofrece una adecuada
protección contra la infección.

VALORACIÓN DEL PACIENTE Y DIAGNÓSTICO FUNCIONAL


DEFISIOTERAPIA

 (Niños).

El 15-20% de las hospitalizaciones en la edad infantil son debidas


a enfermedades neurológicas. La identificación y conocimiento de las
bases etiopatogénicas, de las opciones terapéuticas y del pronóstico
pasan por una buena orientación inicial del problema, que debe ser
minuciosa y metódica, sin olvidar ningún detalle que pueda ser
concluyente. De esta manera, los pasos a seguir frente a un problema
neurológico comprenden una buena anamnesis, una exploración neurológica
íntegra y, finalmente, el empleo razonado y orientado de las pruebas
complementarias.

Siguiendo el orden de exploración del neurólogo pediátrico Dr. J.


Campistol Plana, lo primero a realizar es la historia clínica, procurando
obtener la máxima información. Es importante, durante la anamnesis, ir
evaluando al niño: su comportamiento y desarrollo en el juego, el
contacto y la empatía con los progenitores, etc. Es esencial
preguntar específicamente por los síntomas que pudieran estar presentes
incluso desde algunos días o semanas antes de la instauración aguda
del cuadro clínico. Con respecto a otros aparatos o sistemas del
organismo, debe interrogarse sobre síntomas intestinales o respiratorios
en los días previos. Es, asimismo, básico indagar sobre los antecedentes
epidemiológicos, viajes, exposición a medio rural o animales, administración
de vacunas y fármacos por si los síntomas neurológicos pudieran obedecer a
una intoxicación.
La historia clínica frente a un problema neurológico comprende seis
apartados:

1) Antecedentes familiares

2) Antecedentes obstétricos y perinatológicos. Dichos datos deben


recogerse con sumo interés, pues se trata de un períodocrucial.

3) Historia del desarrollo. Debe valorarse el desarrollo y su


progresión en el tiempo; también es significativo analizar el comportamiento
del niño.

4) Enfermedades o problemas padecidos. Puede ser de utilidad


conocer los trastornos o las enfermedades previas a las manifestaciones
neurológicas, al igual que los hábitos alimentarios y los datos antropométricos
evolutivos.

5) Enfermedad actual o motivo de consulta. Sería importante


evaluar los factores precipitantes, la gravedad de los síntomas, la
evolución del cuadro y el grado de discapacidad que genera el problema.
Puede servir de herramienta grabar un vídeo doméstico de los episodios.
Se aconseja realizar una cuidadosa anamnesis en relación con los signos de
alerta, como son un retraso motor, alteraciones del ritmo nictameral,
convulsiones, asimetrías funcionales, cefaleas, anomalías sensoriales,
trastornos esfinterianos, dificultades de aprendizaje o regresión de funciones.

En la exploración física es fundamental la inspección exhaustiva, con


especial atención a la focalidad neurológica, los signos cerebelosos y la
evidencia de HTIC. Es primordial seguir el mismo orden en la exploración
neurológica del niño para no omitir ningún detalle (Tabla 2) y debe empezarse
por la inspección. Disponer de algún juguete e interactuar con el niño puede
ser de gran utilidad mientras se examinan datos tan diversos con la simple
observación como las asimetrías, los movimientos anormales, el interés por los
objetos o la coordinación; los cuales pueden aportar valiosa información y
esclarecer el problema neurológico. Se dejarán para el final las exploraciones
que requieran mayor manipulación (reflejos, sensibilidad, etc).
A exploración de pares craneales es compleja pero la observación
atenta durante la entrevista y la exploración pueden ofrecer bastante
información indirecta de la mayoría de los pares. Es más frecuente que sea
competencia de los profesionales médicos, aunque también puede valorarlo
el fisioterapeuta. Deben explorarse todos los pares craneales, sin embargo, los
imprescindibles para este caso clínico son el nervio óptico, el examen
oculomotor y el par craneal o coclear vestibular, en su componente acústico.

En cuanto al sistema motor, requiere analizar aspectos como el


trofismo muscular, el tono muscular, la fuerza, los reflejos
osteotendinosos, la coordinación o la presencia de movimientos
involuntarios. La espasticidad se valora mediante la escala de Ashworth.
Es de gran utilidad para analizar el estado actual de la fuerza y su evolución en
el tiempo.

Para explorar la sensibilidad superficial debe analizarse el


tacto, el dolor y la temperatura. Cuando se valora la sensibilidad
profunda hay que centrarse en la sensación vibratoria por medio del
diapasón, en la propiocepción y en la sensación de dolor de las
estructuras profundas, es decir, de huesos, músculos y ligamentos.

La valoración funcional del niño con discapacidad define lo que el


niño puede o no efectuar, pero no la etiología de la enfermedad. Para ello, los
métodos utilizados habitualmente son la entrevista y la observación clínica.
Sin embargo, para un procedimiento de evaluación más ordenado se
dispone de pruebas estandarizadas, que permiten concretar el objetivo de la
evaluación y un abordaje más científico

El sistema de clasificación Gross Motor Function Measure (GMFM)


presenta 88 ítems y es una de las escalas de función motora gruesa más
divulgadas en pediatría. Diseñada por Rusell en 1989, ha sido traducida y
adaptada a la población española. Se trata de una prueba referida a un criterio,
validez y fiabilidad demostrada. Su función es evaluar la función motora y los
resultados terapéuticos en pacientes con parálisis cerebral y permite
evaluar si el niño precisa de ortesis.
El GMFM es un instrumento de medida estándar que valora cinco
dimensiones:

1) Decúbito y volteo

2) Sedestación

3) Gateo y arrodillarse

4) Bipedestación

5) Caminar, correr y saltar

Existen cinco niveles que distinguen las funciones motoras


autoinducidas. Los niños que pertenecen al Nivel I no manifiestan
restricciones: sólo presentan limitaciones en las habilidades motoras más
complejas. Las funciones motoras disminuyen progresivamente del Nivel I
al V; el nivel V engloba a niños con restricciones motrices graves. En este
último grupo se recomienda el manejo postural precoz. Los niveles de
clasificación de GMFM suelen ser estables a partir de los dos años de
edad16. Sin embargo, hay que tomar en consideración que, este sistema de
clasificación mide la ejecución, pero no la calidad demovimiento18.Otra escala
ampliamente utilizada es la Pediatric Evaluation of Disability Inventory
(PEDI), desarrollada para valorar la capacidad funcional de niños entre 6
meses y 7 años y medio, con discapacidad física y/o psíquica. Mide
tanto la capacidad, es decir, lo que el niño puede hacer, como la
realización de las actividades funcionales en tres áreas de contenido:
autocuidados, movilidad y función social20. Igualmente, existe la escala The
Functional Independence Measure for Children (WeeFIM) que determina la
gravedad de la discapacidad del niño y la necesidad de asistencia que
requiere.

Tratamiento de Fisioterapia.

El primer objetivo es optimizar el movimiento y la postura para fomentar


la actividad y participación, mientras se minimiza la posible
deformidad musculoesquelética secundaria. El segundo, es saber reconocer e
intervenir terapéuticamente y así abordar las muchas comorbilidades del
desarrollo dela enfermedad y la clínica asociadas con la enfermedad.

Durante la sesión de fisioterapia la atención del niño es


fundamental para poder acceder a su SNC y, para ello, se necesita la
actividad. Se pueden utilizar estímulos visuales y sonoros, así como juguetes
con el fin de que centre su interés en una tarea motora. Todo ello favorece el
aprendizaje y proporciona una motivación adicional en la participación de la
terapia. La atención se mantiene a medida que el niño descubre las
acciones que debe realizar para lograr su propósito y, una vez
concentrado en el objetivo, usa los movimientos dirigidos al mismo junto
con mecanismos posturales

Durante la terapia, se utilizarán tanto la verbalización como el refuerzo


positivo. De esta forma, para mantener la comunicación será necesario tener
en cuenta si, además de las alteraciones motoras existen, como es el caso de
estudio, alteraciones sensoriales (hipoacusia, alteraciones de la visión, etc.) y/o
cognitivas, que puedan condicionar el diálogo.

PLANTEAMIENTO DE OBJETIVOS TERAPÉUTICOS.

El objetivo terapéutico que se plantea es adquirir mayor tono postural sin


aumentar los movimientos involuntarios distales. De este modo, la finalidad
primaria es lograr un control en cabeza y tronco, teniendo en cuenta
que, si se alcanza estabilidad proximal, los movimientos involuntarios
disminuirán y, consecuentemente, se favorecerá la actividad voluntaria
controlada a nivel distal. A través del tratamiento se incide indirectamente
sobre los sistemas cardíaco y respiratorio, previniendo posibles
complicaciones vitales. Asimismo, se trabajará la higiene postural la cual
resulta imprescindible cuando existen graves secuelas.

1. Corto plazo: el objetivo es normalizar el tono postural


graduando la hipotonía y, de esta manera, dar estabilidad postural tronco-
cefálica promoviendo la verticalidad móvil. Es preciso corregir la asimetría
excesiva por medio de ortesis como el corsé y el bipedestador.
2. Medio plazo: la finalidad primordial es mantener un mayor
control tronco-cefálico y, consecuentemente, reducir y controlar los
movimientos involuntarios a nivel distal. De igual modo, hay que prevenir
las posibles contracturas y deformidades secundarias al crecimiento del
niño.

3. Largo plazo: el fin es facilitar el control postural y adaptación al


manejo. Además, es importante prevenir la aparición de movimientos
incontrolados y espasmos musculares, así como permitir la máxima
independencia posible.

Anexos:

Tabla 2. Orden De La Exploración Neurológica. Fuente: Campistol Plana J.


Tratado de Pediatría. AEP:
1. Signos vitales
2. Antropometría: peso, talla, perímetro craneal
3. Actividad espontánea en reposo
4. Actividad provocada
5. Desplazamientos y marcha libre
6. Exploración dismorfológica
7. Exploración de la piel
8. Configuración del cráneo y cabello
9. Pares craneales
10. Sistema motor
11. Signos cerebelosos
12. Exploración de la columna
13. Exploración de la sensibilidad
14. Examen de la vista y de la audición
15. Examen del fondo de ojo
16. Evaluación del desarrollo cognitivo y del lenguaje

Figura 2. Posición de sedestación con control tronco-cefálico.


Figura 3..

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