Semana 17 DIPr César Herrera

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 7

UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ASIGNATURA: Derecho Internacional Privado


DOCENTE: Dra. Lisetti Vanessa Bardales Valladares
ALUMNO: César Armando Herrera De La Rosa
CÓ DIGO: j03504g

TEMA: Semana 17: exponer 3 casuísticas del Derecho


Internacional Privado
Casos:

1).- EL CASO EPA COMERCIAL S. R. L. V. SKY DRILLING S. R. L.


2).- EL CASO HUGE S. A. V. PERUVIAN ETHANOL S. R. L.
3).- BARUCH IVCHER BRONSTEIN VS PERÚ.

AULA VIRTUAL
Modalidad: Semipresencial.
9no - Ciclo - Sección: A-1
Año - 2020
CASO 1.- EPA COMERCIAL S. R. L. V. SKY DRILLING S. R. L.

La controversia se deriva de un contrato de compraventa y montaje celebrado entre


EPA Comercial y Sky Drilling S. R. L., mediante el cual esta última se obliga a construir
y dejar operativo un equipo de perforación petrolera, a cambio de una retribución.

Se trataba de una suerte de contrato llave en mano (o turn-key contract como se le


conoce en el derecho anglosajón), el contrato contenía una cláusula arbitral con sede en
Houston, Texas, con las reglas ICC, pactándose, además, como ley aplicable la ley del
estado de Texas. Las discrepancias surgieron entre las partes: por un lado, EPA
Comercial sostenía que Sky Drilling no había cumplido con finalizar la obra, por lo que
debió asumir los costos adicionales incurridos para concluir la obra; mientras que, por otro
lado, Sky Drilling aducía que la primera le debía más de 1 millón de dólares por servicios
prestados y no pagados. En este contexto, Sky Drilling formuló denuncias penales contra
EPA Comercial, solicitó una medida cautelar de embargo sobre el equipo de perforación
ante un Juzgado Mixto en la ciudad de Contamana, Loreto, e inició un procedimiento de
conciliación extrajudicial en Lima. En todas estas acciones, Sky Drilling ocultó la
existencia de la cláusula arbitral.

Frente a estos hechos, EPA Comercial solicitó una medida cautelar “fuera del
proceso”, al amparo de los literales a) y b), inciso 2 del artículo 47 de la Ley de Arbitraje,
justamente para proteger el proceso arbitral que iba a iniciarse en el extranjero.

Mediante resolución del 21 de mayo de 2010, el Segundo Juzgado Civil


Subespecialidad Comercial emite un auto declarando improcedente la medida cautelar
solicitada, sustentando su posición en dos argumentos. El primero, y el menos elaborado,
consistía en que el artículo 47, inciso 2 de la Ley de Arbitraje solo hacía referencia a la
facultad del tribunal arbitral (pero no del juez), para dictar una medida cautelar. El referido
juzgado concluyó que “esta norma faculta solo al Tribunal Arbitral ordenar a una de las
partes lo antes mencionado, mas no faculta al órgano jurisdiccional, toda vez que dichas
medidas están reservadas solo al tribunal arbitral quien dilucidará la cuestión de fondo, y
este tribunal es quien puede tomar las acciones a fin de defender de algún daño o
menoscabo al proceso arbitral”.

El segundo argumento, y ciertamente el más sólido, residía en que la Ley de Arbitraje


no autorizaba al juez peruano a otorgar una medida cautelar. En efecto, el razonamiento
del juzgado en este extremo fue el siguiente: el inciso 2 del artículo 1 de la Ley de
Arbitraje enumera expresamente los artículos que también se aplicarán “aun cuando el
lugar del arbitraje se halle fuera del Perú”, y el artículo 47 de la ley (esto es, el referido a
las medidas cautelares) no se encuentra incluido en el listado. Dicho de otra forma, la Ley
de Arbitraje señala taxativamente cuáles de sus artículos resultan aplicables ante un
arbitraje extranjero, no habiéndose incluido el artículo relacionado con las medidas
cautelares, razón por la cual los jueces peruanos carecían de competencia para dictar
medidas cautelares.

Esta resolución denegatoria fue apelada por EPA Comercial. Al resolver la


impugnación mediante resolución del 14 de setiembre de 2010, la Segunda Sala Civil Sub
comercial confirmó la denegatoria, pero lamentablemente incurrió en graves errores
conceptuales, como el ya anotado en líneas anteriores. En efecto, la sala no supo
diferenciar entre el “arbitraje extranjero” (esto es, el que se sigue en territorio extranjero) y
el arbitraje internacional (que se da cuando se verifica alguno de los supuestos
consignados en el artículo 5 de la Ley de Arbitraje), ignorando que un arbitraje que se
desarrolla en el Perú puede tener el carácter de arbitraje internacional.

Con esta premisa equivocada (de que estábamos ante un arbitraje internacional), la
sala invocó el numeral 9 del artículo 47 de la Ley de Arbitraje (norma que establece que
“en el arbitraje internacional, las partes durante el transcurso de las actuaciones pueden
también solicitar a la autoridad judicial competente, previa autorización del tribunal arbitral,
la adopción de las medidas cautelares que estimen convenientes”), y concluyó que las
medidas cautelares podrían ser concedidas en tanto se encontrara constituido el tribunal
arbitral. Específicamente, la sala indicó que “la asistencia judicial al tribunal arbitral, que
conoce de un arbitraje internacional, se brindará en materia cautelar dentro del marco del
proceso arbitral mismo, y no fuera de él”. Al no existir una “previa autorización del tribunal
arbitral” (ello, por cuanto el tribunal arbitral aún no se había constituido), la Sala Comercial
confirmó erróneamente la denegatoria de la medida cautelar solicitada.
La Sala Comercial dejó escapar así una oportunidad única de pronunciarse
expresamente sobre la competencia de los árbitros, a la luz de análisis de la Ley de
Arbitraje, la práctica internacional, la Ley Modelo UNCITRAL y el derecho a la tutela
judicial internacional efectiva, argumentos todos que fueron esgrimidos por EPA
Comercial en su escrito de apelación. Es verdad que el siguiente caso aborda este tema
desde la perspectiva del derecho a la tutela cautelar, pero el debate no llegó a la Corte
Superior, porque la parte afectada no presentó apelación por razones que escapan al
ámbito del presente artículo.

CASO 2.- HUGE S. A. V. PERUVIAN ETHANOL S. R. L.

La controversia gira en torno al denominado contrato de instalación de transmisión y


planta de etanol, según el cual la empresa Huge S.A. se encargaba del diseño, ingeniería
y construcción de una planta de transmisión eléctrica y la distribución del sistema de
conexión de las instalaciones para una planta de etanol en el norte del Perú. El contrato
contenía un convenio arbitral para un arbitraje ICC con sede en Houston, Texas,
pactándose la ley de Nueva York para regir el fondo del contrato. El contrato también
hacía referencia a las Reglas sobre Procedimiento Precautorio Pre arbitral (o Rules for a
Pre-Arbitral Referee Procedure) vigente al momento de la celebración del contrato, las
cuales establecían los requisitos para la adopción de medidas cautelares por parte de un
árbitro de emergencia en tanto se constituyera el tribunal arbitral.

Aduciendo un incumplimiento contractual por parte de Huge S.A., Peruvian Ethanol le


comunica notarialmente a la primera que procederá, conforme a lo previsto en el contrato,
a compensar las facturas pendientes de pago, por los daños derivados del incumplimiento
de Huge S. A. En este contexto, Huge S. A. acudió al Poder Judicial solicitando una
medida cautelar contra Peruvian Ethanol. Mediante auto cautelar del 31 de mayo de 2012,
el Quinto Juzgado Sub especial Comercial de Lima resuelve conceder la medida cautelar
solicitada, ordenando a Peruvian Ethanol (i) que se abstenga de efectuar las
compensaciones respecto a los pagos pendiente a favor de Huge S. A. y (ii) que se
abstenga de ejecutar las cartas fianzas otorgadas a favor de Peruvian Ethanol en garantía
de cumplimiento del contrato.
Las razones del juzgado comercial para conceder la petición cautelar fueron diversas.
El fundamento principal expuesto en el auto cautelar residía en el principio de tutela
judicial efectiva, el cual incluye el derecho a obtener una medida cautelar para garantizar
la eficacia del laudo final que se expida. Concluyó el juzgado en su sexto considerando
que “en materia de tutela cautelar vinculado a la función arbitral, el justiciable tiene
expedito de recurrir a la tutela cautelar a través de la función arbitral o la función
jurisdiccional” [sic]. Como ya se adelantó, la parte afectada no interpuso recurso de
apelación, de manera que no hubo la oportunidad de un pronunciamiento en segunda
instancia. Hubiera sido ciertamente interesante una decisión superior, ya que en este
caso, el Quinto Juzgado Comercial omitió toda referencia al inciso 2 del artículo 1 de la
Ley de Arbitraje, norma que, como ya dijimos, fija las normas que se aplican al arbitraje
extranjero (y entre las que no está el artículo 47, que permite la adopción de medidas
cautelares antes de iniciado el arbitraje).

Como vemos, la jurisprudencia nacional no es uniforme, y no contamos con una


decisión judicial de última instancia cautelar que sopese tanto la ausencia del artículo 47
en el inciso 2 del artículo 1 de la Ley de Arbitraje, como el derecho a la tutela judicial
internacional efectiva.

CASO 3.- BARUCH IVCHER BRONSTEIN VS PERÚ.

Este caso se inicia el 31 de marzo de 1999, la Comisión sometió a la Corte


Interamericana de Derechos Humanos la demanda con la República del Perú, que se
originó con la denuncia N° 11.762, recibida en la Secretaría de la Comisión el 9 de junio
de 1997. Esta demanda de se funda en la violación de sus derechos como el de
nacionalidad, libertad de pensamiento y expresión, derecho a la propiedad privada,
protección judicial.

En cuanto a la vulneración del derecho de nacionalidad la Corte estima que al privarlo


arbitrariamente el título de nacionalidad al señor Ivcher Bronstein, ciudadano peruano por
naturalización, accionista mayoritario, Director y Presidente del Directorio del Canal 2
(Frecuencia Latina), se le está afectando los derechos anteriormente mencionados.

El señor Ivcher obtuvo la nacionalidad peruana en 1984 a través de Resolución


Suprema; renunciando a su nacionalidad de origen (israelí), paso 13 años de su
adquisición de nacionalidad en el año 1997 se le deja sin efecto el título de nacionalidad
mediante Resolución Directoral, alegando que no renuncio oportunamente a su
nacionalidad de origen y no se ha encontrado en los archivos oficiales su expediente de
nacionalización; siendo deber del Estado la conservación de dicho expediente y el
extravió no podía producir consecuencias para el señor Ivcher.

Es así que en nuestra normatividad internan para perder la nacionalidad es necesario


la renuncia expresa, lo cual no ocurrió en este caso, también cabe indicar que el
procedimiento utilizado para la anulación del título de nacionalidad no cumplió lo
establecido en la legislación interna, ya que, de conformidad con el artículo 110 de la Ley
Peruana de Normas Generales de Procedimientos Administrativos, el otorgamiento del
título de nacionalidad sólo podía ser anulado dentro de los seis meses siguientes a su
adquisición. Además, la autoridad que dejó sin efecto legal el título de nacionalidad del
señor Ivcher resultó ser incompetente, puesto que el señor Ivcher adquirió la nacionalidad
peruana a través de una Resolución Suprema del “Presidente” y su título de nacionalidad
fue firmado por el Ministro de Relaciones Exteriores; sin embargo, perdió su nacionalidad
como resultado de una Resolución Directoral de la Dirección General de Migraciones y
Naturalización, indudablemente de menor jerarquía que la que le otorgó el derecho
correspondiente, y que por eso mismo no podía privar de efectos al acto del superior. Esto
demuestra nuevamente el carácter arbitrario del retiro de la nacionalidad del señor Ivcher,
en contravención del artículo 20.3 de la Convención Americana.

Es así que por todo lo expuesto, la Corte concluyó que el Estado violó el derecho a la
nacionalidad consagrado en el artículo 20.1 y 20.3 de la Convención Americana, en
perjuicio de Baruch Ivcher Bronstein.

En este caso a consecuencia indirecta de la negación del Gobierno peruano al


derecho a la nacionalidad del señor Ivcher fue la violación del derecho al Debido Proceso
(garantías judiciales), Derecho a la Propiedad Privada, Libertad de Pensamiento y
Expresión, Obligación de Respetar Los Derechos,

 Derecho al Debido Proceso (garantías judiciales), puesto que toda persona tiene
derecho a ser oído con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un
juez o tribunal competente, independiente e imparcial, lo cual no ocurrió ya que
esos juzgadores no alcanzaron los estándares de competencia, imparcialidad e
independencia requeridos por el artículo 8.1 de la Convención. En consecuencia la
corte concluyó que el Estado violó el derecho a las garantías judiciales consagrado
en el artículo 8.1 y 8.2 de la Convención Americana, en perjuicio de Baruch Ivcher
Bronstein.

 Derecho a la Propiedad Privada, son todos los derechos patrimoniales de una


persona, los que recaen tanto sobre bienes materiales como sobre bienes
inmateriales susceptibles de valores; es el libre ejercicio de disponer de bienes en
cualquier forma legal, poseerlos, usarlos e impedir que cualquier otra persona
interfiera en el goce de ese derecho, lo cual no sucedió con en este caso. Al señor
Ivcher no se le fue formalmente privado de su derecho de propiedad sobre las
acciones de la Empresa, mediante decisiones judiciales sino le fueron suspendidos,
en la práctica, los derechos que le confería la titularidad de las acciones y, por lo
tanto, se le privó arbitrariamente de ejercer los derechos fundamentales que implica
esa titularidad. Por consiguiente, la Corte concluyó que no fue adecuado la
privación del uso y goce de los derechos del señor Ivcher sobre sus acciones en la
Compañía, y el Estado actuó de forma arbitraria, en virtud de que no se ajusta a lo
establecido en el artículo 21 de la Convención.

También podría gustarte