Dislipidemias
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Dislipidemias
En este trabajo se presenta a COOMEVA EPS S.A. la propuesta de Guía de Práctica Clínica – GPC para el
manejo de las dislipidemias, que se espera sea parte integral del modelo de atención de las enfermedades
crónicas no transmisibles y el programa de atención específico a la patología mencionada.
Introducción
Se realizó una revisión de la evidencia científicas disponible en distintas bases de datos (MEDLINE,
LILACS, COCHRANE, PUB MED), UP TO DATE, guías de la Tercer Reporte del Panel de Expertos en
Detección, Evaluación y Tratamiento del Colesterol Elevado en Adultos (Adult Treatment Pannel III - ATP
III) del programa Nacional de Educación en Colesterol (National Cholesterol Education Program – NCEP) de
EEUU (1), Guideline on the Treatment of Blood Cholesterol to Reduce Atherosclerotic Cardiovascular Risk
in Adults: A Report of the American College of Cardiology/American Heart Association Task Force on
Practice Guidelines de noviembre 12 del 2013 y otras fuentes como la Organización Mundial de la Salud
(OMS) y Organización Panamericana de la Salud (OPS) para adecuar la Guía de Práctica Clínica de las
Dislipidemias y riesgo cardiovascular existente en Coomeva EPS.
Para establecer el nivel de evidencia y grado de recomendación se usará la herramienta de la Agency for
Healthcare Research and Quality que a continuación se describe (1):
Justificación
En Colombia en el año 2011 las enfermedades cardiovasculares ocuparon la primera causa de mortalidad.
Entre dichas enfermedades, la cardiopatía isquémica y las enfermedades cerebrovasculares son las dos
principales causas de mortalidad prematura y discapacidad (4).
La detección y tratamiento de las alteraciones de los lípidos son clave para la prevención y manejo de
enfermedades crónicas no transmisibles. El colesterol sanguíneo tiene una relación lineal con el riesgo de
enfermedad coronaria y es un factor de riesgo modificable clave. Se estima que los niveles de colesterol LDL
por arriba de 147 mg /dL son responsables de más del 50% de los eventos cardiovasculares (5). Las
dislipidemias como factor de riesgo son susceptibles de ser modificadas y con ello reducir de manera
significativa la morbimortalidad asociada.
Ha pasado más de una década desde que el ATP III publicó el tercer informe para la detección, evaluación y
tratamiento del colesterol elevado y nueve años desde que se han actualizado las recomendaciones. Existen
nuevas directrices del American College of Cardiology (ACC) y la American Heart Association (AHA)
desarrolladas en conjunto con el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI) que
contienen algunos cambios sustanciales frente a lo recomendado por el ATP III.
Atrás han quedado los objetivos de colesterol LDL y HDL recomendados, específicamente para tratar a los
pacientes con enfermedad cardiovascular a menos de 100 mg/dL o el objetivo opcional de menos de 70 mg/dl.
Según el grupo de expertos, simplemente no hay pruebas de los ensayos clínicos aleatorizados y controlados
para apoyar el tratamiento a un objetivo específico. Como resultado, las nuevas directrices no hacen
recomendaciones para los objetivos específicos de colesterol LDL o HDL en la prevención primaria y
secundaria de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica.
En cambio, las nuevas directrices identifican cuatro grupos de pacientes de prevención primaria y secundaria
en los cuales los médicos deben concentrar sus esfuerzos para reducir eventos cardiovasculares y en estos
cuatro grupos de pacientes las nuevas directrices hacen recomendaciones con respecto a la "intensidad"
apropiada del tratamiento con estatinas para lograr reducciones relativas en el colesterol LDL(22).
Alcance
Esta guía está dirigida a los médicos generales y equipos multidisciplinarios “expertos” en la patología, a
especialistas en medicina interna y endocrinología relacionados con la atención de pacientes con Dislipidemia
y Riesgo Cardiovascular (DLP-RCV) que laboran en las instituciones de prestación de servicios de salud
propias y adscritas de COOMEVA EPS.
Población objetivo
La población objetivo son los pacientes adultos afiliados a COOMEVA EPS con diagnóstico de Dislipidemia
y Riesgo Cardiovascular (DLP-RCV) que requieren atención médica integral a nivel nacional.
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Plan de actualización
Esta guía se sugiere sea revisada cada 2 años, con el fin de validar si requiere actualización. En caso de
aparición de nuevas tecnologías en el mercado colombiano para el tratamiento de la Dislipidemia y Riesgo
Cardiovascular (DLP-RCV) se considera como criterio para nueva revisión antes del período mencionado.
Objetivo general
Brindar una atención integral a los pacientes con Dislipidemia y Riesgo Cardiovascular (DLP-RCV) a través
de procesos estructurados que permitan la detección temprana, disminuir la progresión de la enfermedad,
complicaciones, hospitalizaciones y mortalidad, con desenlaces favorables desde la evidencia científica con
alcance a eficacia, efectividad y eficiencia (costo efectividad) de las intervenciones aplicadas en el paciente,
determinando el rol de la familia y del asegurador -COOMEVA EPS- mediante un equipo multidisciplinario
experto en la patología en el nivel ambulatorio.
Objetivos específicos
Glosario
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Prevención secundaria: Intervenciones para modificar el estilo de vida o tratamiento farmacológico
en personas que ya tienen enfermedad cardiovascular establecida.
Colesterol: Molécula esteroidea formada por cuatro anillos hidrocarbonados más una cadena
alifática de ocho átomos de carbono en el C-17 y una molécula OH en posición C-3 del anillo A.
Aunque desde el punto de vista químico es un alcohol, posee propiedades físicas semejantes a las de
un lípido.
Colesterol HDL (C-HDL, por sus siglas en inglés, High Density Lipoprotein): Es la concentración
de colesterol contenido en las lipoproteínas de alta densidad. Las HDL participan en el transporte
reverso del colesterol, es decir de los tejidos hacia el hígado para su excreción o reciclaje. Son
lipoproteínas que contienen apoA-I y flotan a densidades mayores en comparación con las
lipoproteínas que contienen la apoB, debido a su alto contenido proteico. Por ello, son conocidas
como lipoproteínas de alta densidad.
Colesterol LDL (C-LDL, por sus siglas en inglés, Low Density Lipoprotein): Es la concentración de
colesterol contenido en las lipoproteínas de baja densidad, transportan el colesterol a los tejidos. Su
elevación favorece la aparición de ateroesclerosis y por lo tanto, de problemas cardiovasculares.
Colesterol No HDL: Es todo el colesterol que no es trasportado por las lipoproteínas de alta
densidad y es potencialmente aterogénico. Su valor es la diferencia entre el colesterol total y el
colesterol HDL, y comprende las fracciones de lipoproteínas LDL, IDL, VLDL y sus remanentes.
Triglicéridos (TG): Son moléculas de glicerol esterificadas con tres ácidos grasos. Principal forma
de almacenamiento de energía en el organismo.
Hipercolesterolemia poligénica: Es la entidad en que las elevaciones del C-LDL son superiores a
160 mg/dL y menores a 190mg/dl, y característicamente no se presentan xantomas. El diagnóstico se
establece cuando por lo menos un familiar de primer grado tiene C-LDL por arriba de 160 mg/dl.
Hiperlipidemia familiar combinada: Es la entidad que se manifiesta con distintos fenotipos, con
fluctuaciones constantes en el perfil de lípidos, ausencia de xantomas, niveles de apo B mayores del
percentil 90 poblacional, historia familiar o personal de cardiopatía isquémica prematura, historia
familiar de hipertrigliceridemia, hipercolesterolemia o con ambas dislipidemias. Tiene asociación
con síndrome metabólico.
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Hipertrigliceridemia: Es la entidad en que se tienen valores de triglicéridos mayores de 200 mg/dl,
con C-LDL normal o bajo. Los niveles de C-HDL están disminuidos y niveles normales de apoB;
coexisten en pacientes con diabetes mellitus tipo 2.
Terapia médica nutricional: Es la actividad que consiste en comprobar el estado nutricional de una
persona y dar los alimentos o nutrientes apropiados para tratar afecciones tales como las causadas
por hipertensión arterial, diabetes, dislipidemia y cáncer.
Las dislipidemias son un conjunto de enfermedades asintomáticas y tienen en común que son causadas por
concentraciones anormales de lipoproteínas sanguíneas.Su búsqueda intencionada es indispensable para un
diagnóstico y tratamiento oportuno. Las dislipidemias se clasifican por síndromes que engloban una variedad
de etiologías. Se debe establecer su etiología y probabilidad de sufrir un evento cardiovascular.
Las dislipidemias primarias son aquellas en las que no se encuentra una causa evidente, o se relaciona con
factores genéticos o alteraciones a nivel del transporte del colesterol en la sangre. A este grupo corresponden
la hipercolesterolemia familiar, la hipercolesterolemia poligénica y la hiperlipidemia familiar combinada.
En diversas enfermedades se observan cambios importantes en los valores plasmáticos de las lipoproteínas,
considerando a este tipo de dislipidemias como secundarias. Las entidades que más frecuentemente se asocian
a éstas son la obesidad, diabetes mellitus, hipotiroidismo y la falla renal entre otros (ver tabla 1).
TRIGLICERIDOS
C-LDL ALTO C-HDL BAJO
ALTOS
Hipotiroidismo Tabaquismo Tabaquismo
Síndrome Nefrótico Diabetes Mellitus Diabetes Mellitus
Colestasis Obesidad Obesidad
Porfiria intermitente aguda Sedentarismo Hipotiroidismo
Falla renal estadio 4 y 5
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Tamizaje (1, 2 y 25)
Se debe realizar medición en ayunas de colesterol total, C-HDL y TG a pacientes hombres de 45 años o más,
mujeres de 50 años o más o en edad postmenopáusica (recomendación Ia).
Las mediciones en ayunas de colesterol total, C-HDL y TG también se deben realizar a pacientes a cualquier
edad si presentan diabetes, hipertensión arterial, tabaquismo, obesidad, historia familiar de enfermedad
cardiovascular temprana, enfermedades inflamatorias (lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide, etc.),
enfermedad renal crónica, evidencia de ateroesclerosis, infección por HIV con terapia antirretroviral y en
pacientes con manifestaciones clínicas de hiperlipidemia (xantomas, xantelasma, arco corneal prematuro)
(recomendación Ia).
Si los triglicéridos son mayores a 400 mg/dl el valor del LDL obtenido no es confiable, por lo que se
debe solicitar la medición directa del LDL, según disponibilidad (recomendación Ia).
Cuando se obtengan todos los valores del perfil lipídico se procederá a realizar el diagnóstico teniendo en
cuenta los valores de normalidad. De acuerdo con los resultados los siguientes serán los diagnósticos
relacionados:
Una vez hecho el diagnóstico, se deben descartar causas secundarias de dislipidemia, las cuales se han
enumerado en la tabla 1 (recomendación Ib).
La medición del perfil lipídico se realizará trimestralmente hasta que los que valores obtenidos estén en metas
individuales de acuerdo a los grupos de riesgo.
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Estratificación y utilidad del riesgo cardiovascular
La modificación de los factores de riesgo puede reducir los episodios cardiovasculares y la muerte
prematura, tanto en las personas con enfermedad cardiovascular establecida, como en aquellas con alto
riesgo cardiovascular debido a uno o más factores de riesgo.
Las dos utilidades más importantes del riesgo cardiovascular son: 1) Establecer las prioridades de
prevención cardiovascular, y 2) Decidir la intensidad de la intervención con la introducción o no de
tratamiento farmacológico.
La forma más razonable y costo-efectiva de determinar las prioridades de prevención es por medio del
riesgo cardiovascular, ya que se establece una asignación de los recursos en función de las necesidades,
entendiendo como necesidades el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.
Es así como el paciente con riesgo cardiovascular alto requiere un seguimiento más estrecho y una
intervención más intensa, precisando en la mayoría de las ocasiones, un tratamiento farmacológico
intensivo además de instaurar los cambios en el estilo de vida.
Todos los instrumentos para calcular el riesgo cardiovascular, Framingham, ATP, PROCAM, Q-RISK,
EURO-SCORE, entre otros, tienen limitaciones debido a aque no utilizan datos específicos de la
población colombiana y sobrestiman el riesgo. Por este motivo, tienen un potencial innecesario en el uso
de estatinas cuando se aplican en nuestra población.
El Ministerio de Salud y Protección Social mediante la Guía de Práctica Clínica publicada durante este
año recomienda usar la escala de Framingham pero utilizando un factor de ajuste con el fin de mejorar la
estimación del riesgo específico para el País (sugiere multiplicar el resultado final por 0,75).
Para los grupos con historia de enfermedad cardiovascular arteroesclerótica, hipercolesterolemia con
antecedente de LDL > 190 mg/dl y diabéticos no es necesario utilizar estos instrumentos para calcular el
riesgo dado que se consideran de alto riesgo y deben ser tratados.
En el grupo de bajo riesgo se deberá adicionalmente determinar la presencia de condiciones que podrían
indicar necesidad de manejo farmacológico:
Los cuatro principales grupos de pacientes de prevención primaria y secundaria que deben ser tratados
con estatinas fueron identificados sobre la base de los ensayos clínicos aleatorizados y controlados que
demuestran que el beneficio del tratamiento supera el riesgo de eventos adversos (22). Los cuatro grupos
de tratamiento son:
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2. Las personas con niveles de colesterol LDL mayores de 190 mg / dL, como aquellos con
hipercolesterolemia familiar.
3. Las personas con diabetes de entre 40 a 75 años de edad con niveles de colesterol LDL
entre 70 y 189 mg / dl y sin evidencia de enfermedad cardiovascular aterosclerótica.
El manejo de los pacientes con hipercolesterolemia familiar se deben realizar en conjunto con el genetista.
Manejo terapéutico actual para el paciente con Dislipidemia y Riesgo Cardiovascular (DLP-RCV)
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Los pacientes con enfermedades crónicas pueden presentar algún episodio depresivo, tanto
en el período de duelo que acompaña al conocimiento del diagnóstico, como por los
cambios de hábitos que implica el manejo de la enfermedad.
Las competencias que adquiera le permitirán responder con efectividad ante los síntomas de
su enfermedad, participar en la toma de decisiones compartidas con el profesional de la
salud y transmitir adecuadamente la información que él ha adquirido con otros pacientes de
en la misma condición. Esta última cuestión facilitará que la dimensión del rol del paciente
maestro sea exponencial, puesto que los beneficios invertidos en su educación y en el
autoconocimiento de su patología tendrán una incidencia beneficiosa en muchos otros
pacientes y en su entorno social. A su vez, estos pacientes pueden llegar a convertirse
también en pacientes maestros y prolongar / multiplicar el esfuerzo del sistema para mejorar
la calidad de vida de los pacientes crónicos.
b. Nutrición (1-2-22)
Dicha reducción calórica estará guiada por profesional en nutrición y dietética, que a su vez
individualizará cada paciente, brindando una terapia médica nutricional con un aporte de
calorías que en la mayoría de los casos estará dentro del rango de 1200-1800 Kcal/día
(recomendación Ia).
Para el inicio de la terapia médica nutricional se debe tener en cuenta las características
etno-culturales de cada paciente, así como en el medio en el cual se desempeña (tanto el
ambiente familiar como el ambiente laboral) (recomendación Ib).
Carbohidratos: 45-55%
Grasas: 25-30%
Proteínas: 15-20%
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Se debe reducir la ingesta de grasas saturadas a menos del 7% del Valor Calórico Total
(VCT) y de colesterol a menos de 200 mg/día, eliminar o limitar al máximo el consumo de
grasas trans y aumentar el consumo de ácidos grasos mono insaturados y poli-insaturados
(recomendación Ib).
c. Ejercicio (1-2-22)
El plan de ejercicio será formulado por el médico tratante y supervisado por el profesional
en fisioterapia.
d. Cesación tabáquica
B. Manejo Farmacológico
El médico general experto y/o médico internista y/o endocrinólogo deberán determinar, siguiendo la
guía, si el paciente está en alguno de los cuatro grupos de alto riesgo para comenzar el tratamiento
con estatinas y además, decidir el régimen de tratamiento (de moderada o alta intensidad) (22).
Deben recibir tratamiento de alta intensidad con estatinas, si su edad es menor de 75 años, o de
intensidad moderada si es mayor de 75 años.
2. Las personas con niveles de colesterol LDL mayores de 190 mg/dl, como aquellos con
hipercolesterolemia familiar:
3. Las personas con diabetes de entre 40 a 75 años de edad con niveles de colesterol LDL
entre 70 y 189 mg/dl y sin evidencia de enfermedad cardiovascular aterosclerótica:
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enfermedad cardiovascular aterosclerótica mayor del 7,5 % (ver nueva calculadora de
riesgo):
La siguiente tabla determina los rangos de dosis diaria para las estatinas según intensidad del
tratamiento:
En la siguiente tabla se lista la capacidad de reducción del colesterol LDL por cada estatina y la dosis
relacionada:
La determinación de niveles de lípidos durante el tratamiento farmacológico, más que con el objetivo
de alcanzar una cifra concreta de LDL, tendrá como objetivo evaluar la adherencia. Estas directrices
son un cambio radical respecto a las guías previas. Los autores del nuevo posicionamiento tratan de
que se identifique a los pacientes en los que las estatinas proporcionan beneficio.
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enfermedad cardiovascular no tienen cifras altas de LDL. Es necesario entender que el colesterol es
un factor de riesgo y no la única causa de la enfermedad.
En resumen, se propone que se identifique a los que realmente se benefician del tratamiento y que la
adherencia al tratamiento sea fundamental en el seguimiento. Para las personas con niveles de
colesterol LDL mayor de 190 mg/dl una estatina de alta intensidad se debe utilizar con el objetivo de
lograr al menos una reducción del 50 % en los niveles de colesterol LDL.
Para las personas con diabetes de 40 a 75 años de edad, una estatina de intensidad moderada,
definida como un medicamento que reduce el colesterol LDL de 30% a 49 %, se debe utilizar
mientras que una estatina de alta intensidad es una opción razonable si el paciente también tiene un
riesgo de 10 años de enfermedad cardiovascular aterosclerótica superior a 7,5 %.
Para los individuos entre 40 y 75 años sin enfermedad cardiovascular o diabetes, pero que tiene un
riesgo de 10 años de eventos clínicos mayor del 7,5 % y un nivel de colesterol LDL en cualquier
lugar entre 70 a 189 mg/dl, el panel recomienda el tratamiento con una estatina de intensidad
moderada o estatinas de intensidad alta.
Aquellos pacientes que no están incluidos en ninguno de los cuatro grupos y en los que la decisión de
iniciar tratamiento con estatinas no está clara, se debe tratar de identificar otros factores. Estos
factores incluyen historia familiar de arterioesclerosis cardiovascular prematura en primer grado,
niveles elevados de proteína C-reactiva sensible (PCR) (mayor de 2 mg/l), presencia de calcio en
coronarias por Angio TAC coronario e índice tobillo-muñeca menor de 0,9, en los cuales se debe
medir el riesgo cardiovascular con la nueva calculadora de riesgo para definir el tipo de tratamiento a
iniciar.
A partir de los ensayos clínicos aleatorizados de estatinas y los meta-análisis, las características del
paciente y las estrategias de monitoreo se han tenido en cuenta para mejorar la seguridad en la terapia
con estatinas de alta y moderada intensidad. Las características de los pacientes que pueden influir en
la seguridad de las estatinas incluyen (recomendación Ia) (22):
Una historia personal o familiar de intolerancia a las estatinas por trastornos musculares.
Uso concomitante de fármacos que afectan el metabolismo de estatinas.
Historia de ACV hemorrágico.
Pacientes mayores de 75 años de edad.
La ascendencia asiática.
Esta guía no recomienda la medición rutinaria de la creatin-quinasa en las personas que reciben
tratamiento con estatinas. Esta medición debe reservarse para aquellos pacientes con síntomas
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musculares. Sin embargo, la medición de una línea de base de creatin-quinasa puede ser útil en los
pacientes con mayor riesgo de acontecimientos adversos musculares.
Por lo tanto, hay sugerencias útiles en la administración de estatinas que se derivaron de datos
obtenidos en ensayos clínicos y la experiencia clínica para mejorar la seguridad y tolerabilidad.
A los pacientes se les debe preguntar en cada visita, tanto antes como después de la iniciación del
tratamiento con estatinas, acerca de síntomas musculares como debilidad muscular, fatiga, dolor,
sensibilidad, calambres, entumecimiento (recomendación Ib)(22).
Se recomienda que la medición basal de transaminasas se debe realizar antes de iniciar la terapia con
estatinas. No hay recomendación para monitorear los niveles de transaminasas porque en estudios
realizados tipo ECA no hubo diferencia significativa entre los grupos de placebo y los grupos de
tratamiento con estatinas en las tasas de aumento de las transaminasas. Además, la FDA ha indicado
que si las transaminasas hepáticas basales son normales no se necesita más supervisión hepática.
Durante el tratamiento con estatinas es razonable medir la función hepática si se presentan síntomas
que sugieren la hepatotoxicidad (por ejemplo, cansancio inusual o debilidad, pérdida de apetito,
dolor abdominal, coluria, o ictericia).
Las estatinas incrementan modestamente el exceso de riesgo de diabetes mellitus tipo 2 en individuos
con factores de riesgo para la diabetes. La posibilidad de un beneficio de reducción de riesgos
cardiovasculares pesa más que el exceso de riesgo de la diabetes. Las personas que reciben
tratamiento con estatinas deben ser tamizados para diagnostico de diabetes de novo.
Las personas que desarrollan diabetes durante el tratamiento con estatinas deben adherirse a un
patrón de dieta saludable, realizar actividad física, lograr y mantener un peso corporal adecuado,
dejar de usar el tabaco y continuar el tratamiento con estatinas para reducir el riesgo de eventos
cardiovasculares.
Las estatinas están listadas en la categoría X para uso en el embarazo y no deben utilizarse en
mujeres en edad fértil a menos que estas mujeres están usando un método anticonceptivo eficaz.
Para las personas que toman cualquier dosis de estatinas es razonable tener especial precaución
cuando son mayores de 75 años de edad, así como en las personas que están tomando medicamentos
concomitantes que alteran el metabolismo de estas moléculas, que toman múltiples medicamentos, o
que toman medicamentos para las enfermedades que requieren regímenes complejos (por ejemplo,
aquellos que se han sometido a un trasplante de órgano sólido o está recibiendo tratamiento para el
VIH).
Se proponen las siguientes recomendaciones para evaluar y tratar los síntomas musculares,
incluyendo el dolor, sensibilidad, rigidez, calambres, debilidad o fatiga en los pacientes tratados con
estatinas:
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Si los síntomas musculares son graves e inexplicables, o su desarrollo es posterior al inicio
del tratamiento con estatinas, debe interrumpirse de inmediato la estatina y abordar la
posibilidad de rabdomiólisis evaluando creatin-quinasa, creatinina y un análisis de orina
para evaluar la presencia de mioglobinuria.
Si se presentan síntomas musculares leves a moderados durante la terapia con estatinas tener
en cuenta:
o Si los síntomas musculares se resuelven, y no existe ninguna contraindicación,
reiniciar la dosis previa o una dosis más baja de la misma estatina para establecer
una relación causal entre los síntomas musculares y el tratamiento con estatinas.
o Si existe una relación causal, suspender la estatina inicial. Una vez que los
síntomas musculares se resuelven utilizar una dosis baja de una estatina diferente.
o Una vez que se tolera una dosis baja de estatinas, aumentar gradualmente la dosis
según la tolerancia.
o Si se determina que los síntomas musculares persistentes son secundarios a una
condición no relacionada con el tratamiento con estatinas, o si la condición
predisponente haya sido tratada se debe reanudar el tratamiento con estatinas en la
dosis original.
La atención clínica en los controles debe centrase en la intensidad de la terapia con estatinas, la
respuesta al tratamiento y la adherencia. Tener en cuenta en la terapia con estatinas las siguientes
cifras de la respuesta terapéutica para evaluarlas frente a las esperadas:
La terapia con estatinas de alta intensidad debe lograr una reducción media de LDL-
C ≥ 50% desde la línea de base sin tratar.
La terapia con estatinas de intensidad moderada por lo general se traduce en una
reducción del LDL -C promedio de 30% a 50% de la línea de base sin tratar.
Tiempo ideal para evaluar respuesta son 12 semanas.
La adhesión al estilo de vida propuesto y la adherencia al tratamiento con estatinas deben validarse
nuevamente antes de la adición de un fármaco diferente a estatinas.
Los estudios que evalúan la reducción de eventos cardiovasculares con fármacos diferentes a
estatinas han sido revisados, así como los que evaluaron la reducción adicional de eventos
cardiovasculares de terapias combinando fármacos a la terapia con estatinas. No se encuentran datos
que apoyen el uso rutinario de drogas diferentes a las estatinas solas o combinadas con estatinas para
reducir aún más los eventos cardiovasculares (recomendación Ib).
En pacientes de alto riesgo que tienen una respuesta menor de la esperada con el uso de las estatinas
o que son incapaces de tolerarlas se puede considerar la adición de una molécula diferente a las
estatinas para reducir el colesterol.
Los individuos de alto riesgo incluyen aquellos con enfermedad cardiocerebrovascular instaurada,
aquellos con C-LDL ≥ 190 mg/dl y los individuos con diabetes. En esta situación, se recomienda
utilizar aquellos medicamentos que hayan demostrado proporcionar beneficios en la reducción del
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riesgo cardiovascular y que pesan más que los posibles efectos adversos de interacción
farmacológica (recomendación Ib).
Comorbilidades
Hay mayor riesgo de efectos adversos en pacientes con enfermedad multisistémica, en especial falla
renal (aguda o crónica), diabetes, hipotiroidismo no reconocido y antecedentes de enfermedad
muscular o enfermedad hepática crónica (excepto el hígado graso, que puede mejorar con el
tratamiento hipolipemiante) (23).
Medicamentos concomitantes
El riesgo es mayor en pacientes que reciben terapia concomitante con medicamentos que inhiben la
CYP-3A4 como el caso de la ciclosporina, fibratos (gemfibrozil, fenofibrato y ciprofibrato),
macrólidos (eritromicina y claritromicina), antifungicos (itraconazol, ketoconazol y miconazol),
inhibidores de proteasa para VIH y antiarrítmicos (verapamilo, amiodarona).
El fenofibrato sería de elección en los pacientes que requieren terapia combinada de estatinas y
fibratos por su más baja incidencia de interacciones, pues la glucuronidación que es una vía
importante para la excreción renal de las estatinas lipofílicas, parece ser inhibida en forma
significativa por el gemfibrozil pero no por el fenofibrato, y por este mecanismo el gemfibrozil
aumenta en dos a seis veces los niveles de estatinas.
La clave para reducir la toxicidad muscular cuando se combinan una estatina y un fibrato es estar
alerta a los factores de riesgo para problemas musculares y aconsejar al paciente para reportar
cualquier síntoma relacionado (recomendación Ia) (23).
De acuerdo con la evidencia las estatinas no producen compromiso hepático, renal o neurológico, por
lo tanto no se recomienda de manera rutinaria la monitorización de estos sistemas en pacientes
asintomáticos. Tampoco es necesaria la monitorización de los niveles de creatinina ni de proteinuria,
aunque se aconseja la determinación de la función renal basal antes de iniciar el tratamiento.
A pesar del riesgo de miopatía la monitorización de rutina de las enzimas musculares en pacientes en
tratamiento con estatinas no está indicada. Se debe tener un valor basal de creatin-quinasa (CPK)
antes de iniciar el tratamiento como referencia en caso de desarrollarse los síntomas.
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No es necesaria la medición periódica de ésta en pacientes asintomáticos. Se requiere juicio clínico
para interpretar los niveles elevados de CPK ya que éstos pueden aumentarse por hipotiroidismo o
traumatismos, inyecciones intramusculares o ejercicio intenso.
Una vez se ha iniciado la terapia los síntomas pueden aparecer en cualquier momento. Si se presenta
miositis o se sospecha, se suspende de inmediato la estatina, se miden los niveles de CPK y se
comparan con los niveles basales. Como el hipotiroidismo predispone a miopatía, se miden los
niveles de hormona estimulante de tiroides (TSH).
Si no hay elevación de la CPK deben descartarse otras causas de mialgias como ejercicio extenuante
o trabajo pesado y aconsejar al paciente moderar su actividad física.
Con o sin la presencia de síntomas un nivel de CPK mayor a 10 veces el límite superior normal
probablemente es secundario a la estatina y es indicación para suspender el tratamiento.
Para aquellos pacientes que desarrollen síntomas musculares o debilidad y que tengan aumento
progresivo de los niveles de CPK se recomienda la reducción de la dosis o la suspensión provisional
del medicamento (23) (recomendación Ia).
De ser necesaria la restitución del tratamiento con estatinas se hace a dosis menores de las que
ocasionaron la alteración, y se siguen de manera muy cuidadosa y frecuente los síntomas y las
enzimas musculares (23) (recomendación Ib).
Opciones para pacientes de alto riesgo cardiovascular y toxicidad con las estatinas
Disminuyen el LDL en 20% a 25% y aumentan el HDL en 0,8%. La dosis que se requiere para lograr
una reducción del colesterol de 20% con colestiramina usualmente es de 16 a 24 g/día. No hay
adecuada mejoría del perfil lipídico al usarse como monoterapia puesto que son medicamentos con
difícil adherencia por sus efectos adversos gastrointestinales (23) (recomendación IIc).
Ezetimiba
Es un inhibidor de la absorción de colesterol, que reduce el LDL en 15% a 20% con dosis de 10
mg/dl. Como monoterapia es difícil alcanzar las metas en pacientes de alto riesgo y no se evidencian
cambios significativos en el perfil lipídico al aumentar las dosis. Su mayor utilidad se expresa al
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combinarla con estatinas, ya que de este modo se ha comprobado su eficacia y alta seguridad (23)
(recomendación Ib).
Niacina
Reduce el LDL en 15% a 25% con dosis de 1.000 a 2.000 g/dl, incrementa el HDL en 15 a 35% y
disminuye los triglicéridos en 25% a 50%. Pese a ello, causa un estado de vasodilatación,
especialmente en la cara, que es poco confortable y no permite incrementar las dosis en forma
cómoda y hay pacientes que requieren suspensión por intolerancia. Para mejorar su tolerancia y
evitar o atenuar este efecto hay presentaciones con inhibidores de prostaglandinas, pero solo un 7%
de los pacientes mejoran la vasodilatación, por lo tanto es una elección restringida(23)
(recomendación IIb).
Fibratos
Disminuyen los triglicéridos en 20% a 50% e incrementan el HDL en 10% a 35%, con efectos
variables en el LDL por lo que no constituirían la terapia de elección en pacientes de alto riesgo
cardiovascular.
Fibratos y ezetimiba
Estudios que combinaron fenofibrato con ezetimiba en pacientes con dislipidemia mixta encontraron
una disminución significativa en los niveles de LDL (20,4%) y triglicéridos (44%), y un incremento
significativo del HDL(19%) (p<0,001). Estos medicamentos fueron bien tolerados y no se
encontraron diferencias en la elevación de transaminasas o casos de miopatía (23)(recomendación
Ib).
El manejo inicial de la hipertrigliceridemia debería incluir consejos sobre cambios en el estilo de vida (control
del peso, incluyendo dieta y ejercicio, cesación del tabaquismo) y screening para síndrome metabólico y otras
causas adquiridas.
Se debe realizar el tratamiento de las causas secundarias (síndrome nefrótico, diabetes, insuficiencia renal
crónica, hipotiroidismo, medicamentos) adicional al tratamiento de la hipertrigliceridemia.
Recomendaciones
Solamente se considerará como meta primaria los niveles de triglicéridos si estos son mayores a
500mg/dl, caso en el cual el riesgo de pancreatitis es alto (recomendación Ia).
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El tratamiento de elección en este caso son los fibratos, los cuales pueden lograr una disminución
de hasta un 60% del nivel basal de TG. Los fibratos están contraindicados en pacientes con daño
severo hepático o renal (recomendación IIb).
Una alternativa útil es el inicio de ácidos omega-3 (14-15), a dosis de 2-4 g/día, como
complemento a la dieta y las medidas no farmacológicas (recomendación Ia)
En pacientes con valores muy elevados (mayores de 1000mg/dl) el tratamiento con monoterapia
puede ser insuficiente para reducir los valores por debajo de 500 mg/dl, por lo cual es necesaria la
combinación de fibratos y omega-3 (recomendación Ia).
El control de la diabetes mellitus es parte integral del tratamiento de la hipertrigliceridemia, ya que
esta última es el resultado de la insulinoresistencia o insulinopenia según cada caso
(recomendación Ia).
Si los triglicéridos son >500 mg/dl y <1000 mg/dl iniciar gemfibrozilo (suspender estatinas si las está
usando). Comenzar con 600 mg/d y luego aumentar a 1200 mg/d si hay tolerancia (2-4 semanas).
Si los triglicéridos permanecen mayores a 500 mg/dl a pesar de adecuada adherencia a medidas
farmacológicas y no farmacológicas a los 3-6 meses, adicionar ácidos grasos omega 3 (preferiblemente de
origen marino) y aumentar progresivamente la dosis hasta 2-4 g/d (también se debe aumentar
progresivamente por los síntomas gastrointestinales frecuentes).
Si los triglicéridos son mayores a 1000 mg/dl iniciar gemfibrozilo + ácidos grasos omega 3 a dosis de 2- 4 gr
dia (preferiblemente de origen marino).
Si no se consiguen las metas adecuadas de triglicéridos los medicamentos de elección a rotar son ciprofibrato
o fenofibrato a las dosis recomendada, teniendo en cuenta las interacciones medicamentosas y reacciones
adversas.
Si hay concomitantemente alteración del colesterol LDL y Triglicéridos se puede usar estatinas y ciprofibrato
o fenofibrato, pero teniendo en cuenta la mayor posibilidad de efectos adversos, por tanto, el monitoreo
hepático y de CPK debe ser mas exhaustivo.
PRINCIPALES EFECTOS
CLASE PRESENTACIÓN DOSIS SECUNDARIOS E
INTERACCIONES
Bezafibrato Tableta 200 y 400 200 a 400 mg/día. Las Trastornos gastrointestinales menores,
mg tabletas retard se ocasionalmente anormalidad en función
administran una vez al hepática. La asociación con estatinas
día y las sencillas dos conlleva a riesgo de precipitar
veces al día rabdomiólisis, miopatía e insuficiencia
Fenofibrato Cápsula 100 y 250 250 mg/día retard y renal. Aumentan actividad de
mg 100 a 300mg divido en anticoagulantes. Con ciprofibrato existen
tres dosis al día efectos como cefalea, vértigo y urticaria.
Gemfibrozilo Tabletas 300, 600 y 900 a 1200 mg/día
900 mg
Ciprofibrato Tableta 100 mg 100 a 200 mg/día
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Actividades a Programar
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