Ausencia de Dolo: Error de Tipo. - L.3 N.32
Ausencia de Dolo: Error de Tipo. - L.3 N.32
Ausencia de Dolo: Error de Tipo. - L.3 N.32
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El criterio de referencia que rige en materia de dolo (N.31) exige que la parte
interna coincida o converja con la externa. Cuando se da una divergencia de la
representación del sujeto respecto a lo externo, hablamos de error. Dejando ahora aparte
el error sobre la antijuricidad (N.111), esa divergencia o desconocimiento del sujeto
sobre un elemento del tipo excluye la responsabilidad, salvo que podamos hacer
responsable al sujeto de ese error. Es decir, no es del todo exacto afirmar que el error
de tipo excluye la imputación y por eso la responsabilidad, pues, en efecto, es posible
restablecer la responsabilidad mediante una imputación de carácter extraordinario
(N.15). Cuando así procedemos, estamos haciendo responsable al sujeto a pesar de no
reunir éste los requisitos de imputación que ordinariamente se exigen (ahora, en
concreto, el dolo). En estos casos, aun faltando el dolo, se imputa, porque el agente ha
obrado contra lo que le incumbía hacer: adoptar las cautelas necesarias, o poner cierto
cuidado, para evitar que su conducta, de por sí peligrosa, acabara siendo efectivamente
lesiva. Con otras palabras, y con salvedades, se podría afirmar que el error excluye la
imputación salvo que el error mismo sea «delito».
Así se recoge en el régimen penal español (art. 14.1 CP), que prevé la impunidad
del error sobre un elemento del tipo, siempre que dicho error sea invencible. Es decir,
siempre que no podamos afirmar que el error era superable con cierta dosis de cuidado y
precaución. Es lo que en cambio sucede con el «error vencible de tipo» (art. 14.1 CP),
para el que se prevé responsabilidad penal a través del régimen de la imprudencia. Lo
cual significa que se castigará como delito imprudente, siempre que se haya definido en
la ley dicha figura delictiva imprudente (cosa que no se ha previsto para todo caso). Este
modelo de sanción del error vencible de tipo es coherente con la llamada «doctrina de la
culpabilidad»*, según la cual el error del agente reviste dos formas, según afecte a
elementos del tipo («matar») o de la culpabilidad (matar está «prohibido», en cuyo caso
se estudiará en sede de culpabilidad: N.111), con consecuencias diversas en uno y otro
caso.