CONTRATO1

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CONTRATO

Se denomina contrato a un documento legal que expresa un acuerdo común


entre dos o más personajes capacitadas para ello (conocidas como las partes del
contrato), que se obligan en virtud de este documento hacia una determinada
finalidad o cosa, cuyo cumplimiento debe darse de manera siempre bilateral, o de
otro modo el contrato se dará por roto e inválido.

En otras palabras, un contrato es un pacto de obligaciones y derechos entre dos


personas (jurídicas y/o naturales) que se comprometen a respetar los términos
acordados por escrito, y se someten a las leyes del país para resolver cualquier
disputa surgida en torno a los términos del acuerdo. En cada país o región del
mundo hay distintos requisitos para la elaboración de un contrato, pero su esencia
es siempre más o menos la misma.

El contrato es un acuerdo de voluntades, verbal o escrito, manifestado en común


entre dos, o más, personas con capacidad (partes del contrato), que se obligan en
virtud del mismo, regulando sus relaciones relativas a una determinada finalidad o
cosa, y a cuyo cumplimiento pueden compelerse de manera recíproca, si el contrato
es bilateral, o compelerse una parte a la otra, si el contrato es unilateral.

Es el contrato, en suma, un acuerdo de voluntades que genera «derechos y


obligaciones relativos», es decir, sólo para las partes contratantes y sus
causahabientes. Pero, además del acuerdo de voluntades, algunos contratos
exigen, para su perfección, otros hechos o actos de alcance jurídico, tales como
efectuar una determinada entrega (contratos reales), o exigen ser formalizados en
documento especial (contratos formales), de modo que, en esos casos especiales,
no basta con la sola voluntad. De todos modos, el contrato, en general, tiene una
connotación patrimonial, incluso parcialmente en aquellos celebrados en el marco
del derecho de familia, y es parte de la categoría más amplia de los negocios
jurídicos. Es función elemental del contrato originar efectos jurídicos (es decir,
obligaciones exigibles), de modo que a aquella relación de sujetos que no derive en
efectos jurídicos no se le puede atribuir cualidad contractual.
Clasificación de los Contratos

Los contratos pueden clasificarse en:

• Unilaterales y bilaterales. Los contratos serán unilaterales cuando una sola


de las partes involucrada sea la que adquiera las obligaciones, mientras que
en los bilaterales ambas partes adquieren obligaciones de recíproco
cumplimiento.

• Onerosos y gratuitos. Los contratos onerosos son aquellos en los que hay
gravámenes y beneficios recíprocos entre las partes, y a la vez ambos
emprenden una cierta cuota de sacrificio, como en el caso de las compra-
ventas, ya que el vendedor recibe el provecho del precio y a la vez entrega
la cosa, y viceversa, el comprador recibe el provecho de recibir la cosa y el
gravamen de pagar. Los gratuitos, en cambio, brindan el beneficio para una
sola de las partes, dejando a la otra las obligaciones, como en los contratos
de comodato.

• Conmutativos y aleatorios. Esta clasificación aplica sólo a los contratos


bilaterales, ya que los conmutativos son aquellos en que las prestaciones
comprometidas por las partes son ciertas desde que se celebra el acto
jurídico, como en la venta de un inmueble. En los aleatorios, en cambio, la
prestación dependerá de algún evento futuro o fortuito, como los
testamentos.

• Principales y accesorios. Los contratos principales son piezas autónomas


de jurisprudencia, no dependen de nadie, mientras que los contratos
accesorios son suplementarios a un contrato principal del que dependen.

• Instantáneos y de tracto sucesivo. Los contratos instantáneos o de tracto


único son los que se cumplen al instante mismo de celebrarse, mientras que
los sucesivos se cumplen en un período determinado y que puede o no ser
periódico, con interrupciones o intermitentes, según mutuo acuerdo de las
partes.

• Consensuales y reales. Los contratos consensuales son aquellos en los


que el acuerdo manifiesto de las partes basta y sobra para establecer el
acuerdo; mientras que los contratos reales concluyen cuando una parte
entregue a la otra la cosa sobre la que verse el acuerdo.
• Privados y públicos. Esta clasificación depende de si se trata de si las
personas que lo suscriben son entidades privadas (terceros), en el contrato
privado no interviene la administración pública; por ejemplo a través de la
figura del notario. El contrato privado tiene plena validez jurídica y su
incumplimiento puede provocar un conflicto legal que deberá resolverse en
los tribunales de justicia. Si se trata de una contratación con el Estado,
respectivamente, en el contrato público son los contratos autorizados por los
funcionarios o empleados públicos, siempre dentro del ámbito de sus
competencias, tiene una mejor condición probatoria. Los documentos
notariales son los que tienen una mayor importancia y dentro de ellos
principalmente las escrituras públicas.

• Formales, solemnes o no solemnes e informales. Los contratos son


formales cuando la ley ordena que el consentimiento entre las partes se
manifieste por un determinado medio para validar el acuerdo, y serán
informales cuando ello no fuere necesario. Al mismo tiempo, los contratos
formales serán solemnes cuando requiere además de ciertos ritos para
cobrar vigencia (como el matrimonio) y no solemne cuando no lo requiera.

• Nominados y atípicos. Los contratos nominados o típicos son aquellos


previstos y regulados por la ley, mientras que los innominados o atípicos
pueden ser híbridos entre varios contratos o acaso formas novedosas del
mismo, aún no contempladas en algún código legal respectivo.

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