Alcohol y Fisiología Humana Capítulo 1
Alcohol y Fisiología Humana Capítulo 1
Alcohol y Fisiología Humana Capítulo 1
El verano va terminando y toca hacer una breve reseña de lo que muchos han
consumido en fiestas, reuniones familiares y demás: el alcohol. Las bebidas
espirituosas pueden resultar en un auténtico problema para el cuerpo a corto y a
largo plazo si no se controlan las cantidades que se ingieren. Es un desafío para los
profesionales de los servicios de salud ya que en muchas ocasiones aparece el
coma etílico y hay que actuar ipso facto
En esta serie de cinco artículos nos proponemos dar una visión aproximada de los
sucesos que ocurren en el cuerpo humano cuando se ingieren pocas y muchas
cantidades de alcohol y los efectos a corto y largo plazo, las consecuencias que
acarrea y cómo podemos atender a una persona intoxicada.
El alcohol etílico (el alcohol que se consume normalmente) sigue una ruta
metabólica en el hígado que desemboca en primera instancia en la producción
de acetaldehído (responsable de la resaca) y este a su vez al producto final:
acetato. Después, el acetaldehído se convertirá en acetatoy este posteriormente
será metabolizado a Acetil-CoA. El etanol es metabolizado a acetaldehído por
la alcohol deshidrogenasa en la mucosa gástrica e hígado, y por el sistema
microsomal dependiente de citocromo P-450 (más concretamente la
enzima CYP2E1) y catalasa en el hígado.
Aun así, el organismo en ausencia del tan codiciado NAD+ tiene estrategias para
oxidar o eliminar el exceso de NADH, como las lanzaderas que transportan ese
exceso de NADH hacia la mitocondria para oxidarlo otra vez a NAD+ en la cadena
respiratoria. Es necesario tener NAD+ disponible para seguir metabolizando el
etanol. Un exceso de NADH mitocondrial llevará al piruvato a convertirse en lactato
y no a Acetil-CoA -como sucedería en el ejercicio intenso- y hará que el acetoacetato
se transforme a beta-hidroxibutirato, metabolito que desembocará en
la producción de cuerpos cetónicos evidenciando pues una disminución en la
concentración de glucosa en sangre. Lo que quiere decir, que uno de los principales
peligros del consumo de alcohol es la hipoglicemia (en caso de que también se
hayan agotado las reservas de glucógeno hepático y muscular), lo que lleva a la
producción de cuerpos cetónicos descontrolada cuya traducción clínica es
una acidosis metabólica, algo que resultaría fatal si no se compensa –recordemos
que tampoco se podría obtener energía de la oxidación de ácidos grasos porque el
mecanismo estaría inhibido-. Todos los mecanismos para captar glucosa están
inhibidos (gluconeogénesis también); es por esto que es importante la
administración de compuestos azucarados en condiciones de intoxicación o coma
etílico con cofactores de enzimas catabólicas, como la tiamina (Vitamina B1) cuya
función es importante para la correcta estimulación de la Piruvato Deshidrogenasa
y así continuar el catabolismo energético.
Pero, ¿el alcohol en pocas cantidades y muy de vez en cuando también es malo?
Ya hemos visto pues, los efectos del NADH cuando hay un exceso de éste y cuando
está en condiciones óptimas. Como se suele decir: “lo poco gusta y lo mucho cansa”.
Referencias