Trabajo de Relatividad

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Teoría de la Relatividad Especial

Transformaciones de Galileo

Sean dos sistemas de referencia inerciales (O y O’). Llamaremos V (en mayúscula) a


la velocidad relativa entre ellos, v (en minúscula) la velocidad de un objeto respecto de
O, y v’ la velocidad respecto de O’. Las coordenadas espaciales x,y,z se refieren al
sistema de O, siendo x’,y’,z’ las correspondientes al sistema del observador O’.

En general, todas las variables no primadas corresponderán al sistema O y las


primadas al O’.

Supongamos que en el instante inicial ambos sistemas coinciden. Para una mejor
visualización los esquemas tendrán al sistema O´debajo del O, y por simplicidad
supondremos arbitrariamente que el O está en reposo y el O´con velocidad constante
V en la dirección del eje x.

Supongamos un objeto en reposo en O. Para un observador fijo en O’ este objeto se


mueve con velocidad v' = -V , con movimiento rectilíneo uniforme según el eje x’.
La posición del objeto para O’ irá variando según la relación x' = x-V t , pues V es
constante.

En general, la relación funcional entre las coordenadas de ambos sistemas, conocidas


como  Transformaciones de Galileo, serán:

La coordenada temporal es la misma en ambos sistemas.


Estas transformaciones son la base conceptual que fundamentan la “Dinámica del
punto material”, desarrollada por Newton.

Teorema de adición de velocidades

Este importante Teorema fue demostrado por Galileo en una época en que aún no se
conocían las derivadas.

El problema consiste en determinar, para un mismo objeto, como se relacionan las


velocidades que le miden dos observadores inerciales en movimiento relativo. Su
demostración es muy simple y sus consecuencias eran muy conocidas pues se lo
aplicaba cotidianamente. Por ejemplo, para subirse a un carro en movimiento lo mejor
es correr hasta ponerse en reposo respecto del carro.

La importancia de este Teorema radica en que Galileo mostró matemáticamente su


validez en todos los sistemas inerciales.

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Teoría de la Relatividad Especial

Con las Transformaciones de Galileo podemos relacionar fácilmente las velocidades


de un mismo objeto medidas desde O y O’, resultando:

Teorema de Adición de velocidades

 
                          Es decir:   

 
La conclusión es que la velocidad de un móvil es diferente para dos observadores en
movimiento relativo.

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Teoría de la Relatividad Especial

Postulados de la Teoría de Relatividad.


Fundamentación

Supongamos tener una fuente luminosa en reposo respecto de un observador O1 en


un sistema inercial, y otros dos observadores en movimiento relativo constante
respecto del primero, tal que el O2 se acerca y el O3 se aleja, como muestra la figura.

Los tres observadores miden la velocidad de la luz proveniente de S.


Asumiendo que están en el vacío el observador O1 mide c (300.000 Km/seg).
De acuerdo a la Teoría de Relatividad de Galileo, aplicando el teorema de adición de
velocidades, el observador O2 debería medir c+V, y el O3 mediría c-V.

Una serie de experimentos ópticos muy precisos, realizados con un interferómetro por
los investigadores norteamericanos Michelson y Morley, dieron reiteradamente como
resultado que los tres observadores miden la misma velocidad C.

Ante este hecho se plantean dos soluciones posibles:

         1– La medición está mal realizada.


         2 – Las transformaciones de Galileo son incorrectas.

Resulta obvio que los científicos especialistas de la época se inclinaron masivamente


por la opción 1, pues la otra implica la invalidez del soporte de la mecánica de Newton.

Uno de los intentos más elaborado que tuvo aceptación parcial fue hecho por H.
Lorentz (1853-1928), que propuso que dado que cualquier equipamiento que se use
para medir velocidad debe inexorablemente medir espacio y tiempo, el movimiento
relativo entre observadores, respecto del "éter" en un sistema de referencia "absoluto",
provocaba modificaciones físicas en sus respectivos equipos, tales que los espacios
recorridos y los tiempos empleados se determinaban con error. Completó sus
argumentos fundamentándolos con su Teoría del electrón (publicada un tiempo
después) y haciendo el cálculo de las modificaciones espaciales y temporales que
debía sufrir el dispositivo, encontrando las relaciones de espacio y tiempo en función
de la velocidad del observador respecto de la fuente. Estas leyes se conocieron como
“Transformaciones de Lorentz”.

No todos los científicos compartían esta postura. Existe una anécdota atribuida al gran
físico matemático francés Henri Poincaré (1854-1912), que habría dicho: “Es más
probable que sea un error de cuenta cada vez que la hicieron, que sea cierta la
propuesta de Lorentz de errores inteligentes”.

En el año 1900 Poincaré hace conocer su análisis sobre la proposición de Lorentz,


indicando que "si la Teoría de Lorentz es correcta habría que abandonar
probablemente algunos principios de la mecánica newtoniana". Agrega: "la teoría del
electrón no sólo viola el principio de acción y reacción sino la conservación del
momento" (Berkson, 1981). Esto último es la principal e insalvable inconsistencia pues

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Teoría de la Relatividad Especial

la conservación del momento era (y sigue siendo) un principio universal. Sobre este
tema volveremos más adelante.

Albert Einstein, que aparentemente desconocía las Transformaciones de


Lorentz, eligió la opción 2.
En su trabajo científico "Sobre la Electrodinámica de Cuerpos en Movimiento", luego
rebautizado como Teoría de Relatividad (por sugerencia de Max Planck), dedujo las
transformaciones espacio temporales que vinculaban a dos sistemas inerciales, que
paradójicamente resultaron ser las Transformaciones de Lorentz, aunque con una
interpretación absolutamente diferente.

En su trabajo original Einstein hace inicialmente un análisis sobre simultaneidad de


eventos y lo vincula con la medición de distancias y tiempos, detallando un método
adecuado para sincronizar relojes en distintos puntos de un sistema inercial, válido
bajo condiciones de isotropía y homogeneidad del espacio y uniformidad del tiempo.

Por razones didácticas un análisis sobre espacio y tiempo lo trataremos por separado
en este mismo capítulo.
Aceptemos, por el momento, que en un sistema inercial la métrica está establecida y el
tiempo está sincronizado. Un objeto en reposo mide lo mismo en cualquier posición del
espacio y orientación del objeto (homogeneidad e isotropía), y un evento o fenómeno
bajo las mismas condiciones tarda lo mismo en cualquier lugar y momento en que
ocurra (uniformidad).

Los postulados de La Teoría de Relatividad Especial enunciados por Einstein son:

1. Principio de Relatividad
Las leyes que describen los cambios de  los sistemas físicos no resultan
afectadas si estos cambios de estado están referidos a uno u otro de dos
sistemas de coordenadas en traslación con movimiento uniforme.

2. Principio de invariancia de la velocidad de la luz


Cualquier rayo de luz se mueve en el sistema estacionario con velocidad
"c", tanto si el rayo es emitido por un cuerpo en reposo o en movimiento.

El primer postulado está indicando que en todos los sistemas inerciales todos los
fenómenos ocurren de la misma forma, es decir que tienen el mismo comportamiento,
por lo cual todos los sistemas inerciales resultan absolutamente equivalentes e
indistinguibles.
No hay posibilidad alguna de determinar cual está en reposo o en movimiento. Sin
duda, este enunciado hace innecesario e incluso contradictorio la existencia de un
sistema de referencia absoluto. Asimismo, incorpora implícitamente el Principio de
Inercia.

No debe confundirse lo anterior con que una magnitud física tomará el mismo valor en
todos los sistemas inerciales, pues una magnitud no es una ley. Supongamos, por
ejemplo, un fenómeno eléctrico simple, una carga puntual en reposo en el origen de
coordenadas de un sistema inercial.
En este sistema un observador medirá un campo eléctrico E estacionario y un campo
magnético B=0, dado que no hay corrientes ni imanes. Otro observador en movimiento
relativo constante medirá un campo eléctrico E’ que no es estacionario, pues para este
observador la carga se está moviendo, y un campo magnético B’ distinto de cero
debido a que la carga que está en movimiento es una corriente.

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Teoría de la Relatividad Especial

O sea, las magnitudes involucradas tienen diferente valor para dos observadores en
movimiento relativo. Sin embargo, las leyes (Ecuaciones de Maxwell) que describen el
fenómeno son las mismas en los dos sistemas.
Su aplicación en cada uno de los sistemas dará el resultado correcto, siendo diferente
en cada sistema los valores de las magnitudes que intervienen.

El segundo Postulado acepta la constancia de la velocidad de la luz como un Principio


Universal, sustentado en resultados experimentales, resultando la clave para vincular
dos sistemas inerciales ya que permite encontrar las transformaciones de
coordenadas necesarias para que la velocidad de la luz sea la misma en ambos
sistemas. 

Espacio y Tiempo

La Teoría de Relatividad no es un modelo sobre el movimiento de los cuerpos, o de la


Mecánica o del Electromagnetismo, ni sobre alguna disciplina particular de la Física.
Es una teoría sobre el espacio y el tiempo, que trata sobre sus propiedades y de qué
manera ellas inciden y regulan las leyes sobre el comportamiento de los fenómenos
naturales.

Tratemos de describir brevemente algunos aspectos de interés sobre la evolución que


sufrieron estos conceptos básicos fundamentales.

La experiencia mostró que el espacio físico (tridimensional) posee una simetría


particular por la cual el tamaño y la forma de los objetos materiales en reposo respecto
de un observador no dependen de la posición ni de la orientación del objeto.
Este simple hecho permite determinar empíricamente una unidad de medida espacial
e introducir el concepto de distancia, requisito necesario para reconocer la geometría
correspondiente al espacio, que resultó la euclídea, válida para todo observador.
Estas propiedades se conocen hoy como homogeneidad e isotropía del espacio.

Análogamente, por observación de los fenómenos naturales periódicos se asumió que


el tiempo físico, concepto que permite ordenar la ocurrencia de sucesos (“antes” y
“después”), era una magnitud unidimensional mensurable que admite una definición
similar a la de distancia, llamada intervalo o duración. La experiencia mostró también
que el tiempo físico poseía una simetría particular por la cual la duración de un dado
evento causal, bajo idénticas condiciones, no dependía del lugar de ocurrencia ni del
instante de inicio.

Esta propiedad actualmente se denomina uniformidad del tiempo.

Hasta fines del siglo XIX se suponía que el espacio y el tiempo eran magnitudes
independientes con valores absolutos, por lo cual toda medición de distancia o de
intervalo era idéntica para todo observador. Nuestro Universo era tridimensional, de
geometría euclídea, y solamente su evolución requería el análisis temporal, sin que
ello incidiera en las propiedades del espacio.
La métrica del espacio (euclídeo tridimensional) era invariante, condición que puede
expresarse en coordenadas cartesianas mediante:

ds2 = dx2 + dy2 + dz2       Invariante

Esta interpretación, aceptada durante más de dos milenios, puede ser entendida con
un ejemplo cotidiano. Supongamos tener una dada secuencia de fotos de un móvil,
obtenidas a intervalos conocidos y cámara fija, tal que el movimiento del objeto puede

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Teoría de la Relatividad Especial

estudiarse por comparación y así conocer la evolución del fenómeno dinámico.


Cada foto será distinta pero ellas siguen siendo bidimensionales, su métrica espacial
es la misma (y su escala se conserva).

Los trabajos de Lorentz y Poincaré, aparecidos alrededor del año 1900, mostraron que
las “distancias” e “intervalos”, medidos sobre un mismo fenómeno por observadores en
movimiento relativo, daban resultados distintos y dependientes de la velocidad entre
observadores. La geometría espacial seguía siendo euclídea para cada observador
(para cuerpos en reposo) pero las distancias y los intervalos medidos no eran idénticos
(nacía la relatividad post Galileo), es decir que la métrica euclídea tridimensional no
era invariante.

Con el advenimiento de la Teoría de Relatividad de Einstein (1905) quedó claramente


establecido que para todo observador inercial el espacio y el tiempo conservaban las
históricas propiedades, pero sus métricas (espacial y temporal) diferían entre sistemas
de referencia con movimiento relativo constante. Las transformaciones de Lorentz eran
las relaciones funcionales que vinculaban dos sistemas de referencia inerciales.

Sin embargo, inicialmente no se entendió que esta relación funcional (Lorentz) entre
sistemas de referencia inerciales implicaba algo mucho más profundo: el Universo era
esencialmente de cuatro dimensiones. 

Este descubrimiento se debió a Minkowski (1908) quien se percató que la pérdida de


invariancia de la métrica euclídea espacial era debida a la relación existente entre el
espacio y el tiempo, por lo cual la métrica correcta debía contener al tiempo.

La adecuada métrica invariante en cuatro dimensiones se deduce fácilmente de las


Transformaciones de Lorentz, resultando: 

ds2 = c2dt2 – (dx2+dy2+dz2)        Invariante

Debido a los signos distintos de las partes espacial y temporal en el segundo miembro,
esta métrica se denominó seudo euclídea a propuesta de Klein y Hilbert.

Importantes estudios contemporáneos han mostrado que las propiedades de simetría


del espacio y el tiempo, representadas mediante su métrica en un espacio de cuatro
dimensiones (y su invariancia), son suficientes para fundamentar la Teoría de
Relatividad Especial, sin necesidad de recurrir a los postulados propuestos por
Einstein.

Específicamente se ha demostrado que si aceptamos que los fenómenos que ocurren


en nuestro Universo responden a una métrica cuadridimensional seudo euclídea del
espacio-tiempo, entonces el Principio de Relatividad y la existencia de una velocidad
tope y absoluta pueden ser obtenidos como consecuencias. 

De acuerdo con el notable físico ruso A. Logunov, la Teoría de Relatividad queda


rigurosamente establecida postulando que los fenómenos físicos suceden en un
espacio cuadridimensional cuya geometría es seudo euclídea.

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Teoría de la Relatividad Especial

Transformaciones de Lorentz

Los Postulados de Einstein no son consistentes con las Transformaciones de Galileo,


ya que la constancia de la velocidad de la luz para todos los observadores inerciales
resulta incompatible con el Teorema de adición de velocidades de Galileo.

Considerando que la medición de velocidades implica medir espacio recorrido y tiempo


empleado, no debemos anticipar o prejuzgar características espaciales y/o temporales
para las transformaciones de coordenadas entre sistemas inerciales.

Resulta interesante remarcar que el primer desarrollo lógico como continuación


inmediata de la Teoría cuyos Postulados acabamos de ver, sería encontrar, si es
posible, las Transformaciones que satisfacen ese requerimiento. Debe tenerse muy
presente que las transformaciones que vinculan a los sistemas inerciales serán la base
fundamental y soporte de todas las leyes físicas, dado que las leyes deberán
conservar su forma ante esas transformaciones.

Además, dado que las transformaciones buscadas son relaciones funcionales entre las
coordenadas (espacio y tiempo) de dos sistemas inerciales cualesquiera, veremos que
su análisis e interpretación permitirán obtener un mayor conocimiento sobre estos dos
conceptos fundamentales.

Consecuentemente, corresponde establecer las hipótesis necesarias para encontrar


tales transformaciones para dos sistemas inerciales en movimiento relativo, y que
posean la propiedad de que en los sistemas el valor de la velocidad de la luz en el
vacío sea el mismo.

Existen varias deducciones distintas de estas transformaciones de coordenadas en la


bibliografía específica, con distintos grados de dificultad y enfoque. De acuerdo a mi
larga experiencia docente, cualquiera de estas deducciones resulta muy complicada al
alumno tipo. 
Al respecto, he desarrollado una demostración que, en mi opinión y por razones
didácticas, resulta ser la más simple sin perder rigor o generalidad, que veremos a
continuación.

Hipótesis (fundamentadas por experimentos)


En todo sistema inercial se cumple:

1. El espacio es isótropo y homogéneo.

2. El tiempo es uniforme.

3. La velocidad de la luz en el vacío es absoluta y vale 300000 Km/seg (Postulado


de Einstein).

Las primeras dos hipótesis garantizan que el tamaño de un objeto ideal rígido en
reposo sea el mismo en cualquier posición y orientación del espacio, y que la duración
de un fenómeno bajo idénticas condiciones sea independiente del momento y lugar en
que ocurre.

Estas hipótesis, que deberían ser elevadas a la categoría de postulados universales,


están fundamentadas en 400 años de experiencias. Su importancia se hace notoria

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Teoría de la Relatividad Especial

con los siguientes razonamientos: 1) si un objeto conserva su tamaño ello permite


definir una unidad de longitud; 2) si la duración de un determinado fenómeno causal no
depende del instante inicial del mismo, podremos definir una unidad de tiempo.
Estas dos propiedades del espacio y el tiempo son las que definen la "métrica" del
sistema de referencia.

Ello nos limita a que las transformaciones de coordenadas (x,y,z,t) entre dos sistemas
inerciales deben ser lineales, pues de lo contrario se perdería la homogeneidad y/o la
uniformidad.
Aclaremos un poco más esta última aseveración.

Las transformaciones de coordenadas que permiten pasar de un sistema de referencia


(x,y,z,t) a otro (x’,y’,z’,t’) están dadas por 4 relaciones funcionales, que en el caso más
general pueden expresarse por:

x’=f1(x,y,z,t)     y’=f2(x,y,z,t)     z’=f3(x,y,z,t)      t’=f4(x,y,z,t)

Tratemos de analizar cómo deben ser estas funciones para que el espacio y el tiempo
posean los mismos atributos en ambos sistemas.
Supongamos que la función x’=f1(x,y,z,t) es la siguiente relación cuadrática: x’=a.x2,
siendo a una constante.

En este caso un objeto rígido de longitud L=x2-x1 en el sistema O, cuyo tamaño es el


mismo en cualquier posición sobre el eje x, en el sistema O’ tendrá una longitud dada
por L’=(x’2-x’1)= a(x22 - x12), cuyo valor depende de la posición en que esté ubicado
sobre el eje x. Nótese que si desplazo el objeto en la dirección del eje x’ su longitud
cambia. Es decir que en el sistema primado el espacio no es homogéneo.

El mismo análisis puede hacerse con las otras coordenadas, llegando a la conclusión
de que la única manera de mantener similares propiedades del espacio y el tiempo en
ambos sistemas es que las transformaciones sean lineales, cuya expresión más
general para la coordenada x' es:

x’= a1 x+a2 y+a3 z+a4 t+a5

Nota
Muchas de estas constantes podrán anularse con la elección particular de ambos
sistemas. Por ejemplo, si establecemos que en el instante t=t'=0 los sistemas
coinciden, los términos independientes (a5) se anularán.

Sean dos sistemas de referencia inerciales (O y O’), inicialmente coincidentes.


Llamaremos V (en mayúscula) a la velocidad relativa entre ellos. Cuando exista un
objeto en movimiento, será v (en minúscula) su velocidad medida en el sistema O, y v’
su velocidad respecto de O’.
Las coordenadas (x,y,z,t) se refieren al sistema de O y las coordenadas (x’,y’,z’,t’) son
las correspondientes al sistema O’.

En general, todas las variables no primadas corresponderán al sistema O y las


primadas al O’.

Supongamos que en el instante inicial ambos sistemas coinciden. Para una mejor
visualización los esquemas tendrán al sistema O’ debajo del O.
Por simplicidad supondremos arbitrariamente que el O está en reposo y el O’ con
velocidad constante V en la dirección del eje x, como muestra la figura.

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Teoría de la Relatividad Especial

Esta selección de movimiento relativo según el eje x hace que las coordenadas (y’; z’)
sean idénticas a las (y; z), de acuerdo con las hipótesis establecidas.
Las transformaciones lineales de coordenadas para relacionar ambos sistemas son de
la forma:

Mediante un cálculo simple podemos hallar la relación de velocidades (de un objeto)


entre sistemas, obteniendo:

Siendo a1; a2; a3; a4  constantes arbitrarias que determinaremos mediante cuatro (4)
experimentos pensados.

Experimento 1 - Objeto en reposo en O

Para un observador en O’ este objeto se mueve con velocidad v´=-V, con movimiento
rectilíneo uniforme según el eje x’.

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Teoría de la Relatividad Especial

Experimento 2 - Objeto con vx = V en O

Para un observador fijo en O’ este objeto está en reposo.

Experimento 3 – Un haz de luz se propaga según el eje x en O

En ambos sistemas la velocidad medida resulta c.

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Teoría de la Relatividad Especial

Experimento 4 – Un haz de luz se propaga según el eje y en O

En ambos sistemas la velocidad medida resulta c.

Halladas las constantes quedan determinadas las transformaciones de coordenadas


que vinculan ambos sistemas, resultando ser las Transformaciones de Lorentz, pero
con diferente significado, ya que son las transformaciones lineales que relacionan la
métrica de dos sistemas de referencia inerciales.

Tienen la propiedad de que la velocidad de la luz resulta la misma (c) en todos los
sistemas inerciales. Esta deducción tiene la ventaja que utiliza como argumento
principal la constancia de la velocidad de la luz y el Teorema de Pitágoras.

Las mismas nos permiten pasar del sistema O al O’. Si quisiéramos encontrar las
transformaciones que permiten pasar del O’ al O bastaría con despejar las variables
(x, y, z, t) en función de (x’, y’, z’, t’).
 
Transformaciones de Lorentz

Estas transformaciones no son generales pues corresponden al caso particular en que


la velocidad relativa entre sistemas es colineal con el eje x. Algunos temas particulares
requieren que la dirección de la velocidad entre sistemas de referencia inerciales sea
cualquiera. En este caso las Transformaciones de Lorentz generales son más

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Teoría de la Relatividad Especial

complicadas, resultando una expresión simple si se usan las coordenadas tangencial y


transversal a la velocidad V, respectivamente (Pauli, “Theory of Relativity”, pág. 10):

Importante:
Nótese que si la velocidad relativa entre sistemas es mayor que c se obtienen valores
imaginarios de espacio y tiempo, perdiendo su significado físico. Asimismo, hacer la
velocidad del sistema igual a c genera una indeterminación pues el denominador se
anula en las Transformaciones de x y t.
En consecuencia, asignar a un sistema de referencia inercial una velocidad
relativa V mayor o igual a la velocidad de la luz carece de significado y no puede
ser tratado en el marco de esta Teoría.

Se podría pensar erróneamente que esto último conforma una limitación de validez de
la Teoría de Relatividad Especial. Si se analiza cuidadosamente se concluye que
proponer una velocidad invariante tiene como consecuencia que dicha velocidad (c) es
una cota máxima para un espacio-tiempo real, pues fija el dominio del parámetro V tal
que -c < V < c. En consecuencia, proposiciones tales como fijar un sistema de
referencia a un haz de luz o a un fotón en el vacío, es un error conceptual. 

Invariancia del Intervalo

Se define suceso al conjunto (x, y, z, t) que determinan el punto en el espacio y el


instante en que ocurre. Los sucesos pertenecen a un espacio (matemático)
tetradimensional donde cada punto, llamado punto del universo, representa un
suceso. El movimiento de una partícula puntual en este espacio será una curva
denominada curva de universo.

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Teoría de la Relatividad Especial

Tomemos ahora dos sucesos (x1, y1, z1, t1) y (x2, y2, z2, t2). El cuadrado de la distancia
espacial entre los sucesos está dada por:

Llamaremos Intervalo al valor S obtenido de la relación

Con las Transformaciones de Lorentz podemos calcular sin dificultad el intervalo de


estos dos sucesos medidos por dos observadores inerciales cualesquiera, resultando:

 
Llegamos a una conclusión muy importante:

El intervalo entre sucesos es igual en todos los sistemas inerciales.


Queda planteado demostrar que dos sucesos pueden ser causales sólo si S es real.
Se propone también, a modo de ejercicio usando cálculo diferencial, que se demuestre
con las Transformaciones de Lorentz que el intervalo elemental es un invariante.

ds2 = c2dt2 – (dx2+dy2+dz2) Invariante

Contracción espacial y Dilatación temporal

Hemos establecido a través de las Transformaciones de Lorentz que las métricas de


dos sistemas inerciales en movimiento relativo son diferentes.
En consecuencia, debemos analizar qué pasa con el tamaño de los objetos y la
duración de los fenómenos, cuando están o suceden en movimiento respecto de
nosotros.
Por convención pondremos un subíndice 0 a todas las magnitudes que midamos en
reposo respecto nuestro, y las llamaremos propias. Por ejemplo, una longitud propia
será la que midamos en reposo respecto del objeto.

Contracción de longitudes

Un observador inercial mide el largo (longitud propia) de un objeto en reposo,


determinando las coordenadas espaciales de sus extremos según indica la figura,
resultando l0 = x2 – x1.

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Teoría de la Relatividad Especial

Se pretende determinar qué longitud le mediría otro observador O’ en movimiento


relativo con velocidad constante.
Debemos eliminar o corregir las ilusiones ópticas producidas por la velocidad finita de
la luz.
Por ejemplo, si quisiéramos determinar la longitud de un objeto en movimiento
sacándole una foto cuando se está acercando o alejando, tendríamos que corregir las
medidas obtenidas pues una foto, en esas condiciones, dará un tamaño aparente
(ilusión óptica). Se propone al lector que muestre que la foto dará un tamaño mayor
cuando se acerca y menor cuando se aleja.

Como el objeto está en movimiento para el observador O´ debemos ser cuidadosos y


adoptar un criterio de medición adecuado, como sería determinar ambas coordenadas
“simultáneamente” en el sistema O’, lo que implica t’1 = t’2.

Luego debemos comparar la longitud l’ = x’2 – x’1 con la longitud propia mediante las
Transformaciones de Lorentz.

Aquí aparece algo interesante para la resolución de problemas. Considerando que las
Transformaciones de Lorentz directas o inversas son conceptualmente la misma cosa,
podemos elegir usar las que nos convengan.

En nuestro caso usaremos las inversas porque ello simplifica los cálculos debido a que
t’1 = t’2, resultando:

Despejando l’ obtenemos:

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Teoría de la Relatividad Especial

Dilatación temporal
Un observador inercial mide la duración (tiempo propio) de dos sucesos que ocurren
en un punto fijo (x0; y0; z0), como por ejemplo prender una lámpara en el instante t1 y
apagarla en t2, estando en reposo respecto de la lámpara.

Esta duración resulta T0 = t2 – t1, y se pretende determinar qué valor T’ le medirá otro
observador O’ en movimiento relativo con velocidad constante.

En este caso usaremos las Transformaciones directas porque ello simplifica los
cálculos debido a que x1 = x2 = x0 resultando:

Resulta evidente que T’ > T0 pues la velocidad relativa V debe ser menor que c

Conclusión
Cualquier lapso medido (t2 – t1) de dos sucesos es relativo al sistema de referencia.
Asimismo, se demuestra que el tiempo propio de cualquier fenómeno es el menor
valor posible de la duración de dicho evento.

Dado que este razonamiento es válido para todos los fenómenos naturales, todo
observador verá que los procesos transcurren más lentamente cuando suceden en
movimiento respecto de él, y este hecho será tanto más pronunciado cuanto mayor
sea la velocidad relativa entre el sistema donde ocurre el fenómeno y el observador.

Nota
Hemos calculado la contracción de la longitud de un objeto y la dilatación temporal de
un reloj, ambos en reposo en el sistema O. Por supuesto que si estuvieran en reposo
en el sistema O’ obtendríamos idénticas conclusiones simétricas pues todos los
sistemas inerciales son equivalentes.

Tiempo propio

Cuando un cuerpo o sistema físico se mueve arbitrariamente, el tiempo propio de un


proceso que ocurra en dicho objeto debe calcularse asumiendo que se tiene un reloj
fijo en el objeto.
Un sistema de referencia fijo a un cuerpo que se mueve arbitrariamente puede no ser
inercial, por lo cual en general no podremos aplicar las Transformaciones de Lorentz
para comparar las métricas.
Sin embargo, si aceptamos que la aceleración no tiene influencia en la evolución
temporal en dicho sistema no inercial, veremos que es posible calcular el tiempo
propio buscado.
Destaquemos que esta suposición no tiene respaldo teórico alguno (ver Möller “The
Theory of Relativity”, pág. 49) y no es verificada por determinaciones experimentales
incuestionables (GPS), por lo cual este tema será tratado en detalle por separado.

Lo que sigue es el tratamiento usual del tema en la bibliografía clásica tradicional, sin


que ello implique que sea correcto rigurosamente.

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Teoría de la Relatividad Especial

De acuerdo con la suposición históricamente aceptada podemos asumir que en cada


instante hay un sistema inercial cuya velocidad relativa coincide con la velocidad del
cuerpo o sistema físico, lo que permitirá calcular el tiempo propio como la suma de las
variaciones infinitesimales (dt’) en dicho sistema.

Las Transformaciones de Lorentz que hemos deducido oportunamente no son


generales puesto que hemos puesto arbitrariamente la velocidad relativa entre
sistemas coincidente con el eje x. Dado que esta condición no se cumplirá para un
movimiento arbitrario, debemos usar las Transformaciones de Lorentz generales,
cuya expresión para la coordenada temporal es:

Teniendo en cuenta que el proceso cuyo tiempo propio estamos midiendo está sobre
el objeto en movimiento y que la velocidad del cuerpo corresponderá en cada instante
a la velocidad del sistema inercial que le fijemos, será v=V. En consecuencia,
diferenciando la expresión anterior llegamos a:

El tiempo elemental dt’ que medirá un reloj fijo al objeto será menor que el
correspondiente dt que medimos en nuestro sistema inercial. Integrando obtenemos el
tiempo propio mediante:

Es importante destacar que en esta expresión la velocidad corresponde a la del objeto


y puede ser función del tiempo dependiendo del movimiento que realice el objeto.
Además, dado que el integrando es siempre menor que 1, el tiempo propio siempre es
el menor valor posible, cualquiera sea el movimiento del objeto.

Debe tenerse en cuenta que no podemos comparar las métricas entre sistemas pues
solamente requerimos que uno sea inercial, sino que hallamos la expresión general
para el cálculo de tiempo propio de un objeto, cualquiera sea su movimiento, a través
de mediciones temporales hechas desde el sistema inercial.

Veamos un ejemplo simple:


Un objeto rota alrededor de un observador inercial con movimiento circular uniforme.
Se sincronizan dos relojes en t=t’=0, uno (t’) fijo al objeto y el otro (t) en el sistema
inercial. Al cabo de una vuelta se comparan los tiempos resultando que el reloj fijo al
cuerpo atrasó. El cálculo es simple pues el módulo de la velocidad v es constante.

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Teoría de la Relatividad Especial

Este atraso (cualitativo) no es relativo al sistema, es absoluto, y ello ocurrirá sobre


cualquier reloj acelerado respecto de uno inercial.

Una vez comprendido el concepto (histórico) de tiempo propio y la forma de calcularlo,


la maltratada "Paradoja de los gemelos" deja de ser un misterio y puede ser
analizada sin dificultad. Recomiendo su análisis aunque advierto que este tratamiento
es incompleto pues no considera los efectos temporales debidos a la aceleración.

Nota
Las correcciones temporales que se programan en el Sistema de Posicionamiento
Global (GPS) para mantener el sincronismo entre satélites dedicados y la
Tierra, suelen describirse como efectos debidos al "cambio temporal" de la Relatividad
Especial y al "retraso temporal" causado por el campo gravitatorio, predicho por la
Teoría General.
En mi opinión esta manera de enfocar el tema esconde el error cometido en este
tema dentro de la Teoría de Relatividad Especial, cual es asumir que las aceleraciones
no tienen influencia en la marcha de los relojes.

Teorema de adición de velocidades

Dado un cuerpo que se mueve con velocidad v respecto de un sistema inercial O, se


pretende determinar qué velocidad le mide otro observador O’ en movimiento relativo
uniforme. En la figura, por razones didácticas, se indica solamente la componente en
la dirección x.

Usando las Transformaciones de Lorentz podemos calcular las velocidades medidas

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Teoría de la Relatividad Especial

por un observador O’. 

Se destacan las siguientes particularidades:

1. Para velocidades del objeto (v) y del sistema (V) mucho menores que c se
obtienen las relaciones de Galileo

2. Las velocidades transversales (vy; vz) dependen de la velocidad según x.

3. Si el objeto fuera luz en el vacío, los dos sistemas medirían lo mismo (c).

El cálculo de las aceleraciones se deja planteado como ejercicio, destacando que


se obtienen con el mismo procedimiento empleado y que la aceleración no resulta una
magnitud absoluta (como sucede en la mecánica clásica).

Dinámica relativista

La Teoría Mecánica puede ser formulada de manera axiomática de varias maneras, lo


que históricamente dio lugar a diferentes enfoques (Newton, Lagrange, Poincaré,
Einstein). Sin embargo, todos ellos tienen en común que sus postulados básicos, de
una u otra forma, se fundamentan en los mismos tres aspectos distintivos del
comportamiento de la naturaleza, que son:

1. Cómo suceden los fenómenos para observadores distintos (relatividad).


2. Cómo responden cuerpos distintos ante un mismo requerimiento (causalidad).
3. Cómo se comportan los cuerpos entre sí (interacciones).

18
Teoría de la Relatividad Especial

Para Newton (1643-1727) la formulación es con sus tres leyes (Principios), que en
conjunto responden exactamente a cada uno de los puntos anteriores, y es de validez
limitada a sistemas de referencia inerciales.
Este enfoque no requiere de ningún otro postulado básico, que alguna bibliografía
redundantemente incorpora, como por ejemplo el llamado Principio de independencia
de los movimientos, que resulta una consecuencia matemática del carácter vectorial
de las magnitudes (velocidad, aceleración, fuerza).

Muchos autores, particularmente los correspondientes a la denominada “escuela


americana” (Sears, Ingard y Kraushaar, Feynman), no suelen analizar en profundidad
la fundamentación de la Mecánica, y tratan al Principio de Inercia (primera ley) como si
estuviera contenido en la segunda ley de Newton, despreciando o ignorando un
aspecto fundamental del enunciado, por el cual la primera ley es un Principio.
Como veremos, esta paupérrima interpretación induce a cometer dos errores graves:
no comprender el significado del Primer Principio y creer que un Principio es
demostrable.

Veamos más en detalle el tema en cuestión


La primera ley de Newton establece que "Si sobre un cuerpo no actúa fuerza alguna
éste permanece en su estado de reposo o de movimiento rectilíneo uniforme (MRU)".
No hay duda que el mismo describe explícitamente la ley de inercia de los cuerpos,
desarrollada por Galileo.
Sin embargo, un aspecto muy significativo de este enunciado es que implícitamente
contiene el Principio de Relatividad de los movimientos, ya que trata a ambos estados
(reposo y MRU) como estados naturales equivalentes (ver A. Sommerfeld, "Lectures
on Theoretical Physics - Mechanics"). Este simple hecho tiene varias consecuencias
importantes:

 Relaciona a observadores inerciales en movimiento relativo, pues un cuerpo en


reposo para un observador se moverá con MRU para el otro.

 Incorpora las transformaciones de Galileo, ya que son las únicas que


satisfacen la equivalencia entre reposo y MRU conservando el carácter
absoluto del tiempo.

 Generaliza la teoría a todos los sistemas inerciales conteniendo, en


consecuencia, el Principio de Relatividad de Galileo.

En mi opinión, postular la equivalencia entre el reposo y el MRU es el aspecto clave de


este enunciado y le da entidad de Principio a la primera ley de Newton.
Si el objetivo de la primera ley tan sólo fuera establecer que la velocidad es constante
cuando no hay fuerzas aplicadas, ello ya estaría contenido en la segunda ley y no
haría falta referirse al estado de reposo (V=0) pues éste sería un caso particular.
Obviamente, con esta interpretación parcial la primera ley de Newton no tendría razón
de ser.
Probablemente esta interpretación incompleta del Principio de Inercia tenga su origen
en la forma en que fuera enunciado por Newton, quién debió desterrar las ideas
aristotélicas propias de esa época, por las cuales se asumía que para que un cuerpo
se mueva hay que estar empujándolo.

Aunque este Curso de Relatividad no requiere el conocimiento de Mecánica Analítica


(Euler, Lagrange, Hamilton), señalemos que su formulación se basa en un Principio
extremal que resulta válido en cualquier sistema de referencia (inercial o no), mientras
que las interacciones se tratan asumiendo que pueden ser descritas por funciones
continuas que cumplen ciertos requisitos. Este enfoque es más general que el

19
Teoría de la Relatividad Especial

newtoniano y su estudio es necesario para la fundamentación y desarrollo de la


Mecánica Cuántica.

Siguiendo las ideas de Poincaré y Einstein, la teoría de la mecánica, ya sea clásica o


relativista, puede fundamentarse en las propiedades de simetría del espacio y del
tiempo, y en el Principio de Relatividad, indicando con esto último que las leyes de la
mecánica son las mismas en todos los sistemas inerciales.
La homogeneidad e isotropía del espacio y la uniformidad del tiempo, aceptados como
postulados válidos para los sistemas inerciales, permiten deducir como teorema las
transformaciones de coordenadas que correspondan, las de Galileo (mecánica clásica)
si asumimos que el tiempo es absoluto, o las de Lorentz (mecánica relativista) si
aceptamos que la velocidad de la luz en el vacío es la misma para todos los
observadores inerciales (ver Transformaciones de Lorentz).
En este enfoque la segunda ley de Newton ya no es un Principio, es la definición de
fuerza.
Resumiendo, los axiomas de la teoría mecánica bajo este encuadre son:

 Principio de Relatividad.
 Homogeneidad e isotropía del espacio.
 Uniformidad del tiempo.

Válidos para todo observador inercial.

Masa

El concepto básico que asumiremos es que la masa de un cuerpo, partícula o ente


físico capaz de interactuar con otro, es una medida de su inercia, y su definición
debe ser compatible con la conservación de la cantidad de movimiento, tema ya
tratado.

Llamaremos partículas masivas a toda partícula que posea masa en reposo distinta de
cero. Por razones históricas, las radiaciones (campos y fotones) se denominan
arbitrariamente no masivas pues no poseen masa propia, aunque sí poseen masa
relativista si se adopta p=mv como definición de cantidad de movimiento.

 Como veremos oportunamente, la masa inercial de un cuerpo depende de su


contenido energético, por lo cual el concepto de masa como cantidad de
materia no resulta muy adecuado en esta formulación.

 La definición de Newton, como la constante de proporcionalidad entre la fuerza


y la aceleración, que se mide con una balanza, hay que descartarla totalmente
pues la fuerza y la aceleración no resultan colineales en mecánica relativista.
Dado que ésta definición es utilizada por algunos pocos autores, digamos que
en ese caso la masa deja de ser una magnitud escalar pues toma valores
distintos según la dirección que se trate.

 Una definición adecuada parece ser la de Maupertuis (m=p/v): la masa inercial


es el cociente entre los módulos de la cantidad de movimiento y de la velocidad
de la partícula. Esta definición fue analizada por el matemático Hermann Weyl
(1885-1955) y puede adaptarse para partículas no masivas (fotones). Tiene el
inconveniente que requiere previamente la definición de la cantidad de
movimiento.

20
Teoría de la Relatividad Especial

 La definición operativa de Mach de masa relativa, utilizada en un apartado


anterior, tiene una restricción formal menor, su definición no puede aplicarse a
un sistema de más de dos cuerpos. Sin embargo, resulta una opción atractiva y
es posible adecuarla incluso para partículas no masivas (fotones). En todos los
casos las mediciones se deben realizar antes y después de la interacción.

Nosotros vamos a mantener el concepto de masa como una medida de la inercia.


Nota
Un análisis más profundo nos demuestra que el fenómeno de inercia de los cuerpos
tiene dos causas de distinta naturaleza: la masa relativista, que es una propiedad del
cuerpo, y la imposibilidad de superar la velocidad de la luz, que es una consecuencia
de las propiedades del espacio y del tiempo.
Por el momento, para partículas masivas, adoptaremos la definición de masa de
Mach. Esta magnitud es relativa al sistema de referencia, y queda determinada por la
expresión de masa relativista, ya vista en el apartado anterior.

Para partículas no masivas (fotones) aceptemos por ahora que su masa inercial está
dada por:

El caso de masa inercial distribuida sobre un campo de radiación electromagnética es


más complejo y requiere el conocimiento del vector de Poynting, por lo cual no será
tratado en este curso inicial.

Luego, cuando veamos energía y el Principio de equivalencia entre masa y


energía, daremos una definición precisa, más amplia y general, aplicable en
todos los casos.

Principio de Equivalencia entre Masa y Energía

En un breve trabajo (septiembre de 1905) intitulado “¿Depende la inercia de un cuerpo


de su contenido energético?”, Einstein concluye que si un cuerpo irradia luz de energía
L, la masa del cuerpo debe disminuir en L/c2, proponiendo una forma de verificación
utilizando un elemento radiactivo (Radio). Esta publicación científica condujo a la más
célebre fórmula en la historia de la ciencia, conocida como Principio de equivalencia
entre masa y energía.

E = m c2 

Esta relación es considerada un Principio debido a que no tiene una demostración


general y se comprobó que es válida universalmente para toda forma de energía. La
demostración vista en el apartado anterior solamente vincula la variación de la energía
cinética con el incremento de masa de una partícula puntual, equivalente al Teorema
de las fuerzas vivas de la mecánica de Newton.

21
Teoría de la Relatividad Especial

La energía total relativista (E) es una propiedad de todo sistema físico, masivo o no
masivo, cuyo valor aumenta (disminuye) cuando se le entrega (quita) energía por
cualquier proceso, y toma el valor cero sólo cuando el sistema se aniquila
(desaparece). En consecuencia, para un determinado sistema de referencia inercial,
su valor depende del estado del sistema físico y sólo será constante si el sistema físico
está aislado. Resulta evidente, además, que la magnitud Energía total es relativa al
sistema de referencia. 

Calentar un sistema macroscópico, darle cuerda a un reloj, aumentar la velocidad de


una partícula, o la absorción de radiación por parte de un gas, son distintos ejemplos
de procesos que provocan un incremento de la inercia (masa) del sistema que se trate,
que cumple con:

Siendo   la energía entregada al sistema en el proceso. La magnitud que mide la


inercia es la masa relativista.
Por supuesto que si el sistema pierde energía por algún proceso cualquiera (radiación,
enfriamiento, etc.), el sistema disminuye su masa de acuerdo con la misma relación. 

Para una partícula puntual, que asumimos sin estructura, el único proceso de


transferencia de energía que se considera posible es el trabajo mecánico (fuerza
aplicada), producto de una interacción campo-partícula, cumpliéndose la relación

dE = dW = F.ds = v.dp.

En este caso se considera que toda la energía entregada se transforma en cinética


(ver capítulo anterior), variando la masa relativista sin modificar la masa propia. Esta
suposición es la única razón por la cual la masa propia resulta un invariante.

Corresponde aclarar que las partículas reales, incluso las fundamentales, podrían no
ser puntuales (y tener estructura). En este caso sólo podemos asegurar que la masa
propia es un invariante sólo si la partícula está libre de interacciones externas, pues de
lo contrario los sistemas de referencia inerciales serían distinguibles.
Por otro lado, si una partícula real está sometida a una interacción tiene fuerzas
aplicadas, aspecto que Poincaré analizó para el caso del electrón (tensiones de
Poincaré), que muy probablemente modifiquen su morfología y configuración espacial.
En consecuencia, en el marco de la Teoría Especial de Relatividad, no es posible
asegurar la invariancia de la masa propia de una partícula acelerada.

Alguna bibliografía propone la invariancia de la masa propia aduciendo que es un


resultado de la formulación de Minkowski, sin reconocer que dicha "demostración" es
válida exclusivamente para partículas "puntuales".
Agreguemos también que existe una posibilidad de modificación de la masa propia de
una partícula puntual que no ha sido considerada ni estudiada en profundidad. Se trata
de la hipótesis de Mach sobre la dependencia de la masa de un cuerpo por la
presencia cercana de otros cuerpos. Este tema será tratado en la carpeta de "Temas
Especiales".

Este Principio establece nuevos conceptos que deben destacarse:

1. La energía relativista E representa la energía total que se podría obtener (en


forma de radiación) si lográramos convertir toda la masa relativista en energía,

22
Teoría de la Relatividad Especial

tal como sucede en el fenómeno conocido como "aniquilación de pares". Por


primera vez se dispone de un cálculo de energía total válido para cualquier
sistema físico, cuyo valor tiene significado físico. Se hace notar que las
magnitudes tales como Energía interna (Termodinámica), Energía potencial
(Campos conservativos), Energía mecánica (Mecánica clásica), están definidas
a menos de una constante arbitraria y su valor numérico no tiene significado
físico.

2. La energía total de una partícula en reposo, “almacenada” en su masa propia,


está dada por E=m0 c2.
Los mecanismos de conversión de masa en energía radiante y viceversa,
fueron estudiados durante la primera mitad del siglo XX, principalmente con el
formalismo de la Teoría Cuántica de Campos (iniciada en la década del 20),
actualmente en desarrollo.

3. El Principio permite dar una definición de masa (relativista) compatible con


partículas no masivas, es decir sin masa propia (fotones), generando una
coherencia lógica, general y sin limitaciones, con la definición de cantidad de
movimiento propuesta (p=mv).
Se define como masa de cualquier sistema físico, sea puntual o extenso,
masivo o no masivo (masa propia nula), al escalar obtenido del cociente entre
la Energía total E del sistema y el cuadrado de la velocidad de la luz en el
vacío.
Su expresión matemática es: m = E/c2   
En consecuencia, podemos dar una definición precisa para la cantidad de
movimiento, válida para partículas masivas y no masivas:
  
                p = E/c2 v, siendo E la energía total

En el apartado Temas Especiales se tratará la aplicación de este concepto en


el artículo “Curvatura de la luz en Relatividad Especial”.

4. Los Principios de conservación de la masa y de la energía, que se formularon


de manera independiente para sistemas aislados, ahora se relacionan en un
único Principio pues masa y energía están relacionadas por el Principio de
Equivalencia entre masa y energía.  
En consecuencia, el Principio de Equivalencia podría (y debería) ser formulado de la
siguiente manera:

El contenido total de energía de un ente físico cualquiera es igual a su masa


relativista multiplicada por el cuadrado de la velocidad de la luz

Nota
Muchos autores, especialmente los dedicados a la física de partículas, proponen su
validez solamente para cuerpos en reposo, con argumentos poco convincentes que
resultan ser los mismos por los cuales tampoco aceptan la masa relativista. Lo más
inexplicable es que luego usan los conceptos que rechazan.
En su trabajo original de tres carillas, Einstein analiza la emisión de radiación y la
variación de la masa en la forma usual del formalismo de la teoría, es decir desde el
punto de vista de dos observadores inerciales, uno en reposo respecto del cuerpo y el
otro en movimiento con velocidad constante.
Proponer que esa demostración es sólo válida para cuerpos en reposo es falso, sin
criterio y ridículo.

23
Teoría de la Relatividad Especial

Relación entre Energía y Cantidad de movimiento

La equivalencia entre masa y energía puede ser expresada en relación a la cantidad


de movimiento.

Esta expresión corresponde a un invariante importante que trataremos a continuación.


La masa en reposo de una partícula libre debe ser la misma en cualquier sistema de
referencia, pues de lo contrario los sistemas inerciales no serían equivalentes ya que
podrían ser distinguibles. Lo mismo sucede con la longitud propia de un objeto o el
tiempo propio de un fenómeno.

Si ahora le aplicamos una fuerza durante un tiempo, asumimos que le entregamos


energía mediante un trabajo mecánico que, por definición (dW = F.ds), solo produce
un desplazamiento modificando su velocidad (Teorema de las fuerzas vivas).

Es evidente que este proceso solamente es válido si la masa propia permanece


invariante.

En consecuencia, para dos observadores inerciales tendremos:

 
Este invariante es similar al del “Intervalo” tratado en el apartado de Transformaciones
de Lorentz.

Nota
Su demostración en el espacio de Minkowski es elegante y simple, basada en que la
cantidad de movimiento se transforma como las coordenadas (x, y, z) y la energía
como el tiempo.

24
Teoría de la Relatividad Especial

Relatividad de la energía

Es evidente que la energía de un sistema físico es una magnitud relativa al sistema de


referencia. Tomemos, por ejemplo, la energía total de una partícula libre, de masa
propia m0 y velocidad constante v, cuya expresión está dada por

Para dos observadores inerciales en movimiento relativo la única magnitud que tiene
distinto valor en la expresión anterior es la velocidad de la partícula.

Nota
En este marco teórico toda magnitud propia de un cuerpo en movimiento uniforme es
invariante. De lo contrario los sistemas inerciales serían distinguibles, invalidando el
Principio de Relatividad.
No debe interpretarse que la masa propia no pueda variar ante determinados
procesos, sino que en movimiento uniforme (energía constante) la masa propia es la
misma para todos los observadores inerciales.

Hallemos la ley de transformación de la energía para dos sistemas inerciales, usando


el teorema de adición de velocidades.

Operando el radicando del denominador en el segundo miembro se obtiene la


siguiente igualdad

25
Teoría de la Relatividad Especial

Reemplazando en la expresión de la energía obtenemos

Esta expresión es válida sólo si la velocidad relativa (V) entre sistemas inerciales está
según el eje x. En el caso general la ley de transformación es:

La transformación inversa la obtenemos reemplazando V por -V, quedando:

26
Teoría de la Relatividad Especial

Campos conservativos

Mecánica relativista

Se puede demostrar que las propiedades de un campo vectorial quedan totalmente


determinadas si se conocen su divergencia y su rotor. La divergencia es una operación
que relaciona al campo con las “fuentes y sumideros” del mismo. Hemos visto que el
rotor nos dice si el campo es conservativo o no.

Ahora mostraremos que la condición de un campo de ser conservativo no es una ley


relativista, es decir que es una característica solamente válida en un dado sistema de
referencia (lo mismo sucede en el caso no relativista).

Para ello analicemos el siguiente ejemplo:

Sea un sistema formado por una carga puntual en reposo en el origen de coordenadas
de un sistema inercial.

El campo eléctrico correspondiente es conservativo, con rotor nulo en todo el espacio,


excepto en el origen donde no está definido. Su función potencial es fácilmente
calculable y no depende del tiempo.

Otro observador inercial O’ en movimiento relativo verá una carga puntal moviéndose
con velocidad constante. En cada punto del sistema primado tendremos un campo
eléctrico y un campo magnético, ambos dependientes del tiempo, que cumplen con
las ecuaciones de Maxwell. Matemáticamente describiremos esta situación en ambos
sistemas de referencia:

Es evidente que en el sistema primado el campo no es conservativo pues su rotor no


se anula.

Teorema de conservación de la energía (caso relativista)

Hemos mostrado en forma general que si un campo de fuerzas tiene rotor nulo
entonces es conservativo y existe la función energía potencial. En este caso se
cumple:
 

Siendo F la fuerza sobre una partícula y EP la energía potencial.


También demostramos (en un apartado anterior) que dw = F.ds = c2dm, y lo
interpretamos como la variación infinitesimal de la energía cinética de una partícula.
Vinculando las relaciones obtenemos:

27
Teoría de la Relatividad Especial

Integrando esta expresión para dos puntos del espacio, quedará:

La última igualdad es la expresión matemática del Teorema de conservación de la


energía, cuyo enunciado es:

En todo sistema inercial aislado, si las fuerzas son conservativas, la suma de la


energía total (mc2) y la energía potencial es una constante.

Nótese que para el caso de una partícula cuya masa en reposo es un


invariante, si restamos la constante m0 c2 en ambos miembros, el Teorema sigue
siendo válido. En este caso el enunciado es el mismo que en Mecánica clásica (no
relativista):

En todo sistema inercial aislado, si las fuerzas son conservativas, la suma de la


energía cinética y la energía potencial es una constante.

En mi conocimiento, este importante Teorema extrañamente no figura en la bibliografía


específica, aunque es utilizado con mucha frecuencia.
Veamos un ejemplo (Cullwick – “Electromagnetism and Relativity”, pág. 79):
Un electrón inicialmente en reposo es acelerado por un campo electrostático, sin
irradiar. Se pide la variación de la masa del electrón luego de ser acelerado por una
diferencia de potencial. Las características del problema son:

 El campo electrostático es conservativo.



 El campo eléctrico

Eestá dado por  E  V
 La fuerza es F  qE  V . Como q < 0 (electrón) el movimiento será hacia
donde crece el potencial.
 La energía potencial está dada por la relación E P  qV  x; y ; z   C1 , siendo
V(x,y,z) la función potencial del campo eléctrico y C1 una constante arbitraria.

Aplicando el Teorema de conservación de la energía obtenemos:

Asumiendo que en el punto 1 estaba en reposo y despejando, se obtiene:

Su velocidad puede hallarse de la expresión de masa relativista

28
Teoría de la Relatividad Especial

Se deja planteado como ejercicio demostrar que el trabajo eléctrico es igual a la


variación de energía cinética del electrón.

Lagrangiano en mecánica clásica


En mecánica clásica la función lagrangiana de un sistema conservativo, denotada
mediante L, es simplemente la diferencia entre su energía cinética, T, y su energía
potencial, V. El dominio apropiado del lagrangiano es un espacio de fases, y debe
obedecer las ecuaciones de Euler-Lagrange. El concepto fue utilizado originalmente
en una reformulación de la mecánica clásica conocida como la mecánica lagrangiana.
En coordenadas generalizadas este lagrangiano toma usualmente la forma:

Donde es el tensor métrico del espacio euclídeo expresado en las coordenadas


generalizadas coorrespondientes, que sólo depende de las propias coordenadas de
las velocidades .

Lagrangiano de una partícula clásica en coordenadas rectangulares

Si suponemos como es habitual que un sistema clásico, está formado por partículas
que se mueven en un espacio euclídeo tridimensional entonces el tensor métrico
adopta la forma diagonal y el lagrangiano viene dado por:

Y entonces el sistema resulta ser inercial, y las ecuaciones de Euler-Lagrange se


reducen simplemente a las leyes de Newton:

Lagrangiano de una partícula en coordenadas esféricas

En coordenadas esféricas (r,θ,φ) la misma función lagrangiana anterior, particularizada


al caso de un potencial con simetría esférica que sólo dependa de la coordenada
radial, se expresa como:

29
Teoría de la Relatividad Especial

Usando las ecuaciones de Euler-Lagrange, el mismo cálculo de la sección anterior nos


conduce a las ecuaciones de movimiento sobre un sistema no inercial:

Entre los términos adicionales que ahora han aparecido está la fuerza de Coriolis y la
fuerza centrípeta, así el formalismo lagrangiano predice automáticamente que
cualquier de sistema de referencia no cartesiano conlleva la aparición de fuerzas no
inerciales.

Lagrangiano en mecánica relativista


En mecánica relativista la acción de una partícula se obtiene mediante cálculo a lo
largo de la línea de universo de una partícula, concretamente una partícula material de
masa m se mueve a lo largo de una geodésica. La integral de acción a lo largo de una
curva L viene dada en coordenadas curvilíneas por:

Si se introduce en las ecuaciones de Euler-Lagrange el integrando de la anterior


integral se obtienen las ecuaciones de las geodésicas:

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