Enfermedades Renales Celiaquia
Enfermedades Renales Celiaquia
Enfermedades Renales Celiaquia
RENALES Y CELIAQUÍA
Alimentación, nutrición y salud -
dietética y dietoterapia.
INTRODUCCIÓN
La celiaquía remite a la intolerancia permanente al gluten, conjunto de proteínas presentes en el tri-
go, avena, cebada y centeno (TACC) y productos derivados de estos cuatro cereales. Las proteínas se clasifican
en dos grupos, prolaminas y gluteninas. Las prolaminas reciben distintos nombres según el cereal de origen:
Trigo = gliadina
Avena = avenina
Cebada = hordeína
Centeno = secalina
Esta intolerancia produce una lesión característica de la mucosa intestinal provocando una atrofia de las
vellosidades del intestino delgado, lo que altera o disminuye la absorción de los nutrientes de los alimentos
(proteínas, grasas, hidratos de carbono, sales minerales y vitaminas). Es este fenómeno el que produce el
clásico cuadro de mala absorción.
La característica principal que define a esta atrofia vellositaria es que, la mucosa intestinal se normaliza
cuando se inicia la dieta sin TACC. También se presenta asociada a enfermedades autoinmunes y genéticas y
se puede descubrir en pacientes asintomáticos.
La celiaquía es una condición autoinmune, es decir que el sistema de defensa de los celíacos reconoce-
ría como “extraño” o no perteneciente al organismo, al gluten, y produciría anticuerpos o “defensas” contra
el mismo. Estos anticuerpos provocarían la lesión del intestino con destrucción o atrofia de su mucosa (capa
interior del intestino), produciéndose una alteración en la absorción de los alimentos.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
El diagnóstico se realiza mediante:
EmA (endomisio)
Biopsia intestinal.
El único tratamiento es una dieta estricta y de por vida sin TACC (sin trigo, avena, cebada y centeno).
La mayoría de las enfermedades renales afectan la capacidad de filtración de los riñones, causan-
do la pérdida de su función.
Ya sea de forma aguda (fallo renal de forma abrupta por completo o casi por completo) o bien cróni-
ca (disminución gradual y progresiva de la función durante meses o incluso años que tiende al empeoramiento
y que, por lo general, es irreversible). La principal característica de la insuficiencia renal aguda es la supresión
del flujo urinario que se suele manifestar por oliguria (diuresis diaria de 50 a 250 ml) o anuria (diuresis diaria
menor de 50 ml). Las causas comprenden hipovolemia, descenso del gasto cardíaco, lesión de los túmulos
renales, cálculos renales, y el consumo de antiinflamatorios no esteroideos y algunos antibióticos.
Alteración del equilibrio fosfocálcico (el calcio no se absorbe bien y el fósforo si, aunque este último
Anemia, ya que los riñones no producen suficiente eritropoyetina como para estimular una produc-
ción adecuada de glóbulos rojos.
Osteomalacia, debido a que los riñones ya no pueden convertir la vitamina D en calcitriol, necesaria
para la buena absorción del calcio en el intestino delgado.
RECOMENDACIONES NUTRICIONALES
Se recomienda reducir la ingesta de carnes y pescados a un máximo de 100 gramos de peso crudo al
día (se suelen consumir en el almuerzo).
Se puede sustituir 50 gramos de carne o pescado por un huevo. El resto de las proteínas ya las
aportarán los otros alimentos de la dieta.
Se aconseja el consumo de grasas vegetales (margarina, aceites vegetales de oliva, maíz, girasol y soja
y aceites de pescado) frente a las grasas animales (tocino, carnes grasas, vísceras y embutidos). Se recomien-
da 2 tomas de leche o derivados al día (conviene alternar 125 ml de leche con otros lácteos equivalentes,
como 30 gramos de queso o un yogur).
Es recomendable consumir pan, cereales o pastas una vez al día y en cantidades moderadas. Se pue-
den combinar 75 gramos de pan con 4 cucharadas de arroz o pasta, o bien con 250 gramos de patata (se
suelen preparar en la cena, en lugar de comer carne o pescado). Reducir el aporte de azúcares simples pro-
cedentes del azúcar, miel, confituras y mermeladas ya que aumentan los niveles de glucosa en sangre y de
triglicéridos.
Conviene evitar el consumo de legumbres por su alto contenido en proteínas de bajo valor biológico
(no combine sobrepasar el cupo de proteínas). No abusar de los alimentos integrales por su elevado conteni-
do en fósforo. En cuanto al contenido en agua, cada enfermo debe seguir las recomendaciones de su médico
(se suele recomendar beber diariamente una cantidad no superior al volumen de orina que se elimina). Al
principio, puede ser conveniente pesar los alimentos hasta que se acostumbre a su medida visual o medida
casera (cucharadas, rebanadas, etc.).
Otro método de diálisis es la denominada diálisis peritoneal, que usa el peritoneo de la cavidad ab-
dominal como membrana de diálisis para filtrar la sangre ya que tiene una superficie grande, con numerosos
vasos sanguíneos, y resulta un filtro muy efectivo. Se introduce un catéter en dicha cavidad y se lo conecta a
una bolsa de diálisis. El líquido fluye hacia la cavidad por gravedad y se deja allí durante un tiempo suficiente
para que los residuos del metabolismo, el exceso de líquidos y de electrolitos se puedan difundir hacia el dia-
lizado. A continuación se drena hacia la bolsa de diálisis, se desecha y se reemplaza por un dializado nuevo.
Hay una variación de esta diálisis que se realiza en el domicilio y se denomina diálisis peritoneal continua
ambulatoria (DPCA). El dializado se drena y recambia 4 veces diarios y por la noche una vez más.
Extracto del curso sobre el curso ALIMENTACIÓN, NUTRICIÓN Y SALUD - DIETÉTICA Y DIETOTERAPIA de OCÉANO MEDICINA.