Tejido Óseo

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Tejido óseo

I. Definición
Es el tejido que representa la parte principal del esqueleto. Es una forma especializada
del tejido conectivo denso, y al igual que el cartílago, se compone de células y una
matriz calcificada.
Es un material relativamente liviano, de gran dureza y resistencia pero también con
cierta elasticidad.
Es de origen mesodérmico. Presenta una abundante irrigación y vascularización.
La calcificación o mineralización produce un tejido duro, capaz de proporcionar sostén,
rigidez y protección al cuerpo y a los órganos que lo integran. El mineral que lo
compone es el fosfato de calcio en forma de cristales de hidroxiapatita
[Ca10(PO4)6(OH)2]; en virtud de su contenido mineral, el tejido óseo también sirve
como sitio de almacenamiento de calcio y fosfato. Tanto el calcio como el fosfato se
pueden movilizar de la matriz ósea y ser captados por la sangre según sea necesario
para mantener las concentraciones apropiadas en todo el organismo, es decir que
también este tejido es importante en la regulación homeostática de los niveles de
calcio en la sangre.

II. Organización macroscópica del tejido óseo


El hueso como órgano: Los huesos son los
órganos del sistema esquelético; el tejido
óseo es el componente estructural de los
huesos.
El hueso está compuesto por tejido óseo y
otros tejidos conectivos (ej. tejido
hematopoyético, tejido adiposo, vasos
sanguíneos y nervios)

Estructura de un hueso largo. La diáfisis (eje) de un


hueso largo en el adulto, posee la médula ósea amarilla
en una amplia cavidad medular rodeada por un tubo
de pared gruesa de hueso compacto. La superficie
interna del hueso compacto puede estar revestida por
una cantidad pequeña de hueso esponjoso. Los
extremos, o epífisis, próxima y distal del hueso largo se
componen principalmente de hueso esponjoso
revestido por una delgada capa externa de hueso
compacto. La metafisis es la parte ensanchada que
sirve de unión entre la diáfisis y las epífisis. A excepción
de las superficies articulares que están cubiertas de
cartílago hialino (articular), la superficie externa del
hueso posee una capa fibrosa de tejido conectivo
llamado periostio.
Desde el punto de vista macroscópico, el tejido óseo se organiza en el hueso de dos
formas:
- Tejido óseo compacto (denso), en donde aparece como una masa compacta sin
espacios visibles y que forma la superficie externa ósea.

- Tejido óseo esponjoso (trabeculado), que está compuesto por trabéculas, que
se entrecruzan en distintas direcciones y forman un retículo esponjoso en el
interior del hueso, en cuyos espacios huecos intercomunicados se encuentra la
médula ósea y los vasos sanguíneos.

La ubicación de los tejidos óseos compacto y esponjoso varían de acuerdo con la forma
del hueso: En los huesos largos, por ejemplo, la diáfisis se compone de tejido óseo
compacto que rodea la cavidad medular como un tubo de paredes gruesas. En los
extremos, es decir las epífisis, se componen casi con exclusividad de tejido óseo
trabecular, que solo en la parte más externa se transforma en una fina capa de tejido
óseo compacto.
Salvo las superficies articulares,
que están recubiertas de cartílago
hialino, las superficies externas de
los huesos, están rodeadas por una
capa de tejido conectivo fibroso, el
periostio. Una delgada membrana
interior de tejido conectivo con
células abundantes, el endostio,
recubre la cavidad medular.

Los huesos están revestidos por el periostio, excepto en las regiones donde se
articulan con otros huesos; en este caso la superficie articular está cubierta por
cartílago hialino.
Este se compone de una capa externa y una interna:
- La capa interna es tejido conectivo laxo vascularizado, con algunas células. En el
periodo de crecimiento, se detectan osteoblastos (células formadoras de huesos)
y células osteoprogenitoras, que son las células madre de los osteoblastos.
Después de finalizado este periodo, los osteoblastos se transforman en células
de revestimiento, que forman una capa plana sobre la superficie plana
(dispersas entre éstas se encuentran células osteoprogenitoras en reposo.
En casa de fractura ósea, las células osteoprogenitoras se dividen y dan origen a nuevos
osteoblastos que forman nuevos tejido óseo durante la reparación de la fractura.
- La capa externa, se compone de tejido conectivo fibroso irregular denso, con
vasos y nervios. Dicho elementos vasculares irrigan la región externa del hueso
compacto. Además, haces de fibras colágenas pasan desde la capa externa del
periostio hasta la matriz extracelular del hueso mediante otras fibras colágenas
llamadas fibras de Sharpey. Estas últimas se extienden hacia las laminillas
intersticiales y circunferenciales externas.

El endostio es mucho más fino que el periostio, y se compone de una única capa de
células de espesor y consiste en células osteoprogenitoras que pueden diferenciarse en
osteoblastos y células de revestimiento óseo, que recubren la superficie del hueso en
las trabéculas y las cavidades medulares.

III. Matriz ósea


La matriz ósea extracelular se compone de una matriz orgánica (1) y una matriz
inorgánica (2)
1.
La matriz orgánica (35%) está formada por fibras colágenas incluidas en una sustancia
amorfa. Las fibras colágenas del tejido óseo se componen principalmente de colágeno
de tipo I, y en menor medida, de colágeno tipo V. También hay vestigios de moléculas
de colágeno de tipo III, XI y XIII.
El colágeno representa alrededor del 90% de la matriz orgánica.
La matriz también contiene otras proteínas (no colágenas) que componen la sustancia
amorfa del tejido óseo. Dicha sustancia constituye el 10% del peso total de proteínas
de la matriz ósea; esta es esencial para el desarrollo, crecimiento, remodelado y
reparación óseo.
Los cuatro grupos principales de proteínas no colágenas que se encuentran en la
matriz ósea son:
- Proteoglucanos : Que contienen una proteína central con cantidades diversas
de cadenas laterales de glucosaminoglucanos (hialuronato, condroitín sulfato y
queratán sulfato) unidos en forma covalente.
Contribuyen a que el hueso ofrezca resistencia a la compresión.

- Glucoproteínas multiadhesivas : Que intervienen en la adhesión de las células


óseas y las fibras colágenas a la sustancia amorfa mineralizada.
Alguna de ellas son:
 Osteonectina, que sirve como adhesivo entre las fibras de colágeno y los
cristales de hidroxiapatita
 DMP (proteína de la matriz de dentina), que es importante para la
mineralización de la matriz ósea.
 Osteopontina, que media la adhesión de las células a la matriz ósea.
 BSP-2, que inicia la formación de fosfato de calcio durante la mineralización.

- Proteínas dependientes de vitamina K osteoespecíficas , dentro de las cuales


está la osteocalcina, que captura el calcio de la circulación y atrae y estimula
los osteoclastos en el remodelado óseo.
La osteocalcina solo es producida por el tejido óseo.

- BMP (proteínas morfológicas óseas) : Desempeñan un papel importante


central en la formación ósea, dado que estimulan la diferenciación de células
mesenquimatosas en osteoblastos, las células formadoras de hueso.
Tanto el colágeno como los componentes de la sustancia fundamental se mineralizan
para formar el tejido óseo.
2)
La matriz inorgánica, representa alrededor del 65% del peso seco y está compuesta en
su mayor parte por fosfato de calcio [(PO4)2 Ca3] cristalino en la forma de cristales de
hidroxiapatita, con fórmula general [Ca10 (PO4) (OH)2.
Estos cristales son de unos 3 nm de espesor y hasta 60 nm de largo.
Además del fosfato de calcio, la matriz inorgánica contiene numerosos iones de
magnesio, potasio, sodio, carbonato y citrato.
La matriz ósea contiene lagunas conectadas por una red de canalículos.
En la matriz ósea hay espacios llamados lagunas, cada una de las cuales contiene un
osteocito. El osteocito contiene una gran cantidad de evaginaciones en pequeños
túneles llamados canalículos.
Los canalículos atraviesan la matriz mineralizada, conectando lagunas contiguas y
permitiendo el contacto. De esta manera, se forma una red continua de canalículos y
lagunas con células y sus evaginaciones en toda la masa de tejido mineralizado. La
microscopia electrónica muestra que las evaginaciones de los osteocitos están
comunicadas a través de uniones nexo.
IV. Células
Los tipos celulares que existen en el tejido óseo son cinco:
1. Células osteoprogenitoras
2. Osteoblastos

3. Osteocitos

4. Células de revestimiento óseo

5. Osteoclastos

Con excepción del osteoclasto, cada una de estas células puede considerarse como
una forma diferenciada del mismo tipo de célula básica. Cada una sufre una
transformación desde una forma más inmadura a una forma más madura en relación
con la actividad funcional (crecimiento óseo).

Representación esquemática de las células asociadas con el hueso. Todas las células,
excepto los osteoclastos, se originan en las células madre mesenquimatosas, que se
diferencian en células osteoprogenitoras, osteoblastos, osteocitos, y finalmente, células de
revestimiento óseo. Los osteoclastos se originan a partir de células progenitoras
hematopoyéticas, que se diferencian en células de resorción ósea.

1. Células osteoprogenitoras

La célula osteoprogenitora se deriva de células madre mesenquimatosas.


Las células osteoprogenitoras derivan de células madre mesenquimatosas de la
médula ósea, que tienen el potencial de diferenciarse en diferentes tipos celulares,
incluidos fibroblastos, osteoblastos, adipocitos, condrocitos y células musculares.
Las células osteoprogenitoras aparecen en la médula ósea, en el endostio que reviste
la cavidad medular del hueso, los conductos osteonales (de Havers) y los conductos
perforantes (de Volkmann) y en la capa interna del periostio después del parto y
durante el resto de la vida postnatal.
La célula osteoprogenitora es una célula en reposo que puede transformarse en un
osteoblasto y secretar matriz ósea.
La osteogénesis, es el proceso de formación del hueso nuevo, lo cual es esencial para
la función ósea normal. Se requiere de una población de células osteoprogenitoras
renovables, que son sensibles a los estímulos moleculares que las transforman en
células formadoras de tejido óseo.
Las células osteoprogenitoras son las células madre de los osteoblastos, y durante la
formación del hueso se dividen y se desarrollan a osteoblastos; esto ocurre sobre todo
durante la vida fetal y la etapa de crecimiento. En la edad adulta, la diferenciación de
las células osteoprogenitoras a osteoblastos se observa durante la curación de
fracturas, el modelado y el remodelado.
Estruct. y ultraestruct.: Se asemejan a fibroblastos, dado que en los huesos en
crecimiento las células osteoprogenitoras aparecen aplanadas, con un núcleo ovoide
claro y un citoplasma acidófilo o ligeramente basófilo.
Poseen un retículo endoplasmático rugoso (RER) y ribosomas libres, así como un
pequeño aparato de Golgi.
2. Osteoblastos

El osteoblasto es la célula formadora de hueso diferenciada que secreta la matriz


ósea orgánica.
El osteoblasto secreta tanto colágeno tipo I (que forma el 90% de la proteína ósea)
como las proteínas de la matriz ósea, que constituyen la matriz no mineralizada inicial,
llamada osteoide. Estas proteínas no colágenas de la matriz ósea producidas por el
osteoblasto incluyen proteínas fijadoras de calcio (osteocalcina y osteonectina), las
glucoproteínas multiadhesivas, los proteoglucanos y sus agregados y la fosfatasa
alcalina.
El osteoblasto también es responsable de la calcificación de la matriz ósea El
proceso de calcificación es iniciado por el osteoblasto mediante la secreción hacia la
matriz de pequeñas vesículas matriaciales, limitadas por la membrana, que contienen
gran cantidad de fosfatasa alcalina y se secretan activamente solo durante el periodo
en que la célula produce la matriz ósea; la matriz recién sintetizada no es
inmediatamente calcificada.
En las zonas con formación de hueso, los osteoblastos forman una capa de células
cubicas o poliédricas sobre la superficie del osteoide recién formado.
Estruct. y ultraestruct.: El núcleo suele estar localizado en la parte de la célula que está
orientada en dirección opuesta a la del hueso recién formado.
El citoplasma es muy basófilo, y con el M.E se distingue un RER bien desarrollado y
ribosomas libres y un prominente aparato de Golgi, que a veces se observa como una
región clara junto al núcleo.
Otros orgánulos celulares incluyen mitocondrias en forma de bastón abundantes y
lisosomas ocasionales.
A medida que se deposita la matriz osteoide, el osteoblasto queda finalmente rodeado
por ella, y por lo tanto, se convierten en un osteocito. Solo el 10% de los osteoblastos
se diferencian en osteocitos, otros se transforman en células de revestimiento óseo
(del endostio o periostio) o sufren apoptosis cuando finaliza la formación del hueso.
Las evaginaciones de los osteoblastos están en contacto con las de otros
osteoblastos y osteocitos por medio de uniones de nexo.
Con el microscopio electrónico se ve que los osteoblastos poseen evaginaciones
citoplasmáticas muy delgadas que se introducen en el osteoide producido por la célula
y entran en contacto con las evaginaciones similares de los osteocitos u osteoblastos
vecinos, mediante uniones nexo. La formación inicial de uniones entre células
contiguas permite que estas se comuniquen dentro del tejido óseo.
3. Osteocitos

El osteocito es la célula ósea madura y está rodeado por la matriz ósea que secretó
previamente como osteoblasto.
Durante el proceso de transformación de los osteoblastos en osteocitos, el osteoblasto
produce una gran cantidad de matriz extracelular, reduce su volumen casi un 70% en
comparación con el volumen original del osteoblasto, disminuye el tamaño y se
produce una degradación paulatina del RER y el aparato de Golgi.
Después de la mineralización de la matriz ósea, cada osteocito ocupa un espacio o
laguna, que se adapta a la forma de la célula.
Los osteocitos extienden sus evaginaciones citoplasmáticas a través de los canalículos
en la matriz y se comunican así con los osteocitos vecinos y las células de
revestimiento óseo, a través de uniones nexo. En los cortes teñidos con azul de
toluidina, los canalículos se distinguen con claridad, y en su interior se encuentran
finas prolongaciones rodeadas por líquido intersticial del tejido.
Los osteocitos intervienen en el proceso de mecantransducción, en el cual estas
células responden a las fuerzas mecánicas aplicadas al hueso. La disminución de los
estímulos mecánicos (ej. inmovilidad o la debilidad muscular) provocan la pérdida
ósea, mientras que el aumento de estos, promueve la formación de hueso. Debido a la
poca flexibilidad ósea, las fuerzas mecánicas aplicadas (ej. al fémur o a la tibial al
caminar) causal el flujo de líquido intersticial de los canalículos y lagunas hacia el lado
comprimido del hueso.
Los osteocitos pueden detectar variaciones de las corrientes del líquido intersticial y
también la deformación mecánica del tejido óseo. A través de las prolongaciones
pueden comunicarse con las células de la superficie del hueso. Por lo tanto, pueden
actuar como una especie de mecanorreceptores de importancia para mantener la
calidad del tejido óseo, dado que mediante la transmisión de señales hacia la
superficie pueden facilitar el remodelado del hueso. Un osteocito responde a una
fuerza mecánica reducida al secretar metaloproteinasas de la matriz (MMP); el
espacio vacío que rodea los osteocitos es el resultado de la degradación enzimática de
la matriz ósea por las MMP. El aumento de la fuerza mecánica activa los mecanismos
moleculares similares a los encontrados en los osteoblastos productores de matriz
ósea. Por lo tanto, los osteocitos son responsables del remodelado reversible de su
matriz ósea pericanalicular y perilagunar. Este proceso se denomina remodelado
osteocítico.
Los osteocitos aparecen en estados funcionales diferentes durante el remodelado
osteocítico de su microambiente perilagunar y pericanalicular.
Los osteocitos pueden modificar su microambiente (el volumen de sus lagunas o el
diámetro de sus canalículos) en respuesta a estímulos ambientales.
Con el uso de M.E, se han identificado tres estados funcionales para los osteocitos,
cada uno de ellos con una morfología característica:

 Osteocitos latentes , que tienen escasez de RER, un aparato de Golgi muy


reducido y pocas mitocondrias.
 Osteocitos formativos , que exhiben indicios de formación de matriz y
presentan ciertas características similares a las de los osteoblastos; el RER y el
aparato de Golgi son más abundantes y se observa osteoide en el espacio
pericelular dentro de la laguna.
 Osteocitos resortivos , que al igual que los osteocitos formativos contienen
una gran cantidad de cisternas de RER y un aparato de Golgi bien desarrollado.
Los lisosomas son visibles.
4. Células de revestimiento óseo

Las células de revestimiento óseo derivan de los osteoblastos y tapizan el tejido óseo
que no se está remodelando.
Las superficies óseas están revestidas por una capa de células aplanadas con poco
citoplasma y escasos orgánulos más allá de la región perinuclear; estas células son
células de revestimiento óseo y se ubican sobre una capa muy delgada de osteoide*.
Las células de revestimiento óseo ubicadas en las superficies externas del hueso son
las células del periostio y las que tapizan las superficies internas con frecuencia se
denominan células del endostio.
* La resorción ósea nunca ocurre sobre superficies cubiertas por osteoide u otra matriz
ósea no mineralizada (colágeno), por lo que es necesario eliminar esta capa mediante
la enzima colagenasa antes de que los osteoclastos entren en contacto directo con el
tejido óseo mineralizado y comiencen la resorción. La colagenasa es secretada por las
células de revestimiento óseo (posiblemente ante una señal de los osteocitos por vía
de las uniones nexo). Una vez degradado el osteoide de la superficie, las células de
revestimiento óseo se retraen y dan paso a los osteoclastos.
5. Osteoclastos

Caract.: Los osteoclastos son célula grandes y multinucleadas que aparecen en los
sitios donde ocurre la resorción ósea, es decir donde degradan el hueso. Tienen
tamaño y forma muy variable, y en condiciones normales, poseen un diámetro de
hasta 100 µm y contienen 5-10 núcleos.
El citoplasma de los osteoclastos es muy acidófilo.
Como resultado de la actividad de los osteoclastos, se forma una excavación llamada
laguna de resorción (lagunas de Howship) que se puede observar en el hueso
directamente bajo el osteoclasto.
Origen
Los osteoclastos derivan de la fusión de las células progenitoras hematopoyéticas
mononucleares bajo el efecto de múltiples citosinas.
Los osteoclastos no están relacionados con los osteoblastos. Derivan de la fusión de las
células progenitoras hematopoyéticas mononucleares, células progenitoras de
neutrófilos y monocitos (CFU-NM o CFU-GM)
La formación de osteoclastos se produce en asociación estrecha con las células del
estroma de la médula ósea. Estas células secretan citocinas esenciales para la
diferenciación de los osteoclastos, a partir de células progenitoras CFU-NM.
En un principio, las células predestinadas a convertirse en osteoclastos (precursores
osteoclásticos) expresan dos factores importantes de transcripción, c-fos y NFkB; más
tarde una molécula receptora llamada receptor activador del factor nuclear kB (RANK)
se expresa en su superficie. El receptor RANK interactúa con la molécula ligando de
RANK (RANKL) que se produce y se expresa en la superficie de las células del estroma
de la médula ósea.
Este mecanismo de señalización RANK-RANKL es importante para la diferenciación y la
maduración de los osteoclastos. Esta vía puede ser bloqueada por la osteoprotegerina
(OPG), producida por los osteoblastos, que inhibe la diferenciación y la activación de
los osteoclastos, dado que puede fijarse a RANKL e impedir así su unión con RANK.
El origen de los osteoclastos. La formación de osteoclastos se produce en asociación estrecha con las
células del estroma de la médula ósea, que secretan el factor estimulante de colonias de monocitos
(M-CSF), factor de necrosis tumoral (TNF) y varias interleucinas (IL). Los precursores del osteoclastos
expresan c-fos, NFkB y moléculas receptoras llamadas RANK (receptor activador del factor nuclear kB).
La señal generada por la interacción del receptor RANK con la molécula ligando de RANK (RANKL) es
esencial para la diferenciación y maduración de los osteoclastos. Durante la inflamación, los linfocitos
T producen moléculas RANKL tanto solubles como unidas a la membrana, lo que estimula la formación
de osteoclastos y aumenta la resorción ósea. La osteoprotegerina (OPG) puede bloquear estos
mecanismos.

Estruc. y ultraestruct.: Las células progenitoras de osteoclastos se diferencian en


preoclastos, que aún son mononucleados y se fusionan para formar osteoclastos
multinucleados maduros Los osteoclastos de formación reciente sufren un
proceso de activación para convertirse en células capaces de realizar la resorción
ósea.
Cuando resorben hueso en forma activa, los osteoclastos exhiben tres regiones
especializadas:
- Borde festoneado , que es la porción de la célula en contacto directo con el
hueso. Contiene abundantes pliegues profundos de la membrana plasmática
que forman estructuras del tipo de las microvellosidades y son responsables del
aumento de la extensión de la superficie para la exocitosis de enzimas
hidroliticas y la secreción de protones por las bombas dependientes de ATP,
al igual que para la endocitosis de los productos de degradación y los detritos
óseos.
El borde festoneado se tiñe con menos intensidad que el resto de las células, y
a menudo, aparece como una banda de luz contigua al hueso en el sitio de
resorción.
Con el M.E, los cristales de hidroxiapatita de la matriz ósea se ven entre los
procesos festoneados.
En el interior del borde festoneado y en las proximidades hay una gran cantidad
de mitocondrias y lisosomas. Los núcleos se encuentran en la región de la célula
más alejada de la superficie ósea; en esta misma región se ven cisternas de RER,
un aparato de Golgi muy desarrollado y abundantes vesículas, de las cuales
varias son lisosomas primarios que contienen catepsina K, metaloproteinasas
de la matriz (MMP) y fosfatasa ácida.
- Zona clara , (zona de sellado), un perímetro de citoplasma en forma de anillo,
contiguo al borde festoneado, que delimita la superficie ósea en resorción.
La zona clara es un compartimento a la altura del borde festoneado donde se
produce la resorción y la degradación de la matriz.
La zona clara contiene abundantes microfilamentos de actina, dispuestas en
una estructura en forma de anillo, rodeada en ambos lados por proteínas
fijadoras de actina (ej. vinculina y talina)
La membrana plasmática a la altura de la zona clara contiene moléculas de
adhesión célula – matriz extracelular (osteopontina e integrina) que son
responsables de proporcionar un sello hermético entre la membrana celular y
la matriz ósea mineralizada.
- Región basolateral , que interviene en la exocitosis del material digerido. Las
vesículas de transporte que contienen material óseo endocitado y degradado a
la altura del borde festoneado, se fusionan aquí con la membrana celular para
liberar su contenido.

Representación esquemática de un osteoclasto. Se ilustra la estructura del osteoclasto


con sus tres regiones: borde festoneado, zona clara y región basolateral. La zona clara
contiene una abundancia de microfilamentos organizados en una estructura anular
rodeada en ambos lados por proteínas ligadoras de actina (vinculina y talina). La
membrana celular en la región de la zona clara contiene moléculas de adhesión células-
matriz extracelular (integrinas) que forman un sello apretado entre la membrana
plasmática y la matriz ósea mineralizada.

Resorción ósea

Los osteoclastos resorben el tejido óseo mediante la liberación de protones e


enzimas lisosómicas osteoclásticas (hidroliticas) hacia el microambiente restringido
del espacio extracelular.
Algunas de las vesículas del osteoclasto son lisosomas. El contenido de estos, las
enzimas hidroliticas, se liberan en el espacio extracelular de las hendiduras que hay
entre los pliegues citoplasmáticos del borde festoneado. Una vez liberadas estas
enzimas, que son la catepsina K y las metaloproteinasas de la matriz, degradan el
colágeno y otras proteínas orgánicas de la matriz ósea.
Sin embargo, antes de que pueda producirse la digestión, la matriz ósea tiene que
descalcificarse a través de la acidificación de la superficie ósea, que inicia la disolución
de la matriz mineral.

El citoplasma de los osteoclastos contiene la enzima anhidrasa carbónica, la


cual produce ácido carbónico (HO2CO3) a partir de dióxido de carbono y agua.
A continuación, el ácido carbónico se disocia en bicarbonato (HCO3-) y un protón (H+).
Anhidrasa carbónica

CO2 + H2O H2CO3 H+ + HCO3-


Con la ayuda de las bombas de protones dependientes de ATP, los protones se
transportan a través del borde festoneado, generando un pH bajo en el microambiente
de la laguna de resorción. Este ambiente ácido local, creado en el espacio extracelular
entre el hueso y el osteoclasto, está protegido por la zona clara.
El medio ácido inicia la degradación del componente mineral inorgánico del hueso
(principalmente hidroxiapatita) para convertirlo en iones de calcio, fosfatos
inorgánicos solubles y agua.
Los materiales digeridos del hueso resorbido se transportan en vesículas endocíticas
por todo el osteoclasto. Luego, el contenido de las vesículas endocíticas que se
originan en el borde festoneado, se libera en la membrana basal, que, por lo general,
está en contacto con los vasos sanguíneos.
V. Tipos de tejido óseo

A) Hueso maduro (secundario)

El hueso maduro compacto está compuesto, en gran parte, por unidades cilíndricas
llamadas osteonas o sistemas de Havers. Las osteonas consisten en laminillas
concéntricas de la matriz ósea alrededor de un conducto central, el conducto osteonal
o de Havers, que contiene el suministro vascular y nervioso de una osteona.
Entre las osteonas hay restos de laminillas concéntricas antiguas llamadas laminillas
intersticiales o intermediarias. Las fibras colágenas de cada una de las laminillas
concéntricas de una osteona son paralelas entre sí en cualquier laminilla dada, pero
orientadas en una dirección diferente a la que adoptan las fibras en las laminillas
contiguas.
Las laminillas circunferenciales siguen la totalidad de las circunferencias interna y
externa de la diáfisis de un hueso largo, son las laminilla circunferencial externa y la
laminilla circunferencia interna; la laminilla circunferencial más interna está cubierta
por una fina capa de endostio que se encuentra en contacto con la cavidad medular,
mientras que la superficie externa del hueso tiene un revestimiento de periostio

Diagrama de un bloque de hueso compacto extraído


de la diáfisis de un hueso largo. Las laminillas
concéntricas y el conducto de Havers que ellas
rodean, constituyen la osteona (o sistema de Havers).
Entre los sistemas de Havers hay laminillas
intersticiales, que son restos de sistemas similares
más antiguos que aparecen como consecuencia del
remodelado óseo. En las superficies interna y externa
del hueso compacto de este diagrama, se ven
laminillas adicionales (las laminillas circunferenciales
internas y externas) que se distribuyen en capas
gruesas. En el interior de los conductos de Havers y
Volkman se han dibujado ramas de las arterias
nutricias acompañadas de venas pequeñas. Estas
arterias y vasos irrigan el periostio y el endostio.

Los conductos perforantes o de Volkman son túneles en el hueso laminar a través de


los cuales pasan vasos sanguíneos y nervios desde las superficies del periostio y el
endostio para alcanzar el conducto osteonal (de Havers); también conectan los
conductos de Havers entre sí.
Los conductos de Volkman no están rodeados por laminillas concéntricas.
El hueso esponjoso maduro es similar en estructura al hueso compacto maduro,
excepto que el tejido se distribuye formando espículas que forman trabéculas.
B) Hueso inmaduro (primario)

El hueso primario es el primero que se forma a lo largo del desarrollo y durante el


proceso de reparación ósea.
Difieren del hueso maduro en varios aspectos:

 El hueso inmaduro contiene una cantidad relativamente mayor de células por


unidad de volumen que el hueso maduro.
 El hueso inmaduro no presenta aspecto laminillar organizado. Por la disposición
de sus fibras colágenas, es decir en una posición entrelazada, esta variedad
ósea se denomina no laminillar.
 El hueso inmaduro no se mineraliza completamente desde el inicio, en tanto
que el hueso maduro sufre de una mineralización prolongada.

Diagrama de hueso inmaduro, maduro y esponjoso. a. Los huesos inmaduros no tienen un


aspecto laminar organizado debido a la disposición de entrelazado de las fibras colágenas.
Las células tienden a distribuirse al azar. b. Las células del hueso compacto maduro se
disponen siguiendo una forma circular que refleja la estructura laminillar del sistema de
Havers. c. El hueso esponjoso maduro representa una malla de cordones (espículas de
anastomosis delgadas del tejido óseo). Los espacios dentro de la malla son continuos y, en un
hueso vivo, están ocupados por la médula ósea.

IV. Formación del hueso

La osificación implica la formación de tejido óseo y siempre tiene lugar cuando los
osteoblastos sintetizan y secretan matriz ósea orgánica, que poco después se
mineraliza.
El sitio del hueso donde se inicia la formación ósea se denomina centro de osificación;
la mayoría de los huesos se osifican desde varios centros de osificación que aparecen
en distintos momentos. El primer punto de osificación se denomina centro de
osificación primario, y los posteriores, centros de osificación secundarios.
Existen dos formas de osificación:
A) Osificación intramembranosa, en donde el desarrollo del hueso se produce
directamente en el tejido conectivo primitivo del feto, el mesénquima.
B) Osificación endocondral, en donde el desarrollo óseo tiene lugar sobre un
molde preformado de cartílago.
A pesar de que ambos procesos difieren notablemente, histológicamente sus
productos finales son idénticos. De manera independiente de la vía de formación, el
primer hueso que se forma es el primario; posteriormente se resorbe y sustituye por
hueso secundario maduro el tejido óseo de reemplazo crece por aposición sobre
el hueso preexistente; la formación del hueso se produce del mismo modo en ambos
casos.
A) OSIFICACIÓN INTRAMEMBRANOSA

Las células mesenquimáticas migran y se acumulan en áreas específicas, donde


forman los centros de osificación. Esta acumulación celular dentro del tejido
mesenquimatoso inicia el proceso de osificación intramembranosa.
Las células mesenquimatosas se alargan y diferencian en células osteoprogenitoras.
Estas células expresan el factor de transcripción CBFA1, que es importante para la
diferenciación de osteoblastos.
El citoplasma de las células osteoprogenitoras cambia de eosinófilo a basófilo Estos
cambios citológicos resultan del osteoblasto diferenciado, que, entonces secreta la
matriz ósea orgánica (osteoide).
Los osteoblastos se acumulan en la periferia del centro de osificación y continúan
secretando osteoide. A medida que continúa el proceso, el ostoide se somete a
mineralización por depósito de fosfato de calcio, por lo que se torna más eosinófilo, y
los osteoblastos atrapados se convierten en osteocitos.
Dentro de la matriz ósea, los osteocitos se separan cada vez más uno de los
otros conforme se produce más matriz, pero permanecen en contacto a través
de evaginaciones citoplasmáticas. Con el tiempo la matriz se calcifica y los
procesos citoplasmáticos intercomunicados de los osteocitos quedan
contenidos dentro de los canalículos.

Pasos para la osteogénesis


intramembranosa. 1) Células
mesenquimáticas; 2) Formación del
centro de osificación, diferenciación de
osteoblastos y producción de osteoide; 3)
Diferenciación de osteocitos, producción
de matriz ósea; 4 y 5) Crecimiento desde
el hueso desde el borde del hueso donde
hay osteoblastos que progresivamente se
van convirtiendo en osteocitos para
formar las trabéculas óseas. Cuando la
trabécula adquiere un tamaño crítico (5)
se produce la invasión por parte de los
vasos sanguíneos; 5) Trabécula ósea con
osteoblastos en la periferia, osteocitos y
osteoclastos, invasión de vasos
sanguíneos.
Matriz inicial

La matriz inicial aparece como pequeñas espículas de forma irregular, que son
características del hueso esponjoso. Algunas de las células osteoprogenitoras se
adosan a las espículas formadas inicialmente, se transforman en osteoblastos y
producen más matriz. Por este proceso, llamado crecimiento por aposición, las
espículas aumentan de tamaño y se unen en una red trabecular.
Los nuevos osteoblastos establecen la matriz ósea en capas sucesivas, dando lugar a
hueso inmaduro; inicialmente la matriz ósea que se deposita tiene una organización
denominada inmadura que se transformará en una organización laminada.
Los huesos formados por osificación intramembranosa (huesos planos del cráneo,
mandíbula y mayor parte de la clavícula) no tienen osteonas típicas, aunque sí hueso
compacto en la periferia y hueso esponjoso en su interior.

B) OSIFICACIÓN ENDOCONDRAL

La mayoría de los huesos largos del organismo, se desarrollan a través de la vía de


formación endocondral.
En este tipo de osificación las células mesenquimáticas se diferencian primero en
condrocitos, los cuales son posteriormente sustituidos por células óseas.
1. Formación del molde del cartílago : Inicialmente, tras un proceso de
compactación, hay una proliferación de los condrocitos para formar un cartílago
que servirá de molde para obtener hueso.

2. Crecimiento del cartílago: Una vez establecido el modelo cartilaginoso,


experimenta crecimiento intersticial y por aposición. El aumento de longitud del
modelo cartilaginoso se atribuye al crecimiento intersticial, mientras que el
aumento de espesor, se debe, en su mayor parte a la adición de matriz
cartilaginosa producida por los nuevos condrocitos diferenciados a partir de la
capa condrogénica del pericondrio que rodea la masa de cartílago.

3. Vascularización del pericondrio: Llegado a un punto de desarrollo, los


condrocitos de la zona media dejan de dividirse. Entonces crecen de tamaño, y
por falta de oxígeno, se hipertrofian. Los condrocitos hipertróficos secretan
moléculas para favorecer la angiogénesis, que atrae vasos sanguíneos para el
pericondrio.
La vascularización del pericondrio de la diáfisis, lo convierte en periostio. Entonces, las
células del pericondrio dejan de producir condrocitos y en su lugar, se originan células
osteoprogenitoras, que se diferencian en osteoblastos.
Como consecuencia de estas modificaciones se forma una delgada capa de tejido óseo
alrededor de la parte media del modelo cartilaginoso. Este tejido se denomina tejido
subperióstico; en el caso de un hueso largo, alrededor del modelo cartilaginoso en la
porción de la diáfisis del hueso en desarrollo, se forma una cubierta de tejido óseo
subperióstico llamado collar óseo.
4. Calcificación de la matriz cartilaginosa : La calcificación de la matriz ósea no
es lo mismo que la mineralización que se produce en el tejido óseo. Esto da
origen a un manguito subperióstico

5. Hipertrofia y muerte de los condrocitos: Con el establecimiento del collar


óseo subperióstico, los condrocitos en la región media del modelo cartilaginoso
se hipertrofian; estas células comienzan a sintetizar fosfatasa alcalina que es la
que permite la calcificación de la matriz cartilaginosa.
Luego la matriz cartilaginosa calcificada impide la difusión de las sustancias
nutritivas y causa la muerte de los condrocitos en el modelo de cartílago.
6. Acción de los osteoclastos: Los osteoclastos taladran el collar óseo perióstico
y crean orificios que hacen posible la invasión del molde del cartílago, ya
calcificado, por parte de vasos sanguíneos.

7. Ingreso de vasos y formación de la cavidad medular con células


hematopoyéticas y osteoprogenitoras : Las células madre mesenquimatosas
que residen en el periostio en desarrollo, migran junto con los vasos sanguíneos
invasores y se diferencian en células osteoprogenitoras en la cavidad medular.
Las células hematopoyéticas también llegan a la cavidad a través del nuevo
sistema vascular y abandonan la circulación para dar origen a la médula ósea.
8. Secreción de la matriz ósea : A medida que el cartílago calcificado es
degradado por los osteoclastos y se elimina parcialmente, quedan restos con el
aspecto de espículas irregulares. Cuando las células osteoprogenitoras se
adhieren en forma aposicional a las espículas residuales de cartílago calcificado,
se convierten en osteoblastos y comienzan a sintetizar tejido óseo (osteoide),
que se deposita sobre el armazón espicular.
Este primer sitio donde comienza a formarse tejido óseo en la diáfisis de un hueso
largo, se llama centro primario de osificación.
9. Formación de centros de osificación secundarios : El collar óseo
subperióstico se engrosa y comienza a crecer hacia las epífisis.
Representación esquemática del desarrollo de un hueso largo. 1) El proceso comienza con la
formación de un modelo de cartílago; 2) a continuación se forma un collar óseo subperiosteal
(subpericondrial) alrededor de la diáfisis del modelo cartilaginoso; 3) después, la matriz
cartilaginosa de la diáfisis comienza a calcificarse; 4) El cartílago calcificado, entonces, es
erosionado e invadido por vasos sanguíneos y células de tejido conjuntivo perivascular y se crea
una cavidad medular primitiva en la que quedan restos de espículas de cartílago calcificado en
sus extremos proximal y distal. El tejido óseo en ambos extremos de la cavidad medular en
desarrollo constituye la metáfisis; 5) Todavía se sigue formando hueso subperiosteal; 6) Vasos
sanguíneos y células perivasculares invaden el cartílago en la epífisis proximal; 7) y se forma un
centro secundario de osificación; 8) En la epífisis distal del hueso aparece otro centro de
osificación (secundario) similar, y de ese modo queda formada una placa o disco epifisario entre
cada una de las epífisis y la diáfisis; 9) El hueso largo continúa creciendo y con el tiempo el disco
epifisario desaparece; 10) Cuando por fin cesa el crecimiento óseo, también desaparece el disco
epifisario proximal (10). En donde estaban los discos epifisarios ahora sólo quedan las líneas
epifisarias.
Crecimiento en longitud

El crecimiento longitudinal del hueso se debe a la proliferación de los condrocitos en el


cartílago epifisario o placa epifisiaria. La superficie epifisiaria del cartílago está
formada por cartílago, mientras que la cara diafisaria se compone de hueso.
Las zonas del cartílago epifisiario, comenzado desde la más distal con respecto al
centro de osificación de la diáfisis, y prosiguiendo hacia ese centro son:
- Zona de cartílago de reserva , en la cual no se comprueba proliferación
celular, ni producción activa de la matriz. Los condrocitos se distribuyen en
forma aleatoria.

- Zona de proliferación , en esta zona, los condrocitos sufren mitosis y se


organizan en columnas bien definidas.
Estas células son más grandes que las de la zona de reserva y sintetizan
activamente colágeno (tipo II y XI) y otras proteínas de la matriz cartilaginosa.

- Zona de hipertrofia , que contiene condrocitos cuyo tamaño ha aumentado


(hipertrofia). El citoplasma de estas células es claro debido al glucógeno que
acumulan.
Los condrocitos permanecen metabólicamente activos; continúan la secreción
de colágeno tipo II, mientras aumentan la producción de colágeno tipo X.
Los condrocitos también secretan el factor de crecimiento del endotelio
vascular, el cual favorece la invasión vascular.
La matriz del cartílago se comprime para formar bandas lineales entre las
columnas de células hipertrofiadas (trabéculas directrices)

- Zona de calcificación , en la cual las células hipertrofiadas empiezan a


degenerarse y la matriz se calcifica. El cartílago calcificado sirve, entonces,
como un armazón inicial para la disposición de hueso nuevo.
Los condrocitos situados en la parte proximal de esta zona, sufren apoptosis y
mueren.

- Zona de osificación, en este punto, el cartílago osificado está en contacto


directo con el tejido conectivo de la cavidad medular. En esta zona, los vasos
sanguíneos de pequeño calibre y las células osteoprogenitoras acompañantes
invaden la región anteriormente ocupada por los condrocitos.
Es decir que, los vasos sanguíneos invasores son la fuente de células
osteoprogenitoras, que se diferencian en osteoblastos, las células
productoras de hueso, que sintetizarán matriz ósea que se calcificará
sobre la superficie de cartílago calcificado.
Conforme el tejido óseo se deposita en las espículas calcificadas, el cartílago se
reabsorbe y al final queda hueso esponjoso primario.
El crecimiento longitudinal del hueso continúa mientras las zonas de proliferación y la
tasa de reabsorción en la zona de osificación se encuentran equilibradas. Hacia la edad
adulta, la tasa de reabsorción en la zona de osificación supera a la tasa de mitosis en la
zona de proliferación, de forma que se agota la reserva de cartílago.
Al concluir la reabsorción del cartílago calificado, la placa epifisiaria no separa las
epífisis de la diáfisis, y en este punto, confluyen las cavidades medulares de las epífisis
y la diáfisis.
La eliminación de la placa epifisiaria se conoce como cierre epifisiario; el sitio donde
estaba el disco epifisiario perdura como un vestigio, la línea epifisiaria, la cual está
compuesta de tejido óseo.

Corte longitudinal a lo largo del lado de la diáfisis del disco epifisario de un hueso metacarpiano fetal. La
fotomicrografía de la derecha muestra una formación ósea activa en el lado de la diáfisis del disco epifisario.
La zonificación es evidente en esta muestra teñida con H&E (180 X), ya que los condrocitos sufren divisiones,
hipertrofia y, finalmente, apoptosis, dando espacio a las células invasoras de formación ósea. En la ilustración
de la izquierda, las células de la médula ósea se han eliminado, lo que permite a los osteoblastos, osteoclastos
y células endosteales revestir las superficies internas del hueso. Debe tenerse en cuenta que el cartílago
calcificado (azul) está presente en las espículas óseas

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