Cartilla Sindical

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Presentación

Q ueremos que los documentos que hoy presentamos a la dis-


cusión de este activo nacional sindical sean enriquecidos,
complementados, que se hagan más precisos, en lo posible sin
aumentar su extensión, para que se puedan convertir en un ins-
trumento de educación, para las escuelas de formación política
en el sector sindical.

Aspiramos a que contenga los aspectos fundamentales de


nuestra orientación, en la construcción del movimiento sindical
clasista, en el camino de fortalecer el grado de organización y
conciencia de clase, en la lucha por las trasformaciones revo-
lucionarias que proponemos como solución definitiva para los
problemas que afronta nuestro país y el mundo. Se hace cada
vez más evidente que las relaciones de producción organizadas
en función de la optimización de las ganancias, monopolizadas
por un grupo cada vez más concentrado de grandes propieta-
rios, ponen, con su política depredadora y de guerra, a la huma-
nidad en peligro de desaparecer. El socialismo como propuesta
alternativa, es a la vez una opción por la vida

Buscamos convertir a la corriente clasista en primera fuerza


en el movimiento sindical colombiano en su conjunto, y para ello
se requiere ser primera fuerza en el magisterio, en el sector mi-
nero energético, agropecuario, de la salud y los servicios, sector
financiero, y de la construcción, etc. Dar respuesta efectiva a la
precarización de la fuerza laboral, encontrar formas nuevas de
organización, coordinación, y respuesta en defensa de los traba-
jadores frente a los cambios que ocurren en el mundo del trabajo.
Activo Nacional Sindical PCC

Luchamos por superar las prácticas antidemocráticas, los


arreglos de “fuerzas” para las partijas burocráticas, en el manejo
de la organización sindical, que obstaculiza la toma de concien-
cia, la formación de nuevos dirigentes, la necesaria renovación,
y separa las bases de sus direcciones, aislándolas. Estas direc-
ciones cada vez más envejecidas y burocratizadas, excluyentes
de la participación de los jóvenes y las mujeres, vuelven su co-
tidianidad, zonas de confort, de disfrute de garantías, con fines
personalistas, proclives a la cooptación por la patronal y a la co-
pia de prácticas corruptas, propias de los sectores dominantes,
incluyendo las electorales para su reelección. Este sindicalismo
apoltronado no puede educar a los trabajadores en la idea de
que son la fuerza social alternativa capaz de crear una nueva
sociedad, al servicio de los intereses de las mayorías constitui-
das por los trabajadores y trabajadoras asalariadas, por cuenta
propia, de la ciudad y el campo, calificados y no calificados.

Necesitamos un sindicalismo capaz de superar el estrecho


gremialismo, de superar la dispersión, a nivel de empresa, de
rama de producción o de servicios, la proliferación de varias
centrales de tercer grado y cuarto grado, dicho en otras pala-
bras, superar su dispersión a nivel de base, nacional e interna-
cional. Para ganar así en poder de incidencia sobre las cosas que
le competen. Capaz de impulsar pues, la unidad de acción clasis-
ta, y la unidad y la solidaridad con otros sectores de la población
trabajadora, sindicalizada o no, asalariados o trabajadores por
cuenta propia, igualmente explotados por el gran capital finan-
ciero trasnacional y sus socios nacionales, y por los terratenien-
tes parasitarios acaparadores de las tierras rurales y urbanas.

Un sindicalismo capaz de superar el horizonte economicis-


ta, de comprender que el trabajo, la educación y la cultura, la
vivienda, son derechos humanos, que el Estado tiene la obliga-
ción de garantizar conforme a los compromisos internacionales
adquiridos, y por lo tanto tienen una dimensión política. Que
la política patronal de los grandes empresarios se plasma en el
llamado plan nacional de desarrollo. Que la ofensiva contra sus
conquistas es una política oficial, triunfante con frecuencia con
el apoyo brindado por trabajadores a los partidos financiados
por y al servicio de los patronos. Que la regulación de las condi-
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Presentación

ciones de contratación, pago, prestaciones, pensión, están con-


cretadas en leyes antidemocráticas destinadas a intensificar su
explotación. Que la criminalización de la protesta social está al
servicio de la imposición de políticas contra sus intereses, en-
caminadas a garantizar su opresión. Que las luchas reivindica-
tivas económicas trascienden a lo político, y que debe aprender
a interpretar en ese escenario lo que conviene a sus intereses. Y
que sin duda las garantías democráticas, facilita la lucha por sus
intereses. Un sindicalismo, en resumen, capaz de comprender
que las luchas por la democracia integral y las trasformaciones
profundas están vinculadas a sus intereses.

Debemos fortalecer la educación clasista en las organizacio-


nes sindicales, y la formación política y teórica de nuestros di-
rigentes. Frente a estos requerimientos no puede haber abulia
ni conformismo alguno. Necesitamos miles de nuevos y nuevas
dirigentes clasistas capaces de entender, “ de que está hecho
el país”, para utilizar la expresión de José Martí, de compren-
der los cambios que ocurren en el mundo, la complejidad de
los mismos, de identificar lo que corresponde a sus intereses,
y dirigir con solvencia las luchas, capaces de enfrentar y derro-
tar la ofensiva patronal y abrir vías alternativas al desarrollo de
Colombia, en función de garantizar que las inmensas riquezas
que poseemos se orienten a la satisfacción de las necesidades
de la mayoría de nuestra población, en condiciones soberanas,
de cara al mundo, por la vida. Educación y construcción van de
la mano en la lucha por la unidad de los trabajadores y fuerzas
democráticas, en el desarrollo del movimiento sindical, y en el
fortalecimiento del partido.

Necesitamos miles de trabajadores y trabajadoras en nues-


tras filas, asalariados y por cuenta propia, de la ciudad y el cam-
po. Sin aumentar sensiblemente nuestra presencia en estos
sectores, principal fuerza social de los cambios, es muy difícil
aumentar nuestra incidencia en los mismos y en el país, y lograr
las trasformaciones que requerimos.

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Aproximaciones al Estado
actual del movimiento
sindical colombiano

1. En lo organizativo
Colombia, a diferencia de los países del cono sur, no tiene
una tradición larga de organización de los trabajadores, es pro-
bable que esa situación se dé por razones de no existir una gran
migración hacia su territorio de parte de trabajadores que vi-
nieron de Europa en el siglo XIX, repito, como sucedió en Argen-
tina, Chile, Uruguay, Brasil, Venezuela entre otros, incluso en el
norte de la América.

El sindicalismo Colombiano tiene apenas alrededor de un siglo


desde su aparición, se ha enfrentado a una politica de represión,
y coptación, buscando romper su unidad en torno a principios
clasistas. Ha sido cubierto de sangre por parte de los distintos
gobiernos y parte del empresariado, desde las masacres de los
artesanos en 1919, y de los bananeros en 1928, pasando por la
continua represión contra los petroleros, contra trabajadores y
trabajadoras de las textileras, de la construcción y el cemento, de
la educación, etc., acompañadas de la imposición de medidas le-
gislativas restrictivas de sus derechos, incluidos los mundialmen-
te reconocidos derechos a organizarse, a la huelga y a la protesta.

Han practicado desde los primeros tiempos la política sis-


temática de la cooptación de dirigentes sindicales, a todo nivel
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llegando a ganar figuras del orden nacional. Son varios los que
siendo de las direcciones sindicales, defienden los intereses pa-
tronales, y apoyan y militan en los partidos políticos al servicio
de las clases dominantes, contra los intereses de trabajadores y
trabajadoras.

Según datos del Ministerio de trabajo, entre 1.920 y 2017


se han fundado 11.579 organizaciones sindicales incluidas las
de segundo y tercer grado, de éstas existen 3.174 que se en-
cuentran activas (se considera activas aquellas que realizan al-
gún tipo de actividad). De ellas, un 46% no tienen afiliación a
organismos de tercer grado, es decir que son autónomas o no
confederadas, la CGT aparece con 1.070 sindicatos afiliados, la
CUT con 587, la CTC con 494 y las otras cuatro centrales suman
219 sindicatos que aparecen en el censo como reportados. (ver
cuadro)

Es en los años sesenta, porteriores a las dictaduras conser-


vadoras civiles y militar, durante el frente nacional, donde se
registra el mayor porcentaje de sindicalizados sobre la Pobla-
ción Económicamente activa (PEA). Y en los años recientes en
lo que se apuesta oficialmente a la dispersión de la sindicaliza-
ción, pues aumenta el número de sindicatos disminuyendo la
sindicalización. Ambos repuntes acompañados por esfuerzos
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Estado actual del movimiento sindical colombiano

ingentes de cooptación y división del movimiento sindical, y re-


presión continuada.

En los últimos años se han creado un número importante de


sindicatos gremiales para formalizar los contratos colectivos
(mal denominados) que resultaron de las cooperativas de tra-
bajo Asociado (CTA), convirtiendo a los sindicatos en interme-
diarios del empleo bajo la denominación de “contratos sindica-
les” ayudando a la sobre-explotación de los/as trabajadores/as.

Igualmente resulta un tanto difícil asegurar con exactitud el


número de afiliados, toda vez que la legislación permite la “mul-
tiafiliación” y es así como un solo trabajador/a puede estar afilia-
do a uno o varios sindicatos (caso banco Itaú, contralorías etc.)

Las distintas centrales sindicales aparecen en el censo sindi-


cal con sus propios datos (suministrados por los encargados de
organización), siendo la CUT la que mayor número de trabaja-
dores afilia, seguido por la CGT y la CTC así: (ver cuadro)

El censo que tiene registrado el Ministerio de trabajo (antes


del censo que reportan las organizaciones), tiene un número
importante de sindicatos que no aparecen registrados, porque
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Activo Nacional Sindical PCC

no han actualizado sus listados o porque se encuentran inac-


tivos, o porque han efectuado contratos sindicales y aparecen
como organismos de naturaleza civil, en todo caso distinta a lo
laboral, lo cual contribuye a la disolución sindical, veamos:

Ahora, es probable que estos procedimientos no coincidan


con los registros que tiene el Ministerio, es probable que estén
forzando un reconocimiento en los estamentos de concertación
para lograr una participación, por ejemplo, en las mesas de diá-
logo y negociación de pliegos de exigencias, para darse algo de
publicidad en los medios que les dé alguna visibilidad mediáti-
ca y conseguir alguna oferta en cargos públicos, etc.

Si observamos estos cuadros, podemos darnos cuenta que


la UTC, por ejemplo, cuyo bloque mayoritario se integró en la
creación de la CUT, aparece en los registros oficiales, con exis-
tencia juridica, con un número bastante precario de afiliados,
sin presentar cambios en las directivas de sus organizaciones,
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Estado actual del movimiento sindical colombiano

ni dar muestras de dinamismo alguno. A diferencia de la CSTC


que colocó todas sus organizaciones de primer grado en éste
proyecto y luego sus organismos de segundo grado dieron ori-
gen de las subdirectivas CUT en todo el país.

Los sindicatos no confederados son un importante número


de organizaciones que sobreviven sin afiliación, pero que ado-
lecen de dirección gremial del orden nacional. Su reticencia a la
no afiliación puede estar dada por el desprestigio de la dirigen-
cia nacional en los escenarios de concertación, por ejemplo, en
lo atinente a las “negociaciones” del salario mínimo legal y otras
disposiciones (decreto 089), es un sector importante que hay
que trabajar para procesos futuros de unidad del movimiento
sindical.

En cuanto al número real de afiliados a cada central, y los


no confederados, hay algo de confusión, pues finalmente han
sido las propias organizaciones las que han dado el reporte al
gobierno, después de la reclamación de la CUT, por darse un pri-
mer censo 2017 colocando a la CGT como la de mayor número
de afiliados, el Ministerio decidió, mediante proyecto dar parti-
cipación a la ENS, en la elaboración de la información, arrojando
un resultado un poco distinto así:

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Cuando vamos a ver los tipos y clasificación de sindicatos


(artículo 356 modificado por la ley 50/90) encontramos que:

Y si lo tomamos por su carácter de labor pública o privada


tenemos:

Y si lo tomamos por clasificación económica, en el marco del


proyecto de sindicalismo por rama y hacia negociación única
como ha sido el proyecto CUT (aunque no haya andado en esa
dirección) tenemos:

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Estado actual del movimiento sindical colombiano

Ahora bien, si le damos una mirada a la población sindicali-


zada por género tenemos:

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Activo Nacional Sindical PCC

Debemos anotar que en el mas reciente congreso de la CUT


se discutió que la representación de las mujeres en sus organi-
zaciones sindicales, debe ser, al menos, igual a la proporción de
afialiadas, y no se tomó una decisión favorable a su causa (que
debía ser la causa de todos), por lo menos quedó planteada la
discusión, cuestión que ni siquiera se debate en el seno de las
demás organizaciones.

Igual sucede con la presencia de jóvenes trabajadores/as,


cuyo congreso arrojó una declaración que marca un norte, así
la plenaria de la CUT no lo haya hecho conocer ampliamente, ha
quedado en las memorias de los y las asistentes. Estos debates
se mantienen, y son de una importancia vital para el fortale-
cimiento de las organizaciones sindicales, de su renovación, y
fortalecimiento de la democracia en su interior, lo cual no deja
de tener una significación importante.

2. Efectos del debilitamiento


de la contratación colectiva
Esta realidad manifiesta la debilidad del movimiento sindi-
cal frente a la Población Económicamente Activa (PEA), que es
de aproximadamente veintitrés millones (23.000.000) de per-
sonas. Desde luego eso se debe a distintos factores, entre ellos
comp observamos en la tabla de la siguiente página.
En ello ha incidido el debilitamiento de la contratación co-
lectiva.
Históricamente, quienes han hecho “contrato sindical”, es
decir el compromiso a realizar una actividad laboral, con sus
propios afiliados, han sido los trabajadores agrupados en Fe-
denal hacia los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, más
recientemente Sindicons para realizar obras civiles, de pocos
año acá, algunas organizaciones han realizado contrato sindi-
cal supliendo la función de supervisorías y si se quiere de los
patronos, realizando labores propias de las empresas con sus
trabajadores directos, y sub-contratando, hasta la transforma-
ción de materias primas en productos terminados, prestación
de servicios de salud y otros varias organizaciones gremiales,
contribuyendo a afectar la contratación directa y facilitando la
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Estado actual del movimiento sindical colombiano

super-explotación de sus afiliados, miremos su avance hasta


años recientes:
Esos contratos de intermediación y tercerización están foca-
lizados de la siguiente manera por actividad económica, según
los datos registrados:
Es muy probable que el número de contratos y de beneficia-
rios se ha ido incrementando en éstos últimos años, sobre todo
en el servicio de salud y en empresas agro-industriales.
De tal forma que la misión y visión de una parte del movi-
miento sindical se haya refundido en favor de los explotadores
y de un gobierno que ha venido golpeando mediante sucesivas
contra-reformas al sindicalismo Colombiano, muchas veces
bajo la mirada complaciente y en ocasiones cómplice de una di-
rigencia sindical (no toda) que bajo el pretexto de resistir, no
convocan a la lucha contra la patronal y los gobiernos neolibe-
rales que han despojado de diversas maneras a los y las traba-
jadoras de sus precarios derechos, miremos algunos de los ele-
mentos que componen la actual crisis que vive el sindicalismo
Colombiano como parte del sindicalismo global
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Activo Nacional Sindical PCC

3. La ofensiva jurídica contra


los trabajadores/as aún no termina

En el marco del final de la segunda guerra mundial, de triun-


fo contra el fascismo, se da una línea de beneficios en materia
de derechos laborales, a la vez que se aprobaron los derechos
humanos, incluidos los económicos y sociales. Con el inicio de la
“guerra fría” y la división del sindicalismo clasista a nivel mun-
dial, por prácticas inspiradas en esta política, se generó un es-
cenerario en que las fuerzas patronales del gran capital, a nivel
mundial, tratan de retrotraer esas conquistas defendidas por
las fuerzas clasista.
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Estado actual del movimiento sindical colombiano

En ese marco en nuestro país mediante la acción y moviliza-


ción de los trabajadores, se establece el decreto 2065 de 1.965
que regula la negociación colectiva, en la cual se indica que los
sindicatos mayoritarios recepcionan de los minoritarios sus exi-
gencias y los incluirán en los pliegos de peticiones y se elegirá
la comisión negociadora y sus asesores, y es así como se logra
pactar una estabilidad relativa, que incluye tablas de indemniza-
ción por despidos sin causa justa, y en algunos casos estabilidad
plena y otros beneficios (primas extralegales, planes de vivienda,
auxilios de educación, auxilios ocasionales o transitorios, se reco-
nocen los sindicatos de industria impulsados fundamentalmente
por la CSTC, etc.), además como ya lo mostramos en algún cuadro
anterior, fue la década en la que el sindicalismo logró un mayor
número de afiliados (hasta 17% de la PEA).

En los años setenta, pese a existir cuatro centrales sindicales


(CTC, UTC, CSTC y CGTD) se logra un proceso de unidad de ac-
ción que permite realizar el único “paro cívico nacional” en el que
confluyeron: El movimiento sindical, campesino, cívico y popular
y que contó con el apoyo de los demás sectores de la población.
En los años ochenta, como consecuencia de esas acciones, se
desarrollan los mayores acercamientos en procesos de unidad, y
en el movimiento sindical se funda la CUT en noviembre de 1.986.

Los países dependientes en cumplimiento de las directrices


que el bloque de naciones de occidente sostienen, la OIT, reani-
ma los debates y convenios para presionar a los legislativos a
adoptar los convenios y ratificarlos en las legislaciones nacio-
nales, es así como en el caso Colombiano, se adoptan los conve-
nios 87 y 98 mediante las leyes 26 y 27 en el gobierno de Lopez
Michelsen, a pesar de que ya en los años sesenta había algunos
logros en cuanto a una mayor estabilidad en la contratación,
como señalamos, sin pretender decir que se hiciera por mera
liberalidad de patronos y gobiernos,

3.1. La ofensiva criminal del capital contra


el sindicalismo de clase

A inicios de los 90`s con la llegada al gobierno Cesar Gaviria, en


medio de terribles enfrentamientos y en el marco de la guerra
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Activo Nacional Sindical PCC

sucia y el genocidio de la UP, un selecto grupo de dirigentes po-


líticos-sindicales: Jaime Pardo Leal, fundador de Asonaljudicial
y Fenaltrase, Bernardo Jaramillo, asesor sindical en varias re-
giones del país (Urabá por ejemplo), Leonardo Posada, asesor
de la USO, Teófilo Forero, co-fundador de la CSTC y Festrac, Luis
Eduardo Yaya, presidente de FESTRAM y fundador de Sintra-
cauchoplástico, y una larguísima lista de sindicalistas, fueron
asesinados por el narco-paramilitarismo que cometía esos crí-
menes a la vista de la comunidad internacional y nacional. Si-
multáneamente se bajan los aranceles a niveles no vistos antes,
obligando al cierre de miles de empresas y dejando sin trabajo
a millones de personas que deben recurrir a la economía infor-
mal para garantizar un ingreso.

Al lado del genocidio, llegó la ley 50/, la ley 100 y sus más
variados decretos reglamentarios que fueron impulsados por el
gobierno nacional que contaba con un congreso dócil, en el que
quien se opusiera a esas normas era amenazado en su vida o
asesinado.

Las normas citadas, aún vigentes, han propiciado terribles


heridas en los contratos de los trabajadores y la liquidación de
entidades que prestaron invaluables servicios a la población:
La Caja de Agraria, Telecom, las electrificadoras, el ISS, muchos
acueductos regionales y/o municipales, etc., siendo enajenadas
a precios ridículos a empresas trasnacionales, en una larga lista
que aún no termina, Carrasquilla ha anunciado la venta de ISA,
Ecopetrol, y otras.

En ese marco se perdió la estabilidad laboral hiriendo de


muerte la sindicalización y la negociación colectivas, inclusive
las Cortes han hecho parte de ese trabajo, con honrosas excep-
ciones de algunos magistrados, veamos algunas consecuencias:
a) Debilitamiento de los sindicatos, b) Cooptación de diri-
gentes de algunas centrales sindicales, c) División mayor del
sindicalismo (hoy hay 7 centrales y muchos sindicatos no con-
federados como vimos en los cuadros), d) En las empresas pue-
den existir convenciones con cuantos sindicatos haya (decreto
593), e) La existencia de decenas de zonas francas donde el Co-
digo Sustantivo del Trabajo no aplica, f) El incumplimiento del
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Estado actual del movimiento sindical colombiano

Congreso en asumir el Estatuto del Trabajo con los principios


del artículo 53 de la CPN y un sinnúmero de decretos, Resolu-
ciones que aún no terminan, lesionando gravemente el ingreso
de los/as Colombianos/as, profundizando la pobreza y la mise-
ria entre nacionales.

4. Las dificultades para tomar un rumbo


hacia la solución de la crisis

a) Desperdiciamos el escenario del VII congreso de CUT


para lograr mediante un debate reglamentado, frater-
nal pero profundo auscultar el papel de la dirección y
de los sindicatos en una etapa de ofensiva total de los
patronos y el Estado.
b) Los delegados internacionales hubiesen podido ayudar
un poco más en sus intervenciones a ver el mundo,en
la actual etapa de globalización con características neo-
liberales, y el papel de los organismos internacionales
(OIT, OMC, etc.) y el papel de los centrales mundiales
(CSI, FSM)
c) Algunos integrantes de la dirección ejecutiva de la CUT
sostienen que no hubo quórum en los momentos de de-
finición, ni siquiera en la negación de la ley de cuotas
para mujeres o del papel de los/as jóvenes en su lucha
por integrarse de mejor manera a la vida de la organiza-
ción, pese a que su declaración (del congreso de jóvenes
trabajadores/as fue de mucha altura y contenido), etc.
d) Pese a que en las tesis de los sectores (de individuos en
algunos casos) denunciaban los fraudes ocurridos en
las elecciones anteriores, poco y nada se avanzó para
remediarlo (voto electrónico biométrico por ejemplo),
o será que el sistema ayuda a sostener a los mismos?

4.1. Problemas del Orden Organizativo

La crisis del capitalismo está siendo brutalmente descargada


sobre los hombros de los trabajadores y las masas populares,
esta realidad pone al desnudo la bancarrota de las teorías de la
“concertación” y del “pacto social” y abre nuevas y promisorias
perspectivas al sindicalismo de clase. Avanzar en ese sentido,
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Activo Nacional Sindical PCC

pasa también por entender la crisis en el orden organizativo.


Aquí, varias problemáticas son de relieve, entre ellas, queremos
llamar la atención para discutir y construir propuestas e inicia-
tivas sobre las siguientes cuestiones:

¿Cómo confrontar la contratación individualizada de los tra-


bajadores, para rescatar la contratación colectiva?,
¿Qué se puede hacer para romper la fragmentación y la divi-
sión del Movimiento Sindical?,
¿Cómo articular en las luchas sindicales a otros trabajadores
que no caben dentro de la clasificación de proletariado asala-
riado formal?
¿Qué tipo de estructura organizativa sería la que los articu-
le, cuáles son las conexiones y las diferencias entre pequeños
y grandes sindicatos en el marco de las condiciones de lucha?;
¿ Que significa construir la tendencia clasista en el movi-
miento sindical y transformarla en la fuerza dirigente del mis-
mo? ; estas y otras inquietudes, están ligadas con el orden orga-
nizativo.

En primer lugar, la contratación individualizada es un me-


canismo que hace imposible el trabajo y la acción colectiva, se
convierte en un factor objetivo que impide la sindicalización,
más, si está acompañado de contratación a término definido;
lo que fomenta la inestabilidad laboral, como medio de chantaje
para evitar la actividad sindical. El rescate de la contratación
colectiva, entonces, pasa por fortalecer la presencia del Partido
en el movimiento sindical, pues es un asunto de alto contenido
político, que toca los fundamentos del modelo de acumulación,
y levantar con fuerza la propuesta de un nuevo estatuto del tra-
bajo de carácter democrático, y la lucha por abrrle campo.

Igualmente, la fragmentación y la división del Movimiento


Sindical no podrá superarse si no se hace una renovación sindi-
cal, que coloque estas organizaciones a tono con las demandas
de sus socios, pero también del conjunto de los trabajadores
colombianos, en sus diversas expresiones y manifestaciones;
es decir, entender que trabajo formal e informal van cogidos
de la mano y corresponden a formas de explotación diferentes,
pero al servicio del gran capital.
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Estado actual del movimiento sindical colombiano

Necesitamos unas estructuras organizativas y/o de coordi-


nación que vayan mas allá del ámbito sindical, y dé forma a es-
tructuras de organización en defensa del conjunto de los traba-
jadores, tal como puede estar sugiriendo “La Coordinación Na-
cional de Organizaciones y Movimientos Sociales y Políticos”.

Siendo la Coordinación un espacio para la unidad de acción


en torno a lo social y lo político, para acciones concretas; toda-
vía hay un peso muy grande de la conciencia economicista, que
no trasciende a un mayor nivel de lo político. La declaración de
un paro cívico nacional, por esta instancia, fue una propuesta
interesante para romper el inmovilismo y las tendencias gre-
mialistas, pero no pasó de ser una movilización importante, sin
mayor fuerza.

En estos niveles de Coordinación social, que apuntan a la ar-


ticulación de las reivindicaciones más sentidas de la población,
contra el neoliberalismo; nos encontramos con Marcha Patrió-
tica y el Congreso de los Pueblos, pero todavía no se avanza en
la formulación común de objetivos políticos, y se permanece
dentro de las luchas de carácter social. Los acuerdos políticos
electorales ponen de presente contradicciones, y dificultades
para articular una política clasista en lo sindical, y de articular
ésta con el accionar político por la unidad de la izquierda, y de
la izquierda con las fuerzas democráticas, con diferentes nive-
les de maduración en las distintas regiones.

Al lado de estas expresiones organizativas, existen también


proyectos como la Coordinadora Nacional de Organizaciones
Populares (CONAP), con énfasis en las luchas reivindicativas de
las diversas Organizaciones Populares, que incluye sindicatos,
cooperativas, juntas de acción comunal, entre otras expresio-
nes, pero no apuntan a un reconocimiento como fuerza polí-
tica; y sí tiene como objetivo, la defensa de los más variados
intereses populares y la necesidad de su articulación regional
y nacional.

Por otro lado, tenemos las Mingas Indígenas y la Minga So-


cial y Comunitaria, son movimientos regionales o socio-territo-
riales, y destaca el hecho de que esas expresiones son producto
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Activo Nacional Sindical PCC

de acumulados históricos que tienen un valioso potencial para


desarrollar un proceso de unidad orientado a construir un nue-
vo bloque de poder social y popular.

Como se observa, tenemos una amalgama de manifestacio-


nes sociales y políticas, como de formas de organización que
van desde las Coordinaciones para la unidad de acción hasta
propuestas orgánicas, como sindicatos y otras propuestas de
los trabajadores, algunas con cobertura nacional y otras con
cobertura regional. Estas últimas reivindican, no solo el dere-
cho al trabajo, sino toda una gama muy variada de derechos
históricos y ancestrales, que están ligados a la lucha contra la
subordinación y opresión por parte de un capitalismo depreda-
dor y guerrerista.

Es una lucha contra la subordinación económica y la domi-


nación extra económica. Cuestión que debería ser aprovechada
por el sindicalismo clasista para ampliar su radio de acción en
las luchas sociales. Esta variedad también muestra el dominio
de la dispersión y la fragmentación en los Movimientos Socia-
les y Políticos de origen popular y de izquierda; fenómeno que
ha sido estimulado por el modelo de acumulación dominante
e individualizante; asunto que requiere resaltar el papel del
partido político de los comunistas, como fuerza organizadora,
unificadora y orientadora de las luchas de masas.

Es necesario hacer una presentación, difusión y defensa


abierta de nuestra política, asunto de vital importancia, que no
será posible si persiste la atomización del Partido, que impide
aglutinar la izquierda anti neoliberal, la izquierda anti sistémi-
ca y los sectores democráticos. Desde luego que lograr dicho
aglutinamiento pasa por indagar sobre el ¿por qué? y el ¿para
qué? Del Partido revolucionario en las luchas del proletariado.

La respuesta más importante, en torno a las preguntas plan-


teadas, es que hay que volver a las bases sindicales y populares,
con nuestra política de unidad y de clase. Pero esto requiere el
crecimiento de la influencia de nuestro partido en el movimien-
to sindical. Que no se va lograr sin el fortalecimiento orgánico
que se traduce en el cumplimiento de los principios leninistas
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Estado actual del movimiento sindical colombiano

de organización y en el crecimiento sustancial de la militancia;


a partir de activar el funcionamiento celular.

La construcción de Partido en el movimiento sindical exige


desplegar un trabajo amplio de organización de los trabajado-
res, de formación sindical y política de las bases, especialmente
de nuestros dirigentes y activistas, colocando particular énfasis
en la juventud trabajadora y las mujeres.

La célula, en el cumplimiento de esas actividades, deberá


centrar su esfuerzo en la apropiación de la línea del partido y en
su desarrollo para el frente de masas respectivo; deberá planifi-
car su propio crecimiento y su relación con los trabajadores del
sector, para debatir con ellos nuestra posición y ganarlos para
el gran objetivo de la eliminación de la explotación. Eliminación,
que en términos tácticos, debe ampliar la lucha de masas por las
reivindicaciones concretas del pueblo.

Nos corresponde enfrentar unidos las políticas que viene


imponiendo la clase dominante y avanzar en los asuntos que
constituyen necesidades vitales de la población: la mercantili-
zación de la educación, de la salud y de los servicios públicos; la
reforma política, la reforma pensional, la reforma laboral que se
avecina y… claro, una nueva (otra?) reforma tributaria en mar-
cha. Son elementos de la agenda actual y próxima del gobierno
que requiere nuestra atención y oposición decidida.
Se debe prestar especial atención a la organización de los
trabajadores tercerizados, grandes víctimas de la política neoli-
beral, para movilizarlos por la consigna del trabajo digno y es-
table, contra la dictadura de los especuladores.

4.2. Sobre temas de falta de transparencia y elementos


de corrupción en prácticas sindicales.

El pasado Congreso de CUT, a pesar de que en las tesis (¿) es-


critas por los sectores políticos a su interior en su dirección eje-
cutiva, de manera unánime se refirieron a prácticas corruptas en
el marco de las elecciones, seguramente desde que se puso en
práctica el “voto directo” que ha resultado de muy complicado
manejo, porque además quienes hacen parte de las Comisiones
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Activo Nacional Sindical PCC

electorales obedecen a lineamientos políticos direccionados por


personas o partidos o sectores que hacen que el control no sea
objetivo y antes por el contrario, se ha venido suplantando a los
votantes, vulnerando sensiblemente la democracia sindical, y esa
práctica le ha restado confianza en las bases a las direcciones in-
termedias y nacional, mostrando a estos dirigentes más preocu-
pados por el control del aparato burocrático, que por la defensa
consecuente de los intereses de quienes pregonan representar.

El manejo de los proyectos de cooperación socaba la auto-


nomía de las organizaciones, y los eventos, seminarios, foros,
etc., que se realizan (cuando se realizan) dejan ver solamente
la opinión de los patrocinadores (cooperantes) en contravía de
la pluralidad que se refleja en la composición de las bases y es
entonces cuando se refleja el dicho popular de “el que pone la
plata pone las condiciones”. Debe quedar claro que los intereses
de los cooperantes muy pocas veces coincide con los intereses
de quienes reciben la cooperación.

Merece algunas anotaciones aparte el tema de la elección de


los integrantes de los consejos directivos de las Cajas de Com-
pensación y el papel que en ellas cumplen, esperamos que el ac-
tivo nos ayude en esa tarea, porque es muy importante el rol de
esos entes máxime cuando en la ofensiva pretenden amputarle
otra parte de lo que ya había establecido la ley 789 en cuanto a
su misión y su visión.

Cuando la Fiscalía sindical corresponde al mismo grupo que


hace mayoría en las direcciones de las organizaciones, pues no
desarrolla su papel, y al igual que la institucionalidad burguesa,
quienes dicen asumir el control son nombrados por los mismos
a controlar, para cumplir con el adagio de “cuando el gato no
está, los ratones hacen fiesta” . Criticamos la denominada ins-
titucionalidad burguesa pero desarrollamos las mismas prác-
ticas, para no redundar en el papel de la comisión de control
fiscal y otros aparatos creados para aparentar,pues no se les
permite jugar su rol.

Aquí solo nos hemos hecho alusión a la CUT que es lo mejor-


cito, pero si nos refiriéramos a la CGT, CTC y otras, de bolsillo,
24
Estado actual del movimiento sindical colombiano

seguramente el cuadro sería más terrible, la CGT por ejemplo


es la principal promotora de los contratos sindicales, eso la co-
loca en condición contratista, diferente de una confederación o
central sindical y su puesto siempre estará más próximo a los
intereses del consejo intergremial que al comando nacional de
los trabajadores.

5. ¿Qué hacer?

En Colombia hay un grupo importante de organizaciones afi-


liadas a la Federación Sindical Mundial, organización de cuarto
grado, que pueden constituirse a nivel nacional, en el núcleo di-
namizador de la reconstrucción orgánica, política e ideológica
que necesita el movimiento sindical clasista, a condición de que
actúen con una orientación amplia y unitaria, que en ningún
momento riñe con la firmeza revolucionaria.

Recuperar los principios fundacionales de la Central Unita-


ria de Trabajadores y dotarla de una política y de una dirección
que respondan a los intereses de clase de los trabajadores y a
los retos que nos impone la realidad histórica de nuestro país
y del mundo. Esto requiere fortalecer la corriente clasista al in-
terior de la CUT; en lo posible, haciéndola extensiva a las otras
organizaciones del Movimiento Sindical.

Para ello, hay que buscar reivindicaciones que unifiquen,


tales como la lucha por un Estatuto del Trabajo con activa pre-
sencia sindical en su elaboración, la lucha contra las medidas
neoliberales, tomadas por el Gobierno que atentan contra los
trabajadores y el pueblo, tales como la reforma tributaria, la re-
forma pensional, la desregulación y tercerización laboral, la re-
forma laboral patronal por iniciarse; todas ellas y muchas más
atentan contra el trabajo digno y fortalece, aún más, la ofensiva
general contra los trabajadores.

Aumentar la capacidad de lucha del Movimiento Sindical


requiere de una mayor preocupación por la Formación Sindi-
cal Clasista, para fortalecer la identidad y la pertenencia de
clase, que eleve la cosmovisión de los trabajadores y con esos
dos aspectos, se estructure una conciencia política, capaz de
25
Activo Nacional Sindical PCC

articular las luchas por las reivindicaciones, las reformas y la


revolución.

Alcanzar tal estado implica una dirigencia sindical comunis-


ta de cara a las bases sindicales y populares, desburocratizada
y enfrentando ideológicamente las corrientes conciliadoras y
oportunistas que afectan y tienen paralizada la lucha sindical.
Es decir romper con el silencio, abrir la batalla ideológica y la
reducción de la actividad de las direcciones sindicales a sim-
ples transacciones de puestos y cargos, es decir clientelismo y
repartija, sin ningún criterio político, favorable a la causa del
sindicalismo, sino a partir del criterio de la cuota para la fuerza
política representada;.

Desarrollar los aspectos señalados exige de una militancia


de base y de dirección ejemplar y prestigiosa ante sus bases
por su calidad en la defensa de los intereses de los trabajado-
res, por su ética proletaria y la calidad de sus resultados en los
diferentes niveles de dirección.

Se trata de una militancia de base y dirección del movimien-


to sindical que ayude eficazmente a superar el nivel de pos-
tración en el que sumió, al sindicalismo colombiano, la guerra
sucia contra el movimiento sindical, las tendencias anti partido
comunista, de izquierda, centro y derecha, el oportunismo eco-
nomicista y la política sistemática de cooptación de dirigentes.

Igualmente, necesitamos unas estructuras y unas células vivas


articuladas con las bases de las empresas o instituciones donde se
trabaja; esto es células con trabajo organizado y planificado, dirigi-
do a los trabajadores de las unidades económicas específicas, con
planes de trabajo reales, que actúen con los principios organizati-
vos leninistas y una formación ideológica y política permanente,
que influya en las masas y el crecimiento del Partido.

Notas para las Conclusiones

1. Resolver los Problemas del Movimiento Sindical colombia-


no exige asumir de manera integral las luchas en el terreno de lo
económico lo político y lo ideológico.Saber integrar la lucha por
26
Estado actual del movimiento sindical colombiano

las reivindicaciones, por las reformas y la lucha por la revolución.

La lucha de ideas supone enfrentar, en primer lugar, la pre-


tensión de imponer como pensamiento único hegemónico, la
ideología de los sectores mas agresivos, depredadores, racistas y
belicistas, del gran capital finaciero trasnacional, que pregonan la
antidemocracia en toda la linea, el mas descarado autoritarismo
e intervencionismo en contra de la soberanía y autodetermina-
ción de los pueblos. A traves del monopolio de la información, las
falsas noticias, la estigmatización de los movimientos sociales, de
sello democrático popular o revolucionario y de la industria del
entretinimiento, propugnan por el mas acentuado individualis-
mo, en contraposición a los valores de respeto por los bienes e
intereses comunes, proclaman el espritu de competencia y “em-
prendimiento”, y las especificidades aislacionistas, y la imposibi-
lidad del cambio, frente a los valores de la solidaridad, y la lucha
por trasformaciones favorables para los trabjadores. Las tras
nacionales, las principales potencias a traves de sus tanques de
pensamientos, y USAID, como ente oficial del departamento de
Estado Americano, financian una amplia red de ONGs, y proyec-
tos con universidades, y escuelas sindicales, que resultan funcio-
nales en mayor o menor medida a sus propósitos.

En segundo lugar hay que prestar atención al trabajo desa-


rrollado en el movimiento sindical y en los movimientos socia-
les por las fundaciones de la Social democracia y democracia
cristiana, de raices europeas, que si bien pueden tener contra-
dicciones con el capital americano, han hecho opción por el ca-
pitalismo, en el mejor de los casos con reformas parciales para
paliar su crisis, y sus sectores mas de derecha abrazan incluso
los postulados neoliberales. A traves de sus fundaciones finan-
cian proyectos acordes, como es natural, asus objetivos.

Y hay que prestar atención igualmente a los debates de la iz-


quierda y el campo demcrático , para abrirle campo a la unidad,
y a la optimización de los escasos medios, en esta lucha bastante
desigual en lo referente a la cantidad de los recursos, pero facti-
ble de abordar en la calidad de sus contenidos porque correspon-
den a las condicionesde vida de los trabajadores, los problemas
reales que enfrentan y las soluciones que proponemos.
27
Activo Nacional Sindical PCC

2. Es necesario enfrentar las prácticas del burocratismo pa-


ralizante, el caudillismo, el canibalismo interno, el tráfico de
influencias y puestos, el trabajo sindical por los viáticos y las
prebendas, entre muchos otros vicios, como los vanguardismos,
el frio cálculo del beneficio personal, camuflado tras el supuesto
sacrificio. Todo esto fomentado por los discretos encantos de la
burguesía, juegan en la descomposición, la transformación y la
conversión de grandes cantidades de dirigentes sindicales.

Parte de esos problemas se resolverían en el marco de la au-


tonomía de las organizaciones sociales con democracia que es
la regla de oro para resolver esos asuntos y volver a un proceso
de unidad tan necesaria y urgente hoy, empezando con planes
de unidad de acción que permita hacer frente a la ofensiva de
la extrema derecha, hoy en el gobierno, recuperar la solidari-
dad de clase para acompañar los conflictos que se dan en bata-
llas aisladas intentado unificar con otros sectores que también
vienen luchando solos, caso cocaleros, el sector de la salud, los
operadores judiciales, etc.

3. El Movimiento Sindical colombiano atraviesa por una crisis


profunda de larga duración, que cada vez tiene nuevos desarro-
llos, bajo el peso del terrorismo de Estado y la guerra sucia des-
atada por el régimen político contra el Movimiento Sindical, y
las fuerzas politicas democráticas y de izquierda; acompañados
de la puesta en marcha de los cambios del aparato productivo
con base en el modelo de acumulación neoliberal, transnacional
y supraestatal, vigente hasta ahora y el impacto del nuevo ciclo
de revolución científica, técnica y tecnológica sobre el mundo
del trabajo asalariado.Las medidas juridicas contra las conquis-
tas laborales, que ha llevado al bajo grado de sindicalización,
dispersión y disolución en parte del movimiento sindical.

4. La configuración del proletariado del momento está arro-


jando un nuevo tipo de proletariado, en el que domina la ca-
lificación para actividades prácticas que permitan acumular
experticia y eleve la productividad del trabajo, pero siempre
reduciendo costos de producción. Es un proletariado altamente
productivo, pero con una nula capacidad de organización para
28
Estado actual del movimiento sindical colombiano

defender sus intereses; es decir, es desclasado por cuanto ha


perdido su identidad y pertenencia de clase; cuestión que se
conjuga con el pragmatismo y el utilitarismo. El futuro de las
luchas del proletariado hay que verlo en conexión con su capa-
cidad de desdoblamiento, para articular sus luchas con aquellas
que no atañen directamente a las relaciones entre el capital y
el trabajo. Es unir y fortalecer el torrente de las luchas de los
explotados, con las luchas de los movimientos y organizaciones
alternativas.

5. La fragmentación y la división del Movimiento Sindical


no podrá superarse si no se hace una renovación sindical, que
coloque estas organizaciones a tono con las demandas de sus
bases, en sus diversas expresiones y manifestaciones; es decir,
entender que trabajo formal e informal van cogidos de la mano
y corresponden a formas de explotación diferentes, pero al ser-
vicio del gran capital.

6. Hay que fortalecer la construcción del Partido en el mo-


vimiento sindical, y la vida militante con base en los principios
leninistas de organización.Esto exige desplegar un trabajo am-
plio de organización de los trabajadores, de formación sindical
y política de las bases, especialmente de nuestros dirigentes y
activistas, poniendo particular énfasis en la juventud trabaja-
dora y las mujeres.

El colectivo, en el cumplimiento de esas actividades, deberá


centrar su esfuerzo en la apropiación de la línea del partido y el
programa, en su desarrollo para el frente de masas respectivo;
deberá planificar su propio crecimiento y su relación con los tra-
bajadores del sector para debatir con ellos nuestra posición y ga-
narlos para el gran objetivo de la eliminación de la explotación.

7. Necesitamos unas estructuras organizativas y/o de coor-


dinación que rebasen las sindicales y dé forma a estructuras de
organización y defensa del conjunto de los trabajadores. Además
hay que aumentar la capacidad de lucha del movimiento sindi-
cal, fortalecer la unidad de acción clasista. El movimiento sin-
dical, solo, no tiene ni la fuerza ni la suficiente coherencia para
enfrentar a un enemigo muy fuerte (Consejo gremial) que tiene
29
Activo Nacional Sindical PCC

absolutamente copados los organismos estatales y el apoyo del


imperialismo norteamericano que sigue avanzando sobre los de-
rechos que le quedan al proletariado regional y nacional.

En el caso colombiano, la aprobación del Plan Nacional de Desa-


rrollo, permite pensar que van a ir a fondo para intentar liquidar
el sindicalismo de clase, por esa razón, debe hacerse el mayor es-
fuerzo en articularse con otros sectores sociales golpeados por
el modelo de acumulación: Campesinos, indígenas, comunales,
cívicos, viviendistas, ambientalistas, comunidades afro-colom-
bianos, estudiantes, etc., etc., a fin de avanzar hacia un modelo de
sociedad por un mejor vivir, sin abandonar las luchas por reivin-
dicaciones particulares; es decir que hay que lograr que median-
te la más amplia unidad de acción, detengamos el aparato tritu-
rador de los derechos para implementar un modelo alternativo
de desarrollo entre todos los damnificados del neoliberalismo y
se sugieren los siguientes ejes de articulación:

Lucha por soberanía plena,


1- Lucha por los derechos humanos,
2- Lucha por la democracia integral,
3- Lucha por una transformación económica para superar
la crisis.

Notas finales

Debemos prestar atención en particular, en la discusión del ac-


tivo, y para desarrollar inmediatamente después, por parte de
nuestras instituciones investigativasy educativas

a) Los componentes de la ofensiva jurìdica contra el movi-
miento sindical, incluida la eliminación de los contratos
laborales para convertirlos en civiles, y las alternativas
y formas de resistencia que levantamos.
Se requiere además mucha iniciativa para lograr frenar
la extrema flexibilidad en la contratación y la embes-
tida contra el derecho a la pensión (Sistema de prima
media con prestación definida y solidaridad) para co-
locar los ahorros en manos del parasitario sector finan-
ciero afectando fundamentalmente a las nuevas gene-
30
Estado actual del movimiento sindical colombiano

raciones de hombres y mujeres que se vinculan a un


trabajo, de la misma manera es urgente unificar a los
sectores de la economía solidaria, fortalecer las coope-
rativas existentes y vincularnos para lograr avanzar a
un modelo alternativo de desarrollo para plantearlo a
la nación y lograr salir del pequeño grupo que ha diri-
gido los intereses nacionales hacia sus propios y avaros
intereses y los del imperio de los EE.UU
b) Como enfrentar la campaña de los sectores mas agre-
sivos encaminada a mantener un ambiente de miedo,
de criminalización de la protesta social, y a sembrar
la idea desesperanzadora de que no es posible lograr
cambios favoralbles para los trabajadores, que solo
queda el camino del salvese quien pueda a traves de la
com petencia y el emprendimiento individual
c) Sistematizar las experiencias de lucha, y vincularlas a
las labores de formación.
d) El tema de la FSM debe ocuparnos un espacio de tiem-
po para identificar el camino a seguir, pues lo conocido
es que hay quienes presumen que el nivel de FSM es
del orden nacional, pero históricamente esa agremia-
ción es del orden global (de cuarto grado) por lo cual
la coordinación debería desarrollarse desde los sindi-
catos filiales a través de las Uniones Internacionales
Sindicales y de la oficina Regional (antes CPUSTAL). Es
urgente una reunión nacional de los sindicatos afilia-
dos para lograr identificar los elementos que se pueden
desarrollar desde ese espacio y llevar más organizacio-
nes hacia la FSM para coordinar tareas como las antes
enunciadas, agrupar al sindicalismo de clase en ese es-
pacio e irradiar iniciativas como la del Estatuto del Tra-
bajo, construir una línea de trabajo hacia la exigencia
de la implementación del acuerdo de paz con justicia
social que en su mayoría de puntos está referido a las
garantías para organizarnos y otras iniciativas más.

Bogotá D.C., agosto de 2019.


(Se ha recomendado en relación con el tema por partede algu-
nos compañeros la lectura del texto PUNTOS DE VISTA No.6)
31
Sobre la perspectiva
sindical
A casi dos décadas de la promulgación de la ley 789 de 2002
(contrarreforma laboral) de Uribe (I), con la que se favoreció las
rentas de capital por la vía de la expropiación de los ingresos
del salario legal, el modelo de acumulación por despojo con-
tinúa profundizando su ofensiva contra los derechos labores,
esta vez a través de un nuevo paquetazo neoliberal cuyo marco
de referencia quedó plasmado con la ley de financiamiento y el
Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022. La tendencia creciente
del desempleo que, según las mediciones del Dane alcanzó en
agosto de 2019 el 10,8%, el gobierno planea enfrentarlas con
las políticas restrictivas contenidas en las viejas recetas neoli-
berales del FMI y del BM: aumento de impuestos y disminución
del gasto público.

El aumento del desempleo no es un dato coyuntural, sino


que síntoma importante de las tendencias recesivas de la eco-
nomía mundial y que sabemos está relacionada con lo que Marx
llamó la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia.
Para el 2019, los organismos multilaterales no descartan que
el crecimiento del PIB mundial se sitúe por debajo del 3%, esto
en momentos donde las guerras comerciales incrementan las
tensiones geopolíticas en Euroasia y Suramérica, lo que sirve de
combustible para la amenaza bélica imperialista.

Las contradicciones del momento se caracterizan por la cri-


sis climática causada por el modelo energético que sirve de base
a la producción capitalista, de ahí que la demanda mundial de
Activo Nacional Sindical PCC

energía fósil continúe creciendo. Para 2018 el incremento fue de


un 2,9%, mientras que las emisiones de carbono aumentaron un
2,0%, más rápido que en cualquier otro momento desde 2010 y
2011, en contraste con las energías renovables que tan solo cre-
cieron un 14,5%, y que representa a penas un tercio del aumento
total de generación energética (BP Stats Review 2019).

En este contexto, la ofensiva del capital se expresa en la so-


breexplotación laboral y en la expansión de la depredación am-
biental, factores objetivos que alientan la lucha de clases. Para
contrarrestar la caída de tasa de ganancia, el sistema precisa
del aumento de la cuota de plusvalía y para ello requiere de la
fuerza discursiva que garantice la continuidad de sus estructu-
ras de dominación y dependencia, y para ello ha desarrollado
una disuasiva campaña mediática e institucional en torno a la
“Revolución industrial 4.0”.

Los gobiernos autoritarios se apoyan ideológicamente en


este discurso para suprimir el límite legal del salario mínimo,
no sin antes apelar a la domesticación de los sindicatos combi-
nando la zanahoria con el garrote, es decir, los pactos laborales
con el recorte de las libertades civiles, la criminalización de la
protesta social y la militarización de la resistencia de los terri-
torios, con el único fin de alcanzar la desregulación plena del
mercado laboral.

Con esta nueva estrategia de sometimiento, eufemística-


mente llamada economía naranja, se busca derribar las escasas
garantías laborales y mantener subordinado al país al neocolo-
nialismo extractivista, preservando las formas tradicionales y
modernas de la concentración del poder económico y político.
El objetivo es reproducir el modelo de acumulación por despojo
en las economías locales y regionales mediante la reprimariza-
ción y depredación de los recursos naturales.

Estas tendencias internas y externas pueden tener un efecto


positivo en la movilización, pero es necesario retomar el deba-
te estratégico que vincule la lucha por la paz con la transición
energética, lo que implica plantear un cambio en el modelo de
producción, con base energías limpias, es decir, un Nuevo Mo-
34
Sobre la perspectiva sindical

delo Minero Energético y Ambiental como condición necesaria


para el desarrollo de una economía soberana, sostenible y que
contribuya a transformar democráticamente las estructuras de
dominación de clase.

1. Leer la coyuntura laboral en clave de crisis

El panorama de la economía colombiana avanza negativa-


mente hacia un escenario de recesivo a pesar de que algunas ci-
fras a julio de este año hablan de un aumento del consumo de los
hogares (4,7% con respecto a 2018 según la Firma Raddar). Sin
embargo; el aumento de la tributación, los elevados tipos de inte-
rés, las políticas de ajuste fiscal y el aumento del tipo de cambio,
pueden presionar hacia una disminución de la demanda global.

Pese a que las proyecciones del crecimiento del PIB para el


2019 han sido optimistas (gobierno 3,5%, Fedesarrollo 3,3%,
BBVA 3,0%), la tendencia a la baja de los mercados internacio-
nales de bienes de capital puede llevar a cifras más bajas de lo
estimado. Esto si tenemos en cuenta que el déficit fiscal para
2019 se calcula en un 2,7% del PIB, en razón al ajuste del 0,3%
de la regla fiscal, cuya flexibilización se justificó por los efectos
económicos de la migración venezolana. Estas tendencias nega-
tivas se tornan más complejas si tenemos en cuenta que, según
el Banco de la República a junio de 2019, el saldo de la deuda
externa de Colombia alcanzó US$134.972 millones (41,6% del
PIB), registrando un incremento de US$3.025 millones (2,3%)
respecto a diciembre de 20181.

El sometimiento del país a un modelo de desarrollo para la


exportación de rentas de capital, lleva a una mayor desregula-
ción profundización del modelo de flexibilización del mercado
de trabajo, lo que significa más tercerización vía contrarrefor-
ma laboral cuyo resultado es el desmonte de los recargos noc-
turnos, las horas extras, el pago de los dominicales y festivos, y
el abaratamiento de los despidos.

El PND sentó las bases para la flexibilización del salario mí-


nimo so pretexto de ampliar la seguridad social para quienes
1 http://www.banrep.gov.co/sites/default/files/paginas/bdeudax_t.pdf

35
Activo Nacional Sindical PCC

perciben ingresos mensuales inferiores al SMMLV. Lo que se


pretende es abrir el camino a una reforma laboral y pensional
regresiva dirigida a implantar un régimen de contratación la-
boral por horas y de cotización a la seguridad social según lo
trabajado, todo este paquetazo justificado por la conocida farsa
del estímulo al empleo. Las medidas contra el salario incluyen el
establecimiento de una ponderación del salario mínimo por re-
giones y por sectores productivos con base en la competitividad
y la productividad, lo cual agravaría la escandalosa desigualdad
económica entre las regiones del territorio nacional.

Todos estos derroteros se desprenden del artículo 197 del


PND, el cual estableció el piso de protección social para los que
devenguen menos del salario mínimo. De lo que se trata es de
implementar una política para formalizar la precarización la-
boral, elevando a rango general la contratación por debajo del
mínimo legal. La población afectada por esta política represen-
ta el 44% de los trabajadores colombianos, es decir, 9 millones
según cifras del Dane quienes, en adelante, quedarán sujetos
a la engañosa modalidad de los BEPS (Beneficios económicos
periódicos), lo que significa que tendrán que asumir de sus in-
gresos los costos de la protección social, pero sin los beneficios
del sistema pensional. El objetivo del gobierno Duque-Uribe es
claro: acabar con la regulación del trabajo asalariado y con ello
la relación patrón-obrero.

Esta ofensiva del régimen no ha estado exenta de contradic-


ciones. Esto pone el acento en la necesidad de impedir la pro-
longación de la violencia como mecanismo de reproducción del
neoliberalismo, y cuya estructura la encontramos en los Planes
de Desarrollo de los gobiernos de Uribe (2002-2010), Santos
(2010-2018) y Duque (2018-2022). Pese al Acuerdo Final de
Paz (AFP) dicho modelo mantiene intactos sus tres pilares fun-
damentales; la confianza inversionista, la seguridad democrá-
tica y la cohesión social. Nuestro desafío consiste en elevar la
conciencia de movimiento sindical en torno a su tarea principal:
contribuir a la articulación de las luchas populares y territoriales
que se oponen a las formas violentas de despojo y acumulación
capitalista, y que sigue cobrando la vida de cientos de líderes (as)
sociales y excombatientes firmantes de la paz.
36
Sobre la perspectiva sindical

En síntesis, la estructura del mecanismo de expansión y re-


producción del capital continúa sosteniéndose por vía del mili-
tarismo y la guerra pese al acuerdo de la Habana, lo que pone de
presente la necesidad de repensar nuevos caminos que contri-
buyan a recuperar el horizonte estratégico de la izquierda y de
las luchas sociales en las condiciones actuales.

2. ¿Concertación sindical o nueva etapa


de las luchas populares?

La respuesta a este interrogante conduce a otro: ¿Por qué la


respuesta popular no ha estado acorde a las exigencias del mo-
mento? La minga social por la defensa de la vida, el territorio,
la democracia, la justicia y la paz (abril de 2019), logró después
de intensas jornadas de confrontación, un acuerdo con el go-
bierno que permitió introducir asignaciones presupuestales al
Plan de Inversiones del PND. Por otro lado, en el mes de mayo,
FECODE y los sindicatos del sector estatal, concretaron por se-
parado un acuerdo con el gobierno nacional. En septiembre de
2018, la USO negocia con Ecopetrol su convención colectiva y,
prácticamente en paralelo, los estudiantes universitarios, des-
pués de un impresionante proceso de movilización, alcanzan
un acuerdo presupuestal para inyectar recursos financieros a la
educación superior pública.

Es cierto que la negociación hace parte de la estrategia de


movilización obrera, pero también hay que reconocer que, la
garantía de que los acuerdos se cumplan, está dada por los pro-
cesos de organización de los trabajadores, pues es a través de
ellos como los obreros toman conciencia de su situación y de
su papel en el logro de la unidad de las luchas. No se trata de
menospreciar los acuerdos sectoriales alcanzados, pero no po-
demos ser tercos en no ver que, el diálogo y la concertación con
el actual gobierno, responde a una estrategia para neutralizar a
los sectores más combativos del sindicalismo y desarticular así
su capacidad de respuesta.

La política del uribismo es antisindical y su estrategia de


concertación parte de un concepto de sindicalismo participa-
tivo que integra en un mismo modelo de negociación al Es-
37
Activo Nacional Sindical PCC

tado, los patrones y los trabajadores. En este sentido, el con-


trato sindical, actualizado por el artículo 5 del decreto 1429
de 2010 y sus desarrollos normativos, sirve para que los em-
presarios conformen sindicatos patronales a fin de ampliar la
contratación indirecta, empleando las propias estructuras de
los trabajadores. Ello favorece el paralelismo y la cooptación
sindical y, por tanto, a la ruptura de la unidad del sindicalismo
colombiano. El populismo antiobrero de Uribe-Duque debe
ser confrontado con una apertura hacia la convergencia entre
las luchas sindicales y los procesos de movilización de las co-
munidades en los territorios.

Si miramos el fenómeno en su conjunto, los procesos de ne-


gociación colectiva han sido utilizados por el uribismo para des-
potenciar la lucha sindical, esto con miras a restaurar la idea
del Estado corporativo, un régimen de sobreexplotación laboral
sin protesta social y subordinado a un esquema participativo
que elimina las diferencias de clase y las rebeldías. Todo ello
para favorecer exclusivamente a los empresarios que insisten
en el desmonte del contrato colectivo, la estabilidad laboral, el
derecho a la seguridad social, el salario convencional, la asocia-
ción y la huelga. Se trata entonces de desaparecer del mapa al
sindicalismo beligerante y junto a él las organizaciones popula-
res que aún se resisten a los planes de inversión extranjera, la
militarización de los territorios y el despojo de las comunidades
campesinas y étnicas de las zonas rurales.

3. De la perfidia al incumplimiento
de los pactos sociales

Los pactos sociales previstos en la maltrecha arquitectura


del PND apuntan en lo fundamental a lograr la legitimación del
proyecto autoritario y corporativo del uribismo. Si bien, el ar-
tículo 193 incluye a FECODE en la comisión de alto nivel para
elaborar “la propuesta de acto legislativo que incremente real y
progresivamente los recursos del Sistema General de Participa-
ciones”, ello no implica que, sea éste en sí mismo un mecanismo
democrático que permita abrir un debate participativo sobre la
reforma educativa que el país necesita.
38
Sobre la perspectiva sindical

Por su parte, la convención colectiva entre la USO y ECOPE-


TROL, contiene importantes reconocimientos laborales. Sin em-
bargo, es claro que el gobierno nacional, al constatar las debilida-
des organizativas y de movilización, insistirá en la venta del 8,5%
de ECOPETROL y de Cenit, una empresa que le permite al Estado
ser dueño del 82 % de la capacidad de transporte de petróleo y
del 100 % de los poliductos (gasolina, diésel y jet fuel), con lo que
el gobierno buscaría cubrir una parte de los cerca de 3 billones
de pesos que le significa la ampliación del déficit fiscal para 2019.

El frustrado Paro Cívico Nacional del 25 de abril pasado,


puso de manifiesto una realidad incómoda que precisa ser dis-
cutida con sentido autocrítico: la política de conciliación del go-
bierno ha resultado eficaz para desarticular y desmovilizar la lu-
cha popular. El apoyo sindical al proceso de implementación del
acuerdo de paz no ha pasado de las declaraciones formales. La
premisa según la cual, el éxito del cumplimiento de lo acordado
en la Habana depende básicamente de la capacidad de movili-
zación del pueblo, terminó siendo un slogan que aún no logra
vincular al grueso de los trabajadores a la lucha por la paz es-
table, completa y duradera. Sin embargo, se han dado experien-
cias unitarias muy importantes que pueden ser potenciadas con
el Diálogo Nacional Minero Energético y Ambiental (DINAME),
que impulsa organizaciones sociales, sindicales y ambientales
como la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular (CACEP),
la USO y demás sindicatos del sector. Existen avances progra-
máticos como las “21 propuestas en perspectiva de transición
energética” que aunadas al debate sobre las formas organizati-
vas del sindicato del sector minero energético (SUME), pueden
contribuir a dinamizar la lucha social territorial e intersectorial.

4. Crisis de centralidad en la política de la CUT

El VII congreso evidenció que la CUT aún no logra una po-


lítica unificada para la clase trabajadora. En su lugar lo que
predominó fueron los acuerdos de los bloques sindicales, cuya
lógica continúa afectando la unidad de sindical. Esta realidad
es reproducida en la práctica sindical a partir de dos supuestos,
el pretendido pluralismo sindical y la crisis de militancia en los
bloques sindicales.
39
Activo Nacional Sindical PCC

Es evidente que la bandera del pluralismo posibilitó la in-


jerencia del sindicalismo internacional a tal punto que logró
cambiar la esencia de la Declaración de principios que estuvo
en los orígenes de la CUT en 1986. Entre el IV y VI Congreso, el
paralelismo de los partidarios de la CIOLS-ORIT logra a partir
de errores propios, una mayoría suficiente para aprobar la afi-
liación de la CUT a la Confederación Sindical Internacional – CSI
y a la Confederación Sindical de las Américas – CSA. Ello exige
de los sectores sindicales que mantienen su afiliación a la FSM,
mayores esfuerzos de coordinación para ganar mayor influen-
cia en las estructuras intermedias y en las bases sindicales, con
elaboración e iniciativa en los territorios y los sectores sociales.

El segundo supuesto, crisis de militancia en los bloques sin-


dicales, es de difícil tratamiento porque por lo general, tanto las
direcciones de los partidos y tendencias como los dirigentes
evaden el problema. Lo cierto es que cada vez más se eviden-
cia que la conducción sindical no se construye colectivamente a
instancias de las organizaciones políticas, y mucho menos exis-
ten mecanismos efectivos de control y rendición de cuentas.

Lo anterior ocurre por factores que requieren ser identifi-


cados y corregidos. Sin embargo, nos atrevernos a mencionar
algunos: 1) Debilidad ideológica, política y organizativa de los
mismos agrupamientos de izquierda; 2) Pérdida de autoridad de
las direcciones con respecto a sus líderes sindicales; 3) Falta de
organización y coordinación de la militancia dentro de las estruc-
turas sindicales y; 4) Avanzado proceso de cooptación ideológica
de militantes a las prácticas del sindicalismo sociopolítico, como
también a las lógicas burocráticas, caudillistas y corporativas que
actualmente son hegemónicas en las direcciones sindicales.

5. Del sindicalismo de tendencia


al sindicalismo corporativo

El sindicalismo de tendencia es la causa principal de que el


corporativismo sea la práctica hegemónica en la CUT. Este se
introdujo como política por parte el sindicalismo internacional
estadounidense y católico en el contexto de la guerra fría. Se de-
sarrolló en la década del 60 y su finalidad consistió en romper la
40
Sobre la perspectiva sindical

unidad de las centrales obreras fomentando la creación de nue-


vas organizaciones del mismo nivel. Esta práctica consiste en
que cada fuerza, sector o dirigente forme bloques mayoritarios
a partir de acuerdos burocráticos que aseguren el control sobre
el poder administrativo de las direcciones sindicales.

El sindicalismo de tendencia evolucionó negativamente ha-


cia el sindicalismo corporativo. La diferencia suntancial de este
último con relación al primero, radica en que en la actualidad los
acuerdos ya no se basan tanto en la defensa de principios y en la
unidad de acción política, sino en definiciones individuales o de
pequeños grupos para la distribución de cargos, funcionamien-
tos, departamentos, áreas y recursos de la estructura sindical.
Como es apenas lógico, lo que termina dominando en las direc-
ciones sindicales son las lógicas administrativas y burocráticas.

Este tipo de sindicalismo tiene un efecto nefasto para la or-


ganización de los trabajadores (as) porque renuncia a la posib-
ilidad de llevar su lucha más allá de los pliegos sectoriales. Esto
quiere decir que, el papel de la CUT, no consiste en unificar las
luchas laborales frente a la exigencia de un cambio de modelo
económico y social, sino que se conforma con apoyar las de-
mandas particulares de sus sindicatos, siempre limitado a los
contextos específicos de los conflictos con las empresas.

El VII Congreso evidenció también por los menos tres prob-


lemas estructurales de la Central, y en general del sindicalismo
colombiano: 1) Una limitada comprensión de los cambios del
mundo del trabajo; 2) Incapacidad para reconocer la irrupción
de nuevos actores en las luchas por los derechos del trabajo; y
3) Anquilosamiento político y organizativo que aleja al movi-
miento obrero de las apuestas por un nuevo poder.

Esta crisis implica proponer por lo menos dos líneas de ac-


ción estratégica: La primera consiste en la construcción de una
nueva visión del sindicalismo de cara a las necesidades de los
trabajadores y de la construcción del nuevo poder. La segunda
consiste en organizar la acción colectiva para promover cambi-
os a nivel sectorial, territorial y nacional. A continuación, nos
proponemos desarrollar las mencionadas líneas:
41
Activo Nacional Sindical PCC

1) En cuanto a la nueva visión del sindicalismo. La crisis del


sindicalismo se ha agudizado a causa de los cambios sufridos en
el mundo del trabajo orientados a la imposición de los modelos
de precarización, tercerización y deslaboralización. Aunque el
capitalismo global logra imponer nuevas condiciones de trabajo
sin garantías, el sindicalismo se queda a la saga de la compren-
sión de dichos cambios, siendo incapaz de proponer fórmulas
de acción que detengan la pérdida de derechos.

Esta falta de visión y de acción llevó al movimiento sindical a


la etapa de menor sindicalización en un contexto de aumento de
la informalidad y la precariedad laboral, como también de dese-
structuración de la relación entre trabajadores y empleadores.
El sindicalismo se conformó tan solo con mantener la afiliación
de los obreros formalizados con derechos y contratos laborales,
particularmente de los sectores de los servicios y el Estado. De
esta manera se descuidó la afiliación en la industria, la agroin-
dustria y en los sectores vinculados al extractivismo minero
energético, entre otras ramas productivas. Por esta vía la CUT
llegó a la cifra más baja de afiliación en toda su historia.

El sindicalismo colombiano, incapaz de comprender y en-


frentar eficientemente los cambios en el mundo del trabajo, no
sabe reconocer la emergencia de nuevos sujetos del trabajo pro-
ductivo incorporados al mercado laboral mediante formas pre-
carizadas, tercerizadas y deslaboralizadas. Esta limitación llevó
a los bloques sindicales mayoritarios a negar las políticas que
estaban orientadas a incrementar la participación y represen-
tatividad de las nuevas modalidades del empleo, diferentes al
trabajo asalariado formalizado, y que vinculan principalmente
a la población juvenil y las mujeres.
Los congresos de mujeres y jóvenes formularon propuestas
organizativas de inclusión, reconocimiento y representación
que fueron negadas con argumentos formalistas, los cuales
continúan favoreciendo el control hegemónico de los bloques
sindicales tradicionales que hasta el momento mantienen la di-
rección de la central.

Este es quizás una de los errores más delicados del VII con-
greso con respecto a la proyección política y organizativa de la
42
Sobre la perspectiva sindical

CUT, porque implica su alejamiento de los nuevos sujetos del tra-


bajo productivo y es un serio síntoma del estancamiento del lid-
erazgo sindical, que solo responde a los intereses de los obreros
formalizados que aún sobreviven en los reducidos esquemas de
la producción fordista del siglo pasado.

2)El desconocimiento de los nuevos sujetos productivos es


también una manifestación de la visión centralista, patriarcal y
corporativista que hoy se impone mayoritariamente en la cen-
tral. La CUT está cada vez más alejada de las realidades y partic-
ularidades territoriales; no logra comprender la forma en como,
en cada territorio, están emergiendo una diversidad de actores
y luchas sociales que enfrentan la ofensiva del capitalismo glo-
balizado; niega el aporte de las luchas anticoloniales, ambien-
talistas, feministas que, en el plano territorial, se articulan con
las luchas por los derechos del trabajo. La CUT mantiene una
visión vanguardista, pero es una vanguardia débil que limita su
accionar sindical a las declaraciones de apoyo y a una coordi-
nación formal con otras luchas ante la ausencia de iniciativa y
visión estratégica.

Esta falta de vigor político mantiene a la Central al margen


de las luchas por el trabajo, mientras desaprovecha espacios
claves para la articulación con otras experiencias y perspecti-
vas de la acción colectiva, tales como las luchas de las mujeres,
los jóvenes, los movimientos socioambientales, étnicos, camp-
esinos, entre otros, que han hecho del territorio el espacio de la
resistencia popular y la disputa contrahegemónica.

En resumen, la política sindical de la CUT transita por un


periodo de inmovilidad de sus estructuras y de aislamiento de
las dinámicas socioterritoriales que a la postre, contribuye a re-
forzar el poder del capital sobre el trabajo. La CUT, como refer-
ente de la unidad de clase del movimiento de los trabajadores
(as) colombianos, adolece de una perspectiva estratégica y una
apuesta de poder que le permita comprender la necesaria ar-
ticulación de sus luchas gremiales, con las de otros sujetos de
la resistencia social y la disputa por la alternativa política en
los niveles territoriales y nacionales, todo ello un contexto de
crecientes luchas obreras internacionales.
43
Activo Nacional Sindical PCC

6. Hacia un sindicalismo de masas

El contingente revolucionario que tiene presencia en la CUT


está en mora de promover una profunda reflexión autocrítica
que le permita retomar las riendas de la Central, amplificar su
capacidad de incidencia y contribuir a la construcción de un
nuevo poder anticapitalista, anticolonialista y antipatriarcal.

Se requiere construir colectivamente, con la vinculación de


otros actores y sectores, una nueva visión del sindicalismo co-
lombiano y, en particular, una nueva visión del papel de la CUT
en el espectro de las luchas emancipatorias territoriales, nacio-
nales y globales. En el mismo sentido, proponemos varios crite-
rios orientadores para la construcción de una nueva visión de la
acción sindical con perspectiva crítica y transformadora.

Proponemos tres criterios que permitan iniciar la reflexión


colectiva para la construcción de esta nueva perspectiva de las
luchas por el trabajo y el territorio. Estos criterios son: 1) Inter-
seccionalidad; 2) Intersectorialidad; 3) Territorialización de las lu-
chas. Cuando hablamos de interseccionalidad nos referimos a la
necesidad de articular la acción sindical con las luchas de género,
los grupos étnicos y el movimiento juvenil que se despliegan a
escala territorial y nacional, en la perspectiva de construir una
trama de luchas que permitan aprovechar las acciones de los di-
ferentes actores para alimentar las luchas concretas por el traba-
jo, al mismo tiempo que el sindicalismo alimenta y fortalecen las
luchas socioterritoriales a partir de este enfoque interseccional.

Cuando hablamos de intersectorialidad nos referimos a la


necesidad de articular las luchas por el trabajo en los diferen-
tes sectores, priorizando aquellos que tienen un mayor auge en
cada territorio. A nivel nacional es necesario reconocer y arti-
cular las luchas de los obreros formalizados y sindicalizados,
con los trabajadores informales, precarizados, tercerizados y
deslaboralizados, priorizando en los sectores de la industria, la
agroindustria y los servicios.

El criterio de territorialización tiene que ver con la idea de


elevar el nivel de importancia estratégica de las agendas de lu-
44
Sobre la perspectiva sindical

cha territoriales, en las cuales se vinculan no solo las luchas por


el trabajo, sino también aquellas por la defensa del agua y los
bienes comunes, los derechos humanos, la defensa de la cultura
y los pueblos originarios, entre otros. La articulación del tejido
social, le permite al sindicalismo reincorporarse a las luchas te-
rritoriales y nacionales, como también redimensionar su aporte
en la constitución de una nueva red de luchas emancipatorias
que permitan incrementar las perspectivas por un nuevo poder.

Bibliografía

Corporación para el desarrollo de la educación y la investiga-


ción social - CORPEIS (2005). Construyamos una alternativa
unitaria y de clase. Bogotá : CORPEIS.
Partido Comunista Colombiano. (2019). Tesis presentadas por
Partido Comunista Colombiano. En CUT, Tesis VII Congreso
CUT. Unidad y convergencia por la paz y contra las políticas
del gobierno Duque (págs. 31-48). Bogotá: Oficina de prensa
CUT.

45
La Juventud de la CUT rechaza el gobierno de Duque
y su PND y se moviliza por la defensa
del trabajo digno y la paz

Declaración Política
III Congreso Nacional
de Juventud CUT
Mayo 6 y 7 de 2019
Con alegría, unidad y espíritu de trabajo, más de 400 jóvenes
trabajadores de distintos rincones del país, salimos de nuestra
aulas, puestos de trabajo, oficinas, del campo y nos dimos cita
en el III Congreso Nacional de Jóvenes CUT, para ratificar la
oposición al pésimo gobierno de Iván Duque, la defensa de la
paz y el trabajo digno. Así como confirmar nuestro compromiso
con la movilización social,que se encuentran relacionadas con:
el rechazo al PND, el apoyo a las justas reivindicaciones de los
pliegos de peticiones de FECODE y de las organizaciones sindi-
cales estatales, la defensa activa de la Justicia Especial para la
Paz, la implementación del Acuerdo Paz, la defensa de la vida y
los derechos humano, el medio ambientes y el rechazo al ases-
inato de líderes y lideresas sociales en el país y nuestra reivindi-
cación permanente por un trabajo digno.

Logramos avanzar y discutir en temas como coyuntura


política, jóvenes y paz, situación laboral de la juventud, organi-
zación de la juventud y agenda de movilización.

De acuerdo a lo anterior, presentamos la siguiente declaración


política:
Activo Nacional Sindical PCC

El mundo vive una profunda crisis económica de sobreproduc-


ción, hecho que ha agudizado la concentración de la riqueza y la
desigualdad social. Estados Unidos -que continúa siendo la prin-
cipal potencia imperialista-, ha decidido arreciar la guerra comer-
cial, la búsqueda de mercados y nichos financieros enfrentándose
a otras potencias económicas que disputan su predominio en
términos económicos, militares y políticos, razón por la cual ha de-
cidido profundizar su política de neocolonización y sometimiento
contra nuestros países en América Latina. Ante este panorama, la
respuesta de los pueblos del mundo debe ser la resistencia a las
políticas imperialistas, la defensa de la soberanía de las naciones y
la reivindicación de los intereses de la clase obrera internacional.

En razón de todo lo anterior, los jóvenes de la CUT ratifica-


mos nuestro rechazo a la actitud arrodillada de Duque frente a
Trump, a la injerencia en los asuntos internos de otros países, a
las intervenciones militares y promovemos el principio político
del respeto por la autodeterminación de los pueblos.

En el caso colombiano la economía ha profundizado su de-


pendencia de la variable del capital extranjero y del endeu-
damiento externo que beneficia principalmente a los grandes
monopolios financieros internacionales, manteniendo y pro-
fundizando el modelo neoliberal, la economía extractivista y la
dependencia de la renta externa. La inversión extranjera direc-
ta (en minería, petróleo, industria, transporte, comercio, etc.) a
marzo de 2018 sobrepasó los 182.000 millones de dólares y la
de portafolio (acciones en bolsa, bonos, TES, etc.) alcanzó los
87.000 millones de dólares. Por otro lado, el endeudamiento del
país en 8 años pasó de 234 a 527 billones de pesos.

El Gobierno de Iván Duque fiel a sus antecesores Gaviria,


Samper, Pastrana, Uribe y Santos, mantiene el modelo de cap-
ital extranjero sobre la producción, el ahorro y el trabajo. Ha
trasladado la carga tributaria a las clases medias, asalariadas y
sectores populares, para desequilibrar la balanza fiscal en favor
de las multinacionales y los oligopolios.

El resultado de estas políticas ha tenido graves consecuencias


para las mayorías: De 24 millones de colombianos económica-
48
Declaración Política – III Congreso Nacional de Juventud CUT

mente activos, la tasa general de desempleo pasó del 9,4% en 2017


a 9,7% en el 20181 y 6 de cada 10 colombianos se encuentran en
la informalidad o el rebusque. Pero estas cifras son mucho más
graves para la juventud, en los jóvenes entre 14 y 28 años, el de-
sempleo llega al 16,9%. La situación se agrava cuando se revisan a
profundidad los datos sobre cotización a pensión, pues en el 2012
el 46% de los cotizantes lo hacían durante los 12 meses y ahora
escasamente la cifra llega al 34%2, lo que indica que cada vez so-
mos menos los trabajadores que logramos conseguir un contrato
indefinido que permita cotizar permanentemente a pensión.

El Plan de Desarrollo de Iván Duque aprobado por las may-


orías santistas y uribistas, profundiza los ya miserables nive-
les de expoliación que viven los trabajadores colombianos. El
documento aprobado introduce una serie de mecanismos para
pasar por encima de los derechos de los asalariados del país
y legalizar la informalidad: i) introduce el “Piso de Protección
Social” para que los trabajadores con ingresos inferiores al sal-
ario mínimo accedan al derecho de salud pero desmontando las
garantías del Sistema General de Seguridad Social; ii) promueve
los “Beneficios Económico-Periódicos – BEPS” como un mi-
croseguro para la vejez que no se equipara de ninguna mane-
ra a la pensión, permitiendo ingresos por debajo del mínimo; y
iii) legaliza los contratos por horas como una forma de acabar
casi que definitivamente la estabilidad laboral, los contratos
indefinidos y la posibilidad de los trabajadores de organizarse,
negociar y movilizarse a través de la huelga.

La principal víctima de los efectos del Plan de Subdesarrollo


de Duque es la juventud trabajadora, convirtiéndola en una gen-
eración sin derechos, garantías laborales y abriendo las puertas
de la precarización laboral como una regla en la vida económica
y social de la juventud colombiana.

A este pésimo panorama económico y político, se suman los


incumplimientos de Gobierno Nacional con la implementación
de los acuerdos de paz, que se evidenciaron en la intentona del
presidente Duque por objetar la Ley Estatutaria de la Justicia
Especial para la Paz. Destrozar la JEP significa romper con el
corazón de los acuerdos entre el Gobierno y las FARC y la forma
49
Activo Nacional Sindical PCC

en la que se garantiza a las víctimas como actor fundamental,


el proceso de verdad, justicia, reparación y no repetición, frac-
turando el anhelo de paz de la juventud colombiana de lograr
contar con una Colombia en Paz, dejando a un lado la horrible
noche de la guerra. Por lo anterior abogamos porque en nuestro
país sea permanente la vía del diálogo y la solución pacífica con
las organizaciones insurgentes.

La CUT ha sido víctima del conflicto armado que vivió el país


y por la violencia antisindical han asesinado más de 3.200 diri-
gentes y activistas en los últimos 30 años. La situación actual es
más preocupante: en el 2018 se registraron 113 asesinados a
líderes sociales y en lo que va corrido del 2019 se han denuncia-
do más de 40 homicidios, sumado a las amenazas, persecución
e intentos de atentados contra dirigentes sociales. Nos opone-
mos a la criminalización y represión de la protesta social, revin-
dicamos el derecho a disentir en democracia, por ello exigimos
el combate a las organizaciones paramilitares y rechazamos la
violencia desmedida del ESMAD y demás fuerzas del Estado.

El mercado global y las condiciones tecnológicas han ab-


ierto camino a nuevas formas de trabajo, en estas, se están
aprovechando los vacíos jurídicos que en esta materia existen
para pauperizar las condiciones laborales, este es el caso de
Rappi, Uber, entre otros, así como los Call Center y las empre-
sas de desarrollo de software internacionales. Los jóvenes de la
CUT ratificamos nuestro rechazo a todas las formas de abarat-
amiento de la mano de obra y la pauperización de los derechos
laborales, condición que recae fuertemente sobre la juventud
colombiana. La tercerización, los contratos por prestación de
servicios, el contrato sindical y la automatización para eliminar
puestos de trabajo, la privatización de la salud y la educación,
son algunos de las dificultades que vivimos. La juventud tra-
bajadora de la CUT iniciaremos tareas de organización y mo-
vilización para enfrentar esta precarización laboral de la que
somos víctimas y exigiremos al gobierno nacional la definición
de políticas, leyes y normas al respecto.

Las nutridas discusiones desarrolladas este 6 y 7 de mayo


nos permitieron concluir de manera unitaria nuestro aporte a
50
Declaración Política – III Congreso Nacional de Juventud CUT

la construcción y consolidación de nuestra Central Unitaria de


Trabajadores. Entregamos como insumos organizativos para
las deliberaciones del Congreso Ordinario cuatro elementos
fundamentales para las reformas estatutarias: i) Que las conclu-
siones del Congreso de Juventud tendrán que ser incorporadas
a las deliberaciones para la toma de decisiones que debe hacer
el Congreso de la Central; ii) una reforma estatutaria para flexi-
bilizar los requisitos para ser directivo en el Ejecutivo Nacional
y en las Subdirectivas; iii) El desarrollo de una escuela sindical
para jóvenes y el fortalecimiento de un Observatorio Laboral de
Jóvenes; y iv) El impulso a la decisión de los sindicatos de base
de afiliar trabajadores tercerizados y pauperizados, que son
sobre todo, jóvenes. El VII Congreso Ordinario con seguridad
tendrá conclusiones muy importantes sobre el papel de la ju-
ventud en la conquista y defensa de los derechos laborales y la
transformación política de nuestro país.

Invitamos a toda la juventud colombiana a apropiarse de las


conclusiones del III Congreso Nacional y del VII Congreso Ordi-
nario de la CUT.

¡Por paz, soberanía, democracia y derechos laborales!


¡Viva la Juventud de la Central Unitaria de Trabajadores!
¡Viva la Central Unitaria de Trabajadores!

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