La Gramática de Port-Royal

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LA GRAMÁTICA DE PORT-ROYAL

Los rasgos generales:


Todo empieza en el S. XVII, cuando en Francia las escuelas se vuelven racionalistas, y pretenden
producir gramáticas filosóficas, la más importante, la “escuela de Port-Royal”. En esta escuela
surge el libro, gramática general y razonada, la cual es de gran interés e importancia para la
lingüística. Esta escuela a diferencia de las aristotélicas, prefirieron seguir las enseñanzas de
RENATO DESCARTES, expuso la razón del lenguaje en la especie humana pues este era el
VEHICULO del pensamiento. (en su libro “discurso del método).
A diferencia de otras escuelas, ARNAUL Y LANCELOT (dos grandes exponentes de Port-
Royal), buscaron los principios generales que subyacen en las gramáticas. Y no encontrar su
explicación fisiológica.
Esta escuela con su búsqueda de sus principios generales tácitamente, sentaban las bases de los
universales lingüísticos. Pretendieron, encontrar las características esenciales de varias lenguas y
plasmarlas en una gramática general. En esta búsqueda encontraron las razones de lo que es
común en todas las lenguas y las principales diferencias entre ellas.
Con lo anterior conllevan posteriormente a que autores como BEAUZÉE, a manifestar que las
gramáticas llevan dos clases de principios: LOS UNIVERSALES Y LOS ESPECÍFICOS. Los
primeros son la esencia de la gramática general (pues son los naturales en el hombre), y los
segundos: que constituyen a las gramáticas de las lenguas particulares.
Port-royal también decía que además de las dos estructuras anteriores, de las oraciones
implícitamente también se desprendían en un nivel más profundo más de una estructura. Un
ejemplo fue:
1. Dios invisible ha creado el mundo visible.
El análisis profundo permite demostrar que el aserto ofrece al menos los siguientes tres juicios:
2. Dios es invisible.
3. Dios creó el mundo.
4. El mundo es visible.
1 constituye, según la gramática transformacional, la estructura profunda. 2, 3 y 4 corresponden a
la estructura superficial.
2. Conformación de la Gramática general y razonada:
Primero que todo la gramática no pretende ser normativa, más bien es explicativa, pues busca
la explicación de los hechos del lenguaje.
Ahora bien, el libro se divide en dos partes, la primera: LA ORTOGRAFÍA Y LA PROSODIA.
La segunda: LA ANALOGÍA (más importante o más explicada de todas) Y LA SINTAXIS
(menos importante o menos explicada).
Entre prosodia y analogía se inserta un puente entre lo puramente material en la lengua
(ortografía y prosodia) y lo que constituye su esencia significativa (analogía y sintaxis), es decir
un capitulo que explica relaciones entre características.
Con forme a la configuración (o partes) de la oración este libro, acoge una clasificación doble: la
parte semántica y lógica. La primera, se refiere al objeto de nuestro pensamiento; la otra, hace
relación a la forma de nuestro pensamiento.
Reduce las partes de la oración en tres, las más importantes y completas: el nombre
(sustantivos, adjetivos, artículos, pronombres y participios), el verbo y las partículas
indeclinables (Las partículas indeclinables que no presentan variaciones morfológicas son el
adverbio, la preposición y la conjunción.).
El sujeto y atributo las cuales fueron inventadas por el hombre por la necesidad de designar los objetos
de su mundo físico (nombre y partículas indeclinables), son semánticas, porque son el objeto de
nuestro pensamiento; y la unión coherente entre ellos es la acción o el modo la cual también fue una
necesidad del hombre para indicar la acción ( verbo), es La parte lógica de la gramática; ya que es
la forma de este pensamiento.
Según ARNAULD Y LANCELOT el verbo es una palabra cuyo uso principal es significar la
afirmación.
La última parte del libro (la sintaxis), aparecen los universales sintácticos. En este ARNOLD y
LANCELOT proponen unos aspectos que constituyen el cuerpo de doctrina común a muchas
lenguas.
1. No hay jamás nominativo sin verbo.
2. No hay verbo sin nominativo.
3. No hay adjetivo sin sustantivo.
4. El genitivo está gobernado siempre, no por un verbo, sino por un nombre.
5. La determinación del régimen después de los verbos la dicta frecuentemente el capricho del
uso, más bien que la relación específica propia del caso gramatical.

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