Resumen Final Historia II - Buchiazzo

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Buchiazzo, M. J.

- Historia de la
Arquitectura Colonial en
Iberoamérica.
CAPITULO II: El primer choque con las culturas
indigenas
En el primer momento del descubrimiento de America, es decir, el que corresponde a los viajes de
Colon y los llamados “viajes menores”, los europeos solo encontraron en su camino miseras
poblaciones de indios sin cultura alguna. Era un mundo sorprendente por lo novedoso y enorme
de su flora y su fauna, pero que bajo el punto de vista cultural nada significaba a los ojos de los
conquistadores. Mas, al producirse la conquista de Tierra Firme el panorama iba a cambiar por
completo. Las expediciones de Hernandez de Cordoba, Grijalva, y sobre todo Hernan Cortes, iban
a enfrentarse con pueblos poderosos no solo militarmente, sino tambien culturalmente. Por
primera vez iba a producirse el encuentro, el impacto de un mundo sobre otro, y puesto que de
ese choque surgirian los primeros monumentos significativos de America, bueno es que
analicemos sumariamente el panorama artistico que encontraron los españoles.

Las religiones idolatricas y sanguinarias de los pueblos mexicanos fueron tan absolutas y
subyugantes que puede decirse que practivamente toda la vida giraba en torno a ellas. No nos
han llegado los restos o ruinas de ninguna ciudad de importancia, pero en cambio abudan
extraordinariamente lso conjuntos sagrados, en los cuales la gran piramide o “teocalli” formaba el
centro visible y dominante. Desde Tula hasta Quirigua, de Tajin a Mitla, todo el territorio de los
actuales paises de Mexico y Guatemala esta sembrado de ruinas nahuas y mayas, cuya
grandiosidad y originalidad debio de causar el asombro de los españoles.

Sabido es que las religiones de los pueblos tanto nahuas como mayas tenian como caracteristicas
comunes un ritual complicado y sanguinario, en el que el sacrificio de los guerreros y esclavos
tomados al enemigo era parte principal. Estas ceremonias tenian por escenario vastos recintos o
explnadas en cuyo centro se levantaba la piramide coronada por el templo propiamente dicho.
Veamos un conjunto tipico, por ejemplo Teotihuacan: a lo largo de una gran avenida de mas de
dos kilometros de longitud, impropiamente llamada hoy “calle de los muertos”, se encuentran los
principales monumentos que constituyen el conjunto sagrado. La piramide de la Luna cierra dicha
avenida en su extremo norte. Luego, a u costado, se encuentra la piramide del Sol, mas
importante que la anterior, con una altura de 65 metros, 200 metros de lado en su base
cuadrangular y un volumen de 1.300.000 metros cubicos de piedra, casquijo y tierra. Entre esta
piramide y la calle de los muertos se extendia una gran explanada. Findalmente, llegando al
extremo de esa avenida o eje central, se encuentra la llamada “ciudadela”, enorme recinto
cuadrado formado por una plataforma perimetral sobre la cual se levantaban piramides truncadas,
y en el costado este del recinto el templo de Quetzalcoatl, constituido por una piramide con
escalinatas en sus cuatro caras. Y aun cabria agregar a todo este conjunto la poblacion misma,
que se extendia enormemente por los alrededores, y de la cual estan apareciendo día a día
nuevos restos.

Caracteristicas fundamentales de esta arquitectura eran la elevacion, la monumentalidad y la


externacion. Aun cuando no todas las piramides alcanzaron el tamaño de la del Sol en
Teotihuacan, siempre fueron de grandes dimensiones y levantadas sobre plataformas que
contribuian a realzar su altura. Las hay de gran variedad de tipos; casi siempre de planta
cuadrada, con escalinata en una cara, en dos, o en las cuatro; con sus caras lisas, o escalonadas,
decorados o no, etc. Generalmente las caras estaban interrumpidas por fajas verticales donde se
concentraba la decoracion, alternando dichos tableros verticales con los muros en talud. La
decoracion de esas fajas consistia en motivos zoomorficos --como por ejemplo la serpiente
estilizada--, o geometricos, a manera de grecas o de nichos, como en la piramide de Tajin, cerca
de Veracruz. Estas decoraciones, habilmente realizadas en piedra y acentuadas por el uso del
color, lograban grandiosos efecto por la multiplicacion y repeticion de los motivos. Las piramides
estaban coronadas por templos, pequeños desde luego, de modo que las sangrientas ceremonias
pudiesen ser vistas por toda la poblacion. Estos templos consistian en un pequeño ediculo con
una a tres camaras muy reducidas, de modo que toda la ceremonia se realizase al aire libre y
nunca en recintos cerrados.

Ademas de los templetes que coronaban las piramides, tuvieron grandes templos separados,
colocados invariablemente sobre plataformas, conteniendo muchos locales pero siempre de
dimensiones reducidas. Los indigenas americanos irgnoraban el uso de la boveda, lo que los
obligo a techar sus recintos con losas de piedra o con troncos, reduciendose la posiblidad de
salvar grandes luces. El uso de la columna fue en general raro, y si bien aparece este elemento
arquitectonico en edificios tan viejos como los de Tula, solo adquiere importancia en dos
monumentos: la llamada sala de las columnas de Mida y el templo de los guerreros o de las mil
columnas de Chichen-Itza. En los templos vuelven a repetirse las caracteristicas esenciales que
hemos citado al hablar de las piramides, mueros verticales o en talud, tableros muy decorados,
multiplicacion de los elementos decorativos y siempre el aspecto de moles enormes pero sin
espacio interior, arquitectura volcada hacia afuera, en una extraversion manifiesta y dominante.
Otro tanto cabria decir que los llamados palacios, que no eran residencia de reyes o caciques sino
edificios tambien vinculados al culto; de los observatorios; y de los juegos de pelota. Estos ultimos
merecen un par de palabras: eran vastos recintos rectangulares, abiertos en una de sus
extremidades, con graderias en uno o dos de los costados mayores. El campo de juego se dividia
en dos sectores, que representaban el dia y la noche, y los bandos rivales jugaban con una pelota
de hule –material de origen mexicano-- que no debia tocar el suelo. En las canchas de los ultimos
tiempos precolombinos se agrego una innovacion, consistente en un gran anillo de piedra
colocado a unos tres metros del suelo, por el cual debia pasar la pelota para lograr el triunfo. La
pelota debia impulsarse con los antebrazos, los muslos o las caderas, pero jamas con las manos.
Entiandase bien que estos juegos eran sagrados, formando parte del ritual, asi como las canchas
de pelota eran parte integrante de los conjuntos arquitectonicos sagrados. Las mas importantes y
tipicas canchas se encuentran en Monte Alban y Chichen-Itza.

Esta rapidisima descripcion de las arquitecturas precolombinas de Mexico y Guatemala nos situa
de lleno frente al problema del encuentro con los conquistadores. Pueblos numerosos,
habilidismos en el arte de tallar la piedra, de usar los colores, de trabajar minuciosamente la
ofebreria o el jade, de hacer maravillosos mosaicos con plumas de pajaros o con piedras duras,
pero totalmente ignorantes del espacio interior. Pueblos extravertidos, incapaces de concebir los
ambitos cerrados a que estaban acostumbrados los europeos. Pueblos a los cuales el penetrar
bajo una boveda debia producir una sensacion de opresion, de claustrofobia, de terror cueviforme.
Ya veremos mas adelante como los indigenas tuvieron que comenzar por vencer ese miedo, para
luego aprender la tecnica del abovedamiento. Fue un doble proceso espiritual y tecnico, en el que
mas dificil les fue vencer el miedo que aprender a colocar las dovelas. Tal era el cuadro de la
America Central cuando llegaron las huestes de Hernan Cortes: dos mundos totalmente distintos,
ignorantes por completo los unos de los otros, dos religiones diametralmente opuestas, basada
una en la idolatria sanguinaria, otra en un espiritualismo dogmatico; choque gigantesco del cual
surgirian expresiones totalmente nuevas para el campo que estamos estudiando.

Desde luego, la primera obra de los conquistadores fue la creacion de poblaciones, en prevision
de lo cual los Reyes dedicaron todo un capitulo de las famosas Leyes de Indias al trazado de
ciudades. La primera promulgacion de dichas leyes data de 1523, y en el Libro IV se detalle
minuciosamente como debia procederse a la fundacion de ciudades y, sobre todo, como tenian
que trazarse. Asi, en el Titulo VII, Ley I, se establecia que cuando la fundacion fuese a orillas del
mar, la ciudad debia asentarse sobre un sitio alto yfortificable, teniendo en consideracion el abrigo
y la profundidad del puerto, y si fuese posible, que el mar no quedase a Mediodia ni a Poniente.
Disponia despues que se hiciera la planta de la ciudad a regla y cordel, comenzando desde la
plaza mayor y sacando de ella las calles al puerto y camino principales, dejando tanto campo
abierto que aunque la poblacion fuese en aumento se pudiera siempre proseguir y dilatar en la
misma forma. Establecian las leyes que la plaza en poblaciones maritimas debia dar directamente
al puerto, y en ciudades medterraneas ocuparia el centro de la poblacion. El templo mayor debia
edificarse siempre sobre gradas, de modo que fuese elevado y visible; establecia tambien el sitio
que ocuparian las Casas Reales, Cabildo, Aduana y Atarazana. Las plazas no debian tener menos
de 200 pies de ancho por 300 de largo, ni mas de 800 por 500. De la plaza mayor debian salir
cuatro calles principales, dos por cada esquina, y estas esquinas debian mirar a los cuatro vientos
principales de la region. En las zonas frias las calels debian ser anchas y en las zonas calientes
angostas; hasta 300 pasos alrededor de las murallas no debian edificarse casas, y en los sitios
peligrosos las calles serian muy anchas para que la caballeria pudiese maionrar.

Salvo contadas excepciones, todas las ciudades americanas se trazaron siguiendo estas normas;
en muchos casos el propio fundador era quien daba las trazas o planos, como parece que sucedió
en Buenos Aires; en otros casos un arquitecto o alarife procedia a trazar la plaza, calles y solares
que eran luego repartidos por el fundador o conquistador. Tal es el caso de Mexico, cuyo plano fue
hecho por el alarife Alonso Garcia Bravo, o el de Queretaro, del cual dicen los documentos del
siglo XVI que “esta muy galanamente fundada en forma de un juego de ajedrez según lo trazo
Juan Sanchez de Alanis con grandes y espaciosas calles en muy buen concierto y orden”.

Dado el espiritu fuertemente religioso de los conquistadores españoles, una de las primeras
preocupaciones fue la de levantar de inmediato la iglesia mayor de cada ciudad. Logicamente,
todas fueron al principio unos miseros ranchos o ramadas, pero pronto se los reemplazo por
edificios de mas valía. La inmensa mayoria de estas primeras iglesias ha desaparecido,
reemplazadas por templos de mas importancia, pero no obstante nos han llegado algunas que
permiten saber como fueron estas iglesias primitivas. Es interesante observar que, lo mismo que
los cristianos posteriores al edicto de Milan, recurrieron a las estructuras basilicales para sus
primeros templos. El ejemplo mejor conservado es el de Zacatlan, en Puebla, basilica de tres
naves techada en terraza con troncos de madera. Sus naves estan separadas por arcos de medio
punto que recaen en columnas toscanas con el fuste estriado. Unos grandes medallones decoran
las enjutas de los arcos; la iluminacion se produce por las ventanas de las naves laterales, ya que
la nave central es de igual altura que las adyacentes.

El abside, en lugar de ser semicircular, es rectangular, caracteristica muy española que veremos
repetirse en casi toda la arquitectura colonial americana. Otro caso interesante es el de la primitiva
catedral de Mexico, hecha hacia 1532 por el arquitecto Martin de Sepulveda; era tambien de tipo
basilical, pero en lugar de columnas toscanas tenia pilares ochavados a la manera mudejar,
apoyando sobre gruesas bases de piedra que aun pueden verse en el atrio de la catedral.

Rodeando laplaza de Armas se levantaron en seguida las Casas Reales para residencia de los
Virreyes o Gobernadores, los Ayuntamientos o casas municipales, y las viviendas de los
principales conquistadores. Pero, lo mismo que sucedió con las primitivas iglesias, solo las
conocemos por dibujo o descripciones; rarisimos son los ejemplos de esos primeros edificios que
se han conservado. Tal vez el caso mas interesante sea el de la casa que Hernan Cortes hizo
construir en Cuernavaca, que aun cuando ha sido muy modificada, mantiene todavia las galerias o
logias de arcos renacentistas en los dos frentes mayores. Esta casa es una repeticion casi exacta
de la que hizo levantar Diego Colon en Santo Domingo –a la que ya nos hemos referido--, cosa
que se explica facilmente al saberse que Hernan Cortes, antes de conquistar a Mexico, residio un
tiempo en aquella isla. Otra casa de comienzos del siglo XVI que ha llegado hasta nosotros es la
Casa de Adelantado Montejo, en Merida de Yucatan. Su portada es de un finisimo plateresco, que
repite las formas imperantes en España hacia esa epoca; sobre las columnas del cuerpo alto de la
fachada aparecen las esculturas de dos guerreros con escudo y lanza, apoyandose sobre cuatro
cabezas de indios decapitados, en lo que se ha querido ver un simbolismo del primer momento de
la conquista.
Todos estos primitivos edificios estaban techados en azotea, lo que no requeria mayores
conocimientos tecnicos para su construccion. Es indudable que tanto las primeras iglesias como
las casas de los conquistadores y los ayuntamientos fueron obra de maestros españoles, y que
los indigenas no tuvieron otra participacion que la mano de obra o ayuda. A medida que paso el
tiempo, los indios fueron aprendiendo los procedimientos constructivos europeos, y sobre todo,
perdiendo el miedo ancestral a los espacios cerrados. Fray Geronimo de Mendieta, uno de los
primeros cronistas del siglo XVI, nos relata minuciosamente ese proceso de aprendizaje y
adaptacion en la siguiente forma: “los canteros, que eran expertos en la escultura, labraban sin
herramientas de hierro, con solas piedras, cosa muy de ver; pero despues que tuvieron picos y
cinceles y los demas instrumentos de hierro y vieron las obras que los nuestros hacian, los
aventajaron en gran manera, y asi hacen arcos redondos, escarzanos y carpaneles, portadas y
ventanas de mucha complicacion; todo lo labran, y han hecho muchas lindas iglesias y casas para
españoles”.

Pero hasta aquí solo nos hemos tenido que referir a soluciones arquitectonicas de tipo corriente,
provinciano, realizaciones de europeos en nuevas tierras peor sin mayores innovaciones con
respecto a lo que se hacia en el Viejo Mundo, salvo en lo que se refiere al trazado de las nuevas
ciudades. Los verdaderos problemas, que iban a requerir soluciones novedosas, se plantearon a
los españoles cuando los frailes salieron de las ciudades para intentar la catequizacion de los
indios rebeldes. En primer lugar, se trataa de convertir al cristianismo a inmensa cantidad de
indigenas, la mayoria de ellos todavia salvajes y agresivos, refugiados en la alta meseta central
del valle mexicano y lejos de los soldados y conquistadores. No bastaba la valentia de los frailes:
era necesario que la mision de estos estuviese soportada y ayudada con eficacia para que su
labor no se malograse. Es asi como surgieron durante el siglo XVI una enorme cantidad de
templos-fortalezas, muchos de los cuales se constituyeron despues en centro de nuevas
poblaciones que fueron creciendo a su vera.

El problema de los templos fortificados no era por supuesto una rigurosa novedad; desde que en
Europa comenzaron las invasiones barbaras, o cuando las luchas religiosas alcanzaron extrema
violencia, se recurrio al arbitrio de levantar edificios que sirviesen a la vez de iglesia y de reducto
militar, pero en ningun momento ni en ninguna parte del mundo antiguo se vio tan grande cantidad
de templos-fortalezas ni tan importantes como los que brotaron prodigiosamente en Mexico. Lo
que en Europa fue una expresion aislada, aquí se constituyo en una modalidad regional,
verdadera solucion al doble problema de la defensa y la evangelizacion.

Probablemente debe verse en esta arquitectura monastico-militar una supervivencia medieval,


como si la Edad Media se hubiese prolongado a traves del oceano para resurgir en estas tierras.
En tanto que en Europa las galas humanistas del renacimiento se desarrollaban en un ambiente
de refinamiento y cultura, en America habia surgido una especie de nuevo feudalismo,
consecuencia del repartimiento de los indios entre los conquistadores. La nueva sociedad se
estratifico en capas ocupadas primero por las autordades, los conquistadores y sus
descendientes; luego los eclesiasticos; a continuacion las clases artesanas y comerciales de
origen europeo pero ya transformadas en “criollos”; y finalmente los indios. Aun cabria agregar los
negros esclavos, que si bien en Mexico tuvieron escasa importancia por que la gran cantidad de
indios los hizo innecesarios, en otros paises americanos llegaron a formar nucleos numerosisimos.
Conviene recordar de paso, que por disposicion expresa de las leyes de Indias, los indigenas no
podian ser reducidos a esclavitud; se los repartia entre los conquistadores para que estos los
educasen y mantuviesen en compensacion de su trabajo, aunque en la practica estos buenos
propositos fueron frecuentemente burlados, convirtiendose los indios en verdaderos esclavos.

Sea por su resistencia a ser repartidos entre los “encomenderos” --españoles a quienes se
“encomendaba” la proteccion de los indios-- o por su natural belicosidad, grandes cantidades de
naturales permanecieron salvajes, atacando con frecuencia los centros poblados o los
establecimientos rurales de los españoles. Se hizo necesario entonces contar con una base
fortificada adonde pudieran refugiarse en caso de peligro, no solo los españoles con sus familias y
servidores, sino tambien los indios adictos a ellos, mas el ganado. Como logicamente nocabian
todos dentro de los templos y conventos, ni podia meterse alli la hacienda, se recurrio al arbitrio o
recurso de hacer vastisimos atrios cercados por altas murallas con almenas, que podian asi
convertirse en recintos defendibles. Los españoles y criollos se refugiaban en los templos,
verdaderas fortalezas según hemos de ver. Por supuesto, estos conventos se encontraban en
medio del campo, y si actualmente muchos de ellos aparecen rodeados de poblacion es porque a
su vera y amparo fueron creciendo posterioremente.

El programa arquitectonico de los conventos del siglo XIV era mas o menos que el mismo que se
veia en Europa: ante todo el enorme atrio; luego el templo y su sacristia, reservado para los
españoles; la capilla abierta o capilla de indios; la porteria, el salon de profundis, refectorio, celdas,
baños, etc, todo esto distribuido alrededor de claustros, que solia ser de dos pisos. La cantidad de
conventos que se edifico en el siglo XVI y las enormes proporciones de sus edificios llegaron a
extremos tales que obligaron al Virrey Antonio de Mendoza a intervenir, sugiriendo a las ordenes
religiosas que recabasen los servicios de arquitectos capaces “como Toribio de Alcaraz, que lo ha
hecho muy bien muchas veces asi en los monasterios y puentes como en los demas edificios”. Es
claro que lamagnitud y el lujo de los templos era en cierto modo una necesidad de la
evangelizacion para poder penetrar mejor en el espiritu de los indios, tan propensos y sensibles a
la apariencia exterior. Los frailes sabian que el despliegue de boato, lo mismo que la musica, era
nfactores fundamentales que los ayudaban en sus propositos de catequizacion. Fray Juan de
Zumarraga escribia a Carlos V que “los indios, mas que por las predicaciones se convierten por la
musica”. Ademas, en muchos casos los propios indios por rivalidad, o emulacion con los pueblso
vecinos levantaron esas enormes construcciones. Pero tampoco puede negarse que en muchas
oportunidades se construyeron templos descomunales y lujosos por razones menos nobles y
espirituales. La abundancia de indios, cuyo trabajo se remuneraba mal y aun con frecuencia
gratuitamente, era una tentacion para los fraies, que rivalizaban en dejar obras monumentales
para la mayor gloria de Dios. Huelga decir que las disposiciones virreinales ordenando
moderacion en los gastos, y respeto hacia los indios a quienes se llemaba para trabajar, fueron
poco escuchadas. Prueba de ello es que el Arzobispo Montufar se quejo amargamente en una
carta, en la que decia que se traia a trabajar a los indios en cantidad de “quinientos y seiscientos y
mil hombres sin darles jornal, ni aun aun bocado de pan que comer, y vienen a la obra de cuatro,
seis y doce leguas, yaun dicen que algunos indios mueren en las obras por el trabajo y que
noestan acostumbrados, y poca comida, y fuera de sus casas”. Es evidente que el buen arzobispo
cargo las tintas de su carta, pero de todos modos, algo de verdad ha de haber en ello.

Veamos ahora, en lineas generales, como eran esos conventos fortificados. En primer
termino se encontraba el atrio, que alcanzaba dimensiones excepcionales –hasta 150 metros por
lado--, rodeado de altos muros almenados, con una portada en el eje, generalmente de tres arcos
formando un motivo arquitectonico importante. Aun cuando actualmente esas portadas suelen
estar abiertas, probablemente en tiempos pasados tuvieron sus trancas o sus hojas de madera
para poderlas cerrar en caso de ataque; ya dijimos que es aquí donde se refugiaba el grueso de la
poblacion indigena con su ganado. En lso cuatro angulos del atrio se levantaban otras tantas
pequeñas capillas, llamadas “posas” porque servian para descansar o posar en ellas las andas
con imagenes cuando se realizaban las procesioens dentro del atrio. Estas pequeñas capillas
solian colocarse en los rincones, de modo que dos de sus caras formaban parte de la muralla, en
tanto que las otras dos se abrian por arcos hacia el patio; generalmente estaban cubiertas por
pequeñas cupulas o por chapiteles apiramidados. Este sistema de capillas-posas no fue exclusivo
de la America Central y Norte, pues tambien se lo encuentra en la zona del altiplano peru-
boliviano, aunque mas raramente; en el resto del continente no se lo utilizo. Estamos, pues, frente
a un primer caso de creacion arqutiectonica distinta de lo europeo; el enorme atrio almenado con
sus cuatro posas es una modalidad que, aun cuando aisladamente pueda tener sus raices en el
Viejo Mundo, se transforma y magnifica en America hasta adquirir caracteres propios.

El atrio se completaba por una gran cruz de piedra colocada en el centro, sobre gradas o
escalones. Algunas de esas cruces son tambien expresiones escultoricas en las que aparecen
imbricados alguns detalels americanos, como por ejemplo las incrustaciones de obsidiana, piedra
sagrada para los antiguos mayas y aztecas, que hacian de ese material los cuchillos usados en
los sacrificios. Entre las cruces de atrio sobresale la de Acolman: en el encuentro de ambos
brazos esta esculpida la cabeza de Jesus, sin el cuerpo, lo que le da profunda dramaticidad,
convirtiendo al conjunto en algo idolatrico, rigido, distinto de las realisticas cruces europeas.

Los templos eran de una sola nave, casi sin excepcion, correspondiendo exactamente a los que
Emile Bertaux clasifico como gotico isabelino, es decir, a los que se levantaron en España en el
momento de transicion del gotico al plateresco. El abside las mas de las veces era recangular o
poligonal, y salvo el caso de Yurinia nunca fue semicircular. Indudablemente debe verse en el uso
frecuente del abside poligonal otra persistencia de formas medievales. La nave era siempre
sumamente alargada y de gran altura, sin crucero. El caso de Yuriria, como el de Oaxtepec, y el
mas tardio de Oaxaca, los tres con crucero, deben considerarse como insolitos, o mejor dicho,
como una expresion reservada casi siempre a la orden dominica y por lo general, de fines del siglo
XVI. Como en las iglesias de los Reyes Catolicos, el coro se encuentra en alto, a los pies del
templo. Pocas puertas –habitualmente la principal; la leteral cuadno el atrio abarcaba todo el
costado del tepmlo; y la que comunicaba este o la sacristia con el clautro; las ventanas se
colocaban a gran altura del duselo, con evidente intencion defensiva.

Para cubrir estas iglesias se recurrio casi siempre a la boveda, siendo poco frecuente el uso de
artesonados de madera, de los cuales queda un hemroso ejemplo en Tlaxcala. Las bovedas
usadas fueron de cruceria y de cañon, o la combinacion de ambas, en cuyo caso se reservaba la
boveda de cruceria para cubrir el presbiterio y a veces el prime tramo, o sea el correspondiente al
coro. Aun cuando hay ejemplos de utilizacion de bovedas en las que tanto las nervaduras como
los plementos fueron de piedra, mas frecuente fue el sistema de nervios de piedra y plementeria
de ladrillo.

Las grandes dimensiones de estos templos, la rudeza de sus muros, en los que se prefirio el
mampuesto a la silleria, y el estar siempre coronados con almenas, les daba una sensacion de
fuerza muy de acuerdo con la funcion defensiva que tuvieron. En algunos, como el de Actopan,
ademas de las almenas hubo garitas para los centinelas. Pero ninguno es tan tipicamente militar
como el templo de Tepeaca, que tiene tres caminos de ronda, uno a la altura de las ventanas, otro
a la altura del arranque de las bovedas y el tercero en la azotea. Los tres caminos permiten
recorrer perimetralmente todo el edificio, asegurando la vigilancia; tanbien fortificado esta que
resistio un formidable ataque que le llevaron los indios a fines del siglo XVI.

Los conventos, aun cuando contaban con casi todos los elementos y locales que eran de uso en
Europa, solian ser de dimensiones reducidas, pues no habitaban mas de cuatro o cinco frailes en
ellos, ya que debian distribuirse las tareas de evangelizacion en vastos teritorios aun mas
salvajes. Con frecuencia falta la Sala Capitular, que no tiene razon de ser al tratarse de
comunidades muy reducidas, y las celdas no son muy numerosas por esa misma razon. Los
claustros, habitualmente de dosp lantas, suelen mostrar resabios medievales, abundando las
bovedas goticas de cruceria e incluso arcos goticos, como en el claustro bajo de Actopan.

Aspecto interesantisimo era el de la decoracion de esos conventos, realizada con frescos de tipo
renacentista, generalmente en tonos grises, con poco colorido. El cordon franciscano y la correa
de los agustinos se utilizaban como motivo decorativo para señalar la terminacion del zocalo, y en
lso cuatro angulos de los claustros se solia pintar grandes escenas religiosas a manera de
retablos murales. En los conventos agustinos, que se caracterizaron por ser los mas ricamente
ornamentados, la pintura invadio tambien las bovedas de los claustros y salones, simulando
casetones de tipo renacimiento. El caso mas lujoso y rico de pinturas murales nos lo ofrece la caja
de escalera de Actopan, con motivo de grutescos y figuras de santos agustinos, dnado la
impresion de ser obra de artistas europeos inspirados en grabados nordicos o italianos.

La creacion mas interesante en estos conventos mexicanoes es la de las capillas abiertas o


capillas para indios. La necesidad de oficiar misa y enseñar la doctrina a grandes cantidades de
indigenas hizo que los templos resultasen pequeños e inadecuados para ese fin, reservandoselos
para los españoles y sus familias, surgiendo asi, como logico resultado de un problema, las
cpaillas abiertas. Es evidente que estas representan la unica analogia posible entre el templo
cristiano y el “teocalli” o piramide indigena, puesto que en ambos el culto se realiza al aire libre; los
oficiantes son los unicos que quedan bajo techo, mientras que los fieles permanecen en el atrio, a
cielo descubierto, tal como sucedia en las ceremonias de mayas y aztecas.

Lo mismo que en el caso de los templos fortificados, se ha querido rastrear remotos antecedentes
europeos en esta creacion de la epoca colonial, citandose en los tiempos paleocristianos a la
“basilica discoperta” de Dygvve en Yugoslavia, o la casa que hubo debajo de la primera basilica de
San Clemente de Roma, y en tiempoas mas recientes a la Capella de Piazza, en Siena, edificada
a raiz de la peste de 1348. Tambien podria mencionarse como antecedente el coro alto del
Escorial, desde donde se oficiaba misa a la guarnicion militar reunida en el Patio de los Reyes.
Pero es evidente que estas soluciones esporadicas y aisladas no alcanzaron jamas la jerarquia ni
la cantidad que hubo en America, donde surgieron espontaneamente como clara solucion de un
problema nuevo para los frailes y para los arqutiectos.

Las capillas abiertas no se concretaron al territorio mexicano, puesto que el problema de la misa a
grandes cantidades de indios se presento en otras partes del Nuevo Mundo. Pero en tanto que
solo conocemos por documentos o escasos restos las que pudieron haber en el Peru, Bolivia y
otra regiones, las de Mexico fueron tantas y tan importantes que han llegado hasta nosotros en
gran cantidad.

Se han hecho varios estudios e intentos de clasificacion, entre los cuales el mas claro es el
adoptado por el investigador mexicano Manuel Toussaint, que agrupa las capillas abiertas en los
siguientes cuatro tipos:

1. El mas sencillo consiste en un presbiterio, abrigado por un gran arco, colocado en el fondo del
atrio y al lado de la iglesia. Es el tipo mas abundante; los mejores ejemplos son los de Actopan,
Coixtlahuaca y Yantepec. Un caso muy bonito es el de la capilla de Tlahuelilpan, adosada a la
iglesia para españoles, y colocada en alto, a manera de escenario teatral, para que todo el mundo
pudiese ver bien la ceremonia. El gran arco de la capilla de Actopan esta decorado con frescos
simulando casetones, con un dibujo inspirado en una de las laminas de Serlio.

2. La capilla abierta consta de una o varias naves perpendiculares al eje del templo, ocupando el
presbiterio en el centro. Es como si se hubieran acoplado varias capillas una al lado de la otra,
colocandose el altar en la capilla central. En este tipo no solo el sacerdote sino tambien parte de
los indios quedaba bajo techo, y el resto al aire libre. Los ejemplos mas interesantes de este
segundo tipo son los de Tlalmanalco, desl año 1560, Otumba, Cuernavaca y Teposcolula, de
grandes dimensiones y cubierta por hermosas bovedas en las que se mezclan las nervaduras
goticas con detalles escultoricos renacentistas.

3.
Grandes
capillas

formadas por muchas naves paralelas, muy parecidas en su forma a las mezquitas musulmanas,
situadas por lo general al fondo del atrio y como un edificio totalmente separado de la iglesia. De
este tipo fue la capilla de San Jose de los Indios, anexa al convento de San Francisco de la ciudad
de Mexico; constaba de siete naves abiertas todas en su extremidad. Aunque fue demolida a fines
del siglo XVI, sabemos como era por las descripciones y grabados; por su enorme tamaño fue
elegida para levantar en ella el tumulo y celebrar los funerales del emperador Carlos V.

La Capilla Real de Cholula en Puebla, el mas grandioso ejemplo del tercer tipo, ha llegado hasta
nosotros, aunque algo modificada pues se cerraron los arcos que daban al atrio para transformarla
en una iglesia comun. Consta de nueve naves, de siete tramos cada una, cubiertas por sesenta y
tres cupulas que producen curiosisimo efecto. Es evidente que este tipo de capillas abiertas, si
bien resolvia el problema de que todos los indios quedasen bajo techo, no permitia bien la visual
por el gran tamaño y la cantidad de columnas. Probablemente por esta razon es que son muy
escasas estas capillas en forma de mezquitas.

4. Un ultimo tipo, poco frecuente, consistia en el templo francamente basilica, pero abierto en su
frente principal y uno de sus costados; en una palabra, una iglesia comun que servia a la vez para
españoles e indios, escuchando la misma misa pero los primeros bajo techo y los segundos al
exterior. Solo se conoce un ejemplo,el de Cuilapan, en el estado de Oaxaca.

En el resto de America las capillas para indios fueron menos usadas; en el Cuzco se conocen dos,
una en La Merced y otra en Santo Domingo, esta ultima adosada al abside, es decir, en setndi
opuesto a la del templo principal. En Lima y Santiago de Chile sabemos que las hubo porque
documentos de la epoca se refieren a la costumbre que habia de oficiar a los indios que estaban
en la plaza, desde un balcon especialmente construido para ello, a fin de que los dias de mercado
no perdiesen la misa.
Tres fueron las ordenes mendicantes que levantaron la profusion de edificios que acabaos de
decribir: franciscanos, dominicos y agustinos. Los mercedarios tuvieron menos actuacion y en
cuanto a los jesuitas cabe recordar que aun no habia sido creada la Compania cuando ya se habia
iniciado la evangelizacion de las nuevas tierras. Los primeros en llegar fueron los franciscanos,
que en 1532 enviaron tres frailes flamencos encabezados por el benemerito fray Pedro de Gante;
al año siguiente llego otro nuevo grupo compuesto por “los doce franciscos”, presidisos por fray
Martin de Valencia. Al principio los franciscanos levantaron conventos de pequeños y pobres,
como nos lo relata el cronista fray Geronimo de Mendieta, quien en su Historia Eclesiastica
Indiana nos da hasta las dimensiones que debian tener: “los edificios que se edifiquen para la
morada de los frailes sean peuperrimos y conformes a la voluntad de nuestro Padre San
Francisco; de suerte que los conventos que de tal manera se tracen, que no tengan mas de seis
celdas en el dormitorio, de ocho pies en ancho y nueve en largo y la calle del dormitorio a lo mas
tenga espacio de cinco pies en ancho, y el claustro no sea doblado (de dos pisos) y tenga hasta
siete pies en ancho. La casa donde yo esto escribo (la de Huexotla) fue edificada con esta misma
traza”. Pero pronto se apartaron de estas disposiciones y comenzaron a construir grandes
conventos y templos, hasta con cierta riqueza decorativa en la que se mezclan los temas goticos
con los renacentistas. Del hotico isabelino provienen los hilos de perlas, las varas o troncos
erizadas de nudos, el cordon franciscano y las decoraciones en forma de cesteria. Temas
renacentistas fueron los medallones con monogramas o con el Tetramorfos, como lo usaron en
España arquitectos de la talla de Vasco de la Zarza o Francisco de Colonia. Aun cuando menos
frecuentemente, tambien aparecen en Mexico los muros decorados con florones o clavos, a la
manera de Juan Guas en el Palacio del Infantado de Guadalajara o la Casa de las Conchas de
Salamanca.

Mas o menos identicas caracteristicas tuvieron los conventos dominicos, aunque algo mas
profusos en su ornato. Los de agustinos fueron mas ostentosos aun, llegando a una verdadera
riqueza decorativa. Asi como los franciscanos se distinguieron por su mudejarismo y por el uso de
medallones y flores estilizadas, los agustinos tuvieron caracteristicas propias que se refieren a la
forma de la fachada principal, a su aspecto defensivo y al lujo de sus portadas. La fachada suele
terminar en un piñon apuntado con almenas y garitas, piñon que a veces se transforma en
espaldaña. Los detalles defensivos –amenas, garitas, caminos de ronda-- se multiplican y en
general todos los monasterios sobrepasan en fortaleza a los de franciscanos y dominicos. Las
torres son grandes, macizas, dominantes, recordando mucho a ciertas torres de mezquitas o de
arquitectura militar del norte de Africa.

Si bien los conventos franciscanos se diseminaron por todo el territorio mexicano, la mayoria
ocupo el valle central, especialmente en la zona de Puebla, donde hay gran cantidad de ellos. Los
mas importantes fueron los de la ciudad de Mexico, Puebla, Cholula, Xochimilco, Huejotzingo,
Tepeaca, Hualquechula, Calpan, Tzin-tzun-tzan y Valladolid (hoy Morelia). Del convento grande de
Mexico solo queda su iglesia, reconstruida en el siglo XVII, y del de Puebla, si bien existe la iglesia
concluida en 1657-1770, ha sido tan modificada que reviste escaso interes. El coro de esta iglesia
se sabe que fue hecho por Francisco Becerra, el gran arquitecto español que tuvo lucida
actuacion en Lima y Cuzco, según veremos oportunamente.

El templo franciscano de Cholula se inicio en 1549, terminandose en 1552, bajo la direccion del
arqutiecto Toribio de Alcaraz. Conserva aun su gran atrio con la capilla abierta que ya hemos
descripto. Su portada principal es interesante por la presencia de detalle ojivales, como los
“crochets” o ganchos y la gran rosa que ilumina el coro. Uno de los mas completos y hermosos
conventos franciscanos es el de Huejotzingo. Antes de la llegada de los españoles habia sido una
poblacion muy importante, al punto de tener concertados con los pobladores de Mexico, Texcoco y
Tacuba unas especies de torneos o guerras periodicas que permitian harcerse los prisioneros
necesarios para los sacrificios a sus dioses. El conquistador a quien Hernan Cortes entrego esa
region para su gobierno fue el celebre Diego de Ordaz, y el sacerdote encargado de la
evangelizacion fue fray Juan de Alameda, llegado de España en 1529. Era este un dinamico fraile,
que dejo honda huella en todos los sitios donde actuo. Comenzo por trasladar la poblacion de
Huejotzingo a un sitio mejor empplazad, y alli inicio su contento, en el que si no actuo
directamente como arquitecto, con seguridad fuien quien dio vida y llevo adelante esa obra. Fray
Juan de Alameda fue tambien el constructor de los conventos de Tula y Huaquechula, donde
murio en 1570.

El atrio de Huejotzingo conserva aun el portico de tres arcos, decorados con el tema isabelino de
la vara nudosa con cintas arrolladas en ella. Las posas que ocupan los cuatro angulos del atrio
son, como las de Calpan, las mas completas y hermosas que nos hayan llegado. Sus arcos estan
ornamentados con el cordon franciscano y con una cadena de gruesos eslabones, igual a la que
se ve en San Gregoria de Valladolid. Las bovedas que cubren estas posas estan realizadas por
hiladas avanzadas, como los monumentos prehispanicos, y no por dovelas, lo que demuestra la
intervencion de artesanos indigenas, pues ya sabemos que estos en los primeros tiempos eran
incapaces de constuir verdaderas bovedas a la manera europea. El templo, de una sola nave
terminada en abside poligonal, tiene sus cinco tramos cubiertos por bovedas goticas de cruceria;
exteriormente esta coronado por las infaltables almenas. Las dos portadas concentran toda la
riqueza decorativa del edificio; la principal es una feliz fusio nde elementos goticos y renacientes,
con un arco conopial ondulado encuadrado por altas columnas que con el dintel forman el “alfiz”
mudejar. Mas interesante aun es la puerta de Porciuncula porque en ella aparecen como temas
decorativos las hojas y frutos de ls pencas, planta cactacea tipicamente mexicana, dentro de un
conjunto de acentuado sabor isabelino. Lars arquivoltas estan guarnecidas con el Toison de Oro, y
los capiteles y bases de las columnas flanqueantes son de cesteria, de modo que en esta puerta
nos encontramos ya frente aun primer caso de impacto o choque de elementos decorativos
europeos y americanos. Se da como probable autor de este monumento al arquitecto Toribio de
Alcaraz, y como fecha de terminacion el año 1550, según una inscripcion grabada en una de las
posas.

Al mismo Alcaraz se atribuye el convento de San Gabriel de Cholula, en cuyo atrio se encuentra la
mencionada Capilla Real con sus 63 cupulas. El templo se encuadra dentro del tipo franciscano
consabido, pero sus dos portadas se apartan ya del goticismo para entrar de lleno en el
renacimiento. Muy pareceida a la iglesia de Cholula es la del convento de Huaquechula, edificado
tambien por fray Juan de Alameda, en cuaya portada principal vuelve a producirse el choque de
las dos culturas puesto que sus esculturas, de tema e inspiracion europeas, estan realizadas con
esa caracteristica planiformia indigena. Una de las notas mas tipicas de la intervencion de
artesanos indiso es la forma de trabajar la piedra, en bisel y chata, sin redondez, resultado
evidente de la vision bidimensional del indigena americano. En este convento la capilla para indios
esta colocada en alto, sobre la porteria.

Otro monasterio franciscano que merece parrafo aparte es el de San Andres de Calpan,
comenzado en 1548. Sus posas son magnificas, con las aritas de los chapitesles decorados por
un grueso cordon franciscano; y las esculturas que aparecen en estas posas son, unas de mano
europea –como la estatua del caballero Diego de Ordaz que aparece arrodillado en lo alto de una
posa--, otras de mano indigena, como cierto relieve de la Virgen, aplastado, anguloso, seco, como
era la escultura siria y copta, y en general la de todos los prueblos primitivos cuya vision carecia
del sentido de la profundidad. La portada principal de Calpan ofrece otro ejemplo del encuentro de
ambas tecnicas, pues en tanto que en sus lineas generales encaja en el renacimiento, ciertos
detalles muestran la introduccion de lo americano. Asi, las dos medias columnas que flanquean la
portada tienen encima otros dos elementos que a primera vistap arecen tambien columnas,
cuando en realidad son varas de “quiote” o maguey, cactus mexicano, que terminan en una roja
flor. Para que no queden dudas acerca de la intencion de utilizar este elemento fitomorfo local, el
desconocido artista pinto de rojo dicha flor, acentuando asi su realismo. No es el unico caso, pues
en una de las posas de este mismo convento de Calpan el chapitel se termina con una vara de
“organo”, otro de los tipicos cactus de Mexico.

El convento de Puebla ha sufrido tantas transformaciones que no merece descripcion especial; es


lastima, pues consta que en el trabajó el famoso arquitecto Francisco Becerra. El de Tepeaca,
concluido en 1580, es el que reviste mas carácter defensivo, pues tiene almenas, garitas y tres
caminos de ronda a distintas alturas del templo, según ya hemos explicado anteriormente.
Una iglesia que se aparta de este tipo tantas veces descripto, es la del convento de Tlaxcala, pues
en lugar de estar abovedada, tiene un artesonado netamente mudejar; no tiene aspecto de
fortaleza, y sus muros fueron construidos totalmente con piedras arqueologicas, provenientes de
monumentos precorterisanos, cuyas inscripciones y grabados han quedado a la vista en muchas
partes. Otro monasterio en el que se aunan lo europeo y lo americano es el de Huaquechula, en
cuya portada mayor se lee la fecha de terminacion 1569 en escritura española y en jeroglificos
nahuatls.

Los frailes de Santo Domingo fueron los segundos en llegar a Mexico, aunque comenzaron su
obra constructiva tardiamente, despues de los agustinos. En efecto, pese a que arribaron en 1526,
tuvieron tan mala suerte que al poco tiempo murieron 5 de los 12 frailes que habian venido;
atemorizados, 4 de ellos regresaron a España. Por esta razon la actividad constructiva de los
dominicos se atraso hasta la segunda mitad del siglo XVI, cuando ya franciscanos y agustinos
habian levantado muchos de sus grandiosos conventos. Tal vez por este retraso las plantas de los
templos dominicos comienzan a apartarse del tipo primitivo; abrieron capillas a los lados de la
nave central, agregaron crucero, y si bien no llegaron todavia a colocar cupulas sobre el mismo,
peraltaron la boveda en ese sitio, como anunciando las grandiosas cupulas que cubririan todo el
suelo mexicano en lis siglos XVII y XVIII. En general los dominicos fueron mas suntuosos que los
franciscanos, aunque menos que los agustinos, resintiendose sus edificios de cierto eclecticismo,
sin mantener esa unidad que dio carácter a los de los pobres de Asis. Los principales conventos
de La Orden de Santo Domingo fueron los te Tepoztlan, Coyoacan, Coixtlaahuaca, Yanhuitalan,
Oaxaca y Cuilapan.

El convento de Tepoztlan es uno de los mas hermosos del valle de Mexico, no solo por su
arquitectura sino por el emplazamiento que tiene, rodeado por las sierras que dieron su nombre al
monasterio; Fray Domingo de la Anunciacion fue quien evangelizo a los indios del lugar, para lo
cual comenzo por despeñar al idolo de Ometochtl emplazado en lo alto de un “teocalli”,
rompiendolo en fragmentos que luego se colocaron en la cimentacion de las nuevas obras. El
templo fue comenzado entre 1560 y 1570, intervivniendo Francisco Becerra, lo que pareceria
comprobado por que la portada principal termina en una especie de fronton triangular muy
levantado que se repite en casi todas las concepciones del citado arquitectonico. La portada
principal es una obra plateresca en la que todavia se notan algunos resabios medievales, al
mismo tiempo que la mano indigena tambien dejo su huella. En efecto, las esculturas que decoran
el timpano asi como dos angeles que sostienen una cartela encima del fronton, estan ejecutados
con dibujo europeo pero tecnica americana, planiforme, sin vigor. El friso y las enjutas del arco
estan ronadas con medallones renacimiento, entre los cuales aparecen tambien el sol, la luna y
lagunas estrellas. Ya veremos al tratar la arquitectura en el Alto Peru, como se ha querido ver en
la frecuencia con la que aparecen el sol y la luna en edificios americanos, una intromision pagana
de los indios, que adoraban a esos astros. Por otra parte, no debe olvidarse que el sol y la luna
tienen un simbolismo biblico, puesto que el Antiguo Testamento Josue nos relata como los dos
astros detuvieron su curso mientras sucedia la batalla de Gabaon. Interesante es tambien el
claustro de Tepoztlan porque esta coronado de almenas que en los angulos se agrupan y elevan
imitando un conjunto de cactus.

La poblacio nde Coyoacan fue muy importante en los primeros tiempos de la conquista, pues alli
tuvo su campamento Hernan Cortes cuando el asedio de la ciudad de Mexico, asi como en esa
poblacion fue martirizado Cuauhtemoc para que confesara donde estaba el tesoro que se creia
habian escondido al arribar los españoles. Alli se construyo otro convento importante, cuya
portada lleva la fecha de 1582; es netamente renacentista, con sentido purista mas que
plateresco; en cambio la portada que daba acceso al gran atrio –hoy trasladada de
emplazamiento-- es uno de los ejemplos de plateresco americano. Lamentablemente, fuera de
estas dos portadas, poco es lo que queda de este convento.

Los templos de Yanhuitlan y Coixtlahuaca son en lineas generales casi gemelos, pero en el
segundo de llos las formas platerescas estan mas acentuadas, especialmente en la fachada
principal, en la que una gran cantidad de nichos acentua los claroscuros. La rosa que remata el
imafronte esta constituida por unos petalos que son la estilizacion de una flor indigena. Yanhuitlan,
construido de 1555 a 1575 es sumamente interesante por su retablo mayor –que luce pinturas de
Andres de la Concha--, formado por ordenes superpuestos que avanzan o retroceden en distintos
planos, a manera de biombo. Esta forma no es puramente causal sino que debe verse en ello la
influencia oriental, que llegaba a las costas del Pacifico desde Filipinas y China gracias al galeon
de Manila, que una vez al año realizaba el viaje entre esta ciudad y el puerto mexicano de
Acapulco. Otra prueba de que en Yanhuitlan hay influencias orinetales la obtuve hace poco
tiempo, al descubrir entre las ruinas de la sacristia un gran crucifijo en el que Jesus tiene cara de
chino, con ojos oblicuos, tez amarillenta y coleta.

El gran convento dominicano de Oaxaca, comenzado en 1570 y terminado en 1608, entra ya


dentro de un manierismo tardio por la manera un tanto libre y arbitraria de interpretar los tres
ordens corintios superpuestos que llenan la fachada principal de la iglesia. La planta de esta se
resuelve en nave con capillas laterales, crucero y cupula. El aspecto defensivo ha desaparecido
aquí por cpompleto; yanos encontramos frente a un templo de tipo totalmente europeo, donde lo
americano aparecera mas tarde al ser recubierto su interior con yeserias de origen poblanco que
le dieron carácter francamente barroco.

En cuanto al convento de Cuilapan, que no llego a concluirse totalmente, ofrece el interes de tener
el costado izquierdo del templo lleno de aberturas que lo transforman en una capilla abierta, como
ya lo dijimos. Se atribuye este edificio al lego portugues Antonio de Barbosa.

Indudablemente los monasterios mas suntuosos levantados en la Nueva España fueron los de los
agustinos, porque a ellos no les alcanzaba el voto de pobreza de los franciscanos, y por ser la
orden mas protegida y ayudada economicamente por la Corte. Al mismo tiempo, fueron los mas
grandes y recios, atentuandose como en ningun otro los caracteres agresivos de ls templos-
fortalezas. Las almenas, garitas, caminos de ronda, barbacanas y demas elementos militares se
multiplicaron; esta rudeza, en contraposicion con la gracia y finura de las decoraciones esculpidas
o pintadas, constituyen una caracteristica bien distintiva de lso edificios agustinos. Los ejemplos
de mayor interes son los de Yecapixtla, Acolman, Yuriria, Actopan e Ixmiquilpan.

Yecapixtla fue fundado en 1535, suponiendose que el convento se termino hacia 1542. Es
posiblemente el monumento que ostenta mayor cantidad de detalles todavia goticos, como por
ejemplo la gran rosa de la fachada, con curvas y contracurvas de tipo flamigero. Exteriormento
tanto el templo como el monasterio estan erizados de almenas; en las garitas que hay sobre el
techo aparecen unos pinaculos prismaticos que disminuyen tres veces de tamaño terminando en
la punta con una especie de yema, como si fuesen estilizaciones del cacto llamado “organo”.

Acolman luce sin lugar a dudas la fachada plateresca mas hermosa de todo el continenente
americano. No se sabe quien fue su autor, aunque debe inlcuirsele dentro de la escuela de los
grandes arquitectos sevillanos como Diego Riaño o Martin de Gainza, pues la pureza y finura de
sus esculturas resisten el parelelo con las del Ayuntamiento o la Cpilla Real de Sevilla.

La portada de Acolman, que lleva la fecha de 1560, debe estudiarse conjuntamente con la de
Yuriria porque ambas responden a un mismo planteo, aun cuando una es obra de mano europea y
la otra americana, por lo menos en parte. En efecto, ambas portadas constan de un cuerpo bajo
en que sobre cuatro medias columnas en forma de balaustre corre un entablamento reco; las dos
columnas de los extremos se prolongan por encima del entablamento con unos flameros, en tanto
que las centrales soportan unas figuras de muchachos llevando canastas con frutas sobre la
cabeza. Sobre este cuerpo bajo, sin ligarse con el, se abre una gran ventana flanqueada por
pequeñas columnas abalaustradas, constituyendo el segundo cuerpo. Tanto en Acolman como en
Yuriria ambos cuerpos estan admirablemente realizados, con profusion de ejecucion y un sentido
tridimensional y morbido de la plastica. Las figuras de santos que aparecen entre las columnas, o
adosadas a las jambas de las puertas, como las que sostienen los canastos con frutas, no tienen
el menor asomo de influencia indigena. Se supone que el autor de ambas portadas sea el
arquitecto Pedro del Toro, de quien esta documentada la intervencion en el convento de Yriria.
Pero en lap arte superior de la portada de este ultimo templo, por encima del entablamento,
aparecen unos rulos o cintas curvas que llenan toda la parte alta del imafronte, intranquilizando
todo ese campo que en Acolman permanecio liso, con un sentido del “horror vacui” y con ciertas
libertades y asimetrias que muestran la interpolacion de una mano distinta de la que ejecuto las
hermosas columnas, santos, veneras, rosas y cartelas de la parte inferior. El investigador
mexicano Manuel Toussaint afirma que incluso las frutas que aparecen en los canastos a que nos
hemos referido, son americanas en Yuriria y europeas en Acolman. Estas dos hermosas portadas
hicieron escuela, pues vuelven a aparecer en la iglesia de Metztitlan, aunque no podemos afirmar
que tambien esta sea obra de Pedro del Toro.

El claustro mayor de Acolman se uno de los mas hermosos del siglo XVI y lo mismo que su
portada, sirvio de modelo a gran cantidad de claustros agustinos. Esta formado, tanto en planta
baja como alta, por arcos de medio punto de seccion semicircular, recayendo directamente sobre
los capiteles. Las columnas son cilindricas, sin galibo, como era casi de rigor en los primeros
claustros; mas tarde, a fines del siglo XVI, se prefirio reemplazar la columna por pilares. Los
capiteles del piso alto se encuadran dentro de proporciones clasicas pero descubren la influencia
de la flora indigena y hasta del arte precortesiano: las hojas son gruesas, turgentes, como las de
lap lanta de maguey, y unas rosas que aparecen bajo el toro mas parecen flores indigenas que la
clasica roseta del capitel compuesto. En los capiteles del piso bajo una hilera de gruesas perlas y
las hojas imbricadas traen de nuevo el recuerdo de la arquitectura de los Reyes Catolicos.

Los conventos de Actopan e Ixmiquilpan fueron obra de fray Andres de Mata. El primero se
comenzo en 1546, colaborando en la construccion fray Martin de Asebeido. Nuevamente
encontramos aquí ese duro contraste entre el aspecto macizo, enorme, agresivo, de la masa del
templo con la finura y esbeltez de los detalles. Actopan es el templo que ofrece mas impresion de
reciedumbre por su altura, por el cubo enorme de su torre, que parece la de una mezquita
norteafricana, por la profusion de almenas, merlones, garitas y ademas detalles belicos. En
cambio, las bovedas nervadas que cubren el presbiterio y el coro, la portada principal, las pinturas
del claustro y del reflectorio muestran una delicadeza extrema, que hace resaltar ese contraste. La
capilla abierta ocupa el fondo del atrio; es de una planta rectangular, cubierta por una gran boveda
de medio punto, decorada con lujosos casetones pintados según el modelo de una lamina de
Serlio, el famoso tratadista boloñes, de quien se publico la primera traduccion española en 1563.
La boveda del refectorio tambien esta pintada con casetones, de identica inspiracion serliana.

El claustro esta decorado con pinturas al fresco que parecen inspiradas en grabados europeos; en
tiempos pasados fueron recubiertas con varias capas de cal. Descubiertas no hace mucho tiempo,
fue facil quitar esas capas de blanqueo y dejar nuevamente a la vista las magnificas pinturas
murales. Esto mismo sucedió en casi todos los monasterios mexicanos del siglo XVI, de modo que
haora se estan recuperando gran cantidad de frescos hasta hace poco escondidos e ignorados.
La mayor parte son de autor desconocido, aunque uno que otro ha podido descubrirse, entre ellos
los flamencos Juan Gerson y Diego de Borgraff, que trabajaron en los conventos de Epazoyucan y
Tlaxcala, respectivamente.

La caja de escalera de Actopan nos ofrece el conjunto mas monumental de las pinturas murales
del siglo XVI. Cada uno delos frentes esta dividido en tres cuerpos separados por anchos frisos de
grutescos. Cada cuerpo a su vez se divide en tres nichos o recuadros separados por columnas en
forma de balaustres, sobre los cuales recaen arcos escarzanos. Dentro de cada recuadro aparece
un personaje venerable de la Orden Agustina, sentado en un amplio sillon frailero, ante su mesa
de trabajo. Como en los viejos retablos y cuadros goticos, sobre las cabezas de cada personaje
un rotulo describe graciosas curvas en el espacio, informandonos en sus letreros quien es el
personaje representado. Esta repeticion de santos y obispos agustinos escribiendo solo esta
interrumpida en uno del os frentes por la figura de San Guillermo Aquitania, de pie, ante un pretil
que deja ver un fondo de paisaje. El anonimo artista ha aprovechado el segmento de circulo que
queda entre la ultima faja y la parte inferior de la boveda para desarrollar alli temas de mas
amplitud, entre los cuales figura fray Martin de Asebeido con los indios don Juan Actopa y don
Pedro Izcuicuitlapilco, caciques de la region que protegieron a los frailes y ayudaron a construir el
convento.
Esta riqueza pictorica no se concreta a la escalera, pues invade todo el monasterio, claustros,
salones, y hasta los pasillos. En la cabecera de uno de los grandes salones esta pintado un
paisaje en el que aparecen gran cantidad de agustinos dedicados a la vida eremitica, en cuevas.
La boveda esta ricamente decorada con nervaduras simuladas con pintura, al mismo tiempo que
en todo el perimetro del local un ancho friso luce inscripciones con letra gotica, del mismo modo
que era costumbre ormanentar los templos españoles de tiempos de los Reyes Catolicos. En su
gran mayoria, todas estas pinturas dan la impresion de haberse inspirado en grabados nordicos,
flamencos o alemanes.

La arquitectura del siglo XVI, exceptuando Mexico y las Antillas, carecio de interes en el resto del
continente americano. Algunas ciudades de Colombia, como Tunja y Cartagena de Indias, o del
Peru, como Ayaculcho, conservan casas e iglesias con valor artistico, pero sin llegar a la jerarquia
y a la cantidad de lo que acabamos de ver. Y sobre todo, no se advierte en estas ciudades la
curiosa coexistencia de valores europeos y americanos que hemos analizado en Mexico. El
transito de lo bidimensional a lo tridimesional, la captacion del concepto de espacio cerrado, el
aprendizaje de las tecnicas europeas por parte de los indios, son etapas fundamentales en la
evolucion de la arquitectura colonial, que se pueden seguir y delimitar nitidamente en ese primer
siglo del dominio español en tierras de mayas y aztecas.
CAPITULO III: La euforia del barroco mexicano

Es indudable que la primera reaccion de los españoles ante el espectaculo que les ofrecia la
civilizacion indigena fue de asombro, de atonita incomprension. Las cronicas de las primeras
epocas exaltan la calidad, la dimension y el aspecto de todo ese mundo de piedra y color creado
por los indigenas, exagerando los cronistas hasta la desfiguracion cuanto veian; las descripciones
de un humanista como Pietro Martyr d’Angheria estan teñidas de asombro ante lo exotico e
imprevisto, ante lo inimaginable de ese espectaculo. En parte se debe esto a la calenturienta
imaginacion de los conquistadores lanzados a la aventura de descubrir lo ignoto, y en parte a una
logica jactancia para acrecer sus meritos ante quienes quedaron anclados al otro lado del oceano.
Todos escribieron coincidentemente acerca del tamaño descomunal de los “teocallis”, de la
magnifica grandeza de los conjuntos sagrados, o del horror que les producia la vista de las
monstruosas esculturas idolatricas. Pero en ningun documento de los comienzos de la
colonizacion se hace alusion al arte de los indios con un sentido de apreciacion critica; la reaccion
de los españoles a la vista de las ciudades indigenas fue de asombro ante la grandiosidad de sus
monumentos, de deslumbramiento codicioso ante las joyas de oro finalmente labradas, o de
simple curiosidad ante el trabajo minucioso y brillante de los mosaicos hechos con plumas de
colibri.

A medida que paso el tiempo y se fue asentando la colonizacion, comenzaron los primeros juicios
que pretendian valorar el arte indigena de acuerdo a normas y patrones europeos, como si
realmente la intencion de los pueblos que levantaron tales monumentos hubiese sido la de crear
edificios, esculturas o pinturas con propositos esteticos. Es decir, que los primeros cronistas
estuvieron, sin saberlo, mas cerca de la verdad que los escritores de las centurias posteriores.
Para estudiar el proceso creador del arte hispanoamericano es necesario comprender bien que lo
que entendemos por arte precolombino no fue tal en el sentido con que juzgamos esas creaciones
del espiritu occidental. Algunas manifestaciones podian ser asimiladas por los europeos, pero la
esencia, la verdadera medulo o principio espiritual creador de ese arte era completamente diverso
del occidental. Hablar de “estetica” indigena es absurdo e ingenuo; no hay documentos, codices ni
inscripciones precolombinas que se refieran a este concepto netamente europeo; no podemos, y
probablemente no podremos jamas conocer las ideas de los indios acerca del arte precortesiano
por la sencilla razon de que ese concepto no existio para ellos. Crearon y produjeron cosas
estupendas, que asombraron a los conquistadores como valores superlativos de un arte
desconocido, cuando en realidad se trataba de expresiones consagradas a sus dioses, con un
sentido puramente mitico y ritual.

Por eso al referirnos en el capitulo anterior a la manera gradual como los indios fueron
adentrandose en las creaciones españolas, hicimos notar como algo fundamental ese transito de
las mentalidades hacia la captacion espacial, ese drama del indio en su paso de una vida
totalmente exterior a las concepciones occidentales de ambito cerrado. No se trataba de aprender
a reemplazar los simples techos cubiertos con troncos o con hiladas avanzadas por la boveda
construida con dobelas: eso era un detalle puramente tecnico que no tuvo dificultades para los
indios, porque ya hemos visto que eran habilisimos. Lo suprahumano era vencer el miedo al
espacio cerrado, concebirlo con sentido arquitectonico, despojarse de un lastre amontonado en
miles de años. Logrado eso, ya se habia dado el paso decisivo, pero conseguirlo no fue facil, y su
logro llevo gran parte de la centuria inicial. Pero aun faltaba algo tan dificil como lo anterior:
evolucionar del sentido mitico al plastico, concevir las formas como creaciones del espiritu artistico
y no como representaciones idolatricas que podian producir el bien o el mal. Mientras la
arquitectura estuvo en manos de artistas laicos o religiosos venidos de España, ese problema no
existio para el indigena, puesto que su labor fue auxiliar, concretandose a colaborar con sus
maestros y haciendo aparecer de tanto en tatno un detalle de inspiracion local como a escondidas
de sus amos. Pero cuando la pacificacion y el progreso del pais exigieron gran cantidad de obras
en las que los indios tuvieron que actuar como creadores, como semidioses ellos mismos, surgio
la segunda de las superaciones que tuvieron que enfrentar. Y lo hicieron admirablemente bien,
volcandose con impetu en el campo libremente fantastico que les brindaba el barroco.
Probablemente si para expresar ese transito de su vida idolatrica al espiritualismo hubiesen tenido
que depende de las formas de un arte academico, mesurado, serenamente equilibrado, habrian
fracasado como artistas. Pero la libertad formal, la parte de trabas, la amplitud conceptual que les
brindaba el barroco fue como una solucion natural, notablemente adecuada a ese momento
crucial de sus vidas.

Estas circunstancias explican claramente la logica bifurcacion que sufrio la arquitectura barroca en
la Nueva España, pues se ve con nitida precision un dualismo, una duplicidad de tendencias
manifiestamente distintas. Por un lado, el barroco de tipo europeo, casi podria decirse
paradojicamente un barroco academico, mesurado, ligado umbilicamente a un manierismo tardio.
Por otro lado, un barroco popular, bizarro, colorido, fantasioso, rompiendo con todos los
antecedentes librado por completo a la imaginacion desbordante e incontrolada del indigena, que
encontro en el amplio campo para ejercitar su sentido del color y de las formas ampulosas. El
primero fue, por lo general, obra de arquitectos europeos, o criollos de formacion y mentalidad
europeas; el segundo fue la invencion de artistas indigenas o mestizos, y en aquellos en que sus
creadores fueron españoles, es indudable que se trato de artistas enraizados espiritualmente a las
clases bajas y populares. El barroco de tipo europeo cuajo en catedrales, templos y palacios de
gran categoria; el barroco popular en parroquiales, capillas, pequeños ayuntamientos y casonas.
Desde luego, no ha de suponerse que estos conceptos sean estrictos y absolutamente
delimitados: ya veremos como hubo catedrales con una gran influencia de arte popular o
pequeñas capillas de academica arquitectura, pero es bien sabido que el arte no se desenvuelve
como un teorema ni sus verdades son absolutas como dogmas.

Aun cuando en la actualidad cuenta Mexico con 33 catedrales, solo vamos a referirnos a las siete
primeras, creadas en el siglo XVI, ya que son precisamente las que mayor interes artistico tienen
Ellas son las de : Mexico, Puebla de los Angeles, Michoacan, Merida, Chiapas, Oaxaca y
Guadalajara.

Para entender mejor el proceso estructural de las catedrales americanas, conviene decir dos
palabras sobre sus antecedentes hispanos. Al promediar el siglo XVI ya en España se habia
definido el tipo de catedral que luego iria a repetirse en America. La catedral de Granada,
comenzada por Enrique de Egas con planta gotica de tipo frances –es decir, con cabecera
semicircular y girola o deambulatorio--, y continuada por Diego de Siloee con elementos
renacentistas habilmente adaptados a esa planta medieval, iba a quedar confinada al sur de
España, donde tambien siguieron este esquema las catedrales de Malaga y Guadix. Las demas
se encuadraron en el tipo francamente rectangular, con dos torres en la fachada principal, y a
veces cuatro torres, una en cada angulo. El presbiterio era tambien rectangular, y el crucero
cubierto con cupula, quedaba casi en el centro del templo, sin que sus brazos salieran o
desbordaran del rectangulo perimetral. Este tipo que tenia que sus antecedentes en las catedrales
de Sevilla y Zatagoza, se perfecciono en la de Jaen, obra de Andres de Vandelvira, comenzada en
1540, viniendo a ser algo asi como un modelo o prototipo para las catedrales de America. Estos
templos que se inscriben dentro de un rectangulo y cuyas naves son de igual altura son los que
llaman los españoles de “tipo salon” o de “estructura salon”, como las “hallenkirchen” alemanas.

Casi todas las catedrales de America tienen un proceso constructivo azaroso y complicado;
comenzadas como modestas basilicas, fueron reedificadas varias veces hasta llgar a ser edificios
de verdadero valor artistico. Tal es el caso de la de Mexico, iniciada en 1525, cinco años antes de
que se creara el obispado de ese nombre. Por descripciones de cronistas y restos hallados en
excavaciones arqueologicas se sabe que era una basilica de tres naves, de planta rectangular, sin
abside y cubierta con techo plano de azotea. Fue su autor Martin de Sepulveda, que tenia el cargo
de alarife de la ciudad. Por supuesto, esta modesta iglesia tuvo que ser reparada en varias
oportunidades, ya que habia sido construida probremente y con carácter precario. Una de las
reformas mas importantes fue hecha en 1584 por el capitan Melchor Davila, y gracias a esos
arreglos se mantuvo en pie hasta 1624, año en que fue demolida, cuando ya la nueva catedral
estaba bastante avanzada.
Si bien una Real Cedula de 1536 ordenaba que se construyera un templo digno de la ciudad
capital del Virreinato de Nueva España, tan solo en 1563 se comenzaron los trabajos, que habrian
de proseguirse con altibajos hasta 1813, en que se coloco la ultima de las estatuas que coronan el
enorme edificio. Este largo proceso se debio no solo a las dimensiones y complicaciones del
templo, sino tambien a las dificultades de su cimentacio, pues no debe olvidarse que la ciudad de
Mexico se construyo sobre las ruinas de Tenochtitlan, la cpaital azteca que estaba emplazada
sobre un lago, desecado mas tarde por los españoles.

Una Real Orden de Felipe II dispuso que “la obra se vaya prosiguiendo por la traza de Claudio de
Arciniega y modelo de Juan Miguel de Aguero” es decir, que el plano de planta fue del arquitecto
citado en primer termino, y la elevacion del segundo. Es un enorme templo de tres naves
longitudinales mas dos naves de profundas capillas, con nueve naves transversales mas el
crucero, sobre el cual se levanta una airosa cupula. No tiene girola, encuadrandose dentro del
consabido rectangulo, aun cuando el presbiterio se acusa al exteriro en forma trapezoidal, lo que
denota todavia un resto de medievalismo. La solucion del interior del templo ofrece una novedad,
que luego se repetiria en otros monumentos americanos: en lugar de seguir el criterio de respetar
las proporciones clasicas –criterio que inspiro a Diego de Siloee los pilares de la catedral de
Granada con alto pedestal, gran entablamento a manera de capitel y encima pilastras-- aquí se
alargo el fuste de las columnas, de la misma manera que los arquitectos goticos estriaban los
baquetones y nervaduras de sus pilares. De esta manera se logro una altura proporcionada al
ancho del templo, levantandose la nave central por encima de las laterales y estas a su vez mas
altas que las capillas. Exceptuando la sacristia, contrasacristia y cabecera del templo, que tienen
bovedas de nervadura, el resto esta cubierto con cañon corrido y bovedas vaidas, es decir que le
renacimiento entra ya de lleno en la estructura de este edificio. Estas obras demandaron gran
parte del siglo XVII, puesto que la dedicacion del templo tuvo lugar en 1656, y once años despues
ya se daba por terminado interiormente.

Pero si al proseguir las obras internas los arquitectos del siglo XVII se limitaron a ejecutar los
planos de sus predecesores, al labrar las portadas, que en cierto modo podian independizarse del
resto, se consideraron liberados de esos viejos proyectos, ejecutandolos de acuerdo al espiritu
barroco que ya imperaba; solo las dos puertas de la fachada posterior tienen formas
renacentistas. Las tres portadas de la fachada principal, aunque bastante clasicas todavia, tienen
las columnas del segundo cuerpo alto con escamas en el tercio inferior, y la esculturas que las
complementan son francamente barrocas; se atribuyen a Luis Gomez de Trasmonte, maestro
mayor de la catedral a mediados del siglo XVII. Las portadas del crucero, constituidas por tres
cuerpos de ordenes superpuestos tienen en el ultimo de ellos columnas salomonicas; se atribuyen
a Cristobal de Medina Vargas, maestro que sucedió al citado anteriormente.

No concluye aquí el complicado proceso de la catedral. La fachada y las torrres estuvieron a


medio terminar durante mucho tiempo, hasta que en 1786 se organizo un concurso para su
conclusion, que gano el arquitecto Jose Damian Ortiz de Castro, a quien se deben los cuerpos
superiores de las torres con su terminacion en forma de campana, el fronton de la fachada
principal y otros detalles complementarios. La cupula primitiva fue demolida por deficiencias
constructivas, reconstruyendola el arquitecto valenciano Manuel Tolsa, figura maxima del
neoclascicismo en Mexico.

Como se ha visto, el proceso de este enorme templo fue largo y complicado, pero no obstante
ello, y pese a que sus formas pasaron por tadas las etapas que van del renacimiento al
neoclasicismo, no puede decirse que carezca de unidad. Es probable que ello se deba a que casi
todos sus arqutiectos fueron europeos, y el unico indigena que intervino, Pedro Patiño Ixtolinque,
solo hizo algunas esculturas que tambien se ajustan a los canones occidentales.

La catedral de Puebla puede considerarse como la hermana menor de la de Mexico, aunque por
haber sido hecha mas rapidamente tiene mucha mayor unidad estilistica. Fue comenzada en
1575, siendo autor de los planos el arquitecto Francisco Becerra, nacido en Trujillo, España, sin
duda la figura mas conspicua de la arquitectura española en America. Su planta repite casi
exactamente la de Mexico, pero con una diferencia muy importante, que es la de haberse
proyectado para tener cuatro torres, una en cada angulo. Ademas, su presbiterio se inscribe
dentro del rectangulo perimetral, en lugar de sobresalir como sucede en la de la capital. Solo se
hicieron las torres de la fachada principal, mucho mas esbeltas y elevadas que las de Mexico
porque el terreno de Puebla, firme y no cenagoso, lo permitia. El parentesco de esta catedral con
la de Valladolid, obra de Juan de Herrera, es evidente, como lo prueban las cuatro torres
angulares proyectadas, el presbiterio rectangular y el crucero en el centro del templo. Como
ademas al arquitectura manierista de sus portadas y la del os cuerpos altos de las torres, y hasta
el color azulado de la piedra tienen mucho parecido con el Escorial, se ha pretendido ver un nexo
directo entre este y el templo mexicano, cosa no probada hasta hoy.

La elevacion de la catedral de Puebla, como la terminacion de las torres, fue obra del arquitecto
Luis Gomez de Trasmonte, y la cupula y detalles finales, del arquitecto Mosen Pedro Garcia
Ferrer. No obstante estas invervenciones, todo el conjunto conserva gran unidad, como si los
diversos artistas se hubiesen ajustado estrictamente a la idea y a los planos iniciales de Francisco
Becerra. Interiormente se recurrio al mismo sistema que la de Mexico, estirando la proporcion de
los fustes para dar mayor elevacion a la nave central, que tiene asi luces directas por encima de
las naves laterales. De tal modo, espacialmente consideradas las catedrales de Mexico y Puebla
resultan una transicion entre el gotico y el renacimiento, pues en tanto que sus plantas se
encuadran dentro de la planta de salon rectangular, el escalonamiento de la altura de las naves
queda inscripto en un triangulo, a la manera gotica. La estructura de tipo salon completa, perfecta,
requiere no solo la planta rectangular sino tambien las naves todas de igual altura, cosa que se
cumple en las catedrales de Limo y Cuzco, obras tambien de Becerra aun cuando ambas
posteriores a la de Puebla.
Cuando Diego de Siloee tuvo que continuar la catedral de Granada (cuya planta con cabecera en
girola habia comenzado Enrique de Egas), para poder dar una altura proporcinada al enorme
ancho recurrio al arbitrio de colocar las columnas sobre altos pedestales, mas un entablamento
completo sobre el capitel y encima un orden atico. Yan el siglo XV Bernardo Rossellino habia
hecho algo parecido en la catedral de Pienza. Este mismo sistema es el que utilizo el arquitecto
Martin Casillas en la catedral de Guadalajara, comenzada en 1571 y dedicada en 1618. Las
bovedas de sus tres naves, todavia nervadas, tienen igual altura obligando a la iluminacion lateral,
inevitable en las iglesias de tipo salon. Exteriormente la catedral de Guadalajara ha sido
barbaramente modificada hace pocos años, perdiendo todo valor e interes artistico. Solo se
conservan las tres portadas de los pies, de dibujo bastante clasico.

La conquista de la zona de Yucatan exigio largos años de cruentas luchas en las que se
distinguieron Francisco de Montejo y su hijo Francisco el Mozo. Este ultimo fue quien fundo la
ciudad de Merida de Yucatan, y promovio las principales construcciones, entre ellas la Catedral y
su propio palacio, que hemos descripto en el capitulo anterior.

La catedral se distingue exteriormente por su austeridad, pues esta formada por un altisimo muro
liso, con tres portadas manieristas muy sobrias y dos torres pequeñas y robustas, casi
integramente incorpradas al muro de fachada. Interiormente tienen mayor interes por estar
cubiertas sus tres naves con bovedas vaidas, decoradas con casetones en bajo relieve, y
apoyando sobrep ilares monocilindricos. La cupula del crucero tambien esta decorada con
casetones; las hileras horizontales de estos casetones son iguales en numero a las del Panteon
de Roma, cuyo corte habia publicado pocos años antes Francisco de Villalpando en su traduccion
española del Tratado de Arquitectura de Serlio. Por otra parte, este sistema de decorar con
casetones estaba muy en boga en esa epoca en Sevilla. El efecto que produce el interior de este
templo con sus bovedas vaidas y la profusion de casetones es verdaderamente impresionante por
su severidad y sencillez, aun cuando debe reconocerse que constribuye a ello su desnudez, pues
todos sus altares fueron quemados en 1915. No hay certeza acerca de quien fue el autor del
templo, figurando Pedro de Aulestia, Francisco de Alarcon y Juan Miguel de Aguero entre quienes
intervinieron, pero en general los investigadores se inclinan hacia el citado en ultimo termino.

La catedral de Michoacan fue erigida provisoriamente en la modesta iglesita de Santa Ana de Tzin
Tzun Tzan, hasta que en 1640 se comenzo la que hasta hoy es sede obispal, en la ciudad de
Morelia, antiguamente llamada Valladolid. Pero aunque este edificio es por cierto un magnifico
templo barroco, con planta en cruz latina y hermosas torres y cupula, mucho mayor interes tiene
para la historia de la arquitectura el proyecto de catedral que el obispo Vasco de Quiroga hizo
preparar para construirse en el pueblito de Patzcuaro, Estado de Michoacan, y que solo se ejecuto
en parte, Partzcuaro habia sido elegido como sede del obispado, pero luego del fallecimiento del
obispo Quiroga se resolvio trasladarla a Morelia, problacion que desplazo a la otra en importancia,
llegando mas tarde a ser capital del Estado.

El dinamico obispo no quiso que su catedral se pareciese a las demas, e ideo una de cinco naves
dispuestas radialmente, covergiendo todas a un cuerpo central pentagonal donde se ubicaria el
altar mayor. Solo llego a constuirse una de las cinco basilicas –hoy convertida en un templo
corriente-- pero se posee un plano antiguo y ademas un bajo relieve esculpido en un escudo de la
ciudad que nos permite saber como iba a ser ese pintoresco y original edificio, cuya creacion se
atribuye al arquitecto Toribio de Alcaraz. Indudablemente la intencion fue hacer un templo que
pudiese albergar gran cantidad de fieles sin que parte de estos quedase al aire libre, sucedia en
las capillas abiertas. La eleccion de eun numero impar de iglesias convergiendo a un presbiterio
central probablemente obedecio al proposito de que no qeudasen los fieles situados en cada una
de esas basilicas exactamente en frente de los que estaban en la opuesta, cosa que hubiese
sucedido fatalmente si el presbiterio hubiese sido cuadrado, hexagonal u octogonal. En el Tratado
de Serlio hay un proyecto de templo pentagonal, y a el famoso arquitecto italiano advierte que “la
forma Penthagona, cioe di cinque lati e molto difficile a farne cosa corrpondente, percio che se in
uno de lati si fara porta, a l incontro di quello vi si trovara un angolo, cosa che non e comportabile
nella buona architettura”. El proyecto de Serlio no tiene mucho de parecido con la Catedral de
Michoacan, peusto que carece de los cinco brazos o templos ideados por Alcaraz, pero es
evidente que en ambos casos hubo un espiritu creador similar, propio del renacimiento, de buscar
soluciones novedosas apartandose de los caminos trillados. Por esto juzgamos como digna de
encomio a la idea de Toribio de Alcaraz, destinada a materializarse en un pequeño y escondid
pueblo de la America ignota, y lamentablemente inconclusa por la muerte del dinamico y visionario
obispo que la prohijo.

La catedral de Chiapas fue durante el siglo XVI un misero edificio que el defensor de los indios,
Fray Bartolome de Las Casas, describio como “pequeño, pobre y falto de ornamentos”.
Reedificado varias veces, el templo definitivo se levanto en el siglo XVII, y no tiene mayor interes
artistico.

La ultima catedral cuya ereccion entra dentro del primer siglo de la colonizacion es la Catedral de
Oaxaca, comenzada en 1571 bajo la direccion del arquitecto Martin Casillas, que habia actuado
en las de Mexico y Guadalajara. Pero posteriormente se destruyo gran parte de lo construido para
rehacerla con mayores pretensiones y, como consecuencia de ello ha quedado un edificio hibrido,
cuya estructura revela un criterio y su fachada y ornamentacion, otro. Es una de las naves, mas
dos naves de capillas laterales; la central esta cubierta con bovedas vaídas y las laterales con
bovedas de cañon transversales al eje longitudinal del templo. La fachada principal, plenamente
barroca, data del siglo XVIII asi como las dos pequeñas torres, muy bajas, como para resistir
mejor los templores tan frecuentes en esa zona. El porosito de dar al edificio una reciedumbre
antisismica trajo como resultado sus proporciones apaisadas, con predominio de las lineas
horizontales, y una impresion de pesadez acentuada por los enormes estribos apoyados contra
los muros laterales.

Al promediar el siglo XVII el estado social del Virreinato de Nueva España habia cobrado
caracteristicas definidas. Hacia mucho que habian muerto los primitivos conquistadores; ya habian
pasado varias generaciones de colonizadores cuyos descendientes heredaron las cuantiosas
riquezas que ellos les haiban legado. Estos descendientes, nacidos en Mexico, se habian casado
con mujeres criollas, nacidas en el pais, y muchos con indias. De tal modo fueron diferenciandose
el grupo etnico español, venido directamente de España a ocupar posiciones en el gobierno y la
administracion, del grupo criollo y mestizo, que termino por ponerse en franca oposicion con el
primero. Uno y otro poseian fabulosas riquezas, pero en tanto que los españoles predominaban en
las grandes ciudades, los criollos y mestizos eran propietarios de minas y de enormes extensiones
de laboreo. Fueron dos ramas de una sociedad plotocratica, cuya unica nobleza consistio en
descender de los conquistadores y poseer una riqueza que les permitio levantar grandes obras
que dieran lustre a sus apellidos. Si en los años iniciales la Corona fue la que sufrago la mayoria
de los gastoa que demandaron las catedrales y conventos, en este nuevo periodo fueron los
colonos quienes lo hicieron.

Este dualismo social coincidio en gran parte con esa bifurcacion arquitectonica a que ya hemos
referido, aunque no de modo absoluto. En tanto que los grandes sñores españoles protegieron a
sus parroquias, o levantaron sus lujosos palacios urbanos, los potenciados criollos erigieron
santuarios votivos, capillas rurales y casonas de bizarra arquitectura popular. El barroco, con su
libertad formal y sus fantasias de color, fue una fuente de recursos extraordinaria para los artistas
nativos, y su influjo fue tan poderoso que los propios arquitectos españoles que vinieron a Mexico
no pudieron sustraerse a esa presion, termiando por mejicanizar sus concepciones, aun quellas
que pretendian mantener su sentido occidental.

Sucedio con el barroco algo parecido a lo que vimos con las primeras expresiones arquitectonicas
llegadas al muevo mundo, en cuanto a su retraso cronologico con respecto al viejo. Cuando en
Europa todavia imperaba el barroco, en Mexico se estaba en un manierismo tardio o alo sumo en
un barroco timido; cuando el viejo continente se encarrilaba hacia la frialdad academica del
neoclasicismo, aquí se producia el auge del mas desenfrenado barroquismo. El siglo XVII fue la
epoca en que se gesto el desarrollo tipicamente mexicano, que florecio en un desenfreno
fantastico al promediar la centuria siguiente.
La cantidad de construcciones levantadas ufe tan grande que el ingerniero J. R. Benitez, en una
estadistica realizada en 1927, llego a reunir los titulso de mas de 15000 iglesias erigidas en el
periodo 1550-1800. Agreguese a esto los palacios privados, ayundatiementos, casas de campo,
cuarteles, acueductos, etc. y se tendra idea aproximada de la ueforia constructiva provocada por
la riqueza y el auge de la colonia. Se comprendera por lo tanto que es imposible dar razon de todo
esto,y que no s sera forzoso concretarnos a describir los ejemplares mas notables, elegidos entre
los que representan mas claramente la evolucion de las formas con sentido americano.

Mas, antes de referirnos a los ejemplos mismos, digamos algo acerca de ciertas tecnicas y
caracteristicas constructivas y decorativas que sirvieron a los arquitectos mexicanos para
lograr sus tipicas creaciones: En primer lugar, el uso de dos piedras que les permitio dar
colorido a sus edificios: el “tezontle” y la “chiluca”. El tezontle es una piedra eruptiva, liviana y de
facil labra, cuyo color varia desde el carmin hasta el rojo oscuro, con una intensidad de colorido
que parece a veces que fuese tintura artificial, pintura. Tiene una textura aterciopelada, dando la
sensacion de una tela o tapiz aplicado al muro. Se uso esta piedra para hacer las paredes, ya sea
en bloques muy ajustados entre si, como para formar grandes extensiones de muros de color rojo,
o si no taomando las juntas o uniones con morteros blancos de modo de producir un efecto de
entramado o reticulado rojo y blanco. Este ultimo procedimiento se uso de preferencia en la
arquitectura popular. La chiluca es una piedra de color gris o marfil, apta para las labores
escultoricas, que se uso para las partes mas nobles y aparentes de lso edificios, como ser
portadas, ventnas, cornisas, etcetera.

Para acentuar el color en los edificios recurrieron tambien a dos materiales de brillante
cromatismo: los azulejos y las yeserias policromadas. Ambos procedimientos se usaron
preferentemente en la region del valle central, ya que la ciudad de Puebla fue el centro de la
industria alfarera; la ceramica poblana uso con mas frecuencia los colores azul, rojo y amarillo. La
aplicación de azulejos a las fachadas de los edificios fue tan usada que es frecuente ver casas y
templos revestidos integramente con ese material, como por ejemplo la casa de los condes del
Valle de Orizaba, mas conocida por “casa de los azulejos” en la ciudad de Mexico, y las iglesias
de Santa Maria Tonantzintla y San Francisco Acatepec, cerca de Puebla.

Las yeserias policromadas fueron un sistema decorativo muy usado en Andalucia, especialmente
en Sevilla; en Mexico llego a perfeccionarse, consiguiendose coloraciones brillantisimas, incluso
con tonos tornasolados. Si bien el centro del as yeserias fue tambien Puebla, sus artesanos se
desparramaron por todo el pais, llevando sus procedimientos a zonas apartadas como Oaxaca,
donde decoraron el interior del templo de Santo Domingo.

El uso del color no se concreto a los muros sino que alcanzo tambien a las cupulas. Cuando se
trataba de edificios populares, hechos con recursos modestos, se enlucia el exterior de la cupula
con cal mezclada con “almagra” u oxido de hierro, obteniendose asi una coloracion roja. En
cupulas de mayor importancia el revestimiento exterior se hacia con ladrillos bien cocidos, unidos
en las juntas con mezcla o revoque blanco; estas cupulas se llemaban “de petatillo”, palabra
derivada del “petate”, que esu na pequeña esfera de paja que todo indio mexicano lleva consigo
para que le sirva de cama.

La disposicion imbricada de los ladrillos hace efectivamente recordar la trama de la paja de las
esteras. El tercer sistema, reservado a templso de gran lujo, fue el recubrimiento total de las
cupulas con azulejos de Puebla.

Es evidente que en este uso desdenfrenado del color ha de verse la persistencia de una
modalidad indigena. Desde tiempo inmemorial, mucho antes del descubrimiento acostumbraban
los mayas y aztecas a decorar con pinturas sus edificios; al pasar a actuar bajo el dominio español
esa sensibilidad aguzada que tneian los indigenas encontro amplio campo en las nuevas
construcciones que se levantaron, estableciendose asi una secuencia o continuidad en el uso del
color que se ha mantenido hasta nuestros dias. Tanto en la gran pintura moderna como en las
extraordinarias artes populares mexicanas se evidencia un dominio del color explicable por esa
tradicion ininterrumpida desde hace cientos de años.

Uno de los rasgos mas destacados del barroco mexicano es su aficion a las formas poligonales
primero, y a las formas mixtilineas despues. El octogono fue el poligono preferido, usandose
abundametemente en las claraboyas y pequeñas ventnas. El arco poligonal fue tambien muy
empleado; si bien el barroco europeo lo utilizo, como por ejemplo en la Puerta Pia de Miguel Angel
o en la casa de Rubens en Amberes, se trata de casos aislados, poco frecuentes, en tanto que en
Mexico fue dominante. A medida que se fue avanzando en el desenfreno del barroco, las formas
de los arcos se complicaron, hasta volverse atormentadas; partiendo del arco trilobado o del
semiexagonal se llego finalmente als variaciones mixtinilneas mas complicadas que se pueda
imaginar. Otro tanto sucedió con las claraboyas u ojos de buey, que pasaron del circulo al
octogono y de este a la forma estrellada.

La columna sufrio una evolucion parecida. Las primeras reacciones contra la simplicidad
renacentista consistieron en decorar el tercio inferior del fuste con estrias, hojarascas o escamas;
luego este recubrimiento se extendio, acentuando la violencia de sus claroscuros. Una segunda
etapa esta definida por la aparicion de la columna torsa o helicoidal, insidnuada al principio por la
torsion de las estrias, hasta llegar a la columna francamente salomonica, con el fuste liso o
recargado de motivos fitomorfos, especialmente pampanos y hojas de vid. Hasta aquí vemos que
la evolucion y los elementos no diferen sensiblemente de lo usado en España, paro al llegar ap
leno siglo XVIII hizo su aparicion la pilastra en forma de estipite, que si bien tenia sus
antecedentes en la peninsula iberica, en Mexico y Guatemala llego a adquirir tal desarrollo que en
cierto modo se constituyo en una modalidad regional. El estipite fue originalmente una reaccion
contra la sencillez curvilinea de la columna o la pilastra clasicistas; recordemos que Miguel Angel
lo utilizo en la caja de escalera de la Biblioteca Laurenziana, en abierta rebeldia con las formas
cuatrocentistas que iban en camino de anquilosarse.

En españa el estipite hizo su aparicion en el patio del Colegio de Santo Tomas de Madrid, obra de
Jose Ximenez Donoso, pero el verdadero cammpo donde se lo aplico profusamente fue el de los
altares y retablos. Es cierto que mas tarde Pedro de Ribera volvio a colocarlos exteriormente en
las fachas de sus barroquisimas obras, pero en general puede decirse que se mantuvo el uso del
estipite en un tono discreto. Mas, al llegar a Mexico y Guatemala, cobro carta de ciudadania,
complicandose furiosamente. Al princopio fue el estitpite corriente, con capitel, fuste adelgazado
hacia abajo y base, pero pronto se le interpolaron cubos, piramides truncadas, picos, roleos,
hojarasca y escultura de todo genero. Findalmente, se utilizo algo asi como un doble estipite, es
decir, un fuste mas ancho en el centro adelgazandose hacia arriba y hacia abajo, por supuesto
ucon gran cantidad de prismas, cubos y esculturas que interrumpian dicho fuste hasta hacerlo a
veces casi irreconocible. Practicamente era como si los furiosos retablos barrocos de madera se
hubiesen traido al exterior de los edificios para transformarlos en fachadas, por supuesto
realizadas en piedra. Esta trasposicion de la madera a la piedra llego a ser tan fuerte que hasta se
dio el caso inverso, en San Luis Potosi, de que los retablos interiores –habitualmente de madera--
se hicieron de piedra: en lugar de llevar al exterior el tema del altar, en este caso fue la fachada la
que se llevo al interior.

Veamos ahora los ejemplos mas destacados de este extraordinario barroquismo mexicano.
En razon de la enormidad de monumentos de gran valor artistico, nos sera forzoso dejar de lado
los que corresponden a un barroco mas europeo y tranquilo, ya que el mayor interes recae
logicamente en los que denotan verdadera creacion e independencia de formas. Hagamos notar,
sin embargo, que en aquellos edificios que se conservaron dentro de los canones de un barroco
mesurado –como San Felipe Neri, La Concepcion, San Bernardo, todos de la ciudad de Mexico--
siempre tuvieron cierto tono local, ya sea por el uso del tezontle, por las formas mixtilineas de las
aberturas u otros detalles marcadamente mexicanos.

Un nombre de arquitecto se destaca en el primer tercio del siglo XVIII, Pedro de Arrieta,
probablemente de origen vasco. Su arquitectura todavia se encuadra en las formas relativamente
tranquilas de la composicion seiscentista, pero con gran uso de las lineas ondulantes. Su obra
maestra es La Profesia, iglesia de tres naves, cuyo interior se resuelve de modo muy parecido al
delas catedrales de Mexico y Puebla, estirando los fustes de las columnas para lograr una
solucion mas verticalizada, amplia y ligera. En la fachada ya a aprece el barroco mas
francamente; apretada entre dos machones o estribos, consta de dos ordenes superpuestos y
encima un gran oculo octogonal. La cornista terminar lha sido suprimida, lo que permitio al
arquitecto concluir el edificio con grandes lineas onduladas, anticipo de las curvas mucho mas
recortadas y violentas que vendrian despues. Otro edificio interesante de Arrieta es la Basilica de
Guadalupe, comenzada en 1695 y terminada en 1709, en cuya planta todavia puede verse algo de
bramantesco, pues tiene cupula central y cuatro cupulines angulares. Pero la vinculacion con tal
famoso antecedente europeo es ya un tanto remota; en el alargamiento de los soportes o
columans interiores, y en el uso del color y el barroquismo de las decoraciones de sus portadas ya
esta claramente manifestado el mexicanismo. Del mismo Arriesta es el Palacio de la Inquisicion
(1733-1737), hoy Escuela de Medicina, donde su afan de buscar extravagancias le llevo a suprimir
en el aptio la columna de angulo, haciendolo recaer los arcos en unos florones colgantes,
produciendo una sensacion de desequilibrio e intranquilidad muy grata al espiritu barroco.

Otros nombres del primer tercio del XVIII son los de Miguel Custodio Duran y Luis Diez de
Navarro. El priemro se caracterizo por el abundante uso de las columnas y pilastras salomonicas
en lso templos de San Lazaro, San Juan de Dios y Regina. Navarro es autor de Santa Brigida, uno
de los pocos templos en que la planta curva de Borromini se reconoce como antecedente. Es un
ovalo cubierto por boveda de igual forma; exteriormente queda el ovalo englobado en un
paralelepipedo terminado por muros sin cornisa, muy recortados en la parte superior. Años
despues de levantar este templo Navarro marcho a Guatemala, donde hizo el hospital de San
Vicente, en cuya iglesia repitio la planta ovalada, y el Palacio de los Capitanes Generales.

Al promediar el siglo XVIII las formas barrocas se tornan mas violentas; el estipite desplaza a la
columna salomonica, la decoracion esculpida llena ampulosamente todas las partes esenciales de
los edificios y en general puede decirse que la arquitectura cobra marcado color local,
apartandose visiblemente de los patrones europeos. Claro esta, volvemos a insistir en esto, que
solo se trata de los aspectos adjetivos y superficiales, puesto que los esquemas en planta o en
concepcion espacial siempre se encuadran dentro del os tipos tradicionales.

Un primer ejemplo interesante de esta epoca de esplendor es el de la Iglesia de Tasco, en el


Estado de Guerrero. Tasco era una poblacion que quedaba a mitad de camino entre la ciudad de
Mexico y el puerto de Acapulco. Alli se establecio un minero, don Jose de la Borda,que habiendo
descubierto una riquisima veta de mineral, logro en pocos años reunir una cuantiosa fortuna que le
permitio costear la iglesia con todos sus lujosos ornamentos, ademas de una gran cantidad de
obras publicas que beneficiaron a la poblacion.

La iglesia de Tasco, de planta cruciforme, tiene una de las portadas mas ricas creadas por el arte
colonial americano. En ella alternan las columnas todavia de tipo clasico con las salomonicas y los
estipites, como si su arquitecto aun no se hubiera desligado totalmente de las modalidades
usadas en la primera mitad del siglo. Estos elementos combinados con cartelas, rodeos, cintas,
follaje, hornacinas con santos, escudos, puntas de diamante, etc. en profusion abrumadora, dan al
templo un aspecto de cargazon riquisima, muy a tono con el gusto de la epoca. Sus dos torres
elevadisimas, y la proporcion espigada de su hastial dotan al conjunto de un impeto ascendente
fortisimo. Las tejas que cubren el chapitel de las torres se curvan en los extremos, como las tejas
chinas; el investigador mexicano Toussaint ha creido ver en esto una influencia oriental, explicable
porque Tasco era el paso obligado de las mercaderias que venia nde China a bordo del galeon
que una vez al año iba al puerto de Acapulco. En esta ciudad se realizaba una fiera de venta de
productos orientales –lacas, tibores, marfiles, mantones, biombos, etc-- y el saldo era luego
enviado a la ciudad de Mexico, pasando por Tasco donde probablemente se venderia una parte.

Para acentuar la impresion de riqueza de este templo su arquitecto, Diego Duran Berruecos, hizo
esculpir todos los muros interiores con almohadillados y puntas de diamante. La cupula, que se
alza sobre un elevado tambor octogonal, esta revestida con azulejos de Puebla de brillante
colorido, lo que contribuye a dar sensacion de gran riqueza decorativa. Este templo se comenzo
en 1751, inaugurandose ocho años despues.

La figura mas conspicua del pleno barroco en Mexico es la del arquitecto Lorenzo Rodriguez, a
quien se creyo hasta hace poco nacido en el pais, pero que hoy sabemos que era español,
oriundo de Guadix. Es interesante esto porque nos sirve para mostrar hasta que grado la fuerza
del ambiente americano doblegaba a los artistas. Lorenzo Rodriguez, de formacion artistica
española, con antecedentes peninsulares en su carrera, llego a Mexico hacia 1731, comenzando
como ejecutor de retablos y constructor de algunos de los edificios proyectados por Diez de
Navarro. Poco a poco se fue independizando, al mismo tiempo que su gusto se adapto al del
pais,hasta que en 1749 se le encomendaron los planos de la Iglesia del Sagrario, contigua a la
Catedral, realizando alli su mejor creacion, personalisisima y sobre todo indiscutiblemente
americana, desligada totalemten de todo antecedente europeo. Como Rodriguez trabajo al
principio en la ejecucion de altares, se explica que haya sido uno de los mas entusiastas
creadores de esa modalidad tan mejicana que consiste en llevar al exterior, vertidas a la piedra,
las formas recargadas utlizadas en lso retablos y altares interiores. El Sagrario, de planta en cruz
griega, esta adosado a la catedral, de modo que solo le quedan visibles dos fachadas, en las que
Rodriguez aplico en grado superlativo esas formas retablisticas, con gran despliegue de estipites,
frontones quebrados, cargazon decorativa y violencia de claroscuros. Toda esta orgia ornamental
esta realizada en piedra de Chiluca, color blanco grisaceo, que contraste fuertemente con los
muros laterales, de tezontle rojo oscuro. Como el hastial es muy elevado, el arquitecto aprovecho
la diferencia de altura entre ese cuerpo central y las partes adyacentes, mucho mas bajas, para
unirlos con un muro en gradacion descendente furiosamente recortado con curvas y contracurvas.
La columna salomonica ha desaparecido por completo, reemplazada por el estipite, elemento que
Lorenzo Rodriguez complico hasta extremos eincreibles, en una verdadera euforia decorativa.

Esta misma riqueza escultorica, y la oposicion entre el rojo y el blanco, fue utilizada por Rodriguez
en la iglesia de la Santisima Trinidad, tambien en la ciudad capital, hecha en los años 1755 a
1783. Del midmo arquitecto es la portada del Colegio de las Vizcainas, asi como gran cantidad de
palacios privados, entre ellos los del Conde de Xala, marquesa del Villar del Aguila, etc. y edificios
en los que continuo aplicando su caracteristica arquitectura de violentas curvas, cargazon
decorativa y contrastes policromos. El influjo de Lorenzo Rodriguez fue muy grande, llenandose la
ciudad de Mexico de templos y casas inspiradas en sus obras; el caso mas evidente es el del
templo de Balvanera, de autor desconocido.

Dentro de esta tendencia debe ubicarse tambien al hermoso templo jesuitico de Tepotzotlan,
situado en el valle central, no muy lejos de la capital. Iguala o excede en riqueza a La Santisiam y
al Sagrario, pero carece del contraste de color, pues esta ejecutado integramente en piedra color
marfil, sin usar el tezontle. Ademas las pilastras y estipites no tienen tanto vigor como las del
Sagrario, de modo que esa fastuosidad se adhiere al muro como un tapiz, rico en motivos pero sin
energia escultorica. La influencia morisca se advierte en las fachadas laterales, pues tiene debajo
de la cornisa una guarda imitando gualdrapas o cortinados, de indudable origen musulman. La
iglesia de Tepotzotlan, construida en 1760-1762 por un arquitecto cuyo nombre se ignora forma
parte de un vasto conjunto en cuyo interior hay una capilla dedicada a la Virgen de Loreto.
Tambien en esta se acusan aportes moriscos, pues la boveda que la cubre, de planta ocrogonal,
esta formada por gruesos nervios que se cruzan dejando en el centro un ojo, a la manera de las
bovedas del siglo X en la mezquita de Cordoba.

La ultima etapa del barroco tiene su maximo representante en el arquitecto Francisco Guerrero
Torres, nacido en Guadalupe, cerca de la ciudad de Mexico. Con este artista ls formas barrocas
alcanzan su plenitud, pues no se concreta a las fantasias puramente superficiales sino que busca
tambien innovar en la organización interior de los edificios. Sus dos obras maestras, La
Enseñanza y El Pocito, ase apartan de los monotonos tipos tradicionales tan repetidos, buscnado
soluciones novedosas en planta y organización espacial.

La Iglesia de La Enseñanza (1772-1778), de una sola nave,abandona el tipo rectangular corriente


para convertirse en un octogono irregular, dividido interiormente en tres cuerpos de distinta altura
con lo que logra un efecto intensamente teatral. El tramo de los pies es muy prolongado, dando
lugar a un amplio coro alto que deja en penumbra gran parte del templo para conseguir por
contraste un efecto mas deslumbrante en la parte del presbiterio. Al penetrar en la zona de
oscuridad del sotocoro, el arco trebolado que sostiene la boveda se recorta nitididamente sobre el
fondo de oro del altar mayor: la vigorosa escultura del retablo y las pinturas que completan la
decoracion interior se unifican para producir esa impresion integral caracteristica del pleno
barroco.

La capilal del Pocito, construida en 1777 y 1797 en la villa de Guadalupe cercaana a la capital
mexicana, es sin discusion la obra mas original de toda la arquitectura colonial del continente. Fue
levantada para abrirgar un poco a cuyas aguas se atribuian virtudes milagrosas. Esta compuesta
por un cuerpo central ovalado, precedido por un vestibulo circular donde esta el pozo, y una
sacristia octogonal de lados alternadamente rectos y curvos.
Este acoplamiento de curvas produce una extraña planta, en la que al principio podria pensarse
en las siunosidades de un Borromini o de un Guarini, pero que en realidad tiene un origen mucho
mas remoto. Guerrero Torres tomo como modelo un antiguo monumento romano, en ruinas a
comienzos del siglo XVI, cuyo relevamiento fue publicado por Serlio en su conocido tratado. Pero
lo realmente interesane es que, si bien respeto casi fielmente esa planta, e n la elevacion se
aparto por completo, creando uno de los edificios mas originales de que se tenga noticia. Cubrio
los tres locales con cupulas de distinto tamaño, revestidas con ceramicas de Puebla en color azul
y blanco formando zigzag, apoyada sombre tambores energicamente recortadso y con identico
recubrimiento de azulejos. Los muros son de tezontle de color rojo intenso, y las portadas y
ventanas de piedra de Chiluca blanquisima. Los arcos de los vanos so nde formas muy
recortadas, y los sojos de buey en forma de estrella, todo ello recargado con abundante
decoracion esculpida. En suma, la violenta curvatura de la planta, los tres grandes volumenes de
las cupulas que se interpenetran en parte, y la brillante policromia lograda con los azulejos y las
piedras, hacen de la capilla del Pocito un monumento originalisimo, en el que las fantasticas
creaciones del espiritu mexicano han logrado suculminacion. El sentido innato del color que
hemos dicho que tienen los mejicanos, sumaod a la imaginacion desenfrenada del arquitecto
Guerrero Torres, se han concertado en este monumento, para hacer de el la expresion mas
acabada y audaz del barroco americano.

En otro aspecto de la arquitectura puede tambien decirse que el siglo XVIII se independizo de sus
antecedentes europeos: me refiero a la decoracion interior hecha con yeserias policromadas,
sistema preferido por los artistas populares. Este procedimiento, que por su bajo costo y facilidad
de coloracion fue utilizado por los artesanos anonimos, tuvo su centro en Puebla, si bien sus
artistas lo llevaron mas tarde a todos los ambitos del pais. En Puebla se encuentra uno de los
casos mas tipicos de este sistema ornamental, la capilla del Rosario anexa al templo de Santo
Domingo, inaugurada en 1690. En ella se han recubierto totalmente los muros laterales yl a cupula
con tarjas, cintas, escudos, roleos, guirnaldas, etc. realizados en yeso coloreado luego en oro: el
efecto que produce esta avalancha ornamental es abrumador, agobiante al par que desulmbrador.
Lo mismo puede decirse de Santo Domingo deOaxaca, templo que si bien es del año 1611, fue
deocrado con el sistema de yeserias poblanas a fines del siglo XVII. Lo mas original en este
monumento es la boveda del coro, en cuya parte inferior el desconocido artista esculpio un
enorme arbol genealogico de Jose, cuyas rmas y personajes cubren por completo dicha boveda.

Cerca de Puebla se encuentran las dos expresiones mas tipicas del arte popular: San Francisco
Acatepec y Santa Maria Tonantzintla. La primera tiene sus fachadas y torre totalmente recubiertas
con azulejos en los que dominan los colores azul y amarillo; no hay un solo trozo exteiror que no
este revestido con dicho material, pues hasta las columnas y capiteles son de ceramica. No se
trata deun simple recubrimiento logrado con la aplicación de azulejos corrientes sin ode piezas
especialmente moldeadas para cada lugar, con la dimension y curvatura requeridas, ya sea para
los fuste,s capiteles, cornisas, arcos, etc. Lamentablemente el interior de este templo se incendio
hace pocos años, perdiendose todas sus yeserias y retablos. Santa Maria Tontantzintla, si bien
tiene su fachada principal recubierta con ceramica, despliega sus galas en el interior, pues desde
el suelo hasta las claves de las bovedas y cupulas esta integramente decorada con yeseria de
brillante colorido tornasolado; analizados en detalle los elementos pueden verse infinidad de
angeles desnudos revoloteando, tocando instrumentos, llevando flores. Lo curioso es que todas
estas figuras tienen rostros marcadamente indigenas, prueba de ques desconocidos autores
pertenecian a esta raza. Es claro que no siempre la arquitectura popular fue anonima, como por
ejemplo en la fantastica Colegiata de Ocotlan, firmada por “el indio Miguel”, semidesconocido
artista que creo una originalisima fachada que se abre a manera de enorme concha, entre dos
torres delgadas recubiertas con hexágonos de mayolica roja que las hacen parecer unas
serpientes erguidas.

Un ultimo caso de arquitectura barroca que interesa mencionar es el de La Soledad de Oaxaca,


cuya fachada se desarrolla en planos entrantes y salientes, a manera de biombo. Esto notendria
mayor importancia sino fuese porque Oaxaca, cercana a la costa del Pacifico, fue zona muy
influida por los aportes orientales, por lo que cabe suponer que esa forma de biombo no es pura
casualidad. Otra prueba en favor de estas influencias orientales nos lada el altar mayor de
Yanhuitlan, no lejos de Oaxaca, resueelto tambien en planos desplegados como biombo. Es
innegable que los productos filipinos y chinos que el galeon de Acapulco traia una vez al año
desde Manila se desparramaron por la costa occidental americana, llegando hasta el Peru, donde
tambien influyeron sobre las artes locales, aunque logicamente en menor grado que en Mexico.
CAPITULO IV: La fusion hispano-indigena
Pocos años despues de producirse la conquista de Mexico por los españoles, cayo tambien en su
poder el imperio inkaiko, que indudablemente constituia el gran centro de cultura indigena
americana, comparable al de los aztecas y al de los mayas. La proeza cumplica por Pizarro y sus
huestes al apoderarse de ese enorme imperio cuya capital era el Cuzco, supera a la realizada por
Hernan Cortes, porquedebieron vencer no solo la resistencia de ejercitos poderosos sino tambien
escalar un macizo de montañas cuya altura casi iguala a la del Himalaya, atravesar planicies
desiertas situadas a 4000m de altura y salvar precicipios cuyos puentes construidos con lianas
habian cortado los indios en su retirada defensiva. Este enfrentarse con una naturaleza de descala
suprahumana es, en esencia, la calve de la transformacion operada en el arte español al ponerse
en contacto con las culturas indigenas de Peru y Bolivia: mas que la influencia de manifestaciones
esteticas que no tenian ningun punto de contacto con lo español, fue el encontrarse con
panoramas descomunales, con fuerzas teluricas tremendas lo que torcio la europeizante intencion
de los artistas hasta imprimir a sus creaciones un acentuado carácter andino, inmovil y petreo,
hosco y ceñudo como los rostros de los indios del altiplano.

Cuando los conquistadores irrumpieron en el imperio inkaiko, este se hallaba en el maximo de su


poderío, aabrcando una enorme zona, aproximadamente desde el Ecuador hasta el norte de la
Argentina. Civilizaciones mas antiguas habian sido absorbidas por el inkario o habian ya
desaparecido. El centro de gravitacion mas importante al arribo de los conquistadores se
encontraba en Tiahuanaco, cerca del lago Titikaka, situado a 4000m de altura sobre el nivel del
mar; de alli que por relacion cronologica con esa metropoli si mencionen culturas
pretiahuanaquenses, que van del 300 al 900 de nuestra era; la cultura tahuanaquense
propiamente dicha, del 900 al 1200; y las postiahuanquenses, que son las que desembocan en el
formidable imperio inkaiko.

De las primeras solo cabe mencionar la de los Mochicas, en la zona norte de la costa del Peru,
constructores de las mas antiguas “huacas”, que asi llamaban a sus piramides ceremoniales.
Estan estas construcciones muy parecidas a los “mastabas” egipcios, hechas con adobes o
grandes ladrillos de barro cocido al sol. La huaca del Sol, situada cerca del emplazamiento
arqueologico de Moche, constaba de una primera platforma escalonada de 228m de largo por 18
de altura, y sobre esta base se levantaba la piramide propiamente dicha, de 103m de lado por 23
de alto. Las caras de estas huacas estaban decoradas con bajo relieves cuyos motivos realistas
se repetian al infinito, como si hubiesesn sido hechos con moldes. Sobre esta cultura Mochica vino
luego a superponerse la del reino Chimú, con caracteristicas parecidas. Tuvieron ciudades
importantes, entre ellas Chanchan, la capital, que ocupaba unos 18km cuadrados de superficie.

En el sur de la costa del Peru se desarrollo la cultura Nazca, notable por su alfareria de color y por
sus tejidos. Los motivos decorativos de sus vasos y telas, mas fantasticos que los mochicas y
chimues, influyeron en las culturas tiahuanquenses e inkaikas que vinieron despues, y por
intermedio de estas pasaron a la de los españoles, como hemos de ver mas adelante.

Mas importante que todas estas fue Tiahuanaco, nombre del emplazamiento de su centro
religioso, en plena meseata andina y a 20km del lago Titikaka. Tiahuanaco fue un centro religioso
importante, cuyos restos semidestruidos atestiguan su grandeza. Aun pueden verse un recinto de
125 metros de lado, llamado Calasasaya, en cuyo interior queda la Puerta del Sol, construida en
un enorme bloque dep iedra de 12 toneladas de pes, y algunas estatuas de un tosco primitivismo.
Escalinatas, tumbas semisubterraneas e infinidad de enormes bloques dispersos atestiguan la
importancia que debio tener, aun cuando a la llegada de los españoles ya estaba destruida,
probablemente por los inkas conquistadores. Lo interesante es que aquí ya nos encontramos
frente a un pueblo que trabajaba perfectamente la piedra, a diferencia de los de la costa, que
usaban el barro. Es cierto que, lo mismo que los restantes pueblos de America, no conocieron el
arco adovelado, pero llegaron a tener perfecto dominio de las tecnicas liticas, pese a, no conocer
el hierro. En la cultura tiahuanaquense ya aparecen las puertas y ventanas de forma trapezoidal,
procedimiento frecuente en las culturas que ignoraron el arco, como los prehelenicos. El area de
dispersion de la cultura de Tiahuanaco fue muy grande, casi tanto como la que despues ocuparia
el imperio inkaiko.

Todas estas culturas fueron dominadas y absorbidas finalmente por los inkas, que constituyendo
al principio una serie de “ayllus” o tribus inconexas, terminaron por unificarse en un formidable
imperio.

A comienzos del siglo XIII el decadente poder centralizador de Tiahuanaco habia desaparecido,
avasallado por invasiones de pueblos mas poderosos, que terminaron por estratificarse en un
dualismo conquistador correspondiente a los dos grupos etnicos principales de “quichuas” y
“aymaras”, algo asi como el dualismo latino-estrusco de la Roma primitiva. Ya los jefes
conquistadores comenzaron a llamarse “Inkas”; el idioma quichua fue predominando sobre los
demas, y una serie de transformaciones de tipo absolutista culminaron en el año 1438, en el que
el Inka Pachacuti Yupanqui inicio la expansion imperialista que habria de llevar al inkario al
maximo de su extension geografica y de su poder absoluto. Cuando en 1532 irrumpieron los
españoles, el imperio inkaiko llegaba por el norte hasta el rio Ancasmayo en Colombia, y por el sur
hasta la parte central andina de la Argentina y Chile. Por una serie de habiles medidas
gubernamentales de tipo absolutista, el imperio habia logrado una acentuada homogeneidad, con
una misma cultura, una misma lengua y una misma religion.

El culto, cuyo dios principal era un ser creador que llamaba Huiracocha, tenia un marcado sentido
astrolatico, figurando entre los dioses mayores el sol –Inti-- y su esposa la luna –Quilla--, el trueno
–Illapa--, e infinidad de dioses de poder sobrenatural, a los que renian culto levantandoles
“huacas”, esas piramides truncas cuyo origen ya hemos visto que se remonta a las culturas
anteriores a Tiahuanaco. Los sacrificios tenian gran importancia en esta religion, aunque de
preferencia se inmolaban animales, y rara vez seres humanos. El desarrollo de los Colegios de
sacerdotes y de virgenes consagradas al culto solar dio lugar a conjuntos arquitectonicos
religiosos, de los cuales el mas importante era el “Coricancha”, en el Cuzco, que quiere decir
“recinto de oro”, y al cual los españoles denominaron Templo del Sol. Era un vasto recinto rodeado
por alto muro, en cuyo interior se encontraban muchos locales que en poco se diferenciaban de
las casas inkaikas comunes: muros de piedra perfectamente pulida, puertas de forma trapezoidal,
sin ventanas y con el techo de paja. En la parte oriental del recinho hubo algunos locales de
mayor importancia, que acaso constituirian el templo propiamente dicho, donde se exponia un
enorme disco de oro que simbolizaba al sol, y las momias de los once inkas que hubo hasta el
momento de la conquista. Lamentablemente, todo este conjunto fue destruido por los españoles, a
excepcion de unos pocos locales pequeños y un muro curvo del templo, todo lo cual ha quedado
englobado por las edificaciones de la iglesia y convento de Santo Domingo que se levantaron en
ese mismo lugar.

Si bien de la arquitectura religiosa y la privada solo nos han llegado restos escasos, poseemos
uen cambio magnificas manifestaciones de la arquitectura militar, entre las cuales deben
destacarse las fortalezas de Sacsahuaman, Ollantaytambo, Machu-Pichu y Pissac. La primera de
ellas es la que defendia al Cuzco; esta situada sobre la montaña que domina la ciudad y consta de
tres series de murallas diespuestas en zig-zag, construidas con piedras enormes, algunas de las
cuales alcanzan hasta 5m de altura. Fue levantada en diversas epocas, como lo atestigua la
variedad de su aparejo, pero tanto en lso bloques megaliticos como en los sillares escuadrados,
se evidencia un notable dominio del labrado de la piedra.

En resumen, puede decirse que la arquitectura inkaika tenia los mismos caracteres de
monumentalidad y extraversion que vimos en los pueblos mesoamericanos, pero no tan
acentuados. El extraordinario dominio de las tecnicas liticas supero al de mayas y aztecas, si no
en la variedad de temas, con certeza en el cuidado y perfeccion de la labra. Ninguno de los
pueblos americanos precolombinos “acaricio” la piedra como los inkas, que llegaron a obtener, con
un utillaje rudimentario, aparejos de un ajuste perfecto y de un pulimento no superado por lso
europeos. Tal fue el legado hecho por los quichuas y aymaras a los conquistadores; los
arquitectos españoles encontraron gran cantidad de habilisimos artesanos a quienes solo tuvieron
qu indicar lo que deseaban para que su realizacion fuese efectiva. Al lado de esta tecnica, todo un
repertorio de motivos animales, vegetales y aun puramente imaginativos, representados
preferentemente en la ceramica mas que en la arquitectura, fueron transferidos a las formas
arquitectonicas de importacion, dando lugar a una extraña y original simbiosis indoeuropea.

Por supuesto los españoles han de haber tropezado en esta parte de America con los mismos
problemas que en Mexico. En primer lugar, el miedo al vacio, al espacio interior, practicamente
inconcebible para el indio acostumbrado a formas de vida y de ritual puramente externas. Luego,
la necesidad de dominar a grandes masas de pueblo y la catequizacion en vasta escala. Ya vimos
como en Mexico esto determino la construccion de templos-fortalezas y capillas abiertas; luego,
cabria suponer que tambien en Sudamerica habrian de repetirse esas soluciones, pero no fue asi.
No se conoce un solo ejemplo de templo fortificado a semejanza de los de Mexico, y en cuanto a
capillas para indios, suponemos que han de haber existido porque se habla de ellas en
documentos antiguos y ademas porque nos han llegado algunos ejemplos, pero de escasa
importancia y hasta algunos de ellos dudosos. En el Cuzco existen dos casos, pero no todos los
historiadores estan de acuerdo en reconocerlas como capillas abiertas. En San Agustin, de Saña,
Peru, se ven las ruinas de una capilla adyacente a la cabecera del templo, que ofrece la
particularidad de estar abierta hacia el exterior, lo que pareceria indicar que se trata de un caso de
capilla para indios. La iglesia de Urcos, Peru, tiene en su fachada principal una galeria elevada
sobre la puerta de entrada, que tambien pareceria haberse usado para oficiar misa a los indios
reunidos en la plaza o atrio. Pero en todo caso solo habria escasos ejemplos, y ninguno de la
magnitud y belleza de los de Mexico. En cambio, nso han llegado algunos atrios con capillas-
posas en los angulos, como el de Copacabana, en Bolivia, cuya semejanza con los que
estudiamos en el capitulo II es evidente.

Al no existir templos-fortalezas ni capillas abiertas –las dos grandes creaciones mexicanas


del siglo XVI-- la arquitectura de la primera centuria de la colonizacion en Sudamerica
pierde interes, ya que se reduce a formas europeas trasplantadas con mas o menos pureza,
y lo que en realidad nos interesa y buscamos en este estudio son las manifestaciones
arquitectonicas en donde lo americano alcanza categoria independiente. Por esto nos
limitaremos a dar una rapidisima reseña de los principales edificios del siglo XVI en America
meridional, la mayor parte de los cuales se encuentra en Colombia, Ecuador y Peru; los paises
restantes carecen de importancia en esa primera epoca.

La ciudad de Tunja, en Colombia, ha conservado su catedral, iniciada en 1569 por Pedro de Sosa.
Es un templo de tres naves, con crucero, sumamente alterado por agregados modernos, que
afortunadamente respetaron la portada principal, hecha por Bartolome Carrion en 1598-1600. Es
un magnifico ejemplo de arquitectura del bajo renacimiento, en el que se mezclan elementos
dispares como los capiteles corintios en los que los cauliculos han sido reemplazados por parajos
–a la manera del plateresco español--, o las piramides terminadas en bolas, que tanto uso Juan de
Herrera en el Escorial. El cuerpo de esta iglesia era en realidad gotico-mudejar, con magnificos
artesonados, hoy desaparecidos, y los arcos que separaban las naves de forma apuntada
cargando sobre pilares cilindricos.

Tunja posee un notable conjunto de casas del siglo XVI en las que se ve el tipo netamente
castellano, con patio central claustrado solamente en dos o tres de sus frentes, con arcos en
planta baja y dinteles en la planta alta, a la manera toledana. Todas estas casas de
conquistadores ostentan magnificas portadas renacentistas, con sus escudos nobiliarios: las mas
notables son las del capitan Suarez Rendon, capitan Ruiz Mancipe, escribano Juan de Vargas,
capitan Bravo Maldonado, gobernador Mujica y Guevara, etc. todos apellidos tradicionales de
quienes actuaron en la conquista del Virreinato de Granada. Notablemente interesantes son las
decoraciones pintadas en los techos de los salones principales de la casa de Juan de Vargas,
donde aparecen un rinoceronte, gigantes barbudos, roleos, guirnaldas, anagramas, etc, copiados
de grabados flamencos y alemanes. Asi, sin lugar a dudas, el rinoceronte esta copiado de un
grabado de Alberto Durero; este tema se popularizo en Europa a raiz de quella famosa embajada
que envio el rey Manuel I de Portugal al Papa Leon X en 1515, llevando de regalo un elefante y un
rinoceronte. Es sabido que el elefante llego al Vaticano y tuvo el honor de ser pintado por Rafael;
no asi el rinoceronte, que murio en el viaje. Muchos grabadores de la epoca divulgaron la figura de
la fiera africana, entre ellos Durero. Queda asi explicada la curiosa procedencia de un tema tan
extraño al continente americano, que encontramos perdido en una casona de la meseta
colombiana.

Otra ciudad de Colombia en la que aun quedan algunso edificios del siglo XVI es Cartagena de
Indias, pero lo mas interesante son sus estupendas fortificaciones, en las que intervinieron los
Antonelli, Roda y Garavelli, aquella familia de arquitectos miltares de quienes hablamos al estudiar
los monumentos del mar de las Antillas.

Quito, capital de Ecuador, fue un centro artistico de gran importancia en la epoca colonial,
especialmente en pintura y escultura, artes en las que marcho a la cabeza de la America
meridional, constituyendose en la proveedora de cuadros e imagenes para toda esta parte del
continente. Su influjo artistico fue muy grande, extendiendose por el norte hasta Tunja, y por el sur
hasta la antigua Charcas, hoy Sucre, en Bolivia.

Su vida artistica se inicio junto con la fundacion de la ciudad en 1534, pues desde los primeros
dias actuo un grupo de misioneros franciscanos, encabezados por dos flamencos, fray Pedro
Gosseal y fray Jodoco Ricke, excelentes artistas ambos, especialmente el primero que era pintor.
Ricke era nativo de Gante, pariente del Emperador Carlos V, y aun cuando no nos han llegado
obras de arte hechas directamente por el, consta que impulso el estudio de las bellas artes
fundando una escuela. El cronista Cordoba y Salinas dice que alli se enseñaba “no solo la doctrina
cristiana, sino tambien a leer y escribir, y los oficios necesarios en una republica, albañiles,
carpinteros, sastres, herreros, zapateros, pintores, cantores y teñedores, y demas oficios en que
ellos son diestros, y les enseñaron a los naturales de estos Reynos”. Esta escuela fue la primera
donde se enseñaron las artes en Sudamerica. Ademas, se sabe que en los primeros años
siguientes a la fundacionde la ciudad, vivian en ella muchos artifices indigenas del Peru, como
tambien obreros mudejares que vinieron con las tropas conquistadoras, y es muy probable que
fray Jodoco Ricke llevase artistas flamencos, compatriotas suyos, para trabajar en la decoracion
de la iglesia y convento de San Francisco, la obra mas importante de la primera centuria colonial,
debida a su iniciativa.

El gotico tardio, que dejo algunas huellas en los paises que hemos estudiado anteriormente, no
llego a Qito. Solo se encuentra un resto goticista en la boveda que cubre el coro del templo de
San Agustin, siendo lo demas del edificio renacentista. Mayor influencia ejercio en cambio el arte
mudejar, sobre todo en lso artesonados, de los que hay muchos y excelentes ejemplos en quito.
Uno de los mejores era el de la Catedral –comenzado en 1562-- pero a raiz de un templor de tierra
fue necesario rehacer gran parte del techo, perdiendose asi casi todo el artesanado original. El
templo de Santo Domingo tambien tiene un artesonado tipicamente mudejar, como asimismo San
Francisco. Ademas, de estos techos, hay tal cantidad de ornamentacion mudejar en cielorasos,
arrimaderos, retablos, etc. que es evidente que hubo toda una colonia de artifices moriscos, cuyas
enseñanzas llegaron probablemente hasta Sucre, otra ciudad donde tambien hay produsion de
artesonados mudejares de gran calidad.

Francisco Becerra, aquel famoso arquitecto español que vimos actuar en Mexico, tambien estuvo
en Quito, y a el se atribuyen las plantas de los templos de Santo Domingo y San Agustin, hechas
hacia 1581, pero la terminacion de ambos edificios es obra posterior a Becerra. Aun cuando las
dos son excelentes obras de arte, no hay en ellas elementos netamente americanos ni son tan
notables como para justificar su analisis minucioso.

En cambio San Francisco merece que nos detengamos en su estudio. El convento fue fundado
por fray Jodoco Ricke en 1535 sobre las ruinas del palacio del Inka Huaina Capac. Documentos
del año 1581 informan que para esa epoca el convento estaba casi terminado, con dos claustros
grandes (llego posteriormente a tener siete claustros), el templo mayor y dos capillas publicas y
todos los locales necesarios para la vida monacal. Una inscripcion grabada en la porteria dice que
se acabo el 4 de octubre de 1605. Pero lo que realmente interesa es la fachada principal del
templo por los problemas estilisticos que plantea. Sus dos cuerpos principales estan compuestos
con ordenes toscanos superpuestos, con fustes panzudos en la parte central y fustes
almohadillados o a tambores en las partes laterales. Todo el fondo de la fachada, detras de dichas
columnas, esta lleno de almohadillados y puntas de diamante.

Consta documentalmente que ya para 1581 estaban hechas las “ricas portadas de canteria”. Esta
fecha y el severo carácter de toda la fachada ha llevado a los investigadores ecuatorianos a
relacionar su arquitectura con la del Escorial, cuando en realidad son dos cosas netamente
distintas. Juan de Herrera hizo en el famoso monasterio-panteon una aplicación de normas
puristas y severas en grao sumo, en tanto que el desconocido autor de San Francisco recurrio a
todas las licencias que se permitian los manieristas, especialmente Serlio. Hay en el mismo
convento otro caso notable de aplicación de los tratadistas italianos del Bajo Renacimiento: la
portada principal que comunica la porteria con el primer claustro cpia exactamente la portada del
Palacio Farnesio en Caprarola, divulgada por su autor, Vignola, en su conocido Tratado de los
cinco ordenes.

Mas interesante aun es la portada del Colegio de la Compañia de Jesus, tambien en Quito, copia
fidelisima de una fuente que existia en Villa Grimani, en las afueras de Roma, obra de Miguel
Angel. El dibujo de esta portada fue publicado en la primera edicion española del Vignola, hecha
pr Patricio Caxes en 1593. La unica diferencia entre la portada quiteña y el original romano radica
en una ventanita rectangular que ocupa el mismo sitio y forma que ocupaba una cartela con
inscripciones en la Villa Grimani. Tambien en Colombia, en la fachada lateral de la Catedral de
Pasto, se repitio esta portada, acaso obra del mismo y desconocido arquitecto que hizo la de
Quito.

Otro caso interesante de influencias italianas es el templo de la Compañia de Quito, cuya planta
repite casi fielmente la del Gesu de Roma. Interiormente tiene unas fastuosas decoraciones en
estuco, de sabor netamente mudejar, lo que leda un aspecto muy original. Pero nuevamente el
italianismo aflora en la fachada de este templo, obra del Padre Leonardo Deubler, quie nla
comenzo en 1722, continuandola el Padre Venacio Gandolfi, natural de Mantua, quien la concluyo
en 1765. En el cuerpo bajo se utilizaron columnas salomonicas estupentamente labradas, que
recuerdan las del baldaquino de San Pedro, aunque se diferencian de estas por tener estriado el
tercio medio y no el tercio inferior, como hizo el Bernini.

Ademas de todos estos detalles de gusto italiano que hemos citado, debe agregarse el uso de
cornisas sobre pequeños arquillos, como tanto se uso en Lombardia, todo lo cual hace de Quito
un campo fertil para las investigaciones historicas, aun no realizadas con la profundidad que el
tema exige. Claro esta que no queremos decir que se trata de un centro artistico netamente
italiano, puesto que en conjunto es muy español, o mas bien quiteño, pero no deja de llamar la
atencion toda esta cantidad de detalles peninsulares que se registran en esta ciudad como en
ninguna otra de America. El origen y procedencia de esos detalels foraneos ha de verse, mas que
en la obra de arquitectos italianos –ya hemos dicho que hubo algunso en Quito, como el Padre
Gandolfi--, en la divulgacion de los tratadistas, especialmente Serlio, de quien se publico una
edicion española en Toledo en 1573. El traductor de esta edicion fue nada menos que Francisco
de Villalpando, uno de los arquitectos del celebre Alcazar de Toledo.

A demejanza de lo que sucedió en las Antillas y Mexico, el hotico tambien tuvo sus expresiones en
la America meridional. Debemos tener presente que las formas artisticas medievales persistieron
en España mas que en cualquier otro pais europeo; agreguese a esto el retraso con que esas
formas llegaban a los territorios provinciales del imperio español, y se tendra la explicacion de esa
persistencia de formas goticistas en America, cuando ya Europa habia completado el ciclo
renacentista o Italia estaba en pleno manierismo. Pero no hade suponerse por lo que acabamos
de decir que realmente haya habido edificios plenamente goticos en su plastica y en su espiritu: se
trata solamente de detalles aislados, las mas de las veces perdidos dentro del conjunto de los
edificios, que se encuadraban en las tendencias del bajo renacimiento.

Asi, en el norte del Virreinato del Peru, sobre la costa, nos encontramos con dos poblaciones hoy
en ruinas que tienen edificios con todas su bovedas de cruceria: Saña y Guadalupe. En la ciudad
de Lima la iglesia de Santo Domingo posee magnificas bovedas goticas de cruceria que datan del
siglo XVI, copiadas mas tarde en otros templos de la Ciudad de los Reyes. Esa iglesia dominica
fue comenzada en 1547 por el “maestro de canteria” Jeronimo Delgado, y aun cuando sabemos
que despues del terremoto de 1678 el arquitecto fray Diego Maroto le hizo muchas reformas, la
estructura de las bovedas de los tramos cercanos a la entrada no fue alterada. En cambio se
rehicieron las bovedas de las capillas laterales con “quincha”, sistema consistente en ahcer una
armazon de cañas y maderas y revestir luego esa estructura con revoque o estuco, simulando las
nervaduras de una boveda gotica. Este sistema de falsas bovedas tuvo enorme difusion en Lima
donde los temblores son muy fuertes y frecuentes. El uso de la boveda gotica –que aparece en
casi todos los templos limeños hasta pleno siglo XVIII- tiene su origen precisamente en la
necesidad de buscar estructuras deformables que permitiesen resistir esos temblores. Se
conservan curiosos documentos del siglo XVI en los que los arquitectos discutian acerca de la
mejor solucion para el problema sismico, y casi todos estuvieron de acuerdo en que las bovedas
nervadas eran las mejores por su elasticidad adaptandolas para la mayoria de las iglesias. Al
principio se hicieron de ladrillo (pues ya dijimos que en la costa del Peru no hay piedra), pero
luego, cuando descubrieron el sistema de la “quincha”, prefirieron este por su mayor liviandad y
posibilidad de deformacion sin peligro de caerse. La tecnica de la “quincha” se hizo tan popular
que no solo se uso para las bovedas sino para todo el edificio, especialmente en las casas
privadas, integramente construidas con madera que se traia de Panama, cañas de Guayaquil y el
barrio local. Cuando esas casas llevaban alguna portada de importancia, en piedra, esta tambien
se traia de Panama, como lastre de los navios que hacian el viaje entre esa ciudad y el puerto del
Callao. Con este sistema de estructuras livianas puede decirse que Lima antigua era una ciudad
de bambalinas, como decoracion teatral, carácter que aun conserva en la parte vieja de la ciudad.

Junto a estos detalles de persistencia medieval aparece las portadas francamente renacentistas,
de las cuales hay muchas y muy buenas en la ciudad de Ayacucho, antiguamente llamada
Huamanga, llena de edificios del siglo XVI. Cabe citar entre ellos a San Cristobal, del año 1540 y
Santa Clara, de 1568, que es el convento mas antiguo de Sudamerica. Como detalle curioso, en el
timpano de la portada del Colegio de la Compania, en Ayacucho, aparece un elefante esculpido en
bajo relieve; en este caso no se trata de una copia de grabado –como vimos en Tunja-- sino de un
simbolismo, pues el elefante significa la fuerza de la iglesia catolica.

Entre los edificios del siglo XVI que nos han llegado cabria citar un conjunto de 16 iglesias que se
construyeron en la zona cercana al lago Titikaka, por voluntad del gobernador Gabriel Montalvo y
Peralta. En octubre de 1590 se firmo el contrato con los carpinteros Juan Gomez, Juan Lopez, y el
alarife Juan Gimenez, para construir 3 iglesias en Chuchuito, 3 en Juli, y 2 en Acora, Ilave,
Pomata, Yunguyo y Zepita. Con pequeñas diferencias, todos estos templos responden a un tipo
uniforme, de una sola nave muy alargada, concrucero bien acusado, abside poligonal, tachadas
con artesonado de madera y sin cupula. Son iglesias sencillas, en las que el mayor interes
artistico radica en las portadas, de arco de medio punto con pilastras y nichos flanqueantes y otros
detalles caracteristicos del bajo renacimiento, tratados con tosquedad provinciana.

Lo mismo que en Mexico, la figura capital entre los arquitectos del siglo XVI en el Virreinato del
Peru es la de Francisco Becerra, cuya trayectoria artistica venimos siguiendo desde su llegada al
Virreinato de Nueva España. Ya dijimos que habia nacido en Trujillo, Extremadura en 1545, y que
paso a Mexico acompañando al Virrey Martin Enriquez. Luego de una brillante actuacion en dicho
pais, donde entre otras obras vimos que comenzo la catedral de Puebla, paso a Quito, donde
planeo los templos de Santo Domingo y San Agustin. Estos edificios fueron modificados en
epocas posteriores, al punto de ser dificil deslindar la parte que realmente hizo Becerra.

Su antiguo protector en Mexico, Don Martin Enriquez, habia sido trasladado vomo Virrey al Peru,
llamandolo desde alli para que pasase a trabajar en las obras que el dinamico gobernante
deseaba emprender. Es asi como Becerra planeo las dos catedrales mas importantes del Peru, las
de Lima y Cuzco, que si bien han sufrido modificaciones y reconstrucciones muy grandes,
mantienen todavia en lo esencial el planteo yla concepcion espacial interior que les diera el
arquitecto trujillano. En efecto, para ambas catedrales adopto Becerra la planta tipicamente
española, consistente en templos de tres naves, mas dos filas de capillas laterales
profundas, crucero colocado casi en el centro, presbiterio de cabecera plana, y todo el
conjunto encuadrado dentro de un rectangulo, sin girola ni abside ni brazos del crucero o
cualquier otro elemento que podria romper el cubismo perfecto del volumen exterior. Para
hacer mas evidente esta tendencia a las formas planas, rectas, lisas, que son verdaderas
constantes de la arquitectura española, ambos templos carecen de cupula; probablemente se
deba esto al temor de los temblores, tan frecuente n ambas ciudades pero de todos modos esa
carencia de un elemento tan acusado como es el domo, contribuye a acentuar el cubismo de
estas catedrales. Mas adelante hemos de volver a referirnos a estos dos edificios, ya que en gran
parte fueron terminados o modificados en epocas posteriores a la que estamos tratando. Pero
estas reformas no alteraron lo sustancial de la arquitectura de ambas catedrales, que estaban en
plena ejecucion cuando en 1605 fallecio Becerra, en la ciudad de Lima.

Las manifestaciones arquitectonicas del siglo XVI en el Virreinato del Peru solo tienen un
valor artistico relativo,ya que no pasaron de edificios provincianos hechos con pobreza de
recursos y las mas de las veces por arquitectos improvisados. No hubo verdaderas
creaciones de carácter local como vimos en Nueva España, ni se levantaron grandes
catedrales de categoria igual a las que para esa epoca existian en la metropoli. Es necesario
llegar al a segunda mitad del siglo XVII para encontrarnos con formas artisticas que tengan valor
de creacion local, por lo menos con cierto carácter en los aspectos decorativos, que permitian
hablar de escuelas o modalidades regionales. Tres ciudades peruanas lograron esta relativa
independencia de formas, destacandose por sobre las demas del Virreinato: Lima, Cuzco y
Arequipa. Por upuesto, hubo tambien excelentes monumentos en otras poblaciones como
Ayacucho, Cahamarca, Pisco y Trujillo, pero las tres ciudades citadas anteriormente lograron
mayor independencia o carácter en sus creaciones, por lo cual las estudiaremos con mas
detenimiento que las otras. Claro esta que l variacion de formas estilisticas no coincidio
exactamente con los cambios de siglo. Muchas de las caracteristicas antiguas continuaron
sobreviviendo o languideciendo hasta bien avanzado el siglo XVII, especialmente las bovedas de
cruceria, en las que se vio la mejor solucion contra los temblores que continuamente azotaan el
Virreinato.

Esta evolucion puede seguirse visiblemente en la catedral de Lima. Cuando murio Becerra ya
estaban cerradas las bovedas, pero aun no se habia comenzado la fachada. Sucediole como
arquitecto Juan Martinez de Arrona, quien proyecto la portada principal con una composicion
manierista base de columnas corintias flanqueantes que soportan unfrontis uqebrado, y encima un
segundo cuerpo muy estrecho, conorado por un frontis curvo. Pero Martinez de Arrona fallecio
antes de terminar su portada; por poco tiempo le sucedió Jose de la Sida, hasta que en 1636 tomo
la obra el arquitecto Pablo de Noguera, natural de Barcelona. Este artista fue quien introdujo el
barroco en Lima, dando el impulso inicial de un movimiento que fuctificaria pronto en una serie de
caracteristicas locales. Noguera modifico el proyecto de Arrona –que conocemos porque nos ha
llegado el plano original-- a partir del entablamento. En lugar del frontis quebrado hizo otro mucho
mas pequeño, curvo, con los extremos muy levantados, abrazando un nicho central. El cuerpo alto
lo ensancho y complico, repitiendo en el segundo entablamento ese curioso frontis pequeño, muy
abierto y de brazos casi verticales, que en seguida hizo escuela y se repitio profusamente en Lima
yaun en el Cuzco. Las torres de esta catedral son ya obra del siglo XIX, por cierto de muy mal
gusto, desentonando con el resto del edificio.

Encarrilado ya el arte limeño en las vias del barroco, se sucedieron rapidamente las creaciones.
Una de las mejores, tal vez la mejor es el templo de San Francisco, destruido por el terremoto de
1656 y recomenzado de inmediato con planos del arquitecto portugues Constantino de
Vasconcellos. Si bien el terremoto citado destruyo la iglesia, se salvo la magnifica escalera, cuya
caja estaba cubierta con una cupula de media naranja totalmente realizada en el tipico trabajo de
lacería mudejar; era sin disputa la obra mas perfecta hecha por obreros moriscos en America,
pero lamentablemente fue destruida por un temblor en 1940.

La iglesia de San Fernando, de tres naves con crucero y cupula, ofrece el interes de mostrarnos la
evolucion de los sistemas constructivos en procura de lograr la mejor manera de soportar los
temblores. El primitivo templo tenia un simple techo de madera y teja; al reconstruirlo se hizo de
boveda, pero tanto que las mas antiguas se hicieron de ladrillo, las ultimas se hicieron de
“quincha”, ese sistema de entramado liviano recubierto con estuvo que ya hemos citado, y cuya
invencion o por lo menos primera aplicación se atribuye a Vasconcellos. A partir de entonces la
“quincha” se constituyo en el sistema tradicional limeño, pues indudablemente era una solucion
logica para los terribles temblores. Prueba de ello es que, cuando poco despues del terremoto de
1940 que destruyo la cupula de la escalera, visite el templo, pude obsrvar que las bovedas de las
capillas laterales, construidas de lardillo, estaban sumamente agrietadas, en tanto que las de
“quincha” solo tenian fisuras pequeñas.

La portada principal de San Francisco inicia la serie de grandes conjuntos limeños, con un barroco
en que los mejores efectos se logran en profundidad, adelantando o retrocediendo las columnsa,
abriendo nichos, superponiendo frontones muy abiertos y de alas levantadas y haciendo volar
columnillas sobre mensulas para acentuar la diferencia de planos. Esta enorme portada, que
parece un altar hecho de piedra y traido al exterior, alcanza la misma altura que la base de las dos
torres, entre las cuales queda como apretada. Las torres, como todos los muros del templo, tanto
interior como exteriormente, tienen sus parametros gruesamente almohadillados, caracteristica
que se repite en casi todos los templos limeños. Sobre la portada, siguiendo la curva del ultimo
frontis, corre una balaustrada de madera que continua en todo el perimetro del templo; esta otra
nota tipicamente limeña que se repite en muchos edificios religiosos como civiles. La portada
lateral de San Francisco, obra del alarife Manuel de Escobar, aunque mas sencilla que laprincipal,
tiene las mismas caracteristicas de movimiento en distintos planos y riqueza decorativa. El
claustro mayor del enorme convento franciscano tambien nos muestra uno de los primeros casos
de lo que luego seria corriente en todos los claustros limeños: abajo arquerias de medio punto, y
arriba arquerias de menos ancho, en este caso ovalados y en otros de formas muy rebuscadas y
originales. En el claustro alto de San Agustin se alterno un arco grande con uno pequeño,
logrando asi un curioso efecto similar al que vimos en el convento homonimo de Quito.

Otro excelente convento e iglesia del siglo XVII es el de La Merced, cuyos planos hizo en 1628 el
arquitecto fray Pedro Galeano, aun cuando la portada es obra posterior, de 1697 a 1704, como lo
prueban las columnas salomonicas y otros detalles de barroquismo mas avanzado. De
excepcional importancia es la escalera principal de este convento, con rampas que se bifurcan, y
colocada entre dos claustros contiguos de modo de hacerla completamente transparente y abierta.
El claustro principal, obra del siglo XVIII, vuelve a ofrecernos ese sistema de alternar un arco
mayor con otro menor que vimos en Quito. Pero aquí ya nos on arcos simples sino de formas
lobuladas, con fuerte acento mudejar, como si se hubiese tratado de superar y complicar lo que en
Quito se hizo timidamente. La ultima y mas barroca etapa de evolucion de estos arcos lobulados
de distinto ancho, la encontramos en el patio del palacio Torre-Tagle, tambien en Lima, la joya mas
preciada de la arquitectura civil en la epoca colonial.

A medida que nos adentramos en el siglo XVIII vemos como el barroco limeño se fue
complicando, aunque siempre en un sentido puramente superficial y decorativo. Las
columnas estriadas o con escamas se reemplzaron por columnas salomonicas con el fuste de
pampanos y hojas, los frontones se complicaron en violentas curvaturas, los oculos ovalados se
reemplazaron por otros de fantasticas formas y las arquerias de lcaustros y portadas siguieron
identico camino en procura de curvas y contracurvas inquietantes y bizarras. Este proceso se
realizo simultaneamente en fachadas e interiores, ya que los retablos y altares y los grandes
imafrontes eran en definitia una misma cosa, variando solamente el material: madera para los
interiores, piedra traida de Panama para las fachadas. Esta euforia decorativa no afecto la plastica
general de las iglesias, que suigieron siempre el tipo de sabor local, consistente en una portada
muy alta, apretada entre las torres, estas muy bajas y pequeñas para resistir mejor los temblores,
la balaustrada coronando todo el perimetro del templo y la cupula –cuando existia-- pequeña y
construida de “quincha” lo mismo que las bovedas. La nomina de estas iglesias es muy grande;
bastenos citar entre ellas San Marcelo, Santo Cristo de los Milagros, San Carlos, Santa Teresa,
Santa Rosa de las Monjas, etc. Este tipo de ilgesia limeña se extendio hasta otras poblaciones de
la costa influenciadas por la capital, como Huaura, Ica, Nazca, Pisco, donde se repiten las mismas
formas analizadas.

Las plantas de los templos siguieron el tipo tradicional, de una o tres naves, con o sin crucero,
pero sin crear nada nuevo en su organización espacial. Un solo caso, el de la iglesita del Corazon
de Jesus o de las Huerfanas, nos muestra una curiosa planta eliptica, aun cuando exteriormente
no se traduce en curvas, pues esta inscripta dentro del volumen cubico tan grato a los españoles.
Otra excepcion notable es el claustro circular del Colegio de Santo Tomas, reconstruido despues
del terremoto de 1746. Esta vuelta ot retroceso, en pleno siglo XVIII, al patio redondo tan grato a
los arquitectos renacentistas, solo puede explicarse por el fuerte influjo que ejercio en España el
palacio de Carlos V en Granada, obra del arquitecto Pedro Machuca que se habia educado en
Italia.

La ultima etapa del barroco en Lima sufrio un afrancesamiento muy curioso, consecuencia
indudable del advenimiento al trono de España de un Borbon, nieto de Luis XIV, que paso a
gobernar con el titulo de Felipe V. La corte se convirtio a las modas y costumbres versallescas,
repercutiendo esto en todos los aspectos de la vida palantina, desde la vestimenta hasta la
arquitectura. Las colonias no quedaron ajenas a este afrancesamiento, llevado por las propias
autoridades, como en el caso del Peru donde el Virrey Manuel Amat y Junient hizo gala de sus
costumbres y refinamiento franceeses. Logicamente esta ingluencia se hizo mucho mas fuerte en
Lima que en el resto del Virreinato, por ser esa ciudad la cpaital y sede de las autoridades. En la
arquitectura, el galicismo se observa en un ablandamiento de las formas, en el uso de las curvas y
contracurvas caracteristicas de lo borbonico, en el despliegue de ornamentacion de tipo rococo,
especialmente en los altares. Los tretablos y el mobiliario en general tuvieron un acentuado
carácter frances, mezclado con el barroco colonial, dando lugar a curiosas hibridaciones. Tal vez
el ejemplo mas extraño sea el altar mayor de San Sebastian, donde aparecen unas pilastras que
en mitad del fuste simulan abrirse o reventar para mostrar sus entrañas en forma de una enorme
flor roja. Como el conjunto del altar es blanco y oro, esta oposicion de colores combinada con las
curvas y larocalla producen el mas original efecto. Ootro interesantisimo ejemplo de galicismo
arquitectonico es el de la igleisa del Santo Cristo de los Milagros o Nazarenas, construida en
1766-1771, según parece con planos del propio Virrey Amat, que era ingeniero militar y arqutiecto
aficionado.

Todas estas caracteristicas que hemos citado al hablar de la arquitectura religiosa se pueden
aplicar a las casa de Lima. El sistema de la “quincha”, los patios con arquerias polilobuladas, los
zocalos de los azulejos, los fastuosos artesonados, las portadas que van desde el manierismo
post renacentista hasta el rococo, todo ello se repite en las grandes casonas de los siglos XVII y
XVIII. La escalera fue un motivo al que se le dio especial importancia; la cuando al casa habia sido
construida desde un principio con piso alto, la escalera iba encerrada en una amplia caja, a veces
iluminada por una pequeña cupula. Cuando en cambio la casa fue originariamente de un solo piso
y luego se le agregaron altos, la escalera se hacia en el patio, al aire libre, adosada a uno de los
costados, encerrada en una especie de jaula de madera.

Un motivo infaltable en las fachas de las casas limeñas fue el balcon saliente y cerrado con
celosias, llamado “de cajon” muy parecido a los “mucharabis” que se ven en Oriente. Dada la gran
cantidad de obreros y soldados moriscos que hubo en Lima desde los primeros dias de la
conquista, no es de extrañar que est curiosa solucion tuviese un origen oriental, aun cuando
algunos investigadores sostienen que proviene de las islas Canarias, odnde tambien se usaron
esos balcones. Digamos de paso que este presunto orientalismo se asocia con la costumbre que
tuvieron las mujeres de Lima –las famosas “tapadas”-- de salir a la calle con un velo que les cubria
diagonalmente la mitad de l rostro, dejando solo un ojo descubierto.

Aun cuando Lima ha perdido ya su carácter colonial por el avance de la urbe moderna, conserva
algunas casas tipicas, entre las cuales la mas hermosa es la que fue de don Jose de Tagle Bracho
yPerez de la Riva, mas conocida por palacio de Torre-Tagle, hoy sede del Minsiterio de Relaciones
Exteriores. Su fachada tiene la clasica portada limeaña con los consabidos frontis quebrados y
dos grandes balcones de “cajon” en el piso alto, primoriosamente labrados. El patio principal tiene
en el piso bajo arquerias en tre lados, abriendose la entrada a la escalera en el cuarto lado; en el
piso alto las arquerias aparecen en los cuatro lados.
Nuevamente las arquerias ofrecen aquí ejemplo de esa alternancia de arcos mayor y menor
diametro, pero en este caso con mucha mayor complicacion de formas conopiales y polilobuladas,
en las que el influjo mudejar es evidente. De tal modo, esta alternancia de arcos que produce tan
hermoso efecto pareceria haberse originado en San Agustin de Quito, apareciendo luego en La
Merced de Lima con mayor complicacion e en lperfil de los arcos, para terminar en el palacio de
Torre Tagle con una violencia de curvas donde lo barroco se asocia a lo musulman en una feliz
mezcla. Todos los detalles de esta hermosa casa denotan el lujo y cuidado que se puso en su
ejecucion: piedra de Panama para las portadas, madera de cocobolo de Guayaquil para las
columnas y balaustradas, cedro de Costa Rica para los artesonados de los techos, y azulejos
sevillanos en lso zocalos y en toda la caja de escalera. Estos ultimos llevan la firma del autor
“Bareto me hizo año de 1735”.

Al norte de Lima las ciudades de Trujillo, Ayacucho y Cajamarca conservan muchos edificios
valiosos de la epoca colonial, pero para no hacer demasiado extensa esta reseña, nos
concretaremos al estudio de otras dos ciudades peruanas que concentran los monumentos mas
tipicos de la epoca que estamos estudiando: Cuzco y Arequipa.

La que fuera capital del imperio de los inkas es una ciudad dual, en la que claramente se ven los
restos de la ciudadi ndigena, y encima de ella la española, superpuesta a manera de simbolo de la
conquista. La toma del Cuzco, defendida por millares de indios, por un puñado de españoles, es
tal vez la proeza mas grande de toda la epopeya americana. Todavia hoy no podemos
comprender como esos pocos soldados pudieron arrancar de cuajo la cabeza de un imperio
formidable, arrasar sus fortalezas, templos y plalacios, y levantar con la piedra de los edificios
demolidos una nueva ciudad sobre los cimientos y muros de la anterior. El terror que debieron
inspirar a los indigenas las armas de fuego y los caballos, la circunstancia de hallarse el imperio
dividido por una lucha civil entre los principes hermanos Huascar y Atahualpa, o la traicionaera
captura de este ultimo por los españoles, si bien son factores importantes, no bastan a explicar el
milagro de la toma del Cuzco. Han de haber existido causas mas imponderables y dificiles de
explicar: no hubo choque sino el retraimiento de uno ante el otro, el desencuentro de dos fuerzas
situadas en planos distintos. En el español se compendiaban el “auri sacra fames” con la ambicion
imperativa de su Dios y su Rey; en el indio solo cabia la voluntad gregaria de la tribucontenida por
la realidad inmediata de la naturaleza que le rodeaba. El indio era simplemente objetivo, el
conquistador era imaginativo; uno solo atinaba a representar con fidelidad minuciosa el condor o
la kantukta en sus piedras y tejidos; el otro acrecia diariamente una voluntad dimensionada para el
milagro de todo lo nuevo. Esta es la verdadera causa del dominio hispano, la impotencia
imaginativa del indigena para concebir a ese ser sobrenatural, para comprender lo que estaba
viendo. No fueron los estampidos de los arcabuces sino la sensacion de un hombre que manejaba
el rayo a su arbitrio lo que no pudo captar el indio. Cada acto de arrojo o de bestialidad era un
hecho que no cabia en su mentalidad; seres que habian vivido durante siglos en una objetivacion
simple y natural y no podian de inmediato afrontar a superhombres cuya volntud se traducia en
actos que eran una continua parabola. En la imaginacion del indigena no habia lugar para lo
extraordinario, en tanto que el español venia preparado para todo lo maraviloso e inconcebible. Y
por eso no hubo victoria ni derrota: hubo superposicion.

Esta superposicion se manifiesta objetivamente en toda la ciudad; abajo la piedra de los Andes,
arriba el ladrillo y el muro encalado de sabor andaluz; los cimientos inkaikos soportando el palacio
del conquistador; la cruz aplastando la serpiente o el puma de la idolatria autoctona. Pero suponer
que la conquista fue un simple episodio de ampliacion geografica o de traslacion cultural hacia el
occidente es deformar la perspectiva historica, es apreciar los nuevos siglos de vida americana
con un criterio estrictamente europeo, extraño a la realidad acaecida. Si del encuentro de dos
culturas diametralmente opuestas resulto una superposicion en que lo hispano fue dominante
sobre lo aborigen, no lo fue de modo tan absoluta que el invasor no sufriera merma en su
integridad moral y psicologica. No hablo del español que vino de transito a llenar sus arcones para
volverse a su tierra a gozar del oro arrancado a los indigenas, ni tampoco del que con saña
iconoclasta destruyo los idolos barbaros para imponer un Dios que los ndios temian pero no
comprendian, creyendo ingenuamente destruir asi el nervio racial inkaiko; hablo del español que
vino con amor hasta la india y se mestizo con la prole, del que se ligo a la tierra paplastado por el
influjo telurico de los Andes, del que despues de la tragedia violenta de la conquista hundio sus
raices afectivas en el ambiente. El invasor se hizo sedentario, debio acomodar su sentidp plastico
a la realidad existente, debio aceptar el trazado sinuo de la calleja indigena y las andenerias que
salvaban sabiamente los fuertes desniveles del terreno, y al plantar su palacio sobre los cimientos
inkaikos como una afirmacion de triunfo y propiedad, enraizo sin darse cuenta su arquitectura al
ambiente hosco y ceñudo de la montaña americana que lo rodeaba.

Este proceso de mestizacion, de imbricacion arquitectonica en que lo indigena fue


adentrandose en lo español alcanzo su culminacion en el siglo XVIII, especialmente en las
poblaciones que se exitienden desde el Cuzco hasta Bolivia. En la cpaital de los inkas esa
fusion fue todavia timida, predominadno mas bien el carácter español, pero aprtir de Arequipa la
tonica indigena fue haciendose mas fuerte, hasta crear verdeaderas formas hipano-indigenas de
indudable valor artistico americano.

El monumento capital del Cuzco es su catedral; fue iniciada en 1582 por el tantas veces citado
Francisco Becerra, quien modifico los primeros planos que hiciera, reemplazandolos por otros en
1598, para darle la estructura que en definitiva mantuvo hasta nuestros dias. A la muerte de
Becerra le sucedieron los alarifes Bartolome Carrion (a quien citamos anteriormente por su
actuacion en la catedral de Tunja), Miguel Gutierrez Sencio (autor tambien del segundo claustro
de La Merced del Cuzco), y Antonia de la Coba. Finalmente, en 1654 quedaron termiandas las
obras.

Aun cuando hay muchas probabilidades de que los arquitectos citados hayan cambiado algo del
proyecto de Becerra, especialmente la forma de los arcos y las bovedas, no hay dudas de que la
planta es la misma que proyectara el arquitecto trujillano, pues repite casi fielmente la planta de la
de Lima, que sabemos que fue obra suya. Tres grandes naves, mas dos naves laterales de
profundas capillas, con un crucero sin cupula colocado casi en el centro del tepmplo, y todo el
conjunto encerrado en la figura de un rectangulo, constituyen una vez mas la clasica definicion del
tipo de catedral española que arranca de la de Sevilla y se perfecciona en la de Jaen. Tanto en la
del Cuzco como en la de Lima todas las bovedas rematan a igual altura, dandonos asi el tipo
perfecto de “hallenkirchen” o iglesia-salon, en donde domina la sensacion de espacio interior
ancho y uniforme. La vista se siente atraida en latitud, mas que en altura o en profundidad, a
diferencia de lo que sucede en las catedrales goticas francesas. Contribuye a este desplazamiento
lateral de la vision el choque con el coro, que esta colocado a la entrada, como en las viejas
catedrales españolas: “iglesia dentro de la iglesia” como lo llamo Karl Justi. La catedral de Lima
tambien tuvo su coro cerrado y a la entrada, pero fue removido de alli y trasladado al presbiterio
hace pocos años.

Nuevamente se dan en esta catedral esas mezclas o superposiciones estilistias tan frecuentes en
lso monumentos americanos de la primera epoca. En tanto que la planta es la de la tipica catedral
renacentista española, las bovedas son goticas, de cruceria con nervaduras muy complicadas, y la
decoracion de la fachada entra ya en el barroco, aun cuando todavia tranquilo. Exteriormente
impresiona la reciedumbre y solidez de est templo, debida al gran ancho de su fachada y a la
pequeñez de sus torres. Probablemente estas fueron construids despues del templor de 1650, que
destruyo la mayoria de los edificios cuzqueños; la catedral soporto bien las sacudidas, gracias a
sus bovedas de nervadura y a la solidez de toda su construccion, pero aun asi los que levantaron
sus campanarios redujeron todo lo posible su tamaño en prevision de futuros temblores. Y no
estuvieron desacertados, pues muchos otros se sucedieron; el ultim yo mas fuerte, en el año
1950, destruyo muchos monumentos, pero la catedral quedo indemne una vez mas. Adyacentes a
la catedral y comunicandose con ella estan los templos del Triunfo y de Jesus Maria, obras del
siglo XVII, que constibuyen a acentuar esa sensacion de maciza amplitud que caracteriza a todo
ese conjunto de edificios.

La catedral se encuentra situada en un angulo de la gran plaza mayor, enorme trapecio rodeado
por casas del siglo XVI, con sus soportales de arcos de medio punto sostenido por finas columans
de piedra. Esta plaza existia antes de la llegada de los españoles, de ella partian los cuatro
grandes caminos que iban a las cuatro regiones que constituian el imperio inkaiko: Chincha al
norte, Colla al sur, Anti al este y Cunti al oeste, o sea, la montaña, la meseta, los bosques y la
costa. Los conquistadores prendieron fuego a las casas, quemandose los techos de paja y
estructuras de madera, pero aprovecharon los muros de piedra para adaptarlos a sus nuevas
casas, a las que antepusieron los portales que bordean la plaza dandole aspecto tan español.

En otro costado de la plaza, formando angulo recto con la catedral, se encuenta el templo de la
Compañia de Jesus, una de las obras de arte mas estupendas de toda la america por sus
porporciones y la perfeccion de sus tallas. Destruido el viejo templo por el terremoto de 1650, fue
recomenzado al año siguiente y terminado totalmente en 17 años consecutivos de trabajos. Su
arquitecto no tuvo miedo a los temblores, dandole una elevacion audaz. Su planta de cruz latina
con amplia nave unica, esta cubierta con bovedas nervadas y cupula en el crucero; tiene capillas
laterales pero tan amplicas y poco profundas que en realidad se incorporan y unifican con el
espacio de la nave. El interior del templo luce sus piedras findalmente esculpidas; las pechinas de
la cupula, la cornisa que circunda todo el perimetro, las finas nervaduras de las bovedas, las
pilastras adosadas a los muros, todo ha sido delicadamente cincelado en un verdadero alarde de
tecnia lapidaria. El retablo mayor y los altares laterales, de cedro dorado, agregan una nota de
mayor esplendor con la talla de su barroco lujurioso y exuberante.

La fachada de la Compañia es la obra mas importante y representativa del barroco cuzqueño. La


audacia de larquitecto hizo que le diera doble altura que ancho, a diferencia de la vecina catedral,
tan aferrada al suelo. Es cierto que, repitiendo la formula que vimos en Lima, apreto el hastial
entre las dos gruesas torres de modo de trabar bien todo el conjunto como para resistir los
temblores, pero su audacia pago las consecuencias en 1950, en que sufrio terribles destrozos. La
cornisa que corona el hastial es al mismo tiempo la que forma la base del ultimo cuerpo de las
torres, acentuando asi la sensacion de trabazon y unidad. Todas las galas del barroco se
despliegan en esta estupenda fachada, en la que se amontonan frontis curvos, columnas con su
tercio inferior labrado, hornacinas, volutas, hojarasca, roleos y cuantto elemento decorativo creo la
imaginacion barroca, con una perfeccion de talle pocas veces igualada. Es uno de los casos mas
evidentes de retablo de piedra traido al exterior para hacer de fachada. Esto queda corroborado
con el reciente hallazgo de un documento que prueba que el autor del a monumental fachada fue
Diego Martinez de Oviedo, que habia trabajado antes como “retablero”. En cuanto al templo en si,
se atribuye aun arquitecto jesuita flamenco, Juan Bautista Gill o Gilles, que al pasar al Cuzco
españolizo su apellido firmando Egidiano.

El Colegio de los Jesuitas, contiguo al templo, tiene su fachada totalmente recubierta de “picos” o
puntas de diamante, motivo muy grato a los españoles. Es cierto que ya los arquitectos
renacentistas lo usaron en Italia, como por ejemplo en el palacio de los Diamantes de Ferrara o en
el Palacio Ducal de Urbino, pero los españoles le dieron una fuerza, una reciedumbre que alcanzo
caracteristicas casi propias, muy distinatas de la finura italiana. Por ejemplo, ya en Napoles lo
hicieron asi en el antiguo palacio Senseverino, culminadn eo en la Casa de los Picos de Segovia,
el ejemplo mas notable de este sistema de decoracion casi agresiva. Pero lo mas interesante de la
fachada del Colegio de la Compañia en el Cuzco es que en las anjutas del arco de la puerta
aparecen dos figuras rarisimas, como de momias con las fajas o vendas que usaban los indios
para amortajar a los cadaveres. El valor de estas esculturas radica en que es uno de los primeros
detalels de esa penetracion artistica indigena, que aumenta a medida que nos alejamos del
Cuzco, hasta alcanzar su plenitud en la zona vecina al lago Titikaka, la meseta del Collao, situada
a cuatro mil metros de altura sobre el nivel del mar.

Los edificios religiosos del Cuzco son tantos que hacer su estudio llevaria muchisimo espacio, por
lo que me concretare a describir algunos aspectos sobresalientes de los principales, entre los que
cabe citar a San Francisco, Santo Domingo, La Merced, San Sebastian, San Pedro, Las
Nazarenas, Santa Clara y los palacios del Marques de Buenavista, del Almirante, de los Cuatro
Bustos, del Inca Garcilaso, y del Marques de Casa-Xara.

San francisco es uno de los mas viejos templos, comenzado poco antes del terremoto de 1650 y
concluido dos años despues. Arquitectonicamente ofrece el interes de tener un nartex profundo,
todavia de tradicion medieval, que ocupa gran part del espacio debajo del coro. Ademas, su torre,
aun cuando muy sencilla, concupulin semiesferico y los cuatro perillones angulares, anuncia
timidamente las formas que luego, desarroladas, harian escuela ycrearian un tipo especial de torre
cuzqueña. El claustro mayor es hermoso, de dos plantas, con arcos de medio punto cargando
sobre finas columnas cuyos capiteles son netamente renacentistas. Tiene undetalle mudejar que
luego se repitio mucho en todo el Cuzco, consistente en un recuadro saliente dentro del cual se
inscribe el arco. Estas arquerias son de ladrillo revocado, pintado con cal blanca, lo que forma
violento contaraste con la columnas y capiteles de piedra, a la manera andaluza. El piso del
claustro alto esta soportado por vigas y viguetas formando casetones pintados con cabezas de
angeles y flores que muestran la tosquedad de la mano indigena que alli intervino.

LA iglesia de La Merced tiene en su fachada, sobre la puerta de entrada, un arco que cuminca con
el coro alto ,desde el cual se oficiaba misa a los indios que hacian su mercado en la plazuela
frente a la iglesia. Como ademas de constar esto documentalmente se conserva “in situ” el altar
asi como la reja de madera con qu se cierra ese arco cuando no se oficia misa, no hay dudas de
que se trata de un caso de capilla abierta como las uque vimos en Mexico. El claustro principal de
los mercedarios es el mas suntuoso del Cuzco por las talles finisimas que tiene; todosl os
paramentos y arcos estan cubiertos de almohadillados, y las columnas con estrias y escamas que
recuerdan la tecnica seguida por los tallistas de altares. Es evidente la influencia de los retableros
y entalladores en la arquitectura cuzqueña, que termino por ser una trasposicion de formas
maderiles llevadas a la piedra. Las dos escaleras que llevan al piso alto son monumentales, una
de rampa unica que al llegar al rellano se bifurca y la otra doble, que se unifica del rellano para
arriba. Acerca del autor de este claustro nada se sabe, y la fecha debe situarse en la segunda
mitad del siglo XVII.

Caso interesantisimo es el del templo y convento Santo Domingo porque fue construido
deliberadamente sobre las ruinas del Coricancha, el principal santuario de los inkas. De este modo
solo se conservan algunos locales, que sabemos que fueron santuarios dedicados a la luna y
estrellas, englobados dentro de la cosntruccion española, y el muro curvo donde se exponian las
momias de los doce grandes inkas y el enorme disco de oro que simbolizaba al sol. El templo fue
construido de tal modo que el presbiterio qudase exactamente encima de esta parte del santuario
inkaiko, con evidente intencion y simbolismo, significando asi el dominio de la cruz sobre el
paganismo indigena.
A espaldas del abside, o sea sobre ese muro curvo del Coricacha que hemos citado, se encuentra
una curiosa arqueria triple, soportada por columnas salomonicas. Como esta pequeña logia se
comunica con el presbiterio por una puerta situada detras del altar mayor, y da frente a la plazuela
que hay delante del muro inkaiko, cabesospechar que se trata tambien de otra capilla abierta,
aunque no tenemos la misma seguridad que en el caso de La Merced. El hecho de tener
columnas salomonicas esta indicando ademas que se trataria de una gregado a fines del siglo
XVII o comienzos del XVIII por lo menos, en una epoca en que ya no se justificaban esas capillas
abiertas, por lo cual caben ciertas dudas acerca de si fue o no tal cosa.

Digamos de paso que, en momentos de escribir este estudio, me llega la primicia del
descuybrimiento de una iglesia con atrio fuertemente fortificado en La Laguna, poblacion del
altiplano que quedaba cerca de la frontera de los indios chiriguanos, muy belicosos. Como aun no
ha sido explorada toda esa zona, no seria dificil que se descubriesen otras iglesias fortificadas,
con lo cual tendriamos en esta parte de America las mismas creaciones que hemos visto en
Mexico, aun cuando mucho menor importante y numerosas.

Volviendo al templo de Santo Domingo, diremos que su torre es el mas hermoso ejemplo de ese
tipo cuzqueño que tanto se repitio en la ciudad, yu no de los casos mas evidentes de la influencia
de la tecnica de la madera llevada a la piedra. Sobre un enorme y pesado basamento se eleva el
ultimo cubo de la torre, con dos arquerias por cada lado, flanqueadas por columnas estriadas muy
decoradas, y como remate un cupulin semiesferico con cuatro pequeñas torrecillas redondas en
los angulos y otros cuatro pinaculos cuadrados en los puntos intermedios. Esta formula se repitio
en casi todos los templos de la zona, especialmente en las torres de la Compañia, donde se
agrego un tambor o segundo cubo, y se reemplazaron las arquerias por un enorme oculo ovalado.

Lamentablemente cuando los españoles se apoderaron del Cuzco destruyeron gran parte de la
ciudad, especialmente templos y palacios de los emperadores inkas, para levantar en el mismo
sitio y con las peidras de su demolicion sus propios edificios, ni siquiera se salvo la formidable
fortaleza de Sacsahuaman, colocada sobre una montaña que domina la ciudad y a cierta distancia
de ella, pues muchos de sus bloques se llevaron desde alli para los nuevos templos. Lo que hoy
vemos de Sacsahuaman es solo un resto del grandioso conjunto. Pero esta destruccion no fue tan
total que no quedasen infinidad de paredes inkaikas con sus sillares inconfundibles por la
perfeccion de su ajuste y pulimeto; aprovechando esos muros levantaron sus casas los
consquistadores, resultando asi una curiosa superposisicon de los español sobre lo indigena, pero
sin fusionarse. Salvo detalles aislados y escasos en que aparece algun aporte local, la
arquitectura civil del Cuzco es netamente española sobre cimentacion inkaika.

La arquitectura del renacimiento nos ha dejado en la antigua capital indigena magnificos ejemplos.
Las grandes casas señoriales siguen el tipo castellano, de amplio patio con galerias en dos o tres
de sus lados y una gran escalera claustral. Todas esas galerias estan formadas por arcos de
medio punto, inscriptas dentro de un cuadrado a la manera mudejar, soportados por columnas de
capitel renacentista, similares a los de los claustros de los conventos que hemos descripto. En las
enjutas de los arcos aparecen medallones con esculturas de cabezas de guerreros y otros motivos
gratos al renacimiento. Pero al mismo tiempo, como resabios medievales, las bases de estas
columnas suelen tener cuatro hojas o grifos reforzando la transicion del toro al dado, detalles que
tambien aparecen en los claustros de San Francisco y Santo Domingo.

La mayoria de los palacios cuzqueños conservan portadas del siglo XVI, muchas de ellas
magnificas y casi todas en purisimo estilo renacimiento español, tan bellas como las de Toledo,
Avila, Ecija, Carmona o cualquier otra ciudad hispana. En cambio, no abundan tanto las fachadas
barrocas, lo que hace suponer que se levantaron tantas casas en seguida de la conquista que
fueron suficiente para los siglos posteriores.

Entre esas portadas platerescas sobresale la de la casa llamada del Almirante, con finisimas
columnas corintias, decoraciones delicadamente esculpidas en las jambas y dintel, y un gran
escudo coronado por un yelmo con plumas como remate del conjunto. Esta misma casa tiene un
balcon de esquina en el piso alto, en el que el pilar de angulo esta constituido por una cariatide,
igual a los balcones que tanto abundan en Trujillo y otras ciudades de Extremadura, España. La
escalera de la Casa del Almirante tiene un gran leon esculpido en el arranque de la baranda; en
los arcos del patio aparecen los tipicos medallones con guerreros; en suma, toda una serie de
galas renacentistas que hacen de este palacio una obra europea trasplantada a America, sin el
menor influjo local. Lo mismo puede decirse de la “Casa de los cuatro bustos”, con una estupenda
portada plateresca en cuyo friso estan esculpidos unos caballeros con golilla y sombrero de
plumas a usanza de la epoca de Felipe II, o la “Casa de las arias”, u otra hoy transformada en
cine, donde el arco de la puerta esta flanqueado por un atlante y un cariatide. El tema de los
telamones o atlantes que se transforman en motivos vegetales en la parte inferior del cuerpo fue
muy usado por los escultores del Cuzco. Claro esta que al lado de este purismo europeo aparecen
muchos elementos indigenas, grandes trozos de muros, o antiguas puetas inkaikas de forma
trapezoidal, a las que se les agrego algun escudo español para adaptarlas a su nuevo uso. Pero
se trata siempre de una superposicion de dos culturas distintas, de dos modos diversos de ver, de
una yuxtaposicion divorciada. En ningun caso vemos la interpenetracion de lo indigena con lo
español en forma armonica y voluntariamente buscada. La fuerza hispana fue dominante y
absorbente en el Cuzco, no dando oportunidad a que lo indigena se manifestara. Es necesario
alejarse de esa ciudad para comenzar a hallar los primeros casos de fusion, como por ejemplo en
la ermita de Oropesa, sobre cuyo arco de entrada estan esculpidos dos angeles que parecen
caciques indios con su faldellin de los dias de fiesta, la espada desenvainada y en actitud de
danzar.

Sin embargo, aun cuando en su aspecto general la arquitectura cuzqueña es netamente hispana,
no puede negarse que algunos detalles originados en las tallas de madera y traspuestos luego a
las fachadas, asi como el color ojo oscuro de la piedra andesita, le dieron cierta tonalidad loca. Por
otra parte, las torres cuzqueñas, las fachadas como altares de piedra, y las proporicones macizas
y pesadas de los edificios, han contribuido a dar cierto carácter al barroco cuzqueño, que permiten
clasificarlo como una variedad local, regional, dentro del barroco español.

Si bien lo americano no llego a aflorar visiblemente, sabemos que intervinieron artistas indigenas,
no solo como peones sino como arquitectos, aunque doblegados por la fuerza del arte hispano.
Asi, conocemos los nombres de Juan Tomas Tuyru Tupac, extraordinario escultor y arquitecto, a
quien se debe la igleisa de San Pedro y el de Manuel Sahuaraura, que hizo en 1664 la torre
derecha de San Sebastian, copiada fielmente en 1799 al hacerse la otra torre. En Las Nazarenas
nos encontramos con un caso de aprovechamiento de los muros inkaikos, pues la portada del
convento es netamente precolombina, aunque en el enorme dintel se haya esculpido despues un
escudo español y se haya colocado encima una espadaña andaluza.

Pero lo evidente es que, pese a estas intervenciones indigenas, la arquitectura del Cuzco forma
tan solo una escuela regional, una variante provincian dentro del gran cuadro del barroco español,
sin llegar todavia a las formas de fusion hispano-indigena que veremos a medida que nos
alejemos de ese centro. Pareceria que en el Cuzco el influjo español fue tan dominante y
absoluro que hizo necesario el alejamiento para que esa presion aflojara y cediera paso a
los indigenas, que en zonas alejadas llego casi a invertir los papeles sobreponiendose y
dominando a lo hispano.

El tercero de los grandes centros artisticos del Virreinato del Peru y el que mas nos interesa en
nuestra busqueda de los valores americanos, es Arequipa. Ubicada en una zona de transicion
entre las dunas arenosas del Pacifico y la desolada altiplanicie del Collao, Arequipa se convirtio
pronto en un crisol donde se fundieron los elementos españoles con los indigenas, para dar luego
al absoluto predominio del mestizo. Los cuatro horizontes vitales del Peru, el “chincha”, el “holla”,
el “anti” y el “cunti”, se volcaron en esta hoya para mezclarse con la recia levadura del español,
originando un pueblo neoindio, un pueblo distinto de los otros de la colonizacion. La fuerza del
ambiente plasmo los diversos elementos aportados delos cuatro confines. Asi como la campiña
resulto la conjugacion del Ande gigantesco con la planicie costera, el indio de la behetria y el
español de las hazañas legendarias se transformaron en el levantisco caudillo de torcidas
ambiciones, forma de absorcion reciproca subrayada por el denominador comun de la fuerte tierra
arequipeña.
Pero donde resulta mas visible esta fusion es en su arquitectura, sin duda la mas original de toda
esta parte de la America colonial. La lava del vecino volcan Misti facilito a los artistas una piedra
porosa, liviana, de relumbrante blancura, con la que se levantaron infinidad de templos y casonas
en un estilo definidamente arequipeño, separado de cuantos hay en el resto del continente. La
facilidad de labra de esta piedra permitio a los artifices coloniales desarrolar sin trabas todas las
fantasias imaginables en un derroche de esulcutras que cubren integramente las fachadas, a
manera de enredeadera que trepara por ellas. Indudablemente esta forma de ornamentar los
edificios, abrumando los elementos sustanciales de la arquitectura bajo un torrente decorativo,
tiene origen español y alcanza grado superlativo en Mexico. Mas en Arequipa, la cantidad de
motivos regionales utilizados como fuente inspiradora es tan grande que justifica nuestra
clasificacion, maxime si se tinenen en cuenta ciertas creaciones de su arquitectura civil a que nos
referimos luego.

El problema de los temblores fue solucionado en esta region dem odo totalmente opuesto al que
vimos en Lima. Los muros se hicieron gruesisimos, con grandes contrafuertes exteriores
terminados en forma escalonada en la parte superoir. Tanto las casas como los templos se
cubrireron con gruesas bovedas de cañon; las cupulas se hicieron muy bajas, embutidas hasta
una tercera parte de su altura dentro de un tambor cuadrado reforzado con pesadas torrecillas en
los angulos. En las casas, para contrarrestar el empuje que producian esas pesadas bovedas, se
sobreelevaron los muros sobre los cuales recian esos refuerzos, originandose altas fachadas sin
cornisa, con ventanas pequeñas; esto obligo a buscar una solucion decorativa que disimulase ese
elevado muro, colocando un recuadro esculpido arriba de cada ventana –algo asi como una
segunda centana ciega que cortaba de tanto en tanto la vastedad muraria--.

La evacuacion de las aguas de lluvia se hizo por gargolas, que en muchos casos se estilizaron en
forma de cabezas de puma –el leon americano--, dando lugar a una interesante hibridacion de un
motivo autoctono con un sistema europeo.

A la inversa de lo que sucedió en el Cuzco, nada ha quedado en Arequipa del siglo XVI,
desarrollandose toda su arquitectura dentro del barroco, tan propicio a la fantasia desbocada del
indio o del mestizo. Uno de los jalones iniciales de este desenfrenado decorativismo lo
encontramos en la iglesia de la Compañia. Comenzada en 1590 bajo la direccion del Hermano
Diego Felipe, se cerraron sus bovedas en 1660. La portada lateral, concluida en 1654 por el
maestro cantero Simon de Barrientos es todavia un escelente ejemplar de arquitectura arequipeña
anterior al desarrollo del estilo “mestizo”, como se ha dado en llamar a toda esa escuela creada en
el siglo XVIII en Arequipa y la vasta region sujeta a su ingluencia. El arco de la puerta esta
bordeado de casetones, las columnas corintias estan decoradas en su tercio inferior con
profundos zig-zags, un fronton muy abierto y alto encierra una tosca escultura del apostol
Santiago matamoros, y sobre el arco aparecen dos sirenas con alas de angeles, tema mitologico
transformado en simbolismo cristiano que veremos desarrollarse mas adelante con fuerte acento
indigena en otras iglesias del Collao.

La fachada principal, concluida en 1698, es una de las creaciones mas esplendidas del barroco
peruano y punto de partida de todo un sistema o estilo mestizo de decoracionque se extendio
hasta el norte argentino. Aun cuando el esquema de esta fachada nada tenga de original –una
portada de medio punto flanqueada por cuatro pares de columnas, un nicho con ventan arriba con
dos pares de columnas a los lados, y un fronton ondulado formando el tercer cuerpo alto--, lo
interesante es el sistema de decoracion que la cubre integramente, como si el artista poseido del
“horror vacui” se hubiese propuesto no dejar un solo centimetro cuadrado sin esculpir. Es como si
una enorme enreadadera se hubiese adherido al muro, o como si se hubiese aplicado una
descomunal puntilla o encaje contra el. Los artistas indigenas no trataron el relieve como lo
hicieron los clasicos o los del renacimiento, sino mas bien en la forma antinaturalista de los
bizantinos y de los primitivos en general, practicando profundas incisiones alrededor del contorno
de las figuras, con aristas ligeramente redondeadas, para que el sol produjese fuertes efectos del
claroscuro. En algunos casos llegaron a dar coloracion oscura al fondo, a fin de hacer resaltar mas
los primeros planos; este acentuado contraste y la vibracion que imprimian a todo el campo
escultorico recuerda mucho las tallas coptas y sirias protocristianas. Una caracteristica dominante
de la escultura mestiza es la falta de redondez. Es como si se hubiese tallado en un material
blando y luego se le hubiese pasado encima u rasero para aplanar el conjunto. Indudablemente
debe vincularse esto con la bidimensionalidad de la vision idigena, incapaz de concebir y
representar la tercera dimension. Esto mismo se ve muy claramente en las pinturas de los artistas
indios o mestizos, carentes de perspectiva y con aplastamiento de las figuras contra el fondo. En
el Cuzco se desarrollo una escuela regional de pintores indigenas, caracterizada por su
bidimensionalidad y por el uso abundante del oro para adoronar los fondos, trajes y elementos
accesorios de la composicion, tal como lo hacian los bizantinos.

Los motivos utilizados en esa fachada del templo de la Compañia abarcan la mas extensa gama,
desde el aguila bicefala del escudo de los Austrias hasta los mascarones de reminiscencia clasica,
mezclados con mazorcas de maiz, pajaros, trenzas, cabecitas de indigenas, y otros temas de
evidente inspiracion local, y hasta algunos de la mitologia inkaika, como el gato-tigre miriapodo,
naimal fantastico que según los indios habitaba en las riberas del lago Titikaka.

Los restantes templos de Arequipa desarrollaron caracteristias parecidas, pues aun cuando
algunos sean anteriores o contemporaneos de la Compañia, como La Merced (1657), Santa
Catalina (1662-1674) o Santo Domingo (1677), todos ellos sufrieron agregados decorativos
posteriores dentro del barroco mestizo, que hizo furor en toda la region. Uno de los mas vistosos
en ese tipo de decoracion es el de San Agustin, donde se recurrio al sistema de pintar el fondo
para hacer resaltar los relieves.

Otro motivo decorativo tipico de Arequipa es el coronamiento de las portadas de las casas,
consistente en un enorme frontis quebrado, dentro de cuyo timpano la fantasia mestiza hallo
amplio campo para sus esculturas. Desde la “kantukta” --flor pendula, sagrada para los indios-- la
mazorca de maiz, la piña o las aves de la region, hasta las inscripciones religiosas, todo sirvio de
motivo ornametal. La casa de los Gutierrez de Cosio tiene la kantkta y el puma; en la de Arrozpe
se lee “Santos Deus Santus Fortys Myserere Novys Amen” y en el patio, a manera de friso
esculpido: “Esta casa se yso el año de 1743 por Dyos le pydo al que vibiyere en ella un Padre y un
Ave.” Otro detalle local fue dar a la clave del arco de las puertas el aspecto de una mensula,
haciendola avanzar hasta medio metro sobre el plomo de la fachada.

Todas estas caracteristicas que hemos mencionado vuelven a encontrarse en una serie de
iglesias de las afueras de Arequipa, tanto como Caima (1786), Yanahuara (1750) y
Paucarpata.Luego, esta arquitectura mestiza se sigue expandiendo por el valle en direccion a la
meseta del Collao y al lago Titikaka, en cuyas riberas encontraremos gran cantidad tde templo que
repiten esas formas, tales como San Pedro de Zepita (1765-1788), Santiago de Pomata (1763),
Santa Catalina de Juliaca (1774), Ilave, Acora, Chucuito, catedral de Puno (1754-1757), San Juan
de Julio y Santa Cruz de Juli. Al mismo tiempo, a lo largo del valle de Vilcanota que desciende del
Cuzco hacia el lago, surgieron otros templos en donde el barroco cuzqueño fue transformandose
en estilom mestizo hasta llegar a encontrarse con esa corriente arequipeña; los mejores son los
de Asillo, Ayaviri y Lampa.

Describir todos estos monumentos seria repetir lo dicho, pero dos detalles merecen especial
mencion. El priero de ellos es la forma de cobijar las portadas bajo un gran arco, a manera de
hornacina colosal, que parece la prolongacion hacia el exterior de la boveda de cañon que cubre
la nave. Este motivo monumental tiene sus raices en España, especialmente en la fachada que
hizo Alonso Cano para la catedral de Granada; algo parecido hizo Bramante en la iglesia de Santa
Maria de Abbiategrasso, cerca de Milan. Pero en America alcanzo una monumentalidad notable,
viendose en casi todos los templos del sur del Peru, como Pomata, Zepita, Juliaca, Vilque, Lampa
y Acora, apra reaparecer mas alla del lago, en Bolivia, como por ejemplo Santo Domingo y San
Pedro de La Paz, los Betlemitas y San Lorenzo en Potosi, llegando finalmente hasta la Argentina,
como Casabindo en Jujuy, San Carlos de Cafayate en Salta, y Candonga, en Cordoba.

El otro detalle de especial interes es el de las sirenas. Ya vimos como en la portada lateral de la
Compañia de Arequipa aparecen por primera vez, en 1654. A partir de entonces fueron
repitiendose con frecuencia, y siempre en las iglesias donde hubo mayor influencia indigena.
Incluso alcanzo hasta los alrededores del Cuzco, en el pueblito de San Jeronimo, donde aparecen
en el friso de una portada de casa privada, sosteniendose un escudo con el cordero pascual en el
centro. Y aun vuelve a aparecer mas lejos, en Santiago de Huaman, al norte de Lima y sobre la
costa.

Desconozco cual puediera ser el simbolismo cristiano que haya permitido utilizar en las portadas
de los templos esta hermosa creacion de la mitologia griega, aun cuando algunos teologos
sostienen que era la representacion del conocimiento natural. En Europa, si no frecuentenemte, se
la utilizo en diversas epocas, como por ejemplo en el timpano de Saint Michael du Puy. Pero lo
curioso en estas sirenas coloniales es el proceso de su indigenizacion: en lugar de tañir la lira
griega, en Huaman las vemos tocando la guitarra española, y luego, en todas las iglesias de la
zona de influencia arequipeña, ya francamente americanizadas, tocan el “charango”, curioso
instrumento que aun usan los indios, parecido a una guitarra mas pequeña o mas bien al “ukelele”
hawaiano, y que se construye con la caparazon del armadillo. En todas partes, por razones de
simetris, aparecen estas sirenas rasguenado las cuerdas una con la mano derecha y la otra con la
mano izquierda, en posicion inversa. Pero el alarife Simon de Asto, autor de la magnifica portada
de la catedral de Puno, en 1757, con criterio realista se atrevio a romper con la rutina, esculpiendo
a las dos sirenas reclinadas en el mismo sentido y tocando ambas con la mano derecha.

Esta densidad de detalles americanos que terminaron por avasallar a lo español no se concreto a
los valles que bajan del Cuzco y Arequipa al algo, sino que se extendio hacia el sureste, mas alla
del Titikaka y en plena meseta, alcanzando hasta La Paz y Potosi. En estas dos ciudades
bolivianas es donde hallaremos los dos ejemplos mas notables, en que lo indigena domina
a lo español. San Francisco de La Paz, concluido en 1772, tiene en su fachada principal infinidad
de relieves representando indigenas en cuclillas, caras de indios, mazorcas de maiz, piñas,
kantuktas y unas aves de rapiña de la region, llamdas “alkamaris”. Por supuesto, la estructura del
templo con sus tres naves, cruceros, cupula y torres es la habitual, sin ninguna innovacion; lo
americano es puramente epidermico, parietal, pero tan abundante y tipico, tan abrumadoramente
indigena en los temas elegidos y en la tecnica con que fueron realizados, tan bidimensionales en
su representacion, que terminan por dar la tonica genral al templo hasta convertirse en algo
netamente local.

Potosi es una de las ciudades donde hay mayor abundancia de arquitectura mestiza. Entre los
templos que encuadran dentro de este decorativismo indigena podemos citar la torre-espaldaña
de la Compañia (1700-1707), obra del arquitecto indio Sebastian de la Cruz, San Francisco (1707-
1714), Jerusalen (1702-1708), Santa Teresa (1685), San Benito (1711-1727), y en la arquitectura
civil la estupenda Casa de Moneda (1759-1773), el palacio mas grande de la America colonial,
obra del arquitecto Salvador Villa, en cuya fachada aparece la mas pintoresca y absurda
interpretacion de metopas y triglifos deformadas por la imaginacion del indio.
El caso mas abrumadoramente mestizo es el de San Lorenzo de Potosi, un templo de pequeñas
dimensiones, de mediados del siglo XVI, al cual se le agrego una nueva fachada en 1728-1744,
según dicen dos inscripciones grabadas en las torres, terminandose la portada en 1775, de
acuerdo a un plano que se conserva en un archivo de Buenos Aires. Un enorme arco une a las
dos torres, y debajo del mismo se abriga la portada propiamente dicha. Esta constituida por la
puerta de entrada, dem edio punto, con dos columnas salomonicas a los lados soportando un
entablamento, y sobre este un segundo cuerpo, mas pequeño, con un nicho y dos pequeñas
columnillas a sus costados. La arquivolta de la puerta recae sobre dos estatuas de indias
desnudas que soportan la imposta con la cabeza y las manos. Las columnas salomonicas, sobre
alto pedestal, reemplazan la parte superior del fuste por estatuas de indias con sus polleras de
dias de fiesta, las manos en las caderas, en actitud de danzar. En el nicho superior hay un San
Miguel toscamente esculipdo a la manera india. Todo el entablamento esta cubierto de esculturas,
y en el muro de fondo, llenando el espacio que queda entre la portada y el gran arco que la cobija,
hay infinidad de relieves representando dos sirenas tocando el “charango”, estrellas de todo
tamaño, el sol y la luna. La representacion de los dos astros maximos fue muy frecuente en
America y se ha querido ver en ello una vinculacion con las religiones indigenas, que adoraron al
sol y la luna. Pero es dificil afirmar esot, por cuanto es sabido que dichos astros tambien tienen
simbolismo biblico, desde que en el libro de Josue, 10, 12-13, se habla del sol y la luna como
deteniendo su curso para ver el triunfo de las israelitas en Gabaon.

Findalmente, uno s de los aspectos mas debatidos y aun no resueltos en este notable
florecimiento del estilo mestizo o hispano-indigena es la procedencia de la mayoria de sus motivos
decorativos. En mayor o menor cantidad, todos los templos que hemos mencionados muestran
como temas de sus ornatos celementos fitomorfos y zoomorfos. Entre los primeros deben citarse
las flores de kantukta, piñas ,racimos de uvas, mazorcas de maiz, papayas, chirimoyas,
aguacates, y entrel os segundos alkamaris, colibries, chinchillas, pumas, monos y tucanes de
largo pico. Pero lo mas curioso de esto es que en su gran mayoria se trata de frutas o animales de
clima tropical, totalmente desconocidos en la meseta situada a 4000m de altura, donde no podrian
vivir. Pro lo tanto, esos temas ajenos al a region fueron realizados por artistas provenientes de
otros sitios, o bien por indios del altiplano a quienes se suministraron los modelos. Recientemente
se ha creido hallar la solucion de este enigma vinculando los templso del sur de Peru y Bolivia con
las misiones que los jesuitas tenian en las zonas tropicales del Chaco y del Beni. Los jesuitas
tuvieron un centro importantisimo en Juli –donde hay tres templos de estilo mestizo-- y de alli
dependian las diversas residencias que tenian en las zonas del altiplano. Al mismo tiempo
mantenian contacto con las misiones de indios Moxos y Chiquitos que poseian en las fertiles
tierras bajas que quedan al este de la meseta del Collaro. Nada de extraño tiene, pues, que de
ese contacto hubiesen surgido esos temas tropicales totalmente ajenos al clima frio donde los
encontramos tan abundantemente utilizados.

La posiblidad de que los jesuitas llevasen artistas indios de sus misiones de Moxos y Chiquitos
para trabajar en el altiplano queda descartada porque los indios del tropico hubiesen muerto
rapidamente en esa inhospitalaria altura y ademas porque en las misiones tropicales construian
todo en madera e ignoraban la talla de la piedra. Pero, en cambio, es muy probable que hayan
servido de modelo la infinidad de objetos que esos indios trabajaban en la durisima madera de
“cocobolo”: bancos, mesas, cajas, costureros, mates, cigarreras, cofres, etc. Los mismos motivos
que vemos en los templso de Puno, Juli, Pomata, etc. son los que aparecen en esos objetos
transportables que hacian los indigenas de las misiones, y que muy bien pudieron servir para
inspiracion de los artistas de la meseta, donde los temas locales son escasisimos. Ademas, la
durisima madera en que eran tallados obligaba a los artesanos a trabajar en forma angulosa,
seca, profundizadn las incisioens para acentuar el claroscuro, todo lo cual contribuye a hacer
resaltar ese notable parecido. Los objetos conveffionados por los indios de las misioens eran
facilmente transportables; en los museos y colecciones de Buenos Aires hay infinidad de ellos, y
nos ha sido muy facil señalar en paralelo temas identicos tallados en “cocobolo” reproducidos y
ampliados luego en la piedra de los templos mestizos.
Junto a estos temas de inspiracion naturalista, hay otros que se los puede vincular directamente
con las obras de arte prehispanicas. Por ejemplo, las figuras de mujer con pollerinas de hojas y
senos colgantes, tocadas con penachos de plumas , tienen su origen en un relieve de Chavin de
Huantar. La frecuencia con que aparecen el sol y la luna con rostro humano, aun cuando ya
hemos dicho que son simbolos cristianos, debe vincularse con la astrolatria indigena. El tema de
tallos ondulantes con hojas, brotando de la boca de un puma es muy frecuente en los vasos de
Nazca y en los tejidos prehispanicos. En resumen, puede afirmarse que, aunque concretandose a
los aspectos epidermicos, los artistas de esta parte del Virreinato del Peru consiguieron dar un
acentuado carácter a sus obras hasta formar una autentica escuela regional de arquitectura
hispano-indigena.

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