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RESUMEN: Este trabajo constituye un primer intento de puesta al día y sistematización de los estudios sobre los
aspectos funerarios de la etapa romana en el entorno de Antequera. Las necrópolis de la comarca de Antequera
se articulan en torno a las principales vías de comunicación. Dos son los principales núcleos de población que
ordenan en este caso las actividades funerarias, las ciudades de Singilia Barba y Antikaria, en función de estos
dos grandes espacios administrativos se distribuyen los centros de producción que explotan económicamente el
territorio y, en consecuencia contribuyen con sus propias necrópolis a completar el tejido de necrópolis de la
Depresión interior de Antequera.
THE NECROPOLIS IN THE AREA OF ANTIKARIA AND SINGILIA BARBA. BASIS FOR A
SYSTEMATIC STUDY
ABSTRACT: This paper is an intent to update and systematise the studies about the funerary aspects in the
Roman Age. In the area of Antequera the necropolis are outlined after the main connecting roads. In this case,
there are two main populated centres which regulated the funerary activities, the cities of Singilia Barba and An-
tikaria. On the basis of these two administrative spaces were settled the production centres, which were the ones
that activated the economy of the land and, consequently, contributed with their own cemeteries to complete
the netting of necropolis of the inland Depression of Antequera.
KEY WORDS: Antequera, Necropolis, Incineration, Burial, Changes in the Funerary Tradition.
EL ESPACIO FÍSICO
Mainake, XXIX / 2007 / pp. 401-432 / ISSN: 0212-078-X
Las necrópolis romanas del entorno de Antequera se encuentran ubicadas siguiendo dos
patrones espaciales claros que responden a la situación física que ocupan, tanto los dos centros
urbanos de población de la época, como los diferentes núcleos rurales dispersos que reflejan las
fórmulas de explotación y articulación del territorio en época romana.
La comarca de Antequera se enclava en el corazón geográfico de Andalucía, abierta a este y
oeste por las rutas que transitan a favor del cordón de depresiones interiores, con cómodos acce-
sos hacia el norte y campiñas del valle de Guadalquivir siguiendo los pasos abiertos por el curso
del Genil. Hacia el sur, las rutas que se abren en la diagonal de serranías calcáreas subbéticas,
a través de los valles labrados por los ríos Guadalhorce y Guadalmedina, permiten una relación
también fluida con la cercana línea litoral.
402 Luis-Efrén Fernández Rodríguez, Manuel Romero Pérez
En el caso concreto de las principales ciu- la Villa de Las Maravillas, inmediata a nuestra
dades romanas, Antikaria y Singilia Barba, zona de estudio actual. Este trabajo permitió
se localizan prácticamente sobre el contacto dar a conocer una de las necrópolis correspon-
entre el sustrato de edad triásica margo-yesí- dientes al entorno de Singilia, así como descu-
fero y la cobertera terciaria calcarenítica y brir el mausoleo de tipo columbario de sillares
margoarenosa. Este relieve las sitúa en una de uno de los personajes mejor conocidos por
posición abrigada por las sierras del Subbético los documentos epigráficos, Acilia Preclusa3.
Externo y su reborde triásico, abalconadas de En la última década han sido descubier-
forma dominante sobre el territorio de campi- tos numerosos yacimientos romanos merced
ña que constituye la Depresión de Antequera. a las actividades arqueológico-administrativas
En este marco de referencia pueden ob- desarrolladas sobre los tramos VIII, IX y X de
servarse con claridad los distintos núcleos fu- la línea Córdoba-Málaga. Se trata de las ex-
nerarios que circundan las urbes y sus accesos, tensas villas de Cortijo Fernández (Colonia de
siguiendo criterios de espacialidad tradiciona- Ballesteros) o las del Vado de las Carretas y
les en el mundo romano, así como aquellos Cortijo Las Monjas, en las inmediaciones de
vinculados con los principales ejes viales del Bobadilla Estación y vinculadas directamente
entorno, que ordenan en cuanto a los aspec- con el río Guadalhorce, sin poder olvidar el
tos funerarios los numerosos grupos de gran- objeto básico de nuestro trabajo, con reflejo
des villas que explotan los recursos agrícolas en los importantes ámbitos funerarios de las
antequeranos. necrópolis de Ballesteros, la Colonia de Santa
Ana o Arroyo Villalta, en este caso el que se ha
EL MARCO ARQUEOGRÁFICO documentado con mayor profundidad4.
Otra serie de yacimientos con dedicación
De la magnitud del impacto romanización funeraria se sitúan en el entorno antikariense
en la zona de Antequera dan sobrada cuen- y, en este sentido haremos hincapié en los re-
ta los restos de la ciudad romana de Singilia sultados aportados por la excavación de la ne-
Barba, conocida desde el siglo XVI y estudiada crópolis de La Quinta, situada en el perímetro
por diferentes equipos pertenecientes al De- septentrional de la ciudad y villas suburbanas
partamento de Arqueología de la Universidad de Antikaria5.
de Málaga1. De forma más reciente, las obras de eje-
Esta punta de lanza abrió el camino a otras cución de la autovía Córdoba-Antequera, han
investigaciones, como los estudios dedicados a permitido vincular a sus obras varias actuacio-
los factores económicos durante la etapa ro- nes arqueológicas preventivas. La más intere-
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mana2, con especial incidencia en los aspectos sante al caso que ahora nos ocupa ha permi-
productivos del aceite en la zona antequerana; tido excavar casi el cincuenta por ciento de la
o bien otros más relacionados con la memoria necrópolis de San Juan, conocida de antiguo y
que ahora nos ocupa, como fue la documen- situada en la vía hacia Corduba; ruta jalonada
tación de la importante necrópolis asociada a de grandes explotaciones rurales que aprove-
1 SERRANO, E. y LUQUE, A. de (1985 1987, 1989); SERRANO, E., LUQUE, A. de, ATENCIA, R. y RODRÍGUEZ,
P. (1993).
2 ROMERO, M. (1998).
3 ID. (1994).
4 FERNÁNDEZ, L. E. y ROMERO, M. (e. p.).
5 ROMERO, M. (2000): inédito.
Las necrópolis en el entorno de Antikaria y Singilia Barba... 403
chaban los recursos cerealísticos y olearios que ciones a hechos físicos y datos de corte social,
ofrecía la campiña antequerana6. económico y, en definitiva, históricos, que sin
El elevado número de contextos funera- duda pueden obtenerse del estudio detallado
rios estudiados hasta la fecha de manera total de las necrópolis, completando incluso aque-
o parcial, responde obviamente de forma clara llas analíticas que en su momento no se efec-
a la evidente concentración de yacimientos en tuaron y que hoy por hoy resultan fundamen-
un área feraz en términos de potencial agro- tales en el análisis de los contextos funerarios
pecuario y verdadero cruce de caminos de la de cualquier etapa.
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Andalucía central.
Es por tanto el momento oportuno de LAS NECRÓPOLIS EN EL AGER
presentar un estado de la cuestión en relación SINGILIENSE
a las necrópolis romanas de la comarca ante-
querana, estudio que pretende ser la base so- En el entorno inmediato a Singilia, al
bre la que elevar un trabajo de sistematización margen de los datos inconexos procedentes de
de la documentación que permita extraer una necrópolis como las de la Colonia de Balles-
información de calidad que permita aproxima- teros7, zonificadas y conocidas someramente
Más tarde, Amador de los Ríos hace relación a delimitada por muretes de ladrillo, todas ellas
la frecuente aparición de tumbas en el huerto, en el ya comentado espacio ocupado por la
delimitadas por lajas de piedra e incluso deja actual huerta12.
constancia de sus dimensiones medias (1,90 m Con referencia a la necrópolis que, de for-
de longitud por 0,45 m de ancho), aludiendo ma dominante ha sido documentada e inves-
tigada en el ámbito de huerta, Atencia cita la el espacio interno de una de las viviendas ex-
documentación de veinte tumbas en fosa, de- cavadas, en el interior de una fosa delimitada
limitadas tanto por muretes de ladrillo como por tégulas dobles y unas dimensiones de 2,00
por lajas de roca caliza. En todos los casos se por 0,50 metros. Se orientaba en sentido este-
identificó una orientación este-oeste, siendo oeste. La cubierta se resolvió mediante dos
el rito utilizado la inhumación de los difuntos filas de tégulas dispuestas horizontalmente. El
en posición de decúbito supino, constatándo- ritual consistió en la inhumación del cadáver
se la presencia de uno o dos individuos por en decúbito supino, extendiendo una lecha-
fosa. Los ajuares, conformados normalmente da de cal sobre los restos. Por lo que respecta
por un jarro de cerámica común, fueron po- al ajuar, dos ollitas monoansadas de cerámica
sicionados a la derecha de la cabecera de las común se dispusieron a los pies de difunto y
tumbas13. una lucerna con posible factura en las figlinas
De la misma huerta, empleado como ma- de Andujar se ubicó a la altura de los brazos.
terial reutilizado procede el célebre fragmento Estos restos sitúan el enterramiento en mo-
de sarcófago decorado con bajorrelieves de te- mentos avanzados del siglo I d.C15.
mática paleo-cristiana, con el motivo de “Da- En la campaña del 87 se pudo documentar
niel en el foso entre los leones”, datado en los un número de tres inhumaciones, dos en el
comedios del siglo V d.C14. interior de sarcófagos monolíticos de arenis-
Los informes relativos al proyecto cientí- ca y una bajo tégulas que se acompañaba de
fico de investigación sistemática encabezados un pequeño vaso de vidrio. No obstante, lo
por la Dra. E. Serrano entre los años 1985 y más destacado fue la aparición de un peque-
1989, centrado sobre los terrenos ocupados ño columbario de sillares, planta rectangular
por la ciudad romana de Singilia, también y cubierta plana, diseñado con cinco loculi
permitieron documentar con corrección ar- laterales para contener sendas incineraciones.
queológica varios focos de uso funerario de la Se orientaba con el eje mayor en sentido nor-
propia ciudad. te-sur y mostraba signos de expolio antiguo.
Durante los trabajos efectuados en la cam- En su proximidad se identificó otro sepulcro
paña de 1986, se procedió a la excavación de de sillares, orientado en sentido este-oeste y
dos inhumaciones en sarcófago monolítico de también con expolio antiguo, presentaba la
arenisca procedente de las vecinas canteras de particularidad de ofrecer un poyete lateral para
Valsequillo, así como también se registró un depositar las ofrendas funerarias.
enterramiento infantil y otro correspondiente En la misma campaña también se identifi-
a un individuo adulto. Los sarcófagos mos- có un recinto funerario de grandes dimensio-
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traban unas dimensiones de 1,50 por 0,70 nes (5,00 por 3,40 metros), mostraba fábrica
metros, el primero y 2,00 por 0,80 metros el de sillares y mampostería y en su interior se
segundo de ellos. observó la presencia de un sarcófago mono-
El enterramiento infantil se efectuó en lítico desplazado y expoliado. Los restos de
fosa simple cubierta por dos tégulas super- ajuares recuperados fecharían el sepulcro en la
puestas. El adulto inhumado fue localizado en segunda mitad del siglo I d.C.16 (Lám. 1).
En la campaña de 1989, durante los tra- Valsequillo, proceden la mayor parte de las
bajos de excavación de una de las domus tar- noticias relativas a la presencia de estructuras
días, se documentó una inhumación en fosa funerarias monumentales, habiendo quedado
revestida de tégulas, carente de ajuar, aunque recientemente al descubierto el columba-
albergando los restos antropológicos de un rio cifrado en las fuentes arqueográficas con
individuo, bien conservados. Igualmente se asiduidad. Incluso, los firmantes pudieron
dató como tardía17. Mostraba una orientación constatar merced al cambio de cultivos prac-
este-oeste, con cabecera hacia el este y, unas ticado en la zona, como sobre el terreno se
dimensiones de 1,80 m por 0,60 m. También marca la presencia simétrica a ambos lados de
en este trabajo se cita por vez primera de for- la calzada de varios monumentos del mismo
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ma clara la presencia de una necrópolis que tipo, aún por investigar. Vinculado con este
flanqueaba la teórica vía de salida y entrada ámbito se presenta otra fuerte concentración
desde y hacia el oeste de la ciudad18. funeraria en el área que ocupó la huerta del
Es evidente a la vista de lo anterior que cortijo. Todo apunta hacia una mayor densi-
el ámbito funerario de Singilia se ubicó ini- dad de enterramientos, debida quizás a un uso
cialmente en el entorno de la vía que partía más prolongado del espacio como necrópolis,
de la ciudad en dirección oeste. De esta zona observándose a su vez una menor monumen-
situada entre las actuales ruinas y el Arroyo de talidad en la edilicia funeraria. En cualquier
Incineraciones:
1. En urna de vidrio protegida por urna de
plomo y alojada en bloque monolítico
paralelepípedo de arenisca local y cubierta
ajustada del mismo material.
2. Mausoleo monumental de tipo columba-
rio, ejecutado en sillería y con cubierta
abovedada.
3. Pequeño columbario de planta rectangu-
lar, con fábrica de sillares de arenisca y cu-
bierta de losas horizontales.
viario Bobadilla-Granada19, obras que afectaban aparece en decúbito lateral (quizá como con-
parcialmente la zonificación septentrional del ya- secuencia del propio proceso de descomposi-
cimiento. La excavación abarcó un número total ción del cadáver). Todos los enterramientos
de once cortes de diez por tres metros, lo que se mostraban restos de los ataúdes originales,
tradujo en la investigación parcial del ámbito de circunstancia constatada por la presencia cen-
la necrópolis en un área total de 330 m2. tral y perimetral de clavos de hierro.
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3. Fosa revestida y delimitada por muretes de medio cañón y unas dimensiones de 10,05
ladrillos y cubierta de tégulas dispuestas metros por 8,64 de ancho y una altura con-
horizontalmente. servada de 1,83 m, circunstancia que da cons-
4. Fosa simple irregular sin delimitación o tancia de la monumentalidad de su concep-
elementos de señalización definidos. ción original. En los laterales este y sur se em-
5. Enterramiento monumental en panteón plazó un banco corrido de ladrillos destinado
de sillares. a recibir las ofrendas fúnebres. La puerta,
cerrada por una losa monolítica del llamado
Con excepción del gran mausoleo de silla- mármol “Rojo Torcal” de las cercanas cante-
res y de la Tumba 1, no presentaban ajuares. ras de la sierra homónima, se encontraba en el
En cualquier caso, por analogía con otros ele- lateral oeste, flanqueada por sendos muretes.
mentos, así como por la carga de materiales Toda la fábrica se realizó en sillares de are-
que arrojaban los estratos cubrientes, la necró- nisca local trabados con mortero y reforzadas
polis parece tener dos fases de utilización defi- por grapas de plomo con morfología de doble
nidas, una primera entre los siglos I y III d.C. cola de milano. El suelo también se realizó en
y una fase posiblemente que comprendiera los piezas de sillería, con un espesor de 0,65 m.
siglos V y VI d.C. Los sillares de cubierta y alzados presentaban
Mención especial merece la presencia del un clásico módulo de 1,20 por 0,60 por 0,60
columbario que albergó los restos mortales de metros.
Acilia Preclusa, uno de los personajes mejor Por su parte, el sarcófago que albergó los
conocidos en la epigrafía singiliense y cuya restos mortales de Acilia, fue labrado en un
constatación funeraria queda evidenciada con bloque monolítico, también en “Rojo Tor-
claridad a través de los elementos epigráficos cal”, presentando una longitud de 2,40 m,
de su mausoleo. En este caso, dicho enterra- por un ancho de 0,70 m y una profundidad de
miento fue concebido inicialmente como un 0,60 metros20.
sepulcro colectivo destinado a albergar varias A pesar de que esta excavación se limitó
incineraciones, en un número mínimo de seis, a una parte mínima de la necrópolis, ceñida
a juzgar por las tres hornacinas de cada uno a la zona de influencia de las obras de mejora
de sus lados largos. En cualquier caso, los ferroviaria, si evidencia con claridad su co-
cambios de modas funerarias y ritos quedan rrespondencia al ager singiliense, tanto por
confirmados en este sepulcro monumental, en los ritos, orientación de los ejes estructurales
el que al fin y a la postre se introdujo un sarcó- dominantes y cronología, como por su pro-
fago monolítico que contuvo los restos de la bado vínculo con personajes importantes de
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junto con su ajuar de elementos cerámicos y cavándose en una amplia extensión, superior a
vasos de vidrio, como consecuencia de una los mil doscientos metros cuadrados un eleva-
roturación más intensa de los terrenos. Los do número de inhumaciones e incineraciones
datos de ubicación que proporciona sirvieron en muy buen estado de conservación. Sobre
en su momento de base para la re-localización ellos logró aplicar toda una serie de protocolos
del horno durante los trabajos de seguimiento y marchas analíticas que nos permite hablar de
arqueológico de las recientes obras del AVE22. una de las necrópolis mejor documentadas de
Del mismo modo y de forma fortuita, estas la comarca antequerana. De los 19 complejos
23 PALOMO, A., FERNÁNDEZ, L. E., FERRANDO, M., SUÁREZ, J. y CISNEROS, I. (2000): 387-404.
24 STYLOW, A. U., ATENCIA , R. y VERA, J.C. (2004): 425.
414 Luis-Efrén Fernández Rodríguez, Manuel Romero Pérez
25 No fue hasta 1988 cuando se realiza la primera intervención arqueológica en el casco urbano de Antequera. Vide
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en la ladera media del Cerro del Castillo, rea- antikariense. Lo cierto es que a medida que
lizando una expansión urbana hacia el llano, nos vamos acercando a la topografía antigua
a través de las vías naturales de penetración de la ciudad, también empieza a constatarse
como el río de la Villa y de las calzadas ro- que estas villas tenían un carácter suburbano y
manas que la comunicaban con otras ciudades formaban parte intrínseca de su entorno inme-
(Iliberris, Corduba, Hispalis y Malaca). La diato; no constituían, pues, unidades aisladas
ciudad contó con distintas necrópolis, situa- de explotación, vivienda y recreo al margen de
das en el cinturón periurbano de la ciudad, la la propia ciudad.
más importante de todas, fue sin duda la de Algunos datos podrían indicar que en la
“La Quinta”. cima y ladera norte del cerro en el que se em-
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35 Se trata de un columbario que ha sido documentado durante las labores de limpieza y recuperación del recinto
murado medieval de Antequera. Sobre estos trabajos Vid. ROMERO, M. (2003): 177-202.
36 SÁNCHEZ, S. (2007).
37 FERNÁNDEZ, L. E., ROMERO, M. y RUIZ, R. (2006).
38 La actividad estuvo dirigida por los arqueólogos Francisco Melero y Manuel Romero, los datos que aquí proporcio-
namos forman parte de la memoria final de la intervención, que por el momento permanece inédita.
Las necrópolis en el entorno de Antikaria y Singilia Barba... 417
carácter de esta publicación y su temática nos 4. Incineración en fosa simple con cubierta in-
limitaremos a la necrópolis, aunque su estudio determinada. (1 enterramiento) (Lám. 7).
espacial no puede abstraerse del resto de las
estructuras. Inhumaciones registradas: 109 con la si-
La intervención ha permitido registrar un guiente tipología:
total de 140 enterramientos, las tipologías fu-
nerarias en sus aspectos estructurales y rituales 1. Inhumación en fosa simple sin cubierta o
son las siguientes: con pérdida total de cubierta (36 enterra-
mientos).
Incineraciones registradas: 31, de ellas la 2. Inhumación en fosa simple con cubierta de
mayoría (26) son de carácter primario, con los tégulas horizontales (24 enterramientos).
siguientes subtipos según sus características 3. Inhumación en fosa simple con cubierta de
tipológicas: tégulas a dos aguas (17 enterramientos).
4. Inhumación en fosa simple con cubierta
1. Bustum de planta rectangular o cuadran- de tégulas a 2 aguas bajo túmulo (9 ente-
gular en fosa simple con cubierta indeter- rramientos).
minada. (10 enterramientos). 5. Inhumación en fosa con paredes de basti-
2. Bustum de planta rectangular o cuadran- dor de ladrillos y cubierta plana (6 enterra-
gular excavados en la roca base con cu- mientos).
bierta de tégulas dispuestas en tejadillo a 6. Inhumación en fosa simple con piso de té-
dos vertientes. (6 enterramientos). gulas invertidas y cubierta de tégulas a dos
3. Bustum de planta rectangular excavados aguas (6 ejemplos).
en la roca base con cubierta de tégulas dis- 7. Inhumación infantil en urna bajo túmulo
puestas horizontalmente. (5 enterramien- (4 ejemplos).
tos). 8. Inhumación en fosa simple con cubierta
4. Bustum en fosa con bastidor de ladrillos, de lajas de piedra (2 ejemplos).
piso de bipedalis bajo bóveda de 1/2 ca- 9. Inhumación en fosa simple con paredes de
ñón, realizada con ladrillos. (4 enterra- bastidor de ladrillos y cubierta de tégulas a
mientos). dos aguas (2 ejemplos).
5. Bustum en fosa con bastidor de ladrillos, 10. Inhumación en fosa simple con paredes de
piso de bipedalis bajo cubierta de tégulas, tégulas y cubierta indeterminada (1 ejem-
revestida a su vez por una bóveda de 1/2 plo).
cañón, realizada con ladrillos. 11. Inhumación en fosa simple con cubier-
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crópolis ha sido la existencia de, al menos, tres utilizada como ustrinum de algunos de los en-
recintos funerarios. El primero de ellos (recin- terramientos que en el interior del recinto se
to n.º 1) es el más amplio: 15 m de longitud han localizado (Lám. 9).
por 11,04 de ancho. Sobre una cimentación La longitud del segundo recinto que he-
de mampuesto irregular se levantan sus muros mos podido registrar es de 4,75 m por 3,8 m
realizados con sillería bien escuadrada, conser- conservado con una altura de 0,6 m corres-
vándose en algún punto hasta tres hiladas, con pondiente a la primera hilada. Los laterales
una altura de poco más de 1,8 m. En sus lados norte y sur se conservan a nivel de cimenta-
menores presenta dos vanos sin cimentación, ción, mientras que el lateral este está prácti-
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que permiten su interpretación como accesos camente destruido. Para cimentar el edificio
(suponemos que tapiados durante la actividad se construye un muro en trinchera excavada
funeraria). En su interior se han registrado 12 en el nivel geológico de unos 0,7 m de altura
enterramientos (tumbas n.º 40-47-48-50-56- por 0,6 m de ancho. La puerta del sepulcro se
57-59-60-61-80-81 y 95) de tipología y cro- situaba en el lateral oeste para introducirla se
nología dispar (inhumación e incineración), lo realizaron hendiduras en el pavimento y en los
que demuestra su uso continuado a lo largo laterales interiores de los muros que la flan-
de varias generaciones. Aunque la tumba con quean. Los sillares son de arenisca caliza ama-
restos de incineración n.º 60, ocupa un lugar rillenta, de las cercanas canteras del Castillón,
preferente en el espacio funerario, planteándo- bien escuadrados y en óptimo estado de con-
nos incluso la duda de que podría haber sido servación aparente. La mayoría de los sillares
Las necrópolis en el entorno de Antikaria y Singilia Barba... 421
que forman las paredes del edificio presentan lo que debió producirse por la presión de la
unas medidas de 0,6 por 0,6 por 1,2 m. En tierra superior. Ambos enterramientos no pre-
su interior se localizó una tumba monumental sentan ajuar, sin embargo la T-27 mostraba el
bien centrada: la tumba n.º 23, cuyo ajuar, ritual del pago del óbolo a Caronte, moneda en
como hemos referenciado con anterioridad, la boca, en concreto un As, encuadrable cro-
nos revela que el personaje que allí se enterró nológicamente en el siglo I d.C., proporcio-
gozaba de una status económico privilegiado nándonos de esta manera una fecha postquem
(tres camafeos y una pulsera de plata, citados para la realización del enterramiento.
con anterioridad), al margen de éste, el recin- Los otros dos enterramientos de inhuma-
to se reaprovecha en un momento ya tardío ción (T-25 y T-28) presentan orientación per-
para realizar una inhumación (tb. n.º 24). La pendicular a los anteriores. La T-25 consiste
alta densidad de ocupación espacial se traduce en un enterramiento de tégulas a dos aguas y
en la presencia de 16 enterramientos, práctica- excavado en fosa. Por su proximidad al perfil
mente adosados a este edificio. de la primera terraza ha desaparecido en parte,
El tercer recinto funerario que se ha exca- encontrando perdida la parte correspondiente
vado tiene unas dimensiones de 4,5 por 6,42 a las piernas del cadáver. La fosa fue excavada
m. El ancho de los muros es de 0,7 m. Su sobre el muro NO de la habitación, extrayen-
excavación es parcial, pues el 50% de su su- do piedras de esta y produciendo el hundi-
perficie fue destruida por un aterrazamiento miento de otras, detalle que es muy aprecia-
llevada a cabo en este sector de la excavación. ble. Ello indica que esta tumba fue construida
Los enterramientos que se han podido consta- en un momento de amortización del recinto,
tar son cuatro: n.º 25, 26, 27 y 28. Los restos cuando esta estaba ya enterrada y no visible.
encontrados en este sector se corresponden La tumba presenta ajuar consistente en T.S.H.
con los cimientos del recinto, conservándose forma 18 con marca de alfarero no identifi-
con una potencia media de unos 0,3 metros. cable, una urna de cerámica común, con ca-
Los materiales exhumados en el nivel de base racterística pared en “S” y un vaso de vidrio
son de época altoimperial: destacando T.S.H., que nos podría situar cronológicamente en la
C.C.R., vidrio, etc. En el ángulo NO de la ha- segunda mitad del siglo II d.C. (Lám. 10).
bitación se aprecia un pequeño derrumbe de En el lateral este de la estructura ante-
tégulas e ímbrices que apenas se extiende al rior aparecieron restos de lo que podría ser
resto de la habitación. En este nivel se locali- un cuarto recinto, con unas dimensiones re-
zaron las tumbas 26 y 27: superpuestas una a gistradas de 5,8 por 1,4 m. El ancho de los
otra con idéntica alineación orientada de SE a muros es de 0,65 m. En su interior presenta
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NO. Ambas son de inhumación. La superpo- una construcción maciza de 2,1 por 1,58 m,
sición no es al azar, sino consciente, pues es parte ha sido destruida en el desmonte de la
perfecta en un espacio no tan poblado como el terraza anteriormente citada. Esta cimenta-
recinto anterior. La T-26 tiene cubierta plana ción está realizada a base de piedra irregular
de tégulas, mientras que la base donde se de- y fragmentos de materiales de construcción
posita el cadáver es la cubierta al mismo tiem- (tégulas, ladrillos e ímbrices), por el momento
po de la T-27, en la cual el esqueleto se depo- no ha podido ser interpretada. En cuanto a la
sita en fosa, directamente sobre el techo del cronología del derrumbe que selló el recinto,
Nivel “2 b”. Es de destacar que el hecho de contamos con un dato de enorme interés, en
que queden dos espacios huecos ha producido concreto con una moneda de Claudio II Gó-
la ruptura y hundimiento de ambas cubiertas, tico, antoniniano acuñado entre el 268-270
422 Luis-Efrén Fernández Rodríguez, Manuel Romero Pérez
Lámina 10. Inhumación en fosa revestida de ladrillos bajo bóveda de medio cañón. Necrópolis de La Quinta
d.C. y encontrada en el interior, por lo que el do in situ las piras y posteriores enterramien-
abandono de la estancia se produce con poste- tos43.
rioridad a esta fecha. Todos los elementos funerarios y los que
Este tipo de recintos presentan numerosos pertenecen a la propia villa de la Quinta apa-
paralelos, particularmente en las provincias oc- recen alineados al borde este en la parte alta
cidentales del Imperio, generalmente con una de la ladera. Sin que pudiese documentarse
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cronología centrada entre la segunda mitad estructura alguna en los sondeos realizados
del siglo I y la primera del siglo II d.C. Com- ladera abajo. Este camino excavado en el
parten con los recintos funerarios más conoci- suelo y firme del nivel geológico cuenta con
dos (los de via Ostiense, via Laurentina y los ciertas características que lo asemejan a otras
excavados en Córdoba) las alturas medias, en vías documentadas en otras ciudades roma-
torno a los dos metros, y la posibilidad de que nas de Hispania44. Es el caso de las capas de
funcionaran como auténticos busta, acogien- grava con que se reforman en el Bajo Imperio
variada. Existen varios aspectos importantes siglo II d.C. La fecha de primera utilización del
de destacar: la presencia de distintos ajuares ámbito funerario, debemos situarla en el siglo
calcinados hace pensar, que al menos, en va- I d.C., abundando las tumbas abiertas en la se-
rias tumbas la cremación se pudo producir en gunda mitad del siglo I d.C. Estas cronologías
la propia fosa, una vez depositados los ajuares vienen dadas por la presencia de sigilatas locales
y el cuerpo (bustum), lo que las convertiría en tipo 15/17, 27 ó 29/37, vasos de paredes finas
incineraciones en posición primaria. Igual- como la forma Mayet XLII, o lucernas, de las
mente, son muy numerosas las fosas prima- que debemos destacar las tipo Dressel 26 y 16,
rias donde esa combustión se ha producido, esta última con una marca de taller en la base
dejando una fuerte impronta rubefactada en donde se lee CARINIA. Todas ellas fechables
la roca excavada. El mal estado de las mismas dentro de una horquilla que oscila entre la se-
Las necrópolis en el entorno de Antikaria y Singilia Barba... 425
gunda mitad del siglo I a finales del II d.C., estas Las escasas tumbas con rito de inhuma-
últimas asociadas ya a las inhumaciones48. ción presentan en todos los casos una fosa
Esta necrópolis se encuentra en una situa- labrada en la calcarenita de base, con plantas
ción geográfica muy importante debido a la más o menos antropomorfas y cubiertas, pese
densidad de yacimientos altoimperiales conoci- a su mala conservación, resuelta mediante un
dos en las cercanías, a los cuales debe asociarse, tejadillo de tégulas a dos aguas. Las orien-
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siguiendo un patrón de ubicación del estable- taciones dominantes son este-oeste o bien
cimiento rural al este, sobre las elevaciones que sureste-noroeste. Los cadáveres, muy alte-
festonean el reborde de vega, con la calzada rados postdeposionalmente, se colocaron en
axial que enlazaba con Corduba (trazado que decúbito supino. Son el reflejo, como ya se
debió ser prácticamente coincidente con la ac- ha demostrado en otras necrópolis anteque-
tual N-331) y situando las necrópolis al oeste ranas, del modelo de transición y adopción
de la calzada, siguiendo patrones de distribu- del rito de inhumación en sustitución del de
ción clásicos en el mundo romano. incineración.
sus espacios funerarios en el margen norte del ción y clara afirmación de su identidad como
río Guadalhorce nos está marcando de una romanos de pleno derecho54. Excepcional, en
manera definitiva la existencia de un camino cuanto a su ausencia de paralelos en el inte-
o vía romana50 que unía todos estos centros rior de la provincia malagueña, resultan los
de explotación, desde Singilia Barba y con dos enterramientos exhumados en la necró-
50 Coincidente en parte con la vía XI que propone GOZALBES, C. (1986): 198 ss.
51 TOYNBEE, J. M. (1982): 40.
52 VAQUERIZO, D. (2001a): 141.
53 ROMERO, M. (1996): 294-296.
54 VAQUERIZO, D. (2001b): 142.
428 Luis-Efrén Fernández Rodríguez, Manuel Romero Pérez
iconográficos que nos permitan confirmar una Por el momento, sólo disponemos de aná-
clara adscripción a la fe cristiana59. lisis carpológicos para La Quinta y Villalta,
estando en curso los análisis antropológicos aproximación al sexo de los individuos, datos
de las incineraciones e inhumaciones de La que una vez contrastados con la tipología
Quinta (actividad relativamente antigua pero funcional de los objetos incorporados al ajuar
sujeta a un firme desarrollo metodológico) y funerarios, ha facilitado la verificación de los
de la necrópolis de San Juan, en curso de rea- resultados iniciales y son la base para futuros
lización a fecha de cierre de este trabajo. En estudios estadísticos de frecuencia de los com-
el caso de Villalta, la documentación obtenida ponentes de los ajuares, al margen de la obvia
en el tratamiento de las once incineraciones información de corte demográfico.
excavadas ha aportado unas bases documen- De esta forma, en el proceso de incine-
tales que entendemos fundamentales y que ración podemos reconocer la presencia de
en cierto modo han marcado la pauta de los maderas de alto potencial calorífico. A través
estudios en marcha de las dos necrópolis anti- de las semillas carbonizadas identificamos la
carienses citadas. presencia de olivo, de nogal y posiblemen-
En el caso de las incineraciones se efectuó te de encina. Estas mismas especies han sido
un cribado en laboratorio con el objeto de se- documentadas en la otra gran necrópolis de
parar en lo posible todos aquellos restos óseos incineración localizada en la zona antequerana
mezclados con la tierra, carbones y cenizas, así e investigada por uno de los autores, la necró-
como fragmentos de metal, cerámica o vidrio polis de La Quinta. El estudio de las alteracio-
que formaban parte del ajuar o de los objetos nes, deformaciones y cromatismo de los restos
implicados en el traslado o depósito del cadá- óseos incinerados demuestra que estas made-
ver. Posteriormente se procedió al lavado con ras potenciaron una energía térmica suficiente
agua de los fragmentos recuperados aplicán- como para calcinar las osamentas, con un aba-
dole un pequeño cepillo con el objeto de eli- nico entre los 250 y los 800º Celsius.
minar la tierra y cenizas adheridas, separando, Las inhumaciones se han estudiado si-
a la vez, los huesos correspondientes a especies guiendo criterios convencionales y que ya
animales en los casos en que éstos se hicieron se encuentran relativamente generalizados
presentes. Tras esta operación se actuó selec- y perfeccionados. En cualquier caso deberá
cionando los fragmentos por sectores anató- efectuarse una revisión de la mucha documen-
micos, para seguidamente pesarlos, pegando tación disponible en este sentido, alojada en
aquellos que resultaban significativos por los los fondos de las diversas instituciones provin-
datos antropológicos que pudieran aportar. ciales que han desarrollado sus trabajos en la
Por último, se realizó el estudio antropológi- comarca de Antequera.
co propiamente dicho, intentando averiguar, Las marchas de analíticas de los complejos
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los yacimientos para cubrir legítimos intereses tos materiales concretos con que cubrir ambi-
particulares o del común, sin olvidar aquellas ciones científicas personales o de grupos muy
otras que se han limitado a la búsqueda de hi- limitados61.
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61 No podemos olvidar en este trabajo el debido agradecimiento a nuestros compañeros J. Cisneros, M. Corrales, A.
Riñones, F. Melero y J. B. Salado, por las facilidades prestadas y parte de la documentación proporcionada para la
realización de este trabajo.
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