Rastras 1

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196 Barañao y Chiesa

Maquinaria agrícola 197

donde F es la fuerza de tracción con un ángulo de 30°; Q, la carga to- El cilindro al que se hace referencia descriptiva en los arados de
tal; J.L,.elcoeficiente de frotamiento entre los patines y el suelo (valor discos verticales, es muy semejante a la parte similar integrante de la
adoptado 0,30). La fuerza de tracción será de: rastra de discos, sólo que aquí se lo llama cuerpo, y su número puede
ser de 2 Ó 4. Cada cuerpo está constituido por un conjunto variable
F = 0,30.1.750 kgf = 733,24 kgf de discos, pero se llegó a optar por la cantidad de 10 discos por
0,866 - 0,30 . 0,5 cuerpo, en rastras de cultivo de mediana y gran escala. Los diámetros
varían entre 457, 508 y 560 mm, con flechas de 45, 50 y 60 milíme-
A la velocidad de 2 mis, la potencia será de: .
.. tros. Están separados sobre el árbol del cilindro por bujes similares a
733,24 kgf . 2 mis = 1.466,48 kgm/s,
., los ya descritos para los arados, y distanciados de 170 a 250 milí-
metros.
.

1
.. El perno pasante que mantiene la rigidez del cuerpo, como en el
lo cual equivalea 14,50 kW,aproximadamente. .
caso de los arados, tiene dos bujes separadores con la función tam-
Disminuyendoel valor del ángulo a 20°,sin variarlos otros datos ,
1
bién de cojinetes y sobre ellos giran los cuerpos (fig. 9.14). Estos se
¡ pueden disponer en tres formas: a) dos cuerpos, con la cara convexa
del ejemplo, se tendrá: ~ i hacia el plano de simetría de la rastra; b) cuatro cuerpos, dos como
F = 0,30.1750 kgf = 627,69 kgf
; en el caso anterior y delanteros y dos con las caras en sentido opues-
0,939 - 0,30 . 0,342 : to a la de los primeros y en posición posterior, y c) dos cuerpos en
tándem, el primero con la cara convexa hacia la derecha de la di-
y con la misma velocidad anterior rección de avance, y el posterior con la cara en sentido opuesto. Las
tres disposiciones dan los nombres a las rastras (fig. 9.15): 1) de sim-
627,69 kgf . 2 mis = 1.255,38 kgm/s, ple acción (A); 2) de doble acción (B), y 3) excéntrica (C). Cuando
los cuerpos que las integran tienen 10 o más discos son de tracción
lo cual equivale a 12,30 kW. libre. Las de simple acción y las excéntricas, montadas sobre tractor,
tienen un número menor de discos.
En consecuencia, ya que no se puede llegar a un valor del ángulo Los ejes geométricos de los cuerpos, en los dos primeros tipos
igual acero, por razones obvias, conviene disminuir en lo posible ese
de simple y doble acción, pueden formar un ángulo ~ de 180° (va-
valor, por medio de un enganche bajo al tractor.
lor máximo) hasta 140° (valor mínimo), cuya bisectriz coincide con
9.4.1. Rastra de láminas con movimiento de rotación. la línea de avance; esto significa que el ángulo exde los discos puede
Rastra de discos tener un valor máximo de 20 grados. Cuando los ejes están alineados
I (ángulo de 180°) efectúan una labor de escarificación superficial
De acuerdo con la clasificación de las máquinas para labores com-
I (parágrafo 6.3), pero con un ángulo de 140°, ex= 20°, la labor es de
plementarias, basada en la forma de actuar, esta rastra participa de las I remoción del suelo, o sea la de un cultivador.
características funcionales de un escarificador y también de un culti- I
vador: puede cortar verticalmente y, según se disponga, remover el
suelo. Dentro de esta clasificación se puede asegurar que es la más im-. I
portante, si se toma en consideración la tecnología aplicada a su i
construcción y la amplia difusión de su uso, ya que es aplicable a las

,
agncolas.
.
labores en las más diversas condiciones de suelos, como asimismo en
relación con las dimensiones y exigencias de trabajo en las empresas
'1
El principio mecánico de fq.ncionamiento es el mismo de los ara-
dos de discos y de los rastrojeros, especialmente de estos últimos, da--
do que una de las denominaciones, aractg rastra, se de~ a la semejan-
za constructiva y funcional entre ambas 'íbáquinas. Figura 9.14. Perno pasante con cuerpos en una rastra de discos.

. I
r
198 Barañno y Chiesa Maquinaria agrícola 199
o(

El bastidor de las rastras de simple acción es muy sencillo: una


estructura de forma triangular soporta los cuerpos a través de los

~-~ brazos exteriores que giran para variar los ángulos, y por los brazos
y cojinetes centrales, unidos a las piezas colizantes que acercan o ale-
jan el vértice del ángulo para realizar sus variaciones (fig. 9.16). En
las rastras de doble acción la maniobra de variación del ángulo es
igual para los cuatro cuerpos, con la diferencia de que en el par pos-
terior el ángulo es mayor de 180°, es decir que llega hasta los 220
grados. Hay rastras de doble acción con ángulos fijos, de 140 y 220°
en los pares anteriores y posteriores respectivamente. Como del án-
gulo a depende la profundidad de penetración, porque a su vez rige
el valor del ángulo ~ y, además, el del radio de curvatura de los dis-
cos, todos estos factores quedan constantes. Si se le asigna la función
de cortar y remover el suelo, se puede regular su acción aumentando
~ o disminuyendo el peso que gravita sobre los discos. En este caso, las
(B)
rastras están provistas de un par de ruedas vinculadas al bastidor y
con la facultad de graduar lá distancia de éste a la superficie del sue-
\ lo, por lo general con llanta neumática. Ya sea por un sistema mecá-
nico, o por mando de control remoto, al variar la altura del bastidor
en el plano vertical, indirectamente se regula la profundidad de la-
bor (fig. 9.17).

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Para labores en gran escala, se procura incrementar la capacidad
j con el aumento del ancho de ataque. Con ese objeto se agregan cuer-
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CD

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Figura 9.15. Rastras
céntrica.
p ~J-
de discos: A) de simple acción;B) de doble acción; C) ex.
Figura 9.16. Bastidor de una rastra de simple acción.
r-
200 Barañao y Chiesa MaquinarÚJ agr(coÚJ 201

opuesta a los primeros, reacciona en sentido contrario. Si las reaccio-


nes transversales se equilibran, la dirección de la resistencia puede
(A)
coincidir con la de tiro; en casos diferentes la deriva puede ser hacia
uno u otl.o lado.
Por conveniencia se aprovecha la supremacía de la reacción del
cuerpo posterior para que el desplazamiento en ese sentido permita
que los discos más alejados en esa dirección puedan actuar. Con esta
ventaja se puede discar un monte frutal, por ejemplo, hasta aproxi-
marse a los pies de los árboles sin que el tractor se acerque o abando-
ne el céntro de las calles del monte. Esta fue la iniciativa primitiva y
hasta el presente la aplicación más generalizada; no obstante, la ras-
(B)
tra facultada para la posición céntrica o excéntrica, va ganando posi-
ciones en el rastreo en general.

9.4.3. Rastras de discos "pesadas"


Figura 9.17. Rastra de discos: A) posición de transporte; B) posición de trabajo.
pos laterales articulados a los principales, con lo que se prolonga el Sobre la base de la misma concepción geométrica, se fabrican ras-
frente de corte y, al mismo tiempo, se faculta la adaptación a las irre- tras para una labor de labranza integral, es decir, que más que com-
gularidades del terreno, o sea la llamada flexibilidad. La forma arti- plementaria, es una aradura, por la profundidad de penetración y
culada permite que se vuelquen hacia arriba, para el transporte. vuelco, quedando el suelo en condiciones para .la siembra. Se carac-
Por lo general, las rastras de doble acción, que son las más difun- terizan por las dimensiones de los discos y de la estructura mecánica:
didas, están equipadas con discos dentados en el primer par, anterior, aquéllos tienen diámetros de 762 a 812 mm, con espesores de 8 a
puesto que tienen mayor eficacia en el corte de restos vegetales, .ca- 12,7 mm y aún mayores en ciertos casos, con dimensiones proporcio-
ñas de maíz, etc., y penetración en los suelos endurecidos. nales en el bastidor, por lo que se llega a unos 100 kgf de peso por
disco. Se emplean por lo común en terrenos conquistados para culti-
9.4.2. Rastra de discos excéntrica vos, sistematizados, con obras de riego, desmontes, etcétera.

Las rastras, genéri~amente consideradas, constituyen un grupo 9.4.4. Análisis dinámico


de máquinas caracterizadas por su estructura simétrica, donde, como
consecuencia, las fuerzas de tiro y de resistencia están sobre la mis-
En los dos tipos de rastra de discos, de simple y de doble acción,
ma recta y en el plano de simetría; desde luego, con breves variacio-
nes causadas por la heterogeneidad del suelo. el análisis dinámico es simple. Consideradas durante el trabajo y bajo
los efectos de las fuerzas que actúan en el plano horizontal, se llega
Si, se disponen dos cuerpos en tándem, con los ejes no paralelos
a la conclusión evidente de que el esfuerzo de tracción y las resisten-
y las caras de los discos con sentido opuesto, se pierde la simetría y
cias opuestas se equilibran sobre la misma recta, a causa de la sime-
las dos fuerzas antagónicas no están en la misma recta, dando origen
tría y las pocas variaciones que puede ofrecer la resistencia del suelo,
a una cupla que tiende a derivar el cuerpo posterior a la derecha o
en ambos lados del plano de simetría, siempre que la dirección de
a la izquierda, según sea el signo de dicha cupla. Este es el origen de
avance sea paralela a la bisectriz del ángulo formado por los ejes de
la denominación de rastra excéntrica a la formada por dos cuerpos los cuerpos en los dos pares.
así dispuestos. Pero es precisamente esta circunstancia la que se apro- En la figura 9.18 se representan en forma esquemática las fuerzas
vecha para el uso especial que se da a esta máquina. En efecto, si se actuantes: R'e y R "e, resistencias al corte en cada cuerpo; R't y R "t,
observa desde atrás, el cuerpo anterior, con las caras convexas de los
componentes transversales; R' y R", resultantes parciales; R, resul-
discos hacia la izquierda con respecto al sentido de marcha, actúa la
tante total y F, esfuerzo de tracción (A). En el par posterior (B) se
componente transversal y tiende a derivada en esa dirección; sin em-
presenta una situación semejante, con la diferencia de que las reaccio-
bargo, el cuerpo posterior, con las caras de los discos en posición nes transversales cambian de sentido; luego, las resultantes parciales
202 Barañao y Chiesa Maquinaria agr(cola 203
í
\ son concurrentes en un punto cercano al centro de gravedad de la ras-
tra. Estos últimos cuerpos tienden a separarse y por esa razón la es-
tructura está cruzada por planchuelas tensoras en forma de X, para
enlazar los dos pares. Otra solución la provee un bastidor rígido don-
de se fijan los cojinetes exteriores, facultados para girar sobre su eje
Q::
vertical; los interiores pueden colizar para variar los ángulos de los
cuerpos.
En las rastras excéntricas el equilibrio dinámico debe analizarse
de acuerdo con la esencia misma de la máquina y la aplicación con-
:tJ .u veniente del resultado de la excentricidad. En la figura 9.19 se repre-
c:: a: sentó esquemáticamente una rastra excéntrica donde las fuerzas ac-
tuantes son: R'e, resistencia al corte del suelo en el cuerpo anterior;
R "e, de igual naturaleza en el cuerpo posterior; R't y R "t, compo-
nentes transversales; R, resultante total; G, centro de gravedad de la
rastra; E, punto de enganche al tractor; a, distancia longitudinal de E
al centro del cuerpo anterior; b, distancia entre centros y e, excen-
~

« 00 tricidad.
c::
Tomando como centro de los momentos el punto E, se tendrá:

e . R' e + e . R" e + a . R't - R "t (a + b) = O

u. c:: de donde:

e - a (R "t -- R 't) + R "t . b (9.7)


R'e + R"e

En el caso de que las dos fuerzas transversales fueran iguales, don-


de el valor se llamaría Rt, no habrá excentricidad, porque

,tJ .u e = b. Rt b. Rt
c:: c:: (9.8)
'" CIJ
R'e + R"e R
0:1-
-.t:J
s:::o
CIJ"C
'" CIJ
Cuando es conveniente aprovechar la excentricidad, como en los
CIJ"C casos de los cultivos frutales y forestales, deben variarse los ángulos

0:1 CIJ
;;1-
de los ejes de los cuerpos de manera que haya una mayor diferencia
+>0. entre las componentes transversales, mayores en el posterior, como
~ 8 también distancia entre los centros de los mismos.
",'¡¡J
0:1CIJ
¡:j"C
CIJ'"
;;1 o 9.4.4.1. Las fuerzas en el plano vertical
~t)
oó:a El movimiento de rotación de los discos obedece a las leyes de ro-
I ~4¡
Q)"C dadura simple, donde intervienen el peso que gravita sobre cada disco
0:1'" id
... 0:1'0 o bien sobre el conjunto de ellos, el esfuerzo de tracción y la resisten-
6'.,-t¡ .tJ cia opuesta al movimiento. Los dos pares de cuerpos de una rastra dé
.- 0:1t)
~...'"
204 Barañao y Chiesa Maquinaria agrícola 205

E I ~F'

F1 F2
.-
a R,
01
R2

o
Figura 9.20. Fuerzas actuantes en el plano vertical.
-----
Clyde). Siendo así, para una distribución del peso del 61 % en el par
-4f- anterior, 37% en el posterior y el 2% equilibrado por la componente
G b vertical en la dirección del tiro, la diferencia entre los esfuerzos de
tracción es de 7%. Considerando en forma global el coeficiente de ro-
R'c dadura, equivalente a la tangente del ángulo \{J,esfuerzo de tracción
sobre el peso de la rastra, se llega al valor numérico de 0,91, lo que
significa que se acerca a las rastras de dientes.

9.4.4.2. Las intensidades de las fuerzas actuantes

Estas intensidades están relacionadas con los tipos de rastras, de


simple y doble acción y excéntrica, pero en cada una de ellas también
influyen los siguientes factores: 1) ángulo de los ejes de los cuerpos;
2) resistencia del suelo; 3) dimensiones y formas de los discos, diá-
metros, flecha, borde liso o dentado; 4) peso unitario, y 5) veloeidad
-- de avance. Los valores de las intensidades de las fuerzas de tracción
de dirección horizontal se obtienen y consignan por metro lineal de
R"c ancho de frente efectivo; desde luego, los límites son muy amplios,
por los factores señalados, llegando a la relación de 1 a 2 en ciertos
R casos. No obstante, se pueden dar valores promedio de orientación.
Así, por ejemplo, una rastra de simple acción, de 3,60 m de ancho de
Figura 9.19. Fuerzas actuantes en la rastra excéntrica. corte, tiene un coeficiente promedio de esfuerzo de tracción de 130
kgf por metro lineal, resultando: .
doble acción, anteriores y posteriores, pueden considerarse como dos
rodados, cuyas fuerzas actuantes tienen valores distintos por las cir- 130 kgflm . 3,60 m = 468.kgf
cunstancias ya señaladas, recayendo sobre el anterior las mayores in-
tensidades.
que a la velocidad de 2 mis darían:
El peso de una rastra aplicado en su centro de gravedad, se repar-
te en forma desigual entre los dos pares, con mayor proporción sobre 468 kgf . 2 m(s = 936 kgmf/s,
el anterior (fig. 9.20). Los coeficientes de rodadura también son dife-
rentes, mayores en el par posterior (según las experiencias de A. W. lo que es equivalente a 9,17 kW.
MoquinorÜJ olfT'(colo ~07
206 Barañao Y Chiesa

maño y número elevado, no resulta beneficioso para la germinación


Una rastra de doble acción, con el mismo ancho de labor, tiene de las semilla. Se necesita propender a recrear la capilaridad y, con
un coeficiente que se eleva a 178 kgf/m; entonces se tendrá: ello, el movimiento ascendente y lateral de la humedad contenida en
los estratos inferiores. El rodillo, además, empareja y alisa la superfi-
178 kgf/m . 3,60 m = 640,80 kgf cie; los terrones que resistieron la acción de las rastras, y que por esa
causa y por su tenacidad tomaron la forma de "cantos rodados" y
y con la misma velocidad, quedaron dispersos sobre la superficie, constituyendo un serio obstá-
culo para la siembra y los cuidados culturales, ceden bajo la acción
640,80 kgf . 2 mis = 1.281,60 kgmf/s, del rodillo. Esta aplicación los tritura o bien los hunde en el suelo
, para que el intercambio de humedad, vertical y lateral, los reintegre
lo que es equivalente a 1~,56 kW. a la estructura regular.
Comparando el trabajo agrícola de los distintos tipos de rastras En suelos arenosos, sueltos, la práctica del rodillado no es con-
de discos, de simple y doble acción y excéntrica, los dos últimos tra- veniente, máxime si están expuestos a la erosión eólica, siempre que
bajos son muy superiores al primero; sin embargo, la potencia reque- se trate de rodillos simples, cilíndricos y de superficie lisa. Pero, aun
rida es proporcionalmente menor; ésta es la causa de la mayor difu- en estos casos, se emplea un tipo con diseño especial como para cum-
sión de las mismas. Por otra parte, se puede estimar que el esfuerzo plir también con otra función complementaria como se verá más ade-
de tracción es aproximadamente el 90% del peso de la rastra, como se lante.
dijo antes. .
9.5.1. Teoría

RODILLOS Un rodillo puede considerarse una rueda cuya relación entre an-
cho de la llanta y diámetro es de gran magnitud. Siendo así, se admi-
te que las leyes de la rodadura simple tienen aplicación desde el pun-
9.5. INTRODUCCION to de vista mecánico. La huella que deja su paso por el suelo arado y
rastreado, es lo que realmente interesa de su acción, bajo el concepto
Dentro del parque de la maquinaria agrícola, esta máquina no tie- agrícola y el requerimiento dinámico. En otros términos, importan
ne el carácter que le puede dar el uso, es decir que no es imprescindi- los efectos de la compactación y el emparejamiento como resultado
ble, dado que interviene en casos muy limitados. En muchas y exten- 'le la presión sobre el suelo y las exigencias en los esfuerzos de trac-
sas regiones agrícolas su empleo puede llegar a ser contraproducente. ción.
Se la puede clasificar como una máquina propia para suelos fuertes, Si se representa un rodillo de superficie lisa donde la sección
de elevada cohesión por su textura arcillosa o arenoarcillosa, con transversal es el círculo de centro O (fig. 9.21), de radio r, y de peso
grandes variaciones en contenidos de humedad, que se traducen en la Q, apoyando sobre el suelo, marcará la impronta de ancho igual a la
formación de terrones de elevada tenacidad como para resistir los em- longitud horizontal del cilindro y un arco de circunferencia resultan-
bates de las rastras. Pero, dentro de la denominación genérica de rodi- te del equilibrio entre el peso Q y la reacción del suelo sobre el cual
llos, algunas formas muy particulares tienen aplicaciones diversas, y apoya. Al ser solicitado por una fuerza horizontal F, aplicada a su
en algunos casos de suelos arenosos, sueltos, de poca humedad super- centro, el cilindro iniciará el movimiento rodando sobre la superficie
ficial, resultan muy eficaces. al vencer la resistencia de rodadura, con una velocidad constante". El
No se puede atribuir al rodillo una sola y única finalidad, o una esfuerzo de tracción se calcula:
función específica. Su intervención en las labores complementarias
depende de las circunstancias: las propiedades del suelo y su estado F. r = Q . ab
presente; el uso inmediato o mediato del terreno que se prepara para
la siembra o plantación; las perspectivas climáticas y otras contin- de donde
gencias.
La idea generatriz de esta máquina fue la de restaurar, en lo posi-
ble, la estructura del suelo apropiada para el desarrollo vegetal. En F - Q "
r
ab = tg I{J. Q (9.9)
efecto, un suelo excesivamente suelto, con espacios lagunares de ta-

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