El Islam Shia Es Original PDF
El Islam Shia Es Original PDF
El Islam Shia Es Original PDF
EL SHIISMO ES
ORIGINARIO DEL ISLAM
PRÓLOGO
El Islam es una religión que surgió hace unos 14 siglos en Arabia
expandiéndose rápidamente por el resto del mundo. En la actualidad los
musulmanes suman más de 1.200 millones y su número continúa en
crecimiento. Al igual que sucede en cualquier institución humano o en
otras relgiones celestiales, a medida que fue pasando el tiempo y
aumentando el número de sus adeptos, surgieron en el Islam corrientes de
opinión divergentes en las cuales los musulmanes se encauzaron en
mayor o menor medida. Así, 100 años después del fallecimiento del
Profeta Muhammad (PBD), con un Imperio que abarcaba a la India por
un extremo y a España por el otro -lo cual daba lugar a la introducción de
diversas culturas con sus pensamientos y filosofías dentro del Islam- y con
una crisis política dada por el cambio de la dinastía gobernante -los omeyas
por los abbásidas- aparece la primera escuela islámica con la intención de
organizar y sistematizar todas las ciencias relgiosas y las enseñanzas del
sagrado Corán y del Profeta Muhammad (PBD). Esta escuela fue
fundada por el Ya’far As-Sádiq (P), descendiente en quinta generación del
Profeta (PBD), y se trata de la escuela Shiíta o Imamita, también
conocida como “Ya’farita”. Ella se basa en los conocimientos
transmitidos de generacíon en generación por los descendientes de la
familia del Profeta Muhammad (PBD), quienes estuvieron más cerca
suyo y conocieron mejor que nadie todas sus enseñanzas.
Pero los descendiente del Profeta (PBD) siempre sufrieron la oposición del
poder gobernante, debido a clara razones políticas. Es así como los
distintos gobiernos de turno fueron adoptando a las escuelas que
surgieron con posterioridad como “oficiales” y fueron relegando a la
Escuela Imamita, al punto que ella fue presentado como una innovación,
como algo ajeno al verdadero Islam. Finalmente quedaron establecidas las
cuatro escuela sunnitas, Hnafita, Malikita, Hanbalita, Shafiíta, como la
religión “mayoritaria”, dando por hecho que ellas contenían al Islam
propiamente dicho. No obstante, la escuela Shiíta siguió creciendo y
ganando adeptos, formando grandes núcleos en Iraq, Iran y otras regiones
del mundo musulmán, al punto que ella no pudo ser ignorada. Es así
como hoy cuando se habla del Islam, se dice que presenta de dos grupos,
sunnita y Shiíta, e incluso los directivos de la Universidad de Azhar en
Egipto -el centro educativo más importante del mundo sunnita- ha
admitido a la escuela Ya’farita como una quinta escuela válida dentro del
Islam. A pesar de todo, los shiítas han cargado con el tilde de “herejes” alo
largo de toda la historia del Islam.
¿Pero esto es así? ¿son los shiítas un grupo que se sumó al Islam luego de
su surgimiento adoptando una apariencia de musulmanes sin llegar a
serlo, o un grupo originario dentro del Islam, cuyas raíces son las mismas
que la de aquel? Este es el interrogante que responde en este libro el
sayyed Muhammad Báqir Sadr, realizando un breve pero muy
profundo análisis sobre los orígenes del shiísmo, poniendo en evidencia las
auténticas raíces islamicas del mismo.
SOBRE EL AUTOR
1
En el generoso Corán reza: “Él es Quien revela a Su siervo aleyas claras para
sacaros de las tinieblas a la luz…” “El hierro”(57): 9
1
Adoptar una actitud negativa ( no dándole importancia a lo que ocurra con
el liderazgo tras su muerte).
2
Tomar un camino positivo corporizado en la asamblea (es decir, establecer la
asamblea como método de elección del califa).
3
Tomar otro camino positivo que sería la designación (es decir, designar él
mismo a su sucesor).
1
Primer campo de investigación, adoptando una
posición negativa: No darle importancia
al asunto del gobierno (“jalafah”)
Supongamos que la actitud del Profeta (BPD) respecto del futuro de su Misión
fuese negativa; que él se contentase con su rol y su trabajo de guiar a la
convocatoria orientándola durante su vida, dejando su futuro en manos de las
condiciones, acontecimientos y estados que surgiesen. Esta actitud es
absolutamente imposible (e inconcebible) en el Profeta (BPD), pues tal posición
surge de una de las siguientes dos opciones, siendo ambas opciones inadecuadas
para el Profeta (BPD):
I
La primera creencia de que la misma no tendría ninguna influencia en el futuro
de la convocatoria o de que la comunidad a la cual pronto le dejaría la convocatoria
pudiese disponer respecto de ella de tal forma que la protegiese y garantizase que
no se desviaría. Esta creencia es injustificada y sin relación alguna con la realidad
en absoluto. Por el contrario, los hechos demuestran que tuvo que haber ocurrido
exactamente lo opuesto a esto. Porque la convocatoria -considerando que desde su
inicio es una obra revolucionaria con el objetivo de construir una sociedad nueva,
arrancando todas las raíces de la ignorancia- se expone a los mayores peligros al
desaparecer su líder. Por consiguiente, abandonarla sin un proyecto (para su
futuro) produce varios peligros:
A
En primer lugar, los peligros inherentes a la ausencia del líder, con la carencia
de un proyecto que prevea esto, y la necesidad urgente de tomar una posición
improvisada frente al tremendo daño que significaba la desaparición del mismo.
Porque cuando el Mensajero (BPD) abandona el campo sin dejar un programa
respecto del destino ulterior de la convocatoria, inmediatamente la comunidad
enfrenta por primera vez la responsabilidad de tomar decisiones sin su líder, dando
lugar a dificultades adicionales. Además, ella no tiene el conocimiento ni el
entendimiento suficientes para esto, y aún así se la coloca sin ninguna preparación
en la posición de gobernar, a despecho de los peligros y las dificultades que surjan.
Porque la comunidad no puede permanecer sin un líder y esta administración que
debe formarse muy rápidamente (de una manera imprevista e improvisada) se
establece en un momento de pérdida que ha dejado desorientada a la misma
comunidad ( es decir, cuando muere el Profeta -BPD-). Pues la desaparición del
líder se hizo sentir intensamente, sacudiendo las bases del pensamiento correcto y
produciendo tal inquietud en la comunidad que el conocido compañero (Omar)
declaró -afectado por esta pérdida- que el Profeta (BPD) no había muerto y que
jamás moriría. Es evidente, por lo tanto, que esta administración apresurada
conlleva en sí misma el peligro de un mal resultado final.
B
En segundo lugar, están los peligros que surgen de aquellos herederos de la
revolución que aún están inmaduros (que no poseen un conocimiento completo de
la religión ni un grado espiritual adecuado), quienes no están en condiciones de
administrar los asuntos armonizándolos con los objetivos de la convocatoria de
manera tal que ella triunfe sobre los fanáticos de la época de la ignorancia y sobre
las contradicciones de pensamientos aún existentes en los rincones de las almas de
los musulmanes, quienes estaban muy divididos en “muhayirin” y “ansar”,
quraishitas y no quraishitas, mequinenses y medinenses, etc.
C
En tercer lugar se encuentran, por último, los peligros que surgen por el grupo
que se ocultándose bajo el nombre del Islam, durante la vida del Profeta (BPD)
constantemente engañaban y actuaban en contra de la revolución. Son aquéllos
que el Corán denomina “hipócritas”. Si le sumamos el gran número de los que se
islamizaron después de la conquista (de la Meca), quienes aceptaron el Islam no
por captar y descubrir la verdad, sino por no tener otra opción, podemos darnos
cuenta del grado de peligro que ellos representan. Con la muerte del Profeta (BPD)
y el campo vacío de líder, ellos pueden encontrar rápidamente la ocasión para
llevar adelante una amplia actividad (destructiva del Islam).
Por todo esto, vemos que los peligros que amenazan a la comunidad luego de la
muerte del Profeta (BPD) son tales que no podrían permanecer ocultos para
ningún líder intelectual ni religioso. ¿Cómo podrían estar ocultos para el Profeta,
siendo él el último de los Mensajeros?
Si nosotros vemos que Abu Bakr (cuando fue califa) tomó la precaución de no
dejar el campo sin una acción positiva respecto al futuro del gobierno (designando
a Omar); que luego, cuando Omar agonizaba, la gente se apresuró a solicitar que
hiciera su legado, por temor a quedar sin un líder tras su muerte, a pesar de que la
situación de la convocatoria religiosa presentaba firmeza política y social por haber
pasado ya un tiempo de la muerte del Profeta (BPD); que Omar, coincidiendo con
el temor de la gente, les legó ordenándoles la formación de un consejo de seis
personas (quienes debían elegir entre ellos al futuro califa); que el mismo Omar,
cuando captó con todo su ser que el evento de “Saqifa” y la designación
improvisada de Abu Bakr podría producir un gran peligro para el estado, dijo: “El
juramento de fidelidad (a Abu Bakr) fue inesperado, pero Dios evitó su malicia” (y
luego él prohibió que se eligiera a un líder de esta manera); que Abu Bakr se excusó
de aceptar el gobierno en forma apresurada, cargando con tal responsabilidad,
porque sentía el peligro (de la ausencia del líder) y la necesidad urgente de tomar
medidas para solucionarlo, diciendo: “El gobierno ha sido impuesto sobre mí. El
Mensajero de Dios (BPD) murió, y la gente no estaba muy alejada de la época de la
ignorancia. Yo temí que hubieran divisiones y mis compañeros me encargaron el
poder”; y si todas estas cosas son consideradas correctas, ¡¿acaso no resulta
axiomático que el líder de la convocatoria, el Profeta (BPD), debería sentir aún
más el peligro y debería comprender más amplia y profundamente la naturaleza de
la situación así como las necesidades de la revolución que él mismo puso en marcha
dentro de una comunidad nueva, muy próxima a la época de la ignorancia – tal
como lo reconoce el dicho de Abu Bakr?!
II
La segunda posibilidad que existe al considerar que el líder haya tomado una
actitud negativa respecto del futuro de su religión después de su muerte, es que a
pesar de percibir los peligros de tal posición no se esforzase por proteger a la
convocatoria de los mismos por prestarle atención únicamente a su beneficio
personal. Entonces, lo único importante para él sería cuidar la convocatoria hasta
su muerte, para aprovecharla y disfrutar de su resultado, sin considerar lo que
sucediera luego de su fallecimiento. Esta interpretación resulta completamente
inadecuada e inconcebible para el Profeta Muhammad (BPD), incluso si no lo
observáramos como un Profeta, como alguien que tiene una estrecha relación con
Dios en todos los asuntos pertenecientes al Mensaje. Si supusiéramos que él sólo
fuese un líder de una doctrina como tantos otros líderes espirituales (o políticos),
veríamos que la historia de éstos líderes no se asemeja a la de Muhammad (BPD)
en cuanto a la sinceridad para su convocatoria y la abnegación y sacrificio suyo
por ella hasta el último momento de su vida. La historia nos demuestra esto y es
testigo de que ha sido así. Aún en su lecho de muerte, mientras su enfermedad se
agravaba, él pensaba en una expedición de combate que había proyectado,
estableciendo al ejército de Usama para la misma. Así, el decía:
(( ارﺳﻠﻮا ﺑﻌﺚ اﺳﺎﻣﺔ، أﻧﻔﺬوا ﺟﻴﺶ اﺳﺎﻣﺔ،))ﺟﻬﺰوا ﺟﻴﺶ اﺳﺎﻣﺔ
“Equipen al ejército de Usama”, “Haced partir al ejército de Usama”, “Enviad
el grupo de Usama”, Y frases así, reiterándolas mientras sucesivamente se
desmayaba y recuperaba la conciencia. Veamos como la preocupación del
Mensajero (BPD) sobre un asunto militar llegaba a tal grado que el momento en
que él agonizaba y sabía que pronto iba a morir continuaba atendiendo sus
pormenores, deseando que el mismo se desarrolle favorablemente (por el bienestar
de la comunidad). ¡¿Como podemos imaginar que el Profeta (BPD) no le diera
importancia al futuro de la convocatoria ni tuviera proyectos para preservarla sana
frente a los peligros inminentes tras su muerte?!
Finalmente, cuando el Profeta (BPD) estaba en su lecho (agonizando), ocurrió
un hecho histórico que por sí sólo resulta suficiente como para rechazar este primer
camino, siendo una evidencia de que él estaba muy lejos de tomar una posición
negativa respecto del futuro de la convocatoria por no prever los peligros o no darle
importancia a los mismos. Sobre este evento están de acuerdo todos los
musulmanes, tanto sunnitas como shiítas, al respecto de su autenticidad. Mientras
agonizaba en su lecho, mientras la casa estaba llena de hombres, incluyendo a
Omar ibn Al Jattab, el Profeta (BPD) dijo: “Traedme papel y tinta, para que os
escriba algo con lo que luego no os extraviaréis jamás”. Este esfuerzo del líder
indica a las claras que él (BPD) pensaba en los peligros venidos, comprendiendo
profundamente la necesidad de proyectar un plan para proteger a la comunidad del
desvío y a la convocatoria de la desaparición. Por consiguiente, es absolutamente
imposible suponer que el Profeta (BPD) haya adoptado la posición negativa de
alguna manera.
2
Segundo campo de investigación,
adoptando una posición positiva:
Establecer el sistema de asamblea.
(ﺎوَأﺑ
َ ﻏ ْﻠﺒًﺎ* َوﻓَﺎ ِآ َﻬ ًﺔ
ُ ﻖ
َ ﺣﺪَا ِﺋ
َ ﻼ* َو
ً ﺨ
ْ ﻀﺒًﺎ* َو َز ْﻳﺘُﻮﻧًﺎ َو َﻧ
ْ ﻋ َﻨ ًﺒﺎ َو َﻗ
ِ ﺎ* َوﺣﺒ
َ ) َﻓَﺄ ْﻧ َﺒ ْﺘﻨَﺎ ِﻓ ْﻴﻬَﺎ
“Y entonces Hemos producido el grano, la vid, la hierba, el olivo, la
palmera datilera, los huertos frondosos, ‘ab’ (los pastos)”1.
1
Corán: “Frunció las cejas”(80):27 a 31
nada de ella. En consecuencia, la tradición, que es la más importante fuente del
Islam después del Corán, permaneció sin definición durante unos 150 años,
actuando en ella unas veces el olvido, otras la alteración, otras el descuido. En
cambio, la Gente de la Casa (P) se esforzaron en anotar y compilar todo desde el
primer momento. Existen muchas narraciones de los Imames de la Gente de la
Casa (P) que mencionan que entre ellos existe un libro muy extenso dictado por el
Mensajero de Dios (BPD) y escrito de puño y letra de Alí(P) que contiene todos
los mandatos del Mensajero de Dios.
¿Acaso es posible considerar que con esta simple tendencia -si es que el asunto
fuese simple- de evitar preguntar sobre los acontecimientos que aún no hayan
tenido lugar y abstenerse de registrar por escrito las tradiciones del Profeta (BPD),
alguien es capaz de asumir el liderazgo y conducir el nuevo Mensaje por las más
importantes y difíciles etapas de su largo camino? ¡Por Dios! ¿Acaso el gran
Mensajero (BPD) dejó su tradición suelta y dispersa, sin registrar, aunque él
ordenó aferrarse a ella? ¿Si hubiera establecido el concepto de la asamblea en forma
concreta, no era necesario delinear su constitución y sujetar su metodología para
que ella marchase sobre un rumbo fijo y limitado, de tal forma que los deseos no la
afecten?
¿No es la única interpretación intelectual y lógica que el Profeta (BPD) haya
preparado al Imam Alí (P) para el liderazgo y la conducción de la comunidad
detrás suyo, confiándole completamente su tradición y sus conocimientos,
abriéndole mil puertas de la ciencia?
Los acontecimientos ocurridos después de la muerte del Profeta (BPD) han
confirmado (lamentablemente) que la generación de los ansares y muhayirines no
aprendieron nada de las instrucciones sobre las dificultades que fueron surgiendo
al frente de la convocatoria luego del Profeta (BPD). Inclusive el califa y los que
estaban a su alrededor no conocían los mandatos respecto de los territorios
conquistados ni sabían si debía dividirlos entre los combatientes o colocarlos como
donación para todos los musulmanes. ¿Podemos imaginar que el Profeta (BPD)
confirmaría para los musulmanes la pronta conquista de la tierra de Cosroes y
Quiesar (es decir el Imperio Persa y el Imperio Romano respectivamente) y
establecería a la generación de muhayirines y ansares como protectores de la
convocatoria y responsables de esta conquista sin enseñarles los mandatos que
debían aplicar en estas tierras conquistadas?
Y consideramos la posición de la generación de quienes estaban en la época del
Profeta (BPD) al respecto de los mandatos religiosos que él expuso ante ellos en
reiteradas ocasiones y ellos los escucharon de él repetidamente. Ellos no tenían una
comprensión clara y profunda de los mismos. Por ejemplo, la oración por la
muerte, la cual el Profeta (BPD) realizó en público cientos de veces, haciéndola
junto a quienes despedían a los muertos. A pesar de esto, ellos no la tenían en
claro, quizás porque no vieron la necesidad de aprenderla, pues el Profeta (BPD)
era quien siempre la dirigía y ellos la seguían desde atrás. Por eso, cuando él murió
(BPD) surgió una discrepancia entre ellos sobre los números de “takbirat” de la
misma. Tahaui narra de Ibrahim lo siguiente: “Luego de la muerte del Mensajeor
de Dios (BPD) la gente discrepó sobre los números de takbirat que había que hacer
sobre el cadáver de una persona. Uno dijo: -El Mensajero (BPD) realizaba cinco.
Otro dijo: -He escuchado del Mensajero (BPD) cuatro (takbirat). Esta discre-
pancia permaneció hasta que murió Abu Bakr. Cuando Omar gobernaba, vio la
discrepancia de la gente sobre este tema y se mortificó mucho por esto. Entonces
hizo traer a los compañeros del Profeta (BPD) y les dijo: Vosotros sois los
compañeros del Mensajero de Dios (BPD). Si discrepáis sobre un asunto, los que
vengan luego de vosotros discreparán también. Pero si permanecéis unidos y de
acuerdo, la gente se mantendrá así. Entonces, dad vuestra opinión sobre aquellos
asuntos en los que estáis de acuerdo. Con esto él los despertó, y ellos dijeron: Tu
opinión es correcta, ¡oh, Amir Al Mu´minín!” También encontramos que los
compañeros apoyaban al Profeta (BPD) y no se daban cuenta de la necesidad de
aprender los mandatos y las ideas personal-mente mientras que estaban a su lado.
Quizás pueda plantearse que esta cuestión que hemos expuesto sobre que los
compañeros no eran dignos de conducir y ser líderes luego del Profeta (BPD) no
concuerda con lo que creemos sobre que la educación del Profeta (BPD) tuvo un
enorme grado de éxito y dio lugar a una generación excelente. La respuesta es que
nosotros hemos delineado los aspectos reales de esta generación de una manera
amplia, pero no hemos entrado a evaluar los detalles para considerar a la educación
del Profeta (BPD) en su elevado nivel, una educación que él mismo impartió
durante su vida. Porque al mismo tiempo que nosotros creemos que la educación
del Profeta era excelente, Divina, ejemplar, poseedora de grandes ventajas,
consideramos que no se pueden evaluar sus resultados en forma sepa-rada de la
situación y las condiciones reinantes, así como no se puede considerar la cantidad
separada de la calidad al respecto de la auténtica elevación que ella produce. Para
explicar este tema, vamos a poner un ejemplo: Supongamos que un maestro enseña
a varios estudiantes el idioma inglés y su gramática, y nosotros queremos evaluar
la capacidad de enseñar suya. En ese caso, no nos contenta-remos con ver lo que
los estudiantes alcanzaron a aprender de este idioma, sino que considera-remos
también el tiempo que el maestro enseñó, la situación que ellos tenían antes, su
proximidad o no respecto del idioma inglés, el grado de dificultades e
inconvenientes excepcionales que fueron surgiendo durante su enseñanza
actuando como obstáculos contra su marcha natural, el objetivo que el maestro
perseguía en su enseñanza, etc. Así, comparando el resultado final de estas
lecciones con todos estos aspectos, se puede evaluar su grado de educación.
Por consiguiente, si deseamos evaluar la educación del Profeta (BPD) debemos
considerar los siguientes puntos:
1
El corto tiempo que el Profeta (BPD) empleó en la educación. El mismo apenas
pasaba las dos décadas para los compañeros más antiguos, que eran pocos, aquellos
que lo acompañaron desde el inicio de su Misión; no pasaba de la década para
muchos de los ansares; no pasaron más de tres o cuatro años para los muchos que
ingresaron al Islam entre el tratado de paz de Hudaibiiah y la conquista de la
Meca.
2
La situación anterior en la cual ellos vivían, ya sean las ideas, pensamientos,
espíritu, religión y sus costumbres antes de que el Profeta (BPD) empezara a poner
en práctica su rol, así como aquello que dominaba sobre ellos como la ingenuidad,
la desocupación y la espontaneidad de los distintos estados de sus vidas. No hace
falta que entremos en mayores detalles para explicar este punto, porque el Islam no
era una revolución en la superficie de la sociedad sino en sus raíces, con la
construcción de una sociedad nueva. De ahí la enorme distancia espiritual que
había entre la nueva situación que el Profeta (BPD) buscaba inculcar y la
situación anterior.
3
Este tiempo estaba lleno de acontecimientos y luchas políticas y militares en
distintos campos. La relación del gran Mensajero (BPD) con sus compañeros no
era como la de Jesús (P) con sus discípulos, una relación de un maestro educador
que está libre de preocupaciones y sólo se dedica a preparar a sus alumnos. Por el
contrario, su relación era correspondiente a la posición del Mensajero (BPD) como
educador, comandante de guerra y jefe del gobierno.
4
La oposición a la comunidad musulmana por parte de otras culturas religiosas
como la Gente del Libro, quienes enfrentaron sus creencias produciendo un
ambiente adverso para la nueva convocatoria, siendo la raíz de muchas
inquietudes, rebeldías y venganzas permanentes. Todos conocemos el fluido de
ideas que emanaban de los israelíes, de manera espontánea o mal intencionada, en
muchas situaciones y estados. Una mirada en el Corán es suficiente para descubrir
el grado de contenido ideológico de la revolución que se oponía (a todo lo anterior)
y el nivel de preocupación de la Revelación respecto a observar y difundir sus
conceptos y pensamientos.
5
El objetivo del Profeta (BPD) a nivel general era formar un grupo justo que
pueda asumir el liderazgo de la nueva Misión -durante su vida y después de su
muerte- obrando y realizando las pruebas con ellos. No era su intención en esa
etapa elevar a toda la comunidad al nivel propio del líder, de manera que se
exigiera de ellos una comprensión perfecta de la Misión, una instrucción amplia
sobre los mandatos y una unión absoluta entre sus ideas y sus sentimientos.
Limitar el objetivo en esta etapa a este grado mencionado es algo lógico y la
naturaleza de la revolución así lo exige. Porque no es razonable trazar una meta
sino dentro de una posibilidad práctica, y el estado que desarrolló el Islam no podía
sobrepasar los límites que tuvo. Porque la distancia espiritual, mental y social
entre el nuevo Mensaje y la situación corrupta que imperaba en aquella época no
permitía elevar a la gente al nivel propio del líder como para que ellos pudieran
manejar directamente este nuevo Mensaje. Esto lo explicaremos luego (en el
siguiente campo de investigación) y argumentaremos por qué era necesario que el
liderazgo permaneciera en la Gente de la Casa (P) y en el Imamato de Alí (P) para
esta revolución que pretendía cambiar todas las cosas de la historia.
6
Una gran parte de la comunidad islámica que el Profeta (BPD) dejó tras su
muerte, estaba integrada por quienes se habían islamizado luego de la conquista de
la Meca y después de que la nueva revolución se convirtiera en el líder de toda la
península arábica, con un amplio poder político y militar. El tiempo que tuvo el
Mensajero (BPD) para educarlos e instruirlos fue muy breve, y la mayor parte que
él obró como jefe del gobierno islámico. En esta etapa surgió la necesidad de atraer
los corazones (de los recientemente incorporados al Islam, a fin de que su
islamización fuese real), por lo que se legisló a su favor en algunas cuestiones como
el “zakat” (impuesto religioso) y otras, y se permitió que tuvieran influencias en
las decisiones de estado, para ser incorporados al mismo y no quedar como un
sector separado de la comunidad.
En el marco de estos seis puntos, encontramos que la educación del Profeta
(BPD) tuvo un enorme éxito, realizando una modificación sin par (en toda la
historia), dando lugar a una generación justa y digna del objetivo del Profeta
(BPD), que era formar una comunidad que estuviera alrededor del liderazgo de la
nueva revolución apoyándolo. Por eso vemos que esta generación cumplió su rol de
pueblo justo mientras el liderazgo estuvo establecido en el propio Profeta (BPD), y
si se hubiera determinado que el liderazgo tomase su marcha Divina, este grupo
hubiera cumplido correctamente su papel de justo. Esto no significa que ellos
hubiesen estado preparados para asumir el liderazgo y conducir personalmente a la
nueva revolución, pues esta preparación exige un nivel más elevado de fusión
espiritual, de creencia en el Mensaje, de comprensión de los mandatos, las ideas y
objetivos, y una visión distinta sobre la vida. Necesitaban purificar de manera más
amplia sus filas de los hipócritas y conspiradores, y de aquellos que guardaban
algún interés en sus corazones, quienes siempre fueron un número importante de
esta generación, con amplios efectos negativos en distintas circunstancias
históricas, al punto que el Corán le dedica un gran espacio a los hipócritas, sus
engaños y posiciones. A pesar de que dentro de esta generación encontremos a
hombres excelentes, nobles y dedicados creyentes como Salman, Abu Dharr,
‘Amar, etc., a quienes la revolución los transformó en lo que fueron, esto no indica
que la generación hubiera llegado a un grado tal que se justificaba depositar sobre
ella la importante responsabilidad (de liderar la revolución) con el sistema de
asamblea. Inclusive dentro de la mayoría de estas personas que son ejemplos
apostolados de esta generación, no se encuentra aquello que los haga merecedores
del liderazgo en cuanto a cuestiones ideológicas y culturales, a pesar de su
sinceridad y profunda amistad. Porque el Islam no es una doctrina que se limita a
practicar y esforzarse con sinceridad para que sus manda-tos brillen y sean claros.
Por el contrario, es el Mensajero de Dios que contiene todos los conceptos y las
prescripciones abastecidas por Dios para dar lugar a todas las leyes que la
revolución exige. Entonces, es inevitable que el líder de esta revolución conozca en
profundidad todos los mandatos y los detalles del Mensaje, captando
completamente todas sus indicaciones y sus ideas. De lo contrario, se verá obligado
a recurrir a lo que su mente le inspira y sus antiguos pensamientos le sugieren, lo
cual produciría una marcha atrás en el rumbo de la revolución. Esto es
fundamental, especial-mente considerando que el Islam es el último de los
Mensajes Celestiales, que debe permanecer por siempre, traspasando todas las
fronteras territoriales y nacionales. Esto no admite que su líder cometa errores y
correcciones, lo cual causaría a través del tiempo una brecha que amenazaría con
hacer caer y desaparecer a la revolución (por eso el Profeta -BPD- en el momento
de su muerte dijo: “Venid que os escribiré algo con lo que no os desviaréis después
de mí”.)
De todo lo expuesto deducimos que el Profeta (BPD) no trabajó para hacer de
los muhayirines y ansares un grupo con el nivel necesario de preparación
ideológica e intelectual que se exige para la conducción consciente del pensamiento
y la política para el futuro de la convocatoria. Sólo se esforzó por llevarlos a un
grado tal que ellos se congregaran alrededor de la conducción de la convocatoria en
el presente y en el futuro. ¿Cómo se puede decir que el Profeta (BPD) tenía en
mente confiarle la conducción y supervisión del Islam a los muhayirines y ansares
después de él? ¿Cómo puede ser esta suposición bien interpretada, en tanto que
implícitamente continúe una acusación contra el más puro e inteligente guía
religioso de toda la historia de la revoluciones, sobre que él no tenía la capacidad de
distinguir entre el grado de conciencia necesario para sentar las bases de la
comunidad donde crezca la idea y el pensamiento de la revolución y el nivel de
conciencia necesario para la conducción la de convocatoria y su liderazgo
ideológico y político?
(III)
El tercer asunto a considerar (al respecto de la suposición de que el Profeta -
BPD- haya establecido el sistema de asamblea) es que la convocatoria es una
revolución y un nuevo cambio de vida; su objetivo es construir una comunidad
islámica y arrancar todas las raíces de la ignorancia y sus rastros. Y la comunidad
musulmana no vivió bajo la revolución más que un corto lapso de tiempo (diez
años), lo cual habitualmente no es suficiente dentro de la lógica de las escuelas
religiosas y las convocatorias revolucionarias para elevar a la generación que vive
bajo su sistema a un grado tal de conciencia, objetividad, liberación de todo
sedimento de lo anterior y capacidad para abarcar todas las enseñanzas de la nueva
convocatoria como para ser digna de asumir la responsabilidad del Mensajero,
proteger a la convocatoria y continuar la revolución sin la necesidad de un líder.
Por el contrario, la lógica de las escuelas establece que en la primera etapa la
comunidad siga viviendo bajo un liderazgo establecido hasta llegar a obtener el
nivel en que sea merecedora de tal responsabilidad.
Lo que hemos expuesto no es sólo una deducción, sino que expresa una realidad
seña-lada por los acontecimientos ocurridos luego de la muerte del Profeta (BPD),
cuando la generación de muhayirines y ansares asumió la responsabilidad del
liderazgo. Podemos ver que no pasó más de un cuarto de siglo con tal conducción
sin que la comunidad sufriera el más fuerte y aniquilante golpe de sus enemigos
internos y primeros. Estos enemigos, con la ropa del Islam y bajo la bandera de la
convocatoria, en la misma fila de los musulmanes, sacaron las espadas de sus
fundas y gradualmente penetraron en los ángulos y centros más importantes del
gobierno islámico, quitando la conciencia del mismo. Luego, ellos ocuparon con
impudicia y violencia la conducción, expulsando de la misma al grupo de los
primeros creyentes y modificando el liderazgo del Islam a una monarquía
hereditaria. Ellos desgarraron los honores y las generosidades, mataron a quienes
eran buenos, puros e inocentes, saquearon los bienes, abandonaron las leyes,
congelaron los manda-tos (dejándolos vacíos de contenido y de influencias) y
jugaron con los destinos de las gentes. Las propiedades conquistadas se volvieron
jardines de los quraishitas y el califato se tornó como una pelota con la cual los
chicos de los Omeyas jugaban. Por consiguiente, la realidad de los acontecimientos
acaecidos tras la muerte del Profeta (BPD) y lo que surgió apenas un cuarto de
siglo después confirma la deducción anterior (sobre que los muhayirines y ansares
no estaban preparados aún para el gobierno). Esto establece que el paso directo de
la conducción y liderazgo ideológico y político a los muhayirines y ansares luego
del fallecimiento del Profeta (BPD) se trataba de una innovación puesta en
vigencia antes de su tiempo natural. Por eso, no es lógico ni inteligente suponer
que el Profeta (BPD) estableció que este proceso nuevo debía ponerse en práctica
(inmediatamente después de su muerte).
3
Tercer campo de investigación,
adoptando una posición positiva:
La selección, designación y
nombramiento de un sucesor.
ﻲ اﻟﻠﱠﻪ
ﻞ ﻋَﻠﻰ َﻧ ِﺒ ﱢ
ُﺧُ ﺖ َأ ْد
ُ ﻦ ا ْﻟﺨَﻼﺋﻖ؛ ُآ ْﻨ َ ﺣ ٍﺪ ِﻣ
َﻦﻷْ ل اﻟﻠﱠﻪ َﻟ ْﻢ َﺗ ُﻜِ ﻦ َرﺳُﻮ ْ ﺖ ﻟِﻲ َﻣ ْﻨ ِﺰَﻟ ٌﺔ ِﻣ
ْ ))آﺎ َﻧ
.((ﺧﻠْﺖ َ ن ﻟﻲ َﻓ َﺪ
َ ﺼﻠّﻲ َأ ِذ
َ ن ﻟَﻢ ﻳَﻜﻦ ُﻳ
ْ َوِإ،ﺧﻠْﺖ َ ﺢ َﻓ َﺪ
َ ﺳ ﱠﺒ
َ ﺼﻠّﻲَ ن ُﻳ َ ن آَﺎْ ﻓَﺈ،ٍُآﻞﱠ ﻟَﻴَﻠﺔ
“Yo tenía ante el Profeta (BPD) una jerarquía que ninguna otra criatura
poseía. Esto es que ingresaba a lo del Profeta (BPD) todas las noches; si
estaba rezando ,él exclamaba “Glorificado sea Dios” (“Subhana Allah”) y yo
me daba cuenta de que me daba permiso para ingresar, y entonces entraba; si
no estaba rezando, me daba permiso (directamente) y yo entraba”. Y también
narra del Imam Alí (BPD) lo siguiente:
. .((…ﻞ ﺑﺎﻟﻨﱠﻬﺎر
ٌﺧ
َ ﻞ َوﻣَﺪ
ِ ﻞ ﺑﺎﻟﻠّﻴ
ٌﺧ
َ ﻦ اﻟﻨﱠﺒﻲ ﻣَﺪﺧَﻼن ﻣَﺪ
َ ن ﻟِﻲ ِﻣ
َ ))آَﺎ
“Yo iba a lo del Profeta (BPD) en dos momentos: uno en la noche y otro
en el día”. Nisai también relata del Imam (P) que él decía: “Cuando le preguntaba
al Mensajero de Dios (BPD) algo, me respondía otorgándome todo (lo que yo le
pedía), y cuando me quedaba en silencio, él comenzaba a enseñarme…” Nisai
narró de Umm Salamah lo siguiente: “Por Dios que Alí (P) estaba más cerca del
Profeta (BPD) que ningún otro”. Y agregó: “El día en que el Profeta (BPD)
murió, por la mañana envió a llamar a Alí (P) y lo mandó a hacer una cosas.
Luego mientras lo esperaba, preguntó tres veces: ‘¿Ha llegado Alí?’ Cuando Alí
(P) regresó antes de la salida del sol, nos dimos cuenta de que el Profeta (BPD)
quería hablarle y entonces salimos de la casa. Aquel día estábamos en la casa de
Aisha y yo fui la última en salir, sentándome detrás de la puerta, estando más
cerca de la misma que ningún otro. Entonces pude ver que Alí (P) se inclinó sobre
él (BPD) y hablando en secreto, siendo Alí (P) la última persona en hablar con él
(BPD)”.
El mismo Amir al Mu´minin (P) en su disertación conocida como “qasi´at”
donde describe su relación singular con el Mensajero (BPD) y la forma en que
creció y fue educado, dice:
Estos y otros testimonios más nos dan una idea de la preparación única que el
Profeta (BPD) brindó al Imam Alí (P) haciéndole obtener el nivel necesario para la
conducción de la convocatoria. Durante la vida del Imam Alí (P) luego de la
muerte del Profeta (BPD), existen muchos ejemplos que dan cuenta de esta
preparación especial en la doctrina, mostrando que él era el único merecedor del
liderazgo de la comunidad musulmana. Uno de los efectos de esta preparación
singular que el Mensajero le había otorgado es que él era el refugio de la resolución
de todas las dificultades que los gobernantes no podían resolver en aquella época.
Nosotros no conocemos en toda la historia de los tres califas ningún evento sobre el
cual el Imam (P) deba consultar con algún otro para conocer la opinión del Islam o
su correcta resolución, mientras que podemos citar diez casos en los que los
1
“Nahyul Balágah” discurso 192 de Sobhi Sálih
gobernantes tuvieron que consultar con Alí (P), a pasar de hacer precauciones en
algunos asuntos (pues ellos no querían demostrar que reconocían la superioridad
de Alí -P- y su derecho a gobernar).
Los testimonios sobre que el Profeta (BPD) le brindó (a Alí -P-) una
preparación especial para que continúe con la propaganda de la convocatoria
después de él y que él (BPD) anunció éste otorgándole el liderazgo ideológico y
político a Alí (P) oficialmente, son muy numerosos. Podemos citar:
1.- El dicho de “Dár” (cuando le fue revelado “advierte a los miembros más
allegados de tu tribu” -Corán 26:214-)
3.- El “Hadiz Manselat” (“Tú eres respecto a mí como Aarón respecto a Moisés
-P-).
“Estoy a punto de morir, y dejo entre vosotros dos joyas preciosas: el Libro
de Dios, que es una cuerda larga (estirada) del Cielo hacia la tierra, y mi
descendencia, la Gente de mi Casa. El Sutil, el Bien Informado, me ha
notificado que ellas no se separarán hasta venir a mí en la Fuente (Al Hauze,
en el Paraíso). Entonces, ¡prestad atención a como los tratáis!…”
Estos dichos y muchos otros más que son muy numerosos, corporizan estas dos
autoridades en la Gente de la Casa (P). La doctrina islámica del acatamiento de los
dichos del Profeta (BPD) ha tomado a estos dos dichos y ha creído en las dos
autoridades. Esta es la doctrina de los musulmanes que hacen amistad y siguen a
la Gente de la Casa (P). Si bien la autoridad del liderazgo social para cada Imam
consiste en su trabajo y esfuerzo para gobernar y tener poder (político) durante su
vida, la autoridad ideológica es una realidad más amplia, no limitada a la vida de
cada Imam, sino que sus efectos se mantienen vivos y activos en todas las épocas,
ya que los musulmanes necesitan comprender los límites del Islam, conocer sus
mandatos, sus cosas permitidas y prohibidas, sus ideas y valores, etc. Entonces
necesitan de una autoridad ideológica definida, designada por Dios, la cual se ha
corporizado en primer lugar en el Libro de Dios, y en segundo lugar en la
Tradición de Su Mensajero (BPD) y en sus descendientes, la Gente de su Casa (P),
quienes jamás se separarán del Libro, tal como ha dicho el Mensajero de Dios
(BPD).
En cuanto a la otra corriente entre los musulmanes, quienes se han establecido
sobre el “iytihad” en vez de acatar los términos religiosos, ellos decidieron desde el
momento de la muerte del gran Mensajero (BPD) entregar la autoridad del
liderazgo, la cual maneja el gobierno, a algunos hombres de los muhayirines, de
acuerdo a consideraciones inconsistentes e inestables. Por eso Abu Bakr recibió el
gobierno inmediatamente después de la muerte del Profeta (BPD), luego de una
limitada consultación realizada dentro de la reunión de Saqifa. Subsiguientemente,
Omar fue gobernante por ser nombrado sucesor por parte de Abu Bakr. Después
de ellos, Uzman recibió el poder a través de algo no definido con precisión por
Omar (quien estableció un consejo de seis personas para que eligieran al
gobernante). Esta modalidad provocó que tan solo treinta años después de la
muerte del Profeta (BPD) los hijos de Tulaqa (los Omeyas), quienes anteriormente
habían combatido contra el Islam, poseyeran los centros de poder.
Esto en lo que respecta a la autoridad del liderazgo. En cuanto a la autoridad
ideológica, era muy difícil para ellos reconocerla en la Gente de la Casa (P) después
de que el “iytihad” les había quitado la autoridad del liderazgo. Porque si ellos
reconociesen esto en ellos, estarían creando situaciones que objetivamente les
darían la posibilidad de obtener el poder y así unir las dos autoridades. Al mismo
tiempo, les resultaba difícil reconocer la autoridad ideológica en el mismo califa que
manejaba el gobierno, pues las exigencias de esta autoridad son diferentes a las de
la conducción. Así, considerar que una persona es apta para manejar el gobierno
no significa de ninguna manera que sea adecuada para ser establecida como Imam
de la ideología y máxima autoridad después del Corán y la Tradición Profética en
la interpretación de la doctrina. Porque el liderazgo ideológico exige un alto grado
de cultura, abarcando y entendiendo profundamente la doctrina, y es obvio que
esto no existía en ninguno de los compañeros aparte de la Gente de la Casa (P).
Por eso la autoridad ideológica se inclinaba constantemente hacia ellos, y los
califas en todos los estados reconocieron el liderazgo ideológico del Imam Alí (P).
Inclusive se narra que el segundo califa expresó en reiteradas ocasiones que “Si no
fuese por Alí, Omar habría sido aniquilado”, y “Todas las dificultades (que se me
presentaron) fueron resueltas por Abu Al Hasan (el Imam Alí -P-), y así Dios me
Ha preservado…” Pero con el paso del tiempo, los musulmanes gradualmente
fueron mirando al Imam Alí y a la Gente de la Casa (P) como personas aisladas y
vencidas. Entonces era posible prescindir de su autoridad ideológica y buscar un
sustituto razonable en el cual apoyarse. Este sustituto no fue el mismo califa, sino
los que habían sido compañeros (del Profeta -BPD-). Así paulatinamente la
autoridad de los compañeros fue sustituyendo a la autoridad de la Gente de la Casa
(P) y esta sustitución resultó fácil luego de haber traspasado la autoridad
designada (por el Profeta -BPD- respecto del gobierno para la Gente de la Casa -P-
). Porque ellos (los compañeros) fueron personas que acompañaron al Profeta
(BPD), que vivieron junto a él durante su vida y su gobierno, captando sus dichos
y tradiciones. Con esto, la Gente de la Casa en la práctica perdió su ventaja
Divina, quedando sólo como una parte de la autoridad ideológica, como otros
compañeros.
El establecimiento de la autoridad ideológica sobre un grupo disímil, con fuertes
discrepancias y contradicciones entre sí, provocó en el cuerpo de la comunidad
musulmana distintas corrientes doctrinales enfrentadas al punto de llegar a la
guerra y al derramamiento de sangre, acusándose mutuamente de desvío y
traición, como un reflejo de esta medida adoptada por quienes siguieron el
“iytihad” (en lugar de estricto acatamiento a la orden religiosa).
3
Tercer campo de investigación:
El shiísmo espiritual y el
shiísmo político.
***
**
FIN