Reflexionesw PDF
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SOBRE
(cords.) La elección del 2018 representa un hito en la historia de México, con el del Departamento de Política y Cultura de la Uni-
Ciudadanías, desigualdad, exclusión e integración /
triunfo del candidato opositor de izquierda parecería que en el país se da versidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco,
Gerardo Zamora, Liliana López y Ricardo Yecelevzky un quiebre en las dinámicas estructurales que definían al régimen político en donde además ha sido director de las revistas
(coords.) imperante desde por lo menos las dos últimas dos décadas del siglo pasado. Política y Cultura y Argumentos. Ha dedicado su
MÉXICO
Ética, política e injusticia social / Joel Flores Rentería carrera académica al estudio del sistema políti-
El presente libro refleja la situación en que se encontraban diferentes ám- co mexicano; partidos políticos y procesos elec-
et al.
bitos nacionales e internacionales en vísperas del cambio de gobierno en torales; procesos políticos locales y regionales.
Tractatus politicus minimun. Ensayos sobre la política
de la crueldad de Nietzsche / César Velázquez Becerril
2018 y que constituyen una serie de problemáticas con las que se enfrenta Temas de los que ha publicado diversos artículos
el nuevo gobierno. Reúne una serie de textos que abordan múltiples temas en libros y revistas especializadas.
La reglamentación municipal como instrumento
de gestión / Gerardo Zamora y Rigoberto Ramírez
que van desde las relaciones entre China y Estados Unidos y su impacto
para México, hasta la tipificación de las distintas generaciones que convi- Alejandra Toscana Aparicio es doctora en geo-
Y SU ENTORNO
Las vicisitudes de la innovación en biotecnología
y nanotecnología / Daniel Villavicencio (coord.)
ven en nuestro país. grafía por la Universidad Nacional Autónoma de
México. Es profesora e investigadora del Depar-
La Unión Europea, perspectivas internas y externas Reflexiones sobre México y su entorno internacional ante el cambio de tamento de Política y Cultura de la Universidad
a 60 años de su conformación / Beatriz Pérez, Graciela gobierno en 2018 consta de un conjunto de artículos con posturas meto-
INTERNACIONAL
Autónoma Metropolitana-Xochimilco, y profe-
Pérez y Cuauhtémoc Pérez (coords.)
dológicas propias de la gran heterogeneidad de la planta académica del sora del Colegio de Geografía de la Universidad
Políticas públicas y medio ambiente / Esthela Sotelo Departamento de Política y Cultura de nuestra casa de estudios, instancia Nacional Autónoma de México. Ha dedicado su
y Angélica Rosas (coords.)
promotora de estas reflexiones. vida académica al estudio de riesgos, desastres
La comunidad indígena insurgente / Fabiola Escárzaga
ANTE EL CAMBIO DE
y problemas socioambientales; temas en los
Estudios y argumentaciones hermenéuticas. Volumen El libro se divide en tres partes: la primera presenta los posibles condicio- que ha publicado diversos artículos en libros y
4 / Humberto Guerra (coord.) namientos internacionales con los que se enfrenta la nueva presidencia de revistas especializadas.
GOBIERNO EN 2018
Leyendas urbanas y tradiciones en México del siglo xxi la República, la segunda revisa las complicaciones en la gestión de distintos
/ Marco Antonio Molina problemas públicos y la última parte analiza la situación de los integrantes Beatriz Nadia Pérez Rodríguez es profesora
Rupturas y continuidad. Historia y biografía de mujeres de nuestra sociedad mediante el género y la edad. e investigadora de tiempo completo y jefa del
/ Ana Lau Jaiven y Elsie Mc Phail (coords.) Mario Alejandro Carrillo Luvianos área de Política Internacional del Departamento
Pasaporte sellado. Cruzando las fronteras entre Alejandra Toscana Aparicio de Política y Cultura de la Universidad Autóno-
ciencias sociales y literatura / Alberto Trejo Amezcua Beatriz Nadia Pérez Rodríguez ma Metropolitana-Xochimilco. Ha coordinado
(coord.) Coordinadores varias publicaciones especializadas en estudios
europeos. Ha participado como ponente en fo-
Análisis multidimensional de la desigualdad social
y educativa en los estados de Nuevo León y Oaxaca, ros nacionales e internacionales especializados
México, 2008 y 2010 / Alberto Isaac Pierdant en temas internacionales.
Rodríguez
Pueblos mágicos: una visión interdisciplinaria. ISBN 978-607-28-1782-1
Volumen iv / Liliana López Levi et al.
Reformas estructurales y proyecto de nación / Pablo
Mejía Montes de Oca y José Javier Contreras Carbajal
(coords.)
UNIVERSIDAD
A AUTÓNOMA METROPOLITAN A
UNIDAD XOCHIMILCO División de Ciencias Sociales y Humanidades
ISBN: 978-607-28-1782-1
Impreso en México / Printed in Mexico
Reflexiones sobre México
y su entorno internacional
ante el cambio de gobierno en 2018
CONSEJO EDITORIAL
José Alberto Sánchez Martínez (Presidente)
Aleida Azamar Alonso / Alejandro Cerda García
Gabriela Dutrénit Bielous / Álvaro Fernando López Lara
Jerónimo Luis Repoll / Gerardo G. Zamora Fernández de Lara
Asesores del Consejo Editorial: Miguel Ángel Hinojosa Carranza / Rafael Reygadas Robles Gil
Introducción
Mario Alejandro Carrillo Luvianos, Alejandra Toscana Aparicio
y Beatriz Nadia Pérez Rodríguez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Primera parte
¶ 7
8 Índice
Segunda parte
Tercera parte
¶ 9
10 Introducción
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan) que inició en 2017 y pro-
siguió en 2018. La autora plantea las posibles alternativas para el nuevo gobierno de
México, a partir de 2019, en su contexto interno y una posible diversificación co-
mercial y de cooperación internacional.
Por su parte, Cuauhtémoc V. Pérez Llanas y Beatriz Nadia Pérez Rodríguez, en
“México y sus principales acuerdos de libre comercio: tlcan y tlcuem”, tratan de
responder a la siguiente pregunta: a 24 años de iniciada dicha política y tras la fir-
ma de trece Tratados de Libre Comercio, ¿el país ha logrado los objetivos que se
esperaban? Destaca que, recientemente, se ha firmado un acuerdo más, el Tratado
de Asociación Transpacífico (tpp, por sus siglas en inglés). Para contestarla, ana-
lizan el comportamiento de los principales indicadores económicos de comercio
internacional de México, posteriormente, el comportamiento del comercio con el
tlcan y el Acuerdo Global, así como su impacto en los principales indicadores
macroeconómicos del país.
Los siguientes dos artículos, de Eduardo Tzili-Apango y Enrique Catalán Salga-
do, analizan la Alianza del Pacífico (ap) desde distintas perspectivas y valoraciones.
En el texto “Propósitos y retos de México en la Alianza del Pacífico: fomento de un
multilateralismo reactivo”, Tzili-Apango propone la hipótesis:
por un lado, la Alianza del Pacífico representa un caso de multilateralismo reactivo para
la inserción en el siglo del Pacífico por medio de la cooperación integral; por el otro,
a pesar de representar una oportunidad para la diversificación de relaciones exteriores
con Asia-Pacífico, la ap es en realidad un mecanismo de acercamiento de México hacia
América Latina. Aunado a esto, los problemas internos de México –sobre todo durante
el sexenio de Peña Nieto– pueden impedir un compromiso integral con la Alianza del
Pacífico, por lo que el cumplimiento de su agenda comercial y proglobalista puede estar
en riesgo.
más relevantes en el contexto de Estados Unidos como un país con políticas econó-
micas agresivas y con una nueva elección nacional en puerta que puede dar un viraje
a la política exterior mexicana; hechos y coyunturas que se exploran en este artículo.
Este bloque cierra con un artículo de Beatriz Nadia Pérez Rodríguez y Teresa
del Socorro Pérez Rodríguez: “La política exterior en las plataformas electorales de
2018”, en el que se realiza un análisis comparativo de las propuestas de política ex-
terior de cada uno de los candidatos a la presidencia, tomando en consideración las
tres plataformas de los partidos y alianzas más representativas. La finalidad es co-
nocer la relevancia que cada una de las propuestas otorga a las diferentes regiones
con las que México se ha vinculado, las estrategias que se pretenden establecer para
alcanzar objetivos concretos en beneficio del país, o bien, si alguna propuesta tiende
al proteccionismo y, por ende, otorga poca relevancia al ámbito exterior.
El siguiente bloque de artículos nos muestra un panorama de distintas políticas
públicas, programas e instituciones que van desde cuestiones ecológicas hasta pro-
blemas de gestión en la naciente Ciudad de México.
En el trabajo “Iniciativas gubernamentales para la digitalización en la Cuarta
Revolución Industrial: Estados Unidos, Unión Europea y México”, Andrés Morales
Alquicira, Araceli Rendón Trejo y Silvia Pomar Fernández, estudian las iniciativas
que en diversos países se han utilizado con vistas a lograr que su industria se in-
serte de forma exitosa en la Cuarta Revolución Industrial. En primer lugar, se tratan
los elementos que caracterizan a esta revolución; en segundo, las iniciativas de
Estados Unidos, Alemania, Francia, Inglaterra y la Unión Europea en su conjunto,
desde la perspectiva de sus esfuerzos para lograr la reconversión digital de su in-
dustria; finalmente, analizan las problemáticas que enfrenta México y las acciones
que lleva a cabo para insertar la industria en las nuevas tendencias de producción.
Angélica Rosas Huerta, en su artículo: “Medidas para la evaluación de la adapta-
ción al cambio climático en América Latina”, presenta una revisión de las medidas e
indicadores que se han diseñado en América Latina para medir la efectividad de las
acciones de adaptación al cambio climático y que han sido probados o implementa-
dos con éxito. Principalmente, se identifican los indicadores que se han desarrollado
en América Latina para priorizar medidas de adaptación, o bien para medir su efec-
tividad. El estudio muestra una visión general de cada indicador, su utilización y los
aspectos que considera para la evaluación. Cabe destacar que la literatura pone en
evidencia la importancia e influencia que tiene el género, la pobreza y la etnia en los
procesos de adaptación, por lo que resulta fundamental indagar si las medidas dise-
ñadas en nuestra región toman como elementos centrales esos aspectos.
Por su parte, en el trabajo “Desarrollo histórico de la política energética: pers-
pectivas para una planeación actual”, de Tadeo H. Liceaga Carrasco y Hugo Pichar-
do Hernández, se realiza un ejercicio teórico-metodológico desde la perspectiva de
12 Introducción
las políticas públicas aplicadas al análisis histórico, con el que se pretende evaluar
el desempeño de las políticas federales en el ámbito energético desde el sexenio car-
denista hasta la actualidad. El texto tiene como objetivo desentrañar la manera en
que el gobierno mexicano afrontó los problemas de la búsqueda de autosuficiencia
y las crisis energéticas, y la respuesta gubernamental que incluyó la diversificación
implícita para la producción de energía, en especial la eléctrica.
En “Las políticas culturales en el cambio de gobierno: del neoliberalismo a la
Cuarta Transformación”, María Elena Figueroa Díaz señala que, en el sexenio que
terminó, se dieron cambios importantes en materia de cultura: la creación de la Se-
cretaría de Cultura, la Ley de derechos culturales, así como un énfasis en la cultura
como generadora de riqueza. La creciente autonomización de la cultura frente a la
educación libera aún más la gestión de la cultura de su tradicional papel vinculado
al Estado. El presente trabajo analiza qué políticas culturales tenderán a seguirse y
consolidarse en dicho escenario, y concluye que serán aquellas que promueven la
democracia cultural, el difusionismo, o bien la empresa cultural.
En el texto “El Programa Pueblos Mágicos ante el cambio de gobierno”, la misma
autora junto con Liliana López Levi señalan que la Secretaría de Turismo ha imple-
mentado desde 2001 el Programa Pueblos Mágicos, el cual busca poner en valor el
patrimonio para lograr crecimiento económico, desarrollo local y sustentabilidad.
Durante tres sexenios se ha transformado un número creciente de localidades sin
que necesariamente conlleve el logro de los objetivos planteados. Ante las elecciones
de 2018 y la renovación de gobiernos federal y locales, los autores buscan reflexionar
sobre las implicaciones del cambio de gobierno en los pueblos que se han sumado a
esta iniciativa, así como abordar algunos retos a los que se enfrentarán.
Dos artículos sobre la naciente Ciudad de México cierran la segunda parte. En
el primero, “Del Pacto por México al pacto constituyente: la legitimidad demo-
crática de la Carta Magna de la Ciudad de México”, de Héctor Villarreal, se señala
que, a diferencia de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la
Constitución de la Ciudad de México no podía sustentar su legitimidad solo en el
proyecto social que promete, sino también ha tenido que remediar su origen pro-
blemático. Con el objetivo de analizar cuáles son los atributos de la flamante cons-
titución de la capital, para valorar su legitimidad, el artículo argumenta que gracias
a cuatro procesos políticos –selección de candidatos, elecciones, parlamento y le-
gislación– se logró un conjunto de factores que inciden de manera positiva en su
legitimidad.
El segundo artículo: “La reforma de la Ciudad de México: sus repercusiones
para la vida democrática”, de Mario Alejandro Carrillo Luvianos, Rigoberto Ramírez
López y Gerardo Zamora Fernández de Lara, analiza las repercusiones de la reforma
de la Constitución de la Ciudad de México en los comportamientos políticos de los
Introducción 13
gobiernos locales de la ciudad, antes referidos a las delegaciones políticas y ahora al-
caldías de las demarcaciones territoriales. Se trata de una arquitectura institucional
que introduce elementos novedosos tanto para la composición y el funcionamiento
de los gobiernos como para su relación con los partidos políticos y la ciudadanía.
El tercer y último bloque de artículos, con los que concluye el libro, analiza los
sectores de nuestra sociedad con base en género y edad.
Desde diferentes perspectivas, dos artículos abordan el papel de la mujer en
nuestra sociedad. En el primero, “Mujeres, realidades, debates y política: una re-
flexión”, Anna María Fernández Poncela señala que el tema de la relación de las
mujeres con la política ha evolucionado en las últimas décadas, desde las percep-
ciones sociales hasta las legislaciones estatales, incluidas las recomendaciones in-
ternacionales y el aumento de la presencia femenina en la esfera donde se dirimen
los asuntos públicos. El objetivo de su trabajo es la revisión y reflexión general en
torno a las perspectivas, realidades y debates actuales sobre la participación políti-
ca de las mujeres. Para ello, se pasa revista a los condicionamientos versus las nue-
vas potencialidades, entre otras cuestiones como estilos, caracterización, sufragio
y confianza electoral.
Por su parte, Clara Martha Adalid Diez de Urdanivia, en su texto “La ciencia y
la tecnología también tienen rostro de mujer” señala:
si el propósito al convocar las cuatro conferencias por la Asamblea General de las Na-
ciones Unidas fue concentrar la atención internacional en la necesidad de elaborar pla-
nes y estrategias futuras, en beneficio y crecimiento de la mujer, después de 40 años aún
queda mucho camino por recorrer. Esto es así aun cuando al revisar el trabajo realizado
a favor de las mujeres y los logros obtenidos no dejamos de sorprendernos. El propósito
de este documento es revisar algunos indicadores, así como algunas cifras de ciencia y
tecnología, que nos señalen el papel y la presencia de las mujeres en este campo y nos
ayuden a responder si la ciencia y la tecnología también tienen rostro de mujer.
El capítulo con el que cierra el libro tiene como punto de análisis la edad. “Cul-
tura política y generaciones en México”, de Mario Alejandro Carrillo Luvianos,
Rigoberto Ramírez López y Rafael Flores Sánchez, presenta una propuesta meto-
dológica para analizar la estructura mental de nuestra sociedad desde la perspec-
tiva de las generaciones y propone una primera aproximación para delimitarlas en
nuestra sociedad.
Introducción
¶ 17
18 Graciela Pérez Gavilán y Enrique Catalán Salgado
En el siglo xxi nuevas coordenadas del poder mundial están emergiendo en la so-
ciedad internacional, que transforman el orden mundial bipolar posbélico, y el bre-
ve periodo del mundo unipolar surgido con la implosión de la Unión Soviética, en
un orden mundial policéntrico donde nuevos polos de poder internacional tienen
cada vez más presencia.
En este escenario, las dos potencias que tienen actualmente mayor peso en el
juego del poder mundial, China y Estados Unidos, dan las directrices y la orienta-
ción de un nuevo orden internacional que, necesariamente, conllevará a la cons-
trucción de un nuevo sistema económico internacional que todavía no alcanza a
vislumbrarse.
De forma paralela, nuevas alianzas políticas y económicas están conformán-
dose en esta transición del poder mundial: Irán, Turquía y Rusia; India y Estados
Unidos; los lazos económicos y políticos entre Alemania y China; y en la península
coreana, el acercamiento entre el Norte y el Sur; además del surgimiento de nuevas
visiones de las relaciones diplomáticas internacionales, con nuevas propuestas y
nuevos objetivos en la interrelación entre los Estados, por ejemplo, y el nuevo pen-
samiento diplomático chino que rescata y actualiza el antiguo orden diplomático
sustentado en el pensamiento de Confucio.1
1 Yongjin Zhang, “Historia, filosof ía e innovación teórica en las relaciones internacionales des-
Los temas poder y hegemonía mundial han sido centrales en la historia política
de las grandes civilizaciones como China, que se consideraba el Reino del Medio
o el centro del universo en su propia cosmovisión y organización político-cultural
confuciana. En Europa, con la construcción del Estado nación en 1648 con la paz
de Westfalia, se crea el modelo de orden mundial moderno y el orden mundial pos-
bélico de la Segunda Guerra Mundial, que dio paso al llamado mundo bipolar que
enfrentó a Estados Unidos y a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas durante
la Guerra Fría.
Entendemos la hegemonía internacional como la capacidad de un Estado de
ejercer influencia y dominio sobre el resto de los Estados. Esta se puede ejercer
de manera directa (en el ejercicio duro del poder), o indirectamente, por medio de
instituciones de gobernanza global que establecen las normas comunes del orden in-
ternacional, lo que en cierta medida implica la aceptación del poder y la subordina-
ción consensuada por parte de los actores secundarios.
Históricamente –visto desde el realismo–, la hegemonía de un Estado surge
debido al desarrollo superior de varios factores productivos y tecnológicos que lo
colocan en una posición de poder para influenciar o coaccionar a los otros en be-
neficio propio. Son escasos los ejemplos en los que la transición hegemónica entre
grandes potencias haya ocurrido de manera pacífica, ya que la lucha por el poder
y la hegemonía entre las potencias siempre ha implicado la lucha por mercados y
recursos naturales que en muchas ocasiones han conducido a la guerra.
En el siglo xxi, la lucha por la hegemonía y el poder mundial se centra en las
dos grandes potencias: China y Estados Unidos, los cuales son el centro de los tres
círculos concéntricos que conforman el poder político mundial.
Estos círculos se conforman en un primer nivel por China que, por su gran ca-
pacidad económica, se está convirtiendo en el motor de la economía mundial con
su gran proyecto de la nueva Ruta de la Seda, denominado One Belt One Road;2 Ru-
sia, que se ha posicionado a partir de la guerra de Siria en un importante actor del
escenario mundial; y Estados Unidos, que sigue siendo una gran potencia, ya que
aún tiene el mercado mundial más grande, algunas de las empresas más importan-
tes del mundo y un gran poderío militar.
El segundo círculo está conformado por potencias medias que tienen capacidad
económica importante y posibilidades de decisión e influencia en la resolución de
temas de interés mundial, como la Unión Europea, que por su tamaño e influencia
tiene una presencia mundial importante, en especial de sus países líderes que con-
forman el nuevo eje franco-alemán. Este segundo círculo incluye también a Ingla-
2 Jonathan Holslag, “Securing the New Silk Road”, International Security Studies, vol. 2, núm. 1,
terra, Japón, Canadá, India, Corea del Sur y podría extenderse al grupo G20, en el
que está incluido México.
El tercer círculo está integrado por las demás naciones, que con distintos gra-
dos de influencia conforman la comunidad global. Los movimientos políticos y
económicos de las naciones que integran los tres círculos están interrelacionados
y definen las características del sistema internacional de nuestros días, el cual, sin
duda, tendrá un fuerte impacto en nuestro país.
Desde la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos se consolidó como una poten-
cia económica y militar que reconfiguraría el orden internacional y construiría una
hegemonía basada en sus principios y visión del mundo. Esto fue posible no solo
por los elementos de poder directamente atribuibles al país, como su economía y
su progreso científico y tecnológico, incrementados por el triunfo de la guerra, sino
también mediante la construcción de una extensa y compleja red de alianzas milita-
res, políticas y económicas; tan solo en el breve periodo que va de 1940 hasta 1954
se crearon más alianzas y organizaciones internacionales gubernamentales de las
que habían existido en toda la historia pasada de la humanidad, todas ellas fueron y
son relevantes en el sostenimiento de Estados Unidos como superpotencia, el caso
ejemplar es la Organización del Tratado del Atlántico Norte (otan), por mencio-
nar uno de los más significativos.
De igual forma, en el mismo periodo, se dio la creación de instituciones inter-
nacionales fuertemente impulsadas por Estados Unidos, que constituirían las bases
de una incipiente gobernanza mundial: la Organización de las Naciones Unidas
(onu), el Fondo Monetario Internacional (fmi) y el Banco Mundial (bm), las cuales
persisten en la actualidad y pusieron los cimientos del actual orden internacional
bajo el liderazgo estadounidense.
Sin embargo, este ascenso y consolidación de Estados Unidos como superpo-
tencia fue posible gracias a la coyuntura de la época, en la que existía un vacío de
poder que fue inmediatamente aprovechado para ejercer su liderazgo internacio-
nal y establecer su hegemonía, primero, como líder del bloque capitalista durante
la Guerra Fría, y posteriormente como hegemonía única tras la caída del Muro de
Berlín.
Las políticas y declaraciones de la nueva administración del presidente Trump,
identificadas con una economía nacionalista y con una actitud que parece incli-
narse hacia un nuevo aislacionismo internacional, abren la interrogante sobre si
22 Graciela Pérez Gavilán y Enrique Catalán Salgado
que, como bloque, la hegemonía económica estadounidense no sea tan sólida como
parece en primera instancia.
Cuando se comparan los pib regionales, es claro que la región de Asia se está
consolidando como el nuevo epicentro comercial y financiero global; en conjun-
to concentra porcentajes muy superiores al bloque conformado por América del
Norte y el tlcan. En dicha comparativa, el bloque asiático representa casi 34%
del pib mundial, mientras que América del Norte ocupa únicamente el 28% y Eu-
ropa un 21.37%, lo que altera de forma significativa la perspectiva del poder econó-
mico y coloca a Estados Unidos y su área de influencia predominante seis puntos
porcentuales debajo de Asia, región liderada por China. De igual forma, resulta ob-
vio que Europa, aunque es muy importante, no es competencia directa por la he-
gemonía, aunque sigue ocupando un papel de primer orden por el volumen de su
mercado y su poder adquisitivo.
A la variable anterior cabe agregar que, si consideramos las tasas de crecimien-
to del pib, Estados Unidos ha tenido índices muy bajos (menores a 3%) durante los
últimos años, mientras que la economía china, a pesar de su desaceleración eco-
nómica, sostiene un ritmo de crecimiento superior a 6% (gráfica 1.1), por lo que se
prevé que de seguir esas tendencias, es posible que en el mediano plazo el volumen
del pib de China alcance al de Estados Unidos; recordemos que, medido en térmi-
nos de paridad de compra, el pib chino ya superó al de Estados Unidos.
En consecuencia, China es una amenaza latente a la hegemonía económica es-
tadounidense y su poder económico le ha permitido asumir un papel destacado en
la transformación del orden mundial, no solo por tratarse indiscutiblemente de la
segunda economía más importante, sino por su previsible ascenso sostenido y de
su liderazgo en Asia, región que se ha transformado actualmente en la más impor-
tante del mundo por su actividad comercial y financiera.
Sin embargo, sostener el papel de actor hegemónico mundial implica mucho
más que una economía fuerte y, en este sentido, es históricamente demostrable que
Estados Unidos construyó su liderazgo mediante el poder económico y la cons-
trucción y el fortalecimiento del aparato militar más grande del mundo, así como
su pronta capacidad de intervención bélica que ha sido frecuentemente utilizada,
hasta nuestros días, como elemento disuasivo en intervenciones militares efectivas.
En dicho sentido, la hegemonía estadounidense está indisociablemente ligada a
su capacidad bélica. El siglo xix fue para Estados Unidos un siglo de expansionis-
mo; lanzó la guerra contra México apropiándose de más de la mitad de su territorio;
alcanzó su condición bioceánica, factor clave en la construcción de su hegemonía; y
culminó el siglo con la guerra hispanoamericana de 1898, adueñándose de numero-
sas islas en el Pacífico y el Caribe, incluidas, entre las más notables por su relevan-
cia estratégica, Cuba, Filipinas, Islas Midway y Guam.
24 Graciela Pérez Gavilán y Enrique Catalán Salgado
$ 15 B
$ 10 B
$5B
$0B
1992
1998
2008
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1994
1996
2000
2002
2004
2006
2010
2012
2014
2016
Estados Unidos China Japón
Alemania Reino Unido
Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial [https://datos.bancomundial.org/indica-
dor/NY.GDP.MKTP.CD?end=2016&locations=US-CN-JP-DE-GB&start=1985&view=chart&year_
high_desc=true].
el apoyo militar a América Latina; por supuesto, el organismo más importante que
surgió de ese periodo, y cuya expansión continúa en la actualidad, es la Organiza-
ción del Tratado del Atlántico Norte (otan), cuyas funciones se han expandido
mucho más allá de la defensa, para realizar intervenciones militares directas cuan-
do así lo consideran conveniente Estados Unidos y sus aliados.
Lo que hemos presenciado durante el siglo xxi ha sido el poder militar esta-
dounidense en un nuevo intervencionismo iniciado en 2001, luego del ataque te-
rrorista a las Torres Gemelas. Estados Unidos y sus aliados de la otan iniciaron un
ataque conjunto, primero a Afganistán, bajo el argumento del combate al terroris-
mo; y después a Irak, con ese mismo argumento ya que, presumiblemente, Sadam
Hussein habría desarrollado armas de destrucción masiva que hacían necesaria la
invasión para la seguridad y la paz mundial, iniciando una guerra que fue vetada
por la Organización de las Naciones Unidas (onu) y cuyas consecuencias aún son
visibles en la actualidad, ya que continúa la presencia militar estadounidense en di-
cho país. La última muestra del uso discrecional del poder estadounidense ha sido
los bombardeos realizados con cohetes a Siria durante abril de 2018, sin que exista
sustento legal para ello, y el constante uso discursivo de la administración Trump
en las negociaciones con Corea del Norte para utilizar una “lluvia de fuego y furia” en
su contra “como nunca se ha visto jamás”.
El resultado de esta estrategia de construcción de poder militar e intervencio-
nismo a nivel mundial, es haberse consolidado como el país con mayor capacidad
bélica, no solo del mundo sino de toda la historia humana, garantizando así su su-
premacía en la economía mediante la fuerza.
Aunque suele hacerse más énfasis en la supremacía económica, lo cierto es que
Estados Unidos ha sostenido su posición gracias a su enorme capacidad militar,
que no ha dejado de desarrollar. En la actualidad, posee más de 800 bases militares
en aproximadamente ochenta países y mantiene tropas o personal militar en cien-
to sesenta países y territorios, lo que abarca básicamente la totalidad geográfica del
planeta, esto sin considerar los once portaaviones de la marina estadounidense que
deben ser considerados como bases militares móviles.4
4 David Vine, “The United States Probably has More Foreign Military Bases than Any Other
People Nation or Empire in History”, The Nation, 2015, [https://www.thenation.com/article/the-
united-states-probably-has-more-foreign-military-bases-than-any-other-people-nation-or-empire-
in-history/], (fecha de consulta: 10 de junio de 2018).
26 Graciela Pérez Gavilán y Enrique Catalán Salgado
Gráfica 1.2. Los diez países con mayor gasto militar en 2016 (mdd)
700 000
600 000
Gastos en millones de dólares
500 000
400 000
300 000
200 000
100 000
0
Unidos
Reino
Estados
Francia
Unido
Corea
China
Japón
Alemania
Saudita
India
Rusia
del Sur
Arabia
Fuente: Elaboración propia con la base de datos del Stockholm International Peace Research Insti-
tute. Consultado en [https://www.sipri.org/databases/milex].
El gasto militar de Estados Unidos corresponde al 40% del gasto total mundial
para este rubro, posee 5 500 armas nucleares estratégicas y, como se observa en la
gráfica 1.2, su gasto militar es tres veces superior al de China y nueve veces supe-
rior al de Rusia, por lo que militarmente tiene aún mucha superioridad sobre sus
rivales más cercanos.
Al considerar este contexto, vemos que la administración de Donald Trump
y su estrategia America First plantea una continuidad de la hegemonía de Esta-
dos Unidos; en primer lugar, esto significa permanecer como la principal potencia
económica,5 lo cual busca lograr mediante la renegociación de todos los tratados y
acuerdos vigentes que, conforme a su visión, han perjudicado la economía nacio-
nal, razón por la cual se iniciaron las negociaciones sobre el tlcan, el cual Trump
ha calificado como “el peor tratado jamás firmado”. También se retiró del Acuerdo
de París, aprobado en la cop21 en diciembre de 2015, ya que éste, desde la visión de
la actual administración, es un obstáculo para el desarrollo industrial de Estados Uni-
dos, y canceló el Acuerdo Transpacífico (tpp, por sus siglas en inglés), el proyecto
de mayor envergadura económica y que hubiera consolidado uno de los mayores
bloques económicos regionales, cuya función era contener el avance de la econo-
mía China. En segundo lugar, la administración Trump ha dejado en claro que par-
te de su Estrategia Nacional de Seguridad es fortalecer las fuerzas armadas para que
Estados Unidos siga siendo preponderante en este rubro.6
En cuanto a los elementos que podríamos calificar como externos, pero que
son una fuente de poder y sustento de la hegemonía estadounidense, podemos ubi-
car a las instituciones internacionales que, desde la Segunda Guerra Mundial, han
generado un sentido de orden y estabilidad mundial, entre ellas: la onu, el gatt
(que evolucionó a la actual omc), el Fondo Monetario Internacional (fmi) y el Ban-
co Mundial (bm).
En esta dimensión de análisis, es interesante observar cómo la actual política
de Estados Unidos apuesta por un nuevo aislacionismo y parece alejarse de esos
organismos que durante décadas han sido un instrumento valioso para su política
exterior y hegemonía. Esta conducta se fundamenta principalmente en razones po-
líticas, porque desde el nuevo siglo varias de las instituciones mencionadas se han
manifestado en contra de los principales intereses estadounidenses; el ejemplo más
icónico es sin duda la resolución de la onu en contra de la Guerra de Irak en 2003,
la cual fue desobedecida por Estados Unidos, pero también puede citarse en el mis-
mo sentido la resolución realizada primero por la unesco7 y después por el pleno
de la onu para reconocer a Palestina como un estado observador,8 así como otras
disposiciones en las cuales Estados Unidos no resulta ser el más beneficiado, lo cual
Donald Trump considera como un mal negocio dadas las enormes cantidades de fi-
nanciamiento que Estados Unidos proporciona a estos organismos. En el caso de
la onu, 22% de su financiamiento operativo es proporcionado por este país, que ya
se ha pronunciado para recortarlo y ha hecho severas críticas a su funcionamiento,
que van en orden con los intereses hegemónicos que persigue.
6 White House. “President Donald J. Trump Announces a National Security Strategy to Advance
octubre de 2011, la resolución fue respaldada por 107 votos a favor, entre ellos, el voto de Rusia y
Francia. 14 países votaron en contra, entre ellos, Suecia, República Checa, Alemania, Australia, Ca-
nadá, Estados Unidos e Israel. El instrumento de ratificación se firmó el 23 de noviembre de 2011.
8 La votación por el reconocimiento de Palestina como Estado observador no miembro de la
onu se dio el 29 de noviembre de 2012, con 138 votos a favor y 9 en contra, [https://www.un.org/
press/en/2012/ga11317.doc.htm].
28 Graciela Pérez Gavilán y Enrique Catalán Salgado
Como gran potencia que se orienta hacia el liderazgo económico mundial, China
está construyendo una gran estrategia política, económica, diplomática, científi-
co-tecnológica y de seguridad para consolidarse como la nación de mayor influen-
cia, tanto en el ámbito regional como a escala mundial.
Lograr el poder hegemónico mundial no es una situación política nueva para
China; durante el largo periodo de las dinastías se consideraba a sí misma como el
Reino del Medio, el centro del universo conocido, en el que la mayoría de los países
a su alrededor eran considerados bárbaros y tributarios. Su gran poderío económi-
co actual y su fuerte presencia mundial significan para esta nación volver a ocupar
su lugar en el centro del poder económico y político mundial.
Como potencia global e importante actor en el juego político internacional,
China ha despertado un gran interés en la comunidad mundial por su espectacu-
lar crecimiento económico, sus avances científico-tecnológicos, su modernización
El juego de poder hegemónico entre las grandes potencias 29
Quarterly of International Strategic Studies, China, Shanghai Institutes for International Studies,
2015, p. 184.
30 Graciela Pérez Gavilán y Enrique Catalán Salgado
Destiny’”, China Quarterly of International Strategic Studies, China, Shanghai Institutes for Interna-
tional Studies, 2016, p. 82.
El juego de poder hegemónico entre las grandes potencias 31
No hay duda alguna de que el país atraviesa por uno de los momentos más dif íciles
desde la época en la que surgió como nación independiente. Si bien la nación ha ex-
32 Graciela Pérez Gavilán y Enrique Catalán Salgado
14 Walter Astié Burgos, México en el siglo xxi. México, Aldina, 2000, pp. 127-131.
El juego de poder hegemónico entre las grandes potencias 33
México con el vecino del norte, por los conflictos económicos que con ese país se
han agudizado desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
China importa de México en su mayoría materias primas: metales, minerales,
plásticos, caucho, productos químicos, cuero, así como equipos electrónicos y de
transporte. La relación bilateral entre México y China en el comercio exterior tuvo
un aumento de 37.63% entre 1996 y 2010, pero el déficit mexicano aumentó 41%
anual. Las exportaciones mexicanas a China dependen en su mayoría de las auto-
partes, que representan 25% del total de las exportaciones, de ahí le siguen varias
materias primas como cobre, hierro, acero y aluminio (37.4%).15
No hay duda de que la relación político-económica con Estados Unidos seguirá
teniendo en nuestro país un peso importante, sin embargo los cambios en el esce-
nario internacional abren la posibilidad de diversificar nuestros vínculos económi-
cos con otros actores y regiones mundiales.
Fortalecer nuestros lazos comerciales históricos con la Unión Europea cobra
actualmente un nuevo sentido a partir del Acuerdo Global y la Asociación Estraté-
gica con la Unión Europea, que entró en vigor en el año 2000 y las posibilidades que
conllevan los acuerdos bilaterales con algunos países con los que México ha tenido
mayor relación como España, Alemania, Reino Unido, Francia y Polonia, además
de las nuevas oportunidades comerciales que se abren con los llamados países del
Visegrado: Hungría, República Checa, Polonia (con quien ya tenemos lazos) y Es-
lovaquia.
Sin duda alguna, una prioridad para la expansión y consolidación de nuestros
vínculos comerciales es volver nuestra mirada, recuperar y ampliar nuestra relación
con los países de América Latina, con nuevos proyectos y nuevas iniciativas de in-
tercambio comercial, como la Alianza del Pacífico que integra a Colombia, Perú,
Chile y México, y potenciar las posibilidades de intercambio comercial con los paí-
ses de la región de Asia-Pacífico, zona geográfica que es actualmente el epicentro
del comercio y las finanzas mundiales.
Conclusiones
15 Enrique Dussel Peters, La relación México-China: desempeño y propuestas para 2016-2018,
Referencias
Mesograf ía
Introducción
1 Cf. José Luis Ávila, La era neoliberal, México, unam / Oceáno, 2006.
2 Cf. Naomi Klein, La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre, Madrid, Planeta,
2014.
¶ 39
40 Ana Teresa Gutiérrez del Cid
A diferencia de los presidentes estadounidenses del siglo pasado, que se auto procla-
maban como líderes del “mundo libre” o que sugirieron que Estados Unidos tenía inte-
rés en el desarrollo global, Trump trató a todos los países extranjeros como enemigos
económicos y los culpó de la crisis del capitalismo estadounidense. “Debemos prote-
ger nuestras fronteras de los estragos de otros países que fabrican nuestros productos,
robando nuestras empresas y destruyendo nuestros trabajos”, afirmó en su discurso de
toma de posesión el 20 de enero de 2017.4 […] y gastó billones y billones de dólares en
3 Carlos Tello y Jorge Ibarra, La revolución de los ricos, México, unam-Facultad de Economía,
[https://www.univision.com/noticias/politica/el-discurso-completo-de-la-toma-de-posesion-de-
donald-trump-en-espanol], (fecha de consulta: 21 de enero de 2017). Sugiero una fuente oficial
[https://share.america.gov/es/heres-newly-sworn-president-trumps-full-speech/].
La administración Trump 41
5 Idem.
6 Idem.
7 Cf. Claudio Katz, “Brotes nacionalistas en la ‘aldea global’”, Anuario edi 2017, Buenos Aires,
Por lo tanto, el objetivo de esta parte del trabajo es desentrañar qué pretenden
Trump y el gobierno estadounidense en la renegociación del tlcan que inició en
2017 y prosigue en 2018, ya sea por política cambiaria, comercial o productiva,
“México y su gobierno de derecha queda descolocado y sin estrategia propia, de
relativa autonomía y solo busca formas de subordinación sin perder el consenso
político, intentando alejar una crisis mayor y nuevos focos de conflicto como los
vividos a comienzo del año 2017 contra el gasolinazo”.10
Finalmente, en el tercer apartado se plantean las posibles alternativas para un
nuevo gobierno de México, a partir del 1º de noviembre de 2019, tanto en su interior
como hacia una posible diversificación comercial y de cooperación internacional.
Estados Unidos ha visto disminuir su poderío económico y cada vez más recurre
a su poder militar con decisiones unilaterales de geopolítica. Aunque su dominio es
por el momento indiscutible (es el único país con bases militares desplegadas alrede-
dor del mundo), Rusia ha llevado a cabo un proceso de modernización de su arsenal
nuclear y armamentista, y China también ha avanzado mucho en este rubro.
9 Eduardo Lucita, “Trump, el desorden global liberal y América Latina”, op. cit., p. 65.
10 JulioC. Gambina, “Trump, la ofensiva del capital y Nuestramérica”, op. cit., p. 29.
11 Francisco J. Cantamutto y Agostina Constantini, op. cit., pp. 36-37.
La administración Trump 43
12 Niall Bradley, “A través de un discurso histórico, Putin da una bofetada a eeuu y
muestra las últimas armas nucleares rusas”, Sott.net, jueves 1º de marzo, 2018, [https://es.
sott.net/article/58494-A-traves-de-un-discurso-historico-Putin-da-una-bofetada-a-EEUU-y-mues-
tra-las-ultimas-armas-nucleares-rusas], (fecha de consulta: 23 de abril de 2018).
13 Idem.
14 Peter Dale Scott, “The State, the Deep State, and the Wall Street Overworld”, The Asia-Pa-
imperialismo yanqui”, Anuario edi 2017, Buenos Aires, Fundación Rosa Luxemburgo, 2017, p. 47.
17 Idem.
44 Ana Teresa Gutiérrez del Cid
Los jóvenes que viven en zonas rurales y semi-rurales, golpeadas por decenios de desin-
dustrialización y recortes continuos en los programas sociales constituyen el grueso de
las fuerzas armadas estadounidenses.
El alto desempleo y la baja calidad de la educación suelen dejar solamente el in-
greso al Ejército o a la Guardia Nacional como las únicas opciones de trabajo estable.
Muchas regiones con altos índices de reclutamiento también sufren bajo el peso de la
crisis de los opioides y las altas tasas de abuso de drogas y alcohol. Mientras que 7 000
soldados murieron en Irak y Afganistán, decenas de miles de veteranos se han suicida-
do: un total de 20 cada día.20
Pero los esfuerzos de la prensa bajo el control del Partido Demócrata para ig-
norar el crecimiento del sentimiento antiguerra no son imparciales como Kriner y
Shen reclaman. Esto debido a que
18 Douglas L. Kriner y Francis X. Shen, “Battlefield Casualties and Ballot Box Defeat: Did
the Bush-Obama Wars Cost Clinton the White House?”, junio 19, 2017, [https://ssrn.com /
abstract=2989040] o [http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.2989040], (fecha de consulta: 20 de julio de 2017).
19 Idem.
20 Idem.
La administración Trump 45
los portafolios de acciones del 10% más rico de la población dependen de un suministro
constante de jóvenes de la clase trabajadora, cuyos cuerpos y mentes pueden ser sacrifi-
cados para asegurar recursos y mano de obra barata para que los bancos y corporacio-
nes exploten en el extranjero, en los territorios saqueados por las guerras de conquista
y saqueo.21
21 Idem.
22 David H. Autor, David Dorn y Gordon H. Hanson, “The China Shock: Learning from
abor-Market Adjustment to Large Changes in Trade”, Annu. Rev. Econ. Massachusetts Institute of
L
Technology (mit), 2016, 8:205-240, p. 1.
46 Ana Teresa Gutiérrez del Cid
28 Cf. Miguel Ángel Lorente, “La desregulación financiera de Trump y las guerras de la glo-
Los memes ofrecían un formato muy visual, ágil, desenfadado y ameno de expresar
ideas políticamente incorrectas. Una parte de este último grupo acabaría deviniendo en
las actuales figuras mediáticas y líderes de la Alt Right.30
De esta manera fue surgiendo el discurso y la ideología Alt Right a través de los chats
y los foros de internet. Cronológicamente coincidió con el fenómeno de Occupy Wall
Street en los Estados Unidos, el 15-M en España, y las primaveras árabes; y al igual que
en estas experiencias la gente se reunía (virtualmente) para criticar al establishment y
pensar una nueva política.31
Reguera considera que: “la Alt Right y Trump deben juzgarse con base en la
especificidad histórica en que han aparecido, con todas sus consecuencias. Esto
30 Ibid., p. 2.
31 Idem.
32 Ibid., p. 4.
La administración Trump 49
quiere decir que nunca podrán ser lo mismo que el fascismo, lo que no impide
considerarlos como una amenaza para toda sociedad que aspire a un régimen de
libertad plural”.33 Por otra parte,
es necesario aclarar que aunque Trump y la Alt Right hayan desarrollado una relación
de simbiosis política, eso no significa que Trump sea un político de la Alt Right. Por el
momento basta con comprender que Trump y la Alt Right no son lo mismo, aunque
han conseguido un alto grado de complementariedad. Trump ha permitido salir a la Alt
Right de la marginalidad, mientras que ésta ha proporcionado a Trump una base social
y el movimiento político del que carecía el multimillonario.34
El grupo Radix tiene como supremo valor: el racismo radical y el supremacismo blanco
en una nueva idea a la que han llamado identitarianismo (la identidad de los varones
blancos supuestamente oprimidos en una sociedad que venera el multiculturalismo y
la feminización).
Este identitarianismo está fuertemente influido por un pensamiento nietzscheano
en el que la voluntad de poder de los sujetos lleva a una colisión inevitable de las razas.
Esto recordará al lector a la teoría del darwinismo social de Herbert Spencer, el padre
del racismo “científico” del siglo xix.35
Libros como Race Differences in Intelligence, de Richard Lynn, o The Bell Curve,
de Richard J. Herrnstein y Charles Murray mencionados en el trabajo de Reguera,
han sido ampliamente utilizados para justificar la existencia “comprobada” de dife-
rencias de inteligencia entre distintas razas.
Todas ellas acaban coincidiendo en que estos estudios utilizan una categoría de inte-
ligencia muy convencional (lógico-matemática) y que hacen un diagnóstico en clave
racial para problemas que tienen un origen socioeconómico, de acceso a recursos y
deficiencias del sistema escolar público norteamericano, en donde las minorías raciales
son la parte más vulnerable.
33 Ibid., p. 7.
34 Idem.
35 Idem.
50 Ana Teresa Gutiérrez del Cid
Por otra parte, los Breitbart han tomado el discurso neoconservador del politólogo
Samuel P. Huntington de El choque de civilizaciones para adoptar una visión xenófoba
de la sociedad, donde lo importante (al contrario de los Radix) no sería tanto la raza, sino
la cultura y la religión. De esta manera, los Breitbart señalan como una amenaza para la
libertad todo lo que no sea occidental y cristiano.
El mejor ejemplo de esto es un videoclip sobre la construcción del muro de México
prometido por Donald Trump al más puro estilo mtv. En él Milo, junto a dos jóvenes
atléticos, comienza a construir el muro de Trump, consiguiendo transmitir a los más
jóvenes las ideas del nuevo presidente como algo a la moda. Se trata de un ejemplo ge-
nuino de la nueva propaganda política del siglo xxi de la que él es un experto.
Todos estos movimientos han generado ya contactos formales con la presidencia
Trump e informales con la Alt Right. Las páginas Radix y Breitbart News son consul-
tadas y leídas por la extrema derecha europea, que encuentra en ellas ideas novedosas
para su discurso político.37
36 Idem.
37 Ibid., p. 12.
La administración Trump 51
América Latina sufre la gestión Trump porque supone nuevos bríos a la ofensiva
imperialista del capital transnacional, especialmente de origen estadounidense.
México aparece en la primera línea de afectados, no solo por ser Estado fronte-
rizo, sino por la creciente subordinación construida desde 1994. Sea por políti-
ca cambiaria, comercial o productiva: “México y su gobierno de derecha queda
descolocado y sin estrategia propia, de relativa autonomía y solo busca formas de
subordinación sin perder el consenso político, intentando alejar una crisis mayor
y nuevos focos de conflicto como los vividos a comienzo del año 2017 contra el
gasolinazo”.38
Las conversaciones para renegociar el tlcan comenzaron a mediados de 2017
en Washington, con el representante comercial de Estados Unidos Robert Lighthi-
zer quien se comprometió a impulsar cambios radicales en el acuerdo trilateral de
veinticuatro años.
Robert Lighthizer es un abogado de corte proteccionista propuesto por Trump
en enero de 2017, pero que no fue ratificado por el Senado estadounidense sino
hasta mayo debido a la oposición de los grupos políticos. El documento que publica
la oficina a su cargo (“Summary of Objectives for the nafta Renegotiation”) con-
tiene objetivos para la modificación del marco institucional y el comercio de bienes
y servicios entre los tres países.
se asentaron en México desde los años noventa cuya producción está orientada a
la exportación. Llegaron aquí aprovechando los bajísimos costos de mano de obra
y todos los beneficios que les dio el tlcan”.39
Otro objetivo explícito es el tema energético. Estados Unidos ha tratado ince-
santemente de incluir el tema energético en los acuerdos comerciales con México
desde la década de 1980. “Sin embargo, es hasta ahora que las condiciones políticas
fruto de la reforma energética se lo permiten. El objetivo es ‘continuar la apertura del
mercado de energía’ para acrecentar este sector industrial de importante crecimien-
to en Estados Unidos a costa de los recursos naturales en nuestro país”.40
39 Arturo Huerta González, “Impacto de la política proteccionista de Estados Unidos en la eco-
nomía mexicana”, Revista Economía, unam, núm. 42, México, 10 de octubre de 2018, p. 4.
40 Laura Carlsen, “¿Qué hay detrás de la obsesión de Trump con aplastar a México?”, Programa
Lejos de ser una estrategia defensiva, Trump y Lighthizer esperan que el nuevo
tlcan forme la base para la proyección del poder económico estadounidense en
todo el mundo, y en la región de Asia-Pacífico y Europa en particular.
En los últimos años se ha producido un rápido colapso del orden económico de
la posguerra y el surgimiento de tensiones económicas y geopolíticas cada vez más
profundas, incluso entre aliados a largo plazo como Estados Unidos y las potencias
de Europa occidental. Durante todo el verano de 2017, Washington y Berlín inter-
cambiaron declaraciones cada vez más agresivas.
Esto alcanzó un punto culminante después de que el Congreso estadouniden-
se impusiera sanciones de forma unilateral a Rusia, que amenazaban con golpear
a las empresas europeas, especialmente en el sector de la energía, lo que llevó a la
Unión Europea a anunciar que adoptaría contramedidas si alguna de sus empresas
se viese perjudicada.
Todas estas medidas están dirigidas a China. Trump ha denunciado de manera
reiterada a Pekín como un “manipulador” de divisas y ha iniciado una investigación
42 Idem.
54 Ana Teresa Gutiérrez del Cid
43 Clark Campbell, “Will Trump Accept a nafta Deal that Comes with Concessions?”, The
La gira del secretario de Estado Rex Tillerson en ese momento transitó por los países
de América Latina que tienen gobiernos favorables a los intereses estadounidenses,
para obtener apoyo para lo que finalmente se perfila como la agenda de Trump en la
región. Tillerson buscaba asegurar su lealtad en el apoyo de las acciones de Estados
Unidos contra el gobierno venezolano, promover una estrategia endurecida de guerra
contra el narcotráfico, sellar las fronteras y fomentar los intereses del sector privado.
Esta agenda antipopular, que parece no descartar intervenciones abiertas, pa-
recía significar problemas para las posibilidades de unas elecciones libres y justas
en México el 1º de julio de 2018, en la que el candidato principal, Andrés Manuel
López Obrador, había pedido defensa de la soberanía nacional y el voto, y propuso
programas estatales para la distribución equitativa de la riqueza, el control nacio-
nal de los recursos y los derechos de los migrantes. Sin embargo, el voto masivo
del electorado mexicano a favor de López Obrador logró contrarrestar la influencia
estadounidense.
En Texas, Tillerson estableció tres pilares para la política hacia América Latina:
“crecimiento económico, seguridad y gobernabilidad democrática”, los cuales no
aportan nada nuevo. El primer pilar, crecimiento económico, continúa ignorando
los problemas de desigualdad y destrucción ambiental. Tillerson se enfocó en el
tlcan tratando de mitigar los temores de Texas y México al insistir en que la ad-
ministración Trump canceló, al parecer, la posibilidad de la continuación del tlcan
y se adelantó a negociar con México un acuerdo bilateral tratando que posterior-
mente se una Canadá.
Es previsible que Tillerson hiciera hincapié en los recursos energéticos. La afir-
mación de que Estados Unidos está ansioso por ayudar a sus vecinos a explotar sus
recursos naturales sonó ominosa para muchos mexicanos, ya que las reservas de
petróleo han constituido una parte fundamental de la economía mexicana y de la
identidad, hasta que finalmente Peña Nieto las privatizó. Su administración saliente
subastó el bloque más grande de contratos de exploración y explotación en aguas
La administración Trump 57
que en esos meses preelectorales, se identificaba como la persona que dirigía la suce-
sión, se puso en una situación de causa perdida al intentar mostrar un frente unido con
un gobierno extranjero despreciado por la población entera. Debió aprender del fiasco
al organizar la bienvenida al candidato Trump en agosto de 2017. Ahora, mientras ala-
baba al representante de Trump, su mensaje parecía ser, “No se preocupen, a mí tam-
poco me gustan los méxicanos”.47
La visita de Tillerson
agitó las aguas ya turbias de la política mexicana. No hizo nada por reparar la relación
binacional e incrementó, en lugar de disipar, los temores fundados sobre las políticas de
la administración de Trump contra las personas migrantes, el muro fronterizo, la falli-
da guerra contra las drogas o posibles planes para bloquear a la centroizquierda en las
elecciones de 2018.48
45 Laura Carlsen, “Tillerson en México”, Programa de las Américas, 13 de febrero de 2018, [https:
La región lleva varios años de escaso dinamismo y las expectativas sobre el 2017 no
parecen quebrar la tendencia. El ascenso de gobiernos de derecha en la región, con sus
respectivos planes de ajuste, está lacerando el históricamente magro mercado interno
local. El bajo crecimiento de la demanda mundial y los bajos precios de las materias pri-
mas ponen en problemas las posibilidades de crecer por la vía de la exportación. Para
continuar esta senda, se deberán radicalizar aún más las tendencias al extractivismo y
la súper explotación de la fuerza de trabajo. No en vano varios gobiernos han iniciado
reformas laborales y fiscales apuntando en este sentido. A diferencia de los ’90, no hay
ahora una afluencia de fondos disponibles para la región ni gran cantidad de activos
para enajenar.49
La política proteccionista de Estados Unidos tiende a agravar los problemas del sec-
tor externo y el crecimiento de México, dado el alto porcentaje de exportaciones que
se destinan a dicho país, lo que coloca al país en una situación de fragilidad y de inca-
pacidad de pago de su deuda –que le aumentará el riesgo al país–, con la consecuente
restricción crediticia internacional y el aumento de la tasa de interés, y complicará más
aún tal situación. En nuestro caso, se afectarán las industrias que venían creciendo ha-
cia fuera y también se verá afectado el sector de comercio y servicios, ligado a las ex-
portaciones e importaciones.
Al no tener una posición de fuerza sólida frente al gobierno de Estados Unidos,
México sufrirá recortes a los productos de alta manufactura, por lo que perderemos
más industria y más empleo, y su comercio exterior será reducido a exportaciones
de materias primas y agroindustriales, que no contrarrestan el desempleo y la pérdida de
crecimiento que se deriva de la caída de las exportaciones manufactureras, por lo que
se aumentarán las presiones sobre el déficit de comercio exterior y se frenará el creci-
miento económico.50
49 Idem.
50 Arturo Huerta, op. cit., p. 21.
La administración Trump 59
México saldría ganando al dejar el tlcan, pues podría establecer aranceles a las impor-
taciones provenientes de Estados Unidos y recuperar el manejo de la política industrial,
de subsidios y créditos preferenciales en favor de los productores nacionales y avanzar así
en la sustitución de importaciones. Puede a su vez, determinar el manejo de las compras
gubernamentales en favor de los productores nacionales y a los ubicados internamente.51
51 Idem.
60 Ana Teresa Gutiérrez del Cid
Conclusión
En nuestra región, los intentos por separarse del Consenso de Washington han
dado resultados, pero la oligarquía interna, con el apoyo de Estados Unidos, ha
vuelto a imponerse en Argentina y Brasil. Ecuador también se ha apartado de la an-
terior política de Rafael Correa y en Honduras se frustró el intento de cambio por
medio de un fraude electoral.
En México es evidente el deterioro de la economía, la pérdida de control del
gobierno sobre los recursos naturales estratégicos, el deterioro social, el aumento
del narcotráfico, la conversión del país en una semicolonia, donde los dirigentes po-
líticos actuales trabajan a favor de su reducido grupo y de los intereses de Estados
Unidos con el abandono total de lo que fue una política económica a favor de la
población y de la política exterior de autodeterminación y no intervención.52
Inclusive se llegó a expulsar al embajador norcoreano por órdenes de Estados
Unidos, cuando ambas Coreas ya negociaban entre sí atacar en diversos foros in-
ternacionales al gobierno de Venezuela, lo cual nos entrometía en un conflicto que
no nos concierne, ignorando el Plan del Comando Sur de ahogamiento económico
e internacional del gobierno de Venezuela.
Frente a este diagnóstico, la interrogante de si las fuerzas progresistas de Méxi-
co lograrán cambiar el actual rumbo económico, político e internacional de México
tiene ahora una posibilidad con el cambio de gobierno el 1º de diciembre de 2018.
No se trata de soluciones inmediatistas, y hay un largo camino por recorrer y mu-
chas fuerzas económicas y políticas en contra. Sin embargo, como lo demostraron
las elecciones de julio de 2018, gran parte de la sociedad ha expresado su intención
52 Cf. Carlos Tello, Sobre la desigualdad en México, México, unam-Facultad de Economía,
2015.
La administración Trump 61
y esperanza de que el país vuelva a tener una política incluyente para su población y
de recuperar sus riquezas naturales para el desarrollo de su economía y su cultura.
Referencias
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62 Ana Teresa Gutiérrez del Cid
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3. MÉXICO Y SUS PRINCIPALES ACUERDOS
DE LIBRE COMERCIO: TLCAN Y TLCUEM
Introducción
Durante el siglo xx, México tuvo varios momentos importantes para su cre-
cimiento económico, como el llamado “desarrollo estabilizador”, que durante las
décadas de 1950 y 1960 hizo posible un crecimiento anual promedio de 6%, con lo
que el país logró consolidar su economía; sin embargo, tuvo que enfrentar varias
crisis como sucedió en 1976, 1982 y 1994.
De un crecimiento hacia dentro, inició un modelo basado en las exportaciones
y tomó como punta de lanza a la industria maquiladora de exportación que se había
desarrollado desde 1965 en la zona fronteriza norte del país. El comercio exterior y
la producción nacional para la exportación se convirtieron en el eje del crecimien-
to económico, todo lo anterior con el sustento de la participación de México en la
Organización Mundial del Comercio (omc).
La participación de México en el Acuerdo General de Aranceles Aduaneros
y Comercio (gatt) y en la Organización Mundial de Comercio (omc) generó un
cambio en el rumbo de la política comercial del país al insertarlo en la dinámica
mundial, lo cual generó su apertura al comercio. Es importante mencionar que, de-
rivado de las normas establecidas por estos organismos, se encuentra la creación
de los acuerdos de libre comercio. Si bien el objetivo del gatt y la subsecuente
omc ha sido promover el comercio internacional y el libre mercado, en sus cláusu-
¶ 63
64 Cuahutemoc V. Pérez Llanas y Beatriz Nadia Pérez Rodríguez
las se admitieron algunas excepciones que dan origen y hacen viables los acuerdos
de libre comercio; ese es el caso del conocido artículo xxiv del gatt que admite la
creación de uniones aduaneras y zonas de libre comercio, a pesar de que, aparente-
mente, esos proyectos pudieran representar un freno al comercio mundial.1
Con base en esas normas y en la posibilidad de crear zonas de libre comercio,
México accedió a negociar y firmar acuerdos de esta índole, primero con Estados
Unidos y Canadá en 1994, de los cuales surge el Tratado de Libre Comercio con
América del Norte (tlcan) y después, de 1997 a 2000, con la Unión Europea el
Tratado de Libre Comercio Unión Europea México (tlcuem).
Entre las razones por las que México decidió firmar acuerdos con dichas regio-
nes podemos señalar, en primera instancia, el volumen de comercio con América
del Norte, particularmente con Estados Unidos y con la Unión Europea. Jaime Za-
bludovski, embajador de México en la Unión Europea de 1998 a 2000, señala tres
motivos:
Cabe señalar que si bien el tlcan y el tlcuem3 son los acuerdos más relevan-
tes que México firmó, el primero estableció normas claras con su principal socio
comercial, y el segundo representa el intercambio, en la actualidad, con 28 países
europeos; nuestro país estableció negociaciones con otros socios tanto en América
Latina como en Asia, Medio Oriente y Oceanía, por lo que actualmente cuenta con
trece acuerdos de libre comercio.
1 Véase omc, artículo xxiv del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio
(gatt de 1947), [https://www.wto.org/spanish/tratop_s/region_s/region_art24_s.htm].
2 Jaime Zabludovski, “El Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea a diez
años de su entrada en vigor”, en Marie-Anne Coninsx et al., Logros y retos a diez años del Acuerdo
Global México-Unión Europea, unam / Gernika / duem, 2010. pp. 59-60.
3 Su nombre oficial es: Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Coopera-
ción. De hecho son tres acuerdos, el más referido es el Acuerdo Global, pero en su conjunto son
conocidos comúnmente como tlcuem.
México y sus principales acuerdos de libre comercio 65
El comercio exterior
4 Véase Cuauhtémoc V. Pérez Llanas y Beatriz Nadia Pérez Rodríguez, “Cincuenta años de la
industria maquiladora de exportación en México”, en Juan Manuel Corona Alcántar (coord.), Socie-
dad, desarrollo y políticas públicas II, México, uam, 2018, pp. 569-603.
México y sus principales acuerdos de libre comercio 67
ciones, en tanto que las importaciones alcanzaron los 420 369 millones de dólares,
como se muestra en cuadro 3.2.
300 000
250 000
200 000
150 000
100 000
50 000
0
-50 000
1995 2000 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
El comercio y la relación con los países de América del Norte han sido perma-
nentes, ya que la cercanía ha permitido que sea mayor que con otros países; sin
embargo, con el tlcan las condiciones de dicha relación se han modificado y ha
permitido que se intensifiquen.
Los datos del cuadro 3.3 muestran cómo el comercio total (exportaciones más
importaciones) se ha incrementado en 339.18%. La tasa media anual de crecimien-
to ha sido de 6.9%. Cabe destacar también que las exportaciones y las importacio-
nes se han incrementado y, en todos los años, desde 1995, el saldo de la balanza
68 Cuahutemoc V. Pérez Llanas y Beatriz Nadia Pérez Rodríguez
5 “Hacer un coche cuesta 4 300 dólares más barato en México que en eu”, El Financiero, 27 de
600 000
500 000
Millones de dólares
400 000
300 000
200 000
100 000
0
1995 2000 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
comercial ha sido negativo para México. El déficit en el año 2000 era de –9 439.3 y
para 2017 se incrementó a –22 043.7 millones de dólares. Se está comprando más
productos europeos que los que se exportan y la diferencia del tipo de cambio
explica el déficit.
80 000
60 000
Millones de dólares
40 000
20 000
0
1995 2000 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
Los bienes que México exportó a la Unión Europea en 2010 fueron: petróleo,
19%; equipo de telecomunicaciones, 15%; vehículos, 14%; instrumentos científi-
cos, 8%; maquinaria y equipo eléctrico, 7%, y máquinas de oficina y procesador
de datos, 4%. En cuanto a los bienes que México importa de la Unión Europea se
encuentran: vehículos, 10%; petróleo y productos, 10%; productos médicos y far-
macéuticos, 7%, maquinaria industrial, 7%; generadores, 6%; maquinaria y apara-
tos eléctricos, 6%; maquinaria especializada, 6 por ciento.6
Para 2017, los sectores que más productos exportaron de México a los países
de la ue fueron: el sector químico, 17%; el sector de hidrocarburos, 16.6%; el sector
6 Véase “Los diez productos más importados y exportados”, Eurostat: México-Unión Europea:
7 Secretaría de Economía, Fichas sectoriales del Tratado de Libre Comercio entre México y la
8 Carlos A. Rozo y Cuauhtémoc V. Pérez Llanas, “Flujos de inversión extranjera directa a Mé-
xico y el tlcan”, en Carlos A. Rozo (coord.), Capital global e integración monetaria, México, uam
/ Miguel Ángel Porrúa, 2003, p. 177.
74 Cuahutemoc V. Pérez Llanas y Beatriz Nadia Pérez Rodríguez
El monto de ied en 1994 fue de 10 549 millones de dólares; en ese año, 46% pro-
vino de Estados Unidos y 7% de Canadá, es decir, 53.2% de los países con los que
había firmado el tlcan.
En 1999, año anterior a la firma del Acuerdo Global con la Unión Europea, el
monto de la ied fue de 13 943 millones de dólares y la Unión Europea en ese año
invirtió en México 3 862.5 millones de dólares.
A partir del año 2000, los montos de la ied en México han fluctuado anualmen-
te de 18 161.5 en 2009, hasta 48 482.5, millones de dólares, en 2013. La ied acu-
mulada en el periodo 1999-2017 es de 502 346.3 millones de dólares; en el periodo
1994-2000 el monto acumulado fue de 67 866.7 millones de dólares. En tanto que
en el periodo de 2000 a 2017, la ied procedente de los países del tlcan y del tlcuem
ha tenido el comportamiento que se muestra en el cuadro 3.6.
la calificación en áreas de ingeniería, donde han sido reconocidos por sus aporta-
ciones a la mejora en los métodos de producción y las innovaciones a la tecnología
que ha llegado al país.
Es importante destacar varios sucesos que han marcado la economía del país
durante el periodo de vigencia de los tratados:
Empleo y salarios
Con relación al empleo, durante los años de vigencia de los tratados se ha incre-
mentado la población ocupada en México, que de 32 652 000 personas ocupadas ha
pasado a 52 198 000. Durante estos años la tasa de desempleo se ha reducido, pues
ha fluctuado en torno a 3% en promedio; aunque tendría que recordarse que hay
un elevado empleo en el sector informal, el que ha representado casi el 30% de la
población ocupada.
De 1995 a 2017, la tasa de trabajo asalariado ha pasado de 52.1 a 64.4% y la tasa
de desocupación en 1995 fue de 6.9; en tanto que en 2017 fue de 3.5%. Según la in-
México y sus principales acuerdos de libre comercio 79
Conclusiones
Son varias las conclusiones que de este análisis pueden señalarse y es que México
ha logrado firmar acuerdos y tratados de libre comercio con las regiones más im-
portantes del comercio exterior, los 13 acuerdos signados incluyen 43 países que
representan los mayores mercados de consumidores.
El comercio con el tlcan y con los países del tlcuem constituye el 85% del
comercio total de México. En 22 años del tlcan, el saldo en la balanza comercial
ha sido favorable para México; con el tlcuem el resultado no ha sido el mismo,
ya que para nuestro país es deficitario.
El saldo de la balanza comercial de México presenta un saldo negativo: impor-
tamos más tanto en bienes finales como en insumos, a pesar de que se han incre-
mentado las exportaciones, las importaciones lo han hecho en un monto mayor.
El comercio total con el tlcan y el tlcuem se ha incrementado, así como la
ied, la cual ha logrado diversificarse, aunque no tanto como se esperaba, y la inver-
sión de Estados Unidos ha disminuido relativamente. Los objetivos se han logrado
de forma parcial, al no haber una estrategia por parte del Estado para la apertura,
ésta por sí sola no ha generado un crecimiento consistente de la economía, ni del
pib, ni del pib per cápita.
12 Presidencia de la República, Sexto informe de gobierno 2018, pp. 516-523, [http://www.presi-
Referencias
Eduardo Tzili-Apango*
Introducción
El mundo se dirige a una era global llamada “Siglo del Pacífico”, su construcción
se caracteriza por cinco procesos complejos: primero, el del desarrollo económi-
co de los países asiáticos que siguió al boom demográfico desde la década de 1960,
aunado a la superación de la crisis financiera asiática de 1997; segundo, la prolife-
ración institucional en la Cuenca del Pacífico desde la década de 1960, resultando
en alrededor de una treintena de organizaciones regionales políticas, económicas
y de seguridad; el tercer proceso se caracterizó por el declive hegemónico de Esta-
dos Unidos, iniciado desde la década de 1970; el cuarto fue el incremento del co-
mercio transpacífico, el cual superó al comercio trasatlántico en la década de 1980
por primera vez desde hace casi dos siglos y, finalmente, el quinto proceso se ha
caracterizado por el interés de la construcción de conceptos panasiáticos para la
comprensión de las dinámicas globales y para el fortalecimiento de la identidad y
valores asiáticos.1
xxi, México, Palabra de Clío / Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, 2018, pp. 41-46.
¶ 83
84 Eduardo Tzili-Apango
les e internacionales”, Contextualizaciones Latinoamericanas, vol. 9, núm. 17, 2017, pp. 1-9; Kenia
Ramírez Meda y Nalia María Rochin Aguilar, “La política exterior de México durante el sexenio de
Enrique Peña Nieto”, Comillas Journal of International Relations, núm. 8, 2017, pp. 61-67.
6 Alfonso de María y Campos Castelló, y Alejandro Ramos Cardoso, “México y sus relaciones
www.gob.mx/se/acciones-y-programas/competitividad-y-normatividad-inversion-extranjera-
directa], (fecha de consulta: 3 de julio de 2019).
86 Eduardo Tzili-Apango
nistración de Peña Nieto, la opinión internacional vio en México una franca inten-
ción de progreso por medio de la liberalización económica. Como resultado de una
incesante campaña mediática, el gobierno mexicano pudo reducir las percepciones
negativas en torno a la violencia y pudo promover el incremento de las inversiones.
En este sentido, México también impulsó el mecanismo mikta10 y recibió la pre-
sidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico. Sin embargo, el asunto de Ayotzi-
napa, la cancelación de la licitación del Tren de Alta Velocidad México-Querétaro
brindada a la empresa China Railway Construction Corporation Ltd., el asunto de
la “casa blanca” y el problema en Nochixtlán dañaron los esfuerzos iniciales de la
administración peñanietista de limpiar la imagen internacional de México.
Debido a la realidad del Siglo del Pacífico, a la dinámica de la Alianza del Pacífi-
co y al legado político de Peña Nieto surge la siguiente inquietud: dados los cambios
políticos y económicos que supone el Siglo del Pacífico, ¿cuáles son los retos para
la Alianza del Pacífico y México? La principal hipótesis del presente trabajo es que
si bien la Alianza del Pacífico es un mecanismo de multilateralismo reactivo para
la inserción en el Siglo del Pacífico por medio de la cooperación integral, los pro-
blemas internos en México –sobre todo durante el sexenio de Peña Nieto– pueden
impedir un compromiso integral con la Alianza del Pacífico, por lo que el cumpli-
miento de su agenda comercial y proglobalista puede estar en riesgo.
Para el desarrollo del argumento englobado en la hipótesis, este capítulo se di-
vide en cuatro secciones: en la primera se desarrolla el concepto de multilatera-
lismo reactivo para la caracterización de la Alianza del Pacífico; en la segunda se
revisa el estado del arte para el análisis del propósito de la Alianza del Pacífico para
la región de Asia-Pacífico, América Latina y México; en la tercera, analizo cómo
México representa un reto para los fines comerciales y de acercamiento a Asia-Pa-
cífico de la Alianza del Pacífico, y en la sección final se presentan algunas reflexio-
nes sobre la naturaleza del multilateralismo reactivo impulsado por México.
12 John Gerard Ruggie, “Multilateralism: The Anatomy of an Institution”, en John Gerard Rug-
gie (ed.), Multilateralism Matters. The Theory and Praxis of an Institutional Form, Nueva York, Co-
lumbia University Press, 1993, pp. 3-50.
13 Robert O. Keohane, “Multilateralism: An Agenda for Research”, International Journal: Cana
da’s Journal of Global Policy Analysis, vol. 45, núm. 4, 1990, pp. 731-764.
14 Este concepto se desarrolla con más detalle en Eduardo Tzili-Apango y Eduardo Palacios-Ca-
brera, “El multilateralismo reactivo en Asia Central frente a China y Rusia”, Foro Internacional, vol.
lviii, núm. 3 (233), julio-septiembre, 2018.
15 Daniel Efrén Morales Ruvalcaba, Alberto Rocha Valencia y Elizabeth Vargas García, “Las po-
tencias regionales como protagonistas del sistema político internacional: cooperación y diálogo en
el Foro brics”, Geopolítica(s), vol. 4, núm. 2, 2013, p. 244.
88 Eduardo Tzili-Apango
16 Robert Axelrod y Robert O. Keohane, “Achieving Cooperation under Anarchy: Strategies
and Institutions”, World Politics, vol. 38, núm. 1, octubre, 1985, pp. 226-254.
17 Esto es posible debido al “efecto constitutivo” de la norma sobre la identidad del actor en el
sentido de que la norma permite perpetuar la identidad ante una comunidad. Los estudios sobre
este fenómeno son escasos y se han centrado en la construcción de la identidad europea. Véase An-
nika Björkdahl, “Towards a Reflexive Study of Norms, Norm Diffusion and Identity (Re)Construc-
tion: The Transformative Power of the EU in the Western Balkans”, Canterbury Law Review, vol. 18,
núm. 2, 2012, pp. 33-51.
18 José Briceño Ruiz, “La Iniciativa del Arco del Pacífico Latinoamericano”, Nueva Sociedad,
no. 228, 2010, pp. 44-59; Alberto Rocha Valencia y Daniel E. Morales Ruvalcaba, “Geopolítica de la
Alianza del Pacífico en América Latina, el continente americano y Asia Pacífico”, en Isabel Rodrí-
guez Aranda y Edgar Vieira Posada (coords.), Perspectivas y oportunidades de la Alianza del Pacífi-
co, Bogotá, Editorial cesa / cegli / udd/ ceri, 2015, p. 107.
Propósitos y retos de México en la Alianza del Pacífico 89
A Bird’s Eye View. The Financial Crisis of 2007-2009: Causes and Remedies”, en Virai V. Acharya
y Matthew Richardson (eds.), Restoring Financial Stability. How to Repair a Failed System, Nue-
va York, nyu Stern School of Business / John Wiley & Sons, 2009; Nouriel Roubini, “The Com-
ing Financial Pandemic”, Foreign Policy, núm. 65, 2008; Joseph E. Stiglitz, The Financial Crisis of
2007/2008 and its Macroeconomic Consequences, documento de trabajo, Nueva York, Initiative for
Policy Dialogue, 2009; Joseph E. Stiglitz, “Lessons from the Global Financial Crisis of 2008”, Seoul
Journal of Economics, vol. 23, núm. 3, 2010, pp. 321-339.
22 Idelfonso Guajardo Villarreal, “La dimensión económica de la Alianza del Pacífico: una pers-
pectiva mexicana”, Revista Mexicana de Política Exterior, núm. 106, 2016, pp. 21-34.
23 Luis Nelson Beltrán Mora y Harvey Evelio Ferrer, “Alianza del Pacífico: una perspectiva
geopolítica y económica”, Dimensión Empresarial, vol. 14, núm. 1, 2016, pp. 74-94; Carlos Alberto
90 Eduardo Tzili-Apango
Chaves García, “Aproximación teórica y conceptual para el análisis de la Alianza del Pacífico”, De-
saf íos, vol. 30, núm. 1, 2017, pp. 21-45; María Alejandra González-Pérez, Santiago Gutiérrez-Viana,
Juan David Rodríguez-Rios y Laura Gutiérrez-Gomez, “Pacific Alliance: Bringing Back Open Regio-
nalism to Latin America”, México y la Cuenca del Pacífico, vol. 4, núm. 11, 2015, pp. 21-51; Michel
Leví y Giulliana Reggiardo, “La Alianza del Pacífico en el regionalismo sudamericano actual”, Revista
Mexicana de Política Exterior, núm. 106, 2016, pp. 187-204; Daniel Rojas y José Miguel Terán, “La
Alianza del Pacífico: nueva muestra del regionalismo en América Latina”, Oasis, núm. 24, 2016, pp.
69-88; Lorena Oyarzún Serrano, “The Pacific Alliance and the Construction of a New Economic
Regime”, en José Briceño-Ruiz e Isidro Morales (eds.), Post-Hegemonic Regionalism in the Ameri-
cas, Nueva York, Routledge, 2017; Socorro Ramírez, “Regionalism: The Pacific Alliance”, Americas
Quaterly, 2013, [http://www.americasquarterly.org/content/regionalism-pacific-alliance], (fecha de
consulta: 17 de febrero de 2018).
24 Comisión Económica para América Latina y el Caribe (cepal), Open Regionalism in Latin
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terns with Social Equity, (version en inglés), cepal, 1994, [https://www.cepal.org/cgi-bin/getProd.
asp?xml=/publicaciones/xml/7/4747/P4747.xml&xsl=/tpl-i/p9f.xsl&base=/tpl/top-bottom.xsl], (fe-
cha de consulta: 20 de febrero de 2018).
25 Martha Ardila, “La Alianza del Pacífico y su importancia geoestratégica”, Pensamiento Pro-
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doño, “La Alianza del Pacífico y el regionalismo latinoamericano: en búsqueda de una revitalización
autonomista de la integración”, Análisis Político, núm. 89, 2016, pp. 91-110.
26 Daniel Flemes y Rafael Castro, “Institutional Contestation: Colombia in the Pacific Alliance”,
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núm. 2, 2015, pp. 163-177; José Luis León-Manríquez y Juan José Ramírez Bonilla, “La Alianza del
Pacífico. Alcances, competitividad e implicaciones para América Latina”, Análisis, núm. 5, 2014, pp.
1-47; Lorena Oyarzún Serrano y Federico Rojas de Galarreta, “La Alianza del Pacífico en América
Latina ¿Contrapeso Regional?”, Cuadernos sobre Relaciones Internacionales, Regionalismo y Desa-
rrollo, vol. 8, núm. 16, 2013, pp. 9-30; Cintia Quiliconi, “Modelos competitivos de integración en el
hemisferio occidental: ¿liderazgo competitivo o negación mutua?”, Revista cidob d’Afers Internacio-
nals, núm. 102-103, 2013, pp. 147-168; Alfredo Sánchez, “El nuevo mapa político y económico de
Propósitos y retos de México en la Alianza del Pacífico 91
América Latina: Alianza del Pacífico versus unasur”, Estudios Geográficos, vol. lxxiii, núm. 273,
2012, pp. 703-719.
27 Alianza del Pacífico, Acuerdo Marco, Paranal, 2012.
28 El Observador, “Uruguay formalizó pedido de entrada a la Alianza del Pacífico como Estado
0.80
Expresión numérica ponderada del
0.75
0.70
0.65
0.60
0.55
0.50
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Australia Corea del Sur Brasil México
Turquía Argentina Chile Colombia
Indonesia Perú
Fuente: Elaboración propia con base en Morales Ruvalcaba.29
29 Daniel E. Morales Ruvalcaba, Poder, estructura y hegemonía: pautas para el estudio de la go-
bernanza internacional. Volumen I: Índice de Poder Mundial, Guadalajara, Ediciones gipm (versión
para Kindle), 2015.
30 El Índice de Poder Mundial es la expresión numérica del cúmulo de capacidades nacionales
que los Estados tienen para el ejercicio del poder en el sistema internacional. El ipm es el resultado
de 18 indicadores cuantitativos aglomerados en tres índices integrales: el de Capacidades Materia-
les, el de Capacidades Semimateriales y el de Capacidades Inmateriales. Por último, el ipm es una
técnica de análisis que busca resolver el problema hermenéutico de la interpretación subjetiva del
poder nacional. Véase: Daniel E. Morales Ruvalcaba, ibid.
Propósitos y retos de México en la Alianza del Pacífico 93
Desde su origen en 2011, la ap ha recibido mucha atención debido al impulso del li-
bre comercio como reacción a las tendencias antiglobalizantes que se mencionaron
al inicio del texto. Esto se relaciona con las esperanzas en el libre comercio como
mecanismo típico de la globalización. De hecho, el inicio del diálogo de acerca-
31 Alberto Rocha Valencia y Daniel E. Morales Ruvalcaba, “El sistema político internacional de
post-Guerra Fría y el rol de las potencias regionales mediadoras: Los casos de Brasil y México”, Es-
piral (Guadalajara), vol. 15, núm. 43, 2008, pp. 23-75; Carlos Alberto Chávez García, “A Theoretical
and Conceptual Approach for the Analysis of the Pacific Alliance”, Desaf íos, vol. 30, núm. 1, 2018,
pp. 21-45; Martha Ardila, “México y Colombia, más cambios que continuidades en su inserción in-
ternacional. A propósito de potencias regionales con diferente rango”, Anuario Latinoamericano–
Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, vol. 1, 2014, pp. 89-104.
32 En este sentido se coincide con el análisis de Jenny Catherine Ortiz Morales, “La Alianza del
Pacífico como actor regional: factores de éxito para la cohesión regional hacia la proyección inter-
nacional”, Desaf íos, vol. 29, núm. 1, 2016, pp. 49-77.
94 Eduardo Tzili-Apango
miento –en el marco del Foro Económico Mundial sobre América Latina y sobre el
principio de “integración comercial”– entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur es
síntoma de una reducción de la desconfianza entre ambos mecanismos, y resultado
de las acciones y retórica de Trump en contra del libre comercio.33
82
Porcentaje de libertad económica
77
72
67
62
57
2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
Estados Unidos Chile Alianza del Pacífico*
México Perú Colombia
* Los datos de la Alianza del Pacífico son resultado del promedio anual de la libertad económica de
sus miembros.
Fuente: Elaboración propia con base en el Índice de Libertad Económica, The Heritage Foun-
dation.34
33 Federico Rivas Molina, “Mercosur y Alianza del Pacífico inician la integración contra el
plena libertad económica) entre 2007 y 2017. En Chile, el Índice de Libertad Eco-
nómica promedió 77.99% para el mismo periodo, en Colombia 67.12% y en Perú
66.87%. De igual modo, con excepción de Estados Unidos, México es el país cuya
libertad económica se redujo de forma más rápida; –0.24% en promedio anual en
el mismo periodo. La libertad económica creció en promedio anual 0.31% en Chi-
le, 0.98% en Colombia y 0.62% en Perú. Esto es significativo ya que denotaría una
incapacidad de la potencia regional de impulsar el libre comercio en la Alianza del
Pacífico y de esta con el exterior.
También se observa una integración comercial pobre entre los países de la
Alianza del Pacífico. Muchos estudios consideran que el comercio e inversiones
intra-ap son reducidos comparados con los volúmenes de la ap con el resto del
globo.35 De nueva cuenta, México es el caso emblemático de esta situación; entre
2007 y 2017 el comercio mexicano con los otros miembros de la Alianza del Pacífi-
co tuvo un crecimiento en promedio anual de 3.17%. En contraste, por ejemplo, el
comercio entre México y China creció 9.55% y con Estados Unidos un 4.51% en el
mismo periodo. En 2007, el comercio con la Alianza del Pacífico representó 1.54%
del comercio de México con el mundo en 2007, situación que cambió a 1.15% diez
años después. A diferencia de esto, el comercio con China cambió de 5.71% a 8.89%
y el comercio con Estados Unidos se redujo de 65.47% a 62.84% en el mismo perio-
do. En esta situación, casi la mitad de las exportaciones mexicanas a la Alianza del
Pacífico se concentran en Colombia.36
En cuanto a las inversiones, estas son prácticamente ausentes entre los Estados
miembro de la Alianza del Pacífico. Esto se vincula con una tendencia a la baja en
inversiones en la región latinoamericana. En 2016, las inversiones en América Lati-
na se redujeron 14% con respecto al año anterior.37 La mayor inversión mexicana en
2016 fue dirigida a países fuera de la región, como España o Estados Unidos. Solo
Brasil fue el mayor recipiente de inversiones mexicanas en América Latina.
35 Roberto Abusada-Salah et al., Dimensiones y efectos económicos de la Alianza del Pacífico,
Santiago, Konrad Adenauer Stiftung, 2015; Adrián Blanco Estévez, La Alianza del Pacífico: un largo
camino por recorrer hacia la integración, Washington dc, Wilson Center, 2015; cepal, La Alianza
del Pacífico y el mercosur. Hacia la convergencia en la diversidad, Santiago, Comisión Económica
para América Latina y el Caribe, 2014, pp. 40-62; Fernando Lambarry, “Análisis estructural de la red
económica de exportaciones e importaciones de la Alianza del Pacífico y el Mercado Común del
Sur”, Estudios Gerenciales, vol. 32, 2016, pp. 319-325.
36 Alberto Rocha Valencia y Daniel E. Morales Ruvalcaba, “Geopolítica de la Alianza… op. cit.,
pp. 122-124.
37 unctad, World Investment Report 2017, Ginebra, Naciones Unidas, 2017, p. 53.
96 Eduardo Tzili-Apango
35
25
Porcentaje
15
-5
-15
-25
-35
2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
[https://www.gob.mx/se/acciones-y-programas/comercio-exterior-informacion-estadistica-y-aran-
celaria], (fecha de consulta: 3 de febrero de 2018).
39 cepal, Foreign Direct Investment in Latin America and the Caribbean 2017, Comisión Eco-
nómica para América Latina y el Caribe (versión en inglés), 2017, pp. 53-67.
Propósitos y retos de México en la Alianza del Pacífico 97
600
500
400
Porcentaje
300
200
100
-100
-200
2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
China Alianza del Pacífico* Estados Unidos
* Los datos de la Alianza del Pacífico son resultado de la suma de las inversiones provenientes de
los miembros restantes.
Fuente: Elaboración propia con base en datos de la Secretaría de Economía.40
[https://www.gob.mx/se/acciones-y-programas/competitividad-y-normatividad-inversion-extran-
jera-directa?state=published], (fecha de consulta: 5 de marzo de 2018).
41 John E. Spillan, Nicholas Virzi y María Alejandra Morales, Business Opportunities in the Pa-
cific Alliance. The Economic Rise of Chile, Peru, Colombia, and Mexico, Cham, Palgrave Macmillan,
2017, p. 126.
42 Roberto Hernández Hernández, “Las políticas de integración económica en el Pacífico asiá-
tico y el Pacífico latinoamericano: una perspectiva mexicana”, México y la Cuenca del Pacífico, vol.
2, núm. 5, 2013, p. 36; María Esther Morales Fajardo y Noelly Karla Sarracino Jiménez, “Los in-
centivos económicos de México en la Alianza del Pacífico”, Revista Trimestral de Análisis de Co-
98 Eduardo Tzili-Apango
Consideraciones finales
yuntura Económica, vol. vi, núm. 2, 2013, pp. 13-16; Natalia Saltalamacchia Ziccardi, op. cit., pp.
421-438.
43 Rodrigo Morales Castillo, Gerardo Maldonado y Jorge A. Schiavon, “Las bases sociales de la
Alianza del Pacífico”, Revista Mexicana de Política Exterior, núm. 106, 2016, pp. 133-164.
44 Cabe recordar que la salida de Estados Unidos, en enero de 2017, provocó que el tpp no pu-
diese llevarse a cabo, en su lugar surgió el Acuerdo Integral y Progresivo para la Asociación Trans-
pacífica (cptpp, por sus siglas en inglés), el cual mantiene intenciones más modestas que el tpp. De
igual modo, es importante recordar que la renegociación del tlcan, en septiembre de 2018, causó
el surgimiento de un nuevo tratado comercial: el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (t-mec).
45 Thomas Legler, Ornela Garelli-Ríos y Paula Alejandra González, “La Alianza del Pacífico: un
actor regional en construcción”, en Eduardo Pastrana Buelvas y Alejandra Ripoll (eds.), La Alianza
del Pacífico: ¿atrapada en el péndulo del regionalismo y del interregionalismo?, Bogotá, Kornad Ade-
nauer Stiftung México, 2018, p. 154.
Propósitos y retos de México en la Alianza del Pacífico 99
como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (alba). De he-
cho, gran parte de la literatura citada en este capítulo identifica al vínculo ideológi-
co basado en la democracia y el estado de derecho, como el nexo común entre los
países miembros de la Alianza.
Lo anterior supone varios retos. Como un mecanismo multilateral y reactivo,
la Alianza del Pacífico tiene un primer reto en consolidar su institucionalización y
cohesión estructural. La calidad de las acciones reactivas y sus beneficios depen-
den de lo antedicho. Sin embargo y en este tenor, México parece representar una
dificultad. Como exponen Cardoso,46 y Ochoa y Velázquez,47 la Alianza del Pacífico
ha servido más para el posicionamiento geopolítico de México en los procesos la-
tinoamericanos de integración, y no tanto para tener un mayor acercamiento con
Asia-Pacífico o más volúmenes de comercio e inversiones intra-Alianza, intencio-
nes explícitas de la Alianza del Pacífico.
Precisamente, otro reto es el acercamiento real con Asia-Pacífico. Para que la
ap pueda lograr este objetivo, México todavía debe consolidar su presencia en el
continente asiático. De los cuatro miembros de la alianza, México es el único que no
tiene un tratado de libre comercio con la segunda economía en orden de importancia
planetaria. Tampoco ha consolidado acuerdos comerciales con otras importantes
economías asiáticas, como Corea del Sur o, incluso, con la Asociación de Nacio-
nes del Sureste Asiático (asean). Las tendencias en Asia-Pacífico se dirigen a con-
solidar el Área de Libre Comercio Asia-Pacífico, para lo cual el rcep, y no el cptpp,
está más cerca de lograr. Las élites gobernantes mexicanas parecen no tener mucho
interés en el rcep, a pesar de que los miembros de este megaacuerdo sí tienen inte-
rés en México.48
La Alianza del Pacífico es resultado directo del Siglo del Pacífico. Para poder
aprovechar las ventajas que esta era global ofrece es menester fortalecer y mejorar
las bases institucionales del mecanismo multilateral latinoamericano, además de
sus mercados intrarregionales e internos, así como su conocimiento mutuo. Has-
ta ahora, el tipo de multilateralismo reactivo impulsado desde México ha sido más
ideológico –compromiso con el libre comercio y con la democracia–, y no tanto
práctico. Si bien esto ha contribuido a la consolidación de la identidad de la Alian-
46 Alejandro Ramos Cardoso, “México ante el renovado espíritu integracionista en América La-
tina y el Caribe”, Revista Mexicana de Política Exterior, núm, 97, 2013, pp. 133-165.
47 Luis Ochoa Bilbao y Rafael Velázquez Flores, “México, el mercosur y la Alianza del Pacífico:
de 2017, [http://www.milenio.com/firmas/derechos_humanos/rcep-puerta-grande-mexico-asia_18
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100 Eduardo Tzili-Apango
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5. LA ALIANZA DEL PACÍFICO Y SU PROCESO
DE EXPANSIÓN ACTUAL: NUEVOS HORIZONTES PARA MÉXICO
Introducción
La Alianza del Pacífico (ap) surgió en 2011 con la Declaración de Lima y se cons-
tituyó formalmente en 2012 con la suscripción del acuerdo marco por parte de Chile,
Colombia, México y Perú como países fundadores. En el momento de su creación,
nuestra América aún sufría las consecuencias de la crisis económica de 2008 y
simultáneamente las principales economías asiáticas, con China como líder del es-
cenario regional, continuaban un acelerado crecimiento que las consolidaba como el
nuevo epicentro económico global. Estas razones económicas fueron uno de los ali-
cientes fundamentales para la creación y posterior desarrollo de la Alianza Pacífico.
Desde la perspectiva geopolítica, es importante destacar que una de sus funcio-
nes fue actuar como bloque defensor de la ideología de libre mercado frente a otros
procesos de integración que deterioraban la influencia de Estados Unidos en el
continente. Por el contenido del acuerdo marco y su clara postura de apertura eco-
nómica y defensa del modelo neoliberal, la consolidación de la Alianza del Pacífico
significaba, en un amplio sentido, una reedición del Área de Libre Comercio de las
Américas (alca), el cual fue un largo intento de integración continental liderado
por Estados Unidos y que fue desechado en 2004 debido al llamado “giro a la iz-
quierda” latinoamericano, en el que la mayoría de países del Cono sur tenían gobier-
nos que pueden identificarse como progresistas (Hugo Chávez en Venezuela, Nestor
Kirchner y Cristina Fernández en Argentina, Lula da Silva y Dilma Rousseff en Brasil,
¶ 107
108 Enrique Catalán Salgado
Michelle Bachelet en Chile, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, etcéte-
ra) y que pugnaban más por modelos integradores proteccionistas, como la Alianza
Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (alba), liderado por Venezuela,
y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que proponía una integración con
un enfoque amplio en temas sociales.
Como sustento de lo anterior, es importante destacar que en realidad los volú-
menes de comercio interregional entre las cuatro economías de la Alianza del Pací-
fico es mínimo, al igual que los flujos de Inversión Extranjera Directa (ied), ya que
en esencia producen el mismo tipo de mercancías y, en dicho sentido, son más bien
competidores; por lo que no se trata, evidentemente, de una integración motivada
por el mercado, sino de una integración estratégica liderada por el Estado que, sin
dejar de lado el aspecto económico, lo trasciende, al priorizar, desde su origen y
hasta la actualidad, criterios más bien ideológicos y geopolíticos.
De esta forma, la Alianza del Pacífico significó una fractura importante en los
procesos regionales de integración al desempeñarse en esa primera etapa como
mecanismo de contención del bloque progresista. Aunque en una segunda etapa
coyuntural, y bastante turbulenta, derivada fundamentalmente del giro político y
económico de la actual administración Trump, la cual defiende un modelo econó-
mico nacionalista y proteccionista muy alejada de su papel como promotor del libre
mercado, la Alianza del Pacífico tuvo que revaluar sus relaciones con dicho país,
buscar de manera urgente diversificar sus relaciones comerciales, y frente a esta
ruptura se consolidó, de manera autónoma, como el principal organismo defensor
del libre mercado en la región.
Frente a la coyuntura política y económica descrita, estos países vieron la im-
portancia de comenzar a fomentar los lazos económicos que impulsaran el comer-
cio con las nuevas economías asiáticas altamente desarrolladas, la característica
común de tener acceso al Océano Pacífico colocaba a los cuatro países latinoame-
ricanos de la Alianza del Pacífico en una situación de ventaja geográfica para em-
pezar a crear un proyecto que, a la vez de integrar las cuatro economías regionales,
empezara a construir los acuerdos comerciales y la infraestructura necesaria que
permitiría la intensificación y diversificación comercial en la región de Asia-Pacífi-
co como una estrategia comercial de la mayor relevancia.
Para la región, la ap pretende generar mercados atractivos entre los países
miembro y lograr mayor competitividad internacional, esto se ha desarrollado bajo
una visión de estricto apego a los principios de apertura comercial, regionalismo
abierto y con una visión de integración profunda. Es necesario definir que el re-
gionalismo abierto, modelo bajo el que se desarrolla la Alianza del Pacífico, es una
propuesta de integración centrada en el mercado, la liberalización económica y la
apertura comercial que tiende a la liberalización absoluta del comercio entre sus
La Alianza del Pacífico y su proceso de expansión actual 109
Gráfica 5.1. Alianza del Pacífico, pib por país 2016 (mdd)
1 200 000
1 000 000
Miles de millones
800 000
600 000
400 000
200 000
0
Chile Colombia México Perú
247 926 912 574.3 282 462 551 366.8 1 046 922 702 460 192 207 342 004.6
1.6% 1% 1%
1.7%
2.8%
80%
4.3%
46.4%
17.6%
3% 3%
4%
6%
7%
44%
10%
11%
3 Ma. Antonia Correa S. y Enrique Catalán, “La Alianza del Pacífico entre la geopolítica de Chi-
1) Australia, Canadá, Nueva Zelandia y Singapur, los países con los que actual-
mente se negocia la incorporación como Estado asociado, no son países que
compartan límites fronterizos o cercanía geográfica con los países de la Alianza
del Pacífico.
2) Los países candidatos a Estado asociado no figuran como socios económicos
importantes actualmente para los países de la Alianza del Pacífico, salvo el caso
de Canadá.
3) La característica principal de los cuatro países candidatos a Estado asociado no
es su relevancia económica en términos de pib o de volumen comercial, sino
su índice de apertura comercial.
Para la Alianza del Pacífico es claro que compartir la ideología y los principios
económicos de apertura comercial y libre mercado es un criterio de integración
mucho más importante que cualquier otro, así lo establece el acuerdo marco en el
cual define al Estado asociado como “aquel Estado con el cual todas las Partes del
116 Enrique Catalán Salgado
4 Alianza del Pacífico, Anexo, “Lineamientos aplicables a los Estados Asociados a la Alianza
dad que hay un consumo de materias primas, en lugar de ser una ventaja, nos impul-
saría a una reprimarización y nos anclaría a un esquema de dependencia en el cual
nuestra única función sería abastecer productos primarios y energéticos sin procesar.
Esta no es vía deseable si lo que se pretende es un desarrollo económico.
Nuevamente, observamos que los Estados asociados, al igual que ocurre con los
Estados parte, se están integrando bajo un concepto de apertura económica profunda,
cuando en realidad sus economías parecen ser más proclives a competir entre sí que
a complementarse. Esto ocurre sin un esfuerzo claro por generar procesos que inte-
gren cadenas de valor global regionales que maximicen las posibilidades del bloque.
Lo anterior nos remite al tercer punto, que confirma la tesis de un criterio de
integración prioritariamente ideológico, es decir, el rasgo compartido por los cua-
tro países que están a punto de consolidarse como Estados asociados es su índice
de apertura y compromiso con el neoliberalismo.
En el Índice de Libertad Económica 2018, cuya medición se basa en cuatro
grandes categorías y sus variables que son el estado de derecho (derechos de pro-
piedad, efectividad judicial, integridad gubernamental), el tamaño del gobierno
(cobro de impuestos, gastos gubernamentales, salud fiscal), eficiencia regulato-
ria (libertad de empresa, libertad de trabajo y libertad monetaria), y apertura de
mercado (libertad de comercio, libertad de inversión y libertad financiera),5 se
observa que Singapur es el segundo país del mundo con mayor libertad econó-
mica,6 con una puntuación de 88.9, Nueva Zelanda ocupa el tercer lugar con una
puntuación de 84.2, Australia ocupa el quinto con 80.9 puntos y Canadá el puesto
número nueve con un puntaje de 77.7; como se ve, los cuatro se encuentran entre
los primeros diez lugares de libertad económica.
Esta es una posición muy superior a la de los miembros de la Alianza del Pacífi-
co; en el mismo índice, Chile ocupa el puesto número 20, con 75.2 puntos; Colombia
ocupa el 42, con un puntaje de 68.9; Perú el 43, con 68.7 puntos, y, finalmente México
el 63 con 64.8 puntos. Como referencia y sustento de la hipótesis, las economías, que
por su pib serían mucho más importantes, están por debajo de los países que nego-
cian actualmente su incorporación. En el caso de Estados Unidos, este ocupa el lugar
18, con 75.7 puntos; Japón el 30 con 72.3 puntos, y China el puesto 110, con un pun-
taje de 57.8, lo cual coincide con el planteamiento realizado.
Ahora bien, si hacemos la comparación por el tamaño del pib, estos países cier-
tamente ocupan lugares importantes en la economía mundial: Canadá ocupa el
lugar 10, Australia el 14, Singapur el 37 y Nueva Zelanda el 51, pero no son las
mayores economías entre los 52 países observadores y, salvo el caso de Australia y
Canadá, cuyo pib es mayor, las otras se ubican con el nivel del resto de países de la
Alianza e, incluso, son superadas.
5 Heritage Foundation, Index of Economic Freedom 2018, p. 11, [http://www.iberglobal.com/
que dicho territorio no es propiamente un país, por lo que en términos estrictos Singapur ocuparía
el primer puesto.
120 Enrique Catalán Salgado
Cuadro 5.4. Comparación del pib nominal y del índice de libertad económica
de los países de la Alianza del Pacífico: China, Estados Unidos, y los países
candidatos a Estado asociado: Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Singapur
Lugar en el Puntaje en
Lugar en el Índice de el Índice
ranking mundial pib nominal Libertad de Libertad
País por pib nominal mdd (2016) Económica 2018 Económica
Estados Parte de la Alianza del Pacífico
Chile 42 247 027.91 20 75.2
Colombia 40 282 462.55 42 68.9
México 15 1 046 922.70 63 64.8
Perú 49 192 207.34 43 68.7
Candidatos a Estado asociado de la Alianza del Pacífico
Australia 14 1 204 616.44 5 80.9
Canadá 10 1 535 767.74 9 77.7
Nueva Zelanda 51 184 970.68 3 84.2
Singapur 37 296 975.68 2 88.9
Principales economías mundiales
Estados Unidos 1 18 624 475.00 18 75.7
China 2 11 199 145.16 110 57.8
Japón 3 4 949 273.34 30 72.3
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ya que los países analizados con economías similares presentan importantes varia-
ciones en su puntaje de libertad económica. Por ejemplo, Colombia presenta un
pib mayor que Chile, aun cuando éste supera a Colombia en libertad económica
por siete puntos, de igual forma, Colombia y Perú presentan grados de apertura si-
milares, pero el pib Colombiano resulta muy superior.
Aunque por razones obvias no pueden compararse estos países con economías
mucho más avanzadas, sí puede observarse que en el caso de las tres superpoten-
cias económicas (Estados Unidos, China y Japón) el grado de apertura y libertad
económica es bastante menor en la escala mundial, lo que nuevamente parece in-
dicar una relación opuesta a la idea defendida por la Alianza del Pacífico: usar la
apertura comercial en la mayor medida posible como principal criterio rector en el
proceso de integración para el desarrollo económico.
Ahora bien, desde una perspectiva estratégica, y probablemente debido a las
diferencias en el tamaño de las economías que se integran, la Alianza del Pacífico
no ha permitido el ingreso directo como Estados parte a los nuevos miembros, en
vez de eso, ha preferido una integración por pasos en la que conserva el control de
todo el proceso en una suerte de jerarquías que aseguran los intereses de los Esta-
dos parte, lo cual es bastante prudente y oportuno considerando las disparidades
económicas ya señaladas.
Para eso ha creado la figura jurídica especial de Estado asociado que actúa como
una etapa de transición, los Estados asociados son superiores al Estado observador,
pero no gozan de todos los derechos de un Estado miembro. Esta prudencia de la
ap habla de su voluntad por realizar una integración que garantice su funcionamien-
to en los términos que ellos han delimitado y confirma la hipótesis de que es una
integración predominantemente ideológica. Dichos fenómenos se sintetizan en el
compromiso con el modelo económico y el libre mercado, pues el mismo acuerdo
marco establece que para ser aceptada una postulación para Estado asociado “debe-
rán tener en cuenta altos estándares en materia económico comercial que favorez-
can la apertura y la integración de los mercados, incluyendo, pero no limitándose,
a las siguientes materias: comercio de bienes, comercio de servicios e inversiones”.7
El procedimiento para integrarse a la Alianza del Pacífico bajo esta nueva figura
puede darse en dos direcciones, ya sea que el bloque realice una invitación de común
acuerdo al país que se pretende integrar –no se pueden hacer invitaciones a título in-
dividual–, o bien cualquier Estado puede presentar su solicitud de integración como
Estado asociado, la cual será evaluada por los Estados parte para dar su resolución.
7 Alianza del Pacífico, Acuerdo marco de la Alianza del Pacífico, 2012, [http://www.sice.oas.
Conclusiones
Desde su formación, la Alianza del Pacífico ha sido uno de los bloques regionales
de integración más exitosos debido, fundamentalmente, a su pragmatismo.
En distintos momentos coyunturales, la Alianza del Pacífico ha ejercido dos pa-
peles que sin duda han transformado a la región y a sus economías, el primero de
ellos es que en toda regla ha sido un organismo de contención frente a otros pro-
cesos de integración regional que se asumen como progresistas. Dichos procesos,
en lugar de compartir una visión de libre mercado y total apertura, se inclinan más
por un proteccionismo de los sectores productivos estratégicos, una visión que la
Alianza del Pacífico abiertamente combatió en su momento y en los hechos se con-
cretó con una reedición del alca, en la medida en que el objetivo principal sería el
mismo del viejo proyecto estadounidense: crear una gran región de libre comercio
continental.
Su segundo papel, que ha sido económico, es que, en la creencia del bloque de
que la apertura comercial profunda es un catalizador para el desarrollo, han sim-
plificado una serie de trámites para la exportación e importación de mercancías,
así como la movilidad personal y laboral entre sus miembros. Esto ha llamado la
atención de muchos países que ven potencialidad en el proyecto. Sin embargo, en
términos duros, la Alianza del Pacífico no ha sabido capitalizar esta integración,
pues las cuatro economías son muy competitivas entre sí y no han podido generar
industrias regionales y cadenas de valor que articulen las ventajas del libre transito
de personas y mercancías, por lo que están perdiendo espacios que seguirán llenando
economías más desarrolladas.
Además, los Estados parte de la ap están absolutamente convencidos de que
la apertura comercial y el neoliberalismo es el camino hacia el desarrollo, como lo
señalan en los acuerdos marco y en sus distintas cumbres, por lo cual se han ins-
tituido en una plataforma ideológica promotora de esta visión económica, asegu-
rándose que tanto el proceso de integración que enarbolan como cualquier país
interesado en ser Estado parte se comprometa con esos principios, incluso, con-
forme al análisis y la evidencia presentados, el convencimiento de estos países en
la apertura comercial como factor de desarrollo es tan grande que han priorizado la
afinidad hacia el modelo económico neoliberal y la apertura como criterio de in-
tegración por encima de elementos que tradicionalmente eran más relevantes, por
ejemplo, el volumen de mercado y la demanda real de productos y servicios.
De lo anterior surgen varios problemas que pueden considerarse de gravedad y
que sería importante para la Alianza del Pacífico discutirlos, si en verdad desean to-
mar partido de las ventajas de la integración que han iniciado. El proyecto puede ser
muy redituable para sus miembros, pero no puede descansar solo en la creencia de
La Alianza del Pacífico y su proceso de expansión actual 123
que una integración profunda y totalmente abierta producirá el desarrollo por sí solo,
como parece que lo asumen. No hay evidencia de que exista una necesidad comercial
entre sus miembros, pero sí hay muchos datos que confirman el criterio ideológico
que la sustenta, tanto en los documentos como en su actuación hasta ahora.
En el mundo globalizado actual la integración con diferentes países y regiones
no es una opción sino una necesidad, sin embargo, ésta debe realizarse con base en
una planeación estratégica que obedezca a las necesidades de los países y sus so-
ciedades, y no confiando en la apertura comercial irrestricta como dogma del de-
sarrollo. Una integración de ese tipo es lo opuesto al resultado deseado, ya que con
ella se pierde soberanía y la capacidad de disputar, proteger y desarrollar los espa-
cios económicos propios frente al escenario internacional, esto permite que econo-
mías más grandes actúen bajo la libertad concedida en los tratados por encima de
los intereses nacionales, sin contribuir al desarrollo y produciendo enormes daños
sociales y ambientales, como de hecho está ocurriendo con los extractivismos in-
tensivos en todo el mundo.
Por lo tanto, la encrucijada actual de la Alianza del Pacífico será definir si el
mercado amerita el nivel de confianza que le otorgan, o si deberán, necesariamente,
perfilar más criterios sociales, ambientales y proteccionistas de los sectores estraté-
gicos que pueden catalizar un desarrollo nacional. También dependerá de los Esta-
dos parte determinar si el único papel a desarrollar es desmantelar las barreras que,
a su parecer, estorban la libertad comercial o si asumen el desaf ío de construir los
desarrollos industriales y las cadenas globales de valor que se requieren para apro-
vechar al máximo el bloque en la manera en que ha sido concebido.
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extranjera-directa-de-enero-a-diciembre-de-2016?lien_externe_oui=Conti-
nuar], (fecha de consulta: 15 de abril de 2018).
6. LA POLÍTICA EXTERIOR
EN LAS PLATAFORMAS ELECTORALES DE 2018
Introducción
Para México 2018 fue un año importante, ya que se realizó el proceso electo-
ral más grande de la historia del país, en el que se eligió al nuevo titular del Poder
Ejecutivo, a los representantes de las Cámaras de Senadores y Diputados, nueve
gobernadores y se realizaron elecciones locales en 30 estados de la República. La
magnitud de estas elecciones se aprecia cuando se hace referencia a los 3 326 car-
gos de elección popular en todo el país que estuvieron en juego el 1º de julio,1 lo
que implicó un cambio en la estructura de gobierno en México. Si bien el peso de
la candidatura presidencial es siempre relevante, en este caso también lo fue la elec-
ción en las Cámaras y la constitución de los gobiernos locales. De ahí la importancia
para los partidos políticos y las coaliciones que se formaron para atraer al mayor
número de electores, y no solo para un cargo sino, como lo hicieron los candidatos
¶ 125
126 Beatriz Nadia Pérez Rodríguez y Teresa del Socorro Pérez Rodríguez
Por lo general, los temas de política exterior no suelen atraer la atención en los pro-
cesos electorales nacionales, ya que la mayoría de la población tiende a interesarse
por problemas y situaciones que le resultan más cercanas; sin embargo, en las últi-
La política exterior en las plataformas electorales de 2018 127
mas décadas, el acceso a la información por medio de redes, la rapidez con la que
se transmiten las noticias tanto nacionales como internacionales, y los efectos de
la globalización, como las redes sociales y la disponibilidad de mercancías gracias
al libre comercio, han hecho que la población sea más sensible a la información in-
ternacional y a la actuación de México en el exterior. Reflejo de ello fue la progra-
mación del segundo debate de los candidatos presidenciales sobre política exterior
de México.
Sin embargo, lo anterior no es señal de que se comprenda a cabalidad el significa-
do y la relevancia de la política exterior para nuestro país; el interés por lo internacio-
nal no necesariamente implica la comprensión de cómo la participación del país en el
exterior puede contribuir a la satisfacción y resolución de problemáticas nacionales.
Hay diversas definiciones de lo que es o lo que puede entenderse por política
exterior; la diversidad de actores y de interpretaciones puede llevar a confusión.
Para Rafael Calduch la política exterior es: “aquella parte de la política general for-
mada por el conjunto de decisiones y actuaciones mediante las cuales se definen los
objetivos y se utilizan los medios de un Estado para generar, modificar o suspen-
der sus relaciones con otros actores de la sociedad internacional”,2 esta definición
hace énfasis en el uso de los medios de un Estado y no solo de un gobierno o del
ejecutivo, por lo que, al hablar de política exterior, debe hacerse referencia a todos
los recursos con los que cuenta un Estado: Secretarías de Estado, Armada, cuerpo
diplomático, y no ceñirse solo a las acciones del ejecutivo, en nuestro caso, a las ac-
ciones del presidente en el exterior.
Rafael Velázquez señala que:
2 José Luis Neila Hernández, “Política Exterior”, en Juan Carlos Pereira (coord.), Diccionario de
relaciones internacionales y política exterior, Madrid, Ariel, 2008, p. 788.
3 Rafael Velázquez Flores, Introducción al estudio de la política exterior de México, México,
En la conducción de tal política, el titular del Poder Ejecutivo observará los siguientes
principios normativos: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solu-
ción pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las
relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación interna-
cional para el desarrollo; el respeto, la protección y promoción de los derechos huma-
nos y la lucha por la paz y la seguridad internacionales.5
Estos principios han permitido que México se distinga como un país que abo-
ga por la paz, la seguridad, la resolución pacífica de las controversias y el respeto a
la autodeterminación de los pueblos, lo cual le otorga reconocimiento y prestigio
internacional.
4 Miguel Ángel Ballesteros Martín, “Intereses”, en Juan Carlos Pereira (coord.), Diccionario, op.
cit., p. 534.
5 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en Marco Jurídico del Congreso Ge-
neral de los Estados Unidos Mexicanos, LXII Legislatura, Cámara de Diputados, México, 2014, p.
141.
La política exterior en las plataformas electorales de 2018 129
Cortés, el más joven de los tres, se desempeñó como diputado por el estado de
Querétaro y Diputado Federal, así como presidente del (pan).
A continuación, se hace una revisión de las plataformas electorales de las tres
coaliciones, iniciando con la plataforma del candidato de la coalición Por México
al Frente, seguida de la coalición Todos por México para finalmente revisar la coa-
lición Juntos Haremos Historia, considerando el orden en el que aparecieron en las
boletas electorales con base en el año de registro de los partidos.
6 Coalición Por México al Frente, Plataforma electoral 2018, México, 2018, [http://repositorio-
documental.ine.mx/xmlui/bitstream/handle/123456789/94343/CG2ex201712-22-rp-5.1-a2.pdf ],
(fecha de consulta: junio de 2017).
La política exterior en las plataformas electorales de 2018 131
7 Ibid., p. 43.
8 Ibid., p. 44.
132 Beatriz Nadia Pérez Rodríguez y Teresa del Socorro Pérez Rodríguez
9 Ibid., p. 46.
La política exterior en las plataformas electorales de 2018 133
repositoriodocumental.ine.mx/xmlui/bitstream/handle/123456789/94386/CGex201801-5-rp-uni-
co-a2.pdf ], (fecha de consulta: junio de 2017).
11 Véase Partido Revolucionario institucional, “Eje 5: México abierto al mundo”, en Platafor-
Destacan los vínculos con países de diversas regiones del mundo y la importan-
cia de continuar con dichos proyectos, sin que se perciban propuestas novedosas al
respecto, como tampoco acciones concretas. Los temas centrales en la relación con
Estados Unidos y América Latina eran: fortalecer los vínculos comerciales; incre-
mentar la cooperación en temas de educación, ciencia y cultura; la defensa de los
derechos de los connacionales en el extranjero y la promoción de “una relación de
pleno respeto y beneficio para los mexicanos”.13
La propuesta distingue entre Centroamérica y América del Sur, con la primera
plantea el fortalecimiento de vínculos comerciales y en materia energética, como
motor de desarrollo para la región sur-sureste del país; y con el Caribe destaca la
colaboración en el combate contra la delincuencia; en tanto que con América del
Sur, nuevamente, reluce el tema comercial.
En lo que se refiere a Europa, solo se hace mención del fortalecimiento de lazos
históricos y la búsqueda de nuevos vínculos para la cooperación educativa y cultu-
ral,14 a pesar de que con esta región, que comprende a 28 países, entre los cuales se
encuentran varios de los socios comerciales más importantes de México, ya se tie-
ne un Acuerdo Global y una asociación estratégica. Con Medio Oriente y África, el
tema central también fue el fortalecimiento de los vínculos comerciales.
De lo anterior se puede apreciar que el eje rector de la propuesta era la promo-
ción del comercio, además de fomentar los vínculos de cooperación en otras áreas
como educación, ciencia y cultura.
Como parte de la propuesta, se presentaban 13 líneas de acción que describían
los esfuerzos concretos sobre los cuales se definirían los ejes conductores de la po-
lítica exterior:
13 Idem.
14 Idem.
La política exterior en las plataformas electorales de 2018 135
11) Profundizar las relaciones bilaterales y diálogo político con actores clave.
12) Diversificar las relaciones estratégicas con todas las regiones del mundo.
13) Potenciar las actividades de cooperación internacional para el desarrollo.15
16 A diferencia de las dos plataformas anteriores, en los documentos registrados en el ine se en-
cuentra un documento general de 26 cuartillas que menciona la política exterior de manera general:
[http://repositoriodocumental.ine.mx/xmlui/bitstream/handle/123456789/94367/CG2ex201712-
22-rp-5-2-a2.pdf ], por ello, para este análisis se consideró el documento “Proyecto Alternativo de
Nación 2018-2024” encontrado en Proyecto 18 [http://morenabc.org/wp-content/uploads/2017/11/
Plan-de-Nacion-de-Morena.pdf ], (fecha de consulta: junio de 2017).
17 Proyecto de nación 2018-2024, Política exterior, p. 85, Proyecto 18 [http://morenabc.org/
tas y presentaciones.
Figura 6.1. Esquema General del Plan de Nación 2018-204
Cultura comunitaria
Bono educativo
Educación superior
Renovables Aeropuerto
Inclusión de jóvenes Política Política industrial
Proyecto nacional macroeconómica y tecnología No renovables Trenes
de educación Educación
Educación básica Energía Desarrollo urbano
trategias de política exterior concretas con cada una de las regiones mencionadas y
con el objetivo de promover los intereses del país en el exterior.
La propuesta de la coalición Juntos Haremos Historia presentaba acciones con-
cretas en función de compromisos adquiridos en los foros multilaterales en los que
México ha participado, como es el caso de la agenda 2030, principios en los que ba-
saría muchas de sus acciones para dar cumplimiento a los objetivos de dicha agen-
da. Asimismo, planteaba una serie de acciones para el cumplimiento de objetivos
sobre temas centrales como migración, desarrollo sostenible, entre otros.
Finalmente, consideraba el fortalecimiento de la Secretaría de Relaciones Exte
riores como la instancia que debe llevar a cabo la coordinación de la política ex
terior, con lo que pretendía hacer referencia implícita a la creciente participación
que en los últimos sexenios tuvieron otras secretarías de Estado, como la de Eco-
nomía, en la participación del país en el exterior.
Se puede apreciar que el diseño de dicha propuesta era resultado de un detalla-
do diagnóstico de la situación de México, conocimiento del ámbito internacional
y, sobre todo, una perspectiva particular de lo que debería ser la política exterior
del país, en la que si bien parece que hay un “retroceso” a la política desarrollada a
finales del siglo xix y principios del xx, en realidad es una recuperación de prin-
cipios rectores de la política exterior. La necesidad de atender problemas políticos,
sociales y económicos internos para fortalecer la imagen de México en el exterior y
la promoción de intereses nacionales bien definidos convertirían a la política exte-
rior en un apoyo para el desarrollo del país, mas no en el eje central para alcanzar
objetivos de crecimiento.
Similitudes y diferencias
Entre las coincidencias se encuentra que todas las plataformas planteaban crear
una política Exterior de Estado, con ello hacían referencia a que su diseño estaría en
función de los requerimientos del país, consideraría los diferentes órganos estatales
o sociales del gobierno que intervienen en el proceso de la política exterior22 y sería
inclusiva en la definición del interés nacional, atendiendo a las demandas de los di-
versos sectores de la sociedad. Asimismo, esto implica que se considerarían todos
los recursos con los que cuenta el gobierno para hacer efectiva la política exterior,
en beneficio de los objetivos e intereses del país.
Todas las plataformas reconocían la relevancia de los principios de política ex-
terior, sin embargo, en la plataforma de la coalición Todos por México, se abogaba
Conclusiones
Como podemos apreciar, las propuestas tenían muchas áreas de coincidencia, pero
al revisarlas con detenimiento planteaban prioridades y estrategias variadas que
23 Véase Partido Revolucionario Institucional, “Eje 5: México abierto al mundo”, en Platafor-
ma electoral 2018, México, pri, 2018, p. 50, [http://repositoriodocumental.ine.mx/xmlui/bitstream/
handle/123456789/94386/CGex201801-5-rp-unico-a2.pdf ].
24 Ibid., p. 47.
La política exterior en las plataformas electorales de 2018 143
25 Al respecto, cabe señalar que Héctor Vasconcelos estaba propuesto al Senado como suplente
del exdirigente magisterial Aníbal Ostoa Ortega en la lista de los candidatos de representación pro-
porcional de Morena, pero Ostoa Ortega también estaba contendiendo por el mismo cargo como
representante por elección de Campeche, y al resultar triunfador, Vasconcelos decide ocupar el car-
go que Ostoa dejaba vacante por representación proporcional. Alberto Aguirre, “Doble cachucha
en Morena”, El Economista, 8 de julio de 2018, [https://www.google.com.mx/amp/s/eleconomista.
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julio de 2018).
La política exterior en las plataformas electorales de 2018 145
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146 Beatriz Nadia Pérez Rodríguez y Teresa del Socorro Pérez Rodríguez
Referencias
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Velázquez Flores, Rafael, Introducción al estudio de la política exterior de México,
México, Nuestro Tiempo, 1995.
SEGUNDA PARTE
7. INICIATIVAS GUBERNAMENTALES PARA
LA DIGITALIZACIÓN EN LA CUARTA REVOLUCIÓN
INDUSTRIAL: ESTADOS UNIDOS, UNIÓN EUROPEA Y MÉXICO
INTRODUCCIÓN
En la economía mundial han ocurrido cuatro revoluciones que han dado lugar a
cambios importantes en los procesos de industrialización y de la vida diaria de sus
habitantes. La Tercera Revolución Industrial se caracterizó por la automatización
y el uso de las tecnologías de la información (tic). En la Cuarta Revolución, los
procesos se digitalizan y se incorporan nuevas herramientas tecnológicas –como
el internet de las cosas, la nube, la realidad aumentada, la robótica colaborativa y
los sistemas ciberf ísicos que se comunican y colaboran entre sí– en la generación
de productos y servicios. Todas las revoluciones industriales han tenido efectos
importantes en la productividad y competitividad de las empresas, industrias y
¶ 151
152 Andrés Morales, Araceli Rendón y Silvia Pomar
países, así como en las relaciones económicas, políticas, sociales y en el medio am-
biente. En específico, la Cuarta Revolución Industrial está generando cambios dis-
ruptivos en las actividades humanas.
El conocimiento acumulado, traducido en el avance científico y tecnológico,
ha dado lugar a las condiciones que propiciaron el inicio de esta Cuarta Revo-
lución. En los países desarrollados, su cultura, sistema educativo, organización
productiva, gobierno y sus políticas públicas han favorecido la incorporación de
esos procesos en las distintas actividades económicas. Pero, ¿qué está pasando en
México?, ¿qué está haciendo el gobierno mexicano para que las empresas puedan
incorporarse a esta revolución?
En este trabajo se abordan las iniciativas implementadas por algunos países
para insertar exitosamente a la industria en la dinámica de la Cuarta Revolución
Industrial. En primer lugar, se señalan algunos elementos que caracterizan a esta
revolución; en segundo, se abordan las principales iniciativas de Estados Unidos
(eu) y de algunos países de la Unión Europea (ue) y en la tercera parte se analizan
las problemáticas que enfrenta México y las acciones que lleva a cabo para insertar la
industria en las nuevas tendencias de producción.
producido por la industria en la ue, 34 céntimos proceden de otros sectores. Por ello, la ue se ha
fijado el objetivo de aumentar el peso de la industria en el pib europeo de 15.3 a 20% en 2020”. José
Luis del Val Román, Industria 4.0: la transformación digital de la industria, País Vasco, Universidad
de Deusto, 2016, p. 4.
4 José Luis del Val Román, op. cit., p. 4.
154 Andrés Morales, Araceli Rendón y Silvia Pomar
Los facilitadores que posibilitan esto son tecnologías de uso cada vez más co-
tidiano como la comunicación móvil, la nube, el análisis de datos (Big Data), la co-
municación de máquina a máquina (m2m), las plataformas sociales, la impresión
3d (fabricación aditiva), la robótica colaborativa y la realidad aumentada.
En las fábricas inteligentes se cuenta con máquinas de gran capacidad de comu-
nicación m2m, solo son “vistas” cuando requieren mantenimiento ya que pueden
operar y configurarse de manera autogestionada. Inclusive el mantenimiento puede
ser indicado por las mismas máquinas.8
5 Idem.
6 Son productos y servicios que cuentan con sistemas electrónicos, software y conectividad
que les permiten operar de manera diferente y con nuevas funciones. Los servicios inteligentes se
encuentran en nuevos modelos de negocio, en los que los modelos Big Data pueden automatizar la
toma de decisiones.
7 Ibid., p. 7.
8 Ahora es común ver en los automóviles los indicadores de que es necesaria la revisión de
ciertas partes.
Iniciativas gubernamentales para la digitalización 155
líticas de la Unión Europea, Por un futuro sostenible y generador de empleo”, Luxemburgo, Oficina
de Publicaciones de la Unión Europea, 2013, [https://www.aragon.es/estaticos/GobiernoAragon/
Departamentos/PresidenciaJusticia/Areas/PJ_04_Informacion_de_la%20Union_europea/01_Euro-
pe_Direct_Aragon/Publicaciones%20de%20la%20Uni%C3%B3n%20Europea/Europa%202020%20
-%20la%20estrategia%20europea%20de%20crecimientoA.pdf ], (fecha de consulta: 6 de abril de
2018), p. 3.
Iniciativas gubernamentales para la digitalización 157
• La economía digital
• La competitividad
• El futuro del trabajo
• Los sistemas de energía sostenibles
• La dinámica geopolítica
Estados Unidos fue uno de los primeros países en promover la reconversión digi-
tal de la industria. En 2010, el gobierno federal implementó la iniciativa presiden-
cial Advance Manufacturing National Program la cual tenía por objetivo identificar
cómo implementar la manufactura inteligente en el nuevo siglo. Desde el inicio de
sus operaciones contó con la participación de las principales empresas y departa-
mentos del campo de la fabricación avanzada de eu.
Fuente: Elaboración propia con base en us Government, “Public Law 111–358—JAN. 4, 2011, America Competes Reauthorization Act of
2010, Sec. 102”, [https://www.gpo.gov/fdsys/pkg/PLAW-111publ358/pdf/PLAW-111publ358.pdf ], (fecha de consulta: 10 de abril de 2018).
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160 Andrés Morales, Araceli Rendón y Silvia Pomar
En los países de la ue también han surgido varias iniciativas para impulsar el pro-
ceso de digitalización de la industria. En 2012, por ejemplo, surge en Alemania la
iniciativa denominada Platform Industrie 4.0 desarrollada por asociaciones alema-
nas de ingenieros de las industrias eléctrica, electrónica y digital. Su objetivo fue
identificar tendencias y elaborar recomendaciones conjuntas, en diferentes áreas de
la manufactura avanzada, en el marco de la reindustrialización. La iniciativa marca la
visión de desarrollo industrial de Alemania en el nuevo siglo y se basa en el concep-
to de fábrica inteligente, el cual, según Kagerman, Wahlster y Helbing: “Constituye
un ecosistema donde conviven la digitalización de extremo a extremo, los procesos
y productos inteligentes y las tecnologías habilitadoras”.16
La iniciativa Platform Industrie 4.0 consiste en la implantación de una red tec-
nológica de producción inteligente para que máquinas, dispositivos, sistemas y
trabajadores colaboren entre sí. Su operación se basa en sistemas cps que permi-
ten integrar máquinas inteligentes, sistemas de almacenamiento de información y
equipos de producción capaces de intercambiar información de manera automáti-
ca y autónoma, lanzar acciones y controlarse de forma recíproca.
Entre las acciones llevadas a cabo por esta iniciativa se encuentran la identifica-
ción de tendencias de desarrollo industrial, la elaboración de recomendaciones y el
acompañamiento de proyectos en temas de tecnologías habilitadoras, innovación,
arquitectura de referencias, estándares, normas, seguridad de sistemas, marco le-
gal, educación y formación de recursos.17
Las iniciativas de reconversión digital industrial de eu y Alemania presentan di-
ferencias en la naturaleza del organismo promotor, enfoque y objetivos (cuadro 7.2).
Otros países europeos como Francia e Inglaterra también han desarrollado ini-
ciativas para reconvertir sus industrias. En 2013, Francia implementó la Nouvelle
France Industrielle, iniciativa promovida por el Ministerio de Economía, Industria
y Digitalización. Con ella se busca modernizar y dirigir la industria y el comercio
hacia la digitalización, así como permitir que los industriales se beneficien de las
contribuciones de las nuevas tecnologías digitales.18
16 Henning Kagermann, Wolfgang Wahlster y Johannes Helbig, “Securing future of German
manufacturing industry recommendations for implementing the strategic initiative Industrie 4.0”,
Frankfurt, Acatech-National Academy of Science and Engineering, 2013, pp. 20-21, [http://digital.
bib-bvb.de/view/bvbsingle/single.jsp?dvs=1536706262806~609&locale=es_419&VIEWER_URL=/
view/bvbsingle/single.jsp?&DELIVERY_RULE_ID=39&bfe=view/action/singleViewer.do?dvs=&fr-
ameId=1&usePid1=true&usePid2=true], (fecha de consulta: 29 de marzo de 2018).
17 Henning Kagermann, Wolfgang Wahlster y Johannes Helbig, op. cit. pp. 6-7.
18 Catherine Raffour, “Nouvelle France Industrielle”, Fiche repère Futuris, julio, 2016, pp.1-5,
[http://www.anrt.asso.fr/sites/default/files/fiche-repere-nouvelle-france-industrielle.pdf ], (fecha de
consulta: 30 de marzo de 2018).
162 Andrés Morales, Araceli Rendón y Silvia Pomar
na; abrir las puertas de las empresas para que los estudiantes tengan experiencia en
fabricación avanzada; fomentar la vinculación universidad-empresa para desarrollar
la ciencia, la tecnología, la innovación y el emprendimiento;19 apoyar las estrategias
impulsadas por el gobierno y la industria.
En 2013, la ue implementó la iniciativa ict Innovation for Manufacturing
smes (Innovación en tic para las Pequeñas y Medianas Empresas Manufacture-
ras), con el objetivo de expandir la innovación digital de las pequeñas y media-
nas empresas (pymes) manufactureras para garantizar el liderazgo europeo en la
fabricación. La iniciativa persigue conectar las pymes con los centros europeos
de innovación digital para ayudarlas a probar y adoptar las tecnologías digitales
más recientes.20
19 Government uk, “See Inside Manufacturing. Documents related to the programme that
f ísicos cibernéticos e internet de las cosas, servicios de simulación basados en la nube y análisis de
datos, aplicaciones basadas en láser y fabricación aditiva, y robótica. European Commission-i4ms,
“Innovation: ict for Manufacturing smes”, Bruselas, 13 de junio de 2013, [https://ec.europa.eu/digi-
tal-single-market/innovation-ict-manufacturing-smes], (fecha de consulta: 8 de abril de 2018).
21 World Economic Forum, “Economías”, op. cit.
22 Por esa crisis se perdieron más de 50 millones de empleos en todo el mundo. Internatio-
nal Labour Organization, “Global Employment Trends 2013: Facts and Figures for Latin America
& the Caribbean”, 22 de febrero de 2013, [http://www.ilo.org/global/research/global-reports/glo-
164 Andrés Morales, Araceli Rendón y Silvia Pomar
25 Hay diferencias en cuanto al número de empleados y monto de ventas en los países. Por
ejemplo en Alemania, una empresa pequeña tiene entre 0 y 9 empleados con ventas de menos de un
millón de euros; la mediana tiene entre 10 y 499 con ventas que pueden ir desde 1 hasta 50 millones;
las grandes cuentan con 500 y más empleados con ventas de más de 500 millones de euros. Klaus
Schmidt, “Pymes y la Política Comercial de Alemania”, 17 de junio de 2014, [http://www.senado.gov.
ar/upload/14212.pdf ], (fecha de consulta: 28 de abril de 2018).
26 Ildefonso Guajardo Villareal, “Modelo de política pública”, Secretaría de Economía-prosoft,
Pesquería, Nuevo León. Gracias a su línea de producción flexible puede producir una unidad cada
53 segundos: “El proceso de producción inicia en la nave de Estampado, le sigue la nave de Sol-
dadura; posteriormente, Pintura para terminar el proceso de Ensamblaje… La planta más moder-
na del sistema global kia Motors, tiene una capacidad instalada de 400 000 unidades por año, su
plan es surtir los autos compactos para el continente americano”. La nota completa puede verse
en Lilia González, “kia ha ensamblado 417 000 autos en su planta de nl”, El Economista, 17 de
mayo de 2018, p. 26.
30 Secretaría de Economía, “Programa Nacional de Innovación”, México, 20 de diciembre de
2010, [http://www.2006-2012.economia.gob.mx/comunidad-negocios/innovacion/innovacion-pro-
grama-nacional-innovacion], (fecha de consulta: 10 de abril de 2018).
31 Secretaría de Economía, “Fondo de Innovación Tecnológica”, México, 13 de junio de 2011,
[http://www.2006-2012.economia.gob.mx/comunidad-negocios/innovacion/innovacion-fondos/
fondo-de-innovacion-tecnologica-fit], (fecha de consulta: 16 de abril de 2018).
168 Andrés Morales, Araceli Rendón y Silvia Pomar
Los sectores con más apoyo fueron por orden de importancia: tic (12% del to-
tal), automotriz (10%), alimentos (9%) y agroindustrial (8%). Aunque el sector de
tecnologías de la información en conjunto recibió el mayor monto total, por proyec-
to no fue así, ya que en promedio cada uno de los 820 que participaron recibió tan
solo 3.35 millones de pesos, cantidad inferior a la recibida por proyectos de algunos
sectores tradicionales como el textil y el de muebles, que obtuvieron en promedio
5.39 y 5.13 millones de pesos, respectivamente. Lo anterior revela la posibilidad de
fallas en los criterios para la asignación de recursos, sobre todo si se considera la
importancia de apoyar a actividades de innovación y desarrollo tecnológico en los
sectores de manufactura avanzada que tengan un efecto multiplicador en la econo-
mía. También es de observar que los principales segmentos industriales que fueron
apoyados tienen una alta relación con el mercado externo.
Conclusiones
www.conacyt.gob.mx/index.php/el-conacyt/convocatorias-y-resultados-conacyt/convocato-
rias-programa-de-estimulos-a-la-innovacion/pei-19], (fecha de consulta: 24 de julio de 2019).
172 Andrés Morales, Araceli Rendón y Silvia Pomar
se realiza en tiempos cada vez más cortos. Todas las actividades se encuentran
abiertas e interconectadas.
Ante el reconocimiento de los rápidos cambios tecnológicos que ha tenido la
industria, su importancia en la economía como eje de crecimiento y su contribu-
ción a la solución de los problemas de los países, los gobiernos buscan instrumen-
tar iniciativas para apoyar esos procesos.
Estados Unidos fue el primero en lanzar una iniciativa presidencial, el Advan-
ce Manufacturing National Program, con el objeto de identificar las rutas por las
cuales avanzar en el proceso de digitalización sistemática de su industria y así man-
tener su liderazgo en el nuevo siglo. De esa iniciativa se fortalece el concepto de
fabricación avanzada con el que se conoce el proceso de digitalización en Estados
Unidos. En Europa, Alemania abandera el proceso de reconversión digital de la in-
dustria mediante una iniciativa de carácter privado, actualmente apoyada por el
gobierno, denominada Plataforma 4.0. Casi de manera inmediata se le identifica
como industria 4.0, nombre con el que se conoce también a la Cuarta Revolución
Industrial. Otros países en el mundo están implementando acciones con diferente
profundidad e intensidad en esta dirección.
Las principales diferencias entre las iniciativas de los países para digitalizar la
producción están en su enfoque y su carácter privado o público.
Para México, los retos ante la Cuarta Revolución Industrial son la baja produc-
tividad, infraestructura limitada, la formación de recursos humanos y educación,
empleos de calidad bien remunerados, corrupción, pobreza y desigualdad. Otros
aspectos importantes son la certidumbre y seguridad para la realización de las ac-
tividades económicas en un clima de paz social, libre de delincuencia y corrupción,
así como la seguridad de la información.
Al inicio de la presente década, el gobierno de México pudo identificar los cam-
bios tecnológicos que impactaban las formas convencionales de producción en los
países desarrollados. Ante ello, ha creado programas y fondos para impulsar la in-
novación tecnológica. A pesar de los resultados obtenidos, hay mucho por hacer.
Al nuevo gobierno le toca realizar varias actividades, indiscutiblemente una de las
primeras es que formule un plan estratégico de políticas de ciencia, tecnología e
innovación que dé certidumbre y coherencia a sus acciones. Deberá perfeccionar
el ambiente institucional regulatorio para el desarrollo de todas las actividades que
implica la digitalización industrial y de la economía en general, con reglas trans-
parentes y no discriminatorias que den certeza jurídica y confianza a los inversio-
nistas para, en principio, ampliar la infraestructura de conectividad y desarrollar
estándares de interoperabilidad y ciberseguridad. El estímulo a la innovación cien-
tífica y tecnológica requiere estimular la cooperación técnica en el uso de los ser-
vicios compartidos, computación en la nube, seguridad de hardware y software,
Iniciativas gubernamentales para la digitalización 173
Referencias
Introducción
¶ 177
178 Angélica Rosas Huerta
te a ello, en este trabajo se presenta una revisión de las medidas y los indicadores
que se han diseñado en América Latina para medir la efectividad de las acciones de
adaptación al cambio climático y que han sido probados o implementados exito-
samente en esta región. Principalmente, se identifican aquellos indicadores que se
han desarrollado en América Latina para priorizar medidas de adaptación o bien
medir su efectividad. No es el interés de prescribir o dar una base para la estandari-
zación de métricas de adaptación, más bien, se busca presentar a los profesionales
involucrados en la formulación de indicadores de adaptación y sistemas de mye di-
señados desde América Latina que han sido probados exitosamente y que podrían
aplicarse en otros países o ciudades de la misma región para mejorar las acciones
orientadas a la adaptación al cambio climático; entre ellos México, cuyo gobierno,
encabezado por Andrés Manuel López Obrador, ha impulsado una transformación
del hacer público.
La investigación es fundamentalmente cualitativa y emplea técnicas como re-
visión y sistematización documental. Se seleccionaron los estudios con base en
cuatro criterios principales: 1) si proponen métricas (medidas e indicadores) que
permitan priorizar medidas de adaptación o bien medir su efectividad, 2) si las
métricas fueron diseñadas en América Latina, 3) si fueron utilizadas de manera
exitosa en algún país o ciudad de América Latina, y 4) si las métricas consideran in-
dicadores que permitan valorar la efectividad según la pobreza, el género y la etnia.
Cabe destacar que este último criterio se debe a que la literatura muestra que
la capacidad de respuesta de las sociedades ante eventos climáticos o la vulnerabi-
lidad que puede enfrentar está íntimamente ligada a características propias de sus
poblaciones, es el caso del desarrollo, bienestar, las desigualdades de género en las
prácticas cotidianas o las propias concepciones, relaciones, percepciones y prácti-
cas de los indígenas sobre la naturaleza y sus territorios.1
2 Roberto Sánchez Rodríguez, “El cambio climático y las áreas urbanas de América Latina: a
son Nayarit, Colima, Michoacán y Jalisco, mientras que el resto del territorio mexica-
no, en particular el área del lado del océano Atlántico y el norte del país, se ha calen-
tado más rápido, lo que provoca sequías atípicas que han representado un riesgo para
la seguridad alimentaria dado que en esta zona se concentran las principales zonas
productoras agrícolas y ganaderas.4 En la Estrategia Nacional de Cambio Climático.
Visión 10-20-40 se precisa que “existe un consenso de que, a lo largo de las próximas
décadas, México experimentará un incremento en la temperatura generalizado supe-
rior al 6% respecto a la media histórica, y que éste será superior al incremento global
en el mismo periodo”.5
De igual forma, se cuenta con literatura que da evidencia que esto se debe no solo
a que los eventos hidrometereológicos han ido en aumento y han registrado cambios
en la intensidad,6 sino también a la falta de planeación en la ocupación territorial con
asentamientos en zonas de alto riesgo, al aumento de la pobreza y al limitado acceso
a educación y salud que configuran comunidades cada vez más vulnerables.
En las últimas décadas se han impulsado acciones orientadas a lograr procesos
de adaptación al cambio climático y a reducir las pérdidas frente a las amenazas aso-
ciadas a éstos. Algunas de esas acciones se han diseñado o implementado con apo-
yo del financiamiento internacional, por ejemplo, a partir de la 15ª Conferencia de
las Partes (cop) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático (cmnucc), los países desarrollados se comprometieron a entregar 30 mil
millones de dólares a los países en vías de desarrollo durante el periodo 2010-2012,
conocido como Fast Start Finance, y 100 mil millones de dólares anuales para 2020,
así como a establecer las bases del Green Climate Fund.7 Durante las siguientes cop,
las partes han confirmado dichos compromisos. En la cop 21 se decidió que los fon-
dos para los países menos desarrollados, el Global Environment Facility y el Green
Climate Fund en conjunto se constituyan como brazos financieros de la cmnucc.8
9 De 2003 a 2017, América Latina y el Caribe recibió 3 090 millones de USD de instituciones fi-
nancieras multilaterales, de los cuales, 84% del financiamiento internacional había sido dirigido a pro-
yectos de mitigación y 14% fue asignado a actividades de adaptación. N. Bird, Ch. Watson, L. Schalatek
y K. Katharina, “Reseña temática sobre el financiamiento para el clima: financiamiento para la adap-
tación, Climate Funds Update”, [https://www.odi.org/publications/11053-climate-finance-fundamen-
tals-3-adaptation-finance-2017-update#downloads], (fecha de consulta: 5 de agosto de 2019).
10 C. F. Szlafsztein, “La evaluación de estrategias y prácticas de adaptación a la variabilidad y
to de las medidas para alcanzar los objetivos propuestos.12 Sin embargo, la literatu-
ra concluye que estas actividades son poco desarrolladas.13 Esto se debe, entre otros
aspectos, a que las intervenciones en adaptación son únicas, no fácilmente repeti-
bles; el diseño, la implementación y los beneficios inmediatos son específicos de un
sitio y son dif íciles de cuantificar.14
A pesar de estas dificultades, alrededor del mundo se cuenta con procesos de
selección de indicadores y propuestas de indicadores que permiten valorar las me-
didas de adaptación, con el objetivo de medir, evaluar y dar seguimiento a los pro-
cesos de desarrollo o de cambios de bienestar entre regiones o países. Es el caso de
los indicadores propuestos en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio
de la Organización de las Naciones Unidas15 o los del Banco Interamericano de
Desarrollo.16 También se han desarrollado algunos indicadores directamente enfo-
cados a valorar la adaptación al cambio climático, por ejemplo, el Índice de Riesgo
de Desastre, Índice Global de Riesgo Climático 2006 y el Tsunami Recovery Impact
Assessment and Monitoring System.17
Además de modelos de indicadores e índices relacionados con la adaptación
que varían en sus metodologías, Yohe y Tol desarrollaron, mediante un sistema de
indicadores, un método para evaluar la capacidad de adaptación determinando las
contribuciones potenciales de varias opciones de adaptación para mejorar la capa-
12 P. Naswa et al., Buenas prácticas para el diseño e implementación de sistemas nacionales de
monitoreo para la adaptación al cambio climático, Dinamarca, Centro y Red de Tecnología del Cli-
ma, p. 13.
13 Neil Adger y Jon Barnett, “Four reasons for concern about adaptation to climate chan-
ge”, Environment and Planning A., núm. 12, 2009, pp 2800-2805; M. Mullan et al., National
Adaptation Planning: Lessons from oecd Countries, París, oecd Publishing, núm. 54, abril,
2013; E. Tompkins et al., “Observed adaptation to climate change: UK evidence of transition to
a well-adapting society”, en Global Environmental Change, núm. 4, octubre, 2010, pp. 627-635,
[https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0959378010000415], (fecha de consulta: 5
de julio de 2018).
14 P. Naswa et al., op. cit., p. 13.
15 M. Zorrilla y M. Altamirano, Identificación de indicadores para el monitoreo y evaluación
and policy implications for idb projects / IV. Title V, series idb-pb-184, 2013, [http://www.iadb.org/
en/research-and- data/publication-details,3169.html?pub_id=IDB-PB-184], (fecha de consulta: 2 de
abril de 2018).
17 Para una descripción de estos índices ver Y. Carvajal y M. Quintero, “Tendencias en el uso de
18 G. Yohe y R. S. J. Tol., Indicators for social and economic coping capacity: moving toward a
mate Change Impacts and Adaptations, Londres, Department of Geography, University College
London, 1994; B. Smit, I. Burton, R. Klein y J. Wandel, “An anatomy of adaptation to climate change
and variability”, en Climatic Change, núm. 45, 2000; J. Smith, S. Ragland y G. Pitts, “A process for
184 Angélica Rosas Huerta
llar indicadores e índices relativos a valorar las prácticas de adaptación, así como
a orientar la selección de indicadores. Con respecto a esta última contribución, en
términos generales se recomienda tener claridad sobre el propósito de utilizar el
indicador, es decir, qué aspecto de la adaptación se busca monitorear y evaluar, por
ejemplo, dar seguimiento al proceso de implementación de las estrategias o accio-
nes de adaptación o a los resultados de dichas acciones.24
Un segundo factor a considerar se refiere al contexto específico en donde se
utilizará el indicador. Es necesario considerar que los indicadores seleccionados
deben ser ajustados al contexto de vulnerabilidad y de riesgo que se pretende mo-
nitorear y evaluar. Por ejemplo, hay que tomar en cuenta la escala, es decir, si se
busca una evaluación nacional, subnacional, local o sectorial. También si el área
está sujeta a un aumento del nivel del mar, erosión costera acelerada o enfrenta
sequías.25
Otro aspecto a tomar en cuenta hace referencia a los recursos y capacidades
disponibles para el desarrollo y la aplicación de indicadores. La selección y aplica-
ción de indicadores depende de la disponibilidad de datos, costos de adquisición y
personal disponible. “Entre más dif ícil o complicado sea monitorear el indicador,
lo menos probable será que se aplique en la realidad”.26 Estas recomendaciones son
válidas y necesarias de considerar debido a que la selección del conjunto de indica-
dores apropiados no es una tarea fácil, rápida ni barata.
Un último factor a considerar es la concordancia con los sistemas de monitoreo
y evaluación existentes. Actualmente, la mayoría de los países reúnen datos o infor-
mación requerida para la utilización de los indicadores de adaptación, por ejemplo,
las tendencias demográficas, condiciones ambientales, desempeño económico, ín-
dices de pobreza.27
Aunado a estos aspectos, se cuenta con varios procesos de selección de indica-
dores, entre los que se destacan: smart (specific, measurable, attainable, relevant
evaluating anticipatory adaptation measures for climate change”, en Water, Air, and Soil Pollution,
núm. 92, 1996; S. Fankhauser, “The potential costs and climate change adaptation”, en L. Smith, N.
Bhatti, G. Menzhulin, R. Benioff, M. Campos, B. Jallow y R. Rijsberman (eds.), Adaptation to Cli-
mate Change: Assessment and lssues, Nueva York, Springer-Verlag, 1996, y R. Tol, S. Fankhauser y J.
Smith, The Scope for Adaptation to Climate Change: What Can We Learn from the Impact Literatu-
re?, Amsterdam, Institute for Environmental Studies D97/04, Vrije Universiteit, 1997.
24 A. Hammill y J. Dekens, Seguimiento y evaluación de la adaptación a niveles agregados: un
análisis comparativo de diez sistemas, Bonn, giz, 2014, y Naswa et al., op. cit., p. 16.
25 A. Hammill, J. Dekens, T. Leiter, J. Olivier, L. Klockemann, E. Stock y A. Gläser, Repositorio
En América Latina contamos con algunas propuestas diseñadas en esta región para
evaluar la efectividad de las prácticas de adaptación en contextos específicos.30 Son
28 A. Alberini, A. Chiabai y L. Muehlenbachs, Using Expert Judgment to Assess Adaptive Capa-
city to Climate Change: Evidence from a Conjoint Choice Survey. Note di Lavoro Series Index, Fonda-
zione Eni Enrico Mattei, 2005, [http://www.feem.it/Feem/Pub/Publications/WPapers/default.htm],
(fecha de consulta: 3 de marzo de 2018); N. Brooks, W. N. Adger y P. M. Kelly, “The determinants of
vulnerability and adaptive capacity at the national level and the implications for adaptation”, Global
Environmental Change, núm. 15, 2005; B. Haddad, “Ranking the adaptive capacity of nations to cli-
mate change when socio-political goals are explicit”, Global Environmental Change, núm.15, 2005,
y K. Vicent, op. cit.
29 Y. Y. Yin, Designing Evaluation Tools to Identify the Implications of Climate Change and Eco-
nomic Development for Sustainability in Lijiang and Yulong Mountain Region, China, 2004, [http://
ma.caudillweb.com/ documents/bridging/papers/yin.yongyuan.pdf ], (fecha de consulta: 16 de abril
de 2018), y L. A. Benegas-Negri, Propuesta metodológica para evaluar la adaptación de los produc-
tores a la variabilidad climática, principalmente a la sequía, en cuencas hidrográficas en América
Central, tesis de maestría, Costa Rica, Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñan-
za-catie, 2006.
30 A. Hammill, et al., op. cit.; M. Zorrilla y M. Altamirano, op. cit.; M. Zorrilla y A. Kuhlman,
pocas las que han sido reconocidas por su utilidad, aquí destaca el Índice de Uti-
lidad de Prácticas de Adaptación (iupa), el cual es una herramienta que permite
evaluar la utilidad de prácticas de adaptación en la etapa de diseño e implementa-
ción, y prácticas similares o alternativas, así como para mejorar la implementación
de proyectos, y la presentación y comprensión de prácticas de adaptación de los
actores sociales involucrados en ésta.31 Es un índice que sirve de apoyo a la toma
de decisiones de los actores relacionados con el tema de adaptación, variabilidad y
cambio climático. Se ha utilizado para valorar prácticas de adaptación en sectores
en varios países de América Latina y ha demostrado ser una herramienta rápida,
flexible y de bajo costo que sirve de apoyo a los responsables de la formulación de
políticas y a los profesionales en el diseño, implementación o evaluación de prácti-
cas de adaptación.
En comparación a otras medidas, el iupa fue desarrollado según los principios
utilizados en la Matriz para Decisiones de Adaptación,32 la cual incluye una consul-
ta a expertos y un análisis multicriterio para la toma de decisiones. El índice con-
templa sugerencias de variables para ser incluidas por el usuario en la evaluación
de la utilidad de una práctica y pesos propuestos para cada una de estas variables.
El objetivo de estas sugerencias es guiar al usuario en la utilización de la matriz.
Las variables y los pesos propuestos están basados en los resultados de una mesa de
discusión que llevaron a cabo profesionales e investigadores involucrados en el desa-
rrollo del índice. El iupa se distingue de otras medidas por abordar, mediante los
criterios seleccionados, la adaptación al cambio climático por ser muy flexible en
su construcción y uso, y, sobre todo, por ayudar directamente al usuario en la eva-
luación de una práctica de adaptación al proporcionar sugerencias sobre criterios a
incluir en una evaluación, así como su importancia relativa.
En su conformación original, el índice está integrado por catorce indicadores con
pesos distintos, los cuales se pueden adaptar a condiciones y objetivos locales
con base en las contribuciones adicionales de expertos y todos aquellos involucra-
dos en las acciones de adaptación (cuadro 8.1). Como se puede observar, el índice
no considera un indicador que permita visibilizar de forma directa la influencia
de la pobreza, el género y la etnia en la efectividad de las acciones de adaptación,
sin embargo, están presentes dos indicadores (las poblaciones más vulnerables y el
31 P. Aldunce y P. Debels, “Diseño y descripción del Índice de Utilidad de Prácticas de Adapta-
ción”, en P. Aldunce, C. Neri y C. Szlafsztein (eds.), op. cit., y P. Aldunce, C. Neri y P. Debels, “Apli
cación del Índice de Utilidad de Prácticas de Adaptación en la evaluación de dos casos de estudio en
América Latina”, en P. Alducen, C. Neri y C. Szlafsztein (eds.), op. cit.
32 S. Mizina, J. Smith, E. Gossen, K. Spiecker y S. Witkowski, “An Evaluation of Adaptation Op-
tions for Climate Change Impacts on Agriculture in Kazakhstan”, Mitigation and Adaptation Stra-
tegies for Global Change, 4, 1999, pp. 25-41.
Medidas para la evaluación de la adaptación 187
33 Para una descripción detallada de estas evaluaciones véase P. Debels, C. Szlafsztein, P. Al-
Climático Guía de uso y difusión, México, Semarnat / giz / Ministerio Federal de Medio Ambiente,
Protección de la Naturaleza, Obras Públicas y Seguridad Nuclear, 2015.
36 Semarnat, Estrategia Nacional de Cambio Climático, visión 10-20-40, 2013, [http://www.
semarnat.gob.mx/archivosanteriores/informacionambiental/Documents/06_otras/ENCC.pdf ], (fe-
cha de consulta: 16 de abril de 2018).
37 M. Zorrilla y A. Kuhlman, op. cit.
38 Idem.
Cuadro 8.1. Métricas para evaluar la efectividad de las acciones de adaptación
Medida Indicadores/criterios
Índice de Utilidad Logros de los propósitos de la práctica de adaptación, duración del proceso de la práctica de adaptación,
de Prácticas de costo total de la práctica de adaptación, robustez y flexibilidad de la práctica, nivel de autonomía en la toma
Adaptación de decisión, proporción de beneficiarios, continuidad de la práctica de adaptación en el tiempo, resiliencia,
incorporación de la práctica de adaptación con otras políticas, programas o proyectos, participación de la
población objetivo, atención a poblaciones más vulnerables dentro de la población objetivo, grado de
protección del medio ambiente, experiencia reproducible y consideración del conocimiento tradicional en
la práctica de adaptación.
Metodología para Sustentabilidad en el uso de los recursos, conservación de ecosistemas, asegurar servicios ambientales,
la Priorización de atención a los más vulnerables, participación, costo-beneficio, costo-efectividad, externalidades factibili-
Medidas de Adap- dad y coordinación.
tación frente al
Cambio Climático
Sistema Nacional 1) Cambios proyectados de la precipitación media anual, 2) cambios proyectados de la temperatura media
de Indicadores para anual (media, máxima y mínimas), 3) área inundada por el ascenso previsto del nivel del mar, 4) pérdida
la Adaptación al de glaciares, 5) anomalía prevista de caudales, 6) susceptibilidad a inundaciones (grado de riesgo), 7) sus-
Cambio Climático ceptibilidad a eventos de remoción de masa (grado de riesgo), 8) susceptibilidad de cobertura natural a
en Colombia incendios (grado de riesgo), 9) cambio de escorrentía media anual, 10) tipos de cobertura natural en zonas
con cambios de distribución, 11) cambio del índice de aridez, 12) área expuesta a cambios en el Índice de
Calidad del Agua (ica), 13) área de cultivos principales en zonas donde se estima pérdida de aptitud, 14)
población en zonas de reporte de malaria y dengue, según cotas altitudinales, 15) área urbana expuesta a
inundaciones, ascenso del nivel del mar y/o remoción de masa, 16) ciudades con más de 100 000 habitan-
tes con riesgo de desabastecimiento por sequía, 17) red vial primaria con riesgo frente a fenómenos hi-
drometeorológicos extremos, 18) tasa de deforestación (bosque / no bosque), 19) pérdida / degradación de
ecosistemas estratégicos (manglares, páramos, bosques y humedales), 20) conflicto de uso del suelo, 21)
índice de Retención y Regulación Hídrica, 22) proporción de la pea que depende de la agricultura, gana-
dería y pesca como fuente primaria de empleo (rural y urbano), 23) Índice de Pobreza Multidimensional,
24) densidad poblacional (para ciudades con más de 100 000 habitantes), 25) área verde por habitante (para
ciudades con más de 100 000 habitantes), 26) representatividad del sistema de áreas protegidas, 27) relación
deforestación y restauración (en proceso de recuperación), 28) índice de eficiencia en el uso del agua, 29)
índice de presión hídrica a ecosistemas, 30) índice de agua no retornada a la cuenca, 31) índice de uso del
agua superficial, 32) proporción de pequeños propietarios que acceden a créditos agropecuarios, 33) planes
de ordenación territorial urbanos que incluyen aspectos de cambio climático, 34) inversión municipal en
gestión de riesgo, 35) índice de vulnerabilidad hídrica por desabastecimiento (ivh, fragilidad del sistema hí-
drico para mantener la oferta del agua), 36) pérdidas actuales de productividad de cultivos principales para
la seguridad alimentaria y el empleo de pequeños y medianos productores, 37) mortalidad y morbilidad ac-
tual por enfermedades asociadas a vectores y eda, y 38) pérdidas por eventos extremos de infraestructura
urbana / viviendas (para ciudades con más de 100 000 habitantes)
Sistema de 1) Información climática: generación de información de calidad, disponibilidad de los datos para la toma de
Indicadores para decisiones, capacidades institucionales para la operación y uso, parámetros relevantes; 2) servicios ecosis-
la Adaptación al témicos: agua, suelos, cobertura vegetal, biodiversidad, ecosistemas costeros y marinos, y usos de los ser-
Cambio Climático vicios ambientales; 3) sistema social: salud, acceso a agua y saneamiento, seguridad alimentaria, ocupación
en México del territorio y asentamientos humanos, población y escuelas y hospitales; 4) sistema productivo: sector
agropecuario, forestal, acuacultura y pesca, comunicaciones y transportes, industria y generación de ener-
gía; 5) capacidades gubernamentales: coordinación interinstitucional para la adaptación, políticas públicas,
presupuesto destinado a las políticas para la adaptación y conocimiento; 6) capacidades sociales: conoci-
miento del tema de adaptación por parte de la sociedad, proyectos, organizaciones sociales, investigación,
comunidades indígenas, género y sector privado; 7) daños y pérdidas: pérdidas económicas anuales por
lluvias extremas y huracanes, pérdidas económicas anuales por sequías, población afectada, declaratorias
de desastre, recurrencia de desastre de origen hidrometeorológico
Repositorio de Indi- Parámetros climáticos, impactos climáticos, medida de adaptación y resultados de adaptación
cadores de Adap-
tación
Fuente: P. Aldunce y P. Debels, “Diseño y descripción del Índice de Utilidad de Prácticas de Adaptación”, en P. Aldunce, C. Neri y C. Szlafsztein
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cit.; M. Zorrilla y A. Altamirano, op. cit.; y A. Hammill, J. Dekens, T. Leiter, J. Olivier, L. Klockemann, E. Stock y A. Glaser, op. cit.
190 Angélica Rosas Huerta
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48 G. M. Carlos-Gómez y R. Moreno-Sánchez, op. cit.
49 J. H. Maldonado y R. Moreno-Sánchez, “Estimating the adaptive capacity of local commu-
nities at marine protected areas in Latin America: a practial approach”, Ecology and Society, vol. 19,
núm. 1, 2014.
50 Del Castillo et al., Plan de Acción al Cambio Climático en la microcuenca del Cumbaza: El
aporte de las mujeres indígenas Kechwa, Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana
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51 C. Dávalos, A. Zambrano, N. Zambrano, T. Farfán, E. Swindon, M. E. Reyes y M. Moya,
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Medidas para la evaluación de la adaptación 193
Reflexiones finales
52 C. Neri y B. Ávila, Apoyo al desarrollo de un índice para medir la adaptación al cambio cli-
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Medidas para la evaluación de la adaptación 199
Introducción
En los últimos años, los estudios históricos de épocas contemporáneas han incor-
porado la perspectiva teórica de las políticas públicas para dar respuesta y explicar
fenómenos gubernamentales y su vinculación con la sociedad. Estos elementos de
las políticas públicas –aparición de problemas y elaboración de la agenda pública,
decisión pública, implementación y la evaluación de dichas políticas públicas– com-
plementan el análisis de los procesos históricos contemporáneos. Además, contribu-
yen a explicar realidades presentes e, incluso, plantear alternativas futuras posibles.1
En este capítulo reflexionamos históricamente el desempeño de la planeación
de las políticas federales en cuestión energética desde el sexenio cardenista hasta
la actualidad y la manera en la que el gobierno mexicano afrontó problemas como la
búsqueda de autosuficiencia energética ante las crisis petroleras, la respuesta gu-
bernamental que incluyó la cuestión de diversificación implícita para la producción
de energía, especialmente, para generar electricidad.
La planeación se entiende como un proceso anticipatorio en el cual se preten-
de transitar de un presente conocido y envuelto en una serie de relaciones de ac-
¶ 201
202 Tadeo H. Liceaga Carrasco y Hugo Pichardo Hernández
La prospectiva y la política van de la mano, ya sea para prevenir o para promover. Tra-
bajan en el campo de la decisión y del futuro. La prospectiva opera bajo posiciones
gnósticas, racionales, consensuales y constructivistas, asume la capacidad de conocer,
impone el requisito de razonar, demanda la flexibilidad que requiere alcanzar consenso
y exige actitudes positivas para la construcción de futuros realistas. La política cons-
tituye compromisos institucionales a partir de interpretar las necesidades colectivas e
introducir futuro; el cambio deseado y posible.3
2 Tomás Miklos, “Criterios básicos de planeación”, en Tomás Miklos (coord.), Las decisiones
políticas: de la planeación a la acción, 3ª edición, México, Siglo xxi / ife, 2008.
3 Tomás Miklos, Edgar Jiménez y Margarita Arroyo, Prospectiva y riesgo político: instrumenta-
una etapa en la vida económica nacional y el inicio de otra sobre la cual se estruc-
turaba “una política de legítima defensa, [tendiente] a colocarnos en una actitud
internacional firme, sobre bases sólidas de alta ideología moral y humana y con
autonomía de sustentación”.7 Esto equivale a pensar en que, lejos del paradigma
de competencia en el comercio internacional, en el que la interrelación con otras
naciones fuera determinante, el país debía dar cuenta de un proyecto económico
que tendría como prioridad una revisión de toda la producción nacional “sobre la
base que predomine el interés nacional”,8 es decir, debería plantearse a futuro la in-
dependencia económica.
En este marco, la energía contenía un papel preponderante, pues este Primer
Plan Sexenal afirmaba:
Para la época, esto implicaba dos asuntos relevantes: petróleo y energía eléc-
trica. En el primer caso, desde 1934 y siguiendo el esfuerzo de los gobiernos ema-
nados de la Revolución en materia de recursos naturales, desde sus inicios el
gobierno de Lázaro Cárdenas se encaminó a la autonomía del uso de los recursos
naturales nacionales: el objetivo era, claramente, asegurar, preservar y ensanchar
el aprovechamiento de toda sustancia del subsuelo mexicano que sirviera para
apoyar el esfuerzo de crecimiento industrial. En los términos del Plan sexenal, el
petróleo no estaba considerado como de uso inmediato para la generación ener-
gética, sino para “satisfacer las necesidades futuras de la nación” en términos de
desarrollo industrial.
Caso diferente lo constituía la generación eléctrica, pues, según dicho plan, esta
fuente se constituiría como el motor del desarrollo, “que las empresas de produc-
ción agrícola o industrial funcionen y se desenvuelvan por la energía eléctrica y no
para la energía eléctrica”.10 Para efecto de este objetivo, el 14 de agosto de 1937 se
expidió la ley que creó la Comisión Federal de Electricidad y así organizar “un siste-
ma nacional de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica […] sin
7 Ibid., p. 194.
8 Loc. cit.
9 Ibid., p. 208.
10 Loc. cit.
206 Tadeo H. Liceaga Carrasco y Hugo Pichardo Hernández
las importaciones de derivados del petróleo han ido en constante ascenso. Debemos
pues lograr que desaparezcan. Dotado por la naturaleza de recursos petrolíferos, Mé-
xico no debe importar combustible. La salida de divisas por este concepto causa per-
juicios económicos porque limita las posibilidades de desarrollo en toda la República,
pues lo que gastamos podríamos utilizarlo en compra de material industrial o agrícola.14
14 Secretaría de Gobernación, Diario de los debates, Legislatura XLII, Año iii, 1º de septiembre
Así, para 1976, año en el que la crisis de los energéticos ya se encuentra insta-
lada con toda su fuerza, se establece el primer Plan Nacional formalmente creado
para enfrentar de lleno este problema y se estructura su discurso en torno a éste. En
consecuencia, la cuestión energética es primordial para el gobierno de José López
Portillo, sin embargo ya no como parte de una estrategia de desarrollo industrial
sino como eje del crecimiento social de México y la manera de enfrentarse con la
coyuntura, misma que se delineaba múltiple: por una parte, la crisis energética, por
otra, una importante crisis económica nacional, la cual fue ficticiamente paliada
con los descubrimientos de nuevos mantos petrolíferos al sur del país. En ese mo-
17 Centro de Información y Documentación del Sector Nuclear “Nabor Carrillo” (cidsn) y
Sergio Constantino Herrera, Programa de exploración uranífera, México, 1974, [p. 1], exp. Energé-
ticos-México, Mfn. 94, Documento 3.
210 Tadeo H. Liceaga Carrasco y Hugo Pichardo Hernández
18 José de Jesús Martínez Gil, El petróleo de México. Breve historia. Su evolución. Su estado ac-
tual, México, Porrúa, 2012, p. 153.
19 Para un seguimiento más detallado del conflicto laboral que provocó la suspensión y desapa-
rición de uramex como empresa paraestatal federal y controladora de recursos estratégicos véase
Luis Abraham Barandica Martínez, “Somero análisis hemerográfico del conflicto entre uramex y
el sutin (mayo-agosto, 1983)”, en Federico Lazarín Miranda y Hugo Pichardo Hernández (coords.),
La utopía del uranio. Política energética, extracción y explotación del uranio en México, México,
Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa-Biblioteca Nueva, 2016, pp. 195-218.
Desarrollo histórico de la política energética 211
20 JoséAntonio Rojas Nieto, Desarrollo nuclear de México, México, unam, 1989, p. 145.
21 Ibid.,
p. 154.
22 Véase Federico Lazarín Miranda, “La industria nuclear en México ¿un proyecto estatal?” y
Martha Ortega Soto y Tadeo Hamed Liceaga Carrasco “Los ingenieros en busca de la fuente de
energía: exploraciones y explotaciones del mineral de uranio en el norte de México, 1957-1972”,
en Federico Lazarín Miranda y Hugo Pichardo Hernández (coords.), op. cit., pp. 85-110 y 111-144,
respectivamente.
212 Tadeo H. Liceaga Carrasco y Hugo Pichardo Hernández
Conclusiones
De acuerdo con lo anterior, hemos podido revisar históricamente las diversas preo-
cupaciones de los gobiernos federales en torno a la energía. Observar las formas en
las que se realizaron los diversos planes y estrategias resulta ilustrativo para cono-
cer a lo largo del tiempo los diversos tratamientos que ha recibido la problemática
energética en nuestro país. También podemos ver el tránsito histórico desde prin-
cipios del siglo xx, cuando es posible hablar de una preocupación por el manejo de
los recursos y una autosuficiencia energética, hasta nuestros días, cuando a partir
de las reformas y la introducción del mercado mundial es necesario cambiar la per-
cepción y las estrategias de la planeación en este sector.
Asimismo, el tema de la viabilidad del proyecto nuclear ante la crisis energética
sigue en la mesa del debate nacional; reflexionar si aún es vigente como alternativa.
Reactivarlo implicaría, por ejemplo, formar un número considerable de profesiona-
les en esta materia y capacitación de técnicos, puesto que, por el tiempo transcu-
rrido desde su suspensión, casi cuatro décadas, aquella planta laboral formada en
ese entonces por profesionistas especializados y técnicos capacitados en el manejo
de tal tecnología, probablemente quede muy poca o poco disponible. Tan solo se
cuenta con la experiencia de la Planta Nuclear de Laguna Verde para realizar una
evaluación de dicha viabilidad.
Abordar la reactivación del proyecto nuclear es una tarea complicada. Ante el
panorama que se vislumbra con el nuevo gobierno en los próximos años, plantear
la pregunta de la viabilidad del uso de la energía nuclear resulta hasta cierto punto
inútil debido a que la inversión que pudiera realizarse para el proyecto parece no
estar dentro de los planes del nuevo gobierno. El entonces candidato y actual presi-
dente López Obrador, declaró no interesarse por esta alternativa desde la época de
su campaña y en uno de los debates en los que participó.
Lo anterior no quiere decir que haya un desinterés por el desarrollo energético
en beneficio del país. Para el nuevo gobierno la revisión y evaluación de las refor-
mas energéticas aprobadas y la utilización sustentable de los recursos naturales en
beneficio de los habitantes del país es uno de sus retos primordiales. El mundo ac-
tual demanda la diversificación energética y un cambio del modelo económico, en
un sentido nacionalista, señalará la necesidad de utilizar los recursos energéticos
tradicionales en provecho de un crecimiento económico industrial, lo cual obligaría
a buscar nuevas fuentes.
Como se ha reflexionado en este trabajo, estas preocupaciones no son nuevas
en nuestro país, la idea de explotar los recursos, en especial el petróleo, no solo
para generar energía sino para constituirse en la palanca del desarrollo –con la di-
versificación de fuentes– es un objetivo que ha acompañando a los diferentes go-
biernos del México contemporáneo.
Como pudo observarse en este capítulo, la cuestión de la introducción de las
potencialidades nucleares con el fin de generar electricidad y su posterior fracaso
constituye un importante antecedente que el nuevo gobierno no solo debe conocer,
Desarrollo histórico de la política energética 215
Referencias
Resumen
¶ 217
218 María Elena Figueroa Díaz
Abstract
After a neoliberal six-year period that recovers the long tradition in the field of
cultural policy during the long PRI period government in the country, the Fourth
Transformation, with the new six-year period, brings a change in the way of un-
derstanding and managing culture. This text analyzes, based on the review of offi-
cial and media documents, the main achievements and mistakes of the six-year
term that ended, as well as the changes proposed by the new period of government,
and the challenges that faces. Three axes organize the analysis: what is understood
in each period by culture, democracy and priority population. Likewise, four deba-
tes proposed by Rubén Martínez work as the center of discussion and decision-ma-
king in the exercise of cultural policy. Continuities and discontinuities are observed
in both periods, which makes the fourth transformation a paradoxical proposal cri-
ticized by various sectors.
Introducción
1 En este trabajo hablaremos de política cultural como aquella planteada por el Estado y otros
actores y organismos sociales puede verse como el resultado de la combinación de distintas po-
líticas culturales (en tanto tendencias que se contrastan, se combinan y se yuxtaponen), a saber:
carismáticas, democratizadoras, de democracia, empresariales, etcétera.
Las políticas culturales en el cambio de gobierno 219
vida pública bajo otros valores y otras prioridades. En este nuevo periodo pare-
cería que se da una ruptura drástica con el periodo anterior, concretamente en
tres rubros: qué se entiende por cultura, por democracia cultural y por población
prioritaria. A pocos meses de haber comenzado el sexenio, se han tomado algunas
decisiones y han surgido diversas críticas sobre cómo se está perfilando la política
cultural del país. Aunque es pronto para contar con un panorama completo, ya se
perfila una manera específica de abordar el asunto de la cultura.
En este texto, desde una perspectiva cualitativa y con base en la revisión de do-
cumentos oficiales (entre ellos, los planes nacionales de desarrollo de los dos sexe-
nios mencionados), así como prensa y literatura generada en torno al tema de las
políticas culturales en los últimos tiempos, se analizan las continuidades y discon-
tinuidades de los dos periodos para contar con elementos que permitan plantear
algunos retos a los que el sexenio de la Cuarta Transformación se enfrenta en este
primer periodo de labores.
Se parte de la idea de que el último sexenio recupera la larga tradición de polí-
tica cultural que se desarrolló en buena medida bajo el pri en el poder, además de
haber aprovechado las innovaciones que los sexenios neoliberales implementaron.
A pesar de las críticas hechas a las decisiones tomadas por su gobierno, no dejó de
haber experiencia y capacidad de gestión. El principal reto que enfrenta la Cuarta
Transformación en materia de política cultural es lograr cambiar la manera de en-
tender la cultura (de una visión de alta cultura y de recurso a una concepción más
antropológica), la democracia cultural y la población prioritaria, sin por ello des-
echar la experiencia acumulada en más de un siglo de gestión de la cultura.
Para los fines de este texto, en el primer apartado se hace un recuento de lo que
se entiende por política cultural, siempre ligado a una determinada concepción de
cultura; en el segundo, se hace un breve análisis sobre las fases por la que pasa la
consolidación de la cultura en una sociedad y, por lo tanto, las políticas culturales,
y se observa en el caso de México. En el siguiente apartado, se analiza el sexenio de
Peña Nieto en materia de cultura; en el cuarto se hace una reflexión sobre las
decisiones tomadas en esta primera etapa del nuevo sexenio y sobre algunas críti-
cas que ya se le han hecho al gobierno de la Cuarta Transformación en este rubro.
Finalmente, se hace un breve análisis sobre las continuidades y discontinuidades
entre ambos periodos, con base en la concepción de la cultura, la población priori-
taria, la democracia cultural así como cuatro debates propuestos por Rubén Martí-
nez, que organizan la discusión de las políticas culturales. Esto da lugar a plantear
en las conclusiones, algunos puntos críticos del abordaje del tema cultural en la
Cuarta Transformación.
220 María Elena Figueroa Díaz
En una primera instancia, las políticas públicas, entre ellas las sociales y cul-
turales, emergen del control y la gestión de parte de los Estados; sin embargo, no
se puede dejar de lado el hecho de que también otros actores pueden estar involu-
crados. Como lo plantea Nivón, en la toma de decisiones respecto de los discursos
generados y las acciones llevadas a cabo en una determinada sociedad. Así, Coelho
dirá que
6 Rubén Martínez Moreno, Teoría de la cultura. Política Cultural, Barcelona, Universitat Ober-
2009, p. 241.
222 María Elena Figueroa Díaz
Los principios fundamentales en los que se basan las políticas culturales son:
• La promoción de la identidad cultural
• La protección de la diversidad cultural
• El fomento de la creatividad, y
• La consolidación de la participación ciudadana.8
Los principios fundamentales en los que se basan las políticas culturales, son: la pro-
moción de la identidad cultural; la protección de la diversidad cultural; el fomento de
la creatividad, y la consolidación de la participación ciudadana. La ejecución de estas
políticas implica institucionalizar las organizaciones que han de asumir los encargos;
diseñar los canales de negociación e interlocución con los diferentes actores culturales
y definir las acciones previstas en las organizaciones estatales, sector privado, tercer
sector y sociedad civil.11
8 Eduardo Miralles, “Las administraciones territoriales intermedias y las políticas públicas para la
Siguiendo a Martínez,12 más allá del sentido y las funciones de las políticas cul-
turales, cada Estado, en determinado periodo histórico le dará un sentido específi-
co a las mismas. Así, las políticas culturales pueden servir para fortalecer al Estado
nación o a una determinada identidad para posicionarse frente al mundo, promo-
ver su patrimonio turístico, como estrategia diplomática o como imagen de desa-
rrollo y modernidad. Asimismo, siguiendo a Yúdice,13 la cultura puede considerarse
un pretexto o herramienta para lograr la disminución de la violencia, la cohesión
social, la integración en vez de la exclusión, fomentar la expresión de identidades y
respeto a la diversidad, también puede promover el desarrollo económico. Mien-
tras el Estado y otros actores tomadores de decisiones tienden a la instrumentali-
zación de la cultura, los productores tratarán de evitarlo o de reclamar otro sentido
dado a las producciones culturales.
p. 34.
224 María Elena Figueroa Díaz
A partir de los ochenta en el Reino Unido, la gestión de la cultura y los diferentes sec-
tores que la conforman se verán envueltos en un profundo proceso de economización.
Este proceso se irá extendiendo en diferentes contextos europeos a través del discurso
de las denominadas industrias culturales y las industrias creativas, que será replicado en
otros contextos europeos y latinoamericanos [...] Los usos y valores que la cultura había
tenido tradicionalmente se van transformando a mediados de los ochenta y durante la
década de los noventa bajo lo que se ha señalado como un cambio de paradigma en su
conceptualización y gestión: la cultura como recurso.17
los de administración cultural”, Córima. Revista de Investigación en Gestión Cultural, vol. 3, núm.
2, 2017.
20 Gilberto Giménez, Estudios sobre la cultura y las identidades sociales, México, Conaculta,
Después de doce años del pan en el poder, el pri regresó al ejecutivo con Enrique
Peña Nieto en 2012. Ello significó el retorno del antiguo régimen político, pero en
su versión neoliberal (que desde Miguel de la Madrid se venía gestando). Su sexenio
desató grandes polémicas: hubo altos índices de violencia, sus reformas generaron
muchas críticas, así como medidas poco populares, como el gasolinazo, y las tra-
gedias de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Además, Peña Nieto
fue un presidente muy impopular y criticado por actos de corrupción, dispendio de
recursos públicos, poca lucidez en algunas de sus declaraciones y un estilo de vida
lleno de lujos.
Sin embargo, en ese sexenio la dimensión cultural de la vida social tuvo una
mayor inversión que con Calderón: con Peña osciló entre 17 300 millones y 12 900
Las políticas culturales en el cambio de gobierno 229
millones anuales, según datos del Inegi;23 del total, 46.6% se destinó a promoción
de la cultura y tan solo 9.7% se dirigió a la creación artística y las industrias crea-
tivas.24 En su periodo aumentaron las acciones en materia de cultura por parte del
Estado y aunque se sigue considerando a la cultura como recurso o como factor de
desarrollo económico (una evidencia es la creación del Instituto Nacional del Em-
prendedor, inadem), hay una mayor presencia de parte de los gobiernos en la ges-
tión de la cultura. De los sexenios previos se recupera la visión de la cultura como
factor de posicionamiento del país frente al extranjero, así como la educación digi-
tal y el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación para fines
de difusión cultural.
Al inicio del sexenio, se implementaron proyectos artísticos y culturales para
disminuir la violencia y la exclusión en zonas vulnerables, aunque no se les dio la
continuidad que requerían. Asimismo, hubo apoyos significativos otorgados a ar-
tistas y creadores. Al recuperar las tradiciones previas, hubo una mayor diversidad
en programas y proyectos culturales dirigidos a distintas comunidades.
La configuración de esta política cultural tiene un telón de fondo: las re-
formas estructurales, la consolidación de un sistema neoliberal centrado en la
privatización de bienes y servicios, así como la consolidación del espíritu em-
prendedor que constata lo que Guy Bajoit25 y Zygmunt Bauman26 observan en
términos de una retirada del Estado de bienestar y la responsabilización del in-
dividuo por su subsistencia, desarrollo y la construcción de un proyecto de vida
(y una vida, por consiguiente) con sentido. Un ejemplo de ello es la creación en
2013 del inadem que
23 Roberto Garduño, “Bajó 26% el presupuesto de cultura de 2012 a 2018”, La Jornada, 9 de di-
ciembre de 2018, [https://www.jornada.com.mx/ultimas/politica/2018/12/09/bajo-26-el-presupues-
to-de-cultura-de-2012-a-2018-604.html], (fecha de consulta: 13 de enero de 2019).
24 Francisco Morales, “Va 46.6% de gasto cultural a promoción”, Reforma, 1º de septiembre de
2018, [https://www.reforma.com/aplicacioneslibre/preacceso/articulo/default.aspx?id=1481145&-
flow_type=paywall&urlredirect=https://www.reforma.com/aplicaciones/articulo/default.aspx?i-
d=1481145&flow_type=paywall], (fecha de consulta: 13 de enero de 2019).
25 Guy Bajoit, “La tiranía del ‘Gran isa’”, Cultura y Representaciones Sociales, vol. 3, núm. 6,
2009, pp. 9-24. Véase también: Guy Bajoit. “El cambio sociocultural”, México, Conceptos y fenóme-
nos fundamentales de nuestro tiempo, México, unam-Instituto de Investigaciones Sociales, 2010.
26 Zygmunt Bauman, La Modernidad Líquida. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica,
2004.
230 María Elena Figueroa Díaz
Como se puede ver, hay industrias culturales que tienen una mayor presencia
en el gasto y el apoyo, una franca ausencia de toda mención al arte.29
Del objetivo 3.3 se deriva el Programa Especial de Cultura y Arte (peca), equi-
valente al Programa Nacional de Cultura en los sexenios de Salinas, Zedillo, Fox y
Calderón. En el peca, aparecen los siguientes objetivos:
29 Anel Jiménez, “Los conceptos de educación, arte y cultura en el Plan Nacional de De-
cia, como un modelo de intervención estatal de la cultura, que combina, de acuerdo con Dubois,
un modelo directo fomento, protección y difusión, y un modelo de desregulación y desburocratiza-
ción de la administración de la cultura. Anel Jiménez, “Los conceptos de educación, arte y cultura
en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018”, Observatorio de Arte y Cultura, 2017, p. 6, [https://
observatoriodearteycultura.mx/2017/05/26/conceptos-de-educacion-arte-y-cultura-en-el-plan-na-
cional-de-desarrollo-2013-2018/], (fecha de consulta: 11 de mayo de 2018).
232 María Elena Figueroa Díaz
Cuando en 1988 Carlos Salinas de Gortari asumió la presidencia, corrió un rumor que
con los años se convirtió en parte de la versión no oficial del nacimiento del Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes. Se decía que Salinas propuso a Octavio Paz y a
Carlos Fuentes para dirigir la entonces planeada Secretaría de Cultura, pero como nin-
guno de los escritores aceptó, el presidente dispuso que en su lugar se creara un Conse-
jo, cuyo presidente fue Víctor Flores Olea y, dos años después, Rafael Tovar y de Teresa,
quien estuvo al frente durante toda la administración de Zedillo.33
de 2018).
33 Mary Carmen Sánchez Ambriz, “La cultura en el sexenio de epn y lo que viene”, Nexos, 28
La lgcdc establece una política cultural de Estado que no se ejerce únicamente a tra-
vés de la federación, sino por medio de los tres ámbitos de gobierno: federal, estatal y
municipal. La ley enlista una serie de derechos culturales y, en concordancia con la Re-
forma constitucional de 2011, deja abierta a reconocer aquellos derechos culturales que
existen en la Constitución o los que sean reconocidos en los tratados internacionales
(convenciones y pactos); también instruye bases de coordinación entre la federación,
los estados y municipios para el cumplimiento de los objetivos en favor de la cultura, y
funda las bases de una legislación para la promoción de la salvaguarda del patrimonio
inmaterial.36
34 Judith Amador, “La nueva Secretaría de Cultura en polémica”, Proceso, 18 de septiembre de
el proyecto estatal predominante se decanta cada vez con mayor fuerza hacia el aban-
dono del estatalismo y de la regulación de sentidos, a través de la función educativa
de la cultura, para abrazar el modelo centrado en el mercado, donde los contenidos se
ponen en competencia en éste y lo que queda mayormente para la regulación son las
prácticas institucionales y de los actores que participan en la cultura desde la esfera ad-
ministrativa estatal.38
Ante este escenario, las políticas culturales carismáticas quedaron intactas; las
de democratización y difusión de la cultura continuaron con fines regulatorios y es-
tadísticos (contar eventos culturales presentados como criterio de éxito de una ins-
titución, un plan o un programa fue algo común, así como equiparar el desarrollo
cultural con la infraestructura, que sin duda es importante, pero no abarca ni agota
las posibilidades de la dimensión cultural de la vida social).
Para Carlos Villaseñor, citado por Sánchez Ambriz, hay en la ley una ausencia
de transversalidad de la cultura: “La propuesta que planteamos trataba de señalar de
manera muy clara cuáles eran los ámbitos en los que la Secretaría de Cultura tenía
37 Jesús Antonio Villalobos Fuentes, “La cultura en la administración pública en México: un
La Cuarta Transformación:
el nuevo paradigma y sus críticas
El 1º de julio de 2018 ganó las elecciones Andrés Manuel López Obrador con una
mayoría abrumadora: 30 millones de votos (53.17%).42 Desde antes, el actual pre-
sidente anuncia que en su mandato habrá un cambio de paradigma que ha llama-
do Cuarta Transformación. Esta implica profundos cambios en todas las esferas
de la vida pública los cuales hacen énfasis en la austeridad y en una renovación
moral. Además, la priorización de los sectores más pobres y desfavorecidos, así
como un freno a mútliples prácticas corruptas (institucionalizadas y sistematiza-
das bajo diversos procedimientos) da lugar a una reestructuración de la economía
del país.
López Obrador se enfrenta con el dilema de dar continuidad a lo hecho en se-
xenios anteriores o plantear una nueva política cultural de acuerdo con la Cuarta
Transformación. Seguir consolidando avances importantes, como la ley y la re-
forma cultural, o generar un quiebre radical. En este ámbito, antes de la toma de
posesión, se anunciaron varios cambios. En noviembre de 2018, Alejandra Fraus-
to planteó que el proyecto cultural del sexenio se ha denominado “El poder de la
cultura”, y se caracteriza por dejar a un lado su concepción elitista para ponerla al
alcance de todos. “En ese sentido, los sectores más favorecidos serán los estados
con más índices de pobreza y en donde los jóvenes carecen de una oferta cultu-
ral; el enfoque también es, por lo tanto, reconstruir el tejido social”.43 Asimismo,
Frausto planteó seis ejes de política cultural:
43 Alejandra Frausto Guerrero, “Nunca más una política cultural que sea excluyente”, Gobierno
Al igual que en otros rubros, el gobierno federal priorizará en éste las necesidades de
los sectores más marginados, indefensos y depauperados, e impulsará una vigorosa ac-
ción cultural en las zonas más pobres del país. […] los recintos tradicionalmente con-
sagrados a la difusión del arte no deben centralizar y menos monopolizar la actividad
cultural. Ésta debe poblar los barrios y las comunidades y hacerse presente allí en donde
es más necesaria, que son los entornos sociales más afectados por la pobreza, la desin-
tegración social y familiar, las adicciones y la violencia delictiva.47
46 Héctor González, “El opaco proyecto cultural del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024”,
Nexos, 16 de junio de 2019, [https://cultura.nexos.com.mx/?p=18234], (fecha de consulta: 14 de
agosto de 2019).
47 Presidencia de la República, Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024. Cultura para la
[https://www.letraslibres.com/mexico/politica/el-sector-cultural-victima-la-cuarta-transforma-
cion], (fecha de consulta: 14 de agosto de 2019).
49 Samanta Nolasco, “Falta Política Económica enfocada a la cultura”, El Economista, 17 de
50 El olvido de López Obrador hacia la cultura se puede rastrear desde su gestión como jefe de
gobierno del Distrito Federal entre 2000 y 2005. Durante ese periodo, la Secretaría de Cultura local
sufrió una reducción de presupuesto. En 2003, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal apro-
bó 50 millones de pesos para la rehabilitación de infraestructura cultural y el fomento a la cultura.
Parte de esos recursos se iban a usar para remodelar el Centro Cultural Ollin Yoliztli y el Teatro de
las Vizcaínas, pero por orden del jefe de gobierno se dirigieron a la construcción del distribuidor
vial de San Antonio, de un hospital en Iztapalapa y al arreglo de las calles del Centro Histórico. “El
sector cultural…, op. cit.
51 Vicente Gutiérrez, “amlo propone 1 000 millones de pesos menos a cultura”, El Economista, 16
pero esa dimensión de la cultura es justo lo que una Secretaría puede gestionar; solo
se puede generar una política de fomento y promoción de bienes culturales. En lo que
respecta a la política cultural, Boltvinik es muy crítico: “La segunda, que nunca en
nuestro país se ha constituido en proyecto explícito, ha sido el mayor logro silencioso
neoliberal: una transformación cultural que convirtió la riqueza monetaria personal
en el valor (en sentido axiológico) supremo y el criterio económico en el único váli-
do en las decisiones públicas”.53 Para el analista, una política cultural transformadora
puede generar, en un momento dado, “amplias movilizaciones para la socialización
de conocimientos y habilidades (capacidades) relacionados con la producción y la co-
mercialización, la vida cotidiana y el consumo, la organización comunitaria y asocia-
tiva, la vida cívica y política, y con el acervo cultural y científico”.54
Ha habido momentos desafortunados, cancelación de eventos del fonca; el
recorte drástico de los apoyos al cine; el retraso en la adhesión del Fondo de Cul-
tura Económica con Educal; la aprobación tardía del pnd que sucedió apenas el 27
de junio de 2019. En otros rubros, desaparece en abril de 2019 el inadem y, con
ello, los programas de capacitación a emprendedores culturales, artistas y creati-
vos, pueden verse afectados.
Además, de acuerdo con algunos especialistas como Eduardo Cruz, desde el
sexenio de Salinas de Gortari hasta el de López Obrador no se ha podido conso-
lidar una política económica para dicho sector. Para Cruz Vásquez, “Vivimos una
restauración de la política asistencial, populista de aire comunitario, que caracteri-
zó muchos de los primeros años del régimen priista y posrevolucionario. Ésa es la
apuesta de López Obrador y Frausto en este ámbito, regresar al núcleo comunita-
rio para promover los bienes y servicios culturales para hacer accesible el derecho
a la cultura”.55 Los antecedentes de esta postura se encuentran “en el nacionalismo
posrevolucionario que enarboló el pri. Hay matices por el paso del tiempo, pero
en esencia ésa fue la naturaleza entre la década de los 40 y los años 70, en que el
Gobierno se esforzó en que los bienes culturales fueran accesibles a comunidades
distantes y diferentes”.56
53 Julio Boltvinik, “Política de promoción de la cultura no es lo mismo que política cultural //
Proyecto articulador de ambas: sistema poético infantil y juvenil de México”, La Jornada, 15 de fe-
brero de 2019, [https://www.jornada.com.mx/2019/02/15/opinion/020o1eco], (fecha de consulta: 27
de febrero de 2019).
54 Idem.
55 Samanta Nolasco, “Falta Política Económica enfocada a la cultura”, El Economista, 17 de
Continuidades y discontinuidades
en materia de política cultural
De acuerdo con el cuadro 10.1, así como en función del análisis y la exposición de
las características de la política cultural de los sexenios de Enrique Peña Nieto y
Andrés Manuel López Obrador, se presenta el cuadro 10.2 con el fin de sintetizar
los perfiles de las políticas culturales delineadas tanto en el sexenio anterior como
en los meses que lleva el actual. Es muy prematuro poder sacar conclusiones sobre
cómo se definirá y concretará la política cultural del presente sexenio; sin embargo,
ya contamos con algunos elementos clave (discursos, declaraciones, recortes presu-
puestales, cancelación de eventos, entre otros) que dan pie para hacer una primera
comparación y poder hacer algunos comentarios preliminares con base en estudio-
sos y analistas de la cultura en México.
La tipología de Gilberto Giménez y los debates propuestos por Rubén Martínez
son visiones muy sugerentes para hacer una comparación entre las políticas cultu-
rales de ambos periodos.
En términos de continuidades, observamos un énfasis en políticas difusionistas y
democratizadoras, centradas en eventos y acciones con ese fin divulgador; asimismo,
una presencia de la iniciativa privada que difícilmente desaparecerá con la Cuarta
Transformación (un ejemplo de ello es la declaración de que en el programa Pueblos
Mágicos habrá inversión pública y privada; aunque se trata del sector turismo, se tra-
ta de turismo cultural, lo que nos habla de una decisión del gobierno frente a la posi-
bilidad de financiamiento privado en ciertas inversiones). También hay continuidad
en la necesidad de posicionar a México como fuente de cultura en el mundo.
Las políticas culturales en el cambio de gobierno 241
Cuadro 10.2. Comparativo entre los sexenios de Enrique Peña Nieto (epn)
y de Andrés Manuel López Obrador (amlo)
en materia de política cultural
Sexenio de epn 2012-2018 Sexenio de amlo 2019-2024
Cultura entendida en un sentido Cultura en su sentido amplio,
restringido, y en menor medida, amplio. antropológico. Énfasis en la cultura popular.
Bagaje fuerte de las tradiciones priistas. Valoración de las culturas originarias y
populares.
Énfasis en la cultura como fuente de
riqueza. Mercantilización.
Población prioritaria: diversa; aunque Población prioritaria: sectores más
ciertos artistas y creadores pudieron desfavorecidos, indígenas, “productores” de
ser más beneficiados, emprendedores e cultura.
industrias creativas.
Democracia cultural entendida como la Democracia cultural entendida como
apertura a la lógica del mercado; acceso acceso a todos a los bienes culturales.
a la cultura a población diversa. Inclusión.
Modelo mercantilista. Modelo no mercantilista, probablemente
muy estatalista.
Política reglamentaria, voluntarista, Política voluntarista y persuasiva. Cercanía
persuasiva, de subvención y de estímulos. de la política cultural con la política social.
Políticas principalmente carismáticas, y en Ausencia de políticas carismáticas, políticas
menor medida, democratizadoras. más bien democratizadoras.
Posturas en los debates principales: Posturas en los debates principales:
• Globalzación (por encima de • Diversidad (por encima de
diversidad) globalización)
• Excelencia (por encima de acceso) • Acceso (por encima de excelencia)
• Multiculturalidad (por encima de • Multiculturalidad (¿por encima de
indentidad) identidad? Habrá que observar el
• Alta cultura (por encima de cultura futuro)
popular) • Cultura popular (por encima de alta
cultura)
Acercamiento y apertura a los sectores No se sabe aún si ese vínculo con el sector
privados y empresariales privado existirá en materia de cultura.
Esfuerzo en internacionalizar la cultura No se sabe aún si habrá dicho esfuerzo; está
mexicana. en el discurso oficial.
Fuente: Elaboración propia con base en el análisis hecho a partir de los planteamientos teóricos ex-
puestos en este texto.
242 María Elena Figueroa Díaz
El reto en este sexenio es construir las bases que consoliden políticas de democra-
cia cultural, que inviertan en procesos educativos, incluyentes, diversos, no solo
respetuosos de lo diferente, sino activamente apoyadores de lo diferente.
En la Cuarta Transformación sería ideal que se logre una reconciliación con
la producción artística y cultural (indistintamente de alta cultura o de cultura po-
pular, si aún seguimos usando tal distinción) tan vasta que se produce en nuestro
país. Es un error pensar que para apoyar a amplios sectores otros tengan que ser
abandonados o descuidados. Tal vez no invertir en espectáculos extranjeros muy
costosos (que muchas veces se justifican), pero sí en la producción nacional de arte,
creatividad y cultura. Este hecho pasa por un proceso de revaloración de la cultu-
ra como campo autónomo, y no solo como dimensión simbólica de lo social o, peor,
como equivalente de lo social (desde la antropología así es). La cultura antropoló-
gica es, simplemente es; no se crea, no se gestiona y no se administra. La idea de
que sí puede ser gestionada da lugar a que se generen políticas sociales y no espe-
cíficamente culturales.
También es necesario que se fortalezca e invierta en tecnología, innovación, en
los vínculos entre arte, ciencia y tecnología; que no se abandonen las industrias cul-
turales y no se satanice el vínculo (histórico, antiguo ya) entre cultura y economía.
Finalmente, que se apueste por una democracia cultural que genere espacios
para crear y producir, y no solo para contemplar y consumir.
Por otro lado, que se haya asumido la población prioritaria de las políticas
culturales no garantiza que se teja de nuevo el vínculo entre educación y cultura.
López Obrador tendría que apelar y “hablar” a todos, y no solo a unos, aunque sean
mayoría (urgente de atender, sin duda alguna).
López Obrador no puede romper totalmente con la tradición previa; hereda
una Ley General de Cultura y una Secretaría de Cultura, así como secretarías, ins-
titutos y casas de cultura por todo el país. Pero hereda también pobreza extrema,
abandono de regiones enteras en materia de educación, salud y cultura; hereda el
hecho de que la producción y el apoyo cultural está centralizado y focalizado en
Las políticas culturales en el cambio de gobierno 243
57 Véase,por ejemplo, la agenda cultural de municipios como Chimalhuacán o Ciudad Ne-
zahualcóyotl, entre muchos otros, que se reducen a unos cuantos talleres de danza, guitarra o teatro.
La cultura de las comunidades, las tradiciones propias de esos lugares, las expresiones juveniles, for-
man parte de su vida y no de la gestión de parte de las autoridades municipales; ahí sí hay riqueza.
244 María Elena Figueroa Díaz
Referencias
Introducción
La última década del siglo xx y el inicio del siglo xxi dieron fin a un largo pe-
riodo en el que el Partido Revolucionario Institucional (pri) se había consolidado
como fuerza política hegemónica. Entonces, se hablaba de transición a la democra-
cia, particularmente a partir de la creación de un organismo electoral autónomo (el
Instituto Federal Electoral), de una mayor pluralidad de partidos políticos, presen-
tes a nivel local y estatal, tanto para los poderes ejecutivo y legislativo; así como por
el triunfo del Partido Acción Nacional para ocupar la Presidencia de la República
en el año 2000.
En el marco de las políticas públicas y de los programas de gobierno, en la mis-
ma etapa podemos señalar una iniciativa para impulsar el progreso económico del
país por medio del turismo cultural, con una visión orientada hacia el desarrollo
local y con base en la puesta en valor del patrimonio natural, histórico y cultural.
En México, el turismo había sido una estrategia de desarrollo económico desde
mediados del siglo xx. De entonces a la fecha, su importancia ha crecido de forma
considerable, no solo en el ámbito nacional, sino en el internacional, asimismo la
oferta se ha ampliado y diversificado. Cada vez se incluyen más lugares, se generan
nuevas iniciativas de negocio y se destinan más recursos a promover la mercanti-
lización del paisaje, las costumbres, la arquitectura, la gastronomía y la artesanía,
entre otros.
¶ 247
248 María Elena Figueroa Díaz y Liliana López Levi
Poco después de iniciada la presidencia del panista Vicente Fox Quesada, la Se-
cretaría de Turismo (Sectur) implementó el Programa de Pueblos Mágicos, con la
finalidad de revalorar las localidades con potencial para ser aprovechadas turística-
mente mediante sus atributos simbólicos y sus manifestaciones socioculturales. En
dicho programa se destacan las leyendas, la historia, la naturaleza y todas aquellas
cuestiones que “siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su
conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes na-
cionales y extranjeros”,1 y que fueron aglutinadas bajo la idea de la magia.
Si bien el Programa Pueblos Mágicos inició con pocos nombramientos, du-
rante los tres sexenios en que ha estado vigente, se han ido sumando localidades
hasta alcanzar 121 pueblos que se encuentran distribuidos a lo largo y ancho de
la República.2
En el ámbito local, el programa ha sido implementado bajo la gestión de prác-
ticamente todos los partidos con presencia significativa en la vida política del país.3
En muchos casos, también ha estado sometido a cambios de partidos, alternancia,
a nuevas formas de gobierno y administraciones municipales.
La alternancia partidista que marcó la vida política del país al inicio del Pro-
grama Pueblos Mágicos (con el paso del pri al pan en el poder ejecutivo) se ha
convertido en una condición por la que tienen que atravesar periódicamente las lo-
calidades que pertenecen al programa. Al igual que en el caso de otras iniciativas de
gobierno, esto implica la posibilidad (y probabilidad) de cambios, de transferencia
en términos de los grupos de poder, de intereses y enfoques, y de marcos políticos
antagónicos. Ante los resultados electorales de julio de 2018 y el inicio del gobierno
de Andrés Manuel López Obrador, es importante cuestionar las implicaciones que
tiene y tendrá el cambio de gobierno en aquellos poblados en donde se ha estable-
cido la magia como una estrategia central para el desarrollo, la sustentabilidad y el
bienestar social.
Con base en lo anterior y ante el proceso electoral 2018, nos planteamos como
objetivo analizar las consecuencias del cambio de gobierno para el Programa Pue-
blos Mágicos. Asimismo, analizar el camino andado, los logros, las oportunidades
y los retos a los que se enfrentará en un futuro próximo, ya en pleno nuevo sexe-
nio, dado que, en pocos meses, la existencia del programa se ha visto amenazada y
reformulada. Esto nos permite también preguntarnos sobre las implicaciones para
4 En los cuatro volúmenes de tal obra se presenta el análisis de 77 pueblos mágicos. Existe un
quinto volumen en proceso, que implicará tener el análisis de alrededor de 20 pueblos más, lo que
nos acerca a pocos menos de 100 pueblos mágicos, que es casi la totalidad. En algunos pueblos má-
gicos es muy dif ícil hacer trabajo de campo por las condiciones de inseguridad y violencia que pre-
sentan. Véanse los cuatro volúmenes de Liliana López Levi, María del Carmen Valverde Valverde,
Ana María Fernández Poncela y María Elena Figueroa Díaz (coords.), Pueblos Mágicos: una visión
interdisciplinaria, México, Universidad Nacional Autónoma de México / Universidad Autónoma
Metropolitana; publicados los primeros dos en 2015, el tercero en 2016 y el cuarto en 2018.
5 Secretaría de Turismo, Reglas de Operación, s/f. Vigentes hasta 2014.
250 María Elena Figueroa Díaz y Liliana López Levi
6 Secretaría de Turismo, Programa Pueblos Mágicos, documento sin fecha, realizado durante
la gestión de Rodolfo Elizondo Torres a cargo de la sectur, donde se habla del periodo 2001-2007,
México.
7 Gloria López Morales se especializó en temas de rescate de la gastronomía; fundó y es presi-
denta del Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana y fue la primera en intentar que esta
fuera nombrada como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad (que tiempo después fue lo-
grado con el apoyo de Cristina Barros Valero).
8 Entrevista con el antropólogo Adrián Marsilli (28 de abril de 2018), que fue parte del comité
revisor, del documento inicial del programa dentro de la Dirección General de Culturas Populares.
El Programa Pueblos Mágicos ante el cambio de gobierno 251
9 Carlos Chávez y Tania Ilian Rosales. “El diseño del programa Pueblos Mágicos desde el en-
foque de la gobernanza”, en Raúl Hernández Mar (coord.), Pueblos mágicos: discursos y realidades,
México, Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Lerma / Juan Pablos Editor, 2015, pp. 23-53.
252 María Elena Figueroa Díaz y Liliana López Levi
En 2015, hubo 28 nuevos nombramientos para alcanzar los 111 Pueblos Mági-
cos con Enrique de la Madrid en la Secretaría de Turismo. Hasta antes de las elec-
35
Nombramientos por año
30
25
20
15
10
0
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
Fuente: Elaborado por Cristina Gómez con datos de la Secretaría de Turismo.
12 Véase Gustavo Armenta, “No debe haber más Pueblos Mágicos en este sexenio”, El Finan-
Actualmente existen 111 Pueblos Mágicos, en los cuales se pretende una inversión
aproximada de 4 000 millones de pesos acorde con el Plan Nacional de Desarrollo, pues
para el Gobierno de la República, el sector turismo resulta relevante como elemento de
14 Idem.
15 Cámara de Diputados, “De la comisión especial para el impulso y promoción de los Pueblos
Mágicos, de trabajo referente al segundo año de la LXIII legislatura”, Gaceta Parlamentaria, año
xx, núm. 4744, miércoles 22 de marzo de 2017, [http://gaceta.diputados.gob.mx/Gaceta/63/2017/
mar/20170322.html#Programas], (fecha de consulta: 10 de abril de 2018).
16 Idem.
El Programa Pueblos Mágicos ante el cambio de gobierno 255
La gestión de la marca
17 Idem.
18 Hay varias certificaciones, otorgadas por la sectur para estimular e incrementar índices de
rentabilidad y competitividad. Las más importantes son: Punto Limpio, Distintivo H, Moderniza y
SuperHost. Ver [http://www.datatur.beta.sectur.gob.mx/SitePages/CertificacionTuristica.aspx].
19 sectur, “Guía de incorporación…”, op. cit.
256 María Elena Figueroa Díaz y Liliana López Levi
22 Idem.
23 Manuel Lara Caballero y Raúl Hernández Mar, “La evaluación de diseño del Programa Pue
blos Mágicos en México ¿propensión a la participación ciudadana?”, en Liliana López Levi y Carmen
Valverde Valverde (coords), Los imaginarios del Turismo: el caso de los Pueblos Mágicos, uam /
unam, 2015, p. 147.
24 Manuel Lara Caballero y Raúl Hernández Mar, op. cit.
258 María Elena Figueroa Díaz y Liliana López Levi
La participación ciudadana
Como dijimos antes, el programa surge como iniciativa del gobierno federal. De
acuerdo con el esquema, los gobiernos estatales eligen qué localidad tiene potencial
de ser nombrado como pueblo mágico y la promueven. Después, los actores loca-
les continúan el proceso. Desde la dirección de turismo y las oficinas del presidente
municipal se gestiona la candidatura, se arma el expediente, se hacen trabajos de
infraestructura e imagen urbana, se trabaja en planes, programas, reglamentos y se
cabildea a veces con recursos propios y otras contratando consultorías externas.
El desarrollo local implica la idea de que este es resultado de la voluntad de ac-
tores sociales, políticos y económicos de intervenir de manera activa en los proce-
sos de desarrollo producidos en sus territorios. De acuerdo con Juan Luis Klein,26
se requiere que las acciones se lleven a cabo por actores locales que movilicen re-
cursos, tanto endógenos como exógenos, en beneficio de la sociedad que habita el
lugar.
En teoría, se establece una serie de cuestiones que se dirigen a fortalecer pro-
cesos de gobernanza, ciudadanía y sustentabilidad. En este caso se encuentra la in-
clusión de los pobladores en la validación de la solicitud, la presencia de algunos
actores locales en el diseño y armado del expediente (requerido para la incorpora-
ción y permanencia de la localidad en el programa); la formación de los comités
ciudadanos a partir de una configuración plural; el carácter colegiado en la toma de
25 pri,
pan, prd, solos o en coalición.
26 JuanLuis Klein, “Geograf ía y desarrollo local”, en Daniel Hiernaux y Alicia Lindón (dirs.),
Tratado de Geograf ía Humana, México, Anthropos / Universidad Autónoma Metropolitana, 2006.
El Programa Pueblos Mágicos ante el cambio de gobierno 259
te establecido que “el comité no tendrá acceso a los recursos canalizados a través
del Programa Nacional de Infraestructura o de cualquier otro”.29 Así, el trabajo y la
participación se supeditan por completo a su entusiasmo, a sus vínculos con el go-
bierno municipal y a sus nexos con empresarios destacados. En este escenario, los
habitantes que no pertenecen a las élites tienen un papel muy pasivo y restringido,
limitado a firmar una solicitud para que el pueblo sea nombrado mágico.
En muchos casos, los pobladores desconocen la existencia del programa, o bien
les es ajeno y muestran apatía o, incluso, rechazo. En varios pueblos mágicos, la po-
blación local está completamente al margen de la actividad turística que ha sido asu-
mida por foráneos. Es el caso de Bacalar, Quintana Roo, por ejemplo. De este modo,
la participación ciudadana se ha convertido, en todos estos años, en una simulación.
Bajo la idea de que un pueblo mágico tiene la oportunidad de poner en valor
su patrimonio, generar empleos, derrama económica y desarrollo sustentable, que
incluye bienestar social, sobre todo en aquellos sin vocación turística previa, resul-
taría muy deseable que el comité fuera producto de una elección y tuviese una le-
gitimación y apoyo ciudadano.
Queda pendiente que realmente las comunidades receptoras accedan a un
beneficio significativo. Ese es, junto con otros, uno de los retos más urgentes de
resolver. Sin embargo, el programa nació dentro de un sistema y una ideología neo-
liberales. Elvira Concheiro lo explica: “en nombre de la modernización del país se
ha modificado el marco jurídico, el discurso ideológico y el poder económico, de
manera que se renunció a mantener los viejos compromisos que, como productor
de las grandes gestas revolucionarias contrajo el Estado con sectores de trabaja-
dores del campo y la ciudad”.30 Esta reestructuración profunda, que ha implicado
cambios en el poder económico, nuevos discursos, reformas del Estado y nuevas
legislaciones, permea el sentido y la finalidad del turismo y la gestión de los pueblos
mágicos bajo un paradigma en el que según Concheiro, el bien común no tiene ca-
bida y el patrimonio de los pueblos se subsume a la lógica del capital.
Desde antes de las elecciones, hubo dudas y desconcierto acerca de los cambios que
el país enfrentaría con el triunfo de López Obrador. Como candidato hizo muchas
declaraciones acerca de una gran cantidad de temas, muchas de ellas en torno a la
29 Carlos
Chávez y Tania Ilian Rosales, op. cit., p. 44.
30 E.
Concheiro, “Ideología y poder en las políticas neoliberales”, en E. Concheiro (comp.), El
pensamiento único: fundamentos y política neoliberal, México, unam / uam-Xochimilco, 1999,
p. 30.
El Programa Pueblos Mágicos ante el cambio de gobierno 261
falta mayor claridad en la definición del problema que busca atender el programa,
por otra parte, también se requiere definir correctamente a la población que tiene el
problema. […] En el Diagnóstico del programa se presenta el Anexo 1, pero no se es-
pecifica cómo se seleccionaron estos municipios. Para solventar este punto, se hace
necesario que el programa describa cómo se realizó la selección de municipios, es-
pecificando los criterios o parámetros. El Programa no cuenta con una estrategia de
cobertura documentada que le permita lograr una mayor eficiencia y eficacia en sus
resultados.34
En las figuras 11.2 a 11.5 es posible ver los pueblos mágicos en los que aumentó
la pobreza.
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Valle Aculco Villa Metepec El Oro Malinalco Teotihuacán Ixtapan
de Bravo del carbón de la Sal
34 Coneval, Programa de desarrollo regional turístico susentable y pueblo mágicos, 2018,
[https://www.coneval.org.mx/Evaluacion/Documents/EVALUACIONES/FMyE_2017_2018/
FMyE_21_S248.pdf ], (fecha de consulta: 10 de marzo de 2018)..
El Programa Pueblos Mágicos ante el cambio de gobierno 263
70
60
50
40
30
20
10
0
Tequila Tapalpa San Sebastián Lagos Talpa Mascota Mazamitla
del Oeste de Moreno de Allende
Población en pobreza 2010 Población en pobreza 2015
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Tlalpujahua Tacámbrao Pátzcuaro Tzintzuntzan Jiquilpan Cuitzeo Mineral Santa Clara
de Angangueo del Cobre
Población en pobreza 2010 Población en pobreza 2015
264 María Elena Figueroa Díaz y Liliana López Levi
80
70
60
50
40
30
20
10
0
án
go
o
lán
la
ec
c
n
res
pe
pa
olu
atl
an
p
cat
ite
te
ua
rog
hu
in
Ch
co
Za
qu
ah
ch
Pa
lP
Xi
ign
u
au
de
tla
Hu
Ch
Tla
lan
tza
e
Cu
35 “Le quitan magia a los pueblos turísticos; desaparece partida federal”, El Sol de México, 19 de
[https://www.reportur.com/mexico/2019/02/25/lopez-obrador-presenta-estrategia-nacional-turis-
mo-2019-2024-basada-5-ejes/], (fecha de consulta: 13 de abril de 2018)..
37 “Especialmente a nichos de alto poder adquisitivo como: Estados Unidos, Reino Unido,
Francia, Italia, Emiratos Árabes Unidos, India, China, Corea, Japón y Rusia. Y […] cuidar nuestro
mercado natural: Estados Unidos y Canadá, para incrementar tanto el número de viajes, como el
gasto turístico de la población México-americana”, Reportur.mx, op.cit.
38 “Gobierno de amlo revitalizará 121 pueblos mágicos”, La Verdad, 10 de mayo 2019,
[https://laverdadnoticias.com/mexico/Gobierno-de-AMLO-revitalizara-121-pueblos-magi-
cos-20190510-0056.html], (fecha de consulta: 13 de junio de 2019)..
266 María Elena Figueroa Díaz y Liliana López Levi
Continúa y más fuerte que nunca. Haremos las gestiones de evaluación técnica, factibi-
lidad de proyectos, que los Pueblos Mágicos tengan la calificación para recibir crédito
de Bancomext, Nacional Financiera, Fira, Banobras y Fonadin”, expuso. Todo lo que sea
la innovación de la oferta turística de México con incentivos a las comunidades loca-
les, por una idea clara del presidente López Obrador, el turismo debe tener un impacto
económico, social, en favor de las comunidades que no han recibido sus beneficios.39
Hasta la fecha no se sabe qué sucederá con el programa. Queda claro que no
será prioridad, como el Tren Maya; si bien no desaparece, causa recelo y temor el
nuevo esquema de financiamiento y el retiro del gobierno federal (que hasta este
momento había tenido un papel portagónico) de la gestión del programa. Eviden-
temente, habrá más estrategias de control, menos apoyos, así como una mayor (o
más transparente) presencia de la iniciativa privada. Esto último lleva a pensar que
el modelo neoliberal no desparece del todo; aunque sí su poder, su papel y su lugar
con respecto al gobierno federal. Habrá que esperar a tener una panorama más cla-
ro para hacer una evaluación más precisa y completa.
39 “Programa de Pueblos Mágicos continuará en gobierno de amlo”, Forbes, 12 de febrero de 2019,
[https://www.forbes.com.mx/programa-de-pueblos-magicos-continuara-en-gobierno-de-amlo/],
(fecha de consulta: 13 de marzo de 2018)..
El Programa Pueblos Mágicos ante el cambio de gobierno 267
Logros a continuar
Retos
Oportunidades
Riesgos
Conclusiones
Durante los tres últimos sexenios, destacó el programa de Pueblos Mágicos como
una estrategia de desarrollo promovida por la Secretaría de Turismo e implemen-
tada en 121 localidades del país. El cambio de gobierno (de partido, de paradigma)
nos permite reflexionar sobre el camino andado, así como sobre las oportunidades,
los retos y los problemas que se deben considerar al dar continuidad al programa,
con modificaciones que aún no sabemos hacia dónde se dirigirán. Asumimos que
lo más probable es que, independientemente del cambio de sexenio, la orienta-
ción turística de la economía nacional siga. No importa el cambio de partido en
el poder; desde el gobierno parece haber consensos en que hay que poner en valor
al patrimonio para generar más empleos, obtener derrama económica, lograr un
bienestar social y un desarrollo sustentable. Ahora bien, en esta nueva etapa con la
Cuarta Transformación cambia lo que se considera apoyo social, inclusión y com-
bate a la pobreza. Parecería que cambian las prioridades y el sentido de lo social,
aunque los discursos no sean tan distintos a los anteriores.
El Programa Pueblos Mágicos fue pensado y puesto a funcionar en un momen-
to de optimismo político, en el cual la democracia como posibilidad histórica e
ideal político configuró el espíritu fundamental que definió la estructura por la que
funcionarían los pueblos mágicos. Casi dos décadas después de esa alternancia
histórica en la Presidencia de la República, ya casi no se habla de la transición a la
270 María Elena Figueroa Díaz y Liliana López Levi
queda mucho por observar y analizar respecto de los pueblos mágicos en particular y
respecto del turismo como estrategia en la Cuarta Tranformación en lo general.
Referencias
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deración, México, 27 de diciembre de 2018.
El Programa Pueblos Mágicos ante el cambio de gobierno 273
Héctor Villarreal*
Introducción
¶ 275
276 Héctor Villarreal
1 La Comisión Trilateral se fundó como un think tank en 1973, bajo el auspicio de David
ockefeller, con el objeto de estimular la reflexión sobre los principales problemas en las relaciones
R
internacionales y la política interior de los países desarrollados (Estados Unidos, Europa Occidental
y Japón), tanto en sus relaciones con los países de la esfera socialista como con Latinoamérica. En
ella han participado empresarios, académicos, diplomáticos y líderes políticos.
2 Michel J. Crozier, Samuel P. Huntington y Joji Watanuki, The Crisis of Democracy: Report on
the Governability of Democracies to the Trilateral Commission, Nueva York, New York University
Press, 1975, pp. 3-9.
Del Pacto por México al pacto constituyente 277
25-28
5 Antonio Camou (comp.), Los desaf íos de la gobernabilidad, México, Flacso / unam-iis / Pla-
transición jurídica y el Estado de derecho en México”, Política y Gobierno, vol. viii, núm., 2, 2001,
pp. 386-387.
10 Rosanvallon, op. cit, pp. 184-190. Piénsese, por ejemplo, en los saqueos a tiendas de autoser-
vicio y departamentales cometidos en varias ciudades del país, principalmente del Estado de Mé-
xico, en días coincidentes con los del Congreso Constituyente de la Ciudad de México, pretextado
como una protesta contra el presidente Enrique Peña por el incremento al precio de gasolina suce-
dido en momentos de una muy alta desaprobación de su gobierno.
Del Pacto por México al pacto constituyente 279
de la justicia que así pueda ser reconocida por la mayoría.11 Es decir que, en un Es-
tado moderno, en una democracia representativa avanzada, un gobierno es legíti-
mo tanto por su origen legal como porque sus decisiones y acciones se apegan al
imperio de la ley.
Además de la legalidad, en la democracia no basta la legitimidad de las urnas,
aunque sea una condición necesaria; un gobierno requiere legitimarse en su ad-
ministración y cada vez más en los procesos de toma de decisiones que incluyen
la participación de los ciudadanos para influir y participar en ellas. De modo que la
legitimidad en la gobernabilidad democrática está vinculada en buena medida con
un nuevo tipo de relación entre gobierno y sociedad civil. El supuesto es que un
gobierno democrático y sus instituciones tienen como una condición para su legiti-
midad la incorporación de los temas que las organizaciones de la sociedad colocan
en la agenda pública, y que establecen sus objetivos y procedimientos para la toma
de decisiones con la participación ciudadana en forma de gobernanza.12 Es decir,
la ciudadanización de la política y de la función pública se ha vuelto referencia de la
legitimidad como componente de la dimensión moral de una gobernabilidad de-
mocrática, como se irá exponiendo con ejemplos, referencias y argumentos en las
páginas siguientes.
11 Pedro Salazar Ugalde, “Legalidad”, en Laura Baca Olamendi et al. (coords.), Léxico de la po-
vos de convivencia”, así como “las formas de coordinarse para realizarlos: su sentido de dirección y
su capacidad de dirección”. El concepto alude también a una dimensión factual respecto a “la distri-
bución de autoridad y responsabilidad entre los diferentes agentes sociales, con el propósito de que
contribuyan con sus recursos, competencias, especializaciones, destrezas, acciones y productos”
para el logro de esos objetivos. Véase: Luis F. Aguilar Villanueva, Gobernanza y gestión pública, Mé-
xico, Fondo de Cultura Económica, 2006, pp. 90-91.
280 Héctor Villarreal
13 Facundo González Bárcena, “Estabilidad política”, en Laura Baca Olamendi et al. (coords.),
Léxico de la política, México, Fondo de Cultura Económica / Flacso, pp. 214-221, 2002.
14 René Millán, “Diferenciación social en México y cambio en el patrón de legitimidad”, Revista
cano”, Revista Mexicana de Sociología, vol. 59, núm. 1, 1997, pp. 3-18.
17 Promulgada el 5 de febrero de 2017 como resultado de la reforma a la cpeum, según el de-
ciones de vida o podrían albergar esta esperanza con motivo de ésta?, ¿puede pre-
verse mayor ánimo para cumplir con sus reglas por más gente y que la autoridad
estará en mejores condiciones para hacerla cumplir?
En el caso de la ccm, si están presentes elementos suficientes en buena medi-
da que se reconozcan como legítimos, esto ayudará a que el gobierno de la ciudad
pueda ser más eficaz y estable, es decir, que dé mejores resultados y logre perdurar
con la amplia aprobación de los gobernados.
Para estudiar esta problemática, a continuación se identifica la condición de la
ccm con distintas fuentes de legitimidad, los déficits que presentaron en cada una
de ellas y los procesos políticos que han contribuido a restaurar estas carencias.
18 El Pacto por México fue un acuerdo político entre el gobierno del presidente de la República,
Enrique Peña Nieto, con las dirigencias de los partidos Acción Nacional y de la Revolución Demo-
crática, para lograr los acuerdos necesarios en el Congreso de la Unión que permitieron aprobar un
conjunto de reformas de carácter liberal, para lo que una de las monedas de cambio en la negocia-
ción fue su apoyo a una enmienda de la cpeum que definiera a la capital del país como una nueva
entidad de la Federación autónoma y mandatara la realización de un Congreso Constituyente local.
Si bien la ccm tiene orígenes en el movimiento por la democratización de la Ciudad de México de
la segunda mitad de los años ochenta, su antecedente inmediato es el Pacto.
Del Pacto por México al pacto constituyente 283
Por su legalidad
Por su representatividad
Un buen gobierno también es aquel que los titulares de sus dependencias son per-
sonas que gozan de buena reputación, que son reconocidos como personas probas,
que ejercen su cargo de manera honrada y, en general, honorable, porque su tra-
yectoria, carrera profesional y su vida privada avalan que se trata de personas que
cuentan con los méritos para cumplir con las expectativas que la mayoría demanda
de un cargo de alta responsabilidad. En este caso, se refiere a la reputación de los
congresistas.
La ccm tiene mayor o menor legitimidad, en parte, debido a la fama pública de
quienes participaron en el proceso de su elaboración como proyecto y en el proceso
constituyente para su promulgación.
Sin embargo, la fama pública de la ccm no puede desligarse de dos condiciones:
del principal responsable de la elaboración de su proyecto, Porfirio Muñoz Ledo, y
de la orientación política de los invitados que participaron en la redacción del pro-
yecto. En el caso del primero, la ccm puede asociarse no solo a su carrera política
sino también a las simpatías o antipatías que se tengan hacia ésta. En el segundo
caso, los redactores no reflejan la pluralidad política de la capital del país, sino que
responden a un proyecto con una intención que se presenta como progresista.
Si bien es legítimo y práctico que el jefe de Gobierno haya promovido un pro-
yecto con estas características, la fama pública de sus redactores deja inconformes
a las oposiciones de la ciudad, que pueden alegar haber sido excluidas del proceso
y cuestionar las bondades que pretende por provenir de un grupo que no se cons-
tituyó por concurso o convocatoria abierta, sino por invitación restringida para in-
tereses del propio grupo.
Del Pacto por México al pacto constituyente 285
Vistas las anteriores bases de legitimidad y las evidencias que se expondrán, cabe
argumentar que hubo cuatro procesos políticos previos a la promulgación de la
ccm que contribuyen, cada uno en mayor o menor medida, al apuntalamiento de
su legitimidad democrática:
286 Héctor Villarreal
19 Véase Pippa Norris, Passages to Power: Legislative Recruitment in Advanced Democracies,
relación con el proceso de selección. Puede suponerse que es más moderada entre quienes tienen
una procedencia externa, a diferencia de los militantes, más intensa. Véase: Peter M. Siavelis y Scott
Morgenstern, “Candidate Recruitment and Selection in Latin America: A Framework for Analy-
sis”, Latin American Politics and Society, vol. 50, núm. 4, 2008, pp. 27-58; Bonnie Field y Peter Siavelis,
“Candidate Selection Procedures in Transitional Polities: A Research Note”, Party Politics, núm. 14,
2008, pp. 620-639.
21 Véase Héctor Villarreal y Karen Martínez Sarabia, “Partidarios vs. externos en la Ciudad de
El resultado de la elección no permitió resolver que los partidos con menor preferen-
cia electoral, pri y pan, no tuviesen una sobrerrepresentación en el constituyente,
debido a los designados, pero sí permitió que la principal fuerza política-partidaria
de la capital, Morena, lograra llevar a un grupo parlamentario que por su número
fue mayoría relativa.
El proceso electoral es cuestionable en cuanto a que hubo una baja participa-
ción (alta abstención), pero su legalidad, equidad y certeza resultaron inobjetables,
dado que no hubo impugnaciones ante el tribunal ni denuncias en los medios de
comunicación sobre prácticas deshonestas o ilícitas.
Puede considerarse que el proceso electoral abonó tanto a una legitimidad por
un origen democrático y por haber permitido una mejor representación de los
constituyentes respecto a las preferencias político-partidarias de la ciudadanía, así
como a la legalidad de este origen.
Proceso parlamentario
al. (coords.), Estrategia y práctica parlamentaria en un congreso plural, México, Instituto Belisario
Domínguez / Senado de la República, 2011, p. 40.
23 Manuel Ramírez, “Teoría y práctica del grupo parlamentario”, Revista de Estudios Políticos,
• La práctica parlamentaria
• El servicio profesional técnico-parlamentario
• El espacio idóneo para la realización de los trabajos parlamentarios
• La adecuada conducción de las reuniones de trabajo de los grupos parlamenta-
rios, las comisiones de dictamen y las sesiones de pleno
• La inclusión de la agenda legislativa de la fuerza partidaria con mayor represen-
tación en el articulado de la Constitución
24 Sobre este amplio catálogo de derechos, véanse: Martha Lamas, “La nueva constitución y el
derecho al cuidado”, Configuraciones, núm. 41, mayo-agosto, 2016, pp. 67-75; Jorge Eduardo Nava-
rrete, “De la voluntad anticipada al deceso asistido. Hacia el derecho a una muerte digna”, ibid., pp.
76-78; Sergio López Ayllón y José Antonio Caballero, “Esfuerzos precedentes: intentos fallidos para
una constitución en el df.”, ibid., pp. 35-46; Enrique Provencio, “Visión y proyecto de ciudad en la
constitución”, ibid., pp. 35-46; y Pedro Salazar, “¿Cómo constitucionalizar los derechos en la capital
de un estado federal?”, ibid., pp. 59-69.
290 Héctor Villarreal
Esto contribuyó a mejorar la legitimidad de la ccm, tanto por sus fines como
por haber logrado resultados de una manera plausible y reconocible como demo-
crática, como el acuerdo y en buena medida el consenso.
Proceso legislativo
El proceso legislativo es “la serie ordenada de actos que realizan los órganos de go-
bierno facultados para ello, a fin de elaborar, aprobar y expedir una ley o decreto”.25 El
proceso particular inició con el jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera quien procu-
ró que se integraran al equipo de trabajo para la redacción del proyecto a un amplio
y diverso conjunto de especialistas con importante prestigio en sus ámbitos profe-
sionales, lo cual abonó principalmente al reconocimiento de la buena reputación de
un grupo de notables. Ya no era un documento elaborado por políticos con intereses
propios y limitaciones por desconocimiento o negligencia, sino el resultado de un es-
fuerzo multidisciplinario especializado por encima de las burocracias y los partidos.
Este proceso resulta en una fuente de legitimidad por la dimensión legal que le
caracteriza, al haberse cumplido conforme a los tiempos y formas previstos por la
reforma de 2016 y que culminó con la publicación del decreto en la Gaceta Oficial
de la localidad.
Consideraciones finales
Referencias
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Del Pacto por México al pacto constituyente 293
Introducción
¶ 295
296 Mario Carrillo, Rigoberto Ramírez y Gerardo Zamora
1 Las referencias a los artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
(cpeum) que se mencionan en este apartado, se encuentran en el “Decreto por el que se declaran
reformados y derogados diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en materia de la reforma política de la Ciudad de México”, publicado en el Diario Oficial
de la Federación, el 29 de enero de 2016.
La reforma de la Ciudad de México 297
to que dio paso a la reforma política de la Ciudad de México tiene varios aspectos
que revelan la problemática en torno a la transfiguración de Distrito Federal en una
nueva entidad federal de la República; abordaremos algunos de ellos:
La nueva entidad federativa de la cdmx y sus alcaldías son producto de un re-
diseño institucional que conformará un nuevo régimen estructural-funcional, que
tendrá importantes repercusiones jurídico-políticas y, sobre todo, sociopolíticas en
las demarcaciones territoriales donde esa figura de gobierno ejercerá sus funciones.
Son varias las perspectivas de análisis con las que se puede comprender los al-
cances de esta nueva configuración resultante del rediseño institucional plasmado
en la Constitución Política de la cdmx (cpcdmx). Aquí destacaremos los rasgos
del perfil diseñado para las alcaldías como autoridades locales de la nueva entidad
federativa, a fin de analizar qué tan propiciatoria es esta figura –en contraste con la
del ayuntamiento en los municipios–2 para ofrecer mejores condiciones de gober-
nabilidad, gobernanza y representación política de la ciudadanía.
La reforma al artículo 122 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos (cpeum) es el eje que define todo el andamiaje jurídico-político del pro-
ceso de reforma para la ciudad. En efecto, dicho artículo plantea que el Distrito
Federal cambia su denominación por Ciudad de México para convertirse en una
entidad federativa que gozará de autonomía en lo concerniente a su régimen inte-
rior y a su organización política y administrativa. Así, la anhelada idea de sumarse
como el estado 32 de la Federación mexicana se canceló. En realidad, no podría ser
de otra manera en tanto la ciudad sea sede de los Poderes de la Unión y capital de
la República, como se asienta en el reformado artículo 44 de la cpeum. Es por ello
que se establece una muy clara diferencia entre los estados y la cdmx que consiste
ni más ni menos en la cualidad o condición jurídico-política de potestad soberana;
diferencia nítidamente establecida en el artículo 40 de nuestra constitución: “Es
voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, demo-
crática, laica y federal, compuesta por Estados libres y soberanos en todo lo concer-
niente a su régimen interior y por la Ciudad de México” (cursivas nuestras).
En razón de ello, el gobierno de la cdmx, en tanto poder público, tiene la caracte-
rística de ser, antes como ahora, un gobierno compartido por los poderes federales
y los órganos propios de la ciudad. De manera que la cdmx no es un estado; es una
entidad federativa que goza de autonomía para su régimen político administrativo
2 Desde hace bastante tiempo, al menos desde la década de 1980, se ha pensado homologar las
3 Véase Rigoberto Ramírez y Gerardo Zamora, “Las Alcaldías de la cdmx ante los espejos cons-
integración de los gobiernos municipales; para el presente caso solo recurriremos a los dos proble-
mas que presentamos a continuación: 1) Las legislaciones electorales tradujeron el principio de pro-
porcionalidad en algo “nominal”, dividieron el número de miembros del cabildo en dos franjas: una
mayoritaria (a veces con exceso), reservada para el partido ganador de la elección; otra, minoritaria,
para los partidos siguientes en el orden de votación. El resultado ha sido órganos de gobierno y deci-
sión no plurales. 2) En el esquema de elección de los regidores por medio de planillas, se genera una
desconexión entre regidores y representados, combinado con la figura predominante del presidente
municipal. Al respecto, véase Tonatiuh Guillén López, Los gobiernos municipales y la democracia en
México, México, ife, 1999, pp. 131-149.
300 Mario Carrillo, Rigoberto Ramírez y Gerardo Zamora
al del presidente municipal no les alcanza para convertirse en una oposición eficaz
que pueda servir como contrapeso dentro del gobierno local; su paso por el cabildo
se reduce a ser un actor testimonial de la vida municipal.
La semejanza con el formato municipal puede verse muy claramente en el con-
tenido de la fracción VI, inciso (a), del artículo 122 de la cpeum. Ahí los reforma-
dores establecieron los criterios para integrar las alcaldías, por ejemplo se dice que
“las alcaldías son órganos político administrativos que se integran por un alcalde y
por un concejo electos por votación universal, libre, secreta y directa, para un pe-
riodo de tres años”. Hasta aquí nada que llame la atención, es una generalidad. Sin
embargo, el detalle fino viene a continuación: “Los integrantes de las alcaldías se
elegirán por planillas de entre siete y diez candidatos, según corresponda, ordena-
das en forma progresiva, iniciando con el candidato a Alcalde y después los Con-
cejales con sus respectivos suplentes, en el número que para cada demarcación
territorial determine la Constitución Política de la Ciudad de México”.
Es importante mencionar el número de concejales que se han establecido. En
el artículo 122 constitucional se habla de entre siete y diez candidatos, y del meca-
nismo de la elección por planilla; estos dos elementos del diseño para las alcaldías
reproducen el formato para la integración de los cabildos en los municipios y, lo
más importante, dichos elementos han mostrado que generan una disociación en-
tre representantes y representados. De esta manera, los partidos políticos controlan
a plenitud el proceso político de integración de las listas y por tanto de la configu-
ración del gobierno; el ciudadano simplemente tiene el voto para elegir entre una u
otra opción, pero son alternativas preestablecidas por los partidos políticos. El ciu-
dadano común y corriente no tiene la posibilidad de votar de manera diferenciada
en función de los candidatos, como sería votar por una alternativa para alcalde y
por una alternativa distinta para concejales y de esa manera influir de forma directa
y determinante en la integración del Concejo.
Por otro lado, se destacan las disposiciones del artículo 122 de la cpeum, en
relación a la elección consecutiva para ocupar el cargo de Alcalde y Concejales: en el
inciso (b) de la citada fracción VI se señala que en “la Constitución Política de la
Ciudad de México deberá establecerse la elección consecutiva para el mismo car-
go de alcalde y Concejales por un periodo adicional”. Una de las principales críticas
que se le hacía a la legislación que regula el funcionamiento de los gobiernos muni-
cipales es que no se permitía la reelección y, se argumentaba con razón, que era un
diseño organizacional para el corto plazo y la ruptura.
Dar un paso en el sentido de permitir la elección consecutiva en la cdmx es
una decisión en la dirección correcta, aunque insuficiente: vale la pena subrayar el
complemento de este cambio, pues se hace referencia a un supuesto que muestra de
nueva cuenta que la reforma está pensada para que los partidos políticos tengan
La reforma de la Ciudad de México 301
elementos de control del proceso político en las alcaldías. En efecto, la reforma po-
lítica de la ciudad parece más una decisión de una coalición de partidos que pro-
mueven sus intereses, que una decisión de reingeniería para democratizar la vida
y el funcionamiento de las alcaldías; nos referimos a lo siguiente: “La postulación
[de reelección] solo podrá ser realizada por el mismo partido o por cualquiera de
los partidos integrantes de una coalición que los hubiera postulado, salvo que hayan
renunciado o perdido su militancia antes de la mitad de su mandato”. Así se inten-
ta evitar el transfuguismo, moneda corriente en los periodos de definición de can-
didaturas, y se refuerza la supremacía de los partidos en la toma de las decisiones
fundamentales, sujetando a los militantes descontentos.
En términos de las disposiciones para elegir y formar gobiernos en las demar-
caciones de la ciudad, resultan fundamentales los planteamientos en torno a dos
figuras muy relacionadas: los Concejos de las Alcaldías y las Circunscripciones en
las Demarcaciones. Ambas figuras están en la legislación electoral de la ciudad y
son medulares para observar el alcance democratizador de la reforma política en
la cdmx.
b) En las demarcaciones con más de 300 000 habitantes y hasta 500 000, las alcal-
días se integrarán por la persona titular y doce concejales, de los cuales cinco
serán asignados por el principio de representación proporcional.
c) En las demarcaciones con más de 500 000 habitantes, las alcaldías se integrarán
por la persona titular y quince concejales, de los cuales seis serán asignados por
el principio de representación proporcional.
5 Cabe señalar que en Nayarit este criterio de representación territorial y poblacional para ele-
gir e integrar a los regidores de los ayuntamientos fue aprobado mediante reforma constitucional
(octubre de 2010) y de la ley electoral (octubre de 2013) estatales.
6 Véase Código de Instituciones y Procedimientos Electorales de la Ciudad de México, en el
Artículo 4, apartado b, fracción vi, donde se hace la definición de referencia. Asamblea Legislativa
de la Ciudad de México, 7 de junio de 2017.
La reforma de la Ciudad de México 305
el procedimiento que siguieron puede ser revisado en el “Acuerdo del Consejo Ge-
neral del Instituto Electoral de la Ciudad de México, mediante el cual se aprueba la
delimitación de las circunscripciones de las demarcaciones territoriales de la Ciu-
dad de México para la elección de Concejales en el Proceso Electoral de 2017-2018”.
7 Para diluir las asimetrías en términos de representación, tendrían que segmentarse las dos
demarcaciones más densamente pobladas: para la segmentación de Iztapalapa podría tomarse como
referente las recién creadas circunscripciones y segmentarla hasta en tres demarcaciones que que-
darían compuestas con poco más de 600 000 habitantes; lo mismo debería hacerse con la demar-
cación Gustavo A. Madero, pero en dos demarcaciones y quedarían integradas por poco más de
500 000 habitantes. En ambas situaciones se debería replicar el diseño institucional creado en la
cdmx en relación a las alcaldías.
La reforma de la Ciudad de México 307
8 Es conveniente señalar que para estructurar el trabajo fusionamos dos bases de datos con la
intención de observar si alguna de las variables socioeconómicas define una posible tendencia en
relación a las preferencias electorales y su probable impacto en la configuración de los Concejos de
las Alcaldías. Las bases de referencia son: El Sistema de Estadísticas Censales a Escalas Geoelecto-
rales, ya que es una herramienta que permite analizar los datos del Censo de Población y Vivienda
2010 en la Ciudad de México de la sección electoral. El Inegi señala que, mediante la información
contenida, es posible hacer diagnósticos y planeación de estrategias territoriales en las escalas de
distrito y sección electoral.
9 Este proceso de convivencia de grupos de población con altos niveles socioeconómicos y de
educación, con otros grupos de bajos niveles, es lo que los geógrafos han denominado como segre-
gación residencial. Hay estudios en los que se describe y explica el proceso de transformación de las
grandes ciudades en América Latina: “se dice que los barrios cerrados y los nuevos desarrollos resi-
denciales para las clases acomodadas se han localizado incluso dentro del perímetro de los barrios
más pobres en las zonas más periféricas”. Guillermo Aguilar y Pablo Mateos, Diferenciación sociode-
mográfica del espacio urbano de la Ciudad de México, eure, vol. 37, núm. 110, abril, 2011, pp. 5-30.
308 Mario Carrillo, Rigoberto Ramírez y Gerardo Zamora
10 Los geógrafos Aguilar y Mateos han propuesto que, desde el punto de vista espacial, en la
cdmx deben distinguirse al menos seis clusters: 1) periferia urbano-rural marginal, 2) empleados de
oficinas en unidades habitacionales, 3) proletariado periférico, 4) élites urbanas, 5) zonas mezcladas,
6) clase media educada, op. cit, pp. 19-21.
La reforma de la Ciudad de México 309
El cuadro 13.3 muestra en primer lugar que hay una diferencia muy clara en la
demarcación de Tlalpan: en las circunscripciones 1ª, 2ª, 4ª y 6ª se asientan las co-
lonias urbanas de la demarcación con menor promedio de ocupantes por vivien-
da (3.48, 3.57, 3 81 y 3.22 respectivamente); en esas cuatro circunscripciones se
encuentra el mayor nivel de escolarización de la población, en promedio tienen
al menos dos años de estudios a nivel preparatoria, e incluso en la sexta circuns-
cripción los habitantes tendrían como promedio un año de estudios universita-
rios; también, de nueva cuenta, las cuatro circunscripciones tienen los porcentajes
más altos de población mayor a 18 años con estudios posbásicos (61.80%, 62.20%,
53.79% y 79.16%, respectivamente). En contraste, las circunscripciones 3ª y 5ª pre-
sentan mayor densidad de ocupación por vivienda (4.17 y 3.87, respectivamente);
menor nivel educativo en su población (8.66 años de escolarización y 9.75, respec-
tivamente) que en promedio cubre solo secundaria completa, y un sector pobla-
cional mayor a 18 años con estudios posbásicos, que cubre 33% y 45.7% de este
sector.
De manera que los indicadores señalados muestran que las circunscripciones
1ª, 2ª, 4ª y 6ª corresponden a un perfil preponderantemente urbano, mientras que
las circunscripciones 3ª y 5ª a uno rural.
Otra variable que tomamos para el análisis del perfil socioeconómico de la de-
marcación fue la población desempleada. Los especialistas en el tema11 han señala-
do de manera muy persuasiva y consistente que las tasas de desempleo en nuestro
país no son el mejor instrumento para analizar dicho fenómeno, los datos corro-
boran dicha opinión: situar el desempleo en 3.07% en la demarcación de Tlalpan
oculta el problema del subempleo y el empleo en la economía informal. Vale la
pena hacer una reflexión sobre los datos del cuadro, paradójicamente, en la 3ª cir-
cunscripción, donde la población tiene un menor grado de escolaridad, también se
registra la tasa más baja de desempleo (2.68%) en la demarcación.
11 David S. Kaplan, “El peculiar comportamiento de la tasa de desempleo. El uso de la brecha
laboral en vez de la tasa de desempleo para analizar el mercado laboral mexicano genera resultados
más intuitivos”, Animal Político, 19 de septiembre de 2017, [http://www.animalpolitico.com/blogue-
ros-blog-mexico-como-vamos/2017/09/19/peculiar-comportamiento-la-tasa-desempleo/]. David
S. Kaplan es especialista sénior en la División de Mercados Laborales y Seguridad Social del Banco
Interamericano de Desarrollo (bid).
310 Mario Carrillo, Rigoberto Ramírez y Gerardo Zamora
ciones locales de la cdmx del 201512 y los aplicamos con estricto apego territorial
en las circunscripciones establecidas como resultado de la reforma de la cdmx. Al
mismo tiempo, en el ejercicio incorporamos el nivel de escolaridad predominante
en cada una de las seis circunscripciones de Tlalpan como una variable fundamen-
tal del electorado que es objeto de atracción de los partidos políticos en la contien-
da electoral.13
Así, para el estudio del comportamiento y las preferencias electorales de la ciu-
dadanía tlalpeña, proponemos este ejercicio tomando como unidad de análisis las
circunscripciones y centrando la atención en las principales fuerzas políticas de la
demarcación, en este caso nos referimos al pan, prd y Morena.
El primer ejercicio que proponemos es analizar los resultados electorales por
cada partido: al tomar la votación de cada partido y calcular el porcentaje de votos
obtenidos en las diferentes circunscripciones (véase cuadro 13.4), observamos que
el pan obtuvo 34.43% de sus votos en la 6ª circunscripción donde el promedio de
escolaridad es de 13.11 años y es la circunscripción con mejor formación escolar
de su población adulta en toda la demarcación (ver cuadro 13.3). Con ello pode-
mos apreciar y dimensionar una primera tendencia: el pan tiene su principal mer-
cado político en los segmentos de población con mayores niveles de educación;
confirmando que los votantes del pan son individuos que tienen altos grados de
escolaridad.14
Por el contrario, el prd obtuvo el mayor porcentaje de sus votos (25.94%) en la
3ª circunscripción que es la más rural de la demarcación y donde el promedio de
escolaridad de la población mayor de 18 años es de apenas 8.66 años; es decir, ni
siquiera la secundaria completa. El prd obtuvo 44.26% de sus votos en las dos cir-
cunscripciones más rurales y con menor nivel educativo (la 3ª y la 5ª). Aquí encon-
tramos una segunda tendencia: a menor nivel educativo es más probable que los
votantes se decanten por el prd, o que incluso los mecanismos clientelares15 que
utiliza para promover el voto a su favor tengan más probabilidades de funcionar
en estos espacios rurales que en las circunscripciones centrales de la demarcación.
12 Este ejercicio hipotético toma en consideración que en 2015 ya se presentaron a la compe-
tencia electoral los nueve partidos que acudirán a la contienda local en 2018.
13 Tejera y Rodríguez han realizado investigaciones en Iztapalapa y Cuajimalpa. Ellos han docu-
mentado y explicado de manera muy convincente los resultados electorales en ambas delegaciones,
mostrando que los niveles socioeconómicos definen las preferencias electorales. En nuestro caso,
delimitamos el análisis a la correlación que hay entre las preferencias electorales y los niveles educa-
tivos. Véase: Héctor Tejera Gaona y Emanuel Rodríguez Domínguez, “Redes políticas y voto por la
izquierda en la Ciudad de México; las elecciones del 2012”, Iztapalapa, Revista de ciencias sociales
y humanidades, núm. 73, año 33, julio-diciembre, 2012, pp. 13-36.
14 Carlos Vilalta Perdomo, op. cit., p. 583.
15 Héctor Tejera y Emanuel Rodríguez, op. cit., p. 18.
Cuadro 13.4. Preferencias electorales por circunscripción y nivel de escolaridad
Partidos políticos*
Promedio años
Circunscripción de escolaridad pan pri prd pvem pt
Vot. % Vot. % Vot. % Vot. % Vot. %
1ª 11.34 6 759 19.15 4 522 20.10 7 398 15.45 1 421 15.81 608 20.77
2ª 11.37 7 067 20.02 3 614 16.07 6 975 14.57 1 507 16.76 441 15.06
3ª 8.66 1 953 5.53 2 565 11.40 12 416 25.94 1 636 18.20 400 13.66
4ª 10.52 3 694 10.47 2 974 13.22 7 457 15.58 1 110 12.35 443 15.13
5ª 9.75 3 671 10.40 2 989 13.29 8 771 18.32 1 895 21.08 498 17.01
6ª 13.11 12 152 34.43 5 830 25.92 4 853 10.14 1 421 15.81 538 18.37
Total 11.25 35 296 100 22 494 100 47 870 100 8 990 100 2 928 100
Fuente: Elaboración propia con base en El Sistema de Estadísticas Censales a Escalas Geoelectorales, Inegi, 2010; Sistema de Consulta
de Estadística de Resultados Electorales de 2015, Instituto Electoral de la Ciudad de México.
Cuadro 13.4 (continuación)
Partidos políticos*
Circunscripción mc na Morena ph es Total
Vot. % Vot. % Vot. % Vot. % Vot. % Vot. %
1ª 911 19.27 725 19.05 12 998 19.33 1 139 18.96 1 875 18.64 38 356 18.32
2ª 891 18.85 637 16.74 11 316 16.83 963 16.03 1 952 19.40 35 363 16.89
3ª 425 8.99 391 10.28 8 808 13.10 603 10.04 1 004 9.98 30 201 14.42
4ª 626 13.24 534 14.03 11 088 16.49 804 13.39 1 229 12.22 29 959 14.31
5ª 686 14.51 677 17.79 11 679 17.37 931 15.50 1 591 15.81 33 388 15.94
6ª 1 189 25.15 841 22.10 11 347 16.88 1 566 26.07 2 410 23.95 42 147 20.13
Total 4 728 100 3 805 100 67 236 100 6 006 100 10 061 100 209 414 100
Fuente: Elaboración propia con base en El Sistema de Estadísticas Censales a Escalas Geoelectorales, Inegi, 2010; Sistema de Consulta de
Estadística de Resultados Electorales de 2015, Instituto Electoral de la Ciudad de México.
La reforma de la Ciudad de México 313
9.01-10 4 861 13.77 4 535 20.16 13 834 28.90 2 398 26.67 762 26.02
10.01-11 6 009 17.02 4 585 20.38 10 867 22.70 2 112 23.49 808 27.60
11.01-12 3 541 10.03 2 132 9.48 3 483 7.28 676 7.52 272 9.29
12.01-14.19 18 146 51.41 8 102 36.02 5 712 11.93 1 834 20.40 607 20.73
Total Tlalpan 35 296 100 22 494 100 47 870 100 8 990 100 2 928 100
Fuente: Elaboración propia con base en El Sistema de Estadísticas Censales a Escalas Geoelectorales, Inegi, 2010; Sistema de
Consulta de Estadística de Resultados Electorales de 2015, Instituto Electoral de la Ciudad de México.
Cuadro 13.5. (continuación)
Partidos políticos*
Años de escol. mc na Morena ph es TOTAL
Vot. % Vot. % Vot. % Vot. % Vot. % Vot. %
0-9 604 12.7 564 14.8 11 024 16.4 778 12.9 1 269 12.6 36 541 17.4
9.01-10 1 013 21.4 930 24.4 16 322 24.2 1 268 21.1 2 236 22.2 48 159 22.9
10.01-11 1 089 23.0 875 23.0 17 489 26.0 1 344 22.3 2 396 23.8 47 574 22.7
11.01-12 453 9.5 356 9.3 6 379 9.4 562 9.3 1 032 10.2 18 886 9.0
12.01-14.19 1 569 33.1 1 080 28.3 16 022 23.8 2 054 34.2 3 128 31.0 58 254 27.8
Total 4 728 100 3 805 100 67 236 100 6 006 100 10 061 100 209 414 100
Fuente: Elaboración propia con base en El Sistema de Estadísticas Censales a Escalas Geoelectorales, Inegi, 2010; Sistema de Consulta de
Estadística de Resultados Electorales de 2015, Instituto Electoral de la Ciudad de México.
La reforma de la Ciudad de México 317
Reflexiones finales
¿Cuáles son las repercusiones y los alcances de la reforma política de la cdmx? To-
davía habrá que esperar a que lo plasmado formalmente en la reforma constitucio-
nal se concrete a nivel estructural, funcional y organizacional, al menos luego del
318 Mario Carrillo, Rigoberto Ramírez y Gerardo Zamora
proceso electoral de julio de 2018, para tener referentes y evidencia del juego que
los diversos actores asumirán bajo las modalidades planteadas por la reforma para
la vida pública de la ciudad.
No obstante, a partir de lo expuesto se puede sostener que la reforma a la cdmx
tendrá importantes repercusiones sociopolíticas en las demarcaciones territoriales
y, aun con las limitaciones señaladas en los dos primeros apartados de este texto, la
reforma podría ser una plataforma para desarrollar mejores condiciones de gober-
nabilidad, gobernanza y representación ciudadana.
Las conclusiones que por ahora podemos formular, las agruparemos en dos gran-
des bloques: 1) los efectos institucionales de la reforma en la integración de las alcal-
días y la formación de la agenda en las demarcaciones, 2) el fuerte vínculo que tiene
el nivel educativo con las preferencias electorales de la ciudadanía, en la cdmx.
En relación al primer bloque de conclusiones, debe señalarse que si bien la re-
forma tiene componentes no del todo positivos (la distribución 60 /40 de los con-
cejales), la introducción de la circunscripción electoral es un acierto y es previsible
que producirá efectos positivos para la vida democrática del ámbito local. ¿A qué
nos referimos? En el Concejo de la demarcación de Tlalpan, por ejemplo, habrá
asientos para los concejales de las seis circunscripciones; es decir, habrá represen-
tantes con agendas claramente diferenciadas por el hecho de proceder de espacios
rurales o urbanos. El alcalde/alcaldesa y el Concejo deberán desarrollar mecanis-
mos para procesar y conciliar las agendas de dichos representantes, de lo cual se
desprende la posibilidad de que, por primera vez, en la ciudad haya mecanismos
formales para que las problemáticas encuentren cauces institucionales para su so-
lución. De esta manera, se limitarían los espacios de informalidad donde las orga-
nizaciones sociopolíticas iban a negociar con las autoridades de la demarcación
por vías clientelares. Quizá esta posibilidad es lo que podría generar un efecto muy
benéfico en la vida pública y política de la ciudad.
Por otro lado, y vinculado al anterior grupo de conclusiones, debe señalarse,
como se demostró, que el nivel educativo influye en los comportamientos electora-
les de los ciudadanos de la demarcación Tlalpan: a mayor educación es más proba-
ble que los ciudadanos voten por el pan, y a menor nivel educativo es más probable
que los votantes elijan alternativas como el prd; por su parte, Morena es un partido
más transversal, ha logrado penetrar en segmentos de la población con bajos nive-
les de escolaridad, pero también ha sido muy eficaz para atraer a los votantes de ni-
veles de escolaridad alta. El pri también tiene una influencia transversal semejante,
pero con menor eficacia de cooptación electoral.
Esta distribución tan notoria del electorado por segmentos educativos refleja
una composición sociopolítica que exige tratamientos diferenciados de gestión y
La reforma de la Ciudad de México 319
relaciones políticas más sensibles.16 Sin duda, también el peso del factor educativo
es y será particularmente importante en la configuración de alianzas y coaliciones
político-electorales.
El formato político-administrativo de la reforma y su diseño para las alcaldías y
concejos de las demarcaciones, si bien no desaparecerán el clientelismo en la ciu-
dad, quizá abrirán espacios institucionales para la discusión y procesamiento de las
demandas pluralistas de la sociedad, lo cual es promisorio y puede conducir a una
mejor relación entre autoridades políticas y ciudadanía.
Finalmente, se podría conjeturar que la reforma política de la cdmx, aun con
las limitaciones y críticas que ha cosechado, podría representar un soporte para la
vida democrática no solo de la cdmx, sino para la vida pública del país; sobre todo
porque se apoya en una ciudadanía relativamente mejor configurada en términos
de su nivel educativo, acceso a la información y cultura política. El alcance demo-
crático de la reforma en buena medida dependerá de que las autoridades políticas,
los partidos y las organizaciones sociales tengan capacidad de comprensión política
para percibir, actuar y ampliar los cauces democráticos de la propia reforma.
Adenda
En el capítulo nos referimos a las elecciones de 2015 y como elemento adicional plan-
teamos un escenario sobre lo que podría ocurrir en el proceso electoral de 2018. Es
importante señalar que el texto fue escrito en los primeros meses del año 2018, por
lo que se juzgó necesario hacer una revisión de los resultados ocurridos en la elección
del 1º julio de 2018 y contrastarlo con el escenario que habíamos proyectado.
Los resultados superaron con mucho lo que habíamos anticipado. La aparición
de Morena en el contexto nacional colapsó el sistema de partidos. La campaña y la
16 Desde la antropología política se ha documentado que los “ciudadanos buscan entablar con los
políticos relaciones de reciprocidad sustentadas en algo más que en compromisos a futuro, en pro-
mesas de que gestionarán peticiones o entrega de ‘regalos utilitarios’ en mítines y festivales. Buscan
establecer negociaciones sobre beneficios puntuales, tangibles y duraderos que respondan a deman-
das tales como la gestión para el otorgamiento de un crédito de vivienda. Intentan que estas relacio-
nes tengan un carácter de largo plazo durante el cual los ‘patrones’ (para muchos las más pobres, más
bien percibidos como ‘patronos’) intermedian entre ellos y las instituciones gubernamentales y en
retribución los apoyan políticamente [...] Son relaciones carismáticas, personales y personalizadas,
propiciadas y sustentadas por la desigualdad económica y política entre quienes las entablan, por lo
que muestran un carácter autoritario”. Héctor Tejera Gaona, “Prácticas políticas, imaginarios y ciu-
dadanía: las disonancias entre cultura y democracia en la Ciudad de México”, Revista Mexicana de
Sociología 71, núm. 2, abril-junio, 2009, pp. 255-256. También se ha documentado el asunto en Alan
Ware, Partidos políticos y sistema de partidos, Madrid, Ediciones Istmo, 2004, pp. 311-313.
320 Mario Carrillo, Rigoberto Ramírez y Gerardo Zamora
figura de Andrés Manuel López Obrador generó un efecto de arrastre electoral del
cual se beneficiaron las campañas de Morena a puestos de elección en todos los ni-
veles de gobierno, entre ellos las alcaldías de la cdmx y, por supuesto, la alcaldía de
Tlalpan no fue la excepción.
Como evidencia de lo anterior presentamos los dos siguientes cuadros en los
que se aprecia con mucha claridad tanto el efecto de arrastre de la campaña pre-
sidencial a nivel agregado en la alcaldía de Tlalpan, como en cada una de sus cir-
cunscripciones.
Referencias
Otras fuentes
Acuerdo del Consejo General del Instituto Electoral de la Ciudad de México, me-
diante el cual se aprueba la delimitación de las Circunscripciones de las demar-
caciones territoriales de la Ciudad de México para la elección de Concejales en
el Proceso Electoral de 2017-2018, Instituto Electoral de la Ciudad de México,
2018.
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Porrúa, 2018.
Constitución Política de la Ciudad de México, Asamblea Legislativa de la Ciudad
de México, 2017.
Código de Instituciones y Procedimientos Electorales de la Ciudad de México,
Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, 2017.
La reforma de la Ciudad de México 323
Palabras iniciales
Hoy se habla del triunfo de alcanzar la paridad para las mujeres en cargos políti-
cos en ciertos espacios de la política.1 También se expresan las problemáticas sobre
este asunto y, en especial de la violencia hacia las mujeres en la política.2 En todo
caso, todavía hay aspectos polémicos abiertos de manera reciente sobre el tema que
merecen ser tenidos en cuenta, así como seguir con su reflexión académica y, sobre
todo, su resolución de carácter práctico.
El objetivo en este texto es un repaso y revisión, y hasta donde sea posible re-
flexión, en torno a las diversas cuestiones de la relación entre mujeres y política,
algunos debates sobre su participación, en especial en el ámbito de la esfera de
la política formal, esto es, su organigrama institucional, en la época reciente y en
nuestros días. Si bien se trata de algo abierto y general, la mayoría de las experien-
cias, información y datos son del continente latinoamericano y del caso de México.
La pregunta eje es: ¿cuál es la caracterización general reciente y actual de la
relación de las mujeres con la política institucional y particularmente su participa-
ción en esta esfera social? Esta pregunta se diversifica en un conjunto de interro-
1 NélidaArchenti y María Inés Tula, “¿Las mujeres al poder? Cuotas y paridad de género en
América latina”, Seminario de Investigación, núm. 9, Universidad de Salamanca, 2015, pp. 1-16
2 Comisión Nacional de Derechos Humanos (cndh), Violencia política contra las mujeres en
¶ 327
328 Anna María Fernández Poncela
gantes a las cuales se da cuenta a lo largo de estas páginas. ¿Se conf ía en las mujeres
políticas?, ¿se vota por las mujeres?, ¿qué estilos de hacer política tienen las muje-
res?, ¿cuáles son las dificultades y las oportunidades de participación femenina en
la política?
Los apartados que conforman el presenta capítulo dan respuesta por medio
de descripciones y presentación de datos e información, exposición de mitos, pre-
sentación de realidades, explicación de polémicas vigentes. Para ello se revisa do-
cumentación diversa, investigaciones de autores y autoras, así como instituciones,
consultadas como fuentes secundarias, como resultados de estudios propios sobre
algunas cuestiones tratadas. Este texto es el resultado de una revisión documental
de los asuntos abordados, con fuentes de elaboración propia y revisión de trabajos
diversos sobre el tema.
A continuación, unas palabras introductorias previas al desarrollo de los sub-
temas generados por las preguntas que ordenan esta exposición y que de manera
general serán retomadas en las palabras de cierre del texto.
En el documento La onu en acción para la igualdad de género, en México se
apunta “que los mayores rezagos y desafíos en este ámbito (la participación política)
se presentan en el nivel estatal y municipal” pese a la reciente Reforma Constitucio-
nal de la Paridad, así también subraya la importancia de “la igualdad sustantiva entre
mujeres y hombres en la participación y representación política en todos los niveles”.3
Por otra parte, voces nacionales e internacionales alertan sobre el incremento de la
violencia política hacia las mujeres, especialmente desde las elecciones de 2015.4
Estas dos cuestiones –materializar la paridad en la representación y evitar la
violencia política de género– son los mayores retos actuales sobre el tema, entre
otros por supuesto, pero que actualmente llaman la atención y parecer emerger con
singular fuerza.5 Sin embargo, hay otros no tan destacados que merecen también
atención y reflexión, y eso es lo que hacemos en este texto. Temas como un breve
recuento histórico reciente de la confianza y preferencia por las mujeres políticas
a la hora de la emisión del voto, el sufragio femenino, los estilos de hacer política y
las características de las mujeres políticas, los condicionamientos y lastres versus
3 Organización de Naciones Unidas (onu)-Mujeres, “La onu en acción para la igualdad de gé-
sido posible desarrollar en este trabajo pues requerirían un capítulo en sí mismo, por ello aquí úni-
camente se mencionan, mientras se abordan otras temáticas también interesantes e importantes, y
quizás no siempre tan tenidas en cuenta por la investigación social.
Mujeres, realidades, debates y política 329
6 Anna María Fernández Poncela, “Participación social y política de las mujeres en México: un
estado de la cuestión”, en Anna María Fernández Poncela (comp.), Participación política: las mujeres
en México al final del milenio, México, El Colmex, 1995; Anna María Fernandez Poncela, Hombres,
mujeres y política. Una mirada desde la opinión pública y sus protagonistas. México, uam, 1997;
M. Àngels Viladot i preses, Les dones en política. Obrir camí i resistències al canvi, Barcelona, Co-
lumna, 1999.
7 Mayra Buvinic y Roza Vivien, “La mujer, la política y el futuro democrático de América Lati-
na”, Informe del Banco Interamericano de Desarrollo, Departamento de Desarrollo Sostenible, Serie
de informes técnicos, Washington dc, 2004. p. 1.
330 Anna María Fernández Poncela
fueron los que respondieron con menores porcentajes, mientras que República Do-
minicana con la mitad de respuestas positivas y Honduras con 40% son quienes es-
tuvieron más de acuerdo con el tema.8
Es claro que todavía perdura el viejo discurso que contiene la tradicional creen-
cia, sin embargo, la población está cambiando de opinión en la práctica, hay una
transformación de las percepciones ciudadanas hacia las mujeres en el ámbito de la
política formal más favorable de lo que se sabía o creía. Esta tendencia parece abo-
nada con estudios concretos de varios países.9
Un ejercicio estadístico de parametría en México de 2011 señala que la “mayo-
ría de los mexicanos consideran que las mujeres tienen las mismas oportunidades
que los hombres en la política y gobierno, con un 30% que no lo cree así. Al cues-
tionar sobre el liderazgo en política, el grueso de los encuestados (69%), dijo estar
en desacuerdo o muy en desacuerdo con que, en general, los hombres son mejores
líderes políticos que las mujeres”.10 Es más, según esta encuesta, la Presidencia de
la República es el primer puesto que desempeñaría mejor una mujer (32%), en se-
gundo lugar el cargo de gobernadora o Jefa de Gobierno (12%); 31% de la muestra
no supo cuál puesto elegir. Por otra parte, 30% de las personas consultadas piensan
que de llegar una mujer a presidenta, los mandatarios de otras naciones tomarían
menos en cuenta sus opiniones y 57% afirma que sería igual. Finalmente, cuatro de
cada diez personas encuestadas (38%) parece estar de acuerdo en distinto grado
que las mujeres no pueden ejercer un cargo público debido a que son muy emo-
cionales, mientras un porcentaje similar (36%) piensa que las mujeres son más in-
fluenciables, lo cual consideran es un impedimento para un cargo público. En este
ejercicio el enunciado que tiene un mejor porcentaje de opiniones a favor señala
8 Yanina Olivera, “Las formas solapadas de la violencia contra la mujer”, 2004, p. 3, [www.laca-
origen social de las mujeres líderes”, 2006, [www.chile21.cl/opinión], (fecha de consulta: 9 de abril
de 2018); Mayra Buvinic y Roza Vivien, op cit., 2004; Pepi Patrón, “Mujeres y política: hacia la per-
fecta normalidad”, 2006 [www.perupolitico.com], (fecha de consulta: 9 de abril 2018); Jana Morgan
y Rosario Espinal, “Cultura política de la Democracia en República Dominicana”, Informe, usaid,
Vanderbilt University, 2006; Coordinadora de la mujer en Bolivia, 2007, [www.coordinadoramujer.
org], (fecha de consulta: 10 de febrero de 2018); Orlando D’Adamo et al., “Mujeres candidatas:
percepción pública del liderazgo femenino”, Revista de Psicología Social, núm. 23, Madrid, 2008;
Corporación Humanas, “Encuesta mujeres y política”, Centro Regional de Derechos Humanos y
Justicia de Género, Santiago de Chile, 2008; Hábito de chicas, “Encuestas mujer y política 2008
(Corporación Humanas)”, 2008 [http://habitodechicas.blogstop.com], (fecha de consulta: 21 de sep-
tiembre de 2017); Púlsar. Agencia informativa, “Dif ícil acceso de mujeres a la arena política en Ecua-
dor”, 2009 [www.agenciapulsar.org], (fecha de consulta: 11 de febrero de 2018).
10 Parametría, “Mujeres en la política, el género a la Presidencia”, 2011, p. 1, [www.parametria.
11 Ibid.
12 Se refiere a la tendencia detectada de favorecer con opinión positiva a los miembros del propio
grupo, como parte de la necesidad de identidad interna y diferencia externa con otros grupos. Henri
Tajfel, Grupos humanos y categorías sociales, Barcelona, Herder, 1984.
13 Anna M. Fernandez Poncela, “Mujeres candidatas en la mira: percepciones y representacio-
nes ciudadanas”, Revista Mexicana de Sociología, año 76, núm. 1, enero, unam, México, 2014.
14 Parametría, 2013, [http://www.parametria.com.mx/carta_parametrica.php?cp=4630], (fecha
raba en torno a si el partido que prefería postular a una mujer como candidata es-
taría dispuesto a votarla, 75% respondió de manera afirmativa.16
En el año 2018, Parametría realizó nuevamente su encuesta sobre percepción
de la situación política de las mujeres y “la mayoría de las personas entrevistadas
considera que las mexicanas tienen las mismas oportunidades que los hombres en
distintos ámbitos, aun cuando datos de diferentes fuentes muestran que ello no
corresponde a la realidad del país”.17 Algo que destaca de este ejercicio estadísti-
co es que 69% de la población del país consideró que existe “un piso parejo” entre
hombres y mujeres en la política y el gobierno. De 2011 a la fecha la opinión ciuda-
dana sobre la igualdad de condiciones de mujeres y hombres en la política y el go-
bierno pasó de 66% a 69% como concepción favorable. Finalmente, una pregunta
que también realiza esta encuesta sobre estar o no de acuerdo con que las mujeres
puedan votar, prácticamente la totalidad de la muestra consultada respondió que
sí (99%); además, 91% apoyó que las mujeres accedieran al cargo de presidentas
municipales.
Una vez revisada la confianza y la opinión hacia las mujeres en la política, vere-
mos el sufragio femenino, si las mujeres votan más o menos que la población mascu
lina, y si estas sufragan por las propias mujeres.
Se tiene la creencia o el mito de que a las mujeres les interesa menos la política
que a los hombres e incluso que votan menos. El estudio ya clásico de Duverger en
la década de 1950 todavía tiene secuelas en algunas consideraciones de este tipo,
aunado a algunos estereotipos que persisten en la sociedad y que ciertos estudios
recogen y se hacen eco. Si bien es cierto que en otras épocas las mujeres ejercen o
ejercían, por regla general, su derecho al voto en menor número que los hombres,
como varias investigaciones informan en varios países, en nuestros días esto está
cambiando.18
16 Demotecnia, “Se vuelve obligatoria la paridad de género en comicios”, 2015 [http://www.
demotecnia.com.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=145:se-vuelve-obligato-
ria-la-paridad-de-genero-en-comicios&catid=2:informacion-comentarios&Itemid=1].
17 Parametría, 2018, [www.parametria.com.mx/carta-parametria.php].
18 Elsa Chaney, Women in Latin American Politics: The Case of Peru and Chile, Ttesis de doc-
torado, University of Wisconsin, 1971; William S. Blough, “Political Attitudes of Mexican Women”,
Journal Inter-American Sutudies and World Affairs, vol 14, núm. 2, 1972; Jane Jaquette, “Las mujeres
y la cultura ciudadana en América Latina”, Ponencia Seminario Mujeres, cultura cívica y democra-
cia, pueg (unam) / Unesco (onu), México, 1996.
Mujeres, realidades, debates y política 333
19 Mori de México, “Resultados de la encuesta que soportan el trabajo gráfico”, Excelsior, Méxi-
tendencia señalan las encuestas de Valores del ife (1999), las de Segob (2001, 2003), por citar otras
fuentes.
22 Anna M. Fernández Poncela, op. cit.
diciembre de 2017).
24 ife, “Estudio censal sobre participación ciudadana. Elección federal 2011”, 2011, [www.ife.
tados de la República las mujeres votan más que los hombres, incluso indistinta-
mente en zonas urbanas y rurales. En algunos estados como Campeche, Coahuila,
Querétaro y el Estado de México la diferencia es de 10 puntos porcentuales. Sin
embargo, después de los 64 años se observa cierto declive y los hombres votan en
mayor número que ellas. En 2009 la participación fue de 45%, “sin embargo, mien-
tras los hombres votaron en proporción de 40.5%, las mujeres llegaron al 47.3%,
lo cual se repitió con distintas proporciones tanto en zonas urbanas como rurales,
donde incluso la participación femenina rondó el 50%”.25
Es un hecho que en México y en las últimas convocatorias electorales las muje-
res sufragan más que los hombres. Al parecer es un hecho también que las mujeres
votan más por las mujeres, como se observó en 1994 entre los electores de Cecilia
Soto (Partido del Trabajo), y en 2006 entre quienes depositaron su sufragio por Pa-
tricia Mercado (Asociación Social Demócrata), ambas candidatas a la Presidencia
de la República en su momento. En el año 2012 y según los diversos estudios pree-
lectorales, parece claro que el electorado de Josefina Vázquez Mota (Partido Acción
Nacional), la única mujer candidata, tiene rostro de mujer. Es más, a lo largo de su
campaña y mientras se reducía su porcentaje de intención de voto total, el único
segmento que no lo hacía y se mantuvo fue el femenino, según varias encuestas en-
tre abril y junio de ese año. Si se revisan las encuestas, la evolución de la y los can-
didatos entre los meses mencionados con anterioridad, se observa cómo Josefina
Vázquez Mota entre los hombres pasó de 20% a 18%, mientras que entre la pobla-
ción femenina que tenía intención de votar por ella, la preferencia se mantuvo en
24%. En ese contexto, tanto Enrique Peña Nieto como Andrés Manuel López Obra-
dor elevaron su porcentaje de intención entre los hombres y entre las mujeres.26
De nuevo acudimos a los resultados de una encuesta aplicada en la Ciudad de
México en la primavera de 2012, la cual afirma que se considera que a una candi-
data mujer la votarían más las mujeres (48.3%), luego, ambos con un porcentaje
importante (45.2%). La primera opción tiene algo más de mujeres y en la segunda
más de hombres. Al interrogar de manera personal, 81.7% afirman que ellos o ellas
sí votarían por una candidata mujer, más mujeres (85%) que hombres (78.3%) –es
habitual por un sesgo de género que observaremos en más de una ocasión–. So-
bre quienes dicen que no lo harían (18.3%), hay más hombres (21.7%) que mujeres
(15%) que apuntan esta opción.27
25 Consulta Mitofsky, “Una verdad: las mujeres votan más que los hombres”, 2011, [www.con-
Otra cuestión polémica, compleja y larga es sobre los estilos políticos de las mu-
jeres. Por un lado, quienes dicen que las mujeres tienen estilos diferentes de hacer
política, más humana, social e incluso democrática, y cuyas posiciones llegan a
presentarlas como la panacea de los problemas de la política y prácticamente del
funcionamiento del planeta y la humanidad en su conjunto.29 Por otro lado, quienes
28 ine, “Estudio Muestral sobre Participación Ciudadana en la elección de diputados federa-
30 Marta Lamas, “Seminario del bid/prolid Liderazgo de la mujer: teoría y práctica”, texto me-
Parliament, Cambridge, University Press, 1995; Michael A. Genovese, “Mujeres líderes nacionales
¿Qué sabemos sobre este tema?”, en Michael A. Genovese (comp.), Mujeres líderes en política. Mo-
delos y prospectiva, Madrid, Narcea, 1997; Joni Lovenduski, “Representación política: dinámica de
género y partidos”, en Edurne Uriarte y Arantxa Elizondo (coords.), Mujeres en política, Madrid,
Ariel, 1997; Pippa Norris, “Las mujeres políticas ¿un nuevo estilo de liderazgo?”, en Edurne Uriarte y
Arantxa Elizondo (coords.), Mujeres en política, Barcelona, Ariel, 1997; M. Àngels Viladot i preses,
op. cit.; Jytte Klausen, “¿La igualdad política de las mujeres cambiará el sistema político? El gender
gap en los Estados Unidos”, Historia, antropología y fuentes orales, núm. 25, Universidad de Bar-
celona, 2001; Anna M. Fernández Poncela, “Radiograf ía de la élite política mexicana: datos socio-
demográficos y percepciones según sexo” (59-95), Estudios Electorales, núm. 2, diciembre, somee,
México, 2003.
Mujeres, realidades, debates y política 337
electorado, y más honestas y dignas de confianza, así como menos corruptas.32 Cla-
ro que, en paralelo, está cierto estereotipo de honestidad femenina detectado en el
continente33 que podría ser refutado con casos particulares de corrupción política,
pero el hecho es que existe. En todo caso, sí hay ciertas diferencias que se obser-
van entre las ideas y las experiencias de las mujeres políticas en relación con los
hombres políticos, sobre algunos asuntos generales y, en particular, las cuestiones
relacionadas con el género y la política. El ingreso cuantitativo de más mujeres a
los parlamentos de la región ha redundado en la incursión de nuevas necesidades
e intereses en las cámaras con relación a aspectos sociales en general y cuestiones de
género en particular.34
Por otra parte, se considera que desde hace un tiempo parece haber un acer-
camiento entre ciertas habilidades naturales o sociales femeninas y los nuevos re-
querimientos organizacionales y de liderazgo, por lo que las mujeres bien pudieran
iniciar su ascenso en ciertos puestos como líderes en la empresa privada sobre to-
do.35 “Por años las mujeres que han alcanzado cargos de alta dirección y asumido
posiciones de liderazgo en las organizaciones, se han visto envueltas en el estigma
de la masculinización, esto es, actuar como hombres para mantener posiciones de
poder en sus respectivas organizaciones”.36 Sin embargo, y como se ha mencionado,
con los cambios organizacionales tal vez el liderazgo de las mujeres encaje mejor
en esta nueva época.
En cuanto a las características de las mujeres líderes políticas, actualmente en el
mundo, y que parecen coincidir con, por ejemplo, las presidentas latinoamericanas
actuales son: origen urbano en general, provienen de clases medias y acomodadas
en un alto porcentaje, con padres generalmente profesionales, su escolaridad y ni-
32 Mayra Buvinic y Roza Vivien, op. cit., 2004; Javiera Ulloa, “Hacia un nuevo liderazgo: ¿el fe-
1983; Jytte Klausen, op. cit.; Joni Lovenduski, “Cambio en la representación política de las mujeres”,
en Mariagrazia Rossilli (coord.), Políticas de género en la Unión Europea, Madrid, Narcea, 2001;
Maxine Molyneaux, Movimientos de mujeres en América Latina. Estudio teórico comparativo, Ma-
drid, Cátedra, 2003.
34 Mala N. Htun, “Mujeres y poder político en Latinoamérica”, en Mujeres en el parlamen-
to: más allá de los números, International Institute for Democracy and Electoral Assistance, 2002,
[www.idea.int/publications], (fecha de consulta: 9 de abril de 2009); Mayra Buvinic y Roza Vivien,
op. cit., 2004.
35 Sally Helgsen, The female advantage: Women´s ways of leadership, Toronto, Doubleday Cu-
rrency, 1995; Marilyn Londen, Dirección femenina: cómo triunfar en los negocios sin actuar como un
hombre, Hispano Europea, Barcelona, 1987; Helen Fisher, El primer sexo. Las capacidades innatas
de las mujeres y cómo están cambiando el mundo, Madrid, Taurus, 2000.
36 Ana Antúnez de Mayolo, “El liderazgo femenino ¿es un mito o una realidad?”, 2006, [www.
37 Pippa Norris y Joni Lovenduski, op. cit.; Fundación Chile 21, op. cit.; Anna M. Fernández
Poncela, Mujeres en la élite política. Testimonio y cifras, México, uam, 1999; Anna M. Fernández Pon-
cela, op. cit. 2003b.
38 Anna M. Fernández Poncela, “Liderazgo político y género”, en Mario Bassols, Alberto Es-
camilla y Luis Reyes (coords.), Liderazgo político. Teoría y procesos en el México de hoy, México,
uam-I, 2008; Anna M. Fernández Poncela, “Liderazgos políticos femeninos hoy: Europa y América
Latina”, Revista Mexicana de Estudios Electorales, núm. 11, julio, somee, México, 2012.
39 Anna M. Fernández Poncela, “Caracterización de las mujeres en la política hoy: un estudio
de Filosof ía, vol. 40, núm. 2, Universidad Complutense de Madrid, 2015, pp. 109-126.
41 Rocío García y Esther López, “Congruencia de rol de género y liderazgo: el papel de las atri-
buciones causales sobre el éxito o el fracaso”, Revista Latinoamericana de Psicología, vol. 38, núm.
2, Bogotá, 2006.
42 Lidia Heller, “Mujeres, entre el techo de cristal y el piso engomado”, 2004, [www.lavozdelin-
Por un lado, está la histórica y actual reflexión en torno a los obstáculos y las limi-
taciones de la participación política; por el otro, aunque no siempre considerado
en su justa medida, las oportunidades y potencialidades que tiene. Hay múltiples
condicionamientos, limitaciones y obstáculos desde la esfera política y desde las
propias mujeres, se trata de toda la experiencia que se tiene en la relación entre mu-
jeres y política. Hay otra parte, menos conocida, que son las oportunidades o posi-
bilidades en potencia que se poseen o que ya empiezan a observarse en los últimos
años. También se debe tener en cuenta el aspecto psicológico, social, económico y
cultural, así como el desarrollo de las mujeres y las coyunturas de la política siem-
pre en cada contexto espacio temporal.
En cuanto al aspecto de las oportunidades o facilidades que se detectan en el
aspecto personal de las mujeres, está la mejora en el capital humano, el incremen-
to en cuanto a escolaridad y preparación de la población femenina en todo el con-
tinente latinoamericano.43 La mayor inserción en el mercado laboral en general,
además de en espacios tradicionalmente no femeninos, así como su mayor per-
manencia en éstos.44 Por otra parte, se considera favorable la reducción notable de
la natalidad, además de un incremento de la autoconfianza y autovaloración y de la
conciencia de ser mujer. Lo que Beck y Gernstein45 llamaron “vivir la propia vida”
o Touraine46 ha denominado “autoconstrucción”, por nombrar de alguna manera a
este fenómeno.
Respecto a las oportunidades en el plano sociocultural y político, hay varios
rubros a destacar, desde las históricas luchas feministas de mujeres y de grupos
47 Virginia Guzmán y Claudia Moreno, “Hacia un horizonte paritario en América Latina: re-
presentación política de las mujeres”, Documento cepal para la Décima Conferencia Regional sobre
la Mujer de América Latina y el Caribe, 6-9 de agosto de 2007.
48 Isabel Torres García, “Derechos políticos de las mujeres, acciones afirmativas y paridad”,
Revista Derecho Electoral, núm. 10, Tribunal Supremo de Elecciones de Costa Rica, 2010, [https://
dialnet.unirioja.es/serviet/artículo], (fecha de consulta: 22 de marzo de 2018).
49 Mayra Buvinic y Roza Vivien, op. cit., 2004.
50 Jaqueline Peschard, “El sistema de cuotas en América Latina. Panorama general”, en Muje-
res en el parlamento: más allá de los números. International Institute for Democracy and Electoral
Asistance, 2002, [www.idea.int/publications], (fecha de consulta: 12 de noviembre de 2009); Virginia
Guzmán y Claudia Moreno, op. cit.; Anna M. Fernández Poncela, “Las cuotas de género y la repre-
sentación política femenina en México y América Latina”, Argumentos, núm. 66, uam-x, México,
2011a.
51 cepal, “Caminos hacia la equidad de género en América Latina y el Caribe”, Informe en No-
comunidad internacional”, sin olvidar “la crisis política de la región”, la cual facilita
la participación femenina.52
El punto del cambio cultural de un electorado más favorable es muy importan-
te, del cual ya se ha hablado con anterioridad, no obstante, cabe mencionar aquí
algunas cosas más. Esto ya se observaba en un estudio de Gallup del Banco Intera-
mericano de Desarrollo (bid) de hace más de una década;53 la mayoría de la pobla-
ción consultada dijo que percibía mayor igualdad entre los sexos y se detectó que
las poblaciones de diferentes países latinoamericanos pensaban que estarían mejor
con mujeres en posiciones de liderazgo político.54 Parece que hay cierto imaginario
social favorable de la presencia de mujeres en la política ocupando cargos,55 varios
estudios para el continente y para México así lo atestiguan.56
Ha habido una revalorización del tema y la actitud positiva hacia las mujeres
parece haberse incrementado, quizás también al calor de la llegada a la presidencia
de Michelle Bachelet, en Chile (2006-2010 y 2014-2018); Cristina Fernández, en
Argentina (2007-2011 y 2011-2015); Laura Chinchilla, en Costa Rica (2010-2014),
y Dilma Roussef (2011-2014 y 2014-2017), en Brasil; además, las campañas electo-
rales de otras candidatas a la presidencia y a otros puestos de gobierno en los últi-
mos años. Algunos estudios de opinión pública y reflexiones para América Latina
apuntan de forma clara cómo tiene lugar “una revolución profunda en los roles de
género y los tiempos del cambio que están feminizando a la política latinoamerica-
na”,57 lo cual parece optimista afirmar, no obstante, investigaciones concretas en Ar-
gentina, Bolivia, Ecuador, Chile, Perú, República Dominicana y México dan cuenta
de los cambios en la cultura política de estos países con respecto a la mirada hacia
las mujeres en el organigrama político.58
52 Mayra Buvinic y Roza Vivien, op. cit., 2004; Michael A. Genovese, op. cit., 1997.
53 Gallup, “Estudio de liderazgo de la mujer latinoamericana”, 2000, [http://www.nddipartidos.
org], (fecha de consulta: 5 de septiembre de 2017).
54 Mayra Buvinic y Roza Vivien, op. cit., 2004.
55 Yanina Olivera, op. cit., 2004.
56 Parametría, op. cit., 2011; Parametría, 2018, [www.parametria.com.mx/carta-parametria.
php], (fecha de consulta: 22 febrero de 2018); Anna M. Fernández Poncela, op. cit., 2014.
57 Mayra Buvinic, op. cit., 2006.
58 Cecilia Blondet, “Percepción ciudadana sobre la participación política de la mujer”, Docu-
mento de trabajo, núm. 98, iep, Lima, 1999; Fundación Chile 21, op. cit., 2006; Mayra Buvinic y Roza
Vivien, op. cit., 2004; Pepi Patrón, “Mujeres y política: hacia la perfecta normalidad”, 2006, [www.
perupolitico.com], (fecha de consulta: 9 de abril de 2009); Mayra Buvinic, op. cit., 2006; Jana Morgan
y Rosario Espinal, op. cit., 2006; Coordinadora de la mujer en Bolivia, op. cit., 2007; Orlando D’Ada-
mo, et al., op. cit., 2008; Corporación Humanas, op. cit., 2008; Hábito de chicas, op. cit., 2008; Púlsar.
Agencia informativa, op. cit., 2009; Anna M. Fernández Poncela, op. cit., 2014.
342 Anna María Fernández Poncela
Otro ejemplo es la encuesta del bid59 que ya se vio en otro apartado de este
capítulo. En algunos países se tiene la opinión de que en elecciones futuras bien
pudiera llegar una mujer a la presidencia.60 Si bien en la actualidad no hay muje-
res presidentas en el continente. En este conglomerado de opinión pública hay que
destacar que en general son las mujeres y la juventud quienes parecen más favora-
bles a la aceptación y reconocimiento de las mujeres en la política. Hay quien va-
lientemente afirma que en la actualidad el estereotipo de género no es obstáculo
para llegar a un puesto si se despliega una estrategia concreta y correcta para ello.61
Ejemplo de esto es la primera campaña electoral de Michelle Bachelet, magistral
en este asunto al presentarse como divorciada, educadora de su hija, trabajadora y
política –contra los estereotipos de mujer en su país.62 Al respecto cabe mencionar
“el factor Ferraro” –por Geraldine Ferraro– que en 1984 aspiró a la vicepresiden-
cia de Estados Unidos y que captó la atención con su capacidad intelectual y fuerza
por sus alusiones reiteradas a la familia, además del peinado y vestido, con lo que
se ganó a los medios.63 Es posible considerar que las mujeres en sus estrategias co-
municativas pueden añadir un plus a la imagen masculina de determinación, fuerza
y capacidad, con la de justicia y sensibilidad social que despliegan, como se dijo en
el caso de Bachelet, al emplear de forma óptima los medios discursivos y de puesta
en escena a su alcance.64
No todo el mundo ni todas las investigaciones parecen de acuerdo en orien-
tarse en este sentido de avance y de transformación positiva de ciertos estereoti-
pos.65 Lo que sí parece claro es cómo en los ejecutivos de España o de Chile, con
una amplia participación femenina, esto contribuyó a romper de alguna manera
las percepciones e identidades genéricas al haber mujeres consideradas emocio-
nales o cálidas y otras más racionales y frías, con estilos diferentes de mujeres que
pertenecen al mismo país, época y, en estos casos concretos, formación política en
el poder. Sobre el tema no se ha dicho todavía la última palabra, de ahí que sea un
debate abierto.
66 Michelle Bachelet, “Mensaje de la Directora Ejecutiva Michelle Bachelet. Día Internacional
mas”, en vvaa, Nuevas perspectivas sobre la mujer. Actas de las primeras jornadas de investigación
interdisciplinaria, Madrid, uam, 1982.
72 Manuel Antonio Garretón, “Espacio público, mundo político y participación de la mujer en
Chile”, Ponencia presentada en el Seminario Participa ¿Existe la vocación política de la mujer?, San-
tiago de Chile, 1990.
73 Lidia Heller, op. cit., 2004.
74 Amparo Moreno Sardá, La otra política de Aristóteles. Cultura de Masas y divulgación del
algo sucio y ajeno.75 Además, hay un costo extra para las mujeres políticas; los con-
flictos familiares y de relaciones, posponer la maternidad o, en su caso, demorar la
entrada a la política al crecimiento de sus hijos o hijas, y las rupturas de pareja.76
En cuanto a los lastres o trabas en el terreno social, político y cultural, destaca
el papel de los partidos políticos77 y de algunos hombres en dichas instituciones, así
como diversos sistemas electorales y su funcionamiento. Las mujeres tienen que
demostrar en mayor medida que son capaces del puesto y se les pide mayor nivel
académico en ocasiones, como se observa ante la comparación de los grados esco-
lares en una cámara legislativa entre mujeres y hombres.78 La competencia que per-
ciben los hombres del partido es quizás una de las cuestiones más destacadas como
problemática y que muestran estudios particulares para diferentes países del conti-
nente; como simpatizantes y militantes todo es aceptable y perfecto, sin embargo,
cuando parecen dispuestas a competir por un puesto, todo cambia y el disgusto y la
oposición masculina hacen acto de presencia.79
Como numerosas investigaciones señalan, el obstáculo más importante para
la presencia y participación política de las mujeres en América Latina –quizás en
el mundo– son los partidos políticos. Reiteramos “las barreras que impiden que
las mujeres accedan al poder no se encuentran en el electorado, sino más bien en
los partidos y las estructuras institucionales”.80 Diversos estudios para los países
de la región apuntan en ese sentido, como son los casos de Perú, Chile, México
o Uruguay, por citar algunos. El caso de Uruguay merece un comentario, ya que
una investigación realizada al calor de la discusión de una legislación sobre cuotas
muestra de manera clara y contundente cómo la población parece favorable a la
presencia de mujeres políticas y la ley de cuotas mientras que algunos sectores de
hombres políticos en los partidos, sin distingo ideológico, no están de acuerdo y
directamente aducen la competencia por el puesto como la principal razón.81
políticas en Uruguay”, 2008, [www.idea.int], (fecha de consulta: 9 de abril de 2018), Adolfo Garcés,
Mujeres, realidades, debates y política 345
“Las votantes quieren más mujeres pro elite política masculina no está tan convencida”, 2008 [www.
parlamento.gub.uy], (fecha de consulta: 25 de septiembre de 2017).
82 Buvinic y Roza, op. cit., 2004.
83 Coordinadora de la mujer en Bolivia, op. cit., 2007.
84 International Knowledge Network of Women in Politics, Elections and quotas, 2009, [www.
Consideraciones finales
El objetivo de este texto fue realizar una exploración y un repaso general de algunos
debates y situaciones sobre las mujeres políticas desde las percepciones sociales y
la revisión cuantitativa y cualitativa de las cifras existentes, así como los factores de
fomento y los de obstrucción de su participación política. Todo ello en torno al eje
interrogante sobre cuál es una caracterización reciente y actual de las mujeres y la
política por medio de algunos subtemas de interés. Cada uno de los puntos abor-
dados a lo largo de este capítulo se enmarca en dicha pregunta central, y de mane-
ra particular, en las preguntas concretas sobre la confianza, el voto, los estilos, las
oportunidades y las dificultades de la participación política de las mujeres. Sin ol-
vidar otras cuestiones del tema que destacan en nuestros días, como la materializa-
ción de la paridad legal y la incidencia de la violencia política en este espacio, como
se mencionó al inicio y que por cuestiones de extensión no fue posible desarrollar
aquí. Sin embargo, hay otros temas también importantes y menos destacados o es-
tudiados, para pasar revista y reflexionar, como los abordados en estas páginas que
merecen una llamada de atención, revisión y reflexión. A continuación, un resumen
de éstos a modo de conclusión, centrado en dar cabal contestación a los interrogan-
tes iniciales y anteriormente recordados.
En cuanto a las realidades actuales, se espera haber dejado claro cómo cada vez
hay más confianza en las mujeres políticas en América Latina y en México, con sus
excepciones. También hay pruebas de mayor participación electoral de la población
femenina en México y ciertas tendencias de las mujeres a votar por las mujeres,
como se ha visto también.
Sobre los estilos y las características diferentes de hacer política entre hombres
y mujeres, y pese a la discusión de quien lo niega, sí hay investigación que lo com-
prueba y señala que las mujeres políticas en general presentan aspectos más favo-
rables hacia la sociedad en su conjunto y hacia las propias mujeres en específico.
Por otra parte, retos hay siempre y problemas también, sin embargo, es correc-
to reconocer avances y, más aún posibilidades, cuestiones que favorecen la presen-
cia y participación política femenina, como para tener una mirada más ecuánime,
poco usual en las ciencias sociales, pero que existe en la realidad cotidiana y en los
debates. En este sentido, hay cuestiones demográficas, estructurales, políticas y cul-
turales que favorecen la participación política femenina y sería bueno reconocer,
destacar y si es posible potenciar. Sin negar, por supuesto y en modo alguno, las
limitaciones y los obstáculos que persisten aún; entre los que aquí se han mencio-
nado destaca la actitud de los partidos políticos poco favorables a la participación
femenina, más allá de la retórica de sus estatutos y discursos. Es posible ver los
avances en derechos políticos de las mujeres para la obtención de una democracia
Mujeres, realidades, debates y política 347
No son solamente las mujeres quienes pagan el precio de esta discriminación. Todos
sufrimos por no aprovechar al máximo el talento y el potencial de la mitad de la po-
blación. Con esto estamos socavando la calidad de las democracias, la fortaleza de las
economías, la salud de las sociedades y la sostenibilidad en paz […] La fortaleza, labo-
riosidad y sabiduría de las mujeres sigue siendo el recurso más desaprovechado de la
humanidad. Simplemente no podemos darnos el lujo de esperar otros 100 años para
liberar todo este potencial.88
Referencias
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15. LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA
TAMBIÉN TIENEN ROSTRO DE MUJER
Introducción
¶ 355
356 Clara Martha Adalid Diez de Urdanivia
A partir del año 2000, la Asamblea General decidió llevar a cabo exámenes
y evaluaciones quinquenales de la aplicación de la Plataforma de Acción de Bei-
jing, así como estudiar posibles medidas e iniciativas futuras. En el año 2010, al
cabo de 15 años de los acuerdos en Beijing, se atendieron los resultados obteni-
dos para lograr la igualdad de género y en 2015 se estableció el compromiso de
tomar las medidas necesarias para garantizar la Declaración y Plataforma de Ac-
ción de Beijing.3
En la última asamblea de la onu, denominada Agenda 2030 para el Desarro-
llo Sustentable, llevada a cabo en septiembre de 2015, se logró un acuerdo para
el cambio climático. Esta agenda contiene 17 nuevos objetivos para el desarrollo
sustentable y 169 metas con las que se busca erradicar la pobreza y combatir las
desigualdades. Entre los objetivos concretamente se encuentra uno, independiente,
para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Para alcanzar es-
tas metas se requieren cambios en la agenda educativa en donde la ciencia, la tec-
nología, la ingeniería y las matemáticas juegan un papel primordial. A pesar de los
logros obtenidos y reconociendo que la situación de la mujer ha avanzado en dis-
tintos aspectos, se advierte que éstos no han sido homogéneos y que persisten las
desigualdades entre hombres y mujeres en diferentes formas.
5 El informe ya citado de Gloria Bonder ofrece una buena referencia en el tema de las investi-
gaciones y estudios en cuestiones de género, ciencia y tecnología.
6 Unesco Institute for Statistics, [data.uis.unesco.org].
7 Ciencia, tecnología y género. Informe Internacional, Unesco, [www.unesco.org].
8 Women in science, Unesco Institute for statistics.
9 Cracking the code: Girls’ and women’s education in science, technology, engineering and
mathematics (stem) Publicado en 2017 por la Organización de las Naciones Unidas para la Edu-
cación, la Ciencia y la Cultura.
La ciencia y la tecnología también tienen rostro de mujer 359
En las últimas décadas, hombres y mujeres han hecho grandes avances en la edu-
cación. En este tema, la paridad de género ha ido en aumento en los países del
mundo, aunque a ritmos distintos. A nivel licenciatura, los hombres y las mujeres
empiezan su carrera universitaria en igualdad de condiciones. En la licenciatura, la
matrícula femenina ya supera a la de los hombres en 53%, esta tendencia continúa
en la maestría. Sin embargo, en este punto las mujeres no continúan sus estudios
de doctorado, en donde su matrícula desciende a 44% y solo 29% de ellas, en 110
países a nivel internacional, son investigadoras (gráfica 15.1).
360 Clara Martha Adalid Diez de Urdanivia
70
60
50
40
30
20
10
0
Universidad Licenciatura Maestría Doctorado Investigador
Hombres Mujeres
Fuente: Measuring Gender Equality in Science and Engineering, Unesco, 2017.
Este patrón se ha mantenido a lo largo de 2008, 2010 y 2017. A pesar de que los
investigadores han clasificado a cada país sobre la base de la igualdad de género, en
los que la brecha de género en matemáticas casi desaparece, la proporción de hom-
bres en carreras de stem es superior al de las mujeres.
Para reducir esta brecha, en el Instituto de estadística de la Organización de
las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) se trabaja
para identificar las barreras que impiden a las mujeres seguir carreras de investiga-
ción en c+t; barreras que tienen causas que van desde lo que sucede al llegar a la
adolescencia, cuando las niñas ven disminuir su participación en el nivel secunda-
rio, algunas veces como resultado de exigencias sociales, y otras porque su realidad
económica se los impide. Todo esto servirá para diseñar indicadores sobre las diná-
micas que determinan la decisión de las mujeres de seguir carreras stem.
Los resultados de la prueba pisa 2015 muestran la percepción entre chicos y
chicas respecto a su interés en la ciencia. En el cuadro 15.1 se muestran algunos
países en donde fue aplicada esta prueba y sus resultados respecto a las creencias
y a la motivación para aprender ciencia. Se comparan los resultados obtenidos por
país con respecto a los resultados promedio en la ocde.
En resumen, se puede decir que en promedio, entre los países de la ocde, el
24.5% de todos los estudiantes tiene expectativas de desarrollar una carrera relacio-
La ciencia y la tecnología también tienen rostro de mujer 361
nada con la ciencia; de éstos, 25% son hombres y 24% son mujeres. Aquellos países
que tienen un riesgo relativo mayor a 1.1 significa que son más las chicas con estas
expectativas. En cuanto al interés en ciencias, los chicos declaran un mayor disfrute
en este aprendizaje. Por último, en los países de la ocde, 12.9% de la variación en el
rendimiento se explica por el nivel socioeconómico de los estudiantes.
En el caso de México, el rendimiento promedio en ciencias, lectura y matemá-
ticas (413) está 80 puntos por debajo de la media de los países de la ocde (493);
34% de los estudiantes son de bajo rendimiento, es decir, no alcanzan el nivel 2 que,
de acuerdo con la ocde, es el mínimo nivel de competencias en ciencias; 41% tiene
grandes expectativas por realizar una carrera en ciencias, aunque es mayor la pro-
babilidad de que los chicos aspiren a dedicarse a éstas.
En diversas investigaciones se ha encontrado que en el factor familiar los aspec-
tos asociados a la preferencia en el estudio de las chicas de carreras en stem puede
resumirse como:
Los padres y el grupo familiar más cercano pueden influir en gran medida en
las actitudes que tienen las niñas hacia el estudio de carreras en stem. Aquellos pa-
dres que poseen ideas preconcebidas acerca de los roles de género pueden alejar de
las carreras científicas a las chicas. Por otra parte, si la profesión de los padres es en
carreras stem, esto puede influir de forma positiva en las niñas en su empeño de
alcanzar alguna carrera de tipo científico.
En cuanto al nivel socioeconómico, hay evidencia que demuestra que los hijos
de padres de nivel socioeconómico más desfavorecido tienen casi el triple de posi-
bilidades de no alcanzar niveles de competencias básicas en ciencias.10
Por otra parte, en el nivel escolar los profesores tienen una mayor incidencia
en la participación de las niñas en carreras científicas; el interés, la preparación y la
confianza que muestran los profesores en la enseñanza de las matemáticas tanto en
hombres como en mujeres. Mientras que una buena enseñanza tiene efectos posi-
tivos en educación en stem, la mala educación ejerce exactamente lo contrario. Las
profesoras han sido asociadas al mejoramiento, interés y confianza de las niñas en
aspectos stem, ya que pueden acabar con el mito de que los niños poseen habilida-
des innatas, lo cual, como sabemos, son cuestiones no aprendidas y pertenecen a la
naturaleza de un ser desde su origen o nacimiento. También las profesoras pueden
actuar como modelos para las futuras científicas. En la gráfica 15.2 se muestran los
porcentajes de las actitudes de los estudiantes hacia las ciencias y las expectativas
que tienen hacia carreras relacionadas con las ciencias.
16
14
12.2
12
10
8
5.9
6 5.3 4.8
4
2.1
2 0.8
0.4
0
Ciencia e Ingeniería Salud Información Técnicas relacionadas
y comunicación tecnológica con las ciencias
Niños Niñas
ellos. Estos compromisos guardan relación con ideas preconcebidas que intentan
explicar el comportamiento de las mujeres en torno de los comportamientos cientí-
ficos (las chicas que estudian matemáticas son poco femeninas o hay campos de la
ciencia que pueden ser considerados “masculinos” y otros “femeninos”, la informá-
tica y la biología, respectivamente) que según algunos estudios se desarrollan en la
primera infancia y pueden desalentar el estudio de carreras científicas o ingenieriles.
Se ha demostrado que aun si las chicas no están conectadas con esos estereoti-
pos, si el comportamiento en su medio es af ín a ellos, puede verse minada su con-
fianza y, por tanto, su actitud e intención al estudio de carreras científicas.
En el tema de estudiantes y graduados en educación terciaria en el área de cien-
cia y tecnología, la diferencia observada en la composición de género es bastante
pronunciada. Que las mujeres prefieran o no estudiar carreras relacionadas con este
campo de estudio puede explicarse por su propia educación familiar; esto, a su vez,
tiene que ver con sus propias condiciones materiales y económicas, pero también
con la percepción de las disciplinas que se consideran “apropiadas” para las mujeres.
El ipg es una medición para evaluar las diferencias de género en los indicadores de
educación. Se define como la razón entre el valor correspondiente al sexo femenino
y el correspondiente al sexo masculino para un determinado indicador. Si el ipg=1,
significa que no hay diferencias entre los indicadores de hombres y mujeres. En el
año de 2014 el ipg del mundo fue 0.99.
En promedios regionales y mundiales, en el nivel terciario, se tiene que en
América Latina el ipg en promedio asciende a 1.31; solo la África Subsahariana y
Asia Meridional y Occidental tienen un ipg por debajo del límite para considerarse
una paridad de géneros (0.7 y 0.76, respectivamente).
Si observamos el cuadro veremos que el mundo, en su conjunto, ha alcanzado
la paridad de género en todos los niveles educativos, a excepción del nivel tercia-
rio, en el que alcanza un ipg de 1.12, es decir, con ventajas para los hombres. Sin
embargo, estos datos difieren por continente pero también entre países. Así, solo el
66% de los países han alcanzado la paridad de género a nivel primaria, 45% a nivel
secundaria, 25% a nivel bachillerato, y solo 4% a nivel terciario.
Las conclusiones que podemos obtener es que casi se ha alcanzado paridad de
género en educación preescolar, primaria, secundaria y bachillerato. Es en la edu-
cación terciaria donde se necesitan más esfuerzos para revertir la tendencia y al-
canzar la igualdad de género.
Cuadro 15.1. Panorama de las creencias, expectativas y motivación de los estudiantes
Creencias sobre la
naturaleza y el origen Proporción de estudiantes con
del conocimiento expectativas de desarrollar una Motivación para aprender
científico carrera relacionada con la ciencia ciencia
% de variación en
el rendimiento
en ciencias
explicado
por el estatus
socioeconómico
Rendimiento medio
en ciencias
Índice de creencias
epistémicas (apoyo a
métodos científicos)
Diferencia de puntos
por unidad en el índice
de creencias epistémicas
Todos los estudiantes
Chicos
Chicas
Mayor posibilidad de que
los chicos aspiren
a dedicarse a las ciencias
Índice de disfrute en el
aprendizaje de las ciencias
(dac)
Diferencia de puntos
por unidad en el índice dac
Diferencia por género
en el dac (chicos-chicas)
de los estudiantes
Media Índice Dif. Nota % % % Riesgo Índice Dif nota Diferencia %
promedio relativo promedio
Media ocde 493 0 33 24.5 25 23.9 1.1 0.02 25 0.13 12.9
Singapur 556 0.22 34 28 31.8 23.9 1.3 0.59 35 0.17 17
Japón 538 –0.06 34 18 18.5 17.5 1.1 –0.33 27 0.52 10
Finlandia 531 –0.07 38 17 15.4 18.7 0.8 –0.07 30 0.04 10
Canadá 528 0.3 29 33.9 31.2 36.5 0.9 0.4 26 0.15 9
Corea 516 0.02 38 19.3 21.7 16.7 1.3 –0.14 31 0.32 10
Nueva Zelanda 513 0.22 40 24.8 217 27.9 0.8 0.2 32 0.03 14
Reino Unido 509 0.22 37 29.1 28.7 29.6 1 0.15 30 0.18 11
Alemania 509 –0.16 34 1.3 17.4 13.2 1.3 –0.18 29 0.43 16
Holanda 509 –0.19 46 16.3 16.9 15.7 1.1 –0.52 30 0.25 13
Polonia 501 –0.08 27 21 15.4 26.8 0.6 0.02 18 –0.1 13
Noruega 498 –0.01 35 28.36 28.9 28.4 1 0.12 29 0.27 8
E.U. 496 0.25 32 38 33 43 0.8 0.23 26 0.21 11
Francia 495 0.01 30 21.2 23.6 18.7 1.3 –0.03 30 0.31 20
Suecia 493 0.14 38 20.2 21.8 18.5 1.2 0.08 27 0.22 12
España 493 0.11 30 28.6 29.5 27.8 1.1 0.03 28 0.11 13
Chile 447 0.15 23 37.9 36.9 39 0.9 0.08 15 –0.09 17
Uruguay 435 –0.13 27 28.1 23.8 31.9 0.7 –0.1 16 –0.7 16
México 413 –0.17 17 40.7 45.4 35.8 1.3 0.42 12 0.01 11
Brasil 401 –0.07 27 38.8 34.4 42.8 0.8 0.23 19 0.04 12
Perú 397 –0.16 23 38.7 42.7 34.4 1.2 0.4 9 0.01 22
Fuente: Elaboración propia con base en pisa 2015 resultados clave de la oecd.
366 Clara Martha Adalid Diez de Urdanivia
50
40
30
20
10
0
Francia
Finlandia
Panamá
México
Portugal
Venezuela
Grecia
Irlanda
Italia
Costa Rica
Bolivia
España
Suecia
Ecuador
Nicaragua
Reino Unido
Trinidad y Tobago
Dinamarca
Uruguay
Cuba
Chile
Argentina
Colombia
Recopilar estadísticas sobre las mujeres en la ciencia que puedan ser compa-
radas entre países es laborioso y dif ícil. Aunque el Instituto de Estadística de la
Unesco tiene datos comparativos de 86 países, faltan cifras de la mitad de países
del mundo, incluidos los centros de investigación más importantes como Australia,
Canadá, China, Reino Unido y Estados Unidos. Específicamente, cuando se habla
de países en desarrollo las estadísticas sobre género en educación superior y los in-
vestigadores científicos escasean aún más.
A continuación se presenta la gráfica 15.4, donde se puede observar la compa-
ración de las investigadoras de distintos países en los campos de las ciencias socia-
les, las naturales e ingeniería y tecnología.
368 Clara Martha Adalid Diez de Urdanivia
60
50
40
30
20
10
Portugal (2014)
China, Macao
Polonia (2014)
Chipre (2014)
Ecuador (2014)
República Checa
(2014)
Uruguay
Bulgaria (2014)
Croacia (2014)
Estonia (2014)
Rumanía (2014)
Bosnia
Irak
Egipto
Hungría (2014)
Serbia
Georgia
El caso de México
México comparte con los países latinoamericanos y de otras regiones del mundo la
baja matrícula, tanto para hombres como mujeres, en el campo de ciencia y tecno-
logía. Para México, este no es su único problema; en el ciclo 2016-2017 la matrícu
la total de posgrado representó solo el 8.7% de la matrícula total en licenciatura
(gráfica 15.5) en la comparación del total de matriculados en posgrado versus la
matrícula de aquellos en ciencias naturales y exactas e ingenierías los resultados
ascienden a 13.3%. De este total, las mujeres representaron 37.5% contra 62.5% de
hombres (gráfica 15.6).
En la gráfica 15.7 se observa el comportamiento de la matrícula de mujeres
dede 2011 hasta 2017. La tasa de crecimiento en este periodo asciende a 23.31% en
las ingenierías y a 28.1% en ciencias. En un comparativo entre la matrícula total de
mujeres en posgrado versus la matrícula de las mismas en c+t, solo 9.2%, en el año
2017, están inscritas en algún posgrado de c+t.
Cuadro 15.3. Índice de desigualdad de género
Tasa de Tasa de Proporción
mortalidad natalidad entre de escaños Población con al menos Tasa de participación en
Índice de desigualdad materna adolescentes, en el algún tipo de educación la fuerza de trabajo (% de
de género muertes nacimientos parlamento (% de 25 años o más) 15 años o más)
por c/1000 por cada 1000
nacidos mujeres entre (% ocupado
Valor Puesto vivos 15 y 19 años por mujeres) Mujeres Hombres Mujeres Hombres
País 2015 2015 2015 2015a 2015 2005-2015b 2005-2015b 2015 2015
Desarrollo Humano muy alto
Noruega 0.053 6 5 5.9 39.6 96.1 94.6 61.2 68.5
Australia 0.12 24 6 14.1 30.5 91.4 91.5 58.6 70.9
Siuza 0.04 1 5 2.9 28.8 96.1 97.3 62.7 74.8
Alemania 0.066 9 6 6.7 36.9 96.4 97 54.5 66.4
Dinamarca 0.041 2 6 4 37.4 89.1 98.5 58 66.1
Canadá 0.098 18 7 9.8 28.3 100 100 61 70.3
Estados Unidos 0.203 43 14 22.6 19.5 95 95.1 56 68.4
Suecia 0.048 4 4 5.7 43.5 88 88.3 60.9 68.2
Reino Unido 0.131 28 9 14.6 26.75 81.3 83.6 56.9 68.7
Japón 0.116 21 5 4.1 11.6 93.04 90.6 49.1 70.2
Corea 0.067 10 11 1.6 16.3 88.8 94.6 50 71.8
Francia 1.102 19 8 8.9 25.7 79.7 85.5 50.7 60.1
Finlandia 0.56 8 3 6.5 41.5 100 100 55 62.14
España 0.081 15 5 8.4 38 79.7 76.6 52.3 64.8
Chile 0.322 65 22 47.8 15.8 76.1 76.9 50.7 74.6
Argentina 0.362 77 52 63.8 37.1 63.5 61.4 48.4 74.5
Desarrollo Humano alto
Uruguay 283 55 15 56.1 19.2 55 51.6 55.4 76.3
Panamá 0.467 100 94 74.5 18.3 70.1 66.1 50.5 80.5
Costa Rica 0.308 63 25 56.5 33.3 54.5 53.8 46.8 76.6
Cuba 0.304 62 39 45.6 48.9 83.9 86.7 42.6 68.6
Venezuela 0.461 101 95 79.4 17 72.6 65 51.4 78.4
México 0.345 73 38 62.8 40.6 56.1 59 45.4 79.5
Perú 0.385 86 68 49.1 22.3 56.2 67 65.7 82.6
Ecuador 0.391 88 64 75.9 41.6 48.2 49.4 49 79.7
China 0.164 37 27 7.3 23.6 69.8 79.4 63.6 77.9
Colombia 0.393 89 64 50.2 20.9 50.3 59.6 57.9 79.8
Desarrollo Humano medio
Paraguay 0.464 104 132 57.4 16.8 46.2 47 58.1 84.56
El Salvador 0.384 85 54 65.2 32.14 39.4 44.8 49.1 79.2
Bolivia 0.446 98 206 70.8 51.8 49.6 58.7 63.9 82.5
Nicaragua 0.462 103 150 88.8 41.3 45.7c 44.1c 49.1 80.3
Guatemala 0.494 113 88 80.7 13.9 37.4 36.2 41.3 83.6
Desarrollo Humano bajo
Haití 0.593 142 359 39.3 3.5 25.7c 38.7c 61.5 71.4
OCDE 0.194 — 14.5 22.4 27.7 84.2 86.9 51.1 68.6
Mundo 0.442 — 216T 44.7 22.5 60.3 69.2 49.6 76.2
Fuente: Elaboración propia con base en Informe sobre desarrollo humano, 2016.
372 Clara Martha Adalid Diez de Urdanivia
3 500 000
3 000 000
2 500 000
1 923 284
2 000 000
1 899 320
1 500 000
1 000 000
0
Hombres Mujeres Total
Licenciatura Posgrado
Fuente: Elaboración propia con base en Anuario estadístico de la educación superior 2016-2017 de
la anuies.
300 000
250 000
200 000
152 667
181 442
150 000
100 000
27 772 16 643 44 415
50 000
0
Hombres Mujeres Total
Fuente: Elaboración propia con base en Anuario estadístico de la educación superior 2016-2017 de
la anuies.
La ciencia y la tecnología también tienen rostro de mujer 373
250 000
200 000
150 000
100 000
50 000
0
2011 2012 2013 2014 2015 2016
50 000
40 000
30 000
20 000
10 000
0
Total Hombres Mujeres
200 000
150 000
100 000
50 000
0
Total Hombres Mujeres
Matrícula total Ingeniería y Tecnología Naturales y Exactas
Fuente: Elaboración propia con base en Anuario estadístico de la educación superior 2016-2017 de
la anuies.
La ciencia y la tecnología también tienen rostro de mujer 375
35 000
30 000
25 000
20 000
15 000
10 000
5000
0
Total Hombres Mujeres
Matrícula total Ingeniería y Tecnología Naturales y Exactas
Fuente: Elaboración propia con base en Anuario estadístico de la educación superior 2016-2017 de
la anuies.
7 000
6 000
5 000
4 000
3 000
2 000
1 000
0
Matrícula Egresados Graduados
Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total
Fuente: Elaboración propia con base en Anuario estadístico de la educación superior 2016-2017 de
la anuies.
Fuente: Elaboración propia con base en Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnolo-
gía (ricyt).
La ciencia y la tecnología también tienen rostro de mujer 377
Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de graduarse en cuatro
campos en la educación terciaria: educación, humanidades, ciencias sociales y salud.
Por otra parte, los hombres son mayoría en los graduados en educación terciaria,
en campos como la tecnología de la información, ingeniería de la construcción y
agricultura. Los hombres representan más de tres quintas partes de los graduados
terciarios de este programa en 92 de 103 países, con datos disponibles en 2016.
Conclusiones
investigadoras hay, cuántos becarios en c+t son del sexo femenino y, en general, el
total de mujeres trabajando en c+t.
Los datos acerca del índice de desigualdad de género nos ofrecen un panorama
para México bastante desalentador. No podemos dejar de considerar los datos que
nos ofrece Inegi para el año 2009: de cada 100 mujeres, 8 no saben leer ni escribir;
en los varones la proporción es de 5 de cada 100 hombres. En números absolutos
esto indica que en el país hay 4 598 045 mujeres analfabetas.
De acuerdo con los datos de la Unesco, la mayoría de pobres en el mundo son ni-
ños y mujeres que ascienden a más de mil millones de personas. Estas cifras son des-
alentadoras y representan un gran desperdicio de recursos dado que el porcentaje de
mujeres, en una gran cantidad de países en el mundo, es superior al de hombres. La
participación de las mujeres en la ciencia es esencial y necesaria en los esfuerzos que
los países realizan para aliviar la pobreza. Deben superarse las barreras para que las
mujeres accedan a la investigación y el trabajo en el campo científico.
Podemos concluir diciendo que todavía es necesario hacer un mayor esfuerzo
para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible adopta-
da por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015.
Solo con una mayor y mejor educación seremos capaces de erradicar los prejui-
cios que existen en algunas ideas preconcebidas que intentan “corregir” y explicar
el comportamiento de las mujeres acerca de los quehaceres científicos. Ideas que se
desarrollan desde muy temprana edad, con lo que se pretende desalentar el deseo
de estudiar carreras científicas e ingenieriles.
Se requieren muchos esfuerzos y cambios en la agenda educativa, en la que las
mujeres en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas juegan un papel
primordial.
Referencias
el siglo xix, tanto desde el punto de vista de su significado, su denotación, así como desde el pun-
to de vista de su utilización metodológica. Para un pormenorizado recorrido del concepto puede
verse el texto de Claudine Attias-Donfut, “El concepto de generación. Usos sociales y concepto so-
ciológico”, tomado de su libro Sociología de las Generaciones. Claudine Attias-Donfut, “La noción
¶ 379
380 Mario Carrillo, Rigoberto Ramírez y Rafael Flores
miento y las ideologías de los individuos, además, permite identificar matices que
de otra forma sería imposible detectar, esto aporta mayor certeza a las conclusio-
nes a las que podemos llegar en los estudios y en el entendimiento de los procesos
políticos.
Este tópico es parte de un problema más general: las características estruc-
turales y pensamientos mediante los cuales los individuos asumen distintos com-
portamientos políticos como votar, participar en un movimiento o pertenecer a
una organización. Se enmarca en diferentes teorías que tienen entre sus principa-
les preocupaciones: la participación, la generación de redes, la creación de capital
social, la movilización social y política. El estudio de las generaciones puede ser
complementario de enfoques sobre la cultura política, proporciona una visión es-
tructural de una de las características más significativas que determinan a las agre-
gaciones de individuos: la temporal.
El objetivo final de este trabajo es desarrollar una delimitación de las genera-
ciones que actualmente interactúan en nuestro país, caracterizándolas desde las
variables históricas que las conforman y desde su predisposición a participar y es-
tablecer vínculos con el propósito de alcanzar metas específicas. Para alcanzar este
propósito, se desarrollará un análisis de la conformación de los valores políticos y
se indagará sobre las formas particulares en que las generaciones encaran los dis-
tintos indicadores que los conforman y que constituyen los marcos referenciales
para la toma de decisiones políticas.
Más allá del proceso que valora los costos y los beneficios que se esperan recibir
en la satisfacción de una necesidad (puede ser una necesidad inmediata, vinculada
al ámbito de subsistencia del individuo, o referirse a preocupaciones que los tras-
cienden y los sitúan en ámbitos más generales, como el interés por participar en
las decisiones que los afectan, escoger a los portadores de sus demandas, o luchar
por la defensa de sus derechos y libertades cívicas y personales), los valores son la
fuente de alimentación de ese proceso, un punto de referencia más para cotejar
las decisiones. La trascendencia de la inmediatez que implican y su posición como
parte fundamental de la estructura mental de los individuos condiciona, en muchas
ocasiones, los procesos anteriores.
Al hablar de generaciones nos remitimos necesariamente a un ámbito diacró-
nico en el que la determinante del tiempo es fundamental. Desde ese punto de vista
el alcance temporal que a nosotros nos interesa recuperar es el de los sustratos vi-
tales de los individuos, formados a través de distintos procesos temporales y locali-
zados a lo largo de la historia de su vida, más que de las posiciones dictadas por la
de generación: usos sociales y concepto sociológico”, El hombre y la sociedad, núm. 90, Tiempo y
memoria hoy, 1988, pp. 36-50.
Cultura política y generaciones en México 381
diferencias generacionales de manera tan consistente y duradera como para verse apenas
alteradas por acontecimientos políticos específicos. El segundo es un efecto de perio-
do: algunas opiniones o actitudes varían en todas las generaciones como resultado de
acontecimientos que afectan a todas ellas a la vez, sin que ello produzca necesariamente
un cambio actitudinal consistente o duradero […] El tercero es el efecto de ciclo vital:
algunas actitudes cambian a medida que la cohorte envejece.3
España”, Revista Española de Ciencia Política, vol. 1, núm. 2, abril, 2000, p. 94.
382 Mario Carrillo, Rigoberto Ramírez y Rafael Flores
Los individuos que crecen como contemporáneos experimentan –tanto en los años de
gran receptividad como después– las mismas influencias directrices de la cultura inte-
lectual que les moldea y de la situación político-social. Constituyen una generación, una
contemporaneidad, porque esas influencias son unitarias. Se produce así un vuelco: se
pasa a considerar que, en lugar de ser un simple dato cronológico, la contemporaneidad
significa, en la historia del espíritu, la existencia de influencias similares […] la distancia
de la generación se transforma en tiempo interior vivenciable, y la contemporaneidad de
la generación en un ser interior idénticamente determinado.4
individuos a determinado terreno de juego dentro del acontecer posible y […] les sugie-
re así una modalidad específica de vivencia y pensamiento, una modalidad específica de
4 Karl Mannheim, “El problema de las generaciones”, Revista Española de Investigaciones Socio-
encajamiento en el proceso histórico. Por lo tanto, una posición de ese tipo elimina, de
entrada, un gran número de las modalidades y formas de vivencia, pensamiento, sen-
timiento y acción que son posibles en general, y delimita determinadas posibilidades
circunscritas como terreno de juego de las realizaciones de la individualidad [en con-
traposición se da igualmente ] una tendencia hacia determinados modos de conducta,
sentimiento y pensamiento, que es inherente a cada una de esas posiciones […] Quere-
mos, por eso, hablar de una tendencia inherente a cada posición que puede ser determi-
nada desde la propia posición.5
5 Ibid., p. 209.
6 Gianfranco Battin se refiere a esta misma problemática, al hablar del impacto sobre las gene-
raciones de los eventos decisivos: “Es evidente que un evento histórico de gran portada marca todas
las generaciones viejas y nuevas; pero también es de otra manera evidente que viene percibido por
los actores singulares en relación con una condición diversa y específica. Para un individuo maduro,
experimentado, el evento en cuestión se coloca, casi siempre, en una serie de eventos ya conocidos;
para un joven, sin embargo, puede ser percibido como una primera importante, probablemente de-
finitiva, experiencia que se convierte en una suerte de piedra angular con respecto a la cual vale la
pena construir un código de comportamiento ético y político y después aplicarlo, aunque en modo
radical, en el ámbito de un proyecto político de amplias prospectivas.” Gianfranco, Bettin Lattes,
“Sul concetto di generazione política”, Rivista italiana de Scienza política, Boloña, Il Mulino, abril,
1999, p. 8.
La literatura, por otra parte, es una fuente inagotable de ejemplos de las maneras en que las ge-
neraciones enfrentan y asimilan la misma vivencia. Philip Roth, en su novela El animal moribundo,
describe cómo un hombre maduro, casado y con un hijo reflexiona sobre la revolución sexual de los
años sesenta en Estados Unidos. Parte del reconocimiento del estado de cosas que le tocó vivir en la
época de formación de sus vivencias primordiales:
“En la época de mi adolescencia y juventud, uno no era un hombre emancipado en el terreno
sexual. Eras un allanador de moradas. Eras un ladrón en el ámbito sexual. ‘Pulías’ una sensación.
Robaba sexo. Engatusabas, rogabas, halagabas, insistías […] Tenías que luchar por cada relación se-
384 Mario Carrillo, Rigoberto Ramírez y Rafael Flores
xual, contra los valores si no contra la voluntad de la chica. Las normas exigían que le impusiera tu
voluntad. Así le enseñaban a ella a mantener el espectáculo de su virtud. Que una chica corriente se
hubiera ofrecido voluntaria, sin una insistencia interminable, a romper el código y realizar el acto
sexual, me habría confundido. Porque nadie, ni de uno ni de otro sexo, tenía la menor intuición de
una herencia erótica. Eso era algo desconocido […] La única manera de practicar el sexo consen-
sual era con una prostituta o hacerlo con una chica que era tu novia de siempre y con la que todo
el mundo suponía que ibas a casarte. Y en este caso pagabas lo que debías, porque lo más frecuente
era que te casarás con ella”, Philip Roth, El animal moribundo, Barcelona, Santillana, Edición en for-
mato digital, octubre 2011, p. 41.
Para después cuestionarse si podrá ser usufructuario de las inmensas posibilidades que se le
abrían con el nuevo estado de cosas:
“Esa clase de liberación de los años 60 era lo que yo había pensado desde el principio, pero al
comienzo, mi comienzo, no existía nada parecido a la aprobación comunitaria de cualquier cosa se-
mejante, no había un torrente social que se apodera de ti y te llevara. No había más que obstáculos
[ahora] personas que tenían 15 o 20 años menos que yo, los beneficiarios privilegiados de la revolu-
ción podían permitirse el lujo de pasar por ella inconscientemente. Había una fiesta exuberante, un
sórdido paraíso de desorden y, sin pensar ni tener necesidad de hacerlo, lo reclamaban como suyo y,
en general, con todas sus trivialidades y chucherías. Pero yo tenía que pensar. Aquí me encontraba,
todavía en la flor de la vida, y el país entraba en aquella época extraordinaria. ¿Soy o no soy candi-
dato a este repudio salvaje, chapucero y estridente, esta demolición general del pasado inhibitorio?
¿Puedo dominar la disciplina de la libertad, en contraposición al atolondramiento de la libertad?
¿Cómo convierte uno la libertad en un sistema?”, Ibid., pp. 40-41.
7 Karl Mannheim, op. cit., pp. 216-217.
Cultura política y generaciones en México 385
tar esa problemática en sí misma. Solo entonces se constituirán aquellos estratos de los
contenidos de la conciencia y aquellas disposiciones que –debido a la nueva posición
histórica y social– han pasado a ser problemáticos y que, por eso, se han hecho cons-
cientes; solo entonces se está verdaderamente “presente”.8
parece cerrarse cuando ese fondo vital aproblemático apenas se altera ya directamente
[y] se puede encontrar un indicio indirecto del cierre de ese proceso en el habla y en la
pronunciación. Si se puede comprobar cuando se cierra el proceso de adquisición del
habla, del dialecto del individuo, dispondríamos al menos de un punto de apoyo para
fijar el momento en que se haya de situar el cierre de la constitución del fondo vital en
el individuo. Según las investigaciones científicas […] el lenguaje cotidiano, el dialecto
del individuo, apenas cambia a partir de los 25 años.9
8 Idem.
9 Idem.
386 Mario Carrillo, Rigoberto Ramírez y Rafael Flores
Tómese un gran ámbito histórico dentro del cual se ha producido un cambio en el vivir
humano que sea radical, evidente, incuestionable. Es decir, partamos de un momen-
to histórico en el que el hombre vive tranquilamente instalado en una cierta figura de
mundo […] Si deslizamos la mirada por el tiempo que sigue, vemos con toda claridad
que el hombre […] va perdiendo tranquilidad con respecto a su mundo. Un poco más
allá vemos que se mundo se viene abajo y el hombre no sabe qué posición tomar. Segui-
mos y arribamos a otra fecha en que le hallamos nuevamente tranquilo. Se ha instalado
de nuevo en un mundo cierto y en él persevera complacido durante siglos.11
10 Julián Marías, El método histórico de las generaciones, Madrid, Editorial Revista de Occiden-
te, 1967, p. 171.
11 José Ortega y Gasset, En torno a Galileo, en Obras completas, tomo v, Madrid, Revista de
Este panorama, dice más adelante Ortega, “nos hace tomar contacto evidente
con tres épocas”: la época de la estabilidad, la de la incertidumbre y la nueva épo-
ca.12 La nueva época,
nos muestra con sobrada claridad el desarrollo insistente y continuo de ciertos princi-
pios de vida que fueron por primera vez definidos en una cierta fecha. Esta fecha es la
decisiva en la serie de las fechas que [la integran]. En ella vive una generación que por
vez primera piensa los nuevos pensamientos con plena claridad y completa posesión de
su sentido: una generación, pues, que ni es todavía precursora, ni es ya continuadora. A
esa generación llamo generación decisiva.13
¿Cómo pueden investigarse las diversas estructuras del mundo colectivo para situar
en ellas a los individuos de una época? Consideremos las formas posibles de vivir una
innovación histórica, es decir, una forma de vida nueva […] Supongamos, para mayor
simplicidad, que se trate de una innovación que alcanza rápidamente a la sociedad ente-
ra, descontando la posible tardanza en llegar a ella, desde algunos círculos minoritarios
muy estrechos […] Considero, pues, que cada una de las formas de vivir la innovación
de que se trata coincide con una generación.14
El autor define después las formas en que cuatro generaciones viven la innova-
ción histórica, y dentro de ese contexto habla de la generación inicial y creadora,
la primera de la época: “una minoría juvenil tiene una pretensión de nuevo estilo
que pugna por hacerse vigente en el mundo de estructura distinta. La vida de estos
hombres es un esfuerzo por imponer, en la forma total de la vida, una nueva sen-
sibilidad vital. Al llegar estos hombres a su madurez, su pretensión ha alcanzado
una primera vigencia es la primera generación de la época, la generación inicial y
creadora”.15
Los dos autores parten de la localización en el ámbito histórico de un momen-
to en que se da un cambio radical en el vivir humano, evidente, incuestionable, que
plantea una forma de vida nueva con la consiguiente destrucción del viejo mundo
y sus certidumbres. Ortega nos describe los momentos del proceso, mientras que
Marías nos remite a la manera en que las distintas generaciones viven la innovación
12 Los nombres de las épocas mencionados los definimos nosotros, ya que en este párrafo Or-
histórica. Los dos describen a una generación que puede servir de punto de partida
para delimitar la serie constitutiva de las generaciones.
Ortega la llama la “generación decisiva” y localiza la fecha en la que vive en el
momento en el que fueron definidos los nuevos pensamientos, “con plena claridad
y completa posesión de su sentido”; mientras que Marías, coincidiendo, habla de
la “generación inicial” que hizo vigente la innovación histórica, imponiendo una
nueva “sensibilidad vital”. El reto metodológico es la localización de una genera-
ción de este tipo, que nos ayude a determinar el punto de origen desde el cual
partiremos para construir la estructura cronológica que divida y delimite a las dis-
tintas generaciones.
16 Carolina Galais, “Edad, cohortes o periodo. Desenredando las causas del desinterés político
seguramente fueron marcados, incluso traumatizados, por los acontecimientos que los
empujaron a luchar por el poder. Más que los de otras edades, se constituirán enton-
ces en una generación en el sentido mannheimiano y sociológico; son hombres cuyas
creencias y actitudes fundamentales resultan influidas de manera radical y permanente
por los acontecimientos que los llevaron al gobierno. Estas personas tienden por tanto
a interpretar cada nueva situación de acuerdo con la escala de valores que se elaboró
en aquel momento, y se mostrarán incapaces, renuentes y contrarios a asimilar nuevas
ideas y enfrentar las distintas situaciones que la historia les depara.17
los eventos a los cuales el grupo dirigente apela constantemente para justificar su poder
van perdiendo significado para las generaciones sucesivas, y dif ícilmente serán acep-
tados como fuente de legitimidad del régimen. Las circunstancias históricas que pro-
17 Juan Linz, El factor tiempo en un cambio de régimen, México, Instituto de Estudios para la
vocaron la crisis nacional y el golpe de Estado se tornan irrelevantes para las nuevas
generaciones que se plantean los problemas contemporáneos de su sociedad y de los
procesos de desarrollo político de los otros países.18
La tercera generación, que alcanza la madurez bajo este tipo de régimen (es decir, los
nietos de aquellos que combatieron en los tiempos de su fundación), tomará con toda
probabilidad una actitud de absoluta indiferencia ante los temas que motivaron la lu-
cha de sus abuelos. Por más sensibles que sean, rechazarán cínicamente las interpreta-
ciones oficiales de sus acontecimientos, pues en el presente ya están en condición de
examinarlas a la luz de la realidad contemporánea del régimen, constatando también
algunas veces la traición a los ideales originarios y ciertamente ya no querrán comba-
tir las viejas batallas […] Por otro lado, la tercera generación de descendientes de los
derrotados estará menos consciente de los riesgos tomados por sus abuelos y de los cos-
tos que han sufrido por su propia derrota. Es menos probable que los antiguos sufri-
mientos actúen como freno, mientras que se llega con facilidad a una idealización de
la causa.19
Desde que existe democracia –por tomar un ejemplo cualquiera–, cada generación te-
nía por fuerza que ver sus problemas desde una altura distinta. No puede ser la misma
la experiencia que de la democracia tiene la generación que le inaugura y la que recibe
de ella la generación siguiente y así en adelante. Aun viviendo todas dentro del horizon-
te y la fe democráticos, su actitud, con respecto a ella, tenía que ser distinta.20
18 Idem.
19 Ibid., p. 76.
20 José Ortega y Gasset, op. cit. p. 53.
Cultura política y generaciones en México 391
21 “Así, la primera generación [dice Tizziani] está marcada por la experiencia del primer régi-
men peronista entre 1946 y 1955; la segunda, por el complejo proceso político que desemboca en el
segundo periodo de gobierno peronista en 1973; la tercera generación, por último, se configura en
torno de la vivencia de los dos gobiernos sucesivos de Carlos Menem durante la década de los 90.
Sin embargo, esos tres periodos son indisociables, en los relatos, de una temporalidad más amplia,
que contribuye también a definirlos las experiencias de gobierno peronista […] constituyen así pun-
tos de anclaje que definieron toda una época, y son movilizados para evaluar experiencias anteriores
y posteriores. Y esta comparación entre experiencias vividas produce a su vez, una reinterpreta-
ción de las experiencias de gobierno peronista que constituyen el núcleo central del periodo”. Ania
Tizziani, Generaciones políticas: una clave de interpretación del largo plazo: Algunas reflexiones a
partir del caso del movimiento peronista, Buenos Aires, Centro Interdisciplinario para el Estudio de
Políticas Públicas, Documento de Trabajo, núm. 64, abril, 2008, p. 9.
22 Ibid., p. 8.
23 Ibid., p. 23.
392 Mario Carrillo, Rigoberto Ramírez y Rafael Flores
de las experiencias críticas vividas que pudieron determinar sus experiencias pri-
mordiales, responsables de sus futuros comportamientos24.
Cohortes en México
24 Torcal y Montero hacen una amplia definición de lo que consideran generación política, apo-
yándose en distintos autores que se han encargado del problema: “Una generación política, es aquel
‘grupo de seres humanos que han estado expuestos a las mismas experiencias históricas durante sus
años de formación’ […] ‘los individuos que pertenecen a una misma generación y que comparten
el mismo año de nacimiento se caracterizan por estar ubicados en un lugar común en el proceso
histórico’. En este sentido, las generaciones sólo adquieren significado cuando los individuos que las
integran comparten experiencias políticas y sociales singulares que marcan su manera de pensar y
actuar, distinguiéndose así de otras […] De ahí que las generaciones políticas puedan distinguirse
cuando los rasgos actitudinales o las pautas de comportamiento de quienes las componen resulten
en términos relativos distintas de los rasgos y pautas de las restantes generaciones como consecuen-
cia de los acontecimientos políticos y sociales acaecidos durante sus años de formación. Además, y
como cabía esperar, las generaciones tienden a perfilarse con mayor nitidez en aquellas sociedades
que han conocido cambios sustanciales en cualquiera de sus órdenes”. Mariano Torcal y José Ramón
Montero, op. cit., p. 94.
Galais, por otra parte, define cohorte: “a cada uno de […] los grupos de población nacidos en
un determinado periodo y, por tanto, influenciados en sus valores y actitudes políticas por un mis-
mo conjunto de factores sociales, históricos o políticos. A diferencia de la edad, las cohortes son un
factor de cambio cultural; puesto que, si el contexto en que crecieron los ciudadanos de distintas
épocas es diferente, sus creencias y orientaciones políticas también lo serán, y se producirá un efec-
to de sustitución o renovación cultural a medida que los ancianos mueran dejando paso a las nuevas
generaciones”. Carolina Galais, op. cit., p. 88.
Estos autores delimitan los tramos de edad de las cohortes, al igual que Mannheim, a partir de
la edad básica para la socialización, etapa denominada de “maduración política”, situada entre los 17
y los 25 años. Nosotros retomaremos este criterio para delimitar las cohortes, sin embargo, por la
dificultad que implican los cortes cuando un grupo de edad se sitúa en más de un periodo, se da un
margen de dos años en los dos límites para agruparlos.
Cultura política y generaciones en México 393
Cuadro 16.1
Años Maduración
Generación de nacimiento política Edades actuales
Primera Formación 1920-1929** (1938-1949) Más de 88
del Estado
Segunda Predominio 1930-1941 (1950-1962) De 77 a 87
priista
Tercera Crisis 1942-1951 (1963-1972) De 67 a 76
del sistema
Cuarta Liberalización 1952-1964 (1973-1985) De 55 a 66
Quinta Transición 1965-1979 (1986-2000) De 39 a 53
Sexta Primera 1980-1991 (2001-2012) De 27 a 38
alternancia
Séptima Segunda 1992-¿? (2013-¿?) Menos de 26
alternancia*
*La séptima generación de la “segunda alternancia” aún no puede ser descrita en su totalidad.
** Dada que esta clasificación no obedece a determinaciones cuantitativas, los lapsos de las co-
hortes no tienen el mismo número de años.
La primera comprendería los nacidos entre 1920 y 1929 del siglo pasado, su
maduración política la vivieron en medio de los últimos años de la conformación
del sistema político posrevolucionario, efervescencia e indefinición política, asimis-
mo, una gran movilización social acompañaría su edad formativa, al igual que estar
sujetos proyectos divergentes del país. Es la generación de la formación del Estado,
que entre 1938 y 1949 (últimos años del gobierno de Cárdenas, gobierno de Ávila
Camacho y la primera mitad de Miguel Alemán) completa uno de los ciclos más
importantes de socialización. Actualmente es una generación muy mayor, con
más de 88 años.
La segunda cohorte nació entre 1930 y 1941 y vivió sus años de maduración
política en plena hegemonía priista. Es testigo del dominio absoluto del Partido Re-
volucionario Institucional (pri), de la preponderancia indiscutible del presidente de
394 Mario Carrillo, Rigoberto Ramírez y Rafael Flores
la República y de la pleitesía a su figura, así como de todos los excesos del autorita-
rismo. También vive la supresión de toda disidencia, de las unanimidades impuestas
y aplaudidas, y del control de todos los medios de comunicación. La generación del
predominio priista tiene sus enseñanzas políticas formativas conscientes entre 1950
y 1962 (últimos años de Miguel Alemán, gobierno de Ruiz Cortines y casi todo el
sexenio de López Mateos). En la actualidad esta generación tiene entre 77 y 87 años.
La generación de la crisis del sistema, la tercera cohorte, que nació entre 1942
y 1951, ve al sistema político en franca caída; tanto el modelo económico como el
sistema de dominación se encuentran en severos problemas. Los mecanismos de
control se rigidizan y el descontento se manifiesta entre la clase media y los núcleos
urbanos, que crecen bajo la influencia cultural del exterior, comienzan a presionar
por una apertura del régimen y por cambiar los modelos de dominación y control
de la vida cotidiana, de la familia y de la escuela entre ellos. Alrededor de la mayo-
ría de edad se ven sujetos a información contradictoria, que los envía por caminos
opuestos entre los años de 1963 a 1972 (últimos años de López Mateos, todo el se-
xenio de Díaz Ordaz y primeros años de Luis Echeverría). Actualmente los de esta
generación tienen entre 67 y 76 años.
Los individuos de la cuarta cohorte nacen entre los años de 1952 y 1964, ad-
quieren su maduración política en los 12 años que van de 1973 a 1985. Este lapso
temporal transcurre en la segunda parte del gobierno de Echeverría, todo el sexenio
de López Portillo y los primeros años del gobierno de Miguel De La Madrid. Los in-
tegrantes de esta generación gozan de una cierta liberalización del sistema político,
los lazos autoritarios se suavizan y se hacen presentes expresiones diferentes a las
del bloque hegemónico, que a su vez se desquebraja. El discurso oficial se desdibuja
y se hace contradictorios. La figura del presidente pierde mucho de su hálito de sa-
cralidad y la crisis económica atraviesa todas sus experiencias vitales, atribuyendo
su malestar a las políticas erráticas y corruptas del presidente en turno. Al final del
periodo de maduración comienzan a ver la emergencia institucional de opciones
partidistas, el antipriismo como posición política se empieza a extender fuera de
los núcleos más ideologizados de la población. Los integrantes de la generación de la
liberalización tienen entre 54 y 66 años.
La quinta cohorte, la de la transición, en este año los individuos que la integran
cumplen entre 39 y 53 años en 2019, ya que nacieron entre 1965 y 1979. Su periodo
de maduración política lo tienen durante la última etapa del gobierno del presiden-
te De La Madrid y durante todo el sexenio de Carlos Salinas y de Ernesto Zedillo.
Viven la etapa de la emergencia electoral y de la esperanza del cambio político, ven
desmoronarse electoral y estructuralmente al partido oficial y la consolidación de dos
opciones partidarias, una a la derecha y otra a la izquierda, con opciones reales de
triunfo, que obtienen presidencias municipales, diputaciones y gubernaturas.
Cultura política y generaciones en México 395
Es una etapa de revaloración del voto y del reconocimiento de las distintas op-
ciones partidarias, incluida la del partido oficial mismo, justipreciados en un nuevo
contexto determinado por la competencia. Los procesos de liberalización se acen-
túan y las voces opositoras se empiezan a escuchar con más frecuencia en medios
más cercanos y cotidianos a la gente.
La generación de la primera alternancia tuvo su proceso de maduración polí-
tica en los doce años que gobernó el Partido Acción Nacional (pan), nacen entre
los años de 1980 y 1991 y tiene hoy entre 27 y 38 años. Los puntos de referencia
con los que construyen su imaginario político son sustantivamente diferentes a
los de las anteriores cohortes, ya que los parámetros de valoración se desplazan al
cumplirse el postulado teleológico de la alternancia: la vinculación causal entre las
malas prácticas de gobierno, la mala situación del país y el partido político hasta
entonces en el poder se rompe.
Los partidos diferentes al pri asumen espacios de gobierno a todos los niveles,
en su gran mayoría no demuestran mejores y mayores capacidades para enfrentar
los problemas que antes eran achacados al partido tricolor; asumen prácticas po-
líticas atribuidas como patrimonio exclusivo de ese partido. Nuevas clientelas sur-
gen alrededor de los partidos en los gobiernos, condicionando su voto por intereses
personales, el voto de castigo al pri se retrae y el voto de confianza, sin prueba,
merma. Las percepciones que surgen de esto adquieren diferentes vías: la desilu-
sión, el desinterés, la desconfianza en todos los partidos y la política, y el refugio en
soluciones carismáticas o violentas.
Finalmente, la generación de la segunda alternancia, actualmente algunos de
sus integrantes están viviendo la etapa de formación crítica y otros aún no la
comienzan. El regreso del pri a la Presidencia de la República marca sus impre-
siones, junto con el descrédito de todos los partidos que lo acompañan. La in-
seguridad, el crimen organizado y la corrupción se siguen manteniendo como
signos distintivos de la época. Yo soy 132, Ayotzinapa, las reformas estructurales,
entre otros temas los acompañan en su proceso de socialización fundamental que
aún continúa.
Generaciones y democracia
la elección de sus gobernantes constituyen para los individuos uno de los insumos
colectivos de participación más importantes.
En ese sentido, la identificación de los espacios democráticos en donde se vive y
sus potencialidades representan insumos importantes para entender el comporta-
miento de los individuos. En este apartado analizaremos la apreciación sobre la de-
mocracia y las alternativas a ella la consideración de un gobierno fuerte con amplias
atribuciones y las libertades a las que se estaría dispuestos a renunciar a cambio de
otros satisfactores y, finalmente, la apreciación que se tiene sobre dos de los pilares
en que descansan las democracias: el Congreso y los partidos políticos.
Valores democráticos
Cuadro 16.3. El país funcionaría mejor si fuera gobernado por líderes duros
En desacuerdo No contesta
De acuerdo (%) (%) No sabe (%) (%)
1. Formación 53.1 40.6 6.3 0
del Estado
2. Predominio 46.8 48.1 5.2 0
priista
3. Crisis del 40.9 53.1 5.3 0.6
sistema
4. Liberalización 41.7 55.3 2.9 0.2
5. Transición 42.8 54.1 2.7 0.5
6. Primera 43.9 53.9 1.9 0.3
alternancia
7. Segunda 46.4 49.6 3.6 0.4
alternancia
Promedio 45.1 50.7 4.0 0.3
Fuente: Encuesta Nacional de cultura política y participación ciudadana, encup, Secretaría de
Gobernación, 2012.
forma de gobierno. Sin embargo, las otras dos aseveraciones, contrarias al espíritu
democrático, no salen mal calificadas, ya que casi dos quintas partes la sostienen.
Más de 20% dice que en algunas circunstancias un gobierno autoritario es preferi-
ble a uno democrático, y casi 17% señala que les da lo mismo el tipo de gobierno.
un gobierno autoritario
democráticas (suma 2
puede ser preferible a
preferible a cualquier
régimen democrático
uno democrático (%)
1. La democracia es
Dos respuestas no
le da lo mismo un
circunstancias,
2. En algunas
No sé (%)
y 3) (%)
(%)
Si nos asomamos a las cohortes, esta situación se comienza a matizar: tres co-
hortes tienen una menor identificación con los postulados democráticos: la de la
formación del Estado, la del predominio priista y la de la primera alternancia; más
de dos quintas partes de sus integrantes lo manifiestan así, aunque la única que está
por debajo de 50% en apoyo a la democracia es la más vieja.
En el otro extremo, las que más apoyan los postulados democráticos son la ter-
cera y cuarta cohorte, la de la crisis del sistema y la de la liberalización, en las cuales
Cultura política y generaciones en México 399
más de tres quintas partes apoyan los postulados democráticos; la de la crisis del
sistema es la más democrática. En el siguiente cuadro se sintetizan las respuestas
a la pregunta de si a cambio de no tener presiones económicas se estaría dispues-
to a sacrificar cuatro tipos de libertades: expresión, asociación, organización y de
creencias. En el cuadro solo se consignan los porcentajes de los que señalaron que
no estarían dispuestos a renunciar a las libertades mencionadas.
En términos generales, podemos apreciar que una gran mayoría de los encues-
tados, casi 70%, no estaría dispuesta a sacrificar sus libertades. De las libertades
más defendidas son la de creencias y la de expresión, antes de las de asociación y
organización, aunque sin diferencias significativas. Aunque siempre dentro de es-
tos relativamente altos porcentajes de defensa de sus libertades, en las cohortes hay
diferencias: las dos que en mayor medida se apegan a sus libertades son la de la for-
mación del Estado y la de la crisis del sistema, y las que menos la del Predominio
priista y la de la liberalización.
400 Mario Carrillo, Rigoberto Ramírez y Rafael Flores
ción del Estado, con casi tres cuartas partes de sus integrantes, es más a favor de la
utilización de la fuerza.
Las generaciones más reticentes a estos suplementos del poder presidencial son
la de la crisis del sistema y la de la transición, en las que dos quintas partes se opo-
nen a cualquier medida de las señaladas. La generación de la crisis del sistema es
especialmente reticente en otorgar al presidente facultades que no estén acotadas
por las leyes y que no consideren al Congreso y a los partidos, mientras que la de la
transición es cuidadosa de los medios masivos, del Congreso y los partidos.
A la generación de la primera alternancia le preocupa más que a las otras la uti-
lización de la fuerza por el presidente, mientras que a la de la segunda alternancia es
especialmente cuidadosa del Congreso y de los partidos políticos, contrariamente a
su buena disposición para que el ejecutivo no se limite a lo establecido por las leyes.
Respecto a la importancia del Congreso, casi tres cuartas partes de la ciudada-
nía lo consideran necesario para la democracia. Aquí otra vez se contrapone la falta
de confianza que se le tiene a diputados y partidos con la vinculación estrecha que
se le atribuye a la democracia y al Congreso.
Otra vez la generación más vieja valora al Congreso mejor, casi 90% de sus in-
tegrantes así lo manifiesta. En proporciones menores, la generación del predomi-
nio priista es la que en segundo lugar tiene mejor impresión del Congreso. Las que
no lo tienen en tan buena consideración son las de la primera alternancia y la de la
transición, pero siempre dentro de porcentajes relativamente altos.
siguiente, son las zonas del espectro ideológico más concurridas, más de 65% de
la población se encuentra ahí, la derecha predomina por dos puntos porcentuales.
Recapitulación
1. La primera comprendería una generación muy mayor, que tienen hoy más de 88
años. Efervescencia e indefinición política, al igual que una gran movilización so-
cial acompañarían su edad formativa, al igual que estar sujetos a proyectos diver-
gentes del país. La generación más vieja es una de las menos apegadas a los valores
democráticos, no ve a la democracia como un peligro, pero tampoco la considera
insustituible, sobre todo por un gobierno de mano dura, con amplias atribuciones.
Sin embargo, es la que más se niega a renunciar a sus libertades a cambio de vivir
sin presiones económicas y la que más considera importantes al Congreso y a los
partidos políticos.
Sujetas al desinterés nacional por vincularse a otras instancias para la articu-
lación de sus demandas, esta cohorte es una de las que menor participación tiene,
aunque no necesariamente porque lo considere dif ícil, sino porque ya se encuentra
retirada del ámbito laboral y relevada en el ámbito familiar de responsabilidades
y representatividad. Los pocos resquicios que le quedan para participar los apro-
vecha a cabalidad; votar, por ejemplo, orientándose en ese ámbito principalmente
hacia el espectro político de centro-derecha, destacan además una considerable in-
definición política de sus integrantes.
2. La segunda cohorte tiene entre 77 y 87 años y vivió sus años de maduración polí-
tica en plena hegemonía priista, lo cual se refleja en todas sus posiciones. Es la me-
nos democrática, considera a la democracia como peligrosa e, igual que la cohorte
anterior, la ve prescindible, sobre todo por gobiernos duros con amplias atribucio-
nes. A cambio de mejoras económicas no le importaría sacrificar sus libertades. Ve
Cultura política y generaciones en México 405
3. La generación de la crisis del sistema tiene entre 67 y 76 años, sus años de for-
mación los vivió en medio de una crisis política, lo que implicó el cuestionamien-
to de los parámetros mediante los que se había desarrollado el régimen priista. Su
estructura mental estuvo sujeta a influencias contradictorias que cuestionaban sus
herencias culturales y los obligó a crear estructuras mentales de reducción de la
complejidad más elaborados.
A comparación de las otras cohortes, la generación de la crisis del sistema es
la que tiene mayores valores democráticos. Su apreciación positiva sobre la demo-
cracia es mayor que el de las otras y de las que apreciarían menos un gobierno con
tintes autoritarios. No está dispuesta a sacrificar sus libertades y es de las que ve
con mejores ojos a los partidos políticos.
Dentro de los bajos parámetros nacionales de vinculación con otras instancias,
esta cohorte es de las que más participan, vinculada aún con las actividades pro-
ductivas y al frente de las familias. El voto es su herramienta de participación privi-
legiada y su posición es de las más de derecha, con una franja en el centro.
Actualmente, esta generación junto con las dos anteriores, representa 11.45%
de la lista nominal de electores, una proporción relativamente pequeña y en pro-
ceso de reducción, aunque su influencia se dejará sentir aún en el mediano plazo.
4. Los individuos de la vivieron sus años de formación dentro de una cierta libera-
lización del sistema político, los lazos autoritarios se suavizan y se hacen presentes
expresiones diferentes a las del bloque hegemónico que, a su vez, se desquebraja; la
crisis económica atraviesa todas sus experiencias vitales, atribuyendo su malestar a
las políticas erráticas y corruptas del presidente en turno.
La generación que ahora tienen entre 54 y 66 años prefiere la democracia a
cualquier otra forma de gobierno y no la considera peligrosa; es una de las que más
se opone a un gobierno dirigido por líderes duros, pero que estaría dispuesta a sa-
crificar sus libertades a cambio de no sufrir presiones económicas, lo que refleja la
inestabilidad económica y penurias que tuvieron que sufrir en su etapa formativa.
406 Mario Carrillo, Rigoberto Ramírez y Rafael Flores
Además, no tienen gran aprecio por el Congreso, ni por los partidos políticos, ins-
tancias que han visto convertirse en actores fundamentales de la vida política na-
cional y que no han estado a la altura de sus expectativas.
Junto con las otras generaciones que están en plena etapa productiva y al frente
de sus familias, esta generación aún es una de las que más se vincula hacia el ex-
terior para conseguir la satisfacción de sus demandas. El voto es su principal acto
político, situados al centro-derecha del espectro político, con una creciente porción
de indecisos. Esta generación contribuye con el 11.62% de la lista nominal.
Los partidos diferentes al pri asumen espacios de gobierno a todos los niveles,
y en su gran mayoría no demuestran mejores y mayores capacidades para enfrentar
los problemas que antes eran achacados al partido tricolor, asumiendo prácticas po-
líticas atribuidas como patrimonio exclusivo de ese partido. Las percepciones que
surgen de esto adquieren diferentes vías: la desilusión, el desinterés, la desconfianza
en todos los partidos y la política, y el refugio en soluciones carismáticas o violentas.
La generación de la primera alternancia no considera especialmente peligrosa
a la democracia, ni la piensa remplazable por otro tipo de gobierno de caracterís-
ticas más autoritarias. Sin embargo, es de las más críticas del papel que tienen el
Congreso y los partidos políticos. Finalmente, al igual que las otras generaciones,
es renuente a sacrificar sus libertades.
Aunque no es despreciable la participación de esta generación en la defensa de
sus intereses, a diferencia de las anteriores, su integración en el aparato producti-
vo es incipiente y aún juega un papel subordinado en la estructura familiar, lo que
la excluye momentáneamente de ciertas funciones, aunque esto no la imposibilita
a participar en acciones de protesta y demanda. Es una de las cohortes que menos
se declara de derecha, pero también de las que más se declara del centro, junto a la
generación más joven. Esta generación actualmente es la más numerosa, representa
el 33.54% de la lista nominal.
posibilita hacer estudios más sofisticados y precisos sobre las mentalidades y las
ideologías de los individuos; además, permite identificar matices que de otra forma
sería prácticamente imposible detectar, lo cual aporta mayor certeza a las conclu-
siones a las que podemos llegar en los estudios y en el entendimiento de los pro
cesos políticos.
Referencias
SOBRE
(cords.) La elección del 2018 representa un hito en la historia de México, con el del Departamento de Política y Cultura de la Uni-
Ciudadanías, desigualdad, exclusión e integración /
triunfo del candidato opositor de izquierda parecería que en el país se da versidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco,
Gerardo Zamora, Liliana López y Ricardo Yecelevzky un quiebre en las dinámicas estructurales que definían al régimen político en donde además ha sido director de las revistas
(coords.) imperante desde por lo menos las dos últimas dos décadas del siglo pasado. Política y Cultura y Argumentos. Ha dedicado su
MÉXICO
Ética, política e injusticia social / Joel Flores Rentería carrera académica al estudio del sistema políti-
El presente libro refleja la situación en que se encontraban diferentes ám- co mexicano; partidos políticos y procesos elec-
et al.
bitos nacionales e internacionales en vísperas del cambio de gobierno en torales; procesos políticos locales y regionales.
Tractatus politicus minimun. Ensayos sobre la política
de la crueldad de Nietzsche / César Velázquez Becerril
2018 y que constituyen una serie de problemáticas con las que se enfrenta Temas de los que ha publicado diversos artículos
el nuevo gobierno. Reúne una serie de textos que abordan múltiples temas en libros y revistas especializadas.
La reglamentación municipal como instrumento
de gestión / Gerardo Zamora y Rigoberto Ramírez
que van desde las relaciones entre China y Estados Unidos y su impacto
para México, hasta la tipificación de las distintas generaciones que convi- Alejandra Toscana Aparicio es doctora en geo-
Y SU ENTORNO
Las vicisitudes de la innovación en biotecnología
y nanotecnología / Daniel Villavicencio (coord.)
ven en nuestro país. grafía por la Universidad Nacional Autónoma de
México. Es profesora e investigadora del Depar-
La Unión Europea, perspectivas internas y externas Reflexiones sobre México y su entorno internacional ante el cambio de tamento de Política y Cultura de la Universidad
a 60 años de su conformación / Beatriz Pérez, Graciela gobierno en 2018 consta de un conjunto de artículos con posturas meto-
INTERNACIONAL
Autónoma Metropolitana-Xochimilco, y profe-
Pérez y Cuauhtémoc Pérez (coords.)
dológicas propias de la gran heterogeneidad de la planta académica del sora del Colegio de Geografía de la Universidad
Políticas públicas y medio ambiente / Esthela Sotelo Departamento de Política y Cultura de nuestra casa de estudios, instancia Nacional Autónoma de México. Ha dedicado su
y Angélica Rosas (coords.)
promotora de estas reflexiones. vida académica al estudio de riesgos, desastres
La comunidad indígena insurgente / Fabiola Escárzaga
ANTE EL CAMBIO DE
y problemas socioambientales; temas en los
Estudios y argumentaciones hermenéuticas. Volumen El libro se divide en tres partes: la primera presenta los posibles condicio- que ha publicado diversos artículos en libros y
4 / Humberto Guerra (coord.) namientos internacionales con los que se enfrenta la nueva presidencia de revistas especializadas.
GOBIERNO EN 2018
Leyendas urbanas y tradiciones en México del siglo xxi la República, la segunda revisa las complicaciones en la gestión de distintos
/ Marco Antonio Molina problemas públicos y la última parte analiza la situación de los integrantes Beatriz Nadia Pérez Rodríguez es profesora
Rupturas y continuidad. Historia y biografía de mujeres de nuestra sociedad mediante el género y la edad. e investigadora de tiempo completo y jefa del
/ Ana Lau Jaiven y Elsie Mc Phail (coords.) Mario Alejandro Carrillo Luvianos área de Política Internacional del Departamento
Pasaporte sellado. Cruzando las fronteras entre Alejandra Toscana Aparicio de Política y Cultura de la Universidad Autóno-
ciencias sociales y literatura / Alberto Trejo Amezcua Beatriz Nadia Pérez Rodríguez ma Metropolitana-Xochimilco. Ha coordinado
(coord.) Coordinadores varias publicaciones especializadas en estudios
europeos. Ha participado como ponente en fo-
Análisis multidimensional de la desigualdad social
y educativa en los estados de Nuevo León y Oaxaca, ros nacionales e internacionales especializados
México, 2008 y 2010 / Alberto Isaac Pierdant en temas internacionales.
Rodríguez
Pueblos mágicos: una visión interdisciplinaria. ISBN 978-607-28-1782-1
Volumen iv / Liliana López Levi et al.
Reformas estructurales y proyecto de nación / Pablo
Mejía Montes de Oca y José Javier Contreras Carbajal
(coords.)
UNIVERSIDAD
A AUTÓNOMA METROPOLITAN A
UNIDAD XOCHIMILCO División de Ciencias Sociales y Humanidades