Via Crucis de La Vida

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VIA CRUCIS

DEL
AMOR A LA VIDA
Inspirado por la exhortación
“Amoris Laetitia”

Burgos, 24 de marzo de 2017


Pza. de san Fernando

Inicio de las “24h para el Señor”


En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Texto introductorio:
En esta jornada de 24 horas para el Señor que iniciamos, confluye la
celebración de la Jornada por la Vida que se celebra todos los 25 de marzo,
solemnidad de la Anunciación. Por eso, este viacrucis quiere ser eco y altavoz
del amor a la vida. “La gloria de Dios es que el hombre viva”. Y nuestro Señor
Jesús, vivió, murió y resucitó para darnos la vida plena, porque no hay amor
más grande que el del que da la vida por sus amigos (Jn 15,13).

El camino de la vida no está exento de sufrimientos, de dolor, de injusticias,


de problemas. En este viacrucis vamos a celebrar que Jesús carga con todo ello,
se hace solidario de tantos sufrimientos, pero les da un sentido salvífico. Cada
estación estará acompañada de una meditación inspirada por la Exhortación
“Amoris Laetitia” sobre distintas realidades dramáticas de nuestro mundo, con
la esperanza puesta en la Resurrección y en el caminar de la Iglesia. El amor
puede asumir y trascender los sufrimientos inevitables pero puede superar e
incluso eliminar otros que son fruto de esa falta de amor en nuestro mundo.
Jesús es nuestro Salvador, es el Señor de la vida, sigamos sus huellas, su camino
a la Cruz, su camino de amor y vida.

Acto de contrición: Señor mío, Jesucristo…

PRIMERA ESTACIÓN
Jesús condenado a la muerte

V /. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R /. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Mt 27, 22-23.26
Pilato les preguntó: «¿Y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?». Contestaron
todos: «Sea crucificado». Pilato insistió: «Pues, ¿qué mal ha hecho?». Pero ellos
gritaban más fuerte: «¡Sea crucificado!»… Entonces les soltó a Barrabás; y a
Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran

En esta estación vamos a contemplar la tragedia del ABORTO


Camino Neocatecumenal

El relativismo moral es una de las características de la sociedad de


nuestro tiempo. Se manifiesta entre otras formas en el afán de intervenir en la
vida propia o en la ajena como si tuviésemos derechos sobre ella, olvidando que
toda vida proviene de un acto del amor creador de Dios y sólo a Él pertenece.
La realidad del aborto provocado y su aceptación social es una manifestación
clara de este menosprecio a la vida.

Dice el Papa Francisco:


“Es tan grande el valor de una vida humana, y es tan inalienable el
derecho a la vida del niño inocente que crece en el seno de su madre, que de
ningún modo se puede plantear como un derecho sobre el propio cuerpo la
posibilidad de tomar decisiones con respecto a esa vida, que es un fin en sí
misma y que nunca puede ser objeto de dominio de otro ser humano”.

Pedimos al Señor en esta estación que nos ayude a nosotros y a todos los
hombres, a agradecer, valorar y defender el don de la vida en todas sus fases,
desde el momento mismo de la concepción.

V /. Señor pequé.
R /. Ten piedad de mí y de todos los pecadores.

CANCIÓN: “Perdona a tu pueblo, Señor”


PERDONA A TU PUEBLO, SEÑOR,
PERDONA A TU PUEBLO,
PERDÓNALE, SEÑOR.

No estés eternamente enojado,


no estés eternamente enojado,
perdónale, Señor. (E.)

Por las heridas de pies y manos,


por los azotes tan inhumanos,
perdónale, Señor. (E.)

Por los tres clavos que te clavaron,


y las espinas que te punzaron,
perdónale, Señor. (E.)

SEGUNDA ESTACIÓN
Jesús carga con la cruz
V /. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R /. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Mt 27, 27-31
Los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor
de él a toda la compañía: lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura
y trenzando una corona de espinas se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña
en la mano derecha. Y doblando ante él la rodilla, se burlaban de él diciendo:
«¡Salve, Rey de los judíos!». Luego lo escupían, le quitaban la caña y le golpeaban
con ella en la cabeza. Y terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su
ropa y lo llevaron a crucificar.

En esta estación vamos a contemplar la realidad de la FAMILIA


Movimiento Familiar Cristiano

Señor, el Papa Francisco en la exhortación Amoris Laetitia nos dice que:


“Ante cada familia se presenta el icono de la familia de Nazaret, con su
cotidianeidad hecha de cansancios y hasta de pesadillas, como cuando tuvo
que sufrir la incomprensible violencia de Herodes, experiencia que se repite
trágicamente todavía hoy en tantas familias”.

Como los magos, las familias son invitadas a contemplar al Niño y a la


Madre, a postrarse y a adorarlo (cf. Mt 2,11). Como María, son exhortadas a
vivir con coraje y serenidad sus desafíos familiares, tristes y entusiasmantes, y
a custodiar y meditar en el corazón las maravillas de Dios (cf. Lc 2,19.51). En el
tesoro del corazón de María están también todos los acontecimientos de cada
una de nuestras familias, que ella conserva cuidadosamente. Por eso puede
ayudarnos a interpretarlos para reconocer en la historia familiar el mensaje de
Dios.
Sí Señor, la FAMILIA es el centro de nuestras alegrías más profundas,
pero también es lugar donde la cruz está presente en el día a día, pero TÚ nos
lo has puesto fácil, te hiciste FAMILIA y nos mostraste cómo cargar y llevar esa
Cruz.

Tu familia, desde el principio, tuvo que cargar con la cruz de la


incomprensión, del rechazo y de la pobreza; pero con María y José nos
enseñaste a afrontar la cruz con coraje y serenidad.
Acoger la cruz con generosidad y, cómo no, con alegría, sabiendo que, al
hacerlo así, te estamos imitando, es la señal de las FAMILIAS cristianas.

Ayúdanos Señor a entender que la Cruz de nuestras circunstancias


familiares son oportunidades para estar más cerca de Ti.

Señor, como María, queremos aprender a meditar y guardar en el


corazón cada una de estas oportunidades y a acoger generosamente, como
María, el sufrimiento de otras familias.

V /. Señor pequé.
R /. Ten piedad de mí y de todos los pecadores.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria
TERCERA ESTACIÓN
Jesús cae por primera vez

V /. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R /. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Is 53, 4-6
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo
estimamos leproso, herido de Dios y humillado, pero él fue traspasado por
nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable
cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron. Todos errábamos como ovejas, cada uno
siguiendo su camino, y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes.
En esta estación vamos a contemplar la realidad de los
Matrimonios Rotos- Violencia
ENCUENTRO MATRIMONIAL
El peso de la cruz y el castigo recibido se hace patente y Jesús cae al suelo.
No pesa sólo la cruz, pesa el abandono de sus amigos, el desprecio de la
multitud, la tristeza de ver sufrir a los suyos, la rabia de la injusticia de padecer
la violencia de los poderosos. Jesús cae y el sueño de hacer presente el reino
de Dios ahora parece sólo un juguete roto, un fracaso más. Como otros tantos
fracasos más de la historia. En esa caída podemos ver a tantos matrimonios
rotos que acaban en reproches, dolor o violencia. Están también los hijos,
primeras víctimas de la ruptura matrimonial, utilizados a veces como moneda
de cambio. Y también las mujeres maltratadas, verbal, física o sexualmente.
¿Cómo puede el amor trastocarse en odio, la felicidad en un infierno?
Por eso en esta caída también vemos a tantos matrimonios que tienen
“la valentía de la paciencia, del diálogo sincero, del perdón recíproco, de la
reconciliación y también del sacrificio.” (AL 41) Matrimonios que pueden caer
en la rutina o el desencanto, pero se levantan, se miran a los ojos, se curan las
heridas, fortalecen su amor y siguen luchando por su relación.
Nuestro testimonio de matrimonios cristianos no es un modelo de
matrimonio perfecto e ideal, sino de personas imperfectas que abrazan las
diferencias, afrontan los problemas y se hacen responsables de seguir
apostando por levantarse tras cada caída. Como Jesús, que lleva la meta en su
corazón y movido por esa fuerza que da el amor incondicional, sigue adelante.
Paso a paso. Pero firme y decidido a andar el camino de la vida con todos
nosotros.
V /. Señor pequé.
R /. Ten piedad de mí y de todos los pecadores.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria
CUARTA ESTACIÓN
Jesús encuentra a su madre

V /. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R /. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lc 2, 34-35.51
Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos
en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti
misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los
pensamientos de muchos corazones»… Su madre conservaba todo esto en su
corazón.

En esta estación vamos a contemplar la realidad de los ANCIANOS


HIJAS DE LA CARIDAD

Herido y sufriendo, llevando la cruz de todos los hombres, Jesús


encuentra a su madre y, en su rostro, a toda la humanidad.
Oramos especialmente por los ancianos, recordando las palabras del Papa
Francisco:
“Los ancianos son el tesoro de nuestra sociedad. Un pueblo que no
custodia a los abuelos, que no les respeta, carece de memoria y por lo tanto de
futuro. Pidamos la gracia de custodiar, escuchar y venerar a nuestros mayores”
(Unos segundos de silencio)
Oremos para que todos los ancianos encuentren espacios de acogida,
confianza y familiaridad donde puedan expresarse en todas sus dimensiones,
integrando con paz y serenidad sus limitaciones y afrontando el final de sus
vidas con dignidad y esperanza.

V /. Señor pequé.
R /. Ten piedad de mí y de todos los pecadores.

MÚSICA: "Ave Maria" Michal Lorenc (1995)

QUINTA ESTACIÓN
El Cirineo ayuda a llevar la cruz

V /. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R /. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Mt 27, 32; 16, 24-25
Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a que
llevara la cruz… Jesús había dicho a sus discípulos: «El que quiera venir conmigo,
que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque quien quiera
salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará».

En esta estación vamos a contemplar la realidad de los EXCLUIDOS


CARITAS

El mundo está lleno de Cirineos. Aquel Simón, que venía del campo y era
conocido por la comunidad cristiana, fue el primero de una cadena infinita de
personas que hacen de su existencia una vida para los demás. Ellos son
fermento de la nueva humanidad nacida en la Pascua, con su vida entregada
para generar vida y para acompañar a tantos excluidos y descartados. Esos que
nos encontramos a los bordes de los caminos. Es cierto que muchas veces “la
cultura de la indiferencia” nos hace pasar de largo sin preocuparnos del que
sufre cerca o lejos. Pero, también existen los Cirineos que desde el
voluntariado, el compromiso social y político, la educación y el
acompañamiento abren sus manos y nos ayudan a abrir los ojos para que
estemos atentos a estos hermanos que forman parte de nuestra propia familia.
Al Dios de la vida le pedimos lo que el papa Francisco solicita para
nuestras familias: que las familias de Burgos “no se encierren en su propia
comodidad o se aíslen” (AL 186) y que sean “familias abiertas y solidarias que
hacen espacio a los pobres, que son capaces de tener una amistad con quienes
lo están pasando peor que ellas” (AL 183).

V /. Señor pequé.
R /. Ten piedad de mí y de todos los pecadores.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria

SEXTA ESTACIÓN
Verónica limpia el rostro de Jesús

V /. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R /. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Is 53, 2-3.7
No tenía figura ni belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado
por los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante
el cual se ocultan los rostros; despreciado y desestimado. Maltratado,
voluntariamente se humillaba y no abría la boca: como cordero llevado al
matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.
En esta estación vamos a contemplar la realidad de la VIDA CONSAGRADA
Cistercienses de San Pedro de Cardeña
El rostro de Cristo paradójicamente se hace más hermoso con el
sufrimiento porque ahí resalta más todavía el amor sin medida de Dios por
nosotros. La contemplación de este rostro, humillado y ultrajado, ha movido
siempre a la vida consagrada a entregarse al servicio de los demás de las mil
maneras posibles que ha encontrado la fantasía de la caridad. "Aquel que
contempláis en el Santísimo Sacramento es el mismo que atendéis en los
pobres", decía Santa Teresa de Calcuta a sus hijas. También los que han sido
llamados a la vida íntegramente contemplativa levantan sus brazos en
presencia de Dios, día y noche, en favor de todos sus hermanos, los hombres.

Pero también debemos reconocer que no siempre somos fieles a la alta


misión que se nos ha confiado, que el celibato al que hemos sido llamados
"corre el peligro de ser una cómoda soledad que da libertad para moverse con
autonomía, para cambiar de lugares, de tareas y de opciones, para disponer del
propio dinero, para frecuentar personas diversas según la atracción del
momento" (AL 162), como dice Amoris Laetitia, en vez de ser el estímulo que
nos lleve a amar más y a amar a todos.

V /. Señor pequé.
R /. Ten piedad de mí y de todos los pecadores.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria

SÉPTIMA ESTACIÓN
Jesús cae por segunda vez

V /. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R /. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Is 53,11-12
Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. Le daré
una multitud como parte… Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre
los pecadores, él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores.

En esta estación vamos a contemplar la realidad del PARO Y LA VIVIENDA


PASTORAL OBRERA

Muchas las personas caen hoy bajo el peso de la cruz del desempleo. Más
de la mitad de nuestros jóvenes no tienen trabajo. El 12% de los adultos también
están en desempleo o tienen un trabajo No decente. Son trabajadores y
familias pobres. Sufren y caen en la depresión, la angustia y la ansiedad al no
verse valorados ni poder satisfacer las necesidades de sus familias. Se
tensionan y desestabilizan las relaciones de pareja, el contacto con los hijos; se
aíslan y las relaciones sociales y de amistad se reducen o malogran.…
Y es que, como dice el papa Francisco: “Donde no hay trabajo falta la
dignidad….Cuando la sociedad está organizada de tal modo, que no todos
tienen la posibilidad de trabajar, de estar unidos por la dignidad del trabajo, esa
sociedad no va bien: ¡no es justa! Va contra el mismo Dios, que ha querido que
nuestra dignidad comience desde aquí”.
La falta de una vivienda adecuada es otra cruz importante para la familia.
El empobrecimiento de las familias motivado por la falta de empleo digno y la
especulación inmobiliaria están impidiendo este derecho. Especialmente
desgarrador es el desalojo de las familias por no poder pagar su vivienda…
En esta segunda caída del Señor, tenemos presente también a cuantas
personas caen enfermas, se accidentan o incluso mueren en el ejercicio de su
trabajo. La siniestralidad laboral genera un enorme sufrimiento a trabajadores
y familias. NO es mala suerte. NO es inevitable. El trabajo es para la vida.
Pedimos a Dios, a quien nunca le faltó trabajo, era carpintero y era feliz,
que ayude a las personas a las que les falta un trabajo decente, que no se dejen
abatir por esta cruz, que no se dejen robar la dignidad ni la esperanza.

V /. Señor pequé.
R /. Ten piedad de mí y de todos los pecadores.

CANCIÓN: “Diste la vida” Brotes de olivo (Dame vida-1990)


(Mc 20, 28)
Diste la vida por sembrar tu justicia y tu paz.

OCTAVA ESTACIÓN
Jesús encuentra a las mujeres

V /. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R /. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lc 23, 27-31
Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se golpeaban el pecho y
lanzaban lamentos por él. Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: «Hijas de
Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos, porque mirad
que vienen días en los que dirán: “Bienaventuradas las estériles y los vientres que
no han dado a luz y los pechos que no han criado”. Entonces empezarán a decirles
a los montes: “Caed sobre nosotros”, y a las colinas: “Cubridnos”; porque, si
esto hacen con el leño verde, ¿qué harán con el seco?
En esta estación vamos a contemplar la realidad de la JUVENTUD
DELEGACIÓN DE JUVENTUD

Jesús se encuentra con las mujeres de Jerusalén que lloran por él.
Las palabras de Jesús a aquellas mujeres se hacen realidad en nuestro
tiempo “llorad por vosotras y por vuestros hijos”. Son muchas las lágrimas de
quienes ven cómo sus hijos van teniendo una visión de la vida contraria a la que
los padres han pretendido. Lágrimas de tristeza por el sufrimiento que
provocan. Lágrimas de dolor por la violencia que presencian dentro de su
hogar. Lágrimas de impotencia al ver que ellos solos no pueden poner remedio
a lo que ven diariamente en su casa. Lágrimas de quien vive en su propia carne
el acoso en el ámbito escolar.

Las lágrimas no nos tienen que detener y nos tenemos que plantear
constantemente quiénes se ocupan de darles diversión y entretenimiento,
quiénes entran en sus habitaciones a través de las pantallas, a quiénes los
entregan para que los guíen en su tiempo libre. Sólo los momentos que
pasamos con ellos, hablando con sencillez y cariño de las cosas importantes, y
las posibilidades sanas que creamos para que ellos ocupen su tiempo,
permitirán evitar una nociva invasión. Siempre hace falta una vigilancia. El
abandono nunca es sano. Los padres deben orientar y prevenir a los niños y
adolescentes para que sepan enfrentar situaciones donde pueda haber riesgos,
por ejemplo, de agresiones, de abuso o de drogadicción. (AL 260)

Las lágrimas de nuestros ojos nos invitan a limpiar nuestra mirada y ver la
necesidad de ayudar a nuestros jóvenes, a nuestros adolescentes, a nuestros
niños en un proceso educativo que les permita madurar e ir creciendo no sólo
con la fuerza de la voluntad sino con la conquista de una libertad personal que
se alimente de la verdad y la caridad.

V /. Señor pequé.
R /. Ten piedad de mí y de todos los pecadores.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria

NOVENA ESTACIÓN
Tercera caída de Jesús

V /. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R /. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Mt 11, 28-29
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi
yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y
encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi
carga ligera».

En esta estación vamos a contemplar la realidad de la TRATA Y PROSTITUCIÓN


ADORATRICES DEL SANTÍSIMO

Son extremadas las debilidades y fragilidades, excesivas la crueldad de la


pobreza, la violencia y la desigualdad que en esta sociedad se van acumulando.
Muchas esperanzas rotas de mujeres que sueñan una vida mejor para ellas y
sus familias pero tantos empujones hacia el abismo una y otra vez, sumergen a
mujeres y niñas que almacenan fragilidad, a ser tratadas y vendidas para ejercer
la prostitución en beneficio de poderosos que se enriquecen con su pobreza y
su falta de oportunidades.
“Las experiencias migratorias resultan especialmente dramáticas y
devastadoras, tanto para las familias como las personas” (AL46).
También son muchas las personas dispuestas a levantar, acompañar un
tramo del camino con compasión y corazón misericordioso, haciendo posible
un cambio de rumbo e inclusión en la sociedad, en el mundo, en la gran familia
humana.
El Papa Francisco nos dice: “La extrema pobreza, y otras situaciones de
desintegración, inducen a veces a las familias incluso a vender a sus propios
hijos para la prostitución o el tráfico de órganos». (AL 46)
Señor Dios de nuestras vidas, acoge estas realidades que tanto
sufrimiento llevan consigo, el entusiasmo y compromiso por engrandecer la
familia y los brazos abiertos de todas las personas que levantan, acogen y
hacen posible una familia tan grande como el mundo.

V /. Señor pequé.
R /. Ten piedad de mí y de todos los pecadores.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria

DÉCIMA ESTACIÓN
Jesús es despojado de sus vestiduras

V /. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R /. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Jn 19, 23 -24
Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron su ropa, haciendo cuatro
partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura,
tejida toda de una pieza de arriba abajo. Y se dijeron: «No la rasguemos, sino
echémosla a suerte, a ver a quién le toca». Así se cumplió la Escritura: «Se
repartieron mis ropas y echaron a suerte mi túnica».

En esta estación vamos a contemplar la realidad de los REFUGIADOS


JUSTICIA Y PAZ

Como Jesús los refugiados son despojados de sus familias y núcleos


familiares, de sus derechos, de sus culturas, de su cosmovisión religiosa y
humana de la que provienen, así como la riqueza espiritual de ritos y tradiciones
que hace que alguien pueda ser muerto sin derramar sangre.
Poblaciones indeseadas que deben ser controladas, vigiladas,
expulsadas, incluso con exterminio. Nuevos campos de la “calavera”. Expolio
de ciudadanía: cualquier delito contra ellos está fuera del derecho público.
Frecuentemente, hay impunidad real de los delitos cometidos contra ellos,
meros seres humanos sin fuerza para defender sus derechos.
Su desnudez nos interpela: expuestos a la violencia no imputable como a
los soldados de Pilato en la causa de Jesús de Nazaret. Las intervenciones que
producen los refugiados se hacen en nombre de las doctrinas de seguridad y
ocultan: la apropiación de riquezas económicas, el dominio estratégico de
áreas políticas, el beneficio corporativo de grandes empresas, el control de
mercados estratégicos: economía que mata.
Su vida es reducida a la condición de mero ser viviente, tolerado pero no
integrado. Como no son ciudadanos, el Estado decide de forma soberana y
arbitraria privarlos de libertad internándolos en espacios donde no se aplica el
derecho penal, ni civil, ni el derecho internacional. Y donde impera la voluntad
administrativa que decide hasta cuando retenido y a donde extraditado como
población indeseada.

Señor, que no seamos indiferentes ante quienes son despojados de todo


como tú lo fuiste. Que vivamos por la paz social trabajando por su justa
integración social y que acertemos a un cuidado compasivo-pastoral.

V /. Señor pequé.
R /. Ten piedad de mí y de todos los pecadores.
CANCIÓN: “LAS OTRAS VOCES” Luis Guitarra (1995)
Nos amenazan con que será muy duro, que no nos pidan tanto,
con que no habrá bastante que ya nos deben mucho.
porque seremos muchos.
Nos profetizan desde el imperialismo,
Y nos esbozan un mundo dividido, crisis en los mercados
a un lado los que sobran, y años de escepticismo.
a otro los escogidos.
Para que el Norte remonte el fin de siglo
Que los del Norte se sientan más se han de seguir las normas
seguros, que dictan ellos mismos.
viajen en lindos coches
Y allá en el Sur, cien millones de niños
y mimen a sus hijos.
padecen las secuelas
Y allá en el Sur que cuiden de lo suyo; del hambre y del olvido.
Pero aún quedan unos pocos
que dicen que no están de acuerdo.
Y resiste quien prefiere
la lucha a la desigualdad.
Día a día, codo a codo
hay gentes con los más pequeños
derrochando Solidaridad.

ÚNDÉCIMA ESTACIÓN
Jesús es clavado en la Cruz

V /. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R /. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Jn 19, 18-22
“Lo crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y
Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús,
el Nazareno, el rey de los judíos»

En esta estación vamos a contemplar la realidad de la INMIGRACIÓN


PASTORAL DE INMIGRANTES

No debemos olvidar que las migraciones forzadas en la actualidad son


consecuencia de modelos económicos que generan pobreza y miseria, que
crucifican a personas expulsándolas fuera de sus pueblos de origen, como a
Jesús, que murió fuera de las murallas de Jerusalén.
Mostramos nuestra preocupación ante las políticas xenófobas y racistas
de aquellos países a los que llegan los migrantes. Pero también nos miramos a
nosotros mismos: ¿somos cómplices, por acción o por omisión, de rechazar a
quienes llegan de otros sitios? ¿A cuántos Cristos vemos y pasamos de largo? ¿A
cuántos Cristos echamos del lugar donde debían estar?
Dios compasivo, infunde tu Espíritu a los gobernantes para que rijan con
justicia, luchando por el bienestar de las personas más débiles. Siguiendo las
palabras del papa Francisco, que caigamos en la cuenta de que “la atención
dedicada a los migrantes es un signo del Espíritu y pone especialmente en juego
cómo se vive hoy la lógica de la acogida misericordiosa y de la integración de
los más frágiles”.
Y pedimos a todos los fieles cristianos unir fuerzas para trabajar por el
bien común. Conscientes de que “la movilidad humana puede revelarse una
auténtica riqueza, tanto para la familia que emigra como para el país que la
acoge”.

V /. Señor pequé.
R /. Ten piedad de mí y de todos los pecadores.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria

DUODÉCIMA ESTACIÓN
Jesús muere en la Cruz

V /. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R /. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Mc 15, 33-34. 37-39

A la hora nona, Jesús clamó con voz potente: «Eloí Eloí, lemá sabaqtaní» (que
significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»)… Y Jesús, dando
un fuerte grito, expiró. El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El
centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo: «Verdaderamente
este hombre era Hijo de Dios»

En esta estación vamos a contemplar la realidad del HAMBRE


MOVIMIENTO CULTURAL CRISTIANO
El Papa Francisco ha dicho “Mi mayor preocupación es la tragedia del hambre
en el mundo. Hay que dar de comer a los hambrientos” El hambre es la
vergonzosa cruz de nuestro mundo. Un mundo de opulencia, de derroche para
una minoría, y de escandalosa miseria para una mayoría.

Una cruz que se oculta, y se silencia con la indiferencia. “El desperdicio de


alimentos no es sino uno de los frutos de la cultura del descarte que a menudo
lleva a sacrificar hombres y mujeres a los ídolos de las ganancias y del consumo;
un triste signo de la globalización de la indiferencia” (…) Este sistema injusto
afirma el Papa “se debe cambiar con pasión e inteligencia, pero sin violencia”. Y
en Amoris Laetitia denuncia contundente que “Es inaceptable que las iglesias
locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales
condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción de leyes que
instituyan el “matrimonio” entre personas del mismo sexo»”

Los hambrientos nos siguen gritando ¿Por qué me has abandonado?


Reconozcamos que verdaderamente son hijos de Dios, y actuemos como
hermanos en cambiar este sistema que crucifica con la ignominia del hambre.

V /. Señor pequé.
R /. Ten piedad de mí y de todos los pecadores.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria

DECIMOTERCERA ESTACIÓN
Jesús es bajado de la Cruz
y entregado a su madre

V /. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R /. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Jn 19, 25. 38-40

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de


Cleofás, y María, la Magdalena... José de Arimatea, que era discípulo de Jesús
aunque oculto por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo
de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también
Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una
mixtura de mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en los lienzos
con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos.

En esta estación vamos a contemplar la realidad de la ENFERMEDAD


FRATER
Señor, tú estuviste cerca de las personas marginadas y separadas de los
demás por la enfermedad: ciegos, cojos, leprosos… te buscaban, Tú los
encontrabas en tu camino. Tú eras su esperanza, en Ti encontraban la salvación.
No te importó que te vieran con ellos, Tú buscabas y veías más allá: «tu fe te ha
salvado» (Lc 17,19). Tu mirada se encontraba con los ojos de esas personas que
reclamaban tu atención, «esa mirada que contempla al otro como un fin en sí
mismo» (AL 128), y les ponías de nuevo en camino:

«¡Levántate y anda!». (Mt. 9,5)

Hoy también la enfermedad nos sigue marcando como diferentes y


queremos ver los mismos milagros de entonces; pero te descubrimos a ti como
fuerza en la debilidad, sosteniendo y alentando la vida de muchas personas con
enfermedad, dando la dignidad de hijo (de hijo amado) a cada persona,
acompañando el sufrimiento de cada uno de nosotros y dando un nuevo
sentido a nuestras vidas: ser testigos de tu amor, estar comprometidos con la
vida y con los hermanos, cuidar del más débil entre nosotros…

Al Dios de la vida, en el cual tenemos puesta nuestra fe, le pedimos que


nos ayude a ser testigos de los milagros que necesita hoy nuestro mundo:
milagros de fidelidad, de misericordia, de generosidad, de comprensión;
milagros de fe, de amor, de transformación, de vida cristiana; milagros de vida
feliz y esperanzada a pesar de la enfermedad.

V /. Señor pequé.
R /. Ten piedad de mí y de todos los pecadores.

CANCIÓN: "Por el dolor creyente" Hna. Glenda (2010)

Por el dolor creyente, Porque es como la hiedra,


Que brota de mi pecado, Sobre el árbol cortado,
Por no haberte querido, El recuerdo que brota,
De todo corazón, Cargado de ilusión……….
Por haberte Dios mío,
Tantas veces negado, Porque es como la hiedra,
Con suplicas yo te pido, Déjame que yo te abrace,
De rodillas perdón……… Primero amargamente,
Lleno de flor después,
Por haberte perdido, Y que a Ti viejo tronco,
Por no haberte encontrado, Poco a poco me enlace,
Porque es como un desierto, Y que mi vieja sombra,
No evado mi oración, Se derrame a Tus Pies……….
DECIMOCUARTA ESTACIÓN
Jesús es puesto en el sepulcro

V /. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R /. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Mt 27, 59-61
José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, lo puso en su
sepulcro nuevo que se había excavado en la roca, rodó una piedra grande a la
entrada del sepulcro y se marchó. María la Magdalena y la otra María se quedaron
allí sentadas enfrente del sepulcro.

En esta estación vamos a contemplar la realidad de la EUTANASIA


Pastoral de la Salud
El sepulcro nos recuerda el vacío, el sin sentido, el dolor, la soledad. Ahí
está María y los Apóstoles manteniendo la Esperanza.
Nos acordamos de tantas personas muertas que su vida ha sido truncada
por el egoísmo y la comodidad.
En España 2.000 enfermos terminales piden la Eutanasia, al año. La
eutanasia manipula deliberadamente conceptos como:
- Respeto a la vida humana, su valor ético y la vida como don de Dios.
- Manipulación psicológica con falso concepto de compasión.
- Valor de la vida según la productividad, la utilidad personal o social.

El Papa Francisco en Amoris Laetitia 48 dice: “La Eutanasia y el suicidio


asistido son graves amenazas para las familias de todo el mundo. Su práctica es
legal en muchos países. La Iglesia, mientras se opone firmemente a estas
prácticas, siente el deber de ayudar a las familias que cuidan de sus miembros
ancianos y enfermos.”
En todas las situaciones de muerte, la fe en la Resurrección es el consuelo
más firme y profundo que desde el sentido trascendente debemos tener. La
última palabra no la tiene el dolor, la muerte, si no la vida.

Jesús, enséñanos a mantener firme la Esperanza, enséñanos a que


nuestras voces lejos de quedarse cerradas en el sepulcro de la comodidad,
salgan y digan que el Señor nos quiere portadores y defensores de la vida.

V /. Señor pequé.
R /. Ten piedad de mí y de todos los pecadores.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria
DECIMOQUINTA ESTACIÓN
La Resurrección de Jesús

V /. Te adoramos, Cristo,
y te bendecimos.
R /. Que por tu Santa Cruz
redimiste al mundo.

Mt 28, 5-8

El ángel habló a las


mujeres: «Vosotras no
temáis, ya sé que buscáis
a Jesús el crucificado. No
está aquí: ¡ha
resucitado!, como había
dicho. Venid a ver el sitio
donde yacía e id aprisa a
decir a sus discípulos:
“Ha resucitado de entre
los muertos y va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis”. Mirad, os lo he
anunciado». Ellas se marcharon a toda prisa del sepulcro; llenas de miedo y de
alegría corrieron a anunciarlo a los discípulos.

En esta estación vamos a contemplar la realidad de LA IGLESIA


DELEGACIÓN DE APOSTOLADO SEGLAR
El ESPÍRITU DEL RESUCITADO NOS ANIMA A HACER DE LA IGLESIA Y DEL
MUNDO LA FAMILIA DE DIOS
La oscuridad de la noche ha quedado vencida por el resplandor de la aurora.
El via crucis (camino de la cruz) se hace via lucis (camino de la luz) para toda la
familia humana. ¡Cristo, nuestra Pascua, ha resucitado! Y ha exhalado su
Espíritu, Señor y dador de vida, sobre todo lo creado.
La Iglesia, nacida en la cuna de la Pascua, se deja llevar y atraer por el Espíritu.
Y quiere comunicar al mundo el Evangelio de la vida y de la familia. En esa
andadura estamos porque en el bautismo fuimos incorporados a la muerte y
resurrección del Señor. En el matrimonio fuimos invitados a beber del vino
nuevo que nuestro Dios nos regala para afrontar lo cotidiano, dificultoso y
hasta injusto a veces de la existencia familiar y social.
Por ello, hoy, con el Papa Francisco, recordamos que “el amor vivido en las
familias es una fuerza constante para la vida de la Iglesia ... La belleza del don
recíproco y gratuito, la alegría por la vida que nace y el cuidado amoroso de
todos sus miembros, desde los pequeños a los ancianos, son sólo algunos de
los frutos que hacen única e insustituible la respuesta a la vocación de la familia,
tanto para la Iglesia como para la sociedad entera” (AL 88).
Caminemos familias, sigamos caminando. Lo que se nos promete es siempre
más. No desesperemos por nuestros límites, pero tampoco renunciemos a
buscar la plenitud de amor y de comunión que se nos ha prometido” (AL 325).

V /. Señor pequé.
R /. Ten piedad de mí y de todos los pecadores.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria

Texto despedida:

Amor a la vida, Amor al Señor, Amor a los hermanos. 24 horas para el Señor, 24
horas al día, los 7 días de la semana, los 365 días del año. La alegría del amor.
Os invitamos a acoger el amor de Dios en esta jornada para todas las jornadas
de nuestra vida.

En Burgos capital hay ya turnos de adoración hasta mañana a las 18:00 horas
en la Parroquia de San Pablo, en la Parroquia de la Sagrada Familia y en la
Parroquia de San José Obrero.

CANCIÓN: “DANOS UN CORAZÓN (Hombres Nuevos)” Espinosa

DANOS UN CORAZÓN, GRANDE PARA AMAR,


DANOS UN CORAZÓN, FUERTE PARA LUCHAR.

Hombres nuevos creadores de la historia,


constructores de nueva humanidad,
hombres nuevos que viven la existencia
como riesgo de un largo caminar.
ESTRIBILLO.
Hombres nuevos luchando en esperanza,
caminantes sedientos de verdad,
hombres nuevos sin frenos ni cadenas,
hombres libres que exigen libertad.
ESTRIBILLO.
Hombres nuevos amando sin fronteras,
por encima de razas y lugar,
hombres nuevos al lado de los pobres,
compartiendo con ellos techo y pan.
ESTRIBILLO.

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