Corman, Louis - El Test de Los Garabatos. Exploración de La Personalidad Profunda PDF
Corman, Louis - El Test de Los Garabatos. Exploración de La Personalidad Profunda PDF
Corman, Louis - El Test de Los Garabatos. Exploración de La Personalidad Profunda PDF
P R IM E R A PARTE
EL TEST DE L OS GA RA BA TOS
Las bases de su interpretación
en psicopatología
S E G UNDA PARTE
APLICACIONES CLÍNICAS
DEL TEST DE LOS GA RA BA TOS
1. El diagnóstico de la personalidad................................................................ 59
I. La personalidad a fectiv a ................................................................... .60
^ II. La inteligencia . ................................................................................. 66
7
■
8
1
S IG N IF IC A C IÓ N P S IC O L Ó G IC A DE LOS G A R A B A T O S
Los garabatos que hacen los niños siempre han sido considera
dos con atención por los psicopedagogos, a quienes interesan todas
las manifestaciones expresivas de lá espontaneidad juvenil.
Pero la idea de hacer del garabato un test de personalidad es
muy reciente. La debemos a Robert Meurisse, aparecida en su
primer estudio: "Le test du gribouillage”, publicado en 1948.1
1. LA INTERPRETACIÓN GRAFOLÓGICA
II
su inteligencia y de su carácter, sino además su personalidad
profunda, es decir, las tendencias y los sentimientos de los cuales no
tiene c¡2ra conciencia; eso se podrá saber por medio de su escritura
mejor de lo que él mismo se conoce.
Llegamos aquí a la moderna noción de proyección, la cual,
como es sabido, ha adquirido gran importancia en psicología
después de Ios-descubrimientos freudianos. En efecto, tal como lo
ha demostrado el psicoanálisis, algunas tendencias dormidas en el
inconsciente,..y que parecen muertas, pueden, bajo ciertos estímu
los. despertar a la vida y manifestarse en la conducta del sujeto, sin
que éste tenga conciencia de los móviles que lo impulsan a actuar.
Se dice entonces que esas tendencias se provecían directamente en
la conducta. Por ejemplo, el sujeto que escribe tiene conciencia del
significado de lo que escribe, pero no del movimiento que gobierna
su pluma, el cual es automático, y sin embargo, su estado de ánimo
profundo se expresa en la escritura.
Ahora bien, con los garabatos ocurre lo mismo que con la
escritura; Meurisse fue el primero que tuvo la idea de considerar al
garabato (que llama “garabateo”) como una proyección de la
personalidad profunda del sujeto que lo traza, pudiendo por lo
tanto constituir un verdadero test de proyección.
Esto nos permite comprender que se hayan podido aplicar a los
garabatos las reglas del análisis grafológico y obtenido así deduc
ciones psicológicas muy interesantes. Recordemos aquí suscinta-
mente que, en grafología. se evalúan la amplitud de los trazos, la
fuerza, la forma, la dirección, la localización, la rapidez, el ritmo y
la armonía de los mismos y que cada una de estas características
tiene, como es sabido, un significado gxafopsicológico determinado. ■
Meurisse ha agregado a este esquema clásico complementos su
mamente sugestivos referentes a la personalidad profunda, y ha
desarrollado aún más-la noción de test de proyección.
16
descendente, la -zona que cubre primero y la rapidez de su
ejecución, signos todos éstos de los cuales veremos la importancia
para la interpretación del test. Debemos consignar, por ejemplo, por
tener un valor muy especial, la tendencia de algunos sujetos a voiver
a pasar, una y otra vez, por el mismo lugar de la hoja, tendencia
compulsiva ligada frecuentemente a una fijación morbosa relacio
nada con la zona en cuestión, como ya lo hizo notarMeurisse.
17
de uno de esos psicodramas trazó estos garabatos intensamente
agresivos, con los cuales borró, en particular, su nombre (de lo cual
veremos más adelante el significado). Invitado a decir lo que piensa
de sus garabatos, dice que es una explosión y que.el “pajarito” se ha
escapado hacia arriba, a la derecha, “donde está bien” (fig. 1).
19
€
3
E V O L U C IÓ N D E L A P E R S O N A L ID A D
P S IC O D IN Á M IC A D E L G A R A B A T O
20
Figura 3. Pre-garabatos en forma de flechas.
21
vitales del carácter. En general, los garabatos en forma de flechas
expresan fuertes descargas de agresividad, mientras que los gara
batos de formas circulares indican un carácter dulce y conciliador
(tal es, en particular, el caso de los mongólicos). Por otra parte, la
falta de unión entre las diferentes partes del trazado, muy carac
terística de esa edad, traduce los bruscos impulsos experimentados
por el niño y, correlativamente, carencia de vínculos asociativos
tanto en la acción como en el pensamiento.
Sin embargo, para que los garabatos adquieran pleno significado
psicológico, es menester llegar a la fase siguiente de la evolución
psicomotriz. el estadio motor controlado.
e
II. EL ESTADIO SÁDICO-ANAL Y LOS GARABATOS
SÁDICO-ANALES
23
Este estadio no-objetal comporra dos estadios diferentes, que se
suceden en ia evolución: el estadio ora! y el estadio anal.
El estadio oral, que comprende aproximadamente el primer año
de vida, es aquel en que predominan exclusivamente las funciones
de la nutrición. La avidez es insaciable, a causa de las considerables
exigencias del crecimiento. Las rebelones de objeto, ligadas a esa
avidez oral, son tales que toda unión con un objeto es vivida y
pensada en términos de incorporación oral. Todo lo agradable se
absorbe y, en primer lugar, el óuerpo de la madre-nodriza, repre
sentado por su leche. Todo lo desagradable se rechaza, se escupe.
No hay término medio. Para ser aceptado, el objeto debe ser
enteramente agradable, es decir, colmar integramente los deseos del
niño Si es frustrante es el “ objeto malo5’ contra el cual se desata la
agresividad en forma de mal humor, gritos y lágrimas. No hay aún
lugar para el conocimiento del objeto.tal como es, en su realidad de
objeto, ora grato, ora frustrante. Es el ambiente de ios cuentos de
hadas, con la muy marcada oposición entre el hada buena y la bruja
mala.
El estadio anal (entre 1 y 2 años) es aquel en que se establece un
comienzo de movilidad voluntaria (ademanes, marcha, masticación)
y, al mismo tiempo, un comienzo de control de los esfínteres. El
niño cumple sus funciones de evacuación y es dueño de hacerlo
donde y- cuando le plazca, sin preocuparse por las molestias que eso
pueda causar a los que lo rodean. Pero éste es también el estadio en
que el niño podrá a pedido de la madre hacer sus necesidades en un
momento y en un lugar dados, en pocas palabras, tornarse limpio.
Dispone así de un medio muy eficaz para presionar a los que lo
rodean y, si tiene algún motivo de queja sobre el modo en que se
han comportado hasta entonces con él, puede manifestar abierta
mente su agresividad manteniéndose sucio. Esta posibilidad, muy
frecuente, es la que ha llevado a los psicoanalistas a agregar la
palabra sádico a la palabra anal y a describir ese estadio como
sádico-anal1.
Cuando las pulsiones del estadio sádico-anal persisten más tarde,
pueden, además de sus manifestaciones directas, excrementales,
manifestarse también por una marcada tendencia a la suciedad y por
un comportamiento y un vocabulario obscenos. El uso muy difun-
24
dido de palabras que representan suciedad < . ces y vocablos
similares son. naturalmente, derivados directos . . impulsividad
sádico-anal.
Durante estos estadios, la vida instintiva predomina, y cuando
no es objeto de censuras inhibidoras por parte de los que rodean al
niño, se exterioriza en pulsiones violentas. Es la edad en que los
niños se muestran glotones, muerden, se ensucian, se mueven
mucho, rompen todo lo que encuentran, y lo hacen con la mayor
alegría. No soportan que se les impida hacerlo y despliegan en ese
caso toda su agresividad en un recrudecimiento de violencia y de
cólera.
Los garabatos. Cuando, en ese estadio, se da al niño una
hermosa página blanca y un lápiz negro, la tratará manipulando el
lápiz como un arma ofensiva, así como trata a los que lo rodean. Es
decir que exteriorizará, libre, impulsivamente, sus instintos con
todo el brío de su edad y, como ya hemos dicho, sin -ninguna
consideración por los demás.
Los demás, en este caso, son la página blanca. El niño va a
macularla con numerosas rayas trazadas con violencia, llegando
hasta arrugarla, perforarla y rasgarla. No se detiene sino cuando la
página está completamente cubierta y la mina del lápiz gastada
hasta la madera. Tales son los garabatos sádico-anales, que indican
todos los rasgos de carácter dé ese estadio (fie. 6).
Semejantes garabatos son frecuentes y, observándolos en el
Consultorio Médico-Pedagógico de Nantes. nuestro alumno R.
BOISSINOT elaboró una interpretación de los garabatos sobre las
bases doctrinarias del psicoanálisis1. Según Boissinot, “los garaba
tos, derivados del pintarrajeo y del borroneo se inscriben en el
registro de las actividades sádico-anales15. Y agrega que lo que da a
ios garabatos su valor como test es el hecho de que “los mismos
interrogan, precisamente, esa fase tan fértil en conflictos, situada en
el umbral de la de Edipo, y en la cual muchos de los niños que
vemos quedan detenidos, o hacia la cual regresan55.
Un cierto número de los sujetos que son invitados a hacer
garabatos tom an conciencia de ese carácter sádico-anal de los
mismos y, tironeados entre sus pulsiones instintivas y las prohibi
ciones de su censura, se sienten muy incómodos.
27
al maestro: “Para ser buen alumno, hay que nacer la rabona, saber
cruzar el río a nado, saber descubrir nidos, no saber las lecciones,
manchar los cuadernos y hacer batifondo” . Con este psicodrama. el
niño nos da un excelente ejemplo de ese espíritu de coniradicción
que se opone sistemáticamente a las disciplinas educativas y que los
psicoanalistas atribuyen a una detención en el estadio sádico-anal.
Pero todo ésto no ocurre sin un intenso conflicto interior, y el niño,
si bien desea liberar sus pulsiones, se siente lleno de angustia en el
momento de hacerlo; de ahí su actitud reticente al principio y, al
final, muy ambivalente ante el test.
28
I
29
¿Cómo conciliar la forma sádico-anal de los garabatos ennegre
cidos con ese carácter triste? A esta pregunta, podemos responder
analizando los conflictos suscitados en el niño por su agresividad.
En las primeras etapas de la vida, la. agresividad es salvaje, sin
medida. Pero las personas contra las cuales se ejerce, es decir los
padres, son mucho más fuertes que el niño, de modo que éste no
puede sentir fuertes pulsiones agresivas sin experimentar en seguida
el temor de ser castigado por la ley del Talión. Como consecuencia,
en ese período, la agresividad trae muy a menudo una reacción
depresiva.
Los garabatos negros significan pues, a la vez, agresividad
salvaje y reacción depresiva inmediata.
30
Los garabatos expresan esas diferencias. Cuando domina la
agresividad, están trazados con exaltación, vigor, rapidez, y los
rasgos agrios son numerosos.
Por el contrario, cuando domina la depresión, ios garabatos
están trazados tristemente, sin energía (a menudo con la mina del
lápiz acostada de lado) y el resultado es lo que llamamos garabatos
esfumados (fig. 11).
31
3o) Al mismo tiempo, el trazado es continuo, sin rupturas, y
esto, como demostraremos al hablar de la defensa por “aislamien
to ” , indica un contacto mantenido en forma permanente con lo que
estáalrededor.
4o) El trazado es más abierto, es decir que los trazos no cubren
toda la página, sino que dejan zonas blancas intactas. Es importante
señalar aquí que la página blanca representa lo que está alrededor y
el trazo de los garabatos el impulso vital que imprime su marca en
ese medio. Las zonas blancas circunscriptas por los trazos repre
sentan pues las zonas del mundo exterior con las que el impulso
vital entra en relación, si bien considerándolas y respetando su
integridad.
32
las pulsiones cualitativamente, sin debilitar para nada su potencial
energético y sin reducir su campo de expansión.
6o) Finalmente, los garabatos de sublimación pasan libremente
por encima del nombre, aunque sin cubrirlo nunca. Esto es signo de
que las pulsiones no están en conflicto con el Yo, sino asociadas a él
en un buen compromiso de adaptación (fig. 12).
Los garabatos de sublimación' aparecen bastante temprano
(hacia los 3 ó 4 años). Son, en efecto, contemporáneos del control
de los esfínteres y de la obediencia libremente consentida a lo que
piden los educadores. Pero, al comienzo, son incompletos, ya que la
página blanca está todavía muy cargada de trazos negros. Sólo
después de la pubertad tomarán su aspecto definitivo y puede
decirse que cuantas más y más extensas sean las zonas blancas que
los garabatos presenten entre sus trazos, mejor es' la sublimación
instintiva que expresan. Con una reserva, sin embargo: existe un
límite ideal para la distribución de lo negro y blanco; más allá de ese
límite, es decir, cuando existe un excesivo predominio de las zonas
blancas, la sublimación está obstaculizada por las fuerzas inhibí-
torias de los instintos, como veremos al tratar las formaciones reac-
cionales (fig. 13).
34
donde no hay nada, sino, como ya lo expusimos a propósito de! test
de la aldea1, de las zonas prohibidas.
Hay diversas variedades de garabatos de represión según la
forma del trazado ( I o) y según su ubicación (2o)..
1° ) Hay dos formas principales de trazado.
El primero es de tipo sádico-anal, es decir que ocupa una zona y
la ennegrece completamente sin dejar ningún espacio en blanco.
Podemos deducir en ese caso la existencia de un conflicto
psíquico que opone un instinto que ha quedado en su primitivo
estado salvaje a una censura represiva totalmente externa, impuesta
por la violencia.
Ocurre en tales casos que, de cuando en cuando, se produce un
resurgimiento del instinto reprimido en forma de cólera o de
conductas perversas y, cuando es así, los garabatos comportan
trazos agudos y agresivos. En otros casos, en cambio, la restricción
impuesta al instinto engendra una tendencia depresiva, y los
garabatos son entonces de tipo esfum ados
La segunda forma comporta un trazado abierto, como en la
sublimación, pero que difiere'de ésta por su pota extensión. Como
pronto veremos, el Yo que reprime ha logrado aquí asegurarse el pre
dominio sobre el instinto reprimido intensificando en la conciencia
las tendencias exactamente contrarias a las tendencias reprimidas, y
ese predominio es tan fuerte que constituye, para el sujeto, una segun
da naturaleza. Esto explica el hecho de que sea ella la que se expresa
en los garabatos y no en la primitiva pulsión instintiva. Por ejemplo,
el sadismo anal está supercompensado por una excesiva tendencia a la
limpieza y es ésta objetivada en el trazado depuradísimo de los
garabatos.
Se dice entonces en psicoanálisis que la represión se ha comple
tado con las formaciones reaccionóles del Yo. Observemos bien que
aquí, el conflicto no existe ya entre el instinto y una censura
paterna exterior, sino en ¿[interior mismo de la personalidad, entre
el instinto y la censura del Yo.
35
Esos garabatos de formación reaccional, cuya frecuencia e im
portancia veremos más adelante, corresponden a un nivel de madu
rez más avanzado, aparecen a una edad más tardía y se observan
sobre todo en los adultos.
2o) La ubicación de los garabatos tiene también una gran
importancia. Es sabido que los grafólogos han insistido mucho sobre
el simbolismo de las diferentes zonas de la escritura. En el caso de
los garabatos, partiendo del centro dé la hoja, podemos dividir el
espacio vital en cuatro cuadrantes: los dos de abajo (debajo del
nombre) serían, según las reglas grafológicas, la zona de los
instintos, de la materia; los dos de arriba la zona del ideal, del
espíritu; los dos de la izquierda la zona regresiva, hacia el pasado;
los dos de la derecha, la zona progresiva, hacia el porvenir.
No nos es posible decir si ese simbolismo es exacto en el caso de
los garabatos, pues nuestra colección, a pesar de ser muy abundante,
contiene muy pocos ejemplos de garabateos en lo alto, a la
izquierda o a la derecha, para que hayamos podido estudiar su
simbolismo y descubrir su significación. En cambio, existen zonas
privilegiadas que hemos podido estudiar: la zona central donde está
escrito el nombre y la zona inferior, situada debajo del nombre.
&
a) Gara ba tos c en trales
36
Figura 14. Garabatos de represión.
37
Figura 15. Garabatos de represión esfumados.
38
zona de la materia y de los instintos. En cambio, nuestro concepto
del dinamismo vital nos lleva a considerar que esa zona es, no ya la
de un instinto cualquiera, sino la del instinto de conservación, la de
las necesidades vitales esenciales, en otras palabras, la zona materna,
con la condición de entender que se trata aquí de la madre-nodriza
y no de la madre esposa del padre, que es objeto del deseo amoroso
para el hijo y de la rivalidad para ]a hija. En cambio, la zona situada
más arriba del nombre es zona de expansión, la zona del impulso y
del progreso, es decir la zona paterna en cuanto el padre es, para el
varón como para la mujer, el factor decisivo en el desprendimiento
del niño del protector regazo materno.
Cuando los garabatos están concentrados en la zona situada
debajo del nombre, quedando en blanco la parte superior, hay que
considerar que esa zona blanca representa un campo prohibido.
Ciertamente podemos imaginar que. en caso de agotamiento fisioló
gico, después de un “ shock” o de una enfermedad, el sujeto se refu
gie en un medio protector y rehuya todo esfuerzo de expansión por
carecer de las fuerzas necesarias. En la segunda parte veremos que
todos los sujetos atacados de astenia hacen esos garabatos debajo
del nombre.
Sin embargo, en muchos casos, esa astenia es la consecuencia,
no de un agotamiento, sino de un conflicto psíquico.
Así, cuando la situación edipiana hace de la madre, no ya la
nodriza y la protectora de los primeros años, sino, para el hijo, un
objeto de amor que debe conquistar, y para la hija, una rival que
debe igualar; cuando esa situación hace del padre el elemento de
progreso que atrae al hijo fuera de la estrecha protección materna
(al hijo por la competencia y a la hija por la seducción) es frecuente
que haya conflicto, porque el niño, habiendo abordado esa com
petencia edipiana, revélase incapaz de afrontarla. El conflicto
psíquico produce entonces una regresión pre-edipiana. La relación
con el padre desaparece, como una relación algo prohibida, tanto
para el hijo como para la hija. Y la relación con la madre pierde su
carácter edipiano para ser. nuevamente, tanto para el varón como
para la mujer, la relación de estrecha protección del maternalismo
nutricio.
Tal es la razón por la cual llamamos garabatos de fijación
materna a los trazados debajo del nombre.
Creemos que los mismos indican siempre un estado neurótico.
Se observan constantemente, como hemos visto, en ios sujetos
atacados de astenia. Son también muy frecuentes en los sujetos
atacados de neurosis de duda y de escrúpulo y se encuentran
39
corrientemente entre la clientela adulta de los consultorios psiquiá
tricos (Véase Segunda parte, caps. 3 y 4).
En la interpretación de tales garabatos conviene, claro está,
prestar atención’a la forma del trazado.
40
Figura 17. Garabatos en la zona materna, pertenecientes a un atacado de
neurosis de duda y de escrúpulo (Véase Observación 24).
41
por entero sus instintos; sino que está obligado a reprimir parte de
ellos y a desarrollar, en el sector psíquico correspondiente, las
formaciones reaccionales contrarias-APara dar un ejemplo, la adqui
sición de hábitos de limpieza, tan contraria a los gustos naturales del
niño, necesita una cierta represión del placer de estar sucio.
Conviene observar que, como esas formaciones reaccionales no
afectan sino un sector limitado, dejan lugar a una cierta esponta
neidad y no traban la libertad del sujeto.
- Se ve la necesidad de esas formaciones reaccionales cuando se
considera la evolución que se produce en la edad escolar —evolución
de los garabatos a la escritura- cuando se invita al niño a
transformar sus garabatos en letra? y en palabras, letras y palabras
que se lo obliga a trazar sobre líneas, con regularidad, exigiéndole
además cuadernos limpios, de hojas que no tengan las esquinas
dañadas.
Observemos por otra parte que lo que el niño pierde, en esta
evolución, en libertad y espontaneidad, lo gana en dominio psico-
motor y en acceso al pensamiento racional.
En grado mucho más acusado, las formaciones reaccionales son
patológicas. Es que entonces no hay más lugar para la sublimación
y, por ende, para la libertad, y toda la actividad está sometida a una
rígida sujeción. Citando el mismo ejemplo anterior, el goce de
sentirse sucio es reemplazado aquí, no por una limpieza bien
adaptada, sino por “ manías” de limpieza, contrarias a una buena
adaptación.
42
que el diccionario define precisamente como garabatos: una escri
tura informe, ilegible).
Nos vemos entonces obligados a recordarle directamente la
consigna del test: no escribir. Pero, con frecuencia, el sujeto no
conseguirá sustraerse a la influencia de la hoja de cuaderno y, lo
mejor que logrará hacer será trazar líneas horizontales paralelas, que
recuerdan más o menos líneas de escritura (fig. 19).
Finalmente, en algunos casos, en lugar de garabatos, el sujeto
produce un dibujo decorativo simétricamente trazado (fig. 20).
Los garabatos de formación reaccional tienen los siguientes
caracteres:12
43
3. El movimiento de estos garabatos es de poca amplitud,
contenido, como si un freno constante se opusiera a la liberación
del ademán tierno o agresivo. Ya se trate de volutas redondeadas o
de trazos en forma de flechas, el trazo es siempre corto y regresa al
punto de partida para volver a salir.
44
retorno hacia atrás, significa que una tensión excesiva, resultado
probable de una inhibición de la expansión vital, se descarga de
repente en agresividad.
Pero la línea recta no es siempre el resultado de una descarga
instintiva. Cuando está trazada con moderación, en rasgos a la vez
poco amplios y poco marcados, adquiere una significación total
mente diversa. Representa aun una ruptura con el movimiento
natural de la vida, pero una ruptura voluntaria, intelectualizada. Si
en el exterior, la línea recta expresa el dominio del hombre sobre la
naturaleza que lo rodea, del mismo modo, en el interior de la
personalidad, la línea recta (la regla) expresa el dominio del Yo
sobre los instintos. La regla que substituye la libertad instintiva se
expresa pues en los garabatos mediante la línea recta.
5. La recta tiene aun otro significado en los garabatos: es la
“reproducción rítmica” del mismo movimiento, el sujeto que repite
sin cesar el estilo de su trazo inicial, del mismo modo que, en la
vida, en lugar de abandonarse a su impulso del momento, observa
un plan hecho con anterioridad y reproduce ritualmente los mismos
movimientos o ademanes.
45
6. Notemos finalmente que ¡os garabatos de formación reac
ciona!. contrariamente a los garabatos de sublimación, no pasan
nunca por encima del nombre, lo cual quiere decir que está
prohibido todo conflicto agresivo con ¡a instancia paterna.
Hemos dicho que existen dos tipos de formaciones reaccionales
y que sólo el segundo es patológico, por determinar una eran rigidez
del Yo.
Puede hacerse el diagnóstico por medio de los garabatos.
1. Las formaciones reaccionales que podemos llamar normales,
por dejar una cierta libertad, producen garabatos semejantes a los de
sublimación, puesto que cubren un extenso campo y están trazados
con alguna libertad. Lo que los caracteriza, sobre todo, es la
repetición rítmica del mismo motivo, signo, como hemos visto, de
que la disciplina de la regla ha sustituido a la indisciplina de los
instintos. He aquí un ejemplo: es el caso de una mujer joven, dotada
de una gran sensibilidad y de inteligencia, muy abierta al mundo y
bien adaptada.de carácter disciplinado y escrupuloso (fig. 21).
2. Las formaciones reaccionales patológicas indican, en cam
bio. que un conflicto sumamente■angustioso ha surgido en un
principio entre las pulsiones y la censura y ha hecho necesaria la
intervención de la represión y la sobrecompensación de las pulsiones
prohibidas por tendencias contrarias.
En este caso, los garabatos tienen un campo reducido, lo que es
el rasgo mismo de la represión y la forma muy disciplinada del
trazado indica' la fuerza con que las formaciones reaccionales han
substituido como una segunda naturaleza a la primera, toda hecha
de espontaneidad.
46
Figura 21. Garabatos de formación reaccional normal.
i
47
Figura 22. Garabatos de formación reaccional de una ansiosa (Observación 22).
48
Figura 23. Garabatos centrales de inhibición de un agorafobo (Observación 37).
49
Figura 23. Garabatos centrales de inhibición de un agorafobo (Observación 37).
49
Figura 24. Garabatos de fijación materna y de formación reaccional
(Observación 3).
50
Figura 25. (Observación 4).
VI. LA RELACIÓN A DISTANCIA Y LOS GARABATOS DE
AISLAMIENTO
52
Figura 26. Garabatos de aislamiento (en líneas de escritura).
53
I
Cuando el sujeto traza un recuadro un tanto distanciado de su
nombre, dejando en torno a éste un espacio blanco, se piensa en
primer lugar en el encuadramienfode un retrato, para hacerlo resaltar.
Esta idea es exacta, pero con la condición de que se la profundice
en un sentido dinámico. Toda zona blanca, como hemos señalado,
es una zona prohibida, donde las pulsiones instintivas no tienen
derecho a manifestarse. Los garabatos en recuadro son por ello
comparables a una formación de atacantes que quieren asaltar la
fortaleza del rey (el nombre), pero son mantenidos a distancia por
el tiro de contención de los soldados (la defensa del Yo).
Generalizando más, puede decirse que, dado que los garabatos
representan la fuerza instintiva que, si se deja libre, ahogará bajo sus
pulsiones agresivas y eróticas ahYo (y a la instancia paterna que ese
Ya representa), de ese Yo emana entonces una fuerza contraria que
mantiene las pulsiones a distancia. La zona blanca en torno al
nombre es el campo de esa contra-fuerza: revelándonos que el
Yo del sujeto rechaza las pulsiones instintivas y que la excesiva
proximidad de las mismas le provocaría angustia; por lo tanto,
mientras pueda dominarlas y mantenerlas a distancia, se siente
seguro.
54
Prosiguiendo con nuestra comparación, podemos decir que la
distancia a la cual se mantienen los atacantes depende de la
intensidad del tiro de contención de la defensa. Del mismo modo,
cuanto más alejado del nombre estén los garabatos que forman
recuadro, más fuerte habrá que considerar que es ía defensa del Yo
y que más vigorosa ha sido, por consiguiente la lucha que ha tenido
que librar contra las pulsiones.
La misma regla, claro está, es siempre aplicable; puesto que el
carácter normal o patológico de los garabatos depende de la edad
del sujeto. Es sabido que las formaciones reaccionales se desarrollan
con la edad y muchos de los rasgos que las caracterizan aparecen
naturales en un adulto, aun cuando den una cierta rigidez a la
personalidad. En cambio, cuando se los observa en un niño
pequeño, se puede llegar a la conclusión de que hay desequilibrio,
con bloqueo de la espontaneidad vital, y puede diagnosticarse la
necesidad de una psicoterapia.
Sin embargo, en la medida en que los garabatos de un adulto
indican formaciones reaccionales muy pronunciadas, se puede diag
nosticar una neurosis. Y más aún cuando hay aislamiento, por
cuanto es un mecanismo francamente patológico.
56
Segunda parte
APLICACIONES CLÍNICAS
DEL TEST DE LOS GARABATOS
1
EL D I A G N Ó S T I C O DE LA P E R S O N A L I D A D
59
sólo en el trazado de los garabatos, sino también en las relaciones
entre los garabatos y el nombre.
En efecto, al escribir su nombre, el sujeto comienza por dar
ubicación, en el espacio vital de la página a su Yo civilizado, al Yo
disciplinado por las imposiciones educativas, a ese Yo que repre
senta, por consiguiente los ideales y las prohibiciones paternas.
Como ya dijimos, el nombre es la intimidad, la relación con la
madre; el apellido es la relación con el padre, con la sociedad.
Una vez que el sujeto ha escrito su nombre en medio de la
página, se lo invita a dar libre curso a sus pulsiones vitales. Se
ponen, pues, las dos fuerzas frente a frente y la forma en que el
sujeto, al garabatear, se comporta con respecto a su nombre es
altamente reveladora de la naturaleza de las relaciones que mantie
nen en su personalidad el Yo y los instintos.
I. LA PERSONALIDAD AFECTIVA
60
;.«***>■•'-
61
producido una liberación instintiva. He aquí el ejemplo de una
joven que, después de algunas sesiones de psicoterapia, mejoró no
tablemente (figuras 31 y 32).
Figura 32.
63
Figura 33. Garabatos de tipo masculino pertenecientes a una niña.
64
Figura 34. Garabatos de tipo femenino pertenecientes a un varón.
65
Figura 35. Garabatos mixtos de varón y niña.
II. LA INTELIGENCIA
67
comprenderse que suceda de la siguiente manera: las cualidades de
conciencia en el trabajo, de puntualidad, de obediencia a ¡a regla
favorecen, evidentemente, el buen trabajo escolar. Pero de ello no se
puede deducir nada respecto a las posibilidades de producción
intelectual ulterior. En cambio, puede presumirse que los garabatos
de sublimación indican siempre un cierto equilibrio de la persona
lidad, favorable al ejercicio de las facultades intelectuales.
2. En segundo lugar, conviene distinguir aquí aptitud intelec
tual y eficiencia intelectual. Hemos visto que los garabatos revelan
las inhibiciones y los conflictos neuróticos. Ahora bien, esos
trastornos de la esfera instintivo-afectiva tienen casi siempre una
' repercusión sobre el área intelectual, impidiendo al sujeto desplegar
toda su eficiencia.
Estas nociones-de inhibición y conflicto arrojan luz sobre un
vastísimo campo de ¡a psicología escolar, el campo de lo que se
llama la pseudo-debilidad mental y, dada su importancia, nos
proponemos consagrarle un estudio particular (cap. 5).
2
LOS C O N F L I C T O S D E L A L M A I N F A N T I L
IN T E R P R E T A D O S A T R A V É S DE LOS G A R A B A T O S
69
Pero esta exigencia, siempre difícil de satisfacer en los tests de
personalidad ya conocidos, lo es aún más en el caso de los
garabatos, por el hecho de que este test interroga un campo de
pulsiones salvajes y de conflictos primitivos, de los cuales todos
nosotros, tanto normales como inadaptados, hemos conservado algo
en lo más hondo de nosotros mismos. De modo que, en presencia de
un trazado determinado, se podrá concluir que la situación conflic
tiva expresada por el mismo ha existido en el pasado y deja aún sus
huellas actualmente, pero sin poder decir con certeza si esa
situación tiene o' no una influencia patógena, es decir si detiene al
individuo en su adaptación o si. por el contrario, ha podido ser
objeto de una solución satisfactoria.
Se obtendrán, empero, algunos indicios preciosos refiriéndose a
los trazados más habituales a tai o cual edad. Como ya hemos dicho,
las pulsiones instintivas se disciplinan poco a poco con la madura
ción y se ve predominar progresivamente los trazados de sublima
ción y de formación reaccional. En consecuencia, cuando nos
hallamos ante garabatos muy diferentes de los que se podrían
esperar, dada la edad del sujeto, se puede casi siempre diagnosticar
que existe un estado patológico. Más adelante veremos algunos
ejemplos.
70
garabatos no es la enfermedad sino, como ya hemos dicho, el
dinamismo conflictivo subyacente al trastorno comprobado y que
puede, en mayor o menor medida, aclarar el origen del mismo.
71
resulta de ello una exaltación de la agresividad, que se vuelve con
preferencia contra aquellos de quienes emana la frustración, ya sean
los padres o los hermanos.
73
Figura 37. El dibujo de la familia de la Observación 5.
74
psicodramas donde figura ia fiera. Viviana hace de buena gana ese
papel cruel: pero inmediatamente después lo transfiere a la psicólo-
ga y asume el de la mamá protectora del bebé; finaliza en que el
lobo es castigado por los cazadores.
Observamos ahí el proceso muy frecuente de la agresividad
vuelta contra sí mismo como culpabilidad, y estamos en mejores
condiciones para comprender la doble significación del cercamiento
del nombre en el garabato, explicada en el capítulo 3.
Sus cinco años iniciales fueron difíciles. Era muy ávida y glo
tona. Durante la noche lloraba sin cesar. Se negaba a obedecer a su
madre y no controló sus esfínteres hasta los 3 años. Era, por aña
didura, sumamente colérica.
Como sanción a su carácter difícil, la internaron de los 6 a los
10 años en institutos sucesivos. Desde que volvió a casa, se muestra
muy violenta y toma a su hermanita por los cabellos arrastrándola
por el suelo.
75
Por otra parte, en varias oportunidades ha robado golosinas, lo
cual está de acuerdo con su frustración oral.
Sus garabatos representan un “ nido” muy extenso y expresan
con su trazado violento la persistencia de las pulsiones sádico-orales
y sádico-anales (fig. 38).
Sus psicodramas (con marionetas) abundan en temas agresivos
en los que se mata. Pero lo que es muy particular es que el agresor
perece casi en forma simultánea con el agredido, probándonos que
las violencias de Silvana no dejan de provocar contragolpes con
sentido de culpabilidad, exactamente como lo hemos visto en el
caso de Viviana.
b) Oposición y encopresis
76
I
77
razón el origen de esa mentalidad especial en una actitud de
rebelión instintiva constituida en ocasión de una traumatizante
educación para el aseo.
78
Figura 40. Garabatos sádico-anales (Observación 8).
79
casa, y hace sistemáticamente io contrario de lo que le indican. Es
enurético todas las noches y, durante el día, efectúa de cuando en
cuando sus evacuaciones en los pantalones.
80
La situación familiar nos lo aclara todo en forma inmediata.
Ana perdió a su madre cuando tenía 6 meses y fue criada hasta los 2
años por su abuela materna. Cuando su padre se volvió a casar, la
madrastra decidió traer nuevamente al hogar a_ Ana pero no supo
ganar su cariño. Señalemos el hecho de que, a la edad de 2 años,
Ana era ya una niña limpia, pero no articulaba aun pequeñas frases;
por lo tanto, no había alcanzado todavía un nivel de socialización
suficiente para adaptarse. Tratada con rigor, ha retrocedido y, como
padre y madrastra se muestran igualmente intolerantes,, la pequeña
Ana se ha quedado detenida en el estadio sádico-anal.
Figura 43.
82
Io) el vigor agresivo de los trazos:
2o) su tendencia impulsiva a sobrepasar los límites de la hoja;
3o) la concentración particular de los trazos sobre el nombre.
. El test PN nos aporta un complemento precioso. Ana desarrolla
en él un tema constante de padre-nodriza; no es la madre, sino el
padre el que alimenta a los pequeños en Mamada 1, Mamada 2 y Ca
mada1. Pero esa imagen paterna es vaga, como ocurre a menudo en el
caso de niños muy regresivos: por una parte, se confunde con la
imagen materna, como si las dos fueran intercambiables; por otra
parte, la imagen aparece ora como nodriza complaciente, ora como
censora. El mismo equívoco aparece en las identificaciones, puesto
que Ana será cinco veces el padre y tres la madre, Al final, se dará
una identificación global con el padre “que reprende” , por lo tanto
con el Superyó paterno. En realidad, este tema del padre-nodriza y
sus insólitas identificaciones son signo de una fijación en el estadio
oral y de una introyección precoz no estructurante en la instancia
paterna.
Queda sin embargo el hecho de que las frustraciones sufridas
por Ana se objetivan en los temas de la imagen que más le agrada y
la imagen que menos le agrada. La que más le gusta es Cabra, lo cual
señala la importancia que ha tenido en la vida de Ana la búsqueda
de una madre sustituida. La que menos le gusta es Camada, con
escotomización de los pequeños que maman, lo cual indica la fuerte
carga agresiva de Ana contra los .hijos de su madrastra y, por reflejo,
contra la madrastra misma.
83
exterior al interior de la personalidad, oponiendo entonces las
tendencias instintivas a las censuras del Yo y del Superyó.
Esta interiorización de los conflictos falta solamente en los im
pulsivos, en los que el control del Yo es completamente deficiente
y en los perversos que, en realidad, son muy raros.
Ya lo hemos visto. Al describir, en párrafos anteriores, observa
ciones de niños,en conflicto externo, nos hemos visto obligados a
señalar en casi todos los casos, que la agresividad comporta una
reacción de culpabilidad, primer paso hacia el vuelco contra sí mis
mo, del que pronto veremos la importancia en las neurosis.
Los conflictos internos, que perturban más o menos el equili
brio de la personalidad y su adaptación, son, en un,principio,
neurosis.
Cuando las pulsiones instintivas censuradas y prohibidas, prime
ro por los.padres, luego por el Yo, representante del Superyó, quie
ren manifestarse a pesar de la prohibición, despiertan en el alma del
niño un miedo, una angustia. Primero, es la angustia del castigo
que pueden infligirle los padres; luego es la angustia de la culpabili
dad interior, cuando el Superyó ya está constituido.
Para escapara la angustia deprimente, el niño pone en marcha lo
que se llama los mecanismos de defensa del Yo, de los cuales vamos
a estudiar seguidamente las diferente modalidades.
84
tests de proyección nos muestran la culpabilidad y la depresión
subyacentes. Ora es el estado depresivo el que ocupa el primer
plano, con sus enojosas consecuencias de duda de sí mismo y de
fracaso, pero detrás de él se descubre la agresividad censurada; en
este último’caso, no háy~signos visibles de agresividad","sino' sigiius
de depresión: humor triste, apatía, lentitud, sentimientos de ver
güenza, de culpabilidad y de inferioxidad (Observ. 13).
En nuestra obra sobre El test del dibujo de la familia,1 hemos
mostrado, por ejemplo,, con cuánta frecuencia la rivalidad fraterna
puede, en lugar de manifestarse,-como es normal, en reacciones
agresivas, determinar, por un retorno contra sí mismo, un estado
depresivo; esta forma de reacción se observa sobre todo en los tem
peramentos femeninos.
Conviene explicar aquí de qué modo ese,retorno contra sí
mismo puede ser considerado como un mecanismo de defensa del
Yo. Es que, en caso de fuerte agresividad, el sujeto está expuesto a
las censuras paternas, que pueden castigar su maldad con la exclu
sión y el retiro de su amor. Ahora bien, a una edad aun temprana, en
que la estima de sí mismo y la misma posibilidad de vivir reposan
enteramente en el amor y la protección de los padres, la pérdida de
ese amor equivale al aniquilamiento total, a la.muerte.
85
b) Represión e inhibición
86
Se debe, pues, admitir que. en virtud del mecanismo inhibidor,
zonas muy vastas de la actividad del sujeto se ven en cierto modo
prohibidas, si bien no estaban comprendidas en la represión inicial:
y el ejercicio de esas actividades suscita angustia, del mismo modo
que la satisfacción tfeTa-pulsión prcrhibida.-Se-comprende asfquejsi-
la inhibición es un mecanismo defensivo contra la angustia provo
cada por las pulsiones, es, en todo caso, una defensa excesiva, que
empequeñece la personalidad y destruye sus posibilidades creadoras.
Es, pues, patológica y requiere la indicación de un tratamiento
psicoterapeútico.
Cuando esa inhibición es muy evidente, suele ocurrir que los
padres perciben el carácter patológico de la misma y nos consultan,
señalando la poca vitalidad del niño, su humor triste y silencioso, su
falta de interés por todo, su timidez y su miedo a la gente.
Pero, en muchos casos, cuando no es tan fuerte, nadie se alarma,
por el hecho de que los niños inhibidos son niños juiciosos que no
provocan comentarios. Lo inquietante en ese caso son las conse
cuencias escolares, la falta de entusiasmo y de interés, la lentitud, la
tendencia a soñar despierto que hacen del niño un mal alumno, a
pesar de su'inteligencia.
Finalmente, en una tercera situación, se nos consulta a causa de
perturbaciones temperamentales. Suele ocurrir, en efecto, que la
represión cede momentáneamente y que toda la tensión nerviosa
acumulada se libera de repente en una explosión de violencia. Los
que rodean al niño ponen entonces el acento sobre ese rapto, cuyo
carácter liberador no advierten, mientras que no dicen nada de la
excesiva calma habitual del sujeto que, erróneamente, consideran
como normal.
La represión y la inhibición se expresan en los garabatos, como
ya sabemos, mediante una reducción de la amplitud del trazado,
reducción que está en relación directa con la intensidad de la
defensa. Si bien no sorprende verificar esa limitación de los
garabatos en niños de actitud inhibida, en cambio, no se espera
hallarla en sujetos que nos son traídos por sus familiares a causa de
sus reacciones violentas, como por ejemplo en el caso del niño de la
fig. 14, de 8 años de edad, cuyo comportamiento contrariante y
colérico respondía a un conflicto agudo con una autoridad paterna
muy intolerante (observ. 17).
Recordemos como un caso de interés particular los garabatos
localizados debajo del nombre, lo cual, como se ha visto, es el signo
de una represión edípica, con regresión hacia un estadio oral de
fijación en el progenitor-nodriza.
87
c) Las formaciones reaccionóles del Yo
d) El aislamiento
88
cuyas incitaciones correrían el riesgo, por su excesiva proximidad,
de provocar las pulsiones prohibidas.
A decir verdad, existe ya un comienzo de aislamiento en los dos
mecanismos de defensa- precedentes.—— ---------- ---------------
La represión aleja las pulsiones de la conciencia y les impide
realizarse, lo cual se traduce en los garabatos en forma de vastas
zonas blancas que separan el trazado- del resto del espacio vital
representado por la hoja. • '" ~
Las formaciones reaccionales.completan ese aislamiento, lo cual
se traduce en los garabatos en un trazado, lineal, en que los puntos
de intersección están reducidos al gnínimo.
Agreguemos —y esto es muy importante— que si una prohi
bición impide a las pulsiones satisfacerse en el espacio vital exterior,
una prohibición análoga les impide entrar en contacto con el Yo
civilizado, representado por el nombre. En muchos garabatos, esto
se traduce en el hecho de que el trazado no pasa por encima del
nombre y que-, en un gran número de casos, hasta se mantiene
separado de él por una zona blanca.
Finalmente, el aislamiento puede expresarse asimismo mediante
frecuentes interrupciones en el trazada, signos tangibles de rupturas
de contacto con el medio.
Todos estos mecanismos de defensa pueden unirse, como se ve
en todos los estados neuróticos en que la fobia al contacto está en
primera fila en el cuadro sintomático. Ya hemos visto un cierto
número de ejemplos de ello en el capítulo 3, en las figuras 18, 19,
24, 26 y 27. Veremos otros más cuando tratemos de las neurosis
(fig. 47,49, 54, 55, 83 y 85).
e) La regresión
89
a una época anterior, en la cual el conflicto no existía. Debe
entenderse aquí que la regresión es un estado muy diferente de la
simple nostalgia del pasado. Esta última es el deseo de retornar a un
pasado más feliz, pero conservando plena.conciencia de que se está
obligado a vivir en la realidad actual, con todos sus inconvenientes.
En cambio, en la regresión no es sólo el pensamiento, sino todo el
ser el que retorna al pasado, abandonando el presente. Pero la
ventaja que el sujeto saca de ello (verse liberado de la angustia de su
conflicto interno) está infortunadamente compensada, por poco
que dure, por el inconveniente de una seria alteración de la persona
lidad.
El mecanismo de' defensa por regresión es. pues, también, un
mecanismo del “ todo o nada” y. como tal, patológico y generador
de trastornos secundarios.
Se nos consulta entonces tanto por los trastornos del carácter,
como por una deficiencia intelectual.
En el primer caso, la familia señala los rasgos de carácter
pueriles del niño, considerando su edad y aun, puesto que el ser
participa en su totalidad de la regresión, un retorno en el tiempo
que hace- revivir estadios funcionales anteriores (niños que vuelven a
perder el control de los esfínteres, a caminar o a hablar como
bebés).
En el segundo caso, más frecuente aún, lo que alarma sobre
todo es el atraso en la escuela. El niño se torna pasivo, apático, no
piensa más que en jugar y no muestra ningún interés por la escuela,
a todo lo cual se añade, en los casos serios, una regresión de la
mente, que hace revivir formas primitivas y no permite al niño
comprender los problemas de su edad.
Observemos que el conflicto ansiógeno más frecuente es el que
se produce en el estadio edípico, cuando el niño se debate en la
difícil situación que le crea su atracción amorosa por el progenitor
del otro sexo y su hostilidad con respecto al progenitor del mismo
sexo. Los factores que obstaculizan la solución del conflicto edípico
son numerosos y muchos niños, después de haberlo abordado, son
incapaces de resolverlo y por ende de vencerlo, es decir de sublimar
su amor en ternura y su odio en competencia, identificándose con el
progenitor rival. No podiendo mantenerse en esta situación dema
siado angustiante, regresan a un estadio pre-edípico, estadio anal u
oral, según los casos.
Por consiguiente, aquí también la defensa contra la angustia
conduce a una reducción del campo expansivo de la personalidad,
haciendo revivir los primeros estadios, en que las relaciones objéta
los no estaban aún bien establecidas.
90
En los garabatos, la regresión se expresa con un trazado
primitivo, que no corresponde a la edad del sujeto. Es decir que. a
una edad en que. se tendría derecho a esperar garabatos marcados
por una cierta sublimación o por formaciones reaccionales. se
obtienen garabatos de tipo sádico-anal.
Cuando la regresión se une a la represión, lo cual es frecuente, el
trazado es, al mismo tiempo, de amplitud reducida, tal como se ha
visto.
Hemos señalado también varias veces que. cuando esa reducción
de la amplitud mantiene el trazado en la zona subyacente al
nombre, se puede deducir de ello una prohibición edípica.
91
defensas del Yo absorben una buena parte de la energía psíquica
disponible, de allí la tan frecuente y penosa impresión de astenia,
que es el mayor obstáculo a la eficiencia.
Por otra parte, los conflictos neuróticos impiden la maduración
de las pulsiones y especialmente el proceso de sublimación, proceso
particularmente favorable a las actividades del espíritu.
Así, pues, cada vez que la apreciación clínica o un test de nivel
intelectual nos demuestren que un mal alumno posee una buena
inteligencia, convendrá buscar en la esfera afectiva los trastornos
que provocan su fracaso escolar.
Suele ocurrir que interrogado el psicólogo nos da una respues
ta satisfactoria. Para no citar sino un ejemplo, en los numerosos
casos en que la deficiencia sigue cronológicamente' a algún
acontecimiento afectivo traumatizante: partida de un maestro
querido; pérdida de un pariente querido; nacimiento de un herma-
nito; iniciación sexual perturbadora. —
Pero, en un gran número de casos, la investigación clínica no
basta para informarnos y tenemos que interrogar la personalidad
profunda del niño mediante tests de proyección.
En la medida en que los garabatos son representativos de
conflictos internos, las informaciones que suministran en estos casos
son preciosas.
Mencionemos aquí, como signos particularmente frecuentes de
esas deficiencias escolares de origen afectivo:
I o) la inestabilidad, con imposibilidad de fijar la atención (los
distraídos - desaplicados);
2°) la inhibición con apatía, falta de interés por el estudio
(Observ. 20);
3o) la astenia con tendencia a fatigarse rápidamente y deficien
cia de la memoria (Observ. 25);
4o) la falta de atención de los distraídos-absortos, concentrados
en algún pensamiento secreto y que, muy a menudo, parecen estar
“en las nubes” ;
5°) la lentitud en el trabajo, a causa de una excesiva meticulo
sidad debida al perfeccionismo o a la poca confianza en sí mismo
(Observ. 19 y 21);
6o) la ansiedad que hace temer el fracaso y precipita en él al
sujeto, en ocasión de pruebas y exámenes (Observ. 22).
No hemos querido hacer de este estudio un capítulo aparte —en
el cual habríamos analizado los garabatos de la pseudo-debilidad
mental—pues el atraso en la escuela por causa afectiva no es sino un
elemento en los conjuntos neuróticos estudiados aquí, y lo que los
garabatos nos revelan es el dinamismo interno del conflicto neuró
tico, no la perturbación completamente secundaria y, por otra
parte, contingente, provocada en el trabajo escolar: Gomo se verá,
las observaciones con que vamos a ilustrar este capítulo comportan
muy a menudo la mención de la incidencia del conflicto sobre el
éxito escolar.
Agreguemos que, sin haber sido objeto de una elección especial,
cierto número de nuestras observaciones se refieren a disléxicos. A
la luz de una investigación profunda, parece, en efecto, que la
dislexia está a menudo ligada a un estado neurótico.
93
condiciones de instaurar un mecanismo de defensa poderoso y
siempre igual, y debe ensayar, sucesivamente o al mismo tiempo,
varios mecanismos de defensa diferentes.
De esto se desprende que, en el niño, no se observan, en forma,
tan constante domó en el adulto, tipos de neurosis muy caracteri
zadas: neurosis de angustia, neurosis obsesiva, neurosis asténica,
sino, en la mayoría de los casos, síndromes polivalentes que
presentan signos de varios de esos tipos.
Dicho sea de paso, esa polivalencia, unida a una cierta fragilidad
de las defensas puestas en acción, es sin duda lo que explica la
posibilidad de pasar de una neurosis a otra y las mejores posibili
dades de cura.
94
3
LOS E S TA D O S N E U R Ó T IC O S EN EL N IÑ O
95
Situándonos en esta perspectiva dinámica vamos a pasar revista
a los diferentes estados neuróticos de la infancia. Puede pensarse
que nos hemos tomado grandes libertades con la clasificación
- corriente de las neurosis. Pero eso nos ha parecido necesario para-
seguir la realidad clínica y rogamos tener en cuenta, de ahora en
adelante, que si, para claridad de la exposición, hemos dado un
nombre a los estados neuróticos que vamos a descubrir a continua
ción, es simplemente en mérito ai síntoma dominante en el
momento de la consulta, sin que ese síntoma constituya, empero, lo
esencial del cuadro clínico. Así, clasificaremos bajo el título de
neurosis de angustia los estados en que ésta ocupa el primer plano;
bajo el de neurosis asténica los estados en que domina la astenia,
etcétera.
A tal efecto recordemos que la mención del síntoma dominante
es a menudo artificial y está determinada, sea por el sufrimiento del
niño (por ejemplo en caso de angustia), sea por el de los padres, los
cuales pueden mostrarse intolerantes con ciertos aspectos del
comportamiento del niño que no son forzosamente los aspectos más
patológicos. Más adelante daremos ejemplos de esto.
1. LA NEUROSIS DE ANGUSTIA
Los casos que agrupamos bajo este título son los de las neurosis
en que la angustia .domina y es el principal motivo de la consulta.
Pero, como se verá, la neurosis es rara vez pura asociándosele a
menudo síntomas secundarios debidos a la intervención de las
defensas del Yo.
96
Parece que Jacqueline recibió mal el nacimiento del hermanito.
En efecto, hasta los 5 años, había gozado de ¡os privilegios del hijo
único y, por otra parte, su temperamento retraído, de constitución
enclenque y-an&r-é-Xrictq-la-dispQn-ía-mal~a--&ompart4rl os. El hecho-es-
que, como se ha visto, su carácter se había alterado desde entonces,
al mismo tiempo que se instalaba la neurosis de angustia.
. En un caso así, puede presumirse que la niña haya concebido
sentimientos agresivos con respecto al hermanito y a los padres,
principalmente a la madre. Es sabido que tales sentimientos deter
minan a menudo una angustia de culpabilidad - y el temor al
abandono, angustia que existe aquí (confesiones frecuentes), así
como el temor al abandono (actitud frente a la madre).
97
con guirnaldas de tipo reacciona 1. Pero muy rápido, durante la
psicoterapia, esas guirnaldas desaparecieron para dejar el lugar a un
trazado de descargas agresivas, transformación ésta operada en
forma paralela a una mejoría de la ansiedad. El trazado reproducido
(fig. 44) corresponde a una fase de gran mejoría: el mismo indica
pulsiones agresivas desordenadas de tipo pre-geniíal pero, hecho
particular de esta muestra, con aislamiento del nombre, preservado
por un recuadro del ataque de las pulsiones.
Estos garabatos nos muestran pues, por un lado, la intensidad
un proco salvaje.de las pulsiones en esta niña: por otro, la constitu
ción de un sector preservado por aislamiento, que tranquiliza por e!
momento al sujeto sobre las propias intenciones con respecto a los
98
única. Trazó en primer lugar el recuadro alrededor del nombre,
diciendo: “Para que los garabatos no pasen sobre mi nombre” . Las
volutas trazadas luego con regularidad tienen un carácter neto de
formación reaccional (fig. 45). _ _______ ______________________
Esta niña es. como la precedente; una ansiosa~muy“emotivarque'
tiene miedo de todo. Es igualmente muy apegada a su madre y no
quiere dejarla nunca.
Pero además, a todo eso se añade un carácter escrupuloso, con
manías de orden y un cuidado excesivo en el mantenimiento de sus
cuadernos escolares, circunstancia que ocasiona una lentitud parali
zante. Tiene mucha dificultad en vincularse fuera de la casa, y casi
nunca besa.
Se observan también los signos de una neurosis de escrúpulo en
su test PN. En efecto, el relato comienza con dos temas punitivos,
seguidos de dos temas agresivos. Ahora bien, eso se repetirá en las
Preferencias-Identificaciones, donde vemos que las dos imágenes
sádico-anales agresivas y la imagen de la batalla entre hermanos, son
las tres que menos gustan y las no asumidas. Las imágenes
depresivas son asumidas mejor, de donde se puede concluir que esta
niña hace prevalecer la instancia punitiva sobre la instancia punible,
en otras palabras, qué toma el partido de su Supervó, lo cual es bien
característico de una neurosis de escrúpulo.
La niña repite también ese modo de defensa en sus psicodramas
puesto que, por lo menos al principio, hace asumir la agresividad de
sus temas a -la psicoterapeuta y ella misma representa, once veces
sobre dieciocho, la instancia punitiva representada por la madre. Y
sin embargo, la agresividad existe, puesto que figura en todos-los
psicodramas, y siempre dirigida contra la madre; pero es subyacente
y expresada con poco vigor.
Paralelamente, si las volutas regulares de sus garabatos no
expresan agresividad aparente, es que las mismas son ya el resultado
de una defensa. La prueba de que las pulsiones agresivas existen en
lo profundo nos la suministra aquí el hecho de que la niña, para
preservar su nombre de todo ataque, comienza por rodearlo de un
recuadro.
El proceso dinámico de este trazado nos revela pues que
poderosas formaciones reaccionales tienden aquí a contener la
agresividad y la angustia, lo cual se traduce clínicamente en rituales
de orden y limpieza.
99
menos cuatro años, época en que fuera internada como pupila, tiene
angustias continuas. Hay que decir que, si bien sus progresos
escolares son normales, nunca ha aceptado de buen grado su
situación de pupila, por ser muy apegada a la madre y que, durante
los tres primeros años de la separación, no aumentó de peso. Por la
noche, tiene muchas pesadillas, cree ver fantasmas y no puede
dormirse a oscuras.
El hecho que motiva la consulta es una agravación reciente del
estado de Maryvonne, que está constantemente ansiosa y triste y
que, por añadidura, no puede comer más porque tiene continua
mente el temor de tragar mal y ahogarse (disfagia ansiosa). Al
menor malestar, se cree gravemente enferma y tiene miedo de
morir.
A decir verdad, la disfagia comenzó hace varios años y, cosa
' curiosa, la niña cuenta que, cuando quería hacer a sus padres
preguntas relativas a ]a sexualidad, no podía llegar a hablar, y la
pregunta le quedaba en la garganta “ exactamente", dice, “ como
los alimentos que no puedo tragar".
En el análisis proyectivo se ve que, en Maryvonne, hay una
fuerte interdicción sobre la sexualidad. Por ejemplo, en el test PN,
la imagen Beso que de ordinario gusta mucho, es aquí la que menos
agrada de todas, porque Pattenoire está celoso de que los padres se
quieran y él se siente excluido. Pero vemos además expresarse, a
propósito de esa imagen, un tema que se repetirá cuatro veces más.
a propósito de las imágenes de mamada: que el acercamiento de los
sexos es indecente, así como es indecente que una mujer muestre el
vientre y los senos. Por otra parte, en ese mismo test, el héroe se
revela como un muchacho levantisco y desobediente, lo cual es
tribial, pero lo que lo es menos, es que Maryvonne no consiente
nunca en asumir las acciones culpables y se identifica ordinaria
mente con la instancia punitiva. Critica pues con gran severidad y, al
final, declara que Pattenoire va a terminar mal, será aplastado algún
día, cuando salga sin permiso.
Sabemos que las formaciones reaccionales contra la sexualidad,
expresadas en el test PN, corresponden a fuertes pulsiones edípicas
reprimidas.
En una imagen del test de Symonds, que representa una joven
con las manos juntas, vemos exteriorizarse esas pulsiones: "Está
orando. Parece preocupada. Su mamá está enferma de cáncer. Ella
sabe que su mamá se puede morir. Se irá más confiada... La mama
se va a morir; ella va a quedar sola con el padre ".
Sabemos —sin que sea posible explicarlo aquí detalladamente-
que la disfagia ansiosa ha estado siempre vinculada a un conflicto
100
edípico con represión y regresión al estadio oral y que el temor a la
deglución es aquí simbólicamente el temor a la penetración sexual.
Ignoramos en virtud de qué experiencias vitales de su infancia
Maryvonne ha vivido su situación edípica con ansiedad y culpabili-
dad, pero sabernos que su carácter es poco sociable, que casi no
hace amistades, que se entretiene sola, leyendo.
Aquí los garabatos, indican una buena expansión vital puesto
que cubren toda la página, nos muestran un trazado lo menos
agresivo posible y, por añadidura, un notable aislamiento, pues el
trazado presenta un mínimo de intersecciones y el nombre no está
cubierto (fig. 46).
101
anima a ir solo de una pieza a otra. Se ha vuelto muy emotivo y
llora o se enoja por nimiedades.
Los primeros garabatos, hechos en el momento de la consulta
(fig. 47), son enteramente desusados en un niño de esa.edad, pues
revelan formaciones reaccionales intensas con aislamiento.
En este niño los tests de personalidad han revelado una-fuerte
inhibición ansiosa. Tiene miedo de comprometerse y se niega a
asumir ninguna1tendencia agresiva. Es más. esas tendencias agresivas,
las vuelve contra sí mismo. Es así como, en el test PN, después de
haber dado a la mayoría de las imágenes temas pobres y banales de
los que no se puede sacar ninguna conclusión,, da de repente a
Noche, un tema rico y original: “Está oscuro. Hay luna, el lobo, los
cerdos. Hay dos que duermen: uno que mira por la ventana”. ¿Cuál
es? “El bebé” (así llama a Pattenoire). ¿Qué ve? 'Un lobo ’. ¿Qué
piensa? “Cree que lo va a comer". ¿Por qué? “Porque no está en
su casa". Christian ha visto, pues, un lobo en lugar de los cerdos
padres. En las Preferencias-Identificaciones, se revelará la impor-
102
tanda de ese tema pues, de 16 imágenes, 15 son rechazadas, con el
comentario que hace Christian de que “no le gustan los chanchit'os
porque el lobo se los va a comer’’. Ese tema se repetirá cinco veces
y. al final,-Ghi4stian-dÍFá-que~‘-W-/c>to-fe>-i^ra comer ■pnmcme tiene
■una pata negra por haber estado en el barro".
El tono depresivo de esos temas se confirma al final con la
declaración de-que, en esa historia, nadie es feliz.
Hay que observar que ese test se efectuó en un clima de
malestar con ansiedad e inhibición. Las defensas son potentes y. en
particular, el niño hace un uso constante de la relación a distancia:
los protagonistas no se nombran;'los temas se fraccionan en detalles
descriptivos aislados; Christian no se identifica nunca con el héroe y,
en la mayoría de los casos con nadie. Esto concuerda con el estilo
aislado de sus garabatos.
Formulamos la hipótesis de que la tendencia depresiva, ansiosa,
de este niño fuese el reverso de una agresividad muy fuerte y que el
lobo agresivo que lo amenazaba fuese muy probablemente una
proyección de sus propias tendencias agresivas.
Habiéndose indicado una psicoterapia, Christian fue observado
con regularidad, durante seis meses. La hipótesis emitida acerca de
la'agresividad reprimida y vuelta contra sí mismo, se vio plenamente
confirmada. En todos sus psicodramas, el niño dio prueba de una
agresividad salvaje, en juegos en queda pobreza de los temas tiene su
compensación en la violencia de los gestos. Muy inhibido las
primeras veces, cambió rápidamente de manera de ser, manifestando
con fogosa alegría descargas cada vez más violentas. Pronto intro
dujo un lobo que devora padres e hijos, comiéndolos y volviéndolos
a comer, sin fin y asumiendo él ese papel. Claro está que, mediante
ese traspaso de la agresividad a un animal, Christian disminuye su
propia culpabilidad y además, se hace acompañar por otra fiera,
papel éste que representada psicóloga.
Por lo tanto, el lobo del test proyectivo era él, como habíamos
pensado al principio. Pero hacía falta el clima liberador de los
psicodramas para mostrárnoslo en su agresividad desencadenada,
mientras que en la vida corriente domina la interdicción.
Podría preguntarse el porqué de semejantes defensas en un niño
tan pequeño. Es que los padres de Christian son educadores muy
severos, que censuran las menores faltas. Sobre todo, enviado a la
escuela a los 3 años, el niño, al principio, lloraba mucho y se
oponía. Luego demostró ser un escolar exageradamente escrupu
loso, llegando a copiar, todos los jueves, páginas enteras de libros.
Obsérvese la sorprendente transformación de sus garabatos
durante la psicoterapia (fig. 48). El aislamiento ha desaparecido y la
103
Figura 48. Garabatos agresivos del mismo sujeto.
página está cruzada por flechas agresivas que respetan, sin embargo,
el nombre. En la época de estos segundos garabatos, la mejoría
clínica era ya muy importante: los terrores ansiosos habían desapa
recido y Christian se mostraba mucho más alegre.
105
Figura 50. Garabatos depresivos esfumados (Observación 16).
106
‘Patt.enoire ¡labia saüüo y se perdió. Había salido porque no era
feliz, porque sus padres querían más a su hermano r a su hermana”.
Pero ese deseo de ser el privilegiado es igualmente censurado,
como se ve bien en las imágenes de_mamada—De-ordinarior—y—
conforme aí principio del placer. Mamada í gusta y Mamada 2 no
gusta. Ahora bien, para Ana. es a la inversa: Mamada 1 no le gusta
"porque, dice Ana. no hay más dos en la imagen, porque no están el
hermano y la hermana”. A la pregunta: “ ¿Por qué es mejor cuando
están juntos? ” , Ana responde:’ "Para distraer a mamá”. Y Patte-
noire, ¿qué piensa de eso? "Bueno (con cierta irritación en el tono
de voz) él está contento. ¡El prefiere estar solo! ” ¿Y la mamá?
"Ella prefiere que estén los tres”.
Así pues, esta niña ha experimentado .fuertes sentimientos de
agresividad contra sus dos hermanos, tal vez realmente preferidos
por los padres.. Pero esa agresividad, que suscitaba en ella una
angustia de culpabilidad y el temor del abandono (V. Agujero), se
volvió contra la niña, de donde el humor triste, la falta de
dinamismo, el fracaso escolar y los garabatos esfumados.
107
institución para niños débiles, donde recobró su peso. Luego vino la
internación para “enderezarla", a la edad de 10 años.
-■Esas-tres internaciones sucesivas han despertado en el corazón
de la niña un vivo temor de verse expulsada de la' casa por su
maldad.
108
Vemos, pues, liberarse aquí, mediante ia acción psicodramática.
la agresividad reprimida, pero bajo una forma salvaje de “ matar o
ser muerto’’ que no ha podido llegar a una socialización del instinto,
hecho que nos revelaba ya el trazado de los garabatos.
110
Se tiene aquí la prueba de que la anorexia mental puede
constituir una formación reaccional contra la agresividad oral.
El test PN nos Ib revela con claridad. En varias de las escenas de
mamada, se muéstrá'ál “héroe* bebiendo 'más que-los’afros’ hasta el
punto de tener.una indigestión. Anita rehúsa identificarse con él. En
Titubeo, la niña dice: “Pattenoire se volvía cada vez más difícil. No
comía casi nada. Su madre se enojaba. El se enfurruñaba. Su madre
estaba de lo más aflijida porque no quería comer”. Anita se
identifica, en esta imagen, con Pattenoire ‘‘p orque es como y o ”.
Vemos expresarse aquí sucesivamente la avidez y el rechazo. Pero la
avidez es subterránea y no asumida; la defensa del Yo impone, en
cambio, la actitud de rechazo con identificación.
112
preferida es, cosa singular. Carreta, lo cual es aquí el signo de una
fuerte tendencia al autocastigo.
Sergio nos hizo numerosos garabatos; todos ellos se extienden
por toda la página, pero en un estilo de gran aislamiento. He aquí
dos de ellos. El primero (fig. 54) está compuesto de líneas paralelas,
pero que no pasan por encima del nombre, protegido por un
recuadro: es su estilo de trazado más frecuente. El segundo (fig.55)
es más original: el nombre no está encuadrado y los rasgos
esparcidos por la hoja tienen un aspecto agresivo que sorprende,
pero son acciones agresivas fragmentarias, que se detienen antes de
haber alcanzado su objeto.
i i ■}
Observación 21. He aquí a Yves. un niño de 11 años, traído a
la consulta por su madre porque es lento en toda lo que hace, tanto
en sus juegos como en el trabajo escolar. Tiene manías de orden y
una meticulosidad que explican en gran parte su lentitud.
Carece de iniciativa y no se desenvuelve tan bien como sus
hermanos de 6 y 7 años. Es tímido, temeroso y tiene miedo cuando
le regañan. Su conducta es la de un niño muy juicioso, amante de la
soledad y la tranquilidad. El caso no ha sido estudiado y no hemos
podido hacer el análisis profundo que nos habría revelado las causas
de esa inhibición neurótica.
114
Figura 56. Garabatos reaccionales en ia zona materna (Observación 21).
116
■ Esta niña repite constantemente los mismos garabatos (fig. 57),
en forma de espiral muy abierta, descendente, limitada a la zona
central. No hay en esos garabatos rastros de agresividad, sino de
represión (limitación) con formación reaccional v tendencia dpprp-
siva (trazadodescendente)r----------------------------------------------------
1 17
Figura 58. Garabatos reaccionales muy inhibidos (Observación 23).
119
regresiva; de ahí que el muchacho nunca pueda adoptar una
posición netamente firme y que sea sin cesar víctima de la duda.
Sus garabatos (fig. 59), localizados en la zona situada debajo del
nombre (interdicción edípica y retorno regresivo hacia la protección
materna) son de trazos plenos que expresan cierta vitalidad, pero
únicamente en formas redondeadas (tendencia femenina), por últi
mo, se observa en ellos una cierta tendencia rítmica (formaciones
reaccionales).-
'-'i-,:'
Í20
1
121
un sentimiento de culpabilidad asociado a un estado de infelicidad
que trata de esquivar, identificándose con un protagonista secun
dario, de más o menos edad.
El padre de Santiago es un hombre vigoroso e impaciente, que
soporta mal la astenia del muchacho y sus rituales al acostarse. Pero
Santiago siente estima por él. En cambio, su actitud para con la
madre es muy ambivalente: esa señora, que no conocemos, parece
ser gravementé'patológica, con manías vinculadas también a ¡deas
morbosas de celos. Santiago parece apegado a ella, a pesar de
mostrarse muy-ragresivo a su respecto. Es evidente que su neurosis se
debe en gran parte a una identificación con su madre.
Los garabatos (fig. 60) nos lo confirman. Están localizados en la
zona de protección materna pero revelan además un fuerte aisla
miento, lo cual significa que toda relación demasiado íntima con la
madre está prohibida.
V. LA NEUROSIS OBSESIVA
122
por un carácter dócil y una actitud muy concienzuda, que son
objetivabas en garabatos de formación reaccional. Lo mismo ocurre
en el caso de la observación 24. Casos semejantes no son raros; hasta
puede decirse que constituyen una regla y que poseemos toda una
colección de~garabatos de formación reaccional -pertenecientes a
niños en otro tiempo encoprésicos.
Señalemos al pasar que hay un estrecho parentezco entre este
grupo de las neurosis obsesivas y el grupo antes descripto de las
astenias con dudas y escrúpulos.
123
En el test PN, la imagen Batalla es la preferida, aunque no la
asume. El test revela una fuerte interdicción sobre el conflicto
edípico, una gran ambivalencia en las elecciones y una fuerte
tendencia masoquista a identificarse con el héroe desdichado. Al
final, designará a la lámina de Agujero como la más interesante,
escribiendo debajo: “Tiene miedo en la noche”, e identificándose.
Miguel hace sin cesar los mismos garabatos (fig. 61) que, por su
extensión y sus rasgos píenos; expresan una buena vitalidad, pero
sin agresividad, aparente, pues el trazado está dominado por las
formaciones reaceionales que le imponen una- regularidad rítmica
redondeada. El nombre está, ora cubierto, ora descubierto, como
aquí.
124
vinculada a una represión del conflicto edípico con regresión al
estadio sádico-anal y formaciones reaccionales contra ese estadio.
En algunos casos y en algunas situaciones, las formaciones reac
cionales dominan, como se vio en el caso del pequeño Miguel
cuando estaba en observación.
En otros casos, esas formaciones reaccionales no llegan a
contener de modo suficiente las pulsiones agresivas. Tal es el
ejemplo del pequeño Enrique, efe 12 años de edad, que. nos traen a
causa de sus rituales y, en particular, de su aritmomanía. Es
inteligente, pero sus manías perfeccionistas hacen que tarde tres
horas en hacer deberes que no requerirían más de una, y exaspera a
sus padres con su lentitud.
125
de destrucción. Las relaciones con el padre no son buenas (como en
!a realidad). Las relaciones con la madre son ambivalentes: Patte-
noire quiere continuamente refugiarse a su lado, pero a su vez está
muy cargado de agresividad contra ella.
Los psicodramas de Enrique expresan fortísimos celos edípicos.
Sus garabatos revelan los dos aspectos opuestos de la persona
lidad del niño (fig. 62). Por una parte, guirnaldas redondeadas que
expresan formaciones reaccionales contra la agresividad. Pero, por
otra parte, hay dispersas por toda la página, un número bastante
crecido de flechas agresivas, a decir verdad, sin continuidad entre
ellas, lo cual corresponde a los movimientos impulsivos, inmedia
tamente contenidos, de nuestro joven paciente.
126
sus deberes escolares, hace en cambio con cuidado meticuloso todas
las penitencias escritas que se le imponen. La identificación mascu
lina es fuerte y. al final. Nicolasa quiere ser un león para infundir
miedo a todos. En resumen, tanto el examen clínico como los tests
revelan una fuerte agresividad, con culpabilidad y formaciones
reaccionales.
Sus garabatos (fig. 63) son muy poco agresivos. El trazado
amplio expresa una buena vitalidad, contenida, empero, por el
ritmo reaccional que le impone .volutas redondeadas, si bien un
poco irregulares. La agresividad'es. con toda evidencia, subyacente,
de ahí el aislamiento del nombre. Se observará que Nicolasa no ha
escrito más que su apellido, en grandes letras orgullosas, lo cual nos
hace pensar en su identificación masculina del PN y en su deseo de
virilidad expresado por el león.
127
Tiene una fobia al contacto y no quiere dar la mano, sobre todo a
los hombres.
Por otra parte, si bien inhibida, es muy agresiva y lo manifiesta
oponiéndose sistemáticamente a lo que quieren que haga, sobre
todo si el pedido parte de la madre. Muestra también una fuerte
agresividad-contra el hermaniío, que no ha aceptado nunca y al cual
ha dado el sobrenombre de “Nada de nada” .
En su pasado, notamos sobre todo que su educación para el
aseo, hecha con severidad, fracasó, que Martina no controló sus
esfínteres hasta- los 4 años y medio y que, por otra parte, todavía
hoy es una constante enurética nocturna. Es sabido que el carácter
contrariante y la fijación sádico-anal van siempre juntos.
Además, parece que Martina vivió su erotismo edípico con
intensidad. En sus temas psicodramáticos, representa una niña que
128
hecho ulteriormente, la defensa contra el contacto erótico se
expresa con fuerza. Aquí Martina pone al hermanito en la habita
ción de los padres y ella se pone en el otro extremo de la casa, con
tabiques de separación que señalan su deseo de aislamiento (fig. 64).
Y he aquí este comentario muy significativo: “No quiero ir más a la
cama de papá. No me gusta que me hagan cosquillas. Pienso que
está mal que a una le hagan cosquillas". Luego: "Cuando sea
grande, no me voy a casar, porque no me gusta ser casada. No está
bien ser casada ".
Es notable el hecho de que esta tendencia al aislamiento, la
hallemos también en sus garabatos (fig. 65).
129
la mano a los hombres, el lavado compulsivo de las manos y el
aislamiento de los garabatos.
130
Figura 66. Dibujo de familia con regresión (Observación 30).
ni
Figura 67. Garabatos de represión esfumados (Observación 30).
Sus garabatos (fíg. 67) indican una fuerte represión de todas las
pulsiones (montoncito), con retorno contra sí misma (esfumado),
como en el PN. Además, se hallan todos en la zona de protección
materna, lo cual señala la prohibición edípica.
¿Por qué existe esa regresión? Puede pensarse que, si el
conflicto está enjuego, el mismo no ha podido actuar de esa manera
sino favorecido por condiciones innatas predisponentes. En efecto,
Colette ha tenido siempre un desarrollo difícil: nunca ha tenido
apetito y ha quedado debilucha. Es sabido que tales sujetos, de
magra expansión vital, son más propensos que otros a quedar
detenidos en los primeros estadios de su desarrollo, en este caso, el
estadio oral.
132
todos mirando al bebé. La primera vez, no se identificó con nadie.
La segunda, expresó el deseo de ser el bebé, descripto por él mismo
como el más feliz porque no tiene preocupaciones y sí alegría de
vivir (fig. 68). A propósito de este dibujó, insistimos sobre las
notables convergencias de indicios que dan un gran valor a la
identificación: . ..._____
1. El bebé figura en los dos dibujos.
2. Las dos veces ocupa el primer lugar.
3. Es la figura principal, pues todas las miradas convergen en él.
4. No tiene el rostro de un bebé, sino de un joven.
5. Por último, Luis se identifica con él.
I 0 ->
trazado indicadores de poca formación reacaonal de disciplina de sí
mismo.
El informe clínico nos dice que Luis es de una gran inmadurez
afectiva. Es pasivo, sin iniciativa, incapaz de un esfuerzo cualquiera,
vive con la nostalgia de su primera infancia y, nada desarrollado
sexualmente, se complace frecuentando la compañía de niñas de 7
años. Interesa manifestar que, al principio fue muy .mimado por su
madre, pero luego, la mala conducta de sus padres y la desintegra
ción del hogar lo colocaron en una situación de abandono moral.
Luis tiene una buena inteligencia, se da cuenta de la necesidad
de hacer frente a los problemas de la vida, pero es incapaz de
soportar pequeñas frustraciones y se escapa buscando refugio en la
casa de sus abuelos.
134
moral. Cuando, después de un tiempo de detención, se reinicia la
marcha hacia adelante, no hay motivo para inquietarse por el
futuro.
En cambio, en los dos casos que hemos expuesto, la regresión es
durable y detiene todo progreso. Debido a su duración, las dificul
tades de adaptación motivan, un día u otro, una consulta médi
co-pedagógica y los tests de proyección, especialmente los garaba
tos, indican una perturbación profunda persistente, que nos hace
reservar el pronóstico para el futuro. Los factores sexo y edad
tienen evidentemente una importancia de primer orden. La depen
dencia oral es, por cierto, más grave para un varón que para una
mujer, por ser particularmente contraria a la autonomía que se
exige al sexo masculino. Y, por otra parte, esa dependencia es tanto
más inquietante cuando se trata de un sujeto de más edad, pues
todo .adolescente que no se afirma al llegar a la pubertad corre el
riesgo de no llegar nunca a ser verdaderamente adulto.
Una vez más, algunos podrían preguntarse p o rqué incluimos los
casos de este tipo entre los “estados neuróticos” y no .entre las
perversiones. Es perfectamente cierto que los mismos se oponen a
las neurosis de inhibición, a las neurosis de escrúpulo y a las
neurosis obsesivas, en las cuales la fuerza del Superyó impone al Yo
una conducta rígida, a menudo hipermoral, mientras que aquí el Yo
se muestra débil y, si cede momentáneamente a la presión de un
Superyó aún muy externo, escapa de tanto en tanto para abando
narse a pulsiones delictuosas. Sin embargo, tales sujetos no son
perversos, sino afectivos; son intimidables; reconocen sus faltas, a
pesar de que no pueden hallar en sí mismos la energía necesaria para
la enmienda. Es cierto que, debido a la debilidad de su Yo y a su
fijación oral, se convierten bastante a menudo en delincuentes
menores. Pero sobre todo, su débil personalidad no podrá mante
nerse en un equilibrio satisfactorio de adaptación si no cuentan
durante toda su vida con el beneficio de un medio protector. En su
defecto, si la realidad se impone a ellos en forma traumatizante,
están expuestos a una regresión cada vez más intensa que invadirá
poco a poco toda su personalidad, haciendo revivir las formas de
pensamiento y de vida afectiva del estadio oral. Esto puede llevarlos
directamente a la condición de vagabundos irresponsables o a la
esquizofrenia.
135 I
4
N E U R O S IS Y PSICOSIS DEL A D U L T O
136
I. LA NEUROSIS DE ANGUSTIA
137
la ha engañado, lo cual explica sus pulsiones agresivas contra él,
pulsiones que, por otra parte, reprime.
Sus garabatos (fig. 70) expresan una buena vitalidad expansiva,
pero no presentan ningún signo de agresividad. Partiendo del centro,
el trazo dibuja una guirnalda que se desenvuelve en círculos cada
vez más grandes, sin tocar el nombre ni llegar al borde de la hoja. Es
un trazado típico de formación reaccional.
Han sido hechos por Paulette, una joven de 19 años, que nos
consulta debido a una constante falta de apetito, acompañada de
una disfagia ansiosa, es decir, que, en el momento de comer, le
sobrevienen espasmos de angustia que le impiden deglutir. Como ya
vimos en la observación 13, referente a una joven de 16 años, ese
trastorno disfágico representa, transportado al plano oral, el temor a
las relaciones sexuales.
138
Debemos señalar que el miedo al contacto ha existido siempre
en Paulette, desde su primera infancia. Nunca toleró que la tocasen.
Cuando era pequeña, debía compartir el lecho con su hermana, pero
prefería envolverse en una frazada y acostarse sobre la alfombra al
lado de la cama. Nunca ha podido soportar que la bese nadie, ni aun
su madre. No deja que se le acerque ningún hombre. Y cuando su
madre quiso informarla sobre los asuntos sexuales, manifestó asco y
declaró que no quería casarse. Hoy en día dice que acepta el
matrimonio, pero que no dormiría con su marido, ni en la misma
cama, ni en la misma habitación.
Para comprender la repugnancia de Paulette, es necesario, sin
duda, estar informado de- que su madre ha tenido varias aventuras
galantes, que la joven nació fuera del matrimonio y que su madre
quería abandonarla al nacer. Paulette es apegada a su madre en una
forma casi morbosa y, sin lugar a dudas, se ha identificado con ella.
Pero como, por otra parte, ha debido ser testigo de las relaciones de
su madre y de algunas escenas de brutalidad sexual, existen motivos
para pensar que la identificación se hace en forma regresiva con la
madre-nodriza (en sus temas expresa a menudo el deseo de ser un
bebé mimado por la madre), mientras que rehúsa identificarse con
la madre amante. De allí la neurosis de contacto, tan fuertemente
evidenciada aquí.
El aislamiento le permite asimismo acallar en sí misma la fuerte
agresividad de frustración que no puede dejar de sentir contra esa
madre que quiso abandonarla. Paulette sabe que su madre no la
quería y ha vivido toda su infancia con el temor de que el abandono
se hiciera efectivo, de allí la intensa necesidad.de prohibirse todo
movimiento agresivo.
Es así que, en sus psicodramas, los menores movimientos de
agresividad son inmediatamente seguidos de un retorno hacia atrás y
de una B.A. (en general, salvar un hermano o una hermana) y que
Paulette se identifica siempre con el que cumple una buena acción.
Observación 34. .He aquí los garabatos (fig. 72) de una señora
de 45 años, casada, atacada desde hace varios años de una neurosis
de angustia muy acusada, con temor constante de volverse loca.
La señora hizo estos garabatos sin ninguna vacilación, empe
zando de 1, trazando líneas horizontales un poco irregulares, unidas
entre sí, en la zona inferior y terminando en 2. En ese momento, -
nos pregunta si puede garabatear en la parte de arriba y, como la
dejamos libre, empieza en 3 y termina en 4 unos garabatos aún más
regulares, en festones bien lineales. Hay qué observar aquí que,
como la interdicción que pesa sobre la zona paterna no es muy
139
V
Figura 72. -Garabatos de formación reacciona! pertenecientes a una ansiosa
(Observación 34).
140
manifestaciones histéricas: sensación de una bola en la garganta,
vómitos emotivos. Tiene miedo de perder sus facultades y, sobre
todo, ya no se siente capaz de conducir un coche si su padre no lo
acompaña. Se encierra en su casa y no busca más distracción alguna
fuera de ella.
No ha sido siempre así; antes bien, en años anteriores, a este
joven le gustaba salir, pasaba muchas de sus noches bailando y
volvía a casa muy tarde. Su madre, que no podía dormir mientras
no hubiese vuelto, se opuso a esas salidas privando a su hijo de
dinero. Y, en efecto, éste ha llegado, como hemos dicho, a no poder
salir más si no lo acompañan.
Sus garabatos (fig. 73) están limitados a la zona materna. Están
trazados con cierta vivacidad agresiva y, si bien se observa en ellos
una ligera tendencia rítmica, el conjunto es bastante desordenado,
denotando con ello fuertes pulsiones mal contenidas por la defensa
del Yo.
141
pequeñas angustias estrechamente ligadas a un sentimiento perma
nente de inferioridad. Es muy tímida en público, escrupulosa y
maniática en sus acciones.
En ella también ha habido un cambio radical. Hasta la edad de 4
años, fue muy sucia y de un carácter contrariante hasta la violencia.
Luego cambió por completo, no sabemos bajo qué influencia.--
Sus garabatos (fig.’ 74) están también encerrados en la zona
materna y esbozan líneas festoneadas, pero ofrecen la característica
de estar trazados en segmentos aislados los unos de los otros. Aquí
hay, pues, a ¡a vez interdicción sobre la agresividad y sobre el
conflicto edípico, a causa, muy probablemente de algunos aconte
cimientos externos que se produjeron cuando Jacqueline tenía 4
años. Estos garabatos deben considerarse como vinculados a una
defensa contra la angustia; la timidez y los sentimientos de inferio
ridad pueden considerarse como la extensión de la imposibilidad de
rivalizar con la madre y de establecer una relación con el padre.
142
de agorafobia. Clínicamente, ese hombre inteligente, y que parecía
destinado a una buena situación, ha debido abandonar la vida
activa, desde hace varios años, a causa de sus trastornos ansiosos. No
puede quedarse. ,solo__en. casa ni.salir solo sin.sentirse presa de-una
angustia intolerable. Necesita de la presencia constante de su madre,
y ha perdido poco a poco toda posibilidad de hacer algo, sea lo que
fuere, aun los actos más simples de la yida cotidiana, sin su ayuda.
Sus garabatos (fig. 75) están trazados con gran ligereza en forma
de pequeño óvalo alrededor del nombre, signo éste de una represión
y de una inhibición de la fuerza vital. La zona blanca en torno al
143
II. LA NEUROSIS ASTÉNICA
144
Figura 76. Garabatos muy reaccionales en forma de líneas de escritura en la
zona de fijación materna (Observación 38).
145 i
Figura 77. Garabatos de aislamiento en la zona de fijación materna
(Observación 39).
146
indica un Superyó muy fuerte constituido en el momento del
conflicto edípico con una apretada red de interdicciones.
Sus garabatos (fig. 78) son un trazado de astenia, pero revelan,
al mismo tiempo, una interdicción edípica _y_formaciones.reaceio-
nales potentes; Se observará que comienzan "bastante lejos por
debajo del nombre, que está prohibido tocar. Por otra parte, la
paciente no pudo mantener en un principio la consigna de libe
ración del test y escribió primero la inicial de su nombre; como se le
recordara entonces la consigna de no escribir, esbozó algunos
simulacros de escritura en cortas series aisladas para hallar final
mente, en las últimas tres líneas, el movimiento en espiral continua,
habitual de las formaciones reaccionales.
147
I
148
Es muy devoto y tiene escrúpulos de confesión, hasta el punto
de no poder a veces comulgar porque no se siente bastante puro.
Su vida sexual es muy reducida. Nunca se ha interesado por las
jóvenes. Desde que murió su padre..vive_con.su.madre._y su .hermana—
y no considera la posibilidad de vivir de otra manera.
He aquí sus garabatos (fig. 80) que no necesitan comentario.
149
Y también en este caso como en las observaciones 35 y 36. se ha
producido, en un momento dado, un cambio total en la actitud del
sujeto. En su adolescencia, este joven era de una vitalidad desbor
dante y se daba al placer sin freno, siendo muy sensual y amigo de
muieres fáciles.
A los 29 años, como consecuencia de una “misión” , se sintió
bruscamente presa de escrúpulos y decidió enmendar su forma de
vida. De repente, pasó ai otro extremo: se tornó muy severo para
consigo mismo y para con los demás; llega hasta encontrar que su
confesor es demasiado amplio de criterio. Persigue la perfección en
150
asténicos escrupulosos. Dado que !a zona inferior corresponde al
instinto de conservación, es decir a esas funciones primarias de
nutrición y de protección que aseguran la conservación de la vida,
podría parecer sorprendente que sujetos obsesionados por preocu
paciones de orden moral, que se preocupan exageradamente por el
orden y la limpieza y que parecen, por consiguiente, más idealistas
que materialistas, se mantengan, en sus garabatos, en esa zona baja.
Pero hay que observar, justamente, que las manías reaccionales de
orden, de limpieza y de escrúpulo son enteramente contrarias a un
verdadero progreso de la personalidad moral; los que pasan su
tiempo limpiando para borrar manchas están absorbidos por una
preocupación muy prosaica y no les queda ninguna libertad de
espíritu para interrogarse acerca del alcance moral de lo que hacen.
Se mantienen, pues, realmente, en las zonas bajas.
La misma observación podría aplicarse a los casos de neurosis
obsesiva de que vamos a hablar ahora y que están emparentados con
la neurosis de escrúpulo.
15 1
En cambio, en la mayoría de los casos, las censuras prohibitivas
llegan a constituir en el neurótico obsesivo una segunda naturaleza,
toda hecha de frenos, y es ésta la que se exterioriza en los garabatos.
He aquí sus garabatos (fig. 82). En primer lugar trazó las tres
líneas sinuosas debajo del nombre, en continuidad unas con otras.
Luego, después de una pausa, trazó las tres líneas de^ arriba
diciendo: “para la simetría”. Obedecía en eso a la tendencia tan
habitual en los obsesionados a aplacar su ambivalencia realizando
siempre dos acciones simétricas, una de las cuales compensa y
corrige la otra.
152
Observación 45. Los dos ejemplos siguientes nos traen otra vez
a los garabatos debajo del nombre, frecuentes también en la
neurosis obsesiva.
Estos (fig. 83) son de una mujer de 41 años, casada, atacada
desde hace mucho tiempo de una gran astenia, con neurosis de
duda. Recomienza sin cesar las más ínfimas acciones de la vida
cotidiana, de lo cual resulta una gran lentitud en su trabajo,.y nunca
consigue terminarlos. Tiene, por esta razón, frecuentes conflictos
con su marido que se impacienta al no encontrar nada hecho en la
casa, cuando regresa. Ante esta situación, la mujer reacciona en
forma depresiva, lo cual se comprende.
Primeramente, declara que no va a saber hacer garabatos, pero
luego hace este trazado, del cual se observarán las líneas descenden
tes, signo de tendencia depresiva'.
154
?
155
IV. PSICOSIS
156
1. En primer lugar, es excepcional que ese tipo de enfermos
haga garabatos de buena expansión vital. La mayoría de ellos hace
garabatos de inhibición. Conviene añadir que, en los casos de
demencia precoz, se encuentran los trazados de inhibición más
fuertemente caracterizados (por ej. fig. 86).
Agreguemos que, salvo muy raras excepciones, ninguno de esos
trazados pasa sobre el nombre, lo cual demuestra la intensidad de
las defensas, expresada además en el aislamiento.
158
|
ii
160
existencia de una fuerte predisposición esquizoidea. es decir un
estado que, en ciertas condiciones, puede desembocar en la esqui
zofrenia. Claro está que esto es sólo una hipótesis pues, en un caso
así, un diagnóstico seguro únicamente puede hacerse mediante la
unión de la clínica con el test de proyección.
AA44H
'iM U-
voz baja. Dice que siempre ha tenido ese carácter, acentuado desde
hace algunos años, luego de una tuberculosis pulmonar tratada y
curada. En realidad, 'tiene mucha dificultad para adaptarse, lo
mismo en su hogar que en el taller. Se irrita por nada y se aísla. No
tiene ninguna distracción y no se atreve a relacionarse con las
jóvenes. Su estructura morfo-psicológica es la de un sentimental,
con su ancha frente imaginativa y un rostro afilado que denota su
poca expansión afectivo-instintiva.
161
existencia de una fuerte predisposición esquizoidea. es decir un
estado que, en ciertas condiciones, puede desembocar en la esqui
zofrenia. Claro está que esto es sólo una hipótesis pues, en un caso
así, un diagnóstico seguro únicamente puede hacerse mediante la
unión de la clínica con el test de proyección.
AAa m
-'ÍA iA i'h
A /m *.
voz baja. Dice que siempre ha tenido ese carácter, acentuado desde
hace algunos años, luego de una tuberculosis pulmonar tratada y
curada. En realidad, tiene mucha dificultad para adaptarse, lo
mismo en su hogar que en el taller. Se irrita por nada y se aísla. No
tiene ninguna distracción y no se atreve a relacionarse con las
jóvenes. Su estructura morfo-psicológica es la de un sentimental,
con su ancha frente imaginativa y un rostro afilado que denota su
poca expansión afectivo-instintiva.
161 1
El aspecto de este enfermo, así como sus garabatos muy
depurados, hacen temer una posible evolución esquizofrénica, te
mor que justifica en parte por el momento, la adaptación profe
sional cada vez más difícil del sujeto.
Si puede formularse el diagnóstico de una esquizofrenia, al
menos como hipótesis, de acuerdo con los garabatos, es con la
condición de que se trate de un adulto, como en el presente caso.
Cuando, por el contrario, se trata de un niño, debemos ser
mucho más reservados en nuestras deducciones, pues en un sujeto
joven, los procesos patológicos son móviles y pueden ser reversibles.
162
inadaptación mental muy caracterizado. No parece interesarse por
nada, ni por sus muñecas, ni por los otros niños, ni por la televisión.
Juega sola, escribiendo palabras inconexas o haciendo garabatos. A
veces, se'pone a contar sin detenerse o bien irrumpe, sin razón
aparente, en una risa incontenible. Tiene también manías de
limpieza, se lava a menudo las manos, quiere bañarse todos los días
y no tolera que sus ropas estén sucias. Está a menudo intranquila,
sobre todo cuando personas próximas a olla se enferman.
163
Sus primeros garabatos, en los que dibuja un rectángulo alrede
dor del nombre (fíg. 95) indican una muy intensa inhibición de todas
las tendencias vitales y no descarta, sino que apoya, el diagnóstico
de psicosis.
Tratada con psicodramas, Ana exterioriza pronto'una Tuerte
agresividad contra sus padres y, paralelamente, su estado clínico se
modifica: su madre (atacada también de neurosis obsesiva y muy
inhibida) se queja mucho de que la niña muestra ahora agresividad
164
concéntricos -probablemente trazados al comienzo— vana protec
ción aquí contra el desencadenarse de la agresividad.
Tratamos a esta niña durante tres años. La psicoterapia permitió
obtener una resocialización progresiva y una mejoría escolar. No
hubiéramos podido obtener un resultado semejante con el método
i
Este ejemplo, dicho sea de paso, nos muestra en primer lugar el
extremo interés de hacer garabatos en épocas diferentes, a fin de
poder apreciar los diversos estados de la personalidad; y en segundo
lugar, la posibilidad di seguir los progresos de una psicoterapia y el
sentido en que ésta opera, mediante la interpretación de los
garabatos sucesivos.
166
/
C O N C L U S IO N E S
167
1. La primera es que el test esté estandardizado, es decir que el
material, la técnica de realización y el método de interpretación
deben establecerse de tai suerte que los resultados no puedan
depender de la individualidad particular del psicólogo que lo aplica.
Nuestro test llena en parte esta condición. Sin embargo, deseo
sos de dejar que la personalidad del sujeto sometido a la prueba se
exprese sin ninguna distorsión, no hemos conservado las reglas tan
estrictas de Meurisse, y dejamos al sujeto la mayor libertad para
comenzar sus garabatos en un punto cualquiera de la hoja y
disponer para hacerlos de todo el tiempo que desee.
En compensación, hemos fundado las reglas de interpretación
sobre las dos sólidas nociones del estadio sádico-anal y de los
mecanismos de defensa del Yo, lo cual permite llegar a deducciones
univocas.
2. La segunda condición a llenar es que el test sea fiel, es decir
que dé los mismos resultados cuando se lo aplica una segunda vez y
que explore siempre el mismo sector de la personalidad.
Pero esta condición debe ir acompañada de una importante
reserva. Si la personalidad que se explora fuera fija, si la misma
fuera un complejo de elementos psicológicos invariables, se podría
comprender la exigencia de fidelidad en forma más estricta. Existen,
en efecto, casos —como hemos visto a lo largo de esta obra—en que
ios garabatos se repiten, con el mismo trazado, día tras día, mes tras
mes y aun de un año al otro, indicándonos que.la personalidad del
sujeto no se ha modificado durante ese tiempo. Tratándose de un
adulto, y cuando los garabatos se aproximan a los garabatos de
sublimación, se puede concluir que la personalidad es estable y
equilibrada. Pero, en todos los otros casos, se debe sacar en
conclusión que existe una fijación de la personalidad bajo una
forma más o menos patológica. Especialmente, no se concebiría
que, en el caso de un niño que crece y evoluciona, el trazado de los
garabatos no evolucionase paralelamente. Hemos visto asimismo
que, en el curso de una psicoterapia, la persistencia de un trazado
patológico que no se modifica, indica la poca eficacia del trata
miento emprendido; hemos visto un buen ejemplo de ello en la
observación 18, en que un niño agresivo-depresivo repite sin cesar
durante varios años su trazado de inhibición y cubre su nombre con
fuertes descargas agresivas.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, la personalidad no
muestra tanta rigidez. Como hemos visto, la misma es un campo de
fuerzas cuya resultante puede variar según el punto de equilibrio de
las mismas. Por ejemplo, un sujeto inhibido puede, en un momento
168
dado, liberar su agresividad y darnos garabatos muy diferentes unos
de otros (véase figs. 31 y 32). Más generalmente aún, el crecimiento
de un niño, al modificar el punto de equilibrio de las fuerzas del
Ello y del Yo, modifica al mismo tiempo el trazado de los
garabatos.
Hay que concebir, pues, la exigencia de fidelidad, no de manera
estática, sino de manera dinámica.
3. La tercera condición es que el test tenga buena sensibilidad,
es decir que dé resultados diferentes para individuos diferentes y en
situaciones clínicas también diferentes y que permita, por lo tanto,
distinguir unos de otros, los casos sometidos a prueba. Ya la gran
variedad de los garabatos nos da derecho a sostener que este test es
un revelador muy sensible de las diferencias individuales. Pero es
necesario además que esas variaciones tengan .sentido y nos permi
tan interpretaciones valederas. Tenemos la esperanza de haber
mostrado en nuestra obra cómo de la diversidad de los trazados se
pueden destacar tipos de garabatos que responden a situaciones
psico-patológicas comparables.
4. La cuarta condición es la validez del test. Esta es, con toda
evidencia, la condición más importante y en la que están contenidas
todas las demás. Un test es válido, como es sabido, si mide
efectivamente lo que está destinado a medir: en este caso, la
personalidad y sus trastornos.
El primer criterio para juzgar esta validez será el poder diferen
ciar el sujeto normal del sujeto patológico. ¿Existen trazados
normales y trazados patológicos bien distintos? A esto hemos
respondido en nuestra interpretación de los garabatos. En primer
lugar, trazamos un esquema general de la evolución del trazado
según la edad, haciendo ver que ciertos garabatos, normales en el
niño, no lo son más cuando se los observa en la edad adulta. En
segundo lugar, una vez pasados los primeros estadios de la vida, los
trazados de sublimación se convierten en regla para los normales, de
acuerdo con la evolución de la personalidad. En cambio, ciertos
trazados de represión y de inhibición (véase figs. 23 y 24) permiten
afirmar, un estado patológico.
No es menos cierto, empero, que no se puede delimitar en
forma segura lo normal de lo patológico y que hay que concebir la
exigencia de validez también de manera dinámica. Los garabatos,
hemos dicho, dramatizan sobre la hoja en blanco los conflictos
vividos por el sujeto. Ahora bien, los normales tienen tantos
conflictos como los enfermos; simplemente los resuelven mejor. Por
lo tanto, no se puede afirmar un trastorno patológico, por el solo
uo
hecho de comprobar una situación conflictiva. Sólo se puede emitir
una hipótesis, a veces muy probable, pero que deberá siempre ser
verificada inediante-otros test de proyección y mediante la referen
cia a la clínica.
No se han hecho muchos experimentos sobre la validez del test
de los garabatos. Sólo conocemos el de J. Subes1. La prueba fue hecha
basándose en las correlaciones que. afirma R. Meurisse. existen
entre ciertos garabatos y ciertos rasgos psicológicos y llega a
resultados enteramente negativos. No podemos entrar aquí en los
detalles de la crítica de Subes. Digamos solamente que. en conjunto,
la misma nos parece falseada por el método empleado, que consiste
en probar la validez de un test por medio de otro cuya validez no
esta probada. En segundo lugar, reserva más grave aún, que ya
hiciera Meurisse: los diferentes tests puestos en correlación con el
de los garabatos no exploran el mismo nivel de personalidad que
éste Daré simplemente el ejemplo de la agresividad, tan a menudo
manifiesta en el trazado de los garabatos. Para verificarla. Subes
hizo pasar el test de Rosenzweig a 50 sujetos de los cuales tenía los
garabatos y trató de establecer una correlación entre la agresividad
manifestada en ellos y el porcentaje de respuestas de agresividad
extrapunitiva del test de Rosenzweig. Ahora bien, que haya encon
trado aquí una correlación nula no significa nada, por la muy simple
. razón de que los garabatos objetivan la agresividad instintiva
espontánea, mientras que en el test de Rosenzweig, las situaciones
ante las cuales se coloca al sujeto son situaciones sociales y que la
agresividad suscitada por las mismas debe expresarse mediante el
lenguaje, con todo lo que eso implica de defensas semi-conscientes y
de veracidad discutible.
A nuestro entender, con tales métodos estáticos de correlación
no se podrá nunca probar o impugnar la validez de ningún test de
proyección.
Que se trate de fidelidad, de sensibilidad o de validez, debemos,
siempre retornar a la consideración dinámica de la personalidad,
vista como un campo de fuerzas en conflicto.
Cada sujeto, que sea sano o enfermo, proyecta en sus garabatos
sus conflictos personales, la forma particular en que su Yo conciba
las tendencias y las defensas, reflejo probable de su modo reaccional
de adaptación a las situaciones reales.
170
El único criterio para juzgar la vaiidez de s e fá ^ ju ^
en definitiva, que la interpretación del traza^^op< ruérZ e^ 3n^lA
examen clínico, permitiéndonos comprender rfw>y fas moti.va^^x
profundas de los trastornos observados.
171
que no nos sería posible obtener de otra manera y con tan poco
esfuerzo.
Relaciones con el mundo exterior, objetivadas en la forma en
que los garabatos ocupan el espacio vital de la hoja^ grado de
expansión (amplia expansión o inhibición); grado de sublimación
(trazado compacto o abierto).
Relaciones con la instancia familiar, objetivadas en la relación
de los garabatos con el nombre.
En el mismo orden de ideas, la forma en que se ha resuelto el
complejo de Edipo: xasos muy frecuentes en los que no ha podido
ser superado y en los que el sujeto ha retrocedido a un estadio
pre-edípico de relación puramente nutricia con una imagen materna
(garabatos debajo del nombre).
Significado especial de los garabatos esfumados, interpretados
como la objetivación del volver contra sí mismo las pulsiones
agresivas.
Por último, importancia de las formaciones reaccionales y del
aislamiento, que expresan muy claramente en los garabatos la in
versión de las pulsiones y la relación de objeto a distancia.
No desconocemos el hecho de que nuestro estudio es aún muy
incompleto y que convendría proseguirlo en diversas direccio
nes: Estudio de la evolución de los garabatos según la edad y el
sexo. - Estudio de esa evolución durante las psicoterapias. —Estudio
comparativo del test de los garabatos con otros tests de proyección.
— Estudio sistemático de los garabatos en los diversos síndromes
patológicos, etc.
Nos parece que lo esencial es el hecho de que este nuevo
instrumento de investigación psicológica permite explorar un sector
de la personalidad al cual no se tenía acceso hasta ahora y que, dado
que el método de interpretación que nos ha sugerido nuestro
estudio se ha revelado fecundo en los dominios en que lo hemos
aplicado, el mismo debería poder utilizarse también con provecho
en otros campos.
172
BIBLIOGRAFIA
BERNSON, Marthe, Del garabato al dibujo. Vers. Cast.; Buenos Aires, Edito
rial Kapelusz, 1962.
Les gribouillis des jeunes enfants (Bulletin de Graphologie, 1949).
BOISSINOT, R., L'interprétation du gribouillis de l’enfant en fonction des
donnés psychoanalitiaues (communication inédite au Groupement
médico-psychologique deNantes, 1960).
CALIGOR, Leopold, Nueva interpretación psicológica de dibujos de la figura
humana. Vers. Cast.. Buenos Aires, Editorial Kapelusz, 1960.
CORMAN, Louis, E l test del dibujo de la familia. Vers. Cast., Buenos Aires,
Editorial Kapelusz, 1967.
Le test P.N., París, P.U.F., 1966.
D’ALFONSO, P.G., El lenguaje del dibujo. Vers. Cast., Buenos Aires, Edito
rial Kapelusz, 1960.
DEPOUILLY, Jacques, Nulos y primitivos. Vers. Cast., Buenos Aires, Edi
torial Kapelusz, 1965.
KLAGES, Ludwig, Escritura y carácter. Vers. Cast., Buenos Aires, Paidós,
1959.
KOCrí, Karl, El test del árbol. Vers. Cast., Buenos Aires, Editorial Kapelusz,
1962.
LOWENFELD, Viktor, El niño y su arte. Vers. Cast., Buenos Aires, Edi
torial Kapelusz, 1958.
El desarrollo de la capacidad creadora. Vers. Cast., Buenos Aires,
Editorial Kapelusz, 1961.
MEURISSE, Robert, Le test du gribouiliage (P s y c h N° 26, dic. 1948 y N°
37, dic. 1949*{Connaissance de l’homme, nov. 1956).
MUCCIEELLI, Roger, El juego del mundo y el test de la aldea imaginaria.
Vers. Cast., Buenos Aires, Editorial Kapelusz, 1964.
STER.N, Amo, Aspectos y técnicas de la pintura infantil. Vers. Cast., Buenos
Aires, Editorial Kapelusz, 1962.
Comprensión del arte infantil Vers. Cast., Buenos Aires, Editorial
Kapelusz, 1962.
Del dibujo espontáneo a las técnicas gráficas. Vers. Cast., Buenos
Aires, Editorial Kapelusz, 1961.
El lenguaje plásticos Vers. Cast., Buenos Aires, Editorial Kapelusz,
1965.
Interpretación del arte infantil Vers. Cast., Buenos Aires, Editorial
Kapelusz, 1969. - - --------
174
LOUIS CORMAN
EL TEST
DE LOS GARABATOS
Exploración
de la personalidad profunda
K KAPELUSZ
E D I T O R I A L
PRIMERA PARTE
EL TEST DE LOS GARABATOS
Las bases de su interpretación
en psicopatología
1. El diagnóstico de la personalidad……………………………………………………………..59
I. La personalidad afectiva………………………………………………….……………60
II. La inteligencia………………………………………………………………………………..66
2. Los conflictos del alma infantil interpretados a través de los garabatos…. 69
I. Los conflictos con el medio…………………………………………………….……71
a) La cólera y los actos de violencia……………………………………..71
b) Oposición y encopresis…………………………………………………….76
II. Los conflictos internos……………………………………………………………...…83
a) El retorno contra sí mismo……………………………………………….84
b) Represión e inhibición……………………………………………………..86
c) Las formaciones reaccionales Yo………………………………………88
d) El aislamiento…………………………………………………………………..88
e) La regresión……………………………………………………………………..89
f) Los atrasos en la escuela debidos a causas afectivas…………91
g) Conflictos pasajeros y neurosis duraderas…………………….….93
3. Los estados neuróticos en el niño…………………………………………………………….95
I. La neurosis de angustia……………………………………………………………..…96
II. La neurosis depresiva…………………………….....……………………………….105
III. La neurosis de inhibición……………………………………........……….……...112
IV. La neurosis asténica. Las dudas y los escrúpulos……..…..…....................118 Primera parte
V. La neurosis obsesiva……………………………………………………..……………122
VI. La neurosis regresiva………………………………………………………………..…130 EL TEST DE LOS GARABATOS
4. Neurosis y psicosis del adulto…………………………………………………………………136
I. La neurosis de angustia ………….…………………………………………......……137 Las bases de su interpretación
II. La neurosis asténica…………………………………………………………………….144
en psicopatología
III. La neurosis obsesiva……………………………………………………………….….…151
IV. Psicosis……………………………………………………………………………………….156
Conclusiones…………………………………………………………………………………………………167
Validez y fidelidad del test del los garabatos……………………………………167
El punto de vista psicoanalítico…………………………………………………….…..171
Bibliografía……………………………………………………………………………………………………173
1
SIGNIFICACIÓN PSICOLÓGICA DE LOS GARABATOS
Los garabatos que hacen los niños siempre han sido considerados con
atención por los psicopedagogos, a quienes interesan todas las manifestaciones
expresivas de la espontaneidad juvenil.
I. LA INTERPRETACIÓN GRAFOLÓGICA
1 Robert MEURISSE, Le test du gribouillage (Psych. N° 26, dic. 48 y Nº 37, dic. 1949).
(Connaissance de l'homme, nov. 56).
2 Lüdwig KLAGES, Escritura y carácter (vers. cast.) Buenos Aires, Editorial Paidós, 1959.
3 B. y M. BERNSON, Le gribouiilis des jeunes enfants (Bulletin Je graphologie, 1949).
Marthe BERNSON. Del garabato al dibujo. vers. cast. Buenos Aires. Editorial Kapelusz, 1962.
11
Llegamos aquí a la moderna noción de proyección, la cual, como es sabido, Nos dimos cuenta que, por el contrario, los garabatos son un grafismo muy
ha adquirido gran importancia en psicología después de los descubrimientos primitivo, un grafismo anterior a la comunicación social. La misma consigna de
freudianos. En electo, tal como lo ha demostrado el psicoanálisis, algunas completa libertad que rige el trazado de los garabatos y hace que éstos den
tendencias dormidas en el inconsciente, y que parecen muertas, pueden, bajo libre curso a lo que hay en nuestra personalidad de menos elaborado, de menos
ciertos estímulos, despertar a la vida y manifestarse en la conducta del sujeto, socializado, a la expresión del fondo del inconsciente salvaje en que se agitan
sin que éste tenga conciencia de los móviles que lo impulsan a actuar. Se dice confusamente nuestras tendencias más primitivas.
entonces que esas tendencias se proyectan directamente en la conducta. Por
ejemplo, el sujeto que escribe tiene conciencia del significado de lo que escribe, Por consiguiente, sin dejar de reconocer que el gesto gráfico tiene, en la
pero no del movimiento que gobierna su pluma, el cual es automático, y sin escritura y en los garabatos, significados comunes, pensamos que el buen
embargo, su estado de ánimo profundo se expresa en la escritura. método científico consiste en no confundirlos y en averiguar en qué difieren los
garabatos de la escritura, elaborando, mediante el estudio de los mismos, un
Ahora bien, con los garabatos ocurre lo mismo que con la escritura: método de interpretación que les sea propio.
Meurisse fue el primero que tuvo la idea de considerar al garabato (que llama
"garabateo") como una proyección de la personalidad profunda del sujeto que Considerando pues el garabato como un test de proyección, pensamos que,
lo traza, pudiendo por lo tanto constituir un verdadero test de proyección. para interpretarlo correctamente, debíamos comenzar por examinar cuáles son
las tendencias de la personalidad profunda que se proyectan en él.
Esto nos permite comprender que se hayan podido aplicar a los garabatos
las reglas del análisis grafológico y obtenido así deducciones psicológicas muy En efecto una de las premisas fundamentales de la psicología proyectiva es
interesantes. Recordemos aquí suscintamente que, en grafología, se evalúan la la de que los diversos tests de proyección no son equivalentes, pues según el
amplitud de los trazos, la fuerza, la forma, la dirección, la localización, la estímulo usado para suscitar la proyección, vemos manifestarse planos
rapidez, el ritmo y la armonía de los mismos y que cada una de estas diferentes de personalidad. Se debe, pues, en cada caso, examinar el nivel de
características tiene, como es sabido, un significado grafopsicológico personalidad que se proyecta, pues de su nivel dependerá el método de
determinado. interpretación que se utilice.
Meurisse ha agregado a este esquema clásico complementos sumamente Este estudio original es lo que presentamos a continuación. El mismo nos ha
sugestivos referentes a la personalidad profunda, y ha desarrollado aún más la permitido, como se verá, llevar mucho más lejos que nuestros predecesores, la
noción de test de proyección. interpretación de los garabatos y su provechosa utilización en clínica.
12 13
II. LAS CONSIGNAS
LA TÉCNICA DE LOS GARABATOS Nosotros con esto no podemos seguir a dicho autor. Como ya mostraremos
(al final de esta obra, al tratar de la validez del test), en los tests de proyección
Antes de penetrar en la interpretación del test del garabato, vamos a indicar hay que elegir entre una técnica standard, que imponga las mismas reglas a
la técnica que hemos empleado. todos los sujetos, dejando que las diferencias individuales se manifiesten sólo
dentro de límites muy estrechos, pero facilitando, en cambio, las
El test del garabato es una prueba simple, de ejecución rápida y sencilla y
comparaciones estadísticas, y una técnica libre, que deje que cada personalidad
que encuentra fácilmente ubicación en el curso de los exámenes médico-
individual exprese toda su originalidad, permitiéndonos así analizarla en
pedagógicos, donde no se dispone de mucho tiempo. La consigna es
profundidad. En nuestro caso, hemos optado por esta segunda técnica, puesto
completamente elemental: se da al sujeto una hoja de papel blanco (bastante
que lo importante aquí no es comparar un sujeto con los demás (y en particular
resistente) y un lápiz negro (con mina medianamente blanda), y se le dice:
con los sujetos normales) sino apreciarlo en su individualidad propia y poder así
“Garabatee en esta hoja”. En el caso de niños mayores (o aun de adultos) que
captar las motivaciones dinámicas profundas de su conducta o de sus
se sorprenden a veces de esa orden, debemos ocasionalmente agregar:
trastornos.
“Imagínese usted que vuelve a la infancia, a la edad en que todavía no sabía
escribir y garabatee esta hoja como le gustaba hacerlo a esa edad”. Para que el Volviendo a la libertad en la técnica, veremos, por ejemplo, que muchos
sujeto afloje su tensión, se puede añadir: “Abandónese por completo a su sujetos limitan sus garabatos a la zona que está debajo del nombre; éstos
fantasía”. partirán, pues, de un punto subyacente al nombre y les molestaría la consigna
contraria de Meurisse. De igual modo, el tiempo empleado por el sujeto para
I. EL NOMBRE EN EL CENTRO DE LA HOJA
trazar sus garabatos suministra indicios preciosos: algunos acaban rápido; otros,
A partir de Meurisse, se acostumbra pedir al sujeto que comience por por el contrario, no terminan de repetir compulsivamente los mismos trazos; y,
escribir su nombre en el centro de la hoja. Se trata, en efecto, de un excelente tanto en un caso como en el otro, imponerles un tiempo determinado sería
medio de centrar los garabatos con relación al Yo del sujeto: por un lado el Yo contrario al desarrollo espontáneo del test. Así también las veces que se levanta
personal, íntimo, representado por el nombre de pila; por el otro el Yo familiar, el lápiz y las interrupciones en el curso del trazado nos dicen mucho acerca de
social, presentado por el patronímico. Ocurre a veces que el sujeto pregunta las inhibiciones del sujeto y sus rupturas de contacto, y la consigna que lo
cuál de sus dos nombres debe escribir, o si debe escribir los dos. Conviene prohíbe no es conveniente.
responderle que goza de libertad para hacer lo que guste.
III. REPETICIÓN DEL TEST
A los niños pequeños, que no pueden escribir su nombre aún, puede
Nuestra técnica comporta la realización de dos garabatos sucesivos. Lo
dárseles la consigna de dibujar un muñeco en el centro de la hoja y decirles
motiva el hecho de que, en un gran número de casos, el sujeto titubea ante el
luego: “Ese muñequito eres tú”.
carácter insólito de la prueba a que se lo somete y produce garabatos que
llevan la marca de una fuerte inhibición. Si se le hace repetir en seguida la
prueba, el sujeto, o reproduce el mismo trazado de la primera vez, en cuyo caso
14 15
se puede llegar a la conclusión de que el estado de inhibición es habitual en él, muy especial, la tendencia de algunos sujetos a volver a pasar una y otra vez,
o bien se libera en un trazado más amplio, lo cual nos indica que su inhibición por el mismo lugar de la hoja, tendencia compulsiva ligada frecuentemente a
era pasajera y, muy probablemente, debida al carácter puco usual de la prueba. una fijación morbosa relacionada con la zona en cuestión, como ya lo hizo notar
Meurisse.
De manera más general, el test de los garabatos puede repetirse sin
inconveniente gran número de veces. Más aún, se recomienda hacer varios, a V. REACCIONES AFECTIVAS
diversos intervalos de tiempo, si se quieren extraer conclusiones valederas.
Desde este punto de vista, sucede con el garabato lo mismo que con el texto Hay que observar también las disposiciones afectivas del sujeto en el
escrito; es sabido que un grafólogo sagaz no se aventura a hacer el retrato de momento en que garabatea.
un individuo basándose en un documento único, sino que pide que se le
Los garabatos amplios y vigorosos se ejecutan, en general, con alegría, y es
presenten varios y de distintas fechas, a fin de observar en ellos los caracteres
evidente que, en este caso, el sujeto siente un gran placer en exteriorizar sus
gráficos permanentes, que le permitirán deducir los rasgos que dominan en la
pulsiones. Puede ocurrir, aún, que el sujeto tenga luego„ oscuramente,
personalidad estudiada. Del mismo modo, el intérprete de los garabatos debe
conciencia de haber hecho algo “inconveniente” y dirija al psicólogo una mirada
hacer repetir varias veces la prueba a fin de ver si el sujeto reproduce siempre
de vergüenza o de temor.
los mismos trazos o si difieren de un test a otro. En el primer caso, podemos
estar seguros de que esos trazos corresponden a rasgos de personalidad Los garabatos inhibidos son hechos, en la generalidad de los casos, con
constantes; en el segundo caso, por el contrario, puede inferirse que la mucha seriedad, y a veces hasta con una disposición de ánimo melancólica.
situación psicológica del sujeto varía según los momentos.
Una vez cumplido el test, conviene consignar también la impresión afectiva
En cierta medida, una personalidad bien equilibrada, capaz de adaptarse producida en el sujeto por su realización, algunos están contentos. Otros, en
dócilmente, presentará variaciones en sus garabatos sucesivos según las cambio, expresan su disconformidad. Señalemos, en particular, el malestar que
condiciones del ambiente. Por otra parte, esas condiciones pueden ser causa frecuentemente el garabato que pasa sobre el nombre; muchos sujetos
provocadas experimentalmente. Por ejemplo, suscitando en el sujeto se avergüenzan de lo que han hecho y declaran que no está bien garabatear
sentimientos momentáneos de exaltación o de depresión, se pueden obtener sobre el nombre, que es sucio o que está prohibido. Vemos algunos que,
garabatos reveladores de esos estados particulares de ánimo. Del mismo modo, habiendo casi borrado su nombre con sus garabatos, repasan luego todas las
los garabatos hechos después de un psicodrama en que el sujeto, como ocurre letras para que sea nuevamente legible.
a menudo, ha descargado fuertes pulsiones agresivas, pueden expresar en sus
trazos la liberación que se ha producido. Veremos, por otra parte, que en el También puede resultar interesante hacer interpretar los garabatos por el
curso de una psicoterapia es posible a menudo seguir los progresos realizados a autor mismo, en la medida en que éste pueda luego comprender el significado
través de la evolución de los garabatos trazados después de cada sesión. simbólico de su trazado.
IV. CARACTÉR DINÁMICO DEL TRAZADO Anticipándonos a nuestro capítulo de interpretación, podemos decir aquí
que, en los garabatos, se proyectan muchas pulsiones agresivas de las cuales el
Como vimos, los garabatos no son dibujos, sino un acto gráfico. Por lo tanto, sujeto puede, a través de su ademán, tomar conciencia. He aquí dos ejemplos:
la manera en que se hacen tiene tanta importancia como el trazado final y es
indispensable observar al sujeto mientras hace sus garabateos. Es decir, que El primero lo proporciona un niño de 11 años, muy celoso de su hermano
debemos notar el punto de partida del trazado, su dirección progresiva o menor, pero muy contrariado en su instinto de rivalidad por las severas
regresiva, ascendente o descendente, la zona que cubre primero y la rapidez de censuras de sus padres; como consecuencia, se ha vuelto tartamudo; pero no
su ejecución, signos todos éstos de los cuales veremos la importancia para la tartamudea durante los psicodramas, cuando puede exteriorizar libremente sus
interpretación del test. Debemos consignar, por ejemplo, por tener un valor pulsiones agresivas. Luego de uno de esos psicodramas trazó estos garabatos
16 17
intensamente agresivos, con los cuales borró, en particular, su nombre (de lo final, impaciente, garabateaba la hoja y la rompía, lo cual le obligaba a empezar
cual veremos más adelante el significado). Invitado a decir lo que piensa de sus de nuevo.
garabatos, dice que es una explosión y que el “pajarito” se ha escapado hacia
arriba, a la derecha, “donde está bien” (fig. 1). Vemos, pues, actuar en sus garabatos el mismo proceso dinámico que nos
muestra la conciencia profesional incapaz de dominar por completo las
pulsiones agresivas subyacentes. 1
En el capítulo siguiente, a propósito del caso del joven Yves, veremos otro
ejemplo notable en que la interpretación simbólica suministrada por el sujeto
coincide con el análisis científico que hicimos nosotros (fig. 8).
18 19
3
EVOLUCIÓN DE LA PERSONALIDAD
PSICODINÁMICA DEL GARABATO
Así como la escritura no expresa la personalidad del que escribe sino cuando
las dificultades del aprendizaje han sido vencidas y por consiguiente la misma se
ha vuelto automática, a su vez, el garabato no expresa al comienzo lo que
expresará más tarde, cuando el niño adquiera el dominio de sus movimientos y
ademanes.
Figura 3. Pre-garabatos en forma de flechas.
Hay, pues, en el niño, entre los 2 y 3 años, un estadio que se podría llamar
estadio del pre-garabato: la mano halla dificultad en sostener bien el lápiz y en
mantener el contado con la hoja de papel; el movimiento se efectúa de manera
impulsiva Por otra parle, a esa edad, la expansión vital es reducida y esa
reducción se traduce en gestos de poca amplitud.
Estos pre-garabatos tienen ya alguna relación con las tendencias vitales del
Figura 4. Pre-garabatos en redondeles o círculos.
carácter.
20 21
En general los garabatos en forma de flechas expresan fuertes descargas de Para una mayor claridad didáctica, vamos a sintetizar en este capítulo las
agresividad, mientras que los garabatos en formas circulares indican un carácter nociones adquiridas acerca del garabato, describiendo primeramente la
dulce y conciliador (tal es, en particular, el caso de los mongólicos). Por otra evolución de la personalidad del niño y dando luego los garabatos
parte, la falta de unión entre las diferentes partes del trazado, muy carac- correspondientes a cada una de las fases de esa evolución.
terística de esa edad, traduce los bruscos impulsos experimentados por el niño
y, correlativamente, carencia de vínculos asociativos, tanto en la acción como En esta descripción haremos amplio uso del concepto psicoanalítico, el cual
en el pensamiento. arroja clara y abundante luz sobre el desarrollo psíquico del niño y sobre los
trastornos que en él se producen.
Sin embargo, para que los garabatos adquieran pleno significado
psicológico, es menester llegar a la fase siguiente de la evolución psicomotriz, el I. EL ESTADIO SÁDICO-ANAL Y LOS GARABATOS SÁDICO-ANALES
estadio motor controlado.
Una de las adquisiciones más preciosas del psicoanálisis es el haber
mostrado cómo se establecen las relaciones del niño con las personas que lo
rodean, la familia primero, la sociedad luego, poniendo especial acento en la
parte importante que pertenece a la vida instintivo-afectiva en el
establecimiento de esas relaciones.
La psicología clásica destacaba el egoísmo del niño como una necesidad vital
vinculada con las exigencias de su desarrollo, mientras que la preocupación por
los otros, bajo el nombre de altruismo no se manifestaba sino más tarde, como
tina especie de conquista moral sobre el egoísmo primitivo.
22 23
Este estadio no-objetal comporta dos estadios diferentes, que se suceden en El uso muy difundido de palabras que representan suciedad o heces y
la evolución: el estadio oral y el estadio anal. vocablos similares son, naturalmente, derivados directos de esa impulsividad
sádico-anal.
El estadio oral, que comprende aproximadamente el primer año de vida, es
aquel en que predominan exclusivamente las funciones de nutrición. La avidez Durante estos estadios, la vida instintiva predomina, y cuando no es objeto
es insaciable, a causa de las considerables exigencias del crecimiento. Las de censuras inhibidoras por parte de los que rodean al niño, se exterioriza en
relaciones de objeto ligadas a esa avidez oral, son tales que toda unión con un pulsiones violentas. Es la edad en que los niños se muestran glotones, muerden,
objeto es vivida y pensada en términos de incorporación oral. Todo lo agradable se ensucian, se mueven mucho, rompen todo lo que encuentran, y lo hacen con
se absorbe y, en primer lugar, el cuerpo de la madre-nodriza, representado por la mayor alegría. No soportan que se les impida hacerlo y despliegan en ese
su leche. Todo lo desagradable se rechaza, se escupe. No hay término medio. caso toda su agresividad en un recrudecimiento de violencia y de cólera.
Para ser aceptado, el objeto debe ser enteramente agradable, es decir, colmar
íntegramente los deseos del niño. Si es frustrante es el “objeto malo”, contra el Los garabatos. Cuando, en ese estadio, se da al niño una hermosa página
cual se desata la agresividad en forma de mal humor, gritos y lágrimas. No hay blanca y un lápiz negro, la tratará manipulando el lápiz como un arma ofensiva,
aún lugar para el conocimiento del objeto tal como es, en su realidad de objeto, así como trata a los que lo rodean. Es decir que exteriorizará, libre,
ora grato, ora frustrante. Es el ambiente de los cuentos de hadas, con la muy impulsivamente, sus instintos con todo el brío de su edad y, como ya hemos
marcada oposición entre el hada buena y la bruja mala. dicho, sin ninguna consideración por los demás.
El estadio anal (entre 1 y 2 años) es aquel en que se establece un comienzo Los demás, en este caso, son la página blanca. El niño va a macularla con
de movilidad voluntaria (ademanes, marcha, masticación) y, al mismo tiempo, numerosas rayas trazadas con violencia, llegando hasta arrugarla, perforarla y
un comienzo de control de los esfínteres. El niño cumple sus funciones de rasgarla. No se detiene sino cuando la página está completamente cubierta y la
evacuación y es dueño de hacerlo donde y cuando le plazca, sin preocuparse mina del lápiz gastada hasta la madera. Tales son los garabatos sádico-anales,
por las molestias que eso pueda causar a los que lo rodean. Pero éste es que indican todos los rasgos de carácter de ese estadio (fig. 6).
también el estadio en que el niño podrá a pedido de la madre hacer sus
Semejantes garabatos son frecuentes y, observándolos en el Consultorio
necesidades en un momento y en un lugar dados, en pocas palabras, tornarse
Médico-Pedagógico de Nantes, nuestro alumno R. BOISSINOT elaboró una
limpio. Dispone así de un medio muy eficaz para presionar a los que lo rodean y,
interpretación de los garabatos sobre las bases doctrinarias del psicoanálisis.1
si tiene algún motivo de queja sobre el modo en que se han comportado hasta
Según Boissinot, “los garabatos, derivados del pintarrajeo y del borroneo se
entonces con él, puede manifestar abiertamente su agresividad manteniéndose
inscriben en el registro de las actividades sádico-anales”. Y agrega que lo que da
sucio. Esta posibilidad, muy frecuente, es la que ha llevado a los psicoanalistas a
a los garabatos su valor como test es el hecho de que “los mismos interrogan,
agregar la palabra sádico a la palabra anal y a describir ese estadio como sádico-
precisamente, esa fase tan fértil en conflictos, situada en el umbral de la de
anal. 1
Edipo; y en la cual muchos de los niños que vemos quedan detenidos, o hacia la
Cuando las pulsiones del estadio sádico-anal persisten más tarde, pueden, cual regresan”.
además de sus manifestaciones directas, excrementales, manifestarse también
Un cierto número de los sujetos que son invitados a hacer garabatos toman
por una marcada tendencia a la suciedad y por un comportamiento y un
conciencia de ese carácter sádico-anal de los mismos y, tironeados entre sus
vocabulario obscenos.
pulsiones instintivas y las prohibiciones de su censura, se sienten muy
1 A decir verdad, la distinción entre período oral y período anal es demasiado incómodos.
esquemática. Cuando la pasividad de los primeros meses cede el lugar a la movilidad activa y a la
posibilidad de morder, hay un periodo sádico-oral mediante el cual se establece una continuidad 1 R. BOISSINOT. “L'interprétation du gribouillis de l’enfant en fonction des données
con el sádico-anal. Un poco más adelante, veremos que los garabatos llamados “sádico-anales” psychanalitiques” (Comunicación inédita hecha ante el Groupement médico-psychologique de
caracterizan también a algunos niños detenidos en el estadio sádico-oral. Nantes, 1960).
24 25
Figura 7. Observación 1.
Luego, inspirado por su comentario, nos hizo el segundo dibujo que vemos
aquí (fig. 8), diciendo: “El maestro dibuja un asno en el pizarrón. Se va y,
durante ese tiempo, el asno mete la cola en un excremento espeso y
embadurna todo el pizarrón”. El asno es él mismo, claro está, y el maestro
contra el cual exterioriza su agresividad sádico-anal es; a la vez, el maestro y el Figura 8. Los garabatos del asno (Observación 1).
padre, las dos autoridades a las que el niño se opone.
26 27
direcciones y que se imprimen vigorosamente en la hoja hasta el punto de ser
visibles al dorso de la misma. En tal caso, por lo demás, cuando se observa al
Con este psicodrama, el niño nos da un excelente ejemplo de ese espíritu de sujeto, se percibe directamente ese carácter agresivo en la violencia de su
contradicción que se opone sistemáticamente a las disciplinas educativas y que gesto.
los psicoanalistas atribuyen a una detención en el estadio sádico-anal. Pero
todo ésto no ocurre sin un intenso conflicto interior, y el niño, si bien desea La mayoría de las veces, la agresividad se expresa con líneas rectas y
liberar sus pulsiones, se siente lleno de angustia en el momento de hacerlo; de ángulos, hecho éste bien conocido por los grafólogos. Sin embargo, no ocurre
ahí su actitud reticente al principio y, al final, muy ambivalente ante el test. siempre así, y los garabatos en redondeles o círculos pueden también, cuando
son trazados con mucho vigor, significar fuertes pulsiones hostiles (fig. 9). Esta
forma de expresión se observa con cierta frecuencia en el sexo femenino.
Hemos dicho que la fuerza de expansión vital, cuando no es contrariada, se Figura 10. Garabatos sádico-anales negros.
expresa en garabatos muy amplios, que cubren toda la página y son trazados
con rasgos gruesos fuertemente marcados. El conjunto evoca más bien el duelo triste que la batalla alegre. Y esa
impresión de tristeza que se apodera del observador es igual a la que se asocia
El carácter agresivo de esos garabatos sádico-anales salta a la vista en todos al ennegrecimiento en otros tests, como por ejemplo el árbol de Koch (fig. 10).
los casos en que abundan los rasgos acerados que parten hacia todas las
28 29
¿Cómo conciliar la forma sádico-anal de los garabatos ennegrecidos con ese Por el contrario, cuando domina la depresión, los garabatos están trazados
carácter triste? A esta pregunta, podemos responder analizando los conflictos tristemente, sin energía (a menudo con la mina del lápiz acostada de lado) y el
suscitados en el niño por su agresividad. En las primeras etapas de la vida, la resultado es lo que llamamos garabatos esfumados (fig. 11).
agresividad es salvaje, sin medida. Pero las personas contra las cuales se ejerce,
es decir los padres, son mucho más fuertes que el niño, de modo que éste no III. EL ESTADIO OBJETAL, LA SUBLIMACIÓN
puede sentir fuertes pulsiones agresivas sin experimentar en seguida el temor Y LOS GARABATOS DE SUBLIMACIÓN
de ser castigado por la ley del Talión. Como consecuencia, en ese período, la
La evolución psíquica del niño —tanto la espontánea como la influenciada
agresividad trae muy a menudo una reacción depresiva.
por la educación— llega, poco a poco, a la socialización de los instintos. Es decir
Los garabatos negros significan pues, la vez, agresividad salvaje y reacción que las pulsiones instintivas pierden progresivamente su carácter salvaje,
depresiva inmediata. exclusivo, egoísta, y que su satisfacción no tiene ya lugar únicamente bajo el
signo del capricho, sin considerar en absoluto las exigencias de los demás, sino
que ahora el sujeto toma en cuenta el interés propio de las personas que lo
rodean.
30 31
4°) El trazado es más abierto, es decir que los trazos no cubren toda la 6°) Finalmente, los garabatos de sublimación pasan libremente por encima
página, sino que dejan zonas blancas intactas. Es importante señalar aquí que la del nombre, aunque sin cubrirlo nunca. Esto es signo de que las pulsiones no
página blanca representa lo que está alrededor y el trazo de los garabatos el están en conflicto con el Yo, sino asociadas a él en un buen compromiso de
impulso vital que imprime su marca en ese medio. Las zonas blancas adaptación (fig. 12).
circunscriptas por los trazos representan pues las zonas del mundo exterior con
las que el impulso vital entra en relación, si bien considerándolas y respetando Los garabatos de sublimación aparecen bastante temprano (hacia los 3 ó 4
su integridad. años). Son, en efecto, contemporáneos del control de los esfínteres y de la
obediencia libremente consentida a lo que piden los educadores. Pero, al
comienzo, son incompletos, ya que la página blanca está todavía muy cargada
de trazos negros. Sólo después de la pubertad tomarán su aspecto definitivo y
puede decirse que cuantas más y más extensas sean las zonas blancas que los
garabatos presenten entre sus trazos, mejor es la sublimación instintiva que
expresan.
32 33
IV. LA REPRESIÓN Y LOS GARABATOS DE REPRESIÓN Hay diversas variedades de garabatos de represión según la forma del
trazado (1°) y según su ubicación (2°).
Es sabido que la condición esencial para una buena sublimación de los
instintos es la influencia de una educación tolerante, benévola, en una palabra, 1°) Hay dos formas principales de trazado.
una educación hecha con amor y respeto por la naciente personalidad del niño.
El primero es de tipo sádico-anal, es decir que ocupa una zona y la
Por el contrario, cuando las restricciones aplicadas por los educadores a la ennegrece completamente sin dejar ningún espacio en blanco.
vida instintiva del niño son demasiado duras, el choque que se produce entre
las pulsiones instintivas y las prohibiciones paternas es violento y bloquea a Podemos deducir en ese caso la existencia de un conflicto psíquico que
cada uno de los antagonistas en su posición. Hay violencia de una y otra parte. opone un instinto que ha quedado en su primitivo estado salvaje a una censura
Las pulsiones instintivas conservan su carácter salvaje sin socializarse y el Yo, represiva totalmente externa, impuesta por la violencia.
intérprete de las prohibiciones paternas, pone de manifiesto un salvajismo igual
Ocurre en tales casos que, de cuando en cuando, se produce un
para reprimirlas.
resurgimiento del instinto reprimido en forma de cólera o de conductas
Por momentos, las pulsiones son las más fuertes y el comportamiento del perversas y, cuando es así, los garabatos comportan trazos agudos y agresivos.
sujeto es entonces violento y antisocial. Es así como, en el caso de los niños En otros casos, en cambio, la restricción impuesta al instinto engendra una
llamados temperamentales, se observan a menudo garabatos de tipo sádico- tendencia depresiva, y los garabatos son entonces de tipo esfumado.
anal agresivo.
La segunda forma comporta un trazado abierto, como en la sublimación,
Otras veces, el Yo, alentado por el apoyo de los padres, consigue dominar pero que difiere de ésta por su poca extensión. Como pronto veremos, el Yo
las pulsiones, no anulándolas, lo cual sería imposible, sino rechazándolas hacia que reprime ha logrado aquí asegurarse el predominio sobre el instinto
el inconsciente. Pero entonces, la fuerza vital del sujeto se ve disminuida, por reprimido intensificando en la conciencia las tendencias exactamente contrarias
una parle de toda la energía impulsiva rechazada; por otra, de toda la energía a las tendencias reprimidas, y ese predominio es tan fuerte que constituye, para
que el Yo debe gastar para mantener ese rechazo. el sujeto, una segunda naturaleza. Esto explica el hecho de que sea ella la que
se expresa en los garabatos y no en la primitiva pulsión instintiva. Por ejemplo,
La represión crea la situación conflictiva tipo, en el sentido que la el sadismo anal está supercompensado por una excesiva tendencia a la limpieza
personalidad del sujeto es esclava de la lucha constante que debe sostener es ésta objetivada en el trazado depuradísimo de los garabatos.
contra los instintos y no es libre de proyectar su fuerza a toda la extensión de su
espacio vital. Se dice entonces en psicoanálisis que la represión se ha completado con las
formaciones reaccionales del Yo. Observemos bien que aquí, el conflicto no
Garabatos. Los garabatos de represión se caracterizan esencialmente por existe ya entre el instinto y una censura paterna exterior, sino en el interior
esa limitación de expansión. Permanecen encerrados en una parte de la página, mismo de la personalidad, entre el instinto y la censura del Yo.
dejando por consiguiente grandes zonas en blanco.
1 “El significado de las zonas blancas en el test de la aldea” (Comunicación con fecha 22 de
mayo de 1960 al Grupo de estudios del Test de la Aldea). En este estudio, hemos mostrado que las
Esas zonas blancas representan partes del medio ambiente donde las
zonas que quedan vacías en la construcción de la aldea son muy a menudo zonas prohibidas. La
pulsiones del sujeto no se manifiestan. No son zonas donde no hay nada, sino, prueba de ello es el hecho que, cuando interrogamos al sujeto sobre esas zonas, nos enteramos de
como ya lo expusimos a propósito del test de la aldea,1 de las zonas prohibidas. que son zonas a las que los habitantes de la aldea no van de buena gana, por ser peligrosas
pantanos en los que pueden ahogarse, bosques con animales feroces, páramos en los que pueden
ser atacados, etc.
34 35
Esos garabatos de formación reaccional, cuya frecuencia e importancia socializada de la personalidad. En resumen, en este conflicto, los instintos
veremos más adelante, corresponden a un nivel de madurez más avanzado, salvajes del sujeto atacan su ideal del Yo.
aparecen a una edad más tardía y se observan sobre todo en los adultos.
a) Garabatos centrales.
Figura 14. Garabatos de represión.
El hecho de que los garabatos se concentren en el centro de la hoja es
indicio de una prohibición sobre la expansión vital, esa expansión que nos Pero, como ya dijimos más arriba, esa agresividad comporta, por la ley del
permite proyectarnos sobre el mundo que nos rodea. Es también indicio de que Talión, el temor de ser atacado a su vez por los padres. Es sabido que éste es un
toda la fuerza viva está empeñada en un conflicto entre el Ello y el Yo (o el tema frecuente y que, en el niño, las descargas de agresividad comportan casi
Superyó) y de ahí que no esté más disponible para la acción exterior. siempre una reacción de culpabilidad depresiva. La proporción de agresividad y
culpabilidad varía según los casos y se objetiva, como hemos dicho, en el
Según el tipo de su trazado, los garabatos centrales revisten dos formas
trazado de los garabatos.
diferentes:
Hay garabatos de borroneo de trazos muy agresivos, que significan un
1°) Los garabatos de borroneo, que son de tipo sádico-anal, y en los cuales el
instinto en oposición violenta con las restricciones educativas (fig. 14). En
nombre se halla recubierto por la gran mancha negra del trazado.
cambio, los hay esfumados y allí, el sentimiento depresivo domina hasta hacer
Al comienzo de nuestras investigaciones, creímos que ese borroneo del desaparecer, a veces, del cuadro clínico, la agresividad primitiva (fig. 15).
nombre indicaba una agresividad dirigida contra sí mismo, es decir, una
Pero lo que importa sobre todo es que el campo limitado de los garabatos
tendencia depresiva, una anulación de la personalidad. Pero eso es cierto sólo
revela aquí que las fuerzas vivas del sujeto están totalmente comprometidas en
en parte. En realidad, esos garabatos expresan un violento conflicto interior
el conflicto. El sujeto adhiere a su medio familiar mediante una relación
entre dos aspectos de la personalidad: por un lado las pulsiones instintivas de
agresivo-depresiva, de la cual no puede desvincularse y que obsesiona su
Ello, representadas por el trazado; por otro, el nombre, que representa el Yo del
pensamiento de forma constante.
niño, el cual, habiendo introyectado las censuras paternas, constituye la parte
36 37
amoroso para el hijo y de la rivalidad para la hija. En cambio, la zona situada
más arriba del nombre es zona de expansión, la zona del impulso y del
progreso, es decir la zona paterna en cuanto el padre es, para el varón como
para la mujer, el factor decisivo en el desprendimiento del niño del protector
regazo materno.
Debemos criticar aquí la interpretación del simbolismo del espacio dada por Creemos que los mismos indican siempre un estado neurótico. Se observan
los grafólogos, que hacen de la zona inferior la zona de la materia y de los constantemente, como hemos visto, en los sujetos atacados de astenia. Son
instintos. En cambio, nuestro concepto del dinamismo vital nos lleva a también muy frecuentes en los sujetos atacados de neurosis de duda y de
considerar que esa zona es, no ya la de un instinto cualquiera, sino la del escrúpulo y se encuentran corrientemente entre la clientela adulta de los
instinto de conservación, la de las necesidades vitales esenciales, en otras consultorios psiquiátricos (Véase Segunda parte, caps. 3 y 4).
palabras, la zona materna, con la condición de entender que se trata aquí de
madre-nodriza y no de la madre esposa del padre, que es objeto del deseo
38 39
En la interpretación de tales garabatos conviene, claro está, prestar atención
a la forma del trazado.
Figura 16. Garabatos agresivos en la zona materna. V. LAS FORMACIONES REACCIONALES DEL YO
Y LOS GARABATOS DE FORMACIÓN REACCIONAL
Cuando los garabatos son compactos, formados por rasgos gruesos y densos
y en ocasiones, cruzados por flechas agudas, puede deducirse que las relaciones Acabamos de ver que, en caso de que un conflicto entre las pulsiones
del sujeto con la madre, si bien de estrecha dependencia, o a causa de esa instintivas y el Yo conduzca a la represión, a fin de asegurar dicha represión de
misma dependencia, están sumamente cargadas de agresividad (fig. 16). manera más completa y durable, el Yo desarrolla en la conciencia las tendencias
exactamente opuestas a las tendencias reprimidas. Sustituye la indisciplina de
En otros casos, el trazo es negro y bastante denso, pero de forma los instintos por el rigor de la regla, el desorden por el orden; la suciedad por
redondeada. Estamos todavía aquí en el período de las pulsiones anales, pero una limpieza meticulosa, el capricho y la fantasía por una escrupulosa
con una forma de comportamiento más femenino, más suave, más pasivo (fig. conciencia del deber; la independencia por la dependencia y la sumisión; la
17). agresividad por un recato y una suavidad extremos.
Si, por el contrario, y esto es también frecuente, el trazado se compone de Es lo que se llama, como ya dijimos, las formaciones reaccionales del Yo.
algunas líneas tímidas, separadas las unas de las otras, el significado es
diferente, como lo veremos después al estudiar los garabatos de formación En esas formaciones reaccionales, hay varios grados.
reaccional.
En grado moderado, las mismas pertenecen a la evolución instintivo-afectiva
normal, puesto que el hombre no puede sublimar por entero sus instintos, sino
que está obligado a reprimir parte de ellos y a desarrollar, en sector psíquico
correspondiente, las formaciones reaccionales contrarias.
40 41
Para dar un ejemplo, la adquisición de hábitos de limpieza, tan contraria a Nos vemos entonces obligados a recordarle directamente la consigna del
los gustos naturales del niño, necesita una cierta represión del placer de estar test; no escribir. Pero, con frecuencia, el sujeto no conseguirá sustraerse a la
sucio. influencia de la hoja de cuaderno y, lo mejor que logrará hacer será trazar líneas
horizontales paralelas, que recuerdan más o menos líneas de escritura (fig. 19).
Conviene observar que, como esas formaciones reaccionales no afectan sino
un sector limitado, dejan lugar a una cierta espontaneidad y no traban la Finalmente, en algunos casos, en lugar de garabatos, el sujeto produce un
libertad del sujeto. dibujo decorativo simétricamente trazado (fig. 20).
Se ve la necesidad de esas formaciones reaccionales cuando se considera la Los garabatos de formación reaccional tienen los siguientes caracteres:
evolución que se produce en la edad escolar —evolución de los garabatos a la
escritura— cuando se invita al niño a transformar sus garabatos en letras y en
palabras, letras y palabras que se lo obliga a trazar sobre líneas, con
regularidad, exigiéndole además cuadernos limpios, de hojas que no tengan las
esquinas dañadas.
Observemos por otra parte que lo que el niño pierde, en esta evolución, en
libertad y espontaneidad, lo gana en dominio psico-motor y en acceso al
pensamiento racional.
44 45
6. Notemos finalmente que los garabatos de formación reaccional,
contrariamente a los garabatos de sublimación, no pasan nunca por encima del
nombre, lo cual quiere decir que está prohibido todo conflicto agresivo con la
instancia paterna.
Hemos dicho que existen dos tipos de formaciones reaccionales y que sólo
el segundo es patológico, por determinar una gran rigidez del Yo.
1. Los garabatos centrales presentan, como ya hemos visto, la característica Observación 2. El caso de la fig. 23 es muy diferente. Son los garabatos de un
de no pasar por encima del nombre y de detenerse a cierta distancia del mismo, hombre de 30 años, los cuales rodean a poca distancia el nombre, con un trazo
formando un marco rectangular, ovalado o en volutas regulares. El trazado es, ligero. Un trazado semejante indica una extrema prohibición sobre las pulsiones
por lo demás, muy simplificado, muy depurado, en forma de una simple línea. vitales. Por una parte, queda excluido todo conflicto con la instancia paterna.
Por otra queda excluida también toda expansión hacia el medio externo. Esto
Se puede deducir de ahí que todo contacto erótico o agresivo con la corresponde a la situación clínica de ese joven que, gravemente atacado de
instancia paterna introyectada en el Yo es objeto de una severa interdicción. neurosis de angustia, ha llegado a no poder salir más de su casa (agorafobia) y a
Interdicción doble pues, por una parte, el trazado es leve, ornamental, no poder vivir sin angustia por la falta de compañía de su madre, a la que está
desprovisto de flechas y, por otra, se mantiene a distancia del nombre. unido por los lazos de una ternura verdaderamente infantil.
46 47
Figura 22. Garabatos de formación reaccional de una ansiosa (Observación 22). Figura 23. Garabatos centrales de inhibición de un agorafobo (Observación 37).
2. Como hemos visto, los garabatos de fijación materna pueden Para completar esta exposición, digamos que no existe una diferencia
presentarse también con el carácter de las formaciones reaccionales. Muy a radical entre esos dos tipos de garabatos, encuadrando el nombre o debajo del
menudo entonces, afectan un trazado regular, en líneas ondulantes mismo. Los dos corresponden a una fijación pregenital. Puede simplemente
superpuestas (fig. 19). decirse que los garabatos en cuadro representan un tímido ensayo de
introducirse en la zona de expansión, seguido inmediatamente por un retorno
Observación 3. He aquí un ejemplo muy característico en el caso de una
del trazado a la zona inferior.
mujer de 30 años (fig. 24) que, aunque casada, ha escrito su nombre de soltera.
No ha tenido éxito en su matrimonio y quiere divorciarse. Es completamente Resurgimiento de lo reprimido. Debe saberse que la represión, aun cuando
frígida, lo cual es indicio frecuente de interdicción edipiana. Por lo demás, está se completa con formaciones reaccionales, no es siempre suficiente para
muy apegada a su madre, pero con una relación negativa; su agresividad de impedir el resurgimiento de los impulsos prohibidos. En el niño pequeño, en
niña se expresó en las formaciones reaccionales de la anorexia mental, reacción particular, la censura paterna no se introyecta siempre perfectamente y las
anoréxica que ha repetido recientemente en respuesta a su conflicto formaciones reaccionales tienen entonces un carácter artificial de “barnizado” o
matrimonial y que la ha llevado a un estado de astenia y adelgazamiento “esmaltado”; es decir que, en ciertas condiciones favorables a la liberación, las
extremos. mismas van a ceder. Si se hace repetir los garabatos en momentos diferentes,
se puede asistir a ese resurgimiento, ya que los garabatos de formación
reaccional son sucedidos por garabatos de liberación.
48 49
Figura 24. Garabatos de fijación materna y de formación reaccional.
(Observación 3).
50 51
VI. LA RELACIÓN A DISTANCIA Y LOS GARABATOS DE líneas horizontales superpuestas, que no se tocan, como líneas de escritura (fig.
AISLAMIENTO 20).
Generalizando, puede decirse que cada vez que un contacto podría ser
peligroso, porque despierta pulsiones que el Yo ha condenado, la defensa por
represión lleva a una ruptura total de contacto, debido al primitivo mecanismo Figura 26. Garabatos de aislamiento (en líneas de escritura).
del “todo o nada”.
2°) Mientras que, en los garabatos de sublimación, el trazado es continuo,
Ese mecanismo de ruptura de contacto es sobre todo importante en la expresando una relación mantenida constantemente entre las pulsiones
neurosis obsesiva, particularmente bajo su forma de neurosis de duda y de instintivas y el medio ambiente, en los garabatos de aislamiento hay frecuentes
escrúpulo. En ese caso toma a menudo una forma especial que se llama soluciones de continuidad, alzándose cada vez el lápiz para continuar su trazo
aislamiento: la represión no se ejerce aquí sobre los contenidos intelectuales, un poco más lejos o en otra zona de la hoja (fig. 27).
de modo que el sujeto conserva una excelente memoria de todo cuanto le
ocurre; se ejerce únicamente sobre los contenidos afectivos que, como Los garabatos de aislamiento y el nombre. Una variedad particular son los
consecuencia, quedan aislados. El resultado es una forma de pensar fría, garabatos separados del nombre por una zona blanca importante, ya sea
desprovista de afectos, la cual es, en algunos aspectos, favorable al porque el trazado se detiene por sí mismo a cierta distancia, ya porque el sujeto
pensamiento racional y científico, pero a costa de una verdadera supresión de ha rodeado deliberadamente su nombre de un recuadro protector de forma
toda la vida afectiva. variable, rectángulo, ovoide, festón de arcos (fig. 28 y 29).
Este aislamiento se objetiva muy bien en los garabatos de aislamiento, que La primera idea que viene a la mente es que el trazado del recuadro está
presentan dos rasgos esenciales: destinado a hacer resaltar el nombre. Pero ése es un concepto estático, que no
rinde cuenta exacta del carácter dinámico de los garabatos. No olvidemos que
1°) El trazado se desarrolla sin que las líneas se corten unas a otras o, por lo los garabatos no son un dibujo, que la página en que se garabatea no debe
menos, los puntos de unión son mucho más raros que en los garabatos de considerarse como una lámina decorativa, sino como el lugar de un conflicto.
sublimación. Por ejemplo, es frecuente que tales garabatos se presenten en
52 53
Figura 27. Garabatos de aislamiento. Figura 28. Garabatos con aislamiento del nombre.
Generalizando más, puede decirse que, dado que los garabatos representan
la fuerza instintiva que, si se deja libre, ahogará bajo sus pulsiones agresivas y
eróticas al Yo (y a la instancia paterna que ese Yo representa), de ese Yo emana
entonces una fuerza contraria que mantiene las pulsiones a distancia. La zona
blanca en torno al nombre es el campo de esa contra-fuerza; revelándonos que
el Yo del sujeto rechaza las pulsiones instintivas y que la excesiva proximidad de
las mismas le provocaría angustia, por lo tanto, mientras pueda dominarlas y
mantenerlas a distancia, se siente seguro. Figura 29. Garabatos con aislamiento del nombre.
54 55
Prosiguiendo con nuestra comparación, podemos decir que la distancia a la
cual se mantienen los atacantes depende de la intensidad del tiro de
contención de la defensa. Del mismo modo, cuanto más alejado del nombre
estén los garabatos que forman recuadro, más fuerte habrá que considerar que
es la defensa del Yo y que más vigorosa ha sido, por consiguiente la lucha que
ha tenido que librar contra las pulsiones.
Sin embargo, en la medida en que los garabatos de un adulto indican APLICACIONES CLÍNICAS
formaciones reaccionales muy pronunciadas, se puede diagnosticar una DEL TEST DE LOS GARABATOS
neurosis. Y más aún cuando hay aislamiento, por cuanto es un mecanismo
francamente patológico.
56
1
EL DIAGNÓSTICO DE LA PERSONALIDAD
59
En efecto, al escribir su nombre, el sujeto comienza por dar ubicación, en el Por el contrario, en los inactivos y en los sentimentales, la voluntad de
espacio vital de la página a su Yo civilizado, al Yo disciplinado por las acción es débil.
imposiciones educativas, a ese Yo que representa, por consiguiente los ideales y
las prohibiciones paternas. Como ya dijimos, el nombre es la intimidad, la
relación con la madre; el apellido es la relación con el padre, con la sociedad.
I. LA PERSONALIDAD AFECTIVA
60 61
He aquí el ejemplo de una joven que, después de algunas sesiones de Por el contrario, los temperamentos femeninos tienen más dulzura y
psicoterapia, mejoró notablemente (figuras 31 y 32). flexibilidad, lo cual se traduce en un trazado en que predominan las curvas.
Figura 31 Figura 32
3. Virilidad Femineidad. La diferencia de las pulsiones vitales en los dos Se deduce de esto que el carácter viril de algunas mujeres puede revelarse
sexos se expresa en los garabatos. en los garabatos (fig. 33), así como también el carácter femenino de algunos
hombres (fig. 34).
Los temperamentos viriles tienen mayor fuerza agresiva que los otros y esa
fuerza se expresa en un trazado vigoroso en el que predominan las rectas y los
ángulos.
62 63
Figura 33. Garabatos de tipo masculino pertenecientes a una niña. Figura 33. Garabatos de tipo femenino pertenecientes a un varón.
Señalemos aquí la frecuencia de los garabatos mixtos, en que se asocian El predominio del Ello, es decir de las pulsiones instintivas salvajes, se
rectas y curvas. Es bastante corriente, por ejemplo, ver varones de fuertes expresa en garabatos vigorosos, más o menos amplios y que cubren toda la
elementos femeninos trazar garabatos redondeados, atravesados de cuando en página sin dejar zonas en blanco.
cuando por flechas agresivas. En un trazado semejante se puede presentir el
conflicto interno de un sujeto paralizado por restricciones en su expansión vital Por el contrario, el predominio del Superyó se expresa en un trazado muy
y que descarga impulsivamente agresividad en repentinas explosiones (fig. 35). inhibido, que no cubre sino una pequeña parte de la página y simula, con sus
líneas pálidas y regulares, una página de escritura.
El mismo conflicto es observable también en las niñas.
El predominio del Yo es, en cambio, el testimonio de una personalidad
4. El equilibrio de las tres instancias. Según el esquema freudiano la equilibrada, porque si el Yo es fuerte, es porque ha sabido atemperar y conciliar
personalidad se compone de tres instancias a menudo en conflicto: el Ello, las exigencias del Ello y del Superyó, es decir, en el vocabulario psicoanalítico,
campo de las pulsiones instintivas inconscientes; el Yo, campo de lo consciente realizar una sublimación suficiente, condición de una adaptación amplia y
y de la adaptación al medio; el Superyó, campo de los ideales y de las flexible. Los garabatos correspondientes comportan un trazado matizado, abier-
prohibiciones paternas. to, que se aleja a la vez del trazado impulsivo y del trazado inhibido.
El valor de una personalidad depende del equilibrio que se establece entre Claro está que, en la apreciación de ese equilibrio, habrá que tener en
esas tres instancias con fines de adaptación. Ahora bien, ese equilibrio, cuenta la edad del sujeto. En la primera infancia, predomina el Ello y sólo a
podemos conocerlo a través de los garabatos. partir de la edad de 6 ó 7 años (la edad de la razón) el desarrollo del Superyó
compensa el impulso de las pulsiones.
Cuando hay un señalado predominio del Ello o del Superyó, la personalidad
está desequilibrada.
64 65
La misma reserva debe hacerse en lo concerniente a la opinión de los
autores que han querido asimilar los garabatos al test de Rorschach. Este
último, como es sabido, permite hacer deducciones muy avanzadas sobre el
modo de aprehensión intelectual de cada sujeto, pero es, se entiende, porque
la aptitud de aprehensión de lo real está funcionando constantemente en la
interpretación de las “'manchas de tinta”. En cambio, esa aptitud no
desempeña ningún papel en el test de los garabatos, que es, esencialmente, un
test de actividad espontánea.
66 67
primarios y se ha podido comprobar que algunos de los mejores alumnos
hacían garabatos reaccionales. En teoría, puede comprenderse que suceda de la
siguiente manera; las cualidades de conciencia en el trabajo, de puntualidad, de
obediencia a la regla favorecen, evidentemente, el buen trabajo escolar. Pero
de ello no se puede deducir nada respecto a las posibilidades de producción
intelectual ulterior. En cambio, puede presumirse que los garabatos de
sublimación indican siempre un cierto equilibrio de la personalidad, favorable al 2
ejercicio de las facultades intelectuales.
LOS CONFLICTOS DEL ALMA INFANTIL
2. En segundo lugar, conviene distinguir aquí aptitud intelectual y eficiencia
INTERPRETADOS A TRAVÉS DE LOS GARABATOS
intelectual. Hemos visto que los garabatos revelan las inhibiciones y los
conflictos neuróticos. Ahora bien, esos trastornos de la esfera instintivo-afectiva Los trastornos psicopatológicos de adaptación son muy frecuentes en el
tienen casi siempre una repercusión sobre el área intelectual, impidiendo al niño, y tienen casi siempre su origen en una situación conflictiva.
sujeto desplegar toda su eficiencia.
En los casos más simples, se trata de conflictos externos, entre el sujeto y su
Estas nociones de inhibición y conflicto arrojan luz sobre un vastísimo medio familiar o social.
campo de la psicología escolar, el campo de lo que se llama la pseudo-debilidad
mental y, dada su importancia, nos proponemos consagrarle un estudio Pero, debido a la evolución misma de la personalidad, los conflictos no
particular (cap. 5). tardan en hacerse internos, oponiendo entonces las pulsiones instintivas a la
defensa del Yo.
68 69
Pero esta exigencia, siempre difícil de satisfacer en los tests de personalidad sino, como ya hemos dicho, el dinamismo conflictivo subyacente al trastorno
ya conocidos, lo es aún más en el caso de los garabatos, por el hecho de que comprobado y que puede, en mayor o menor medida, aclarar el origen del
este test interroga un campo de pulsiones salvajes y de conflictos primitivos, de mismo.
los cuales todos nosotros, tanto normales como inadaptados, hemos
conservado algo en lo más hondo de nosotros mismos. De modo que, en 1. LOS CONFLICTOS CON EL MEDIO
presencia de un trazado determinado, se podrá concluir que la situación
Los conflictos del niño con su medio educativo no tienen necesariamente un
conflictiva expresada por el mismo ha existido en el pasado y deja aún sus
carácter patológico. En efecto, hay que tomar en cuenta aquí el grado de
huellas actualmente, pero sin poder decir con certeza si esa situación tiene o no
tolerancia de los padres a las reacciones pulsionales del niño. A menudo traen a
una influencia patógena, es decir si detiene al individuo en su adaptación o si,
nuestro consultorio a niños calificados como temperamentales, a los que se
por el contrario, ha podido ser objeto de una solución satisfactoria.
declara insoportables y que, en un examen objetivo (y, si es necesario, un
Se obtendrán, empero, algunos indicios preciosos refiriéndose a los trazados período de observación fuera de su ámbito familiar), se revelan simplemente
más habituales a tal o cual edad. Como ya hemos dicho, las pulsiones instintivas como temperamentos vigorosos, desbordantes de vitalidad y que reaccionan
se disciplinan poco a poco con la maduración y se ve predominar con una fuerte expansión al maltrato infligido por padres de principios
progresivamente los trazados de sublimación y de formación reaccional. En educativos demasiado rígidos. La prueba de esto es el hecho de que esos niños
consecuencia, cuando nos hallamos ante garabatos muy diferentes de los que son más tarde sujetos bien equilibrados. En el caso de los niños dotados de una
se podrían esperar, dada la edad del sujeto, se puede casi siempre diagnosticar fuerte expansión vital, los garabatos, como hemos visto, cubren toda la página
que existe un estado patológico. Más adelante veremos algunos ejemplos. de trazos hechos con mucha energía (fig. 6).
Convergencia de indicios. De las observaciones precedentes resulta que el Se sobreentiende, por supuesto, que tales garabatos tienen una significación
intérprete de los garabatos, una vez que, mediante el análisis de un trazado, psicopatológica diferente según la edad en que se observan. En un niño de
haya adquirido una idea del dinamismo conflictivo de la personalidad estudiada, menos de 6 ó 7 años, los mismos corresponden a descargas impulsivas que
no estará, empero, en condiciones de formular un diagnóstico patológico pueden considerarse normales.
completo.
Por el contrario, en un niño más grande o en un adolescente, esos garabatos
Le será menester; por una parte, reforzar las hipótesis que los garabatos le son patológicos. Los mismos indican, en efecto, que las pulsiones instintivas no
sugieren buscando las coincidencias de los indicios que otros tests de se han socializado a su debido tiempo, que el Yo ha quedado débil, incapaz de
personalidad puedan suministrarle; por otra parte, deberá corroborar las dominar las mencionadas pulsiones y que, por consiguiente, la conducta del
indicaciones de los garabatos mediante el examen clínico, es decir que, de sujeto conserva los mismos caracteres de impulsividad y de salvajismo
existir un trastorno patológico, tendrá que examinar en qué medida los observables en el niño pequeño en el estadio sádico-anal.
elementos suministrados por los garabatos nos permiten comprenderlo mejor
Entonces, las inevitables frustraciones de la vida en común, en lugar de ser
en sus motivaciones conflictivas profundas.
aceptadas, integradas, son rechazadas y provocan reacciones de agresividad
Teniendo en cuenta esas observaciones, vamos a estudiar, en este capítulo incontroladas: negativas a obedecer, actos de oposición, crisis de cólera, fugas,
dedicado al niño, cierto número de situaciones patológicas en las que el test de robos, actividades lábiles.
los garabatos significa un aporte precioso para el clínico. No pretendemos hacer
a) La cólera y los actos de violencia
aquí el análisis exhaustivo de todos los casos morbosos, pues quedan todavía
muchas lagunas, muchas incógnitas en nuestra documentación sobre los Hemos visto que, cuando el medio educativo o las circunstancias contrarían
garabatos. Pero ubicaremos, con la mayor precisión posible, algunos casos demasiado la expansión natural del niño, a menudo resulta de ello una
típicos, haciendo ver que lo que nos revelan los garabatos no es la enfermedad
70 71
exaltación de la agresividad, que se vuelve con preferencia contra aquellos de Todos sus garabatos tienen los mismos caracteres (véase la fig. 36). Cubren
quienes emana la frustración, ya sean los padres o los hermanos. ampliamente la hoja de rasgos gruesos, agresivos y, sobre cada uno de ellos, se
nota que los trazos en forma de flechas tienen mayor densidad en el lugar del
nombre, haciéndolo así desaparecer. Por consiguiente, buena expansión vital
con exteriorización fácil de las pulsiones, pero conflicto agudo con la instancia
paterna.
72 73
Es así como, en el test PN. el héroe es hijo único, tendencia que se a la psicóloga y asume el de la mamá protectora del bebé; finaliza en que el
confirmará en la imagen Camada, donde Viviana hará morir a los tres lobo es castigado por los cazadores.
lechoncitos recién nacidos.
Observamos ahí el proceso muy frecuente de la agresividad vuelta contra sí
mismo como culpabilidad, y estamos en mejores condiciones para comprender
la doble significación del cercamiento del nombre en el garabato, explicada en
el capítulo 3.
74 75
Por otra parte, en varias oportunidades ha robado golosinas, lo cual está de aseo, ya porque se emprenda demasiado temprano, o en un momento poco
acuerdo con su frustración oral. favorable, o también con demasiada severidad.
76 77
de rebelión instintiva constituida en ocasión de una traumatizante educación Con todo, la tendencia depresiva no es menos fuerte. En la fábula del
para el aseo. pájaro, el pajarito, abandonado, va a ser comido por un lobo. En el test de la
aldea, el niño se va de su casa porque su madre le pega y él también va a ser
Observación 8. Rechazo de la escuela. Pablo, de 8 años de edad, no quiere comido por el lobo. En el C.A.T., figura varias veces una mama-ogro que, por
hacer más nada en clase. ejemplo, en la imagen 1 cocina a sus hijos-pollitos para tener comida.
Pablo reproduce con frecuencia, también, un tipo de garabatos con el Figura 40. Garabatos sádico-anales (Observación 8).
mismo carácter sádico-anal, pero esfumados, expresando por consiguiente una
tendencia agresivo-depresiva (fig. 40). La madre es siempre frustrante y agresiva. El padre, en cambio, aparece
siempre pronto a brindar ayuda.
Volvemos a hallar esos dos aspectos opuestos en los otros tests de
personalidad. Esa tendencia depresiva se halla también en los psicodramas, en el sentido
de que el agresor muere siempre después de sus víctimas, respondiendo a una
Pablo es muy agresivo, sobre todo con respecto a las “señoras”, a las especie de Talión inmediato.
“mamas”. Por ejemplo, da un tema dramático completamente original a la
fábula del cordero de Louisa Duss: “El cordero grande no va a querer ceder el Uno de esos psicodramas, en particular, arroja luz sobre el conflicto
lugar y comer hierba. Va a matar a la madre. Luego el papá sacará la leche del profundo de Pablo, mostrándonos el origen de su agresividad en las
cadáver de la madre y se la dará a las corderos, que se van a entender muy frustraciones de la primera infancia. Un papá-lobo, representado por el mismo
bien”. Pablo, se come a todos y luego es ultimado. Después, Pablo dibuja el lobo, con
el siguiente comentario: “Se come a todos porque no los quiere. No los puede
En sus psicodramas. Pablo propone constantemente temas de riña y ver. Quiere estar completamente solo. Es malo. Cuando era pequeño, era feliz. Si
manifiesta en ellos una obsesionante agresividad sádico-oral bajo el aspecto de alguien lo quisiera mucho, pero mucho, entonces, tal vez tornaría a ser bueno”.
una fiera que ataca sobre todo a su hermana (de la cual es, en efecto, el rival) y
a su madre. Observación 9. He aquí el caso de Bernardo, un niño de 7 años, que se
muestra insoportable, tanto en la escuela como en la casa, y hace
78 79
sistemáticamente lo contrario de lo que le indican. Es enurético todas las (Bernardo, por su parte, es glotón) y ha desarrollado en forma precoz manías de
noches y, durante el día, efectúa de cuando en cuando sus evacuaciones en los orden y rituales.
pantalones.
He aquí los garabatos comunes de Bernardo (fig. 41), que expresan a la vez
su vitalidad expansiva y su intensa agresividad.
80 81
La situación familiar nos lo aclara todo en forma inmediata. Ana perdió a su 1°) el vigor agresivo de los trazos;
madre cuando tenía 6 meses y fue criada hasta los 2 años por su abuela
materna. Cuando su padre se volvió a casar, la madrastra decidió traer 2°) su tendencia impulsiva a sobrepasar los límites de la hoja;
nuevamente al hogar a Ana pero no supo ganar su cariño. Señalemos el hecho
3°) la concentración particular de los trazos sobre el nombre.
de que, a la edad de 2 años, Ana era ya una niña limpia, pero no articulaba aun
pequeñas frases; por lo tanto, no había alcanzado todavía un nivel de El test PN nos aporta un complemento precioso. Ana desarrolla en él un
socialización suficiente para adaptarse. Tratada con rigor, ha retrocedido y, tema constante de padre-nodriza; no es la madre, sino el padre el que alimenta
como padre y madrastra se muestran igualmente intolerantes, la pequeña Ana a los pequeños en Mamada 1, Mamada 2 y Camada.1 Pero esa imagen paterna
se ha quedado detenida en el estadio sádico-anal. es vaga, como ocurre a menudo en el caso de niños muy regresivos; por una
parte, se confunde con la imagen materna, como si las dos fueran
intercambiables; por otra parte, la imagen aparece ora como nodriza
complaciente, ora como censora. El mismo equívoco aparece en las
identificaciones, puesto que Ana será cinco veces el padre y tres la madre. Al
final, se dará una identificación global con el padre “que reprende”, por lo tanto
con el Superyó paterno. En realidad, este tema del padre-nodriza y sus insólitas
identificaciones son signo de una fijación en el estadio oral y de una
introyección precoz no estructurante en la instancia paterna.
Queda sin embargo el hecho de que las frustraciones sufridas por Ana se
objetivan en los temas de la imagen que más le agrada y la imagen que menos
le agrada. La que más le gusta es Cabra, lo cual señala la importancia que ha
tenido en la vida de Ana la búsqueda de una madre sustituida. La que menos le
gusta es Camada, con escotomización de los pequeños que maman, lo cual
indica la fuerte carga agresiva de Ana contra los hijos de su madrastra y, por
reflejo, contra la madrastra misma.
82 83
Esta interiorización de los conflictos falta solamente en los impulsivos, en los arriba, pero un atento examen clínico o bien los tests de proyección nos
que el control del Yo es completamente deficiente y en los perversos que, en muestran la culpabilidad y la depresión subyacentes. Ora es el estado depresivo
realidad, son muy raros. el que ocupa el primer plano, con sus enojosas consecuencias de duda de sí
mismo y de fracaso, pero detrás de él se descubre la agresividad censurada; en
Ya lo hemos visto. Al describir, en párrafos anteriores, observaciones de este último caso, no hay signos visibles de agresividad, sino signos de
niños en conflicto externo, nos hemos visto obligados a señalar, en casi todos depresión; humor triste, apatía, lentitud, sentimientos de vergüenza, de
los casos, que la agresividad comporta una reacción de culpabilidad, primer culpabilidad y de inferioridad (Observ. 13).
paso hacia el vuelco contra sí mismo, del que pronto veremos la importancia en
las neurosis. En nuestra obra sobre El test del dibujo de la familia,1 hemos mostrado, por
ejemplo, con cuánta frecuencia la rivalidad fraterna puede, en lugar de
Los conflictos internos, que perturban más o menos el equilibrio de la manifestarse, como es normal, en reacciones agresivas, determinar, por un
personalidad y su adaptación, son, en un principio, neurosis. retorno contra sí mismo, un estado depresivo; esta forma de reacción se
observa sobre todo en los temperamentos femeninos.
Cuando las pulsiones instintivas censuradas y prohibidas, primero por los
padres, luego por el Yo, representante del Superyó, quieren manifestarse a Conviene explicar aquí de qué modo ese retorno contra sí mismo puede ser
pesar de la prohibición, despiertan en el alma del niño un miedo, una angustia. considerado como un mecanismo de defensa del Yo. Es que, en caso de fuerte
Primero, es la angustia del castigo que pueden infligirle los padres, luego es la agresividad, el sujeto está expuesto a las censuras paternas, que pueden
angustia de la culpabilidad interior, cuando el Superyó ya está constituido. castigar su maldad con la exclusión y el retiro de su amor. Ahora bien, a una
edad aun temprana, en que la estima de sí mismo y la misma posibilidad de vivir
Para escapar a la angustia deprimente, el niño pone en marcha lo que se
reposan enteramente en el amor y la protección de los padres, la pérdida de
llama los mecanismos de defensa del Yo, de los cuales vamos a estudiar
ese amor equivale al aniquilamiento total, a la muerte.
seguidamente las diferentes modalidades.
La depresión neurótica (que es siempre una depresión menor) aparece
a) El retomo contra sí mismo
entonces como el medio que permite al sujeto conservar la estima y el amor de
Ya hemos visto que, cuando las pulsiones agresivas chocan con censuras los padres, a costa de un aniquilamiento parcial de sí mismo, que se humilla, se
intensas y se ven reprimidas, el conflicto, hasta entonces externo, es decir que castiga, para atraerse el perdón. Más adelante daremos ejemplos de esto.
opone el sujeto a lo que lo rodea, se interioriza y la agresividad se vuelve
Como se ha visto, los garabatos nos permiten, en este caso, hacer revivir el
entonces contra el sujeto mismo, en forma de depresión.
conflicto profundo, mostrándonos en qué medida es asumida la agresividad y
En muchos casos, existe una amalgama de agresividad y depresión, que se cómo entran en acción las defensas contra-agresivas.
traduce, ya en un estado de humor depresivo o gruñón, ya en reacciones
Si, como se ha visto, la dominante agresiva se expresa en un trazado
violentas seguidas de inmediato por abatimiento y lágrimas. Hemos visto
vigoroso hasta la violencia, en cambio, la dominante depresiva puede
también, en el curso de algunas psicoterapias, que el sujeto es inmediatamente
expresarse en diversas formas, que van del trazado esfumado al trazado de
castigado por sus acciones agresivas según la ley del Talión.
formación reaccional.
Puede también observarse una gama de situaciones variadas que van de la
Por otra parte, hay que considerar también la extensión de los garabatos.
dominante agresiva a la dominante depresiva, pasando por todas las
Cuando las pulsiones se extravierten, toda la página está cubierta por los
situaciones intermedias.
garabatos. En cambio, cuando hay introversión por represión, los garabatos
Clínicamente, ora la agresividad está en el primer plano, y nos consultan están limitados a una parte de la página.
acerca de sus manifestaciones, como en los casos 8, 9 y 10, estudiados más 1 Versión castellana, Editorial Kapelusz, Buenas Aires.
84 85
b) Represión e inhibición Se debe, pues, admitir que, en virtud del mecanismo inhibidor, zonas muy
vastas de la actividad del sujeto se ven en cierto modo prohibidas, si bien no
Hemos visto que las pulsiones, cuando no pueden sublimarse, son muy a estaban comprendidas en la represión inicial; y el ejercicio de esas actividades
menudo objeto de una represión, sea porque las censuras han sido suscita angustia, del mismo modo que la satisfacción de la pulsión prohibida. Se
particularmente fuertes, hasta el punto de inhibir toda espontaneidad afectiva, comprende así que, si la inhibición es un mecanismo defensivo contra la
sea porque —lo cual es lo mismo— el niño está dotado por su estructura nativa angustia provocada por las pulsiones, es, en todo caso, una defensa excesiva,
de una expansión vital insuficiente, que cede a la menor compulsión. que empequeñece la personalidad y destruye sus posibilidades creadoras. Es,
pues, patológica y requiere la indicación de un tratamiento psicoterapéutico.
Cuando la represión es muy enérgica —lo cual se observa en los casos
patológicos— ocurre que, en virtud de la ley del “todo o nada” que rige los Cuando esa inhibición es muy evidente, suele ocurrir que los padres
primeros estadios de la infancia, la expansión vital puede restringirse en perciben el carácter patológico de la misma y nos consultan, señalando la poca
cualquier dirección. Esto equivale a decir que cualquier actividad puede vitalidad del niño, su humor triste y silencioso, su falta de interés por todo, su
convertirse en símbolo de la tendencia reprimida y que, en tal caso, la timidez y su miedo a la gente.
interdicción que pesa sobre esa tendencia puede extenderse como una mancha
de aceite a todas las otras tendencias. Pero, en muchos casos, cuando no es tan fuerte, nadie se alarma, por el
hecho de que los niños inhibidos son niños juiciosos que no provocan
Por ejemplo, en el estadio sádico-oral, el impulso a morder, si se contraría comentarios. Lo inquietante en ese caso son las consecuencias escolares, la
con violencia, desaparece, pero pueden desaparecer al mismo tiempo las otras falta de entusiasmo y de interés, la lentitud, la tendencia a soñar despierto que
funciones orales; la palabra (mutismo, tartamudez) y la función de comer hacen del niño un mal alumno, a pesar de su inteligencia.
(anorexia).
Finalmente, en una tercera situación, se nos consulta a causa de
La represión de un impulso erótico que se manifiesta en forma de perturbaciones temperamentales. Suele ocurrir, en efecto, que la represión
masturbación (tocarse) puede engendrar una negativa general a tocar cualquier cede momentáneamente y que toda la tensión nerviosa acumulada se libera de
objeto. repente en una explosión de violencia. Los que rodean al niño ponen entonces
el acento sobre ese rapto, cuyo carácter liberador no advierten, mientras que
Otro ejemplo es el de la represión de las primeras aspiraciones sexuales
no dicen nada de la excesiva calma habitual del sujeto que, erróneamente,
incestuosas del niño. Esa represión puede extenderse a la vida sexual ulterior y,
consideran como normal.
en la adolescencia, aunque la sexualidad haya cambiado de objeto y se dirija
ahora a objetos permitidos, sigue estando bajo el peso de la interdicción inicial, La represión y la inhibición se expresan en los garabatos, como ya sabemos,
lo cual se traduce en una gran timidez y en impotencia. mediante una reducción de la amplitud del trazado, reducción que está en
relación directa con la intensidad de la defensa. Si bien no sorprende verificar
De igual modo también, cuando una fuerte tendencia al vagabundeo
esa limitación de los garabatos en niños de actitud inhibida, en cambio, no se
sentimental es condenada por el Yo, el resultado puede ser una fobia particular
espera hallarla en sujetos que nos son traídos por sus familiares a causa de sus
a salir donde quiera que sea, o bien una parálisis histérica de las piernas, que
reacciones violentas, como por ejemplo en el caso del niño de la fig. 14. de 8
conduce al mismo resultado.
años de edad, cuyo comportamiento contrariante y colérico respondía a un
Asimismo, la represión de una pulsión agresiva dirigida contra un objeto conflicto agudo con una autoridad paterna muy intolerante (observ. 17).
particular, contra un hermanito, por ejemplo, puede determinar
Recordemos como un caso de interés particular los garabatos localizados
posteriormente una represión general de la agresividad, que va hasta el
debajo del nombre, lo cual, como se ha visto, es el signo de una represión
aniquilamiento de todo dinamismo actuante, de todo espíritu de competencia.
edípica, con regresión hacia un estadio oral de fijación en el progenitor-nodriza.
86 87
c) Las formaciones reaccionales del Yo A decir verdad, existe ya un comienzo de aislamiento en los dos mecanismos
de defensa precedentes.
Recordemos aquí el punto esencial del capítulo 3; que, mediante las
formaciones reaccionales, el Yo desarrolla en la conciencia las tendencias La represión aleja las pulsiones de la conciencia y les impide realizarse, lo
exactamente opuestas a las tendencias reprimidas y sustituye así el carácter del cual se traduce en los garabatos en forma de vastas zonas blancas que separan
niño por otro sumamente diferente, hecho de reserva, de docilidad y de estricta el trazado del resto del espacio vital representado por la hoja.
obediencia a las reglas. Como hemos visto, el hecho de que, en los garabatos,
no se exprese más la espontaneidad primitiva sino las formaciones reaccionales, Las formaciones reaccionales completan ese aislamiento, lo cual se traduce
es un triunfo de la defensa del Yo. en los garabatos en un trazado lineal, en que los puntos de intersección están
reducidos al mínimo.
Volvamos a recordar la distinción, que hicimos e ilustramos, entre las
formaciones reaccionales compatibles con una adaptación bastante amplia y las Agreguemos —y esto es muy importante— que si una prohibición impide a
formaciones reaccionales rígidas, que son las únicas patológicas. las pulsiones satisfacerse en el espacio vital exterior, una prohibición análoga
les impide entrar en contacto con el Yo civilizado, representado por el nombre.
Las primeras, digámoslo nuevamente, producen garabatos ampliamente En muchos garabatos, esto se traduce en el hecho de que el trazado no pasa
extendidos (fig. 21). Las segundas, en cambio, van acompañadas de represión y por encima del nombre y que, en un gran número de casos, hasta se mantiene
de inhibición, lo cual produce garabatos de trazo muy reducido. Podemos, por separado de él por una zona blanca.
lo tanto, apreciar la intensidad de una represión y de las formaciones
reaccionales que la completan, según el grado de reducción de los garabatos y Finalmente, el aislamiento puede expresarse asimismo mediante frecuentes
según su trazado reaccional. interrupciones en el trazado, signos tangibles de rupturas de contacto con el
medio.
Mencionemos como particularmente interesantes los garabatos de
formación reaccional observables muy a menudo en los anoréxicos y en los Todos estos mecanismos de defensa pueden unirse, como se ve en todos los
enuréticos nocturnos. Sabemos que la anorexia es una formación reaccional estados neuróticos en que la fobia al contacto está en primera fila en el cuadro
contra la avidez oral, luego de ciertas frustraciones en la relación con la madre. sintomático. Ya hemos visto un cierto número de ejemplos de ello en el capítulo
3, en las figuras 18, 19, 24, 26 y 27. Veremos otros más cuando tratemos de las
Pero, en el caso de la enuresis, se podría esperar garabatos de tipo sádico- neurosis (fig. 47, 49, 54, 55, 83 y 85).
anal. Ahora bien, los enuréticos constituyen una excepción pues trazan
garabatos reaccionales. Si se añade esta comprobación al hecho de que dichos e) La regresión
sujetos tienen a menudo un comportamiento dócil y manías de orden y
Cuando los mecanismos habituales de defensa del Yo son, por alguna razón,
limpieza, nos vemos obligados a sacar en conclusión que la enuresis nocturna
incapaces de hacer frente al conflicto creado por las pulsiones, cuando no se
representa una pulsión sádico-anal muy reprimida y combatida por potentes
puede hallar un compromiso válido entre las exigencias pulsionales y las
formaciones reaccionales, que son las únicas que se inscriben en los garabatos
exigencias de la realidad y cuando la carga de angustia es, en consecuencia,
(fig. 34).
demasiado grande para ser soportada, se produce, ya sea en forma aislada, o en
d) El aislamiento unión con los mecanismos precedentes, una regresión de la personalidad.
Como hemos visto, el aislamiento es un mecanismo de defensa que La regresión se opone a la progresión. Cuando esta última choca con un
completa a menudo la represión y las formaciones reaccionales, estableciendo obstáculo demasiado importante, se ve detenida. El obstáculo es aquí el
una separación entre el sujeto y el mundo exterior, cuyas incitaciones correrían conflicto actual que, no sólo no puede ser superado, sino que crea, además, en
el riesgo, por su excesiva proximidad, de provocar las pulsiones prohibidas. el presente, una angustia intolerable. De ahí la utilidad de la regresión, que
88 89
retrotrae el sujeto a una época anterior, en la cual el conflicto no existía. Debe Por consiguiente, aquí también la defensa contra la angustia conduce a una
entenderse aquí que la regresión es un estado muy diferente de la simple reducción del campo expansivo de la personalidad, haciendo revivir los
nostalgia del pasado. Esta última es el deseo de retornar a un pasado más feliz, primeros estadios, en que las relaciones objetales no estaban aún bien
pero conservando plena conciencia de que se está obligado a vivir en la realidad establecidas.
actual, con todos sus inconvenientes. En cambio, en la regresión no es solo el
pensamiento, sino todo el ser el que retorna al pasado, abandonando el En los garabatos, la regresión se expresa con un trazado primitivo, que no
presente. Pero la ventaja que el sujeto saca de ello (verse liberado de la corresponde a la edad del sujeto. Es decir que, a una edad en que se tendría
angustia de su conflicto interno) está infortunadamente compensada, por poco derecho a esperar garabatos marcados por una cierta sublimación o por
que dure, por el inconveniente de una seria alteración de la personalidad. formaciones reaccionales, se obtienen garabatos de tipo sádico-anal.
El mecanismo de defensa por regresión es, pues, también, un mecanismo Cuando la regresión se une a la represión, lo cual es frecuente, el trazado es,
del “todo o nada” y, como tal, patológico y generador de trastornos al mismo tiempo, de amplitud reducida, tal como se ha visto.
secundarios.
Hemos señalado también varias veces que, cuando esa reducción de la
Se nos consulta entonces tanto por los trastornos del carácter, como por amplitud mantiene el trazado en la zona subyacente al nombre, se puede
una deficiencia intelectual. deducir de ello una prohibición edípica.
En el primer caso, la familia señala los rasgos de carácter pueriles del niño, f) Los atrasos en la escuela debidos a causas afectivas
considerando su edad y aun, puesto que el ser participa en su totalidad de la
A la luz de las precedentes nociones sobre los mecanismos de defensa del
regresión, un retomo en el tiempo que hace revivir estadios funcionales
Yo en los conflictos internos, vamos a mostrar por medio de ejemplos cómo la
anteriores (niños que vuelven a perder el control de los esfínteres, a caminar o
interpretación de los garabatos permite comprender, en cada caso, la dinámica
a hablar como bebés).
particular de cada conflicto.
En el segundo caso, más frecuente aún, lo que alarma sobre todo es el
Pero antes, queremos decir dos palabras acerca de la repercusión casi
atraso en la escuela. El niño se torna pasivo, apático, no piensa más que en
constante de esos conflictos sobre el buen éxito del niño en la escuela. En
jugar y no muestra ningún interés por la escuela, a todo lo cual se añade, en los
efecto, en un gran número de casos, los padres insisten sobre las dificultades
casos serios, una regresión de la mente, que hace revivir formas primitivas y no
escolares del niño, destacando que los maestros se muestran tan sorprendidos
permite al niño comprender los problemas de su edad.
como ellos mismos del contraste entre el fracaso escolar y el buen nivel
Observemos que el conflicto ansiógeno más frecuente es el que se produce intelectual del sujeto. Primeramente, al leer la libreta de calificaciones, uno se
en el estadio edípico, cuando el niño se debate en la difícil situación que le crea siente inclinado a creer que se trata de un débil mental. Pero si se reflexiona, no
su atracción amorosa por el progenitor del otro sexo y su hostilidad con hay nada de eso; se trata de una pseudo-debilidad y esa pseudo-debilidad tiene
respecto al progenitor del mismo sexo. Los factores que obstaculizan la solución causas puramente afectivas.
del conflicto edípico son numerosos y muchos niños después de haberlo
La experiencia clínica nos ha enseñado la enorme importancia de la
abordado, son incapaces de resolverlo y por ende de vencerlo, es decir de
afectividad en el rendimiento escolar. Una verdad de sentido común es que no
sublimar su amor en ternura y su odio en competencia, identificándose con el
se puede aprender si no se tiene un interés afectivo: pasión por el estudio en
progenitor rival. No pudiendo mantenerse en esta situación demasiado
general o por un estudio determinado; ambición de alcanzar una meta; deseos
angustiante, regresan a un estadio pre-edípico, estadio anal u oral, según los
de agradar a los padres o al maestro; espíritu de competencia; estímulo de las
casos.
recompensas o de los castigos.
90 91
Pero, además de esas motivaciones conscientes, pueden entrar en juego 4°) la falta de atención de los distraídos-absortos, concentrados en algún
factores inconscientes y, en la mayoría de los casos, en un sentido negativo, pensamiento secreto y que, muy a menudo, parecen estar “en las nubes”;
disminuyendo la eficiencia. La noción de conflicto psíquico ocupa aquí el primer
plano. Por una parte, el dinamismo que se despliega en una tarea escolar es 5°) la lentitud en el trabajo, a causa de una excesiva meticulosidad debida al
tanto mayor cuanto más grande sea la cantidad de energía vital libre de que se perfeccionismo o a la poca confianza en sí mismo (Observ. 19 y 21);
disponga; ahora bien, sabemos que los conflictos entre las pulsiones y las
6°) la ansiedad que hace temer el fracaso y precipita en él al sujeto, en
defensas del Yo absorben una buena parte de la energía psíquica disponible, de
ocasión de pruebas y exámenes (Observ. 22).
allí la tan frecuente y penosa impresión de astenia, que es el mayor obstáculo a
la eficiencia. No hemos querido hacer de este estudio un capítulo aparte —en el cual
habríamos analizado los garabatos de la pseudo-debilidad mental— pues el
Por otra parte, los conflictos neuróticos impiden la maduración de las
atraso en la escuela por causa afectiva no es sino un elemento en los conjuntos
pulsiones y especialmente el proceso de sublimación, proceso particularmente
neuróticos estudiados aquí, y lo que los garabatos nos revelan es el dinamismo
favorable a las actividades del espíritu.
interno del conflicto neurótico, no la perturbación completamente secundaria
Así, pues, cada vez que la apreciación clínica o un test de nivel intelectual y, por otra parte, contingente, provocada en el trabajo escolar. Como se verá,
nos demuestren que un mal alumno posee una buena inteligencia, convendrá las observaciones con que vamos a ilustrar este capítulo comportan muy a
buscar en la esfera afectiva los trastornos que provocan su fracaso escolar. menudo la mención de la incidencia del conflicto sobre el éxito escolar.
Suele ocurrir que interrogado el psicólogo nos da una respuesta Agreguemos que, sin haber sido objeto de una elección especial, cierto
satisfactoria. Para no citar sino un ejemplo, en los numerosos casos en que la número de nuestras observaciones se refieren a disléxicos. A la luz de una
deficiencia sigue cronológicamente a algún acontecimiento afectivo investigación profunda, parece, en efecto, que la dislexia está a menudo ligada
traumatizante; partida de un maestro querido; pérdida de un pariente querido; a un estado neurótico.
nacimiento de un hermanito; iniciación sexual perturbadora.
g) Conflictos pasajeros y neurosis duraderas
Pero, en un gran número de casos, la investigación clínica no basta para
Otra cuestión muy importante se plantea cuando se estudian los conflictos
informarnos y tenemos que interrogar la personalidad profunda del niño
del alma infantil; la de saber si el conflicto y las defensas puestas en acción para
mediante tests de proyección.
resolverlo son de carácter pasajero y señalan solamente un momento en la
En la medida en que los garabatos son representativos de conflictos evolución del niño o si los mismos son susceptibles de constituir una neurosis
internos, las informaciones que suministran en estos casos son preciosas. de larga duración.
Mencionemos aquí, como signos particularmente frecuentes de esas Observemos primeramente a este respecto que la infancia es el alba de la
deficiencias escolares de origen afectivo: neurosis, lo cual quiere decir que la mayoría de las neurosis del adulto tienen su
origen en los conflictos del alma infantil, resueltos por mecanismos neuróticos.
1°) la inestabilidad, con imposibilidad de fijar la atención (los distraídos - A menudo, luego de un período de infancia perturbada por angustias,
desaplicados); depresiones menores, fobias, obsesiones, torna la calma, lo cual hace creer en
una cura. En efecto, en un número apreciable de casos, es una cura, habiéndose
2°) la inhibición con apatía, falta de interés por el estudio 1 (Observ. 20); resuelto el conflicto en un sentido que permite una adaptación bastante buena
y un reemprendimiento de la marcha hacia adelante. Pero en algunos, la calma
3°) la astenia con tendencia a fatigarse rápidamente y deficiencia de la
se ha obtenido sólo a costa de una importante represión, y la paz establecida es
memoria (Observ. 25);
una paz armada, con la amenaza de que se reinicien las hostilidades al primer
92 93
incidente. Bastará pues que, más tarde, en la adolescencia o en la edad adulta,
se presente cualquier dificultad de adaptación, un agotamiento o una
enfermedad que aminore la fuerza del Yo, para que el conflicto surja de nuevo,
con agudeza, reproduciendo el estado neurótico.
En el niño, eso es mucho más raro, por el hecho de que el Yo, aún débil y
desprovisto de potencia organizadora, no está en condiciones de instaurar un
3
mecanismo de defensa poderosos y siempre igual, y debe ensayar,
LOS ESTADOS NEURÓTICOS EN EL NIÑO
sucesivamente o al mismo tiempo, varios mecanismos de defensa diferentes.
Hemos visto más arriba que los estados neuróticos de la infancia no están
De esto se desprende que, en el niño, no se observan, en forma tan
tan netamente delimitados como los de la edad adulta y que, en un niño, no se
constante como en el adulto, tipos de neurosis muy caracterizadas: neurosis de
podría diagnosticar con la misma certeza una neurosis de angustia, una de
angustia, neurosis obsesiva, neurosis asténica, sino, en la mayoría de los casos,
carácter asténico o una de tipo obsesiva, para no citar sino las principales
síndromes polivalentes que presentan signos de varios de esos tipos.
formas de neurosis.
Dicho sea de paso, esa polivalencia, unida a una cierta fragilidad de las
Nos limitaremos aquí a dar una definición muy amplia de los estados
defensas puestas en acción, es sin duda lo que explica la posibilidad de pasar de
neuróticos, contando entre ellos los numerosísimos casos de nerviosismo
una neurosis a otra y las mejores posibilidades de cura.
dependientes de conflictos internos entre las pulsiones y las censuras del Yo.
Esta observación nos hará comprender mejor lo que dijimos más arriba
acerca de la imposibilidad de pedir al test de los garabatos —no más, por otra
parte, que a los otros tests de proyección— un diagnóstico de neurosis.
Lo que el test de los garabatos nos revela —ya lo hemos dicho— es el punto
de equilibrio de las tendencias y las defensas., informándonos con ello sobre la
dinámica conflictiva de los trastornos observados.
94 95
Situándonos en esta perspectiva dinámica vamos a pasar revista a los Parece que Jacqueline recibió mal el nacimiento del hermanito. En efecto,
diferentes estados neuróticos de la infancia. Puede pensarse que nos hemos hasta los 5 años, había gozado de los privilegios del hijo único y, por otra parte,
tomado grandes libertades con la clasificación corriente de las neurosis. Pero su temperamento retraído, de constitución enclenque y anoréxica, la disponía
eso nos ha parecido necesario para seguir la realidad clínica y rogamos tener en mal a compartirlos. El hecho es que, como se ha visto, su carácter se había
cuenta, de ahora en delante, que si, para claridad de la exposición, hemos dado alterado desde entonces, al mismo tiempo que se instalaba la neurosis de
un nombre a los estados neuróticos que vamos a descubrir a continuación, es angustia.
simplemente en mérito al síntoma dominante en el momento de la consulta, sin
que ese síntoma constituya, empero, lo esencial del cuadro clínico. Así, En un caso así, puede presumirse que la niña haya concebido sentimientos
clasificaremos bajo el título de neurosis de angustia los estados en que ésta agresivos con respecto al hermanito y a los padres, principalmente a la madre.
ocupa el primer plano; bajo el de neurosis asténica los estados en que domina Es sabido que tales sentimientos determinan a menudo una angustia de
la astenia, etcétera. culpabilidad y el temor al abandono, angustia que existe aquí (confesiones
frecuentes), así como el temor al abandono (actitud frente a la madre).
A tal efecto recordemos que la mención del síntoma dominante es a
menudo artificial y está determinada, sea por el sufrimiento del niño (por
ejemplo en caso de angustia), sea por el de los padres, los cuales pueden
mostrarse intolerantes con ciertos aspectos del comportamiento del niño que
no son forzosamente los aspectos más patológicos. Más adelante daremos
ejemplos de esto.
I. LA NEUROSIS DE ANGUSTIA
Los casos que agrupamos bajo este título son los de las neurosis en que la
angustia domina y es el principal motivo de la consulta. Pero, como se verá, la
neurosis es rara vez pura asociándosele a menudo síntomas secundarios
debidos a la intervención de las defensas del Yo.
96 97
Pero muy rápido, durante la psicoterapia, esas guirnaldas desaparecieron Esta niña es, como la precedente, una ansiosa muy emotiva, que tiene
para dejar el lugar a un trazado de descargas agresivas, transformación ésta miedo de todo. Es igualmente muy apegada a su madre y no quiere dejarla
operada en forma paralela a una mejoría de la ansiedad. El trazado reproducido nunca.
(fig. 44) corresponde a una fase de eran mejoría; el mismo indica pulsiones
agresivas desordenadas de tipo pre-genital pero., hecho particular de esta Pero además, a todo eso se añade un carácter escrupuloso, con manías de
muestra, con aislamiento del nombre, preservado por un recuadro del ataque orden y un cuidado excesivo en el mantenimiento de sus cuadernos escolares,
de las pulsiones. circunstancia que ocasiona una lentitud paralizante. Tiene mucha dificultad en
vincularse fuera de la casa, y casi nunca besa.
Estos garabatos nos muestran pues, por un lado, la intensidad un poco
salvaje de las pulsiones en esta niña; por otro, la constitución de un sector Se observan también los signos de una neurosis de escrúpulo en su test PN.
preservado por aislamiento, que tranquiliza por el momento al sujeto sobre las En efecto, el relato comienza con dos temas punitivos, seguidos de dos temas
propias intenciones con respecto a los suyos. agresivos. Ahora bien, eso se repetirá en las Preferencias-Identificaciones,
donde vemos que las dos imágenes sádico-anales agresivas y la imagen de la
batalla entre hermanos, son las tres que menos gustan y las no asumidas. Las
imágenes depresivas son asumidas mejor, de donde se puede concluir que esta
niña hace prevalecer la instancia punitiva sobre la instancia punible, en otras
palabras, que toma el partido de su Superyó, lo cual es bien característico de
una neurosis de escrúpulo.
Observación 12. He aquí unos garabatos muy diferentes de los anteriores, Observación 13. He aquí el caso de Maryvonne, una jovencita de 16 años, la
hechos por una niña de 11 años, Marie-Annick, hija única. Trazó en primer lugar mayor de tres hermanas, la cual, desde hace más o cuatro años, época en que
el recuadro alrededor del nombre, diciendo: “Para que los garabatos no pasen fuera internada como pupila, tiene angustias continuas.
sobre mi nombre”. Las volutas trazadas luego con regularidad tienen un
carácter neto de formación reaccional (fig. 45).
98 99
Hay que decir que, si bien sus progresos escolares son normales, nunca ha Sabemos —sin que sea posible explicarlo aquí detalladamente— que la
aceptado de buen grado su situación de pupila, por ser muy apegada a la madre disfagia ansiosa ha estado siempre vinculada a un conflicto edípico con
y que, durante los tres primeros años de la separación, no aumentó de peso. represión y regresión al estadio oral y que el temor a la deglución es aquí
Por la noche, tiene muchas pesadillas, cree ver fantasmas y no puede dormirse simbólicamente el temor a la penetración sexual. Ignoramos en virtud de qué
a oscuras. experiencias vitales de su infancia Maryvonne ha vivido su situación edípica con
ansiedad y culpabilidad, pero sabemos que su carácter es poco sociable, que
El hecho que motiva la consulta es una agravación reciente del estado de casi no hace amistades, que se entretiene sola, leyendo.
Maryvonne, que está constantemente ansiosa y triste y que, por añadidura, no
puede comer más porque tiene continuamente el temor de tragar mal y Aquí los garabatos, indican una buena expansión vital puesto que cubren
ahogarse (disfagia ansiosa). Al menor malestar, se cree gravemente enferma y toda la página, nos muestran un trazado lo menos agresivo posible y, por
tiene miedo de morir. añadidura, un notable aislamiento, pues el trazado presenta un mínimo de
intersecciones y el nombre no está cubierto (fig. 46).
A decir verdad, la disfagia comenzó hace varios años y, cosa curiosa, la niña
cuenta que, cuando quería hacer a sus padres preguntas relativas a la
sexualidad, no podía llegar a hablar, y la pregunta le quedaba en la garganta
“exactamente”, dice, “como los alimentos que no puedo tragar”.
Sabemos que las formaciones reaccionales contra la sexualidad, expresadas Figura 46. Garabatos de aislamiento (Observación 13).
en el test PN, corresponden a fuertes pulsiones edípicas reprimidas.
Observación 14. He aquí el caso de Christian, un niño de 6 años y medio, el
En una imagen del test de Symonds, que representa una joven con las cual desde hace varios meses, sufre constantemente de miedos nocturnos. La
manos juntas, vemos exteriorizarse esas pulsiones: “Está orando. Parece primera noche, como tenía una botella de agua caliente en su cama, creyó que
preocupada. Su mamá está enferma de cáncer. Ella sabe que su mamá se puede era alguien y gritó amedrantado. Estuvo un mes casi sin dormir, gritando y
morir. Se irá más confiada... La mamá se va a morir, ella va a quedar sola con el llamando a sus padres. Desde entonces, vive con miedo aun durante el día y no
padre”. se anima a ir solo de una pieza a otra. Se ha vuelto muy emotivo y llora o se
enoja por nimiedades.
100 101
Los primeros garabatos, hechos en el momento de la consulta (fig. 47), son El tono depresivo de esos temas se confirma al final con la declaración de
enteramente desusados en un niño de esa edad, pues revelan formaciones que, en esa historia, nadie es feliz.
reaccionales intensas con aislamiento.
Hay que observar que ese test se efectuó en un clima de malestar con
En este niño los tests de personalidad han revelado una fuerte inhibición ansiedad e inhibición. Las defensas son potentes y, en particular, el niño hace
ansiosa. Tiene miedo de comprometerse y se niega a asumir ninguna tendencia un uso constante de la relación a distancia: los protagonistas no se nombran;
agresiva. Es más, esas tendencias agresivas, las vuelve contra sí mismo. Es así los temas se fraccionan en detalles descriptivos aislados; Christian no se
como, en el test PN, después de haber dado a la mayoría de las imágenes temas identifica nunca con el héroe y, en la mayoría de los casos con nadie. Esto
pobres y banales de los que no se puede sacar ninguna conclusión, da de concuerda con el estilo aislado de sus garabatos.
repente a Noche, un tema rico y original: “Está oscuro. Hay luna, el lobo, los
cerdos. Formulamos la hipótesis de que la tendencia depresiva, ansiosa, de este
niño fuese el reverso de una agresividad muy fuerte y que el lobo agresivo que
lo amenazaba fuese muy probablemente una proyección de sus propias
tendencias agresivas.
Figura 47. Garabatos reaccionales de un sujeto ansioso (Observación 14). Por lo tanto, el lobo del test proyectivo era él, como habíamos pensado al
principio. Pero hacía falta el clima liberador de los psicodramas para
Hay dos que duermen; uno que mira por la ventana". ¿Cuál es? “El bebe” mostrárnoslo en su agresividad desencadenada, mientras que en la vida
(así llama a Pattenoire). ¿Qué ve? “Un lobo”. ¿Qué piensa? “Cree que lo va a corriente domina la interdicción.
comer”. ¿Por qué? “Porque no está en su casa”. Christian ha visto, pues, un lobo
en lugar de los cerdos padres. En las Preferencias-Identificaciones, se revelará la Podría preguntarse el porqué de semejantes defensas en un niño tan
importancia de ese tema pues, de 16 imágenes, 15 son rechazadas, con el pequeño. Es que los padres de Christian son educadores muy severos, que
comentario que hace Christian de que “no le gustan los chanchitos porque el censuran las menores fallas. Sobre todo, enviado a la escuela a los 3 años, el
lobo se los va a comer”. Ese tema se repetirá cinco veces y, al final, Christian niño, al principio, lloraba mucho y se oponía. Luego demostró ser un escolar
dirá que “el lobo lo va a comer porque tiene una pata negra por haber estado en exageradamente escrupuloso, llegando a copiar, todos los jueves, páginas
el barro”. enteras de libros.
102 103
Obsérvese la sorprendente transformación de sus garabatos durante la su salud. Por otra parte, como se ha visto, se muestra enteramente apegado a
psicoterapia (fig. 48). El aislamiento ha desaparecido y la página está cruzada su madre.
por flechas agresivas que respetan, sin embargo, el nombre.
104 105
Pero ese deseo de ser el privilegiado es igualmente censurado, como se ve
bien en las imágenes de mamada. De ordinario, y conforme al principio del
placer, Mamada 1 gusta y Mamada 2 no gusta. Ahora bien, para Ana, es a la
inversa: Mamada 1 no le gusta “porque, dice Ana, no hay más dos en la imagen,
porque no están el hermano y la hermana”. A la pregunta: “¿Por qué es mejor
cuando están juntos?” Ana responde: “Para distraer a mamá”. Y Pattenoire,
¿qué piensa de eso? “Bueno (con cierta irritación en el tono de voz) él está
contento. ¡El prefiere estar solo!” ¿Y la mamá? “Ella prefiere que estén los tres”.
106 107
Esas tres internaciones sucesivas han despertado en el corazón de la niña un Se debe concluir de ahí que la coacción ejercida sobre las pulsiones
vivo temor de verse expulsada de la casa por su maldad. agresivas, bajo la influencia del temor al abandono, ha conducido a una
represión (garabatos limitados) y a un retorno contra sí mismo (garabatos
esfumados). Pero esos dos mecanismos no han sido suficientes para contener
por entero las pulsiones y éstas se descargan en esos accesos de cólera que
motivaron la consulta. Esta comprobación nos ha llevado a tratar a esta niña
más como una deprimida que como una temperamental.
Este aspecto depresivo es el que ocupa el primer plano en los tests de Los otros tests de proyección nos muestran también esos dos aspectos
proyección. Así, en su test PN, Annick rechaza todas las imágenes agresivas, contrarios de la personalidad: la agresividad y el contragolpe depresivo.
critica la avidez oral de Pattenoire que no quiere dejar leche a sus hermanos y
Lo mismo ocurre con los psicodramas. Durante una primera serie, el tema
se niega, por otra parte, a desempeñar el papel. Juegos Sucios ofrece un tema
habitual es el de una mamá o un maestro de escuela que castiga a los niños y
de agresividad contra la madre pero la imagen, rechazada al comienzo, no gusta
los mata cuando éstos se resisten. Gabriel no asume el papel del niño, sino el
ni es asumida. En cambio, en Ganso, la imagen que menos le gusta, Annick
del más fuerte.
acepta ser el chanchito mordido. La niña asume pues aquí la culpabilidad y
debemos observar que los tres deseos solicitados al hada son deseos de Luego, en una segunda serie, hay un cambio total. El tema es siempre el de
perfeccionamiento moral, como ocurre en el caso de los escrupulosos. un niño en conflicto con alguien poderoso, pero aquí el niño es siempre el más
fuerte y mata al adulto. Gabriel hace entonces el papel del niño,
Asimismo, sus garabatos (fig. 51) son de represión, estrictamente limitados
desinhibiéndose y descargando una fuerte agresividad. Pero hay que hacer
al nombre y hasta encuadrados. Son garabatos esfumados, lo cual nos revela
notar que, después de esos juegos, tiene frecuentes retornos de ansiedad.
instintos no sublimados, opuestos a pulsiones agresivas salvajes y a una censura
sumamente primitiva que ha conseguido inhibir las pulsiones, volviéndolas
contra el sujeto.
108 109
Vemos, pues, liberarse aquí, mediante la acción psicodramática, la El test PN nos lo revela con claridad. En varias de las escenas de mamada, se
agresividad reprimida, pero bajo una forma salvaje de “matar o ser muerto” muestra al héroe bebiendo más que los otros, hasta el punto de tener una
que no ha podido llegar a una socialización del instinto, hecho que nos revelaba indigestión. Anita rehúsa identificarse con él. En Titubeo, la niña dice:
ya el trazado de los garabatos. “Pattenoire se volvía cada vez más difícil. No comía casi nada. Su madre se
enojaba. El se enfurruñaba. Su madre estaba de lo más afligida porque no
quería comer”. Anita se identifica, en esta imagen, con Pattenoire “porque es
como yo”. Vemos expresarse aquí sucesivamente la avidez y el rechazo. Pero la
avidez es subterránea y no asumida; la defensa del Yo impone, en cambio, la
actitud de rechazo con identificación.
Observación 19. He aquí el caso de Anita, una niña de 10 años, que nos
traen al consultorio por sus dificultades escolares y una persistente anorexia
mental.
Esa anorexia data de la edad de dos años. Entonces, Anita, que es la segunda Figura 53. Garabatos extendidos de formación reaccional (Observación 19).
de tres niñas, mordía a sus hermanas hasta hacerlas sangrar y llegaba a agredir
La tendencia de Anita a las formaciones reaccionales se manifiesta también
a la más pequeña en la cuna. Para castigarla, su madre la mordió fuertemente.
en el hecho de que, cuando se muestra ávida, se reprocha a sí misma. Suele
Y desde entonces, Anita no lo hizo nunca más. Pero su carácter se alteró; se
ocurrir que rechaza un bombón porque es Cuaresma y quiere hacer penitencia
tornó ansiosa, con un terror particularmente pánico hacia todos los animales
que muerden, aun los más pequeños; comenzó además a tartamudear y se Agreguemos que Anita ha vivido su conflicto edípico en la misma forma
tornó anoréxica. Este conjunto de trastornos de la función oral muestra hasta anoréxica de oposición a su madre. Aun así, se siente muy culpable y, cuando a
qué punto la censura resultó fuerte y cuan profundamente impresionó a la niña. la hora de las comidas su madre le dice: “¡Me vas a hacer morir!”, la niña tiene
mucho miedo de que eso suceda y ella sea responsable.
Se tiene aquí la prueba de que la anorexia mental puede constituir una
formación reaccional contra la agresividad oral.
110 111
Para escapar a esta situación deprimente, Anita tiende a regresar a su época Sergio nos hizo numerosos garabatos, todos ellos se extienden por toda la
de oro de los dos años y, en varios tests, se identifica con un niño de esa edad. página, pero en un estilo de gran aislamiento. He aquí dos de ellos. El primero
Es que, en efecto, a los dos años, no había vivido aún la situación ansiógena en (fig. 54) está compuesto de líneas paralelas, pero que no pasan por encima del
la que se debate hoy, ni el temor al castigo que expresa, si bien de manera oral nombre, protegido por un recuadro: es su estilo de trazado más frecuente. El
en el tema de Agujero: Pattenoire se ha perdido en la noche. Sus padres no lo segundo (fig. 55) es más original: el nombre no está encuadrado y los rasgos
han encontrado. Se va a morir de hambre. esparcidos por la hoja tienen un aspecto agresivo que sorprende, pero son
acciones agresivas fragmentarias, que se detienen antes de haber alcanzado su
Sus garabatos (fig. 53) llenan ampliamente la página. Pero su trazado en objeto.
línea circular festoneada indica bien la intensidad de las formaciones
reaccionales; gracias a lo cual se anula la agresividad, así como también el
contragolpe depresivo que ésta traería consigo.
Observación 20. He aquí el caso de Sergio, un niño de 11 años, del cual nos
dicen que es un niño muy dócil, muy puntual en su trabajo, pero que fracasa en
la escuela a causa de una dislexia muy pronunciada. Todas las tentativas de Figura 54. Garabatos de aislamiento (Observación 20).
reeducación han tropezado con la misma dificultad: puntualidad perfecta del
niño en el cumplimiento de los ejercicios que se le dan para hacer, y sin
embargo, fracaso total de la reeducación, a pesar de una inteligencia muy
buena.
Tenemos aquí el derecho de preguntarnos si la agresividad inhibida no se ha
Esa docilidad sin resultados aparece como una máscara. El hecho es que, transferido a esa forma de oposición disimulada representada a menudo por la
hasta los 3 años, Sergio hizo una fuerte oposición a su madre, bajo la forma de dislexia. Pero la psicoterapia emprendida para ayudar a la reeducación ha
encopresis. Muy ridiculizado por ello, cambió totalmente de carácter. En su test fracasado también ante la actitud de inercia pasiva del sujeto, el cual ha
PN, Juegos Sucios es la imagen que menos le gusta (identificación: la niña mantenido su oposición por razones profundas que nosotros ignoramos.
limpia) y la preferida es, cosa singular, Carreta, lo cual es aquí el signo de una
fuerte tendencia al autocastigo.
112 113
Observación 21. He aquí a Yves, un niño de 11 años, traído a la consulta por
su madre porque es lento en todo lo que hace, tanto en sus juegos como en el
trabajo escolar. Tiene manías de orden y una meticulosidad que explican en
gran parte su lentitud.
Como se le dijera que algunos, al hacer garabatos, pasan por encima del
nombre, Yves dijo, sin explicarse, “que no estaba bien”.
Observación 22. He aquí el caso de Francisca, una niña de 12 años, que nos
traen por un atraso de 3 años en la escuela, a pesar de ser inteligente y en la
cual descubrimos una dislexia muy pronunciada.
114 115
Esta niña repite constantemente los mismos garabatos (fig. 57), en forma de
espiral muy abierta, descendente, limitada a la zona central. No hay en esos
garabatos rastros de agresividad, sino de represión (limitación) con formación
reaccional y tendencia depresiva (trazado descendente).
Chantal disputa mucho con sus dos hermanas (ella es la 2a), pero tiende a
replegarse sobre sí misma, en la soledad. Es, sin embargo, muy apegada a su
familia, de la cual nunca quiere separarse.
Debemos señalar que Chantal ha sido, desde su primera infancia, una niña
tranquila, poco vivaz, que jugaba sola en un rincón. Desde muy temprano, fue
Figura 57. Garabatos reaccionales depresivos (Observación 22). limpia y ordenada. Hacia los 8 años, estos rasgos se acentuaron sin razón
aparente y el deseo de orden y limpieza de Chantal raya ahora en la manía.
Cuando, por casualidad, propone un tema un poco agresivo, tal como el Además, hace su trabajo escolar con extrema conciencia.
hecho de romper un florero o destruir una flor, no lo representa personalmente
y, resistiendo a todas las sugerencias de ser agresiva, se echa atrás diciendo que Chantal se nos presenta en una actitud de inhibición muy marcada, el rostro
no es lindo pelearse. Los castigos paternos son siempre severos y el tono de los hermético, sin sonreír y sin abrir la boca.
juegos siempre depresivo. Francisca no asume nunca su propio papel, sino que,
la mayoría de las veces, representa el de un niño de 4 ó 5 años, que es la edad Su test PN refleja esa inhibición. Pero, además, nos hace percibir una
de su hermanito. depresión neurótica subyacente con una fuerte tendencia masoquista a
desvalorizarse y a identificarse con un protagonista desdeñado e infeliz, por lo
Esa incapacidad total para asumir las tendencias agresivas lleva a esta niña a menos al vivir los temas, pues en el momento de asumir e identificarse, la niña
descentrarse constantemente, lo cual quita la seguridad a su personalidad. No se esquiva. Tan es así que Chantal, de los temas, no ha retenido sino una
tiene la menor confianza en sí misma y se juzga mala, tonta, e inferior a las imagen: Partida, con el tema del chanchito que perdió a sus padres y está triste;
demás niñas. esa imagen le gusta y se identifica con el animal que no volverá a encontrar a
sus padres.
Sin embargo, no ha sido siempre así, pues nos enteramos de que, cuando
pequeña, Francisca era audaz, cariñosa, pero de carácter difícil, que no La niña se negó primeramente a hacer garabatos y debemos observar a ese
controlaba sus esfínteres ni de día ni de noche hasta los 3 años, por lo que sus respecto que esa negativa no es rara en los inhibidos, dado que niegan
padres la corregían severamente. Es probable que, como en el caso precedente expresión a todas sus tendencias. Después, nos hizo varios garabatos del mismo
(Observ. 20), la misma intensidad de las pulsiones haya provocado una reacción tipo (fig. 58), que expresan con su carácter reaccional pobre, la intensidad de
muy violenta, con retorno de las pulsiones contra sí misma. sus represiones y de su fijación a la madre-nodriza.
116 117
siempre acompañada de una regresión más o menos manifiesta, con tendencia
a retornar al medio protector de la madre-nodriza. De ahí que los garabatos de
los asténicos estén, como hemos visto, limitados, en la mayoría de los casos, a
la zona situada debajo del nombre.
Se nos muestra como un sujeto un tanto inhibido, tímido y que habla bajo.
Juan Pedro tuvo una infancia delicada, pues no tenía mucho apetito. Pero
era un niño movedizo, alegre y lleno de audacia. Por lo menos fue así hasta los 5
años, edad en que cambió por completo: muy calmo, tímido, inclinado al
pesimismo y a desmoralizarse tan pronto sufría un fracaso. Ahora sitúa la edad
de oro antes de los 5 años porque, dice, que no se tienen preocupaciones ni
obligaciones. Podemos deducir de ahí que, a esa edad, vivió un conflicto interno
resuelto mediante una intensificación de las censuras, con formaciones
Figura 58. Garabatos reaccionales muy inhibidos (Observación 23). reaccionales.
IV. LA NEUROSIS ASTENICA. LAS DUDAS Y LOS ESCRÚPULOS Su test PN es típico de una neurosis de duda y de escrúpulo. En los temas, se
limita a describir imágenes sin expresar ningún sentimiento. En las P.-1., tiene
La astenia, que se traduce clínicamente por una propensión anormal a la mucha dificultad para hacer la elección y termina poniendo entre las que le
fatiga, existente aun antes del esfuerzo (por ejemplo, por la mañana al gustan, las imágenes “que tienen más sentido”. Además, las defensas aparecen
levantarse), es muy frecuente en las neurosis, cualesquiera que sean. La misma como dirigidas por un Superyó severo, ante el cual cede el Yo; de allí las
se explica por el hecho de que una buena parte de la fuerza viva del Yo se halla satisfacciones autopunitivas que da, sobre todo, el originalísimo tema de
absorbida por la lucha contra las pulsiones y no está por lo tanto disponible Carreta: la imagen que no le gusta “a causa del sufrimiento que debe
para la acción exterior. Sin embargo, hay casos de neurosis en que la astenia experimentar Pattenoire ante la idea de que, un día, será vendido por los
ocupa el primer plano en el cuadro clínico. granjeros… el infortunio de su raza… la crueldad de los granjeros”. ¿Quién es
ese a quien empujan? “Es Pattenoire que se rebela”.
Con mucha frecuencia, la astenia psíquica se traduce en una tendencia a la
fatiga de la atención y de la memoria y en un perpetuo dudar de sí mismo. En el Por último, la ambivalencia es constante en ese test en el que, en primer
orden moral, esa duda se expresa en incesantes escrúpulos. De ello resultan lugar, Juan Pedro titubea acerca de la identidad sexual del héroes y en el que,
grandes inconvenientes para el trabajo intelectual, pues, como el sujeto no está en segundo lugar, figuran numerosos: o bien... o bien.
nunca seguro de nada, examina y analiza una y otra vez todo lo que sabe,
piensa y hace, lo cual origina una lentitud particular, que perjudica el En Juan Pedro, el conflicto se halla, en definitiva, en todos los planos: entre
rendimiento. los instintos y la censura, entre la afirmación viril y el abandono de la misma,
entre la tendencia progresiva y la tendencia regresiva; de ahí que el muchacho
Agreguemos que la astenia comporta la búsqueda de un medio protector nunca pueda adoptar una posición netamente firme y que sea sin cesar víctima
que ahorre al sujeto todo esfuerzo de expansión. Es decir que la astenia va de la duda.
118 119
Sus garabatos (fig. 59), focalizados en la zona situada debajo del nombre orden especial todos los objetos de su habitación. Pasa mucho tiempo
(interdicción edípica y retorno regresivo hacia la protección materna) son de haciéndolo y esto exaspera a sus padres.
trazos plenos que expresan cierta vitalidad, pero únicamente en formas
redondeadas (tendencia femenina); por último, se observa en ellos una cierta Al contrario de Juan Pedro (Observ. 24) el cual, a pesar de su astenia, es un
tendencia rítmica (formaciones reaccionales). muchacho muy tratable, Santiago asume una actitud distante y
voluntariamente irónica. En sus tests, como en sus psicodramas, no se
compromete nunca, propone temas sin interés, historias en las que no ocurre
nada y no quiere identificarse casi nunca.
Santiago tuvo una infancia delicada, caracterizada por una constante Figura 60. Garabatos de aislamiento en la zona materna (Observación 25).
anorexia. Hasta la edad de 11 años, durmió en la habitación de los padres y,
desde que lo hace solo, tiene siempre miedo, hasta el punto que es necesario Es verdad que él también es muy ambivalente, en particular en lo
hacerle compañía. concerniente a su identidad sexual. En el test PN, manifiesta un sentimiento de
culpabilidad asociado a un estado de infelicidad que trata de esquivar,
Está siempre fatigado y no consigue dar fin a sus tareas escolares. Desde identificándose con un protagonista secundario, de más o menos edad.
hace algún tiempo, no puede acostarse por la noche sin haber colocado en un
120 121
El padre de Santiago es un hombre vigoroso e impaciente, que soporta mal toda una colección de garabatos de formación reaccional pertenecientes a
la astenia del muchacho y sus rituales al acostarse. Pero Santiago siente estima niños en otro tiempo encoprésicos.
por él. En cambio, su actitud para con la madre es muy ambivalente: esa señora,
que no conocemos, parece ser gravemente patológica, con manías vinculadas Señalemos al pasar que hay un estrecho parentesco entre este grupo de las
también a ideas morbosas de celos. Santiago parece apegado a ella, a pesar de neurosis obsesivas y el grupo antes descripto de las astenias con dudas y
mostrarse muy agresivo a su respecto. Es evidente que su neurosis se debe en escrúpulos.
gran parte a una identificación con su madre.
Observación 26. He aquí el caso de Miguel, un niño de 9 años, el cual, desde
Los garabatos (fig. 60) nos lo confirman. Están localizados en la zona de hace algunos años, presenta trastornos nerviosos. Muy inhibido fuera de su
protección materna pero revelan además un fuerte aislamiento, lo cual significa casa, tímido, hipersensible, muy solitario, muy propenso a la fatiga, no obtiene
que toda relación demasiado íntima con la madre está prohibida. en la escuela sino resultados muy mediocres, a pesar de tener buena
inteligencia. Desde hace un año tiene manías: se lava hasta veinte veces antes
V. LA NEUROSIS OBSESIVA de vestirse, hace de nuevo su cama cuando hay algún pliegue. Tiene
continuamente tics en el rostro. Está triste y sufre frecuentes crisis de llanto.
Cuando las pulsiones rechazadas por la defensa del Yo logran burlar esa Expresa sus obsesiones diciendo: “Pienso en cosas feas que no tengo ganas de
defensa y llegar a la conciencia, suelen expresarse en lo que se llama ideas hacer”, o cuando da las buenas noches a su madre: “No voy a tener malos
obsesivas, tan contrarias a la personalidad consciente que, a menudo, aparecen sueños”. Su actitud es sumamente inhibida. Es poco comunicativo y rara vez se
como extrañas a ella, como si le fueran impuestas desde afuera. Por ejemplo, el mezcla con sus camaradas.
que ha reprimido su agresividad, puede verse obsesionado por pensamientos
agresivos, aunque no sea nunca agresivo en su conducta consciente. En su casa, se muestra muy celoso de sus hermanos y hermanas (es el
segundo de cinco hijos); constantemente irritado cuando están presentes, se
Ya hemos mostrado que, en casos de complejo de Edipo, las pulsiones muestra, en cambio, mucho más tranquilo cuando está solo con su madre.
sexuales y agresivas se reprimen, pero que esa represión no basta siempre para
calmar la angustia de la culpabilidad. Un segundo mecanismo defensivo provoca Sus relaciones con esta última son muy ambivalentes: reclama su presencia
entonces una regresión a un estadio pre-edípico, sádico-anal o sádico-oral. Pero y se muestra muy tranquilo con ella, luego, en otros momentos, es muy
cuando las pulsiones edípicas se manifiestan en forma regresiva sádico-oral o agresivo y hasta obsceno en su lenguaje. Conviene decir que la madre es una
sádico-anal, la conciencia se rebela contra las representaciones chocantes mujer de tipo perfeccionista muy censurante y que Miguel ha perdido mucho al
invasoras y las mencionadas pulsiones son a su vez reprimidas, mientras en el perder a su padre el año pasado, pues era mucho más paciente que su mujer y
Yo consciente se desarrollan formaciones reaccionales compensadoras. el niño lo quería mucho.
Es muy notable, por ejemplo, el hecho de hallar, en la pasada infancia de Puesto en observación en nuestro Centro, Miguel no se adapta. Permanece
sujetos que tienen rituales de orden y limpieza, un primer período caracterizado siempre aislado y se esconde de todos para ejecutar sus rituales. Es inhibido y
por fuertes tendencias al desorden y a la suciedad. triste. No es agresivo, pero no traba relación con nadie; si, por casualidad, un
educador lo toca, retrocede, esbozando una sonrisa para mostrar que no lo ha
Hemos visto más arriba (Observ. 20 y 21) dos casos en los que una tomado a mal. La agresividad que manifiesta a menudo en su casa, en accesos
encopresis que persistió hasta la edad de 3 años (con todo lo que eso supone de de violencia, no se muestra pues en un medio extraño. En cambio, está
carácter contrariante) ha sido sustituida luego por un carácter dócil y una verdaderamente obsesionado por temas agresivos y dibuja continuamente (con
actitud muy concienzuda, que son objetivables en garabatos de formación talento, por otra parte) escenas de cow-boys o de soldados armados de
reaccional. Lo mismo ocurre en el caso de la observación 24. Casos semejantes pistolas, fusiles o lanzas.
no son raros; hasta puede decirse que constituyen una regla y que poseemos
122 123
En el test PN, la imagen Batalla es la preferida, aunque no la asume. El test reaccionales contra ese estadio. En algunos casos y en algunas situaciones, las
revela una fuerte interdicción sobre el conflicto edípico, una gran ambivalencia formaciones reaccionales dominan, como se vio en el caso del pequeño Miguel
en las elecciones y una fuerte tendencia masoquista a identificarse con el héroe cuando estaba en observación.
desdichado. Al final, designará a la lámina de Agujero como la más interesante,
escribiendo debajo: “Tiene miedo en la noche”, e identificándose. En otros casos, esas formaciones reaccionales no llegan a contener de modo
suficiente las pulsiones agresivas. Tal es el ejemplo del pequeño Enrique, de 12
Miguel hace sin cesar los mismos garabatos (fig. 61) que, por su extensión y años de edad, que nos traen a causa de sus rituales y, en particular, de su
sus rasgos plenos, expresan una buena vitalidad, pero sin agresividad aparente, aritmomanía. Es inteligente, pero sus manías perfeccionistas hacen que tarde
pues el trazado está dominado por las formaciones reaccionales que le imponen tres horas en hacer deberes que no requerirían más de una, y exaspera a sus
una regularidad rítmica redondeada. El nombre está, ora cubierto, ora padres con su lentitud.
descubierto, como aquí.
Figura 61. Garabatos rítmicos poco agresivos (Observación 26). Figura 62. Garabatos a la vez agresivos y reaccionales (Observación 27).
Observación 27. Acabamos de ver un caso en que los trastornos neuróticos En su test PN, nos sitúa al héroe como una niña, y es dable señalar a ese
se unen a una relación muy ambivalente con la madre, con manifestaciones de respecto que el estadio sádico-anal se caracteriza por una fuerte ambivalencia
sadismo anal que son objeto de una fuerte inhibición reaccional, como se sexual. La agresividad contra los hermanos y contra los padres se expresa con
comprueba en los garabatos. fuerza al principio. Pero luego, la posición agresiva es abandonada y cede el
lugar a la culpabilidad y al temor de haber perdido el amor de los padres y de
Uno de los mayores descubrimientos del psicoanálisis es, como hemos visto, estar amenazado de destrucción.
el haber demostrado que la neurosis obsesiva está vinculada a una represión
del conflicto edípico con regresión al estadio sádico-anal y formaciones
124 125
Las relaciones con el padre no son buenas (como en la realidad). Las inclinados a asociar esto con el hecho de que, si bien Nicolasa descuida a veces
relaciones con la madre son ambivalentes: Pattenoire quiere continuamente sus deberes escolares, hace en cambio con cuidado meticuloso todas las
refugiarse a su lado, pero a su vez está muy cargado de agresividad contra ella. penitencias escritas que se le imponen. La identificación masculina es fuerte y,
al final, Nicolasa quiere ser un león para infundir miedo a todos. En resumen,
Los psicodramas de Enrique expresan fortísimos celos edípicos. tanto el examen clínico como los tests revelan una fuerte agresividad, con
culpabilidad y formaciones reaccionales.
Sus garabatos revelan los dos aspectos opuestos de la personalidad del niño
(fig. 62). Por una parte, guirnaldas redondeadas que expresan formaciones Sus garabatos (fig. 63) son muy poco agresivos. El trazado amplio expresa
reaccionales contra la agresividad. Pero, por otra parte, hay dispersas por toda una buena vitalidad, contenida, empero, por el ritmo reaccional que le impone
la pagina, un número bastante crecido de flechas agresivas, a decir verdad, sin volutas redondeadas, si bien un poco irregulares. La agresividad es, con toda
continuidad entre ellas, lo cual corresponde a los movimientos impulsivos, evidencia, subyacente, de ahí el aislamiento del nombre. Se observará que
inmediatamente contenidos, de nuestro joven paciente. Nicolasa no ha escrito más que su apellido, en grandes letras orgullosas, lo cual
nos hace pensar en su identificación masculina del PN y en su deseo de virilidad
Observación 28. La combinación de agresividad y formaciones reaccionales
expresado por el león.
es observable también en el caso de Nicolasa, una niña de 12 años, la mayor de
dos hermanas. Nos la describen como una niña que ha tenido siempre un
carácter obstinado, que se niega a obedecer y trata con malos modos a sus
padres. De pequeña, era un bebé triste, fue siempre anoréxica y tuvo un
período de destete difícil. Fue hija única hasta los 9 años, criada, primero por
sus abuelos y luego por sus padres. Debe recordarse además, que ha dormido
siempre en la habitación de los padres.
Nicolasa es una niña de rostro fino e inteligente, que logra proseguir sus
estudios a pesar de sus trastornos neuróticos, los cuales provocan una gran
lentitud, debida a meticulosidad y dudas obsesionantes. En el hogar también
tiene manías para todo, no termina de comer, de acostarse (no antes de
medianoche). Todas sus cosas deben estar ordenadas con cuidado meticuloso;
no soporta que haya un cabello o una pelusita en sus vestidos. Verifica
reiteradamente las puertas y las llaves de gas. Nicolasa está sumamente
apegada a su madre y no quiere hacer nada si ella no está. Se malquista con
todos, a la vez por sus rituales y por su agresividad cuando la contrarían.
Su test PN revela claramente una neurosis obsesiva con ansiedad. Los temas
son pobres, fielmente descriptivos, pero con muy pocos sentimientos
expresados y sobre todo con muy frecuentes “tal vez”, que indican una Figura 63. Garabatos de formación reaccional (Observación 28).
perpetua duda.
Observación 29. He aquí el caso de Martina, una niña de 6 años, que
La relación con el padre reviste un tono agresivo, pero culpable. Es de notar presenta signos neuróticos muy evidentes. Tiene numerosas manías y rituales al
el hecho de que las imágenes traumatizantes: Batalla, Carreta, Ganso, Agujero, acostarse. Se lava sin cesar las manos. Tiene una fobia al contacto y no quiere
son descriptas primero y que las tres primeras están bien colocadas entre las dar la mano, sobre todo a los hombres.
que gustan, lo cual es signo de cierto masoquismo autopunitivo. Nos sentimos
126 127
Por otra parte, si bien inhibida, es muy agresiva y lo manifiesta oponiéndose Aquí Martina pone al hermanito en la habitación de los padres y ella se pone
sistemáticamente a lo que quieren que haga, sobre todo si el pedido parte de la en el otro extremo de la casa, con tabiques de separación que señalan su deseo
madre. Muestra también una fuerte agresividad contra el hermanito, que no ha de aislamiento (fig. 64). Y he aquí este comentario muy significativo: “No quiero
aceptado nunca y al cual ha dado el sobrenombre de “Nada de nada”. ir más a la cama de papá. No me gusta que me hagan cosquillas. Pienso que
está mal que a una le hagan cosquillas”. Luego: “Cuando sea grande, no me voy
En su pasado, notamos sobre todo que su educación para el aseo, hecha con a casar, porque no me gusta ser casada. No está bien ser casada”.
severidad, fracasó, que Martina no controló sus esfínteres hasta los 4 años y
medio y que, por otra parte, todavía hoy es una constante enurética nocturna. Es notable el hecho de que esta tendencia al aislamiento, la hallemos
Es sabido que el carácter contrariante y la fijación sádico-anal van siempre también en sus garabatos (fig. 65).
juntos.
128 129
VI. LA NEUROSIS REGRESIVA
Colette durmió en la habitación de los padres hasta la edad de 10 años, lo Además, el bebé y la madre, que forman una pareja, están dentro de un
cual, como es sabido, es muy propio para intensificar los trastornos edípicos. círculo que los aísla.
Desde este punto de vista, su dibujo de la familia es sumamente interesante
(fig. 66). La niña representa a toda la familia: padres, abuelos, tía, sus dos Con respecto al padre, hay una doble toma de distancia que es una defensa
hermanos y su hermana en la sección superior izquierda de la hoja (aquí el contra el conflicto edípico.
dibujo está ampliado). Ella misma no se representa. Pero, en cambio, ha
El test PN de Colette exterioriza una importante rivalidad fraternal, pero con
agregado, cerca de la madre, un bebé varón de 4 meses, que no existe en
una fuerte culpabilidad, la cual le hace declarar al final que Pattenoire es el
realidad. Según la regla que establecimos en nuestros estudios sobre el dibujo
menos amable y el menos feliz. Como en su dibujo de familia, la niña tiende a
de la familia, por la que un personaje agregado es siempre una identificación
escapar de esa situación conflictiva con una regresión, es decir que, después de
mayor del sujeto, teníamos derecho a pensar que Colette, ausente del dibujo,
haber considerado a Pattenoire como un hijo mayor, durante el test lo llamará
se proyectaba en ese bebé. La niña declaró, en efecto, que se identificaba con
siempre “el pequeño” y terminará haciendo de él una niña. Del mismo modo, su
ese bebé, con el agregado de que él es el más feliz porque es pequeño y lo
edad de oro son los 4 meses “porque van siempre con la mamá”. Comparemos
pasean.
esto con los informes clínicos: Colette sólo se lleva bien con el menor de sus
hermanos, un niño de 8 años; por otra parte, pasa por gustarle mucho los
niñitos de cuna y, llegada la ocasión, se ocupa de ellos muy gentilmente.
130 131
vez, no se identificó con nadie. La segunda, expresó el deseo de ser el bebe,
descripto por él mismo como el más feliz porque no tiene preocupaciones y sí
alegría de vivir (fig. 68). A propósito de este dibujo, insistimos sobre las notables
convergencias de indicios que dan un gran valor a la identificación:
Sus garabatos (fig. 67) indican una fuerte represión de todas las pulsiones
(montoncito), con retorno contra sí misma (esfumado), como en el PN. Además,
se hallan todos en la zona de protección materna, lo cual señala la prohibición
edípica.
¿Por qué existe esa regresión? Puede pensarse que, si el conflicto está en
juego, el mismo no ha podido actuar de esa manera sino favorecido por
condiciones innatas predisponentes. En efecto, Colette ha tenido siempre un
desarrollo difícil: nunca ha tenido apetito y ha quedado debilucha. Es sabido
que tales sujetos, de magra expansión vital, son más propensos que otros a
quedar detenidos en los primeros estadios de su desarrollo, en este caso, el
estadio oral.
Figura 68. Dibujo de la familia en que el sujeto se identifica con un bebé
Observación 31. He aquí el caso de Luis, un muchacho de 15 años, que (Observación 31).
hemos descripto en nuestro libro sobre el Test del dibujo de la familia como un
caso notable de regresión. Los garabatos de Luis nos aportan una convergencia suplementaria (fig. 69),
pues están localizados en la zona de protección materna, con un cierto
Con tres semanas de intervalo, Luis nos hizo dos dibujos de la familia abandono en el entrecruzamiento del trazado indicadores de poca formación
idénticos, en los que figura, en primer lugar, un bebé en pañales (de 5 ó de 8 reaccional de disciplina de sí mismo.
meses), luego los padres, luego los abuelos, todos mirando al bebé. La primera
132 133
El informe clínico nos dice que Luis es de una gran inmadurez afectiva. Es En cambio, en los dos casos que hemos expuesto, la regresión es durable y
pasivo, sin iniciativa, incapaz de un esfuerzo cualquiera, vive con la nostalgia de detiene todo progreso. Debido a su duración, las dificultades de adaptación
su primera infancia y, nada desarrollado sexualmente, se complace motivan, un día u otro, una consulta médico-pedagógica y los tests de
frecuentando la compañía de niñas de 7 años. Interesa manifestar que, al proyección, especialmente los garabatos, indican una perturbación profunda
principio fue muy mimado por su madre, pero luego, la mala conducta de sus persistente, que nos hace reservar el pronóstico para el futuro. Los factores
padres y la desintegración del hogar lo colocaron en una situación de abandono sexo y edad tienen evidentemente una importancia de primer orden. La depen-
moral. dencia oral es, por cierto, más grave para un varón que para una mujer, por ser
particularmente contraria a la autonomía que se exige al sexo masculino. Y, por
Luis tiene una buena inteligencia, se da cuenta de la necesidad de hacer otra parte, esa dependencia es tanto más inquietante cuando se trata de un
frente a los problemas de la vida, pero es incapaz de soportar pequeñas sujeto de más edad, pues todo adolescente que no se afirma al llegar a la
frustraciones y se escapa buscando refugio en la casa de sus abuelos. pubertad corre el riesgo de no llegar nunca a ser verdaderamente adulto.
Una vez más, algunos podrían preguntarse porque incluimos los casos de
este tipo entre los “estados neuróticos” y no entre las perversiones. Es
perfectamente cierto que los mismos se oponen a las neurosis de inhibición, a
las neurosis de escrúpulo y a las neurosis obsesivas, en las cuales la fuerza del
Superyó impone al Yo una conducta rígida, a menudo hipermoral, mientras que
aquí el Yo se muestra débil y, si cede momentáneamente a la presión de un
Superyó aun muy externo, escapa de tanto en tanto para abandonarse a
pulsiones delictuosas. Sin embargo, tales sujetos no son perversos, sino
afectivos: son intimidables; reconocen sus faltas, a pesar de que no pueden
hallar en sí mismos la energía necesaria para la enmienda. Es cierto que, debido
a la debilidad de su Yo y a su fijación oral, se convierten bastante a menudo en
delincuentes menores. Pero sobre todo, su débil personalidad no podrá mante-
nerse en un equilibrio satisfactorio de adaptación, si no cuentan durante toda
su vida con el beneficio de un medio protector. En su defecto, si la realidad se
impone a ellos en forma traumatizante, están expuestos a una regresión cada
vez más intensa que invadirá poco a poco toda su personalidad, haciendo
revivir las formas de pensamiento y de vida afectiva del estadio oral. Esto puede
llevarlos directamente a la condición de vagabundos irresponsables o a la
Figura 69. Garabatos de fijación materna (Observación 31). esquizofrenia.
134 135
I. LA NEUROSIS DE ANGUSTIA
Hemos explorado los garabatos de los adultos menos que los de los niños.
Pero eso no significa en modo alguno que el test no sea también aplicable a
aquéllos. Por una parte, si la consigna del test provoca muy a menudo sorpresa
y una pausa antes de la ejecución, es, sin embargo raro que no se logre
obtenerlo. Por otra parte, la interpretación de los garabatos se revela tan
fructífera en el adulto como en el niño.
136 137
Sus garabatos (fig. 70) expresan una buena vitalidad expansiva, pero no debía compartir el lecho con su hermana, pero prefería envolverse en una
presentan ningún signo de agresividad. Partiendo del centro, el trazo dibuja una frazada y acostarse sobre la alfombra al lado de la cama. Nunca ha podido
guirnalda que se desenvuelve en círculos cada vez más grandes, sin tocar el soportar que la bese nadie, ni aun su madre. No deja que se le acerque ningún
nombre ni llegar al borde de la hoja. Es un trazado típico de formación hombre. Y cuando su madre quiso informarla sobre los asuntos sexuales,
reaccional. manifestó asco y declaró que no quería casarse. Hoy en día dice que acepta el
matrimonio, pero que no dormiría con su marido, ni en la misma cama, ni en la
Observación 33. He aquí unos garabatos también muy extensivos, que misma habitación.
cubren la mayor parte de la hoja (fig. 71), pero en los que el trazado se corta
continuamente. Son, pues, garabatos de aislamiento. Para comprender la repugnancia de Paulette, es necesario, sin duda, estar
informado de que su madre ha tenido varias aventuras galantes, que la joven
nació fuera del matrimonio y que su madre quería abandonarla al nacer.
Paulette es apegada a su madre en una forma casi morbosa y, sin lugar a dudas,
se ha identificado con ella. Pero como, por otra parte, ha debido ser testigo de
las relaciones de su madre y de algunas escenas de brutalidad sexual, existen
motivos para pensar que la identificación se hace en forma regresiva con la
madre-nodriza (en sus temas expresa a menudo el deseo de ser un bebé
mimado por la madre), mientras que rehúsa identificarse con la madre amante.
De allí la neurosis de contacto, tan fuertemente evidenciada aquí.
138 139
sensación de una bola en la garganta, vómitos emotivos. Tiene miedo de perder
sus facultades y, sobre todo, ya no se siente capaz de conducir un coche si su
padre no lo acompaña. Se encierra en su casa y no busca más distracción alguna
fuera de ella.
Sus garabatos (fig. 73) están limitados a la zona materna. Están trazados con
cierta vivacidad agresiva y, si bien se observa en ellos una ligera tendencia
rítmica, el conjunto es bastante desordenado, denotando con ello fuertes
pulsiones mal contenidas por la defensa del Yo.
Hay que observar aquí que, como la interdicción que pesa sobre la zona
paterna no es muy fuerte, puede levantarse cuando la autoridad del médico
concede el permiso para ello; no es raro que los sujetos, niños o adultos,
pregunten, como esta señora, si se puede garabatear en la parte superior.
Observación 35. Con frecuencia, los ansiosos son, al mismo tiempo, sujetos
reprimidos y no cubren con sus garabatos sino una parte de la hoja. Tenemos
un cierto número de observaciones en las que los garabatos están localizados
en la zona de protección materna lo cual, como hemos visto, indica una
interdicción edípica, una imposibilidad de entrar en relación o en competencia Figura 73. Garabatos de fijación materna pertenecientes a un ansioso
con el padre. Por consiguiente, los garabatos pueden arrojar luz sobre el (Observación 35).
conflicto neurótico profundo determinante de la angustia.
Observación 36. El caso de Jacqueline, una joven de 25 años, tiene cierta
He aquí el caso de Yves, un joven de 21 años de edad, el cual nos consulta analogía con el precedente, Nos consulta debido a pequeñas angustias
debido a sus permanentes malestares ansiosos, con manifestaciones histéricas:
140 141
estrechamente ligadas a un sentimiento permanente de inferioridad. Es muy situación, ha debido abandonar la vida activa, desde hace varios años, a causa
tímida en público, escrupulosa y maniática en sus acciones. de sus trastornos ansiosos. No puede quedarse solo en casa ni salir solo sin
sentirse presa de una angustia intolerable. Necesita de la presencia constante
En ella también ha habido un cambio radical. Hasta la edad de 4 años, fue de su madre, y ha perdido poco a poco toda posibilidad de hacer algo, sea lo
muy sucia y de un carácter contrariante hasta la violencia. Luego cambió por que fuere, aun los actos más simples de la vida cotidiana, sin su ayuda.
completo, no sabemos bajo qué influencia.
Sus garabatos (fig. 75) están trazados con gran ligereza en forma de
Sus garabatos (fig. 74) están también encerrados en la zona materna y pequeño óvalo alrededor del nombre, signo éste de una represión y de una
esbozan líneas festoneadas, pero ofrecen la característica de estar trazados en inhibición de la fuerza vital.
segmentos aislados los unos de los otros. Aquí hay pues, a la vez interdicción
sobre la agresividad y sobre el conflicto edípico, a causa, muy probablemente
de algunos acontecimientos externos que se produjeron cuando Jacqueline
tenía 4 años. Estos garabatos deben considerarse como vinculados a una
defensa contra la angustia": la timidez y los sentimientos de inferioridad
pueden considerarse como la extensión de la imposibilidad de rivalizar con la
madre y de establecer una relación con el padre.
142 143
II. LA NEUROSIS ASTÉNICA Observación 39. He aquí el caso de una joven señora de 25 años, inteligente
y sensible, que sufre de una gran astenia persistente. De niña manifestaba gran
Todos sabemos cuán frecuente es la astenia, de la cual se hacía antes una interés por los estudios y hubiera querido ser maestra. Pero su padre declaró
enfermedad autónoma, con el nombre de neurastenia, pero que hoy se tiende que la necesitaba en la granja y no quiso que continuase más allá del certificado
a considerar como un simple síntoma. Para explicar cómo ese síntoma puede de estudios primarios.
establecerse en forma permanente —fuera de los casos de deficiencia física
seria— se invoca en la actualidad la influencia de los conflictos psíquicos, ya que
toda la energía que el Yo debe desplegar para defenderse de las pulsiones que
lo invaden no puede utilizarse para la acción exterior. Ese punto de vista es
indudablemente exacto y nos explica por qué la astenia es un síntoma tan
frecuente en las neurosis de todo género.
Observación 38. He aquí el caso de un hombre de 54 años que se volvió Figura 76. Garabatos muy reacciónales en forma de líneas de escritura en la
asténico a raíz de varios años de cautiverio durante la segunda guerra mundial. zona de fijación materna (Observación 38).
Poco a poco, tuvo que abandonar su actividad como obrero. Sufre
continuamente de cefalalgias en forma de casco, vértigos, temor al frío y una Esa negativa determinó en la niña un estado de apatía y un mal humor
falta total de energía. Como su mujer lo dejó al retorno del cautiverio y recibe constante. A los 19 años se casó con un representante de comercio, con el solo
una pensión, vive en casa de su madre y se complace en esa vida ociosa. No fin de escapar a la condición de granjera. Por otra parte, es frígida y no quiere
parece, por lo tanto, que haya conflicto en él. Pero, a decir verdad, no tener hijos. Vive en una casa vecina a la de sus padres y no quiere separarse de
conocemos su pasado y es posible que el estado actual constante sea una su madre. Si bien es una linda muchacha y de trato muy agradable por su
defensa contra una neurosis de angustia muy antigua. inteligencia, vive muy aislada, casi no sale y se interesa por muy pocas cosas.
Sus garabatos (fig. 76) autorizan ampliamente esta hipótesis, pues se Sus garabatos (fig. 77) están limitados a la zona materna, lo cual
componen de líneas muy regulares distribuidas únicamente en la zona inferior: corresponde a la necesidad que esta joven tiene de la presencia de su madre,
la espontaneidad vital ha cedido aquí por completo ante la imposición de las así como a su comportamiento inmaduro en el matrimonio. Por otra parte, el
censuras. trazado estilizado, rítmico y aislado indica la potencia de las formaciones
reaccionales que, en un caso como éste, parecen enteramente irreductibles.
144 145
Observación 40. Es frecuente que el síntoma astenia sea el motivo principal está en orden, lo cual supone agotadoras horas de trabajo después de la cena y
de un pedido de consulta, a causa de sus importantes repercusiones en la explica la astenia. Cuando no está ocupada en algún trabajo, esta señora siente
actividad social del sujeto, pero que, durante la consulta, se pueden poner en sentimientos de culpabilidad. Es sabido que tal situación clínica indica un
evidencia las verdaderas causas del estado neurótico que explica la astenia. Superyó muy fuerte constituido en el momento del conflicto edípico con una
apretada red de interdicciones.
Sus garabatos (fig. 78) son un trazado de astenia, pero revelan, al mismo
tiempo, una interdicción edípica y formaciones reaccionales potentes. Se
observará que comienzan bastante lejos por debajo del nombre, que está
prohibido tocar. Por otra parte, la paciente no pudo mantener en un principio la
consigna de liberación del test y escribió primero la inicial de su nombre; como
se le recordara entonces la consigna de no escribir, esbozó algunos simulacros
de escritura en cortas series aisladas para hallar finalmente, en las últimas tres
líneas, el movimiento en espiral continua, habitual de las formaciones
reaccionales.
Como hemos visto más arriba, los garabatos típicos de la astenia (en la zona
inferior) se observan a menudo en los ansiosos.
Así ocurre en la observación que sigue, de una señora de 48 años, que nos
consulta debido a trastornos ansiosos y depresivos en ocasión del casamiento
de uno de sus hijos, acontecimiento que no ha aceptado bien, por estar muy
Figura 78. Garabatos reaccionales en la zona de fijación materna (Ob-
apegada a ese hijo, al cual reprocha ahora que no le escribe todas las semanas.
servación 40).
Durante la entrevista nos enteramos de que, desde sus tiempos de escolar,
Observación 41. He aquí una observación comparable en todo a la
esta persona tiene manías de orden y limpieza. No puede soportar el polvo ni el
precedente, y podríamos citar toda una serie de ellas, dada la frecuencia de
desorden en su casa y, consecuentemente, no puede ir a dormir si la casa no
tales casos. Se trata de una señora de 43 años, casada, que nos consulta por
146 147
síntomas de ansiedad. Ha sido siempre muy escrupulosa en todo lo que hace, Es muy devoto y tiene escrúpulos de confesión, hasta el punto de no poder
exigiéndose a sí misma la perfección en todas las cosas y estimándose culpable a veces comulgar porque no se siente bastante puro.
cuando no la alcanza.
Su vida sexual es muy reducida. Nunca se ha interesado por las jóvenes.
He aquí sus garabatos (fig. 79), típicos también de formación reaccional, Desde que murió su padre, vive con su madre y su hermana y no considera la
sólo en la zona inferior. posibilidad de vivir de otra manera.
Observación 42. He aquí el caso un poco más profundizado de un agricultor, He aquí sus garabatos (fig. 80) que no necesitan comentario.
soltero, de 39 años, el cual, desde que sufrió una depresión a la edad de 27
años, padece de neurosis de duda y de escrúpulo, con astenia. Tiene rituales de Observación 43. He aquí el caso de un hombre soltero1de 31 años, que sufre,
orden y, por la noche, al acostarse, debe ordenar cuidadosamente todos los desde hace dos, de una astenia con neurosis de escrúpulo.
objetos de su habitación.
148 149
Y también en este caso como en las observaciones 35 y 36, se ha producido, Se impone una observación a propósito de estos garabatos de asténicos
en un momento dado, un cambio total en la actitud del sujeto. En su escrupulosos. Dado que la zona inferior corresponde al instinto de
adolescencia, este joven era de una vitalidad desbordante y se daba al placer conservación, es decir a esas funciones primarias de nutrición y de protección
sin freno, siendo muy sensual y amigo de mujeres fáciles. que aseguran la conservación de la vida, podría parecer sorprendente que
sujetos obsesionados por preocupaciones de orden moral, que se preocupan
A los 29 años, como consecuencia de una “misión”, se sintió bruscamente exageradamente por el orden y la limpieza y que parecen, por consiguiente,
presa de escrúpulos y decidió enmendar su forma de vida. De repente, pasó al más idealistas que materialistas, mantengan, en sus garabatos, en esa zona
otro extremo: se tornó muy severo para consigo mismo y para con los demás; baja. Pero hay que observar, justamente, que las manías reaccionales de orden,
llega hasta encontrar que su confesor es demasiado amplio de criterio. Persigue de limpieza y de escrúpulo son enteramente contrarias a un verdadero progreso
la perfección en todos los trabajos que emprende hasta el punto de extenuarse. de la personalidad moral: los que pasan su tiempo limpiando para borrar
manchas están absorbidos por una preocupación muy prosaica y no les queda
ninguna libertad de espíritu para interrogarse acerca del alcance moral de lo
que hacen. Se mantienen, pues, realmente, en las zonas bajas.
150 151
En cambio, en la mayoría de los casos, las censuras prohibitivas llegan a Estos (fig. 83) son de una mujer de 41 años, casada, atacada desde hace
constituir en el neurótico obsesivo una segunda naturaleza, toda hecha de mucho tiempo de una gran astenia, con neurosis de duda. Recomienza sin cesar
frenos, y es ésta la que se exterioriza en los garabatos. las más ínfimas acciones de la vida cotidiana, de lo cual resulta una gran
lentitud en su trabajo, y nunca consigue terminarlos. Tiene, por esta razón,
Observación 44. He aquí por ejemplo el caso de un hombre soltero de 30 frecuentes conflictos con su marido que se impacienta al no encontrar nada
años, atacado desde hace más de diez de una neurosis obsesiva severa, que hecho en la casa, cuando regresa. Ante esta situación, la mujer reacciona en
paraliza toda su actividad. De situación económica holgada, vive en la casa de su forma depresiva, lo cual se comprende.
familia, ocupando su propia habitación y uniéndose a los demás sólo cuando
tiene deseos de hacerlo. A pesar de esta precaución, sus rituales y sus Primeramente, declara que no va a saber hacer garabatos, pero luego hace
obsesiones crean frecuentes motivos de discusión entre él y los suyos. este trazado, del cual se observarán las líneas descendentes, signo de tendencia
depresiva.
152 153
Por momentos llega hasta creer que ha “pecado” con ellos y se atormenta Duda de todo y debe recomenzar sin cesar los ademanes o acciones más
con escrúpulos por tal motivo. simples. Pero está sobre todo obsesionado por la idea de que escribe “cosas” en
cualquier pedazo de papel, en un trozo de madera, sobre las mismas ropas, y
La neurosis comenzó a la edad de 17 años, cuando perdió a su madre y que esas “cosas”, leídas por los demás, van a influir en las personas y las van a
quedo sola con su padre. En esa época, tuvo la idea de hacerse religiosa, pero incitar a cometer actos reprehensibles. No puede precisar nunca de qué cosas
renunció a ello para casarse. Desde entonces se reprocha el haber satisfecho su se trata, pero su responsabilidad, dice, está gravemente comprometida en el
deseo en lugar de cumplir con su deber. asunto. Debe verificar continuamente si no ha escrito algo, recoge papeles en la
calle, trozos de madera y llega a tragarlos a fin de hacer desaparecer todo rastro
Esta mujer también se mostró incapaz de observar la consigna y esbozó la
de lo que hubiera podido escribir. Su estado obsesivo acabó volviéndose
inicial de su nombre: luego trazó signos aislados, más o menos en forma de
continuo, a tal punto que debieron internarlo, pues la vida en el hogar no le era
letras. Estos garabatos (fig. 84) indican pues la preponderancia de las censuras
ya posible.
que prohíben la relación edípica con el padre y todos los demás contactos
porque son el símbolo de esa relación prohibida.
154 155
IV. PSICOSIS En las numerosas observaciones que hemos hecho sobre esos garabatos, se
destacan ciertas características dominantes.
En este estudio, que no hemos llevado muy lejos, de los garabatos en las
psicosis, tendremos sobre todo presente la psicosis esquizofrénica o demencia 1. En primer lugar, es excepcional que ese tipo de enfermos haga garabatos
precoz, la cual se caracteriza, en sujetos casi siempre jóvenes, por una fuerte de buena expansión vital. La mayoría de ellos hace garabatos de inhibición.
inhibición de la vitalidad, un replegarse autístico sobre sí mismo, que conduce a Conviene añadir que, en los casos de demencia precoz, se encuentran los
una ruptura casi total de las relaciones con el mundo y, desde el punto de vista trazados de inhibición más fuertemente caracterizados (por ej. fig. 86).
psicoanalítico, por una intensa represión de toda la personalidad al estadio oral
pasivo. Agreguemos que, salvo muy raras excepciones, ninguno de esos trazados
pasa sobre el nombre, lo cual demuestra la intensidad de las defensas,
Tal es el fondo común de esta enfermedad mental tan difundida, fondo expresada además en el aislamiento.
sobre el cual se destacan síndromes muy diversos que constituyen las formas
clínicas de la demencia precoz.
Figura 86. Garabatos de inhibición pertenecientes a un psicótico 2. En segundo lugar, la mayoría de las veces, el trazado es muy depurado,
esquizofrénico. lineal, de forma geométrica, y no cubre sino una pequeña parte del espacio
blanco de la hoja.
No se debe, pues, esperar el hallazgo de garabatos que sean característicos
de esta afección, sino, por el contrario, una gran variedad de trazados Recordemos a este respecto la alusión que hicimos al comienzo de este libro
correspondientes al dinamismo particular de cada caso. a la oposición de Madame Minkovska entre el tipo racional, que esa autora
atribuye con preferencia a los esquizoides y el tipo sensorial, que la misma cita
como característico de los epileptoides. Nosotros criticamos ese punto de vista,
156 157
que coloca arbitrariamente a sujetos normales en un cuadro patológico. El
mismo encierra, sin embargo, una parte de verdad: la inhibición de
espontaneidad vital alcanza su punto máximo en los esquizofrénicos y
corresponde, en efecto, en esos enfermos, a una racionalización excesiva.
Este último tipo de trazado, que corresponde, como sabemos, a una fijación
en el estadio oral de protección materna, debe mencionarse como el que se
encuentra más frecuentemente en la demencia precoz. Nosotros lo hemos Figura 90. Garabatos en forma de líneas aisladas en la zona de fijación materna.
observado en más de la mitad de nuestros casos.
158 159
Las deducciones que de él se desprenden —repliegue sobre sí mismo con Claro está que esto es sólo una hipótesis pues, en un caso así, un diagnóstico
predominio del instinto de conservación, interdicción edípica, astenia— seguro únicamente puede hacerse mediante la unión de la clínica con el test de
corresponden bien a lo que se observa a menudo en esa afección. proyección.
4. Se plantea una cuestión importante: ¿la presencia de tales trazados, Observación 48. He aquí, a título de ejemplo, los garabatos (fig. 94) de un
autoriza a deducir la existencia de una esquizofrenia? No, pues no hay uno solo joven de 25 años, el cual presenta una ligera depresión nerviosa, que lo ha
que no pueda observarse fuera de esa afección mental, por ejemplo en sujetos obligado a dejar su trabajo. Lo que sorprende sobre todo es su aire inhibido: es
atacados de neurosis y aun en sujetos normales. torpe, tímido, habla en voz baja.
160 161
El aspecto de este enfermo, así como sus garabatos muy depurados, hacen No parece interesarse por nada, ni por sus muñecas, ni por los otros niños,
temer una posible evolución esquizofrénica, temor que justifica en parte por el ni por la televisión. Juega sola, escribiendo palabras inconexas o haciendo
momento, la adaptación profesional cada vez más difícil del sujeto. garabatos. A veces, se pone a contar sin detenerse o bien irrumpe, sin razón
aparente, en una risa incontenible. Tiene también manías de limpieza, se lava a
Si puede formularse el diagnóstico de una esquizofrenia, al menos como menudo las manos, quiere bañarse todos los días y no tolera que sus ropas
hipótesis, de acuerdo con los garabatos, es con la condición de que se trate de estén sucias. Está a menudo intranquila, sobre todo cuando personas próximas
un adulto, como en el presente caso. a ella se enferman.
Figura 93. Garabatos reaccionales depresivos en la zona de fijación materna A pesar de esas actitudes de aislamiento autista. Ana es cariñosa con sus
progenitores, especialmente con su padre. Se muestra abiertamente celosa de
El ejemplo siguiente es bien demostrativo.
sus dos hermanos.
Observación 49. Ana, una niña de 9 años, nos fue enviada por un especialista
La estructura morfo-psicológica de su rostro habla en favor de una
del oído que la familia consultó porque la niña parecía no oír. En efecto, Ana se
inteligencia normal. El cuadro clínico no es por cierto el de una débil mental,
comporta como si fuese sorda, no responde a las preguntas, es incapaz de
pero hace pensar en una psicosis, unida a elementos obsesivos.
prestar atención y no puede seguir una clase. En realidad, tal como lo probó el
examen del especialista, la niña no es sorda, sino que presenta un estado de
inadaptación mental muy caracterizado.
162 163
Sus primeros garabatos, en los que dibuja un rectángulo alrededor del Tratamos a esta niña durante tres años. La psicoterapia permitió obtener
nombre (fig. 95) indican una muy intensa inhibición de todas las tendencias una resocialización progresiva y una mejoría escolar. No hubiéramos podido
vitales y no descarta, sino que apoya, el diagnóstico de psicosis obtener un resultado semejante con el método empleado si se hubiese tratado
de una verdadera psicosis.
Tratada con psicodramas. Ana exterioriza pronto una fuerte agresividad
contra sus padres y, paralelamente, su estado clínico se modifica: su madre
(atacada también de neurosis obsesiva y muy inhibida) se queja mucho de que
la niña muestra ahora agresividad en el hogar, cosa que no hacía antes; pero
reconoce al mismo tiempo que Ana se ha vuelto más expansiva y ha perdido sus
manías de limpieza.
164 165
Este ejemplo, dicho sea de paso, nos muestra en primer lugar el extremo
interés de hacer garabatos en épocas diferentes, a fin de poder apreciar los
diversos estados de la personalidad; y en segundo lugar la posibilidad de seguir
los progresos de una psicoterapia y el sentido en que ésta opera, mediante la
interpretación de los garabatos sucesivos.
CONCLUSIONES
Para que un test tenga valor, debe satisfacerse, como es sabido, un cieno
número de condiciones.
166 167
1. La primera es que el test esté estandarizado, es decir que el material, la inhibido puede, en un momento dado, liberar su agresividad y darnos garabatos
técnica de realización y el método de interpretación deben establecerse de tal muy diferentes unos de otros (véase figs. 31 y 32). Más generalmente aún, el
suerte que los resultados no puedan depender de la individualidad particular crecimiento de un niño, al modificar el punto de equilibrio de las fuerzas del Ello
del psicólogo que lo aplica. y del Yo, modifica al mismo tiempo el trazado de los garabatos.
Nuestro test llena en parte esa condición. Sin embargo, deseosos de dejar Hay que concebir, pues, la exigencia de fidelidad, no de manera estática,
que la personalidad del sujeto sometido a la prueba se exprese sin ninguna sino de manera dinámica.
distorsión, no hemos conservado las reglas tan estrictas de Meurisse, y dejamos
al sujeto la mayor libertad para comenzar sus garabatos en un punto cualquiera 3. La tercera condición es que el test tenga buena sensibilidad, es decir que
de la hoja y disponer para hacerlos de todo el tiempo que desee. de resultados diferentes para individuos diferentes y en situaciones clínicas
también diferentes y que permita, por lo tanto, distinguir unos de otros, los
La compensación, hemos fundado las reglas de interpretación sobre las dos casos sometidos a prueba. Ya la gran variedad de los garabatos nos da derecho
sólidas nociones del estadio sádico-anal y de los mecanismos de defensa del Yo, a sostener que este test es un revelador muy sensible de las diferencias
lo cual permite llegar a deducciones unívocas. individuales. Pero es necesario además que esas variaciones tengan sentido y
nos permitan interpretaciones valederas. Tenemos la esperanza de haber
2. La segunda condición a llenar es que el test sea fiel, es decir, que dé los mostrado en nuestra obra cómo de la diversidad de los trazados se pueden
mismos resultados cuando se lo aplica una segunda vez y que explore siempre destacar tipos de garabatos que responden a situaciones psico-patológicas
el mismo sector de la personalidad. comparables.
Pero esta condición debe ir acompañada de una importante reserva. Si la 4. La cuarta condición es la validez del test. Esta es, con toda evidencia, la
personalidad que se explora fuera fija, si la misma fuera un complejo de condición más importante y en la que están contenidas todas las demás. Un test
elementos psicológicos invariables, se podría comprender la exigencia de es válido, como es sabido, si mide efectivamente lo que está destinado a medir:
fidelidad en forma más estricta. Existen, en efecto, casos —como hemos visto a en este caso, la personalidad y sus trastornos.
lo largo de esta obra— en que los garabatos se repiten, con el mismo trazado,
día tras día, mes tras mes y aun de un año al otro, indicándonos que la El primer criterio para juzgar esta validez será el poder diferenciar el sujeto
personalidad del sujeto no se ha modificado durante ese tiempo. Tratándose de normal del sujeto patológico. ¿Existen trazados normales y trazados patológicos
un adulto, y cuando los garabatos se aproximan a los garabatos de sublimación, bien distintos? A esto hemos respondido en nuestra interpretación de los
se puede concluir que la personalidad es estable y equilibrada. Pero, en todos garabatos. En primer lugar, trazamos un esquema general de la evolución del
los otros casos, se debe sacar en conclusión que existe una fijación de la trazado según la edad, haciendo ver que ciertos garabatos, normales en el niño,
personalidad bajo una forma más o menos patológica. Especialmente, no se no lo son más cuando se los observa en la edad adulta. En segundo lugar, una
concebiría que, en el caso de un niño que crece y evoluciona, el trazado de los vez pasados los primeros estadios de la vida, los trazados de sublimación se
garabatos no evolucionase paralelamente. Hemos visto asimismo que, en el convierten en regla para los normales, de acuerdo con la evolución de la
curso de una psicoterapia, la persistencia de un trazado patológico que no se personalidad. En cambio, ciertos trazados de represión y de inhibición (véase
modifica, indica la poca eficacia del tratamiento emprendido; hemos visto un figs. 23 y 24) permiten afirmar un estado patológico.
buen ejemplo de ello en la observación 18, en que un niño agresivo-depresivo
repite sin cesar durante varios años su trazado de inhibición y cubre su nombre No es menos cierto, empero, que no se puede delimitar en forma segura lo
con fuertes descargas agresivas. normal de lo patológico y que hay que concebir la exigencia de validez también
de manera dinámica. Los garabatos, hemos dicho, dramatizan sobre la hoja en
Sin embargo, en la mayoría de los casos, la personalidad no muestra tanta blanco los conflictos vividos por el sujeto. Ahora bien, los normales tienen
rigidez. Como hemos visto, la misma es un campo de fuerzas cuya resultante tantos conflictos como los enfermos; simplemente los resuelven mejor. Por lo
puede variar según el punto de equilibrio de las mismas. Por ejemplo, un sujeto
168 169
tanto, no se puede afirmar un trastorno patológico, por el solo hecho de El único criterio para juzgar la validez de este test será, pues, en definitiva,
comprobar una situación conflictiva. que la interpretación del trazado concuerde con el examen clínico,
permitiéndonos comprender mejor las motivaciones profundas de los
Sólo se puede emitir una hipótesis, a veces muy probable, pero que deberá trastornos observados.
siempre ser verificada mediante otros test de proyección y mediante la referen-
cia a la clínica. EL PUNTO DE VISTA PSICOANALÍTICO
No se han hecho muchos experimentos sobre la validez del test de los Es decir que, si se admite nuestro concepto de los garabatos, no se los
garabatos. Sólo conocemos el de J. Subes.1La prueba fue hecha basándose en podría interpretar sin referirse constantemente a las reglas del psicoanálisis.
las correlaciones que, afirma R. Meurisse, existen entre ciertos garabatos y
ciertos rasgos psicológicos y llega a resultados enteramente negativos. No La necesidad de una interpretación psicoanalítica se ha introducido ya poco
podemos entrar aquí en los detalles de la crítica de Subes. Digamos solamente a poco en los test clásicos de proyección. Baer, Roy, Schafer, luego Bohm lo han
que, en conjunto, la misma nos parece falseada por el método empleado, que hecho con el de Rorschach y Piotrovsky con el TAT. Nosotros mismos, en
consiste en probar la validez de un test por medio de otro cuya validez no está nuestras obras El test PN y El test del dibujo de la familia, hemos señalado
probada. En segundo lugar, reserva más grave aún, que ya hiciera Meurisse: los enfáticamente el extremo interés de una interpretación en términos de
diferentes tests puestos en correlación con el de los garabatos no exploran el psicología profunda.
mismo nivel de personalidad que éste. Daré simplemente el ejemplo de la
Pero éste método de interpretación se impone aún más para el test de los
agresividad, tan a menudo manifiesta en el trazado de los garabatos. Para
garabatos, por el hecho de que este test pone en juego fuerzas enteramente
verificarla, Subes hizo pasar el test de Rosenzweig a 50 sujetos de los cuales
inconscientes. En efecto, ha sido situando el origen primitivo de los garabatos
tenía los garabatos y trató de establecer una correlación entre la agresividad
en las actividades del estadio sádico-anal que, hemos podido comprenderlos y
manifestada en ellos y el porcentaje de respuestas de agresividad extrapunitiva
llegar a una interpretación válida en psicopatología.
del test de Rosenzweig. Ahora bien, que haya encontrado aquí una correlación
nula no significa nada, por la muy simple razón de que los garabatos objetivan Recordemos a este respecto que, obedeciendo en ello a la evolución de los
la agresividad instintiva espontánea, mientras que en el test de Rosenzweig, las conceptos psicoanalíticos, no nos hemos limitado a la sola consideración de las
situaciones ante las cuales se coloca al sujeto son situaciones sociales y que la pulsiones instintivas, sino que hemos querido seguir el destino de esas
agresividad suscitada por las mismas debe expresarse mediante el lenguaje, con pulsiones, tal como se determina debido a la acción modificadora de las
todo lo que eso implica de defensas semi-conscientes y de veracidad discutible. defensas del Yo. Más aún, siguiendo esa misma evolución, y más allá del
conflicto entre tendencias y defensas, hemos querido formular las
A nuestro entender, con tales métodos estáticos de correlación no se podrá
consideraciones sintéticas que de ella se desprenden referentes al grado de
nunca probar o impugnar la validez de ningún test de proyección.
madurez del Yo, instancia de adaptación y la forma en que se establecen las
Que se trate de fidelidad, de sensibilidad o de validez, debemos siempre relaciones de objeto, otro índice de adaptación.
retornar a la consideración dinámica de la personalidad, vista como un campo
En ese sentido hemos estudiado especialmente la oposición entre la
de fuerzas en conflicto.
sublimación y la represión y, a título de ejemplo muy significativo, los garabatos
Cada sujeto, que sea sano o enfermo, proyecta en sus garabatos sus de fijación materna que señalan a la vez la interdicción de las relaciones
conflictos personales, la forma particular en que su Yo concilia las tendencias y edípicas y la inmadurez del Yo.
las defensas, reflejo probable de su modo reaccional de adaptación a las
En conclusión, creemos haber dado la prueba de que los garabatos, por
situaciones reales.
pueriles y anodinos que sean en apariencia, están en relación profunda con los
problemas personales del que los traza y, nos suministran, sobre su vida
1 J. SUBES, titulado “Étude d'una épreuve graphologique”, publicado en Revie de inconsciente, documentos preciosos.
Psychologic Appliquée, Enero, 1955.
170 171