Sesion 10-Homero La Odisea 3°
Sesion 10-Homero La Odisea 3°
Sesion 10-Homero La Odisea 3°
HOMERO
Es el mayor poeta épico de la antigüedad clásica y del mundo. Es uno de los cuatro genios de la Literatura universal, junto con Dante, Shakespeare y Cervantes. En
cuanto a la etimología nadie ha dado por aceptada sin reparos; unos dicen que significa. Rehén o garantía de guerra, et, El que no ve; algunos dicen que es, sinónimo
de poeta, aedas, trovador o rapsoda. Se asegura que su verdadero nombre era Melesígenes, o se nacido un día de las fiestas de Melesias celebrada en honor del río
Meles que pasa por Esmirna. Homero sería su apodo. Se ignora el lugar de nacimiento de Homero que debió sr hacia el siglo IX.a.c (año 850 aC). Varias ciudades se
disputan la gloria de ser patria del inmortal aeda: Quíos, Esmirna, Colofón, Atenas, Argos, Rodas, Salamina, Pilos, Cumas e Ítaca.
Según la tradición viajó por diversos países: África, Italia, España, etc. Una enfermedad lo dejó ciego, y desde entonces pasó a llamarse Homero. La muerte, siempre
según el seudo Heródoto, sorprendió a Homero en los, en el curso de un viaje a Atenas.
OBRAS DE HOMERO
Los dos grandes poemas de Homero son: La Ilíada y La Odisea
Epopeyas que según Von Tunk , no se escribieron para ser leídas sino para ser cantadas. Homero por eso fue un Aeda, un canto o un recitador.
Además, escribió: Batracomiomaquia (poema burlesco), El Margites, La Tebaida, Los Epígonos.
Los poemas épicos homéricos son La Ilíada y La Odisea, las dos grandes epopeyas de la antigüedad griega, poemas en que aparece una sociedad de reyes y de nobles,
grandes terratenientes y poseedores de numerosos rebaños, quienes llevaban una vida de esplendor y de luchas, enfrentamientos y batallas.
LA ODISEA: La Odisea consta de unos 10.000 versos divididos en 24 cantos y narra el regreso de Ulises, el héroe griego (también llamado Odiseo) de la guerra de
Troya. Durante su ausencia, un grupo de pretendientes de su esposa Penélope está acabando con sus bienes.
La epopeya abarca sus diez años de viajes, y los diversos peligros con los que se debió enfrentar, (como el cíclope), continúa con la llegada de Ulises a su isla natal,
Ítaca. Allí prueba la lealtad de sus sirvientes, ejerce venganza contra los pretendientes de Penélope, y logra volver a reunirse con su hijo, su esposa y su padre.
5. Odiseo entre los pretendientes, presentado bajo la figura de un mendigo (Cantos XVII a XX)
6. Matanza de los pretendientes y sus consecuencias (cantos XXI a XXIV)
Personajes:
Odiseo: Héroe astuto. Penélope: Leal esposa acosada por pretendientes que la quieren casar por interés. Telémaco: Valiente hijo que sale a buscar a su padre cuando
la situación con los pretendientes ya está de buen tamaño. Euriclea: El ama y niñera de la familia. Atenea: Diosa Consejera y amiga. Circe: Maga que convierte
personas en animales. Calipso: Ninfa hermosa que quiere retener al Héroe, por enamorada.
1.El cíclope: Monstruo de un solo ojo hijo de Poseidón (de allí el enojo) que se cena a muchos de sus valientes compañeros al estilo brocheta. Odiseo lo convence
para que tome un vino especialmente fuerte y mientras el monstruo dormía la mona, lo deja ciego con una estaca. El monstruo llama a su familia y amigos, pero
como el héroe le dice que se llamaba «nadie», el bobo les indica que nadie lo está lastimando y los cíclopes pensando que Polifemo (el bobo cíclope) estaba enfermo,
no hacen nada.
2. Caribdis y Escila: Monstruos marinos que destruían los navíos.
3. Sirenas: Cantantes mágicas que atraían con sus bellas melodías a los incautos navegantes y los hacían naufragar en los escollos. Todos se tapan las orejas con cera
menos el héroe que quería escucharlas, pero que se hace amarrar a un palo, gracias a lo cual no pasa nada.
4. Calipso: Ninfa inmortal que se enamora del héroe y trata de retenerlo con sus encantos.
5. Circe: Maga hija del sol, convierte a los compañeros en animales con una torta de miel, pero gracias a los consejos de Atenea y al «ajo dorado» que Hermes le
regala al héroe, éste es inmune a la torta y se dispone a matar a la maga, pero esta ruega por su vida, vuelve a la normalidad a los compañeros y se enamora del
héroe y al final viendo que no lo puede retener lo despide muy triste cargándolo de regalos.
6. Los vientos de Eolo: Eolo (dios de los vientos) obsequia a Odiseo una bolsa conteniendo los vientos para que pueda llegar rápido a casa. Mientras el héroe dormía
Los compañeros curiosos piensan que es oro y riquezas y abren los sacos y se produce tal ventarrón que aleja nuevamente la nave de la Isla natal del Héroe que ya
estaba a la vista.
7. Los comedores de Loto: En una isla a la que llegan la gente comía una variedad extraña de loto que les hacía olvidar todos sus problemas y vivir en un mundo de
ilusión (algo parecido a una isla de adictos a la cocaína). Viendo el riesgo el héroe y sus hombres escapan rápidamente.
PROFESOR: WILDER JAMES BAUTISTA TERÁN
8. El adivino Tiresias: Por consejo de Atenea, Odiseo tiene que consultar a un adivino de nombre Tiresias, pequeño detalle, el hombre está muerto por lo que el héroe
tiene que aventurarse en los mismos infiernos, en donde se entera al ver el espectro, que su madre ha muerto en su ausencia. A cambio de sangre de cabra el adivino
le dice que para aplacar la ira de Poseidón debe ir a un lugar donde nunca se haya escuchado del mar y plantar un remo y matar cien vacas en honor del dios.
9. Las Vacas del sol: Muertos de hambre los compañeros se comen las vacas sagradas del sol y reciben terrible muerte.
10. Finalmente sin nada más que su piel encima, llega a la costa del rey Menelao y la princesa y su séquito que lo encuentran a orillas del mar piensan en inicio que es
un monstruo marino. Luego aclaradas las cosas y como Menelao era amigo de Odiseo, le organiza banquetes y juegos en su honor y escucha los relatos de sus
peripecias que lo conmueven tanto que por fin lo manda a su casa en nave prestada y cargado de regalos.
11. Mientras tanto en casa: Y mientras Odiseo vagaba por todo el ancho mar. Su casa había sido invadida por los jóvenes nobles, que creyéndolo muerto cortejaban a
su esposa Penélope para convertirse en el nuevo rey por medio de esa alianza. Penélope les había dado largas, incluso había pedido tejer una sábana mortuoria para
su esposo y que al concluirla se casaría. No obstante, la astuta tejía de día y destejía de noche.
Tema: sería las aventuras que tiene Odiseo al tratar volver a su patria Ítaca y reencontrarse con su familia.
Búsqueda del hogar perdido. Ulises sale de Troya y se dirige hacia su isla: Ítaca. Cuando por fin llega a Ítaca, quiere recuperar el amor de los suyos antes
de revelar su identidad.
Fidelidad conyugal. Penélope espera a Ulises, aunque tenía muchísimos pretendientes. Al final los rechaza a todos y se queda sólo con Ulises.
Final de la adolescencia. Telémaco, el hijo de Penélope está cansado de la sobreprotección de su madre y por eso sale en busca de su padre.
Curiosidad por lo desconocido. El deseo de saber quién es el dueño de las cuevas. El pasaje en el que se amarran para que puedan oír a las sirenas.
Ambición por el poder y la riqueza. Los pretendientes de Penélope sólo quieren las posesiones de Ulises.
Predominio de la astucia sobre la fuerza. Cuando Ulises enfrenta a todos los pretendientes de Penélope, lo hace disfrazado de otra persona en lugar de
llegar con un ejército o de otra manera violenta.
Mensaje de la obra: Debemos de poseer mucha tenacidad para desarrollare todos y cada uno de nuestros objetivos, ya sean estos personales o sociales. La práctica
de la lealtad y la fidelidad, ya que los siervos de Ulises nos enseñan a respetar los lazos afectivos que nos unen a los demás siempre y que aquel cariño se encuentra
correspondido por el cariño y la amabilidad.
Resumen argumentativo
La Odisea arranca donde termina el argumento de la Ilíada. Odiseo, rey de Ítaca, decide regresar a su tierra una vez ha concluido la guerra de Troya, pero la voluntad
adversa del dios Poseidón (deidad marina) lo obliga a viajar indefinidamente durante años por lejanos, peligrosos y extraños sitios.
En su palacio en Ítaca, entre tanto, un gran número de pretendientes que están convencidos de que el héroe en esos veinte años de ausencia debe ya haber
encontrado la muerte, trata de ganarse la voluntad de Penélope, esposa de Odiseo, para quedarse con las riquezas y poder de éste. La mujer, símbolo perfecto de la
fidelidad conyugal, consigue mantenerlos a distancia sin llegar a comprometerse con ninguno de ellos, dilatando su decisión de casarse con alguno mediante astutos
subterfugios. Sin embargo, los pretendientes amenazaban con dilapidar la fortuna de Odiseo mientras Penélope no se decida a aceptar algunos de ellos por esposo.
Por esa época Odiseo se encuentra retenido en una lejana isla por una ninfa de nombre Calipso, que enamorada del héroe pretende que éste se convierta en su
compañero para siempre. Viendo que tras siete años de retención Odiseo aún anhela volver a su patria, la ninfa, conmovida por la tristeza del hombre que ama y
forzada por las órdenes de Zeus, decide dejarlo en libertad. Odiseo se hace a la mar en una balsa que él mismo construye, con la cual consigue llegar a la tierra de los
feacios, donde Nausica, hija del rey Alcínoo, lo rescata del naufragio de su débil embarcación y lo conduce al palacio real, donde es atendido como un dios.
A sus generosos huéspedes Odiseo narra todas las aventuras que ha vivido desde que comenzó su interminable viaje por los mares. Por él mismo sabemos, pues, que
acosados él y sus hombres por el cíclope Polifemo, que pretendía devorarlos paulatinamente a todos, se vieron obligados a cegarlo para poder escapar, desatando así
la furia del dios Poseidón, donde padre del cíclope, que arroja contra los hombres de Odiseo la más terrible tormenta marina, las cuales los conducen cada vez más
lejos de Ítaca. En aquel fantástico recorrido conoce a la envenenadora y maga Circe, que convierte en cerdos a todos sus hombres; viaja hasta el Hades (el país de los
muertos) para consultar con el difunto adivino Tiresias la suerte que su destino le ha deparado; relata el modo cómo evitó que en alta mar el nefasto y dulce canto de
las sirenas acabara por su perdición; refiere el increíble episodio humanamente insalvable de los monstruos Escila y Caribdis, el modo como supo superar esos
escollos, y la imprudencia de sus compañeros que atraen para sí la desgracia cuando comen las vacas del Sol.
Los feacios ayudan en todo lo posible al héroe para que pueda retornar a su hogar. Una vez en Ítaca, disfrazado de mendigo, Odiseo es secundado por su hijo
Telémaco para acabar con todos los pretendientes de su esposa en una memorable matanza.
ACTIVIDADES:
LA ODISEA
Apenas el sol se puso y sobrevino la oscuridad, Circe me cogió de la mano, me hizo sentar separadamente de los compañeros y acomodándose cerca de mí, me
preguntó cuánto me había ocurrido; y yo se lo conté por su orden. Entonces me dijo estas palabras: -Oye ahora lo que voy a decir y un dios en persona te lo
recordará más tarde: llegarás primero a las sirenas, que encantan a cuantos hombres van a su encuentro. Aquel que imprudentemente se acerca a ellas y oye su voz, ya
no vuelve a ver a su esposa ni a sus hijos rodeándole, llenos de júbilo, cuando torna a su hogar; las sirenas le hechizan con el sonoro canto, sentadas en una pradera en
el centro de un enorme montón de huesos de hombres putrefactos cuya piel se va consumiendo. Pasa de largo y tapa las orejas de tus compañeros con cera blanca,
PROFESOR: WILDER JAMES BAUTISTA TERÁN
más si tú deseas oírlas, haz que te aten los pies y manos a la parte inferior del mástil, y que las sogas se liguen a él: así podrás deleitarte escuchando a las
sirenas. Y en caso de que supliques o mandes a los compañeros que te suelten, atente con más lazos todavía.
Así dijo; y al punto apareció la Aurora, de áureo trono. La divina entre las diosas se internó en la isla, y yo, encaminándome al bajel, ordené a mis compañeros que
subieran a la nave y desataran las amarras. Embarcáronse acto seguido y, sentándose por orden en los bancos, comenzaron a batir con los remos el espumoso mar.
Por detrás de la nave de azulada proa soplaba próspero viento que henchía la vela; buen compañero que nos mandó Circe, la de lindas trenzas, deidad poderosa,
dotada de voz. Colocados los aparejos cada uno en su sitio, nos sentamos en la nave, que era conducida por el viento y el piloto. Entonces alcé la voz a mis compañeros,
con el corazón triste, y les hablé de este modo: -¡Oh amigos! No conviene que sean únicamente uno o dos quienes conozcan los vaticinios que me reveló Circe, la
divina entre las diosas; y os los voy a contar para que, sabedores de ellos, o muramos o nos salvemos, librándonos de la Parca. Nos ordena lo primero rehuir la
voz de las divinales sirenas y el florido prado en que éstas habitan. Sólo yo debo oírlas; pero atadme con fuertes lazos, en pie y arrimado a la parte inferior del mástil
para que me esté allí sin moverme. Y en el caso de que os ruegue o mande que me soltéis, atadme con más lazos todavía.
Mientras hablaba, la nave llegó muy presto a la isla de las sirenas, pues la empujaba un viento favorable. Desde aquel instante echose el viento y reinó sosegada
calma, pues algún numen adormeció las olas. Levantáronse mis compañeros, amainaron las velas y pusiérolas en la nave; y, habiéndose sentado nuevamente en
los bancos, emblanquecían el agua, agitándola con los remos de pulimentado abeto. Tomé al instante un gran pan de cera y lo partí con el agudo bronce en
pedacitos, que me puse luego a apretar con mis robustas manos. Pronto se calentó la cera, porque hubo de ceder a la gran fuerza y a los rayos del soberano Sol, y fui
tapando con ella los oídos de todos los compañeros. Atáronme éstos en la nave, de pies y manos, derecho y arrimado a la parte inferior del mástil; ligaron las sogas al
mismo; y, sentándose en los bancos, tornaron a batir con los remos el espumoso mar. Hicimos andar la nave muy rápidamente, y, al hallarnos tan
cerca de la orilla que allá pudieran llegar nuestras voces, no les pasó inadvertido a las sirenas que la ligera embarcación navegaba a poca distancia y empezaron un
sonoro canto.
-¡Ea, célebre Odiseo, gloria insigne de los aqueos! Acércate y detén la nave para que oigas nuestra voz. Nadie ha pasado en su negro bajel sin que oyera la suave voz
que fluye de nuestra boca, sino que se van todos, después de recrearse con ella, sabiendo más que antes, pues sabemos cuántas fatigas padecieron en la vasta Troya
griegos y troyanos por la voluntad de los dioses, y conocemos también todo cuánto ocurre en la fértil tierra.
Esto dijeron con su hermosa voz. Sintióse mi corazón con ganas de oírlas, y moví las cejas, mandando a los compañeros que me desatasen; pero todos se inclinaron
y se pusieron a remar. Y, levantándose al punto Perimedes y Euríloco, atáronme con nuevos lazos, que me sujetaban más reciamente. Cuando dejamos atrás las
sirenas y ni su voz ni su canto se oían ya, quitáronse mis fieles compañeros la cera con que había yo tapado sus oídos y me soltaron las ligaduras.
2.- ¿Qué hacían las sirenas con los hombres que se acercaban?
a) Los encantaban. b) Los mataban. c) Los dormían.
a) Dejarse invitar por ellas. b) Pisar el florido prado en que las sirenas habitan. c) Comer lo que les dieran.
GRACIAS