Etología y Manejo Natural en Una Yegua de Carrera

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Etología y Manejo Natural en una Yegua de Carrera.

Artículo publicado en: Caballos, cría y deporte - Nº XLIX - Noviembre 1999


Palermo Blanca - Año 77 - Edición Nº 37 - Miércoles 13 de septiembre del 2000
The Holistic Horse - Vol.7, Nº 21, Spring 2000 – USA
Síntesis de Noticias Veterinarias - nº 7 - diciembre 2000 - Órgano de difusión del Consejo Profesional de MV.
www-veterinaria.org
www.homeopatia.vet.br/mvholist/index.htm
www.horseproject.it/_en/f-vet-es.html

ISBN: 8420008826
Libro: ENFERMEDADES DEL CABALLO
Autor: BELLINGHAUSEN WILFRIED

 
Un día en el hipódromo de San Isidro en Buenos Aires, estaba conversando con un entrenador
amigo, a quien hacía muchos años que no veía.
Me preguntó que estaba haciendo y le conté que estaba investigando en el comportamiento y
el lenguaje del caballo y que hacía años estaba estudiando Medicina Homeopática, otros tipos
de terapias no convencionales, y distintas técnicas de masajes, ya que me llegaba información
de que varios equipos olímpicos de salto y de doma estaban usando este tipo de terapias, y
que incluso algunos cuidadores de Kentucky habían comenzado a incorporar la acupuntura y
los masajes en sus caballos.
Entonces me contó que tenía una yegua de carrera bastante buena, a quien "no le encontraban
la vuelta".

GRAN BET
Gran Bet, la yegua, venía siendo tratada con los medios convencionales y no iba ni para atrás
ni para delante. Me preguntó si desde mi perspectiva se podía hacer algo y arreglamos para
ver a la yegua a la semana siguiente.
El lunes posterior a este encuentro fui a la caballeriza, (una de las mejores), y cuando llegué al
box de la yegua, ésta se encontraba mirando hacia la pared, desinteresada de su medio
ambiente, y bastante deslucida.
Antes de revisarla anoté lo que el cuidador dijo:
 "No la puedo recuperar, no engorda aunque cuando llegó era gordita y comía muy bien,
está desganada, a pesar que es una yegua que corre muy bien.
 Se desgasta, está siempre enojada, difícil de manejar, patea, es peligrosa en el box.
Corrió mal la primera carrera y ganó la segunda. Cuando llegó estaba gordita, redonda,
y era muy alegre."
Antecedentes: Tuvo sobrecañas y fue tratada con cáusticos, pero después de este episodio
nunca más se recuperó.
Primer diagnóstico: Estrés por estabulación y manejo incorrecto.
Cuando tratamos caballos de carrera, o de otros deportes de gran exigencia, es necesario
conocer todos los antecedentes, y tener en cuenta que hay muchos factores que influyen, como
el peón, que pasa la mayor parte del tiempo con el animal, el manejo alimentario, el tipo de box,
cómo se lo entrena, las horas que pasa encerrado, el tiempo que sale, el
jinete/jockey/amazona, las enfermedades anteriores, la genética, el tipo de doma que recibió,
donde fue criado, etc.
Antes de entrar al box, la observé un momento e intenté establecer un diálogo con ella, pero
ella seguía apática, entonces, entré tranquila, intentando acariciarla, mientras le hablaba, y no
solo no mostró deseo de interactuar sino que además se inquietó y se irritó. En este punto es
necesario tener en cuenta su genética, porque su padre, el padrillo Gran Chelem, suele dar
yeguas temperamentales.
 Sin embargo, había un detalle: ella mostraba ese comportamiento en el box, pero tanto
el cuidador, como el vareador y el jockey decían: "Cuando sale, se porta como una
princesa".
Entonces luego de revisarla me pregunté porque estaba tan enojada, irritada, apática e
indiferente, ya que el veterinario jefe de la caballeriza, había descartado cualquier tipo de
patología clínica y no podía entender que le ocurría. Me fui pensando el porqué de sus
reacciones, tratando de comprenderla según su propio lenguaje, sus necesidades psicológicas
y sociales.
De alguna manera intenté ponerme en su lugar y diseñamos un plan de trabajo con el cuidador,
la vareadora, el peón y el jockey.
Lo primero que hicimos fue cambiarla de lugar porque donde estaba no había ventanas, la
yegua estaba aburrida y necesitaba comunicación.
El cuidador la puso en un box que tenía dos aberturas, una alta que daba a la calle por donde
podía mirar y otra con rejas en la pared que daba al box vecino donde se encontraba otra
yegua.
Rápidamente las dos yeguas se hicieron amigas, y pasaban horas una al lado de la otra,
oliéndose, o simplemente estando una cerca de la otra. Esta simple modificación, hizo que
empezara a mejorar un poco.
El caballo es un ser "social" y necesita interactuar con sus congéneres para mantener tanto su
salud física como psíquica. Si no puede hacerlo, sufre mucho y se enferma, igual que nosotros,
si estamos encerrados sin poder comunicarnos con amigos, sin hacer una vida social,
terminamos encerrados en nosotros mismos y nos enfermamos.
Es muy simple.
Somos seres sociales.
Los caballos son animales sociales y para ellos la compañía forma parte de su equilibrio
psicológico y anímico, el peor castigo para un caballo es estar solo o no poder relacionarse con
sus congéneres, necesita saber quien está a su lado, olerlo, establecer contacto.
Es más, se dice que el caballo en su propia manada tiene un amigo o amiga más especial que
los otros, construyen amistades profundas y duraderas.
Una vez que hicimos esta modificación en su lugar de vida, comencé la difícil tarea de
encontrar el mejor medicamento homeopático.
Éste actúa como un todo de manera profunda sobre la energía vital del animal y su búsqueda
requiere tiempo, experiencia y conocimiento de todos los síntomas físicos como psíquicos, y
fundamentalmente el conocimiento de las características de su comportamiento como especie.
Cuando el medicamento está bien prescrito actúa por similitud de síntomas, es decir, como un
espejo.
Al tener los mismos síntomas, dado en dosis más pequeñas produce un efecto de curación.
Este es uno de los principios de la homeopatía, "lo similar cura lo similar", principio que por
primera vez planteó el médico griego Hippocrates.
En aquel momento tomó Lachesis, porque parecía endeble y desdichada, muy inteligente y
sensible, indiferente al trabajo con aburrimiento, y porque este medicamento cubría además el
estado de debilidad muscular y debilidad por ejercicios leves, - estaba entrenando muy suave.
Esta medicación fue complementada con Remedios Florales, que contribuyeron a disminuir el
estrés.
(No cito en este artículo el estudio completo de la sintomatología ni de los medicamentos) No
tomé los síntomas de la irritabilidad y el malhumor, porque mi intención era la de comprender
porque reaccionaba de esa manera, así que cuando la conocí mejor, le prescribí otros
medicamentos que produjeron mejor resultado.
Iba una o dos veces por semana para hacerle masajes, y compartíamos información con las
personas de la caballeriza.
El trabajo con los masajes nos permite entrar en un contacto más profundo con el caballo, y
ayuda a crear un lazo de confianza y amistad.
El caballo nos habla permanentemente, en silencio, con su cuerpo y sus movimientos, ellos
"nos leen" mejor a nosotros que nosotros a ellos.
Son tan perceptivos que pueden percibir sutiles movimientos en nuestro cuerpo que ni siquiera
nosotros nos damos cuenta.
Se dan cuenta rápidamente de nuestro estado de ánimo: relajado, tenso, con miedo, con
confianza. Por esta capacidad para leer a los otros es que han conseguido sobrevivir durante
millones de años.
Cuando viven libremente, se comunican permanentemente y están atentos a cualquier tipo de
cambio. Si alguno para las orejas, todos miran en la misma dirección, si alguno comienza a
moverse, los demás lo seguirán, funcionan como grupo y para hacerlo necesitan estar
comunicados y atentos.
Durante el primer mes de tratamiento, mejoró un 40%: ganó peso, mejoró el pelaje, y
fundamentalmente volvió a conectarse con su medio ambiente.
Yo iba una o dos veces por semana, le hacía los masajes y siempre que llegaba la llamaba o le
silbaba.
Al principio no tenía respuesta, pero a la 3ra o 4ta vez, ella empezó a sacar la cabeza del box
para recibirme. Aunque dentro del box seguía molesta, este interés por comunicarse fue un
signo de mejoría muy importante.
Adriana una peona de la caballeriza lo confirmó varias veces, contaba que cuando pasaban
varios días sin verme, la yegua se ponía molesta, probablemente porque me fui transformando
en parte de su grupo social, de alguna manera la hacía sentirse segura.
Además ella observó que cuando hablábamos entre nosotras, se inquietaba, quería atención,
se ponía celosa.
El caballo es un animal de presa que percibe situaciones, olores y estados que para nosotros
predadores no son peligrosos, y que fundamentalmente necesita amplios espacios para vivir y
para huir en caso de peligro.
A partir de este conocimiento, estando más con Gran Bet, e investigando la razón de su
conducta, llegué a la conclusión que su irritabilidad era una agresión por miedo.
Realmente al principio no podía estar tranquila en el box, y pude observar varias veces cuando
salía a trabajar, como cambiaba de carácter, como se notaba cuanto mejor se sentía.
Entonces se aclaró el tema: el espacio y el liderazgo.
Como comenté antes, los caballos se sienten seguros en los espacios amplios, como las
grandes llanuras, las praderas, mesetas y desiertos, donde viven y pueden huir en caso de
necesidad, y esta yegua en el box no se sentía segura, y como no comprendían su necesidad,
la trataban con desconfianza y esto le provocaba más inseguridad, y de esa manera se hacía
un círculo vicioso, no había un liderazgo claro por parte de las personas que la rodeaban. Los
caballos necesitan de un líder consistente, confiable y firme, pues así es como ellos se
manejan entre ellos, y el líder domina por movimiento y dirección de movimiento.
Entonces ante la falta de un liderazgo claro y de un espacio amplio donde poder vivir y huir, en
esa situación de temeridad constante, ella se preocupaba, se ponía ansiosa y buscaba dominar
en el box. (Si la persona que atiende al caballo no es consistente, naturalmente el caballo
intentará dominar, alguien tiene que hacerlo).
Afuera estaba tranquila porque podía ver el mundo y si era necesario podía huir.
Como no entendían su conducta, decían que era maliciosa, o difícil, como si fuera algo
voluntario de la yegua el ser de una manera intencionada.
También ocurría que era malinterpretada porque creían que quería morder, cuando en realidad
quería jugar, invitando como hacen los potrillos, entonces, cuando invitaba y no la
interpretaban, lo leían como enojo, y sí, finalmente se frustraba y se enojaba.
Fue en ese momento que trabajé con ella dentro del box, con la intención de que me eligiera
como líder, el trabajo que hice fue usando el mismo lenguaje corporal que usan los caballos
dentro de su propia manada, movimiento y dirección de movimiento: por ejemplo, cuando se
quedaba quieta, la hacía moverse, cuando quería moverse, la hacía quedarse quieta, y otras
diferentes maniobras con mis brazos y mi torso cuyo objetivo fue el de recrear una situación en
el grupo social y de mostrarle que era posible para ella estar tranquila, que podía confiar.
Entonces trabajando de esta manera, manteniendo un determinado ángulo de comunicación,
mirándola a los ojos, se fue produciendo una interacción por la cual ella se fue tranquilizando, y
se dio cuenta que estar en el box no era peligroso.
Acompañé este trabajo con los masajes y trabajé con su peón para que él hablara con ella el
mismo lenguaje, el lenguaje del caballo (Lenguaje Equus como lo llama Monty Roberts). Tanto
se calmó en el box, que una tarde de calor, ella estaba descansando y me convidaron con un té
que tomé sentada a su lado.
Ya no era una pelea levantarle la mano, o revisarla.
Durante este período, se le hizo un estudio porque sospechaban que tuviera úlceras en el
estómago, típico de los caballos estabulados y con estrés.
Entonces tomó Arnica, que funciona muy bien en las situaciones de trauma físico o psíquico.
Realmente la ayudó mucho y engordó otro poco más, estaba más alegre, y el signo evidente de
su mejoría fue cuando comenzó a corcovear juguetona cuando iba a entrenar, además su capa
se puso brillante después de tanto tiempo de estar deslucida.
Desde mi punto de vista lo interesante de este caso es que a pesar que llevó unos dos meses
recuperarla en peso y en apariencia, es que primero hubo una mejoría de su aspecto psíquico y
anímico por cambio de actitud y de manejo del cuidador, y por el tratamiento que se le hizo.
Lo que finalmente me ayudó a encontrarle el remedio más apropiado fue conocer su lenguaje,
que me permitió entender que sufría y reaccionaba por falta de seguridad. Finalmente tomó
Calcarea Carbonica, uno de los remedios más necesitados de protección, con gran necesidad
de compañía y con sentimientos de celos.
 El veterinario principal de la caballeriza decía que Gran Bet era: "una gordita charlatana
cuando llegó, que luego se transformó en una flaca enojada".
El cambio fue concluyente cuando tomó Calcarea.
 La yegua corrió a los 3 meses de comenzado el tratamiento, y ganó a pesar de no
estar en las mejores condiciones físicas.
 Pero mi opinión es que corrió bien porque se sentía mejor psíquicamente y físicamente.
Los caballos son seres generosos y está en su modo de ser querer complacer a su
líder. Cuando un caballo se siente bien, quiere hacer lo mejor que puede, y en esa
carrera fue muy claro como se esforzó en los últimos metros.
 Es eficiente y preciso para los que trabajamos con caballos, conocer sus necesidades
físicas y psicológicas.
 A veces la solución es muy simple y la gente no la ve, o la ignora y no está dispuesta a
aprender. Está al alcance de la mano, un pequeño cambio de espacio, de manejo,
acercarle un amigo, soltarlo para que juegue, o que coma pasto.
Sentido común.
Estos animales de alta exigencia, viven muy alejados de lo que es su naturaleza, sin embargo
podemos intentar mejorar su vida conociendo lo que necesitan y tratando de darles lo mejor.
 

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