Imperialismo
Imperialismo
Imperialismo
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El Imperialismo
1. Introducción
2. El Imperialismo
3. Conclusión
4. Bibliografía
5. Anexos
Introducción
El imperialismo es la dominación política de un Estado sobre varios otros para establecer una
hegemonía política, económica, cultural, por lo que la expansión de Europa en ultramar produjo nuevas
rivalidades entre las grandes potencias y difundió la idea de que el equilibrio de poder había de considerarse
como una cuestión mundial y no solamente limitada a Europa. La civilización europea, con sus ideas de
competencia económica, energía, eficacia práctica, explotación, patriotismo, poder y nacionalismo, cayó
sobre Asia y África. Pero con ello llevó también, quizá involuntariamente, otra serie de ideas que había
heredado de la Revolución Francesa y de sus precursores del siglo S.XVIII.
El siguiente trabajo explica como durante el transcurso de los siglos, el imperialismo se ha ido
acentuando día a día en el mundo desde el imperio de Asoka en la India hasta el presente siglo, viéndose
los países de Europa en contacto con culturas primitivas y exóticas, y éstas ejercieron a su vez un profundo
efecto sobre la sensibilidad europea. A principios del siglo xx, el arte de África, por ejemplo, contribuyó a la
revolución pictórica europea iniciada por Pablo Picasso hacia 1907. Al mismo tiempo, la ciencia de la
antropología se desarrolló rápidamente cuando la colonización convirtió la observación de sociedades poco
conocidas en algo, a la vez, practicables y de creciente importancia para gobiernos y administradores.
La expansión imperialista ha recibido diferentes explicaciones; y quizá ninguna sea capaz, por sí
sola, de dar cuenta de desarrollos que variaran convenientemente según las distintas partes del mundo. La
explicación más completa es la que atribuye el movimiento imperialista a presiones económicas. Este punto
de vista fue expuesto por el inglés J. A. Hobson y algunos pensadores so cialistas de Alemania y Austria;
pero adquirió su forma más popular e influyente en un panfleto escrito por Lenin en 1916: El imperialismo,
fase superior del capitalismo. Según Lenin, con el desarrollo industrial de Europa y la progresiva
concentración del capital debida a la creación de trusts y cariéis y al papel cada vez más importante de los
bancos en la financiación de todo tipo de empresas industriales y comerciales, a los financieros les
resultaba cada vez más difícil invertir su dinero de modo provechoso.
El mercado europeo estaba saturado y, en consecuencia, era esencial hallar nuevos campos de
inversión en ultramar. Esta necesidad, según Lenin, forzó a las potencias europeas a repartirse el
mundo en una pugna por conquistar nuevos mercados industriales y nuevas zonas en las que invertir. El
resultado fue una agudización de la rivalidad entre las potencias que hacía inevitable la guerra. Los grupos
de presión económica —ya fuesen financieros en busca de nuevos campos de inversión, o comerciantes
que buscaban nuevas salidas para sus mercancías y nuevas fuentes de materias primas— desempeñaron
un papel considerable a la hora de persuadir a los gobiernos de Europa para que se embarcaran en la
expansión colonial.
Hubo, con todo, otros móviles, además de los económicos, que contribuyeron al movimiento imperialista.
El impulso de realizar descubrimientos científicos y de explorar territorios desconocidos ayudó a
abrir África. El deseo de los misioneros cristianos convertir a los paganos les llevó a establecer centros de
influencia europea en partes remotas del mundo y una vez comenzado el movimiento imperialista, éste fue
capaz de generar generó su propio impulso a través del mundo.
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El Imperialismo
El imperialismo es la dominación política de un Estado sobre varios otros para establecer una
hegemonía política, económica, cultural, muchos ejemplos existen en el transcurso de los siglos: el imperio
de Asoka en la India, que se extendió desde Afganistán hasta Indonesia; Hasta el siglo XIX, Aśoka era
simplemente un nombre más en las geneologías inventadas de los reyes indios del periodo budista, varios
eruditos europeos de la época también tradujeron relatos budistas de la literatura india. Estos relatos
mostraban las doctrinas budistas, así como las historias y biografías legendarias de la doctrina. En estas
fuentes budistas procedentes de Ceilán, Tíbet y China presentes en relatos como el Divia avadana,
el Ashoka avadana, el Majá vamsha y otros, aparecía la figura de un gran rey Aśoka. A causa de la
existencia de varias historias de este tipo consideradas de poco rigor histórico, ya que se creían
procedentes de la cultura popular, se tomó a la figura de Aśoka como legendaria y no se le dio credibilidad.
(Ver anexo 1)
La historia habitualmente lo describía como a un príncipe cruel que asesinó a sus hermanos para
ascender al trono, pero que tras su sangrienta conquista de Kalinga (en la costa este de la India,
actualmente en el estado de Orissa), Aśoka se convirtió en un budista pacifista, y contribuyó a la difusión del
budismo, reinando desde ese momento de una manera justa y pacífica. H. G. Wells, (1989) La historia del
mundo nos explica:
Tal fue Ashoka, el más grande de los reyes. Él fue de lejos un avanzado a su época. No dejó ni un
príncipe ni una organización de hombres para continuar su trabajo, y a un siglo de su muerte los
grandes días de su reino se habían convertido en un recuerdo glorioso en una India
descompuesta y decadente.
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cayó en declive y se fragmentó en multitud de principados. Hasta la colonización británica (cerca de 2000
años más tarde), nunca una parte tan grande de un subcontinente estuvo unida bajo un mismo gobierno.
Otro ejemplo importante dentro del imperialismo, fue el imperio romano sobre el Mediterráneo y
Europa central; en el que los clásicos dieron el nombre de «bárbaros» a todos los extranjeros de las
regiones fronterizas con el Imperio romano, y con los que lucharon, si bien se limita la consideración a los
que, ocupando en Europa las regiones al Norte del imperio, invadieron éste, apoderándose de su parte
occidental. Estos pueblos formaban cuatro grupos:
1- El de cultura turco-mongola: como los ávaros y hunos.
2- 2- El de cultura eslava: como los vendas, en lo que hoy es Polonia.
3- 3- El de cultura irania: los sármatas, entre el Danubio y el Tisza, y los alanos, a orillas del mar
Negro.
4- 4- El de cultura germánica: como los godos, francos, vándalos, burgundios y otros.
Durante la decadencia del Imperio romano, fueron muchos los pueblos bárbaros (extranjeros) que,
aprovechando las disidencias internas, se aproximaron a sus fronteras y se establecieron en ellas,
presionando en forma permanente para entrar. Los bárbaros lograron penetrar lentamente entre los siglos I
y IV, y establecerse en el interior, hasta que, finalmente, empujados por otros pueblos, lo hicieron en forma
violenta. Los germanos eran indoeuropeos, como los griegos y latinos. En ellos las aficiones guerreras se
muestran en grado sumo, al par que el trabajo se considera como menos digno.
Había hombres privilegiados, nobles y plebeyos, existiendo también la esclavitud. La patria
potestad tenía un concepto bastante análogo, en lo absoluto, al de los romanos. Aunque lo general era
la monogamia, la poligamia aparece admitida entre los nobles. Entre los pueblos germanos invasores
encontramos a los godos, divididos en visigodos en Occidente y los ostrogodos en Oriente. Los francos,
los suevos, los burgundios, los anglos, los sajones y los jutos, los vándalos, los frisones, los alanos (iranios)
y los alamanes constituían el resto de los pueblos.
Salvo estos casos aislados, la mayoría eran respetuosos de la cultura romana, y fusionaron las
costumbres romanas con las propias. La aristocracia germana comenzó a utilizar como su idioma el latín,
que luego ¨-modificado- dio lugar a las lenguas romances. La religión, que hubiera podido ser un elemento
conflictivo en la relación de los invasores con los pueblos autóctonos, se transformó en un factor de unidad,
al aceptar la mayoría de los reyes bárbaros la religión católica.
Los visigodos abandonaron el arrianismo, religión cristiana no reconocida por la Iglesia Católica, para
aceptar esta última en el siglo VI, en Hispania, bajo el reinado de Recaredo. Los francos rechazaron el
paganismo a fines del siglo V, durante el reinado Clodoveo I. Así la Iglesia Católica, lejos de debilitarse,
cobró un inmenso poder. La sociedad Se adoptó la ley escrita, según la modalidad romana, ya que ellos se
regían por el derecho consuetudinario (costumbres). Los germanos aceptaron el sistema de la personalidad
de la ley, por la cual cada uno debía ser juzgado por sus propias leyes. Los romanos, carecían de normas,
ya que Roma ya no existía, y por eso, tuvieron que redactarse las que los regirían en lo sucesivo.
Teodorico, rey de los ostrogodos, redactó la primera colección de leyes, en el año 500, conocida como
el Edicto de Teodorico, para godos y romanos, siendo una excepción al referido principio de personalidad de
las leyes. Estaba compuesta de 154 artículos basados en resúmenes de fuentes romanas. Después de
los siglos dorados del Imperio romano (periodo denominado Pax Romana, siglos I al II), comenzó un
deterioro en las instituciones del Imperio, particularmente la del propio Emperador. Fue así como tras las
malas administraciones de la Dinastía de los Severos, en particular la de Heliogábalo, y tras la muerte del
último de ellos, Alejandro Severo, el Imperio cayó en un estado de ingobernabilidad al cual se le
denomina crisis del siglo III.
Entre el 238 y el 285 pasaron 19 emperadores, los cuales incapaces de tomar las riendas del gobierno
y actuar de manera concorde con el Senado terminaron por situar a Roma en una verdadera crisis
institucional. Durante este mismo período comenzó la llamada invasión pacífica, en la cual varias tribus
bárbaras se situaron, en un principio, en los limes del Imperio debido a la falta de disciplina por parte del
ejército, además de la ingobernabilidad producida en el poder central, incapaz de actuar en contra de esta
situación. Por otro lado, las guerras civiles arruinaron al Imperio, el desorden interno no sólo acabó con la
industria y el comercio, sino que debilitó a tal punto las defensas de las fronteras imperiales, que privadas
de la vigilancia de antaño, se convirtieron en puertas francas por donde penetraron las tribus bárbaras.
Tras una breve «estabilización» del Imperio, en manos de algunos emperadores fuertes
como Diocleciano, Constantino I el Grande y Teodosio I, el Imperio se dividió definitivamente a la muerte de
este último, dejándole a Flavio Honorio el sector de Occidente, con capital en Roma, y a Arcadio el sector
Oriental, con capital en Constantinopla.
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el imperio inca en el centro del continente americano; El imperio Inca, fue un gran imperio y una cultura
avanzada en el continente americano, antes de su descubrimiento por parte de los europeos. En líneas
generales, el Imperio se extendía desde el norte del Ecuador a la parte central de Chile y desde los Andes
hasta la costa. Los Incas fueron una tribu Peruana, que se cree, hablaba el Quechua y mitológicamente
hablando ellos procedían del Sur y fueron depositados en la llamada Cuenca de Cuzco, en donde
quedaron primitivamente confinados. Aparentemente los Incas extendieron su dominio por tribus vecinas
alrededor del año 1100 AC. Sin embargo, el Imperio Inca alcanzó su máximo esplendor en el siglo XV.
A pesar de toda su grandeza el Imperio Incaico escasamente existió más de un siglo. Con
anterioridad al año 1430 los Incas gobernaron solo el Valle del Cuzco. Ellos habían entablado una guerra
con los Chankas por algún tiempo, pero finalmente los derrotaron en una gran victoria en 1430. Esto
marcó el comienzo de una gran expansión militar. El Imperio Incaico conquistó e incorporó la mayoría de
las culturas en el área que se extendía desde el sur de Colombia hasta el centro de Chile. Los Incas
impusieron su modo de vida sobre las gentes que conquistaron. Para el tiempo que los españoles llegaron
la mayoría del área de los Andes, había sido totalmente controlado bajo las leyes de los Incas.
Los Incas desarrollaron una economía basada en una intensiva construcción de hileras de terrazas
en las montañas, en las que consiguieron una maestría en el arte hidráulico y de irrigación de las aguas.
Su civilización se congregó tanto en centros urbanos como en redes de caminos, lo que hoy en día se
pueden denominar carreteras. Tuvieron una administración eficiente, y consiguieron la maestría en artes
como en el refinamiento de metales trabajados, arquitectura eficaz y sobria, una artesanía singular en las
telas y su posterior acabado, una extraordinaria mano de obra en la alfarería, y en fin, en otras diversas
artes. La conquista Española significó el fin del Imperio Inca en 1532.
Como dato anecdótico y curioso, pero digno de tener en cuenta, el imperio de los incas, contaba
con cierto tipo de organización policial, sus miembros se llamaban tucuyricu, (el que todo lo ve).
Los tucuyricus, velaban por el orden y el cumplimiento de las leyes del soberano; estaban apoyados por
los michues, que actuaban como consejeros, inspectores y pesquisidores. (Ver anexo 2).
Otro imperio que sirve de ejemplo para el desarrollo del imperialismo fue; el imperio de Carlomagno
en Europa; el cual nace e en los albores del siglo VIII, el merovingio Regnum Francorum se encontraba en
plena decadencia, dividido en tres partes (Austrasia, Neustria y Borgoña) y gobernado, de facto, por los
mayordomos de palacio. Uno de ellos, Pipino, de Austrasia, destronó a Childerico III (743-751) y se coronó
rey en Soissons, por aclamación popular. Pipino, hijo de Carlos Martel, buscó la base jurídica para ello en la
figura del Papa Zacarías, obligado por las circunstancias a buscar un aliado fuerte frente al empuje de los
lombardos en la península italiana. Con él nacía, así, una nueva dinastía que trataría de fortalecer su poder
con el apoyo papal. A cambio, se iba a erigir en la protectora de la Iglesia romana.
En el plano político y militar, Pipino obtuvo importantes victorias contra los musulmanes y consiguió
sofocar una sublevación en Aquitania, a la vez que creó los Estados Pontificios. A su muerte, en 768, dividió
su reino entre sus dos hijos, Carlos y Carlomán
¿Quién fue Carlomagno?
La muerte en 771 de este último permitió que Carlos, el futuro Carlomagno (771-814), reunificara
nuevamente el reino, que constaba ya de Neustria, Austrasia, Aquitania, Borgoña y Provenza, y comenzara
una larga campaña de expansión de sus fronteras. Para ello, emprendió sucesivas campañas militares:
sometió a los lombardos y se nombró en 774 "Rex Francorum et Longobardorum", acabó en 796 con el
reino de los ávaros, cristianizó tras treinta años de luchas a los sajones y frisones, pero se vio frenado por
los musulmanes al otro lado de los Pirineos en su intento por llegar hasta el Ebro. (Ver anexo 3)
Los sucesores de Carlomagno
A Carlomagno le sucedió su hijo Luis el Piadoso o en latín Ludovico Pio (814-840) que era ya rey de
Aquitania y había conquistado Barcelona en 801, estableciendo el límite de la Marca Hispánica. Sin
embargo, como emperador hizo bien poco por la expansión del Imperio; entusiasta de la cultura y
profundamente religioso, entregó a la Iglesia el tesoro acumulado por su padre.
El movimiento artístico siguió floreciente gracias a algunos importantes centros culturales como
Metz, Tours o Reims. Sin embargo, a finales de su reinado se encontró con el levantamiento de sus hijos
mayores, Lotario, Pipino y Luis, entre quienes había repartido el Imperio y que se opusieron a la posterior
inclusión de Carlos, el menor. Tras la muerte de Pipino, por el Tratado de Verdún (843) quedaba dividido
finalmente entre los tres restantes: Lotario I recibió las tierras centrales (Lotaringia), Luis el Germánico la
parte oriental y Carlos el Calvo se quedaba con el reino de los francos occidentales.
La disgregación del Imperio se vio acentuada en 855, con la muerte de Lotario, quien repartió el
reino de Lotaringia entre sus hijos Carlos I, Lotario II y Luis II. No obstante, los dos primeros duraron poco,
con lo que Luis II pasaba a ser el nuevo heredero del reino de su padre en 869, a lo que se oponían sus tíos
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Luis el Germánico y Carlos el Calvo. Este último se hizo coronar rápidamente rey de la Lotaringia, pero al
final se vio obligado a aceptar su división entre ambos por el Tratado de Meersen.
Durante estos últimos años, los restos del Imperio Carolingio se encontraron con un nuevo peligro,
las incursiones vikingas que comenzaron a asolar sus tierras, pero en el campo cultural se alcanzó un nuevo
florecimiento de las artes, impulsadas por el mecenazgo imperial, fundamentalmente de Carlos el Calvo.
Decadencia del Imperio Carolingio
Tras los nietos de Carlomagno, sus sucesores ya no fueron capaces de conservar la estabilidad
imperial, y poco a poco se fue perdiendo la unidad política que se había conseguido con el mantenimiento
de un férreo control en manos del emperador. Las nuevas presiones externas obligaron a Carlos a
reconocer, mediante la capitular de Quierzy la posibilidad de que los grandes funcionarios carolingios
pudieran transmitir sus derechos territoriales a sus hijos, de forma que iban a aparecer grandes principados
de tipo hereditario que marcarían el nacimiento del feudalismo.
Pese a todo, los sucesores de la dinastía carolingia consiguieron mantenerse hasta el siglo X: en el
bloque oriental, a la muerte de Luis el Niño en 911 fue elegido rey Conrado de Franconia y, tras él, Enrique
I, fundador de la dinastía otoniana; mientras, en Occidente llegaron hasta 987, año en que fueron sustituidos
por los Capetos.
Otro imperio fue El de España tras la conquista La Conquista de América considerado uno de los
más importantes por ser el proceso histórico por el que se impuso el dominio europeo en el Nuevo Mundo
después edel contcto entreEuropa y América en 1942.
Este proceso comprende la exploración, la invasión y ocupación europea de territorios ya habitados
por los indígenas la conquista permitió el establecimiento de regímenes coloniales en América, así como el
atropellamiento, abusos y arbitrariedades por parte de los españoles hacia a los indígenas. A los europeos,
la conquista les permitió asegurar bienes materiales que tuvieron un papel fundamental en la acumulación
originaria que fue la base del desarrollo del capitalismo en los siglos siguientes, principalmente en los
Países Bajos, Gran Bretaña y Francia. La Conquista de América fue un proceso permanente, dado que
algunas sociedades indígenas opusieron una gran resistencia o bien, nunca fueron sujetas a los europeos.
España fue la potencia europea que llegó a conquistar la mayor parte de América. En parte, esto se
debió a que el descubrimiento del nuevo continente para los europeos fue realizado con el apoyo de
la Corona de Castilla y la de Aragón. Cristóbal Colón dio parte del hallazgo a Juan II de Portugal en 1493, al
volver de su primera expedición. Esto generó una serie de negociaciones entre España y Portugal que se
resolvieron mediante la intervención del papa Alejandro VI, que por una bula declaró legítima la posesión
española de todas las tierras encontradas más allá de cien leguas al oeste de las islas Azores
Con una ligera modificación posterior, esta bula repartió en el papel el continente entre España y
Portugal, sin embargo otras potencias europeas se sumaron a la conquista y colonización en América. Entre
ellas se encuentran Francia, Gran Bretaña, los Países Bajos, Rusia y Dinamarca. También se formaron
pequeñas colonias escandinavas en la costa oriental de lo que actualmente son los Estados Unidos. Los
pueblos americanos presentaron resistencia a la ocupación de los europeos, sin embargo, se hallaban en
desventaja. La tecnología bélica de los recién llegados era más avanzada y mortífera que la tecnología
indígena.
Los europeos conocían la fundición, la pólvora y contaban con caballos y vehículos de guerra. Los
americanos contaban con una tecnología lítica y carecían de animales de carga, pero eran superiores en
número y en conocimiento del terreno. Las enfermedades que los europeos llevaron a América para las
cuales los indígenas carecían de defensas cobraron miles de vidas y fueron un factor que pesó en contra de
las sociedades americanas, que en medio de la guerra también enfrentaron el desastre epidemiológico. La
historia de la Conquista de América ha sido relatada principalmente desde el punto de vista de los europeos.
Salvo en el caso de los mesoamericanos, los pueblos indígenas desconocían la escritura, de modo que los
registros de los hechos desde la perspectiva indígena consisten principalmente en relatos recuperados
algunos años después por los propios europeos. Se cuenta con ellos en los casos de Nueva España, el
Perú y Yucatán. . (ver anexo 4)
Los gobiernos coloniales, organizaron las economías de las sociedades americanas bajo su dominio
dentro de un sistema de comercio mundial, con el fin de que proveyeran metales preciosos y materias
primas a las economías de Europa, hasta conformar el mercantilismo, como política para el desarrollo de las
naciones europeas. Sin embargo, el proceso de gestión se llevó a cabo por un mecanismo de concesiones
privadas que, debido a su independencia no terminaba de agradar a Felipe II, que terminó cortando las
cabezas a todos los conquistadores españoles, excepto a Hernán Cortés, que renunció al poder y a la
autoridad retornando a España a vivir del dinero que consiguió.
En 1495, los reyes católicos prohibieron la esclavitud de los nativos, pero Inglaterra y otras
potencias impusieron sistemas de trabajo servil para los indígenas,14 y un extendido
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Una vez establecido un férreo control sobre el orden público, Napoleón abordó la creación de
nuevas instituciones y una serie de reformas que consolidasen los principios de 1791. En primer lugar,
elaboró un Código Civil (1804), un Código de Comercio (1807) y un Código Penal (1810) que sancionaban
la igualdad ante la ley, el derecho de propiedad, la libertad individual, de conciencia y de trabajo, y el libre
acceso a los cargos públicos. En segundo lugar, realizó una centralización administrativa, mediante
prefectos, representantes del jefe del estado en los departamentos que se encargaban de aplicar las
disposiciones del gobierno. Finalmente, desarrolló la enseñanza pública y la uniformización lingüística.
La acción exterior fue el otro gran componente de la etapa napoleónica. Tras su coronación como
emperador y la estabilización en el interior, Napoleón emprendió una política de conquistas y consiguió
dominar Europa desde el río Elba hasta la Península Ibérica. Pretendía crear un imperio con el centro en
Francia e implantar las instituciones revolucionarias en los territorios ocupados, quebrando así los
regímenes absolutistas. Su condición de invasor, el uso de la fuerza y la explotación económica de los
territorios conquistados generaron fuertes resistencias, no sólo por parte del absolutismo sino también de
liberales que oponían un sentimiento nacionalista al ocupante.
El dominio francés sobre Europa alcanzó su cénit en 1812. A partir de ese momento, el fracaso en
Rusia, las dificultades en España y la formación de una gran coalición europea (1813) provocaron el declive
de Napoleón. La ocupación de París por las fuerzas coaligadas, en 1814, comportó la destitución de
Bonaparte y el restablecimiento de los Borbones, en la persona de Luis XVIII. Napoleón fue confinado en la
isla de Elba, pero el descontento popular tras la restauración del absolutismo favoreció su efímero retorno
("Cien días"). Fue definitivamente derrotado por las potencias coaligadas en la batalla de Waterloo (1815) y
confinado en la isla de Santa Elena.
A partir de principios del siglo XIX, la función económica se vuelve predominante porque
corresponde a la lógica misma del capitalismo, que busca el control de las materias primas y de los
mercados. Sin embargo, su carácter nacional es todavía central en este período, y es Gran Bretaña el
prototipo de este tipo de imperialismo. Las conquistas coloniales de Africa; La presencia colonial de
Alemania en Africa no fue tan intensa como la de sus rivales Inglaterra y Francia, debido al colapso que
sufrió el imperio teutón con la derrota en la Primera Guerra Mundial (1914-1918). En la Conferencia de
Berlín, celebrada de 1884 a 1885, Inglaterra, Francia, Alemania y Bélgica discutieron sobre los territorios en
que querían imponer su dominio colonial y se repartieron el continente. Como suele ocurrir en las
conquistas de rapiñas, muy pronto las potencias coloniales entraron en contradicciones. Afloraron las
ambiciones por apoderarse de territorios que quedaron en poder de metrópolis rivales. La conflagración
mundial en que Alemania salió derrotada, hizo que perdiera sus colonias africanas. Su presencia se
extendió a la actual Tanzania, Camerún, Togo, Namibia y Witulandia, este último un pequeño enclave en el
Africa oriental que posteriormente Inglaterra incorporó al territorio de Kenya en particular fueron
características de la partición del sur entre zonas de influencia y explotación. Después de la Segunda
Guerra Mundial es EEUU quien toma el liderazgo del imperialismo, con una cierta competencia con los dos
otros polos de la triada: Europa y Japón. El análisis del fenómeno ha tenido su desarrollo.
Ya Carlos Marx señaló en El Capital la tendencia a la concentración del capitalismo, lo que implica
necesariamente su tendencia a adquirir un carácter internacional. En su obra de 1904 El imperialismo, J.A.
Hobson estableció la diferencia entre el capitalismo de libre intercambio, que caracterizó el siglo XIX, con
bases predominante nacionales, y el capitalismo de monopolio, que se desarrolló después con exigencias
de dominación internacional. R. Hilferding, en 1910, insistió sobre el carácter creciente del capital financiero
y sobre la importancia del Estado para apoyar el desarrollo capitalista. Rosa Luxemburgo estudió el
expansionismo y la agresividad de los grandes poderes, desembocando en el militarismo, todo ello en
función de la lógica de la acumulación del capital. Evidentemente, es Lenín quien publicó el libro más
conocido al respecto: El imperialismo, fase superior del capitalismo (ver anexo 8)
Ensayo de vulgarización, en 1917. Explicó el imperialismo como el resultado de la fase
monopolista del capitalismo: más y más concentración y cárteles para apropiarse de los recursos del
mundo; exportación de capitales y no solamente de mercancías; parasitismo de las burguesías; explotación
de las naciones oprimidas... Insistió sobre la vinculación entre el sistema económico predominante y los
problemas políticos del tiempo, en particular la guerra. Hoy día, imperialismo significa la articulación de
todas las partes del mundo en un sistema mundial único, caracterizado por las desigualdades de desarrollo,
desigualdades no en función de lo que algunos llaman un "retraso" de ciertas naciones frente al dinamismo
de otras, sino como exigencia de la lógica misma de la acumulación del capital (el intercambio desigual).
Es lo que Samir Amín, un economista egipcio, llama el "imperialismo colectivo", constituido por las
grandes empresas transnacionales, muchas veces con capital de varias partes del mundo. Frente a la
tendencia -típica del sistema capitalista- de una degradación de la tasa de ganancia (que Marx ya había
señalado), la salida es encontrar siempre nuevas fronteras de acumulación del capital. Durante mucho
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tiempo eso significó conquistar territorios. Hoy es diferente y por eso el capital no se opuso a la
descolonización. Hoy el papel del capital financiero es predominante. La extracción del sobreproducto se
hace por medios financieros (pago del servicio de la deuda, tasa de intereses, paraísos fiscales, entre
otros) o jurídicos (reglas de la Organización Mundial del Comercio, programas de ajuste estructural,
establecimiento de "zonas de libre comercio", como el ALCA).
Nunca antes, aun durante el tiempo más duro de la colonización, las metrópolis del norte extrajeron
tantas riquezas de sus periferias del sur como hoy día. Sin embargo el capital debe apoyarse sobre el
Estado para garantizar su estabilidad, asegurar el respeto de la propiedad y de las ganancias, crear
condiciones favorables a la acumulación, como la exención de impuestos, el establecimiento de
infraestructuras, la formación de la mano de obra, la reducción de su precio, etc. Eso se verifica en
particular en períodos de crisis, donde se favorece el dirigismo político, hasta las dictaduras, y la
militarización (buen medio de corregir las crisis de consumo y de sobreproducción, sin hablar de la función
muy positiva de la fabricación de armas, manera de hacer pasar fondos públicos a manos privadas). Frente
a la internacionalización de los procesos económicos, las grandes instituciones financieras hoy día un papel
similar, al servicio del proyecto neoliberal.
Hoy es EEUU quien, como única superpotencia mundial, asume este papel a escala internacional,
siendo la "globalización", precisamente, la fase superior del desarrollo del imperialismo. EEUU no
solamente arbitra la mayoría de las empresas transnacionales, sino que domina políticamente las
instituciones financieras internacionales (derecho de veto con 17% de los votos), se niega a aprobar la
mayoría de los tratados internacionales (Kioto a propósito del clima, el Tribunal Penal Internacional, las
minas antipersonales, el trabajo de los niños, la prohibición de armas químicas y biológicas, etc.) y tiene
bases militares en 121 países del mundo.
La guerra en Irak es un producto directo del imperialismo. El control de los recursos naturales,
petróleo y gas (Medio Oriente, Asia central, Africa del Este, Bolivia), minerales (Africa Central),
biodiversidad (América Central, Amazonia), agua y oxígeno, es una necesidad para la producción
capitalista. Las luchas contra el terrorismo, el narcotráfico, el despotismo... sirven de pretexto (útil) para
justificar las empresas imperialistas. Pero hay más todavía en la fase actual de la construcción del imperio
estadounidense. El documento del PNAC (Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, es muy explícito a
este respecto. Publicado en 1997 y completado en 2000, este plan sale de la constatación de que EEUU es
la única potencia mundial y que por eso tiene el deber moral de establecer "una hegemonía benévola"
sobre el mundo, sólo EEUU puede determinar quiénes son los buenos y los malos, no puede permitir que
ninguna otra nación, aun regional, sea una potencia rival a lo que debe aumentar su armamento y su
presupuesto militar, desarrollar una nueva generación de armas nucleares, hacer de las Fuerzas Aéreas
una fuerza de primer disparo en el mundo. Para establecer la "Pax Americana" debe construir bases sólidas
e indiscutibles, lo que va exigir, según el documento, un largo proceso, a menos que ocurra un evento
catastrófico y catalizador comparable al ataque de Pearl Harbor.
Ocurrido el El 7 de diciembre de 1941 cuando la aviación japonesa atacó la base naval de Pearl
Harbor por sorpresa en Hawaii, donde se concentraba la flota de guerra norteamericana del Pacífico. A
cargo de la base norteamericana en Pearl Harbor estaba el almirante Kimmel, jefe de la Flota del Pacífico.
El bando norteamericano menospreció la capacidad japonesa, ya que, a pesar de haber indicios de un
posible ataque, los americanos pensaban que esta operación requeriría los portaaviones japoneses, lo que
no haría posible que el ataque fuera de forma simultánea.
La Batalla de Pearl Harbor
La flota japonesa constaba de tres portaaviones, dos acorazados, dos cruceros pesados, uno ligero,
dieciséis destructores y tres submarinos. El 25 de noviembre el almirante Yamamoto da la orden de iniciar el
ataque. El silencio de la navegación es clave para el éxito de la operativa. Si se cruzaban con un barco de
origen americano, inglés u holandés deberían hundirlo, si era de otra nacionalidad, deberían capturarlo. No
utilizaron la radio para conseguir el silencio, mientras que otros barcos japoneses aumentaron sus mensajes
para desviar la atención del enemigo.
El día 6 de diciembre, en Washington se interceptaba y descifraba un mensaje japonés por el que
se daban instrucciones al embajador para que el día 7 comunicara oficialmente la ruptura de negociaciones.
El contenido del mensaje fue conocido por el almirante Stark, jefe de operaciones navales, a las 9,15 horas.
Treinta y cinco minutos más tarde pasó al secretario de Estado. 0La primera oleada contaba con 183
aparatos para atacar las bases aéreas norteamericanas en la isla de Oahu, la base de hidroaviones de
Kanehoe y, la isla Ford, donde se encontraba la base de la Flota. La segunda oleada estaba compuesta por
213 aparatos.
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bloquearon unas elecciones ocupando el país según los acuerdos de Ginebra de 1954, y dividieron Vietnam
en dos, creando un régimen títere en el sur. En los 60, se produjo una llegada masiva de tropas de EEUU
en lo que se convirtió en la invasión y ocupación del sur de Vietnam. Incapaz de ganar una guerra de
guerrillas, a pesar de emplear dos veces más capacidad explosiva que la empleada en toda la segunda
guerra mundial, y a pesar de los millones de vietnamitas muertos, asumiendo su incapacidad para "levantar
una nación" en Vietnam del sur, donde buscaba instalar un régimen corrupto de creación propia, los EEUU
fueron obligados por el creciente disenso de su propia opinión pública y por la incipiente rebelión entre el
escalafón mas bajo de sus propias filas, a retirarse de la zona, bajo el pretexto de la "vietnamización" de la
guerra.
Las turbulencias en la balanza de pagos de EEUU durante este periodo contribuyeron a que
disminuyera la hegemonía del dólar estadounidense como moneda global, y supuso el fin del patrón dólar-
oro. Décadas después de su retirada de Vietnam, la capacidad de intervención militar de EEUU se vio
afectada por lo que los expertos llaman el "síndrome de Vietnam", que se basa en la falta de voluntad de la
población estadounidense para comprometerse en intervenciones militares de cierta envergadura en el
extranjero.
La guerra en Vietnam, como otras guerras imperiales, reveló la lógica y límites del imperio
capitalista. A menudo se dice que los EEUU no tenían intereses económicos significativos en Vietnam que
justificaran una mayor intervención allí. Niall Ferguson, profesor de historia económica en la Universidad de
Nueva York y miembro honorario de la Institución Hoover declara en su reciente libro , Coloso: el precio del
imperio americano que "Los EEUU perdieron prestigio y credibilidad [en Vietnam]. Ese fue el motivo por el
que todo lo demás también se perdió". Esta óptica intenta reforzar la idea de que ya que los EEUU no
tenían nada material que perder en Vietnam, no debería haber otra razón de su permanencia allí que la
promoción de la libertad y la democracia. En realidad los objetivos de EEUU en Vietnam eran el
mantenimiento del imperialismo como sistema. En su mas amplio sentido, esto comprende objetivos que se
han agrupado tradicionalmente bajo el epígrafe de "geopolíticos"- por los cuales se sitúan los requerimientos
económicos, políticos y militares del imperio en un contexto estratégico que toma en cuenta los recursos
geográficos, demográficos y naturales de determinadas regiones. Tal comprensión geopolitica de la
expansión imperial y la defensa de su rumbo está, por supuesto, completamente de acuerdo con la
necesidad de una expansión lo mas grande posible de la economía capitalista mundial.
La guerra de Vietnam ilustra a la perfección la importancia de tales objetivos geoestratégicos. La
intervención de EEUU tenía como objetivo el control de la costa del Pacífico, y con ello rodear y "contener" a
China, como parte integrada en una estrategia general de dominación de los "bordes" de Eurasia: Europa
Occidental, la costa del Pacífico y el Medio Oriente. Las principales alianzas militares de EEUU se realizaron
en estos territorios, y a ellos destinaron la mayoría de sus recursos, para establecer y mantener una
presencia militar. Representaban de hecho las fronteras del sistema imperialista, en el cual los Estados
Unidos eran el poder hegemónico, por lo que hablamos de las fronteras ampliamente construídas por el
imperio norteamericano.
Desde este punto de vista, el enorme compromiso de los EEUU para asegurar Vietnam como parte
de su esfera imperial un compromiso mantenido por cinco sucesivos presidentes de ambos partidos - no
resultaba tan irracional, sino que formaba parte de una estrategia global. Para la clase dominante de EEUU,
sus estrategas y sus militares, la derrota en Vietnam se recuerda como un fracaso mayúsculo a la hora de
defender sus intereses. Durante los 70, la economía mundial entró en un estancamiento o crisis a largo
plazo, que continúa arrastrando a cada paso. En el mismo periodo la economía de EEUU sufre un
retroceso. Esta retirada parcial del escenario mundial tras Vietnam, mientras que reducía sus intervenciones
militares a pesar de los crecientes movimientos revolucionarios en el Tercer Mundo, es a menudo
interpretada, por parte de las élites civiles y militares de EEUU, como una fuente de enfermedad o debilidad
generalizada que afectaba directamente a su propio orden mundial.
El Retorno a la Guerra
Desde finales de los 70 Washington ha intentado reconstruir su capacidad de intervenir en guerras
imperiales. Las guerras encubiertas en Afghanistan y América Central fueron seguidas inmediatamenete por
el ejercicio directo del imperialismo americano en Líbano, Granada y Panamá. Con la caida de la Unión
Soviética y la desaparición de la misma dos años después, los EEUU rápidamente ocuparon su nicho de
poder, desarrollando intervenciones militares en Oriente Medio, en el cuerno de África, en la antigua
Yugoslavia... que previamente hubieran resultado impensables. Siguiendo a los ataques de septiembre de
2001, la invasión y expansión de EEUU en Afghanistán e Iraq, sumada a la construcción de bases militares
en la antiguas repúblicas Soviéticas de Asia central, conforman una vasta extensión del imperio americano
en estas regiones, antes inaccesibles.
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Tal expansión se ve posibilitada parcialmente por las ganancias económicas aunque su naturaleza
es transitoria- que EEUU obtuvo en los 90 frente a sus principales competidores económicos. Esta condición
dio suficiente confianza a los halcones "antiterroristas" de la administración de George W. Bush como para
explotar el miedo provocado por los ataques del 11-S, lanzando la Estrategia de Seguridad Nacional (ESN)
en septiembre de 2002. En ella se declaraba que los EEUU harían todo lo que estuviera en su mano para
prevenir la aparición de un competidor militar y no dudaría en iniciar una intervención bélica "preventiva" en
función de sus intereses de seguridad nacional. Esto no era otra cosa que una declaración de guerra
permanente, que dejaba claro el deseo de EEUU de blandir su poder militar para expandir a lo grande su
imperio y con ello fotalecer su posición geopolítica. Nunca antes en la historia del mundo moderno había
lanzado nación alguna semejante estrategia de largo alcance en pos de una dominación indefinida.
En la consideración historica oficial sobre la guerra de Vietnam se produjo cierto cambio, y esto
allanó el camino para las nuevas ambiciones imperiales de EEUU. Las interpretaciones conservadoras
sobre la guerra (de Vietnam, N.de T.) que proponían líderes militares y comentaristas de derechas que al
principio apenas fueron tomadas en serio en el debate público- pasaron a tener más influencia y ser mas
relevantes al mismo tiempo que el recuerdo de la guerra desaparecía. En el nuevo clima creado por el
deseo de hacer "permanecer en alto a América", la derrota de Vietnam fue cada vez más relegada a la
categoría clásica propagandística de "traición", que en esta ocasión fue atribuída a la deslealtad de los
medios y a extremistas entre la población civil.
El peso de esta reinterpretación se centra en el momento del giro de la guerra en la ofensiva
vietnamita del Tet de 1968. El Tet, se decía ahora, había sido una vibrante victoria militar para los EEUU y
las fuerzas armadas de Vietnam del Sur, quienes diezmaron a sus atacantes del Frente de Liberación
Nacional. Ocurre que en una "traición" de primer orden, según dicen, los medios de comunicación y una
minoría de disidentes frente a la guerra convirtieron en una derrota lo que había sido una victoria, y esto
provocó que Johnson arrojara a toalla.
En efecto: la opinión del "stablishment" adoptó el veredicto sobre la guerra ofrecido anteriorimente por el
general William Westmoreland, comandante de las fuerzas de EEUU en Vietnam, quien escribió en su
libroInformes de un soldado (1976) que la ofensiva del Tet fue " una aplastante derrota militar del enemigo,
en cualquier término... Desafortunadamente el enemigo consiguió en EEUU la victoria psicológica que no
pudo alcanzar en Vietnam, influyendo así sobre el presidente Johnson y sus consejeros civiles, quienes
ignoraban la máxima por la cual cuando el enemigo te está hiriendo no se debe disminuir la presión, si no
incrementarla". Para Westmoreland, hablando de la guerra de Indochina como un todo, "una falta de
determinación para mantener el rumbo.... demostró en Camboya, Vietnam del Sur y Laos que la alternativa
a la victoria era la derrota".
Las referencias sobre el fracaso de EEUU para "mantener el rumbo" se convirtieron en tema mayor
en los análisis conservadores de la guerra. Esta frase se empleó incluso en la propia guerra. Por ejemplo, el
presidente Johnson la utilizó en 1967 para comunicar su determinación de continuar la guerra. En otra
situación, Townsend Hopes, el subsecretario de la Fuerza Aérea, había presentado al secretario de Estado
Clark Clifford en 1968 una estrategia para "mantener el rumbo en una serie de años muy dañinos",
concentrándose simplemente en el control de las areas pobladas. Pero la frase alcanzó mayor importancia
posteriormente como eslógan de los halcones para explicar la derrota. Esto ocurrió cuando el destacado
periodista Stewart Alsop subrayó en su libro La permanencia de lo ejecutado (1973), que Winston Churchill
había declarado en su presencia : "América es un país grande y fuerte, como un caballo de tiro que arrastra
sin flaqueza ni desesperación al resto del mundo. ¿Pero podrá mantener el rumbo?" . Los halcones de
Vietnam, como el senador Henry M. Jackson citaban el comentario de Churchill en todo momento,
insistiendo en que los EEUU habían fracasado a la hora de mantener el rumbo en Vietnam, y que tal error
no debería cometerse de nuevo.
Tanta fuerza ha adquirido esta interpretación militar y de derechas de la guerra de Vietnam, que
ahora resulta ineludible encontrar en la actual guerra de Iraq. Así el presidente George W. Bush declaraba
con respecto a Iraq en abril del 2004 que "Tenemos que mantener el rumbo y mantendremos el rumbo",
mientras que su oponente electoral el senador John Kerry recordaba que los EEUU deben "mantener el
rumbo" en Iraq, añadiendo que "los americanos discrepan sobre si se debería ir o cómo se ha ido a la
guerra en Iraq. Pero resultaría ahora impensable para nosotros retirarnos atropelladamente de allí, dejando
atrás una sociedad profundamente enfrentada y dominada por radicales"
El camino al desastre en Iraq
Esta insistencia en mantener el rumbo a veces se ve reducida a una mera voluntad de parar el
derramamiento de sangre. De acuerdo con Max Boot, miembro histórico del prestigioso Consejo de
Relaciones Exteriores en suLos salvajes años de paz (un título tomado del poema de Kipling La tarea del
hombre blanco): "Toda nación comprometida en un gobierno imperial sufrirá algún revés. El ejército
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británico, en el curso de las pequeñas guerras libradas para la reina Victoria, sufrió importantes derrotas con
miles de bajas en la primera guerra afgana (1842) y en las guerras zulúes (1879). Esto no debilitó la
determinación británica de defender y expandir el imperio; al contrario, se abrió el apetito de venganza. Si
los americanos no pueden adoptar semejante mentalidad "ansiosa de sangre" , entonces no tienen nada
que hacer frente a la gestión de un imperio."
Pero la adopción de tal mentalidad "ansiosa de sangre" algo de lo que Washington no carece hoy
día- no salvará a los EEUU en Iraq. A pesar de la tan cacareada "victoria" en Faluya donde el nivel de
destrucción desatada contra una ciudad de un país ya ocupado, probablemente no tenga parangón en la
historia contemporánea- los planificadores de la guerra trabajan constantemente para encontrar un modo de
prevenir una derrota que no deja de parecer cada vez más inevitable. La última diagnosis relevante sobre la
guerra de Iraq la ha lanzado Anthony H. Cordesman, experimentado consejero de seguridad nacional para
el departamento de Defensa, especializado en cuestiones de energía y Oriente Medio, y que ya supervisara
la guerra del Yom Kippur para el departamento de Defensa en 1974. Cordesman es ahora colaborador de
Alreigh A. Burke en asuntos de estrategia para el Centro de Estudios Estratégicos e Internacional de
Washington, y analista de seguridad nacional para ABC News. En su informe Maniobrando en el rumbo: una
estrategia para reformar la política de EEUU en Iraq y Oriente Medio(Cuarta edición, 22 de noviembre de
2004, csis.org). Cordesman opina que los EEUU no deberían "mantener el rumbo" si no resulta una
estrategia pragmática que él denomina "operar en el rumbo": "Los Estados Unidos se enfrentan a
demasiado odio y resentimiento por parte de los iraquíes como para intentar mantener su postura frente a la
posibilidad de un fracaso evidente, y alcanzar ahora cualquier acuerdo satisfactorio en términos políticos
aceptables por los iraquíes implica que los EEUU deberían retirarse en gran medida de Iraq a lo largo de los
dos próximos años". Mas aún: dado el nivel de fracaso alcanzado, la posibilidad de una derrota militar en
Iraq ha de ser considerada. " Las excepciones de los últimos éxitos militares de EEUU en Iraq" afirma,
"pueden ser los mejores resultados que consiga nunca, o podrían ser mejorados. Los EEUU pueden ganar
casi con toda seguridad cualquier batalla, pero no está nada claro si pueden ganar la guerra política y
económica".
Cordesman cree que los EEUU sólo pueden evitar una derrota clara -y su consiguiente pérdida de
prestigio- en Iraq renunciando a sus objetivos imperialistas. Como ya declaró en una entrevista para el
Consejo de Relaciones Exteriores a finales de Noviembre : "Nunca dijimos a los iraquíes que no tomaríamos
su petróleo, que no les robaríamos su economía, que no estableceríamos bases militares, que nos
marcharíamos de allí cuando un gobierno electo iraquí nos lo pidiera. Nunca dijimos que cualquier gobierno
electo nos fuera a parecer adecuado." Como describe en Mantiendo el rumbo:
Los EEUU deberían abandonar "claramente" los siguientes objetivos:
1) Utilizar Iraq "como una herramienta o palanca para transformar la región";
2) Utilizar Iraq como "una base militar de EEUU"
3) Interferir en la "independencia de Iraq en todo aspecto relacionado con su política, economía y
sobre todo, su petróleo"
4) Promover una "transparencia total" en las relaciones de EEUU con la economía iraquí.
Los acuerdos de EEUU, insiste, deben incluir el compromiso explícito de retirarse de la llamada
Zona Verde de Bagdad, que no puede ser mantenida como un cuartel imperial en un Iraq supuestamente
independiente.Los EEUU, advierte Cordesman, deberían limitar sus objetivos a la creación de un gobierno
estable, apoyado por una fuerza militar iraquí adecuada; aunque el nuevo régimen politico resulte tan sólo
ligeramente mejor que el de Saddam Hussein y se muestre abiertamente opuesto a EEUU.
Si Washington consigue un "éxito" en este aspecto, asegura, puede considerarlo oficialmente una
"victoria" y salir del país en el curso de dos años con el mínimo daño sobre su credibilidad como poder
imperial. Sin embargo, en caso de que fracasen en su intento de posibilitar una solución política estable o un
adecuado ejército iraquí en el periodo previsto cosa que parece estar ocurriendo- los EEUU precisarán
hacer nuevos planes ante la posibilidad de una derrota clara. "Incluso una 'victoria' en Iraq" nos dicen, "será
muy relativa, y la derrota" que puede darse en formas innumerables, vista la manera en que los Iraquíes se
muestran fuera de control, "obligará a EEUU a reforzar su posición en toda la región".
Para Cordesman, resulta más importante reemplazar a las fuerzas de EEUU por efectivos iraquíes
que la consolidación de un régimen estable. "La 'iraquización' " escribe, "debe ser muy calculada, o Iraq será
un espejo del fracaso de la 'Vietnamización' en Vietnam: las victorias militares de la Coalición serían cada
vez más irrelevantes". Tras un detallado informe sobre las fuerzas iraquíes y su entrenamiento concluye
que: "las fuerzas de seguridad y militares iraquíes ahora mismo son muy débiles para asegurar nada, y muy
probablemente esto se mantenga así hasta bien entrado 2005... Los EEUU sólo pueden 'maniobrar en el
rumbo' de forma efectiva si acuerdan con el Gobierno Interino de Iraq que se superen los aproximadamente
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28.000 efectivos (iraquíes) en el ejército y el número global de 40-55.000 hombres que los EEUU considera
"mínimo" para el conjunto de fuerzas militares, para militares y la Guardia Nacional".
La verdad es que la presencia de 150.000 soldados estadounidenses en Iraq, lo cual ha limitado
seriamente el número general de efectivos disponibles de EEUU, no ha sido suficiente, ni siquiera con el
apoyo de tropas británicas, para enderezar el país. "Los EEUU ya han asumido que pueden ganar
virtualmente cualquier confrontación militar directa, pero que no pueden dar seguridad al país...Como en
Vietnam, si el gobierno interino iraquí no puede ganar la batalla política, las victorias en el campo militar son
irrelevantes". Considerando el caos político en Iraq y la dificultad de posibilitar una solución política, o
incluso de evitar el estallido de una guerra civil, Cordesman cree que los EEUU necesitan concentrarse en
cómo resituarse en Oriente Medio en caso de derrota: desatar una campaña de contrainsurgencia es una
posibilidad; los EEUU no deberían permanecer en Iraq si éste se hunde en la guerra civil.
Nadie puede garantizar el éxito en Iraq; ni que Iraq se suma en la guerra civil, o se una bajo un
liderazgo, o se divida bajo criterios confesionales y étnicos... una cosa es participar en este juego, y otra
muy distinta intentar bregar con la derrota reforzando las condiciones de fracaso o "doblando la apuesta". Si
para 2006 se hace meridianamente claro que los EEUU no pueden ganar con su actual nivel de esfuerzo,
y /o si la situación se deteriora hasta el punto de que no exista ni gobierno interino ni fuerzas armadas
irquíes que apoyar, entonces el juego se acabará. Ya no será el momento de replegarse, si no de correr.
Cordesman asegura que si los Estados Unidos se vieran obligados "a correr", tambien deberían
ofrecer ciertas seguridades a los gobiernos de los "Estados amigos del Golfo y otros aliados árabes". Esto
sería para prevenir una expansión de la Yihad islámica en Afghanistan, tras posibles declaraciones
islamistas sobre la "victoria" en Iraq. Al mismo tiempo los EEUU deberían evitar que Irán interviniera en Iraq.
Los EEUU recibirían mas presión que nunca en relación al problema palestino israelí. Finalmente, se
deberían planificar alternativas para afrontar la amenaza que podría sufrir la posición estratégica de EEUU
respecto al petróleo de Oriente Medio, requiriéndose que los EEUU no se retiren de la zona, sino que
aumenten su implicación en ella en general.
En Maniobrando en el Rumbo, se deja bien claro de que el mayor interés de los Estados Unidos en
Iraq, así como en todo Oriente Medio, es el petróleo. Los continuados ataques de la resistencia iraquí sobre
los oleoductos han limitado el flujo de petróleo desde Iraq, dañando así uno de los principales objetivos de
EEUU, y posibilitando su fracaso general. En el caso de una derrota clara y una retirada de EEUU de Iraq, la
situación el torno al petróleo sería aún más crítica. Según Cordesman "Los EEUU pueden y deben
encontrar sustitutos del petróleo, pero esto llevará décadas. Mientras eso ocurre, los EEUU y la economía
global iran dependiendo cada vez más de las importaciones de energía, particularmente de las del Golfo".
De acuerdo con las estimaciones desarrolladas en la Previsión Internacional de la Energía de 2004,
documento elaborado por la Agencia de Información sobre Energía (AIE) de los EEUU, se espera que a
finales de 2025 tan sólo los paises industrializados incrementen en 11,5 millones de barriles diarios sus
importaciones adicionales desde la OPEC, que ya en 2001 estaban datadas en 16.1 millones, siendo el
Golfo pérsico quien facilite más de la mitad de esa cantidad. Se espera que EEUU doble su importación
desde el Golfo. Al mismo tiempo, se espera que aumente dramáticamente la demanda de crudo de China y
otros países en crecimiento. La importancia estratégica del petróleo para la economía mundial crecerá en
proporción.
Para poder afrontar esta demanda de producción adicional, la AIE estima que se deberían invertir
mas allá de 1,5 trillones de dólares en Oriente Medio, entre 2003 y 2030. El mayor potencial activo,
destinado a largo plazo, para las inversiones dedicadas al aumento de la producción de crudo, se dará en
Iraq, ya que numerosos analistas e instituciones (por ejemplo el Instituto Baker, el Centro para el Estudio de
la Energía Global, la Federación de Científicos Americanos) creen que, además de sus reservas
confirmadas y estimadas en 115 billones de barriles de crudo, en el 90% del territorio inexplorado de Iraq
podría haber una reserva de 100 billones o más. (Estimaciones provinientes de otras agencias, como el
Servicio de Vigilancia Geológica de EEUU, son menos optimistas, estimando una media de 45 millones).
De acuerdo con Cordesman, el principal "problema práctico" que presenta el Golfo Pérsico a la
economía mundial es la enorme inversión que se necesita para el crecimiento de la producción de crudo en
Oriente Medio, lo cual es preciso para asegurar un suministro adecuado al consumo futuro. No sólo hay que
posibilitar estas investigaciones; también hay que protegerlas. En este aspecto, a los EEUU no les va a
resultar tan fácil dejar Iraq o abstenerse de incrementar su participación en Oriente Medio en caso de verse
obligados a abandonar el país. En relación a la mayoría de análisis que son formulados en los círculos de la
seguridad nacional de los EEUU, el Maniobrando en el rumbo de Cordesman , a nuestro juicio, está imbuído
de un fuerte realismo.
Resulta por ello razonable preguntarse si los poderes que gobiernan los EEUU seguirán sus
recomendaciones, comenzando por renunciar a todos los objetivos imperiales en Iraq. Creemos que esto no
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va a ocurrir. La frase en boga sigue siendo "mantener el rumbo". El 30 de marzo de 2004, James
Schlesinger, antiguo Secretario de Defensa con Nixon y Ford, y Thomas Pickering, antiguo embajador en
Rusia y subsecretario de asuntos políticos con Clinton (ambos copresidieron la comisión del Consejo de
Relaciones Exteriores que elaboró el informe Iraq: un año después), elaboraron un editorial conjunto en el
diario Los Angeles Times, en el que defendían que Iraq debería permanecer "por encima de la política" y
que los EEUU deberían "mantener el rumbo". Las razones exhibidas incluían la prevención de la influencia
de Irán sobre Iraq, garantizando así "una estabilidad a largo plazo en la producción y suministro de crudo";
el bloqueo del posible surgimiento de un nuevo poder en Iraq, opuesto a los EEUU; y evitar la percepción de
una derrota americana, que serviría para desestabilizar el poder de EEUU y sus intereses en Oriente Medio
y a nivel global. Resumiendo, habían de ser mantenidos a toda costa los objetivos imperiales por los que los
EEUU intervinieron en la región.
Nada de lo podemos observar en Washington en la actualidad sugiere que esta visión dominante
vaya a ser modificada. Aunque entre la élite de la jerarquía social está bien arraigada la certeza de que
EEUU afrontará una serie de desastres si se dedica sólo a disparar, dejar de hacerlo se percibe como una
garantía de un desastre mayor: la confesión de una derrota que disminuirá la capacidad de EEUU para
hacer nuevas guerras a su voluntad en el Tercer Mundo, y por tanto la capacidad del empleo de la fuerza
bruta para promover sus designios imperiales. Por otra parte, aún resta la cuestión del petróleo iraquí y su
control. Así, según la óptica de la clase dominante, incluso un fracaso a la hora de establecer un régimen
político estable y una fuerza armada para defenderlo, no significa necesariamente que los EEUU abandonen
el lugar. Thomas Friedman, columnista de opinión en el New York Times, y cuyos puntos de vista se pueden
tomar habitualmente como un buen barómetro de la opinión del "stablishment", concluye el 18 de noviembre
de 2004 un informe sobre Iraq con esta declaración: "Sin un entorno adecuado que facilite la elección y
actividad de un nuevo liderazgo, Iraq nunca podrá andar sin ayuda, y las tropas de EEUU siempre estarán
allí". La idea que se desprende de aquí es que la ocupación de los EEUU continuará indefinidamente en
caso de que no se consiguiera el objetivo de una situación política estable adecuada a los EEUU. Dadas las
enormes reservas petrolíferas de Iraq, Washington podría estimar conveniente pagar no importa que coste
si al final existe una recompensa que lo justifique.
Si esta lectura de la determinación del liderazgo de EEUU para mantener el rumbo es correcta,
parece ser el imperialismo en Iraq va seguir recibiendo golpes, si es que éstos no incrementan su intensidad
cada vez mas. La presencia continuada de tropas de EEUU significará que el ejército norteamericano
seguirá cobrándose su cuota de sangre (que ya ha descendido al nivel de la tortura sistemática y de la
reintroducción del napalm, prohibido por las NNUU desde 1980), y la oposición iraquí a los "libertadores"
americanos sólo podrá aumentar. Mientras, cualquier gobierno iraquí que resulte elegido bajo estas
circunstancias deberá elegir entre oponerse a la ocupación de EEUU o perderá toda legimitidad ante la
sociedad iraquí. Puede que la invasión y ocupación de Iraq por EEUU esté generando las condiciones para
una guerra civil, encendiendo la mecha del polvorín de Oriente Medio. Para hacernos una idea de la
seriedad de esta situación, sólo hemos de mirar como el ejército israelí arma y entrena a las milicias kurdas,
con el objetivo de lanzarlas luego, en caso de necesidad, contra las fuerzas sunníes y chiíes de Iraq. La
posesión por parte de Israel de cientos de armas nucleares recuerda en todo momento la amenaza que
supone la "opción Sansón", en caso de que éste gobierno o su ocupación de Palestina se sientan
amenazados.
Sería temerario aventurarnos en mayores especulaciones. Pero no hay duda que al invadir Iraq, los
EEUU han abierto las puertas del infierno, no sólo para los iraquíes y para todo Oriente Medio, sino para su
propio dominio imperialista. Aún se han de ver las consecuencias reales del fracaso de EEUU en Iraq, y a
ello podremos asistir en los meses y años venideros.
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Conclusión
En resumen, el imperialismo como fenómeno económico y político contiene cinco rasgos
fundamentales:
1) concentración de la producción y del capital, de un grado tan elevado de desarrollo que ha
creado los monopolios, los cuales, desempeñan un papel decisivo en la vida económica del mundo
2) fusión del capital bancario con el industrial, creándose el capital financiero y, de éste proceso,
surge la oligarquía financiero
3) exportación de capital, a diferencia de la exportación de mercancías, adquiere una importancia
particular
4) formación de asociaciones internacionales monopolistas de capitalistas, las cuales se reparten el
mundo,
5) culminación del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas más importantes.
Durante el último cuarto del siglo XIX, la industria capitalista se ve involucrada en una revolución
técnica. Como la primera, la segunda revolución industrial modifica esencialmente la fuente de energía para
la producción y los transportes. Al lado del carbón y del vapor, el petróleo y la electricidad hacen ahora girar
las ruedas y las maquinarias.
La revolución industrial de fines del siglo XIX, modificó la importancia relativa de las diferentes
ramas industriales en la economía mundial. Durante un siglo, el algodón y el carbón habían sido los
productos más importantes. Pero ahora el acero ocupa el primer lugar, seguido inmediatamente por la
construcción mecánica y la producción de automóviles. En ese momento, Gran Bretaña pierde
definitivamente su preponderancia industrial y su monopolio de productividad, ya que la revolución
energética favorece, sobre todo, a los Estados Unidos, porque éste poseía abundante petróleo.
En esta estructura económica-política de los países más poderosos, aparece Venezuela, como
fuente proveedora de energía barata. Comenzando el siglo XX, el imperialismo, ya se había trazado como
objetivo sojuzgar a la patria de Bolívar porque tenía suficiente información acerca de las inmensas riquezas
de nuestro subsuelo, en especial, petróleo. Es así que Gran Bretaña, logísticamente apoyada en sus
posesiones coloniales de Guayana, ocupó militarmente sesenta mil millas cuadradas de territorio
venezolano, en el que subyacen invalorables yacimientos de oro, diamantes, bauxita, etc.
No sólo Gran Bretaña pretendía apoderarse de los recursos minerales de Venezuela, también
pugnaba los Estados Unidos. En este sentido, la Nacional Asphalt Co., que en 1886 había absorbido la New
Cork & Bermúdez Co., pretendía apoderarse de las minas de asfalto de Venezuela, a fin de librarse de la
competencia y dominar a su antojo la producción y mantener el precio. Al respecto, César Zumeta le
escribió al Presidente Cipriano Castro, diciéndole “Se anuncia que la Nacional Asphalt Co., se ha transado
con el dueño de La Felicidad, que entra a formar parte del Trust y quedará sujeta a las mismas restricciones
de la Bermúdez. Tengo confirmación privada de esta noticia, y sé además que se están negociando nuevos
depósitos en esta ciudad (Trinidad). Esta lucha no nos promete sino nuevas complicaciones cada día más
llenas de peligros, y el único medio de ponerle cese a tan grave abuso parece ser la adopción de una
medida radical que ponga a cubierto del Trust el resto de la región bituminosa”.
Bibliografía
McChesney, ed., Pox Americana (New York: Monthly Review Press, 2004), 5156.
Michael Klare, "The New Geopolitics," John Bellamy Foster y Robert W.
Robert Buzanco, Masters of War: Military Dissent and Politics in the Vietnam Era (Cambridge University
Press, 1996).
Seymour M. Hersh, Chain of Command: The Road from 9/11 to Abu Ghraib (New York: HarperCollins,
2004), 35660, y The Samson Option: Israel's Nuclear Arsenal and American Foreign Policy (New
York: Random House, 1991).
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The Pentagon Papers, vol. 4 (Gravel edición, Boston: Beacon Press), 668; Noam Chomsky, "Prefacio" en
Peter Limqueco y Peter Weiss, ed.; Prevent the Crime of Silence: Reports from the Sessions of
the International War Crimes Tribunal founded by Bertrand Russell (London: Penguin, 1971),
19 ; Dorothy Fosdick, ed., Staying the Course: Henry M. Jackson and National Security (Seattle:
University of Washington Press, 1987), 190.
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Anexos
ANEXO 1
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El imperio romano
Tribus americanas
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ANEXO 2
Anexo 3
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Carlos Magno
Imperio Carolingio
ANEXO 3
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Cristobal Colon
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La polvora
El cristianismo
ANEXO 5
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El papa Alejandro VI
ANEXO 6
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El Rey Felipe II
ANEXO 7
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Napoleon Bonaparte
Lenin
ANEXO 9
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El ALCA
E.E.U.U.
ANEXO 10
El ataque a Pearl Harbor
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ANEXO 11
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El imperislismo
El capitalismo
AUTOR:
KarlaCarreño
BARQUISIMETO, JUNIO 2012
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