Arco Facial

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PUESTA AL DÍA

FUNCIÓN

[Resumen]
La transferencia con arco facial
debería ser un procedimiento
rutinario en el laboratorio CE
protésico, a fin de posicionar CE Head
Head Line
Line Horizontal
Horizontal de
de Frankfurt
Frankfur t
los modelos en el articulador
de tal manera que reproduzcan
con la mayor naturalidad
posible y en función correcta la
posición y los movimientos de
los maxilares, pero también el
plano oclusal del paciente. El
autor presenta en su artículo
diversas posibilidades para la
transferencia con arco facial,
discute los avances y explica sus
propias experiencias con el tema
de la función y la transferencia
con arco facial.

Palabras clave
Función. Transferencia con
arco facial. Transferencia
con arco facial arbitraria.
Registro electrónico. HeadLine.

(Quintessenz Zahntech.
2012;38(3):292-308)

La transferencia con arco facial


Una visión personal de la problemática
Stefan Schunke

Introducción Una cuestión recurrente se plantea si es realmente necesario trasladar los modelos al ar-
ticulador mediante arco facial. Al fin y al cabo, muchos trabajos funcionan sin haber sido
montados en el articulador utilizando el arco facial. Por lo tanto, la primera pregunta al
respecto debería ser: ¿Qué significa funcionar en este contexto y qué queremos decir
realmente cuando hablamos de función?
La definición científica de las funciones dentales reza así:

Función [ingl.: function]; interacción fisiológica entre los determinantes (dientes, mus-
culatura, articulación temporomandibular) del sistema craneomandibular12.

En cambio, para nosotros los protésicos dentales, la función significa sobre todo que
el odontólogo no quiere tener problemas en el sillón de tratamiento, esto es, que un
trabajo funcione inmediatamente y sin grandes retoques. En otras palabras: se configu-
ra la corona más bien demasiado plana, con poco perfil de superficie masticatoria, sin
interferencias durante los movimientos laterales. Cuanto más nos acercamos al objetivo
de no causar problemas en el sillón de tratamiento, tanto mejor creemos haber cum-
Quintessence técnica (ed. esp.). Volumen 23, Núm. 5. Septiembre-Octubre 2012 255
INVESTIGACIÓN
PUESTA AL DÍA
FUNCIÓN

Fig. 1. Antaño, simplemente se


sujetaban juntos los modelos
en la mano y de este modo se
determinaban las medidas res-
tauradoras a adoptar.

Ants
Ants Actualmente
Actualmente

Fig. 2. En cambio, hoy en día


se presta mucha más atención
al diagnóstico. Sin embargo,
cabe preguntarse si está justi-
ficado cualquier esfuerzo o si
en ocasiones nos excedemos y
el esfuerzo deviene un fin en sí
mismo.

plido nuestro cometido. Para aquellos de nosotros que profundizamos más en el


tema y no nos conformamos con tomar la ruta fácil de las superficies masticatorias
aplanadas, existen numerosos estudios con diversas opiniones. Pero los estudios
científicos2,3,10,11 sirven de bien poco para nuestro trabajo diario si no podemos apli-
carlos o si son contradictorios. Somos prestadores de servicios y debemos entregar
el mejor resultado posible sobre la base de la documentación que hemos recibido,
o bien declinar el encargo. Cuando empecé mis estudios en 1976, era habitual sim-
plemente sostener juntos los modelos para decir qué debía convertirse en corona,
en pieza de puente o similar (fig. 1). Actualmente, en cambio, se dedica mucho
más esfuerzo al análisis, a fin de prevenir errores e identificar y subsanar problemas.
No se trata tan solo de encajar un par de modelos, sino de identificar y reproducir
con la mayor precisión posible los trastornos de la oclusión y la patología del patrón
masticatorio del paciente. Sobre estas bases pueden extraerse entonces las corres-
256 Quintessence técnica (ed. esp.). Volumen 23, Núm. 5. Septiembre-Octubre 2012
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Fig. 3. El propósito de un mon-


taje conforme al cráneo es al-
canzar en los modelos, en la
medida de lo posible, la misma
relación que en el cráneo. Con
ello nos referimos a la relación
de las arcadas dentarias con
respecto a la articulación y a
un plano de referencia (las fo-
tografías son de Stuart y fueron
un obsequio de M.H. Polz al
autor).

pondientes conclusiones terapéuticas (fig. 2). ¿Qué sentido o sinsentido tiene en


este proceso la transferencia con arco facial? El autor pretende alcanzar la respuesta
a esta pregunta al final de este artículo.

El arco facial Es un hecho que con frecuencia se confeccionan restauraciones dentales sin ninguna
transferencia con arco facial, y que estas restauraciones «funcionan» en el sentido más
amplio del término, es decir, «presumiblemente» no causarán ningún problema, pero
tampoco lo subsanarán. Ahlers define el arco facial en los siguientes términos:

«Todo arco facial establece por definición una relación espacial entre la arcada den-
taria superior y un plano axial o de referencia (el cual se formado a partir del eje de
bisagra del paciente y de un punto de referencia anterior)»1.

He reproducido deliberadamente entre paréntesis la segunda parte de esta cita, dado


que no todos los sistemas adoptan el eje de bisagra como punto de referencia. Así pues,
el objetivo es posicionar los modelos en el articulador de manera tan espacialmente
tridimensional con respecto a los planos de referencia que nos aproximemos lo más
posible a la situación del cráneo (fig. 3).
Originalmente, para ello se transferían registros altamente complejos a un articulador
totalmente ajustable. Así fueron los inicios, fundamentados en la gnatología.
No todo el mundo estaba convencido de que este método fuera el correcto. A lo largo
de los años se produjeron varios cambios. La forma más frecuentemente utilizada de la
transferencia con arco facial, en los casos en los que de hecho se utiliza un arco facial,
es la arbitraria.

La transferencia El eje arbitrario es, como su propio nombre indica, un eje escogido libre y aleatoriamen-
con arco facial arbitraria te. Para escoger el eje se aplican distintos métodos. Probablemente el más frecuente
consiste en insertar el arco facial arbitrario en los oídos del paciente y a continuación
Quintessence técnica (ed. esp.). Volumen 23, Núm. 5. Septiembre-Octubre 2012 257
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FUNCIÓN

Exactitud de los puntos del eje intercondíleo arbitrarios


Mediciones y puntos de marcación para Puntos arbitrarios a no más de 6 mm de los Autor
puntos del eje intercondíleo arbitrarios puntos del eje de bisagra cinemático (%)

13 mm en la línea desde el borde posterior 98,0 Schallhorn


del tragus hasta el canto (comisura palpebral) 92,1 Beyron
58,3 Beck
13 mm frente al borde anterior del meato
16,7 Beck
40,0 Lauritzen y Bodner
13 mm en la línea desde el pie del tragus
hasta el canto 33,0 Teteruck y Lundeen
10 mm por anterior del punto medio del
conducto auditivo externo y 7 mm por 83,0 Beck
debajo del plano de Frankfurt

Línea biauricular 75,5 Teteruck y Lundeen

Shillingburg/Hobo/Witselt Fig. 4. Tabla sobre la exactitud


Fundamentos de la técnica de coronas y puentes de los puntos del eje intercon-
Quintessenz 1986
díleo arbitrarios9.

Exactitud
Exxac
Exac
Ex tud de
actititu
acti itu de los
de os ppuntos
los unto
un
nto
tos delel ejeje
os de
ddel ejeje iin
intercondíleo
ntteerc
rcon
onddí
ondí
on dílelleo
díle aarbitrario
arbitrarios
eo arrbbi
bittrrar
ario
ios
io
Mediciones y puntos de marcación para Puntos arbitrarios a no más
á de
d 6 mm de d
puntos del eje intercondíleo arbitrarios Autor
los puntos del eje de bisagra cinemático (%)

75,5 Teteruck y Lundeen


Línea biauricular

Fig. 5. Si se trazan con el com-


pás radios de círculo alrededor
del eje de bisagra así como al-
rededor de los puntos axiales
condíleos, se observa cómo di-
fieren estos radios.

se determinan las arcadas dentarias superiores mediante la horquilla de mordida co-


rrespondiente. Un aspecto interesante es la gran medida en que se diferencian entre sí
los métodos de transferencia con arco facial arbitraria, tanto en cuanto a complejidad
como a la precisión del resultado de la transferencia.
Shillingburg et al9 publicaron en 1986 una tabla sobre la exactitud de los puntos del eje
intercondíleo arbitrarios (fig. 4). Esta tabla permite apreciar que en torno al 25% de los
puntos axiales arbitrarios se sitúan fuera de un radio de 6 mm alrededor del eje de bisa-
gra real, lo cual aún se considera tolerable. Si se trazan con el compás radios de círculo
alrededor de los puntos axiales reales así como de los arbitrarios, se constata hasta qué
punto difieren estos radios. Dicho de otro modo: en función del punto axial escogido se
tendría una elevación de la mordida o un rebajamiento de la mordida (figs. 5 y 6).
De todos modos, una cuarta parte de los ejes encontrados se hallan muy alejados del
eje de bisagra y por lo tanto carecen de importancia.
A menudo se oye que el articulador está orientado por ejemplo conforme al plano de
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FUNCIÓN

Exactitud
Exxac
Exac
Ex tud de
actiitu
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intercondíleo
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Mediciones y puntos de marcación para Puntos arbitrarios a no más
á de
d 6 mm de d
puntos del eje intercondíleo arbitrarios Autor
los puntos del eje de bisagra cinemático (%)

Línea biauricular 75,5 Teteruck y Lundeen

Fig. 6. La ampliación de dos


cúspides que inciden la una
sobre la otra y del contacto
correspondiente. En virtud los
radios trazados con el compás
desde distintos puntos axiales,
se pone de manifiesto hasta
qué punto diferirían los pun-
tos de incidencia, de manera
que se obtendría un contacto
demasiado fuerte o bien dema-
siado débil.
Fig. 7. La diferencia entre los
distintos planos relevantes para Horizontal de Frankfurt Horizontal del paciente según Guichet Plano de Camper
cada articulador se fundamenta
en la relación del apoyo nasal
con respecto al arco facial y a
la altura casi siempre fijada de
este modo. Algunos sistemas
mantienen variable la altura del
apoyo nasal, para adaptarse así
a los rostros individuales. Tam-
bién puede ser problemática la
fuerza de apriete ejercida sobre
el apoyo. Puede evitarse este
problema utilizando un apo-
yo nasal telescópico. También
resultan otros planos de refe-
rencia si se gira el apoyo nasal,
utilizándolo así de forma distin-
ta a la prescrita.

Camper, a la horizontal de Frankfurt o la horizontal del paciente según Guichet. Esto


lleva a preguntarse dónde radica la diferencia. ¿Acaso no puedo articular de todos mo-
dos conforme al plano de Camper en un articulador orientado conforme a la horizontal
de Frankfurt?
Esto no es posible, ya que la diferencia sistémica reside en la altura del apoyo nasal con
respecto al plano de referencia (fig. 7). Esta altura viene predefinida y arroja inclinacio-
nes de la trayectoria condílea de valor medio (fig. 8). Esto puede constituir un proble-
ma por ejemplo si el paciente no se halla en el valor promedio, esto es, no se ajusta al
esquema de la relación concreta entre el apoyo nasal y el plano de referencia. Se da
este caso por ejemplo cuando el paciente presenta un tercio facial medio o inferior muy
alto. En este caso, todos estos valores dejan de ser válidos.
La diferencia más obvia entre los planos de referencia radica en la inclinación de la tra-
yectoria condílea del articulador. Sin embargo, es posible que estos valores varíen aún
más si el odontólogo no utiliza un apoyo nasal.
Quintessence técnica (ed. esp.). Volumen 23, Núm. 5. Septiembre-Octubre 2012 259
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¿Dónde se manifista la diferencia entre los planos?

P.C.
H.F.
H.P. Fig. 8. Si se trabaja con apoyo
P.C. 20º-30º nasal, con inclinaciones de la
H.P. 30º-40º trayectoria condílea de valor
H.F. 40º-50º medio resulta un promedio de
30 a 50 grados según el plano.
Pero entre ambos valores son
posibles muchas otras variantes.

Fig. 9. En este caso no fue po-


sible posicionar del todo la hor-
quilla de mordida, dado que
estorbaba un soporte.

Hoy en día es habitual recibir únicamente una horquilla de mordida, insertarla en la


parte inferior del articulador y a continuación articular en consecuencia el modelo
del maxilar superior. En una ocasión me ocurrió que no era posible realmente posi-
cionar la horquilla de mordida (fig. 9). Entonces se me ocurrió la idea de comprobar
el sistema. La mayoría de sistemas deben ajustar su trayectoria condílea a 30º debi-
do al procedimiento arbitrario. Después de hacerlo, coloqué el arco facial sobre la
horquilla de mordida inferior y lo cerré. Los resultados mostrados en las figuras 10
hasta la 12 hablan por sí mismos. En el resultado no pude observar, en ninguno de
los articuladores que comprobé, una coincidencia entre la horquilla de mordida y
el eje arbitrario. A este respecto, cabe señalar que llevé a cabo esta comprobación
una sola vez con los articuladores que utilizo. Así pues, tal vez no posea un gran
valor informativo, pero todo el mundo puede probarlo por sí mismo alguna vez en
su articulador.
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Figs. 10 a 12. Con objeto de


verificar exhaustivamente el
sistema, se ajustaron adecua-
damente las inclinaciones de la
trayectoria condílea, y a conti-
nuación se montó el arco facial
sobre la horquilla de mordida
inferior y se cerró. Este experi-
mento se llevó a cabo con va-
rios sistemas de articulador y
condujo siempre al mismo re-
sultado: ¡nada concordaba!

Quintessence técnica (ed. esp.). Volumen 23, Núm. 5. Septiembre-Octubre 2012 261
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FUNCIÓN

Verifi
Verificcación
ación de
de arcos
arcos facials
facials aajenos
jenos aall ssist
istema
ema

Fig. 13. La verificación de ar-


cos faciales ajenos al sistema
no arroja en modo alguno re-
sultados útiles, sino aún más
confusión.

Fig. 14. En este caso, el eje de


bisagra incluso concordaría
bastante bien, pero desafortu-
nadamente entonces ya no es
válido el eje de referencia.

Fig. 15. Si se utiliza un arco facial


ajeno al sistema, debería utilizar-
se también la misma altura de
montaje del articulador. El arco
aquí empleado estaba concebi-
do en principio para el sistema
Denar, mientras que el articula-
dor SAM utilizado en su lugar es
la variante alta. En este caso no
se puede establecer la relación
con el cráneo.

262 Quintessence técnica (ed. esp.). Volumen 23, Núm. 5. Septiembre-Octubre 2012
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Fig. 16. El único modo de sub-


sanar el problema es restablecer
la unidad entre el arco facial y la
horquilla de mordida.

Fig. 17. Valores registrados elec-


trónicamente: ¿pueden utilizarse
realmente los valores aquí en-
contrados? En realidad, después
de cada movimiento milimétri-
co sería preciso reprogramar las
inclinaciones de la trayectoria
condílea así como la guía de
Bennett.

La situación resulta aún más grave si se intenta transferir arcos faciales ajenos al sistema
mediante una horquilla de mordida de este tipo (figs. 13 a 15). Si bien es posible que
el eje sea correcto en algún que otro caso, entonces ya no son correctos los planos
de referencia. La única posibilidad de escapar a este dilema consiste en restablecer la
unidad entre el arco facial y la horquilla de mordida (fig. 16). Lo correcto sería que este
paso de trabajo tuviera lugar en la clínica odontológica, pero según mi experiencia esto
tan solo sucede en casos excepcionales.

El registro electrónico Otro avance en este ámbito lo constituye el registro electrónico. En este método se re-
gistran movimientos masticatorios individuales y de este modo se obtienen valores para
la programación del articulador (fig. 17). En mi opinión, el trabajo con estos sistemas
plantea una serie de preguntas:
Quintessence técnica (ed. esp.). Volumen 23, Núm. 5. Septiembre-Octubre 2012 263
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FUNCIÓN

 El sistema me proporciona valores de articulación pero ¿qué sucede con mis valores
frontales?
 Para poder utilizar estos valores de articulación, debo localizar mi eje de forma pre-
cisa, esto es, exactamente en el punto en el que se llevó a cabo este registro elec-
trónico, y a continuación transferirlo como eje localizado al articulador, ya que de lo
contrario no se pueden aplicar los valores obtenidos. Normalmente, los fabricantes
ofrecen esta posibilidad en sus sistemas. A menudo tan solo se lleva a cabo el registro,
pero posteriormente se utiliza el arco facial arbitrario. ¿Qué utilidad tiene entonces
tal registro?
 Cuando recibimos estos valores por parte del odontólogo, por lo general se requiere
que ajustemos la inclinación de la trayectoria condílea horizontal (ITCH) por ejemplo
a un valor de 3 mm. Aun prescindiendo del hecho de que generalmente tales valores
se mueven siempre en el mismo orden de magnitudes en función de la pertenencia
al plano, queda pendiente la cuestión de si cada vez que ejecutemos un movimiento
lateral debemos reajustar la ITCH en pasos milimétricos a los valores registrados.
¡Personalmente no conozco a nadie que lo haga! En el mejor de los casos se ajusta un
valor y se adopta para todos los movimientos. ¿Para qué necesito entonces el resto?
¿Qué pasa si el paciente presenta posturas corporales anómalas? ¿Se registra en ese
caso únicamente patología?

Otra cuestión pendiente es si un articulador puede realmente reproducir todos los mo- El articulador
vimientos del maxilar. Kordaβ et al publicaron en el año 2000 un artículo que incluía
la siguiente afirmación:

«Por lo tanto, no es de extrañar que en los estudios de Tamaki et al (1997) sobre


la reproducibilidad de los movimientos oclusales en el articulador, pese al registro
individual y al montaje de los modelos conforme al cráneo y a las articulaciones, tan
solo pudieron reproducirse en el articulador el 82% de los contactos protrusivos y el
90% de los contactos laterotrusivos que se daban en vivo. Únicamente el 62% de los
contactos protrusivos y el 81% de los contactos laterotrusivos estaban correctamente
localizados en el articulador. Además, el articulador generaba nuevos contactos que
no existían en la boca»4.

Por otra parte, no se debe olvidar que el articulador es un elemento pasivo, mientras
que la boca es un elemento activo. Esto quiere decir que, por ejemplo, la mandíbula se
tuerce al masticar, los dientes se mueven en sus alveolos, etc. Se trata de movimientos
no reproducibles por un articulador pasivo y un modelo pasivo.
Es y continuará siendo necesaria la comprensión de la oclusión y de los patrones de movi-
miento, de la interpretación de las facetas y de las estructuras circundantes. Así pues, cada
vez resulta más difícil y desconcertante entender qué sentido tiene realmente un arco facial.
Es fácil llamarse a engaño y creer que sin el arco facial pueden obtenerse resultados
igual de buenos o como mínimo no peores.
El hecho es que si se ejecutan correctamente los pasos de trabajo y se permanece dentro
de un sistema, las transferencias con arco facial constituyen una valiosa ayuda pese a
sus limitaciones.
264 Quintessence técnica (ed. esp.). Volumen 23, Núm. 5. Septiembre-Octubre 2012
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Transferencia en relación Un método más reciente y que está cada vez más extendido es la transferencia en rela-
con el cráneo mediante ción con el cráneo mediante HeadLine (Plaster-Set, Plaster Dental-Technik, Núremberg,
HeadLine Alemania; distribuido también por Jensen-Dental, Metzingen, Alemania). El método y
la idea propiamente dichos proceden de Rainer Schöttl6-8, si bien fue Udo Plaster quien
identificó y dio a conocer las posibilidades de este método5,8 (fig. 18). En esencia, se
trata de definir exclusivamente el maxilar superior a partir de la relación espacial entre la
línea bipupilar y el plano de Camper y transferirlo así al articulador (fig. 19). El problema
de una transferencia mediante el eje de bisagra se pone especialmente de manifiesto en
caso de que el paciente presente asimetrías. En tales circunstancias no importa si el eje
de bisagra se ha localizado o tan solo se determina arbitrariamente. El problema radica
en solapar de la manera más coincidente posible el espacio de movimiento «dentición»
y el espacio de movimiento «articulador». Los patrones de movimiento a registrar son
distintos. En este contexto no son determinantes el registro de las trayectorias y los
valores encontrados, ya que éstos podrían ser correctos, sino que el problema radica
en la transferencia de los modelos al articulador.
Si se contempla la dentición con sus movimientos como un espacio cerrado en sí mis-
mo cuyos valores se han registrado, precisamente en el caso de asimetrías se pone de
manifiesto cómo se pretende transferir de forma coincidente este espacio al articulador.

Fig. 18. El sistema HeadLine se-


gún Schöttl y Plaster5-8.

Fig. 19. El HeadLine se define


directamente en función del
cráneo. Como referencia se uti-
lizan la línea bipupilar y el plano
de Camper.

Quintessence técnica (ed. esp.). Volumen 23, Núm. 5. Septiembre-Octubre 2012 265
PUESTA AL DÍA
FUNCIÓN

Fig. 20. Existen dos espacios de


movimiento distintos: el espacio
de movimiento del articulador y
el de la dentición. La dificultad
radica en solapar de la manera
más coincidente posible estos
dos espacios de movimiento.
Dicha dificultad se manifies-
ta especialmente al encontrar
condiciones asimétricas.
Fig. 21. Dado que ambos espa-
cios de movimiento en realidad
no coinciden, sería preciso des-
plazarlos.

Fig. 22. Sin embargo, con este


desplazamiento variarían tam-
bién proporcionalmente los
valores, a fin de hacer coincidir
en la mayor medida posible los
patrones de movimiento. ¿Pero
quién nos proporciona la medi-
da exacta?

Fig. 23. Las facetas utilizadas


actualmente se aprecian cla-
ramente mediante una lámina
Bruxchecker.

266 Quintessence técnica (ed. esp.). Volumen 23, Núm. 5. Septiembre-Octubre 2012
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Fig. 24. Un modelo articulado


ligeramente modificado. Se ob-
serva una diferencia de altura en
los pliegues retrotubulares pos-
teriores, y también que el diente
11 está algo más elevado.

Fig. 25. Pero en la superposi-


ción se aprecia sobre todo la
variación de la posición de las
facetas.

Lo que previamente era recto (protrusivo) en boca, es decir 0º, en realidad debería ajus-
tarse ahora –por ejemplo– en un lado a +5º y en el otro a −5º. ¿Pero cómo obtenemos
o quién calcula tales valores (figs. 20 a 22)?
Me gustaría intentar explicar esto de manera algo distinta y tal vez más inteligible en el
contexto del diagnóstico. Por ejemplo, al observar una lámina Bruxchecker sobre un mo-
delo se aprecian rápidamente las facetas utilizadas actualmente (fig. 23). Si se articula este
modelo en dos versiones distintas con una variación mínima, se desplazan forzosamente
los patrones de movimiento (figs. 24 y 25). ¿Qué conclusiones podemos extraer de ello?
Supongamos que tenemos una cúspide palatina que presenta dos puntos de contac-
to con la mordida antagonista (fig. 26). ¿En qué situación nos encontramos entonces
cuando la situación oral alrededor de la cúspide ha variado mínimamente? Incluso con
un cementado perfecto, la corona se situaría en el cráneo, en la vista frontal, algo más
elevada por vestibular y algo más baja por palatino (como en la lámina Bruxchecker en
orden inverso) (fig. 27). Así pues, el contacto propiamente dicho se desplazaría mínima-
Quintessence técnica (ed. esp.). Volumen 23, Núm. 5. Septiembre-Octubre 2012 267
PUESTA AL DÍA
FUNCIÓN

Gnatología

Fig. 26. En la técnica de encera-


do gnatológica y en otros mu-
chos sistemas, se disponen los
contactos de tal manera que se
sitúen en planos inclinados. Por
este motivo se necesitan siem-
pre varios contactos, los cuales
se contrarrestan mutuamente
en cuanto a la fuerza ejercida.

Gnatología
Fig. 27. Si la posición del maxi-
lar superior en el cráneo pre-
senta una mínima variación, el
resultado es un encaje distinto
de los dientes; la situación en
su conjunto es inestable. Por lo
tanto, debe desviarse el maxilar
inferior (en caso de una restau-
ración compleja) o bien deben
desviarse los dientes. Indepen-
dientemente del tipo de mon-
taje (arco facial o HeadLine):
cuanto mayor sea la diferencia
entre el articulador y la situa-
ción real en boca, tanto mayor
será el problema.

Principio Biomecánica
Principio de
de mochila
mochila

Fig. 28. Conforme al principio


de mochila de la biomecánica,
los contactos inciden entre sí
horizontalmente. Pero al mis-
mo tiempo garantiza también
los espacios libres necesarios en
la zona cercana oclusal.

268 Quintessence técnica (ed. esp.). Volumen 23, Núm. 5. Septiembre-Octubre 2012
PUESTA AL DÍA
FUNCIÓN

Fig. 29. Unos modelos correcta-


mente articulados, aquí según
el sistema HeadLine, proporcio-
nan más fácilmente informa-
ción esencial para la estética.

Fig. 30. Modelos articulados se-


gún el HeadLine.

mente y conduciría al deslizamiento del maxilar inferior o a la desviación del diente. Por
lo tanto, no sabemos si la faceta creada constituye un patrón de movimiento o una faceta
de deslizamiento.
Precisamente este contexto es lo que confiere tanta importancia al diagnóstico y a
la articulación conforme al cráneo, independientemente del sistema que se utilice. A
partir de este ejemplo se pone también de manifiesto por qué el concepto de ence-
rado biomecánico según Polz con sus mochilas ofrece una ventaja adicional. En este
concepto, los contactos se producen horizontalmente, de modo que ofrecen menos
posibilidades de fases de deslizamiento oblicuas (fig. 28). Naturalmente, también
en este caso se desplazarían los contactos, pero no harían faltan tantas medidas de
tallado para corregirlos.
Otra ventaja del HeadLine reside en el hecho de que nos permite evaluar la estética de
forma considerablemente más fácil y eficiente (fig. 29), lo cual en la experiencia del
autor conduce a unos resultados mejores y orientados al objetivo.
Quintessence técnica (ed. esp.). Volumen 23, Núm. 5. Septiembre-Octubre 2012 269
PUESTA AL DÍA
FUNCIÓN

CE
CE Head
Head Line
Line Horizontal
Horizontal de
de Frankfurt
Frankfur t

Fig. 31. Contraposición de los


diversos métodos de articu-
lación.

Fig. 32. Los modelos articulados


conforme al sistema HeadLine
se sitúan desplazados hacia de-
lante y hacia arriba en compa-
ración con otros sistemas.

Fig. 33. Debido al desplaza-


miento del centro de rotación
del eje de bisagra hacia dorsal
ventral se establecen unos pa-
trones de movimiento distintos.
Estos repercuten principalmen-
te en la zona de los molares,
resultando en unas superficies
masticatorias algo expandidas
y suavizadas.

270 Quintessence técnica (ed. esp.). Volumen 23, Núm. 5. Septiembre-Octubre 2012
PUESTA AL DÍA
FUNCIÓN

En ocasiones, los modelos articulados según este procedimiento transmiten una sensación
extraña por lo que respecta a su posición (figs. 30 y 31). Pero este tipo de articulación
parte de la premisa de que el centro de rotación está situado por dorsal y caudal del eje
de bisagra, en la zona de la mastoides (figs. 32 y 33). Pero esto comporta también unos
patrones de movimiento distintos. Los patrones de movimiento propiamente dichos se
reproducen de forma más bien suavizada; es decir, tienden a obtenerse superficies mas-
ticatorias ligeramente suavizadas y expandidas en la región de los molares. Así pues, en
lo esencial no cambiará nada para quienes trabajan conforme a los principios mecánicos.

Resultado A modo de síntesis puede decirse que, hasta donde llegan los conocimientos del autor,
actualmente no existe ningún sistema −a excepción de la naturaleza, por supuesto− que
satisfaga al 100% todos los requisitos funcionales. Todos los sistemas tienen sus ventajas
e inconvenientes, y cada profesional debería decidir por sí mismo cuál de ellos presenta
las menores desventajas y funciona mejor.
Nuestro problema como protésicos dentales radica en el hecho de que debemos poder
manejarnos más o menos con todos los sistemas, ya que a menudo los odontólogos
utilizan distintos sistemas.
Y finalmente, para responder a la pregunta planteada al principio sobre el sentido de la
transferencia con arco facial, me reafirmo en mi postura, teniendo en cuenta también
la situación anteriormente descrita: considero indispensable la transferencia en relación
con el cráneo, tanto en el diagnóstico como en el trabajo cotidiano.

Bibliografía 1. Ahlers MO. restaurative Zahnheilkunde mit dem Artex System. Hamburg: DentaConcept, 1996.
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Correspondencia ZTM Stefan Schunke


Zahntechnisches Laboratorium Stefan Schunke GmbH
Bayreuther Str. 39 - 91301 Forchheim, Alemania
Correo electrónico: [email protected]
Quintessence técnica (ed. esp.). Volumen 23, Núm. 5. Septiembre-Octubre 2012 271

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